obiols.g.,disegni,s.adolescencia,posmodernidadyescuelasecundaria,cap.1(modernidad posmodernidad)

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'il tlo¿em¡¿ad -[ v posmodemidad: elementos Dal? enbnder debale Afu|'fudrrús$fi!n|rúgdhs|Ñr8''hrbnú -.|..N'-*"-.'"."''-- nÁ@úKñrlbflr sd¡ tt.üa ."*'hdEvl¿m.ñ'd.@li'oq h-, h-trd"di d"ú,-,ood€16. b".m- <"*b'd. d -.b. P. .1,'Ómun-,.Úe.'oro"nl"€ omprqo rtul dc :'s'o auqu¡el ¡mb'olñ¡r'r '¿¡do j rrdu- ú !dúsbe,de I' s'd'onFGd+iJPn6que.' No s d,¡ur"dvidk " ink;h.:ón 'rd ñü' Jodtun"n¡doll4,. i,--h;.d..-.^,fr",.6r cin;..on !n¿ rcdución ¿n ¿lnúc r¡ru ¡ 'r Jél po od d¡n dordáóyd"d; p,Fe'dudou{o"lbólr má,"nrs 6¡/ ñ .;-*.-di."-. rru'dád.ú¿d r¿Fdr,$ d"b-J'' 'su' &'-.,^.--m, m."d ,.¡ FúÉF rh. i hilo.o.d*b, iroGe o 'rb¡ lo. qJ" par''P )

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Page 1: Obiols.G.,DiSegni,S.adolescencia,Posmodernidadyescuelasecundaria,Cap.1(Modernidad Posmodernidad)

'il tlo¿em¡¿ad-[ v posmodemidad:

elementos Dal?enbnder uñ debale

Afu|'fudrrús$fi!n|rúgdhs|Ñr8''hrbnú

-.|..N'-*"-.'"."''--nÁ@úKñrlbflr sd¡ tt.üa

."*'hdEvl¿m.ñ'd.@li'oqh-, h-trd"di d"ú,-,ood€16.b".m- <"*b'd. d -.b. P.

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permita- llegar a entender, aunque sea de un modo provisional, el sentidoglobal de los mismos y nos posibilite una ubicacióh más o menos lúcidaen relación con ellos.

Naturalmente sé puede intentar buscar este hilo conductor en muydistintas áreas y acudiendo a distintos conceptos; explicarlo todo desdála economía, a partir de la revolución científico-teciológica o postularuna crisis de los valores- sin embargo, estas explicacioneí sueleñ ser untanto reduccionistas: todo sería conJecuencia d^e ciertos desarrollos pro-ducidos en el área que se privilegia- En lugar de definir .

" "luru, p"'.o u

la vez unilateral peispectiva, -pala intentai_una comprensión ae Íds pro-

cesos de cambio, hemos opgdb, en este trabajo, por álgo más difuso cuales considerar como puntode referencia la transiiión, e'i corte o el enfren-tamiento modernida.d- posmodernidad que atraviesa las disciplinascientíficas, pero también las expresiones estéticas, el mundo de los valo-res, -la política, la economía, la-educación y la vida cotidiana. Este cortemodernidad- posmodemidad ha resultadó fecundo para entender dife-rentes áreas sociales y aunque se lo ha aplicado a la'comprensión de laeducación, en general, y a la universidaci en particular, cási no se lo haempleado para comprender la crisis de la escuela secundaria y la situa-ción del adolescente en relación con esta institución en las presentes cir-cunstancias.

. La- expresión "posmodemidad,, fue ocupando un espacio a partir delos aiios ochenta. Desde su lrso en los mediós de comunüación en primertérmino, y en el vocabulario de argunos jóvenes posteriormente, quienesla abreviaron "posmo", nos fuimos"habituando a'una parabra que, en casitodos los casos, se emplea con un significado extremaáamente vago.

Comencemos por indagar sus oiíg.r.,es. A fines de los sesená, AlainTouraine escribe un libro titulado rlsociedad postindustrial; en la décadadel setenta se habla_de cul.tql-a posmodema, óon especial ieferencia a laarquitectura. De 1979 es el libró de Jean-Francois iyotard , La condiciónposmoderna, donde sostiene la hipótesis de que ól sauér

""-Liu de estatu-

to al mismo tiempo que las sociédades entr^an en la llamada edad nosin-dustrial y las culturás en ra edad posmoderna. (1) r-a posÁode;l;; isería entonces la cultura que correspondería a las sociedades posindus_ i

triales, sociedades que.se habrían d'esarrollado en los países "áoitriiri", .avanzados a partir de los años cincuenta sobre la base de la reÉonstruc_ ,

clón de posguerra. Más adelante consideramos en este trabaio las carac_rter'ísticas de estas.sociedades posindustriales y, lo q.r" ,"r.i objeto denuestro especial interés, las de la cultura posmoderna. pero hay un pun-to d e referen ci a in eJ :i lable de. donde I a po'sa g{erni@!¿áei6i¡-¡ om b re

\ . f l*-arra nnaaemlcra$, ra posmodemidua,.o-óT.iLffi-ü3itura, debeXt i :::l1",li":e por referencia a lo que se denomina ,,modemidad,,, ya seaj que se.la consrdere como su contrapartida, como su continuidad o su su_j p.eracron. lrleshg pranteo nos llevará entonces inicialmente a la considera-' ción de las ideas de la modemidad en los siglos XVII y XVIII y al replanteoy las críticas de esta-s iciebs eñ-eTsigló Xrx;ioste-tro#ente eiá.,ajaremos eldesenvolvimiento de las sociedad"es posindustriales v la

"¡ri, a" la mo-demidad; seguiremos desarrollando^las ideas qu"

"á.tror-u" la culrura

posmodema, para finalizar con una varoración crítica de to exfuesto.

2

L. Las ideas de la modernidaddn los siglob XVil Y XVIU

La modernidad se había gestado en las ci,udades comglciale-s de la '

Baia Eded Media erl las queie habla desarrolládo-el capitalrsmo y sur-

eiáo.,ta nueva clabe soóia-l: iq.lurguesía' En las mismássé-naola on-

Ei"Xa"'i'ii¿ii"¿inl"¡i;;;ii'ii¡;-¿? i;' siglos XV y IVI con riguras

8""..á*o Leonardb Da Vinci, atisbaban un futuro diferente. De estas

"'t"á;;;;iu outii¿o el impulso de viajar y conocer- el mundo' de

;?il d" ;rq¡*;J t J" conocimiento cientíiico. El¡nundose cnsanelm

;;; il; g*'; á;s..,í ai es de .4escub r imic". .Ijgljlgg t"^lf , WF:IVv XVI oue penetran

"n ió dut..ir,ocido y aÉréñ"ñilÑás posibilidades al

il;;ü; óu. á"r¿r-lto lleva, progre'sivamg{r19"-a-la¡onsti+ueión de

if,'ñ;ñúiá -*"r.iAo *naiai botéiifíaiio-$o+raphta-anericana. El

o."áoÁi"io ".onó*ico

y poiití.o se despiaza dél Mediterráneo al

[ii;;;,'; p Ji, á"i ii gío iVl. pol íticaménte, Ios estados nacion a les,

;;;;;t;;;áru ".,.utu.l"o, "no,,tt"t

g-astos que exigen 11t,"-1!:":T o"

iu -áa"*ihad,ise Van consolidandoÍrente á la multitud de condados,

;";;;;r; ; ñ. ial a utori d¡-d- de-los¡eyes^aP oya d or P qrlE lur guesía' se

til';;;b;" -ffi"."t r"událes y-enfráta-güss¡E¡entie-alPt'ado"'til ;;úá ,drigióru" an éiSigmXVl se produce Ia Reforma Protes-

tur*e. Esta, al defáde; la libre ínterpretación de la Biblia, significa un

;;;ld";;"" ui á"ru*ollo del individuo. Con la Reforma, la religión

;t ".ü;;iu ..".i"".i" individual y se retira de los asunt-os.públi-

;J. i';i il; p";ü;ü Reforma.cuestióna h suPuesta 9:qi9119" hooÉr"tu v

"*uitu el,valor del trabaio con lo que propend-e al desarrollo

'del capitálismo. A 1a Reforma sigue la Contra-Reforma' la intolerancla'

ñ;;!;;;;A-t"ti¿ion, y la rupíura política y religiosa de Europa oc-

cidental.- En el sielo XVI Copérnico fostula el sistema astronómiro heliocén-

tri; ; i"E*pfu"o aé lu .o.r.ép.ión tradicional que.ubicaba a la tierra

""-á .""i- áel universo. poü después, a principios del siglo XVII,

Culit"o rcalizará astronomía observácional y una lectura matemática

de la naturaleza estableciendo las leyes de la caída de los cuerPos y

f"pi".,-.or.igiendb a Copérnico, enúnciará las leyo". del movimiento

;;i;;;iiliur. gh buen'a medida estas ideas se-abrirán camino lu-

.t u"a.i contra la intolerancia de la lglesia, que llevará a Giordano

ii""", a"l""r"r db las teorías de Copérnico y-de la.idea de.la infini-lu¿ aét universo, a la hoguera y qué obligaiá a Galileo a abjurar de

;;;..d;i;r. Á iin", delliglo ÍVfi, Newtón enunciará la teoría de la

erávitación universal, paradigma de la física moderna'"- gri" .á"iunto ile-cambio's llevan a una crisis de la concepción

-"di;""I á;l mündo centiada en Dios y en co-nsiderar al ser

humano una criatura trascendente cuyo auléntico destino es la sal-

;;iil d; su alnia. La modbrnidad va a elaborar una concepción

más bien antropocéntrica, menos religiosa y más' profana',Parala cual la auténtica vida es la terrenal y el cuerpo recuPera su lugar

al lado del alma.

I

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Con la crisis de la concepción medieval del mundo se cuestiotran lasgrandes autoridades medievales: la Biblia, la Iglesia y Aristtitt:les.Como contrapartida, con el desarrollo científico, los tiempos nrotler-nos darán progresivamente más importancia a la observación y l.r ex-perimentación que a cualquier autoridad.

Una descripción literaria de los tiempos modernos en la que se rer-

sume buena parte de lo expuesto se encuentra en Galileo GalilL:i, ctbradel dramaturgo alemán Bertolt Brecht, quien pone en boca de Cali-leo, las siguientes palabras:

"Desde hace dos mil años, Andrea, la Humanidad cree que el Soly todos los astros del Cielo giran alrededor de la Tierra. Pontífices ycardenales, príncipes y eruditos, militares y comerciantes, alfareros yartesanos, todos creen estar parados inmóviles, sujetos a una esferade cristal. Pero ahora nosotros vamos a terminar con todo eso. Se

acerca una nueva era, amiguito, y a mí me gusta pensar que todo em-pezó con los barcos. Desde que el hombre tiene memoria, los barcosse arrastraron a lo largo de la costa. Pero un día decidieron lanzarsemar adentro. En nuestro viejo continente se empieza a escuchar el ru-mor de que hay otros continentes, y el hombre descubre alborozadoque el inmenso océano, tan temido, no es más que un modesto estan-que. Surge entonces el deseo de investigar la causa de todas las cct-

sas: por qué la piedra cae cuando la soltamos y por qué se elet'acuando la arrojamos hacia arriba. Todos los días se descubre algonuevo, y si bien ya se han explicado muchas cosas, lo que queda porexplicar es muchísimo más todavía. Por eso, una gran tarea le esPeraa las nuevas generaciones. Una vez, cuando era joven, vi a dos alba-ñiles que, luego de cambiar ideas tan sólo cinco minutos, sustituye-ron la costumbre milenaria de mover los bloques de granito por Lrna

nueva y más razonable manera de disponer las cuerdas y las polcas.En ese momento me di cuenta de que el tiempo viejo había termina-do y de que estábamos ante una nueva época. Pronto la Humanidaclentera sabrá exactamente dónde habita, en qué clase de cuerpo celes-te le ha tocado vivir. Al hombre ya no le alcanza con lo que dicen losviejos textos, y donde la fe reinó mil años, hoy reina la duda. 'Sí, loslibros dicen eso, pero ahora yo quiero mirar con mis propios ojos',piensa. Hasta las verdades más respetadas son puestas en tela de jLri-

cio, y ha empezado a soplar un viento que levanta las doradas vesti-duras de príncipes y prelados, dejando al desnudo piernas más gor-das o más flacas, pero exactamente iguales a las nuestras. Yo te ase-

-guro, Andrea, que antes de morirnos vamos a oír hablar de astrono-'mía hasta en los mercados." (2)

Es en este contexto que Ddscartes inicia sus Meditaciones metnl'ísi-cas, de 1.641., con las que se considera que comienza la filosofía mo-derna diciendo:

"Hace ya algún tiempo que me he dado cuenta de que desde mis

orirneros años había admitido como verdaderas una cantidad de opi-hio.r"r falsas y que lo que después había fundado sobre principios tanpoco seguros-nó podía ser sino muy dudoso e incierto, de modo que

io" "ru ireciso infentar seriamente, una vez en mi vida, deshacerme de

todas lás opiniones que hasta entonces había creído y empezar entera-

mente de nuevo desáe los fundamentos si quería establecer algo firmey constante en las ciencias." (3)

Descartes afirma que a Io largo de su vida ha considerado como

verdaderas una cantidad de opiñiones falsas y que todo lo edificadosobre ellas no puede ser sino dudoso e incierto. De este *9d9, expresa

sus dudas sobie todo aquello que le han enseñado: los principios aris-

totélicos y los valores trádicionáles; pero la duda no aqueja a Descartes

individuálmente, sino que es el señtimiento de la época frente a las

transformaciones que hán tenido lugar. Si el conocimiento tradicionalha mostrado no sei muy firme, es neiesario " empezar de nuevo, desde

los fundamentos", es dócir, refundar el edificio todo del saber; por esta

idea de "erI.lpezar de nuevo" es que Hegel considera a Descartes un"héroe" de li filosofía., Para esta iarea es que necesita un método; el

elemento esencial de ede método es iustamente la duda, ahora trans-

formada en instrumento) no habrá que admitir proposición algurra que

no sea indubitable. Para lA misma época la preocupación por el méto-

do también está presente eh F. Bacon, filósofo británico. El método es

concebido pot uttrbor como un camino para descubrir nuevas verda-

des, a diferencia del silogismo que sólo permite convalidar 1o ya sabi-

do, y como un conjunto de procédimientos sencillos que cualquier Per-soná podría aplicár. Estas características implican una democ_ratiza-

ción ciel saber'y una concepción revolucionaiia para la época. Inicial-mente Descartes duda de todo, y, en ese momento, aparece como unescéptico, pero profundizando en la duda descubre.que en tanto que

dudá piensa y si piensa existe. "Pienso luego existo" se constituye en

la primera \rerAu.i. La primera certeza es Ia exis-tencia-del yo.que pien-sa. La misma existencia de Dios y la del mundo se derivarán de esta

verdad. Nunca antes de Descartes se le había dado un papel tan fun-damental al sujeto pensante. La preeminencia del rnismo será el signo

fundamental de casi toda la modernidad'Mientras en Europa continental se desarrolla el racionalismo, en In-

glaterra crece vigorosamente otra rama de la filosofía moderna: el em-

[itb*o. Según él empirismo, el conocimiento se halla fundado en la

bxperiencia"y por expériencia, en última instancia, se entiende algún ti-po de infotmáción sbnsorial. Para los empiristas no hay ideas innatas;por el contrario, la conciencia es una tablá rasa, uu papel.en blanco poróscribir y quien escribe es la experiencia I-a escuela ernpirista britáliicaincluye á É. Bu.ott, contemporáneo de Descartes, j. Locke, G' Berkeleyy David Hume.

Ya en el siglo XVIII los empiristas británicos por boca de Hume,mucho rnás drasticamente que Descartes, afirmaban:

"Si procecliéramos a re|il ,rI las bibliotecas convencidos de estos

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principios, ¡qué estragos no haríamosl si cogemos cualquier vollnncnde Teóiogía ó metafísica escolástica, por ejemplo, preguntemos: ;(-orr-tiene algiin razonamiénto abstractosobre la cantidad y- el ntirno:o?No. ¿Contiene algún razonamiento experimental acerca de cuesticlnesde hecho o existencia? No. Tírese entonces a las llamasr pü€s no pLle-

de contener más que sofistería e ilusión." (4)

Si se repara que todavía en el año 1600 Giordano Bruno había sidoquemado por la Inquisición por adherir a las ideas de-Copérnico cncbntra de las verdades reveladas de la teología, es notable y sintorná-tico de un cambio de la mentalidad imperante que sólo ciento cin-cuenta años después Hume, en nombre de los principios del empiris-mo, se permita sugerir, metafóricamente, que los libros de teología o

metafísica escolástlca pueden ser quemados sin ninguna pérdidaLa tradición racionálista francesa, el empirismo británico y el desa-

rrollo de las ciencias son en el plano de las ideas las fuentes de las que

se nutre el Iluminismo, o filosbfía de la ilustración, en el siglo XVIII'Esta corriente de pensamiento defiende una razón que se ap.oya en la

experiencia, que va de lo singular a lo universal, de los hechos a losprincipios y que, cadavez más, va tomando a la ciencia natural comobl moáelo de-todo conocimiento. El auge de la burguesía, el desarro-llo del capitalismo y las revoluciones inglesa, norteamericana y fran-cesu consiit.,.yen el marco económico, social y político en el que se for-man las ideaá iluministas, ideas que a su vez van a ejercer decisiva in-fluencia en la sociedad en general y en los procesos revolucionariosmencionados en particular.

En¡TSI comeñzó a publicarse la Enciclopedia o Diccionario Razonado

de las Ciencías, de las Artes y de los Oficios, bajo la dirección de Dideroty D'Alembert, que buscaba reunir y sistematizar todos los conoci-inientos, incluidos los pertenecientes a los oficios y las artes mecáni-cas, para difundirlos entre los contemporáneos y trasmitirlos a la pos-

teridad "para que nuestros nietos, al convertirse en más instruidos,lleguen támbiéñ a más virtuosos y m4s felices". Característica de laEn'ciclopedia y del movimiento ilustrado es la idea d-e que el conoci-miento es útil, debe divr-rlgarse y tiene un carácter liberador, Pues, a

mayor instrucción corresponderá mayor virtud-y mayor felicidad; en

la áivulgación del conocimiento los ilustrados_ le asignarán-ul Papelprivilegiádo a la educación y, en particular, a la escu-ela y al libro. La

éd,rcacIón debe ampliarse a'"todas las condiciones". Merced a la mis-

ima y al desarrollo de las ciencias, la humanidad.puede lograr un fu-

ituro mejor: progresar, tanto material como espiritualmente. En lugarde ubicár .rña edad de oro en el pasado, en algún pasado remoto yperdido, mito común a varias culturas, Ios iluministas creen que es

;|osible lograr, en el futuro, una humanidad más libre de los condicio-i namientoJde la naturaleza. En general, los ilustrados ven al progresocomo una posibilidad de la hurnanidad, y no como una marcha ilre-xorable de la misma hacia algo mejor. El iluminismo tiene una voca-ción universalista, sus ideales son de tipo universal, el ciudadanoilustrado rechazará los prciuicios de taza, nacionalidad o religión y,

en cambio, se identificará con cualquier otro ilustrado en cualquiercontinente.

En materia de religión, los ilustrados son librepensadores, en sumayor parte no se trata de ateos, pero está muy extendida la idea deuná religión natural o deígmo. Esta posición sostiene que en el fondode las distintas religiones históricas habría una religiosidad racionalcomún. Las distintas tradiciones históricas deformarían ese núcleo na-tural llevando a la superstición y el fanatismoi Dios, denominado pre-ferentemente "Ser supremo", es considerado el gran arquitecto, puntode referencia último para la explicación del universo.

La Revolución Francesa con su lema "Libertad, igualdad y frater-nidad" y la democracia política son deudoras de la Ilustración y for-man paite del núcleo de las ideas de la modernidad que tanto influ-yen en nuestra Revolución de Mayo y, en general, en el proceso inde-pendentista en Hispanoamérica.-

Una esfera particularmente importante en el desarrollo de la mo-dernidad está constituida por el campo de las ideas éticas. Las normasmorales y jurídicas de un pueblo se originan generalmente a partir delas tradióiones religiosas..Durante siglos se concibió al Estado comodotado de una religión oficial. En la Europa medieval, más allá de lasdiferencias entre los distintos pueblos que la conforman, la religióncatólica es la fuente de las normas morales y jurídicas, las cuales dejanpoco margen para el desarrollo de ideales de vida individuales quecontradigan las tradiciones sociales. En ese marco, las minorías mu-sulmana y judía son apenas toleradas. Con la Reforma Protestante ylas guerrás'de religión del siglo XVII se quiebra la unidad religiosa yla idea de fundamentar la moral y el derecho en la religión cede supaso entre los iluministas a una concepción que busca establecer nor-mas universales fundamentadas racionalmente. El progreso que haproclamado la ilustración tiene en el dominio de la moral un ámbitoprivilegiado y, en esta esfera, el progreso consistirá en buscar estable-iut trorY*ur qlu, ut lugar de ,raler pala un pueblo o una cultura deter-minadas, valgan para todos, sean universales y, en vez de estar basa-das en la traáicién o en la religión, tengan un fundamento racional.En realidad, los requisitos de racionalidad y universalidad se comple-mentan.

La ética de Kant, expuesta enlaFundamentnción de la metafísica de las

costttmbres y en lg Crítica de la rszón práctica va a constituir el más ela-borado intento p$r construir una ética universal de naturaleza racio-nal.

Según Kant puqde haber muchas cosas buenas como el valor, la de-cisión, la perseverancia y otras muchas cualidades, Pero ninguna deellas puede ser llámada'buena sin restricción, porque cualquiera deestas iualidades pueden llegar a ser malas y dañinas si la voluntadque ha de hacer uso de ellas no es buena. Una voluntad buena, encámbio, lo es en cualquier circunstancia y con independencia de quealcance un fin propuesto, No importa el éxito de la acción. Así, porejemplo, si hago todo 1o posible por ayudar a una Personay finalmen-te frácaso en el intento, esto no diminuye el valor moral de la acción.

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La buena voluntad es buena cuando obra no por inclinación, es decir,siguiendo alguna tendencia de nuestra sensibilidad, sino cuando obrapor deber. En nuestras acciones podemos obrar en forma contr¿lria aldeber, siguiendo alguna inclinación, por ejemplo, cuando no ayudo auna persona que se encuentra en apuros porque privilegio mi comodi-dad. También puedo obrar de acuerdo al deber, pero por inclinación,cuando ayudo a una persona, pero lo hago porque soy amigo de ella.Finalmente, puedo obrar simplemente por debei cuando ayudo a unapersona porque el deber manda ayudar a un semejante. Sólo estas írlti-mas acciones merecen la calificación de moralmente buenas. Las con-trarias al deber son moralmente malas y las que se efectúan de acuer-do con el deber, pero por inclinación, son moralmente neutras. Así,por ejemplo, Kant analiza el caso de los actos de beneficencia y señalaque hacer beneficencia es un deber pero que en realidad muchas per-sonas experimentan un cierto regocijo al efectuar la beneficencia; enconsecuencia, obran de acuerdo al deber, siguiendo una inclinación,pero no por debei y su acción, aunque no es moralmente reprochtrble,tampoco es digna de que se le adjudique valor moral.

Kant define al deber como la necesidad de una acción por respeto ala ley. Se refiere a la ley moral universal que 7a raz6n práctica da a lavoluntad y que dice que "...no debo obrar nunca más que de modoque pueda querer que mi máxima deba convertirse en ley universal"(5). Esta ley, a la que Kant llama imperativo categórico, quiere decirque no debo obrar sino de acuerdo con máximas que puedan univcl-salizarse. Só1o obro moralmente bien cuando puedo querer, es decir,aceptar por propia convicción como obligatorio para mí, que el princi-pio de mi querer se convierta en ley válida para todos. Así, por ejem-plo, supongamos que en determinadas circunstancias puedo obtenerun beneficio diciendo una mentira, mi máxima podría expresarse así:"En caso de que me sea útil diré una mentira". Esta máxima puedeservirme, pero, según Kant debo generalizarla y pensarla como si fue,ra una ley que dijera: "Cualquier persona, en caso de que le sea útil,puede decir una mentira". Al universalízatse, se advierte que esta má-xima no puede valer como ley general, pues, si todos mienten, la mis-ma mentira ya no sería eficaz. La máxima, en resumen, no es moral-mente buena. Lo moralmente malo consiste en que el sujeto se permitaacciones que no les permite a los demás.

El imperativo categórico se constituye así en el fundamento racionalde las normas morales que la modernidad buscaba. Ante la necesidadde obrar, el sujeto racional debe preguntarse si la máxima con la quese está guiando es universalizable o no. La ética kantiana es a priori,puesto que el imperativo categórico no depende de condiciones o cir-cunstancias empíricas, es formal porque lo que enuncia es la condicióngeneral a que deben someterse las acciones para ser consideradas mo-ralmente buenas, pero no dice en concreto o en particular qué es krque debe hacer cada individuo; precisamente por dejar librada a car1.rindividuo la elección de las máximas, con la sola restricción de qucsean universalizables, la ética kantiana es autónoma.

Jürgen Habermas, filósofo alemán de la escuela de Frank fr.Lrt, realiz.r

una síntesis del significado del Iluminismo con las siguientes palabras:

"El proyecto de modernidad formulado por los filósofos del ilumi-nismo en el siglo XVIII se basaba en el desarrollo de una ciencia objeti-va, una moral universal, una ley y un arte autónomos y regulados porlógicas propias. Al mismo tiempo, este proyecto intentaba liberar elpotencial cognitivo de cada una de estas esferas de toda forma esotéri-ia. Deseaban emplear esta acumulación de cultura especializada en elenriquecimiento de la vida diaria, es decir en la organización racionalde la cotidianeidad social." (6)

Como se habrá advertido, el conjunto de ideas gestadas en los siglosXVII y XVIII constituyó una concepción del mundo alternativa a lacosmovisión cristiana indiscutiblemente hegemónica en el medioevo yse tradujo en instituciones y pautas concretas de conducta que orienta-ron la vida de los hombres en todo el mundo. América no fue ajena aeste proceso y en ocasiones se consideró que la modemidad tenía.másposibilidades de plasmarse integralmente por constituir un territorioVirgen en el que sería más fácil organizar la sociedad desde las pautasmodernas. El proceso de revoluciones independentistas que desde fi-nes del siglo XVIII se desarrolla en el continente es expresión del climade ideas de la modernidad.

2.El siglo XIX: críticas y replanteos de las ideasde la modernidad

En 1o económico-social, el siglo XIX es la época de la consolidacióndel desarrollo industrial iniciado en la segunda mitad del siglo ante-rior, con la aplicación en gran escala de la máquina de vapor a las co-municaciones y la producción. Con la Revolución industrial se desa-rrolla un nuevo sector social, el proletariado o la clase obrera, que tra-baja en las minas de carbón y en las fábricas y que va a librar impor-tantes luchas sociales, que en algunos momentos se transformarán enluchas políticas. Todo el período está marcado por un ascenso cons-tante en todos los países europeos de Ia burguesía. En todas partes essu capital el criterio que sitúa a los individuos dentro o fuera de lamisma. La burguesía, por una parte se opone a la nobleza; por la otra,se opone a las reivindicaciones obreras y popularés, siendo ella mis-ma heterogénea y tejiendo alianzas alternativamente con uno u otrosector social.

En el plano político la primera mitad del siglo XIX oscilará entre larevolución y la restauración, entre las repúblicas o monarquías consti-tucionales y las monarquías o imperios absolutistas. Ya en la segundamitad, la revolución política se desvanece y lo que predomina es eldespliegue del capitalismo en el mundo,

La restauración, después de la derrota de Napoleón en 1815,reacciona contra el Iluminismo. De Maistre y de Bonald, pensadores

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tradicionalistas, desechan la posibilidad de que el hombre progr¿rmeracionalmente la sociedad. Ef segundo de los nombrados afirma: "Elhombre no puede dotar de una constitución a la sociedad poiítica, co-

mo tampocó puede dotar de gravedad a los cuerpos o de exteusión a

la materia". (7)En una orientación similar, para la Escuela histórica del derecho

que se desarrolla con fuerza en Alemania, la generación anterior care-

iía de "sentido histórico". Se desenvuelve el nacionalismo que consti-tuirá una fuerza política importante en el siglo XIX y que enfatiza co-

mo elementos diferenciadoies de la nación los aspectos geográficos,étnicos, religiosos y lingüísticos, reivindicando el aolkgeist, el cspíritudel oueblo, v las tradiciones nacionales..

Én.euticíad, aunque el siglo XVIII, llamado el "siglo de las lttces",es el siglo del auge de la razón universalista y de la idea de.prtrgreso,no faltárán en el mismo tendencias que cuestionarán tanto la idea de

pfogreso como la posibilidad de una razón universalista en el planrlpráctico y aun en el teórico.^

Exprésión de estos cuestionamientos a la modernidad es el alemán

Johanñ G. Herder quien en su Filosofía de Ia historia para Ia educnción cle

la htmnnidnd sostiene Llna concepción providencialista de la historiaen la que cada pueblo debe desarrollar sus Plopias institttciones y for-mas espiritualés que le son características. Para Herder, cada ópoca

constituye una plénitud en sí y no hay progreso_en la historia. Las

ideas deHerdefse ampliarán y desanollarán en el romanticismo ¿r1e-

mán del siglo XIX, cuyos ideaies se contrapondrán marcadamerrtc al

Iluminismo del XVI[.Mientras el lluminismo se identifica con 7a rcz6n y la ciencia, el ro-

manticismo tiene una mayor inclinación por la emoción, Ia fuerz'a,Iasensibilidad y lo instintivo. El romanticismo privilegia la excitación yla aventura ala tranquilidad y la seguridad; aprecia las p_asiones fr-rer-

tes y destructoras -é1 amor romántico- que pueden culminar.con la

muórte del enamorado. Lo estético es más valorado que 1o utilitario.Los románticos admiran lo exótico y 1o misterioso que se identificacon lo remoto, 1o asiático, 1o antiguo, lo primitivo, la naturaleza, y rei-vindican la Edad Media y sus historias de castillos y brujas. se iclcali-zan las labores campesinas y se condena el industrialismo -en ul1a

época de pleno desárrollo industrial- que se asocia con 1a fealdad.Li personálidad debe liberarse de la moralidad y_los c.onvenc.ionalis-mos sociales al servicio del orden. Hay un culto del héroe y del granhombre que vive la vida intensa y arriesgadamente. Políticamerrte elromanticismo es antiuniversalista y nacionalista, considerando que lanación es una especie de organismo que Posee un alma o^espíritr-r que

la anima, siendo los individuos miembros de la misma. Separados de

la nación, los individuos no son nada, pierden sus "taíces", para llsaruna metáfora naturalista frecuentemente empleada por los romántictls.El romanticismo es fuertemente antiliberal en la medida en que cl li-beralismo considera a la sociedad como la suma de los individuos ydefiende los derechos de éstos. Como contrapartida, es fuerteme-'ntcaristocratizante. Por sus propias concepciones, el romanticismo es ulr

movimiento más literario que filosófico y que dará grandes poetas co-mo el inglés Byron o el italiano Leopardi.

La crítica de la modernidad en el siglo XIX iniciada por el romanti-cismo culminará en su segunda mitad con el pensamiento de un filó-sofo extremadamente corrosivo: Federico Nietzsche. Para éste, la filo-sofía occidental, con excepción de Heráclito y otro puñado de filóso-fos, ha sido una filosofía del ser que busca un fundamento absoluto yque se ha olvidado del devenir, una filosofía del concepto que ignoralá vida y la voluntad de vivir, una filosofía de la razón que se opone altestimonio de los sentidos. Nietzsche también critica la moral por stlantinaturalidad, por su oposición a la vida, por condenar los instintosy por constituir una evasión del mundo real, de las condiciones con-cretas de existencia. En realidad, la moral tradicional es para Nietzs-che una moral de esclavos que exalta el dolor, la pequeñez, la humil-dad, la amabilidad, la bondad,la objetividad, el amor al prójimo y queniega la que sería una moral de señores que apreciaría la vida, el po-der, la grandeza, el placer,la virilidad. La moral tradicional ha signifi-cado un ascenso de los valores de los débiles; el liberalismo, la demo-cracia, la Revoluci.ón Francesa y Ios movimientos sociales del. sigloXIX se inscriben en esta línea valorativa a la que Nietzsche opone lavoluntad de vivir que es el mayor desmentido a la objetividad, aligualitarismo, a la piedad y a la compasión. Vivir es arriesgar la vida yvivir peligrosamente. La crítica de la religión comienza por hacer no-tar que la religión nace del miedo. El cristianismo invierte los valoresgreco-romanos y destruye ios valores de los pueblos germánicos, labestia rubia, el germano bárbarc, es domesticado. E1 cristianismo sig-nifica la pérdida del sentido de la tierra, la pérdida de los instintos yla introducción de los valores mezqtrinos, propios del rebaño, y de lanoción de pecado, una idea que atenta contra los instintos de la vida.

Para que el hombre viva, Dios ha de morir; para que la vida fl,orcz-ca en la tierra, no debe haber más allá. Pero Dios ha rnuerto como fru-to de la modernidad. A través de las experiencias del antropocentris-mo del Renacimiento, el racionalismo desde Descartes, el poder delpueblo con la llustración y del auge de la ciencia con el positivismo,no hay lugar para Dios en la cultura moderna que es una cultura secu-larizada. Hemos matado a Dios.

Como resuitado de la muerte de Dios, el hc'¡mbre moderno ha llega-do al nihilismo que significa una falta de metas, una falta de respues-tas a los porqué que se habían respondido desde Dios. Nos hallamosperdidos. No hay posibilidad de obrar a partir de un fundamento sóli-do. La experiencia del nihilismo se acentuará en la experiencia vitaldel siglo XX después de las dos grandes guerraÉ mundiales y todossus horrores.

Pero el siglo XIX no es todo romanticismo, sino que en buenamedida puede entendérselo como una continuación crítica de la líneaque arráncando con Descartes'y e1 empirismo británico se prolongahasta el Iluminismo y Kant. Tres son los grandes pensadores que ex-presan esta continuidad crítica respecto de ia Ilustración: Comte,Hegel y Marx.

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Augusto Comte funda el positivismo en la primera mitad del sigloXIX. fQué significa."positivo"? Comte dice que positiv-o significa 1o

real fiente a lo quimérico o 1o fantástico, lo real es lo dado en la expe-

riencia; positivó también significa lo útil, frente'd lo ocioso, con 1o

cual Comte defiende una cbncepción instrumentalista del conoci-miento que tiene fuerza por lo ménos desde Bacon; positivo significatambién-lo preciso, contra lo vago, 1o indefinido; positivo es lo cons-

tructivo, lo organizador, frente a lo destructivo; por último, positivoes lo relativo, Irente a 1o absoluto, conocimiento de fenómenos, no de

esencias.El punto de partida de Comte es una filosofía de la historia que se

resume en la ley de los tres estados. En el estado teológico se explicanlos fenómenos por medio de seres sobrenaturales, Sus fases son el feti-chismo, el poliieísmo y el monoteísmo, y se corresponde con ull po-der espiritual teocrático y un poder temporal monárquico unidos en

un estádo de tipo militar. El estado metafísico afranca del monoteís-mo y despersonaliza la fuerza divina, y la causa de los fenómenos pa-,u.á ,". ideas abstractas o principios iacionales. Es un péríodo críticoen el que irrumpen las fuerzas negativas, disolventes de la intcligen-cia. En el estadó positivo la especulación metafísica es sustituida poruna investigación de los fenómenos limitada a la búsqueda de sus re-

laciones. Erieste estado, los sabios o científicos pasan a desempeñar el

poder espiritual que antes ejercieran los teólogos y los industriales-ocupan

el poder témporal que en el primer estado ejercieran,lc)s mo-narias. Está reivindicación de los industriales es de origen sait]tsimo-niano y en ella se expresa el carácter burgués y la aguda perccpciónde Comte de la impoitancia de este nuevo sector social que se está de-

sarrollando con la revolución industrial. El pasaje por los tres estados,además de una dimensión social tiene una dimensión individual: elniño es un teólogo; el adolescente, un metafísico; y el adulto, un cien-tífico o una mentalidad positiva.

La ciencia, para el positivismo, se aPoya en una metodología gene-ral de tipo ináuctivista. Los hechos singulares son conocidos por laobservación y la experimentación; no hay conocimientos a pr-iori; po¡vía inductivá se pubden llegar a establecer leyes que no explican losfenómenos, sino que describen las regularidades observables en losmismos. La cienciá tiene un carácter instrumental, es valiosa porquesirve a la técnica y a la industria.

Las ciencias sé ordenan en una jerarquía que tiene en su base a laciencia más general, menos compleja y que ha alcanzado en primertérmino el esiado positivo: la matemática; apoyándose sobre la mate-mática se encuentia la astronomía que es un poco menos general ypoco más compleja que la matemática; a continuación se hallan la físi-ia, la química,^la biología y, finalmente, la sociología. Esta última es la

más compleja, la menos general y la menos desarrollada,La sociológía es concébida por Comte como una ciencia natur¿rl, la

denomina "física social" y tiene por objeto establecer las leyes qut. ri-gen el desarrollo social como el de un organismo vivo. Comte lamen-ta que la sociología todavía esté en pañales y atribuye a este esc¿lscr

desarrollo los desórdenes sociales de su época. Naturalmente, el atra-so de la sociología se explica por la complejidad del objeto de que se

ocupa: el hombre en sus relaciones sociales, lo que ha hecho que toda-vía no haya llegado al estado positivo. Cuando la sociología ingrese,con Comte, al estado positivo, la humanidad en su conjunto habrá in-gresado al tercer estado. Esta concepción de las ciencias sociales comoáesarrollo de las ciencias naturales es típica del positivismo.

En la sociología de Comte se distinguen la estática y la dinámicasocial. La estática social estudia al individuo,la familia y la sociedaddesde la perspectiva del orden, es decir, desde la estructura que le daa estos objetos estabilidad y ffumeza La dinámica social, en cambio,estudia el progreso; es decir, el cambio, el pasaje de un estado a otro.Cada estado (teológico, metafísico y positivo) constituye una situa-ción transitoria, a excepción del último, que es el estado definitivo.

En una línea de pensamiento muy distinta de la de Comte, Hegel,en los primeros años del siglo XIX, en su Filosofía de la historia, trata dedemostrar que.el mundo de la voluntad no está sometido al azar, quelo que sucede en la historia tiene un carácter racional, que hay un es-píritu que se está desenvolviendo en la historia. La primera categoríaque surge al pensar el proceso histórico es la de "vaÍiación",1a de queen la historia todo pasa y nada permanece: "En la historia caminamosentre las ruinas de lo egregio" (8); pero a la categoría de variación in-cesante, sucede la categoría del "rejuvenecimiento": de la muerte sur-ge una nueva vida, como en el mito del ave fénix; pero la nueva vidano es idéntica a la anterior, la nueva vida encarna otro momento en eldesarrollo del espíritu, el espíritu se sublima. Cada pueblo, según He-gel, encarna un momento en el desarrollo del espíritu y ningún indi-viduo puede saltar por encima del espíritu de su pueblo. El papel delos grandes hombres de Ia historia es encarnar o interpretar adecua-damente el espíritu del pueblo,'éstos son los conductores de los pue-blos, como Napoleón, por ejemplo. En realidad, los grandes hombres,creyendo perseguir sus propios fines, su gloria, cumplen con el papelasignado por la historia. A esta superposición entre el fin de la histo-ria y el fin subjetivo, Hegel la llama la argucia de la razón. Con estascategorías analiza el papel desempeñado en la historia por cada pue-blo o cultura, desde China e India hasta los pueblos germánicos, con-siderando que "América es el continente del porvenir", es decir, quetodavía no ha ingresado en la historia universal pero lo hará en el fu-turo. A grandes rasgos, Hegel ve en el desarrollo histórico una mar-cha hacia mayores grados de libertad. En los grandes imperios orien-tales, uno solo, el emperador, es libre. En las polis griegas y la repú-blica romana, muchos, los ciudadanos, son libres. El cristianismo pro-clama la igualdad de los hombres ante Dios y, con la reforma protes-tante que reivindica la libre interpretación de la Biblia, los pueblosgermánicos encarnan eI mayor grado de libertad alcanzado.

A mediados del siglo XIX, Marx construye su filosofía sobre la basede las doctrinas de la filosofía clásica alemana, la economía políticainglesa y el socialismo francés. De la filosofía alemana Marx rescatabuena parte del pensamiento de Hegel y Feuerbach, un filósofo de la

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izquierda hegeliana. De la economía política británica, Marx toma lateoría del trabajo como base del valor, teoría ya enunciada por AdarnSmith y David Ricardo. Desde la revolución de 1789, Francia había si-do el cáldo de cultivo de doctrinas socialistas con figuras como Babeuf,que ya en1789 levanta las banderas rojas y que termina guillotinado, oSaint-Simon y hechos políticos de la envergadura de la Comuna de Pa-rís de 1871, primera experiencia de una insurrección obrera y popularque logra controlar París durante unos meses. Este pensamiento socia-lista es calificado por Marx como socialismo utópico/ como una exPre-sión voluntarista al que opondrá ei socialismo científico. Mientras lossocialistas utópicos imaginaban al socialismo como una vuelta haciaun pasado más simple, Marx lo entiende como el avance hacia unmayor grado de complejidad y desarrollo social, posibilitado por elcapitalismo.

Según Marx, el modo de producción capitalista lleva a una concen-tración de la burguesía -habrá

cada vez menos burgueses, cada vezmás ricos- y a la proletarizactín de la inmensa mayoría de Ia socie-dad, a una socialización cada vez mayor de la producción en grandesestablecimientos industriales, y conduce a crisis de superproduccióncon inevitables recesiones. De las condiciones en que se desenvuelve elmodo de producción capitalista surge la necesidad de un nttevo modode produición: el socialismo, en el cual se establecerá la propiedad co-lectiva de los medios de producción y desaparecerá la burguesía cotnoclase social. El proletariado, a través de la revolución social, puede ydebe acelerar el proceso de surgimiento de la ntteva sociedad. Lasideas de Marx inspiraron la mayor parte de los procesos revoluciona-rios del siglo XX.

Hegel, Marx y Comte expresan, cada uno a su manera/ un pensa-miento que cree ver en el desarrollo histórico de la humanidad unacierta lógica: desarrollo del espíritu, lucha de clases y pasaje de la ig-noranciaal conocimiento, respectivamente. Los tres además confían enque la humanidad puede progresar, y en algún caso hasta afirman queel progreso se ha de producir inexorablemente, aunque definen esteprogreso de manera distinta: el reino cle la libertad bajo la monarquíaionstitucional pata Hegel, el estado científico-positivo en el que la so-

ciedad es dirigida por los industriales para Comte y la sociedad socia-lista producto de la lucha de clases para Marx. Los tres tienden a pgn-sar en términos de la humanidad en su conjunto y aLlnque a ellos lesinteresa el desarrollo del individuo y su libertad, encltentran las posi-bilidades de realización del mismo inscibiéndolo en proyectos colecti-vos. También con grandes diferencias entre sí, Hegel, Marx y Comtecuestionan las ideas iluministas y la revolución francesa, Pero sus teo-rías se desarrollan tratando de corregir, mejorar y superar estas icleasque son el punto de partida de los tres. Es Por eso que los considera-mos como éxpresiones de la modernidad que aunque producidas en elsiglo XIX, tendrán una gran influencia a lo largo del siglo XX.

Desde Descartes hasta Marx, las ideas de la modernidad surgidasen interacción con la lucha política y el desarrollo científico- tecnológi-co modelaron el mundo en el que vivimos. Aunque en Pugl1a entre sí,

rnuchas veces desvirtuadas al llevarse a la práctica y hasta habiendo

engendrado criatrtras monstruosas, su sello se encuentra presente en

las"instituciones políticas y las prácticas sociales desde la salud a laeducación, en los valores, las creencias y las actitudes de millones de

hombres por todo el planeta. Cuando Charles Chaplin,,en-plena Se-

eunda Gúerra Mundiil, en "El gran dictador" llamaba a luchar, lo ha-

ííu puru liberar al mundo y acabar con las barreras, los odios y ld into-

lerancia -ideal ttniversalista-r por un mundo con raciocinio y en de-

mocracia, en el que la ciencia y el progreso nos conduzcan a la felici-dad, es decir, levantaba todavía los grandes ideales de la modernidad'Terminada la guerra... ¿se realizaron estos ideales? y 1o que es más im-portante ¿continuaron o continúan, los mismos, iugando un papelbrientador, siendo movi lizantes?

Para contestar estas preguntas debemos detener por ahora el reco-

rrido por las ideas de lá modernidad y pasar a considerar los cambiosclue eñ el orden económico social permiten hablar de sociedades pos-ihdustriales, que constituyen el ámbito en el que se desarrollan las

ideas de posmodernidad.

3. Sociedades posindustriales y culturaposmoderna

Podemos ahora volver atrás y recordar que, para Lyotard, la posmo-dernidad sería ttna edad de la cultura que se correspondería con un ti-po de sociedad a la que se llama sociedad posindustrial. Para compren-der entonces la cultura posmoderna, debemos ahora presentar sucinta-mente las sociedades pósindustriales, el marco en el que se gesta la cul-tura posmoderna.

Lá sociedad posindustrial, también llamada capitalismo tardío, eratecnotrónica, se habría desarrollado fundamentalmente en los paísescapitalistas avanzados ltrego de finalizada la segunda guerra mundiai,deide los años cincuenta en adelante y se caracterizaría Por un notabledesarrollo de las fuerzas productivas -a través de la automatización yla cibernética- que produciría una enorme riqueza material, y unaprofunda modificáción en la composición de las clases sociales: dismi-ñución de la cantidad de obreros agrícolas e industriales, aumento deprofesionales liberales, técnicos, científicos y empleados, Las socieda-des industriales se habían desarrollado sobre la base del modelo taylo-rista de producción en grandes series, la línea de montaje que tan fácil-mente sé asocia con la producción de los sólidos Ford T, y que en sumomento satirizara Cháplin en "Tiempos Modernos"; en cambio, enlas sociedades posindustiiales predominaría la producción de, relativa-mente, pequeñas series de articulos que son fabricados para una dura-ción mücho más breve, ya que la constante innovación tecnológica los

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tornará obsoletos rápidamente. Dicho en forma gráfica.: y? "9

hqy

;;;; p;;r modelos he televisores o heladeras repétidos hasta el infi-

,",itó, r'itro una infinita variedad; tampoco,ge pretende- qu€ estos artícu-

los vayan a "durar toda la vida", sinb un corto período detiempo por-

árr" pío'to serán reemplazados por modelos más avanzados. Por otra

dartá, el sector terciarió, la prodücción de servicios concentra la mayor

parte de Ia población econbmicamente activa, porque la industria au-

iomatizada necesita menos personal pero mucho más capacitado' En

"ri" .ont"*to, el conocimiento es la fierza de producción fundamental

v la información v su adecuada circulación ei imprescindible para el

á*ito ¿" los empíendimientos económicos. También _la producciónugtopu"rruriu rrir" importantes modificaciones: conünúa el desarrollo

á?fá i"."ificación, pbro hay mucho.más cuidado en el -e.mpleo

de

ugroq"imicor, upr".iáttdose una producción más "natural", libre de

uE".rüu contaminantes' Los cultivos orgánicos, sin embargo, no suPo-

;il; retorno a métodos artesanaleslsino, por ejemplo, un control

biológico de plagas que requiere un gfan conocimiento de las distintas

esoecies V una tecnoiogía capaz delnterferir en su reproducción sin

ni'."riduá de rociar los"cultjvbs con productos químicos de alta toxici-

dad.Las modificaciones tienen lugar no sólo en la faz productiva, sino

también en la comercialización de millones de mercancías en la que se

desarrollan nuevas y sofisticadas formas de marketing. El supermer-cado tradicional, por ejemplo, en el que se compra y vende masiva-

Áente ,rru gu'''r du próduitos poco váriados, se corresponde más bien

""n tu fase industriai; hoy, en cambio, los grandes suPermercados rea-

lizan sus ganancias sobie la base de diseñar políticas de venta muycuidadas [ara intentar diferenciarse evidenciando_un gran conoci-

miento ae tas necesidades y deseos de los clientes. Ejemplo de estas

potiti.ur es el ofrecimiento áe múltiples productos, envasados de dis-

tintas maneras, con presentaciones^espéciales, premios, y asociados

entre sí (una gaseosa'puede venderse junto con un vaso.que tierre im-pr"ru ,rr-tu imígen de ios "simpsons")' Quizás 1a cara más visible para

ii jru" públicó de las .ruerras formas de comercialización esté dada

poi ta piesencia de los "shoppings", esos gigantescos centros comer-

liut"t ,j,t" constituyen un móñumento ai consumo y que reorganizan

la vida'de millones de personas pues, al decir del norteamericano AlanT. Durning:

,,Los centros comerciales se convirtieron en laS plazas de nuestra vi-da pública, y las marcas y cadenas de negocios que allí conviven son

loslconosde nuestra cultura popular'" (9)

El "shopping" es el sitio por el que circulan Personas y mercancías

y, urr.qrd órigTnario de Esüdos Unidos de América, se extiende porjápf,n y Euroia y también en las sociedades subdesarrolladas donde,

según el mismo Durning:

,,Los ciudadanos más ricos de las naciones pobres emulan este

consumismo como mejor pueden y Pafa ello construyen_palacios de

.á-ptut amurallados en medio de la suciedad y la escualidez de sus

ciudades".

Las líneas de producción y comercialización correspondientes a las

sociedades posindustriales requieren actualización e innovación cons-

tántes, deciéiones rápidas y deicentralizadas, incompatibles con los re'

,írrr"r,"r fuertemenfe burocráticos de la unión soviética y los países

E"l grt" que habían resuelto exitosamente, en cambio, los problemas

correspon-dientes a una sociedad industrial, hasta los años cincuenta o

sesenti. La decadencia de estos regímenes a finales de los ochentapue'

áe explicarse como el resultado de no haberse adaptado a las condicio-

nes db la época posindustrial, lo que hizo que sus economías dejararr

J" t"r competitiúas internacionalmente y se abriera un abismo entre la

ápulencia áel consumo entre grandes sectores del oeste y la austeridad

en el este.Estos cambios en 1o económico han significado una modificación

importante en varios otros órdenes y, en particular, han implicado,,,róuur demandas al sistema educativo, ya que la producción necesita

un trabajador que tenga una buena.formación general que le permitaadaptarje a nué,ras teáoiogías a lo largo de- su vida productiva; la co-

mercialización requiere un empleado más calificado.Como ya se dijó, las sociedádes posindustriales se han desarrollado

plenamente en los llamados países capitalistas avanzados en la segun-

da mitad del sigio XX. sería allí donde se habría gestado la cultura pos-

moderna, pero*gracias a los medios de comunicación dicha cultura se

extenderíirápid'amente por todo el mundo, aun en los lugares que es-

tán muy lejoó de constituir sociedades posindustriales o que viven laépoca de p'osindustrialización de un módo muy distinto, 9or.no

lo son

lós paísejsudamericanos. Por otra parte, vale la pena señalar que elconiepto mismo de sociedad posináustrial no

-es aceptado por otros

autorés que prefieren hablar dé capitalismo tardío o capitalismo avan-

zado pari reialtar que de 1o que sé trata es de la etapa del capitalismomultinacional, en lá que el capitat se extiende a territorios o dominiosantes no tan mercantilizados óomo los relacionados con la producciónestética que, como lo hace notar el norteamericano Fredric Jameson, ensu libro Él posmoclernismo o la lógica cultural del capitalismo aaanzado (10),

recibe hoy'apoyos institucionalés y canaliza inversiones multimillona-rias, desde lós vestidos hasta los aviones, pasando fundamentalmentepor la arquitectura cuyos productos están más cercanos a la economía,con cifras de negocios siempre crecientes.

La otra cura de este capiialismo tardío sería, en'la visión de sus críti-cos, la ampliación de la biecha que separa a ricos y pobres y la extensiónde la marginalidad social aun en las |ropias sociedades capitalistas de-sarrolladai en las que coexisten, apenas separados Por un muro- y unoscuantos agentes clé seguridad, el mundo mostrado en "Dallas" o "Di-nastía" coi los "homel"ess" y toda clase de marginados,,principalmenteinmigrantes que provienen-de los países más pobres: hispanos,en los

Estad'os Unidós db América, aÉricanós y asiáticos en Europa Occidental.

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4. Las ideas de posmodernidad

En una primera aproximación y considerada negativamente, laedad de la cultura que llamamos posmodernidad y que se correspon-dería con las sociedades posindustriales, como contrapuesta a la mo-dernidad, sería la época del desencanto, del fin de las utopías, de laausencia de los grandes proyectos que descansaban en la idea deprogreso. Como ya se dijo, esta idea, con importantes diferencias enla manera de concebirla, está en la base de las grandes filosofías he-gemónicas, de los sistemas de ideas que han tenido una gran influen-cia en la sociedad, en los siglos XVIII,XIXy XX: el iluminismo, el po-sitivismo y el marxismo, y sus expresiones políticas principales, des-de el conservadurismo democrático hasta el comunismo pasando porel liberalismo, el socialismo y aun los populismos. El desencanto se

produce porque se considera que los ideales de la modernidad no se

iumplieron, menos aún si se entiende que dichos,ideales eran uni-versalistas, es decir, debían valer para toda la humanidad. Así, Es-ther Díaz, profesora de filosofía de la Universidad de Buenos Aires,afirma:

"El proyecto de la modernidad apostaba al progre\ Se creía quela ciencia avanzaba hacia la verdad, el arte se expandiríá..como formade vida y la ética encontraría la universalidad de normas fundamen-tadas racionalmente. No obstante, las conmociones sociales y cultura-les de los últimos decenios parecen contradecir los ideales modernos.La modernidad, preñada de utopías, se dirigía hacia un mañana me-jor. Nuestra época desencantada, se desembaraza de las utopías." (1,1)

Lyotard, por su parte, denomina, peyorativamente, "grandes rela-tos" (12) a los proyectos o utopías cuya finalidad era legitimar, darunidad y fundamentar las instituciones y las prácticas sociales y polí-ticas, las legislaciones, Ias éticas y las maneras de pensar. Uno de losgrandes relatos modernos es de origen hegeliano: la historia humanaes concebida como la marcha del espíritu hacia la libertad, todo loreal es racional y todo lo racional es real. Otro de los grandes relatoses el de la emancipación de los trabajadores y la lucha por la socie-dad sin clases, de origen marxista. Un tercer gran relato de origenpositivista promete un mundo de bienestar para todos basado en eldesarrollo de la ciencia y la industria,

A la luz de estos "grandes relatos", para aceptar provisionalmenteel nombre con que Lyotard denomina a estos proyectos de la moder-nidad, se podía fundamentar la institución escolar; formación del es-píritu y búsqueda del saber por el saber mismo en las pedagogíasidealistas de tanta influencia en el desarrollo de una escuela clásica,humanista y "desinteresada" o por lo menos no crudamente utilita-ria, apoyada en la enseñanza del arte, la ciencia y la filosofíai con-cientización para la emancipación y escttela productiva en las peda-gogías de orientación socialista; escuela científica y tecnológica, conbase en la biología y la psicología, desprecio por la metafísica y

afirmación explícita de fines utilitarios, en Ias pedagogías de orienta-ción positivista Y liberal.

Pero, según Lyotard, todos los "grandes relatos" han entrado en

crisis, han sido invalidados en el curso de los últimos cincuenta años,por diferentes acontecimientos, desde los campos de concentración,'ou"s no todo lo real es racional, hasta la crisis del marxismo en lalersión de los países del este. Estas diferentes maneras de contar unahistoria universal de la humanidad que conducen a la emancipaciónde la misma han fracasado. Es la muerte de las utopías o de las ideo-logías (en el sentido de sistemas de ideas que apuntan al futuro yprórneten, cada uno a su manera, emancipar a la humanidad). DiceLyotard:

"El pensamiento y la acción de los siglos XIX y XX están domina-dos por la idea de la emancipación de la humanidad. Esta idea es ela-borada a finales del siglo XVIII en la filosofía de las Luces y en la Re-volución Francesa. El progreso de las ciencias, de las artes y de las li-bertades políticas liberará a toda la humanidad de la ignorancian de lapobreza, de la incultura, del despotismo y no sólo producirá hombresfelices sino que, en especial gracias a la Escuela, generará ciudadanosilustrados, dueños de su propio destino.

"De esta fuente surgen todas las corrientes políticas de los últimosdos siglos, con excepción de ia reacción tradicional y del nazismo. En-tre el liberalismo político, el liberalismo económico, los marxismos,los anarquismos, el radicalismo de la IIi República, los socialismos,las divergencias, incluso violentas, pesan poco si se las compara conla unanimidad que reina en todas partes cuando se trata del fin que seha de alcanzar. La promesa de libertad es para todos nosotros el hori-zonte del progreso y su legitimación. Todos conducen o creen condu-cir hacia una humanidad trasparente para sí misma, hacia una ciuda-danía mundial.

"Estos ideales están en declinación en la opinión general de los paí-ses llamados desarrollados. La clase política continúa discurriendo deacuerdo con la retórica de la emancipación. Pero no consigue cicatri-zar las heridas infringidas al ideal 'moderno' durante casi dos siglosde historia. No es la ausencia de progreso sino, por el contrario, el de-sarrollo tecnocientífico, artístico, económico y político, lo que ha he-cho posible el estallido de las guerras totales, los totalitarismos, la bre-cha creciente entre la riqueza del Norte y Ia pobreza del Sur, el de-sempleo y la 'nueva pobreza',la deculturación general con la crisis dela Escuela..." (13)

La declinación de los ideales modernos, un hecho que constata enla opinión pública de los países desarrollados, sería, según Lyotard, elresultado del desarrollo de los mismos que han llevado a las guerras,los totalitarismos, la pobreza, etc. Sólo él lenguaje de la política consus promesas y sus exhortaciones por un mundo mejor, seguiría sien-clo moderno, p€ro, también en este campo, en los últimos tiempos, eltema de la presunta mnerte de las ideoiogías es uno de ios tópicos

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que se ha convertido en un lugar común del lenguaje de vastos secto-res políticos que justifican de esta manera una conducta pragmática yla adaptación de su discurso a las nuevas condiciones. Por otra parte,el surgimientc¡ de candidatos ajenos por sus antecedentes al mundo delh politica supone una asunción de los políticos tradicionales de la cri-sis en que se encuentran.

La modernidad fue un producto típicamente europeo en sus oríge-nes y cuando se extendió, en nombre de 1o universal, fuera de Europalo hizo de una manera avasallante; frente a ella sucumbieron culturasasiáticas, africanas y americanas que carecían de un desarrollo científi-co-tecnológico comparable al europeo. Sin embargo, allí donde habíafuertes culturas autóctonas, la modernización de las sociedades fue só-1o parcia| y puede hablarse de una modernidad periférica; en cambio,doñde la inmigración europea ocupó un espacio vacío o desalojó a dé-biles culturas indígenas, como en Estados Unidos de América o Aus-tralia, los principios de la modernidad caiaron hondo. Hoy, que se

anuncia una crisis o un colapso definitivo de la modernidad, hay unespacio para que reaparezcan los particularismos culturales en su mo-ménto sometidos, Así, por ejemplo, la crisis de los principios de la mo-dernidad también ha sido diagnosticada desde ciertas cosmovisionesorientales que consideran que las ideas de dominio de la naturalezadesarrolladás en Occidente a partir de Bacon y Descartes están llevan-do a la aniquilación de la vida y la destrucción del mundo. En esa lí-nea, Takeshi Umehara, filósofo japonés contemporáneo se pregunta:

"¿Es tan difícil, hoy en día, ver que la modernidad, por haber perdi-do su relación con la naturaleza y el espíritu, no es otra cosa que unafilosofía de muerte?" (14)

Si es cierto que asistimos al colapso de las filosofías de la moderni-dad, si se trata de una crisis terminai, corresponde preguntarse qué al-ternativas se abren o cómo es el mundo posmoderno.

La posmodernidad no sería un Proyecto o un ideal más, sino, por elcpntrario, lo que resta de la crisis de los "grandes relatos", 1o que queda

y'e Ia clausurá de las ideologías. De ahí la denominación de "condición

/ posmoderna",ut.'ltzada por Lyotard, para indicar que se trata de un es-tado de cosas en el que vive el hombre contemporáneo de los países ca-

pitalistas avanzados. La posmodernidad tendría la fuerza de los hechosionsumados, pero no es unívoca la interpretación y valoración de esoshechos; por el contrario, distintos autores han destacado ciertos sucesosy menospreciado otros con lo que han llegado a distintas cosmovisio-nes posmodernas, a veces contrapuestas entre sí.

Una primera pregunta que podría formularse es: ¿qué queda cuan-do se d-esvanecen las utopías? En lugar del futuro, el presente y algodel pasado. Esto se advierte en el lenguaje. La modernidad había acu-nadó toda una constelación de palabras que giraban alrededor del tér-mino "futuro", palabras que sólo tenían sentido por referencia al mis-mo tales como t'ideal", "ptoyecttt", "progreso", palabras que habíanservido corno nombre de ciner;, ieratros, mueblerías y confiterías.

También estas palabras (podría constatar Lyotard) se encuentran en,,declinación en la opinión general" y no sólo en los países desarrolla-

dos. En su reemplazo, se acuñan o reactualizan otras expresiones máspropias de la época como "reciclaje", "telax", "imagen", "consumo",,finut d" la historia", etc. En lo que sigue exploraremos las ideas de

Dosmodernidad en las áreas de la arquitectura y la expresión estética,

ias concepciones antropológicas y el mundo de los valotes, las nuevasactitudes ante la ciencia y las teorías sobre el final de la historia, consi-derando a diversos autores que han llamado la atención sobre ideas ysucesos que signan el mundo en que vivimos.

5. La cultura de la imagen: otra estéticaEn arquitectura, la piqueta qire en nombre del progreso derriba

lo viejo sería tfpicamente moderna, el "reciclaje" qre recupera elpasado, posmoderno. Otra tendencia de cuño posmodernista es el

irredominio de lo ornamental y lo escenográfico; columnas de plás-tico que nada sostienen, arcos que nada dividen, etcétera, por s^obrelo racional y lo funcional, que definían, en general, el punto de vistamoderno. Producto de volver superficialmente la rnirada al pasadoson las "modas retÍo", el culto por las antigüedades o la nostalgiairónica de los programas radiales o televisivos dedicados a las déca-das pasadas. En forma paralela, en arte y literatura, se imponen ladeconstrucción y la recomposición, es decir, la descomposición deun todo y.la organización de un nuevo producto con la mezcla departes, dando lugar a un "collage", la ruptura de la distinción entreliteratura y crítica, cierto populismo estético y el desvanecimientode la antigua frontera entre la cultura de élite y la cultura comercialo de masas.

Las tecnologías audiovisuales tienen un papel hegemónico en lacomunicación y gracias a ellas todo es omnipresente, con todo sepuede jugar; y todo lo ocupan: la televisión no trasmite sucesos queacontecerían igualmente sin ella, sino que las cosas son hechas paraser televisadas, hasta hay un sexo telefónico y muchas imágenes,muy sofisticadas acompañadas de pocas palabras, constituyen latorma de comunicación predominante. Signos icónicos para indicaral peatón qrte debe deteñerse o que puedé avanzar, paia señalar eltoilette de varones y mujeres, logotipos en la papelería de las gran-des empresas, pero también en el pequeño emprendimiento fami-llar, porque, en todos los casos, la comunicación,por la imagen pre-domina. "No lo diga, muéstrelo" es la consigna, y como lo anunciauna agencia de publicidad "Para muestra basta una imagen", al la-do del dibujo de un... botón, La multiplicación de las imágenes pue-cle producir saturación en los receptores y condenar a las imágenesa una vida efímera: no están destinadas a perdurar, sino más bien aprovocar un impacto y orientar una conducta; impacto y con-ducta que se buscará tefotzat con nuevas imágenes. Aunque elespectador es bombardeado por las imágenes, no necesariamente

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permanecÉ! pa$ivo frente a las mlsma¡; átf, por elemplo, el nrgentinoEliseo Verón ha destacado las distintas condi¡cttr¡ (¡rl '11'11'yi{cnte

fren-te al televisor al señalar que:

"Hoy sabemos que el término genérico de zappingrecubre varios fe-nómenos diferentes. Los investigadores norteamericanos han identifi-cado cuatro tipos de comportamiento. El zapping propiamente dicho,acto de cambiar de canal cuando llega la tanda publicitaria que cortaun programa. El zipping, que consiste en acelerar el pasaje de un pro-grama que el individuo ha grabado en videocasete, con el fin de tsal-

tar' los spots publicitarios. EIflipping, que cambia de programa duranteuna emisión, sin que ese cambio tenga ninguna relación con la tandapubliciiaria. Y por último el grazing, que es una ida y vuelta perma-nente entre dos o más programas y que traduce la voluntad de seguirvarias emisiones simultáneamente." (15)

fute tipo de. conductas le permiten al argentino Oscar Landi pre-EuntárÉe no iólo qué eB lo que la televisión ha hecho con la gente, iinoquq P lo gua lr ¡¡entc hace con la televisión, constatando qüe hay unarcclón téelproce, Sbgún el mlrmo autor, el videoclip se conitituyé en ellcn¡urfe de fln de rl¡¡lo, t n t l vldeoclip predominán las siguieñtes ca-lrfhrhtlr'á¡ lécnlcnr y forrrrnlcs:

".,,'eollágs' eleelrónlco (lrnágenes movidas de objetos movidos en va-flar, eapar Fnpncl¡t lt,'{)i d ivisión, simultaneidad y' fragmentación de lanaffáelótl t'n planos_y significados; secuencias eh un tiempo no lineal;manlpuloclón digital de los colores y formas; absoluta artificiosidad dela composición de la imagen; simuláción de escenas; transformacionesgeométricas libres; efectos gráficos; fusión, disolución y simultaneidadde imágenes; superposiciones; tomas desde ángulos éxfremos; ilumi-nación desde atrás de la escena; montajes rápidos; utilización del dibu-jo animado, de'imágenes computarizadas y de la danza.,, (16)

Estas características tlel videoclip a las que se podría agregar la au-sencia de.palabras, se trasladan, en buená medida, al col¡ulto de laproducción televisiva; así, la otrora inmóvil señal de caáa canal seconstruye ahora con_el mecanismo del "collage" electrónico que termi-na ha.ciendo surgir de las profundidades de la pantalla el nú-mero queidentifica a cada emisora; los montajes rápidos, las superposiciones,fusiones, disoluciones, etc. están a 1á ordeir del día en ios programaspara jóvenes, que se acostumbran rápidamente a las pautas de i"n len-guaje visual muy.complejo y rápido y que se aburren frente a un pa-neo, una-cámara-fija o una comunicación con muchas palabras. La es-t_ética del videoclip también se traslada al cine en films como JFK deOliver Stone quien dice:

"|FK es una de las películas más rápidas. Son como esquirlas dirigi-das al cerebro. Tuvimos 2.500 cortes, quizás unos 2.200 enioques de óa-man." (17)

22

pert€, muchoi fllmr publlcltorlos ¡¡on cr*¡tosfslman y so-HlHertla¡ prrxlttr'cloncs hcchns sobrc la bnsc dc los recursos y la cs-Htir-a rlel vldt'ocllp, l,n publicidad, quc muevc millones de dirlares,¡€ trtrná onlnlpro$(.ntc; las marcas abandonan el púdico dobladillo yl€ ¡¡ltlbert, crlnrrt "Adidas" o "Benetton", en un par de zapatillas oEñ l¡tra¡ Ftl Brnn tamaño en una remera. La publicidad esáceptadaEEFñtl arte y t'l artista integrado al sistema social, en la medida enlHt lnr nu(rvos medios de producción, sofisticados y caros, sólo es-tfn rl ah'nnce dc ¡ryandes empresas o muy ricos mecenas. La pro-lgFelólt r,¡lótica posmoderna, a diferencia del modernismo artístico,[ ñtt etcnndnliza a nadie, por el contrario se encuentra incorporadaI la rulturn oficial de la sociedad occidental en la medida en que, co-ñA dlcu,f nmcstln, se ha integrado en la producción de mercanicías en

Itnerel, (ltt)Aunt¡rrt' más adelante será objeto de estudio específico, vale la

plna reñular que la escuela, en general, permanece al margen de es-h rtvolucirln en las comunicaciones que implican los medios e igno-rutte .lu la cultura de la imagen en lá que se encuentra, a pesai detue Etrn ülumnos, los jóvenes, son los mayores consumidores de esa€'Ultttrrt dt'la imagen. Como dice Oscar Landi:

"lin t¡n mundo hipermediado como el que vivimos, en el que unalmagcrr lrorra a la otra y una noticia desaparece rápidamente de lal¡r'Én$ ¡ror la superposición de otra nueva, la escuela podría jugarUñ ¡¡rnrr rol en la formación de competencias para clasificar, ordenar,lnterpretar, jerarquizar y criticar el tan fluido y caótico mundo delmágcnes y palabras en el que vivimos." (19)

Itlr r.l contrario, lejos de desempeñar el papel de un ámbito parapl ltlcido análisis del mundo de las imágenes, la escuela desarrollaFetr¡r los alumnos, en la figura de las autoridades y los profesores,tlnet lmagen, vetusta y obsoleta, que no puede competir con las imá-gent,s de los medios y cuyos mensajes son tratados como uno másrlo los que reciben'permanentemente.

6. Del sujeto moderno al individuo posmoderno

l,a modernidad había significado la emancipación del individuorh,l sometimiento al medio familiar o social. Desde la Reforma Protes-lrrrrtt' y la constitución del sujeto cartesiano, la consideración por el in-rllvicluo y el respeto de sus dérechos no habían hecho más que au-rtrcntar; no obstante, el individuo se inscribía en los grandes proyec-los colectivos. Para algunos autores, en la cultura posmoderna sertr't'ntúa el individualismo hasta el nivel del egoísmó, en un "proceso,lr.¡rersonalización" que abarca todos los aspectos de la vida social yr¡rrc significa, según el francés Gilles Lipovetzky (20), por un lado,lalr',rctura de la socializaciín disciplinaria !, por el otro, la elaboraciónrlt' uflá sociedad flexible basada en la información y en la

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Daz con los otros hombres, Ias otras especies vivas y en equilibrio con

iodo el medio ambiente. Muchos planieos ecologistas se inscriben en

"itu tin"u de pensarniento y se constituyen en un lugar común. en el

pensamiento áe vastos sectóres. Aunque estos planteos naturalistas de

[.tná orietrtal puedan enfrentarse en iruchos aspectos con la soóiedad

de consumo y lu utu del vacío de Lipovetzky, tienen en común,la diso-

lución del sujeto racional que se próponía transformar el mundo a tra-

vés de las gíandes utopíai, para dar paso,,Por una parte.a un suieto

egoísta y por el otro a un suietoque se disuelve en la naturaleza, parect-

dós, al fin y al cabo, en la pérdida de la autoconciencia'

7. Un nuevo papel Para la ciencia

Desde las ideas de posmodemidad no sólo se cuestionan los valores

estéticos y éticos, el ináividuo y el valor de las grandes ideologías, sino

tarnbién él papel y el lugar de"la ciencia en las nuevas condiciones' La

modemidaá habíá invÑado la ciencia y le había consagrado un lugarfundamental en la sociedad por sus Promesas de llegar a la verdad y lo-

grar un mundo meior. Estas promesás de la ciencia habían triunfado por

íobre las pro*"rur de la religión: verdad y salvación, y desde los siglos

XVII v XüUt habian definidoll ideal del científico como un hombre con-

,ugruáo a Ia búsqueda de la verdad y al servicio de la humanidad' Podía

ocürrir qu" a ,r"ces ambos ideales n"o coincidier?" y qYg se produjera el

consecuénte conflicto ético, pero esto no invalidaba los ideales'

Sin embargo, ambos ideáles son cuestionados en el siglo XX..La ver-

dad ya no puíu." poder alcanzarse. A lo sumo, las teorías científicas son

consíderadis comb una aproximación infinita a la verdad por-las con-

cepciones hipotético-deduitivistas de la ciencia sostenidas por Karl Pop-

pe'r y otros filósofos de la ciencia; estas conceP_ciones no serían Tát qY."

i¡naiazonable adecuación del ideal modemo.-Pero, posiciones más radi:

cales como la de Thomas Kuhn, autor de la obra La estructura de las reao-

luciones científicas (28), se fueron desarrollando desde los años sesenta en

adelante. Kuiin soitiene que en el desarrollo de la ciencia se producen re-

voluciones científicas que constituyen enfrentamientos entre_ paradig-

mas; es decir, entre uni teoría que define un campo, un área de proble-

mas v métodos legítimos, 1o suficientemente abarcadora y lo bastante in-

.o*ólutu para deiar muchos problemas Para ser resueltospor los.cientí-

ficos y otro paraáigma altemativo. Kuhn afirma que, en los momentos

de crísis, h ádhesiOi a uno u otro paradigma en disputa no puede deci-

dirse acudiendo a una instancia que esté por encima de los paradigmas,

ni por medios o procedimientos "científicos", pues estos mismos están

en'disputa. La adñesión a uno u otro paradigma es más bien una. cuestión

emocilnal que lógica. Todo esto le haie destácar la semejanza entre las re-

voluciones cientí"ficas y las revoluciones políticas. Kuhn ha llamado la

atención sobre los asp'ectos sociales de la ciencia, mostrando que en la

concreta producción áel conocimiento científico juegan un papel.impor-tante las comunidades científicas y sus preiuicios y que, aunque- la cien-

cia busca superar los condicionamientos ideológicos, no siempre lo logra.

¿1ffos aqtores/ como Paul Feyerabend, en obras como Trntado contra

¿ ñiiiao y Adiós a la razón (29),han ido.más lejos que Kuhn.en el cues-

íi""á*"i " de.las comunidades científicas a las que consideran como

"i'"oo, de presión política e interesadas, tras la bandera de la impor-

í*áiu ¿" liciencia, en-defender sus propios pnvilegios''*pár otra parte, desde la ciencia misma la idea de un universo regu-

Ur, oraunu.io, parece una utopía. Hay un lugar para.el azar y la idea de

,ir'"aifi.io cieñtífico perfectamente construido donde las teorías armo-

J"urr, ul menos en un momento dado, no Parece poder alcanzarse, des--Je

la coexistencia de las teorías de la relatividad y cuántica que no Po-árí* r"t simultáneamente verdaderas'"'il;"r;encia, la ciencia, según Lyotard, constituye simplemente

¡n "iueqo de lenguaje" (30) o, mejor, una pluralidad de juegos de len-

euaiá céados poi los científicos y no hay otro criterio de legitimidad

[ue el consenso de los que.partic¡pan' Lu otru gran promesa de la ciencia modema, el idea-l de un mundomeior que podría obtenerse gracias al desarrollo científico, se ve cues-

tioáadápoi las aplicaciones militares y la posibilidad de contaminacióny destruición de la naturaleza debida a las aplicaciones tecnológicás de

la ciencia.Sin embargo, vale la pena hacer notar que la crisis afecta los relatos

de la modernidad y el papel que ésta le había asignado a la ciencia, pe-ro no a los conocimientos científicos que se desarrollan en todas direc-ciones. La actitud posmodernista más general, en este respecto, es laaceptación de la ciencia, validada por sus aplicaciones tecnológicas, pe-ro iiespojada de los ideales de verdad y progreso. Sin embargo, al mis-mo tiempo, junto a la ciencia hay lugar para el mito, la magia o la reli-gión y piácticas de origen oriental

-cuestionadas por las grandes filo-

sofías de la modernidad- en la medida en que sean eficaces o presun-tamente eficaces. Así, la crítica posmodemista de la ciencia aunque ter-mina con cierto cientificismo que había reducido todo conocimiento aconocimiento científico, abré el camino a una ciencia que puededesarrollarse lejos de cualquier humanismo, que es otra forma delcientificismo.

8. Los finales de la historiaMás allá de la estética, las concepciones antropológicas, la ética y la

ciencia, otra área fuertemente conmovida por lalrrupción de las ideasde posmodernidad es la historia. Si los giandes próyectos de la mo-dernidad están agotados, si no hay lugar para la utopía de un futurodistinto, ¿puede todavía seguirse hablando de la historia humana co-mo un proceso abierto, no concluido o es más razonable pensar quelos países desarrollados han llegado a una especie de poshistoria, enla que nada significativamente nuevo es dable esperar?

En 1989 el norteamericano de origen japonés Francis Fukuyamapublicó un artículo que tuvo un alto impacto especialmente fuera de

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los medios académicos con el título "¿El fin de la historia?" (31)'

En el mismo se plantea que a lo largo del siglo XX el liberalismocontendió en la prime.u guerta muñdial con los restos del abso-

lutismo todavía iuerte en-Alemania y el Imperio Austro-Húnga-ro, luego con el bolchevismo triunfante en Rusia en 19L7, y con-tra el fáscisfno en la segunda guerra mundial y, finalmente, conel maoísmo chino q.t* i^enazába con la tercera guerra muldial'Con el derrumbe d'e Los regímenes comunistas en Europa. orien-tal y la Unión Soviética, qire en ese momento se insinuaba y "secontretaría poco después, ia democracia liberal de estilo occiden-tal habría qiredado sin rivales a la vista y la historia política de la

humanidad habría llegado a su fin'No habría ya, segúñ Fukuyama, un modelo social con preten-

siones de repíesentár una foima diferente y más avanzada de or-ganización áe la sociedad humana, aunque por mucho ii9*P"óodrían sobrevivir regímenes que no sean de tipo_ democrático-li-teral. Paralelamente,-asociada-a la democracia liberal, la culturaoccidental de consumo -música

rock, videocaseteras y esté-reos- sería la aspiración de todo el mundo, desde los campesi-nos chinos a los estudiantes españoles, desde Moscú a Teherán.

El ascenso del fundamentalismo religioso, manifiesto en los

años ochenta en el cristianismo, el judaísmo y, con más fuerza, en

la religión mahometana (especialmente.en el caso de Irán o Arge-lia) y áel nacionalismo y ofras formas de la conciencia étnica, se-

ríá'incapaces de poner seriamente en cuestión,-según Fukuya-ma, la preeminencia de la democracla liberal en los estados más

grandes y desarrollados del mundo." La podhistoria en la que ya se hallarían los países democráticosy desárrollados se cara"teiiraría por p,riorizar el desarrollo eco-

íó*i.o, el desentendimiento y la apatía política, la constrttcciónde riqueza material en grado acelerado.y.la,"mer.ca.dización co-

mún"'(por e1 Mercado Óomún Europeo) de 1a política. mundial;es decii, más centrada en la economía que en la política. La nooarticipación de amplios sectores en las elecciones, la crisis de re-preseniatividad de ios partidos políticos, el surgimiento de can-

hidutor no políticos, la^ importancia creciente que se. le otorga- a

los ministros de economía ^en varios países occidentales se expli-

caría por esta clausura de una lucha política en la que ya no hayalternativas excluyentes, sino apenas una diferencia de maticesentre candidatos,'ior lo demás, muy semejantes'

Esta clausura db la historia con ei presunto triunfo mundial de

la democracia liberal y la cultura occidental de consumo con sus

estéreos y videocaseteras, pero también con sus serios problemassociales óomo el facismo, [a violencia, la marginación y la droga,plantea también una clausura de los ideales de la modernidad,áfirmando, paradójicamente, que se han tealizado-, y. aceptandola condición posmoderna cómo un estado definitivo de lahumanidad.

Otros alrtores, como el ya citado Takeshi Umehara han

oolemizado con Fukuyama señalando que aJ.colapso del marxis-L;-;loue considera como una rama lateral desprendida de la

,"áh"."i¿"d, seguirá el colapso del liberalismo occidental, el

i;;; principal áe las ideas modernas' Con sus palabras:

,,T.eios de ser la alternativa viable Para ocupar el lugar del mar-*t"*r'derrotado y la ideología reinante 'al finalizar la historia', el

iifátutit-" será lá próxima pieza de dominó que caerá'" (32)

Como alternativa, el pensador japonés suPone que se desarro-

llará una sociedad humana en armonía con la naturaleza funda-áá ""

una ética mutualista y una concepción cíclica del tiempg,tradicional en las culturas orientales, que interpreta a la vida, la

muerte y la reencarnación como partes del mismo todo.La cláusura de Ia historia humana o la postulación de un ca-

rácter cíclico para la misma que la asimila a una historia naturalconstituyen desde distintas ópticas posturas que impugnan las

utopías y luchas por una sociedad mejor que se habían desarro-lladb con la modernidad,

9.La recreación de los proyectosde la modernidad

Las ideas de Lyotard, Lipovetzky y Fukuyama, con diferenciasinnegables entre sí, dan por sentado el final o el agotamiento dela modernidad y sus proyectos, y su reemplazo por una Posmo-dernidad sin utopías, individualista, eficiente, consumista. Fren-te a este panorama muchos autores han asumido una postura crí-tica de la posmodernidad y planteado la necesidad de recrear yprofundizar los proyectos de la modernidad.

Para el ya citado Alain Finkielkraut se trata de evitar la derro-ta del pensamiento que significa vivir en la época delosfeelings,los sentimientos, paia los que ya no hay ni verdad ni mentira,belleza o fealdad, sino uni pal"eta infinita de placeres, Finkiel-kraut cuestiona la exaltación de la noción antropológica de cultu-ra/ como el conjunto de hábitos o vaiores que el individuo ad-quiere por formar parte de la sociedad en la que vive, a la quecontrapone la noción de cultura como "la vida guiada por elpensamiento" que posibilita la constitución i la autonomía deltndividuo en el seno de la comunidad. Según Finkielkraut no senace individuo, sino que se llega a serlo superando la ignorancia,eI desorden de los apetitos, la mezquindad del interés privado,la tiranía de las traáiciones. La e<iucación debe significar laemancipación de la cultura antropológicamente concebida paraalcanzar la cultura del sujeto que se guía por el pensamiento, laemancipación del "yo" , ftente al "nosotros". Pero en el contexto

a1

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posmoderno los términos "educación" y "cultura" han sido vaciados'de contenido. Los ideales de la ilustraóión como los enunciaba Kantcon su "¡Ten el valor de servirte de tu propia tazónt" deben defender-

se frente al deslizamiento posmoderno.Desde una posición baitante similar a la anterior, g!lgentino juan

José sebreli en su libro El asedio a ln modernidad, de 1991, sostiene que

bn las últimas décadas,la sociedad occidental ha abandonado los ras-

gos que la distinguieron: racionalismo, creencia en la ciencia.y la téc-

ñica,'idea de pro[reso, humanismo, etc. El asedio a las ideas de la mo-

dernidad qué Se6ret hace remontar a Herder y"al ro_manticismo ale-

mán, se hibria multiplicado en algunas de las filosofías y ciencias so-

ciales del siglo XX corno el existerrcialismo heideggeriano, el estructu-

ralismo y ei posestructuralismo, la antropología culturalista, los di-versos oiientálismos y campesinismos y lás filosofías de posmoderni-dad que coincidirían ón ataéar a Ia modernidad'

párticularmente relevante es el análisis que realiza de la noción de

progfeso en el cual luego de presentar los ántecedentes históricos de

hiclía nocion ubica la concepción activista del progreso en el Iluminis-mo, expresión de la etapa révolucionaria de la burguesía-, muy distin-iu á" rá concepción fataiista del progreso que se desarrolla en el siglo

XIX. La tr"guéió.t del progreso én el siglo XX constituye una utopíareaccionariá: ¿cómo sáUe-gt antiprogresista que un futuro mejor es

irrealizable? ia concepción activista dei progreso no dice que nÓs

aguarda un futuro mepr, sólo afirma qu9 el mismo es posible y que

,rá1" lu pena esforzarsspor construirio. Sebreli concluye:

,,No es el futuro el que determina el presente -lo cual sería sacrifi-car la libertad a una supuesta necesidad- sino el presente, la libre ac-

tividad de los hombres hoy y aquí,1o que determina, aunque-sólo en

oarte. el futuro. Pero la alieinativa al sacrificio en el altar del futuroho es vivir en el presente puro, afirmarse en tanto existencia momen-tánea sin pasado ni futuró, lo que sería caer en una ética hedoni-qta ynihilista. É1éxtasis de la existencia momentánea,la exaltación del ins-

tante, no pueden mantenerse mucho tiempo,-el placer se vuelve pron-

to teáio, él momento absoluto se escabulfu de entre los dedos. Al ac-

tuar, el hombre sobrepasa el instante presente, se desborda inexora-

bleáente hacia un poivenir. El preseñte puro es tan- mítico.como elporvenir escatológiio. Todo lo qúe podemos emprender en el presen-

ie está marcado pár el pasado indivjdual y por el pasado de la huma-nidad, y además se próyecta inevitablemente hacia el porvenir., Tanto

el saciiiicio del pres'enté al pasado de los conservadores y tradiciona-listas, como el sácrificio del presente al futuro de los milenaristas utó-picos, como el sacrificio del pasado_y el futuro- al plesente. de los nihi-iistas, están destinados al fiacaso. La realidad humana tiene tres di-,n"nrio.r"t indisolublemente unidas, el pasado, el presente y el futu-ro, y es imposible anular cualquiera de los tres términos Para absolu-

tizar uno solo." (33)

El mexicano Adolfo sánchez Yázquez, en un artículo titulado

,,postnodernidad, posmodernismo y socialismo" (34), del año 1989,

^fr;;;que la sociedad posindustrial, si nos atenemos a las relaciones

áe pro¿ir"ción, no es más que el capitalismo multinacional ocapitalis-

iio'iardio que se desarrolla con posterioridad a la segunda g_uerra

-'r*ai¡; y óue el posmodernismo, siguiendo al ya mencionado Jame-'s'ol seria"la ideolbgía o.la lógica cultural de este capitalismo tardío

áu" "i"gu el proyecto-de emancipa.ció1.de la mod.elnidad, no Para

ñáscend"erlo ó superarlo, sino para bgitimar la realidad existente; el

oosmodernismo támbién niega la historia o, si la hubo, considera que

ia estamos en la poshistoria, con el mismo propósito: negar un fufuroáirtit',to y legitimar el presente. En verdad, dice Sánchez Yázquez,hav una

-condición posmoderna en la que vivimos que está constitui-

da"por las amenazas del holocausto nuclear, la catástrofe ecológica yla tiagedia genética y Por una existencia humana enaienada y cosifi-cada."La coñciencia de esta condición posmoderna es necesaria para

contribuir a que la "autodesttucción de la humanidad" no se convier-ta en una realidad. Pero el posmodernismo, lejos de aportar a una to-ma de conciencia de esta situación, contribuye a condenar a loq hom-bres a la inacción, la impotencia o la pasividad. Frente a esto, SánchezYázquez afirma que no es posible tenunciar a un Proyecto de emanci-pacién, más necesario ahora qu-e nunca antes, y.que ese proyecto deémancipación pasa por el socialismo. La distinción que realiza entreuna condición posmoderna constituida por un cierto estado de cosas,y el posmodernismo como una ideología reaccionaria que aspira a le-gitimar ese estado de cosas constituye un aporte interesante que per-mite aceptar la existencia de la primera y rechazar, eventualmente, lasegunda.

Para el filósofo alemán de la segunda generación de la escuela deFrankfurt, Jürgen Habermas (35), las ideas de posmodernidad se pa-recerían demasiado a las de premodernidad y serían la expresión delauge neoconservador que siguió a la crisis del estado de bienestar enlos años ochenta, y qué condujo al desarrollo de un sistema económi-co casi autónomo que subordina al conjunto de la sociedad. Haber-mas ha llamado a recrear el proyecto moderno que según sus pala-bras "todavía no se ha completado". El proyecto de limodernidadconsisüó en un esfuetzo pot desarrollar una ciencia objetiva, una mo-ralidad y leyes universalés y un arte autónomo para el énriquecimien-to de laíidá social cotidiana. Estas tres esferas q.ru .orr"rpbnden a laacción initrumental de la ciencia y la técnica, a lá acción nórmativa dela ética y el derecho , y ala acción estética del arte tienen cada una suspropios juegos de leñguaje, pero el lenguaje ordinario es el metalen-gua;e-común a los lenguajes específicos. El lenguaje ordinario presu-pone la existencia de una razón comunicativa que se constituye a tra-vés y por encima de los diálogos reales y es li que posibitiia ciertaunldad y objetividad en las tres esferas.

- El debate modernidad-posmodemidad invita a tomar partido poralgunos de sus extremos: ó bien una defensa a ultranza dé los ideálesde la moder:nidad o bien una aceptación entusiasta de las cond.icionesde existenr:ia posmodernas. Sin embargo, es difícil mantener

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cualquiera de l-os ideales modernos sin hacerse.cargo de lo acorrtecido

históiicamente al tratar de llevarlos a la práctica, pü€s, al lado de lamedicina habría que poner las armas nucleares, junto al desarrollo delconocimiento, la destiucción de la naturalez a, ala Par de la mayor par-ticipación política, el terror de la Revolución Francesa o de Stalin. En elotró extremo, aceptar entusiastamente ias condiciones de existenciaposmodernas pat".e contradictorio de por sí. No hay demasiado lugarpara el entusiásmo desde las perspectivas posm-odernas. Aceptar, en-

ionces, el consumismo, las desigualdades y el deslizamiento resignd-damente parece ser más bien el producto de un conformism! 9ue se

acepta más por la falia de alternativas que por propia convicciónPor otra-parte, y aunque desde ya en p-aíses -como

la Argentina las

bategorías dét aeUáte modemidad-posmodernidad sirven.para enten-der 6uena parte de las mutaciones éociales cotidianas desde el mundode la polítiia hasta la moda en el vestir, las mismas se dan en otros tér-minoi, a partir de otras realidades, en estas latitudes' Así, la moderni-dad, aunque fue constitutiva de la emancipación nacional, no.dejó de

ser Llna modernidad periférica que casi no tocó amplios territorios e

instituciones del país y la posmodernidad que se nos ofrece no se co-

rresponde con el-desárrollo de una sociedad posindustrial, sino másbien desindustrializada

Por estos motivos, al que habría que sumar lo suscinto del análisisrealizado,,más sensato que asumir un partido, Parece ser tomar con-ciencia de que la cuestién modernidad-posmodernidad atraviesa las

distintas áre.as de la vida social y tiene una llamativa influencia prácti-ca en la rnedida en que las ideas que se sostieneri en la discusión son labase teórica cle propuestas en el plano político, económico, educativo,etc.; propuestas^qué buscan encaüzar la vida de los hombres en deter-minadas direcciones.

El rápido recorrido efectuado a través de las principales ideas delos últimos sigios nos ha permitido aproximarnos a la comprensión de

las claves de álgunos fenómenos sociales contemporáneos, de.los cua-les nos interesaln dos que abordaremos en los próximos capítulos: laredefinición de la adolescencia y la situación de la escuela secundaria.

Notas

(1) Lyotard, Jean-Franqois. La condicíón postmoderna. Bs. As., REI, 1989, p. 13'

liir:

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flZl citado por Droz,jacques. EuropL: restauración y reaolución' 18'15- 1848. Madrid, Siglo

/'Ñ,7974,P'4

(g) Hegel, Georg whilhelm. Filosofa de la historia wtit¡ersal Bs. As', Anaconda' 1946' p 19

(g) Dnmlng, Alan. ,'shoppings: el nuevo espacio púülico". Bs. As., Clarín,22-"10-92.

(10) Jameson, Fredric. El posmodernismo o la lógica uiltural del cnpitalisttto naanzado. Bs. As.,

Paidós, 1992' P' 17 '

.ftI\Díaz, Esther, ,,¿Qué es la posmodernidad?". En atttores varios. ¿Posmodernidad? Bs.

As., Biblos, 1988' P' 22'

(12) Lyotard, l'F ' OP' Cit, P' 63'

{13) Lvotard, Jean-Frangois. "Esquela Para un nuevo decoradr'¡". En La Posmodernidncl (ex-' '

pllcada a los niños). Barcelona, Ged isa, 1987

(14) umehara, Takeshi. "¿un mundo dominado por la disciplina de oriente?" Buenos A!rcs, Clain,17-70-92'

(15)Verón,Eliseo. "Zapping,zipping,flipping,grazing".Bs As.,Claúrr21-10-97.

(16) Landi, Osc ar. D euóram e otr a oez Bs. As,, Planeta, 1992, p' 35'

(14 Citado Por Landi, O. Op' Cit, p. 39'

(18) Jameson, Freddc. OP. Cit, P. 17.

(19) Landi, Oscar. Op. Cit, p. 141.

(20) Lipovetzky, Gilles. La ern del aacío. Ensayos sobre el í¡tclittiolunlisrrLo cotúenporñneo. Barce-

lona, Anagrama, 1986.

(21) Andaló, Paula. "Las señoras teenagers". Bs. As., Clarín,15-9-92.

(22) Bs. As., Clarín,29-1'I-92.

(23) Lipovetzky, G. Op. Cit. P¡efacio.

(24) Finkielkraut, Alain. Ln derrota del pensamiento. Barcelona, Anagrama, 1990,p. 128.

(25) Lipovetzky, G. Op. Cit. Prefacio.

(26) Halperín, Jorge. "Entrevista a Marc Augé", Bs. As., Clarín,22-1,0- 92.

(27) Finkielkraut, A. Op. Cit. p.121(28) Kuhn, Thomas. La estructura de las reaoluciones cientíJicas. Madrid, Fondo cle Cultr,rra

Económica, 1975.

(29) Feyerabend ,Paul. Actiós a la razón. Bs. As., REI, 1990. Trntnclo contra eI nútuclo. Madrid,Tecnos,19g1.

(2) Brecht, Bertolcl. Gatíleo Galilei. Bs. As., Teatro Municipal General san Martín, 1984,

p.34.

(3) Descartes, René. "Meditaciones Metafísicas", en Obras Escogidas. Bs. As., Charcas,

1e80, p 216.

(4) Fltrme, David. Inuestignción sobre el conocimbntohumano. Madrid, Aliatva,7984,p.792.

(5) Kant, Mantiei. Fundamentación tle la ntetafsica de las costumbres. Madrid, Espasa-Calpe,

1967, p.72.

(6) Flaberrnas, Jürgen. "Modernidad, un proyecto incompleto". En Casuilo, Nicolás, El de-

b n t e n utder ní dad - pos t nro clernidad. -Bs. As., Punto sur, 1989, p. 137'

(30) Lyotard, J.F . La condición postmodernn. Ed. cit., p. 25.

(31) Fukuyama Francis. "¿El fin de Ia historia?". En Doxa,Bs. As., año 1, nírmero 1, 1990.

(32) Umehara, Takeshi. "¿Un mundo dominaclo por la disciplina cle oriente?" Buenos Ai-res, Clarín,12_10-92.

(33) sebreli, Iuan José. Er asedio a ra modernidnd.Bs. As., sudamericana, 7997, p.92.(3a)

9átt.ttut Yázquez, Aclolfo. "posmode¡niclacl, posmodernismo y socialism o". En Casade las Américai,La Habana, Año 30, nírmero 1TS, lgg9.

(35) Habermas, jürgen. Art. citado.