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www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx Aspecto de uno de los Salones de mosaicos, Mitla, Oaxaca. Ca. 1935. México Fotográfico. Álbum arqueológico/ FOTOTECA “JUAN DUBERNARD”. / LA FOTOGRAFÍA ARQUEOLÓGICA EN MÉXICO VERA CASTILLO ENTRE LO ARTÍSTICO Y LO CIENTÍFICO Durante la posrevolución en México ocurrió un proceso de creación de insti- tuciones que buscaban favorecer una reestructuración económica, política, social, cultural y educativa. Desde estas instituciones se erigía un proyecto de nación basado en el nacionalismo, una corriente que prevalecía también en otros países del mundo. En 1916, el antropólogo y arqueólogo Manuel Gamio escribe y publica Forjando Patria, un libro considerado uno de los primeros estudios antropológicos en nuestro país. En este estudio, Gamio afirma que la nueva patria, hecha de hierro y bronce, surgirá del brazo revolucionario. No. 901 Viernes 27 de septiembre de 2019 29

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www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx

Aspecto de uno de los Salones de mosaicos, Mitla, Oaxaca. Ca. 1935. México Fotográfico. Álbum arqueológico/ FOTOTECA “JUAN DUBERNARD”. /

LA FOTOGRAFÍA ARQUEOLÓGICA EN MÉXICO

VERA CASTILLO

ENTRE LO ARTÍSTICO Y LO CIENTÍFICO

Durante la posrevolución en México ocurrió un proceso de creación de insti-tuciones que buscaban favorecer una reestructuración económica, política,social, cultural y educativa. Desde estas instituciones se erigía un proyecto denación basado en el nacionalismo, una corriente que prevalecía también enotros países del mundo. En 1916, el antropólogo y arqueólogo Manuel Gamioescribe y publica Forjando Patria, un libro considerado uno de los primerosestudios antropológicos en nuestro país. En este estudio, Gamio afirma que lanueva patria, hecha de hierro y bronce, surgirá del brazo revolucionario.

No. 901Viernes

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30 Tlacuache Viernes 27 de septiembre de 2019 www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx Viernes 27 de septiembre de 2019 Tlacuacheπ� 31www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx

Asimismo, deja explícito que elestudio y conocimiento de lapoblación, especialmente deaquella que formaba las “pe-queñas patrias” o pueblos

antiguos, era de vital importancia paraforjar el sentimiento de nación.

“El conocimiento de estas manifesta-ciones [culturas prehispánicas] contribu-yen [sic] a explicar las características quedurante la época colonial distinguieron ala población mexicana y permite por tantoabordar autorizadamente el estudio de lapoblación actual, cuyo conocimientoconstituye sin duda, el verdadero evange-lio del buen gobierno” (Gamio 31).

De ahí que el conocimiento de la anti-güedad mexicana y los descubrimientosen el campo de la arqueología fueran im-portantes en el fortalecimiento identitariode un país en reconstrucción posterior auna convulsión política y social como laRevolución. Por ello, fue indispensable elfinanciamiento de exploraciones antro-pológicas, que verían su cúspide en la lla-mada época de oro de la arqueología me-xicana, entre 1935 y 1965. A la par de estemomento, la fotografía ya era una herra-mienta artística y de documentación en

las expediciones arqueológicas, pues per-mitía conocer la “realidad” de un territo-rio antiguo. Esta cualidad de la fotografíade mostrar “la realidad” brindaba cientifi-cidad a las investigaciones arqueológicasdesde mediados del siglo XIX. En los ini-cios del siglo XX, los arqueólogos se ha-bían apoyado de artistas para la realiza-ción de ilustraciones de piezas arqueoló-gicas que sirvieran como herramienta pa-ra la investigación científica. Tal es el casode la colaboración de Adolfo Best Mau-gard para las Publicaciones de la EscuelaInternacional de Arqueología y EtnologíaAmericanas 1921- 1922, un álbum de co-lecciones arqueológicas seleccionadaspor Franz Boas y con textos del mismoManuel Gamio. Franz Boas comisionó aBest Maugard que dibujara más de 200objetos prehispánicos para la publicación.Es a partir de esta experiencia que BestMaugard realiza su “Método de dibujo”,con el cual nota la repetición de patronescomo la espiral, el círculo, la media luna,la forma de S, la línea recta y el zigzag(Salomon 21).

Desde su invención, la fotografía fueusada como herramienta en exploracio-nes arqueológicas en México y otras par-tes del mundo:

“Inspirado por su amigo, el diplomáti-co estadounidense John Lloyd Stephens,el barón Emmanuel von Friedristhal, jefede la legación austriaca en México y afi-cionado a la arqueología, se sirvió de unacámara daguerriana en su viaje de explo-ración a Yucatán en 1841. Poco después, ensu segundo recorrido por la península yu-cateca, el propio Stephens y su compañe-ro de aventuras, el dibujante inglés Frede-

rick Catherwood, intentaron también re-producir el daguerrotipo los edificiossagrados de la llamada región Puuc: Ux-mal, Kabah y Labná.” (Debroise 137)

A pesar de contar con cámaras dague-rrianas y, posteriormente, fotográficas, eldibujo no dejó de usarse como herramien-ta científica de registro. Podemos identifi-car el uso de la fotografía en las expedi-ciones arqueológicas desde el siglo XIX,cuando los exploradores extranjeros erancomisionados y financiados por museos einstituciones, tanto europeas como esta-dounidenses, con el objetivo de llevar vis-tas del paisaje y la cultura mexicana. Eneste mismo siglo, exploradores como JohnL. Stephens, Guillaume Dupaix y Alexan-der Von Humboldt informaron al mundosobre la existencia de las culturas anti-guas del territorio mexicano (Debroise 18).Tal es el caso de Desiré Charnay, quienfue patrocinado por el Ministerio de Ins-trucción francés para realizar su primerviaje en 1857 a México y por la Comisióncientífica de París para su segundo viaje.Con la idea de hacer una vuelta científicay fotográfica al mundo, Charnay inició surecorrido por América, llegando primero aEstados Unidos y dirigiéndose después aOaxaca, Chiapas y Yucatán en busca delas ruinas mesoamericanas (Debroise138). Otro claro ejemplo del financiamien-to de exploraciones fue Carl Lumholtz,quien entre 1890 y 1910 realizó viajes deinvestigación patrocinados por el Museo

americano de Historia Natural de NuevaYork con el objetivo de estudiar grupos in-dígenas que habitaban el noroeste mexi-cano (Troncoso 64).

El trabajo de exploradores como DesiréCharnay, Pal Riojti, Teobert Maler y CarlLumholtz da cuenta de la relación entre laantropología, arqueología y fotografía,

pues ésta última permitía conocer la “rea-lidad” de un territorio inhóspito y trans-portar dicho conocimiento a sus países deorigen. Muchos de estos fotógrafos y dibu-jantes eran extranjeros que habían llega-do a México en búsqueda de comunidadesindígenas sin ser expertos de la antropo-logía y/o arqueología. Varias veces estosexploradores tenían intenciones artísti-cas, marcando la pauta de su viaje con elobjetivo de exponer posteriormente susimágenes en museos europeos. En reali-dad, estas exploraciones dirigidas por paí-ses extranjeros se enmarcan en el contex-to de expansión territorial, comercial e in-dustrial.

El cambio de siglo y el periodo posre-volucionario modificaron la manera deexplorar el país, pues, además de los ex-ploradores financiados por museos ex-tranjeros, los museos e instituciones me-xicanas comenzaron a formar arqueólo-gos y financiar sus proyectos. Para 1938, elpresidente Lázaro Cárdenas propuso laley que daría lugar a la creación del Insti-tuto Nacional de Antropología e Historia,que dependería de la entonces Secretaríade Educación Pública y con la cual se

crearía a la par la Escuela Nacional de An-tropología e Historia (ENAH). (Solares 48)Hacía la década de 1940, el Instituto Na-cional de Antropología e Historia (INAH) yel Instituto Nacional de Bellas Artes (IN-BA) se hacían cargo de financiar investi-gaciones, un ejemplo de esto último seríala famosa exploración coordinada porFernando Gamboa y ejecutada por ungrupo de fotógrafos, artistas, arquitectos yantropólogos a Bonampak en 1942. Estacomisión de personajes con tan diversasprofesiones había sido convocada pararealizar un trabajo completo, por un ladolos arquitectos llevaron a cabo el estudiode las construcciones mesoamericanas,mientras que artistas y fotógrafos usabanlápices, pinturas y cámaras como herra-mientas de trabajo científico. Sin embar-go, para la segunda mitad del siglo XX, se-rían los arqueólogos quienes realizan suspropias fotografías, calcas e incluso dibu-jos de piezas mesoamericanas. A pesar deello, continuaron trabajando de la manode artistas.

Pensemos pues en Hugo Brehme, unfotógrafo alemán de principios del sigloXX que realizó vistas de las ruinas mexi-canas a partir de una mirada costumbris-ta. Sus tarjetas postales de Teotihuacáneran realizadas principalmente para unpúblico extranjero. Posteriormente, lasmiradas de Edward Weston y Tina Modo-tti marcarían el paso a la fotografía mo-derna en México, y a través de este proce-so se originó una búsqueda con enfoquesmayormente artísticos para el registro de

Hombres posando con la figura Ehécatl en Anenecuilco, Morelos. Ca. 1980/FOTOTECA “JUAN DUBERNARD”

Xantil, registro de la Colección Raciga. Ca. 1975/ FOTOTECA “JUAN DUBERNARD”

Guerrero águila, registro de la colec-ción Raciga. Aprox. 1975/ FOTOTECA“JUAN DUBERNNARD”

Registro de probables piezas prehispánicas. Fondo Carmen Cook. Ca. 1940.

A pesar de contar con cáma-ras daguerrianas y, posteriormen-te, fotográficas, el dibujo no dejóde usarse como herramientacientífica de registro.

S.XXPARA LA MITAD de este sigloserían los arqueólogos quienesrealizan sus propias fotografías,calcas e incluso dibujos de piezasmesoamericanas

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los sitios arqueológicos. En comparación,las fotografías de Teotihuacán de Westonmuestran una búsqueda de formas geo-métricas y contrastes de claroscuro. Porotro lado, los registros fotográficos de Ma-nuel y Lola Álvarez Bravo, Juan Guzmán yArmando Salas Portugal, consolidarán lamajestuosidad de las ruinas y piezas me-soamericanas desde miradas igualmentemodernas. Las imágenes tomadas por losfotógrafos artistas varían mucho en cuan-to a usos y funciones del trabajo fotográfi-co realizado por arqueólogos, cuyas foto-grafías no necesariamente se apegan acriterios estéticos, ni a búsquedas artísti-cas, sino que en ellas hay un uso de regis-tro fotográfico y una función editorial parala divulgación de la ciencia.

La relación entre fotografía artística yfotografía científica comenzaba a difumi-narse para entonces. A pesar de que losarqueólogos tuvieran herramientas dedocumentación tales como cámaras foto-gráficas y de video, continuaron trabajan-do de la mano de artistas y fotógrafos. Unejemplo de ello es la intervención del mu-ralista Diego Rivera en el supuesto descu-brimiento de la osamenta de Cuauhté-moc, en 1949.

En Morelos está el ejemplo de la cola-boración entre los arqueólogos Jorge An-gulo y David Grove con la artista ChappieAngulo, quien realizó las calcas de losmonumentos del sitio Chalcatzingo du-rante la década de 1970: “Para lograr docu-mentar el Proyecto Arqueológico Chalca-tzingo, Ángulo Villaseñor se respaldó desu cámara fotográfica, captando junto conla ilustradora y artista plástico ChappieAngulo […].” (Alvarado 24).

Arqueólogas como Carmen Cook hi-cieron uso de la fotografía como herra-mienta de trabajo, aunque también expe-rimentaron formal y artísticamente conella. En el caso de Cook, hay poca explo-ración artística en las imágenes de regis-tro que posteriormente usaba en publica-ciones académicas como El Esplendor delMéxico Antiguo y Cien años de de Ar-queología mexicana.

Tanto los fotógrafos comisionados pa-

ra registrar exploraciones arqueológicas,como los arqueólogos que realizaban suspropios registros fotográficos tenían comoobjetivo el uso de la cámara con fines pu-ramente científicos. Claro está que los re-sultados distan mucho unos de otros,principalmente porque los primeros tie-nen búsquedas artísticas, mientras quelos segundos tienen búsquedas científi-cas. No es lo mismo el registro fotográficorealizado por Juan Guzmán en distintos

sitios arqueológicos y los procesos de ex-cavación y levantamiento de muestras,que el registro de Jorge Angulo y DavidGrove en Chalcatzingo, Morelos. Sin em-bargo, es necesario plantear las diferen-cias, similitudes, contextos, usos y funcio-nes entre las producciones fotográficastanto de artistas como arqueólogos.

COORDINADOR EDITORAL:ERICK ALVARADO TENORIO

BIBLIOGRAFÍA:

-GAMIO, MANUEL. Forjando Patria,citado por Eduardo Matos Mocte-zuma en Historia de la arqueologíade México antiguo, vol. II, pág. 31|.-GRIMBERG, SALOMON, "Un caba-llero educado" en Adolfo BestMaugard. La espiral del arte, pág. 21-DEBROISE, OLIVIER, Fuga mexi-cana. Un recorrido por la fotografíaen México, pág. 137.-DEBROISE, OLIVIER, Arqueologíamexicana, Especial 7, pág. 18.-DEL CASTILLO TRONCOSO, AL-BERTO, "La Historia de la fotografíaen México, 1890-1920. La diversi-dad de los usos de la imagen" enImaginarios y fotografía en México,1893-1970, pág. 64.-SOLARES CARRARO, María delCarmen, Vela Enrique, "Imágenesde una historia" en Arqueologíamexicana, Especial 7, pág. 48.-ALVARADO TENORIO, ERICK, "Lamirada de Chappie y Jorge Angulo"en Suplemento el Tlacuache, El Solde Cuernavaca, 16-02-2019, pág.24.

Xochipilli, príncipe de las flores, localizada en Tlalmanalco, Estado de México. Ca.1940./ FOTOTE-CA “JUAN DUBERNARD”

En Morelos está el ejemplo dela colaboración entre los arqueó-logos Jorge Angulo y David Grovecon la artista Chappie Angulo.

Lamina V, apuntes arqueológicos deCarmen Cook. Ca. 1940/ FOTOTECA “JUANDUBERNARD