objetos metálicos del cerro del bu (toledo) 1

16
CuPAUAM 27, 2001, pp. 7-21 Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1 Jacobo Fernández del Cerro Resúmen En el siguiente trabajo se presentan una serie de materiales metálicos pertenecientes al yacimiento toledano de El Cerro del Bu, uno de los escasos ejemplos excavados de ocupación de carácter permanente la Edad del Bronce en la Cuenca Media del Tajo. Estos objetos ponen de manifiesto el desarrollo en la zona de una metalurgia de carác- ter doméstico, aunque no documentada en el yacimiento, que se ve complementada con la presencia de algunos objetos de prestigio como un puñal con remaches de plata o una cinta de oro que evidencian la existencia de una clase dirigente posiblemente apoyada en el control de los recursos agropecuarios y de las vías de comunicación. Abstract This work presents several metal objets of the Cerro del Bu site. This site is one of the few Bronze Age long-term settlements excavated in the middle Tagus Valley. These materials show the development of a domestic metallurgical production although it is not documented in the site. The discovery of prestige objetcs, such as a rivetted dagger with a silver rivet or a gold strip, indicates the existence of a leading class based on the control of the farming resources and the communication routes. El yacimiento del Cerro del Bu se localiza fren- te al casco histórico de Toledo, en la orilla izquier- da del Tajo (Figura 1). Se trata de una pequeña ele- vación situada sobre el río donde se desarrollaron en los años 80 una serie de excavaciones que se prolongaron durante toda la década y cuyos resul- tados fueron expuestos en el I Congreso de Arqueología de la Provincia de Toledo (de Álvaro y Pereira, 1990). En este yacimiento, con una larga ocupación durante el Bronce Antiguo, se docu- mentaron cabañas de planta circular u oval con zócalo de piedra y paredes y techos de ramaje que se disponían sobre aterrazamientos artificiales rea- lizados mediante muros de mampostería en la ladera meridional del cerro. A partir del estudio de la cerámica del Corte 6 se pueden identificar al menos cuatro fases en el asentamiento: Una primera perteneciente a los momentos iniciales del Bronce Antiguo, relacionada con las dataciones radiocarbónicas realiza- das que proporcionaron fechas muy anti- guas: I-13959: 3970 ± 100 B. P. y I-14416: 3830 ± 100 B. P. (de Álvaro y Pereira, 1990: 205), y que en fechas calibradas se elevan a 2492 y 2315 cal. B. C. (Castro y otros, 1996). El material cerámico no es muy abundante y está caracterizado por la presencia de formas de tendencia esférica y perfiles en S acompañados de algunos vasos carenados (Figura 2). Las decoracio- nes se reducen a cordones, digitaciones e impresiones de punzón sobre el borde, mientras que entre los tratamientos superfi- ciales sobresalen los espatulados. En este paquete estratigráfico se halló un fragmento con decoración tipo Dornajos. La aparición en los niveles superficiales de fragmentos de campaniforme puntillado debe estar relacionada también con este momento. Una segunda etapa correspondiente a una fase evolucionada del Bronce Antiguo, que quizás enlazaría con los inicios del Bronce Medio y a la que debe estar asociado el puñal de remaches. En esta etapa abundan las formas carenadas de diferentes tama- ños, caracterizadas por los acabados bru- ñidos o espatulados (Figura 3), con parale- los en algunos yacimientos madrileños como Tejar del Sastre (Quero, 1982). Las decoraciones no son muy distintas a la fase anterior aunque ahora destacan algunos 1. Agradezco a la doctora Concepción Blasco Bosqued y al doctor Juan Pereira Sieso la ayuda prestada para la realización de este trabajo. Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 7

Upload: others

Post on 26-Jul-2022

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

CuPAUAM 27, 2001, pp. 7-21

Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo)1

Jacobo Fernández del Cerro

Resúmen

En el siguiente trabajo se presentan una serie de materiales metálicos pertenecientes al yacimiento toledano deEl Cerro del Bu, uno de los escasos ejemplos excavados de ocupación de carácter permanente la Edad del Bronceen la Cuenca Media del Tajo. Estos objetos ponen de manifiesto el desarrollo en la zona de una metalurgia de carác-ter doméstico, aunque no documentada en el yacimiento, que se ve complementada con la presencia de algunosobjetos de prestigio como un puñal con remaches de plata o una cinta de oro que evidencian la existencia de unaclase dirigente posiblemente apoyada en el control de los recursos agropecuarios y de las vías de comunicación.

Abstract

This work presents several metal objets of the Cerro del Bu site. This site is one of the few Bronze Age long-termsettlements excavated in the middle Tagus Valley. These materials show the development of a domestic metallurgicalproduction although it is not documented in the site. The discovery of prestige objetcs, such as a rivetted dagger witha silver rivet or a gold strip, indicates the existence of a leading class based on the control of the farming resourcesand the communication routes.

El yacimiento del Cerro del Bu se localiza fren-te al casco histórico de Toledo, en la orilla izquier-da del Tajo (Figura 1). Se trata de una pequeña ele-vación situada sobre el río donde se desarrollaronen los años 80 una serie de excavaciones que seprolongaron durante toda la década y cuyos resul-tados fueron expuestos en el I Congreso deArqueología de la Provincia de Toledo (de Álvaroy Pereira, 1990). En este yacimiento, con una largaocupación durante el Bronce Antiguo, se docu-mentaron cabañas de planta circular u oval conzócalo de piedra y paredes y techos de ramaje quese disponían sobre aterrazamientos artificiales rea-lizados mediante muros de mampostería en laladera meridional del cerro.

A partir del estudio de la cerámica del Corte6 se pueden identificar al menos cuatro fases enel asentamiento:

• Una primera perteneciente a los momentosiniciales del Bronce Antiguo, relacionadacon las dataciones radiocarbónicas realiza-das que proporcionaron fechas muy anti-guas: I-13959: 3970 ± 100 B. P. y I-14416:3830 ± 100 B. P. (de Álvaro y Pereira,1990: 205), y que en fechas calibradas seelevan a 2492 y 2315 cal. B. C. (Castro y

otros, 1996). El material cerámico no esmuy abundante y está caracterizado por lapresencia de formas de tendencia esférica yperfiles en S acompañados de algunosvasos carenados (Figura 2). Las decoracio-nes se reducen a cordones, digitaciones eimpresiones de punzón sobre el borde,mientras que entre los tratamientos superfi-ciales sobresalen los espatulados. En estepaquete estratigráfico se halló un fragmentocon decoración tipo Dornajos. La apariciónen los niveles superficiales de fragmentosde campaniforme puntillado debe estarrelacionada también con este momento.

• Una segunda etapa correspondiente a unafase evolucionada del Bronce Antiguo, quequizás enlazaría con los inicios del BronceMedio y a la que debe estar asociado elpuñal de remaches. En esta etapa abundanlas formas carenadas de diferentes tama-ños, caracterizadas por los acabados bru-ñidos o espatulados (Figura 3), con parale-los en algunos yacimientos madrileñoscomo Tejar del Sastre (Quero, 1982). Lasdecoraciones no son muy distintas a la faseanterior aunque ahora destacan algunos

1. Agradezco a la doctora Concepción Blasco Bosqued yal doctor Juan Pereira Sieso la ayuda prestada para larealización de este trabajo.

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 7

Page 2: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

8 Jacobo Fernández del Cerro CuPAUAM 27, 2001

Figura 1.- Plano de localización del Cerro del Bu.

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 8

Page 3: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

CuPAUAM 27, 2001 Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 9

Figura 2.- Cerámica. Primera fase del yacimiento.

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 9

Page 4: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

10 Jacobo Fernández del Cerro CuPAUAM 27, 2001

Figura 3.- Cerámica. Segunda fase del yacimiento

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 10

Page 5: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

cordones digitados aplicados formandocírculos o ramificaciones.

• Una tercera etapa escasamente representa-da que se podría encuadrar en el HierroAntiguo (siglo VIII-VII a. C.) con algunoselementos que recuerdan a Cogotas I y alos Campos de Urnas. Las carenas se sua-vizan y presentan un menor diámetro quelas bocas de los recipientes. Aparecen losacabados escobillados en la cerámicamenos cuidada y los espatulados dominanentre la cerámica fina. Encontramosmamelones perforados, decoraciones dehoyitos digitados, algún fragmento acana-lado, cordones impresos y zigzags incisos.

• Una cuarta fase medieval islámica datableen el siglo X d. C., momento en el que seconstruye una pequeña fortificación sobrela parte superior del cerro.

PANORAMA GENERAL DE LA METALURGIAEN LA MESETA SUR EN EL BRONCE ANTI-GUO Y MEDIO

La importancia de la metalurgia en la MesetaSur va a ser considerada como secundaria ya quese trata una producción escasa y no especializada(Fernández Posse y otros, 1999: 218). Esta zonase encuentra en la Edad del Bronce en un niveltecnológico muy similar a otras regiones penin-sulares a pesar de la tradicional visión de ser unaregión marginal de los grandes centros de pro-ducción de metal (Blasco y Rovira, 1992-1993:398). Estamos ante una metalurgia de pequeñaescala destinada a satisfacer las necesidadesdomésticas. La producción se centra en piezas depequeño tamaño y morfología sencilla con finesutilitarios.

Durante el Calcolítico precampaniforme losobjetos metálicos son excepcionales, aparecenformando parte de ajuares funerarios de perso-najes de alto rango y no está comprobada su uti-lización en ambientes domésticos.

Los primeros elementos contextualizados queevidencian actividad metalúrgica en la CuencaMedia del Tajo se encuentran asociados alHorizonte Campaniforme. En esta etapa sepuede encuadrar el yacimiento madrileño de ElVentorro donde se han recuperado crisoles, vasi-jas horno y goterones de fundición, así como eltoledano yacimiento de El Guijo donde se hallóun fragmento de crisol con adherencias de cobre(Rojas y Rodríguez, 1990: 175). Algunos investi-gadores hablan de generalización de la metalur-gia durante esta etapa al aumentar el número depiezas y tener un mejor conocimiento de su pro-

ceso de fabricación (Blasco y Rovira, 1992-1993:401).

Durante el Bronce Antiguo se conserva la tra-dición metalúrgica campaniforme en el trabajoexclusivo del cobre y en la tipología de las piezas(Blasco y otros, 1995 a: 116). Es común en estasprimeras etapas, la aparición de cobres arsenica-les propios de la Península Ibérica durante elCalcolítico y Bronce Antiguo.

A partir del Bronce Pleno encontramos losprimeros bronces binarios asociados a cerámicaslisas, como en Tejar del Sastre y La Loma delLomo, y a contextos protocogotas, como en elCaserío de Perales, donde también se han halla-do indicios de actividad metalúrgica (Blasco yotros, 1995 a: 118). Esta prematura metalurgia deBronce que se da en los grupos protocogotas, hallevado a proponer la hipótesis de que éstospudieron introducir el bronce entre los fundido-res del Sur, que ya habían logrado espectacularesproducciones en cobre destinadas a obtener ele-mentos de prestigio, mientras que los pequeñostalleres meseteños estaban especializados en laproducción de sencillos objetos de uso cotidianode gran calidad con fines únicamente funcionales(Blasco y Rovira, 1992-1993: 402). Esta sospechase ve reforzada por la confirmación de que ladifusión de la aleación de bronce se produce deNorte a Sur tardando al menos dos siglos enextenderse desde el tercio Norte, al resto delterritorio peninsular (Fernández Miranda y otros,1995: 58). Estos primeros bronces con bajo con-tenido en estaño (<10%) aparecerán en Navarra,Galicia y el Valle del Ebro en torno al primercuarto del II milenio a. C, llegando a la CuencaMedia del Tajo probablemente a partir del 1500a. C. En La Loma del Lomo (Guadalajara) serecuperó un punzón de bronce en un contextoque se puede fechar en 1420 ±100 a. C.(Fernández Miranda y otros, 1995: 64) y, encua-drados en la fase protocogotas del Caserío dePerales (Madrid), también se han hallado ele-mentos realizados en bronces binarios con unapresencia de estaño entre el 8 y el 20 % que hansido fechados en 1629 cal. B.C. (Blasco y otros,1995 b).

El proceso de adopción del bronce es muylento y se ha justificado por la existencia de gru-pos culturales intermedios que actúan como fil-tros de las novedades. A juzgar por los datos dis-ponibles, cuando en el Valle del Tajo ya se haconsolidado la aleación cobre-estaño, LaMancha, la costa Levantina, el Sureste y lasBaleares presentan una total ausencia de signosmetálicos modernos, lo que evidencia un ciertoaislamiento tecnológico (Fernández Miranda yotros, 1995: 67). Este aislamiento quizá se debe al

CuPAUAM 27, 2001 Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 11

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 11

Page 6: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

12 Jacobo Fernández del Cerro CuPAUAM 27, 2001

carácter esporádico y a la baja intensidad de loscontactos con la Meseta central y septentrional yla zona Norte de la Península.

Es posible que la adición de estaño esté enfunción de las disponibilidades, no dependiendotanto de las mejoras que aporta la aleación. Elhecho de que los bronces más ricos aparezcan enlas zonas con recursos propios de estaño pareceavalar esta hipótesis (Fernández Miranda y otros,1995: 66).

LOS RECURSOS MINERALES

Se conocen escasos testimonios de mineríaprehistórica en toda la Península Ibérica por loque la mayoría de los estudios se han centrado enla potencialidad de las diferentes regiones.

En la Meseta Sur parece darse una disposi-ción periférica de los recursos de cobre concen-trados en los rebordes montañosos de la penilla-nura (Fernández Posse y otros, 1999: 221). Elproblema que se debió dar en la Edad delBronce por la relativa lejanía de los recursosminerales de cobre, parece perfectamente supe-rable más aún cuando hay documentados largosdesplazamientos para la obtención de materiasprimas destinadas a la fabricación de instrumen-tos líticos y si tenemos en cuenta, además, elpequeño volumen de mineral que requeriría laproducción metalúrgica en estos momentos(Fernández Posse y otros, 1999: 221). Hay queseñalar que en estas primeras etapas metalúrgi-cas, las actividades de reducción del mineral decobre se suelen realizar en los poblados hastadonde se transporta el mineral en bruto(Montero, 1992: 194). El hallazgo de un metapo-dio de buey deformado en la excavación delSector III de Getafe (Blasco y Barrio, 1986) hasido interpretado como una evidencia de su utili-zación como animal de carga, sistema que pudoser el empleado en el área madrileña para el tras-lado de materias primas como el granito o elmineral de cobre varias decenas de kilómetrosdesde el lugar de aprovisionamiento en la Sierra,hasta los asentamientos situados en las terrazasbajas de los ríos (Blasco y Rovira, 1992-1993:401).

En el área toledana, Ruiz Taboada y Monterodudan de la existencia de un sistema de inter-cambio aplicable a los metales en la Edad delBronce (Ruiz Taboada y Montero, 2000: 364).Estos autores prefieren proponer una movilidada pequeña escala de los grupos de esta zona rela-cionada con una trashumancia de corto alcanceque propiciase desplazamientos de hasta 40 kiló-metros, aprovechados para el aprovisionamientode metal o piedra.

La Provincia de Toledo posee una enormeriqueza minera, en especial la zona Sur de laProvincia, ocupada por las estribaciones septen-trionales de los Montes de Toledo (Montero yotros, 1990). Sin embargo, pese a esta relativaconcentración de mineral de cobre, se han reba-tido las hipótesis que consideraban a Los Montesde Toledo como un importante centro de pro-ducción de metal durante la Edad del Bronce(Ruiz Taboada y Montero, 2000: 357). El mode-lo que propone Montero (1992) para explicar lametalurgia del Sureste peninsular durante elBronce Antiguo y Pleno, es aplicable perfecta-mente en la Cuenca Media del Tajo donde lametalurgia sería una actividad secundaria desdeel punto de vista económico. Pese a ser una pro-ducción de carácter doméstico, pudo producirsealgún intercambio de objetos aunque lejos dealcanzar una producción comercializada.

En los Montes de Toledo son comunes lasmineralizaciones complejas de cobre en las queaparece asociado con otros metales como el esta-ño o el bismuto. La comparación de la composi-ción de los minerales disponibles con la de lasmanufacturas puede ofrecer datos sobre la pro-cedencia de la mena de cobre utilizada, sobretodo cuando la simplicidad tecnológica facilitaque el metal conserve mejor el cuadro de impu-rezas del mineral de partida (Blasco y Rovira,1992-1993: 406). Pero también hay que tener encuenta el comportamiento en el proceso de pro-ducción de muchos elementos presentes en lacomposición del cobre metálico, que puede cam-biar al ser sometido a aumentos de temperaturay tratamientos mecánicos (Fernández Posse yotros, 1999: 223).

En el Cerro del Bu no se conoce ningún datoacerca de los procesos de extracción y de las acti-vidades de transformación y producción de loselementos metálicos y no se ha hallado hasta elmomento ningún resto u objeto utilizado en elproceso como crisoles o vasijas horno donde serealizaba la reducción del mineral, ambos biendocumentados en el área madrileña (Rovira yMontero, 1994). Únicamente el hallazgo de unabolita de metal (Figura 6.3) en los niveles corres-pondientes a la segunda fase del yacimiento sepuede relacionar con la práctica de operacionesde fundición de cobre. En la provincia de Toledo,además del fragmento de crisol antes menciona-do de El Guijo, se han hallado restos de fundiciónen Silos de La Atalaya y fragmentos de vasija-horno en El Fontarrón (Montero, 2001: 284).

LOS MATERIALES

La totalidad de las piezas que se exponen a

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 12

Page 7: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

continuación proceden de las excavaciones reali-zadas en el Cerro del Bu. Sin embargo, no todasse pueden situar en un contexto claro, ya quemuchas de ellas aparecen en los niveles superfi-ciales o en otros revueltos junto a materiales delHierro I. La primera etapa del yacimiento,correspondiente a un primer momento delBronce Antiguo, presenta un punzón comoúnico elemento contextualizado (Figura 5.2), y,como veremos, la mayoría de los hallazgos sepodrían adscribir a la segunda fase del mismo. Antes de comenzar la descripción de las piezashay que señalar que la utilización de elementostipológicos como criterio de datación se enfrentaal problema de la perduración y coexistencia detipos que impide asignar intervalos cronológicosfiables (Fernández Miranda y otros, 1995: 59).También hay que tener en cuenta al establecerparalelos tipológicos que resulta difícil aplicar enun área periodizaciones de otras zonas donde lasmanufacturas se encuadran y funcionan deforma más ajustada.

El puñal (Figura 4)

El puñal del cerro del Bu tiene una longitudde 15 cm y una anchura media de 1, 5 cm en elextremo distal y 2,2 cm en la zona de enmangue.

Esta última, muestra una forma ligeramente con-vexa donde se disponen formando un triángulotres remaches, de los cuales se conserva uno rea-lizado en plata y el inferior realizado en cobre,mientras que del otro, perdido, se mantiene laperforación circular fracturada donde se alojaba.Los remaches presentan una cabeza circularplana y un vástago de sección también circular.Los filos son casi paralelos, la punta redondeaday la hoja presenta una sección lenticular aplana-da. No se observan huellas ni restos del enman-gue orgánico que debió cubrir el extremo proxi-mal de la pieza. La hoja se conserva en buenestado gracias al tratamiento de restauraciónrealizado, aunque la punta está ligeramentedoblada. Los filos no presentan huellas de utili-zación a simple vista, aunque se encuentran algodentados posiblemente debido a procesos post-deposicionales.

Este tipo de puñal de hoja tan estilizada no esmuy común y son escasos los paralelos encontra-dos, ninguno de ellos en la Meseta. Aparece aso-ciado a contextos argáricos avanzados como enPeñalosa (Moreno Onorato, 2000: 204) con unacronología entre 2042 y 1690 cal. B.C.Encontramos, también en el valle delGuadalquivir, un puñal muy similar, aunque algomayor (23 cm de longitud), en una sepultura del

CuPAUAM 27, 2001 Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 13

Figura 4.- Puñal de remaches.

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 13

Page 8: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

14 Jacobo Fernández del Cerro CuPAUAM 27, 2001

estrato XIV de Setefilla (Lora del Rio, Sevilla)perteneciente a una fase de transición entre elBronce Antiguo y Pleno del yacimiento y que haproporcionado la fecha de 1859 cal. ane. (Aubet ySerna, 1981: 243; Castro y otros, 1996). Aubet ySerna identifican el puñal de Setefilla con el TipoI de Blance (puñales largos asociados a enterra-mientos en pithos característicos del Argar b)aunque la disposición triangular de los remaches,y la placa de enmangue lo relacionen con puña-les del tipo III algo más antiguos (Aubet y Serna,1981: 243; Blance, 1971: 124-125, lam. 23, nº 4).Estas piezas son características del Alto Alentejoy Huelva en el Bronce Medio (Aubet y Serna,1981: 244).

Quizás el puñal del Cerro del Bu deba serconsiderado como una pieza fabricada fuera delasentamiento. Los objetos metálicos encontradosen otros yacimientos de la Cuenca Media delTajo asociados al Horizonte de Cerámicas Lisasdonde se ha evidenciado actividad metalúrgica,no pasan de ser útiles de pequeño tamaño y sen-cilla elaboración, fabricados posiblemente en elámbito doméstico (Blasco y otros, 1995 a: 120).El Cerro del Bu no ha proporcionado hasta elmomento restos que nos permitan afirmar laexistencia de una producción local de elementosmetálicos y menos aún de objetos que requierencierta complejidad en su elaboración como es elcaso de los puñales. Estas piezas se realizaríanmediante fundición en molde bivalvo o enmonovalvo bien perfilado seguido de un trata-miento de forja para rematar la pieza.Probablemente esta forja en frío afectaría sobretodo a los filos para después efectuar un recocidoen la fragua con objeto de recristalizar el metal.Como vemos en su composición, el puñal estárealizado en cobre pero se detecta un bajo con-tenido de estaño en la muestra (Rovira y otros,1997: 377): (Tabla 1).

Se trata por lo tanto de un bronce pobre quehace dudar de la intencionalidad de esta alea-ción. El pequeño porcentaje de estaño apenasmodifica las cualidades mecánicas del cobre, sinembargo, el hecho de que la mayoría de elemen-tos de bronce en el mundo argárico se concen-

tren sobre elementos de adorno hace que el inte-rés por la nueva aleación se centre más en suvalor como elemento de prestigio despreciandolas cualidades físicas del nuevo metal. Tal vez,como afirma Montero (1994: 259), el valor de laaleación se manifestaba externamente en el colormás dorado de las piezas de bronce, aunque estesólo es apreciable si el contenido de estaño supe-ra el 10% por lo que esta explicación no es apli-cable a la pieza del Bu.

La presencia de estaño en las mineralizacio-nes es capaz de proporcionar bronces naturales,sobre todo si tenemos en cuenta que en algunoscasos en los enclaves cupríferos toledanos puedealcanzar el 15% y a menudo intervalos del 3 y el7 % (Montero y otros, 1990). Sin embargo, la tec-nología de reducción del mineral haría difícil laretención del estaño por las condiciones y la bajatemperatura alcanzada en el proceso, inferiorsiempre a los 1000 º C (Rovira y Montero, 1994:167).

Su tipología, el hecho de haberse hallado enlos niveles superiores y la presencia de estaño ensu composición, aunque sea en un bajo porcen-taje, parecen indicarnos su pertenencia a unmomento avanzado del yacimiento, quizás ya enel Bronce Medio.

La presencia de un remache de plata indicaque nos hallamos ante un elemento de prestigio,sobre todo si tenemos en cuenta la rareza de estemetal que, aunque aparece con más frecuenciaque el oro, está escasamente representado en laMeseta Sur. El empleo de remaches de plata esrelativamente común en los puñales argáricosdel Sureste, aunque también se han encontradoen la Espada de Puertollano (Ciudad Real) o enun brazal de arquero de la Morra del Quintanar(Albacete) (Montero, 2001: 285).

Los puñales aparecen desde el Campanifor-me formando parte de ajuares funerarios perte-necientes a personajes destacados y son bastantefrecuentes en todo el cuadrante Sureste peninsu-lar durante la Edad del Bronce. En la CuencaMedia del Tajo no son comunes las armas comoobjetos de prestigio. Una de las escasas piezas de

Puñal Remaches Inventario: CBU 86. 6. 7 Nº Análisis: A-4321.1

Fe Ni Cu Zn As Ag Sn Sb Pb Bi Au

0.178 nd 96.52 nd nd 0.017 2.521 0.090 nd nd --

Tabla 1

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 14

Page 9: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

CuPAUAM 27, 2001 Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 15

Figura 5.- Punzones de bronce.

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 15

Page 10: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

16 Jacobo Fernández del Cerro CuPAUAM 27, 2001

este tipo, encontrada en el área madrileña, es laespada de la Perla (Blasco y otros, 2001). Se tratade un hallazgo descontextualizado aunque posi-blemente asociado a un hábitat del BronceClásico, al haberse encontrado muy cerca delyacimiento de Tejar del Sastre, por lo que podríaser sincrónica a la pieza del Bu. En este caso, laexcepcionalidad de la pieza no está en la calidaddel material en el que está fabricada, cobre arse-nicado, sino en la cantidad de metal empleado yaque su peso es de 723 gramos, un volumen variasveces mayor que el total recuperado en nuestroyacimiento.

Punzones

Se han hallado un total de cinco punzonescompletos (Figura 5.1-4), además de dos puntas(Figuras 5.6 y 6.1) y dos fragmentos de vástago(Figuras 5.7 y 6.4) pertenecientes a piezas frag-mentadas.

La mayoría es sección cuadrada o rectangu-lar, excepto uno de ellos que presenta el extremoactivo de sección circular (Figura 5.3). Los pun-zones con sección circular en la punta y cuadra-da en la base son relativamente abundantes en laEdad del Bronce. Son habituales en elCampaniforme y su morfología parece estar enrelación directa con el sistema de enmangue(Delibes, 1977: 112). Destaca también un punzónbiapuntado de sección cuadrada (Figura 5. 4).Este tipo es uno de los elementos más comunesentre los objetos metálicos aparecidos en lugaresde hábitat de la Edad del Bronce.

Los estudios metalográficos han proporciona-do interesantes datos sobre el proceso de fabri-cación de estas piezas. Un primer paso sería lafundición a molde, seguido de la forja en frío delproducto de esa fundición mediante martilleadopara endurecer el metal y, en ocasiones, se fina-

lizaría mediante un recocido térmico para elimi-nar la fragilidad de la pieza (Rovira y Gómez,1994: 376). En el caso del Cerro del Bu, se reali-zó una metalografía de uno de los punzones quereveló el método de elaboración del mismo(Rovira y Gómez, 1994: 383): (Tabla 2).

Su composición fue analiaza por el proyectoArqueometalúrgico de la Península Ibérica(Rovira y otros, 1997: 377): (Tabla 3).

El punzón está realizado en cobre arsenicado,dando un porcentaje de arsénico muy superior alresto de objetos de cobre hallados en la provin-cia, en los que se aprecia una baja concentraciónde este elemento quizá explicado por su escasapresencia en los minerales de cobre de losMontes de Toledo (Ruiz Taboada y Montero,2000: 361). Los distintos investigadores admitenque estos cobres arsenicales son aleaciones acci-dentales debidas a la falta de control sobre lascondiciones de trabajo metalúrgico.

Este tipo de punzones muchas veces conser-van restos de acanaladuras en su base destinadosa albergar el enmangue que se ha conservado enalgún caso (Hernández y otros, 1994: 86).

Otro tipo de punzón hallado en el yacimientoes el doble losángico (Figura 5.5). Esta pieza,hallada en los niveles correspondientes a lasegunda fase del yacimiento, tiene una longitudde 5,5 cm y una anchura máxima de 8 mm.Presenta una forma romboidal y simétrica condos extremos activos, bordes rectilíneos y sec-ción rectangular. El ensanchamiento no se pro-duce en la mitad de la pieza sino que está des-plazado hacia uno de sus vértices por lo que unode sus extremos está más aguzado que el otro.

Se podría encuadrar en el tipo I de la clasifi-cación que plantea Roudil para los punzoneslosángicos del Languedóc oriental, siendo el tipomás común en el Sur de Francia (Roudil, 1972:55). Este grupo, en el que se pueden situar lamayoría de los escasos ejemplares peninsulares,posee una longitud entre 30 y 60 mm y es, segúnalgunos autores, el modelo más antiguo, anteriorTabla 2

Tabla 3

Tratamiento Zona analizada

Fundición + Forja en frío Talón

Punzón sección rectangular Inventario: CB 80 Nº Análisis: AA0789

Fe Ni Cu Zn As Ag Sn Sb Pb Bi Au

0.028 0.043 94.45 0.167 4.020 0.001 0.021 0.003 nd Nd --

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 16

Page 11: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

a otros evolucionados con perfiles cóncavos ysecciones elípticas (Pérez Arrondo y López deCalle, 1986: 143).

Los punzones losángicos, también llamadospunzones brújula o leznas losángicas (alènes losan-giques), son piezas de influencia y origen centro-europeo y que tienen en el Sureste de Franciauna gran difusión asociadas a contextos deBronce Antiguo y comienzos del Bronce Medio(Guilaine, 1972: 59). Estas piezas francesas estánrealizadas en bronce, al contrario de lo que pare-ce ocurrir en Europa central y en la PenínsulaIbérica (Roudil, 1972: 55).

Eran desconocidas en la Meseta hasta lapublicación de los materiales del Castillo deCardeñosa (Avila) donde aparecieron varias pie-zas con bordes tanto rectilíneos como cóncavosasociados a materiales pertenecientes al BronceAntiguo (Naranjo González, 1984: 50). Se hanencontrado, según Roudil (1972: 55), en el Argary hay datos sobre hallazgos en Muñogalíndo(Ávila) y en el estuario del Tajo, en Villa Nova deSao Pedro (Naranjo González, 1972: 64). En elcaso de los hallados en el Noreste peninsular, setrata probablemente de piezas francesas importa-das, lo que explicaría su presencia en los dosextremos del eje pirenaico (Pérez Arrondo yLópez de Calle, 1986: 159). Aparecen en la zonacatalana asociados a cerámicas de transiciónBronce Antiguo y Medio como los cuencos ytazas carenadas, los vasos hemiesféricos o lasasas de apéndice de botón (Martín Cólliga, 1999:145). Las analíticas realizadas sobre este tipo depunzones en la Península Ibérica, revelan sufabricación en cobre como es el caso de la piezahallada en el dolmen Tarter del Tossal de Jovell,en Lérida, (Rovira y otros, 1997: 257) o la encon-trada en el dolmen de Coll de Creus II, tambiénen Lérida, que en un primer análisis publicadoparecía estar realizado en bronce (Pérez Arrondoy López de Calle, 1987: 89), aunque recientesestudios han demostrado que se trata de cobre(Rovira y otros, 1997: 254). Sin embargo, no sedescarta la existencia de ejemplares realizados enbronce. También existen punzones losángicos enhueso desde el Calcolítico a Bronce Final en el

Valle del Ebro (Rodanés, 1987: 82)En cuanto a su función, Dechelette (1910:

341), a partir de hallazgos centroeuropeos, con-sideraba este tipo de objetos como punzonespara realizar tatuajes y se utilizarían enmangadosen madera o hueso. Roudil (1972: 55), aunque noestá de acuerdo en este uso, sí les otorga ciertovalor ritual al haberse hallado a menudo en ajua-res funerarios y monumentos megalíticos delCalcolítico y Bronce Antiguo en los que no esfrecuente hallar útiles.

El hallazgo de esta clase de punzones en laMeseta Sur, cuyo único ejemplar es el encontra-do en el Cerro del Bu, nos puede estar indicandocontactos con los centros de producción de estostipos situados en tierras transpirenaicas o almenos con el Noreste peninsular. En cualquiercaso, al tratarse de objetos tan simples, la simili-tud formal puede ser el resultado de relacionesmuy débiles o indirectas o incluso de fenómenosde convergencia (Fernández Miranda y otros,1995: 59).

Por último, entre los elementos de cobre pro-cedentes del Cerro del Bu, destaca un fragmentode hoja de cuchillo (Figura 6.6) aunque halladoen un contexto poco claro junto a materiales delHierro I.

La cinta de oro (Figura 6.7)

Se hallaron dos elementos de oro en el Cerrodel Bu. El primero de ellos no se ha podido loca-lizar aunque parece que se trataba de una espiralque podría ser parte de un adorno (de Álvaro yPereira, 1990: 208). El otro es una lamina o cin-tilla sin decoración de unos 6 cm de longitud, 2,5mm de anchura y menos de 1 mm de grosor. Elanálisis espectrográfico realizado a la cinta por elproyecto Arqueometalurgia de la PenínsulaIbérica reveló su composición (Rovira y otros,1997: 377):*(Tabla 4).

Según Hernando (1983: 126) solamente doshallazgos en la Península pueden ser integradosen este grupo de adornos:

– Una sepultura campaniforme en fosaplana en el Pago de la Peña (Villabuena

CuPAUAM 27, 2001 Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 17

Tabla 4

*Cinta Inventario: CBU 83. 6. 24 Nº Análisis: AA0787

Fe Ni Cu Zn As Ag Sn Sb Pb Bi Au

0.411 -- nd nd Nd 3.808 0.053 0.010 Nd nd 94.95

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 17

Page 12: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

18 Jacobo Fernández del Cerro CuPAUAM 27, 2001

Figura 6.- Fragmento de hoja de cuchillo

0 3 cm

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 18

Page 13: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

del Puente, Zamora) donde apareció unacintilla plegada en zigzags junto a un puñalde lengüeta, un brazal de arquero y boto-nes de perforación en V (Maluquer, 1960:127). La cinta de oro del cerro del Bu pre-senta una forma similar a la del Pago de laPeña y como ella parece haber estado ple-gada en zigzag, aunque es difícil asegurar-lo ya que se encuentra muy deformada.Maluquer afirma que la cinta zamoranadebió ser utilizada como un elemento deadorno pegado o incrustado en otro obje-to como un brazalete o una diadema decuero.

– El depósito de la finca La Paloma, enPantoja, provincia de Toledo, situado aescasos 25 kilómetros al Norte del Cerrodel Bu, donde se encontraron dos alabar-das con remaches, una sierra, un puñal delengüeta, cuatro puntas palmela y una largacinta de oro de entre 4 y 6 cm de anchuray rota en tres trozos que, según su descu-bridor, ataba el conjunto (Revuelta, 1980).Todo ello se encontraba en un vaso cerá-mico que pudo ser, según algunos autores,un vaso de carena media, cuello acampa-nado y borde exvasado (Carrobles y otros,1994: 180). Las alabardas de tipo portuguéso Carrapatas, de filiación irlandesa y posi-blemente datables a finales del III milenioa. C., no son habituales en la Meseta y ade-más de la pieza de Pantoja, únicamente seha hallado un ejemplar en el valle delManzanares (Blas Cortina, 1981) y otro enVillamiel (Toledo) (Ruiz Taboada yMontero, 2000: 360). Según Harbison serí-an de factura local pero evidenciarían unaserie de influencias atlánticas que penetranen la Meseta a través del valle del Tajo.Este tipo de alabardas y el vaso carenado,con claros paralelos en los encontrados enel Cerro del Bu, parecen apoyar una fechaavanzada del ocultamiento.

Posiblemente este tipo de cintas debieron serelementos de adorno de mangos de puñal o bienpiezas que decorarían objetos de carácter pere-cedero como diademas de cuero que no se han

conservado (Hernándo Gonzalo, 1983: 128). Seasocian a contextos de Campaniforme tardío yestán relacionados con un numeroso grupo deadornos simples que comienzan en este momen-to su desarrollo. El depósito de La Paloma, sepodría encuadrar en una fase antigua delHorizonte de Cerámicas Lisas quizá sincrónica aese Campaniforme tardío.

La metalurgia de oro tuvo gran desarrollo enel mundo campaniforme pero experimento unafuerte recesión durante el Bronce Antiguo yMedio, etapas en las se reduce significativamen-te el número de objetos realizados en este metal.El trabajo del oro debió realizarse desde un pri-mer momento a partir del martilleo o batido depepitas de metal halladas en estado nativo enplaceres de los ríos (Hernando Gonzalo, 1983:85). Sobre este aspecto, hay que mencionar queen el siglo XVI existen referencias de la existen-cia de antiguas explotaciones auríferas en las are-nas del Tajo:

“ …el limpisimo y claro Tajo de arenas doradas yllamase así por dos cosas, (…) la segunda porque losgodos y romanos hallaban en el granos de oro, natura-les de su suelo, densos, subtilisimos y lavados, de losmas excesivos quilates que se han visto (…) aunque esmas la costa quel provecho…” (Viñas y Paz, 1963:500).

La cinta de oro se podría relacionar con laprimera fase del asentamiento asociada posible-mente a los hallazgos campaniformes.

La plata

Además del remache de plata, se encontróuna varilla realizada en este mismo material(Rovira y otros, 1997: 377): (Tabla 5).

La plata parece más ligada a los Bronces clá-sicos y aparece en el Argar y en el Bronce man-chego muchas veces en contextos funerarios.Puede ser considerada como una innovacióndesarrollada desde el Bronce Antiguo relaciona-da en sus inicios con el aprovechamiento de laplata nativa o de cloruros de plata, ya que, hastael momento, no existen pruebas objetivas delconocimiento de la técnica de copelación para

CuPAUAM 27, 2001 Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 19

Varilla Inventario: CBU 84. 6.11 Nº Análisis: AA1495

Fe Ni Cu Zn As Ag Sn Sb Pb Bi Au

Nd -- 1.256 nd Nd 97.78 nd Nd nd Nd nd

Tabla 5

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 19

Page 14: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

20 Jacobo Fernández del Cerro CuPAUAM 27, 2001

estas fechas (Montero, 1992: 195). La ausencia decontenidos significativos de plomo en los ele-mentos de plata parece descartar el empleo deeste procedimiento que permite la obtención deeste metal a partir de galenas argentíferas(Montero, 1994: 265).

Otro inconveniente técnico que plantea el tra-bajo de la plata es la necesidad de un tratamien-to térmico más cuidado que el del oro debido asu menor ductibilidad (Comendador Rey, 1999:32). Los únicos hallazgos en la Meseta Sur deeste metal se reducen a los remaches de un bra-zal de arenisca en uno de los enterramientos dela morra del Quintanar, dos brazaletes en tumbasinfantiles del cerro de La Encantada y unaPulsera en el Cerro del Castillejo en Cuenca(Fernández Posse y otros, 1999: 229).

CONCLUSIONES

En el Cerro del Bu no se han hallado ele-mentos que nos permitan afirmar que se efectua-ron labores de reducción del mineral por lo queno habría que descartar un comercio a pequeñaescala de metal posiblemente en lingotes. La pro-ducción metalúrgica en los poblados durante esteBronce Antiguo y Medio en la Cuenca Media delTajo pudo estar en manos de broncistas que tra-bajaban ocasionalmente cuando las necesidadeslo requerían, aunque pudieron existir individuosespecializados, una especie de metalúrgicos itine-rantes dentro de ciertas regiones o comarcas queal mismo tiempo actuarían como buhoneros enla distribución de determinados productos (RuizZapatero y Rovira i Port, 1994-1996: 35). Estaafirmación podría explicar la presencia de obje-tos de procedencia o tipología foránea como elpunzón losángico. La ubicación del yacimiento,situado en un nudo de comunicaciones por lapresencia del vado del Tajo, facilita el estableci-miento de contactos con otras áreas. La pervi-vencia del asentamiento durante varios siglospudo estar basada en el control de esas vías decomunicación que podría dar lugar al surgimien-to de una pequeña elite que desarrollaría contac-tos con poblaciones o grupos cercanos a travésde los cuales se podría surtir de elementos deprestigio.

Aunque se trataría de una sociedad relativa-mente igualitaria, no se descarta la existencia deuna clase dirigente en la que el metal debió jugarun papel importante. Estas elites no se sustenta-rían mediante el control de la extracción demineral o la elaboración de metal sino sobre laproducción agrícola o ganadera que sería sinduda la base económica del yacimiento ademásde ese posible dominio sobre el vado del río. La

metalurgia no sería una actividad de especialistasa tiempo completo, sino complementaria, espo-rádica, que no requeriría grandes inversiones detrabajo en las minas (Montero, 1992: 207). Sinembargo, el metal, por su escasez, debió ser unelemento de estatus y distinción social pese a quese utilizase mayoritariamente en la confección deobjetos funcionales. En la Cuenca Media del Tajoy en el conjunto de la Meseta Sur, destaca lainexistencia de adornos de metal como anillos,pendientes, brazaletes o cuentas que sí son habi-tuales en una sociedad jerarquizada como laargárica. Los nuevos tipos de puñal, las aleacio-nes y los adornos son indicadores de competiti-vidad social y se desarrollan con mayor rapidezdependiendo de la necesidad social de diferen-ciación y exaltación de las elites de un grupo(Rovira y Montero, 1994: 170; Blasco y Lucas,2002: 312).

Muñóz (2001: 135) afirma que las desigualda-des en los grupos que desde el Calcolítico pobla-ron el Valle del Tajo se harían cada vez más gran-des y se plasmarían en la posesión de determina-dos objetos con connotaciones prestigiosas, lajerarquización del hábitat y la exclusividad delmundo funerario. Esos objetos de factura com-pleja o foránea, o elaborados con materias pri-mas exóticas, distinguirían a los usuarios frente alresto de su comunidad y frente a otras comuni-dades. El poder y el liderazgo de estos grupossurgiría del control y la acumulación de recursos,en especial suelos agrícolas, pastos húmedos ygrandes rebaños junto con el control de los pasosy vías de comunicación y otros elementos comola sal (Muñoz, 2001: 135)

Los objetos de prestigio, y especialmente algu-nos metálicos como las espadas, se han llegado aentender como una evidencia de competenciaentre elites que se desarrolla desde el BronceAntiguo ligada a los circuitos de intercambio, laadquisición de metales como la plata y posible-mente la búsqueda de estaño (Blasco y otros,2001: 73). Sin embargo, en el registro arqueoló-gico no se manifiesta esa importancia del metal yno es posible afirmar que, durante la segundamitad del III milenio y la primera del II mileniocal. B. C. en la Cuenca Media del Tajo, el metalfuese el causante de una transformación social.

BIBLIOGRAFÍA

AUBET, M. E.; SERNA, M. R. (1981): “Una sepultura de laEdad del Bronce en Setefilla”. Trabajos de Prehistoria,38: 225-256.

BLANCE, B. (1971): Die anfänge der metallurgie auf derIberischen Halbinsel. SAM, 4. Berlín.

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 20

Page 15: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

BLAS CORTINA, M. A. (1981): “Una alabarda procedentedel Valle del Manzanares”. Zephyrus, XXXII-XXXIII: 157-166.

BLASCO, M. C.; BARRIO, J. (1986): "Excavaciones de dosnuevos asentamientos Prehistóricos en Getafe(Madrid)". Noticiario Arqueológico Hispánico, 27: 75-142.

BLASCO, M. C.; LUCAS, M. R. (2002): “Lectura social dela metalurgia del bronce en el Noroeste de laMeseta Sur”. Primer simposio de arqueología deGuadalajara: 309-334.

BLASCO, M. C.; ROVIRA, S. (1992-1993): “La metalurgiadel Cobre y del Bronce en la región de Madrid”.Tabona, VIII, T. II: 397-415.

BLASCO, M. C.; BAENA, J.; LUCAS, M. R.; CARRIÓN, E.(2001): “La espada de la Perla. Una pieza excepcio-nal conocida a través de la obra de José Pérez deBarradas”. Estudios de Prehistoria y Arqueología madri-leñas, 11: 69-85.

BLASCO, M. C.; CALLE PARDO, J.; SÁNCHEZ CAPILLA, M.L. (1995 a): “Contribución al estudio de la metalur-gia del bronce en el Alto Tajo y su marco cultural.”.Homenaje a Dra. Milagro Gil-Mascarell Boscá.Extremadura Arqueológica, V: 115-128.

BLASCO, M. C.; CALLE PARDO, J.; SÁNCHEZ CAPILLA, M.L. (1995 b): “Fecha de C14 de la fase Protocogotas Idel yacimiento del Caserío de Perales del Río”.Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la UniversidadAutónoma de Madrid, 22: 83-99.

CARROBLES, J.; MUÑOZ, K.; RODRÍGUEZ, S. (1994):“Poblamiento durante la Edad del Bronce en laCuenca Media del río Tajo”. La Edad del Bronce enCastilla-La Mancha. Toledo: 173-200.

CASTRO MARTÍNEZ, P. V.; LULL, V.; MICÓ, R. (1996):Cronología de la Prehistoria Reciente de la PenínsulaIbérica y Balerares (c. 2800-900 cal ANE). BAR

International Series, 652. Oxford.

COMENDADOR REY, B. (1999): “Noroeste“ en Delibes deCastro, G.; Montero Ruiz, I. (Coord): Las primerasetapas metalúrgicas en la Península Ibérica, II. Estudiosregionales. Madrid: 9-39.

DE ÁLVARO, E.; PEREIRA SIESO, J. (1990): "El Cerro delBu (Toledo)". Actas del Primer Congreso de Arqueologíade la Provincia de Toledo. Toledo: 199-213.

DÉCHELETTE, J. (1910): Manuel d’archéologie préhisotirque,celtique et gallo-romaine. T. II. Archéeologie celtique ouprotohistorique. París.

DELIBES DE CASTRO, G. (1977): El vaso campaniforme en laMeseta Norte española. Valladolid.

FERNÁNDEZ MIRANDA, M.; MONTERO, I.; ROVIRA, S.

(1995): “Los primeros objetos de Bronce en elOccidente de Europa”. Trabajos de Prehistoria, 52 (I):57-69.

FERNÁNDEZ POSSE, M.ª D.; MARTÍN, C.; MONTERO, I.(1999): “La Meseta Sur“ en Delibes de Castro, G.;Montero Ruiz, I. (Coord): Las primeras etapas meta-lúrgicas en la Península Ibérica, II. Estudios regionales.Madrid: 217-240.

GUILAINE, J. (1972): L’age du bronze en Languedoc Occidental,Rousillon, Ariège. Mémoires de la SociétéPréhistorique Française, 9. París.

HERNÁNDEZ PÉREZ, M.; SIMÓN GARCÍA, J. L. ; LÓPEZ

MIRA, J. A. (1994): Agua y Poder. El Cerro de ElCuchillo (Almansa, Albacete). Toledo.

HERNÁNDO GONZALO, A. (1983): “La orfebrería duranteel Calcolítico y el Bronce Antiguo en la PenínsulaIbérica”. Trabajos de Prehistoria, 40: 86-138.

MALUQUER DE MONTES, J. (1960): “Nuevos hallazgos dela cultura del vaso campaniforme en la Meseta”Zephyrus, XI: 119-130.

MARTÍN COLLIGA, A.; GALLART FERNÁNDEZ, J.; ROVIRA

HORTALÁ, C.; MATA-PERELLÓ, J. M. (1999):“Nordeste” en Delibes de Castro, G.; Montero Ruiz,I. (Coord): Las primeras etapas metalúrgicas en laPenínsula Ibérica, II. Estudios regionales. Madrid:115-177.

MONTERO RUIZ, I. (1992): “ La actividad metalúrgica enla Edad del Bronce del sudeste de la PenínsulaIbérica: tecnología e interpretación cultural”.Trabajos de Prehistoria, 49: 189-215.

MONTERO RUIZ, I. (1994): El origen de la metalurgia en elSur de la Península Ibérica. Almería.

MONTERO RUIZ, I. (2001): “Estudios sobre metalurgiaantigua en la Provincia de Toledo” II Congreso dearqueología de la Provincia de Toledo, 1. Toledo: 275-301.

MONTERO RUIZ, I.; RODRÍGUEZ MONTERO, S; ROJAS

RODRÍGUEZ-MALO, J. M. (1990): Arqueometalurgia dela Provincia de Toledo: Minería y recursos minerales decobre. Toledo.

MORENO ONORATO, A. (2000): “La metalurgia dePeñalosa” en Contrerás Cortés, F. (Coord.): ProyectoPeñalosa. Análisis histórico de las comunidades de laEdad del Bronce del piedemonte meridional de SierraMorena y depresión Linares-Bailén. Sevilla: 167-222.

NARANJO GONZÁLEZ, C. (1984): “ El Castillo deCardeñosa. Un yacimiento de los inicios de la Edaddel Bronce en la Sierra de Ávila (Excavaciones ree-alizadas por J. Cabré en 1931)”, NoticiarioArqueológico Hispánico, 19: 35-84.

CuPAUAM 27, 2001 Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 21

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 21

Page 16: Objetos metálicos del Cerro del Bu (Toledo) 1

22 Jacobo Fernández del Cerro CuPAUAM 27, 2001

PÉREZ ARRONDO, C. L.; LÓPEZ DE CALLE, C. (1986):Aportaciones al Estudio de las culturas eneolíticas en elValle del Ebro, II. Los orígenes de la Metalurgia.Logroño.

QUERO CASTRO, S. (1982): “El poblado del BronceMedio de Tejar del Sastre”. Estudios de Prehistoria yArqueología madrileñas, 1: 185-247.

REVUELTA TURBINO, M. (1980): “Los hallazgos dePantoja en el Museo de Santa Cruz”. Toletum, 10: 9-52.

RODANÉS VICENTE, J. M. (1987): La industria ósea prehistó-rica en el Valle del Ebro. Zaragoza.

ROJAS RODRÍGUEZ MALO, J. M; RODRÍGEZ MONTERO, S.(1990): "El Guijo: Aportación al Estudio del calcolí-tico y la Edad del Bronce en la Cuenca Media delTajo". Actas del I Congreso de Arqueología de la Provinciade Toledo. Toledo: 163-198.

ROUDIL, J. L. (1972): L’age du bronze en Languedoc Oriental.Mémoires de la Société Préhistorique Française, 10.París.

ROVIRA, S.; GÓMEZ RAMOS, P. (1994): “Punzones y vari-llas metálicas en la Prehistoria reciente española: unestudio tecnológico”. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I,Prehistoria y Arqueología. T. 7: 371-402.

ROVIRA, S.; MONTERO, I. (1994): “Metalurgia campani-forme y de la Edad del Bronce en la Comunidad deMadrid”, en Blasco (ed), El horizonte campaniforme enla regíón de Madrid en el centenario de Ciempozuelos.Madrid: 137-171.

ROVIRA, S.; MONTERO I.; CONSUEGRA, S. (1997): Las pri-meras etapas metalúrgicas en la Península Ibérica, I.Análisis de materiales. Madrid.

RUIZ TABOADA, A.; MONTERO, I. (2000): “The pattern ofuse of stone and copper in central spain during theBronce Age” European Journal of Archaeology, Vol. 3(3): 350-369.

VIÑAS, C.; PAZ, R. (1963): Relaciones historico-geográfico-estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativade Felipe II. Reino de Toledo. Tercera parte. Madrid.

Tomo 27-C1 nuevo 21/4/08 09:21 Página 22