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O/OEL Gea ON Hein 7 Tr gq Tay : Oe UNIVERSIDAD NACIONAL Relea AUTONOMA DE MEXICO >| Ses FACULTAD DE FILOSOFIA Y nes xf Dede LETRAS La Génesis del culto guadalupano en la ciudad de México, vista a través de los sermones del siglo XVIII TESIS Que para obtener el grado de: MAESTRO EN HISTORIA DE MEXICO . Presenta: x Maria del Rosario Guadalupe © Lima Jiménez Hanley OIVIBION OE PRoUSIOB OE POSGRADO

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O/OEL

Gea ON Hein 7 Tr — gq

Tay : Oe UNIVERSIDAD NACIONAL

Relea AUTONOMA DE MEXICO >|

Ses FACULTAD DE FILOSOFIA Y nes xf

Dede LETRAS

La Génesis del culto

guadalupano en la ciudad de

México, vista a través de los

sermones del siglo XVIII

TESIS

Que para obtener el grado de:

MAESTRO EN HISTORIA DE

MEXICO . Presenta:

x Maria del Rosario Guadalupe

© Lima Jiménez

Hanley

OIVIBION OE PRoUSIOB OE POSGRADO

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IN MEMORIAM

ALEJANDRO HORACIO LIMA RODRIGUEZ (1)

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AGRADECIMIENTOS

En este espacio quiero dar las gracias a todas aquellas personas

que me ayudaron a progresar en esta investigaci6én, comenzando por

mi jurado, compuesto por el doctor Brian F. Connaughton Hanley,

asesor de tesis; doctor Luis G. Ramos Gémez-Pérez, revisor; doctor

Hira de Gortari Rabiela, doctora Ana Carolina Ibarra y doctora

Cristina Gémez, lectores.

Asi también quiero agradecer a la doctora Virginia Guedea

quien, al principio de este trabajo, me sugirié diversos aspectos

de una manera muy atinada.

Quiero incluir a amigos que me dieron interesantes puntos de

vista, comentarios y ayudas: fray Arturo de Jests Diaz Mejia,

maestro Jaime Garcia Mendoza, Ramén Aureliano Alarcén, licenciado

Juan Hernandez Lépez.

A los compafieros y amigos del Instituto de Investigaciones

Doctor José Maria Luis Mora y de la Universidad Auténoma

Metropolitana-Iztapalapa.

Para finalizar y, muy especialmente, agradezco el apoyo y

Animo de la sefiora Alicia Jiménez de Lima, mi madre; Erick Miguel,

mi hermano y Luz Maria, quien muy especialmente leyé mi trabajo y

corrigié parte de la redacci6én.

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Admitid (oh dulcisima MARIA, mi Sefiora) lo

corto de esta oferta, que a costa de muchas

vergienzas, sonrojos y fatigas que para su

consecucién he pasado, os consagra y dedica

mi afectuosa devocién. Sea todo para mayor

honra y gloria vuestra.

Tomado del Libro de la vida del préximo evangélico, el venerable padre Bernardino Alvarez, patriarcha, y fundador de la sagrada religién de la Charidad, y S. Hypolito Martyr en esta Nueva-Espafia, confirmada y aprobada por Nro. Smo. Padre el sefior Innocencio Duodecimo. Compuesto por D. Juan Dias de Arce. Reimpreso en México en la imprenta nueva Antuerpiana de D. Christoval, y D. Phelipe de Zufiiga y Ontiveros. Calle de la Palma. Afio de 1762, 464 pp.

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LA GENESIS DEL CULTO GUADALUPANO EN LA CIUDAD DE MEXICO, VISTA A TRAVES DE LOS SERMONES DEL SIGLO XVIII

INTRODUCCION

1. EL CULTO MARIANO COMO CARACTERISTICA RELEVANTE DEL CRISTIANISMO CATOLICO EN AMERICA.

A. El cristianismo en América: ,nueva religiosidad?

1. La evangelizacién. 2. Primeros intentos de cristianizacion. 3. Hernan Cortés como aliado de la evangelizacion. 4. Primeras expresiones cristianas de Espafia en América. 5. Los misioneros.

a. El clero secular.

b. La Orden de Frailes Menores. c. La Orden de Predicadores y los frailes de San Agustin.

6. Algunos métodos para la evangelizacion.

B. Fundamentos de la exaltacién a Maria.

1. La concepci6n universal de Maria, Madre de Jesus.

a. La esencia de Maria. b. La percepcién de Maria en el contexto de la evangelizacién. c. Fundamentos de la glorificacién de Maria. d. La evoluci6n det culto mariano. e. La devocién mariana y el protestantismo. f. Consideraci6n moderna de la concepcién mariana.

2. El mundo espafiol y la presencia mariana. 3. Maria y el nuevo continente.

a. Tonanizin y los mexicanos. b. Los conquistadores y su devocién mariana. c. La presencia de Maria entre los misioneros mendicantes.

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Il. TONANTZIN O GUADALUPE: INICIO DE UNA NUEVA NACIONALIDAD.

A. La Virgen de Guadalupe en la Nueva Espana.

1. Los origenes.

a. La Inmaculada Concepcion. b. La Guadalupana en México.

2. Las apariciones de Guadalupe en el Tepeyac.

a. Mito espafiol o realidad indigena?

b. La idea espafiola de Guadalupe. c. La tradicién mexicana del acontecimiento.

3. Las tesis antiaparicionistas.

a. La primitiva ermita.

b. El origen de la imagen guadalupana. c. Un nombre: Guadalupe.

B. Difusion del culto guadalupano.

1. Diversas manifestaciones con respecto a la devocién guadalupana.

a. La ciudad de México como principal promotora del culto. b. El clero frente al suceso. c. Los naturales y la Virgen de Guadalupe.

lll. LA VIRGEN DE GUADALUPE A TRAVES DE LOS SERMONES.

A. Aspectos fundamentales de la estructura de los sermones novohispanos. B. Temas guadalupanos principales en el discurso del siglo XVIII.

1. El milagro de la manifestacién: la Virgen de Guadalupe. 2. Los elegidos de Santa Maria de Guadalupe. 3. El ayate de Juan Diego como prueba inescrutable de la milagrosa imagen guadalupana. 4. Lugar de veneracién: el templo guadalupano.

C. La ciudad de México: capital de supremacia en el territorio mexicano. 118

IV. CONCLUSIONES

V. BIBLIOGRAFIA

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Los relatos hist6éricos nos muestran que desde el punto de vista militar, asi como del eclesiastico, se concibieron diversos planes de desarrollo para la ciudad m4s importante, convertida ya en la capital de la Nueva Espafia y desde donde se transmitirian a los demas pueblos y regiones.

Los misioneros tuvieron una actividad inicial imprescindible en el sentido de vincular todos estos conceptos teolégicos a la ideologia de estos hombres. Ensefiarles que la religién que profesaron no era la verdadera y que por lo tanto, bajo los ¢ nones de la doctrina cristiana, estaban cometiendo una falta muy

grave: la idolatria. Pero ellos estaban ahi para ensefiarles el camino correcto.

La ensefianza de estas ideas, conjuntamente a la propagacién de la adoracién a Dios, el culto a Maria Santisima como Madre de Jestis, asi como de algunos’ santos, fundamentaron en gran parte la doctrina que dieron los misioneros a los recién evangelizados con el fin de inculcarles obediencia a las estructuras europeas y a los dirigentes de las mismas, orientando sus formas de conducta dentro de las normas que se comenzaban a establecer en esos momentos.

En este proceso de transicién y ubicacién a la religi6én catélica, se dio un suceso de gran importancia para ciertos sectores de la sociedad y que hizo patente una polémica que perdura hasta nuestros dias: la manifestacién de la imagen de Maria de Guadalupe, advocacién que se ha considerado protectora de la nacién mexicana y simbolo de unificacién nacional.

Por ello, al dar una exposicién de los elementos que forman parte de este milagro, la utilizacién de la oratoria sagrada (sermones) fue el recurso mas frecuente de los sacerdotes para exaltar la deferencia que tuvo la Madre del Salvador para con los naturales de América, especificamente de la Nueva Espafia, y en los que se hace mencién del derecho que estos hombres tienen de ser considerados como favorecidos de la gracia y proteccién que Dios les tiene destinada.

Al realizar las lecturas correspondientes a esta investigacién, encontré que todos los aspectos que menciono con anterioridad, muestran una relaci6én muy estrecha que se vincula con los orfgenes dei culto a la Virgen de Guadalupe, devocién que poco a poco ha tomado fuerza hasta llegar a la magnitud que presenta en la actualidad.

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Cémo resultado del andlisis de los materiales revisados, he dividido mi investigacién en los siguientes capitulos:

Un primer capitulo trata precisamente de algunos aspectos que formaron parte del proceso de cristianizacién de los antiguos mexicanos, resaltando la importancia de las devociones marianas inculcadas a los naturales, para posteriormente realizar una descripcién general de la persona de Maria y su culto a nivel universal, asi también el hecho de que estas devociones llegan a América para cobrar una gran fuerza entre los naturales de estas

tierras.

Cémo ya mencioné con anterioridad, y siguiendo esta linea, el culto mas importante que se dio en la Nueva Espafia, y que continta en la actualidad mexicana, es el de la Virgen de Guadalupe, Patrona Universal de México y América.

Por ello, aprovecharé la oportunidad de retomar en un segundo capitulo, algunas de las ideas generales acerca de la Virgen de Guadalupe espafiola, buscando resumir esta descripcién y de la

misma forma, mencionar algunas de las versiones en favor y en

contra de las apariciones de la Guadalupana mexicana, haciendo una

sintesis de esta tradicién considerando, en algunos casos, las

comparaciones que se hacen con respecto a la continuidad del culto en la peninsula con la devocién en Nueva Espafia. Cabe aclarar que con ésto no pretendo entrar en la polémica que genera este tema en

cuanto a si fueron ciertas o no las apariciones, solamente las

menciono como un recuento de diferentes opiniones sobre ello.

Incluyo lo que considero pueden ser algunas de las reacciones de

ciertos sectores de la poblacién (sacerdotes, naturales y pueblo en general), ante las apariciones y el papel preponderante de determinadas instancias interesadas en propagar el culto a la Virgen Maria de Guadalupe, especialmente el que jugé la Ciudad de México como “poseedora de sus gracias y favores’, por lo que adopté6 el titulo de principal difusora y sede de las actividades que se realizaron en favor de esta devocién.

El ultimo capitulo lo dedico a analizar algunos de los numerosos sermones predicados en la ciudad de México, con el objeto de distinguir en ellos algunos de los aspectos importantes para justificar la creencia en las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Es decir, la importancia que reviste la imagen de Nuestra Sefiora, el lienzo en el que se estampé su figura, el papel que representan los naturales en este suceso asi como la posicién de la ciudad de México en la tradicién de las apariciones.

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En el caso de la oratoria sagrada guadalupana, se observa el énfasis en la eleccién divina de un pueblo que cumplira y complementaraé el objetivo de la salvacién, pero que ademas ha demostrado ser fuerte en la adversidad y en los momentos de transicién como por ejemplo, la conquista militar. Se argumenta que su fortaleza ante las dificultades le ha hecho merecedor de la gracia celestial y por ello ha sido premiado con la presencia gloriosa de Dios a través de la milagrosa aparicién de la Guadalupana mexicana.

La variedad de fendémenos histéricos que son analizados conjuntamente a una perspectiva religiosa, han demostrado ser bastante interesantes, ya que se busca resaltar el papel que ha tenido la iglesia y toda su filosofia como institucién politica, social, econémica, etc. Los trabajos realizados por diversos investigadores nos muestran estos elementos y nos dan a conocer diferentes vertientes; esfuerzos como los de el Dr. Carlos Herrején, el Pbro. Lauro Lépez Beltran, el Dr. Brian Connaughton, el Dr. David Brading *, han resaltado la importancia de los sermones como un recurso para la difusi6én de distintas ideologias, en favor o en contra de diversos acontecimientos hist6éricos. Ellos nos han mostrado el camino para aprovechar este tipo de fuentes y obtener m&s elementos que nos hablen sobre los distintos aspectos que conforman la historia de nuestro pais y, mas especificamente para el caso que me ocupa, el de la ciudad de México. Es importante entrar en el conocimiento de ellos, asi como en el anaélisis de los aspectos teolégicos, no considerarlos tabites, simplemente estudiarlos y profundizar en ellos para presentarlos a los interesados en este tipo de temas ya que nos ayudardn al mejor entendimiento de nuestras fuentes.

Esta es la presentaci6én que hago de mi investigaci6én, como una primera aproximacién en los conceptos sobre la tradicién guadalupana, a través de la revisién de los sermones predicados en su honor. Empezando con estos elementos que, desde el punto de vista espiritual pueden y deben llegar a identificarse con un objetivo histérico, me propongo iniciar un trabajo mas amplio que en lo futuro reafirme que las fuentes eclesiasticas de este tipo nos pueden hablar mucho m&s de diferentes aspectos relacionados con la historia de la ciudad de México y del resto de nuestro pais.

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I) EL CULTO MARTANO COMO CARACTERISTICA RELEVANTE DEL CRISTIANISMO CATOLICO EN AMERICA.

A. EL CRISTIANISMO EN AMERICA: zgNUEVA RELIGIOSIDAD?

Algunos autores especialistas en la historia de la conquista y la

época virreinal, han hecho mencién del cambio que la sociedad

americana sufriéd debido a la intervencidén de los espafioles en sus

costumbres y tradiciones. La ensefianza de elementos nuevos con

respecto a la politica, la sociedad y la religién modificaron los

canones establecidos en los grupos mesoamericanos e incorporé a

este mundo indigena dentro del mundo occidental.

La presencia de los primeros signos de 'cristianismo' en el nuevo

continente ' encontraron en la difusién de la religi6én catélica

elementos de similitud que influyeron en la asimilacién y

aceptacién de la misma por parte de los naturales de este

continente. El conocimiento de un solo Dios verdadero y el

fortalecimiento de la creencia en Marfa Virgen y los santos, fue

uno de los objetivos principales de los misioneros mendicantes

que llegaron a estas tierras.

\+ Jacques Lafaye. Quetzalcéatl y Guadalupe. La formacién de la conciencia nacional en México. Trad. Ida Vitale y Fulgencio Lépez Vidarte. 2° reimpresién Fondo de Cultura Econémica, México, 1992 (Seccién de Obras de Historia), p. 276.

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1. La Evangelizacién

éQué es y cémo considerar el proceso evangelizador? De una manera

muy sencilla: evangelizar es el hecho de "predicar la fé de

Nuestro Sefior Jesucristo o las virtudes cristianas. Anunciar

7 a los seres humanos, felices nuevas, promulgar cosas felices"

que son los mas importantes de la creacién.

Si entramos mas concretamente en las definiciones de tipo

teolégico, evangelizar "es anunciar el Evangelio con el fin de

convertir a los pueblos al cristianismo." * Ese evangelio

practicamente "es la proclamaci6én de la buena nueva cumplida en

Cristo [y que] se convierte en la ‘sana doctrina', en la 'verdad

recibida' y en la ‘luz en un lugar oscuro'." * Para el caso de

los evangelizadores espafioles, ese lugar oscuro se encontraba en

las tierras americanas y por ello se tenia que realizar una labor

bastante ardua para proclamar entre estos seres la verdadera

religién. Pero la obligacién de civilizar y cristianizar a los

barbaros fue antecedida por la conquista militar cuyo

significado, ademas de ser el de la anexién de los indigenas al

mundo cristiano, va "ligado a la necesidad de justificar la

expansi6én imperial europea [que se basa] sobre dos ideas

fundamentales (...). Una defendia que la base de todo dominio se

derivaba de la condicién religiosa de los hombres, la otra

?.- Martin Alonso. Enciclopedia del idioma, Diccionario histérico y moderno de la lengua espaiiola (siglos XI

al XX). Etimolégico, tecnolégico, regional e hispanoamericano. 3% reimpresién. Aguilar, México, 1991, (Coleccién Obras de Consuita), vol. 2, pp. 1920.

3,- Diccionario de ciencias eclesidsticas, tomo cuarto, p. 368. ‘,- Diccionario de conceptos teolégicos. tomo I, pp. 394.

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sostenia que la base del dominio se derivaba de la superioridad

de una civilizacién."

En el caso del nuevo continente, este proceso buscaba

“tranquilizar' a individuos badrbaros y salvajes para que un grupo

de hombres instruidos totalmente en los conocimientos cristianos

ensefiaran la verdad universal. Posteriormente, tanto lo

espiritual como lo militar coincidieron en su desenvolvimiento

dentro de la nueva comunidad. A decir de R. Ricard, llevar de una

Manera simultanea la conquista militar y la conquista

espiritual, cumpliria con el deseo de los reyes espafioles y del

papa para adoptar a los nuevos stbditos americanos a la religién

cat6lica y al imperio hispano. °

Pero, ~cudl fue la posicién de cada uno de estos grupos en

dichas actividades? ¢icémo reaccionaron a esta convivencia de

caracteres, ideas y hasta algunas negativas al catolicismo?

Enseguida hablaré sobre algunos elementos referentes a ello, con

el fin de recordar algunos de los frutos que se dieron con

respecto a la adopcién de ciertas pradcticas y devociones que

todavia est4n presentes.

°,- Alejandra Moreno Toscano. "El sigio de Ia integracién", en Historia general de México, 3° ed. El Colegio de México, México, 1981, tomo I, p. 326.

°,. Robert Ricard. La conquista_espiritual de México. Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de

las Grdenes mendicantes en la Nueva Esparia de 1523-1524 a 1572. trad. Angel Maria Garibay K., Fondo de

Cultura Econémica, México, 1986, p. 76.

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2. Primeros intentos de cristianizaci6n.

Desde el primer contacto entre espafioles y naturales, existieron

algunos individuos (religiosos o civiles), preocupados por la

difusi6én del cristianismo en las nuevas tierras americanas. De

manera aislada desde el afio de 1519 en que, Herndn Cortés y su

tripulacién llegaron a tierras continentales americanas, buscaron

expresar de palabra y de obra sus prdcticas cristianas a los

indigenas con los que tuvieron contacto. Con ésto intentaron

iniciar a través del ejemplo, la ensefianza de lo que ellos

consideraban su fe en la verdadera religién; los primeros frailes

como Bartolomé de Olmedo o Juan Diaz (perteneciente a la

expedicién de Grijalva, anterior a la de Cortés), oficiaban misas

y hablaban acerca de un s6lo Dios verdadero, hecho hombre en

Jesucristo y de su Madre: Maria Virgen. Pero también, como en el

caso especifico de Olmedo, opinaban acerca de las acciones

tomadas por Cortés a este respecto, y aunque sus esfuerzos eran

muchos, la gran masa de los nuevos stibditos espafioles no pudo ser

cubierta en su totalidad bajo esta instruccién. Se necesitaba mas

apoyo para cumplir con los objetivos propuestos, lo que se empezé

a realizar hasta el afio de 1524 con la llegada de los primeros

franciscanos.

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3. Hernan Cortés como aliado de la evangelizaci6én.

El padre Mariano Cuevas en su Historia de la iglesia en México,

dice del conquistador ibérico que fue o "es el primer personaje

de nuestra historia politica y militar y muy importante en la

misma historia eclesiastica durante el perfodo que exponemos." ’

Una de sus preocupaciones principales fue la propagacién de la

religién entre los americanos. Apoyaba esta actitud con su

asistencia a las misas hechas por los primeros religiosos que

llegaron conjuntamente con él al continente, rezaba

cotidianamente a la Virgen Maria y posefa una imagen suya como

medio para su devocién y honor. *

Para realizar la difusi6én del catolicismo, ordenéd a sus

soldados un estricto conocimiento de la religién de los

indigenas, comunicar todas estas actividades a sus superiores y

evitar cualquier blasfemia o pecados ptblicos que faltaran a la

fe profesada por los europeos. Sin embargo, "este espiritu no

animé a muchos de sus lugartenientes y soldados, cuyas costumbres

nada de ejemplar tuvieron y que a menudo se extraviaron de tal

ideal." ° A pesar de esto, afios después algunos de ellos se

convirtieron en frailes de diversas érdenes religiosas.

7. Mariano Cuevas. Historia de la Iglesia en México. 3° ed. Edit. “Revista Catélica”, El Paso Texas, 1928,

Tomo I, p. 108.

5. Robert Ricard. Op. Cit., p. 75. °.~ Ibid, p. 76.

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Cortés fue impetuoso con la difusi6én y establecimiento de la

religién, pero sus constantes actitudes de arrebato para la

raépida implantacién del cristianismo, fueron calmadas por fray

Bartolomé de Olmedo, religioso mercedario que frecuentemente le

regresaba al orden y a la prudencia. Indicaba el conquistador,

que la actitud presentada por los naturales era de rechazo a la

verdad universal ”, por ello actuaba de la manera tan dura y

estricta que lo hacia. Algunos autores justifican esta actitud

puesto que dicen, conocia el caracter de estos seres entregados a

la idolatria.

4. Primeras expresiones cristianas de Espafia en América.

Desde su arribo al continente, una de las medidas impuestas por

los espafioles para si mismos, fue la realizacién de altares con

una cruz y una imagen de la Virgen Maria como medio para alabar a

Dios. Si bien es cierto que en la mayoria de los lugares a los

que llegaban fue dificil llevar a cabo tales medidas, la

resistencia de los naturales a aceptarlas fue disminuyendo. La

apertura de los indigenas para adherirse a la religién catélica

fue consecuencia de los actos de devocién mostrados por los

espafioles, tales como asistir a misas hechas por los sacerdotes

de la expedici6n o rezar alabanzas a Dios y a la Virgen, por

citar algunos ejemplos; de esta forma, los mismos aborigenes

°,- Una explicacién importante para las personas que reciben instruccién religiosa (o catectimenos), a los que se les administrardn uno o varios sacramentos, es la de considerar al catolicismo como ‘universal’, de hecho éste es el significado o definicién del término.

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accedieron a que se construyeran altares cat6licos en sitios

importantes en los que se rendia culto a los’ dioses

prehispanicos. A pesar de todo esto, habia quienes se mostraban

renuentes a la proliferacién de la nueva fe entre la poblacién

originaria y un caso innegable es el del mismo Emperador

Moctezguma quien, después de observar la devocién y rezos de los

europeos, accedi6 a que se construyera un altar en la parte mas

alta del templo principal, lejos de los idolos aztecas.

La persistencia en el simbolo de la cruz, pero sobre todo la

devoci6én a la Madre del Salvador, se convertirian, tiempo

después, en sustanciales para el mantenimiento de las creencias

religiosas, asi como en la justificacién futura de las modernas

propuestas ideoldégicas.

5. Los misioneros.

Cinco afios posteriores a la conquista, Hernan Cortés escribia al

Rey de Espafia su Cuarta Carta de Relaci6én. En ella le hacfa ver

la necesidad de enviar mas religiosos comprometidos con la

empresa espiritual ", puesto que la presencia en América de los

primeros evangelizadores, como se mencioné con anterioridad, se

dio de manera individual y dispersa. Probablemente su entusiasmo

en la transmisién del evangelio fue grande, pero eso no fue

suficiente para cubrir los requerimientos espirituales de la

nueva doctrina.

\. Robert Ricard. Op. Cit., pp. 82-83.

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Cortés indicaba que para la importancia que tenia ensefiar el

cristianismo, era preferible tener religiosos comunes y sencillos

en lugar de los obispos y dignidades importantes. No hay que

pensar que esta actitud demostraba una simpatia o preferencia

especial por las 6rdenes, simplemente consideraba que las

comodidades y la suntuosidad con la que vivia la alta jerarquia

no daria el ejemplo de “humildad' necesario para hacer que la

ensefianza cristiana tuviera el éxito esperado. De cualquier

manera, estos ministros seculares no perdieron del todo sus

privilegios; eran los tnicos que tenian el derecho y la

obligacién de autorizar “consagraciones episcopales' a todo

aquello que creyesen necesario para el buen funcionamiento de la

predicacién del evangelio. "Dentro de la iglesia, los frailes

mendicantes regulares y el clero secular comprendian dos grupos

poderosos de oposicién. El primero estaba formado por los

franciscanos, dominicos y agustinos a quienes se habian confiado

poderes parroquiales y sacramentales para la realizacién de metas

misioneras. El segundo estaba constituido por los clérigos de la

jerarquia episcopal, los poseedores tradicionales de estas

facultades, que consideraban el control parroquial por el clero

12 regular como una intrusi6én no autorizada". ”

'2.- Charles Gibson. "La religién", en Los aztecas bajo el dominio espaol (1519-1810). tr. Julieta Campos, 8a. ed. Siglo XXI editores, México, 1984 (Coleccién América Nuestra), p. 101.

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a. El clero secular.

La diferencia entre é6ste y el llamado clero regular es la

profesi6én por los votos, de los consejos evangélicos de pobreza,

castidad y obediencia. Estos viven bajo la égida de una regla y

haciendo vida comunitaria, mientras que los seculares no hacen

votos y viven con su familia. La jerarquia eclesiadstica toma a

sus dignidades del clero diocesano como regla general y

excepcionalmente del clero regular como en la Nueva Espafia del

siglo XVI.

Es, en este caso que los cargos de importancia ” fueron

ocupados por algunos’ de los misioneros de las 6rdenes

mendicantes. Esto se debidé principalmente a la falta de

sacerdotes o representantes del otro tipo de clero. Pero las

circunstancias cambian de manera radical desde el momento en que

los obispos seculares hacen acto de presencia en el Ambito

novohispano, principalmente a partir de la reunién del Primer

Concilio Mexicano (1555), con el que comienza la definicién de la

situaci6én que prevalecera en el resto de la época colonial: la

pérdida de la independencia de la que gozaban los religiosos en

su actividad evangelizadora ante el cada vez mas creciente

control por parte de la jerarquia secular.

4,. Estos cargos se refieren principalmente a cardenales, arzobispos, obispos, y en algunas ocasiones al nivel principal que es el del Papa.

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b. La Orden de Frailes Menores.

Los primeros grupos de religiosos que llegaron a América,

pertenecieron a las 6rdenes mendicantes mas importantes de

Europa: franciscanos, dominicos, agustinos. Algunos de ellos

apoyando los viajes y expediciones que llegaban a América y, en

forma individual, realizando su labor evangelizadora. Pero es

"s6élo con la llegada de los primeros misioneros franciscanos en

1524 [que] comenz6 la evangelizacién metédica de la Nueva

Espafia". ' Con una ensefianza mas planeada, los doce religiosos

pertenecientes a esta orden dieron inicio a su tarea espiritual.

En este grupo, conocido también como los Doce Apdstoles (a

semejanza de los seguidores de Cristo), destacaron religiosos

como fray Martin de Valencia, fray Toribio de Benavente o

Motolinfa y los hermanos legos fray Andrés de Cérdoba y fray Juan

de Palos. Todos ellos fueron "muy devotos de la Virgen Maria. Su

formacién dentro de la tradicién teolégica de Duns Scoto [1265-

1308] les inclinaba a la devoci6én Mariana en su advocacién de la

Inmaculada Concepcién." "

El papa Leén X concedié, por bula de 25 de abril de 1521

(Alias felicis), licencia a la orden de San Francisco para ir a

América y evangelizar, y "el 6 de mayo del afio siguiente, Adriano

VI, en su bula Exponi nobis fecisti, dirigida a Carlos Vv,

completaba las disposiciones de su predecesor." * En ella también

'4.. Robert Ricard. Op. Cit., p. 75. '5,- Ernesto de la Torre Villar. "El culto mariano en la catequesis novohispana del siglo XVI", en Anuario de

Historia de la Iglesia, HI. Separata. Instituto de Historia de la Iglesia/Facultad de Teologia/Universidad de Navarra. 1994, p. 234.

'*,- Ibid, p. 84.

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se otorgaba al resto de las 6rdenes religiosas, los mismos

derechos concedidos a los franciscanos en materia de

evangelizacién, siempre y cuando sus tareas no afectaran la zona

de influencia que pertenecia a los obispos.

c. La Orden de Predicadores y los frailes de San Agustin.

Como ya es sabido, las 6rdenes mendicantes posteriores a la de

San Francisco fueron los dominicos y los agustinos. De estos dos,

los primeros, llegaron aproximadamente al inicio del mes de julio

de 1526, mientras que los siete frailes agustinos, llegaron al

puerto de Veracruz en mayo de 1533, de donde salieron rumbo a la

ciudad de Tenochtitlan arribando a ella el 7 de junio del mismo

afio.

Entre los doce dominicos destacaban frailes como fray Tomas

de Ortiz, fray Domingo de Betanzos, fray Gonzalo Lucero (didcono)

y fray Vicente de las Casas (lego). Desafortunadamente para

ellos, la gran mayoria tuvo problemas de salud y regresaron a

Espafia, quedando solamente el padre Betanzos, quien tendria un

papel importantisimo en el establecimiento de la primer provincia

dominicana que se formé, la de Santiago, asi como en su relacién

con los aztecas sobrevivientes a la conquista militar. "

".~ Para una descripcién mas detallada de ta vida del padre Betanzos, asi como Ia de otros religiosos dominicos, se puede consultar Fray Agustin Davila Padilla O.P._Historia de la Fundacion y Discurso de la Provincia de

Santiago de México de la Orden de Predicadores. Prdélogo Agustin Millares Carlo, 3a. ed. Editorial Academia

Mexicana, México, 1955 (facsimil), [XVH], 645 pp.

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12

El nimero de frailes variaba de acuerdo a las condiciones que

Prevalecieron en las comunidades mondsticas, es decir, disminuia

por enfermedad o defuncién de los religiosos; también influia en

el nGmero de personas por convento, el traslado de un lugar a

otro (asignacién a convento) de acuerdo a la labor que debian

desempefiar cada uno de ellos para apoyar a las distintas

comunidades; también por esta raz6én habia comunidades que, al

aumentar el ntiimero de sus integrantes, permitfa una variedad de

trabajos con respecto a los grupos de fieles que eran atendidos.

Ademas de la propagacién del Evangelio y la explicacién del

Credo, otra de las labores importantes fue la devocién y cultos a

la Virgen Maria. En el caso de los dominicos se cuenta que "en

los momentos mas dificiles de la cruzada espiritual contra los

albigenses aparecié (...) a Domingo [la Madre del Salvador] y le

ensefiéd a rezar el Rosario asegurandole que seria el arma con que

* Asi, @ésto deriv6 en la advocacién de lograria la victoria."

Nuestra Sefiora del Rosario, de ahi que a 4@stos "con frecuencia se

les llamaba con el sobrenombre de “los frailes de la Virgen

Maria'." ” Es por ello que con frecuencia se encuentra una

capilla dedicada a la Virgen del Rosario dentro de los templos

dominicos, como una de las tantas formas de propagacién del culto

a Maria.

Los agustinos por su parte, propagaron el culto a diversas

advocaciones de Maria, como "su Asuncién a los Cielos o su

'8|- Daniel Olmedo. La iglesia catélica en la Edad Media. Libreria Editorial San Ignacio, S.A., México, 1960, vy. 2, p. 127, '°.. Fausto Zerén-Medina. Felicidad de México. Centenario de la coronacién de Maria Seriora de Guadalupe. Editorial Clio, libros y videos, S.A. de C.V. México, 1995, p. 43.

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13

condicién de Reina de los Angeles" *”. Al igual que los

franciscanos, se le dié gran importancia al de la Inmaculada o

Purisima Concepcién.

6. Algunos métodos para la evangelizaci6n.

Para el caso de la Nueva Espafia, las primeras comunidades de

frailes mantenian dentro de sus filas un grupo pequefio de

individuos, pues muchos de ellos no aceptaban venir al nuevo

continente y cambiar completamente las condiciones en las que

vivian en Europa (a pesar de lo establecido en las reglas

mondsticas). La mayoria de las veces era insuficiente el nimero

de religiosos para atender las necesidades de los fieles, y se

dificultaba la instruccién religiosa que debia darse a los

naturales como parte de la nueva feligresia cristiana.

A pesar de ello, los frailes trataron de encontrar métodos

que les permitieran cubrir esta tarea evangelizadora y lograr los

objetivos propuestos en torno al conocimiento pleno del

cristianismo por parte de los nuevos stbditos espafioles. Mucho

énfasis tuvieron que poner los religiosos en la imparticién de la

nueva doctrina, tanto en la comunicacién como en la manera de

ensefiar los fundamentos cristianos. El aprendizaje de las

diferentes lenguas nativas, para lograr una evangelizacién m4s

practica *, fue uno de los primeros pasos para lograr este

2. Ibid, p. 44.

21. Charles Gibson. Op. Cit., p. 117.

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14

acercamiento. Algunos religiosos se dieron a la tarea de aprender

especificamente el idioma de la regién en que se encontraban,

pero pronto se dieron cuenta que el ndahuatl era el de mayor

propagacién entre los habitantes de las nuevas tierras.

Aunado a ésto, los evangelizadores se enfrentaron con el

problema de las técnicas de ensefianza. Algunos decidieron que por

Medio de sefias los naturales entenderian lo que ellos querian

decir. Sin embargo, no lograron el resultado deseado. Otros

escribian sus ideas y pedian fueran traducidas al lenguaje de los

educandos. Otros m4s consideraron aprender el idioma ellos mismos

a la vez de adoptar métodos que permitieran cristianizar mejor a

los “infieles', como por ejemplo, adoctrinar primero a los nifios

"ensefiandoles el servicio de los altares dejandolos muy bien

instruidos en las cosas de nuestra Fe." ”

Sin embargo, sobre esta linea ¢gcémo hacer creer a alguien que

no comulga una misma fe? pues simplemente por la imitacién y

seguimiento de actos semejantes. Los naturales podfan adoptar las

nuevas ideas cristianas siguiendo los ejemplos de los mismos

religiosos. Mas que coincidencias en la forma de actuar o de

convivir en una _ sociedad, era necesario interesar a los

individuos en las nuevas ideas y costumbres religiosas, y una de

esas guias espirituales sera precisamente la figura de Maria

Virgen.

Es “en las advocaciones de Maria [donde] se observa el

trabajo pastoral de ciertas S6rdenes religiosas y las devociones

22. Agustin Davila Padilla. O.P. Op. Cit., libro I, p. 67.

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Marianas de sus fundadores." # Pero por qué se da tanto énfasis

a la figura de la Madre de Jests, ¢quién es Ella? ¢en qué

consiste su papel dentro de la cristiandad universal? Enseguida

daré una explicacién general de su significado.

B. FUNDAMENTOS DE LA EXALTACION A MARIA.

Dentro de las devociones que el catolicismo tiene a nivel mundial

se encuentra una muy especial y de gran relevancia para todos los

creyentes: el culto mariano. En el caso de Latinoamérica las

practicas que se realizaron bajo la tutela y ensefianza de los

misioneros fueron adoptadas de una manera muy fuerte,

probablemente como una forma de recordar a las diosas que fueron

veneradas por las antiguas culturas o porque realmente sintieron

la profunda necesidad de volcar su fe en alguien superior que les

ayudara a sobrellevar todo lo que la conquista militar les habia

traido. La devocién mariana fue entonces "el instrumento mas

eficaz para la conservacién de la fe cristiana predicada por los

primeros evangelizadores de Iberoamérica." *

Pero quién es Maria para que se le tributen tantos honores y

a quién se han dedicado y siguen otorgdndosele grandes

celebraciones; se puede responder sencillamente que Maria fue el

instrumento por el cual Dios se hizo hombre en Jests. Sin embargo

|. Fausto Zerén-Medina. Op. Cit., p. 43. *4,- Felipe M. Mariscal Chavez. O.S.M. "Maria en la piedad popular y en la cultura del pueblo”, en La Madre del Senor en la fe y la cultura de México. Actas del segundo simposio mariolégico de México. Libreria Parroquial de Claveria, S.A. de C.V. México, 1993, p. 248.

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esta respuesta para muchos no seria suficiente, por ello trataré

de explicar el papel de la presencia mariana en la cultura

Cristiana, tanto como en la evangelizacién de los pueblos al

convertirse en "uno de los fenédmenos religiosos m&as notorios que

aompafiaron -y siguen acompafiando- la vida religiosa (atin civil)

de todos los pafses iberoamericanos (...)." *

1. La concepcién universal de Maria, Madre de Jesis.

Desde el punto de vista de la religién cristiana, Maria es la

mujer destinada por Dios para formar parte del plan de salvacién

de los seres humanos. ¢Cémo puede ser ésto? El dogma de la

Inmaculada Concepcién dice que Ella es la mujer limpia de macula

a través de la que Cristo vino al mundo para lograr la redencién

de éste.

Conjuntamente con la humanizacién de Jestis, se dio gran

importancia a la Virgen, ya que su maternidad mantuvo durante su

existencia dolores, angustias y esperanzas. "Maria es una

advocacién milenaria. De acuerdo con la Sagrada Escritura y la

tradicién, después de que se cumplen en ella las profecfas sobre

el Mesias prometido al pueblo de Israel, le sobrevive a su hijo

para recibir, junto con los apdéstoles, al Espiritu Santo. Al

morir obtiene el privilegio de ser transportada en cuerpo y alma

5 bid, p. 247.

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al cielo como “especial participacién de la Madre de Dios en la

Resurrecci6én y en la Gloria de su Hijo'." *

La participaci6én de Maria se liga a los sufrimientos

experimentados por Cristo, mientras que el dolor por la muerte de

su hijo se une a la piedad; "[de] ese modo y, segtin se ha notado

a propésito de las leyendas y tradiciones marianas, Maria

adquiere un valor universal a la vez que se acerca mucho mas que

antes a la vida del pueblo." ”

Sin embargo, el conocimiento que se tiene acerca de Maria nos

indica que no se posee una historia lineal y en crecimiento

continuo como pareciera, sino que esta "doctrina mariana se

desarrolla en la Iglesia de acuerdo con una curva caracteristica:

existe (...) un crecimiento ritmico que hace pensar en el

% Conforme se avanza en el estudio de movimiento de una marea."

la Virgen y su relacién con el mundo, se encuentran aspectos

nuevos de su vida donde se alcanzan momentos de entusiasmo, de

lucha, asi como retornos a la calma y el silencio. "Tres series

de hechos manifiestan este ritmo: la cantidad de los escritos, su

cualidad y la rapidez de los progresos realizados." ” Sobre la

base de estos elementos, se puede distinguir primeramente la

presencia de Maria de una manera silenciosa que en el futuro

lograraé un reconocimiento explicito de su funcién; Ella "vive en

la Iglesia sin ser, de ninguna manera, objeto de predicacién."

2°. Fausto Zeron-Medina. Op. Cit., pp. 8-9.

7_- Luis Maldonado. Génesis del catolicismo popular. El inconsciente colectivo de un _proceso_histérico. Ediciones Cristiandad. Madrid, 1979, (El Libro de Bolsillo-Cristiandad, 49), p. 110.

°8.- R. Laurentin. "La Virgen Maria", en Varios. Iniciacién teolégica. 2° ed. Edit. Herder. Barcelona, 1964, (Biblioteca Herder. Seccién de Teologia y Filosofia, vol. 17), tomo IH La economia de la redencién, p. 192. 2%. Ibid, p. 193. °_- Loe. Cit.

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a. La esencia de Maria.

En un segundo momento, se deja ver la misién de esta Mujer dentro

del Nuevo Testamento en el que ocupa un lugar poco importante,

materialmente hablando, pero de un significado muy profundo. Su

episédica presencia permite entrever la maternidad divina para

ligarla a la maternidad espiritual logrando que la filiacién

humana de Cristo se relacione con la filiaci6én adoptiva de todos

los seres humanos. "La Madre de Cristo es aqui “una mujer'

anénima; se la nombra de un modo ocasional, y se la pone en

paralelo con la ley, lo cual no es ningtin titulo de gloria.

Ninguno de sus privilegios se halla subrayado. Pablo afirma su

raz6én de ser: asegurar la insercién del Salvador en la raza

humana, ~al llegar la plenitud de los tiempos'. Esto es todo." ?!

b. La percepcién de Maria en el contexto de la Evangelizacién.

Los textos evangélicos muestran a Maria desde una perspectiva

oculta, con un caracter andédnimo y ocasional pasando por su

importancia en los misterios de la anunciacién y la encarnacién

hasta llegar a la apertura de una posicién nueva: la misi6én de la

Virgen en el misterio de la Redencién, lo cual se relaciona

estrechamente con “la presencia viva de Maria en la Iglesia

primitiva." * Maria se sitG@a en el Gltimo lugar de una familia de

1. Ibid, p. 194. 32. Ibidem.

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“pobres y humildes', la porcién elegida de Israel, que es la que

representa el prototipo de los elegidos del Sefior y a los que

llené de bienes.

Todo esto evoca una espiritualidad que revela las actitudes

frente a Dios: fe, humildad, obediencia, accién de gracias. Se

"presenta a Maria como la primera que escuché la palabra de Dios

y la guard6 en su coraz6én." * Estas ideas son muy importantes

para mantenerlas presentes puesto que daraén a entender el por qué

de los procesos histéricos posteriores, especialmente en la

evangelizacién de América, ya que ayudaran a las explicaciones de

los religiosos que buscardn implantar el cristianismo en el Nuevo

Mundo.

En el momento hist6rico que se plantea en este apartado,

Maria sera vista entonces como "el homélogo de Eva en la nueva

creacién que constituye la venida del Verbo. Marfa es la mujer

por excelencia, asociada al Nuevo Adan y la “Madre de los

vivientes'" *, lo cual se traduce en considerarla como la Mujer

del Apocalipsis que triunfa sobre el pecado, sobre la

desobediencia; "la luna bajo sus pies parece indicar que se halla

por encima de los acontecimientos de la historia, y sobre este

mundo sometido a cambios y corrupcién, cuyo simbolo es el astro

cambiante." *

Durante el siglo XVI, por adelantar un poco en el tiempo

histérico, hubo acuerdos entre catdélicos y protestantes sobre la

presencia de Marfa en el Nuevo Testamento, pero es también éste

33. Ibid, p. 197. 4. Ibid, p. 200. 35. Ibid, p. 204.

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20

el punto de partida para hacer m&as explicito su papel en la

historia de la salvaci6én tanto como para realizar un estudio

mariolégico mas concienzudo y profundo.

En conclusi6én, "es cierto que la Virgen ocupa en la Escritura

un lugar poco destacado. Se la presenta en ella Utnicamente en

funcién de Cristo y no por si misma. Mas su importancia consiste

precisamente en la intimidad de sus vinculos con Cristo, que nos

manifiesta tantos rasgos convergentes." *

¢. Fundamento de la glorificacién de Maria.

El proceso que se acaba de mencionar, ilumina progresivamente el

misterio de la santidad de Maria, desarrollando de una forma mas

profunda su presencia a través del estudio que se hace de su

persona, localizando paralelismos de situaciones, hablando de sus

funciones como mujer virgen y destinada a la maternidad universal

en el que se encuentra la salvacién de toda la humanidad.

Considerar este aspecto como una nueva fase en el conocimiento de

la Madre de Jestis, nos indica que lo escrito y sugerido por los

evangelistas en el Nuevo Testamento se hace mds explicito por

estudiosos como San Justino e Ireneo hasta llegar al Concilio de

Efeso (431); la obediencia de Maria, que ha devuelto al mundo la

vida perdida por la desobediencia de Eva, permite que sea llamada

"causa de Salvacién para todo el género humano." ”

3¢,- Ibidem.

37. Ibid, p. 205.

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21

Ademas de la obediencia, se hace referencia a la Santidad de

la Virgen, situacién que creé dudas en algunos ascetas quienes

consideraron que s6lo Dios es Santo, pero que en el caso de Maria

fue un error confundirla con el resto de los seres humanos. Esta

santidad de la Madre de Cristo, va intimamente ligada al misterio

de su virginidad; Dios al hacerse hombre, vendria a través de

alguien digno y que cumpliese con la ley celestial: Maria,

obediente, pura y santa, fue ese medio; su fe le hizo merecedora

de ser la elegida.

Los que mas cerca han estado del proyecto de Dios son

precisamente los santos, ya que ellos cumplen en absoluta medida

las acciones que les hacen compartir esa vida (de Dios), a través

de su santidad y por lo mismo, hace coparticipe al hombre de

dicho privilegio. "Celebrar a un santo es celebrar a Dios, darle

gracias, reconocer su absolutez en nuestra historia." * Y esto es

precisamente lo que se hace con Maria, como la primera y

principalmente venerada entre los santos, puesto que las

diferentes formas de reconocimiento y piedad a Ella como Madre de

Dios, se basan en las condiciones de los tiempos, lugares, modos

de ser de los creyentes y ésto hace que, "mientras se honra a la

Madre, el Hijo, por raz6én del cual son todas las cosas y en quien

tuvo a bien el Padre que morase toda la plenitud, sea mejor

conocido, amado, glorificado, y sean mejor cumplidos’§ sus

39 mandamientos." El fervor mariano eleva su importancia debido a

que gira en torno a la mujer tanto como a la Madre; Maria es

#8. Andrés Pardo. (Et. Al.). El culto a los santos. Promocién cultural cristiana. Madrid, (Coleccién Pastoral Aplicada, 114), p. 21. 3°. Miguel Concha Malo, O.P. Op. Cit., p. 6.

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vista como predestinada e inmaculada y el rasgo de humildad que

le caracteriza le acompafia siempre.

San Agustin afirma que la santidad de Maria "es una excepcién

y tiene por principio la gracia de Dios, no sélo el libre

albedrio." ® Por lo tanto, "negar que la Madre de Cristo es

Madre de Dios era negar que Cristo fuese Dios. El justo medio

consistia en ver que la Virgen es Madre de Dios por haber

engendrado, segtin la humanidad, un Hijo que es personalmente

Dios." #

d. La evolucién del culto mariano.

Desde el Concilio de Efeso, la novedad fundamental para

caracterizar este nuevo periodo, es el florecimiento de las

fiestas marianas y, aunque las primeras de ellas aparecen en

Oriente antes de esta reunién conciliar, es a partir del afio 431

en que creceran tanto en ntimero como en solemnidad tributada.

Es en este momento en que la Virgen adquiere la dimensién

liturgica que permitirad se le rindan honores cada ajio en cada una

de las iglesias que iran apareciendo. El pueblo adquiere gran

influencia y realizan un culto mariano revestido con varias

formas de devocién, otorgando un reconocimiento a la Madre de

Cristo; los fieles son los primeros en adoptar a Maria como

intercesora y patrocinan los primeros santuarios en su honor, sin

®.- R. Laurentin. Op. Cit., p. 210. 4'- Ibid, p. 209.

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23

perder la sencillez y popularidad que les caracteriza por venir

del pueblo. Adquieren un conocimiento a través de la ensefianza

transmitida en los sermones e himnos por medio de los que se

exaltaran los privilegios de Maria, ademas de que constituyen la

gran mayoria de los escritos marianos de la época y en donde se

crearaé el desvanecimiento de las tltimas dudas acerca de la

figura mariana, "Es en las homilias bizantinas, sobre todo en los

Siglos VII y VIII, donde vemos nacer los tres puntos de

importancia considerable: la santidad original de Maria, su

mediaci6én y su asunci6én."

Esta etapa de esplendor mariano experimentard hacia el siglo

X un estacionamiento de sus manifestaciones y un descenso en las

celebraciones. Es aqui donde se comprueba que también los

pensadores latinos entraron en un periodo de letargo con respecto

al estudio de Maria, limitando su funcién especificamente a la

Encarnaci6én. Era como si se regresara a las ideas del comienzo de

la salvaci6én en que, al ser vista como la “Nueva Eva', se pensaba

en Ella tnicamente como el medio por el que Cristo vino a este

mundo. Esta circunstancia se prolongard hasta el momento de la

Reforma Gregoriana (1050); pero, en lo sucesivo, la idea de Madre

de Cristo se unira a la funcién de asociacién al lado de su Hijo

al ser no tan sdélo introductora de la salud sino también

corredentora del mundo, denominacién que habia sido privativa de

la Iglesia. "Se descubre que el dominio de Maria encubre el de la

Iglesia: de este modo no existe entre ambas simple semejanza,

sino subordinaci6én. La Virgen no es ya solamente tipo y ejemplar

©. Ibid, p. 211.

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24

de la Iglesia, sino que viene a ser la reina, la madre y la

Mediadora: (...)." %

Durante este proceso las manifestaciones populares no se

debilitan, por el contrario, mantienen su entusiasmo por la

Virgen, pero se van a nutrir cada vez mds de elementos

adulterados como son las charlatanerias, milagros de pacotilla y

tépicos equivocos. La evoluci6én artistica con respecto a las

representaciones marianas se desenvuelve en el naturalismo y de

ahi al artificio cayendo poco a poco en el amaneramiento y la

teatralidad. "Los sermones evocan sus lagrimas, sus gemidos y sus

debilidades, pero olvidan su fuerza y su cooperacién a la obra

redentora. Cuando comenz6 la crisis protestante se estaba

llegando al limite de la decadencia." *

Es a partir de la influencia bizantina que los estudiosos

retoman la inspiracién necesaria para dar un renacimiento al

conocimiento mariano, dandose estos ejemplos un poco antes de la

ya mencionada reforma gregoriana, pero que practicamente tienen

su punto de inicio con la fiesta de la ~Concepcidén de la Virgen’.

45

Esta renovacién de la teologia mariana florece nuevamente en

los siglos XI y XII, principalmente con las ideas de San Anselmo

(1109) adquiriendo grandes proporciones durante la primera mitad

del siglo XII con San Bernardo (1153); el titulo que se le otorga

8. Ibid, p. 213.

4. Ibid, p. 214

‘S|. "Esta fiesta aparece en Inglaterra a partir aproximadamente del afio 1060. Después de un eclipse a la

Hegada de Guillermo el Conquistador (1066-1087), renace hacia 1127-1128 sobre bases mds teoldégicas; luego pasa a Normandia, después a Francia, no sin graves controversias, en las que San Bernardo desempenié el papel opositor." Ibid, p. 212.

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25

a la Virgen es el de Mediadora, difundiéndose por todo el

occidente; Maria aparece entonces como "protectora contra el

Maligno y como la que salva a los condenados por la justicia

tanto humana como divina." *® Su misterio personal se lleva a

primer plano, pero siempre detrds del misterio de la presencia de

Cristo en la Eucaristia.

Es en este mismo siglo (XII) cuando aparecen las oraciones y

alabanzas a la Virgen, especialmente las letanias compuestas en

su honor y que generalmente terminan con la plegaria Ora pro

nobis (ruega por nosotros). El surgimiento del rezo del Rosario

(hacia el siglo XIV), fue una devocién que, con la intervencién

de la Iglesia logra una conexi6én directa entre cada decena y la

meditacién de los episodios de la vida de Cristo. ” La veneracién

y el reconocimiento de la dignidad de Maria conforman asi el

culto a su persona, pero siempre subordinado al culto a Dios,

como la forma suprema y ejemplar.

e. La devocién mariana y el protestantismo.

La llegada del siglo XV trae consigo las ideas de la reforma

protestante que, en el caso de la mariologia, da un retroceso a

la situacién que se vivi6éd durante el Concilio de Efeso y en la

que se consider6 a la Virgen tnicamente, como Santa, como Virgen

46. Luis Maldonado. Op. Clt., pp. 110-111. ‘7,- El Rosario se considera la variante mariana del Salterio, seleccién de los salmos de David, y que son sustituidos por un Padrenuestro y diez Aves Marias, repetido quince veces.

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26

Y como Madre de Dios: tres puntos fundamentales que muchas de las

veces fueron olvidados y hasta eliminados.

El Concilio de Trento finaliza en 1563 sin tratar la cuestién

Mariana como debiera. Sin embargo, durante los tltimos afios del

Siglo XVI, se dara un renacimiento mariano en los paises que no

se consideraran infiltrados en la Reforma como lo es Italia y

principalmente Espafia, "todavia en el apogeo de su gloria, que da

el tono en todos los terrenos, desde la mistica a la teologia,

desde la literatura a la moda. Tiene por protagonistas a los

primeros grandes tedlogos de la Compafifa de Jestis." *

Los afios de gran extensién y apogeo con respecto a las ideas

marianas fueron principalmente de 1619 a 1630, y llegaron a su

climax entre 1630 y 1650 para después volver a caer como si se

hubiera agotado completamente por su rapido desarrollo. El

estudio acerca de Maria se retoma nuevamente hacia la década de

1670 y se desarrolla durante el fin del siglo XVII y comienzos

del siglo XVIII con las ideas de autores notables como San Juan

Eudes (1680), San Grignion de Montfort (1716) y San Alfonso Maria

de Ligorio con su libro Glorie di Maria, publicado en el afio

1750. "Los comienzos del periodo asi delimitado se caracterizan

por un cambio de orientacién, una renovaci6én de la inspiracién y

una explosién de entusiasmo. Es sorprendente el contraste entre

los tres primeros cuartos del siglo XVI y los comienzos del XVII.

Por una parte algunas obras, breves, sin vida, absorbidas por

‘8. Ibid, p. 214. En Espatia se encontré a Salmer6n (1585), Sudrez (1590), fundador de la mariologia sistemdtica y Salazar que publica en 1618 la primer obra sobre la Inmaculada Concepcion, asi como ta primera

exposicién de Maria en la Redencién. En la zona germana un personaje importante para el renacimiento

mariano es San Pedro Canisio (1572) mientras que para Italia se encuentra San Roberto Belarmino.

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27

ingquietudes polémicas; por otra, una literatura exuberante,

dominada por preocupaciones constructivas hasta olvidar la

existencia de los protestantes. El siglo XVI se habia limitado a

la tarea negativa de conservar y defender una herencia reducida

al minimum; el siglo XVII es guiado por el ansia, a veces

excesiva, de promover las nuevas glorias de Maria y de implantar

nuevas formas de devocién. En una palabra, el fin del siglo XVI y

el principio del XVII son, en el terreno mariano, lo que es una

primavera en la naturaleza. Lo que parecia mvuerto recobra la

vida: una vida floreciente, desbordante, cuyas innumerables

manifestaciones desafian la enumeracién." *”

Para reducir todas estas ideas en un tema principal, se puede

decir que el punto teolédgico central es la referencia a la

Inmaculada Concepci6én creencia que habia sido entorpecida por

algunas autoridades teolégicas, mismas que, al final del siglo

XVII, consagran sus esfuerzos para hallar en la base de Santo

Tomas de Aquino la afirmacién de esta doctrina.

£. Consideracién moderna de la concepcién mariana.

La importancia que el culto mariano adquiere durante los siglos

XIX y XX muestran particularidades singulares. Durante las

primeras tres décadas decimonénicas la literatura’ mariana

presenta un vacio tan amplio que llega a una esterilidad nunca

alcanzada ni en el siglo XVI: la mediocridad se hace elocuente en

” . Ibid, p. 215.

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28

este perfiodo. Sin embargo, el renacimiento mariano sobreviene en

1830 con una aparicién (a la que seguirdn una serie de ellas),

durante el siglo XIX: "la Virgen conffa a Catalina Labouré el

proyecto de la medalla milagrosa que sera la sefial de un gran

movimiento de piedad y de conversiones. La efigie parece contener

todo el programa mariano del siglo: inmaculada concepcién y

mediacién." “ Esta advocacién de la Virgen serd declarada por

Pio IX como dogma de fe en el afio de 1854.

A pesar de esto la auténtica piedad religiosa del siglo XIX

se ve influida por literatura adulterada que lleva a algunos

estudiosos de la Virgen a proponer una mariologia de cara a las

fuentes y libre de escorias; se regresa a las fuentes patristicas

y un doble aspecto se hace patente durante la segunda mitad de

este siglo: "el de recoger los aspectos del dogma mariano segtn

un orden y unidad, y, lo que es mds nuevo, el de situar la

mariologia en su lugar dentro del conjunto de la teologia, entre

el tratado de Cristo y el de la Iglesia, e integrarlo aqui

organicamente." *

Ya en la presente centuria, y mas especificamente a partir

del afio 1925, se pasa del proceso de sistematizacién al

movimiento de mariologia cientifica cuyo punto de aplicacién sera

la mediacién mariana considerada a partir de dos fases: la

participaci6én en la obra fundamental de la redencién y en la

concesién de los frutos de esta misma redenci6én.

$0. Ibid, p. 216. St. Ibid, p. 217.

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29

Conjuntamente a este primer centro de interés hard su

aparicién, entre los afios 1940 a 1950, un nuevo tema de estudio y

reflexién: la asuncién de Maria, y aunque se aprecia en estos dos

puntos la conquista del rigor histérico y la precisién teoldégica,

cabe anotar que la circunstancia relativa a la corredencién

adquirira una mayor importancia en el transcurso del tiempo. "En

el fondo una sola cuestién se plantea a través de todo esto: qué

significa la misién de Maria en el plano de la salvacién. Esta

es, en definitiva, la cuestién que prevalece hoy. (...). No se

intenta tanto que probar una tesis cuanto situar el papel de la

Virgen en el conjunto del misterio cristiano: es un esfuerzo que

lleva consigo la eliminacién de elementos facticos." *

Estos esfuerzos devuelven a la mariologia el equilibrio que

habia perdido paulatinamente, durante los tiltimos siglos.

2. El mundo espafiol y la presencia mariana.

Desde el momento en que Maria se convierte en la Madre de todos

les hombres, sus manifestaciones a través de las diferentes

apariciones en el mundo cristiano se hacen m&s_ frecuentes,

ayudando a la humanidad a alcanzar la solucién a los problemas

materiales y espirituales de uno o varios individuos; "para ello,

alienta a los hombres en su lucha por la santidad, fundamentada

en la oracién y el sacrificio que Cristo solicit6 en sus consejos

52. Ibidem.

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30

evangélicos. Por esta raz6én, Maria, a través de sus apariciones,

se ha convertido en la Reina de la Paz." *

Ya se ha mencionado con anterioridad que, ademas de ser la

Madre del Sefior, se ha convertido en la mayor intercesora de la

humanidad cuya materna solicitud y proteccién a sus fieles ha

colaborado en la formaci6én de naciones y pueblos.

En la historia del mundo hispanico las apariciones marianas

no son la excepcién; una vertiente de ello es el culto que se le

otorga a las diferentes apariciones de la Virgen en la peninsula

ibérica como se puede contemplar en el afio 40, mientras el

apéstol Santiago realizaba su labor de evangelizacién en dicho

lugar. Maria, “en carne mortal', se encontraba sentada en un

pilar y pedia que ahi mismo se edificara una iglesia para honra

del nombre de Jestis y para obrar “sefiales maravillosas' en

aquellos que le demandaran sus favores.

Continuando con esta misma regidén, durante la lucha entre

moros y cristianos en el siglo VII, estos tiltimos descubrieron

una cueva en las montafias del norte de la peninsula y en ella a

un ermitafio con una imagen de Maria. En ese momento les

pronostic6 el triunfo cristiano, y asi sucedi6; a partir de

entonces se vener6 en ese lugar la advocacién de la Virgen de

Covadonga.

Durante el siglo VIII se honré en Catalufia una imagen de la

virgen conocida por la jerosolimitana, debido a que se suponia

venia de Jerusalén desde los tiempos de San Pedro. Cercana la

3}. Maria Eloisa Alvarez del Real, (Dir. Gral.). Santuarios de la Virgen Maria. Apariciones y advocaciones.

Editorial América, S.A. Panamd, 1990, p. 29.

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31

invasién arabe (717), se decidié esconderla en el monte Monserrat

Y para el afio 880 unos pastorcillos la descubrieron.

El ataque de los mahometanos en el siglo XIII hacia los

cristianos fue tan grande que estos Gltimos sufrian la esclavitud

y rigor del enemigo; Maria se aparecié a Pedro Nolasco y le pidié

fundar una orden religiosa con el titulo de la Merced o de la

Misericordia, destinada a rescatar a los cautivos cristianos y

visitarlos. También durante este siglo "Santo Domingo de Guzman

lucha por derramar la luz sobre la oscuridad de la herejia

albigense. La Virgen le ensefia a meditar los misterios de la vida

de Cristo, gozosos, dolorosos y gloriosos. Nace el Rosario, y San

Pio V instituye la festividad de Nuestra Sefiora del Rosario en

1571." *

Después de su gloriosa asunci6én a los cielos y, tras hacer

mencién de estos ejemplos para el caso ibérico, la Virgen se ha

hecho presente en infinidad de ocasiones, siendo cada vez mas

corto el lapso de tiempo que ha mediado entre una y otra

aparici6én. Es importante decir que todas estas tradiciones e

historias marianas son plasmadas en diversos textos para hacer

que los creyentes reafirmen su fe en la voluntad divina, haciendo

sentir su presencia a través de estas manifestaciones o por medio

de acontecimientos providenciales en todos y cada uno de los

paises y regiones en que Ella (Maria), se ha hecho notar.

Se afirma @6sto con "las palabras que Juan XXIII, siendo

todavia Cardenal Patriarca de Venecia, pronuncié el 13 de mayo de

1956, en Fatima, Portugal: “al morir VJestis, y dejarnos en

%4 . Ibid, p. 31.

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32

testamento a su Madre, parece que le concedi6é la misién de

visitarnos, atin en forma visible, apareciéndose aqui y alla, en

forma de mujer, de madre'." *

3. Maria y el nuevo continente.

La Virgen Maria ocupa un lugar preponderante dentro de la

cristiandad, pero es especificamente en Latinoamérica donde se le

ha representado de diversas formas y bajo distintas advocaciones.

Durante los primeros afios del siglo XVI, el mundo peninsular

espafiol llega a América con una serie de devociones marianas

diferentes muy celebradas en su territorio y que persisten

actualmente. Los misioneros que vienen con los conquistadores

hacen un esfuerzo por ayudar a la evangelizacién, pero algunos

estudiosos del tema han sefialado que son los conquistadores los

primeros que realizan una fuerte labor para ensefiar lo relativo a

la Virgen Maria y a su Hijo Jests.

a. Tonantzin y los mexicanos.

Ya se ha mencionado con anterioridad la aceptacién que los

naturales otorgaron a la presencia de Maria debido a diversos

factores, pero para apreciar correctamente este sentir hacia la

Madre de Dios, se puede partir de la devoci6én que ellos tenian en

58. Ibid, p. 30.

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33

la Madre de todos o “Tonantzin' que significa "Nuestra Madre",

diosa muy venerada y cuyo lugar de tributo se encontraba al norte

de la antigua Tenochtitlan. A ese lugar llegaban gran ntimero de

peregrinaciones de los pueblos circundantes. "La presencia de

esta deidad facilité a los indigenas la comprensi6én de la figura

de Maria, Madre de Dios y también Madre nuestra. El culto a la

~“Tonantzin', purificado con el tiempo por obra de los misioneros,

constituy6 una base firme en el sentimiento y en la fe del pueblo

recientemente convertido a la fe catélica." *

b. Los conquistadores y su devocién mariana.

La labor que desarrollaron los conquistadores tuvo mucho que ver

en el culto a Maria. Los testimonios de las crénicas que

describen la piedad de los primeros navegantes, de los propios

soldados de Herndn Cortés y futuros pobladores espafioles en

América, hicieron de la Virgen su compafiera en el vasto

territorio con que se encontraron. Se ha dicho que "con la cruz y

su devocién llegé también a la Nueva Espafia la veneraci6én y la

imagen de la Virgen Maria. Los conquistadores, hombres de fe ruda

y elemental, confesaban a Cristo y veneraban a la Santisima

Virgen." ”

La devocién a la Virgen Maria por parte de los conquistadores

debié ser muy arraigada y se ve en las disposiciones indicadas

%,- Cit. en Felipe M. Mariscal Chavez, O.S.M. Op. Cit., p. 257.

5”,- Ernesto de la Torre Villar. "El culto mariano ... Op. Cit., p. 233.

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34

por Cortés, como ya se habia mencionado con anterioridad. El

doctor de la Torre indica que se dio un reflejo muy elevado del

espiritu en estas ordenanzas y por lo mismo no se mantenia ningtin

elemento de vulgaridad o relajamiento. "Aunque es forzoso

reconocer que muchos de los conquistadores espafioles no

estuvieron exentos de graves defectos, es incontestable que casi

todos eran hombres de arraigada fe y ademas fervientes devotos de

la Virgen Maria." *

El trabajo que los conquistadores emprendieron para el

conocimiento de la devocién mariana comenz6é con su llegada a las

nuevas tierras, cuando se “pedia' a los naturales olvidarse de

sus idolos y acogerse a la verdadera religién a través de la cruz

y de la imagen de Maria. Cuando la reticencia de los americanos

no ayud6 en este paso, se hizo uso de la fuerza destruyendo

aquellas figuras que representaban a los dioses mesoamericanos y,

por medio del proceso militar, se implantaron la cruz y la figura

de Marfa en todos los templos que habian sido ocupados por las

antiguas deidades. Francisco Lépez de Gémara menciona algunos

datos acerca de la conquista de México y refiere la destruccidén

de los idolos por parte de los soldados de Cortés y dice: "Y en

cada capilla y altar ponfan una cruz o la imagen de Nuestra

Sefiora, a quienes todos aquellos islefios adoraban con gran

devocién y oraciones, y ponian su incienso, y ofrecian codornices

y maiz y frutas y las otras cosas que solian traer al templo por

ofrenda. Y tanta devocién tomaron con la imagen de Ntra. Sra.

8. Rubén Vargas Ugarte, S.J. Historia del Culto de Maria en Iberoamérica y de sus imdgenes y santuarios

més celebrados. 3a. edicién. Talleres Graficos Jura, Madrid, 1956, tomo I, p. 10.

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35

Santa Marfa, que salian después con Ella a los navios espafioles

que tocaban en la isla, diciendo “Cortés', “Cortés', y cantando

“Maria', ~Maria', como hicieron a Alonso de Parada y a Panfilo de

59 Narvaez y a Crist6ébal de Olid, cuando pasaron por alli."

Asi también, se iniciaron las primeras construcciones de los

templos dedicados totalmente al culto cristiano, ya que conforme

los espafioles avanzaban en el territorio, se iban construyendo

algunas ermitas con altares dedicados a la cruz y a la Virgen,

colocando las imagenes respectivas sobre los altares para ser

objeto de culto y devocién, para dar gracias y pedir la ayuda

necesaria para continuar con la empresa conquistadora.

La presencia de Maria se hizo cada vez mayor cuando se hablé

de las manifestaciones que tuvo en el episodio de la conquista,

no solamente a nivel del territorio azteca, sino también en el

resto de América. Tanto espafioles como naturales, cuentan las

crénicas, pudieron observar la figura de una hermosa mujer, con o

sin nifio en los brazos, en sefial de protecci6én para aquellos que

luchaban por la cristiandad. De ahi que a manera de

agradecimiento a los favores recibidos, los espafioles propagaran

atin mas la devocién mariana y se acrecentara el ntimero de templos

construidos. Asi lo advierte el padre Bravo Ugarte cuando indica

que estos acontecimientos se pudieron observar durante diversos

momentos de la conquista, pero especialmente "en la retirada de

la ciudad de México, episodio conocido en la historia como de la

Noche Triste, y en la cual debieron los castellanos su salvaci6n

$9. Ibid, p. 12.

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36

a haberse guarecido en un adoratorio levantado sobre una

eminencia, que les sirvié de fortaleza. Mas tarde hizo construir

Cortés en aquel sitio un santuario a Nuestra Sefiora, y en el que

fue colocada la Virgen de los Remedios, que le habia acompafiado

en la conquista y parece haber sido la misma que entroniz6é, a

poco de entrar en la capital azteca, en el mismo sitio en donde

antes era venerado el {dolo Huitzilopotchtli." ®

c. La presencia de Maria entre los misioneros mendicantes.

El ejemplo que pusieron los conquistadores fue un elemento

importante para la rapida difusidén del cristianismo y del culto a

Maria en el nuevo mundo, pero se dice que son los frailes de las

6érdenes mendicantes los principales propagadores de la nueva

religi6én y el conocimiento de las devociones marianas. Su trabajo

fue primordial ya que comenzaron la evangelizacién tratando de

infundir una gran fe en la proteccién otorgada por la Madre de

Jests.

Con el afecto que profesaron a la Virgen, también trajeron

los objetos que apoyaron la devocién hacia Ella. El instrumento

mas autorizado para darla a conocer fueron las diferentes

imagenes de las advocaciones marianas mas veneradas en Espafia. En

esta sentido, los franciscanos tuvieron la batuta en las

diferentes devociones a los santos y a Maria, pero las otras

®,- Ibid, p. 13.

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37

Ordenes también procuraron dirigir las suyas propias, tal es el

Caso de los dominicos con la fundacién de la cofradia en honor a

la Virgen del Rosario que, segtin se dice, fue muy bien acogida

por espafioles y naturales. *

Acciones como la anterior y con el trabajo realizado por los

propios dominicos, franciscanos, mercedarios, carmelitas y

jesuitas "florecieron en la Nueva Espafia las cofradias y demas

grupos devocionales que dieron un tono de mayor dedicacién

Mariana a las poblaciones ya bautizadas. Entre las hemandades se

practicaban los sabados marianos, el canto de la Salve, la

recitaci6én de las Tres Aves Marias y otras formas de devocion a

la Virgen, que de esta manera contribufan a asegurar y a hacer

cada dia mas profunda la fe de todo un conjunto de pueblos a la

Madre de Dios, considerada en sus varias advocaciones."

Paralelamente a los espafioles, otros cultos hacen = su

aparicién en el mundo evangelizado algunos son el de Nuestra

Sefiora de las Mercedes, la Virgen con Corona, Nuestra Sefiora de

la Anunciacién, la Virgen con el Nifio, la Purisima (o Inmaculada)

Concepcién (propagada sobre todo por los franciscanos y los

jesuitas), la Virgen de los Remedios, etc. Esta tltima

advocaci6n, tanto por su origen como por su historia, se

considera netamente espafiola debido al patrocinio otorgado por

Maria durante el episodio conocido como “la Noche Triste' y,

durante la guerra de independencia, al ser escogida por los

realistas para proteger a sus ejércitos. "Por lo dem&s, parece

‘!\. Davila Padilla. Op. Cit., libro I, p. 354-363. La cofradia se extiende en su fundacién hasta el estado de Puebla. 82. Cit. en Mariscal Chavez, Op. Cit., pp. 258-259.

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38

que los religiosos nada tuvieron que ver con esta devocién, al

menos en sus principios." ®

La Virgen fue vista de una manera muy especial: como

intercesora y adem4s como protectora en los momentos de grandes

problematicas y dificultades. La fe en Ella como Madre se ha

considerado como el componente principal de la identidad de los

pueblos latinoamericanos. En este sentido, una de las devociones

mas arraigadas y fuertes que se ha dado principalmente en México

ademas de extenderse de manera casi mundial, es el de la Virgen

de Guadalupe, considerado como el principal de todos los cultos

coloniales y prolongado hasta nuestros dias. "La fecha legendaria

de la primera aparicién de la Virgen, en 1531, sigue siendo

cuestién de discusién. Pero, indudablemente, alrededor de los

afios 1550 habia surgido un incipiente ceremonial indigena

alrededor de los poderes y las curas milagrosas de la Virgen. Los

esfuerzos clericales por detener el desarrollo del culto,

fundandose en que una imagen pintada por un indigena era

representada como milagrosa, fueron en todas partes un fracaso y

la sociedad espafiola acab6 por reconciliarse con la idea. Pero el

culto a la Virgen de Guadalupe era esencialmente un fenémeno

indigena, que rivalizaba en cierto sentido con el patrocinio

espafiol de la Virgen de los Remedios. Su fiesta, en los siglos

XVII y XVIII, como en los tiempos modernos, era el mayor

acontecimiento religioso en todo México."

% |. Robert Ricard. Op. Cit., p. 296.

«_~ Charles Gibson. Op. Cit., p. 135-136.

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39

Como una manera de resumir todo lo dicho hasta el momento, se

puede establecer una nota comin para toda la cristiandad de

México e Iberoamérica: la conciencia de la intercesién de Maria

en beneficio de todos sus fieles. "En Maria el pueblo se siente

interpretado y asumido. Por eso en América Latina la devocién a

Maria es un modo de conservacién de la fe y un principio

esencialmente mariano." %

6~ Cit. en Mariscal Chavez, Op. Cit., p. 260.

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40

IT) TONANTZIN O GUADALUPE: INICIO DE UNA NUEVA NACIONALIDAD.

La devocién a Nuestra Sefiora de Guadalupe ha sido y es un culto

muy arraigado en la colectividad religiosa mexicana. Su extensidén

ha alcanzado a cubrir grandes regiones del continente americano

y, mAs recientemente, algunos paises europeos han adoptado la fe

en dicha imagen.

El culto guadalupano ha crecido tanto por la fama de las

gracias concedidas, como por la difusién que ha tenido desde los

tiempos de su aparici6én. En estas actividades, diversas

personalidades civiles, politicas y religiosas han jugado un

papel preponderante para hacer de la Guadalupana la emperatriz y

protectora de México y de América, titulo con el que es conocida

en la actualidad.

A. LA VIRGEN DE GUADALUPE EN LA NUEVA ESPANA.

El culto a la Virgen de Guadalupe se profesé tanto por los

espafioles como por los indigenas. Los primeros, originarios en su

gran mayoria de Andalucia y Extremadura, tenian dentro de sus

devociones el de la Guadalupana ibérica. Los segundos, adoptaron

la advocaci6én mexicana a partir de las apariciones de Maria en el

Tepeyac (segtin cuenta la tradicién), crearon asi un

acontecimiento de gran trascendencia y con mucha fuerza en "una

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4)

imagen de maternidad, sustento, salvacién y destino nacional.” *

El significado mistico y profético que tiene para México viene

desde la conquista y, su aparicién en 1531, es providencial por

las representaciones que manifiesta.

1. Los origenes

Dos aspectos se pueden considerar al hablar de la Guadalupana.

Desde el punto de vista teolégico, se habla de una relaci6én entre

la Purisima Concepcién y la aparicién de esta virgen morena como

presencia de la mujer apocaliptica, "una mujer vestida de sol, y

la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce

estrellas." %. Segundo, (la explicaci6én mayormente conocida por

todos), la adoracién hecha en el Tepeyac por los aztecas a la

madre Tonantzin y que, diez afios después de la conquista, su

manifestacién cristiana a un descendiente de la antigua cultura

provocarad una serie de polémicas en torno a su legitimidad.

a. La Inmaculada Concepcién.

gQuién es Marfa en esta devocién? La joven mujer creada por Dios

Padre sin pecado alguno, fue elegida por El mismo para concebir a

- William B. Taylor. “La Virgen de Guadalupe en la Nueva Espafia: encuesta sobre la historia social de la devocién mariana”, en Trace. Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, diciembre 1992, nim. 22, pp. 72.

67. Apocalipsis, cap. XI versiculo 1).

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42

su. hijo, salvador del mundo. Esta vinculacién entre Maria

Inmaculada y la concepcién sin mAacula de Cristo, permiten aludir

a una perpetua virginidad. *

De la totalidad de las representaciones marianas que se

dieron en América, la de la Purisima Concepcién fue la de mayor

veneracién por los fieles. Su culto tom6é importantes dimensiones

en la peninsula como en todas sus posesiones de ultramar; se

extendi6é desde la capital de la Nueva Espafia hasta el suroeste de

los Estados Unidos.

Los franciscanos iniciaron las diversas formas de devocién

mariana dentro de las comunidades que evangelizaban, pero se

tiene también que los jesuitas contribuyeron de manera muy

importante al culto de la Purisima. "Desde el Tercer Concilio

Mexicano, reunido en 1585, la fiesta de la Inmaculada Concepcién

de la Virgen fue declarada obligatoria, bajo pena de pecado

mortal. El culto a la Inmaculada tom6 en Espajfia, y en el imperio,

las proporciones de un asunto nacional". ®° La monarquia

aprovech6 su posicién e influyé para que se formara una junta

llamada de la Inmaculada y obtener asi la promulgaci6én del dogma

de dicha advocaci6én. Esta junta tuvo reuniones periédicas hasta

que en 1820 se disolvié, puesto que la Santa Sede no di6é ninguna

resoluci6én al respecto.

En México, especificamente en las regiones donde

evangelizaron franciscanos y agustinos, el culto a Maria

Inmaculada tuvo mucha importancia durante los siglos XVI y XVII,

% _ William Taylor, Op. Cit., p. 72. °°, Jacques Lafaye. Op. Cit., p. 322-323.

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43

y fueron los primeros quienes hicieron ver en Marfa un simbolo de

Caridad y redenci6én; le llamaban “la abuelita piadosa'. ” Los

cultos locales a la Inmaculada se fueron propagando en las

diversas actividades y edificios fundados por los franciscanos, y

fueron evolucionando a medida que la estabilizacién de los

pueblos indigenas y su. desarrollo en instituciones mas

especializadas, reforzaron la devocién de la comunidad.

b. La Guadalupana en México.

En ese perfodo, otras advocaciones de Maria ganaron muchos

adeptos, pero se ha llegado a considerar que la gran mayoria eran

representaciones diversas de la Inmaculada. Una de ellas,

precisamente la de Guadalupe, cobr6 mucha fuerza y destac6é de

entre las demas.

Como ya se ha mencionado, la continuacién de la Inmaculada

Concepcién en la advocacién de Guadalupe tiene un significado muy

importante: la mujer sin pecado, y por la que llegara la

salvaci6én al mundo, se hace presente en la historia de las nuevas

tierras. Esta mujer del Apocalipsis se manifiesta en los nuevos

dominios espafioles a través de la virgen morena, con rasgos

fisicos similares a los naturales de América, demostrando con

%,- William Taylor. Op. Cit., p. 74.

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44

ello que el plan de la redencién creado por Dios alcanza a todos

sus hijos:

Si Maria llegéd traida por los conquistadores, los evangelizadores y los emigrantes de Europa, y su culto vino precedido por la fama de sus prodigios y milagros, México envi6d a Europa la mds grande de las famas, el mas sonado de los portentos, “~consuelo y devocién universal' de estas tierras, ~dulce iman de

los afectos de todos los americanos': Santa Marfa de Guadalupe. Esta veneracién fue bien recibida por los medios oficiales de Espafia debido a la lucha por que prevaleciera una visién favorable al culto mariano tradicional, en contra de las tendencias esparcidas por la Reforma, que lo relegaban.

En México, el suelo mas fértil habia sido para la devocién guadalupana. "

2. Las apariciones de Guadalupe en el Tepeyac.

Dentro de la idea del culto mariano que propagan los espafioles en

América, la devocién particular por Guadalupe toma matices muy

significativos en la Nueva Espafia. El futuro de esta naci6én

comienza precisamente en el momento de la conquista; " “México

naci6 en el Tepeyac', relatan muchos libros de historia. La

relacién de la aparicién en 1531, tan s6élo diez afios después de

la rendicién de la capital azteca, es providencial por el

sinnamero de posibilidades que conlleva: una virgen Maria de tez

morena se le aparece a un pobre indio en el Tepeyac, sitio

1. Fausto Zerén-Medina. Op. Cit., pp. 47-48.

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45

sagrado dedicado a una diosa prehispdnica de la fecundidad, para

dejar su bella imagen en el sayal del indigena." ”

a. gMito espafiol o realidad indigena?

La muy arraigada tradici6én nos cuenta que las apariciones de

Santa Marfa, en la advocacién de Guadalupe, fueron hechas a un

natural de Cuautitlan recién convertido al cristianismo: Juan

Diego. Cinco fueron las veces que la Guadalupana se presenté para

indicar su deseo de ser reconocida como Madre del Salvador y asi

mismo, para que en el lugar de estas entrevistas se le

construyera un templo donde venerarla con el nombre elegido por

ella misma.

El lugar que sirvié de marco para las manifestaciones de la

virgen, habia sido utilizado con anterioridad por la cultura

azteca para rendir culto a una de sus deidades: "Tonantzin era

una divinidad mayor, su principal santuario se encontraba en el

cerro del Tepeyac, a una legua al norte de la ciudad de México, y

a 61 acudian peregrinos de todo el pais." ”

Segin concuerdan la mayorfa de los cronistas religiosos,

Tonantzin era para los mexicas la madre de todos los dioses y,

por ende, “nuestra madre', como ellos mismos le llamaron. Su

” . William Taylor. Op. Cit., p. 72.

3. Jacques Lafaye. Op. Cit., p. 304.

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46

identificacién con Cihuacéatl, Centéotl e inclusive Xilonen, pone

de manifiesto la importancia religiosa que tenia para los

antiguos habitantes considerando que todas estas representaciones

llevaban a una sola madre protectora que era precisamente

Tonantzin. En ella se reunieron principios como el de la

fertilidad, pero sobre todo el m&s importante: el principio de la

dualidad creadora conjuntamente con Quetzalcéatl. ™

Se podria pensar que la asimilacién de las diferentes

advocaciones de Maria, no fueron tan complicadas en el

entendimiento de los nuevos cristianos, ya que ante la evidencia

de conocer con distintos nombres a su madre protectora, permitidé

la comprensién de lo que los evangelizadores querian que se

entendiera.

b. La idea espafiola de Guadalupe.

Durante los siglos XIV y XV, los frailes jerénimos se dedicaron a

difundir lo sucedido en una sierra oriental de la provincia

espafiola de Extremadura: la aparicién milagrosa de la Virgen

Maria. Libros clasicos y otros mas rigurosos sobre la explicacién

de "la historia legendaria de la ~“morenita de Las Villuercas'" %,

74\- Ibid, pp. 303-308. Lafaye hace una descripcién de los relatos hechos por misioneros como Sahagin, Torquemada, Duran y Clavijero, interesados por explicar la importancia de Tonantzin como la diosa principal de los antiguos mexicanos.

% 4 Ibid, p. 312.

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47

relatan como Nuestra Sefiora, La Virgen Maria, se hizo presente a

un pastor que guardaba vacas; le pidid que hablara con los

clérigos y la gente de su tierra, para que entre todos fuesen a

cavar en el lugar donde ella se habia manifestado. Alli

encontrarian una imagen suya gue les ayudaria a recobrar las

fuerzas y la voluntad que habian perdido debido al paso de los

moros por toda Espafia. "La Virgen, madre de Jests, aparecia como

el intercesor privilegiado entre Dios y los hombres" *” en los

momentos de necesidad, de angustia y cuando la fe de los

cristianos se quebrantaba.

Otras narraciones de la descripci6n incluyen que el hijo de

este pastor muere en su casa, junto a su madre, pero la fe del

hombre en el poder de la Virgen, le hace concebir con gran

seguridad, que ella lo revivira y lo sanara. Este hecho milagroso

implica que el pueblo entero confie en dicha imagen y le rindan

el culto que merece, consagrando un santuario en su honor y para

su devocién. "La leyenda piadosa es del mismo tipo de las que han

circulado por el Occidente medieval, sobre todo en la peninsula

ibérica. La eleccién por la Virgen de un humilde pastor como

mensajero de su gracia es una ley del género. El hijo resucitado,

consagrado al futuro santuario de la Virgen, es como el sello de

autenticidad de la aparicién. Por boca de la propia Virgen se

anuncia proféticamente la edificacién del pueblo." ”

6. Ibid, pp. 313-314, 7. Ibid, p. 314.

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48

Una serie de variantes se incluyen en las diversas

explicaciones hechas por los religiosos jerénimos, asi como en

los escritos de los siglos mencionados con anterioridad. También

se encuentra a quienes creen que dicho relato es solamente una

leyenda que busca reforzar el poder sacro de la imagen. Pero a

pesar de ello, se hace una afirmaci6én con respecto a la historia

de la peninsula, desde la batalla del Salado hasta el periodo en

que se construye el Escorial, esto es, 1340-1561. "La ereccién de

un foco espiritual especificamente hispanico fue como la

consagracién de la gran separacién entre Espafia y las demas

regiones de Europa occidental, que terminaria con el aislamiento

cultural de ésta." ®

c. La tradici6én mexicana del acontecimiento.

Para unos, la presencia de Nuestra Sefiora de Guadalupe es la

continuaci6n de la tradicién mariana occidental, en donde los

espafioles juegan un papel importante para la adopcién total y

absoluta del cristianismo por parte de los evangelizados. Es una

tradicién de indole puramente cristiana que desarrolla diversas

advocaciones marianas, las que se vuelven famosas por haber

realizado una serie de milagros en diversos regiones de América.

8 . Ibid, p. 318.

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49

Dentro de ellas, la m&as famosa y la de mayor extensién es, sin

duda, la devoci6én a la Virgen Guadalupana.

Para otros, " “la milagrosa imagen' del Tepeyac era una

gracia suprema que Marfa habia hecho al pueblo mexicano, y non

fecit taliter omni nationi." ” Esta perspectiva fue en gran

medida considerada por los criollos de la Nueva Espafia quienes, a

partir del siglo XVIII, se basaron en el hecho de que dicho

milagro les ayudaria a justificar su intenci6én de separarse de la

metrépoli y de la tutela que ejercia sobre ellos. Ademas,

conferia una seguridad en el sentido de obtener el apoyo de los

propios naturales y del resto de las castas.

La historia de las apariciones cuenta que éstas fueron cinco

en total: cuatro a Juan Diego y una quinta ocasi6én a su tio Juan

Bernardino. En las primeras manifestaciones de la Virgen a este

natural de Cuautitldn, se cuenta como Ella le pidid que fuera a

la ciudad de México y se entrevistara con el arzobispo, fray Juan

de Zumarraga, para que le construyeran un templo en el lugar

donde se habia realizado la entrevista, es decir, el mismo cerro

del Tepeyac. La discriminaciédn de que fue objeto Juan Diego por

parte de los miembros del arzobispado y la incredulidad del

propio arzobispo en la primera visita que hizo el natural a ese

lugar, hicieron que el Animo del mensajero decayera pues

consideré que no servia para cumplir los mandatos celestiales que

la Madre de Dios le habia encomendado. Sin embargo, y a pesar de

®,.. Ibid, p. 320.

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los obstAculos, Juan Diego transmiti6é este sentir a la celestial

Sefiora, quien volvié a confiarle dicha mision.

El arzobispo solicité a Juan Diego contestase algunas

Preguntas referentes al acontecimiento, pues creia que eran

alucinaciones o manifestaciones que el maligno hacfa ver a estos

individuos recién convertidos al cristianismo, con el fin de

apartarlos de ese camino en que Dios los habia puesto. *

Posteriormente, le sugiri6éd regresar con una sefial que le diera la

Sefiora de los Cielos, con la que comprobaria al arzobispo la

veracidad de dicha relacién.

La enfermedad de Juan Bernardino, impidié6d a Juan Diego

regresar por el atardecer a la entrevista con Maria, por lo que

en la madrugada del dia 12, al ir por un sacerdote que auxiliara

a su tio en sus tltimos momentos, decidiéd desviar su camino para

no encontrarse con Ella y evitar una llamada de atenci6én. La

tradicién indica que la Virgen se manifest6 nuevamente, diciendo

a su enviado que la salud del enfermo habia sido recobrada y que

nada le pasaria por lo que Juan Diego deberia cumplir su misién:

recoger unas rosas, ponerlas en su tilma y llevarlas al arzobispo

como sefial de su presencia, ademas de la peticién que hacia

respecto a la construccién del templo.

Hecho esto, el mensajero se encaminéd a la ciudad de México

para entrevistarse con Fray Juan de Zumarraga, y después de una

larga espera, entreg6 a dicho prelado la sefial que la Sefiora

80. Luis Becerra Tanco. Aparicién de N. Sefora de Guadalupe. Tradicién escrita por el lic. D. Luis Becerra Tanco. Puebla. Imprenta de Arturo Pérez, Antigua "Alarcon". 1904. pp. 7-8.

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habia enviado. Al desplegar su tilma, la imagen divina habia

quedado plasmada en dicha tela, logrando el asombro de los ahi

presentes y, probablemente, el arrepentimiento por no haber

puesto atenci6én inmediata a tal solicitud.

La quinta aparicién revela la manifestacién celestial a Juan

Bernardino en la misma hora en que la Virgen le prometia a Juan

Diego el total restablecimiento de su tio. # "Juan Bernardino

confirm6 ser cierto que entonces le sanéd y la vid como se

aparecia a su sobrino; y que le mandé que cuando fuera a ver al

obispo, le revelara lo que vi6, de qué manera milagrosa habia

sanado, y que bien la nombraria, asi como bien habia de nombrarse

su imagen, la siempre Virgen Santa Maria de Guadalupe. Llevado a

presencia del obispo, repitié lo que su sobrino y compafieros

habfan oido; de suerte que hubo quienes divulgaran aquel suceso y

82 el nombre que a la Santa Virgen plugo.” Es entonces, que el

culto a Nuestra Sefiora de Guadalupe comienza a fomentarse a lo

largo del territorio mexicano y después, se difunde a lo largo de

la América espafiola.

8!__ Las narraciones acerca del acontecimiento guadalupano son innumerables, y aunque se encuentran una

serie de versiones aparicionistas y antiaparicionistas en dichas descripciones, todas ellas vuelven a aludir el

proceso. Las mds consultadas y que se mencionan mayormente por los estudiosos de esta manifestacién son el

Nican Mopohua; La Estrella del Norte de México, del jesuita Francisco de Florencia; la tradicién escrita por

Luis Becerra Tanco, Aparicién de Nuestra Sefiora de Guadalupe; la versién det bachiller Miguel Sénchez,

Imagen de la Virgen Maria Madre de Dios de Guadalupe milagrosamente aparecida en México. %2.. Primo Feliciano Velazquez. La historia original guadalupana. México. Imp. "Manuel Leén Sanchez", 1945, p. 40.

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3. Las tesis antiaparicionistas.

Es importante mencionar aqui las opiniones de aquellos

interesados en el estudio de las apariciones guadalupanas, pero

cuya posicién estriba en la comprobacién del origen humano que se

le otorga a la imagen en discusi6n.

Una de las figuras mas representativas en este caso es el Doctor

Edmundo O'Gorman quien, a través de su famoso Destierro de

Sombras, expone las conclusiones que obtuvo del andlisis de los

diferentes textos y documentos que consult6 para llegar a indicar

que, el origen del acontecimiento guadalupano fue una serie de

acciones realizadas por manos humanas, especialmente espafiolas

(digase particularmente Fray Alonso de Montifar), para concretar

la vinculacién de los naturales a la religi6én cristiana,

"“atraerse a los indios con el aliciente de un culto que incitaba

su rebeldfa respecto al dominio de los frailes (...)" ¥, con el

fin de lograr el propésito que le habia encomendado la corona

espafiola ante los sucesos provocados por el movimiento

protestante: "“desterrar de la Nueva Espafia todo brote de reforma

religiosa, incluyendo a quienes no pretendian romper con la

Iglesia y mantenerse alejados de las extremosas aspiraciones de

los reformadores protestantes; el propésito, en una palabra, de

asentar con firmeza la autoridad episcopal y regalista de la

Iglesia espafiola que propugnaba por la estricta observancia de la

legislacién candénica; el mantenimiento del aparato ceremonial y

®,- Edmundo O'Gorman. Destierro de sombras. U.N.A.M., México, 1986, p. 139.

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ritual, y el respeto a las tradiciones y costumbres de la

devocién popular. Tal, pues, en términos muy generales el

programa con el que debia cumplir el sefior Montifar, y (...) el

favor que le dispuso a la imagen del Tepeyac se explica en

funcién de esa suprema finalidad." *™

A decir de O'Gorman, el prelado observé6 que los frailes

atendian indebidamente las necesidades espirituales de los

indigenas y por ello esos extensos territorios y sus habitantes

carecian de doctrina y sacramentos. Qué mejor “pretexto' para

cumplir el objetivo que se le habia ordenado al segundo arzobispo

de la Nueva Espafia y que realmente tenia una doble encomienda:

"la de asumir la direccién de la tarea evangelizadora de los

naturales y la de ordenar canénicamente la vida parroquial en su

diécesis y en las sufragdneas." “ En otras palabras, ante tal

“ineptitud de los frailes', se requeria su substituci6én por curas

clérigos que tomaran las riendas de la evangelizaci6én, encauzar

la vida parroquial de las diécesis y principalmente, limitar el

poder de los misioneros sobre la vida de las comunidades a su

cargo, en conclusién, "liquidar a la larga la Iglesia misional de

los frailes, reducidos, asi, a las actividades especificas de sus

respectivos institutos." *® Todo esto, ademdas de contar con la

presencia del arzobispo en su sede y vigilar personalmente la

edificacién de la nueva catedral.

8. Ibid, pp. 127-128. 85 . Ibid, p. 137. % . Ibid, p. 129.

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Por los motivos anteriomente expuestos el autor indica que,

el mejor punto que tuvo MontGfar para lograr su cometido fue el

de propagar una advocaci6én espafiola, que tenia fieles

peninsulares en territorio novohispano, entre los naturales que

se encontraban bajo la direccién de los frailes, propiciando

entre ellos el culto a una imagen obradora de milagros sin

interesar que los incitaba a la idolatrfa de la misma manera en

que lo hacian durante la 6poca prehispdnica. Por lo tanto, "el

éxito de la campafia [fue] tolerarles a los indios la libertad en

el ejercicio de costumbres y practicas del antiguo culto

idolatrico que no fueran incompatibles con las ensefianzas del

cristianismo; libertad que recibian con jtibilo y como un inmenso

favor en vivo contraste con la intolerancia que a ese respecto

prevalecia, ya para entonces, entre los dirigentes de las 6rdenes

religiosas, particularmente la de los franciscanos."

Para comprobar lo dicho, Edmundo O'Gorman plantea tres

aspectos substanciales que segin 61, confirman el plan de la

corona espaficola y por consiguiente, el origen humano de las

manifestaciones de la Virgen de Guadalupe: 1) la existencia de

una primitiva ermita; 2) el problema de la imagen y 3) el nombre

de Guadalupe. Considera en esto los diferentes textos que

refieren dicho asunto, pero sobretodo, la discusién entre el

arzobispo Montufar y el provincial de los franciscanos, Fray

Francisco de Bustamante.

©. Ibid, p. 138.

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a. La primitiva ermita.

Esta ermita fue construida por los misioneros franciscanos

aproximadamente en el afio de 1530 y dedicada a Santa MAria sin

ninguna advocacién particular. El lugar que se indica es el de

Tepeyac, donde antiguamente los indigenas realizaban la adoracién

a Tonantzin, pero que los evangelizadores buscaban “suplantar

(...) con el culto y devocién a la Virgen." *®

Por su origen, la ermita pudo ser visita del monasterio de

Cuautitlan y no tender un fraile que la atendiera permanentemente

aunque, de manera ocasional, se dieron misas, administracién de

algunos sacramentos y la imparticién de doctrina. En una palabra,

era un templo exclusivo de indios donde "rendirfan un culto de

sincretismo idolatrico-cristiano, y persistirian en la antigua

costumbre de llevar ofrendas y de visitar la ermita en grandes

romerias periédicas procedentes de lejanas regiones. (...) La

ermita estaria al margen de la devocién y practicas religiosas de

los conquistadores y primeros pobladores y, con el tiempo, de sus

inmediatos descendientes." ®

Por la expansién territorial de la orden, la escases de

religiosos y la proximidad de la ciudad de México, esta

construcci6én se fue descuidando poco a poco y cayé en el

abandono, pero al presentarse el acontecimiento guadalupano y la

EE

sb

GN

39 E

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colocacién de la “pintura' en el templo por orden de Montifar, el

lugar cobré nueva vida.

Sin embargo, se presentan varias alternativas con respecto a

la aparicién de la imagen de Guadalupe y su “aparicién' en dicha

iglesia: primero, ante la falta de pinturas o esculturas de Maria

Virgen, se predicé a los naturales sobre la dedicacién de la

ermita a la nueva Tonantzin. Segundo, pudo haber una imagen sin

advocaci6n particular o probablemente una Inmaculada Concepcién,

pero no hay referencia de ello. Tercero, Nuestra Sefiora de

Guadalupe en ese lugar pudo haber sido la de Extremadura debido

al establecimiento que hizo Gonzalo de Sandoval de su campamento

en el Tepeyac. Se habla también de ofrendas a la advocacién de

Guadalupe y a su santuario, pero pudieron ser dedicadas al de la

peninsula porque no hay que olvidar que esta ermita estaba

destinada para las actividades de los naturales y no para los

espafioles. Cuarto, la Guadalupana mexicana estuvo en la ermita

desde la edificacién de la misma; O'Gorman lo cree imposible pues

se basa en la referencia de Fray Francisco de Bustamante cuando

indica que "habia sido pintada “ayer' por el indio Marcos, es

decir, en fecha anterior muy préxima al 8 de septiembre de 1556

que fue cuando lo dijo." ”

Por lo tanto, para hablar de una imagen de la Virgen de

Guadalupe en el templo, debi6éd de haberse destruido el primero y

construir uno nuevo con dedicaci6én a esta advocacién.

%,- Ibid, p. 13.

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b. El origen de la imagen.

Para O'Gorman “la aparicién de la Virgen de Guadalupe' se remonta

a una pintura hecha por manos humanas, probablemente del indio

Marcos, colocada en la ermita del Tepeyac con el fin de que los

indigenas observaran un prodigio sobrenatural que les convenciera

de una vez por todas en la total adopci6én del cristianismo y, por

lo tanto, de su incorporacién a la nueva organizaci6én diocesana.

Los textos utilizados ", dan dos referencias que confirman

este hecho, a saber: los afios que se indican como referencia al

acontecimiento y que son los de 1555-1556, en que la aparicién

corresponde a la colocacién de la “pintura' guadalupana en la

ermita que los indigenas visitaban. En cuanto a por qué son dos

periodos, se da la siguiente solucién: "la imagen se ~aparecidé' a

principios de diciembre de 1555 y que, por faltar muy poco para

el cambio de afio, el de 1556 seria el de la divulgacién del

prodigio entre los indios, y asi seria rumor comGn que la

coy “aparicién' ocurri6 a principios de ese afio."

El segundo aspecto es confirmar que el hecho sucedié en esa

€época porque se relacioné con el momento en que el Virrey de

Velasco ordené la reconstrucci6én del albarradén.

*,- Los documentos aducidos por el autor son Diario de Juan Bautista, Relacidén original de Chimalpain, Historia de la Nacién Mexicana (Cédice Aubin), Anales de México y sus contornos, Nican Motecpana. Ibid,

pp. 27-29. %,. Ibid, p. 29.

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58

Aunque si bien se han comentado estos elementos, no se puede

demostrar al cien por ciento quién 'pinté' la imagen y quién la

colocé6, debido a que no hay elementos suficientes para ello,

segtin menciona el autor. Lo que si es patente es que la imagen se

debié colocar de una manera subrepticia, sin conocimiento de los

frailes franciscanos y con el fin de que los naturales creyeran

en el prodigio.

c. Un nombre: Guadalupe.

E. O'Gorman indica que la devocién de los naturales por la Virgen

del Tepeyac trascenderia hasta los espafioles al grado que éstos

le rendirian también un culto importante a la recién manifestada.

Esto comenz6 por la accién de gracias que le otorg6é un ganadero

peninsular al haber recobrado la salud sdélo por asistir a su

templo, "y empez6 a crecer la devocién de la gente, y pusieron

nombre a la imagen Nuestra Sefiora de Guadalupe, por decir que se

parecia a la de Guadalupe de Espafia." ™ Sin embargo, esta opinién

se puede descartar porque no hay parecido alguno entre las dos

imagenes.

Otras opciones que se manifiestan en el texto son las

siguientes:

% . Ibid, p. 31.

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1) La imagen recibié el nombre de Guadalupe, dado por los

espafioles, con el fin de transfigurar la devocién de los

indigenas por una peninsular. Es decir, “siempre individualiza y

al mismo tiempo incorpora en una comunidad, como acontece con los

nombres de carifio que suelen darse mutuamente los cényuges o con

los nombres con que se identifican los miembros de una sociedad

secreta." “

Pero no es solamente el otorgar un nombre por el simple hecho

de hacerlo, sino que esto lleva consigo un significado del

proceso de apropiacién que se traduce en "(1) [los espafioles] la

individualizaron como distinta de la imagen de la devocién de los

indios; (2) la incorporaron a la comunidad o “~reptiblica' de los

espafioles, reclamandola como propia de ésta, y (3) de ese modo la

dotaron de un nuevo ser al convertirla en el numen peculiar de

esa repliblica o si se prefiere, en la celeste madre y protectora

6 de los novohispanos." *

2) Sobre la base de la Carta_sobre la Imagen del Tepeyac de

Joaquin Garcia Icazbalceta, se explica el hecho de que las

personas que emigran a otros lugares tienden a repetir en ellas

los nombres de sus regiones, encuentran semejanzas (aunque no las

haya), por ello se impuso el nombre de Guadalupe. Pero lo cierto

es que el propésito principal es el de dar prestigio a ese algo o

alguien con la imposicién del nombre de quien originalmente lo

lleva. "[A] la imagen del Tepeyac se le aplicé el nombre

% . Ibid, p. 34. °%,. Ibid, p. 35.

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60

Guadalupe para transferirle el prestigio de la imagen espafiola,

particularmente atractivo para los novohispanos por la devocién

que le tenian Hernan Cortés y otros conquistadores, es decir, la

circunstancia puramente contingente que, sin duda, determiné la

eleccién del nombre que bien pudo haber sido el de otra afamada

imagen espafiola de la Virgen. En otras palabras, contrario a lo

que suele pensarse o suponerse, el nombre Guadalupe resulta ser

accidental; lo esencial, era prestigiar la imagen del Tepeyac con

alguna advocacién espafiola." ”

3) Al imponer los espafioles el nombre de Guadalupe a la

imagen del Tepeyac, buscaban hacerla digna del nuevo destino,

limpiarla de la mancha de su origen (culto idolatrico) y

transfigurarla en una Virgen espafiola. Este proceso le valié la

aprobacién que le otorgaron los novohispanos para nombrarla su

patrona y reina. "La novedad e importancia de este andlisis

estriba en que nos ha permitido [dice Edmundo O'Gorman] discernir

en el nombre impuesto a la imagen del Tepeyac nada menos que el

meollo del alma criolla: su inestable equilibrio ontolégico." ”

Para el afio de 1556 (fines de septiembre), la devoci6én a

Nuestra Seflora de Guadalupe ya se habia propagado de una forma

muy amplia entre los vecinos espafioles de la ciudad de México al

grado de practicarse formalmente un culto muy importante en la

ermita del Tepeyac. Su iniciador, el arzobispo Monttifar,

adscribi6é6 dicho templo a la directa jurisdiccién de la mitra

96 Pp

7. Ibid, p. 38.

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61

metropolitana y probablemente designé a un clérigo como capellan

para hacerse cargo de la vigilancia y participacién en las

diferentes actividades del lugar.

Fue en este mismo perfodo cuando se dio la polémica entre el

arzobispo y el provincial de los franciscanos (Fray Francisco de

Bustamante), ya que este Gltimo sostenia que propiciar el culto a

esta imagen de ~dudosa procedencia', permitiria el regreso a las

prdcticas idolatricas de los antiguos mexicanos. Su oposicién era

"al empefio del arzobispo en que los indios emularan este ejemplo

animados por los milagros que se le atribuian a la imagen, motivo

este Gltimo que especialmente provocéd la ira del provincial." ™

Si el objetivo de Monttfar realmente era el que se expuso al

principio de este apartado, la propagaci6n del culto guadalupano

funge como un buen pretexto para develar los enojos entre estas

dos autoridades eclesidsticas.

Considero que este elemento puede ser un buen objeto de

estudio posterior para ahondar en las tesis propuestas por

Edmundo O'Gorman, sin embargo, mi posicién en esta investigaci6én

no implica entrar en la polémica de los aparicionistas (quienes

fundamentan sus investigaciones desde el conocimiento de la fe) y

los antiaparicionistas (basados principalmente en el estudio de

la iconografia). S6lo he expuesto los que considero son los

principales argumentos que han dado pie al estudio del

Acontecimiento Guadalupano.

% . Ibid, p. 49.

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62

C. DIFUSION DEL CULTO GUADALUPANO.

Los escritos con respecto a la difusién de la devocién

guadalupana son de diversa indole, pero especialmente, la mayoria

se ha dedicado a la comprobacién de dichas apariciones. Se puede

considerar una divisién dentro de los trabajos que relatan el

suceso: los aparicionistas y los antiaparicionistas. En opinidén

de William Taylor, los escritos coloniales sobre el culto

guadalupano "se han enfrascado en validar o en rechazar la

leyenda de la aparicién o finalmente en estudiar su imagen como

tema central de la historia de la conciencia nacional mexicana."

” Considera también que es muy poca la informacién concreta que

fundamente dicho suceso a lo largo del siglo XVI y, por la misma

raz6n, continua el debate sobre la imagen de la Virgen y su

veracidad en cuanto a si fue pintada por manos humanas o si

realmente fue un milagro divino. Y en esta linea, se ha llegado a

considerar, que es una réplica de la Virgen espafiola del mismo

nombre.

No se tiene muy claro cuales fueron las acciones para

difundir el culto guadalupano durante el primer siglo colonial,

pero lo que si llama la atencién, es que en la “Virgen Morena' se

ha centrado la idea de "una virgen sincrética con gran nimero de

°°. William Taylor. Op. Cit., p. 72.

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63

devotos indigenas desde el siglo XVI, o como el elemento

espiritual de la protesta contra el régimen colonial." ™

1. Diversas manifestaciones con respecto a la devocién

guadalupana.

En incisos anteriores mencioné las dos tendencias generales con

respecto al culto, pero dentro de ellas se pueden encontrar

algunas expresiones mas particulares que permiten reflexionar y

analizar acerca del “evento guadalupano'. La posicién que adoptan

diversos miembros de la sociedad novohispana, indican su

aceptacién o el total rechazo a dicha imagen.

a. La Ciudad de México como principal promotora del culto

guadalupano.

Como ya se ha dicho, la devocién por la Virgen de Guadalupe

creci6éd paulatinamente debido a la atribucién de muchos favores

hechos a sus fieles. En la propagacién del culto tuvieron un

papel muy importante las autoridades civiles y eclesidsticas de

100 . Ibid, p. 73.

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64

la Nueva Espafia, "pero la principal participacién corresponde a

la ciudad de México que emprendi6 y realizé6 con la mayor

prontitud las obras referentes a la declaracién y confirmaci6n

pontificia del Patronato Universal de la Virgen de Guadalupe en

la Nueva Espafia."

Los testimonios que hablan de la Virgen de Guadalupe tienen

lugar, en primera instancia, en esta ciudad de México; por esto

se le considera como el centro donde se le venera, atin en la

actualidad, fehacientemente. De manera paulatina, pero firme,

esta devocién se extendié, durante la década de los afios treinta

del siglo XVII, hacia urbes como San Luis Potosi, Valladolid,

Puebla, Guadalajara y Zacatecas.

Retomando nuevamente la polémica entre Bustamante y MontdGfar,

el primero critic6 de manera muy fuerte el culto ya que decfia que

"la devocién de la “gente de esa ciudad' a la imagen de la Virgen

de Guadalupe del Tepeyac [es] como un mal ejemplo para los

indigenas." " Desde su sede en la ciudad de México, Monttfar

patrocin6é el culto guadalupano a través de la investigacién que

ordené6 se llevara a cabo. Durante los Gltimos afios del siglo XVII

y todo el XVIII, los sucesores del arzobispo complementaron dicho

culto con la construcci6én de templos dedicados a la Guadalupana,

principalmente en el Tepeyac y de una manera cada vez mas

elaboradas, con el fin de lograr mayor solemnidad en el

desarrollo de los ceremoniales religiosos. Pero no solamente a

(ot _ Delfina E. Lépez Sarrelangue Op. Cit., p. 142. \02\. William Taylor. Op. Cit., p. 74.

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65

este nivel eclesiastico se efectué dicho apoyo, sino que también

los virreyes y autoridades civiles ayudaron al acrecentamiento de

la devocién a la Virgen de Guadalupe. "A finales del siglo XVII,

atin antes del inicio de la construcci6én de la gran basilica

actual del Tepeyac, los virreyes reforzaron la conexi6én entre la

capital y el santuario al construir un gran camino, desde la

plaza principal de la ciudad de México, hasta el Santuario de

Guadalupe distante de unos 5 kilémetros." ™

La ciudad capital experiment6 una gran epidemia en el afio de

1544 y para el de 1629 una fuerte inundacién, por lo que se pensé

en realizar una serie de rogativas a la Virgen Guadalupana para

que su intercesién milagrosa ante Dios permitiese que el Creador

remediara satisfactoriamente los problemas. Al recibir dichos

beneficios, esta urbe juré declararla como Patrona Universal del

reino. En el afio de 1737, la Nueva Espafia sufrié una dura peste

conocida como matlazdhuatl, el cabildo de la ciudad ordené un

novenario para implorar el auxilio de la Virgen. La peste termin6é

y el cabildo se reuniéd el 28 de marzo del mismo afio para declarar

que Nuestra Sefiora de Guadalupe seria proclamada undnimemente

como Patrona principal de la Ciudad. Celebraria solemnemente en

su santuario la fiesta del 12 de diciembre de manera anual,

mientras procedia a solicitar las opiniones de otras ciudades

importantes y su consentimiento para jurarla con el titulo

anterior. La muy noble y leal ciudad contribuy6 con todos los

13. Loc. Cit.

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66

recursos que tenia a su alcance para el fomento del culto a la

Guadalupana y el esplendor de las fiestas celebradas en su honor.

"Después de jurar la ciudad de México por su principal

Patrona a la Guadalupana (acto en el que fue precedida por

Puebla, Querétaro y San Luis Potosi) solicit6 que el 12 de

diciembre, dia en que se conmemora la aparicién, se declarara dia

de tabla y que asistiesen a la funcién el virrey, la Real

Audiencia y los Tribunales. El Virrey, previo voto consultivo del

Real Acuerdo, el cual aseguré que desde hacia muchos afios este

dia estaba considerado como fiesta de corte, lo declar6é fiesta de

precepto por decreto de 23 de mayo de 1737, en tanto que el rey

confirmaba esta disposicién. El Patronato Universal de la Nueva

Espafia se publicé6 en la santa iglesia metropolitana el 10 de

diciembre de 1747." ™ Casi un siglo después, el primer acto del

Congreso Constituyente Mexicano tendria una similitud con la

declaracién virreinal de la fiesta Guadalupana, ya que declaré el

12 de diciembre como una fiesta nacional.

Conjuntamente con lo anterior, una serie de transformaciones

se dieron entre el periodo de 1733 a 1756, ampliando de manera

importante la devocién guadalupana. Una de esas acciones fue el

titulo de villa que se le dio al poblado de Guadalupe (1733)

separando a sus habitantes indigenas de la jurisdiccién de

Santiago Tlatelolco. El 6 de marzo de 1749 en Madrid, y por

decreto del Rey de Espafia, el templo recibe el rango de Colegiata

(colegio de Candénigos), mientras que el lugar tiene que esperar

104 - Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., pp. 143-144.

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67

hasta 1751 para ratificar, ya sin ningtn contratiempo, el rango

de Villa de Guadalupe.

El 12 de diciembre de 1751 se realizé una gran ceremonia en

honor a la Virgen de Guadalupe, donde se le coroné como ~Patrona

Universal del Reino de la Nueva Espafia'. En 1754, Benedicto XIV

incorpor6 de manera perpetua el Santuario de Guadalupe a la

iglesia de San Juan de Letran y concedi6é doce indulgencias

plenarias a los fieles que lo visitaran; el 25 de mayo del mismo

afio, confirméd el Patronato Espiritual de la Virgen. En 1756 se

realizan una serie de festividades en la ciudad de México y otras

urbes, conmemorando la confirmaci6én oficial que el Papa hizo del

Patronato. "Las celebraciones de 1756 parecen haber sido eventos

determinantes para el giro de la iglesia hacia el culto a la

Virgen de Guadalupe. Luego, algunos prelados peninsulares y curas

nacidos en el pais promovieron la devocién a la Guadalupana

mexicana con renovada intensidad. (...). El arzobispo Lorenzana

patrocin6é activamente la veneraci6én a la Guadalupana mexicana a

finales de la década de 1760, en especial en su “Oracién a

Nuestra Sefiora de Guadalupe: Non fecit taliter omni nationi' en

la que relata la historia de la aparicién, describe la pintura y

pide se transmita a los indigenas el mensaje de éste “divino

favor... a los americanos'. " ™

En las diferentes actividades que llevé a cabo la ciudad de

México para la propagacién del culto a la Virgen de Guadalupe, se

encuentran las pruebas cientificas hechas al ayate para comprobar

105. William Taylor. Op. Cit., p. 75.

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68

su autenticidad, aplicando las mismas condiciones fisicas a

pinturas hechas por las manos humanas y asi tratar de convencer

con ello que la voluntad celestial habia querido plasmar un

Milagro incomparable en el principal virreinato de la América

espafiola. Como un ejemplo de ésto, tenemos el experimento del

doctor José Ignacio Bartolache, quien trat6é de probar el tiempo

de durabilidad de una copia de la imagen guadalupana. Se colocéd

en el Pocito y se maltrat6 de tal manera que en el Libro

Capitular de la ciudad se asenté:

(. . .) que de s6élo tocarla se despintaba y aun despedazaba, no obstante haber estado bajo de cristal y con mas cuidado que el que en el principio se tuvo con el original. Vivian atin los artifices de esta imagen de prueba y el escribano que presenciéd la colocacién en el Pocito. La nobilisima ciudad solicit6 que se hiciera formal averiguacién de este hecho y que, siendo cierto, se expedieran impresos que publicaran la noticia por todo el orbe. ™

La nobilisima ciudad apoyé6 de manera muy importante las

gestiones de un extranjero devoto de la Virgen de Guadalupe, el

italiano Lorenzo Boturini y Benaducci, "historiador de Nuestra

Santisima Madre y Patrona la Virgen de Guadalupe" (como 61 mismo

solia llamarse). Su gestién fue ante la curia romana para

agraciar ~con corona de oro y autoridad pontificia', a la imagen

del Tepeyac. La ciudad agradecié a Boturini la gestién y le

prometid que continuarfa los tramites correspondientes. Los

devotos donaron las joyas que poseian, mientras que en la ciudad

\06. Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., p. 147.

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69

de Guadalajara, el oidor decano de la Audiencia "reunié de los

vecinos de aquella ciudad 30 marcos de oro, expresando que

(. . .) la piedad de dicho sefior y demas vecinos no

consentird otro oro que el suyo en la coronacién de la Santisima Sefiora. '”

Sin embargo, para las autoridades virreinales no fue del

agrado que un extranjero promoviera estas acciones en favor del

culto a la imagen mexicana, por lo que se dijo que no convenia

que Boturini permaneciera en tierras americanas y lo desterré a

Espafia, quedando suspendido por largo tiempo el proceso de

coronacién de la Virgen de Guadalupe.

El 12 de agosto de 1776, el arzobispo Alonso Nifiez de Haro

public6é una circular declarando la obligacién de solicitar un

culto mas elevado para la Virgen de Guadalupe como patrona de

todo el reino. En esta linea, el arzobispo Lizana y Beaumont di6é

su apoyo a través de carta pastoral del 25 de marzo de 1803.

Estos esfuerzos cobran una interesante propagacién ya que los

esfuerzos que realizaron los eclesiasticos y las comunidades de

fuera de la ciudad se tradujeron en el establecimiento de una

mayor veneracién a la imagen Guadalupana. Algunos ejemplos son

los esfuerzos de las comunidades rurales de naturales que se

asentaron en el centro del Valle de México, formando una serie de

0. Ibid, pp. 147-148.

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70

cofradias dedicadas a la imagen mexicana. '™ También se puede

contar sobre la construcci6én de altares laterales dedicados a la

advocacién en las diversas parroquias.

Las imagenes, pinturas, cofradias, altares, los diferentes

edictos, bulas y cartas pastorales, asi como de las colectas

econémicas para la construccién del templo guadalupano,

propiciaron una gran difusién del culto. Esta correspondié

primero a la ciudad de México, el valle y los lugares cercanos al

Santuario; le siguieron otras metrépolis importantes de la Nueva

Espafia, indicadas ya con antelacién. Pero a pesar de que esta

difusién se dirigié también hacia el norte del virreinato, Taylor

precisa que no llegé a la parte indigena. Puntualiza que "en la

medida en que habia un culto sincrético indigena a la Guadalupana

antes del siglo XVIII, quiz& pudo haberse centrado en la ciudad

de México en los barrios de San Juan y Tlatelolco, entre los

indigenas que vivian o se habian establecido cerca del santuario,

y en el barrio de Cuauhtitlan, donde se recabaron testimonios de

la aparicién entre los indigenas locales en el afio de 1660 como

parte de la autentificacién oficial de la Iglesia." ™

Se hizo costumbre a partir del siglo XVI, que los virreyes

acudieran primeramente al templo guadalupano antes de hacer su

entrada en la ciudad de México. Esto era con el fin de solicitar

los favores de la Virgen en sus nuevos cargos de direccién del

08, Algunos indigenas, dice W. Taylor, dectararon que el pdrroco los obligaba a celebrar el culto, pero este ultimo indicé que lo tinico que se hizo fue institucionalizar el culto puesto que estos individuos ya lo habian celebrado alguna vez. William Taylor. Op. Cit., p. 76.

109. [bidem.

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71

virreinato. El virrey marqués de Guadalcdzar dio testimonio de

ello y dispuso el 27 de octubre de 1612 que la toma de posesién

de los virreyes se verificara en Guadalupe (27 de octubre de

1612):

Sus sucesores asi continuaron haciéndolo, hasta que

da real orden de 23 de abril de 1789 legalizé esta costumbre al disponer que las ceremonias de recepcién y entrega del bastén de mando se realizaran en Guadalupe, y no en Otumba y San Cristdbal Ecatepec, en donde antiguamente se habian llevado a cabo. Esta ceremonia, por la importancia que revestia, atraia a gran concurso de gentes, Avidas de presenciarla.

También revestia el cardcter de fiesta la llegada de los obispos y arzobispos, a los cuales se Iles tributaban saludos y felicitaciones durante su estancia en la villa. '"

Otra de las fiestas anuales de mayor lucimiento era la

celebrada por los empleados y trabajadores de la fabrica de puros

y cigarros de México en honor de su patrona, que era la misma

Virgen de Guadalupe, y que se llevaba a cabo en la dominica

infraoctava de la Natividad de Nuestra Sefiora. Pero las de mayor

solemnidad, eran siempre las fiestas en que se conmemora la

aparicién de la Virgen de Guadalupe: el 12 de diciembre de todos

los afios.

0. Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., pp. 175-176.

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72

b. El clero frente al suceso.

Sobre la base de la generalidad propuesta por W. Taylor, es decir

los aparicionistas y antiaparicionistas, incluyo un anAlisis

personal considerando en cuatro etapas tanto la posicién del

clero como la referente a los naturales. Cuando me refiero a la

posicién religiosa creo que un primer punto es el que habla sobre

los sacerdotes que fueron contempordneos al suceso, es decir,

Fray Juan de Zumarraga, sus hermanos de orden y probablemente

algunos otros miembros del resto de las 6rdenes establecidas en

la Nueva Espafia. En un acercamiento inicial, las fuentes

consultadas permiten observar cémo el primer obispo de México no

atendi6 lo dicho por Juan Diego, ya que consider6é esto como una

“alucinacién del maligno'. Pero al tener en sus manos la prueba

del milagro, acept6 dicho acontecimiento como una gracia que Dios

tuvo para con los recién evangelizados.

No hay una seguridad acerca de que el arzobispo Zumarraga

asentara por escrito lo relativo al acontecimiento guadalupano y,

por lo tanto, del respaldo que como autoridad eclesidastica

avalara su aprobaci6én. Probablemente en este lapso (de 1531 hasta

la llegada de Fray Alonso de Monttifar como sucesor del

franciscano en el cargo), pudo darse un interés de ciertas

magnitudes, no al grado de la veneracién posterior, pero si como

una manifestacién reciente que pudo influir en Monttfar para que

se interesara en esta tradicién.

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73

Para mi, ésta seria la transici6én a una segunda etapa que

considero representada por el arzobispo Monttifar, quien desde el

afio de 1550 observé la veneracién que tenian los espafioles por la

Guadalupana. El lugar de las apariciones y en donde se construy6é

el primer templo (Tepeyac), "estaba situado en el camino

principal hacia la ciudad de México, que comunicaba con Veracruz

y Europa y delimitaba la orilla de la ciudad" ". Por ello los

viajeros, que Taylor indica en su mayoria eran espafioles, pasaban

por ahi y entraban al templo, inclindndose ante la imagen. Para

el afio de 1556, el propio arzobispo promovi6é una investigaci6én

acerca de las apariciones, procurando tener los testimonios

fieles del suceso y a la vez, 61 mismo promovié el culto a dicha

imagen. Pero al fin de cuentas, esta situacién no resulté6 del

agrado de todos ya que un fraile de la orden franciscana, Fray

Francisco de Bustamante, se valié del sermén que Montifar predicé

el 6 de septiembre de 1556 para refutar el apoyo que este daba al

culto de la Guadalupana. Decia que el fomentar el culto a una

imagen, promoviendo los milagros que realizaba, era inducir la

idolatria en los naturales, asunto que se estaba luchando por

erradicar. '? El arzobispo pidié informacién testimonial sobre

los milagros y todos las personas que fungieron como testigos,

dieron la razén a la autoridad eclesiadstica, descargandole "de

haber predicado milagros falsos o inciertos, aclarAndose que,

aunque le habian dicho de algunos, no queria tratar de ellos

\"_. William Taylor, Op. Cit., p. 74. "7. Segiin Bustamante, los milagros a los que hacia alucién Montifar, no estaban comprobados. Por ello consideré este asunto en su sermon del 8 de septiembre del mismo aiio de 1556. P. F. Veldzquez. Op. Cit., pp. 35-36.

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74

hasta acabar la averiguacién que andaba haciendo." '? Los frailes

dominicos, hermanos de orden del arzobispo, prefirieron guardar

Silencio considerando que de esa manera ayudarfan a la mejor

defensa de Montifar; mientras los franciscanos consideraron que

este Gltimo era muy estricto y exigente con ellos. '™

Desde ese momento y hasta aproximadamente mediados del

siguiente siglo, no se tiene mucha referencia a lo que aconteci6é

con respecto al culto guadalupano. Pareciera que la poblacién

perdi6é interés en dicha advocacién y, solamente en las épocas de

crisis (como la o las inundaciones de la ciudad de México, por

ejemplo), recordaban a Guadalupe como su Protectora. También es

probable que a partir de estos acontecimientos, muchos hayan

recordado el milagro y para propagarlo, comenzaron a escribir

sobre Santa Marfa en esta advocacién novohispana, desarrollando

nuevamente el interés en este culto mariano.

Esto entonces me lleva a pensar en una tercer etapa

corresponderAa precisamente al siglo XVII, en donde algunos

sacerdotes se dedicaron a escribir acerca del suceso como una

manera de dejar establecido el milagro. Un ejemplo de esto se

puede apreciar en la accién realizada inicialmente por Miguel

Sanchez, sacerdote de los Cabildos Eclesiadstico y Secular, quien

fue el primero en escribir un libro con la historia guadalupana

"3... Ibid, p. 36.

"4. Fray Jerénimo de Mendieta, en nommbre de sus hermanos, expone que "aunque de su natural condicién un manso cordero, recién venido de Esparia, por algunos arios que ha sido nuevo, no ha habido tigre para con

nosotros mds fiero." Ibidem.

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1S

'®; le sucedieron personajes como el Br. Luis Lasso de la Vega,

con su edicién de la Historia Guadalupana en idioma mexicano,

como se le defini6 en ese momento al ndhuatl (Huei

tlamahuizoltica omonexiti in ilhuicac tlatoca cihuapilli Santa

Maria tlotlazonantzin Guadalupe, 1649); Luis Becerra Tanco con su

primer escrito en 1666 (Origen milagroso del Santuario de Nuestra

Sefiora de Guadalupe), para continuar con su obra definitiva

(Felicidad de México en el principio y milagroso origen que tuvo

el santuario de la Virgen Maria N. Sefiora de Guadalupe, 1672);

Francisco de Florencia (La Estrella del Norte de México, 1686).

Otros aluden el acontecimiento en sus obras, como Bernal Diaz del

Castillo en su Historia de la Conquista de la Nueva Espafia;

Cayetano Cabrera (Escudo de Armas de México) y algunos mas lo

hacen a través de su propaganda para que el culto a la Virgen de

Guadalupe sea acogido completamente por la generalidad, tal como

lo hace Lorenzo Boturini, italiano, fiel seguidor de la

advocacién mexicana. "La versién providencial y consciente de la

aparici6én de la Guadalupana aparentemente fue m&s popular entre

el clero criollo de mediados del siglo XVII que entre los

indigenas de los poblados, aun si los sacerdotes de mediados de

la Colonia trataron de hacer de ella un signo pfo para atraer a

los indigenas a la iglesia." '

115_. La obra se titulé Imagen de la Virgen Maria Madre de Dios de Guadalupe, y tardé ocho afios en realizarlo

(1640-1648), recabando toda la informacién posible para terminarlo. Es importante hacer notar que dentro del

titulo de dicha obra se alude que el milagro se realizé en la ciudad de México, considerando ya la importancia de la urbe en este acontecimiento religioso.

‘6. William Taylor. Op. Cit., p. 74.

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76

La presencia de Santa Maria de Guadalupe en esta tercera

etapa es, a mi parecer, la justificacién espiritual de las

apariciones. Ya sea a favor o en contra, el objetivo principal

fue el dilucidar acerca de la veracidad del acontecimiento

guadalupano. Saber si la imagen fue pintada por manos humanas o

por el poder celestial, o si simplemente se trataba de la leyenda

que daba continuidad a la tradici6én espafiola ya indicada

anteriormente.

Dentro de este contexto colonial, la tiltima etapa que me

parece interesante mencionar transcurre a partir de mediados del

siglo XVIII, momento en que las ideas ilustradas hacen su

aparicién e influyen en el Ambito ideolégico de los americanos.

Los discursos y referencias de tipo teolégico que, apoyaron las

apariciones de la Guadalupana, pasan a formar parte del discurso

ideolégico que justifica a los americanos para buscar su propia

direccién. Es a partir de este momento, que la explicacién

inicial y el objetivo de la conquista, tanto militar como

espiritual, no tenfan cabida en la ideologia ilustrada.

La experiencia de tres siglos de vasallaje y subordinaci6n a

la Corona espafiola no podia ni debia continuar; los americanos

tenian el mismo derecho que los peninsulares para gobernarse por

ellos mismos y esto lo corroboraba la presencia de Santa Maria de

Guadalupe en territorio novohispano al ser portadora de la

proteccién que Dios otorga a todos los seres humanos por igual.

Es por ello que la propuesta, dirigida sobretodo por los

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77

Sacerdotes criollos, es el de la recuperacién de esta regién

americana, en especial de la mexicana, para su autodireccién y

organizacién. Uno de los personajes mAs importantes para esta

etapa es fray Servando Teresa de Mier. Las peticiones a la

Guadalupana se hacen sobretodo para la proteccién del lugar y de

los que luchen por é1.

Esta Gltima etapa se extiende hasta el momento de la

consumaci6én de la independencia para, posteriormente, tomar

nuevos matices a lo largo del siglo XIX y del XX, no sin olvidar

la importancia que Guadalupe ha dado a sus protegidos y el culto

y la devocién que éstos le rinden como reconocimiento a sus

cuidados y patrocinio universal, ganando con &ésto muchos adeptos.

ce. Los naturales y Guadalupe.

Entiendo el vinculo existente entre los naturales y la devocién a

la advocacién de Santa Maria de Guadalupe como resultado de un

proceso en el que distingo cuatro etapas: La inicial, dividida en

dos momentos, el primero comprendido por el testimonio o

manifestaci6én de la Virgen a Juan Diego y a su tio Juan

Bernardino. Ambos se constituyen en la muestra fehaciente de la

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78

igualdad humana, por encima de las diferencias raciales, ante

Dios y ante la Madre del Salvador.

Segundo, como consecuencia de esto, el instante en que la noticia

de la aparicién de la ~Sefiora del Cielo’ trasciende a la

comunidad a la que pertenecian aquellos dos personajes. Una

muestra de ello la constituyen las pinturas realizadas en el

Colegio de San José de los Naturales al que, obviamente, Juan

Diego asistia para recibir la instrucci6én religiosa. P. F.

Velazquez sefiala: "y escribiéd Becerra Tanco al pie: “Este

coloquio, en la forma que se ha referido, se contenia en el

escrito hist6érico de los naturales; y no tiene otra cosa mia si

no es la tramitaci6én del idioma mexicano en nuestra lengua

castellana frase por frase.'" '” De aqui se desprende la sucesiva

narraci6én del evento guadalupano para continuar con la tradicién

a través de generaciones, logrando con ello el inicio del culto a

dicha advocacié6én.

Delfina Lépez Sarrelangue considera que, desde el inicio de

esta tradicién, tanto espafioles como indigenas profesaban una

culto muy importante a la advocacién de Guadalupe y como ejemplo

refiere que "ya en 1544 los franciscanos organizaron una

procesién de nifias y nifios indios de seis a siete afios desde el

colegio de Tlatelolco de la ciudad de México a la ermita de

Guadalupe con motivo de la peste que se desat6 ese afio." '™ EL

'',- La obra de Becerra Tanco ya referida con anterioridad, Felicidad de México... P. F. Velazquez. Op. Cit., p. 28.

"8. Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., p. 141.

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ESTA TESIS NO SALE %

DE LA BIBLIOTECA culto a la Guadalupana, para estas épocas, se vincula mas

estrechamente en las comunidades dirigidas por los frailes

franciscanos y por los agustinos, logrando asi una devocién muy

importante que permitia la total adopcién del cristianismo por

los naturales.

Una segunda etapa, muy vinculada con la anterior, indica lo

escrito por quienes han sido considerados "los primeros

historiadores guadalupanos: don Antonio Valeriano, de la sangre

real de Moctezuma; y don Fernando de Alba Ixtlilxéchitl,

trasnieto de Ixtlilxéchitl, tiltimo rey de Tetzcoco, nieto a su

vez de Nezahualcdéyotl." '"

Un tercer periodo es el que se caracteriza por la

participacién de los grupos indigenas en los cultos en honor a la

Virgen Morena, los cuales cobraron mayor auge a partir de 1756,

fecha en que el Papa le confirmé formalmente el titulo de Patrona

Universal del Reino de la Nueva Espafia. Este hecho permitié la

realizaci6én de esfuerzos conjuntos desarrollados en las

diferentes parroquias de indigenas correspondientes al centro de

México con la finalidad establecer una veneracién cada vez mas

intensa a esta advocaci6én. El resultado fue la reafirmacién del

significado de la Guadalupana para el pueblo mexicano, lo que

redund6 en su patrocinio hacia acontecimientos de mayor

',- PF. Veldzquez, Op. Cit., p. 31. La obra atribuida a Antonio Valeriano es el Nican Mopohua, considerada

como el Original Mexicano, (aunque Alfonso Junco indica que ésto no es muy cierto), mientras que la

realizada por Fernando de Alba es el Nican Motecpana. Estos dos trabajos sirven de base a Becerra Tanco para realizar su trabajo. Para tener mds referencias sobre el tema se puede consultar a José Luis Guerrero. El Nican Mopohua. Un intento de exégesis. Universidad Pontificia de México. México, 1996, (Biblioteca Mexicana, 6), capitulo IV, asi como a Alfonso Junco. Un radical problema guadalupano. 2° ed. Editorial Jus, México, 1953, 160 pp.

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80

envergadura para el pais, como fue, precisamente, el movimiento

emancipador iniciado por Hidalgo.

Para Delfina Lépez S., el culto a la Guadalupana es muy

acendrado entre los naturales de la Nueva Espafia puesto que la

consideraban como propia tanto que gastaban gustosamente sus

pocos ingresos en sus fiestas y en el santuario. "El cura Fuentes

y Carrién decia, hacia 1714, que siendo el caudal de los indios

de dos reales cada dia (que era el jornal y paga regular si

trabajaban, pues de otro modo no comian),

raro es el indio y raro es el dia que no consagre medio real o un real para limosna y culto de ja Sefiora ...,

y agregaba que, a pesar de las cuantiosas donaciones hechas al

Santuario, éstas no habian sido hasta entonces continuas y

regulares." '»

Los naturales de Guadalupe asistian con mayor frecuencia al

templo de la Virgen descuidando el culto de sus respectivas

parroquias, pero esto era normal pues en dicha iglesia se

encontraba el ayate donde milagrosamente se habia plasmado la

imagen de la Guadalupana. No concurrian con frecuencia a sus

templos y no comulgaban con regularidad, excusandose de hacerlo

sdlo en las fiestas de precepto y a veces hasta la celebracién de

la de la Santisima Trinidad, debido a que segtGn ellos

20_- Delfina E. Lépez Sarrelangue. Op. Cit., p. 149.

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81

fueron a cumplir a sus tierras porque no son de aqui, sino que estd&n arrimados; y esto es que estan aqui casados, tienen casas y tierras y muchos afios de habitacién; y con el pretexto de ser de fuera se van, y pasado el tiempo del cumplimiento se van apareciendo. ™

Considero como la Gltima etapa, la que se produce a partir

del momento en que los indigenas se adhieren al movimiento de

Hidalgo, esto se vio reforzado desde el instante en que la imagen

de la Virgen de Guadalupe se convierte en su estandarte material

e ideolégico, puesto que Ella es el punto de convergencia de su

identidad.

En el caso de los indigenas, los momentos de cambio en la

devocién guadalupana muestran una transicié6én entre momentos de

intensidad y lapsos de tiempo en que no se tiene conocimiento de

las actitudes que se toman con respecto al culto, pero que sin

embargo, adquieren dia con dia una gran importancia en Santa

Maria de Guadalupe y su desarrollo hasta la actualidad.

121. Ibid, pp. 151-152.

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82

III.- LA VIRGEN DE GUADALUPE A TRAVES DE LOS SERMONES.

Las actividades realizadas en favor del culto guadalupano plasman

variadas opiniones en los sermones hechos por sacerdotes y

personajes importantes de la @&poca colonial. Una manera de

comprobarlo es a través de la lectura y andlisis de dichos

discursos, que Carlos Herrején llama “ret6ricos'. Ellos,

considero, son una base muy importante que permite conocer

distintas situaciones que se presentaban en los- siglos

coloniales: formas de vida, costumbres, tradiciones e inclusive,

algunos medios de difusiédn de ideas que se manifestaron con

acontecimientos tales como el pensamiento ilustrado que influyé

en el movimiento emancipador americano.

Para el caso que me ocupa, presento cémo ciertos elementos

guadalupanos son apoyados y afianzados a través de los sermones

de sacerdotes, principalmente del siglo XVIII. Ademads, sefialo

cémo se incluye el papel de la ciudad al ser patrocinadora

importante del culto a la Virgen de Guadalupe, lo que otorga a

dicha urbe un lugar preponderante.

Inicio el capitulo con referencias sobre este tipo de

discurso, para lo que me baso principalmente en el estudio que al

respecto realizé el Doctor Carlos Herrején, quien ha analizado y

clasificado la oratoria sagrada ampliamente.

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83

A. Aspectos fundamentales de la estructura de los sermones

novohispanos.

La utilizacién del término Oratoria Sagrada, incluye todos

aquellos discursos predicados por sacerdotes, ya sea del clero

regular o secular, con el fin de enaltecer los hechos patentes en

las Sagradas Escrituras, asi como los acontecimientos de hombres

y mujeres que han sido considerados “ejemplares' por las

actitudes positivas que desarrollaron durante su vida en este

mundo.

Esta oratoria integra en su haber no sélo los discursos (o

sermones) de dichos sacerdotes, sino que también posee un

conjunto muy importante de rogativas diferentes como las

oraciones, las novenas, salmos de alabanzas, etc. Pero

"particularmente el sermén, fue el género mas cultivado e impreso

en la Nueva Espafia."

Pero zqué es un serm6n? Un sermén es un "discurso cristiano u

oracién evangélica pronunciado por un sacerdote para la ensefianza

de la buena doctrina y edificacién de los fieles cristianos" ™,

que sirve en "la enmienda de los vicios o en elogio de los buenos

para la imitacién de sus virtudes" ™. Con el sermén, se busca

aleccionar a un grupo de individuos en diversas cuestiones de la

'2\~ Carlos Herrején Peredo. "La oratoria en Nueva Espafia", en Relaciones, Estudios de Historia y Sociedad.

El Colegio de Michoacan. México, ntim. 57, invierno de 1994, p. 59. En su trabajo, el Dr. Herrején indica que se encuentran alrededor de 1812 piezas o sermones, realizados de manera individual, pero si se anexan los sermones que aparecen en colecciones, probablemente leguen a mds de 2,000 obras. Para quienes deseen

abordar mds elementos sobre la oratoria en Nueva Espana se puede consutltar el trabajo entes mencionado.

13. Gran diccionario enciclopédico ilustrado. Selecciones del Reader’s Digest. E.U.A., 1979, tomo VH, p. 283.

124. Martin Alonso. Op. Cit. tomo III, p. 3754,

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84

fe; en ocasiones, esos grupos llegan a conformar sociedades

completas con realidades propias muy concretas y que, a través de

la prédica con miras doctrinales y la utilizacién de mecanismos

didacticos, reciben una serie de conocimientos que permiten

cubrir los objetivos cristianos iniciales.

En los sermones se pueden encontrar una gran variedad de

asuntos, pero en general, se tienen datos globales acerca de

diversos acontecimientos importantes y que eran celebrados en

ocasiones especiales, es decir, fiestas religiosas con un énfasis

fuertemente marcado en el que se glorifica directamente a Dios

como Creador, a su hijo Jesucristo, santos con una fama muy

desarrollada por sus fieles y que en el caso de la Nueva Espafia,

ha tenido matices especiales en cuanto a las manifestaciones

religiosas del pueblo. La presencia de Maria Virgen en estas

muestras de regocijo, es un elemento que se expresa de manera muy

interesante a lo largo de los sermones.

También hay otras ocasiones en las que se impone predicar un

sermén: las fiestas particulares y especificas de cada templo, lo

que se relaciona con los santos patronos de las diferentes

regiones del pais, con la exaltacién de un personaje civil o

politico importante y del cual se buscaba poner a flote sus

cualidades, solicitando a la vez la bendicién divina para el

correcto ejercicio del cargo al que se le habia destinado.

Dice Carlos Herrején que al observar los sermones en su

conjunto hay que hacerlo como una manifestaci6én cultural propia

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85

ya que son un fendémeno histérico a la vez de ser un género

literario con mucha peculiaridad; hay que aprovecharlos para

entretejer otros elementos y asi analizarlos en su_ propio

contexto. "El sermén novohispano impreso brot6 no tanto con la

evangelizacién misionera, cuanto con las prédicas a

conquistadores y pobladores. De hecho, la mayor parte de sermones

que han llegado hasta nosotros representan la evolucién, no de la

prédica dirigida a indigenas, sino del sermén endilgado a

espafioles, finalmente criollos y mestizos." '*

Por medio de los sermones se hacian los honores a la

divinidad o a personajes importantes, como ya se dijo, pero

también se exponian los elementos teolédgicos y tradiciones del

cristianismo. Estas ideas llegaban, y penetraban en algunos

casos, en los miembros de la sociedad que se dedicaban a los

rezos y que no pocas veces caian en pecado. Para hacer que el

serm6n entrara en lo mas profundo de las conciencias y del

espiritu, los predicadores, regulares y seculares, debian

prepararse de la mejor forma en los contenidos, el arte y algunas

tacticas de persuaci6én para lograr el convencimiento y

arrepentimiento total de los individuos. Esta retérica, combinada

con la gramatica y la filosofia, permiti6d el pronunciamiento de

una gran variedad de sermones, "que representan en su mayoria un

tipo especial de prédica: el sermén atildado, esto es, el sermén

12.- Carlos Herrején P. Op. Cit., p. 61.

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86

trabajado y pulido por un orador de renombre y para ocasidén

solemne. Familiarmente se llamaba sermén de campanillas."

Se encuentran otros varios tipos de sermones, pero uno de

ellos y que generalmente es de los m&s utilizados en las

predicaciones, es el panegirico, mejor conocido como de alabanza.

Dedicado a santos varones, a alguna de las personas de la

Santisima Trinidad o a la Virgen Maria, este discurso toma una

gran importancia en el territorio novohispano primero, por

alabanza a la MInmaculada Concepcién y, posteriormente, al

reasumirse dicha advocacién en la de la Virgen de Guadalupe.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, "el sermén guadalupano

adquiere preeminencia inusitada. La conquista del ptilpito y de la

prensa por parte de los criollos parece consumada. Mientras

tanto, comienzan a soplar los aires de una renovaci6én en el

ministerio de la palabra, apoyada en los modelos de la

127 patristica."

Desde los tiltimos afios de la década de 1750, los curas

formados en la ciudad de México comienzan a dar un testimonio

cada vez mayor de la veneracién a la Guadalupana de tal forma que

realizan una gran cantidad de sermones pronunciados en el Tepeyac

con el afan de ganar un puesto en la Colegiata.

El sermén novohispano se transform6 de una manera

interesante. De ser un discurso fluido y sencillo, se convirtié

en un discurso lleno de citas que, de acuerdo con el Concilio de

"6.. Ibid, p. 62. “1. Ibid, p. 66.

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87

Trento, buscaba explicar los principios de la fe catélica a

través de las referencias biblicas, las tradiciones, pasando por

la patristica y el magisterio eclesiastico. ™ Los predicadores

novohispanos se apoderaron de dicho espiritu y utilizaron un

sentido figurado en sus explicaciones al interpretar los textos

religiosos; buscaron con esto absorber y reunir los sentimientos

de algunos, o de todos los individuos ilustrados nacidos en la

Nueva Espafia y asi profundizar en la conciencia de la importancia

que tenfiaesta nueva nacién en gestacién. La recuperacién del

pasado indigena y la exhaltacién de los derechos americanos, asi

como el énfasis en el culto Guadalupano, manifestaron lo mas

brillante, digno, solemne y triunfante del espiritu predicador,

pues se tenia la idea de una sociedad nueva. "Aqui estriba el

arte del predicador, en saber bordar con hilos de diferentes

colores, en saber construir el estipite de esta oratoria con

diversidad de formas que van a la vez en miltiples direcciones y

129 a fin de cuentas en una sola." Algunos de los ejemplos de

sermones revisados contienen esta forma.

La exaltaci6én a la Virgen de Guadalupe se hace con un fin: el

reconocimiento de la sociedad novohispana como una comunidad con

capacidad para desarrollar todo tipo de actividades, pero con una

gran ventaja sobre las demas naciones del mundo: la presencia de

Maria Virgen en su advocacién de Guadalupe. Esta advocacién sirve

para demostrar la predilecci6én divina por esta nacién apabullada

por los vientos contrarios a ella.

28... Ibid, pp. 67-68. 29... Ibid, p. 70.

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838

La participaci6n en estos sermones de los religiosos de

distintas 6rdenes, pero sobre todo de los jesuitas, imprime un

sello de reivindicaci6én a la América entera, m&as especialmente a

la Nueva Espafia. Se utilizan términos que favorecen de una u otra

forma la libre y propia direccién de una nacién en proceso

formativo; una nacién que cuenta con el auxilio de la Guadalupana

quien no la dejara desprotegida en ninguno de los caminos que

decida emprender.

A lo largo de los diferentes sermones se observa la constante

referencia a la distincién que hizo el Creador, por medio de

Santa Maria de Guadalupe, en la eleccién de esta sociedad que de

acuerdo a lo expuesto por los misioneros, se habia alejado del

Dios verdadero para tener una serie de pradcticas idélatras. Estos

pueblos barbaros, que tuvieron la suerte de ser evangelizados por

un grupo de hombres sabios en la doctrina cristiana, tienen el

mérito de ser escogidos por Guadalupe como sus hijos adoptivos,

como los hijos concebidos y de los cuales nunca apartara su

protecci6én. Esta deferencia hacia los “indianos' '", les eleva

por encima de las demas naciones ya que Maria Santisima nunca

antes hizo @ésto con otra nacién, es decir, Ella “tiene la

propiedad de ser Aquerotipa, esto es, obra no realizada por la

mano del hombre, sino por la de Dios, milagrosamente." ”!

0. Utilizo esta palabra aqui, como una manera de introducir al lector en los términos utilizados en los

sermones para referirse a los naturales de América, especificamente de la Nueva Espana.

(31... Ernesto de la Torre Villar. En torno al guadalupanismo. Miguel Angel Porrtia, Librero-Editor. México,

1985, (Coleccién Aniversario V), p. 72.

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89

B. TEMAS GUADALUPANOS PRINCIPALES EN EL DISCURSO RELIGIOSO DEL

SIGLO XVIII.

Uno de los puntos importantes de la cosmogonia mexicana posterior

a la conquista, es decir mestiza, radica en las innegables

Similitudes que presentan las religiones tanto de los pueblos

prehispanicos como del espafiol. El punto culminante, sin embargo,

no reside en el tinico Dios verdadero, sino en la figura de Santa

Maria de Guadalupe que constituye el centro de identificaci6én del

pensamiento cristiano-catélico y la convicci6én prehispanica de la

permanente espiritualidad y naturaleza indigena. Esto lo

sintetizo como sigue:

1. El milagro de la manifestacién: la Virgen de Guadalupe.

Desde el punto de vista de la espiritualidad y la fe que los

creyentes tienen en el Ser Supremo, la revelacién de Maria al

género humano es una decisién tomada por El mismo desde el

principio de los tiempos. El objetivo que se persigue es redimir

al hombre y librarlo del pecado, de esa falta grave contra el

Creador que es la que lo aparta de su divinidad. ¢Cémo busca el

Ser Supremo salvar a quien no ha cumplido su voluntad, a pesar de

ser su creacién mas perfecta? El hombre ha sido modelado a imagen

y semejanza de Dios, esto quiere decir que lo ha creado con libre

voluntad e inteligencia para decidir el camino a seguir. Sin

embargo, estos seres se han desviado de su misién principal al

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90

haber elegido el sendero mas facil de acuerdo a su conveniencia

particular. El olvido al Padre y su creencia en fuerzas de la

naturaleza a las que se les atribuye un poder mayor, implica la

idolatria que ha alejado al ser humano de la divinidad.

A pesar de dichas actitudes, el Padre busca la enmienda de

sus hijos y poder regresarlos al camino correcto, y lo hara a

través de su hijo Jesucristo, el mismo Dios hecho Hombre. Como un

ser perfecto que vendra a la tierra, necesita un medio libre de

toda mancha por el que llegara al contacto con sus semejantes.

Ese camino es Maria, designada por el Padre para que por medio de

ella nazca su hijo. El plan de la redencién se habia completado:

Dios Padre creador de todo lo existente; Dios Hijo, Jests,

redentor del género humano; Dios Espiritu Santo que se encargaria

de depositar la semilla salvadora del mundo en Maria, la elegida,

corredentora de los hombres.

Para que la semilla dé los frutos, debera morir y el género

humano tendra conocimiento de ello. La predicacién se extenderia

por todo el universo para gloria de Dios y la ayuda de Maria,

como intercesora de los hombres ante Dios y su hijo Jesucristo,

completaria el plan de salvacién. Se forma un circulo de amor

donde Dios cumple su promesa de protecci6én a sus hijos por encima

de todo lo creado.

En el principio, y en el fin esta Christo. En el

principio dandose Christo a Maria al hacerse su hijo:

liber generationis Jesu-Christi. Esto executado

cuando cumple su juramento. En el fin dandose Maria a

Christo, cuando se aparece declardndose su Madre:

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91

Mariae de qua natus est Jesus. Este es su misterioso

circulo formado en el Evangelio, al cumplir Dios su

antiguo juramento. '”

Pero este circulo se hace mas intenso cuando es aceptado

incondicionalmente por los hombres, declardndose vasallos del

Creador y de Maria. Este ciclo no logr6é su cometido en Oriente,

mas especificamente en el pueblo de Israel, y por ello se

trasladé6 a tierras americanas, en donde si apreciarian de

Singular forma este sacrificio divino.

El nuevo continente, anteriormente considerado bdrbaro e

idélatra, aproveché6 tal privilegio y se convirti6 en el pueblo

elegido de Dios. Diez afios después de la rendicién de

Tenochtitlan, la manifestacién divina se hace presente por medio

de Maria, esa madre amorosa que ha visto en los americanos un

pueblo décil y con una religiosidad muy profunda. Esa fe ha

permitido que este pueblo adopte la creencia en el verdadero Dios

y por lo mismo, forme parte de la redencién que Cristo ha traido

a los seres humanos. Pero ademas, trae consigo el consuelo a

tantas tristezas y sacrificios por los que estos nuevos stbditos

han pasado durante una década a partir del momento de la

conquista: ese consuelo es Maria quien se manifiesta en su imagen

de Guadalupe.

Pero que me canso en nombrar Naciones? Fueron

enviados los apdéstoles a todas las criaturas:

Predicate Evangelium omni creatura. Y de todas las

32. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. El circulo del amor formado por la América Septentrional, jurando a

Maria Santissima en su imagen de Guadalupe, la imagen del patrocinio de todo su reyno. Sermén Panegyrico. México. Imprenta de la Viuda de D. Joseph de Hogal. 1747, p. 11.

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92

criaturas fueron excepcién las Naciones Americanas?

Oh infelicidad! Oh desgracia! Y como pudiera

mitigarse este sentimiento? Como se pudiera acallar

esta queja si no fuera a tu vista, y en tu presencia,

oh bellisima, milagrosa Imagen de la Gran Reina del

Cielo. S6élo tt, Copia perfectisima de la divina

hermosura de la Gran Madre de Dios, pudiste enjugar

das lagrimas de los Indianos. Sdélo tt pudiste

abundantemente compensar aquel que parecia menos

cuidado de la providencia divina. Sabes, oh México,

por qué no enviéd Dios antes Apdéstoles a éstas

tierras? Porque la Santisima Virgen aparecida en

Guadalupe, y retratada en esa su milagrosa Imagen,

habia de ser, como fue, y es, la Misionera de todo

este nuevo Mundo. Decid ahora: En hora buena hayan

tardado a nuestra América las luces del Evangelio, si

le habfan de amanecer en la Aurora de MARIA. Y porque

veneramos a esta bellisima Imagen, en este Templo del

Amor de DfIos: valiéndome oportunamente de la

circunstancia del lugar, procuraré mostrar, como es

toda del Amor de Dios la Imagen de Guadalupe, que

como una prenda de su divinisimo Corazén envié Dios

para la salud de la América.

Ella ha manifestado su amor y protecci6én a otras regiones,

pero éste es un pueblo muy especial. Lo adopta para su proteccién

propia y directa; lo concibe como a su propio hijo, dandole la

posibilidad de compartir las gracias divinas y convirtiendo a

todos los pobladores naturales de la regién en hermanos directos

de Jests.

Aquel amor, que Cristo Jestis se digna explicar tan divina, como familiarmente, con el simil de aquella avecilla casera, que abriga debajo de las alas a los amados polluelos, (...). De este amor de Dios son

'3\~ Fray Juan de Villa Sdnchez. Sermén de ta milagrosa imagen de Nuestra Seriora de Guadalupe de México. 1734, p. 4.

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93

efecto las Misiones de los Profetas, y Sabios. De

este amor es efecto, es prenda especialisima la

Misionera Imagen de Guadalupe. ™

Para confirmar esta gracia Dios hace con esta naci6n, a

través de Maria, lo que no hizo con ninguna otra: pintar con

Manos divinas la imagen de Guadalupe en un lienzo burdo, de tal

forma que nunca se apartase de sus hijos y otorgAndoles la

proteccién prometida.

Porque David admirado de aquella gran fineza, con que

la imagen del Verbo apareciéndose en el mundo eligié6

a la tierra de Jacob, para dejarse ver en ella:

Anuntiat Verbum suum Jacob. Sin que lo detuviese ser

su patria lo que elogiaba, exclamé: Non Fecit Taliter

Omni Nationi. Y este mismo fue el Panegyrico que

docta Jesuita pluma dio a la América, gravandolo

inscripci6én de esa Sagrada Imagen, de MARIA en el

Mexicano Guadalupe, por ser marabilla no concedida a

otra Naci6én. Que bien pensado! Non fecit taliter omni

nationi.

Y para corroborar dicho milagro:

Pues si MARIA, ni mas, ni menos, que CHRISTO,

promete, y se queda el mismo tiempo, ni mas, ni

menos, vean, en que otra imagen se nos quedo, como

Sacramentada, en una Capa: Ego vobiscum sum, Ego ero

vobiscum, vsque ad consumationem saeculi. '*

14. Ibid, p. 5

'35.. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. El circulo del amor... Op. Cit., p. 1-2.

136 - Juan de Goicochea. La maravilla immarcesible, y milagro continuado de Maria Santisima Seriora Nuestra en su prodigiosa imagen de Guadalupe de México. México, Imprenta de los Herederos de Juan Joseph Guillena Carrascoso, 1709, (Fechado en México el 20 de mayo de 1709), p. 27.

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94

Su nombre: Guadalupe; sus caracteristicas: las del pueblo

elegido; su cometido: la reivindicaci6én de una raza fuerte, pero

muy golpeada por su destino; objetivo: demostrar que en el

sufrimiento, Santa Maria de Guadalupe es un consuelo en los

momentos dificiles.

Digolo con dolor, y sentimiento; pero es asi: la

Naci6én mas plebeya, la mds abatida, la mas humilde,

ia Naci6én sola entre todas las del Mundo, que no pudo

salir de ser plebe, con ser rica: Divites plebis.

Estos son aquellos Pueblos ricos de aquella tierra:

Divites illi populi terra illius: aquellos Pueblos

desconocidos de aquella tierra remota, escondida no

menos, que con todo el Océano. Y si 4&stos son en la

profecia de David los que habian de adorar el Rostro

de ia Sefiora en su Imagen: (...) los pueblos

Americanos, que habifan de adorar el rostro de la Gran

Sefiora, en su imagen de Guadalupe.

Expresando esta idea, pero con otras palabras, se utilizan

las mismas que Maria dirigi6 personalmente a su representante

elegido para transmitir su mensaje:

No quiero deberle a vuestra cortesania la fee de este

discurso, sino a la verdad de la Historia. Oid lo que

la misma Sefiora le dixo, en su primera aparicié6n, a

su dichoso, y amado Indio Juan Diego. Sabe, hijo, que

yo soy Maria Virgen, (essa cuya misa vas a oir),

Madre del Verdadero Dios: (cuya doctrina vas a

aprender, y rezar) mi voluntad es, que en este sitio se me edifique un Templo, en que me mostraré piadosa

'37_. Fray Juan de Villa Sanchez. Op. Cit. p. 7.

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95

contigo, y con los tuyos y con mis devotos, y con los

que me buscaren, para remedio de sus necesidades.

La revelacién de Maria se torna en algo extraordinario, como

un suceso esplendoroso donde Ella es el punto central entre lo

humano y lo divino. Las apariciones marianas son el

acontecimiento mas comin en el esplendor de la manifestacién de

Dios a los hombres, pero especificamente el caso de Santa Maria

de Guadalupe, se convierte en la ventana que permite al creyente

y a lo conocido, tener contacto con el mundo invisible de la

divinidad. Ya se ha mencionado que Dios interviene a través de

Maria, como una manera de demostrar su preocupaci6n por los

hombres. Maria acttia como la Madre amorosa que asume en su regazo

a los desvalidos y los adopta como hijos a quienes ha prometido

estar siempre con ellos en todo momento.

De amar Dios, y desear ardientemente la hermosura de

la Santisima Virgen, se siguidéd, que diese la Copia la

Imagen de la misma hermosura, para que fuese adorado

su Rostro; como si dijera: Vean los mortales en ese

Rostro la hermosura, que Yo amo: adoren en esa Copia

la belleza, que Yo ardientemente deseo. Y asi di6 a

esta América la Imagen de Guadalupe, como prenda de

su amor. '”

Aunque en torno a la Virgen de Guadalupe se han creado

infinidad de polémicas con respecto a la naturaleza de su imagen

'38.- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la salud. La milagrosa imagen de Guadalupe. Madrid, Imprenta de Antonio Marin, 1739, pp. 10-11.

'3°.. Fray Juan de Villa Sénchez. Op. Cit. pp. 7-8.

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96

y la autenticidad de las misma, su presencia ha sido asumida por

una gran mayoria como la reivindicadora del pueblo mexicano.

Envi6é Dios a nuestra América el adorable Rostro de la

Sefiora, en su Imagen de Guadalupe; y de donde la

envi6d? De donde la sacé? De donde la copiéd para

enviarla? Diréis, Sefiores, y pensaréis, que la sacé

de la misma hermosura, del mismo Rostro de la

Soberana Persona de MARIA, como de original de esta

Copia. Pues yo, a la verdad, no lo juzgo asi; no

pienso que sacé Dios la Imagen de Guadalupe, de

MARIA, como original, sino del original de MARIA.

Quiero decir, de aquel original, que tiene Dios en su

mismo Corazén, de donde sacé, y copiéd a la misma

Soberana Persona de MARIA.

Esta es una manifestacién distinta a las imagenes

tradicionales de Europa, especialmente de Espafia; para muchos las

caracteristicas de los dos pueblos son completamente distintas:

no hay posibilidad de repeticién de los acontecimientos porque

las circunstancias que viven las dos regiones se manifiestan de

diferente forma. La presencia de la mujer libre de mancha, que ha

concebido sin macula y que aparece embarazada, es una simbologia

que permite observar al pueblo mexicano como el hijo que lleva en

su vientre. La mujer del Apocalipsis (12,1) ', de la que habla

San Juan, es la vencedora del pecado y del enemigo que busca

acabar con el hijo protegido por Ella:

O felicidad la nuestra en ser hijos de MARIA Santisima de Guadalupe, con la especialidad de no

\40.. Ibid, pp. 8-9. Ml. Véase nota 67.

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97

poderse apartar nuestro ser, ni nuestro espiritu de su Divina Imagen! Espere el Dragén el parto, pero no lo logrard, porque mientras dure

aquella Imagen, siempre tendra en si misma nuestro

ser. '*

El pueblo de México es el elegido por Dios para vencer las

adversidades de su desarrollo. La fuerza que imprime la presencia

de Santa Maria de Guadalupe, unifica con gran Animo a esa gente

que lucha por su reivindicacién. Por ello les da su proteccié6n.

Este es el especialisimo Patrocinio, que gozan los

Indianos en esta Sagrada Imagen, que no pudiéndose

separarse de ellos por hijos no nacidos, sino

concebidos solo, siempre los tiene MARIA consigo,

nunca los aparta, jamas los deja, continuamente los

mantiene, los sustenta, y como en Sagrado Vientre en

un inexpugnable recinto los defiende, los ampara, los

carga: Portans.

La idea del patrocinio se reafirma constantemente, sobre todo

cuando se indica que:

A todas las naciones favorece MARIA concediéndolas

Imagenes para su refugio; pero ninguna tiene la

gloria de elevarse a formar con la Sefiora su Copia: y

para esta tan rara exhaltacién solo [sic] exige MARIA

entre todas el Indiano.

\2_ Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La imagen de Guadalupe, imagen del Patrocinio: sermén_ panegyrico,

México, por la Viuda de Don Joseph Bernardo de Hogal, Impresora del Real y Apostélico Tribunal de la Santa

Cruzada, 1744, pp. 20-21. '9._ Ibid, p. 19. ‘4. Ibid, p. 22.

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98

De acuerdo con la perspectiva religiosa, se aseveraba que el

sufrimiento del pueblo mexicano y las humillaciones de que habia

Sido objeto desde el proceso de la caida de Tenochtitlan, eran el

motivo por el que la Virgen asume el papel reivindicador en el

que el pueblo oprimido se identifica y encuentra motivo de

orgullo. De acuerdo con esto, la imagen guadalupana se imprime

por obra divina como la voluntad del Creador de proteger a tan

menoscabado pueblo de manera fehaciente y directa. Es decir,

quién mejor que la Madre del Salvador para que bajo su cuidado,

se recobrara la dignidad y, por consiguiente, la libertad.

2. Los elegidos de Santa Maria de Guadalupe.

Vuelvo a considerar los siguientes aspectos desde el punto de

vista de la espiritualidad y la fe cristianas, donde se indica

que los medios utilizados por Dios y Maria para manifestarse al

pueblo elegido se hacen patentes en el momento en que se produce

la revelacién a los seres humanos. El hecho de ser Divinidades,

no implica que ellos se presenten en medio de grandes lujos y a

través de personajes importantes. Los evangelios indican que

Jesis vino al mundo a salvar a los pecadores, es por medio de

ellos que realizara sus milagros para que todos crean. Esto no

quiere decir que olvide al resto de sus hijos, pero considera que

si los médicos viene a curar a los enfermos, los sanos no tienen

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99

una urgente necesidad de ser atendidos por los galenos; sin

embargo, ofrece al resto de los seres humanos su proteccién y la

entregara con gusto a quien se acoja a ella y le solicite sus

favores, buscandola en el lugar que El ha determinado para su

veneracién.

(...) la misma Sefiora quiere que vengan aqui fal templo] a buscarla, para que hallen el remedio de sus necesidades.

El milagro aparece en el momento que interviene la

experiencia personal de la Divinidad conjuntamente con la del

escogido. La celestial aparici6én de Guadalupe a un natural recién

convertido al cristianismo patentiza la predileccidén de la Virgen

por el que sufre, por el que ha experimentado un drastico cambio

en sus formas de vida. ¢~Por qué Juan Diego y no un espafiol de

renombre? Porque los peninsulares conocian de sobra al Dios

Creador, en sus tres personas, asi como las diferentes

manifestaciones de Maria como corredentora del mundo. Se tenia

que convencer totalmente a quienes ~no conocian el cristianismo'

y se estaban instruyendo en sus fundamentos, demostrarles que

también formaban parte del plan divino de la salvacién, ademas

Dios elige a los seres de menor naturaleza, o que son

despreciados por otros, porque desea quedarse entre ellos.

No imprimi6 Dios su Imagen en los de superior naturaleza: dejé los Angeles, y tomé los hombres.

\48_- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Qp. Cit., p. U1.

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100

Cuando habla de su naturaleza pequefia, habla de la sencillez

y la humildad que presentan estos seres; por haber sido expuestos

a las humillaciones y desprecios de los otros hombres y por ser

considerados barbaros e idélatras en sus costumbres.

Conceddmos por ahora cuanto se dice y escribe graciosamente de los Indianos, y en su desprecio, que en todo ello califica de asombrosa, y especial la dignaci6én con que MARIA Santisima se anonada, se humilla, y se abate a formar su Imagen con un Espiritu, que le reputa por lo mds inferior de la tierra. Sea asi, y que por nuestro amor deje tanto bueno, y quiera unir a si tanto malo. '"

Estos elementos les han llevado a ser los primeros en el

reino de Dios y a ser superiores al resto de las naciones,

Indianos: permitid gustosos, que todas las Naciones os lleven las ventajas de que se presencian en sus tierras, y en sus antigtiedades: en sus Coronas, y en sus ascendencias: pero la honra, y gloria, que ninguna otra gente tiene de elevaros MARIA a formar con vuestro Espfritu su Imagen en esta de Guadalupe, os coloca hoy en una categoria superior a las demas Naciones. '*

Porque Dios y Santa Maria de Guadalupe se han convertido en

sus protectores eternos ante la adversidad.

América, especialmente la Nueva Espafia, ha comprendido el

mensaje divino y no se puede comparar con el resto de las

‘48. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La imagen de Guadalupe, ... Op. Cit., p. 26.

47. Loc. Cit. 48. Ibid, p. 28.

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101

naciones. Acepta su papel de manera paulatina dentro del

cristianismo, las idolatrias quedan poco a poco en el pasado y

esta situaci6én permite que se derrame sobre los evangelizados la

protecci6én de Maria de Guadalupe como el medio para su guia y

cuidado.

Y mas cuando una constante experiencia nos ha hecho ver, que vino misericordiosamente a socorrernos, y que nuestro alivio fue el objeto de su venida, y de su permanencia. '”

AGn con todo lo dicho anteriormente, hay quienes vuelcan su

postura a sostener que en la América espafiola ya se tenian

muestras del conocimiento cristiano debido a la predicacién

aposté6élica de los primeros discipulos de Jestis, quien les indicé

llevar su palabra hasta los confines de la tierra. Manifiesto es

el destino del nuevo continente que no queda fuera del plan

divino, y se demuestra en el hecho de que lo establecido en las

Sagradas Escrituras corrobora el derecho de los naturales, de

estos indianos que gozan de la eleccién divina y por ende,

celebran con gran énfasis a Maria de Guadalupe, tributandole como

su madre adoptiva, muy querida.

Aqui esta ya conocido el exceso del Indiano al Israelita; por lo que acierta en lo que adora, errando tanto aquel en lo que veneraba. Que religiosos son sus cultos! Ha Jurado Patrona Universal de sus dominios a MARIA Sefiora, verdadera

Reina del Cielo: y viene oy a este Templo a cumplir

\9|- Pablo Antonio Periuelas. Panegirico a Nuestra Senora de Guadalupe que predicé en el famoso templo de

su santuario de México el Br. D. ... México, Imprenta de Don Felipe Ziifiiga y Ontiveros, 1782, pp. 8-9.

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102

su voto. Merecen elogi os sus voces, no

reprehensiones, como alla en Israel. '”

Santa Maria de Guadalupe, comparada con la zarza a través de

la cual hablé Dios a Moisés, es la solucién preparada por el

Creador para pertenecerle al pueblo mexicano y librarlo de la

servidumbre a la que ha sido reducido.

Hasta esta tierra de Guadalupe, en que se aparecié la Zarza de essa Imagen de Maria, es santa, por esso

hemos de venir aqui a adorarla. "

En otras palabras:

La creencia y las costumbres de los Indios, que a manera de una espesa y negra tiniebla se habia tendido por tanto tiempo sobre sus entendimientos, se disipé6 luego luego, para dar lugar a la Antorcha resplandeciente de la Fé, la cual se extendiéd con tanta rapidez, que el mismo afio que se dej6é ver esta Soberana Imagen de GUADALUPE, se contaba mas de un millén de Indios bautizados, y el afio siguiente se asombraba el Sefior Zumarraga de la claridad con que se confesaban, la copia de lagrimas con que recibian el adorable Sacramento de la Eucaristia, y la

prontitud con que aprendian la doctrina cristiana. '™

Las ideas sobre la bondad otorgada al pueblo mexicano van

avanzando conforme la actividad de los religiosos criollos adopta

una serie de conceptos que justifican la capacidad intelectual y

moral de los americanos. La utilizacién de términos que se

80. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. El circulo del amor... Op. Cit., p. 6.

‘31. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 10.

'32.. Pablo Antonio Pertuelas. Op. Cit. pp. 10-11.

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103

refieren a los naturales del continente, varian; se tiene como

ejemplo una primera denominacién: los indianos, como parte de los

pobladores de la Nueva Espafia, los que son sometidos por los

militares, pero acogidos por los religiosos para ser instruidos

en el verdadero conocimiento de Dios. Estos indianos se

transforman al ser los poseedores de la gracia divina transmitida

por Santa Maria de Guadalupe; ello los convierte en parte del

pueblo americano, para que posteriormente los sacerdotes criollos

remarquen con é6nfasis, el derecho que se tiene de ser llamados

mexicanos.

Mudé de estilo; porque todas las demds Naciones empezaron a aprender por el Jestis; assi el Apdéstol S. Pablo: Praedicamus Jeshum-Christum. La de los Mexicanos comenz6 por MARIA. ™

3. El ayate de Juan Diego como prueba inescrutable de la

milagrosa imagen guadalupana.

Se ha dicho con anterioridad que, Dios elige los medios para

hacer patente su proteccién a los seres humanos; busca aquellas

cosas y personas que muestran humildad en todos sentidos. Los

individuos que en sus actos revelan obediencia y sencillez son

'8.- Francisco Javier Lazcano. Sermén_panegyrico al inclyto patronato de Maria Sefiora Nuestra en su milagrosisima imagen de Guadalupe sobre la universal septentrional América. México. Imprenta de la Bibliotheca Mexicana, en frente de San Agustin, 1759, p. 9.

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104

considerados como los mejores mensajeros para llevar las buenas

nuevas. Pero ademas de esta presencia, se necesitan algunos

objetos a través de los que las manifestaciones de la revelacién

divina sean palpables y confirmen esa voluntad celestial.

En el caso de Santa Maria de Guadalupe, Dios hace que Ella

sea el medio de transmisién de la protecci6én divina; para que

esta aparicién se haga patente y permanezca como muestra de dicha

deferencia, se hace uso de un lienzo propio de los naturales de

la Nueva Espafia. Ropa hecha de materiales originarios de América

y, que denotan adn mas, la preferencia del Omnipotente por el

pueblo que necesita alguien en quien sostenerse y afianzarse para

sobrellevar los sufrimientos por los que estd pasando.

El lienzo es mas grosero, que el Cafiamazo mas crudo,

el texido, es tan tosco, tan ralo, que no niega la luz a quien por el envez lo mira, el hilo, que une las dos mitades, es de Algodén, mal torcido, el punto de su costura, es largo, la materia del lienzo, es Istli del Maguey, segtin unos, de la Palma Icocotl, segtiin otros, sin aparejo de yeso, sin imprimaci6n,

184

El Verbo Divino vino al mundo para dejar su imagen a los

hombres, permitiendo con ello que su proteccién se extienda a

todo el orbe; pero para lograr esta continuidad Maria, en

Guadalupe, dejé plasmar su imagen como continuaci6én de la de su

Hijo, al estamparse su figura en un lienzo tosco y burdo como lo

es la del ayate.

154. Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 23-24.

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105

Esta es la misma Imagen suya, que nos dejé para asegurarnos de su palabra, conviddndonos a que le Pidamos: ya han pasado 250 afios, y ahi esta todavia para nuestro consuelo, a pesar del tiempo, y de la débil materia, en que quiso quedarse. '*

La Virgen de Guadalupe es copia fiel de la imagen original de

Maria, madre de Dios.

La Imagen que vino a la tierra encarnado el Verbo, se aparecié para original de esta otra Imagen, que form6é MARIA, dejandose ver en Guadalupe. Ad Imaginem haec Imago venit ad terras. Esta, segtin todas sus circunstancias, es verdadera copia, pero de aquel Libro: Liber generationis Jesu Christi. '

Aunque para algunos, Santa Marfa de Guadalupe es copia fiel

del original, para otros es el mismo original con la facultad de

plasmarse Ella misma para la proteccidén de sus hijos:

Dios Omnipotente cuando copia, y cuando retrata, no saca la Imagen por el original, sino por el original del original; no retrata imitando fuera de si, sino sacando de aquel original, que tiene dentro de si.

Si se toma como ejemplo la zarza ardiente por medio de la que

se comunica Dios con Moisés, el ayate de Juan Diego es la base

para que se imprima la imagen guadalupana; esa planta a través de

la cual se revela Maria a sus hijos:

155|- Pablo Antonio Periuelas. Op. Cit. pp. 7-8.

13¢.- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La imagen de Guadalupe, ... Op. Cit., p. 4. '57|. Fray Juan de Villa Sdnchez. Op. Cit, p. 9.

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106

La Zarza, en que se le apareciéd Dios a Moisés, digo, que es esa Soberana Imagen de Guadalupe. '*

En ella les habla y promete su patrocinio eterno puesto que

la imagen divina es la que mantendrad siempre presente e

incorruptible el lienzo que guarda su figura. Si su voluntad

decidiera dejar desprovistos a sus hijos de la proteccién que una

vez les fue prometida, la imagen desapareceria de esa tabla de

salvaci6én que es el ayate. Sin imagen no hay ayate, sin é&ste no

hay un pueblo que rinda culto a La Virgen de Guadalupe y por lo

tanto El Padre no tendria interés en sus hijos y dejaria que se

perdieran en el pecado.

(...): con nosotros particularmente MARIA en esta su Imagen desde que se aparecié en Guadalupe, porque sin su Capa, o Ayate, (que son los Indianos) no puede estar la Imagen. '”

Al momento de estamparse la imagen de Guadalupe en la tilma

lo hace de una manera perfecta, sin defectos ni errores, con el

tono de los colores exactos para demostrar que no _ hay

equivocacién en la seleccién de los elementos que se han

plasmado, tanto para la realizaci6én del milagro como para la

eleccién del pueblo destinado a ser la nueva cuna de la

salvaci6n.

58,- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 5. 159. Ibid, p. 9.

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107

Y observando la misma Simetria de pies a cabeza, se responden iguales su gala y su hermosura.

Los naturales de estas tierras han sido considerados por sus

conquistadores como salvajes e irracionales, puesto que no

conocfan, entre otras cosas, el alfabeto de los espafioles. Pero

no necesariamente tenian que saber estas formas de expresi6én para

comprender el testimonio que les dej6 Santa Maria de Guadalupe al

imprimir su imagen en el ayate de Juan Diego, dando una muestra

de como esta pintura celestial era uno de los tantos ejemplos de

la predileccién que Dios tenia por ellos y a través del que les

otorgaria el bastién para obtener la fuerza que vence los

obstaculos que no les permiten desarrollarse plenamente como

seres humanos, con sus derechos y obligaciones.

Amante MARIA de los Indianos, si eran ignorantes, en

dugar de Escriptura, se les imprime Imagen, para que si no saben leer, se contenten con mirar: aprendan en

el Lienzo, lo que no alcanzan en el Libro. Son voces del Derecho. *!

Asi como el cielo es la capa que cubre todo lo creado en el

mundo, asi también Santa Maria de Guadalupe se convierte en la

capa protectora de los naturales de México, para ello se

manifiesta en un lienzo perteneciente a uno de esos hijos (Juan

Diego), donde queda constancia de la atencién que da a los

1 - Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 65.

6! - Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La imagen de Guadalupe, ... Op. Cit., p. 29.

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108

humildes, tanto como a los que sufren; proporciona ese cuidado

Sumamente especial a los mexicanos que necesitan consuelo después

de haber pasado por los momentos de la conquista militar y las

secuelas que ésta les dejé.

Pues Cielo nuevo, que sea Capa, no hay otra, que la de Juan Diego, debajo de la Capa del Cielo; porque con MARIA se trasladé todo el Cielo a aquella Capa. 12

La elocuencia en estos fragmentos indica la importancia que

se le da al pueblo mexicano. Ese pueblo que recibe los

menosprecios del resto de los individuos, es el mas grande porque

tiene en sus manos la prueba fiel y constante de la distincién

divina, que es la que le marcarad el camino de su reivindicacién.

Mientras mas se alude a la ayuda de la Guadalupana, mds fortaleza

y seguridad se hacen presentes para lograr el cometido de

resarcir a los indigenas y, conjuntamente con ellos, a todos los

mexicanos y americanos de los malos momentos por los que han

pasado.

Pero a todo é6sto hay que aumentar el hecho de que la

proteccién de la Santa Virgen de Guadalupe también es pedida por

aquellos que no son originarios de América y la intercesi6én de

Maria se extiende a todos los que la piden:

Ya veo todas aquellas cabezas de los Patrones que ofrecen sus pensamientos y votos, como peregrinas

‘62. Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 19.

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109

flores aligados en aquel lino, o lienzo de Guadalupe, cuyo amparo, les preserve de la ruina capital del pecado. '®

El ayate se convierte en el medio utilizado por Dios para

imprimir la imagen de Marfa, compendiando asi los dones y

maravillas que se otorgan a los seres humanos, en especial a sus

hijos mAs necesitados:

Qué mds diré? Mirdbale Dios y se esmeraba en la Imagen Soberana de Maria, tocadbala con los colores de

las virtudes; retocdbala con perfiles de dones y gracias, tanto que el mismo Dios, como se admiré y alegré de verla tan perfecta y hermosa: (...). Atended que hizo Dios cosas grandes, prodigios, Milagros, en la Imagen de Maria, fue un lienzo como de prueba para ostentacién de su poder y sabiduria, como lo suelen hacer los Artifices de la tierra para hacer alarde de su pincel. ™

4. Lugar de veneracién: el templo guadalupano.

Los lugares donde se llevan a cabo las apariciones, se convierten

en zonas de importancia como prueba de la intervenci6én divina. Se

transforman en puntos atractivos para el peregrinaje, pues son la

representaci6én de la regién donde presencia celestial se

'9.- Fray Juan de Rueda. Sermén panegirico, que en la celebridad de la dedicacién del Templo nuevo de San

Bernardo Titulo de Maria de Guadalupe; dia tercero de la octava, que cupo a la esclarecida Religién del Sefior

S. Augustin, dixo el M.R.P.M. ... México, 1691, p. 44.

\4.. Fray Mathias de San Juan Bautista. Sermén en la dedicacién del Templo de San Bernardo que con nuevo Titulo del Nombre de Maria e Imagen de Guadalupe, predicé por su religién del Carmen, el dia quinto de la

gctava, que fue del Principe de los Apéstoles S. Pedro, el Padre ... México, 1691, p. 58.

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110

manifiesta directamente o a través del santo al que se le otorga

un reconocimiento especial.

Los santuarios principales en que se alberga el culto de las

diferentes apariciones milagrosas, se encuentran un_ tanto

alejados de las ciudades ya que implican una forma de realizar un

esfuerzo extra para visitar el templo dedicado a Dios, a la

advocaci6n mariana correspondiente o al santo al que se pidié su

intercesi6n. Es una oportunidad para agradecer los favores que se

han recibido y que alientan a los creyentes para seguir su

camino, asi como para solicitar el remedio a dificultades o

diversas necesidades.

De dichas regiones caracterizadas por formar parte de un

territorio que ha pasado por circunstancias dificiles, por el

sufrimiento de algunos pueblos o por la necesidad de aliviar

algunas calamidades (enfermedades, crisis, guerras, etc.), emanan

las muestras de la omnipotencia divina y que hacen del lugar de

la elecci6én un punto de reunién para todos los creyentes.

El caso del Tepeyac tiene algunos de estos ejemplos, aunque

se une otro mas: la veneraci6én a la diosa Tonantzin en ese cerro.

El culto a esta Diosa Madre era uno de los m&s importantes dentro

de la cultura azteca; a 61 se hacfian un sinntimero de

peregrinaciones de los pueblos aledafios a la zona para rendir

tributo a esta deidad. Pero el panorama cambiarad a partir del afio

1531 en que la tradicién cuenta se dieron las apariciones de

Maria. El culto mas importante serd el de la virgen Guadalupana

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ae

que se convierte en la manifestacién particular de los naturales

de la Nueva Espafia.

En un punto arido y no fértil (Tepeyac), se hizo la eleccién

de un indigena (Juan Diego), que llevaria la peticién a la

autoridad eclesiastica (Fray Juan de Zumarraga) para la

construccién de un templo en el cual se venerara la imagen

Guadalupana. La prueba fehaciente: el estampado de la figura

celestial en la capa del enviado, acompafiada por rosas de

Castilla (imposible de ser cultivadas en lo seco de ese suelo).

(...), se estamparon en ella, para estamparla; ellas fueron flores, y por la frente, vemos estrellas, las que por el envéz se nos convierten otra vez en rosas: cayeron jas mas al Pontificio Solio desplegando Juan Diego ante el OBISPO todo un Cielo en su Capa; pues yo dixera, que quedéd en ella por colores el rocio del Alva; 168

La peticién se cumple: la construccién del templo se hace de

manera simétrica, no necesariamente pensando en las igualdades

materiales, sino mas bien en las semejanzas divinas.

Lo que hay més en lo invisible es, que mientras el Obispo bendice el Templo material, Cristo como Pontifice supremo, y Eterno nos estd bendiciendo desde el Cielo. Oigan este consuelo los que edifican Templos a Dios, que los bendice Cristo con bendici6én particular, y con esta bendicién se borra cualquiera sospecha. '®

‘65. Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 15-16.

\66. Joseph Vidal de Figueroa. Sermon a la dedicacién del Templo de San Bernardo con el titulo del nombre de Maria en el_milagro de _su_aparicién_en Guadalupe de México, ... predicolo el primero dia de su octava el

Doctor... México, 1691, p. 5.

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112

La iglesia de Dios son todos sus hijos, sin excepcién alguna;

ellos componen este cuerpo mistico cuya cabeza es Jesucristo. La

Pparticipacién comprende a todos sin distincién alguna, y no

solamente a unos pocos, ya que este privilegio se designa por

igual al género humano. El que lleva la buena noticia es uno,

pero debe compartirla a los dem&4s y hacerlos participes de todos

los dones:

A mf solo, (dice Jacob) mandé Dios, que le hiciera el Templo, pero porque yo no haga falta, por algitin acontecimiento, vamos todos los parientes de mi familia a la obra, para que todos entren en la obligacién de acabarla, y darle Ultima perfeccién.

En ese cuerpo mistico hay perfeccién desde el momento de su

creaci6én, pero para manifestarse al género humano, se _ hizo

necesario un medio de realizaci6én: Maria, Madre del redentor. La

advocacién Guadalupana de la Virgen se convierte en el templo que

resguarda y protege al necesitado, al doliente, que es el

indigena y en el cual asume su cuidado para reivindicarlo.

De el Templo Jerosolimitano se dice, que de la

primera a la tltima, fueron sus piedras iguales, y esso fue igualar la gracia de las demds con la primera; pues por alla fuera, a donde sacan la cara, veanle a este Templo las piedras de Rostro, y las hallaran tan iguales, como el Rostro, que a dentro guardan, en aquellas dos mexillas de una partida granada: (...). Mitad, y mitad de dos iguales cortezas. Pues esta correspondencia, es lo admirable,

61. Ibid, p. 9.

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113

que pondera David de tu Templo Santo, o MARIA. (...).

Admirable en la igualdad. ™

El templo material se convierte en el lugar que representa

esta manifestacién y en donde se efecttia la alianza de Dios, a

través de Guadalupe, con los hombres: la correspondencia entre el

patrocinio guadalupano con el juramento de servicio y culto a la

Reina de los cielos.

Y Miguel es el Angel, que en sus hombros la carga al desierto de este inculto Monte; donde como en el Gargano aparecié6 y como ella la Casa, y se le consagra oy con ella, el Templo.

Este templo material también hace posible que los hombres,

como creyentes, se conviertan en templos vivos que alberguen la

presencia de Dios a través de su intercesora, que es Maria de

Guadalupe, por medio de quién se construye y fortalece la

voluntad de aquellos que padecen calamidades. El templo no es

s6lo misticismo, es la columna que sostiene la fé; no solamente

son los santos o los angeles como espiritus elevados, es el

hombre al cudl ha venido el Ser Supremo como muestra de

resistencia a los obstaculos a que esta expuesto, asi como los

sufrimientos. Por ello Guadalupe se manifiesta a un ser casi

indefenso para que transmita a los suyos que ha escogido a este

pueblo mexicano para protegerlo.

\68- Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 10.

1 . Ibid, p. 20.

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114

No fuera muy dificil el formar una ingeniosa, y Santa competencia entre los Angeles y los hombres, sobre quienes han de ser los que deban celebrar este nuevo Templo dedicado al Nombre Soberano de Maria autorizado en su Imagen de Guadalupe, pues esta Sefiora apareciéndose alli por prueba de este milagro da la autoridad de su nombre: YO SOY MARIA VIRGEN Y MADRE DE DIOS. A este milagro de México, y al

misterio de su nombre se dedica este Templo. '”

La construcci6én del templo en un punto alto de la Nueva

Espafia, manifiesta el deseo de construcci6én de una nueva nacidén

que sobrepasa las potencialidades y habilidades de las dem4s. Una

naci6én que después de tantos avatares, tiene que comenzar desde

cero para lograr su reivindicacién y reconocimiento en el proceso

general de los diferentes grupos y sociedades. Demostrar sus

capacidades innatas, que fueron obstaculizadas por intervenciones

externas, podran lograr el éxito que la futura nacién busca. El

pueblo mexicano, al declararse vasallo y stibdito de Dios y de

Santa Maria de Guadalupe, obtendra todas las gracias divinas y

materiales.

Désele, pues, a Dios aqui, en este lugar, estos nuevos cultos, que yo les aseguro a todas nuestras Indias abundancia en sus miesses, fertilidad en sus campos, prosperidad en sus tiempos, medicina en sus enfermedades, salud en sus vivientes, en sus almas

gracia, y en la Eternidades gloria. ™

Ese lugar alto es un punto Arido, presenta dificultad para

hacer florecer una vegetaci6én variada. Pero estos son los

10 . Joseph Vidal de Figueroa. Op. Cit., p. 2. "|. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 18.

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115

aspectos que ayudan a que las cosas se presenten conforme la

omnipotencia divina lo ha decidido. Dios ha querido escoger ese

cerro del Tepeyac, para revelar a los hombres la presencia de

Santa Maria de Guadalupe como la mayor intercesora entre ellos y

su Creador; desafortunadamente la incredulidad de algunos seres

humanos no les permite ver m&s alla de lo que tienen a la mano,

por lo que se hace necesario obtener una prueba o un motivo por

el que se puedan realizar los grandes acontecimientos.

Es por ello que, para fortalecer la peticién de Guadalupe

para construir un templo en su honor, requiere un objeto que

sirva de prueba, particularmente dificil de obtener, para que los

hombres crean y cumplan con el objetivo solicitado: las rosas que

Juan Diego mostré al obispo para confirmar la presencia de Dios a

través de Santa Maria de Guadalupe.

También a el costo de una rosa plantada a esmeros de la gracia en Jericé, (...), se consiguen esas bendiciones, (...), para que asi se conozca que el estar en pie Zaqueo (...) sin permitirse al descanso, (...), fue para darnos a entender en su constante vigilancia, que en las realidades de aquel cortesano hospedaje, y con las benevolencias de aquellas abundantes bendiciones se sombreaba un edificio si consagrado a Dios, dedicado también a las religiosas veneraciones de una hija Maria toda fragancias, pues es su Imagen hecha de rosas... '”

Al analizar detenidamente estos aspectos, en busca de algunas

comparaciones, se puede indicar que ese cerro arido asemeja a la

'2._. Pedro Manso. Sermén_panegirico, que en_la celebridad de la dedicacién del Templo nuevo de San

Bernardo Titulo de Maria de Guadalupe; dia segundo de la octava, que cupo a la esclarecida familia de los

predicadores, dixo el reverendo Padre Lector ... México, 1691, p. 10.

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116

Poblaci6én natural de América y que, debido a sus creencias,

dificilmente pueden cambiar su religiosidad y fé en sus dioses

propios, en sus idolos basados en la naturaleza. Santa Maria de

Guadalupe es el medio por el que Dios obrara el milagro de la

transformaci6én; la fé que antes se tenia en los idolos cambia a

la de un sélo Dios Verdadero; las rosas representan a los nuevos

cristianos y por ello, después del sufrimiento que han

experimentado estos hijos que estaban alejados del Creador, Santa

Maria de Guadalupe permanecera como la protectora eterna de este

pueblo que Ella misma ha escogido:

(...) que saliesen esas fragancias de lo inculto, y espinoso de ese cerro, eso pone en la consideracidén mayor espanto, y hay otra cosa de que se admiren esos espiritus? Si, dice nuestro doctisimo Ayala, (...), se admiraban de que percibian de el nombre admirable de MARIA, las indecibles dulzuras. ™

La sorpresa que los naturales recibieron ante la

manifestaci6én de una nujer con rasgos fisicos parecidos a los

americanos, Santa Maria de Guadalupe, fue uno de los elementos

que probablemente influyeron en la adopcién de esta advocacién y,

por lo tanto, del cristianismo:

(...) vino después de las supersticiones vanas de la Idolatria, parece que alli se hablaba de un Jericé, tierra de Gentiles, o de un México, lugar de Idélatras, donde entraba la mejor de las Reinas a tomar posesiones de un suntuoso Templo. '™

"2. Ibid, p. 11. "4. Loe, Cit.

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117

Sera entonces una semejanza compartida: Maria de Guadalupe se

convierte en ese templo que ayudard a proteger y fortalecer la fé

de aquellos “gentiles' acogidos por la nueva y verdadera

religi6én.

Templo firme es este que afianza su estabilidad y firmeza en la Imagen de Guadalupe, y en el nombre de Maria. '”

Esa £6 se consolidaraé con la participacién misma de los

stibditos marianos, el pueblo escogido por la Madre de Jestis para

darles su Patrocinio y Proteccién eternas, la que ayudard para

vencer los obstaculos y salir de las desavenencias con las cuales

han tropezado.

(...) pues afiance este Templo en esta Imagen de Guadalupe su estabilidad: en pie se ve esta Soberana Imagen, asegurando a aqueste Templo firmeza, y también la asegura en el nombre de Maria. '"®

Mientras las manos humanas consagran el templo en nombre de

Maria de Guadalupe, dando una muestra del vasallaje de los

americanos a esta advocacién, el premio que se recibe es la

bendicién del mismo Dios como recompensa de este homenaje a la

mujer elegida por El.

\5,. Fray Luis Méndez. Sermén panegirico que en la celebridad de la dedicacién del Templo Nuevo de San Bernardo Titulo Maria de Guadalupe, dia sexto de la octava, que cupo a la esclarecida Religién de Nuestra

Sefiora de la Merced dixo el M.R.P.M. ... México, 1691, p. 69. 176. Loc. Cit.

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118

... buena prevencién para celebrar la entrada que hace hoy Cristo en este nuevo Templo, que construye la devocién fervorosa para el culto de Dios, cuyo es el trono, y mayor conocimiento de Maria de Guadalupe,

cuyo es el titulo. '”

Para finalizar:

Pues sea este Templo dedicado a el nombre de Maria, que asi le serdf de especial agrado a Cristo, cuando se coloca en las aras de ese Altar, y se asegura el

remedio a todas las necesidades. '®

C. LA CIUDAD DE MEXICO: CAPITAL DE SUPREMACIA EN EL TERRITORIO

VIRREINAL.

Quise dejar en un apartado especial el que corresponde a la

ciudad de México porque me es bastante sugerente la posicién que

ocupa la urbe con respecto a la devocién guadalupana, ademas de

poder resaltar particularmente lo que se dice de ella en los

sermones dedicados a la Virgen del Tepeyac como una forma de

mostrar su posicién preponderante en el conjunto del territorio

novohispano primero, y después independiente.

La Gran Tenochtitlan fue la capital del imperio azteca, el

mas importante de Mesoamérica. A la llegada de los espafioles y

7. Pedro Manso. Op. Cit., p. 8. "8 - Fray Luis Méndez. Op. Cit., p. 65.

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119

conseguir el triunfo a través del proceso de la conquista, esta

regi6én fue denominada como el centro principal, en todos

sentidos, de las nuevas colonias pertenecientes a Espafia. La

asimilacién de nuevas costumbres y formas de vida permitieron

que, la conjuncién de estos elementos con los que ya_ se

encontraban establecidos, dieran origen a un nuevo grupo social:

los mestizos. Ellos, conjuntamente con los espafioles, las castas

y posteriormente los criollos, constituyeron una minoria con

respecto a los indigenas.

En la formacién de la nueva ciudad, se dieron una serie de

discusiones sobre lo que seria la nueva estructura del Estado, la

politica y otras actividades; en ellas, las autoridades de la

urbe pugnaron por la apertura de nuevos espacios en los que

debian ubicarse todos y cada uno de los actores bajo las nuevas

estructuras de organizacién. "En esa pugna de intereses sobresale

la ciudad como principal personaje; se la ve disputar, medir y

erganizar las calles y los terrenos dentro y fuera de la mancha

urbana." '”

Sin embargo, el grupo mayoritario en cuanto a poblacién (los

indigenas), quedaron fuera de esta nueva organizaci6én. La ciudad,

a la cual habian pertenecido y la que habia sido suya, quedaba

ahora en otras manos para una nueva administracién. Pareciera,

como menciona Andrés Lira, que estas comunidades no tuviesen voz

propia y por ello nadie respet6é su posici6én en la urbe. "No es

'9,- Andrés Lira. Comunidades indigenas frente a la ciudad de México, Tenochtitlan y Tlatelolco, sus pueblos y sus barrios, 1812-1919. El Colegio de México-El Colegio de Michoacdn/CONACYT. México, 1983, p. 13.

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120

que no tengan voz, en verdad; es que no se las escucha, pues se

ha puesto la atencién en otros protagonistas de nuestra historia.

En los 4mbitos locales son las ciudades a quienes se ve y se oye.

Es la ciudad de la potencia expansiva que parece darle sentido a

nuestra historia, pues el sentido que inspira a la cultura

europea, tanto en su Ambito original como en sus extensiones en

otros continentes, es de la urbanizacién." '

Pero aGn con todas estas condiciones y la integracién de los

naturales en comunidades fuera de la ciudad (parcialidades), este

grupo siguid asistiendo a la capital para desarrollar sus

actividades de servicio a los espafioles, asi como el de la

instrucci6én religiosa a la que tenian derecho como “nuevos

stbditos de la corona espafiola'. Su asistencia y paso constante

por la urbe, permitieron la coneccién de todos aquellos sucesos

relevantes en la vida de las comunidades indigenas con el centro

de poder politico, econémico, social y religioso. Dios ha estado

desde el principio de los tiempos con estas tierras americanas,

pero principalmente con esta ciudad y lo patentiza con la

presencia de Santa Maria de Guadalupe como testigo de la

fundaci6én de esta urbe.

Porque vos soys, Madre de GUADALUPE, la hermosa

Perla, y bella Margarita del Mexicano Lago, de quien fue dichoso Pescador aquel Americano, que tendiendo en este Monte, cuyo pie y falda lamian las lenguas de sus Aguas; el Ayate de su Capa, como una red [que como red es de rala aquella Tilma) nos pescé en Vos da Perla, a quien se consagra esta hermosa Concha. Vos sois aquella Augural Aguila, Blasén Augusto de la

18.. Ibid, p. 15.

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121

Cristiana MEXICO, como lo fue de su Fundacién Gentil la Pefia, el Tuno y el Aguila a quien se fabrica, en el Monte Tepeyacac, este encumbrado Nido. Vos sois la Luna llena, que le dio a la Corte Catdélica de esta Septentrional América, el nombre de Meztli, o México; que como Jericé se interpreta Luna; y se os dedica; como en la casa de Zaqueo, Templo al Sol; a vos Rosa de Jericéd, y Luna de el Mar Mexicano, un nuevo Cielo. Aqui quiso el Hijo DIOS quedarse, y aqui la Madre de Dios Hijo, en su continuado milagro, quiso

perpetuarse: (...). ™

Esto se comprueba al observar la imagen de Guadalupe pintada

celestialmente en el ayate de Juan Diego. El Angel que la tiene

sobre sus hombros posee unas alas que se asemejan a las de un

Aguila, pero esta representacién pertenece de una manera mas

completa a Santa Maria de Guadalupe, porque Ella ha _ sido

concebida por Dios como el Aguila que vuela sobre territorio

arido buscando su lugar.

He pensado, que este Templo, a quien trasumpta en su copia MARIA, como Aguila Mexicana, para perpetuarse Phenix Eterna. '

Ese lugar es donde se le venera y al cual se acude para

solicitar sus favores y bendiciones. Porque hay que corresponder

a la proteccién que ha otorgado a sus_ hijos. Otras

representaciones de Maria han sido adoptadas por muchos seres

humanos en todas las regiones del mundo, por ejemplo, el mismo

caso de México al solicitar el cuidado de la Virgen de los

Remedios; a Ella se le solicita para que acuda a la ciudad oa la

'l |. Juan de Goicochea. Op. Cit., p. 4-5.

"2. Ibid, p. 12.

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122

poblacién que lo necesite. A Remedios se le pide que obre los

milagros, en cambio a Guadalupe, por ser la Madre que nos adopta

como sus hijos, se le ruega para que favorezca a la nacién con

sus bendiciones y proteccién.

A la Imagen de los Remedios la trae la Ciudad a su Iglesia para pedirla; a la Imagen de Guadalupe viene la Ciudad a su Iglesia para rogarla. Pues por que la Imagen de los Remedios viene a la Ciudad, y la Ciudad viene a la Imagen de Guadalupe? (...). La milagrosa Imagen de los Remedios no fue aparecida en este Reino, fue traida de la Europa, vino a ser Sefiora de

todos estos Dominios: como que no se aparecié en ellos, (...). Pero la prodigiosisima Imagen de Guadalupe nacié aqui: aqui se aparecié en este lugar: a este Territorio eligié6 como Palacio de su Soberania, para Casa de su magestad, para Trono de su grandeza. Y decidme, sefiores, no piden las leyes de la cortesania, y del respeto, que caminen los vasallos, y los stibditos a los Palacios de sus

Soberanos, para suplicarlos los favores de la gracia? (...)

El tributo a Santa Maria de Guadalupe se va a extender poco

a poco a lo largo de la Nueva Espafia, pero es la ciudad capital

quien comienza por acreditarse a si misma como la que rinde el

tributo principal a la Madre que les ha librado de muchas

calamidades; otorga el reconocimiento que se merece ya que Ella

ha elegido a los mexicanos como sus protegidos.

Es cierto que Guadalupe eligi6 un lugar alto y 4rido para

manifestarse a Juan Diego, solicitando a la vez la construccién

de su templo para que ahi se le venerara:

'83_. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 4.

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Pero

123

Hasta esta tierra de Guadalupe, en que se aparecié la Zarza de essa Imagen de Maria, es santa: por esso hemos de venir aqui a adorarla. ™

la ciudad de México a través de sus autoridades

considera que, como el centro de todas las actividades, se le

debe rendir un homenaje dentro de sus limites y de ella, emanar

el ejemplo al resto del virreinato.

Aparece Maria en Guadalupe, y alli se le erige casa, apareciése acd en México, y hasta ahora no se le habia edificado un Templo, que hace Bernardo (trdtase de hacer nuevo en Guadalupe} y a lo de Abeja ligera, cual otro Zaqueo presto, (...), y habiendo prometido sus asistencias, hasta una cierta determinada tarde,

(...), he de ir a ese cerro inculto, que si ahi admiran los Angeles una aparicién milagrosa, (...), un nombre suave, (...) y unas fragantes rosas, (...), no habra razén para que siendo el pequefio en este nuevo edificio, el que se queda con titulo de hijo en este nuevo Templo, lo traiga para que gocen mis hijas, y no queden impedidas para experimentar suavidades las rosas en su imagen.

Esta forma de exaltar a Santa Marfa de Guadalupe implica

poner el ejemplo a todo el territorio para que todos los que en

61 habiten, se declaren firmes creyentes y seguidores de esta

Madre amorosa; la ciudad de México ha conocido y experimentado el

milagro que la Madre de Dios ha realizado con sus hijos y por

ello se ha propuesto jurar lealtad al Patrocinio Universal de

Santa Marfa de Guadalupe.

8,» Ibid, p. 10. '85 . Pedro Manso. Op. Cit., p. 12.

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124

Sefior Excelentisimo, de la salud que esperamos deberle a esta Santa Imagen de Guadalupe, sea el don, y sea la ofrenda el disponer V. Exc. como se lo tiene pedido el [lustre Ayuntamiento de esta Nobilisima

Ciudad, el que ambos Cabildos Eclesiadstico, y Secular, juren a esta Imagen por su Patrona universal de todo el Reyno, haciendo, que para ello venga el

consentimiento de todas sus Reptiblicas. Sea, Sefior el dia de su aparicién maravillosa, festivo en nuestra

tierra: todas sus Ciudades, todos sus Pueblos, segtin su posibilidad, consagren cultos: vengamos todos en este dia, tomando exemplo de V. Exc. a ofrecerle en

agradecidas victimas nuestros corazones, que nunca serd cumplido el reconocimiento al especialisimo favor con que se nos quiso venir la Sefiora a este lugar, en essa su singularisima Imagen, para vincularse en ella todas sus felicidades a la Nueva Espafia. '®

Ella ha salvado a la Nueva Espafia de muchas dificultades,

inclusive desde antes de conocer la verdadera religi6én, ya que

esta regién habia sido elegida por Dios desde el principio de los

tiempos para continuar su plan de salvaci6én. Este pueblo que ha

puesto su £6 completa y servicio incondicional a Maria de

Guadalupe, no puede ser tocado por ningtin tipo de peste o

calamidad mayor, como lo han sufrido otros lugares.

Aqui seria menester reducir otra vez a un breve mapa los tiempos y los lugares de la América Cristiana, para que los vierais demarcados con los beneficios de esta buena Madre. Entonces veritais, como nos ha librado su Patrocinio de aquellas miserias comunes que tiran al exterminio de las Ciudades mas populosas, de aquel azote que crujia sobre los Reinos de David, que le anunciéd el profeta Gad en la peste, hambre y guerra. ¢Cudndo, Sefiores, cuando nos ha afligido el Sefior con aquellas hambres devastadoras, que han sufrido las Provincias mds fértiles de la Europa? ¢Aquellas pestes arrazantes, que casi han consumido la Africa y la Asia, las hemos visto por acé, principalmente después que juramos, con tanto

'86- Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 17.

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125

gusto nuestro, por nuestra Patrona a MARIA SANTISIMA DE GUADALUPE? ¢Sabemos cémo son los tristes efectos de aquellas crueles guerras, que han hecho correr en otras partes arroyos de sangre humana? Antes por el contrario, veréis en toda la América colgados en los Templos ilustres testimonios de las bondades de MARIA, que nos ha conservado la salud y la vida?.

Para complementar la idea, se ha tomado una frase en que se

indica la protecci6én de la Virgen de Guadalupe a la ciudad de

México durante una de las tantas epidemias que sufri6é en la época

virreinal:

Notad en estas amorosisimas palabras, y en esta

infalible promessa, dos cosas. La primera, la verdad

de mi asunto, pues la misma sefiora dice, que aqui se

mostrarad Madre: En que me mostraré piadosa Madre.

Acert6 el discurso celebrando a esta Sagrada Imagen

como a Madre de nuestra salud, en este contagio,

alabando a las piadosisimas entrafias de su amor, en

que nos da aqui la vida; y los duicisimos virginales

pechos con que nos la mantiene. Beatus venter qui te

portavit, ubera quae suxisti.

Santa Maria de Guadalupe tiene poder dado por Dios sobre

todos los elementos de la naturaleza y a la Nueva Espafia, o

México, la ha librado de muchas calamidades extremas, ha podido

controlar a todas esas fuerzas que pueden caer sobre todo lo que

existe; en este caso especial, el poder que ha ejercido la Virgen

de Guadalupe ha sido principalmente sobre las aguas, siempre para

beneficio de la ciudad y sus alrededores.

187. Pablo Antonio Pefiuelas. Op. Cit. pp. 12-13. 188. Bartolomé Felipe de Ita y Parra. La Madre de la Salud... Op. Cit., p. 10-11.

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126

La ciudad ha padecido los estragos que las inundaciones han

Pprovocado en la estructura de la capital, dafiando edificios,

personas y algunos de los primeros servicios de la urbe; pero en

la conciencia de sus habitantes, esta dirigir una serie de

rogativas a la Virgen Guadalupana para que interceda ante Dios,

quien controla los diferentes elementos de la naturaleza, y

detenga a las lluvias que han golpeado severamente esta regién.

gEn la gran promesa que nos hizo cuando se queddé con nosotros en esta Imagen suya, de ayudarnos en nuestras necesidades, acaso exceptudéd las lluvias? No,

Sefiores; antes ha demostrado el dominio particular

que tiene sobre las aguas, para animarnos a pedirselas confiada y fervorosamente. No podemos acordarnos sin sobresalito, de aquella

terrible inundacién que puso a México en la orilla de

su ruina al afio de 1627: gemian sus habitadores con

la muerte a la vista, y el agua a la garganta, casi

sin esperanza de remedio, cuando se acordé llevar

esta misma Santa Imagen, ante quien derramdis

vuestros ruegos para implorar su Patrocinio. Y lo

mismo fue llegar a las puertas de la Ciudad, que las

aguas que estaban sobre los montes, huyeron con

espanto amontonadndose tumultuariamente unas sobre

otras, para valerme de la expresiédn del Profeta. Y

que ¢La que ahuyenté las aguas que nos hacian mal, no

nos dara las que nos aprovechan para nuestro bien? '®

Ante la experiencia de haber obtenido tantos beneficios, la

capital puede dar testimonio fehaciente de la distinci6én que

Santa Maria de Guadalupe ha hecho para con los mexicanos,

incitando con esto al resto del territorio para que tenga plena

confianza en esta advocacién de la Madre de Jests:

'89 - Pablo Antonio Peruelas. Op. Cit. pp. 14-15.

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127

(...), den, pues, el lugar, aunque el ultimo, los

discursos de las evidencias, las conjeturas a las

experiencias (...); y hable aquella Ciudad, que como

mas combatida de este Elemento, le asisten las

mayores: hable digo, nuestra capital México, no ya

Barbara, sino Culta, no Pagana, sino Cristiana: hable

y diganos para alentar la confianza de sus presentes

habitadores, todo lo que la Sefiora ha obrado en los

afios atras en crédito de su Poder sobre las Aguas. ™

Maria de Guadalupe se ha manifestado en este nuevo territorio

como muestra de fortaleza que dard a sus habitantes para vencer

todos los problemas a que se puedan enfrentar, para resistir los

embates que provocan las distintas crisis que perjudiquen a su

lugar elegido. Como muestra, basta indicar que el nombre de MARIA

es el que da la resistencia necesaria a esta ciudad, delineada

como un tablero, como un cuadrado perfecto y firme que resistira

y dara el ejemplo a seguir al resto del territorio.

Asi pues véase esta Ciudad puesta en cuadro, que asi

se manifestard su estabilidad, y fijeza. El nombre de

Marfa en el Hebreo es nombre Tetragrammon que es

nombre que se escribe con cuatro letras M.R.Y.M.

y asi este nombre de Maria es cuadrilatero, o

cuadrado, nombre de cuatro letras correspondiendo a

la Imagen de Guadalupe, no sdédlo en que si Maria se

interpreta Sefiora Domina, esta Imagen se ve con la

Luna a los pies, la Luna representa al Mundo, ... "!

'%_- Luis Beltran. El poder sobre las aguas dado a Nuestra Patrona la Virgen Santisima en su divina imagen de

Guadalupe. Sermén que en el dia 23 de junio y iiltimo novenario, que en el templo de la Real, e Insigne

Colegiata de la misma Senora, hizieron los Caballeros Hazendados, para imperar de su _beneficencia el socorro

de las aguas necesarias a la fertilidad de los campos. México, Imprenta Biblioteca Mexicana, 1765, p. 14,

191. Fray Luis Méndez. Op. Cit., p. 69.

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128

Para corroborar esta explicaci6én, era facil apoyarse en que,

si en hebreo son cuatro las letras del nombre de Maria, que son

las que forman los cuatro puntos principales de proteccién a la

ciudad, estas cuatro letras son las que se identifican con las

apariciones de Guadalupe en el Tepeyac:

... pues no sédlo en eso se asemeja esta Imagen a su

nombre, sino que a cuatro letras con que se escribe

corresponden cuatro apariciones, y si la figura

cuadrada es la mds firme, y hermosa en el nombre de

Maria cuadrildtero, o cuadrado afianza este Templo su

estabilidad y hermosura.

Al quedar de manera relevante la posicién de la ciudad como

propagadora del culto guadalupano, se hace necesario que se

construya un templo dentro de los limites de la ciudad para su

culto; en este caso le sera dedicado uno de los templos que, al

ser inicialmente otorgado al patrocinio de San Bernardo,

gustosamente cambia ese derecho por el de tener a Santa Maria de

Guadalupe como su Patrona principal, cediendo su casa para la

reverencia y veneraci6én de la Madre de Dios, advocacién de

Guadalupe.

Aparécese MARIA en Guadalupe, y alli se le hizo un

Santuario, apareciése su Imagen aca en México, cuando

se vi6d pintada en el tosco ayate del felice

mensagero, y hasta ahora no se le habia edificado un

Templo, trat6é6 la devocién fervorosa de hacerlo nuevo

12, Loc. Cit,

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129

en Guadalupe, y fue acordada disposicién, el que se

hiciese acd en México. ™

193. Pedro Manso. Op. Cit., p. 12.

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130

CONCLUSIONES

El guadalupanismo es una devocién que ha generado mucha polémica

a lo largo de su desarrollo. Desde el momento de las apariciones

de la Virgen Maria en el Tepeyac, se sucedieron diversas

opiniones a favor y en contra de este “evento guadalupano' ™.

Sin embargo, no fue mi propésito en esta investigaci6én discutir

acerca de ellas; mi objetivo primordial fue resaltar algunos

aspectos que creo son importantes para poder lograr un andlisis

histérico de los sermones pronunciados en honor a esta advocacién

mariana de Guadalupe en México.

Esos elementos son en primer lugar, conocer la vida de Maria

y el papel que desempefia en la historia del cristianismo; en

segundo término mostrar que, la intencién principal de un buen

nimero de predicadores durante la primera parte del siglo XVIII,

fue la consideracién del acontecimiento guadalupano como una

serie de manifestaciones divinas en las que el ser humano no tuvo

ningin tipo de intervencién. Por ello fue necesaria la lectura de

textos biblicos y el conocimiento de las doctrinas de ellos

derivadas para comprender el por qué de las diferentes

interpretaciones en torno a un hecho hist6rico-religioso.

Esto me dio la pauta para internarme en las narraciones

biblicas que mencionan a Maria como la Madre de Jests, la

doctrina cristiana de la aceptacién de este papel y que la llama

corredentora en el misterio de la salvacién, lo que genera por

14. ~ Llamado asi por el P. José Luis G. Guerrero en su obra El Nican Mopohua. Un intento de exégesis.

Universidad Pontificia de México, México, 1996, (Bibliotheca Mexicana, 6), 2 vols.

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131

consiguiente el que se le tenga como intercesora del género

humano y protectora de los desvalidos.

El culto que se otorga a la Divinidad, tanto como a tos

santos y en especial a alguna advocacién mariana, es considerado

desde dos aspectos principales: uno, como agradecimiento de los

fieles por los favores recibidos. Otro, para solicitar la

proteccién de sus devotos y el patronazgo para festividades,

Ccausas particulares o regiones que se acogen a Ella. El caso

particular mexicano nos ha mostrado una serie de devociones

importantes a la Virgen Madre de Dios, pero el de la "Morenita

del Tepeyac" es y ha sido muy especial para entender el origen y

desarrollo de la historia de nuestro pais; comprender el proceso

histérico de la iglesia en México y el de la_ sociedad,

contemplando en ellos la influencia que ha tenido hasta la fecha

la ideologia de la Virgen de Guadalupe. Como dice Richard Nebel

en su obra Santa Maria Tonantzin Virgen de Guadalupe: "el origen,

la “historia' y los efectos del acontecimiento guadalupano se

conservan vivos como un desafio a lo largo de los tiempos y de la

historia, al igual que se han modificado, cambiado y renovado las

reacciones de las teologias y las ciencias sociales." ™

Se destac6 en una segunda parte la historia de este

acontecimiento guadalupano partiendo del origen de la devocién

espafiola, para lo que se hizo una breve descripcién de las dos

tradiciones y se consider6é la opinién de los aparicionistas a

partir de algunos ejemplos como lo fue el bachiller Miguel

195. Richard Nebel. Santa Maria Tonantzin Virgen de Guadalupe. Continuidad y transformaci6n religiosa en

México. Trad. Carlos Warnholtz Bustillos. la. reimpresion. F.C.E. México, 1996, p. 335.

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132

Sanchez. El argumento a defender por este grupo fue muy sencillo:

las manifestaciones de Maria en el Tepeyac fueron una muestra del

poder divino para entregar la salvaci6én a tierras americanas a

través del conocimiento de la religién cristiana.

La otra postura también considerada aqui, los no

aparicionistas, cuyo ejemplo mas representativo es el doctor

Edmundo O'Gorman, indican que la devocién a la Virgen de

Guadalupe en México es continuacién del culto otorgado a la

Guadalupe espafiola y que fue utilizada para lograr el

sometimiento de los naturales en la Nueva Espafia. La realizaci6én

de una pintura por el indio Marcos ayud6é a complementar dicho

propésito.

Para el doctor O'Gorman el acontecimiento guadalupano es de

comprobacién histérica muy dudoso sin embargo, tengo la impresién

de que ha dejado abierta la consideracién que los lectores de su

trabajo tengan al respecto. “Asi, el guadalupanismo “~documenta'

el choque de las culturas y las religiones, el cuestionamiento de

la historia americana y la europea, y la posibilidad de un

autocuestionamiento. El guadalupanismo contiene en su sustancia

critica todas las contradicciones de las crisis de las diversas

épocas, lo que lo hace propenso a ataques ideoldégicos,

facilitando al mismo tiempo el camino hacia el diadlogo sobre los

sufrimientos y las esperanzas de los hombres de un continente.

En Guadalupe se cristalizaron en el pasado conflictos que han

conservado hasta el presente su dinamismo: el indigenismo, el

hispanismo y el mexicanismo." ™

19°,- Loc. Cit.

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133

Llego al propésito principal de este trabajo cuya idea es

resaltar la importancia de la advocacién guadalupana a partir de

la literatura religiosa diversa (si es que se me permite llamarle

asi), principalmente en los sermones predicados después del

suceso que se indica. Elegi un grupo de discursos que van desde

finales del siglo XVII (1690) hasta mediados o casi finales del

siglo XVIII (1782), en los cuales observo que el discurso

realizado por los religiosos se encamina a mostrar la realidad de

las manifestaciones guadalupanas, los beneficios que con estas

apariciones han recibido los naturales de la Nueva Espafia y que

se han prolongado a los distintos grupos que componen la sociedad

colonial; la influencia de tal patrocinio repercute sobre el

desarrollo histérico, politico, social y cultural de esta

comunidad, ademas de la adopcién particularmente especial que

hacen de esta advocacién, los criollos novohispanos con miras a

un nuevo sistema de vida.

Las primeras muestras de este culto a través de la oratoria

sagrada, se patentizan en los afios subsiguientes a las

apariciones, especificamente con Fray Alonso de Montifar y Fray

Francisco de Bustamante quienes sostienen una polémica sobre la

realidad de las mismas.

Es desde el ftiltimo tercio del siglo XVI (aproximadamente

1560-1570) hasta la segunda mitad del XVII donde la literatura

religiosa sobre el tema es insuficiente o inexistente; se retoma

nuevamente en 1666 y comienza a desarrollarse un proceso

ascendente en cuanto a la devoci6én mencionada provocando con ello

diversas opiniones. Sin embargo, es el siglo XVIII precisamente

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134

el siglo de la transicién, el momento de transformacién de las

ideas con respecto al tema guadalupano: un cambio no desde el

punto de vista del origen ~espiritual' de la imagen, sino de los

motivos mismos de la manifestacién. Personalmente creo que para

poder entender estas modificaciones es necesario captar el

mensaje de los sermones del diecisiete y de los primeros afios del

XVIII, para lo cual me permiti hacer m&s amplio este Ultimo siglo

ya que se puede percibir en ellos la intencién fuerte de hacer

palpable la realidad guadalupana, con que probablemente fueron

muchos los fines que se buscaban cubrir: reafirmar cada vez, con

mayor fuerza, la devocién guadalupana entre los naturales; quitar

el concepto de idolatria en que habia sido inmersa la imagen del

Tepeyac por parte de algunos religiosos (franciscanos

principalmente); quizAa otros motivos llevaron a justificar esta

advocaci6én para confirmar la superioridad espaficola o, en

contraposici6én a éstos, el surgimiento de un “criollismo' que

hace suya a la Virgen de Guadalupe para abanderar su causa contra

las injusticias de los peninsulares, " (...) antagonismo que

llegaria a la postre al sangriento estallido de las guerras de

independencia; pero también es un hecho que esto no fue una

actitud generalizada, que los predicadores no proclamaron

divisién, sino hermandad y responsabilidad, y que los

peninsulares no combatieron la devocién, antes la apoyaron y

abrazaron entusiastamente, difundiéndola por todo el imperio, y

hasta en la misma Espafia." '” En esta oratoria sagrada se

presenta con insistencia, independientemente de la fiesta

197... José Luis G. Guerrero. Op. Cit. p. 619.

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135

religiosa en la que se prediquen, la eleccién de Dios por un

pueblo que acogera4 fielmente la salvacién y, para resaltar atin

mas esa deferencia, se hace presente Maria en su advocacién de

Guadalupe.

Al realizar la lectura de los sermones pude observar que

estos discursos presentan una narraci6én variada, con metaforas

que explican la presencia de la Virgen de Guadalupe en estas

tierras; también se dan referencias tomadas directamente de los

textos biblicos con el fin de exponer los argumentos que

justifican las apariciones guadalupanas. Pero creo que dentro de

toda la oratoria que se ha analizado, el punto a resaltar es

precisamente este Ultimo: comprobar la realidad de esta

manifestacién, es decir, que la imagen de Santa Maria de

Guadalupe es una evidencia sobrenatural "porque es un “algo' que

no fue solamente una mocién interna de la Gracia, acontecida en

lo intimo de las almas, sino externo y objetivo, visible y

detectable a nivel macro-histérico, psico-sociolégico, (...)." ™

Al avanzar en el estudio del siglo XVIII, esta teorfia sera el

apoyo para transformar el discuro de justificacién aparicionista,

en la necesidad de considerar a la Nueva Espafia como la nueva

Jerusalén, exaltar el pasado prehispdnico, el indigenismo y la

manifestacién anticolonialista, que conlleva a establecer una

identidad nacional (tema de una investigaci6én posterior)

Mi interés personal fue seleccionar sermones predicados en la

ciudad de México porque considero que, al ser la capital el

centro de todas las actividades, es necesario destacar las

8. Ibid, p. 625.

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136

conexiones que relacionen a esta urbe con su entorno y despejar

poco a poco las razones que la autoridades civiles y

eclesiasticas tuvieron para permitir la vinculacién con el centro

religioso de mayor importancia en el Valle de México. Esta

metrépoli, que habia tenido como advocacién importante a la

Virgen de los Remedios, proyecta paulatinamente su interés en

Santa Maria de Guadalupe por haber recibido solucién a las

peticiones que solicitaban la finalizacién de las diferentes

calamidades naturales que sufri6 durante la época colonial,

llamense epidemias e inundaciones que mermaron la salud de la

poblacién novohispana. " ~Fue la epidemia de 1736 a 1737 lo que

completé6 la emergencia de la Virgen de Guadalupe de las

apariciones como la maxima devocién de la Nueva Espafia. La Virgen

de Loreto y la de los Remedios fueron invocadas primero, y sélo

después de que fallaron se recurri6éd a la a la [sic] de Guadalupe.

(...)." | El patronazgo de la Guadalupana se hace patente y la

ciudad le rinde el culto a la devocién que ha llegado a México

para lograr la unificacién de un pueblo que se ha acogido a su

proteccién. " (...). Cuando este ritual aparentemente detuvo la

epidemia, el patronato se extendié al resto de la Nueva Espafia y

luego a todos los dominios espafioles, lo que llevé, a su vez, a

renovar la peticién de Misa y Oficio. La aprobaci6én papal del

Patronato abrié las compuertas de un criollismo desbocado.' " ™

De Guadalupe surgen fuerzas de identidad, nacionalismo,

indigenismo, pero también confluyen aquellas que hablan de

\9 . Stafford Poole. Our Lady of Guadalupe. The Origins and Sources of a Mexican, National Symbol, 1531-

1797. The University of Arizona Press, 1995. Cit. en José Luis G. Guerrero. Op. Cit. p. 619.

200. Loc. Cit.

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137

occidentalizaci6én; entre todas ellas se genera la polémica que

esta advocacién provoca desde sus origenes, pero que nos muestra

a través del tiempo un milagro realizado, si no precisamente en

1531, si a partir de la unificaci6én del pueblo mexicano. "Santa

Maria Tonantzin Virgen de Guadalupe traducida en tradici6én

genuinamente mexicana, tan presente y cotidiana en la vida del

mexicano, simbolo de la realidad y de la trascendencia, fuente de

inspiracién y de la tradicién formada a través de siglos y de

culturas, en la que el Oriente y el Occidente, Europa y América,

Espafia y México se compenetran. Ella es encuentro con la propia

identidad, es expresién del alma del pueblo mexicano, simbolo de

la unidad nacional y leitmotiv de los derechos y de la dignidad

humana. Imago guadalupana, realidad y visién, verdad y utopia,

esencia verdadera y al mismo tiempo alegorfia. Ella es siempre una

realidad acrecentada, entendimiento e imaginacién al mismo

tiempo, una imagen con mil caras, en la cual el individuo

encuentra el camino a la intimidad y a la comunidad para, junto

con otros como “hijos de Guadalupe', buscar e interpretar su

propia historia y configurar su futuro." ™!

201 . Richard Nebel. _Op. Cit. p. 339.

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138

VI. BIBLIOGRAFIA

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