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LECTIO DIVINA AÑO MARIANO NACIONAL SEPTENARIO A NTRA. SRA. DEL VALLE JN 19,25-27 PREPARACIÓN ESPIRITUAL 1 "He ahí a tu madre" "Mujer, he ahí a tu hijo" Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Creador y renueva la faz de la tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su divino consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén

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Page 1: ˜Mujer, he ahí a tu hijo˜ · Desde la cruz, Jesús se dirige en primer lugar a “la madre”, como en la escena de Caná en 2,4. Ahora, María no es tanto la madre del hijo, sino

LECTIO DIVINA

AÑO MARIANO NACIONAL

SEPTENARIO A NTRA. SRA. DEL VALLE

JN 19,25-2

7

PREPARACIÓN ESPIRITUAL1

�"He ah

í a tu m

adre"

�"Mujer, he ahí a tu hijo"�

Ven, Espíritu Santo,llena los corazones de tus fi eles,y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Envía tu Espíritu Creadory renueva la faz de la tierra.

Oh Dios,que has iluminado los corazones de tus hijoscon la luz del Espíritu Santo;haznos dóciles a sus inspiracionespara gustar siempre el bieny gozar de su divino consuelo.

Por Cristo nuestro Señor. Amén

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TEXTO BÍBLICO Jn 19,25-27

25. Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. 26. Viendo a la madre y muy cerca al discípulo a quien amaba,

dijo a la madre: “Mujer, he ahí a tu hijo”. 27. Luego dijo al discípulo: “He ahí a tu

madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió

entre sus bienes.

Algunas preguntas para una lectura atenta

¿Dónde se sitúa la escena? ¿Quiénes aparecen en el relato?¿En torno a quiénes gira el texto?¿En quiénes detiene su mirada Jesús?¿Qué le dice a cada uno?¿Qué hace el discípulo amado?

Algunas pistas para comprender el texto

ESTRUCTURA LITERARIA

Este pequeño trozo corresponde al relato de la Pasión de Jesús situado en Jn 18,1-19,42 y está compuesto por dos partes narrativas vv.25-26a y v.27b y una parte discursiva vv.26b-27a en la que está la doble declaración de Jesús a su Madre y al discípulo amado.

La estructura tripartita del trozo presenta un paralelismo en lo que se refi ere a los dos personajes mencionados junto a la cruz de Jesús de esta manera:

1. Introducción (v.25)2. Doble declaración de Jesús (vv.26-27a)

a. La referencia a la madre (v.26a)a’. Las palabras a la madre (v.26b)

b. La referencia al discípulo (v.26a)b’. Las palabras al discípulo amado (v.27a)

3. Conclusión (v.27b)

Queda claro que el relato gira en torno a las fi guras de la “madre” y del “discípulo a quien Jesús amaba”.

LECTURA - ¿Qué dice el texto?2

“La Lectio Divina es

el ejercicio ordenado de

la escucha personal de la Palabra”

(C. M. Martini)

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APROXIMACIÓN EXEGÉTICA-TEOLÓGICA

La expresión “junto a la cruz de Jesús” enfatiza más la persona de Jesús crucifi cado que la cruz misma. El verbo griego “estaba”, expresa la inmovilidad y la voluntariedad, su signifi cado es el “estar de pie”, “estar voluntariamente presente”, subrayando la fi delidad de quienes estaban junto a la cruz.

El relato presenta a cuatro mujeres, el mismo número que el de los soldados en el v.23. El número cuatro tiene un sentido universal y, en este caso, esta universalidad está representada por la presencia femenina junto a la cruz. Menciona primero a la “madre de Jesús”, ausente en los relatos sinópticos de la pasión.

En el v.26a el narrador alude a la presencia de la “madre” y del “discípulo amado”. El verbo “ver” es uno de los preferidos por el autor, es un participio activo y se ubica en un claro contexto de revelación. El texto no tiene un pronombre posesivo referido a la “madre”, detalle que establece un contraste con el uso del posesivo del v.25 donde aparece dos veces. Sintácticamente se pasa de “su madre” a “la madre”. La preeminencia de esta fi gura es muy fi rme, porque cinco veces se hace referencia a ella en los tres versículos del trozo.

El “discípulo a quien Jesús amaba” estaba allí. El verbo griego usado no tiene un correspondiente literal en la lengua española, indica que Jesús ve al discípulo “junto a su madre”, “a su lado” o “muy cerca”.

En los vv.26b-27a Jesús se dirige a la madre y al discípulo a quien amaba. Esta doble palabra de Jesús, en paralelo, es una fórmula de revelación, idéntica a la que pronuncia el precursor al designar al Cordero de Dios en 1,29, o a la que usa Jesús al develar la personalidad secreta de Natanael en 1,47. Por eso, la traducción propuesta es “¡He ahí a tu hijo…he ahí a tu madre! ” y está precedida por una mirada. Por lo tanto, Jesús con su palabra “revela” a cada uno de ellos quiénes son el uno para el otro. En la cruz, Jesús manifi esta que “la mujer” es madre del discípulo y que el discípulo es su hijo; está mostrando la nueva situación del binomio “Madre/Discípulo”.

La lingüística contemporánea dice que la doble palabra de Jesús tiene un carácter “performativo”, signifi cando que, tal como sucede en los relatos de los signos-milagros, crea-hace lo que dice. Pronunciada como un testamento fi nal, la palabra de Jesús expresa su voluntad sobre los que va a dejar. En el momento de la “hora”, cumpliendo la voluntad del Padre, los compromete a vivir el nuevo vínculo mutuo que es el fruto de su “elevación”. Y ésta relación que se establece ahora entre los dos es de carácter permanente.

Desde la cruz, Jesús se dirige en primer lugar a “la madre”, como en la escena de Caná en 2,4. Ahora, María no es tanto la madre del hijo, sino la “mujer” en sí misma y en el plano de salvación. El misterio de la “mujer”

“María, Madre del pueblo, esperanza nuestra”

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MEDITACIÓN - ¿Qué nos dice el texto?3

se ilumina y se esclarece al pie de la cruz. De Caná al Calvario hay una única prospectiva: la de la historia de la salvación.

La indicación del v.27b “desde aquella hora” está cargada, también, de un gran contenido simbólico, donde la “hora” alude a la misión que culmina cuando “todo está cumplido” (v.28). El Calvario es lugar donde se esclarece la respuesta enigmática de Jesús “mi hora todavía no ha llegado” de 2,4b.

La expresión final: “el discípulo la recibió” o “la acogió entre sus bienes”, explicita el espacio interior en que el discípulo va a acogerla: es la intimidad en el terreno de la fe, es una nueva riqueza para él, que ya poseía el Bien, el tesoro del Amor de Jesús.

La madre de Jesús no estaba “junto a la cruz de Jesús” solo en sentido físico y geográfico, estaba unida existencialmente a la cruz de Jesús, estaba de pie creyendo en la hora de la gloria del Hijo, por eso, su fe es la fuente de toda la fuerza y fecundidad de la Iglesia.

La cruz de Cristo no es sólo el momento de su muerte, sino el de su glorificación, exaltación y triunfo. La madre, en el Calvario, compartió con su Hijo no solo la muerte, sino también las primicias de esa gloria, develación inaudita del Amor gratuito y salvífico del Padre, en el Hijo, para toda la humanidad.

En la alta cristología joánica, María no es ya solamente la creyente y la madre de Jesús, está puesta al inicio (Caná) y al término del Evangelio (Calvario) al servicio de la fe y de la vida de los discípulos. Está implicada directamente con la persona y obra de su Hijo.

El orden de las palabras de Jesús es importante: no es una pobre mujer que es confiada a la tutela de un hombre. Es un hombre, un discípulo, que es confiado a la tutela, a la capacidad formativa y materna de una mujer. Su nueva maternidad emerge de la definitiva maduración del misterio pascual de su Hijo.

Lo que sucedió ese día nos indica lo que debe suceder cada día. Es necesario estar junto a María al pie de la cruz de Jesús, como estuvo el discípulo amado, encarnando la actitud del auténtico discípulo de Jesús.

Como la madre estuvo junto al Hijo crucificado, María fuente de fe y madre de la fe, está junto a los crucificados de hoy, especialmente los pobres, los que sufren, los ancianos, los más desprotegidos. Y está con ellos con fe y esperanza, no sólo compadeciéndose o aliviando sus penas. Está dando esperanza, está compartiendo la experiencia del

129 años de la

Coronación Pontificia

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ORACIÓN - ¿Qué le decimos a Dios a partir el texto? 4

abandono en la voluntad del Padre, la experiencia del Amor que nos hace a todos hermanos, compañeros de viaje en la única barca.

Hoy, en nuestro presente difícil y angustiante por la pandemia que vivimos, está invitándonos, con palabras del Papa Francisco, a hacer la experiencia de otro contagio: “es otro “contagio”, que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta Buena Noticia. Es el contagio de la esperanza: “¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!”. No es una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es eso la resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no “pasa por encima” del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios. El Resucitado no es otro que el Crucifi cado. Lleva en su cuerpo glorioso las llagas indelebles, heridas que se convierten en lumbreras de esperanza. A Él dirigimos nuestra mirada para que sane las heridas de la humanidad desolada”. (Papa Francisco, Domingo de Resurrección)

Todos los dolores de los hijos están en el corazón de la Madre, los invito a hacer eco de la Palabra orando con la canción del Padre O. Catena: “Junto a la cruz”. San Agustín decía “el que canta reza dos veces”.

Junto a la cruz de su Hijo la Madre llorando se ve. El dolor la ha crucifi cado, el amor la tiene de pie.

¡Quédate de pie, de pie junto a Jesús! Que tu Hijo sigue en la cruz.

Cruz del lecho de los enfermos de los niños sin un hogar. Cruz del extranjero en su patria del que sufre en soledad.

Cruz de la injusticia y miseria de los marginados de hoy. Cruz de tantas falsas promesas y de la desesperación.

Cruz del abandono de amigos del olvido y de la traición. Cruz de la amenaza y del miedo la tortura y la prisión.

Cruz de los que sin esperanza sufren sin saber para qué. Cruz de los enfermos del alma, de los que perdieron la fe.

400 años de su presencia en tierra Argentina

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“María, Madre del Pueblo, Esperanza Nuestra”, Ntra. Sra. del Valle, cúbrenos con tu manto, anímanos en los desalientos, cólmanos de tu alegría y esperanza, necesitamos seguir caminando. Amén

La madre de Jesús será siempre madre y siempre mujer. Y esa maternidad no queda reducida a un personaje histórico. Se prolonga en todos aquellos a quienes el discípulo amado simboliza.

La fi delidad de la Madre es experiencia centenaria del pueblo catamarqueño y de nuestra Patria profundamente mariana; por eso a todos los discípulos amados de Jesús les cabe el tomar a la madre de Jesús por madre propia. No se puede ser “discípulo amado de Jesús” sin acoger a MARÍA COMO MADRE.

En nuestras casas, prepararemos el altar para María, Ntra. Sra. del Valle, colocaremos a su lado la Biblia abierta en Jn 19,25-27 contemplaremos en su rostro moreno la ternura de Dios a su pueblo, y haremos una oración pidiéndole por la salud del mundo entero. Luego, enviaremos al menos diez whatssap de “esperanza y de vida” a quienes creamos que hoy necesitan este mensaje.

Buen trabajo espiritual y bendecida “noche mariana” junto a la Madre.

CONTEMPLACIÓN – Tiempo de gracia que nos regaló el texto5

ACCIÓN – ¿En qué nos compromete el texto?6

TEXTO Y CONTENIDO: Pbro. Néstor A. Aramayo

DISEÑO GRÁFICO: Alejandro Díaz