obesidad como discurso - alexis ibarra-libre

20
La obesidad como discurso: apuntes desde el construccionismo social 1 Alexis Ibarra Martínez La Organización Mundial de la Salud define la obesidad como una acumulaci ón anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Su indicador es el índice de masa corporal, que también sirve para discriminar entre el sobrepeso y la obesidad propiamente dicha. Esta misma organización ha establecido que la causa es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas (OMS, 2012). Si se toma esta definición como oficial, la obesidad se circunscribe a un problema que en su definición y en sus causas es de tipo médico. Surge entonces un dilema, cómo hacer de la obesidad objeto de conocimiento psicosocial. ¿Es posible producir conocimiento psicosocial de un fenómeno que en principio está definido en términos médico/biológicos? ¿Qué herramientas conceptuales se movilizan para lograrlo? ¿Qué se puede decir de la obesidad si adoptamos una mirada psicosocial? Al plantear estas preguntas busco trazar una diferencia entre la obesidad como fenómeno objetivo que puede aprehenderse directamente y la obesidad como problema de conocimiento. Con esta distinción el foco de atención cambia, nos lleva a mirar el aparato conceptual y metodológico que movilizamos para que sea posible conocer un fenómeno determinado, en este caso la obesidad. No es trivial hacerse preguntas sobre el conocimiento, qué cuenta como tal y c ómo llegamos a él. Solo así se puede cuestionar qué disciplinas se han erigido como autoridad para producir saber en torno a la obesidad. Las preguntas posibles que pueden hacerse en torno a la obesidad son muchas: cu áles son sus orígenes y sus efectos, qué formas de intervenci ón o respuesta son las más adecuadas, qué profesionales pueden incidir y de qué manera. Todas son relevantes, sin embargo 1 En: Ríos, R. (en prensa). La interdisciplina en el estudio y tratamiento de la obesidad. México: FES- Iztacala, UNAM

Upload: brendaleonelainfan

Post on 20-Nov-2015

7 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Obesidad Como Discurso - Alexis Ibarra-libre

TRANSCRIPT

  • La obesidad como discurso: apuntes desde el construccionismo social1

    Alexis Ibarra Martnez

    La Organizacin Mundial de la Salud define la obesidad como una acumulacin anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Su indicador es el ndice de masa corporal, que tambin sirve para discriminar entre el sobrepeso y la obesidad

    propiamente dicha. Esta misma organizacin ha establecido que la causa es un desequilibrio energtico entre caloras consumidas y gastadas (OMS, 2012).

    Si se toma esta definicin como oficial, la obesidad se circunscribe a un problema que en su definicin y en sus causas es de tipo mdico. Surge entonces un dilema, cmo hacer de la obesidad objeto de conocimiento psicosocial. Es posible producir conocimiento

    psicosocial de un fenmeno que en principio est definido en trminos mdico/biolgicos? Qu herramientas conceptuales se movilizan para lograrlo? Qu se puede decir de la obesidad si adoptamos una mirada psicosocial?

    Al plantear estas preguntas busco trazar una diferencia entre la obesidad como fenmeno objetivo que puede aprehenderse directamente y la obesidad como problema de

    conocimiento.

    Con esta distincin el foco de atencin cambia, nos lleva a mirar el aparato conceptual y metodolgico que movilizamos para que sea posible conocer un fenmeno determinado, en este caso la obesidad.

    No es trivial hacerse preguntas sobre el conocimiento, qu cuenta como tal y cmo llegamos a l. Solo as se puede cuestionar qu disciplinas se han erigido como autoridad para producir saber en torno a la obesidad.

    Las preguntas posibles que pueden hacerse en torno a la obesidad son muchas: cules son sus orgenes y sus efectos, qu formas de intervencin o respuesta son las ms adecuadas, qu profesionales pueden incidir y de qu manera. Todas son relevantes, sin embargo

    1 En: Ros, R. (en prensa). La interdisciplina en el estudio y tratamiento de la obesidad. Mxico: FES-

    Iztacala, UNAM

  • antes de contestar a ellas, es necesario definir la cuestin epistemolgica: cmo se produce conocimiento de la obesidad.

    La razn para dar prioridad a esta pregunta es que todo conocimiento se produce en el interior de una disciplina, desde unos supuestos tericos y metodolgicos determinados.

    Cuando un investigador est comprometido con un marco terico y metodolgico, con determinadas formas de concebir realidad, cualquier afirmacin o conclusin proviene de estas preconcepciones. En otras palabras, no es posible llegar a afirmaciones neutrales

    sobre un fenmeno, en el sentido de que dichas afirmaciones no germinan en el vaco sino dentro de un conjunto de presupuestos particulares.

    En esta lnea de pensamiento, el psiclogo social John Shotter propone dar prioridad a nuestros mecanismos y prcticas de indagacin, a los medios y procedimientos que usamos para moldear nuestro objeto de estudio (1993).

    Si los medios y las herramientas provienen del saber mdico, la obesidad se convierte en

    una entidad que reside en el cuerpo, detectable a partir de indicadores inequvocos. Esta manera de delimitar el objeto de estudio se sostiene en distintas preconcepciones: el

    cuerpo como sinnimo de biologa; la divisin salud enfermedad como algo que proviene de la naturaleza (y no como un criterio trazado por los seres humanos); as como una separacin tajante entre lo natural y lo social.

    A partir de los argumentos que hasta ahora he expuesto queda claro que el saber

    biomdico no emana directamente de la naturaleza, sino que se articula desde un

    conjunto de preconcepciones que establecen una definicin de la realidad y cmo se puede producir conocimiento de dicha realidad. Al mismo tiempo estos presupuestos van

    acompaados de mecanismos para dar legitimidad al tipo conocimiento que producen.

    El saber biomdico sobre la obesidad no se formula como un conocimiento equiparable a

    cualquier otro, con el mismo valor, por el contrario se enuncia desde un lugar de

    neutralidad y universalidad, al tomar como objeto a las manifestaciones y cambios

    corporales se ubica en el mbito de los hechos verificables.

  • De este modo, se auto legitima y se erige a s mismo como el nico conocimiento capaz de revelar la verdad sobre la obesidad.

    Este saber tiene el poder para sealar qu cuerpos encajan en la norma y cules no, entre la morfologa corporal que representa la salud y aquella que representa un cuerpo no sano. Se parte del supuesto que estas divisiones estn contenidas en la naturaleza y que el conocimiento biomdico simplemente funciona como espejo que refleja ntidamente estos hechos.

    De este modo se excluye la posibilidad de que dichas divisiones puedan estar influidas por

    procesos sociales o culturales, que estn mediadas por prcticas humanas. De igual manera se asume que el saber biomdico es ajeno a las prcticas e instituciones propias de un momento histrico-cultural particular.

    Cuando el saber sobre el cuerpo en general, y sobre la obesidad en particular, se expresa

    como reflejo directo de una realidad externa, se le otorga automticamente un carcter neutral. Como no posee (al menos idealmente) ninguna carga de valor, no se consideran

    los efectos de la circulacin y proliferacin de dicho saber.

    Cuestiones como la experiencia de los sujetos en relacin a su cuerpo, la relacin entre las descripciones de identidad y los ideales de persona que circulan en una sociedad, o los

    efectos de la circulacin de ciertos estndares corporales, quedan fuera de la reflexin al centrarse nicamente en la validez del conocimiento en torno a la obesidad.

    En las lneas anteriores, he dibujado unos cuantos trazos para situar al lector en el tipo de reflexin que voy a hacer a continuacin sobre la obesidad. Desde estos trazos, podra parecer que su veracidad queda en entredicho, o que se minimizan sus daos potenciales.

    Pero no es as, la reflexin de las siguientes pginas busca sealar que:

    a) no se puede hablar de la obesidad sin un marco previo de comprensin

    b) todo marco est vinculado a una comunidad y a un contexto social

    c) existen distintos saberes sobre el cuerpo en particular y la obesidad en general

  • d) es importante preguntarse por los efectos y consecuencias de dichos saberes

    Perspectivas construccionistas en psicologa social. Hasta ahora he sealado que la produccin de conocimiento no ocurre en el vaco, sino dentro de un contexto social. Para ser coherente con esta posicin, es necesario delimitar en qu marco me sito para reflexionar sobre los fenmenos psicosociales en general, sobre el cuerpo y la obesidad en particular.

    Me sito dentro de una perspectiva crtica en psicologa social. Una perspectiva que lleva el apellido crtica propone un examen continuo de los supuestos y prcticas de la disciplina, as como de su influencia en la sociedad. La crtica tiene un doble sentido, uno epistemolgico en tanto que se interroga sobre la produccin del conocimiento; as como un sentido social, ya que busca medios para pensar y cambiar prcticas e instituciones (Hepburn, 2003).

    Dentro de la perspectiva crtica en psicologa social me circunscribo a su vertiente construccionista. A continuacin planteo las caractersticas una reflexin de este tipo.

    Una postura antiesencialista que pone en duda que nuestros objetos de estudio poseen

    una naturaleza intrnseca que debe descubrirse o revelarse. Se abandonan las preguntas sobre la naturaleza de un objeto de estudio y la bsqueda de su esencia. El trayecto tradicional se invierte, en vez de asumir que necesitamos saber cul es la naturaleza de un objeto para conocerlo, se propone que nuestros medios de conocimiento tienen la

    capacidad de fijar y crear la naturaleza de las cosas (Garay, Iiguez & Martnez, 2001).

    El segundo elemento propio del carcter construccionista es el anti representacionismo. Se cuestiona si el conocimiento puede llegar a ser una representacin fija de una realidad exterior e independiente al ser humano; del mismo modo se cuestiona si el lenguaje es un

    medio neutral que puede capturar dicha realidad. Una posicin anti representacionista sostiene que el conocimiento solo produce versiones de la realidad pero nunca llega a

    capturarla (Garay, Iiguez & Martnez, 2001).

    Las posiciones construccionistas en psicologa social tienen como blanco de ataque la nocin de verdad. El anti esencialismo y el anti representacionismo preguntan si es

  • posible mantener la nocin de verdad, entendida como reflejo transparente de una realidad que no ha sido intervenida en algn modo por el ser humano. La respuesta es que no podemos saber cmo son las cosas con independencia de nuestros mtodos de investigacin, ni tampoco podemos saber cmo son por fuera de nuestras formas de representacin (Ibaez, 2001).

    Si bien los distintos construccionismos cuestionan la nocin de verdad, su cuestionamiento va dirigido a una definicin de verdad entendida como correspondencia directa con una realidad independiente. Por lo tanto no se niega que hay un mundo

    afuera, solo se pone en cuestin que la verdad puede ser externa a los seres humanos. La premisa a refutar es que puede haber una realidad que habla por s misma, o una verdad que est esperando a ser descubierta.

    En breve, las propuestas construccionistas rechazan que hay una comunidad, una teora o un mtodo que est por encima de otros en trminos de su capacidad para establecer y fijar qu puede contar como lo real.

    Si bien se abandona la idea de verdades absolutas se empieza a pensar en la nocin de verdad como consensos. La implicacin no es una negacin de toda realidad o una indiferencia hacia cuestiones ticas. Ms bien hay una oposicin a los determinismos instaurados por la idea de una verdad ajena a la accin de los seres humanos, la propuesta es atender las prcticas y procesos que llevan a producir verdades, as como a sus efectos potenciales.

    Como consecuencia el conocimiento se vincula con comunidades especficas, se le atribuye el carcter de proceso y producto social.

    La obesidad como discurso

    Las lneas anteriores son un acercamiento parcial a las perspectivas construccionistas en psicologa social, el reto ahora es movilizar sus herramientas para pensar sobre la obesidad.

    Si tomamos un atajo, la conclusin inmediata puede expresarse en la frase la obesidad es una construccin social. En s misma esta conclusin tiene poco mrito, no especfica en qu sentido se puede hablar de la obesidad en esos trminos. La frase puede remitir a un

  • proceso, cmo y con qu medios se construye algo; o a un producto, el resultado final de dicha construccin.

    Sealar el carcter construido de la obesidad puede ser un punto de partida para iniciar la discusin pero no el punto de llegada, no logra mostrar un proceso ni un resultado.

    Frases como la obesidad es una construccin social se prestan a distintas lecturas. Busco alejarme de las interpretaciones que cosifican la nocin de construccin y que desvirtan su sentido.

    Los debates en torno a las posiciones construccionistas suelen partir de una serie de

    dicotomas: lo que existe versus lo que no, lo verdadero versus lo falso, lo real versus lo inventado. Cuando las posibilidades de discusin se limitan a estas oposiciones, suele asumirse que decir que algo es construido equivale a afirmar que es inventado, falso o

    inexistente (Burr, 1998).

    Si nos suscribimos a esta lgica podran aceptarse proposiciones tales como que la obesidad no existe, que es una idea inventada sin correlato material o tangible, incluso

    podra entenderse como una negacin absoluta del cuerpo.

    Hay distintos proyectos construccionistas, pero sus cuestionamientos epistemolgicos no estn hechos para afirmar qu existe y qu no, qu es falso y qu es verdadero, qu es biolgico y qu es social, qu es material y qu es ilusin.

    Ms bien se trata de indagar qu procesos, qu prcticas y qu contextos llevan a los sujetos a determinar si algo existe o no, si es falso o verdadero, biolgico o social. Los esfuerzos por especificar qu es la realidad y en qu trminos debe ser descrita nunca

    ocurren en un vaco, siempre se dan en un contexto, en el interior de ciertas comunidades y a partir de procesos de negociacin (Gergen, 1999).

    Este es el motor que impulsa la bsqueda y el cuestionamiento de las posiciones construccionistas: qu hacen los sujetos para generar realidades, a su vez qu

    consecuencias tienen estas realidades sobre los sujetos, cmo los moldean. Es una bsqueda que nada tiene que ver con la negacin arbitraria de la realidad.

  • La consecuencia ltima de todo anlisis construccionista debera ser la problematizacin. En palabras de Toms Ibaez:

    conseguir que todo aquello que damos por evidente, todo aquello que damos por seguro, todo aquello que se presenta como incuestionable, que no suscita

    dudas, que, por lo tanto, se nos presenta como aproblemtico, se torne precisamente problemtico, y necesite ser cuestionado, repensado, interrogado problematizar es tambin, y sobre todo, lograr entender el cmo y el por qu algo ha adquirido su estatus de evidencia incuestionable, cmo es que algo ha conseguido instalarse, instaurarse como aproblemtico. Lo fundamental de la problematizacin consiste en desvelar el proceso a travs del cual algo se ha constituido como obvio, evidente, seguro (2001: 132-133).

    Es imposible conseguir un objetivo de esta magnitud en tan pocas pginas. Por corto que sea el camino aqu recorrido, problematizar representa una brjula para guiar la reflexin. En este texto bastar con esparcir unas cuantas semillas en esa direccin.

    El primer paso que puede encaminarnos hacia la problematizacin de la obesidad es marcar una diferencia.

    La obesidad puede definirse como fenmeno que est en el cuerpo con independencia de los medios que usamos para describirla y comprenderla. Sobre esto, el construccionismo

    tiene poco o nada que decir, pues no busca confirmar o negar la existencia de una

    realidad, como tampoco busca delimitar cul es su verdadera naturaleza.

    Ahora bien, si asumimos que la obesidad no es conocible a menos que sea representada,

    entonces se puede reflexionar sobre los medios que tenemos a nuestro alcance para

    describir a la obesidad.

    Nos desplazamos del mbito de la realidad al mbito del discurso.

    En primera instancia el mbito del discurso remite al lenguaje ya sea hablado o escrito. Pero el lenguaje no es un medio neutral ni transparente que refleja las cosas, al contrario

    tiene un carcter formativo, ensambla versiones de la realidad.

  • La acepcin que doy aqu a la nocin de discurso no se ocupa del lenguaje como estructura o sistema abstracto de reglas, el lenguaje es ante todo una prctica.

    En esta lnea, Iiguez y Antaki definen al discurso como un conjunto de prcticas lingsticas que mantienen y promueven relaciones sociales. Por tanto, los usos del lenguaje actan para producir, fijar y regular determinadas versiones de la realidad y de las personas (1994:63).

    La discusin se traslada a un plano distinto: las consecuencias que tienen los modos de articular la obesidad. Aparecen preguntas como qu condiciones sociales hacen posible

    la emergencia de los discursos sobre la obesidad? cmo adquieren legitimidad?cmo moldean los modos en que las personas se ven, se comprenden y se relacionan consigo

    mismas?

    Dentro del saber biomdico la obesidad aparece como un objeto factual. Al interior de este

    saber, ese objeto tiene una realidad anterior al entramado de prcticas y medios que la comunidad de cientficos pone en accin para llegar a este objeto.

    Situar a la obesidad como discurso permite preguntarse por procesos de objetivacin, por las prcticas que emplea una comunidad para convertirla en un hecho tangible e incontrovertible.

    Como ya seal antes, la legitimidad del discurso biomdico descansa en que sus productos reflejan la naturaleza. De este modo se instaura una particin entre ciencia y cultura. Sealar que la ciencia no es ajena ni est por fuera de la cultura, implica que sus productos tambin son creaciones sociales.

    Si bien este argumento puede ser provocador, inaugura la posibilidad de reflexionar sobre

    las conexiones entre el discurso biomdico y la sociedad. Aqu surgen dos lneas de indagacin que podran considerarse.

    Primero, parecera que el discurso sobre la obesidad aparece y sobrevive en el interior de las prcticas y el saber biomdico. Sin embargo es pertinente analizar qu sucede con este discurso una vez que se pone en circulacin en la sociedad.

  • Segundo, el discurso cientfico est constituido sobre la base de que sus descubrimientos no estn infiltrados por factores ajenos a su mtodo. Si cuestionamos esta separacin, podemos alentar una bsqueda sobre la influencia que tienen los cambios sociales en la constitucin de un objeto de conocimiento como la obesidad.

    Cuando la obesidad se considera propiedad exclusiva del saber cientfico se producen una serie de exclusiones. El discurso no solo acta para fundamentar la existencia de la obesidad en tanto hecho de la naturaleza o del cuerpo, tambin acta para dejar fuera a todos los actores sociales que no comparten el vocabulario y las prcticas de la comunidad cientfica.

    El conocimiento siempre es ms que una declaracin neutral de lo que hay, o podra haber, en la realidad. Sirve como ejercicio potencial del poder, medicalizar un fenmeno delimita al conjunto de personas que estn en posicin de actuar como autoridad para debatir sobre el conocimiento, sus usos y sus efectos. Todo discurso cientfico tiene el potencial para actuar como prctica normativa y reguladora (Flores & Iiguez, 2009).

    Las lneas anteriores estn inspiradas por los estudios sociales de la ciencia que abordan los procesos de construccin en el contexto de prcticas cientficas. Una de las vetas de este trabajo es el anlisis del texto cientfico, esto es, el examen de recursos argumentativos y literarios que se emplean para persuadir sobre la objetividad de un

    fenmeno (Potter, 1996; Domnech, Iiguez, Pall & Tirado, 2000).

    El lenguaje cientfico se asocia con un modo neutral de expresin, carente de trucos estilsticos, que se limita a describir los fenmenos tal cual son. Sin embargo, una inspeccin cuidadosa del lenguaje que se usa para describir al cuerpo, muestra que el texto cientfico lejos de ser neutral, est cargado de metforas, que por definicin nunca son un habla sobre lo que existe, si no que sugieren formas de mirar las cosas.

    La escritura metafrica ejerce funciones que van ms all de la persuasin. El texto cientfico contiene los sesgos propios de una cultura o sociedad. Las posibilidades de comprensin de una enfermedad estn limitadas por las metforas que usamos para acercarnos a ellas (Sontag, 1990; Martin, 1987).

  • Las descripciones actuales de la enfermedad no salen del vaco, estn matizadas por la historia, edificadas a partir de los acercamientos que los sesgos y prejuicios de cada

    momento temporal permiten. Del mismo modo, las posibilidades de comprensin del cuerpo o la enfermedad, no se gestan exclusivamente en el interior de las comunidades

    cientficas, son producto de las tensiones, intercambios e influencias mutuas entre el saber mdico y el sentido comn de la sociedad determinada en que se desarrolla este saber.

    Por lo tanto la posibilidad de un acercamiento al cuerpo o a la enfermedad carente de

    sesgos queda en entredicho.

    La retrica de la obesidad Qu sostiene y legitima el discurso biomdico de la obesidad? Podra contestarse que la realidad perceptible del cuerpo la convierte en su propia evidencia. Pero la evidencia solo

    adquiere estatus de legitimidad cuando se vincula a una red de enunciados y

    proposiciones.

    La nocin de obesidad como sinnimo de enfermedad se solidifica a partir del uso de recursos y estrategias que eliminan huecos e inconsistencias. Para tener autoridad como

    discurso, la obesidad es leda desde ciertos repertorios interpretativos, se inserta dentro del lenguaje de la epidemia, la crisis y el riesgo (Fernndez-Ramrez & Baleriola, 2012).

    El uso del lenguaje centrado en el riesgo funciona tautolgicamente, no hay modo de refutar que la acumulacin de grasa sea un problema, puesto que si nos atenemos a la definicin del diccionario, un riesgo seala la proximidad de un dao, con independencia de que este suceda o no (Real Academia Espaola, 2001).

    La divulgacin del discurso biomdico elimina conclusiones tentativas o temporales presentes en la investigacin bsica, convierte probabilidades en certidumbres absolutas. Esta imposicin de certidumbres tambin elimina distinciones relevantes, como la diferencia entre sobrepeso, obesidad y obesidad mrbida. El efecto inadvertido es otorgar a la delgadez un valor automtico de salud (Rich & Evans, 2005).

    El cuerpo en una sociedad de consumidores

    Si seguimos el camino trazado, para comprender en qu trminos se articula la obesidad y

    con qu consecuencias, es necesario explorar el momento presente. El argumento que

  • quiero desarrollar a continuacin es que la obesidad representa un problema para una sociedad con parmetros, valores y normas especficas.

    El socilogo Zygmunt Bauman examina el trnsito de una sociedad organizada en torno a la produccin a una basada en el consumo. La tesis de este autor es que el consumo se ha convertido en el principio que articula todos los aspectos de la vida cotidiana (2000,

    2007).

    En una sociedad de productores, el lugar que una persona ocupa en la sociedad est definido por la posesin de una fuerza laboral. La vida gira en torno a la creacin y el mantenimiento de las condiciones necesarias para cumplir con el rol de productor.

    Si la persona quiere bienestar debe trabajar, pero al mismo tiempo, la definicin de bienestar se circunscribe a los bienes que el trabajo permite obtener. Estar satisfecho

    significa tener las condiciones bsicas para vivir.

    Una sociedad de productores est organizada en torno a normas que establecen como debe actuar el individuo para pertenecer, dado que la norma es slida, impone diques, de modo que si un individuo desea algo debe encajar en el rango de posibilidades impuestas.

    Cuando el consumo se vuelve el centro de gravedad, este modo de funcionamiento cambia

    radicalmente. El consumo se convierte en un agente externo que impone modos de

    organizacin social, formas de pertenencia y modos de vida (Bauman, 2007).

    En una sociedad de productores existe un crculo definido, la necesidad determina el consumo. En la sociedad actual, el crculo se vuelve espiral, el consumo no pone fin a la necesidad, la exponencia dando lugar a necesidades antes no contempladas. La idea de

    que deseos y anhelos pueden o deben tener un lmite, es inconcebible. En esta configuracin de lo social, aparece un sujeto hasta ahora indito, constituido por deseos y anhelos.

    Deseos y anhelos existen como tales en la medida en que se manifiestan en actos de

    consumo: adquirir y comprar. Si la persona quiere satisfaccin debe consumir, pero paradjicamente el consumo no asegura la satisfaccin, pues en la medida en que las

  • personas permanecen insatisfechas mantienen su capacidad para desear, esto es, su valor

    como sujetos.

    Un individuo insatisfecho es garanta de funcionamiento de la maquinaria consumista.

    Estas transformaciones parecen ocurrir en un lugar totalmente ajeno al cuerpo. Sin

    embargo, la sociedad de consumidores da lugar a una nocin nica del cuerpo y de la salud (Bauman, 2000).

    Aparece una nocin del yo sin limitaciones. La identidad deja de ser estabilidad o permanencia para ser creacin individual. El cuerpo se ha convertido en el material en bruto esculpible a voluntad para expresar la identidad anhelada, sin embargo moldearse a

    uno mismo demanda capacidad de compra ilimitada.

    Ha surgido el cuerpo plstico y sin lmites: asistimos por tanto a una horizontalizacin de las tcnicas de produccin del cuerpo que no establece diferencias entre identidades de clase, raza o sexuales (Preciado: 98).

    Si dentro de esta configuracin social se produce el discurso de un cuerpo sin lmites cmo establecer entonces la frontera entre salud y enfermedad?

    El cuerpo y la salud han perdido su carcter slido. Una sociedad de productores postula que la salud es un cuerpo en equilibro. Cuando la norma cede paso al deseo, el cuerpo se

    evala a partir de estndares cambiantes, los contornos de la salud se difuminan. Un cuerpo saludable ya no es equilibrio, es incremento permanente de capacidades y

    potencialidades, persecucin de nuevos deseos y placeres.

    La salud se ha convertido en un ideal difuso: la vivencia subjetiva de un cuerpo que

    constantemente acepta retos y satisfactores nuevos. Esta definicin constituye un imposible; si antes la salud era un punto fijo, ahora es un horizonte lejano, tan pronto

    como llegamos a l se desplaza ms lejos (Bauman, 2000).

    La reflexin de Bauman sobre el impacto del consumo en todas las esferas de la vida sirve de plataforma para cuestionar qu representa la obesidad para esta sociedad.

  • Desde una posicin construccionista centrada en el discurso, los ideales en torno al cuerpo no son entidades abstractas que solo un investigador especializado puede detectar.

    Son maneras de describir y comprender al cuerpo que subsisten a travs de usos

    especficos del lenguaje.

    Es posible ubicar estos estndares e ideales como discursos que constituyen y regulan las relaciones sociales, las formas en que los individuos comprenden a los otros y a s mismos. Estos discursos sobreviven en la medida en que se reproducen y se ponen en circulacin, por lo tanto requieren la complicidad de todos los actores sociales.

    Si el discurso es prctica, las formas de articular una comprensin del cuerpo escapan al mbito lingstico: determinan quin tiene derecho a hablar del cuerpo y en qu trminos, adems quin est facultado para intervenir sobre l y con qu medios, al mismo tiempo constrie las opciones que los sujetos tienen a su alcance para pensar y actuar sobre su propio cuerpo (Butler, 2004).

    La nocin de un cuerpo sin imposiciones externas (ms all de la capacidad de anhelo individual) se manifiesta en una multiplicidad de maneras: en el deseo y el sueo de ser ms joven, ms bello, o ms delgado; en la bsqueda de ms energa, ms productividad, mayor rendimiento y ms placer.

    El ideal del cuerpo obtenido por voluntad propia deposita toda la responsabilidad en el

    individuo como si fuera un ente aislado. La morfologa corporal se ha convertido en la superficie que expresa una posicin econmica, la feminidad o la masculinidad, una edad determinada.

    As, la modificacin del cuerpo es presa de una paradoja. La sociedad de consumo supone que la edad, el gnero, la sexualidad o la clase social ya no pueden someter a los

    individuos, pues basta con adquirir el producto ideal para escapar a cualquier limitacin (Bauman, 2007).

    El individuo interviene sobre su cuerpo voluntariamente para amoldarse a regulaciones

    ajenas. En ese sentido el gnero, la etnicidad o la clase social siguen teniendo efectos de

    poder sobre los sujetos, quiz no como determinantes de lo que alguien es, pero s como determinantes de lo que alguien debe aspirar a ser (Bordo, 1993).

  • Este ideal corporal establece formas de medir, clasificar y evaluar a los cuerpos. Al estar

    en boca de todos puede imitar, tergiversar o exceder los estndares del saber biomdico.

    Puede ser que el ideal nunca llegue a materializarse, al final de cuentas hay tantos tipos de

    cuerpo como individuos, sin embargo anhelar un cuerpo especfico no es una fantasa inocua, ni una cuestin de preferencias subjetivas. El rango de cuerpos que pueden etiquetarse como deseables y normales es cada vez ms estrecho.

    La estandarizacin de las formas que debe tomar el cuerpo produce sujetos al servicio de la norma, se convierte en una vigilancia que el sujeto ejerce sobre s mismo. El origen de la norma es social y cultural, pero requiere de la participacin y complicidad activa del sujeto (Bordo, 1993; Foucault, 1975).

    Las normas que rigen al cuerpo pueden circular en los distintos espacios de la vida

    pblica, la vigilancia asegura que incluso los aspectos ms ntimos y privados de la vida sean puestos a su servicio.

    Desde esta lnea argumental no hay posibilidad de conocer al cuerpo en estado puro, una declaracin neutral sobre el cuerpo siempre puede fungir como una incitacin a reproducir una norma (Butler, 1998).

    La pregunta pertinente es qu representa la obesidad para una sociedad que sostiene y

    reproduce estos discursos en torno al cuerpo. Si seguimos a Bauman representa a un

    sujeto fallido dentro de la maquinaria consumista.

    El sujeto al que se asigna la categora de obesidad queda fuera de la norma social y cultural. Su cuerpo evidencia las contradicciones de la sociedad consumista, as como sus imposiciones y regulaciones. Por una parte los individuos tienen la libertad de anhelar el

    cuerpo que prefieren para s mismos; sin embargo se descarta cualquier posibilidad de que un cuerpo de este tipo sea deseable, la diferencia no es aceptable.

    Cualquier persona debe participar (y adems debe querer participar) en la gestin del s mismo para encajar en las regulaciones del momento. La obesidad pone en evidencia las

    fallas de esta lgica, muestra la falacia del cuerpo plstico. Sin embargo la falla siempre se

  • atribuye a la persona: o no desea con suficiente fuerza, o no es capaz de controlar su

    cuerpo. Tampoco participa cabalmente en la espiral del consumo basada en un ciclo

    interminable de eliminacin/adquisicin, puesto que ni se deshace de lo que debiera (grasa, kilos, bultos) como tampoco es capaz de comprar la imagen adecuada.

    Si el cuerpo es una superficie que solo puede ser leda desde determinados dispositivos de poder (Amigot & Pujal, 2009) fracasar en la persecucin del cuerpo ideal es fracasar como sujeto, pues el cuerpo no encaja en la norma que regula lo femenino y lo

    masculino, la sexualidad, la juventud, la clase o posicin social. Estos mecanismos de poder se invisibilizan cuando se juzga al cuerpo dentro de una norma biolgica de salud, que se define como atemporal y universal.

    Quin se somete o es sometido a estos discursos? La respuesta inmediata es que todas y

    todos somos vulnerables a ellos.

    La categora obesidad puede tener fronteras claramente delimitadas por el saber biomdico. Sin embargo ste no es el nico agente que produce definiciones del cuerpo. Cualquiera tiene a su disposicin un nmero ilimitado de fuentes para obtener informacin sobre el cuerpo saludable: la televisin, el radio, las revistas de belleza y un largo etctera. Adems en cada una de estas fuentes aparecen expertos con autoridad para hablar del tema (Rich & Evans, 2005).

    En lo cotidiano las fronteras entre obesidad, sobrepeso o delgadez; entre enfermedad y

    salud; entre belleza y salud, entre bienestar y morfologa corporal; se disuelven y se reconfiguran constantemente.

    La idea de que el discurso sobre la obesidad solo tiene como destinatario a un cuerpo con

    caractersticas especficas no puede sostenerse en un contexto donde el saber biomdico se divulga, pero tambin se imita y tergiversa; ni en un contexto donde prcticamente cualquiera representa una figura de autoridad para dictaminar cul es el cuerpo ideal.

    La produccin de una identidad. Hasta ahora, he planteado cmo se producen y legitiman los discursos en torno al cuerpo o la salud, y tambin, qu lugar ocupa la obesidad en virtud de estos discursos. Si uno se

    pregunta a qu hace referencia la categora obesidad, qu se nombra o se describe con

  • este trmino, la respuesta parece obvia y sin embargo no lo es. Cul es el objeto de este discurso? una enfermedad, un cuerpo o solo una porcin del mismo?

    Parece que el discurso biomdico solo tiene como objeto la grasa o el ndice de masa corporal. Y sin embargo, la categora obesidad tiene un alcance ms extenso, no identifica una presencia anmala ni tampoco se limita a describir al cuerpo. Por el contrario, la palabra obesidad se ha convertido en una afirmacin sobre quin es el sujeto que recibe esa categora, se ha convertido en la caracterizacin absoluta de una identidad.

    En la medida en que la categora obesidad designa y constituye a un sujeto (que se asume posee caractersticas internas que exceden lo biolgico o lo corporal) es indispensable plantear una reflexin desde lo psicosocial.

    La vivencia de una enfermedad est moldeada por el lenguaje que usamos para hablar de ella. Una enfermedad suele expresarse como la presencia de un elemento ajeno al cuerpo.

    La escritora Siri Husvedt apunta al respecto: nadie dice soy cncer a pesar del hecho de que no hay un bacteria o un virus intruso; son las propias clulas del cuerpo las que se

    han rebelado, uno tiene cncer. Y sin embargo, esta forma de narracin est ausente cuando el marco de interpretacin es psicolgico o psiquitrico, por ejemplo decimos que las personas son depresivas (2009: 6).

    Para esta autora, la diferencia est en que las enfermedades que se enmarcan dentro del mbito de lo psi se construyen como una amenaza a la identidad. Qu condiciones permiten describir la obesidad en esos trminos? Por qu decimos que las personas son

    obesas? Si seguimos la lnea argumental de Husvedt, la obesidad se construye como una amenaza potencial o real al yo, al ser de la persona.

    La obesidad designa un excedente del cuerpo, lo que podra construirse como condicin ajena al sujeto. Pero simultneamente la obesidad es el sujeto, el excedente se construye como parte sustancial del ser. A diferencia de otros cambios o condiciones localizables en

    el cuerpo, la obesidad permite hacer afirmaciones de identidad.

    Ubicar a alguien en la clasificacin de obesidad es construir caractersticas y rasgos internos, clausurando la diferencia y la singularidad. Quienes reciben esta etiqueta se

    convierten en seres estereotipados e igualmente despersonalizados:

  • resultan conceptualizadas como no-personas, deshumanizadas, o ms bien, hipercorporizadas, reducidas a un cuerpo excesivo que se hace presente,

    espacial, visual y narrativamente (Fernndez-Ramrez & Baleriola, 2012: 349).

    El sujeto que no encaja dentro de los estndares que juzgan y clasifican a los cuerpos es convertido en el nico responsable por estar al margen la norma. Afirmar quin es el sujeto obeso equivale a producir una evaluacin negativa de su carcter moral (Rich & Evans, 2005).

    En este sentido, la categora obesidad no puede ser la descripcin neutral de una morfologa, es la construccin de un yo empobrecido que se asume que no posee los recursos necesarios para tener agencia y control sobre s mismo.

    Apuntes finales.

    Hoy en da no parece nada complicado introducir a una persona dentro de la clasificacin obesidad, lo nico que parece entrar en juego es un acto de percepcin puro, basta con la simple vista para diferenciar quin es obeso y quin no.

    A lo largo de este texto espero haber mostrado que la obesidad no puede reducirse a mera

    biologa, no es un atributo inherente al cuerpo. La obesidad es una forma de interpretar y clasificar al cuerpo que toma sentido dentro de un entretejido de discursos situados social

    e histricamente.

    Esta reflexin no significa tirar por la borda el cmulo de conocimientos en torno a los efectos (potenciales y reales) que la obesidad puede tener en la salud de las personas. Sin

    embargo, s es una invitacin a adoptar una lectura crtica, a hacer una evaluacin de sus efectos.

    Esto significa comprometerse con un examen continuo sobre las disciplinas que producen

    discursos en torno a la obesidad, sus medios y formas de legitimacin, as como los efectos que producen en quienes reciben sus etiquetas y clasificaciones.

    Si bien aqu hago este examen con herramientas tericas, sin duda el siguiente paso es analizar la presencia y circulacin de estos discursos dentro de prcticas y escenarios

  • concretos. En la vida cotidiana est la posibilidad de reificar y subvertir las formas dominantes de dar cuenta en torno a la obesidad.

    En este texto doy un primer paso en esta direccin en tanto que el uso de las herramientas que proporcionan las posturas crticas y construccionistas permiten hacer de la obesidad un objeto de reflexin psicosocial.

    Sostener que la obesidad es un fenmeno propio de la medicina o la biologa es cancelar la posibilidad de otras lecturas, es eliminar un anlisis de los efectos del discurso cientfico. Mientras que hacer de la obesidad un objeto de reflexin psicosocial permite ampliar el campo de argumentacin. As mismo, abre un campo de reflexin doble, por un lado, la participacin de los distintos actores sociales en la constitucin de este fenmeno llamado obesidad. Y por otro, la forma en que los discursos dominantes en torno al cuerpo y la salud moldean y producen sujetos, condicionando incluso su

    posibilidad de ser y pertenecer.

  • Referencias

    Amigot, P. & Pujal, M. (2009). On power, freedom and gender: A fruitful tension between

    Foucault and Feminism. Theory and Psychology 19: 646-669.

    Bauman, Z. (2000). Modernidad lquida. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica.

    Bauman, Z. (2007). Vida de consumo. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

    Bordo, S. (1993). Unbearable weight: Feminism, western culture and the body. Berkeley:

    University of California Press.

    Butler, J. (1998). Bodies that matter: on the discursive limits of sex. Nueva York: Routledge.

    Butler, J. (2004). Undoing gender. Nueva York: Routledge.

    Burr, V. (1998). Realism, relativism, social constructionism and discourse. En: Parker, I.

    (Ed) Social constructionism, discourse and realism. Londres: Sage.

    Domnech, M; iguez, L; Pall,C; Tirado, F. (2000). La contribucin de la psicologa social al estudio de la ciencia. Anuario de Psicologa 31 (3): 77-93.

    Fernndez-Ramrez, B. & Baleriola E. (2012). Estigma e identidad de las personas obesas en la semntica del discurso pblico. Discurso & Sociedad 6 (2): 314-359.

    Flores, G. & Iiguez, L. (2009). Anlisis del discurso tecnocientfico que construye la muerte enceflica en un manual de coordinacin de trasplantes. Discurso & Sociedad 3 (4) 682-713.

    Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar: nacimiento de la prisin. Mxico: Siglo XXI.

    Garay, A; iguez, L & Martnez, L.M. (2001). Perspectivas crticas en psicologa social: Herramientas para la construccin de nuevas psicologas sociales. Boletn de Psicologa 72: 57-78.

  • Gergen, K. J. (1999). An invitation to social construction. Londres: Sage.

    Hepburn, A. (2003). An introduction to critical social psychology. Londres: Sage.

    Hustvedt, S. (2009). The shaking woman or a history of my nerves. Nueva York: Henri

    Holt.

    Ibaez, T. (2001). Municiones para disidentes: Realidad-Verdad-Poltica. Barcelona: Gedisa.

    iguez, L. y Antaki, Ch. (1994) El anlisis del discurso en psicologa social. Boletn de Psicologa 44:57-75.

    Martin, E. (1987). The woman in the body. Boston: Beacon.

    Organizacin Mundial de la Salud, (2012). Obesidad y sobrepeso. Nota descriptiva 311. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/index.html

    Potter, J. (1996b). Representing reality: Discourse, rhetoric and social construction.

    Londres: Sage.

    Preciado, B. (2008). Testo yonqui. Madrid: Espasa Calpe.

    Real Academia Espaola (2001). Diccionario de la Lengua Espaola. En: http://www.rae.es/rae.html

    Rich, E. & Evans, J. (2005). Fat ethics The obesity discourse and body politics. Social theory and health 3: 341-358.

    Shotter, J. (1993). Cultural politics of everyday life: Social constructionism, rhetoric and

    knowing of the third kind. Toronto: University of Toronto Press.

    Sontag, S. (1989). Illnes as metaphor and AIDS and its metaphors. Nueva York: Anchor

    Books.