número 6 mayo 2012 … · financiero estable a futuro y caída en picado de la cuen- ... tos- no...

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Número 6 Mayo 2012 www.fsc.ccoo.es/webfscpostal ¡ Y nos las queríamos perder! Adscripción de Correos a SEPI, nuevo Presidente, asfixiantes presupuestos para el operador.... ¿Alguien todavía duda que Correos necesita un PLAN CON MAYÚSCULAS? Página 2 Un mar de turbulencias

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Page 1: Número 6 Mayo 2012 … · financiero estable a futuro y caída en picado de la cuen- ... tos- no es hacia unos dirigentes o unas siglas, ... cutible cuando el argumento es el insulto,

Número 6 Mayo 2012 www.fsc.ccoo.es/webfscpostal

¡ Y nos las queríamos perder!

Adscripción de Correos a SEPI, nuevo Presidente, asfixiantes presupuestos para el operador....

¿Alguien todavía duda que Correos necesita un

PLAN CON MAYÚSCULAS?

Página 2

Un mar de turbulencias…

Page 2: Número 6 Mayo 2012 … · financiero estable a futuro y caída en picado de la cuen- ... tos- no es hacia unos dirigentes o unas siglas, ... cutible cuando el argumento es el insulto,

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17 de abril: Mario Garcés Sanagustín, el Subsecretario de Fomento afirmó que la prestación del Servicio Postal Universal (SPU) no corre peligro y reconoció la deuda de financiación pendiente con Correos aunque no se refiriera a la nece-sidad de corregir la infradotación presu-puestaria -según sus propias palabras- para este año, ni a los más de 200 Mill.€ que adeudan las Administraciones al operador.

18 de abril; Ramón Aguirre, Presidente de SEPI: “ Durante esta legislatura no habrá cierres, no habrá privatizaciones y no habrá desinversiones hasta que el Mercado no se estabilice… No habrá ERE´s y sí mantenimiento del empleo”.

19 de abril: Javier Cuesta, Presidente de Correos confirma la situación crítica en la

que se halla la Compañía tras una dismi-

nución, desde 2007, de los envíos ges-

tionados en un 24,8% y una importante

caída experimentada en 2011 del 7,9% si

bien viene a coincidir con CCOO en que

hay que tratar de incrementar a la mayor

velocidad posible los ingresos que no

forman parte estrictamente de la activi-

dad postal comprometiéndose a que, en

el corto plazo, una de sus prioridades

será la de poner en pie un plan de em-

presa para los próximos cuatro años cen-

trado en la acción.

El denominado PERC es el Plan Estratégico de Reactivación para Correos que CCOO está proponien-do como salida al inmovilismo de las últimas legislatu-ras. Un plan cuyos ejes fundamentales, pasan por: Dotar de estabilidad financiera a Correos a través de la financiación del SPU, del pago de deudas del Estado y Administraciones Públicas con Correos y un marco de inversiones suficiente. Regulación del Mercado postal y de la compe-tencia: protección de la red postal pública, limitando el acceso a los privados y evitando el dumping tarifario y laboral. Correos como marca España, como una gran empresa pública de referencia en el mercado postal, potenciando su diversificación y su internacionaliza-ción. Blindando el Convenio y Acuerdo – cerrando el

paso a la Reforma Laboral en Correos- en un marco

estable de diálogo social y negociación colectiva.

Estas propuestas se pueden encontrar de manera más extendida en la página web: www.ccoo-correos.es/100propuestas/

¿Qué es el PERC? Pon tu firma por un proyecto para Correos

El 16 de marzo el Consejo de Ministros adscribía al Grupo Correos a la SEPI, grupo empresarial de titularidad pública en el que se integran empresas de variada tipo-logía y sectores de actividad, desde aquellas que desarrollan políticas de interés público (Grupo EFE) hasta otras sometidas a planes de reconversión (HUNOSA) o en proceso de liquidación (Grupo IZAR) pasando por las que están orientadas al mercado en sectores competiti-vos (Grupo ENSA, Navantia y, debemos entender, CO-RREOS). CCOO entiende que, ante esta medida del Gobier-no, hay que aproximarse sin prejuicio aunque no por ello sin cautela y sin exigencia respecto a la intención última que pueda esconderse detrás de esta decisión. Es por ello que desde CCOO hemos iniciado una campaña de recogida de firmas en todo el Estado me-diante la cual queremos que los trabajadores expresen su rechazo a cualquier intento de privatización, de reconver-sión o de abandono y muerte de Correos por inanición al desproveerla de los medios financieros necesarios -subvención e inversión- . Pregunta al delegado sindical de tu provincia o acércate al local.

Lo + destacado de las comparecencias de SEPI, Fomento y Correos en el Congreso de los Diputados

Una legislatura de puro vértigo que se iniciaba con el primer tijeretazo en forma de Decreto de medi-das urgentes que congelaba el salario, la aportación a los planes de pensiones y la oferta de empleo para los empleados públicos, anunciando -“el inicio del inicio”- la continuidad de toda una serie de medidas de ajuste que se han venido concretando en forma de recortes en los servicios sociales básicos, la aprobación unilateral de la Reforma Laboral y un ajuste en la cuentas públicas de enormes proporciones que, si bien han sido contesta-das desde la calle y los centros de trabajo con la exito-sa Huelga General del 29-M En lo postal, una empresa paralizada navegando por el mar de la austeridad a la que se le ha venido y viene sometiendo en la anterior legislatura y en ésta, sin noticia de mejores puertos donde refugiar-se La presión del déficit público sobre un marco fi-nanciero postal construido a base de deudas impagadas por parte del Estado y de las Administraciones, nula fi-nanciación del Servicio Postal Universal (SPU) en los Presupuestos Generales (PGE) 2012, ausencia de plan financiero estable a futuro y caída en picado de la cuen-ta de resultados de la empresa, unida a la ofensiva libe-ralizadora -apertura del mercado postal- y la llamada

“racionalización del sector público” -que en el caso de Correos tenía su concreción con su adscripción a SEPI- colocaban al correo público en una situación de incerti-dumbre respecto a su viabilidad futura. Situación que hereda el nuevo Presidente de la Compañía Javier Cuesta cuyo nombramiento -tras me-ses de insistencia por parte de CCOO por cuanto no era de recibo seguir manteniendo descabezada a la mayor empresa pública del país- se producía el pasado 14 de marzo, momento en el que CCOO le hace entrega de sus “100 Propuestas para un cambio en Correos” y que suponen una serio trabajo propositivo para reactivar el operador garantizando la negociación colectiva, los de-rechos de los trabajadores y el empleo. Un trimestre éste último como ¡para perdérselo! Edificado a base de recetas exclusivas de austeridad -que empiezan ya a cuestionar cada vez más voces con-traponiendo a ella la necesidad de impulsar el creci-miento tal como viene reclamando el sindicalismo euro-peo- en el marco de una recesión que mantiene encalla-da la economía y declaraciones en sede parlamentaria que, si bien comienzan a despejar algunas incertidum-bres, no consiguen todavía, por su falta de concreción, estabilizar la nave en medio de la tormenta.

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Editorial: Para qué sindicalismo en tiempos de miseria

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Hace algo más de doscientos años, el mejor poeta o uno de los mejores poetas de todos los tiem-pos, el alemán -parece una ironía- Friedrich Hölderlin, se preguntaba, entre incrédulo y resignado, “para qué poetas en tiempos de miseria”. Acto seguido no tuvo más remedio que volverse loco y pasarse treinta años encerrado en la buhardilla de un carpintero.

Dos siglos después, y tras un breve paréntesis que va de la posguerra europea hasta los años noven-ta del siglo pasado, la “miseria” -y no sólo la material, aunque también- está invadiendo de tal forma nuestro espacio público y privado que parece aconsejable pa-rarse a pensar qué está sucediendo.

Porque la crisis económica que casi todos esta-mos viviendo y padeciendo se está llevando por delan-te, una detrás de otra, todas y cada una de las con-quistas que han ido conformando el ahora tan denos-tado Estado Social Europeo y que, conviene recordar-lo, no han sido alcanzadas por brillantes individualida-des, sino ganadas colectivamente: educación, sani-dad, pensiones o trabajo desempeñado en condicio-nes dignas. Por mucho que les pese a algunos (y se nota que les pesa), hasta que no se fraguó la colectivi-dad representada unitariamente por las organizacio-nes sindicales no se pasó de la pura miseria y la mera supervivencia a un estadio mínimo de dignidad ni los trabajadores pudieron convertirse en ciudadanos. Aho-ra que las librerías están haciendo su agosto con el bicentenario de Dickens, conviene recordar que si es-tamos a una distancia considerable de la realidad que describen sus libros, y lo estamos, en alguna medida hemos sido los trabajadores organizados colectiva-mente a través de los sindicatos quienes más hemos peleado por generar esa distancia.

Hoy, tras una escalada suicida de gasto y endeu-damiento público y privado -en España y en otros paí-ses- que los expertos en economía de hace cuatro días denominaban “círculo virtuoso”, las élites económicas, aquellas que pusieron su dinero a trabajar en los países que más rendimiento e intereses podían ofrecerles, es decir, en los económicamente más peligrosos, están a punto de perder los nervios ante la posibilidad de no poder recuperar el monto de sus apuestas. Y ante este riesgo, están dispuestos a hacer un sacrificio: no pasará nada si los más peligrosos de la clase se ponen a hacer

reformas: trasvasar recursos públicos al ámbito privado, recortar derechos en sanidad o educación, desregular el mercado de trabajo o intentar desmontar el mundo sindi-cal como el último muro de contención a derribar ante el decidido desmantelamiento del Estado Social.

El despiste y la estupefacción de la clase política (que en demasiados casos coincide con la económica) está siendo un espectáculo digno de señalarse: porque la situación ha pulverizado programas electorales, prin-cipios hasta ahora intocables de las izquierdas y las de-rechas, está condicionando las decisiones y las leyes de los parlamentos nacionales y socavando los principios básicos de las instituciones democráticas.

En este contexto, en el que se está apostando por el todo o nada, el sindicalismo de clase -frente a las op-ciones corporativas o circunscritas al ámbito de una sola empresa o sector- tiene la oportunidad y la responsabili-dad de convertirse en la única alternativa posible para canalizar, tras años de despilfarro de dinero público, los ajustes necesarios sin que éstos se lleven por delante lo que deberíamos conservar del Estado Social Europeo. El ataque dirigido al mundo sindical es contra los derechos laborales, sociales, y civiles; el resultado de un trayecto largo de lucha y reivindicación

Porque el ataque frontal dirigido al mundo sindical -el único capaz de ofrecer resistencia en estos momen-tos- no es hacia unos dirigentes o unas siglas, es un ataque contra los derechos laborales, primero, sociales, después, y civiles por extensión de la ciudadanía euro-pea que no son sino el resultado de un trayecto largo de lucha y reivindicación. Y porque frente a la imagen bron-ca que se nos quiere colgar, llevamos años proponiendo alternativas -entre otras, el replanteamiento de los pla-zos de reducción del déficit, ante la posibilidad de una quiebra económica de toda Europa- que algunos ahora empiezan a entender. Indignados, sí, pero no resigna-dos, ni a la posibilidad de superar una crisis ya más polí-tica y social que económica, ni a convertirnos en un sin-dicato resistencialista y por lo tanto reaccionario, ni re-signados a contraponer ideas y acción ante un tiempo de miseria. Ése es el origen y el fin último de CCOO que no puede más que sentirse orgullosa de ser una organi-zación sindical a la que Gobiernos de uno y otro color consideran la última trinchera para llevarse de calle el Estado Social. Y va a ser que no.

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El valor de los Acuerdos frente a la Reforma Laboral

Desmantelamiento de derechos, el valor de los acuerdos Con una frivolidad que roza el infantilismo hay quienes en Correos vienen practicando sin descanso el sindicalismo del NO. Parece como si su única misión en la tierra fuera la de esperar pacientemente a que otros lleguen a acuerdos para inmediatamente torpedearlos: “La traición de los sindicatos firmantes…”, “El 5 de abril se consumó una nueva traición al colectivo…”, “Quienes dicen representar a los trabajadores se corresponsabili-zan con los intereses empresariales” y así día tras día y acuerdo tras acuerdo. ¿Legal?, sí. ¿Legítimo? Muy dis-cutible cuando el argumento es el insulto, ¿Inteligente? Sin comentarios. ¿Sectario? La verdad es que a veces dan miedo quienes desde el insulto consideran que los demás son traidores y ellos siempre tienen la razón. El 5 de abril de 2011, CCOO firmaba el III Conve-nio para el personal laboral y Acuerdo General para fun-cionarios al que CCOO, y no nos equivocábamos visto lo que le ha ocurrido al país en estos últimos años. Un Acuerdo que aportaba estabilidad y certidumbre ante un panorama de inestabilidad política y económica sin pre-cedentes y en un contexto de liberalización del mercado postal que añadía, por si faltaban pocas, nuevas dificul-tades. Al inicio de legislatura el Gobierno aprobaba una Reforma Laboral que ha supuesto la mayor agresión a los derechos de los trabajadores desde la restauración de la democracia y cuyo ariete principal se dirigía al ner-vio central de las relaciones laborales cual es la nego-

ciación colectiva a la que pretende desactivar allí donde pueda producirse. Una reforma que, a pesar de la con-tundente respuesta sindical el 29 de marzo pasado, si-gue avanzando en su trámite parlamentario con escasas modificaciones. ¿Estaríamos hoy en peores circunstancias, con la está cayendo, para blindar los derechos de los tra-bajadores de Correos si no hubiéramos firmado el Acuerdo del 5 de abril? La respuesta es sí a no ser que alguien lleve puestos unos anteojos que le impidan ver la realidad. El 19 de abril el Presidente de Correos comparecía ante la comisión de Presupuestos del Congreso de Di-putados para afirmar, entre otras cosas, que lo que se tenga que hacer en Correos se hará “dentro del marco del Acuerdo General y del Convenio Colectivo” (textual). ¿Podría haber realizado esa afirmación Javier Cuesta sin la firma -traición dirán nuevamente algunos- del 5 de abril? Una vez más, y frente a quienes desde posiciones

restrictivas de derechos -como el actual Gobierno- o

desde la ceguera sindical, la negociación colectiva y los

Acuerdos adquieren el valor que tienen en todo momen-

to y en todo lugar. Mucho más todavía cuando de ellos

depende, en gran parte, la viabilidad a futuro del proyec-

to empresarial y la defensa de los derechos de los traba-

jadores y el empleo.

¿Ajuste de empleo? No, acuerdo de consolidación

El debate del empleo en Correos ha sido, antes y durante la crisis, una de las prioridades para CCOO. Y será una pieza central para situar, ante los futuros pla-nes del Gobierno y de la propia Dirección de la Socie-dad Estatal, el escenario de salida de la misma. Tras más de un año de movilizaciones, CCOO impulsó y suscribió en 2011 el Acuerdo y Convenio co-lectivo que está definiendo, en un contexto de enormes dificultades para todo el sector público y también para el privado, nuestro marco de relaciones laborales, dentro del cual cobra una especial relevancia el proceso de consolidación de empleo incorporado a dicho Acuerdo. Ya en aquel momento algunas voces sindicales, fruto más de la confusión o del desconocimiento de la realidad del empleo en Correos, tacharon dicho proceso de consolidación de demagogia sindical, al considerarlo imposible en una empresa que -y CCOO hemos sido los primeros en denunciarlo- ha destruido 10.000 empleos en los últimos cinco años y que, según palabras del nue-vo Presidente, procederá a la supresión de 2.000 más en 2012. Aunque dicho adelgazamiento de la plantilla ha sido realizado mediante jubilaciones, excedencias o mo-vilidad interministerial y no a través de mecanismos agresivos o traumáticos, CCOO no renuncia a que Co-rreos apueste en firme por un incremento de su activi-dad que permita un correlato de aumento de empleo. Y en esa dirección va parte de nuestras “100 propuestas para un cambio en Correos”.

Y ello tampoco puede ocultar que la estructura y la tipología del empleo en Co-rreos -22.000 func ionar ios , 24.000 labora-les fijos, 12.000 eventuales de media- permite, aún contando con una nueva disminu-ción de la misma, realizar un trasvase de empleo even-tual -con uno de los porcentajes más altos de todo el sector público, un 20%- a empleo fijo a través de los procesos de consolidación acordados en abril de 2011 por CCOO. Y lo que sin duda cuenta en un momento de absoluto veto a cualquier medida de incremento del gas-to público por parte del Gobierno, un proceso de consoli-dación que no incrementa los costes soportados por la empresa en concepto de gastos de personal. No otra cosa está planteando CCOO en este ini-cio de legislatura, conscientes que en un país camino de los 6 millones de parados un proceso como el que está en curso en Correos contribuirá, además de a mejorar la competitividad de una empresa inmersa en un proceso de plena liberalización, a despejar la incertidumbre labo-ral y económica de miles de familias. Para CCOO, en el momento actual, éste sería motivo suficiente.