octavio paz

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Octavio Paz: la poesía, amor y lenguaje. “La palabra del poeta se confunde con su ser mismo”. Octavio Paz. ¡Poeta! Sobre todo un poeta; desde el principio y hasta el fin; del abecé hasta la zeta; de la palabra al silencio; como vocación de vida y como credencial ante la muerte; como un oficio para el alma y como una herencia para la memoria. Sí: poeta. Octavio Paz deseó ser sobre todo un poeta. En ese proyecto concentró la actividad medular de su vida. No solamente creó una fascinante obra poética, sino que, no conformándose con la simple actividad creadora del poeta, se dedicó incansable y gustosamente a realizar ensayos en torno a poetas de diferentes latitudes y de diversos tiempos, así como brillantes reflexiones sobre la poesía y el fenómeno poético. Si pudiéramos usar una imagen para poder ilustrar este profundo afecto, siempre magnético, algunas veces obsesivo, que Paz le guardaba a la poesía, quizás sería la imagen del cosmos la más adecuada. Pues en la extensión del vasto y enigmático universo gravitan miles de astros siguiendo una lógica incierta; se comunican a través de sus sendas orbitales, de sus continuos choques y de la luz que unos emiten para que otros la beban, la digieran y después la reverberen. Paz sería uno de estos astros: pequeñísimo como un planeta enano, pero tan brillante como una supernova. Un 1

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Octavio Paz: la poesa, amor y lenguaje.

La palabra del poeta se confunde con su ser mismo. Octavio Paz.

Poeta! Sobre todo un poeta; desde el principio y hasta el fin; del abec hasta la zeta; de la palabra al silencio; como vocacin de vida y como credencial ante la muerte; como un oficio para el alma y como una herencia para la memoria. S: poeta. Octavio Paz dese ser sobre todo un poeta. En ese proyecto concentr la actividad medular de su vida. No solamente cre una fascinante obra potica, sino que, no conformndose con la simple actividad creadora del poeta, se dedic incansable y gustosamente a realizar ensayos en torno a poetas de diferentes latitudes y de diversos tiempos, as como brillantes reflexiones sobre la poesa y el fenmeno potico. Si pudiramos usar una imagen para poder ilustrar este profundo afecto, siempre magntico, algunas veces obsesivo, que Paz le guardaba a la poesa, quizs sera la imagen del cosmos la ms adecuada. Pues en la extensin del vasto y enigmtico universo gravitan miles de astros siguiendo una lgica incierta; se comunican a travs de sus sendas orbitales, de sus continuos choques y de la luz que unos emiten para que otros la beban, la digieran y despus la reverberen. Paz sera uno de estos astros: pequesimo como un planeta enano, pero tan brillante como una supernova. Un astro que, como todos los dems, cay sin quererlo, sin desearlo? al espacio y, por extensin, al tiempo. Un astro que abri sus ojos, que soaban quin sabe qu sueo prenatal, para poder contemplar la realidad de otro sueo: la vida. Y en esta vida, que es nuestra vida, la de todos nosotros, ms astros derramados en cosmos, Paz encontr en su peregrinaje solitario un sol en el que descubri el calor que l necesitaba; un sol que irradi tanta luz en el seno de Paz que comenz a florecer en l ese milagro incluso ms hermoso que el de la Creacin: el amor por la vida. Poesa es el nombre de ese sol. Y en derredor de ella la vida de Paz se gest. La poesa es un misterio entre otros misterios, un sol entre innumerables soles: religin, ciencia, filosofa Y todos esos soles, y los astros que hipnotizados orbitan, orbitaron y orbitaran en derredor de ellos, se hallan suspendidos y en continuo movimiento en ese cosmos ms insondable que los linderos del tiempo y del espacio: el Hombre. Cierto: esta imagen del cosmos ilustra mucho ms que el solo afecto de Paz por la poesa; muestra, con suerte y ayuda de la imaginacin, la constelacin del hombre. Pero si es as, nada humano le es ajeno a esta imagen. Los satlites contemplan a los planetas; los planetas a los soles; los soles a las galaxias; las galaxias. Del mismo modo Fulano contempla un milagro; Mengano, un misterio; Zutano, un enigma Todos los asombros humanos estn constelados armoniosamente en el ser de la vida. Todos, sin excepcin. Por eso mismo, la delectacin de Paz con la poesa queda englobada dentro de la imagen del cosmos, pues, producto del amor y del asombro, de la cercana y extraeza, de las nupcias de lo finito y lo infinito, el cosmos es la imagen del espritu humano. Armnico, oscuro, terriblemente vasto, atravesado de destellos de luz, electrizado de energa y limitado con el abismo. El macrocosmos es un espejo del microcosmos y el microcosmos es una puerta al macrocosmos. Pero dejemos a un lado la imagen del cosmos y escuchemos al propio Paz. En una entrevista con Tetsuji Yamamoto y Yumio Awa, donde stos le preguntan acerca de sus preferencias literarias y creadoras de ensayista y poeta, Paz comenta algo en torno a este profundo amor (porque era Amor, con mayscula) que l senta por la poesa:Yo me siento sobre todo un poeta. Eso es lo que yo quiero ser. No s si lo sea. Mi pasin, lo central para m es la poesa. Pero al mismo tiempo creo que un poeta que se pone a escribir poesa todos los das se expone a escribir muchas tonteras. Hay que dejar para la poesa los mejores momentos. La poesa es como el amor. [Paz, 2006: 455]

Yo me siento sobre todo un poeta. Eso es lo que yo quiero ser. Preguntamos ahora, no a Paz sino a nosotros mismos, pues somos los lectores los que hacemos a los poetas: Paz ha cumplido su proyecto, ha llegado a ser un poeta? Afortunadamente ya ha pasado bastante tiempo como para que generaciones de lectores y relectores de diferentes coordenadas geogrficas y horizontes temporales hayan podido ponderar desde diversos ngulos y enfoques la obra potica de Paz; la crtica ha revelado algo: no cabe la menor duda de que el proyecto de Paz ha advenido en realidad. Octavio Paz se ha convertido en un poeta. Y me permitir agregar un adjetivo sin temor a dudas ni reclamos: un gran poeta. Su nombre, junto con el de otros grandes de nuestra Amrica, como Daro, Neruda, Vallejo, Huidobro y otros tantos que no menciono por economa, forma ya parte de la columna vertebral de la lrica hispanoamericana, en particular, y de la lrica universal, en general.Quien se haya acercado a la obra de Paz sabr que sta no solo se reduce a la poesa y los ensayos acerca del fenmeno potico, sino que incluyen todos los temas que al Nobel mexicano le preocuparon: de la poltica al arte, de la historia a la cultura; de los ready made de Duchamp y de la tensin humana de Sor Juana a las diferencias de perspectivas artsticas con Sartre y a las cercanas tericas con Ramos un largo etctera es necesario. Esto nos permite ver en Paz no solo al gran poeta, sino tambin al lcido ensayista y crtico que a muchos ha encantado. Extraa y no siempre feliz coincidencia en una persona dedicada a las letras el saber conciliar dos polos tan extremos como la reflexin analtica, exigencia necesaria del ensayista, y la creacin lrica del poeta de tal modo que tanto uno como otro resulten asombrosos. La historia muestra que en la Repblica de las Letras han habitado personajes de la ms variada estirpe que han sabido conciliar estos dos polos de manera inmejorable: Alfonso Reyes, Miguel de Unamuno, Charles Baudelaire, T. S. Eliot. Paz ocupa sin lugar a dudas un puesto entre ellos. Quizs sea difcil precisar de manera perentoria y tajante en dnde termina el poeta y en dnde comienza el ensayista y crtico. Se dir acaso que el Paz poeta comienza y termina all donde se circunscriben los lmites del verso? Se pensar que encontramos al Paz ensayista solo en los mrgenes de su produccin en prosa? Pensar lo uno y lo otro es ser vctimas de un doble yerro: limitar el imperio del poeta en los linderos del verso y limitar los alcances del ensayista y crtico en las parcelas de la prosa. Un scanner rpido por las obras de Paz muestra que los alcances de la poesa rompen cualquier intento de mezquina definicin de la misma por un fcil y rpido recurso al carcter formal de la escritura en verso o en prosa. Obras como guila o sol?, Monogramtico o ese maravilloso drama potico que es el Hijo de Rapaccini [Paz, 2010] muestran a las claras que la actividad potica de Paz no excluye a la prosa sino que la incluye. Las obras ensaysticas de Paz muestran tambin la oscura ambivalencia que oscila entre la meditacin y la reflexin profunda que el texto prosstico exige y el lirismo y la desenvoltura potica que Paz le imprime a sus ensayos. El Arco y la lira o El laberinto de la soledad donde Paz se propone analizar el fenmeno potico y la condicin del mexicano, respectivamente, son ensayos donde Paz muestra que es posible y de una manera brillante conciliar la reflexin y el anlisis con relampagueantes e intermitentes imgenes poticas, con un lenguaje que juega con la claridad conceptual y el uso y bsqueda de esteticismos literarios. Nada ms alejado de los ensayos de Paz que las fras osamentas, fortsimas y penetrantes, pero agotadoras y agobiantes, de los tratados de un Kant o un Husserl. Quien lee los ensayos de Paz no puede evitar ser conducido, sin saber cmo ni cundo, al terreno del agrado literario. La razn? La maestra que Paz tena para hacer del lenguaje un juego donde la poesa y la reflexin se conjugan sin contradicciones. Poeta y crtico se confunden. Pero quizs sea mejor decir: se funden sin confundirse. Forman una unidad. Ambos se necesitan para equilibrar y explotar la totalidad espiritual que en Paz arda. Porque el propio Paz tena claro que sus obras mostraban una diferencia de matiz. Que quede claro: de matiz, no de raz. Matices que van de los tonos claroscuros y la lneas rectas del anlisis a los juegos pictricos y cubistas de la metfora. Pero toda esa gama de tonalidades est arraigada en una nica raz, una vocacin, una ocupacin y una preocupacin: la persona, Octavio como lo conocan sus amigos, Octavio Paz como lo conoce la historia. Reflexin y creacin no estn enemistadas. Por eso la poesa de Paz es rica en intuiciones metafsicas; los ensayos no estn exentos de hermosas imgenes y smiles poticos. Son dos sendas ramas que se conectan con un cepo nico y que se alimentan de una nica raz: la vida misma.Si no estn enemistadas por qu Paz se senta sobre todo un poeta? Qu emparenta a su faceta como poeta y ensayista y por qu al final le da un peso predominante a la primera? Para responder a esto quiz es necesario preguntarnos qu es lo que l entenda por poesa. Uno de sus mejores libros, dedicado a dilucidar aquello que entraa la poesa, es el El arco y la lira [Paz, 2014]. No sera exagerado decir que en ese libro se perfila, quizs de manera inacabada pero arduamente trazada y construida, la edificacin de lo podramos llamar la potica del poeta. No es la nica obra en la que Paz desarrolla reflexiones en torno a la poesa, pero es, a gusto no solo mo sino de muchos, el mejor acabado, el que ms dudas aclara una vez que se le ha ledo. Es la puerta que nos permite acceder a una comprensin ms terica de lo que Paz contemplaba en la constelacin del ser de la poesa y de la creacin potica.El arco y la lira se divide en varios captulos y stos en varios apartados que van explorando los temas obligados de quin pregunta por la poesa; temas como el lenguaje y la distincin entre el verso y la prosa, hasta otros ms espinosos como la inspiracin y la historia. La introduccin del libro Paz la dedica a distinguir entre poesa y poema. A cuntos de nosotros que nos acercamos en algn momento de nuestras vidas por vez primera a la poesa no nos causaron conflicto estas dos palabras? A cuntos no nos siguen causando fuertes confusiones y profundas extraezas? La intencin de Paz por comenzar el libro con esa distincin parece ser ms que una simple atencin con el lector: es una necesidad de principio. Necesidad de principio porque para Paz lo que caracteriza al poema es su carcter de ser acceso a la experiencia de la poesa. El poema es el instrumento que nos sirve para acceder a ella. Paz escribe: El poema no es una forma literaria sino el lugar de encuentro entre la poesa y el hombre [Paz, 2014: 14] Un poema es una creacin, ya sea colectiva o individual, que se materializa en ciertos versos y estrofas; puede ser aprendida de memoria, puede quedar inscrita en el pergamino, el papel o la base de datos de un ordenador. Su existencia se enajena de su creador, sea quien ste sea. Pero para que el poema done la poesa es necesario que alguien ms reanime lo que en l est vaco. Y para posibilitar esta reanimacin es menester que alguien le d la vida: lo lea o relea: El poeta, lo crea; el pueblo, al recitarlo, lo recrea [Paz, 2014, 39]La poesa hunde sus races en el lenguaje. Pero de qu lenguaje hablamos cuando hablamos del lenguaje de la poesa? Otras formas de preguntar la misma pregunta son las siguientes: Qu lenguaje habla o canta la poesa? Cualquier lenguaje? El lenguaje que se habla a travs de la poesa es el lenguaje que se habla en cualquier mbito? Paz dice que La creacin potica se da como una violencia sobre el lenguaje [Paz, 2010: 38] Porque la poesa vuelve quita el significado de las palabras que, en el uso cotidiano, se ha sedimentado sobre ellas. El uso cotidiano que les ha dado claridad y unidad semntica propia de la prosa: til como instrumento, como cosa. Esta condena la poesa la rompe porque le devuelve a la palabra su unidad originaria, le recuerda sus races donde la palabra y el lenguaje ya no son utilizadas como cosas, sino adquieren la naturaleza de su ser mismo. De ser un instrumento de comunicacin, las palabras dentro de la poesa se convierten en medios de realizacin. La prosa aherroja al lenguaje en el colosal monolito de las definiciones donde noche tras noche, lectura tras lectura, es devorada por unos ojos que no ven en ella sino el sentido establecido y limitado que la silogstica de la prosa ha asentado en ella; si la prosa extirpa el salvaje nimo y la rebelde polisemia del lenguaje en su estado natural; si todo esto sucede una vez la prosa irrumpe en el lenguaje, entonces la poesa tiene, no el deber, sino la fuerza, la energa necesaria y suficiente para devolverle al lenguaje la vida que la prosa le ha negado. Esto no quiere decir que la poesa lleve al lenguaje a un estado de caos. Ms bien: la poesa reestablece el ethos primitivo y prstino del lenguaje: su nervadura metafrica. Es la metfora, combinacin de imgenes que, segn Paz, pueden acaecer en diversas formas de la poesa:

designamos con la palabra imagen toda forma verbal, frase o conjunto de frases que el poeta dice y que unidas componen un poema. Estas expresiones verbales han sido clasificadas por la retrica y se llaman comparaciones, smiles, metforas, juegos de palabras, paronomasias, smbolos, alegoras, mitos, fabulas, etc. [Paz, 2014: 98]

Otra de las caractersticas distintivas de la poesa es el ritmo. Ritmo que no tiene que ver nada con la mtrica, sino que, segn la visin de Paz, es ms bien tiempo. Y no cualquier tiempo, sino un tiempo originario. El tiempo originario es el que nunca ha pasado porque siempre est naciendo. La poesa nace, se desarrolla y muere en el mismo tiempo desde hace ms de veinte siglos: el presente. Presente que vive y que revive; que nos vive y que no revive. Un presente que compartimos todos, desde Homero y Cervantes hasta Shakespeare y Machado. Esto no quiere decir que no se alimente del pasado ni del futuro, sino simplemente que para alimentarse necesita presentificarse: hacerse presencia. El ritmo configura el nunca terminarse del tiempo porque es el siempre comenzarse. Un inicio en los orgenes de la realidad humana. El ritmo es una cicatriz por la que el hombre entra en la herida de su ser ms profundo; ese ser que se aparece solo en los momentos ms intensos. Por eso el ritmo es intensidad. Si la poesa se funda en el ritmo es porque la palabra, que entraa al ritmo, es inacabamiento: comienzo perpetuo: La poesa es la hendidura el espacioentre una palabra y otraconfiguracin del inacabamiento. [Paz, 2010: 387]

Paz compara al ritmo con el rito y el mito y la comparacin es excelente porque le permite vincular la poesa con la otra caracterstica que define a la misma: lo sagrado, lo religioso. La poesa es una experiencia que se asemeja a la religin porque es una experiencia originaria donde el hombre vuelve a emerger al mundo desde la faceta en que la vida cotidiana lo hunde; con la poesa, como con la religin, el hombre se encuentra al otro rostro del mundo: al que solo se le nombra si no se le nombra del todo; al que le comprende por solo vivirlo: es el xtasis mstico en la palabra que comunica al hombre con su ser de hombre o, como dira Heidegger, con su ser de lenguaje. Es la metfora la columna donde se vertebra la esencia de eso que llamamos poesa. La metfora, que Aristteles explicaba en su clsica definicin como algo que apunta hacia otra cosa, armoniza dentro de s distintas cualidades que el lenguaje entraa y que prima facie podran parecer irreconciliables, incluso contradictorias. La primera de estas caractersticas es la analoga. Paz piensa que lo metafrico puede traducirse como en esto ver aquello. Qu quiere decir Paz con esas palabras? Que la poesa, de hecho: todo arte, es alusivo, simblico. Esto implica por lo menos dos cosas. La primera que el arte, incluyo aqu evidentemente a la poesa, exige concretizarse para ser captado; la segunda que una vez captado, una pintura, un poema, etc., sirve de canal por el cual accedemos a otro reino; La metfora es el ms all en el ms ac o, si se quiere, el ms ac que conduce al ms all. Muchos pensadores, Heidegger, Wittgenstein han visto que el lenguaje es parte esencial del hombre. El hombre est condenado al lenguaje; pero el poeta est condenado a violentarlo. Y lo violenta porque lo ama. As, Paz comprende que es el lenguaje lo que caracteriza a la prosa y al poema; detrs de ellos sonre la palabra; debajo de ellos ella los sostiene; arriba de ellos, ella los mira; al final los espera; al inicio los alimenta. El lenguaje es su vida misma. Entonces, Paz: Ms poeta o ms ensayista? Ni lo uno ni lo otro. O ms bien: lo uno y lo otro. Porque al poeta y al ensayista los hermana algo: su ligamen con el lenguaje. Y solo comprendiendo esta comunin con el lenguaje, entendemos que fue el lenguaje la verdadera pasin, la verdadera fascinacin y la nica obsesin de Paz. Fue un hombre de letras, de palabras, de lenguajes. Lenguajes del corazn, de la razn, de la sensacin y de la imaginacin. Miles de lenguajes encauzados en palabras. Lenguaje que se expresa en canto o pensamiento; lenguaje que poetiza y que piensa a travs de la palabra. Octavio Paz: palabra en libertad y libertad bajo palabra. El ensayista y el poeta se ocupan y apasionan cada uno en su respectivo mbito, en medidas diferentes y en los modos especficos de su quehacer; pero ambos, ensayista y poeta, pensador y creador, saben que son dos mscaras de un nico acto. Mscaras encarnadas y arraigadas en los lugares ms ntimos de aquella persona, mscaras que no pueden ser arrancadas sino a condicin de pulverizar al hombre mismo. Son mscaras que le han dado un rostro, un corazn y una voz a uno de los ms grandes poetas mexicanos.

Referencias.Paz, Octavio. 2006. Obras completas 8 El peregrino en su patria, Mxico: Fondo de Cultura Econmica. __________. 2010. Obras completas 11 Obra potica 1, Mxico: Fondo de Cultura Econmica. __________. 2014. El arco y la lira. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.8