octubre-noviembre

Ya van dos años en que decidí crear la revista que ustedes cada mes deciden elegir y leer, eso es más grato que cualquier otra cosa en la Noise, saber que somos ya casi 4 mil personas que leen la re-vista cada mes. Esta idea no sería posible si no fuera por el trabajo de mi equipo de trabajo, desde es-critores, fotógrafos y diseñadores, cada uno de nosotros luchamos para que este proyecto sea una realidad.

Gracias a todas las bandas que nos han apoyado durante nuestro proceso de crecimiento que he-mos tenido en cada edición, igual-mente a los organizadores de los eventos y todas las personas que están asociadas a la música en la ciudad, ellos nos han abierto las puertas para mejor el material que exponemos en la web.

Ahora con dos años encima nos vemos mas enfocados en el maña-na, los cruces y errores del pasado nos han mejorado el rumbo que hemos colocado desde el princi-pio, deseando cada día entregarle a ustedes, los lectores, un mejor contenido, un mejor apoyo a nues-tra música y espacios, que debe-mos de aprender a aprovechar y disfrutar.

Los dejo entonces con nuestras vivencias en esta edición especial sobre nuestros dos años y que cada día seamos más en esta ar-mada del ruido.

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DIRECCIÓNOscar Daniel Alzate Pérez

[email protected] de Redacción

Sara Roldán OrtegaEscritores

Leonardo Botero FernándezSara Roldán Ortega

Cristian Arango MejiaDaniel Muñoz Marin

Camilo ArbelaezMiguel Bernal

Diseño Oscar Alzate

Fotografía de el aniversario:

Alejandro GrisalesCamila Valenzuela

Maria Camila Castaño Olarte

Dirección de Fotógrafía:Alejandro Grisales

Fotógrafos:Alejandro GrisalesCamila Valenzuela

Maria Camila Castaño Olarte

Asistencia en fotografía:Toño Valderrama

La revista Noise Armada no se hace responsable por las opi-niones de los columnistas, como así tampoco por los conceptos vertidos por los entrevistados y anuncios publicitarios

Para mayor información de la revista búscanos en

www.facebook.com/noisearmada

o en el correo [email protected]

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Fotografía por Maria Camila Castaño

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Tal vez nunca podamos saber con certeza cuántos álbumes de rock colombiano existen, pero Pabli-to Wilson, un periodista argentino radicado en Armenia desde hace ya 15 años, nos cuenta cuál es su visión al respecto. Desde finales del 2011 Pablito se tomó la tarea descomunal de recopilar los 100 discos que, a su criterio, narran la historia de este género en nuestro país, haciendo una investigación ex-haustiva que no terminó sino hasta 15 meses después. El fruto de todo este trabajo es su libro “Rock co-lombiano, 100 discos, 50 años” pu-blicado por Ediciones B, en el cual, más allá de enlistar unos discos, Pablito nos cuenta su versión a cer-ca de la historia del rock en Colom-bia con sus momentos y personajes característicos. Su vocación como periodista, su amor a la música y la muerte de su padre lo impulsaron a iniciar con este proyecto, además de la influencia de su amigo Kike Valderrama, quien sembró la semi-lla del rock colombiano en su vida.

Polémica habrá siempre que se toque el tema del rock en Colom-bia, por eso Pablito desde un prin-cipio nos deja claro que es inevi-table caer en la subjetivad, nos da a entender su forma de asumir el rock como una propuesta transgre-sora además de ser simplemente una estructura musical. Con este libro, él no pretende tener la últi-ma palabra sino la primera, nos propone un punto de partida hacia una investigación en torno al rock colombiano que, a propósito, posee una precaria documentación.

El libro se divide en tres capítu-los: en el primero llamado “El rock convencional”, están los discos de las bandas que indiscutiblemente son rock y han sido protagonistas de este género en nuestro país. El

Por: Camilo Arbeláez

segundo está dedicado a sonidos que tienen una propuesta diferente y que están abiertos a la duda de si se pueden clasificar dentro del género, de ahí su nombre: “Otras formas de construir rock”. Tal vez el tercer capítulo sea el más escan-daloso de todos, Pablito menciona a Shakira, Juanes, Cabas, Carlos Vives y Andrés Cepeda como “Los innombrables” en donde argumen-ta que aunque estos artistas tienen un influencia muy marcada por el pop, es injusto dejarlos fuera del listado. Por último, el libro tiene un “Bonus track” compuesto por pe-queñas reseñas a cerca de artistas colombianos que desde el exterior del país han tratado de construir un sonido de rock criollo.

Nuestra revista estuvo presente en el lanzamiento el pasado 18 de septiembre en el marco de la Fies-ta del Libro y la Cultura. Pablito nos contó un poco a cerca de su historia y el proceso de creación del libro, respondió algunas preguntas en el recinto y más tarde, amablemente converso con el equipo de la Noise.

N.A: Se nota que tienes una base bien fundamentada a cerca del rock en Colombia, tanto de su historia desde sus inicios como de lo que se ha venido creando últimamente, ¿cuál sería entonces tu perspectiva a cerca del futuro del rock en Co-lombia?

Pablito: Seguir evolucionando y debatiendo, entender que el rock fusión también es rock, entender cuáles son las propuestas del rock colombiano que están pegando en el mundo y descubrir nuevos talen-tos para que paso a paso se cons-truya un rock nacional bien con-solidado, así como el de México o Argentina.

N.A: ¿Cuál sería el mayor obs-táculo para el rock colombiano en ese proceso?

Pablito: Yo creo que lo que está ma-tando al rock nacional, son las cade-nas radiales que cobran al artista por sonar.

N.A: Cambiando un poco de tema, a modo de motivación, ¿por qué crees que es importante hacer memoria a cerca del rock?

Pablito: Yo creo que si tú quieres conocer de rock, lo más respetuoso es comenzar por el lugar en el que estás, el que te está contando las rea-lidades criollas, aquellas que tú vives.

N.A: Además de hacer memoria, ¿qué otras estrategias propones para incentivar un sentido de pertenencia con el rock nacional?

Pablito: No, eso es una labor de conciencia, más que estrategias yo creo que acá hay que cambiar desde las bases, aunque yo no creo que lo vaya a hacer con mi libro, creo que al menos éste puede impulsar otros libros, puede abrir campos y puede hacer que algunas bandas sean escu-chadas desde otra perspectiva.

N.A: Para finalizar, a forma de con-sejo ¿qué te gustaría decirle a los lectores y a los medios, como nuestra revista, que estamos interesados en investigar en el tema, en promover la escena emergente y trabajar con el fin de que el rock nacional desarrolle todo su potencial?

Pablito: Va a sonar muy “emo”, pero mi consejo es que le metan corazón, yo creo que si le metemos pulmón y corazón a las cosas siempre van a sa-lir bien, por más de que tarden, ten-gas que estrellarte y replantear un montón de cosas. Afortunadamente estoy en un momento de mi vida que me demuestra eso: si se hacen las co-sas de corazón, resultan.


Fotografía por Maria Camila Castaño


El ruido del estruendoso trueno, de la cuerda del bajo y de la guitarra desafi-nada. La voz que llega y siente, la que no habla, la que transforma. La banda que sube, la que grita, la que tranquiliza y la que moviliza. Todas ellas con un fin en común: el amor al arte. Armar las piezas de la música para completar ese univer-so de ritmos y sabores, un universo multicultural. Ver el espíritu, sentir la vibra, escuchar el dolor, saborear la alegría, oler la diversión, ser Noise Armada.

El trabajo en la revista es más que una labor, más que una obligación, es una ca-dena de sensaciones que forman el ADN particular, forman los genes únicos. Es amor y sobre todo pa-sión: pasión por escuchar y obser-var, por acompañar y comprender. Es la unión entre las partículas mu-sicales que logran armar el todo, la música en toda su expresión. Noise Armada pone al descubierto las almas para dejarlas volar y así solo importa lo que se vive, lo que se siente.

Un día en la Noise es inspirador, es tranquilizarse escuchando a un grupo de jóvenes emocionadas por su música. Es imposible no contagiarse de tan buena vibra, es imposible no impulsar a las per-sonas que sienten lo que hacen. Ese título de medio independiente es el más halagador, porque aun-que sea cierto que nadie vive del amor, también es cierto que nadie lo hace solo del dinero. Por eso esa “música independiente” o “under-ground” no es más que la catego-ría que se les da a las bandas inspi-radoras de vida y forjadoras de la sociedad.

lejandro


Pues...bien, todo comienza cuando uno sabe del evento, dónde será, quiénes es-tarán -aunque esto casi no importe-, a qué hora será...En fin, todo lo relacionado con el evento, para mí, un aspecto muy impor-tante para tener en cuenta es el lugar don-de se va a realizar, puesto que una buena iluminación es esencial.

Arreglar bolso, cargar la batería, for-matear las memorias, limpiar los lentes y mucho más; son los pasos que antes de un evento siempre hago y me gusta hacer, me gusta mucho el orden y más con mi equipo. El camino hacia el evento es muy relativo, puesto que algunos se realizan en los mismos lugares, teatros, bares, y otros espacios que se van convirtiendo en un lu-gar apropiado para realizarlos.

Llegar al lugar, como decimos coloquial-mente: “Tantear el terreno”, mirar cómo está todo, el espacio para prensa -fotógrafos- si es que lo hay y se tiene acceso al mismo, mi-rar las luces y estar muy pendientes de ellas, caminar para acá y para allá, correr, enfocar, subir y bajar la velocidad...

Mirar alrededor qué gente hay, qué otros colegas hay, y ahí empezar a jugar con las lu-ces, debatir con propios y “extraños” de lo que sucede en el escenario ¿Qué banda o artista vienes a ver? ¿Qué tal las puestas en escena? ¿Qué tal la iluminación? Varias cosas que casi siempre en los eventos uno habla con los que tiene alrededor.

Luego de todo el trajín, de mirar y borrar fotos, de mirar y volver a mirar las fotos ¡A revelar se dijo! claro está, si las fotos se ne-cesitan lo más pronto posible, sino me relajo un poco, luego las entrego aunque las ansias por revelar y ver el resultado final me ganan y revelo unas cuantas.

Ahora, a esperar otro evento, otro momen-to u otros momentos para hacer lo que amo, para fotografiar, para mostrarle al mundo cómo lo veo.


“Muchachos recuerden que deben entre-gar los textos para este sábado a más tar-dar ¡esta edición es muy importante!” Eso dice de todas el jefe Oscar, que aunque a veces es algo gruñón cuando no presenta-mos los artículos a tiempo o no asistimos a una reunión de la revista, es muy ama-ble con todos nosotros y siempre está muy atento a todo lo que se mueve alrededor del mundo de la músi-ca. “¿Ya escucharon el nuevo ál-bum de Alice in Chains?” Sí, jefe sí. “Y, y, y ¿lo nuevo de Kings of Leon” Sí, jefe sí “¿Pero apuesto a que no vieron lo último de..?” Jefe…

Entrevista a Nepentes, cubri-miento de los clasificatorios del Altavoz, artículos de opinión, crónica Armada, concierto Ra-diónica, que llame a tal banda, que investigue estos artistas lo-cales, que publiquen en la página de Facebook de la Noise, que no se gocen a los nuevos integran-tes porque le escriben poemas de amor a Camila (fotógrafa de

la revista), que no difundan el plan malva-do de Sara, la editora, que quiere apode-rarse de la Noise y tomar vendetta contra nosotros por alegarle en la corrección de textos, son algunas de las actividades del día a día en nuestra pequeña pero unida familia. “Un Noise abrazo para todos” apa-rece Camilo, escritor, preguntando por la

próxima edición y algunas dudas al azar para hacerle la vida im-posible al jefe.

En la Noise hay un mundo de oportunidades y amistades, en donde todos vamos forjando la-zos y grandes conocimientos, en donde en mutua colaboración hemos ido desarrollando habi-lidades periodísticas, una sen-sibilidad por la música y todas sus vertientes, una necesidad de conocer e investigar. Hemos construido un camino trazado con pasión y cariño, un camino largo del que aún nos falta por recorrer.

Fotógrafa


Baterías cargadas, memorias vacías y empacadas, objetivos listos; hace sol, pero empaco bolsitas por si llueve. Reviso que todo esté en orden….Vuelvo a revisar…Re-pito mentalmente la lista de lo que debo llevar.

Listo! Todo está listo y empacado.Zapatos cómodos y morral al hombro.

Ahora sí, puedo salir.De camino hacia el evento me pregunto

¿cómo será el show?, ¿qué sorpresa ten-drá cada banda?, ¿qué aventura inolvida-ble se cruzará hoy en mi vida? Reviso de nuevo que no me falte nada (con lo elevada que soy, no sería raro).

Llego al lugar. Observo la fila, la gente, su ropa, sus gestos…observo un rato, y lue-go ingreso. Me siento y espero; y mientras llega la hora del show, sigo observando.

Es el momento. Todo queda en silencio por un momento….Tomo mi cámara, se encienden las luces, suenan los primeros acordes y empiezo a capturar. Fotos, fo-tos y más fotos. Por instantes me quedo en estado contemplativo; luego aterrizo y sigo capturando. Detalles, expresiones, momentos. Agacharme, empinarme, mo-verme para un lado y para el otro.

Llega esa foto, a veces de casualidad y a veces buscada. Esa foto que se convierte en “LA FOTO” y quiero mostrarle a todo el mundo. Esa que hace que reafirme lo feliz que soy cuando hago esto.

Inmortalizar. De eso se trata. ¡Y cuánto me gusta hacerlo, caramba !

Director


Un día exacto para mí en la Noise no se puede encajar en 24 ho-ras solamente y más sabiendo mi posición en la revista. Podría

dividir mi rutina en la revista en dos días.El primero de estos días comienza orga-

nizando los temas con los jefes de áreas de la revista, arreglamos cada tema del que se hablará en la edición y asuntos importantes para nuestro medio, luego colocamos tareas para cubrir eventos, ha-cer entrevistas, artículos de opinión, entre muchas otras cosas.

En todos estos procesos estoy pendiente de que todo se cumpla y que se haga todo como lo planeamos, luego estar atento a que todo sea entregado a tiempo. Con di-cho material la jefa de redacción corrige los textos y el jefe de fotografía realiza un análisis de las fotos que deben salir en esa edición. Todo esto debe terminar en mis manos.

El segundo día podría definirse como el día en que diseño la revista. Previamente solicito ayuda de Sebastián y Carolina para que ellos diseñen también, si me confir-

man les mando sus partes y este día mien-tras diseño, recibo lo que ellos hacen.

Para realizar el diseño miro que tan fun-cionales son las fotos elegidas, que tan bien las puedo intervenir, y con el título del artículo que tanto puedo jugar, si pre-viamente debo de bocetear lo que haré, lo hago, pongo un buen disco y comienzo mi labor como diseñador. Tener organizadas las fotos con su resolución y sus colores es el primer paso para hacer la revista, luego una selección de las tipografías para el títu-lo del artículo y regar los cuerpos de texto, para la portada (si es mi función diseñar-la) miro mucho cómo se mueve la banda actualmente, cómo manejan su imagen en la actualidad; en la portada, más que en cualquier otra parte, la fotografía es muy importante: sin una buena foto no hay una buena portada.

Monto la edición a Issuu cuando tengo todo listo junto con los demás y sale para nuestros lectores el trabajo que hemos es-tado haciendo ya durante dos años.


Desde mi primer día en la carrera de Comunicación Social – Periodismo, han sido varios los profesores a quienes he escuchado decir que el periodismo es una profesión que requiere, más que cualquier otra cosa, verdadera pasión. Jamás pensé que esa lección la fuera a aprender estando aún en la universidad, pero siempre estarán presentes en la vida aquellas enseñanzas inesperadas que son justamente las que más nos ha-cen crecer, en mi caso, como persona y en mi formación como periodista.

Un día en la Noise no es algo fijo, no es algo que se pueda definir como una jor-nada laboral de lunes a viernes de ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. De ser así, no estaría escribiendo esto, ni ningún otro artículo para la revista; de ser así, tampoco me sentaría edición

tras edición a corregir los artículos de los otros artículos en un primer momento solo y ahora bajo el mando de la editora en jefe, Sara Roldán. Un día en la Noise, por el contrario, es algo más informal (no por ello menos serio que un simple y monótono empleo de oficina). Un día en la Noise son varios días al mes, bien pueden ser en la universidad donde nos reunimos todo el equipo de escritores, en Ciudad del Río donde por lo general sucede la reunión mensual para planear la edición, en un concierto, en algún lugar donde se hacen las entrevistas de cada mes o en el chat de la revista en Facebook.

Los días trabajando se pasan entre risas, bromas, comentarios de los del sindicato de escritores (sí Camilo, Mi-guel y Daniel, es con ustedes), llamadas de atención de Oscar pensando siempre en el bienestar de la revista y de cosas referentes a la edición.

Al hablar de cómo es un día en esta revista, debo entonces pensar en el año que llevo haciendo parte de esto (en re-gla ocho o nueve meses). Debo recordar la felicidad que sentí cuando Oscar me ofreció primero el puesto de editor y luego el de periodista, debo pensar tam-bién en el primer evento que cubrí: los dos días de Rock en Río 2012, en las en-trevistas que he hecho a varias bandas de Medellín (entre ellas, a la legendaria Ekhymosis) . En resumen, debo reme-morar todo este año que llevo haciendo ruido con la gente de la Noise Armada.


“¿Quién dijo que un candidato a inge-niero de sonido no podía redactar en una revista?” Por esa idea que me metí en la cabeza es que ahora me las tengo que ver con las letras al mismo tiempo que con los números.

El “crespo” (Daniel Muñoz), escritor, es el culpable de todo. Gracias a él es por-que escribo en la Noise Armada, es más, podría decir que por él es que tuve la in-quietud de empezar a escribir. Hace dos meses cuando me hizo la propuesta de hacer parte del equipo, fui un poco es-céptico, pensaba que el trabajo me que-daría grande debido a mi inexperiencia, pero después de algunos días me con-vencí del proyecto y apliqué la filosofía del “que hijueputas”.

“Mándame un poema de amor, es para evaluar tu agilidad para escribir”, con esa fue con la que me tramó Camila, fo-tógrafa, y Oscar, el jefe, para hacerme la iniciación como a todo buen primíparo. Aunque en un inicio sospeché, lo hice al


fin y al cabo sin saber que después me harían quedar en ridículo con todos los otros miembros de la Revista, pero bue-no, si algún día tengo que escribir un poema de amor lo más pronto posible, al menos ya comprobé que estaré capa-citado para el trabajo.

Más que cubrir eventos, hacer entre-vistas, recibir tortazos en la cara, in-vestigar y redactar artículos es el tener amor por la causa la verdadera esencia del día a día en la Noise. Somos una fa-milia que trabaja unida para difundir la cultura musical de la ciudad, en el pro-ceso tenemos algunos tropiezos y dife-rencias pero a la final logramos cumplir-le siempre a nuestros lectores. Dos años son solo un comienzo para grandes co-sas que se vendrán más adelante, espe-ro poder permanecer por mucho tiempo más en la Revista y así, seguir crecien-do, aprendiendo y compartiendo con tan agradables personas.


En una de mis mañanas con el estó-mago vacío, en una de mis mañanas pensando en mi futuro artículo de la Noise.

Llego a las oficinas, ingreso a mi de-sértico cubículo donde fluye toda la magia, Me hago la buena pregunta de: “¿Sera qué escribo algo o entrevisto a alguien?”(Cabe aclarar que todo esto pasa tres o cuatro días antes de la en-trega de artículo).

Llega la hora del primer receso luego de estar en la oficina “Noise Armada.”

En los días previos, ya se maquinan el tipo de preguntas y se piensan qué ar-tista es bueno y muy merecedor de sa-lir a la luz, se piensa en que el artista o agrupación mantengan la buena esencia del Hip Hop. Ya paso a programar sesión fotográfica con el entrevistado y por su-puesto con el fotógrafo, se elige lugar, fecha y hora. Ya listo todo esto me doy el paso a enviar el texto. Pero no todo es dicha, recuerdo que no asistí a la reu-nión anterior y la anterior de la ante-rior y se me carcome el alma (bueno un poco, bueno no se me carcome, es más tristeza con Oscar que muchos le que-damos mal).

Llega la tarde-noche, limpio mi cu-bículo después de una laboriosa tarde, me encuentro con ropa y juguetes de mi hijo, imagino si en próximos artículos pareceré monótono y medito si escribo antes del placer ya definido, pero en rea-lidad siempre lo hago poco antes de la entrega.


Cuando Oscar, el director de la revista, me pro-puso escribir este texto pensé en empezarlo a ma-nera de broma con algo como: “Un día en la Noise comienza con un maldito despertador y un jugo de naranja frio”, pero esa sátira no cumpliría con su objetivo. No lograría explicar el proceso donde la mesa directiva, entre risas y juegos, me piden, con seriedad, que cubra tal evento o entreviste a

tal banda.Como es ya una costumbre en

mí, me acuerdo un día antes, en horas de la noche, de que ten-go el compromiso previamente acordado para el día siguiente. Siendo mi investigación aún bá-sica tomo la trascendental deci-sión de sacrificar mi noche en pro de “hacer la tarea” y tener todo listo para el trabajo.

En la mañana Oscar comienza con su “buena suerte a todos los que trabajan hoy”, marcando el horario de entrada en esta em-presa informativa.

Luego, se pasa un buen rato en los diferentes eventos, con ami-gos, tragos y otras diversiones que por no estar del todo rela-cionadas con la música, quedan relegadas a los recuerdos.

Después se organiza todo el trabajo y empieza un nuevo ciclo en la Noise que consiste en una negociación interminable entre los escritores y directivos para pactar una hora y día de entrega justos.

Finalmente entra la fase final en la que por fin conoces la revis-ta, ves los cambios que la editora Sara (confabuladora con el plan de adueñarse de la Noise) ha em-pleado en tu propio escrito.

Algunos escritores, entre ellos yo, la molestamos diciéndole que ha arruinado nuestros textos y que no queda otra opción más

que renunciar. Sin embargo ella se ríe de la bro-ma, al igual que Oscar de nuestro frustrado inten-to por exigir un pago y crear un sindicato que pro-teja nuestro intereses, y es que eso es un día en

la Noise, charlas, risas, amigos y música, una ex-periencia tan grata que parece de todo menos un riguroso trabajo.

Fotografía por Alejandro Grisales


Andrés y Juanma se suben a la tarima a hacer vibrar

a todo el público. Cuando crean música generan un vuelo sin vuelta atrás,

cada beat sorprende, cada canción es una

nueva sensación.Noise Armada: ¿Cómo comen-zó este grupo de electrónica y

quiénes son aho-ra?Blue Art Musique:

Somos exploración, instrumento. Al co-

mienzo comenzó Juan-ma solamente, pero eso

duró poco. Luego entraron muchas personas a hacer

parte del proyecto e hicieron un performance orgánico a

partir del bajo, guitarra, bate-ría y la voz. Sin embargo esos elementos orgánicos eran muy notorios y cortaban la electró-nica, por eso Blue Art empezó a ser un proyecto en dúo con An-drés y hasta ahora ejecutamos la electrónica, somos teclistas sin desmeritar el trabajo del DJ.

NA: ¿Cuál es la diferencia en-tre ser DJ y ejecutar la música electrónica?

B.A.M: Un DJ mezcla sonidos ya grabados en vivo, él combi-na canciones, pero no ejecuta un instrumento. La diferencia con un light back, que es lo que hacemos nosotros, es que eje-cutamos todo 100% en vivo, los sintetizadores todos los ejecu-tamos. Hay un elemento musi-cal en nuestro trabajo.

Por: Sara Roldán Ortega ¨B. A. M.es profundidad y eso es más melancolía que felicidad”¨

Fotografía por Alejandro Grisales


¨B. A. M.N.A: La semana pasada

vi una foto de ustedes grabando el sonido de la quebrada y me cuestio-no, ¿en qué se basa la creación y ejecución de sus sonidos?

B.A.M: La música es expresión, es vida cotidiana, son percep-ciones de la vida. Blue Art es algo com-p l e t a m e n t e natural porque nuestros soni-dos parten de la naturalidad de los sonidos, nosotros no decimos “vamos a componerle una canción a una monta-ña” sino que es algo que nace y ya. Es muy impor-tante también el feeling que tenemos con la melan-colía, nosotros tratamos de llevarla a la pista de baile. Es convertir ese momento en algo espiritual en un viaje con vos mismo. La rumba no es solo el disfrutar y pasarla bien, sino algo profundo y eso es más me-lancolía que felicidad.

N.A: Como agrupación ¿cuál es el mensaje que quieren lle-var?

B.A.M: El crecimiento de la música independiente es algo muy importante, de hecho an-damos en un proyecto que se llama Inorganic Town que tene-mos con DJs y productores de música electrónica donde esta-mos difundiendo y creando es-

pacios. Tenemos un programa que está sonando semanalmente en emisoras por Latinoamérica para mostrar artistas nuevos. Juntos crecemos todos, si creemos en la música local, en la esce-na, eso nos da un elemento alternativo.

No nos consideramos una banda en un género, tocamos electrónica pero nos podemos nutrir de rock, pop, house. No estamos cerrados a nada.

https://www.facebook.com/NoiseArmada

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