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Literatura y Sociedad I Raya León Omar Sobre Eduardo Galeano y el Rol de la Envidia en su Diatriba contra la Civilización "No me importa la desigualdad, porque no soy envidioso. Me importa la pobreza." -Pedro Schwartz. Introducción El presente ensayo pretende hacer una breve revisión crítica sobre el pensamiento de Eduardo Galeano. El escrito no sólo aborda a Galeano desde su propia tinta, sino que lo contrasta con la ética, con teorías sociológicas, económicas, y datos históricos. Así, se divide en tres secciones: en la primera cuestiono el rol de intelectual que ha jugado Galeano, y lo comparo con la tipología que nos ofrece Friedrich A. Hayek en su ensayo “Los Intelectuales y el Socialismo”. En la segunda sección, hago una breve revisión de Las Venas Abiertas de América Latina, y critico algunos de sus postulados centrales. Y en la última, reviso el rol de la relación entre injusticia, desigualdad, libertad y el mundo moderno que existe en su obra. Para tal efecto, se emplearon dos textos de Galeano, “El Mundo”, que puede encontrarse en El Libro de los Abrazos, y “Curso Básico de Injusticia”, que se lo encuentra en Patas Arriba: La Escuela del Mundo Al Revés. Para contrastar tal efecto, empleé la teoría social de la envidia del sociólogo alemán Helmut Schoeck. ¿Era Eduardo Galeano un Intelectual? Brilla la figura del escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015) entre la intelectualidad latinoamericana del siglo XX. Su obra vivirá en la posteridad gracias a su agudeza con la pluma y sus controvertidas opiniones sobre el orden social. No sólo es de asombrarse su habilidad para escribir, sino la forma en que traspasó los límites de los géneros literarios en los que incursionó, ya que en ellos logró combinar la ficción con el análisis político, la prosa y la historia, el periodismo y el humor. Resultará interesante para el lector por qué he tildado a Galeano anteriormente como un intelectual,o quizá lo tenga sobreentendido. El profesor Friedrich A. Hayek define al intelectual no como un pensador original, un erudito o

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Aplicación de la teoría de Helmut Schoeck al trabajo de Eduardo Galeano.

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  • Literatura y Sociedad IRaya Len Omar

    Sobre Eduardo Galeano y el Rol de la Envidia en su Diatriba contra la Civilizacin

    "No me importa la desigualdad, porque no soy envidioso. Me importa la pobreza."

    -Pedro Schwartz.

    Introduccin

    El presente ensayo pretende hacer una breve revisin crtica sobre el pensamiento

    de Eduardo Galeano. El escrito no slo aborda a Galeano desde su propia tinta,

    sino que lo contrasta con la tica, con teoras sociolgicas, econmicas, y datos

    histricos. As, se divide en tres secciones: en la primera cuestiono el rol de

    intelectual que ha jugado Galeano, y lo comparo con la tipologa que nos ofrece

    Friedrich A. Hayek en su ensayo Los Intelectuales y el Socialismo. En la segunda

    seccin, hago una breve revisin de Las Venas Abiertas de Amrica Latina, y

    critico algunos de sus postulados centrales. Y en la ltima, reviso el rol de la

    relacin entre injusticia, desigualdad, libertad y el mundo moderno que existe en

    su obra. Para tal efecto, se emplearon dos textos de Galeano, El Mundo, que

    puede encontrarse en El Libro de los Abrazos, y Curso Bsico de Injusticia, que

    se lo encuentra en Patas Arriba: La Escuela del Mundo Al Revs. Para contrastar

    tal efecto, emple la teora social de la envidia del socilogo alemn Helmut

    Schoeck.

    Era Eduardo Galeano un Intelectual?

    Brilla la figura del escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015) entre la

    intelectualidad latinoamericana del siglo XX. Su obra vivir en la posteridad

    gracias a su agudeza con la pluma y sus controvertidas opiniones sobre el orden

    social. No slo es de asombrarse su habilidad para escribir, sino la forma en que

    traspas los lmites de los gneros literarios en los que incursion, ya que en ellos

    logr combinar la ficcin con el anlisis poltico, la prosa y la historia, el periodismo

    y el humor.

    Resultar interesante para el lector por qu he tildado a Galeano

    anteriormente como un intelectual,o quiz lo tenga sobreentendido. El profesor

    Friedrich A. Hayek define al intelectual no como un pensador original, un erudito o

  • un experto en algn campo de pensamiento, pues en realidad ste no precisa de

    algn conocimiento especial, o ser siquiera parcialmente inteligente, sino que es

    un distribuidor de ideas de segunda mano. Le distingue la amplia gama de temas

    sobre los que puede hablar o escribir, y una posicin o hbitos de los que abreva

    ideas antes de a quien se dirige. Tienen adems los intelectuales el poder de

    decidir qu puntos de vista y opiniones llegarn tanto al hombre comn como al

    especialista poco versado en campos ajenos al suyo, as como qu hechos se

    difundirn, y desde qu ngulo se van a presentar1.

    De sta manera, el intelectual tiene una posicin nada despreciable en el

    orden social. A pesar de su conocimiento superficial, no se altera el hecho de que

    es su juicio el que determina los puntos de vista sobre los que la sociedad actuar

    en un futuro. A pesar de que la direccin de la poltica se encuentre en manos de

    hombres de diferentes puntos de vista, aade, la ejecucin de la poltica se

    encuentra en manos de los intelectuales. Es el intelectual quien juzga las ideas

    nuevas no por sus mritos especficos, sino por la facilidad con que se ajustan a la

    imagen del mundo que l considera avanzada. Al saber poco sobre temas

    particulares, su criterio debe coincidir con el de otros, y su idoneidad para

    combinarse con una imagen coherente del mundo. Este proceso es definitivo para

    formar el clima de opinin, es decir, la cosmovisin que impera en un periodo

    determinado, y vuelve favorable la recepcin de algunas opiniones y

    desfavorables a las dems, y que permitir que el intelectual est dispuesto a

    aceptar una conclusin y rechazar a otra sin una verdadera comprensin de los

    temas2.

    En efecto, coincidimos con el profesor Hayek cuando afirma que los

    intelectuales forman un clima de opinin favorable a unas ideas y que stos no

    son precisamente eruditos, sino vendedores de ideas. En este sentido, Eduardo

    Galeano ha desempeado un papel como tal fundamental. Su visin de ver el

    mundo, que nos parece errnea y peligrosa, ha permeado la conciencia poltica de

    Amrica Latina y ha conducido, de forma inconsciente, en pleno siglo XXI, a la

    1 cfr. Hayek, Friedrich A. "Los Intelectuales Y El Socialismo." Students for Liberty. Mayo de 2012.Consultado el 11 de mayo del 2015, de: https://studentsforliberty.org/wp-content/uploads/2012/05/Hayek-Los-Intelectuales-y-el-Socialismo11.pdf pp. 1, 2.

    2 cfr. ibid. pp. 2-9.

  • aplicacin de polticas populistas en Venezuela, Argentina, Ecuador, Bolivia,

    Nicaragua, Uruguay, Brasil, y en menor medida, Chile. No estamos diciendo que

    Galeano haya sido el nico formador de opinin de la regin, ni estamos

    menospreciando las condiciones materiales concretas de cada pas al momento

    de hacer tan extravagante afirmacin, sino que simplemente reconocemos el

    exitoso proceso que tuvo en la difusin de sus ideales.

    Las Venas Abiertas de Amrica Latina: Una Revisin Crtica

    Pensamos en primer lugar en el texto ms famoso de Eduardo Galeano, Las

    Venas Abiertas de Amrica Latina, un panfleto histrico que relata la historia

    latinoamericana de una manera quiz potica, interpretada desde las teoras de la

    dependencia3 que se generaban en aqulla poca. El rol intelectual de Galeano es

    ms que perceptible aqu, pues fue capaz de volver popular una idea que los

    crculos acadmicos debatan acaloradamente en su momento.

    A grandes rasgos, lo que propone Galeano en el texto referenciado es que

    ha existido un constante saqueo desde la Colonia hasta la actualidad; que tal

    saqueo impuls el desarrollo de Europa frente a Amrica Latina; que la culpa de

    nuestros males es del mundo desarrollado; que el orden econmico vigente es un

    orden generado a travs de la planificacin Norteamericana, que se impone a

    travs de las polticas gubernamentales y las empresas multinacionales, que

    adems saquean los pases a los que se introducen; y que la nica forma de

    liberacin para los pueblos latinoamericanos es la violencia, mediante la

    expropiacin de los medios de produccin a quienes hubieren abusado de ellos4.

    Sin embargo, la poltica de saqueo lineal que observa Galeano que va

    desde la poca colonial hasta nuestros das es un mito. Mientras que los

    conquistadores se valieron del uso de la fuerza para extraer metales y colonizar

    Amrica, las corporaciones transnacionales ofrecen intercambios voluntarios y

    3 Aqullas que en la segunda mitad del siglo XX propugnaban que la economa mundial se halla divididaen una injusta y desigual dualidad centro-periferia, donde los pases subdesarrollados asumen un rolperifrico en el que producen materias primas con un bajo valor agregado, y los pases centrales odesarrollados transforman dichas materias en productos industriales con alto valor agregado. Estasituacin adems produce situaciones de subordinacin de los pases subdesarrollados frente a losdesarrollados.

    4 vid. Galeano, Eduardo. Las Venas Abiertas de America Latina. 76a ed. Mxico: Siglo Veintiuno Editores,2004.

  • pacficos que enriquecen las regiones a las que llegan, llevando inversiones,

    innovaciones, oportunidades de empleo, y capacitacin.

    Decir que el proceso de saqueo durante la colonia impuls el desarrollo de

    Europa frente Amrica Latina no es del todo exacto. Precisamente el gran flujo de

    metales produjo una severa inflacin que afect sobre todo a Espaa y Portugal

    en el siglo XVII. El anlisis de Galeano no da cuenta en forma alguna del progreso

    y la innovacin tecnolgica que vino aparejado con la retrica de dignidad y

    libertad que se origin en Inglaterra y se extendi por el continente, que se tradujo

    en que florecieran los proyectos de los mercaderes, a la par que se eliminaban

    controles y regulaciones.

    Por otra parte, no podemos negar que los Estados Unidos y otras potencias

    tengan y hayan tenido injerencia en el orden econmico vigente. Nuestros males

    en forma alguna son culpa de los pases desarrollados. El comercio no es en

    forma alguna un juego de suma negativa, donde para que exista un ganador es

    necesario que exista un perdedor. Es ms bien un juego de suma positiva donde

    ambas partes ganan, o en caso contrario, difcilmente se hara un intercambio. El

    subdesarrollo de Amrica Latina debe explicarse en sus marcos institucionales

    fallidos y el fracaso en generar inversin y capital.

    Otras Opiniones de Galeano: Sobre Igualdad, Desigualdad y Libertad. Una

    Revisin desde la Teora de la Envidia

    Es mi deseo elogiar en primer lugar un pequeo texto de Eduardo Galeano, El

    Mundo, mismo que entrar en severa contradiccin con algunas de las tesis que

    revisaremos con posterioridad. De sta manera, Galeano hace una pequea

    alegora a la diversidad del espritu humano:Un hombre del pueblo de Negu, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, cont. Dijo que haba contemplado, desde all arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. El mundo es eso -revel- Un montn de gente, un mar de fueguitos.Cada persona brilla con luz propia entre todas las dems. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todoslos colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente defuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, noalumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puedemirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende5.

    5 Galeano, Eduardo, El Libro de los Abrazos: Imgenes y Palabras, Madrid: Siglo Veintiuno de EspaaEditores, 1989, p. 5.

  • Por otra parte, en Curso Bsico de Injusticia, Galeano contina su crtica contra

    la homogeneizacin cultural, de igualacin que va contra la diversidad, que sufre

    el ser humano bajo las sociedades de consumo, mientras que simultneamente se

    promueve la organizacin desigual del mundo. Sugiere que la publicidad manda a

    consumir, en tanto que la economa lo prohbe. Adems, supone que los medios

    de comunicacin convierten demandas artificiales en demandas reales6.

    Analicemos paso a paso los postulados de Galeano. Como el propio Emile

    Durkheim nos mostr en La Divisin del Trabajo Social, con el avance de la

    divisin del trabajo, y con ella, el de la civilizacin, se generan y se transforman los

    vnculos de solidaridad, a la par que se vuelve patente la diferenciacin entre los

    miembros de la sociedad. Son precisamente las civilizaciones primigenias las que

    son mayormente iguales en cuanto a los valores inscritos en la conciencia

    colectiva7. Pese a que nos parece insuficiente la dicotoma que presenta

    Durkheim, donde se asume que hay solo dos clases de sociedades, las mecnicas

    y las orgnicas, sostenemos que en las sociedades modernas se favorece la

    individualidad y con ella, la diversidad.

    Por otra parte, el economista austriaco Ludwig von Mises nos dice que el

    rgimen de produccin capitalista tiene como fin no solo la produccin en masa,

    sino la produccin en masa con miras a satisfacer las necesidades de las masas.

    Son adems los consumidores los soberanos bajo tal rgimen de produccin, y no

    los burcratas o los planificadores centrales. A travs del consumo y de la

    abstencin del consumo, los consumidores determinan qu ha de producirse. As,

    en un sistema de competencia, los productores que satisfagan las necesidades de

    los consumidores de la manera ms econmica y eficiente que otros sern

    recompensados. Si el empresario no se ajusta a las demandas del mercado,

    quebrar. Bajo el capitalismo, los trabajadores no son simples trabajadores, sino

    que a la vez son los principales consumidores. Como Frank Fetter alguna vez dijo,

    el mercado es la democracia donde cada centavo da derecho a voto. Sin

    embargo, en la democracia, es la mayora quien decide e impone sus deseos

    sobre las minoras. El mercado ofrece al individuo la posibilidad de desobeceder a

    6 cfr. Galeano, Eduardo, Patas Arriba: La Escuela del Mundo al Reves, Madrid: Siglo Veintiuno de EspaaEditores, 1998, p. 25.

    7 vid. Durkheim, Emile. La Divisin del Trabajo Social. Barcelona: Planeta de Agostini, 1993.

  • la mayora8. As que Galeano no se tena qu preocupar porque en las sociedades

    abiertas se menospreciaran las mil y una maneras de vivir y decir, creer y crear,

    comer, trabajar, bailar, jugar, amar, sufrir y celebrar, que hemos ido descubriendo a

    lo largo de miles y miles de aos9.

    Una vez que hemos esclarecido el rol del consumidor en la sociedad

    capitalista, nos parece absurdo el papel coactivo que Galeano atribuye al

    mercado. Quiz en cierto sentido debamos hacer caso a Galeano cuando afirma

    que la publicidad convierte objetos superfluos en necesidades. Sin embargo, no es

    que consideremos que ello tiene connotaciones negativas. Nos dice Mises:Los ricos adoptan las novedades y se acostumbran a su uso. Esto inicia una modaque otros imitan. Una vez que las clases ms ricas han adoptado un cierto modode vida, los productores tienen un incentivo para mejorar los mtodos defabricacin, y, as, pronto es posible para las clases ms pobres el hacer lo mismo.As, el lujo adelanta el progreso. La innovacin "es el capricho de una lite antes deconvertirse en la necesidad del pblico. El lujo de hoy es la necesidad delmaana10.

    Pensemos en el caso de los telfonos celulares. A finales de los aos 70, eran

    enormes aparatos, prcticamente inservibles desde nuestra perspectiva actual.

    Sin embargo, tenan precios prohibitivos y solo los muy ricos podan acceder a

    ellos. Hoy, gracias a la innovacin tecnolgica, podemos acceder a telfonos con

    grandes capacidades de almacenaje de informacin, con posibilidades de

    comunicarnos por internet con personas de cualquier parte del mundo, con oficina

    mvil, y miles de posibilidades de facilitar nuestras vidas. Datos del Banco Mundial

    nos muestran que en 2012 en Amrica Latina, 84% de los hogares reportaba estar

    inscrito a algn servicio de telefona mvil.

    Seala Galeano por otra parte, la desigualdad que viene aparejada con la

    apertura de las sociedades. Dice que no hay forma de medir la igualacin cultural

    que refiri con anterioridad, pero que la desigualdad econmica la mide el Banco

    Mundial, institucin que tanto hace por ella. Nos dice Galeano: Nunca ha sido menos democrtica la economa mundial, nunca ha sido el mundotan escandalosamente injusto. En 1960, el veinte por ciento de la humanidad, elms rico, tena treinta veces ms que el veinte por ciento ms pobre. En 1990, ladiferencia era de sesenta veces. Desde entonces, se ha seguido abriendo la tijera:en el ao 2000, la diferencia ser de noventa veces.

    8 cfr. Mises, Ludwig von, Liberty and property, En: Two Essays By Ludwig von Mises, Alabama: Ludwigvon Mises Institute, 1991 pp. 20-25.

    9 Galeano, Patas Arriba: La Escuela del Mundo al Reves, op. cit. p. 26.10 Mises, Ludwig von. La Accin Humana: Tratado de Economa. 4a. ed. Madrid: Unin Editorial, 1986. p.

    698.

  • En los extremos de los extremos, entre los ricos riqusimos, que aparecen en laspginas pornofinancieras de las revistas Forbes y Fortune, y los pobrespobrsimos, que aparecen en las calles y en los campos, el abismo resulta muchoms hondo. Una mujer embarazada corre cien veces ms riesgo de muerte enfrica que en Europa. El valor de los productos para mascotas animales que sevenden, cada ao, en los Estados Unidos, es cuatro veces mayor que toda laproduccin de Etiopa. Las ventas de slo dos gigantes, General Motors y Ford,superan largamente el valor de la produccin de toda el frica negra11.

    A nuestro juicio, hay mltiples errores en que incurre Galeano en este

    pequeo extracto. El primero es asumir que el mundo en que vive (escribe el texto

    referenciado en 1998) no slo es escandalosamente injusto, sino que supone que

    en alguna otra poca, el mundo fue justo, o ms justo que en aqulla poca. Quiz

    en primer lugar, nos tendra qu definir el autor qu es lo que entiende por justicia.

    Es lamentable que dicha palabra no quedara definida claramente en la obra de

    Galeano, aunque asumimos que para l la justicia no es otra cosa que la igualdad

    de rentas y patrimonios, la igualdad en los resultados. Sin embargo, estamos lejos

    de compartir dicha opinin. La justicia es que cada cual reciba lo que le

    corresponde.

    Si compartimos con Galeano la opinin de que es natural que los seres

    humanos tengan distintas capacidades entre ellos, es tambin de esperarse que

    obtengan resultados distintos entre ellos. Justo como reza el epteto de este

    ensayo, donde debemos focalizar los esfuerzos es en reducir la pobreza, ms no

    la desigualdad. Con ello queremos decir que es necesario que quienes se

    encuentran ms desfavorecidos tengan la libertad de innovar, producir y

    comerciar. No hay otra forma de reducir la pobreza. Igualar rentas y patrimonios

    implica quitarle a quien produjo ms para dar un excedente a quien no ha

    trabajado o quien ha recibido menos. Y eso implica detener la innovacin, el

    progreso y eliminar todo incentivo por superarse. Es adems una terrible afrenta

    contra la libertad.

    Los datos nos muestran que no hay mejor poca para vivir que la actual.

    Cifras del Banco Mundial nos indican que en 2014, alrededor del 17% de la

    poblacin mundial se halla en situaciones de extrema pobreza, pues perciben una

    renta diaria de alrededor de 1.25 dlares diarios, promediando los distintos

    poderes adquisitivos de cada regin. Frente a esto, la tasa en 1990 era del 36%, y

    11 Galeano, Patas Arriba: La Escuela del Mundo al Reves, op. cit. p. 27.

  • en 1980, del 46%. La FAO nos dice que la poblacin mundial con desnutricin se

    halla en el 11.3%, el ms bajo de toda la historia. De igual manera, datos de la

    OMS arrojan que la poblacin que cuenta con acceso a agua libre de

    contaminacin externa se ha incrementado en dos dcadas, pese a la explosin

    demogrfica, del 76% al 89%. Por otra parte, la media global de la esperanza de

    vida hoy es de 71 aos. Hoy la tasa de alfabetizacin a nivel global es del 85%, y

    entre 2000 y 2012, el nmero de menores de edad en edad laboral cay en un

    30%; hoy un 15% de los nios estn ocupados fuera de la escuela12. De verdad

    ser tan injusta sta poca? Miente Galeano cuando afirma que en su poca

    mueren ms personas al ao que las muertas durante la Segunda Guerra Mundial,

    as como cuando dice tajantemente que ahora la pobreza es el justo castigo que

    la ineficiencia merece.

    Habr querido Galeano volver a alguna otra poca? se habr sentido

    nostlgico quiz por los buenos viejos tiempos? quiz no lo supiera, pero como

    nos refiere Deirdre N. McCloskey, hace dos siglos y desde pocas remotas, la

    economa mundial se encontraba estancada en un nivel similar al que hoy en da

    es posible observar en Bangladesh. Los habitantes jvenes de Japn o Noruega

    estaban lejos de ver el final de su pobreza personal o la de su pas.

    Increblemente, la autora nos dice que entre 1720 y 1800, las personas esperaban

    que sus hijos, sus nietos, y sus bisnietos consumieran un aproximado mximo del

    producto equivalente a $3 dlares (ajustado a la inflacin y precios de 2008) por

    da13.

    Preocuparnos por los asertos sobre la desigualdad de Galeano nos llevan a

    pensar en el problema de la envidia en el discurso. Con ello no pretendemos

    lanzar una clasificacin ad hominem, sino que buscamos dar al lector una

    explicacin plausible. Para analizar tal cometido, nos valdremos de la teora

    sociolgica de Helmut Schoek, que en Envy: A Theory Of Social Behaviour, nos

    delinea una aproximacin cientfica a tal fenmeno14. Seala Schoeck que la

    12 vid. Rallo, Juan Ramn, El Mundo nunca ha sido un Lugar Mejor, El Economista, 21 de enero de 2015.Consultado el 20 de mayo del 2015 http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/6407863/01/15/El-mundo-nunca-ha-sido-un-lugar-mejor-.html

    13 cfr. McCloskey, Deirdre N. Bourgeois Dignity: Why Economics Can't Explain The Modern World.Chicago: University of Chicago Press, 2010. p. 1.

    14 Dice por otra parte, que la teora del rol de la envidia en sociedad no pretende ser una teoraomniexplicativa, puesto que hay mltiples acontecimientos en la vida social que no pueden ser explicados

  • envidia es un sentimiento, un proceso psicolgico, que subyace en el ncleo de la

    vida del hombre como ser social, y que ocurre tan pronto como dos individuos

    inmersos en un medio social son capaces de compararse15 entre s. La envidia

    adems debe, necesariamente estar dirigida hacia alguien, pues sin otra persona

    el envidioso no podr envidiar. Y generalmente, el envidioso tiene poco inters en

    transferir algo de la vala o las posesiones de otro para s. Lo que le gustara es

    ver a la otra persona robada, desposeda, humillada o herida. No solo eso, sino

    que el concepto de envidia se ha visto minimizado no solo en el mbito de la vida

    diaria, sino en el campo cientfico16.

    Uno de los puntos centrales de la teora de Schoeck es sealar que

    precisamente ha sido la envidia una especie de motor en el desarrollo de las

    sociedades, aunque advierte que sin su efectivo control sta podra no funcionar

    adecuadamente. No podemos ahondar en este trabajo en cules son los

    mecanismos que constrien la envidia, ni tampoco en los desarrollos histricos

    particulares en que incurre Schoeck para explicar la envidia. Bstenos con saber

    que el sistema de incentivos que desarrolle cada cultura jugar el papel de

    reforzar el manejo maduro del sentimiento de la envidia, impulsando el avance

    material y moral, o el de legitimarla, estancando el progreso material, intelectual y

    moral. Refiere por otra parte que desde el siglo XVIII el mundo Occidental observ

    el advenimiento de una tendencia nociva hacia la legitimacin de la envidia, que

    revirti la carga de la culpa de los envidiosos a los envidiados, con el fin de

    proponer el rediseo racional de las instituciones sociales, con miras a eliminar las

    causas de la misma envidia17.

    Es adems la utopa que pretende anular la envidia bajo tales medios

    irreconciliable con la naturaleza diferenciada del ser humano y a los sentimientos

    ancestrales de tal sentimiento. Sobre el particular, dice Schoeck que la aversin

    del escritor radical de izquierda18 sobre cualquier consideracin sobre el problema

    por dicho fenmeno, aunque reconoce que puede servir para problematizar cosas que la gente no estpreparada para admitir o a observar siquiera.

    15 Se sobreentiende adems que dicha comparacin implica la desigualdad, nuevamente. 16 cfr. Schoeck, Helmut, Envy: A Theory Of Social Behaviour, Indianapolis: Liberty Fund, 1987, pp. 3-14.17 cfr. ibid. pp. 70-95.18 Aade Schoeck con posterioridad que la palabra envidia es neutral y por tanto, no tiene connotaciones

    polticas concretas, pues tambin puede emplearse en discursos conservadores o liberales. Sin embargo, elelemento de la envidia en la izquierda es harto distinto, pues mientras el poltico o escritor de derechamayoritariamente dirige la envidia de sus simpatizantes hacia particulares casos, como el nepotismo, el

  • de la envidia resulta comprensible. Usando su poder simblico como intelectual,

    asume como deber volver dicho tema un tab entre sus contemporneos, de tal

    forma que stos no reconozcan la envidia en su discurso. As, disfraza la envidia

    de justa indignacin. De no hacerlo, dice, perder la aprobacin de personas

    inteligentes que, an compartiendo sus puntos de vista por razones sentimentales,

    pues saben la poca estima y legitimidad que goza la envidia en las sociedades

    Occidentales modernas19.

    En otros trminos, explica que se vuelve un asunto de vital importancia que

    el intelectual de izquierda explote los sentimientos latentes de envidia hacia los

    otros, sean votantes, clases sociales, etnias, o incluso pases enteros con el fin de

    asegurar el apoyo de los envidiosos, que lo ayudarn, a l o a su grupo, a

    alcanzar el poder poltico. Pensemos como prembulo en el caso del la visin

    materialista de la historia, que da cuenta de los modos de producir del hombre a lo

    largo del tiempo, as como la evolucin de las relaciones humanas en

    disposiciones de clase, formadas en torno a la propiedad de los medios de

    produccin. As, deca Marx que la historia de la humanidad es la historia de la

    lucha de clases: Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros yoficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre,empeados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca yabierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformacinrevolucionaria de todo el rgimen social o al exterminio de ambas clasesbeligerantes20

    Si esto es as, este enfoque parte del supuesto en que hay siempre un conflicto

    velado entre clases antagnicas, y para llevar a cabo un ideal poltico

    determinado, resulta indispensable exaltar el sentimiento de inferioridad en los

    oprimidos y llenarles de envidia hacia los explotadores. Y este conflicto aparece

    nuevamente en la obra de Galeano. En un breve texto titulado El Precursor del

    Capitalismo, el escritor dice: Inglaterra, Holanda, Francia y otros pases le deben una estatua. Buena parte del poder de los poderosos proviene del oro y la plata que l rob, delas ciudades que incendi, de los galeones que desvalij, y de los esclavos quecaz. Algn fino escultor debera modelar la efigie de este funcionario armado del

    gasto extravagante, o la forma de vida de polticos en particular, no pretender prometer una sociedaddonde unos sean ms o menos iguales, y donde por tanto, no habr ms envidia.

    19 cfr. ibid. pp. 240, 241. 20 Marx, Karl, Manifiesto del Partido Comunista, en: Obras escogidas I , Mosc: Progreso, 1978 p. 111.

  • capitalismo naciente: el cuchillo entre los dientes, el parche en el ojo, la pata depalo, la mano de garfio, el papagayo al hombro21.

    Pese a que el contenido parece estar referido exclusivamente a la figura del

    pirata, el ttulo es digno de mencin, pues nos sugiere un paralelo entre los piratas

    y los empresarios. En cierto sentido, existe ese paralelismo, pues existen

    empresarios que ms que empresarios son cabilderos, cazadores de privilegios

    que buscan, a travs de la alianza con el poder poltico, mercados cautivos,

    exenciones fiscales, protecciones arancelarias, y otras canonjas. Claro que el

    cabildero no usa el parche en el ojo y la pata de palo, sino caras corbatas de seda

    y mancuernillas de oro. Sin embargo, parece evidente que para Galeano sta no

    es la figura que pretendi proyectar en el texto, sino todos los empresarios,

    incluyendo aqullos que a travs de la competencia honesta, la innovacin y el

    riesgo subsisten en los mercados. Para Galeano, de forma alguna es el

    empresario un ente creativo que utiliza sus recursos con el fin de satisfacer las

    necesidades de otros, sino un vil ladrn. De sta manera, dirige su discurso hacia

    la satanizacin de sta figura.

    Pensemos en el papel que Galeano deja al obrero en su obra. Si bien su

    obra es ms o menos vasta y recopila relatos y tragedias que en la realidad han

    ocurrido a trabajadores en todo el mundo, no hay alguna donde directamente se

    haga alusin a lo que el autor entiende por dicha clase, o donde pretenda captar

    su esencia. Empero, hemos retomado El Origen del Mundo, que satisface

    nuestras necesidades explicativas. Relata Galeano:Haca pocos aos que haba terminado la guerra espaola y la cruz y la espadareinaban sobre las ruinas de la Repblica. Uno de los vencidos, un obreroanarquista, recin salido de la crcel, buscaba trabajo. En vano revolva cielo ytierra. No haba trabajo para un rojo. Todos le ponan mala cara, se encogan dehombros, le daban la espalda. Con nadie se entenda, nadie lo escuchaba. El vinoera el nico amigo que le quedaba. Por las noches, ante los platos vacos,soportaba sin decir nada los reproches de su esposa beata, mujer de misa diaria,mientras el hijo, un nio pequeo, le recitaba el catecismo. Mucho tiempo despus, Josep Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me locont. Me lo cont en Barcelona, cuando yo llegu al exilio. Me lo cont: l era unnio desesperado, que quera salvar a su padre de la condenacin eterna, pero elmuy ateo, el muy tozudo, no entenda razones. Pero pap -pregunt Josep, llorando-. Si Dios no existe, quin hizo el mundo? Y el obrero, cabizbajo, casi en secreto, dijo: Tonto. Dijo: Tonto. Al mundo lo hicimos nosotros, los albailes22.

    21 Galeano, Eduardo. Espejos: Una Historia Casi Universal. 1 ed. Madrid: Siglo Veintiuno De EspaaEditores, 2008 p. 144.

    22 Galeano, El Libro de los Abrazos: Imgenes y Palabras, op. cit. p. 6.

  • La figura del obrero es ampliamente victimizada, y en el relato

    particularmente el obrero anarquista se encuentra en una situacin poco favorable.

    Si se victimiza al explotado (en sta lgica), se exaltan sus sentimientos de

    inferioridad, se socava su dignidad, El relato pretende tener un final sorpresivo,

    cuyo fin no slo es cuestionar la existencia de una deidad superior y enfatizar que

    son los obreros quienes han hecho al mundo, sino que es posible transpolarlo al

    mundo social. No han sido los empresarios, sino los obreros quienes han creado

    al mundo. No es nuestra labor demeritar el trabajo que los obreros realizan da a

    da. Sin embargo, como dijimos con anterioridad, el trabajo por s mismo no fue

    capaz de sacar al mundo de la pobreza. Fue la innovacin, la tcnica, la ciencia y

    el ahorro. Pensemos en los trabajadores de las minas de Argelia, en condiciones

    de pobreza severa que trabajan de sol a sol, en una zona llena de recursos

    naturales, pero sin grandes transformaciones, pues no se trabaja con bienes de

    capital relevantes. En contraste, tenemos a Suiza, rankeada entre los pases que

    reciben los mayores sueldos del mundo con un bajo promedio de horas laborales.

    La diferencia no radica en que uno explote a otro, sino en marcos institucionales y

    tasas de capitalizacin y ahorro.

    Conclusiones

    En primer lugar, me gustara sealar que el papel de Eduardo Galeano como

    intelectual, junto al de muchos otros pensadores, ha resultado decisivo para

    popularizar un discurso especfico en Amrica Latina. Asimismo, que su potica y

    clara escritura, as como la exaltacin de ciertos sentimientos constituyen un gran

    catalizador que ayuda a propagar su mensaje en forma efectiva, aunque la

    interpretacin de los hechos que otorga no nos parece correcta. Por otra parte, al

    adherirnos a la teora de Schoeck sobre el papel de la envidia en el

    desenvolvimiento de las sociedades, ubicamos las ideas de Galeano en una

    postura que pretende eliminar los factores que causan la envidia, mientras se

    maneja un discurso que usa y camufla la envidia como eje del discurso.

  • Bibliografa

    Durkheim, Emile. La Divisin del Trabajo Social. Barcelona: Planeta de Agostini,

    1993.

    Galeano, Eduardo, El Libro de los Abrazos: Imgenes y Palabras, Madrid: Siglo

    Veintiuno de Espaa Editores, 1989.

    Galeano, Eduardo. Espejos: Una Historia Casi Universal. 1 ed. Madrid: Siglo

    Veintiuno De Espaa Editores, 2008

    Galeano, Eduardo. Las Venas Abiertas de Amrica Latina. 76a ed. Mxico: Siglo

    Veintiuno Editores, 2004.

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    Veintiuno de Espaa Editores, 1998

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    de 2012. Consultado el 11 de mayo del 2015, de:

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    Marx, Karl, Obras escogidas I , Mosc: Progreso, 1978

    McCloskey, Deirdre N. Bourgeois Dignity: Why Economics Can't Explain The

    Modern World. Chicago: University of Chicago Press, 2010

    Rallo, Juan Ramn, El Mundo nunca ha sido un Lugar Mejor, El Economista, 21

    de enero de 2015. Consultado el 20 de mayo del 2015

    http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/6407863/01/15/El-mundo-nunca-ha-sido-un-lugar-mejor-.html

    Schoeck, Helmut, Envy: A Theory Of Social Behaviour, Indianapolis: Liberty Fund,

    1987.