o e8 , in n . m o . 5 bim a ñ s stre j ulio- dag ost e 2 0...

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A ñ o 8 , N o . 5 5 B i m e s t r e A ñ o 8 , N o . 5 5 B i m e s t r e J u l i o - A g o st o d e 2 0 1 7 J u l i o - A g o s t o d e 2 0 1 7 Publicación bimestral que se edita sin fines de lucro, como suplemento de la revista Docencia e Innovación Tecnológicas Nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 6 de octubre de 1932. Poeta. Estudió en las facultades de Derecho, Filosofía y Letras; y en la de Ciencias Políticas y Socia- les de la UNAM. Ha sido coordinador de los talleres de poesía de la UNAM y de las universidades de Guerrero, Querétaro, Sinaloa y Chiapas. Miembro fundador del Ateneo de Chiapas; perteneció al grupo La Espiga Amo- tinada. Su obra ha sido traducida al checo, polaco, búl- garo, húngaro, noruego, sueco, rumano y alemán, y gra- bada en la colección Voz Viva de México de la UNAM. Colaborador de Carte Segrete, Estaciones, México en la Cultura, Poetmeat, Revista Mexicana de Literatura y Tri Quarterly. Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1968 por Espejo humeante. Premio Chiapas en la rama de Arte, 1984, por su destacada aportación a la lírica de México. Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer 2001 por El traje que vestí mañana. Premio Xavier Villaurrutia 2003 y Premio de Poesía José Lezama Lima 2005 al me- jor libro extranjero, otorgado por Casa de las Américas, por A paso de hierba. Su poemario Espejo humeante se incluye en la compilación Premio de Poesía Aguascalien- tes 30 años, 1968-1977, Joaquín Mortiz/Gob. del Edo. de Aguascalientes/INBA, 1997. Juan Bañuelos

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Año 8, No. 55 Bimestre Año 8, No. 55 Bimestre

Julio- Agosto de 2017Julio - Agosto de 2017

Publicación bimestral que se edita sin fines de lucro, como suplemento de la revista Docencia e Innovación Tecnológicas

Nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 6 de octubre de 1932. Poeta. Estudió en las facultades de Derecho, Filosofía y Letras; y en la de Ciencias Políticas y Socia-les de la UNAM. Ha sido coordinador de los talleres de poesía de la UNAM y de las universidades de Guerrero, Querétaro, Sinaloa y Chiapas. Miembro fundador del Ateneo de Chiapas; perteneció al grupo La Espiga Amo-tinada. Su obra ha sido traducida al checo, polaco, búl-garo, húngaro, noruego, sueco, rumano y alemán, y gra-bada en la colección Voz Viva de México de la UNAM. Colaborador de Carte Segrete, Estaciones, México en la Cultura, Poetmeat, Revista Mexicana de Literatura y Tri Quarterly. Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1968 por Espejo humeante. Premio Chiapas en la rama de Arte, 1984, por su destacada aportación a la lírica de México. Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer 2001 por El traje que vestí mañana. Premio Xavier Villaurrutia 2003 y Premio de Poesía José Lezama Lima 2005 al me-jor libro extranjero, otorgado por Casa de las Américas, por A paso de hierba. Su poemario Espejo humeante se incluye en la compilación Premio de Poesía Aguascalien-tes 30 años, 1968-1977, Joaquín Mortiz/Gob. del Edo. de Aguascalientes/INBA, 1997.

Juan Bañuelos

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Nos lo dijo la noche reclinada como una mujer viejaEn aquella colina:Partimos la soledad como el pan más amargo.Y aun así hemos seguido viviendo.Callamos puertas, deshojamos muros,Nadie nos vio correr tras el último tranvía de la noche.Repasé caminando las palabras de arenaQue les dije en el bar a los amigos,Y era mi boca la boca del silencioMordiendo aquellas cosas.(Me custodia la ira con su puño de rejas,Con el sonido extinto de la sombra. Después,Mi tardo andar imita la dirección de un ríoO el camino de hormigas alrededor de un árbol.)Leo un anuncio de neónQue besa obscenamente la espalda de una estatua,Alguien hace el amorY el mundo es más hermoso,Y es cierto que el sereno ronda su última vueltaPorque yo empiezo a ser testigo de los sueños.A estas horas hay muchos hombres que van y vienenAlegres, preocupados, en el medio de la calleO avanzando contra un muro.Es la hora en que la fiebre sube a los enfermosComo una hiedra sonámbula y flotante.Con los ojos fijos la música de un viejo cabaretMadura lentamente el deseo,La quemadura busca querencia en la ceniza,Y recuerdo que es juevesSólo por darle un nombre al tiempo.Los silbatos de las fábricas cercanasMe traen preocupación y frío,Y me duele la noche y el auto que frena de repenteY el llanto del recién nacido.Lo ordena el viento oscuroPara que tú recibas las balasDel guerrillero fusilado,Para que amesAun desangrando en luto.Y grita.Grita con toda tu piel como si fueraLa lengua del mar mezclada con la noche.O aún mejor: ponla tensa como un tambor que sueneY despierte a los hombres.

(De Escribo en las paredes, 1960)

Estoy a boca y llanto sometidoa abismos silenciosos como peces,y tú, mi hora y señal, solo enternecesel polvo que ya tengo compartido.

¿Qué diente hambriento, agudo, se me ha hundidoque repite su hazaña tantas vecescomo minutos, días, años, meses,mi piel a dentelladas la han tejido?

Colgando de mis huesos van las horas.Sólo amando a mi pueblo he de perderte,oh soledad, que fiel, todo coloras.

Señas me dejarás, más no en tus redeshe de dormir herido. Si he de verte,fuera de ti he de estar aunque te quedes.

(De Espejo humeante, 1968)

Oboe Nocturno

Contra la Soledad

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Wilson Calderon “Hombre y soledad”

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Acahuales

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Hija del campo y de la luz/ vientre de piedra sollamada/ nunca se elevó tan bajo tu hambre/ tu sombra sin su cuerpo/ la impostura/ la ceniza de tus trojes quemadas/ el látigo/los nadies de la sed... -qué sé yo qué!-

Y a punto de salpicar está la sangre estando fraternal estaba y doliente dolida

La muerte entona entonces zancudona mente una canción de cuna a donde el sol camina

Perdida a lo lejos

no puedo asir tu mano seca como un río Sé que vives: ven - no sé dónde - sé que vives / van a acudir / vendrán todos tus hijos: las mujeres y los hombres murciélago / los cigarra y los hormigas/ también los pobladores de las Siete Cuevas/ son los hombres de maíz con su rostro de limo

Dime qué ves/vuelve la cara/ gira/ danza alrededor de nuestro Árbol de la Vida

Sordomuda (no se dice tu nombre se respira)

Habla me aunque es de noche no tardes en llegar oh Patria amarga: Acompaña me Acompaña nos aunque es de noche

En tierra de acahuales andamos andando Bailemos Bailemos

Hojamarga

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Celebración de la Infancia

Yo celebro. Celebro y danzobajo la númida capa de lo eterno.Escucho el silbo del verde olorde mis días natales:escucho cómo gira la rueda de la noriay cómo lo inasible crece en las espigas.Y yo celebro. Celebro el diálogo del corderoy las hojas del esparto.Sobre el arcor de mieses cae lentoel ruido de los remos que golpeanlas aguas de la noche.Cantan las hojas y el viajeropor vez última oye el canto de los gallos,mientras la esposa borda su nombreen las doradas árguenas.Lejos, un perro aúlla y un ala del día rozala ventana.Mas yo celebro, celebro y danzo al sonde las flautas oscuras que apagan el oro del otoño.Pues ¿qué es lo cierto, y qué es el júbilo del niño ciego?¿Y de quién es la trampa y el juego del viento vagabundo?La fuente de ayer mana cerca de una tumbay un árbol crece en la mano abierta de la tierra.Soñamos,soñamos y las aguas de la infanciase cierran por encima de nuestras cabezas como un cúpula astral.

(De Puertas al mundo, 1960)

A los hombres, a las mujeresque aguardan vivir sin soledad,al espeso camaleón callado como el agua,al aire arisco (es el aire un pájaro atrapado),a los que duermen mientras sostengo mi vigilia,a la mujer sentada en la plaza vendiendo su silencio.En fin, diciendo ciertas cosas realesen una lengua unánime, amorosa;a los niños que sueñan en las frutasy a los que cantan canciones sin palabras en las nochescompartiendo la muerte con la muerte,los invito a la vida como un muchacho que ofrece una manzana,me doy fuego para que pasen bien estos días de invierno.Porque una mujer se acuesta a mi lado y amo al mundo

(De Espejo humeante, 1968)

Donde sólo se habla de amor

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David Sebastián Ojeda“Nostalgia del niño”

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Claudio Pedraza

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Un coyote emplumado es másque un lobo sin manada

es menosque un árbol sin raíces

es másque el aire sin ninguna fronda

menos que esa puerta quela cierra el vientoes más que un río arrastrandotroncos y animales

menosque un ciervo yugulado en la espesura

es másque cualquier fruta que no la comeel hambresi la ve

Tambiénes una tinaja sin gritoperegrinandoentre el cabello dolorosode la hoguera

Mutaciones

Nómada de la Aurora Borealcon su carne vidriadaaúlla sobre un pantano hirviendo

Es la primera piedra parlante‘llegué hace un ratoya que soy la última araña de granizo’

Es el único entumecimientodespués del frenesí errabundo

el primer Sol de Huesos dejando tan nunca fluirel río de agua quemada que roela eternidad en un grano de arena

Mira su reflejo en la corriente

difícil saber dónde nace el ojo de agua

dónde se dio el primo gesto del río-gota a gota- de todo lo que existe cuándoel coyote aún sin plumas -casi encía de piedraaulló a la Vía Láctea

cuándo extendió sus alas con un peso de nubes con el paso de una sombra de eclipsecon su lasca hojosa enormey el oleaje de serpiente en la hierba

En danza da el cielolo bonitopara mostrar el mundo-dice el Balam que leelas estelas-la luzuna vez se vay una vez vuelveuna vez se queda y una piensay una vez descansay una vez su fuerza hace que se quededentro de su casapara que la busquen

Donde pisa la luzquedan los surcosEspera que llegue el aguahasta la piedra /que sabe toda la verdad

NorteSurPoniente Oriente

cuatro veces la nube caminacuatro rumbos

Montañosono envejece

Insondablenono duerme:

El Coyote Emplumadoestá vivo-late su corazónen mi palabra.

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La Eternidad está enamorada de las obras del tiempo. W. Blake

Lo mismo que Adán sumergido hasta la alondra del silencio, sucio de humana noche en que he caído, rompo todos los pronombres para tenderme en el día óseo de la plenitud. Acudo ebrio de musgo y tulipanes hasta las criptas de las piedras o de los ríos secos, donde muerden al silencio cárabos crepusculares y en donde un hombre solitario se hinca.

Pisando soledad entro en el día, porque es dable a las criaturas ver su hora crecer para hallar luego algo de los mortales en un grano de arena. Mas también bajo las gradas seculares ydiviso el humo de las chozas de los hombres, veo los caminos cotidianos, las nubes que anuncian el otoño y a la mujer grávida de su fruto sentada en su hamaca viendo pasar las horas. Y me muevo con las hierbas, y con el menor movimiento del caballo, y siento que dentro de mí corro como ese río que estoy viendo que avanza.¡Y miro alejarse la carreta del último cosechador!

E igual que una palabra lanzada a la mitad del mar caigo en el seno del prodigio. Y como el minero que se cubre con las manos la faz cuando de pronto, ciego, reencuentra la luz, así la dulzura levanta su toga y me envuelve temerosa.

Viento de diamantes

¡Ay, el hombre soy y no lo había advertido! el amparado por dioses tutelares de la iniquidad, el que frecuenta y ronda tanto rencor taimado del polvo con su cauda de crines blancas. ¡El hombre soy, mas no me basta! porque el sol tiene su trigo en llamas y el mar tiene los ojos tocados por la gracia. El hombre soy pero toda cosa nacida con la aurora, con ella muere, y toda criatura que engendra la noche con ella se aleja porque oscuro es su linaje.

Todo pasa.Y como el agua y el sol, también todo queda. Un silencio que se sienta a esperar el primer ruido. Nuestra imagen que se pierde y se encuentra como el humo que no es más que el eco del fuego. No otra cosa que la espuma negra que va haciendo el arado sobre la tierra.Y lejos de la memoria del viento que dejaron las épocas, un olor de centeno y anís hace volver los pájaros.

Y porque el horizonte no es más que una hoja larga de perfil, dejo que mudas tribus de peces muerdan los guijarros, dejo que brille el hocico del jabalí en la noche y que bajo el zumbido de las abejas los bueyes trillen la mies. ¡Ay, reivindicación bañada en el ojo inocente! ¡Oh, exultación del mar sostenida en el resplandor¿De qué remoto sueño hemos caído? ¿Por qué somos una rueda que grita enloquecida? ¡Ah! triste es nuestro paso, en verdad. ¡No más que olas somos! Nos levantamos brevemente...para seguir siendo mar

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“Ola impetuosa”

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2

Puede caer la noche cuando quiera. Puede cerrar los ojos la ciudad. Pero no duermo. No vivo, estoy lleno de espanto. Arriba hay un cielo ásperamente limpioY la luz de la luna —tierna loba— a través de la puerta Lame los piececitos de mis dos pequeñas hijas. Abajo hay un oscuro en pálido, hayUna manotada en bestia acechante.Y mientras duermen nada está en reposo; Algo se mueve y se abre paso hasta míY oigo que un perro camina por la calle.

Un perro en la calle; Ese sonido de patas sobre el asfalto A las dos de la mañana, ese ruido babélico Que produce con el hocico Al remover la basura y la noche.

Un perro. La calle. La luna. Mientras caigo en el sueñoEl grito de un animal sin rostro inunda mi cuarto. Se escuchan estallidos de casas y avenidas. Una daga en el vientre,Y el grito del hambriento, el grito Que se apoya en las puertas, Contra los monumentosY en las paredes de los ministerios.

Luego es un soplo.Ese ruido de resaca que saleDe los perros sin lengua.Luego es el miedo igualA una delgada hiedra subiendo por la pielY girando en la lengua como el disco

De un teléfono loco.Luego es el odio una callada puerta (Y lo que queda del odio Es un ácido besoY es una mala ropa). Pasado el frío es el silencio, Ese huraño silencio de la nocheQue levanta su cresta de iguana negra.

Pero no duermo. En la ciudadSe oye un redoble de tímpanos. En la ciudadHay varios compañeros declaradosEn huelga de hambre.

5

Aquí en México escribo estas palabras. Juan me llamo: No soy nadie Y soy el pueblo, Fui gemelo y por dos me voy muriendo. Aquí en México escribo estas palabras, Les doy ocupación el día que cumplo años. Les doy su justo nacimiento. El día que cumplo engaños Soy un propósito de tiempo.

Las palabras son hijas de la vida.Sufren, paren; también tienen sus muertos.Y en la honda capital de la miseria Las armé de fusiles y de verbos (En esta patria muda, perseguida, Donde hasta el aire mismo va a dolernos). Yo fui el autor;Lo que suena a dolor me suena a pueblo. Nací en el Sur. Mi nombre: Juan Bañuelos.

Huelga de hambre

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I

cuando cambian de rostro se desnudan los hombres y las cosas

II

es tiempo de decir pocas palabras:

1. no es humano el dolor ni es locura de dioses otros males

2. somos aquellos que al despertar se afeitan metódicamentee inician la matanza

3. nada es sabiduría ni corajesólo ebriedad de piedras sordas

4. éste es el tiempo en que si un niño duerme envejecen sus juguetes

5. el puro nacer es un enigmanada saben los hombres cuando insisten pesar en la misma balanza la desdicha y la dicha inexperta

6. el fuego y el humo duermen juntos entre los pliegues de la hierba seca

7. la paz de la vejez / el orden / toda sabiduría nos son arrebatados de las manos como en la monarquía solitaria de la infancia los juegos denegados

8. (demórate en tu corazón que no cabe en ninguna tumba)

9. aunque sólo donde hay peligro nace también lo que nos salvalo que ahora se muevasólo sean las hojas

III

los despiertos tienen un mundo común: vida angustia y muerte viento fuego y agua trabajo salario y amos mas los dormidos guardan —con avaricia— en sus pulmones la respiración para el día siguiente:también son explotados

no son el día y la noche alucinaciones de un transeúnte?

IV

la súbita equidad provocando un acuerdo

V

dejo caer una piedra sobre el agua transparente y profundase hunde sin remedio

y lo que perduraes la transparencia el hundimiento el agua ciega

qué sería esa música muerta del espacio si no la tañe el tiempo? pero qué piedra? pero qué agua? pues bien que alguien me diga quién soy yo?

VI

la fermentada sombra de alguien que vuelve para ver cierta casa movida por los años.

Lección del oscuroIls m’ont appelé l’Obscur

et j’habitais l’eclat S.J. Perse

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Como un río grande —de noche— que no se ve sino se escucha el torrente del destino colmado de puentes invisibles pasa debajo de mis pies

Todo ha cesado de morir

De punta a punta la tela del sueño se ha rasgado y el movimiento mismo (un ay intacto) circundael agua inmóvilSe levanta el paisaje a través del vapor que empaña la fiebre vegetal y al choque de la rama con su imagen responde la hoja movida por el miedo

La neblina descendió agazapándose en la orilla de los lagos y más allá de los troncos se trenzó con las lianas parásitas veteadas de orquídeasLos bosques de Montebello son de niebla y de tormenta Sus lagos nómadas de distintos colores lanzan irisaciones que desvanecen la mirada arrastrándola al fondo de las aguas

Aquí la sombra ha fatigado al moho y a la piedra volcánica El ladrido de la hoja podrida se mezcla entre los pasos del día y los indígenas se aprestan para la caza del quetzal la fugitiva estalagmita de coberturas verdes y crísum rojo intenso El temporal de la madrugada fue un imperio de truenos y relámpagos Desfalleció el viento. En la juiciosa boca de la florcrecieron los astros de frescura y el grito del alcaraván prolongó el solsticio de la noche Amanece. La humedad es como el sueño: inmóvil. Sólo asciende un pueblo de raíces por las gargantas de las aves que con su canto mueven la alfombra olorosa de la juncia El humo de las chozas se eleva imitando grecas mayas mientras se filtra el suero cíclico de la memoria

Dos hombres cubiertos con capas de hule para la lluvia se internan en el bosque seguidos por la niebla Delante de ellos el sol empieza a escaldar los colores de árboles y pájaros Una saeta cruza. Es el vencejo con su cola escotada Los hombres avanzan entre alardes del queisque escandaloso / ante el reclamo del trogón violáceo o el grito del hojarasquero /

El suicida

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el pochocuate cruza los caminos todo caballeroso y en las flores el rocío refleja las joyas de colibríes suspendidos en el aireCerca del lago de Tziscao en donde empieza el camino al Cerro del Plumaje la brasa ardiendo de un tunkil que vuela les hace detener el paso: mezclados llegan el canto largo del guardabarranco y el sombrío silbido del tinamú caneloUn estremecimiento de hojas les recorre la espalda

Al volver la vista hacia el lago los hombres vieron dos cisnes sobre el agua. El macho de plumas eclipsadas nadaba en torno de la hembra inánime dando gritos de bayas amargas: de tiempo en tiempo se elevaba en el aire como queriendo animarla para seguirlo pero la hembra flotaba bajo el enjambre del silencioseguramente muerta por un rayo durante la tempestad (ahora el rayo es un cisne que duerme y que no quemay el sol hormiguea entre sus plumas)

Combustión de la altura y constancia nupcial más que volar fosilizaba el vuelo

Después de inútiles esfuerzos, atravesado por las treinta y dospuntas de la rosa de los vientos / en una quietud sin peso y la creación entera suspendida entre sus alas / el cisne pareció comprender que su compañera se apartaba de él para siempre: la ausencia transcurría en ese alargamiento sinuoso de su cuello y sus párpados borraron el espacio del alba

De pronto se elevó muy alto en el cielo, giró dos o tres veces y bajo la curva de su vuelo incubó la curvatura de la tierra / más ligero que una brizna de paja Como la gloria de la muerte que se consume a sí misma / en el límite espectral de su impulso dejó caer las alas: se precipitó con fulguraciones de aerolito y fue a destrozarse contra un acantilado

Las hormigas precarias cerraron filas junto al lago El cuello solar del tucán negro brilló entre los pinos derramando el follaje de otra edad y los dos hombres perdieron ese día todo deseo de cazar quetzales

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Mtro. José Antonio Gali FayadGobernador Constitucional del Estado de Puebla

Lic. Patricia Vázquez del Mercado Herrera Secretaria de Educación Pública del Estado

Mtro. Bernardo Huerta CouttolencRector

MIA. Ma. Oneida Rosado GarcíaSecretaria Académica

Abog. Nadia J. Quezada LópezSecretaria de Vinculación

Mtra. Carolina Gil Fernández de LaraDirectora de Extensión Universitaria

Ing. Guillermo García TalaveraFundador

G. Francisco Ortiz OrtizEditor

M. M. Ma. Angélica Benítez SilvaDiseño Gráfico y selección de textos

www.utpuebla.edu.mx

Directorio

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desautorizo mi ternura /vuélvanse mis ojos turbulencia /pido castigo ejemplar a mis palabras. al albaquito la escalera para que ninguna luzsuba a las ventanas / que seairreflexiva como un perro mi bondadque en los charcos sean glorificados mis instintosque la vida tropiece y su pie herido sea mutilado.desautorizo a mi sangre y a mi sexo /y para mis oídos toda voz /toda vez toda sombra todo siglosea mi espalda una sábana árida.la ausencia es una unión definitiva. TodoTengo prohibido: incluso la amargura.

(De Destino arbitrario, 1982)

Perversidad de la Separación

Remedios Varo“Despedida”