obras completas san juan de la cruz

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© La presente edición de las obras de SAN JUAN DE LA CRUZ es propiedad de la EDITORIAL MONTE CARMELO quien las pone a disposición de los visitantes de su página web www.montecarmelo.com y les da autorización exclusivamente para su uso personal. EDITORIAL MONTE CARMELO prohíbe expresamente la reproducción total o parcial de esta obra o su publicación en internet sin autorización previa y por escrito.

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  • La presente edicin de las obras deSAN JUAN DE LA CRUZ

    es propiedad de la

    EDITORIAL MONTE CARMELO

    quien las pone a disposicin de los visitantes de su pgina web

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    total o parcial de esta obrao su publicacin en internet

    sin autorizacin previa y por escrito.

  • CANTO ESPIRITUAL A

    Prlogo

    Canciones entre el alma y el Esposo

    Canciones

    Cancin 1. Adnde te escondisteCancin 2. Pastores, los que fuerdesCancin 3. Buscando mis amoresCancin 4. Oh bosques y espesurasCancin 5. Mil gracias derramandoCancin 6. Ay, quin podr sanarmeCancin 7. Y todos cuantos vaganCancin 8. Mas, cmo perseverasCancin 9. Por qu, pues has llagadoCancin 10. Apaga mis enojosCancin 11. Oh cristalina fuenteCancin 12. Aprtalos, AmadoCancin 13. Mi Amado, las montaasCancin 14. La noche sosegadaCancin 15. Nuestro lecho floridoCancin 16. A zaga de tu huellaCancin 17. En la interior bodegaCancin 18. All me dio su pechoCancin 19. Mi alma se ha empleadoCancin 20. Pues ya si en el ejidoCancin 21. De flores y esmeraldasCancin 22. En solo aquel cabelloCancin 23. Cuando t me mirabasCancin 24. No quieras despreciarmeCancin 25. Cogednos las raposasCancin 26. Detente, cierzo muertoCancin 27. Entrado se ha la esposaCancin 28. Debajo del manzanoCancin 29. A las aves ligerasCancin 30. Por las amenas lirasCancin 31. Oh ninfas de JudeaCancin 32. Escndete, CarilloCancin 33. La blanca palomicaCancin 34. En soledad viva

  • Cancin 35. Gocmonos, AmadoCancin 36. Y luego a las subidasCancin 37. All me mostrarasCancin 38. El aspirar del aireCancin 39. Que nadie lo miraba

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    DECLARACIN DE LAS CANCIONES QUE TRATAN DELEJERCICIO DE AMOR ENTRE EL ALMA Y EL ESPOSO CRISTO,EN LA CUAL SE TOCAN Y DECLARAN ALGUNOS PUNTOS YEFECTOS DE ORACIN, A PETICIN DE LA MADRE ANA DEJESS, PRIORA DE LAS DESCALZAS DE SAN JOS DEGRANADA. AO DE 1584 AOS.

    Prlogo

    1. Por cuanto estas canciones, religiosa Madre, parecen ser escritascon algn fervor de amor de Dios, cuya sabidura y amor es taninmenso, que, como se dice en el libro de la Sabidura (Sab 8, 1),toca desde un fin hasta otro fin, y el alma que de l es informada ymovida, en alguna manera esa misma abundancia e mpetu lleva ensu decir, no pienso yo ahora declarar toda la anchura y copia que elespritu fecundo del amor en ellas lleva; antes sera ignoranciapensar que los dichos de amor en inteligencia mstica, cuales sonlos de las presentes canciones, con alguna manera de palabras sepueden bien explicar; porque el Espritu del Seor que ayudanuestra flaqueza, como dice san Pablo (Rm. 8, 26), morando ennosotros, pide por nosotros con gemidos inefables lo que nosotrosno podemos bien entender ni comprehender para lo manifestar.Porque quin podr escribir lo que a las almas amorosas, donde lmora, hace entender? Y quin podr manifestar con palabras loque las hace sentir? Y quin, finalmente, lo que las hace desear?Cierto, nadie lo puede; cierto, ni ellas mismas por quien pasa lopueden. Que sta es la causa por que con figuras, comparaciones ysemejanzas, antes rebosan algo de lo que sienten, y de laabundancia del espritu vierten secretos misterios, que con razoneslo declaran.

    Las cuales semejanzas, no ledas con la sencillez del espritu deamor e inteligencia que ellas llevan, antes parecen dislates que

  • dichos puestos en razn, segn es de ver en los divinos Cantaresde Salomn y en otros libros de la Escritura divina, donde, nopudiendo el Espritu Santo dar a entender la abundancia de susentido por trminos vulgares y usados, habla misterios en extraasfiguras y semejanzas. De donde se sigue que los santos doctores,aunque mucho dicen y ms digan, nunca pueden acabar dedeclararlo por palabras, as como tampoco por palabras se pudoello decir; y as, lo que de ello se declara, ordinariamente es lomenos que contiene en s.

    2. Por haberse, pues, estas canciones compuesto en amor deabundante inteligencia mstica, no se podrn declarar al justo, ni miintento ser tal, sino slo dar alguna luz en general, pues VuestraReverencia as lo ha querido, y esto tengo por mejor, porque losdichos de amor es mejor dejarlos en su anchura para que cada unode ellos se aproveche segn su modo y caudal de espritu, queabreviarlos a un sentido a que no se acomode todo paladar. Y as,aunque en alguna manera se declaran, no hay para qu atarse a ladeclaracin; porque la sabidura mstica (la cual es por amor, deque las presentes canciones tratan) no ha menester distintamenteentenderse para hacer efecto de amor y aficin en el alma, porquees a modo de la fe, en la cual amamos a Dios sin entenderle.

    3. Por tanto, ser bien breve, aunque no podr ser menos dealargarme en algunas partes donde lo pidiere la materia y donde seofreciere ocasin de tratar y declarar algunos puntos y efectos deoracin, que, por tocarse en las canciones muchos, no podr sermenos de tratar algunos. Pero, dejando los ms comunes, notarbrevemente los ms extraordinarios que pasan por los que hanpasado, con el favor de Dios, de principiantes. Y esto por doscosas: la una, porque para los principiantes hay muchas cosasescritas; la otra, porque en ello hablo con Vuestra Reverencia porsu mandado, a la cual Nuestro Seor ha hecho merced de haberlasacado de esos principios y llevdola ms adentro del seno de suamor divino. Y as espero que, aunque se escriben aqu algunospuntos de teologa escolstica acerca del trato interior del alma consu Dios, no ser en vano haber hablado algo a lo puro del esprituen tal manera; pues, aunque a Vuestra Reverencia le falte elejercicio de teologa escolstica, con que se entienden las verdadesdivinas, no la falta el de la mstica, que se sabe por amor, en que nosolamente se saben, mas juntamente se gustan.

  • 4. Y por que lo que dijere (lo cual quiero sujetar al mejor juicio, ytotalmente al de la Santa Madre Iglesia) haga ms fe, no piensoafirmar cosa de mo, findome de experiencia que por m hayapasado, ni de lo que en otras personas espirituales haya conocido ode ellas odo (aunque de lo uno y de lo otro me pienso aprovechar),sin que con autoridades de la Escritura divina vaya confirmado ydeclarado, a lo menos, en lo que pareciere ms dificultoso deentender. En las cuales llevar este estilo: que primero las pondrla sentencia de su latn, y luego las declarar al propsito de lo quese trajeren; y pondr primero juntas todas las canciones, y luegopor su orden ir poniendo cada una de por s para haberla dedeclarar; de las cuales declarar cada verso ponindole al principiode su declaracin, etc.

    FIN DEL PRLOGO

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    Canciones entre el alma y el esposo

    Esposa

    1. Adnde te escondiste,Amado, y me dejaste con gemido?Como el ciervo huiste,habindome herido;sal tras ti clamando, y eras ido.

    2. Pastores, los que fuerdesall por las majadas al otero:si por ventura vierdesaquel que yo ms quiero,decidle que adolezco, peno y muero.

    3. Buscando mis amoresir por esos montes y riberas;ni coger las flores,ni temer las fieras,y pasar los fuertes y fronteras.

    Preguntaa las criaturas

  • 4. Oh bosques y espesuras,plantadas por la mano del Amado!Oh prado de verduras,de flores esmaltado!Decid si por vosotros ha pasado.

    Respuestade las criaturas

    5. Mil gracias derramandopas por estos sotos con presura,e, yndolos mirando,con sola su figuravestidos los dej de hermosura.

    Esposa

    6. Ay, quin podr sanarme!Acaba de entregarte ya de vero;no quieras enviarmede hoy ms ya mensajero,que no saben decirme lo que quiero.

    7. Y todos cuantos vagande ti me van mil gracias refiriendo,y todos ms me llagan,y djame muriendoun no s qu que quedan balbuciendo.

    8. Mas cmo perseveras,oh vida!, no viviendo donde vives,y haciendo porque mueraslas flechas que recibesde lo que del Amado en ti concibes?

    9. Por qu pues has llagadoaqueste corazn, no le sanaste?Y, pues me le has robado,por qu as le dejaste,y no tomas el robo que robaste?

    10. Apaga mis enojos,

  • pues que ninguno basta a deshacellos,y vante mis ojos,pues eres lumbre dellos,y slo para ti quiero tenellos.

    11. Oh cristalina fuente,si en esos tus semblantes plateadosformases de repentelos ojos deseadosque tengo en mis entraas dibujados!

    12. Aprtalos, Amado,que voy de vuelo.

    El Esposo

    Vulvete, paloma,que el ciervo vulneradopor el otero asomaal aire de tu vuelo, y fresco toma.

    La Esposa

    13. Mi Amado, las montaas,los valles solitarios nemorosos,las nsulas extraas,los ros sonorosos,el silbo de los aires amorosos,

    14. la noche sosegadaen par de los levantes de la aurora,la msica callada,la soledad sonora,la cena que recrea y enamora.

    15. Nuestro lecho florido,de cuevas de leones enlazado,en prpura tendido,de paz edificado,de mil escudos de oro coronado.

    16. A zaga de tu huellalas jvenes discurren al camino,

  • al toque de centella,al adobado vino,emisiones de blsamo divino.

    17. En la interior bodegade mi Amado beb, y cuando salapor toda aquesta vega,ya cosa no saba,y el ganado perd que antes segua.

    18. All me dio su pecho,all me ense ciencia muy sabrosa;y yo le di de hechoa m, sin dejar cosa:all le promet de ser su Esposa.

    19. Mi alma se ha empleado,y todo mi caudal en su servicio;ya no guardo ganado,ni ya tengo otro oficio,que ya slo en amar es mi ejercicio.

    20. Pues ya si en el ejidode hoy ms no fuere vista ni hallada,diris que me he perdido;que, andando enamorada,me hice perdidiza, y fui ganada.

    21. De flores y esmeraldas,en las frescas maanas escogidas,haremos las guirnaldasen tu amor florecidas,y en un cabello mo entretejidas.

    22. En solo aquel cabelloque en mi cuello volar consideraste,mirstele en mi cuello,y en l preso quedaste,y en uno de mis ojos te llagaste.

    23. Cuando t me mirabas,su gracia en m tus ojos impriman;por eso me adamabas,

  • y en eso merecanlos mos adorar lo que en ti van.

    24. No quieras despreciarme,que, si color moreno en m hallaste,ya bien puedes mirarmedespus que me miraste,que gracia y hermosura en m dejaste.

    25. Cogednos las raposas,que est ya florecida nuestra via,en tanto que de rosashacemos una pia,y no parezca nadie en la montia.

    26. Detente, cierzo muerto;ven, austro, que recuerdas los amores,aspira por mi huerto,y corran sus olores,y pacer el Amado entre las flores.

    Esposo

    27. Entrado se ha la esposaen el ameno huerto deseado,y a su sabor reposa,el cuello reclinadosobre los dulces brazos del Amado.

    28. Debajo del manzano,all conmigo fuiste desposada,all te di la mano,y fuiste reparadadonde tu madre fuera violada.

    29. A las aves ligeras,leones, ciervos, gamos saltadores,montes, valles riberas,aguas, aires, ardoresy miedos de las noches veladores,

    30. por las amenas lirasy canto de serenas os conjuro

  • que cesen vuestras iras,y no toquis al muro,porque la esposa duerma ms seguro.

    Esposa

    31. Oh ninfas de Judea!,en tanto que en las flores y rosalesel mbar perfumea,mor en los arrabales,y no queris tocar nuestros umbrales.

    32. Escndete, Carillo,y mira con tu haz a las montaas,y no quieras decillo;mas mira las compaasde la que va por nsulas extraas.

    Esposo

    33. La blanca palomicaal arca con el ramo se ha tornado;y ya la tortolicaal socio deseadoen las riberas verdes ha hallado.

    34. En soledad viva,y en soledad ha puesto ya su nido;y en soledad la guaa solas su querido,tambin en soledad de amor herido.

    Esposa

    35. Gocmonos, Amado,y vmonos a ver en tu hermosuraal monte o al colladodo mana el agua pura;entremos ms adentro en la espesura.

    36. Y luego a las subidascavernas de la piedra nos iremos,que estn bien escondidas,

  • y all nos entraremos,y el mosto de granadas gustaremos.

    37. All me mostrarasaquello que mi alma pretenda,y luego me darasall, t, vida ma,aquello que me diste el otro da:

    38. El aspirar del aire,el canto de la dulce filomena,el soto y su donaire,en la noche serena,con llama que consume y no da pena.

    39. Que nadie lo miraba,Aminadab tampoco pareca,y el cerco sosegaba,y la caballeraa vista de las aguas descenda.

    FIN DE LAS CANCIONES

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    COMIENZA LA DECLARACIN DE LAS CANCIONES ENTRE LAESPOSA Y EL ESPOSO

    CANCIN PRIMERA

    Adnde te escondiste,Amado, y me dejaste con gemido?Como el ciervo huiste,habindome herido;sal tras ti clamando, y eras ido.

    DECLARACIN

    1. En esta primera cancin, el alma enamorada del Verbo Hijo deDios, su Esposo, deseando unirse con l por clara y esencial visin,propone sus ansias de amor, querellndose a l de la ausencia,

  • mayormente que, estando ella herida de su amor, por el cual hasalido de todas las cosas y de s misma, todava haya de padecer laausencia de su Amado, no desatndola ya de la carne mortal parapoderle gozar en gloria de eternidad; y as, dice:

    Adnde te escondiste?

    2. Y es como si dijera: Verbo, Esposo mo, mustrame el lugar doests escondido. En lo cual le pide la manifestacin de su divinaesencia; porque el lugar do est escondido el Hijo de Dios, es,como dice san Juan (Jn 1, 18), el seno del Padre, que es la esenciadivina, la cual es ajena y escondida de todo ojo mortal y de todoentendimiento. Lo cual quiso decir Isaas (Is 45, 15), cuando dijo:Verdaderamente t eres Dios escondido. Donde es de notar que,por grandes comunicaciones y presencias, y altas y subidas noticiasde Dios que una alma en esta vida tenga, no es aquelloesencialmente Dios, ni tiene que ver con l, porque todava, en laverdad, le est al alma escondido, y siempre le conviene al almasobre todas esas grandezas tenerle por escondido y buscarleescondido, diciendo: Adnde te escondiste? Porque ni la altacomunicacin y presencia sensible es ms testimonio de supresencia, ni la sequedad y carencia de todo eso en el alma esmenos testimonio de su presencia en ella. Por lo cual dice el profetaJob (Job 9,11): Si venerit ad me, non videbo eum; et si abierit, nonintelligam, que quiere decir: Si viniere a m (es a saber, Dios), no lever; y si se fuere, no lo entender. En lo cual se ha de entenderque, si el alma sintiere grande comunicacin o noticia de Dios o otroalgn sentimiento, no por eso se ha de persuadir a que aquello seatener ms a Dios o estar ms en Dios; ni tampoco que aquello quesiente o entiende sea esencialmente Dios, aunque ms ello sea, yque si todas esas comunicaciones sensibles e inteligibles lefaltaren, no ha de pensar que por eso le falta Dios, pues querealmente ni por lo uno puede saber de cierto estar en su gracia, nipor lo otro estar fuera de ella, diciendo el Sabio (Ecle. 9, 1): Nemoscit utrum amore an odio dignus sit, que quiere decir: Ningnhombre mortal puede saber si es digno de gracia o aborrecimientode Dios. De manera que el intento del alma en este presente versono es pedir slo la devocin afectiva y sensible, en que no haycerteza ni claridad de la posesin graciosa del Esposo en esta vida,sino tambin la presencia y clara visin de su esencia, con quedesea estar certificada y satisfecha en la gloria.

  • 3. Esto mismo quiso decir la Esposa en los Cantares divinos (Ct 1,6), cuando, deseando la unin y junta de la divinidad del Verbo,Esposo suyo, la pidi al Padre, diciendo: Indica mihi, ubi pascas, ubicubes in meridie, que quiere decir: Mustrame dnde te apacientes,y dnde te recuestes al medioda. Porque, en pedirle dnde seapacentaba, era pedir le mostrase la esencia del Verbo divino,porque el Padre no se glora ni apacienta en otra cosa que en elVerbo, su nico Hijo; y en pedir le mostrase dnde se recostaba almedioda, era pedirle lo mismo, porque el Padre no se recuesta nicabe en otro lugar que en su Hijo, en el cual se recuesta,comunicndole toda su esencia al medioda, que es en la eternidad,donde siempre le engendra. Este pasto, pues, donde el Padre seapacienta, y este lecho florido del Verbo divino, donde se recuesta,escondido de toda criatura mortal, pide aqu el alma Esposa cuandodice: Adnde te escondiste?

    4. Y es de notar, para saber hallar este Esposo (cual en esta vidase puede), que el Verbo, juntamente con el Padre y el EsprituSanto, est esencialmente en el ntimo centro del alma escondido;por tanto, el alma que por unin de amor le ha de hallar, convinelesalir y esconderse de todas las cosas criadas segn la voluntad yentrarse en sumo recogimiento dentro de s misma, comunicndoseall con Dios en amoroso y afectuoso trato, estimando todo lo quehay en el mundo como si no fuese. Que por eso san Agustn,hablando en los Soliloquios con Dios, deca: No te hallaba yo,Seor, de fuera, porque mal te buscaba de fuera a ti que estabasdentro. Est, pues, en el alma escondido, y all le ha de buscar elbuen contemplativo, diciendo: Adnde te escondiste,

    Amado, y me dejaste con gemido?

    5. Llmale Amado para ms moverle e inclinarle a su ruego, porque,cuando Dios es amado de veras, con gran facilidad oye los ruegosde su amante. Y entonces se puede de verdad llamar Amado,cuando el alma est entera con l, no teniendo su corazn en otracosa alguna fuera de l. De donde algunos llaman al EsposoAmado, y no es su Amado de veras, porque no tienen con l enterosu corazn; y as, su peticin no es en la presencia del Esposo detanto valor.

    6. Y en lo que dice luego: Y me dejaste con gemido, es de notarque la ausencia del Amado es un continuo gemido en el corazn delamante, porque, como fuera de l nada ama, en nada descansa ni

  • recibe alivio. De donde en esto se conocer si alguno de veras aDios ama, si con alguna cosa menos que Dios no se contenta.

    Este gemido dio bien a entender san Pablo (Rm. 8, 23) cuando dijo:Nos intra nos gemimus, expectantes adoptionem filiorum Dei, estoes: Nosotros dentro de nosotros tenemos el gemido, esperando laadopcin y posesin de hijos de Dios; que es como si dijera: dentrode nuestro corazn, donde tenemos la prenda, sentimos lo que nosaqueja, que es la ausencia. Este, pues, es el gemido que el almatiene siempre en el sentimiento de la ausencia de su Amado,mayormente cuando, habiendo gustado alguna dulce y sabrosacomunicacin suya la dej seca y sola. Lo cual sintiendo ellamucho, dice luego:

    Como el ciervo huiste,

    7. Donde es de notar que en los Cantares (Ct 2, 9) compara laEsposa al Esposo al ciervo y a la cabra montaesa, diciendo:Similis est dilectus meus capreae hinnuloque cervorum, esto es:Semejante es mi Amado a la cabra y al hijo de los ciervos. Y estopor la presteza del esconderse y mostrarse, cual suele hacer elAmado en las visitas que hace a las almas, y en los desvos yausencias que las hace sentir despus de las tales visitas; por locual les hace sentir con mayor dolor la ausencia, segn ahora daaqu a entender el alma, cuando dice:

    Habindome herido.

    8. Y es como si dijera: no slo me bastaba la pena y el dolor queordinariamente padezco en tu ausencia, sino que, hirindome msde amor con tu flecha y aumentado la pasin y apetito de tu vistahuyas con ligereza de ciervo y no te dejes comprehender algntanto siquiera.

    9. Para ms declaracin de este verso es de saber que, allende deotras muchas diferencias de visitas que Dios hace al alma, con quela llaga y levanta en amor, suele hacer unos encendidos toques deamor, que a manera de saeta de fuego hieren y traspasan al alma yla dejan toda cauterizada con fuego de amor. Y stas propiamentese llaman heridas de amor, de las cuales habla aqu el alma.Inflaman stas tanto la voluntad en aficin, que se est el almaabrasando en fuego y llama de amor; tanto, que parece consumirseen aquella llama, y la hace salir fuera de s y renovar toda y pasar a

  • nueva manera de ser, as como el ave fnix, que se quema yrenace de nuevo.

    De lo cual hablando David (Sal. 72, 21-22), dice: Inflammatum estcor meum, et renes mei commutati sunt, et ego ad nihilum redactussum, et nescivi, que es decir: Fue inflamado mi corazn, y mis renesse mudaron, y yo fui resuelto en nada y no supe. Los apetitos yafectos que aqu entiende el profeta por renes, todos seconmueven, mudndose en divinos en aquella inflamacin amorosadel corazn; y el alma por amor se resuelve en nada, nadasabiendo sino slo amor. Y a este tiempo amoroso es laconmutacin de estas renes de apetitos de voluntad hecha engrande manera de tormento en ansia de ver a Dios; tanto, que leparece al alma intolerable el rigor de que con ella usa el amor; noporque la haya herido (porque antes tiene ella las tales heridas deamor por salud), sino porque la dej as herida penando, y no lahiri ms hasta acabarla de matar, para poder verse juntamentecon l en revelada y clara vista de perfecto amor. Por tanto,encareciendo o declarando el dolor de la herida en amor a causa dela ausencia, dijo: Habindome herido.

    10. Y este sentimiento tan grande acaece as en el alma por cuantoen aquella herida de amor, que hace Dios en ella, levntase lavoluntad del alma con sbita presteza a la posesin del Amado, quesinti estar cerca por el toque suyo que sinti de amor. Y con esamisma presteza siente la ausencia y el gemido juntamente, porcuanto en ese mismo momento se le desaparece y esconde, y sequeda ella en vaco y con tanto ms dolor y gemido, cuanto eramayor el apetito de comprehender. Porque estas visitas de heridasde amor no son como otras en que Dios suele recrear y satisfacer alalma, llenndola de pacfica suavidad y reposo; porque stas slolas hace l ms para llagar que para sanar, y ms para lastimar quepara satisfacer, pues no sirven ms de para avivar la noticia yaumentar el apetito y, por el consiguiente, el dolor.

    Estas se llaman heridas de amor, que son al alma sabrossimas; porlo cual querra ella estar siempre muriendo mil muertes a estaslanzadas, porque la hacen salir de s y entrar en Dios. Lo cual daella a entender en el verso siguiente, diciendo:

    Sal tras ti clamando, y eras ido.

  • 11. En las heridas de amor no puede haber medicina sino de partedel que hiri, y por eso dice que sali clamando, esto es, pidiendomedicina tras del que la haba herido, clamando con la fuerza delfuego causado de la herida.

    Y es de saber que este salir se entiende de dos maneras: la una,saliendo de todas las cosas, lo cual se hace por desprecio yaborrecimiento de ellas; la otra, saliendo de s misma por olvido ydescuido de s, lo cual se hace por aborrecimiento santo de smisma en amor de Dios; el cual de tal manera levanta al alma, quela hace salir de s y de sus quicios y modos naturales, clamando porDios. Y esas dos maneras de salir entiende aqu el alma cuandodice: sal, porque esas dos son menester, y no menos, para ir trasDios y entrar en l. Y as es como si dijera: Esposo mo, en aqueltoque tuyo y herida de amor, sacsteme no slo de todas las cosas,enajenndome de ellas, mas tambin me hiciste salir de m (porque,a la verdad, y aun de las carnes parece que entonces saca Dios alalma) y levantsteme a ti, clamando por ti, desasida ya de todo paraasirme a ti.

    12. Y eras ido, como si dijera: al tiempo que quise comprehender tupresencia no te hall, y quedme vaca y desasida de todo por ti ysin asirme a ti, penando en los aires de amor sin arrimo de ti y dem. Esto que aqu llama el alma salir para ir a Dios, llama la Esposaen los Cantares (Ct 3, 2) levantar, diciendo: Surgam et circuibocivitatem, per vicos et plateas quaeram quem diligit anima mea,quaesivi illum et non inveni quiere decir: Levantarme he y rodear laciudad; por los arrabales y las plazas buscar al que ama mi nima,busqule y no le hall. Este levantar se entiende aquespiritualmente de lo bajo a lo alto, que es lo mismo que salir de s,esto es, de su modo y amor bajo el alto amor de Dios. Pero da aentender que qued penada, porque no le hall.

    Por eso, el que est enamorado de Dios vive siempre en esta vidapenado, porque l est ya entregado a Dios, esperando la paga enla misma moneda, conviene a saber, de la entrega de la claraposesin y vision de Dios, clamando por ella, y en esta vida no se leda, y, habindose ya perdido de amor por Dios, no ha hallado laganancia de su prdida, pues carece de la dicha posesin delAmado, porque l se perdi. Por tanto, el que anda penado porDios, seal es que se ha dado a Dios y que le ama.

  • 13. Esta pena y sentimiento de la ausencia de Dios suele ser tangrande en los que van llegndose a perfeccin, al tiempo de estasdivinas heridas, que, si no proveyese el Seor, moriran, porque,como tienen el paladar de la voluntad y el espritu limpio y sano,bien dispuesto para Dios, y en lo dicho se les da a gustar algo de ladulzura del amor, que ellos sobre todo modo apetecen, padecensobre todo modo; porque, como por resquicios, se les muestra uninmenso bien y no se les concede: as es inefable la pena y eltormento.

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    CANCIN 2

    Pastores, los que fuerdesall por las majadas al otero,si por ventura vierdesaquel que yo ms quiero,decilde que adolezco, peno y muero.

    DECLARACIN

    1. En esta cancin el alma se quiere aprovechar de terceros ymedianeros para con su Amado, pidindoles le den parte de sudolor y pena; porque propiedad es del amante, ya que por laausencia no puede comunicarse, hacerlo por los mejores mediosque puede; y as el alma, de sus deseos, afectos y gemidos, sequiere aqu aprovechar como de mensajeros que tan bien sabenmanifestar los secretos del corazn; y as, dice:

    Pastores, los que fuerdes,

    2. llamando pastores a los afectos y deseos, porque ellosapacientan al alma de bienes espirituales (porque pastor quieredecir apacentador), y mediante ellos se comunica Dios a ella,porque sin ellos no se le comunica. Y dice: Los que fuerdes, es asaber, los que de puro amor saliredes, porque no todos van, sinolos que salen de fiel amor.

    All por las majadas al otero.

  • 3. Llama majadas a los coros de los ngeles, por los cuales de coroen coro van nuestros gemidos y oraciones a Dios; al cual llamaotero porque, as como el otero es alto, as Dios es la suma alteza,y porque en Dios, como en el otero, se otean y ven todas las cosas;al cual van nuestras oraciones, ofrecindoselas los ngeles, comohabemos dicho, porque ellos son los que le ofrecen nuestrasoraciones y deseos, segn lo dijo el ngel al santo Tobas (Tb 12,12), diciendo: Quando orabas cum lachrymis et sepeliebas, etc.,ego obtuli orationem tuam Domino, que quiere decir: Cuandoorabas con lgrimas y enterrabas los muertos, yo ofrec al Seor tuoracin.

    Tambin se pueden entender estos pastores, que aqu dice el alma,por los mismos ngeles; porque no slo llevan a Dios nuestrosrecaudos, sino tambin traen los de Dios a nuestras almas,apacentndolas como buenos pastores de dulces inspiraciones ycomunicaciones de Dios, por cuyo medio tambin Dios las hace, yellos nos amparan de los lobos, que son los demonios, y nosdefienden de ellos como buenos pastores.

    Si por ventura vierdes.

    4. Y es tanto como decir: si por mi buena dicha y ventura llegredesa su presencia, de suerte que os vea y os oiga. Donde es de notarque, aunque es verdad que Dios todo lo sabe y entiende, y hastalos mnimos pensamientos del alma ve y nota (Dt. 31, 12), entoncesse dice ver nuestras necesidades o oirlas, cuando las remedia o lascumple. Porque no cualesquier necesidades ni cualesquierpeticiones llegan a colmo que las oiga Dios para cumplirlas, hastaque en sus ojos llegue bastante tiempo y sazn y nmero paraconcederlas o remediarlas; y entonces se dice verlas y orlas, segnes de ver en el Exodo (Ex 3, 7-8), donde, despus de cuatrocientosaos que los hijos de Israel haban estado afligidos en laservidumbre de Egipto, dijo Dios a Moiss: Vidi aflictionem populimei in Aegipto et clamorem eius audivi, etc., et descendi liberareeum, esto es: Vi la afliccin de mi pueblo y he odo su clamor, y hebajado para librarlos, como quiera que siempre la hubiese visto;pero entonces se dijo verla cuando por la obra quiso cumplirla. Ytambin dijo san Gabriel a Zacaras (Lc. 1, 13): Ne timeas, Zacharia,quioniam exaudita est desprecatio tua, que quiere decir: No temasZacaras, porque es oda tu oracin, es a saber, concedindole elhijo que muchos aos le haba andado pidiendo, como quiera quesiempre le hubiese odo. Y as ha de entender cualquiera alma que,

  • aunque Dios no acuda luego a su necesidad y ruego, no por eso, siella no lo desmerece, dejar de acudir en el tiempo debido yoportuno, el cual es, como dice David (Sal. 9, 10), adiutor inopportunitatibus, in tribulatione, esto es, ayudador en lasoportunidades y en la tribulacin. Quiere, pues, decir aqu el almacuando dice: Si por ventura vierdes, si por mi buena ventura hallegado el tiempo y sazn en que mis deseos y peticiones hayanllegado a que los vea para cumplrmelos,

    aquel que yo ms quiero,

    5. es a saber, ms que a todas las cosas. Y entonces, hablando a loperfecto, le quiere ms que a todas las cosas el alma, cuando no sele pone nada por delante que la impida hacer y padecer por lcualquier cosa. A ste, pues, que ella ms quiere, enva pormensajeros a sus deseos con el recaudo de sus necesidades ypenas, diciendo:

    Decilde que adolezco, peno y muero.

    6. Tres maneras de necesidades representa aqu el alma, convienea saber: dolencia, pena y muerte. Porque el alma que de verasama, ordinariamente en el sentimiento de la ausencia de Diospadece de estas tres maneras dichas, segn las tres potencias delalma, que son: entendimiento, voluntad y memoria. Acerca delentendimiento adolece, porque no ve a Dios, que es la salud delentendimiento. Acerca de la voluntad pena, porque carece de laposesin de Dios, que es el descanso, refrigerio y deleite de lavoluntad. Acerca de la memoria muere, porque, acordndose quecarece de todos los bienes del entendimiento, que es ver a Dios, yde todos los deleites de la voluntad, que es poseerle, y que tambines muy posible carecer de l para siempre, padece en estamemoria a manera de muerte.

    7. Estas tres necesidades represent tambin Jeremas (Lm. 3, 19)a Dios, diciendo: Recordare paupertatis meae, absynthii et fellis,que quiere decir: Acurdate de mi pobreza, y del ajenjo y de la hiel.La pobreza se refiere al entendimiento, porque a l pertenecen lasriquezas de la sabidura de Dios, en la cual, como dice san Pablo(Col. 2, 3), estn encerrados todos los tesoros de Dios. El ajenjo,que es hierba amarsima, se refiere a la voluntad, porque aestapotencia pertenece la dulzura de la posesin de Dios, de la cualcareciendo, se queda con la amargura, segn el ngel dijo a san

  • Juan en el Apocalipsis (Ap 10, 9), diciendo: Accipe librum, et devoraillum, et faciet amaricari ventrem tuum, que quiere decir: Toma ycome el libro y hacerte ha amargura en el vientre, tomando all elvientre por la voluntad. La hiel se refiere a la memoria, que significala muerte del alma, segn da a entender Moiss en elDeuteronomio (Dt 32, 33), hablando de los condenados, diciendo:Fel draconum vinum eorum, et venenum aspidum insanabile, estoes: Hiel de dragones ser el vino de ellos, y veneno de spidesinsanable; lo cual significa all el carecer de Dios, que es muerte delalma. Y estas tres necesidades y penas estn fundadas en las tresvirtudes teologales, que son: fe, caridad y esperanza, que serefieren a las tres dichas potencias: entendimiento, voluntad ymemoria.

    8. Y es de notar que el alma, en el dicho verso, no hace ms querepresentar su necesidad y pena al Amado, porque el quediscretamente ama, no cura de pedir lo que le falta y desea sino derepresentar su necesidad, para que el Amado haga lo que fuereservido; como cuando la bendita Virgen dijo al amado Hijo en lasbodas de Can de Galilea, no pidindole derechamente el vino, sinodiciendo: No tienen vino (Jn. 2, 3); y las hermanas de Lzaro leenviaron, no a decir que sanase a su hermano, sino a decir quemirase que al que amaba estaba enfermo (Jn. 11, 3).

    Y la causa por que sea mejor para el amante representar al Amadosu necesidad que pedirle el cumplimiento de ella, es por tres cosas:la primera, porque mejor sabe el Seor nuestras necesidades quenosotros mismos; la segunda, porque el Amado ms se compadeceviendo la necesidad de su amante, y se mueve viendo suresignacin; la tercera, porque ms seguridad lleva el alma acercadel amor propio y propiedad en representar su falta, que en pedir loque a su parecer le falta. Ni ms ni menos hace el alma en estepresente verso, representando sus tres necesidades, lo cual estanto como pedirle el remedio de ellas. Porque decir: Decidle queadolezco, peno y muero, es como decir: pues adolezco, y l slo esmi salud, que me d mi salud; y pues peno, y l solo es midescanso, que me d mi descanso; y pues muero, y l solo es mivida, que me d mi vida.

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  • CANCIN 3

    Buscando mis amores,ir por esos montes y riberas;ni coger las flores,ni temer las fieras,y pasar los fuertes y fronteras.

    DECLARACIN

    1. No slo basta al alma orar y desear y ayudarse de terceros parahablar al Amado, como ha hecho en las precedentes canciones,sino que junto con eso ella misma se ponga por la obra a le buscar.Y eso dice que ha de hacer en esta cancin, diciendo que en buscade su Amado ha de ir ejercitndose en las virtudes ymortificaciones, en la vida contemplativa y activa; y que para estono ha de admitir bienes ni regalos algunos, ni bastarn a detenerlae impedirla este camino todas las fuerzas y asechanzas de los tresenemigos: mundo, demonio y carne, diciendo:

    Buscando mis amores,

    2. es a saber, a mi Amado,

    ir por esos montes y riberas.

    3. A las virtudes llama montes: lo uno, por la alteza de ellas; lo otro,por la dificultad y trabajo que se pasa en subir a ellas, ejercitando lavida contemplativa. Y llama riberas a las mortificaciones ysujeciones y desprecio de s, ejercitndose tambin, acerca de esto,en la vida activa, porque para adquirir las virtudes, la una y la otraes menester. Es, pues, tanto como decir: buscando a mi Amado, irponiendo por obra las virtudes altas, y humillndome en lasmortificaciones y cosas bajas. Esto dice, porque el camino debuscar a Dios es ir obrando en Dios el bien y mortificando en s elmal de la manera que se sigue:

    Ni coger las flores.

    4. Por cuanto para buscar a Dios se requiere un corazn desnudo yfuerte, libre de todos los males y bienes que puramente no sonDios, dice en el presente verso y en los siguientes el alma la libertady fortaleza que ha de tener para buscarle. Y en ste dice que no

  • coger las flores que encontrare en este camino, por las cualesentiende todos los gustos y contentamientos y deleites que se lepueden ofrecer en esta vida, que le podran impedir el camino sicogerlos o admitirlos quisiese, los cuales son en tres maneras:temporales, sensuales y espirituales.

    Y porque los unos y los otros ocupan el corazn y le sonimpedimento para la desnudez espiritual (cual se requiere para elderecho camino de Cristo), si reparase o hiciese asiento en ellos,dice que, para buscarle, no coger todas estas flores dichas. Y as,es como si dijera: ni pondr mi corazn en las riquezas y bienes queofrece el mundo, ni admitir los contentamientos y deleites de micarne, ni reparar en los gustos y consuelos de mi espritu, desuerte que me detenga en buscar a mis amores por los montes yriberas de las virtudes y trabajos. Esto dice por tomar el consejo queda el profeta David (Sal. 61, 11) a los que van por este camino,diciendo: Divitiae si affluant, nolite cor apponere, esto es: Si seofrecieren abundantes riquezas, no queris aplicar a ellas elcorazn; lo cual entiende as de los gustos sensuales como de losdems bienes temporales y consuelos espirituales.

    Donde es de notar que no slo los bienes temporales y deleitescorporales impiden y contradicen el camino de Dios, mas tambinlos consuelos y deleites espirituales, si se tienen con propiedad o sebuscan, impiden el camino de la cruz del Esposo Cristo. Por tanto,el que ha de ir adelante convinele que no se ande a coger esasflores; y no slo eso, sino que tambin tenga nimo y fortaleza paradecir:

    Ni temer las fieras,y pasar los fuertes y fronteras.

    5. En los cuales versos pone los tres enemigos del alma, que son:mundo, demonio y carne, que son los que hacen guerra y dificultanel camino. Por las fieras entiende el mundo; por los fuertes eldemonio, y por las fronteras la carne.

    6. Llama fieras al mundo, porque al alma que comienza el caminode Dios, parcele que se le representa en la imaginacin el mundocomo a manera de fieras, hacindole amenazas y fieros. Y esprincipalmente en tres maneras: la primera, que le ha de faltar elfavor del mundo, perder los amigos, el crdito, valor y aun lahacienda; la segunda, que es otra fiera no menor, que cmo ha de

  • poder sufrir no haber ya jams de tener contentos y deleites delmundo y carecer de todos los regalos de l; y la tercera es anmayor, conviene a saber, que se han de levantar contra ella laslenguas y han de hacer burla y ha de haber muchos dichos y mofasy le han de tener en poco. Las cuales cosas de tal manera se lessuelen anteponer a algunas almas, que se les hace dificultossimono slo el perseverar contra estas fieras, ms aun el podercomenzar el camino.

    7. Pero a algunas almas ms generosas se les suelen poner otrasfieras ms interiores y espirituales de dificultades y tentaciones,tribulaciones y trabajos de muchas maneras, por que les convienepasar, cuales los enva Dios a los que quiere levantar a altaperfeccin, probndolos y esmerndolos como al oro en el fuego,segn aquello de David (Sal. 33, 20) en que dice: Multaetribulationes iustorum, esto es: Las tribulaciones de los justos sonmuchas, mas de todas ellas los librar el Seor. Pero el alma bienenamorada, que estima a su Amado ms que a todas las cosas,confiada en el amor y favor de l, no tiene en mucho decir: Nitemer las fieras,

    y pasar los fuertes y fronteras.

    8. A los demonios, que es el segundo enemigo, llama fuertes,porque ellos con grande fuerza procuran tomar el paso de estecamino, y porque tambin sus tentaciones y astucias son msfuertes y duras de vencer y ms dificultosas de entender que las delmundo y carne, y porque tambin se fortalecen de estos otros dosenemigos, mundo y carne, para hacer al alma fuerte guerra. Y, portanto, hablando David (Sal. 53, 5) de ellos los llama fuertesdiciendo: Fortes quaesierunt animam meam, es a saber: Los fuertespretendieron mi alma. De cuya fortaleza tambin dice el profeta Job(Jb 41, 24) que no hay poder sobre la tierra que se compare a stedel demonio, que fue hecho de suerte que a ninguno temiese, estoes, ningn poder humano se podr comparar con el suyo, y as,slo el poder divino basta para poder entender sus ardides. Por locual el alma que hubiere de vencer su fortaleza, no podr sinoracin, ni sus engaos podr entender sin humildad ymortificacin. Que por eso dice san Pablo (Ef. 6, 11-12), avisando alos fieles, estas palabras, diciendo: Induite vos armaturam Dei, utpossitis stare adversus insidias diaboli, quoniam non est nobiscolluctatio adversus carnem et sanguinem, es a saber: Vestos lasarmas de Dios, para que podis resistir contra las astucias del

  • enemigo; porque esta lucha no es como contra la carne y la sangre,entendiendo por la sangre el mundo, y por las armas de Dios laoracin y cruz de Cristo, en que est la humildad y mortificacin quehabemos dicho.

    9. Dice tambin el alma que pasar las fronteras, por las cualesentiende, como habemos dicho, las repugnancias y rebeliones quenaturalmente la carne tiene contra el espritu; la cual, como dice sanPablo (Gal. 5, 17): Caro enim concupiscit adversus spiritum, estoes: La carne codicia contra el espritu, y se pone como en frontera,resistiendo al camino espiritual. Y estas fronteras ha de pasar elalma, rompiendo las dificultades y echando por tierra con la fuerza ydeterminacin del espritu todos los apetitos sensuales y afeccionesnaturales; porque, en tanto que los hubiere en el alma, de talmanera est el espritu impedido debajo de ellas, que no puedepasar a verdadera vida y deleite espiritual. Lo cual nos dio bien aentender san Pablo (Rm. 8, 13), diciendo: Si spiritu facta carnismortificaveritis, vivetis, esto es: Si mortificredes las inclinaciones yapetitos carnales con el espritu, viviris.

    Este, pues, es el estilo que dice el alma en la dicha cancin que leconviene tener para en este camino buscar a su Amado, el cual, ensuma, es tal: constancia y valor para no bajarse a coger las flores, ynimo para no temer las fieras, y fortaleza para pasar los fuertes yfronteras, slo entendiendo en ir por los montes y riberas devirtudes, de la manera que est ya declarado.

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    CANCIN 4

    Oh bosques y espesuras,plantadas por la mano del Amado!Oh prado de verduras,de flores esmaltado!Decid si por vosotros ha pasado.

    DECLARACIN

    1. Despus que el alma ha dado a entender la manera dedisponerse para comenzar este camino, que es el nimo para no se

  • andar ya a deleites y gustos, y fortaleza para vencer las tentacionesy dificultades, en lo cual consiste el ejercicio del conocimiento de s,que es lo primero que tiene de hacer el alma para ir al conocimientode Dios, ahora en esta cancin comienza a caminar por laconsideracin y conocimiento de las criaturas al conocimiento de suAmado, criador de ellas. Porque, despus del ejercicio delconocimiento propio, esta consideracin de las criaturas es laprimera por orden en este camino espiritual para ir conociendo aDios, considerando su grandeza y excelencia por ellas, segnaquello del Apstol(Rm. 1, 20), que dice: Invisibilia enim ipsius acreatura mundi, per ea quae facta sunt, intellecta,conspiciuntur, quees como decir: Las cosas invisibles de Dios, del alma son conocidaspor las cosas visibles criadas e invisibles.

    Habla, pues, el alma en esta cancin con las criaturas,preguntndoles por su Amado. Y es de notar que, como dice sanAgustn, la pregunta que el alma hace a las criaturas es laconsideracin que en ellas hace del Criador de ellas. Y as, en estacancin se contiene la consideracin de los elementos y de lasdems criaturas inferiores, y la consideracin de los cielos y de lasdems criaturas y cosas materiales que Dios cri en ellos, ytambin la consideracin de los espritus celestiales, diciendo:

    Oh bosques y espesuras!

    2. Llama bosques a los elementos, que son: tierra, agua, aire yfuego, porque as como amensimos bosques estn poblados deespesas criaturas, a las cuales aqu llama espesuras por el grandenmero y muchas diferencias que hay de ellas en cada elemento:en la tierra, innumerables variedades de animales y plantas; en elagua, innumerables diferencias de peces; y en el aire muchadiversidad de aves, y el elemento del fuego, que concurre con todospara la animacin y conservacin de ellos; y as, cada suerte deanimales vive en su elemento y est colocada y plantada en lcomo en su bosque y regin donde nace y se cra. Y, a la verdad,as lo mand Dios en la creacin de ellos (Gen. 1), mandando a latierra que produjese las plantas y los animales, y a la mar y aguaslos peces, y al aire hizo morada de las aves. Y por eso viendo elalma que l as lo mand y que as se hizo, dice el siguiente verso:

    Plantadas por la mano del Amado.

  • 3. En el cual est la consideracin, es a saber, que estasdiferencias y grandezas sola la mano del Amado Dios pudohacerlas y criarlas. Donde es de notar que advertidamente dice: porla mano del Amado, porque, aunque otras muchas cosas hace Diospor mano ajena, como de los ngeles o de los hombres, sta quees criar nunca la hizo ni hace por otra que por la suya propia. Y as,el alma mucho se mueve al amor de su Amado Dios por laconsideracin de las criaturas, viendo que son cosas que por supropia mano fueron hechas. Y dice adelante:

    Oh prado de verduras!

    4. Esta es la consideracin del cielo, al cual llama prado deverduras, porque las cosas que hay en l criadas siempre estn converdura inmarcesible, que ni fenecen ni se marchitan con el tiempo;y en ellas, como en frescas verduras, se recrean y deleitan losjustos. En la cual consideracin tambin se comprehende toda ladiferencia de las hermosas estrellas y otros planetas celestiales.

    5. Este nombre de verduras pone tambin la Iglesia a las cosascelestiales cuando, rogando a Dios por las nimas de los difuntos,hablando con ellas, dice: Constituat vos Dominus inter amoenavirentia; quiere decir: Constityaos Dios entre las verdurasdeleitables. Y dice tambin que este prado de verduras tambinest

    de flores esmaltado.

    6. Por las cuales flores entiende los ngeles y almas santas, con lascuales est adornado aquel lugar y hermoseado como un graciosoy subido esmalte en un vaso de oro excelente.

    Decid si por vosotros ha pasado.

    7. Esta pregunta es la consideracin que arriba queda dicha, y escomo si dijera: decid qu excelencias en vosotros ha criado.

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    CANCIN 5

  • Mil gracias derramando,pas por estos sotos con presura,y, yndolos mirando,con sola su figuravestidos los dej de hermosura.

    DECLARACIN

    1. En esta cancin responden las criaturas al alma, la cualrespuesta, como tambin dice san Agustn en aquel mismo lugar, esel testimonio que dan en s de la grandeza y excelencia de Dios alalma que por la consideracin se lo pregunta. Y as, en estacancin lo que se contiene, que en su sustancia es: que Dios critodas las cosas con gran facilidad y brevedad y en ellas dej algnrastro de quien l era, no slo dndoles el ser de nada, mas aundotndolas de innumerables gracias y virtudes, hermosendolascon admirable orden y dependencia indeficiente que tienen unas deotras, y esto todo hacindolo por la Sabidura suya por quien lascri, que es el Verbo, su Unignito Hijo. Dice, pues, as:

    Mil gracias derramando.

    2. Por estas mil gracias que dice iba derramando, se entiende lamultitud de las criaturas innumerables que por eso pone aqu elnmero mayor, que es mil, para dar a entender la multitud de ellas;a las cuales llama gracias, por las muchas gracias de que dot acada criatura; las cuales derramando, es a saber, todo el mundo deellas poblando,

    pas por estos sotos con presura.

    3. Pasar por los sotos es criar los elementos, que aqu llama sotos,por los cuales dice que derramando mil gracias pasaba, porque detodas las criaturas los adornaba, que son graciosas; y allende deeso, en ellas derramaba las mil gracias, dndoles virtud para poderconcurrir con la generacin y conservacin de todas ellas. Y diceque pas, porque las criaturas son como un rastro del paso de Dios,por el cual se rastrea su grandeza, potencia y sabidura y otrasvirtudes divinas. Y dice que este paso fue con presura, porque lascriaturas son las obras menores de Dios, que las hizo como depaso; porque las mayores, en que ms se mostr y en que ms lreparaba, eran las de la encarnacin del Verbo y misterios de la fe

  • cristiana, en cuya comparacin todas las dems eran hechas comode paso, con apresuramiento.

    Y, yndolos mirando,con sola su figuravestidos los dej de hermosura.

    4. Segn dice san Pablo (Heb. 1, 3), el Hijo de Dios es resplandorde su gloria y figura de su sustancia. Es, pues, de saber que consola esta figura de su Hijo mir Dios todas las cosas, que fue darlesel ser natural, comunicndoles muchas gracias y dones naturales,hacindolas acabadas y perfectas, segn se dice en el Gnesis (Gn1, 31) por estas palabras: Mir Dios todas las cosas que habahecho, y eran mucho buenas. El mirarlas mucho buenas erahacerlas mucho buenas en el Verbo, su Hijo. Y no solamente lescomunic el ser y gracias naturales mirndolas, como habemosdicho, mas tambin con sola esta figura de su Hijo las dej vestidasde hermosura, comunicndoles el ser sobrenatural; lo cual fuecuando se hizo hombre, ensalzndole en hermosura de Dios y, porconsiguiente, a todas las criaturas en l, por haberse unido con lanaturaleza de todas ellas en el hombre. Por lo cual dijo el mismoHijo de Dios (Jn 12, 32): Si ego exaltatus fuero a terra, omniatraham ad me ipsum, esto es: Si yo fuere ensalzado de la tierra,levantar a m todas las cosas. Y as, en este levantamiento de laencarnacin de su Hijo y de la gloria de su resurreccin segn lacarne, no solamente hermose el Padre las criaturas en parte, maspodremos decir que del todo las dej vestidas de hermosura ydignidad.

    5. Pero, allende de todo eso, hablando ahora algo segn el sentidoy afecto de contemplacin, en la viva contemplacin y conocimientode las criaturas echa de ver el alma con gran claridad haber en ellastanta abundancia de gracias y virtudes y hermosura de que Dios lasdot, que le parece estar todas vestidas de admirable hermosuranatural, derivada y comunicada de aquella infinita hermosurasobrenatural de la figura de Dios, cuyo mirar viste de hermosura yalegra el mundo y todos los cielos, as como tambin con abrir sumano, segn dice David (Sal. 144, 16), diciendo: Imples omneanimal benedictione, es a saber: Hinches a todo animal debendicin. Y, por tanto, llagada el alma en amor por este rastro queha conocido en las criaturas de la hermosura de su Amado, conansias de ver aquella hermosura invisible, la siguiente cancin dice:

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    CANCIN 6

    Ay, quin podr sanarme!Acaba de entregarte ya de vero;no quieras enviarmede hoy ms ya mensajero:que no saben decirme lo que quiero.

    DECLARACIN

    1. Como las criaturas dieron al alma seas de su Amado,mostrndole en s rastro de su hermosura y excelencia,aumentsele el amor y, por consiguiente, crecile el dolor de laausencia, porque cuanto ms el alma conoce de Dios, tanto ms lecrece el apetito de verle. Y, como ve no hay cosa que la puedacurar su dolencia sino la vista y la presencia de su Amado,desconfiada de otro cualquiera remedio, pdele en esta cancin laentrega y posesin de su presencia, diciendo que no quiera de hoyms entretenerla con otras cualesquier noticias y comunicacionessuyas, porque no satisfacen a su deseo y voluntad, la cual no secontenta con menos que su vista y presencia; por tanto, que sea lservido de entregarse ya de veras en acabado y perfecto amor. Yas, dice:

    Ay, quin podr sanarme!

    2. Como si dijera: entre todos los deleites del mundo ycontentamientos de los sentidos y gustos y suavidad del espritu,cierto, nada podr sanarme, nada podr satisfacerme. Y pues ases,

    acaba de entregarte ya de vero.

    3. Donde es de notar que cualquiera alma que ama de veras nopuede querer satisfacerse ni contentarse hasta poseer de veras aDios; porque todas las dems cosas no solamente no la satisfacen,mas antes, como habemos dicho, la hacen crecer la hambre yapetito de verle a l como es. Y as, cada visita que del Amadorecibe de conocimiento o sentimiento, u otra cualquiera

  • comunicacin (los cuales son como mensajeros que dan al almarecaudos de noticias de quien l es), aumentndole y despertndolems el apetito, as como hacen las meajas en grande hambre,hacindosele pesado entretenerse con tan poco, dice: Acaba deentregarte ya de vero.

    4. Porque todo lo que de Dios se puede en esta vida conocer, pormucho que sea, no es conocimiento de vero, porque esconocimiento en parte y muy remoto; mas conocerle esencialmentees conocimiento de veras, el cual aqu pide el alma, no secontentando con esotras comunicaciones. Y, por tanto, dice luego:

    No quieras enviarmede hoy ms ya mensajero.

    5. Como si dijera: no quieras que ya de aqu adelante te conozcatan a la tasa por estos mensajeros de las noticias y sentimientosque se me dan de ti, tan remotos y ajenos de lo que de ti desea mialma; porque los mensajeros, a quien pena por la presencia, biensabes t, Esposo mo, que aumentan el dolor: lo uno, porquerenuevan la llaga con la noticia que dan; lo otro, porque parecendilaciones de la venida. Pues, luego, de hoy ms no quierasenviarme estas noticias remotas, porque si hasta aqu poda pasarcon ellas, porque no te conoca ni amaba mucho, ya la grandeza delamor que te tengo no puede contentarse con estos recaudos; portanto, acaba de entregarte.

    Como si ms claro dijera: esto, Seor mo, Esposo, que andasdando de ti a mi alma por partes, acaba de darlo del todo; y estoque andas mostrando como por resquicios, acaba de mostrarlo alas claras; y esto que andas comunicando por medios, que es comocomunicarte de burlas, acaba de hacerlo de veras, comunicndotepor ti mismo: que parece a veces en tus visitas que vas a dar la joyade tu posesin y, cuando mi alma bien se cata, se halla sin ella,porque se la escondes, lo cual es como dar de burla. Entrgate,pues, ya de vero, dndote todo al todo de mi alma, porque toda ellate tenga a ti todo, y no quieras enviarme ya ms mensajero,

    que no saben decirme lo que quiero.

    6. Como si dijera: yo a ti todo quiero, y ellos no me saben ni puedendecir a ti todo, porque ninguna cosa de la tierra ni del cielo puedendar al alma la noticia que ella desea tener de ti, y as no saben

  • decirme lo que quiero. En lugar, pues, de estos mensajes, t mismoseas el mensajero y los mensajes.

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    CANCIN 7

    Y todos cuantos vagan,de ti me van mil gracias refiriendo,y todos ms me llagan,y djame muriendoun no s qu que quedan balbuciendo.

    DECLARACIN

    1. En la cancin pasada ha mostrado el alma estar enferma oherida de amor de su Esposo a causa de la noticia que de l ledieron las criaturas irracionales; y en esta presente da a entenderestar llagada de amor a causa de otra noticia ms alta que delAmado recibe por medio de las criaturas racionales, que son msnobles que las otras, las cuales son ngeles y hombres. Y tambindice que no slo eso, sino que tambin est muriendo de amor acausa de una inmensidad admirable que por medio de estascriaturas se le descubre, sin acabrsele de descubrir, que aqullama no s qu, porque no se sabe decir, pero ello es tal, que haceestar muriendo al alma de amor.

    2. De donde podemos inferir, que en este negocio de amar hay tresmaneras de penar por el Amado acerca de tres maneras de noticiasque de l se pueden tener.

    La primera se llama herida, la cual es ms remisa y msbrevemente pasa, bien as como herida, porque de la noticia que elalma recibe de las criaturas le nace, que son las ms bajas obrasde Dios. Y de esta herida, que aqu llamamos tambin enfermedad,habla la Esposa en los Cantares (Ct 5, 8), diciendo: Adiuro vos,filiae Ierusalem, si inveneritis dilectum meum, ut nuntietis ei, quiaamore langueo, que quiere decir: Conjroos, hijas de Jerusaln,que si hallredes a mi Amado, le digis que estoy enferma de amor,entendiendo por las hijas de Jerusaln las criaturas.

  • 3. La segunda se llama llaga, la cual hace ms asiento en el almaque la herida, y por eso dura ms, porque es como herida ya vueltaen llaga, con la cual se siente el alma verdaderamente andarllagada de amor. Y esta llaga se hace en el alma mediante la noticiade las obras de la encarnacin del Verbo y misterios de la fe; lascuales, por ser mayores obras de Dios y que mayor amor en sencierran que las de las criaturas, hacen en el alma mayor efectode amor; de manera que, si el primero es como herida, estesegundo es ya como llaga hecha, que dura; de la cual, hablando elEsposo en los Cantares (Ct 4, 9) con el alma, dice: Llagaste micorazn, hermana ma, llagaste mi corazn en el uno de tus ojos yen un cabello de tu cuello. Porque el ojo significa aqu la fe de laencarnacin del Esposo, y el cabello significa el amor de la mismaencarnacin.

    4. La tercera manera de penar en el amor es como morir, lo cual esya como tener la llaga afistolada, hecha el alma ya toda afistolada,la cual vive muriendo, hasta que, matndola el amor, la haga vivirvida de amor, transformndola en amor. Y este morir de amor secausa en el alma mediante un toque de noticia suma de laDivinidad, que es el no s qu que dice en esta cancin que quedanbalbuciendo; el cual toque no es continuo, ni mucho, porque sedesatara el alma del cuerpo, mas pasa en breve; y as quedamuriendo de amor, y ms muere viendo que no se acaba de morirde amor. Este se llama amor impaciente, del cual se trata en elGnesis (Gn 30, 1), donde dice la Escritura que era tanto el amorque Raquel tena de concebir, que dijo a su esposo Jacob: Da mihiliberos, alioquin moriar, esto es: Dame hijos si no yo morir. Y elprofeta Job (Jb 6, 9), deca: Quis mihi det, ut qui coepit ipse meconterat?, que es decir: Quin me dar a m que el que mecomenz, se me acabe?

    5. Estas dos maneras de penas de amor, es a saber, la llaga y elmorir, dice en esta cancin que le causan estas criaturas racionales:la llaga, en lo que dice que la van refiriendo mil gracias del Amadoen los misterios y sabidura de Dios que la ensean de la fe; elmorir, en aquello que dice que quedan balbuciendo, que es elsentimiento y noticia de la Divinidad, que algunas veces en lo que elalma oye decir de Dios, se le descubre. Dice, pues, as:

    Y todos cuantos vagan.

  • 6. A las criaturas racionales, como habemos dicho, entiende aqupor los que vagan, que son los ngeles y los hombres, porque solosestos entre todas las criaturas vacan a Dios, entendiendo en l;porque eso quiere decir ese vocablo vagan, el cual en latn se dicevacant. Y as, es tanto como decir: todos cuantos vacan a Dios; locual hacen los unos contemplndole en el cielo y gozndole, comoson los ngeles; los otros, amndole y desendole en la tierra,como son los hombres. Y porque por estas criaturas racionales msal vivo conoce a Dios el alma, ahora por la consideracin de laexcelencia que tienen sobre todas las cosas criadas, ahora por loque ellas nos ensean de Dios: las unas interiormente por secretasinspiraciones, como lo hacen los ngeles, las otras exteriormentepor las verdades de las Escrituras, dice:

    De ti me van mil gracias refiriendo,

    7. esto es: danme a entender admirables cosas de gracia ymisericordia tuya en las obras de tu encarnacin y verdades de feque de ti me declaran; y siempre me van ms refiriendo, porque,cuanto ms quisieren decir, ms gracias podrn descubrir de ti.

    Y todos ms me llagan,

    8. Porque en cuanto los ngeles me inspiran y los hombres de ti meensean, de ti ms me enamoran, y as todos de amor ms mellagan.

    Y djame muriendoun no s qu que quedan balbuciendo.

    9. Como si dijera: pero allende de lo que me llagan estas criaturasen las mil gracias que me dan a entender de ti, es tal un no s quque se siente quedar por decir, y una cosa que se conoce quedarpor descubrir, y un subido rastro que se descubre al alma de Dios,quedndose por rastrear, y un altsimo entender de Dios que no sesabe decir, que por eso lo llama no s qu; que, si lo otro queentiendo me llaga y hiere de amor, esto que no acabo de entender,de que altamente siento, me mata.

    Esto acaece a veces a las almas que estn ya aprovechadas, a lascuales hace Dios merced de dar en lo que oyen, o ven, o entienden,y a veces sin eso y sin esotro, una subida noticia en que se da aentender o sentir alteza de Dios y grandeza. Y en aquel sentir

  • siente tan alto de Dios, que entiende claro se queda el todo porentender; y aquel entender y sentir ser tan inmensa la Divinidad queno se puede entender acabadamente: es muy subido entender. Yas, una de las grandes mercedes que en esta vida hace Dios a unalma por va de paso, es darla claramente a entender y sentir tanaltamente de Dios, que entienda claro que no se puede entender nisentir del todo. Porque es, en alguna manera, al modo de los que leven en el cielo, donde los que ms le conocen entienden msdistintamente lo infinito que les queda por entender; porqueaquellos que menos le ven son a los cuales no les parece tandistintamente lo que les queda por ver como a los que ms ven.

    10. Esto creo no lo acabar bien de entender el que no lo hubiereexperimentado; pero el alma que lo experimenta, como ve que se lequeda por entender aquello de que altamente siente, llmalo un nos qu, porque as como no se entiende, as tampoco se sabedecir, aunque, como he dicho, se sabe sentir. Por eso dice que lequedan las criaturas balbuciendo, porque no lo acaban de dar aentender; que eso quiere decir balbucir, que es el hablar de losnios, que es no acertar a decir y dar a entender qu hay que decir.

    11. Tambin acerca de las dems criaturas acaecen al almaalgunas ilustraciones al modo que habemos dicho, aunque nosiempre tan subidas, cuando Dios hace merced al alma de abrirle lanoticia y el sentido del espritu en ellas; las cuales parece estndando a entender grandezas de Dios que no acaban de dar aentender, y es como que van a dar a entender y se queda porentender, y as es un no s qu que quedan balbuciendo. Y as, elalma va adelante con su querella, y habla con la vida de su alma enla siguiente cancin, diciendo:

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    CANCIN 8

    Mas cmo perseveras,oh vida!, no viviendo donde vives,y haciendo porque mueraslas flechas que recibes,de lo que del Amado en ti concibes?

  • DECLARACIN

    1. Como el alma se ve morir de amor, segn acaba de decir, y queno se acaba de morir, para poder gozar del amor con libertad,qujase de la duracin de la vida corporal, a cuya causa se le dilatala vida espiritual. Y as, en esta cancin habla con la misma vida desu alma, encareciendo el dolor que le causa; y el sentido de lacancin es el siguiente: vida de mi alma, cmo puedes perseveraren esta vida de cuerpo, pues te es muerte y privacin de aquellavida verdadera de tu Dios, en que t ms verdaderamente que en elcuerpo vives por esencia, amor y deseo? Y ya que esto no fuesecausa para que salieses del cuerpo de esta muerte (Rm. 7, 24) paragozar y vivir la vida de tu Dios, cmo todava puedes perseveraren el cuerpo, pues son bastantes solo por s para acabarte la vidalas heridas que recibes de amor de las grandezas que se tecomunican de parte del Amado, y del vehemente amor que te causalo que de l sientes y entiendes, que son toques y heridas que deamor matan? Sguese el verso:

    Mas cmo perseveras,oh vida! no viviendo donde vives?

    2. Para cuya inteligencia es de saber que el alma ms vive en loque ama que en el cuerpo donde anima, porque en el cuerpo ellano tiene su vida, antes ella la da al cuerpo, y ella en lo que amavive. Pero allende de esta vida de amor, por el cual vive el alma encualquiera cosa que ama, natural y radicalmente tiene el alma suvida en Dios, como tambin todas las cosas criadas, segn aquelloque dice san Pablo (Act. 17, 28): In ipso vivimus, movemur etsumus, que es tanto como decir: En Dios tenemos nuestra vida ynuestro movimiento y nuestro ser. Y san Juan (Jn 1, 3-4) dice: Quodfactum est, in ipso vita erat, esto es: Todo lo que fue hecho, era vidaen Dios. Y como el alma ve que tiene su vida natural en Dios por elser que en l tiene, y tambin su vida espiritual por el amor con quele ama, qujase porque persevera todava en vida corporal, porquela impide de vivir de veras donde de veras tiene su vida por esenciay por amor, como habemos dicho. En lo cual es grande elencarecimiento que el alma aqu hace, porque da a entender quepadece en dos contrarios, que son: vida natural en cuerpo y vidaespiritual en Dios, que son contrarias en s; y, viviendo ella enentrambas, por fuerza ha de tener gran tormento, pues la vidanatural le es a ella como muerte, pues la priva de la espiritual en

  • que ella tiene empleado todo su ser, vida y operaciones por el amory el afecto.

    Y para dar ms a entender el rigor de esta vida, dice luego:

    Y haciendo porque mueraslas flechas que recibes.

    3. Como si dijera: y dems de lo dicho, cmo puedes perseveraren el cuerpo, pues por s solo bastan a quitarte la vida los toques deamor (que eso entiende por flechas) que en tu corazn hace elAmado? Los cuales toques de tal manera fecundan el alma y elcorazn de inteligencia y amor de Dios que se puede bien decir queconcibe de Dios, segn lo que dice en el verso siguiente, es asaber:

    De lo que del Amado en ti concibes,

    4. es a saber, de la hermosura, grandeza y sabidura y virtudes quede l entiendes.

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    CANCIN 9

    Por qu, pues has llagadoaqueste corazn, no le sanaste?Y, pues me le has robado,por qu as le dejaste,y no tomas el robo que robaste?

    DECLARACIN

    1. Vuelve en esta cancin a hablar con el Amado con la querella desu dolor; porque el amor impaciente (cual aqu muestra tener elalma) no sufre algn ocio ni da descanso a su pena, proponiendode todas maneras sus ansias hasta hallar el remedio. Y como se vellagada y sola, no teniendo otro ni otra medicina sino a su Amado,que es el que la llag, dcele que, pues l llag su corazn con elamor de su noticia, que por qu no le ha sanado con la vista de supresencia; y que, pues l se le ha tambin robado por el amor con

  • que la ha enamorado, sacndosele de su propio poder, que por qule ha dejado as, es a saber, sacado de su poder (porque el queama ya no posee su corazn, pues lo ha dado al Amado) y no le hapuesto de veras en el suyo, tomndole para s en entera y acabadatransformacin de amor en gloria. Dice, pues:

    Por qu, pues has llagadoaqueste corazn, no le sanaste?

    2. No se querella porque la haya llagado, porque el enamorado,cuanto ms herido, est ms pagado; sino que, habiendo llagado elcorazn, no le san acabndole de matar. Porque son las heridasde amor tan dulces y tan sabrosas que, si no llegan a morir, no lapueden satisfacer; pero sonle tan sabrosas, que querra la llagasenhasta acabarla de matar. Y por eso dice: Por qu, pues hasllagado aqueste corazn, no le sanaste? Como si dijera: por qu,pues le has herido hasta llagarle, no le sanas, acabndole de matarde amor? Pues eres t la causa de la llaga en dolencia de amor, st la causa de la salud en muerte de amor; porque, de esta manera,el corazn que est llagado con el dolor de tu ausencia, sanar conel deleite y gloria de tu dulce presencia. Y aade, diciendo:

    Y, pues me le has robadopor qu as le dejaste?

    3. Robar no es otra cosa que desaposesionar del robo a su dueo yaposesionarse de ello el robador. Esta querella, pues, propone aquel alma al Amado, diciendo que, pues l ha robado su corazn ysacdolo de su poder y posesin, que por qu le ha dejado as, sinponerle de veras en la suya, tomndole para s, como hace elrobador al robo que rob, que de hecho se le lleva.

    4. Por eso el que est enamorado se dice tener el corazn robado oarrobado de aquel a quien ama, porque le tiene fuera de s, puestoen la cosa amada; y as no tiene corazn para s, sino para aquelloque ama. De donde podr bien conocer el alma si ama a Dios o no;porque, si le ama, no tendr corazn para s, sino para Dios, porquecuanto ms le tiene para s, menos le tiene para Dios.

    5. Y verse ha si el corazn est bien robado en si trae ansias por elAmado o no gusta de otra cosa sino de l, como aqu muestra elalma. La razn es porque el corazn no puede estar en paz ysosiego sin posesin; y, cuando est aficionado, ya no tiene

  • posesin de s ni de alguna otra cosa; y si tampoco posee de veraslo que ama, no le puede faltar fatiga hasta que lo posea; porquehasta entonces est el alma como el vaso vaco que espera el lleno,y como el hambriento que desea el manjar, y como el enfermo quegime por la salud, y como el que est colgado en el aire, que notiene en qu estribar; de esta misma manera est el coraznenamorado. Lo cual sintiendo aqu el alma por experiencia, dice:Por qu as le dejaste, es a saber: vaco, hambriento, solo, llagadoy enfermo de amor, suspenso en el aire,

    y no tomas el robo que robaste?

    6. Conviene a saber: para henchirle y hartarle y acompaarle ysanarle, dndole asiento y reposo cumplido en ti.

    No puede dejar de desear el alma enamorada la paga y salario desu amor, por el cual salario sirve al Amado, porque, de otra manera,no sera verdadero amor. El cual salario y paga no es otra cosa, niel alma puede querer otra, sino ms amor, hasta llegar a estar enperfeccin de amor, el cual no se paga sino de s mismo, segn lodio a entender el profeta Job (Jb 7, 2) por estas palabras, diciendo:Sicut cervus desiderat umbram, et sicut mercenarius praestolaturfinem operis sui, sic et ego habui menses vacuos, et nocteslaboriosas enumeravi mihi. Si dormiero, dicam: quando consurgam?Et rursum expectabo vesperam, et replebor doloribus usque adtenebras, que quiere decir: Como el ciervo desea la sombra y comoel mercenario espera el fin de su obra, as yo tambin tuve losmeses vacos y contaba las noches trabajosas y prolijas para m. Sime acostare a dormir, dir: cundo llegar el da en que melevantar? Y luego volver a esperar la tarde, y ser lleno dedolores hasta las tinieblas de la noche. De esta manera, el almaque anda estuando encendida en amor de Dios, desea elcumplimiento y perfeccin del amor para tener all cumplidorefrigerio. Como el ciervo fatigado del esto desea el refrigerio de lasombra, y como el mercenario espera el fin de su obra, espera el finel alma de la suya.

    Donde es de notar que no dijo el profeta Job que el mercenarioesperaba el fin de su trabajo, sino el fin de su obra, para dar aentender lo que vamos diciendo, es a saber: que el alma que amano espera el fin de su trabajo, sino el fin de su obra; porque su obraes amar, y de esta obra, que es amar, espera ella el fin y remate,que es la perfeccin y cumplimiento de amar a Dios, al cual hasta

  • que llegue, siempre est el alma de la figura que en la dichaautoridad se pinta Job, teniendo los das y los meses por vacos ylas noches por trabajosas y prolijas.

    En lo dicho queda dado a entender cmo el alma que ama a Diosno ha de pretender ni esperar otra cosa de l sino la perfeccin delamor.

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    CANCIN 10

    Apaga mis enojos,pues que ninguno basta a deshacellos;y vante mis ojos,pues eres lumbre dellos,y slo para ti quiero tenellos.

    DECLARACIN

    1. Prosigue, pues, en la presente cancin pidiendo al Amado quieraya poner trmino a sus ansias y penas, pues no hay otro que bastepara hacerlo sino slo l; y que sea de manera que le puedan verlos ojos de su alma, pues slol es la luz en que ellos miran, y ella no los quiere emplear en otracosa sino slo en l, diciendo:

    Apaga mis enojos.

    2. Tiene una propiedad la concupiscencia del amor, como quedadicho, que todo lo que no hace o dice o conviene con aquello queama la voluntad, la cansa, fatiga y enoja y la pone desabrida, noviendo cumplirse lo que ella quiere. Y a esto y a las fatigas quetiene por ver a Dios llama aqu enojos, los cuales ninguna cosabasta para deshacerlos, sino la posesin del Amado. Por lo cualdice que los apague l con su presencia, refrigerndolos todos,como hace el agua fresca al que est fatigado del calor, que poreso usa aqu de este vocablo apaga, para dar a entender que ellaest padeciendo con fuego de amor.

    Pues que ninguno basta a deshacellos.

  • 3. Para mover y persuadir ms el alma a que cumpla su peticin elAmado, dice que pues otro ninguno sino l basta a satisfacer sunecesidad, que sea l el que apague sus enojos. Donde es de notarque entonces est Dios bien presto para consolar al alma ysatisfacer en sus necesidades y penas, cuando ella no tiene nipretende otra satisfaccin y consuelo fuera de l. Y as, el alma queno tiene cosa que la entretenga fuera de Dios, no puede estarmucho sin visitacin del Amado.

    Y vante mis ojos,

    4. esto es, vate yo cara a cara con los ojos de mi alma,

    pues eres lumbre dellos.

    5. Allende de que Dios es lumbre sobrenatural de los ojos del alma,sin la cual est en tinieblas, llmale aqu tambin el alma por aficinlumbre de sus ojos, al modo que el amante suele llamar al que ama,para significar el amor que le tiene, lumbre de sus ojos. Y as escomosi dijera en los dos versos sobredichos: pues los ojos mos notienen otra lumbre, ni por naturaleza ni por amor vante mis ojos,pues de todas maneras eres lumbre de ellos. Esta lumbre echabamenos David (Sal 37, 11) cuando con lstima deca: Lumenoculorum meorum, et ipsum non est mecum, que quiere decir: Lalumbre de mis ojos, aun sa no est conmigo.

    Y slo para ti quiero tenellos,

    6. En el verso pasado ha dado a entender el alma cmo sus ojosestarn en tinieblas no viendo a su Amado, pues slo l es lumbrede ellos, en que le obliga a darle esta lumbre de gloria. Y en elpresente verso le quiere ms obligar, diciendo que no los quieretener para otra alguna cosa que para l. Porque, as comojustamente es privada de esta divina lumbre el alma que quiereponer los ojos de su voluntad en otra su lumbre de propiedad dealguna cosa fuera de Dios, por cuanto pone impedimento pararecibirla, as tambin congruamente merece que se le d al almaque a todas las cosas cierra los dichos sus ojos, para abrirlos slo asu Dios.

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  • CANCIN 11

    Oh cristalina fuente,si en esos tus semblantes plateadosformases de repentelos ojos deseados,que tengo en mis entraas dibujados!

    DECLARACIN

    1. Como con tanto deseo desea el alma la unin del Esposo y veque no halla remedio ni medio alguno en todas las criaturas,vulvese a hablar con la fe (como la que ms al vivo le ha de darluz de su Amado) tomndola por medio para esto; porque, a laverdad, no hay otro por donde se venga a la verdadera unin deDios, segn por Oseas (Os 2, 20) lo da a entender el Esposo,diciendo: Yo te desposar conmigo en fe. Y dcele con gran deseo:Oh fe de mi Esposo Cristo, si las verdades que has infundido de miAmado en mi alma con oscuridad y tiniebla las manifestases ya conclaridad, de manera que lo que contienes en fe, que son noticiasinformes, las mostrases y descubrieses, apartndote de ellas,formada y acabadamente de repente, volvindolo en manifestacinde gloria! Dice, pues, el verso:

    Oh cristalina fuente!

    2. Llmala cristalina a la fe por dos cosas: la primera, porque es deCristo su Esposo, y la segunda, porque tiene las propiedades delcristal en ser pura en las verdades y fuerte y clara, limpia de erroresy formas naturales. Y llmala fuente, porque de ella le manan alalma las aguas de todos los bienes espirituales. De donde CristoNuestro Seor, hablando con la Samaritana (Jn. 4, 14), llam fuentea la fe, diciendo que en los que creyesen en l se hara una fuentecuya agua saltara hasta la vida eterna. Y esta agua era el esprituque haban de recibir en su fe los creyentes (Jn. 7, 39).

    Si en esos tus semblantes plateados.

    3. A las proposiciones y artculos que nos propone la fe llamasemblantes plateados. Para inteligencia de lo cual y de los demsversos es de notar que la fe es comparada a la plata en lasproposiciones que nos ensea, y las verdades y sustancias que ens contienen son comparadas al oro; porque esa misma sustancia

  • que ahora creemos vestida y cubierta con plata de fe, habemos dever y gozar en la otra vida al descubierto, y desnudo el oro de la fe.

    De donde David (Sal. 67, 14), hablando de ella dice as: Sidurmiredes entre los dos coros, las plumas de la paloma sernplateadas, y las postrimeras de su espalda sern en el color deloro. Quiere decir que, si cerrremos los ojos del entendimiento a lascosas de arriba y a las de abajo, a lo cual llama dormir en medio,quedaremos slo en fe, a la cual llama paloma, cuyas plumas, queson las verdades que nos dice, sern plateadas; porque en estavida la fe nos las propone oscuras y encubiertas, que por eso lasllama aqu semblantes plateados; pero a la postre de esta fe, queser cuando se acabe la fe por la clara visin de Dios, quedar lasustancia de la fe, desnuda del velo de esta plata, de color como eloro.

    De manera que la fe nos da y comunica al mismo Dios, perocubierto con plata de fe; y no por eso nos le deja de dar en laverdad, as como el que da un vaso de oro plateado, no porquevaya cubierto con plata deja de dar el vaso de oro. De dondecuando la Esposa en los Cantares (Ct 1, 10) deseaba esta posesinde Dios, prometindosela l cual en esta vida se puede, le dijo quele hara unos zarcillos de oro, pero esmaltados con plata. En lo cualle prometi de drsele en fe encubierto.

    Dice, pues, ahora el alma a la fe: Oh, si en esos tus semblantesplateados, que son los artculos ya dichos, con que tienes cubiertoel oro de los divinos rayos, que son los ojos deseados que aadeluego, diciendo:

    formases de repentelos ojos deseados!

    4. Por los ojos entiende, como dijimos, los rayos y verdades divinas,las cuales, como tambin habemos dicho, la fe nos las propone ensus artculos cubiertas e informes. Y as, es como si dijera: Oh, siesas verdades que informe y oscuramente me enseas encubiertasen tus artculos de fe, acabases ya de drmelas clara yformadamente descubiertas en ellos, como lo pide mi deseo! Yllama aqu ojos a estas verdades por la grande presencia que delAmado siente, que le parece la est ya siempre mirando; por lo cualdice:

  • Que tengo en mis entraas dibujados.

    5. Dice que las tiene en sus entraas dibujadas, es a saber, en sualma segn el entendimiento y la voluntad; porque, segn elentendimiento, tiene estas verdades infundidas por fe en su alma. Yporque la noticia de ellas no es perfecta, dice que estn dibujadas;porque as como el dibujo no es perfecta pintura, as la noticia de lafe no es perfecto conocimiento. Por tanto, las verdades que seinfunden en el alma por fe estn como en dibujo, y cuando estn enclara visin, estarn en el alma como perfecta y acabada pintura,segn aquello que dice el Apstol (1 Cor 13, 10), diciendo: Cumautem venerit quod perfectum est, evacuabitur quod ex parte est,que quiere decir: Cuando viniere lo que es perfecto, que es la claravisin, acabarse ha lo que es en parte, que es el conocimiento de lafe.

    6. Pero sobre este dibujo de fe hay otro dibujo de amor en el almadel amante, y es segn la voluntad, en la cual de tal manera sedibuja la figura del Amado, y tan conjunta y vivamente se retrata enl cuando hay unin de amor, que es verdad decir que el Amadovive en el amante y el amante en el Amado; y tal manera desemejanza hace el amor en la transformacin de los amados, quese puede decir que cada uno es el otro y que entrambos son uno.La razn es porque en la unin y transformacin de amor el uno daposesin de s al otro, y cada uno se deja y da y trueca por el otro; yas, cada uno vive en el otro, y el uno es el otro, y entrambos sonuno por transformacin de amor. Esto es lo que quiso dar aentender san Pablo (Gal. 2, 22) cuando dijo: Vivo autem, iam nonego; vivit vero in me Christus, que quiere decir: Vivo yo, ya no yo,pero vive en m Cristo. Porque en decir vivo yo, ya no yo, dio aentender que, aunque viva l, no era vida suya, porque estabatransformado en Cristo, que su vida ms era divina que humana; ypor eso dice que no viva l, sino Cristo en l.

    7. De manera que, segn esta semejanza de transformacin,podemos decir que su vida y la vida de Cristo toda era una vida porunin de amor. Lo cual se har perfectamente en el cielo en divinavida en todos los que merecieren verse en Dios; porque,transformados en Dios, vivirn vida de Dios y no vida suya, aunquesi vida suya, porque la vida de Dios ser vida suya. Y entoncesdirn de veras: Vivimos nosotros, y no nosotros, porque vive Diosen nosotros. Lo cual en esta vida aunque puede ser, como lo era ensan Pablo, no empero perfecta y acabadamente, aunque llegue el

  • alma a tal transformacin de amor que sea matrimonio espiritual,que es el ms alto estado a que se puede llegar en esta vida,porque todo se puede llamar dibujo de amor en comparacin deaquella perfecta figura de transformacin de gloria. Pero cuandoeste dibujo de transformacin en esta vida se alcanza es grandebuena dicha, porque con eso se contenta grandemente el Amado;que por eso, deseando l que le pusiese la Esposa en su almacomo dibujo, le dijo en los Cantares (Ct 8, 6): Ponme como sealsobre tu corazn, como seal sobre tu brazo. El corazn significaaqu el alma, en que en esta vida est Dios como seal de dibujo defe, segn se dijo arriba, y el brazo significa la voluntad fuerte, enque est como seal de dibujo de amor, como ahora acabamos dedecir.

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    CANCIN 12

    Aprtalos, Amado,que voy de vuelo.

    Esposo

    Vulvete, paloma,que el ciervo vulneradopor el otero asomaal aire de tu vuelo, y fresco toma.

    DECLARACIN

    1. En los grandes deseos y fervores de amor, cuales en lascanciones pasadas ha mostrado el alma, suele el Amado visitar asu esposa alta y delicada y amorosamente y con grande fuerza deamor; porque, ordinariamente, segn los grandes favores y ansiasde amor que han precedido en el alma suelen ser tambin lasmercedes y vistas que Dios la hace, grandes. Y como ahora el almacon tantas ansias haba deseado estos divinos ojos, que en lacancin pasada acaba de decir, descubrile el Amado algunosrayos de su grandeza y divinidad, segn ella deseaba; los cualesfueron de tanta alteza y con tanta fuerza comunicados, que la hizosalir de s por arrobamiento y xtasi, lo cual acaece al principio con

  • gran detrimento y temor del natural. Y as, no pudiendo sufrir elexceso en sujeto tan flaco, dice en la presente cancin: Aprtalos,Amado, es a saber, esos tus ojos divinos, porque me hacen volarsaliendo de m a suma contemplacin sobre lo que sufre el natural.Lo cual dice porque le pareca volaba su alma de las carnes, que eslo que ella deseaba; que por eso le pidi que los apartase, convienea saber, dejando de comunicrselos en la carne, en que no lospuede sufrir y gozar como querra, comunicndoselos en el vueloque ella haca fuera de la carne. El cual deseo y vuelo le impidiluego el Esposo, diciendo: Vulvete, paloma, que la comunicacinque ahora de m recibes, an no es de ese estado de gloria que tahora pretendes; pero vulvete a m, que soy a quien t, llagada deamor, buscas, que tambin yo, como el ciervo herido de tu amor,comienzo a mostrarme a ti por tu alta contemplacin, y tomorecreacin y refrigerio en el amor de tu contemplacin. Dice, pues,el alma al Esposo:

    Aprtalos, Amado.

    2. Segn habemos dicho, el alma, conforme a los grandes deseosque tena de estos divinos ojos, que significan la Divinidad, recibidel Amado interiormente tal comunicacin y noticia de Dios, que lahizo decir: Aprtalos, Amado. Porque tal es la miseria del natural enesta vida, que aquello que al alma le es ms vida y ella con tantodeseo desea, que es la comunicacin y conocimiento de su Amado,cuando se le vienen a dar, no lo puede recibir sin que casi le cuestela vida, de suerte que los ojos que con tanta solicitud y ansias y portantas vas buscaba, venga a decir cuando los recibe: Aprtalos,Amado.

    3. Porque es a veces tan grande el tormento que se siente en lassemejantes visitas de arrobamientos, que no hay tormento que asdescoyuntes los huesos y ponga en estrecho al natural; tanto que,si no proveyese Dios, se acabara la vida. Y a la verdad, as leparece al alma por quien pasa, porque siente como desasirse elalma de las carnes y desamparar al cuerpo. Y la causa es porquesemejantes mercedes no se pueden recibir muy en carne, porque elespritu es levantado a comunicarse con el Espritu divino que vieneal alma, y as por fuerza ha de desamparar en alguna manera lacarne. Y de aqu es que ha de padecer la carne y, por consiguiente,el alma en la carne, por la unidad que tienen en un supuesto. Y, portanto, el gran tormento que siente el alma al tiempo de este gnero

  • de visita y el gran pavor que la hace verse tratar por vasobrenatural, la hacen decir: Aprtalos, Amado.

    4. Pero no se ha de entender que, porque el alma diga que losaparte, querra que los apartase, porque aqul es un dicho deltemor natural, como habemos dicho; antes, aunque mucho ms lacostase, no querra perder estas visitas y mercedes del Amado,porque aunque padece el natural, el espritu vuela al recogimientosobrenatural a gozar del espritu del Amado, que es lo que elladeseaba y peda.

    Pero no quisiera ella recibirlo en carne, donde no se puedecumplidamente, sino poco y con pena, mas en el vuelo del espritufuera de la carne, donde libremente se goza; por lo cual dijo:Aprtalos, Amado, es a saber, de comunicrmelos en carne.

    Que voy de vuelo.

    5. Como si dijera: que voy de vuelo de la carne, para que me loscomuniques fuera de ella, siendo ellos la causa de hacerme volarfuera de la carne.

    Y para que entendamos mejor qu vuelo sea ste, es de notar que,como habemos dicho, en aquella visitacin de Espritu divino esarrebatado con gran fuerza el del alma a comunicar con el Espritu,y destituye al cuerpo y deja de sentir en l y de tener en l susacciones, porque las tiene en Dios; que por eso dijo san Pablo (2Cor. 12, 2) que en aquel rapto suyo no saba si estaba su almarecibindole en el cuerpo o fuera del cuerpo. Y no por eso se ha deentender que destituye y desampara el alma al cuerpo de la vidanatural, sino que no tiene sus acciones en l. Y sta es la causa porque en estos raptos y vuelos se queda el cuerpo sin sentido y,aunque le hagan cosas de grandsimo dolor, no siente; porque noes como otros traspasos y desmayos naturales, que con el dolorvuelven en s. Y estos sentimientos tienen en estas visitas los queno han an llegado a estado de perfeccin, sino que van camino enestado de aprovechados, porque los que han llegado, ya tienentoda la comunicacin hecha en paz y suave amor, y cesan estosarrobamientos, que eran comunicaciones que disponan para latotal comunicacin.

    6. Lugar era ste conveniente para tratar de las diferencias deraptos y xtasis y otros arrobamientos y sutiles vuelos de espritu

  • que a los espirituales suelen acaecer; mas porque mi intento no essino declarar brevemente estas canciones, como en el prlogopromet, quedarse ha para quien mejor lo sepa tratar que yo, yporque tambin la bienaventurada Teresa de Jess, nuestra Madre,dej escritas de estas cosas de espritu admirablemente, las cualesespero en Dios saldrn presto impresas a luz. Lo que aqu, pues, elalma dice del vuelo, hase de entender por arrobamiento y xtasi delespritu a Dios. Y dcele luego el Amado:

    Vulvete, paloma.

    7. De muy buena gana se iba el alma del cuerpo en aquel vueloespiritual, pensando que se le acababa ya la vida y que pudieragozarse con su Esposo para siempre y quedarse al descubierto conl; mas atajle el Esposo el paso, diciendo: Vulvete, paloma, comosi dijera: paloma en el vuelo alto y ligero que llevas decontemplacin, y en el amor con que ardes, y simplicidad con quevas (porque estas tres propiedades tiene la paloma); vulvete deese vuelo alto en que pretendes llegar a poseerme de veras, quean no es llegado ese tiempo de tan alto conocimiento, yacomdate a este ms bajo que yo ahora te comunico en este tuexceso, y es:

    Que el ciervo vulnerado.

    8. Comprase el Esposo al ciervo, porque aqu por el ciervoentiende a s mismo. Y es de saber que la propiedad del ciervo essubirse a los lugares altos y, cuando est herido, vase con granpriesa a buscar refrigerio a las aguas fras, y si oye quejar a laconsorte y siente que est herida, luego se va con ella y la regala yacaricia. Y as hace ahora el Esposo, porque, viendo a la esposaherida de su amor, l tambin al gemido de ella viene herido delamor de ella; porque en los enamorados la herida de uno es deentrambos y un mismo sentimiento tienen los dos. Y as, es como sidijera: vulvete, esposa ma, a m, que, si llagada vas de amor dem, yo tambin como el ciervo vengo en esta tu llaga llagado a ti,que soy como el ciervo, y tambin en asomar por lo alto, que poreso dice:

    Por el otero asoma,

    9. esto es, por la altura de tu contemplacin que tienes en esevuelo; porque la contemplacin es un puesto alto por donde Dios en

  • esta vida se comienza a comunicar al alma y mostrrsele, mas noacaba; que por eso no dice que acaba de parecer, sino que asoma,porque por altas que sean las noticias que de Dios se le dan al almaen esta vida, todas son como unas muy desviadas asomadas. Ysguese la tercera propiedad que decamos del ciervo, y es la quese contiene en el verso siguiente:

    Al aire de tu vuelo, y fresco toma.

    10. Por el vuelo entiende la contemplacin de aquel xtasis quehabemos dicho, y por el aire entiende aquel espritu de amor quecausa en el alma este vuelo de contemplacin. Y llama aqu a esteamor, causado por el vuelo, aire harto apropiadamente; porque elEspritu Santo, que es amor, tambin se compara en la divinaEscritura al aire, porque es aspirado del Padre y del Hijo. Y ascomo all es aire del vuelo, esto es, que de la contemplacin ysabidura del Padre y del Hijo procede y es aspirado, as aqu, aeste amor del alma llama el Esposo aire, porque de lacontemplacin y noticia que a este tiempo tiene de Dios le procede.

    Y es de notar que no dice aqu el Esposo que viene al vuelo, sino alaire del vuelo, porque Dios no se comunica propiamente al alma porel vuelo del alma, que es, como habemos dicho, el conocimientoque tiene de Dios, sino por el amor del conocimiento; porque ascomo el amor es unin del Padre y del Hijo, as lo es del alma conDios. Y de aqu es que, aunque un alma tenga altsimas noticias deDios y contemplacin y conociere todos los misterios, si no tieneamor, no le hace nada al caso, como dice san Pablo (1 Cor. 13, 2)para unirse con Dios. Porque, como tambin dice el mismo (Co