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Arquitectura, Territorio y Democracia [ARTICULOS] La geografía urbana en el contexto de los estudios urbanos Antonio Salgado Gómez Ciudad, democracia, y tecnología Roberto Ramírez Rodríguez Ciudad, Derecho y adultos mayores. Propuesta multigeneracional Bertha Lilia Salazar Martínez La democracia y la participación social María Rossana Cuellar Gutiérrez Daniel Rolando Martí Capitanachi Vivienda y democracia Alfredo Cerqueda Méndez Fernando N. Winfield Reyes Retos y soluciones de una sociedad contemporánea Fidel Arteaga Los Manhattan Transcripts de Bernard Tschumi Roberto De Jesús Jiménez de la Rosa Movimiento cinemático en la obra de Le Corbusier y Sergei Eisenstein Graham Cairns Segregación urbana y democracia: viejos y nuevos retos Rafael Palma Grayeb Reflexión sobre los aspectos que denotan democracia en las ciudades Rebeca Ampudia Ladrón de Guevara Urban space processes: A socio-spatial-symbolic theoretical approach Mauricio Hernández Bonilla Planning for growing economies and successful settlements Arturo Velásquez [RESEÑAS] Ciudad y espacio público: Sobre la elusiva naturaleza de un esencial bien común Fernando N. Winfield Reyesh Planificación en la cara del conflicto John Forester, American Planning Association Journal (1987) Taryn Téllez Gutiérrez NUEVE enero-junio 2013 Revista RUA / No.9 / Arquitectura,Territorio y Democracia / enero-junio 2013 [email protected]

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Arquitectura, Territorio y Democracia

[ARTICULOS] La geografía urbana en el contexto de los estudios urbanosAntonio Salgado Gómez

Ciudad, democracia, y tecnologíaRoberto Ramírez Rodríguez

Ciudad, Derecho y adultos mayores.Propuesta multigeneracionalBertha Lilia Salazar Martínez

La democracia y la participación social María Rossana Cuellar Gutiérrez Daniel Rolando Martí Capitanachi

Vivienda y democracia Alfredo Cerqueda MéndezFernando N. Winfield Reyes

Retos y soluciones de una sociedad contemporáneaFidel Arteaga

Los Manhattan Transcripts de Bernard Tschumi Roberto De Jesús Jiménez de la Rosa

Movimiento cinemático en la obra de Le Corbusier y Sergei Eisenstein Graham Cairns

Segregación urbana y democracia: viejos y nuevos retos Rafael Palma Grayeb

Reflexión sobre los aspectos que denotan democracia en las ciudades Rebeca Ampudia Ladrón de Guevara

Urban space processes: A socio-spatial-symbolic theoretical approachMauricio Hernández Bonilla

Planning for growing economies and successful settlements Arturo Velásquez

[RESEÑAS]Ciudad y espacio público: Sobre la elusiva naturaleza de un esencial bien común Fernando N. Winfield Reyesh

Planificación en la cara del conflictoJohn Forester, American Planning Association Journal (1987) Taryn Téllez Gutiérrez

NUEVEenero-junio 2013

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Contenido

La geografía urbana en el contex-to de los estudios urbanosAntonio Salgado Gómez

Ciudad, democracia, y tecnologíaRoberto Ramírez Rodríguez

Ciudad, Derecho y adultos mayo-res. Propuesta MultigeneracionalBertha Lilia Salazar Martínez

La democracia y la participación social ante el Derecho a la ciudad.María Rossana Cuellar Gutiérrez / Daniel Rolando Martí Capitanachi

Vivienda y democracia Alfredo Cerqueda Méndez, Fernando N. Winfield Reyes

Retos y soluciones de una sociedad contemporaneaFidel Arteaga

Los Manhattan Transcripts de Bernard Tschumi Roberto De Jesús Jiménez de la Rosa

Movimiento cinemático en la obra de Le Corbusier y Sergei Eisenstein Graham Cairns

Segregación urbana y democracia: viejos y nuevos retos Rafael Palma Grayeb

Reflexión sobre los aspectos que denotan democracia en las ciudadesRebeca Ampudia Ladrón de Guevara

Urban space processes: A socio-spatial-symbolic theoretical approach Mauricio Hernández Bonilla

Planning for growing economies and successful settlements Arturo Velásquez

Ciudad y espacio público: sobre la elusiva naturaleza de un esencial bien común Fernando N. Winfield Reyes

Planificación en la cara del conflic-to John Forester, American Plan-ning Association Journal (1987) Taryn Téllez Gutiérrez

DirectorioREVISTA RUA

RUA, año 5, número 5, Enero Junio - Diciembre 2013.RUA es una publicación semestral editada por Dr. Arq.Daniel Rolando Martí Capitanachi. Diego Leño No. 12,Centro Histórico, C.P. 91000, Xalapa, Ver.

Editor responsable: Dr. Arq. Daniel Rolando MartíCapitanachi. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No.04-2009-070213393100-102. ISSN 2007-3992. Licitud deTítulo y Licitud de Contenido No. 14800, ambos otorgadospor la Comisión Calificadora de Publicaciones y RevistasIlustradas de la Secretaría de Gobernación. PermisoSEPOMEX No. No aplica.

Impresa por Imprenta Reproducciones GráficasAvanzadas. Av. 17 Poniente 1516-C, Col. Jardines deSantiago. C.P.72580 Teléfono 01 (222) 240 41 90. Fax296 70 58, Puebla, Puebla. Este número se terminó deimprimir en el mes de octubre de 2012, con un tiraje de 700ejemplares.

Las opiniones expresadas por los autores nonecesariamente reflejan la postura del editor de lapublicación.

Queda estrictamente prohibida la reproducción total oparcial de los contenidos e imágenes de la publicación sinprevia autorización del Instituto Nacional del Derecho deAutor.

Comité EditorialDr. Arq. Daniel R. Martí Capitanachi Dr. Arq. Mauricio Hernández Bonilla Dr. Arq. Gustavo Bureau RoquetDr. Arq. Fernando N. Winfield ReyesMtra. Arq. Ana María Moreno Ortega

Consejo EditorialDr. Arq. Roberto Goycoolea Prado Universidad de Alcalá de Henares, EspañaDra. Arq. Margarita de Luxán G. Universidad Politécnica de Madrid, EspañaDra. Elvira Maycotte Pansza Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, MéxicoDra. Arq. Martha Chávez Anguiano Universidad de Colima, MéxicoDra. Arq. María Teresa Pérez Bourzac Universidad de Guadalajara, MéxicoDra. Beatriz Eugenia Rodríguez Villafuerte Universidad Veracruzana, MéxicoDr. Arq. Ricardo Pérez Elorriaga Universidad Veracruzana, México

Panel de árbitros externos:Mtra. Arq. Harmida Rubio GutiérrezDr. Arq. Iván San Martín Córdova Coordinador de este número:Dr. Arq. Mauricio Hernández Bonilla

Diseño editorial:Michelle Alejandra DíazAngélica Jiménez FonsecaGuillermo Francisco García Acosta

Diseño de portada y contraportada:Yéred Zabdiel Domínguez Pérez

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RUA 9 ∙ Enero - Junio 2013 [ 3 ]

[ artículo ]

La geografía urbana, una de las ramas más

influyentes en la actualidad de la geografía

humana, tiene la intención de introducir-

nos al conocimiento y comprensión de las

comunidades urbanas, privilegiando el en-

foque geográfico, de modo que sea posible

ubicar y definir los elementos que compo-

nen y dan sentido a la estructura urbana,

tanto de carácter físico como humano.

La geografía urbana se relaciona con los

aspectos espaciales del desarrollo urbano;

por lo tanto, analiza las ciudades, su loca-

lización, sus características, su crecimiento,

las relaciones con otras ciudades y con el

entorno rural, etc. Además se interesa por

los fenómenos que se dan en las ciudades:

patrones de uso del suelo, aspectos cultu-

rales, dinámicas sociales, patrones de cir-

culación, patrones de crecimiento natural y

social, así como la interrelación de las ciu-

dades con el medio ambiente que las rodea

(Beaujeu-Garnier, 2000:13).

La geografía urbana es una subdisciplina

relativamente reciente. El primer tratado

de geografía urbana apareció en Francia

en 1963, producto de la idea creadora del

geógrafo Pierre George. Fue precisamente

a partir la década del sesenta que la ciudad

se vuelve objeto de estudio pluridisciplina-

rio, dado su carácter de inagotable fuente

de información y de innovación, así como

potente motor del desarrollo económico,

social y cultural.

A partir de la Revolución Industrial, las ciu-

dades se han convertido en el foco de aten-

ción privilegiado de las preocupaciones de

los gobiernos y de los estudiosos de la so-

ciedad, destacando en muchos casos el en-

foque de la geografía urbana. A partir de la

La geografía urbana en el contexto de los estudios urbanosAntonio Salgado Gómez

Fig. 1 México, Distrito Federal , Paseo de la reforma

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[ 8 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

[ artículo ]

Durante la conquista española la influencia

urbana europea se impuso en América. En

México, con las fiereza española, las bien

trazadas ciudades prehispánicas fueron

destruidas, sepultadas, o abandonadas. So-

bre sus ruinas se sembró un nuevo diseño

de ciudad; semilla urbana que aún perma-

nece en el país: una plaza central bordeada

por una iglesia y un palacio de gobierno.

Edificios que representaban el poder divino

y terrenal.

Del casco urbano, compacto, uniforme,

y atrayente, partían calles paralelas empe-

dradas que, entrecruzadas, formaban una

cuadrícula. Senderos nuevos que se distin-

guían por el andar de gentes admirando

novedosos paisajes y casas de muros an-

chos, altas, amplias, con bellos remates ar-

quitectónicos recibiendo cubiertas de ma-

dera y teja. Viviendas pintadas de blanco;

blanco brillante para que, a lo lejos, los mu-

ros parecieran de plata. Con ese mismo sen-

tido, entre el trazo ajedrezado, no muy lejos

del centro de la ciudad, estaban asentados

el palacio del virrey, escuelas, hospitales,

teatros, y las haciendas de los potentados.

Había comercios de lujo en casas moder-

nas luciendo en sus aparadores diamantes

prendidos en alfileres como si fueran gotas

de agua. Tiendas de golosinas traídas de la

patria común. Muchos siglos contemplaron

este estilo de diseño comercial en territorio

Ciudad, democracia, y tecnologíaRoberto Ramírez Rodríguez

Fig. 4 Lago de Chapultepec, Fuente:http// imagenes de mexico.com

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[ 10 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

[ artículo ]

Según datos recabados por las Naciones

Unidas, la mitad de la población mundial

vive en medianas y grandes ciudades. Di-

chos estudios han permitido elaborar la

proyección para 2025 y mencionan que

para ese entonces las ciudades albergarán

a dos tercios de la humanidad1. En la actua-

lidad, de un total de 7 mil millones de ha-

bitantes casi mil millones son adultos ma-

yores (de 60 años o más). Estos, sumados a

2 mil millones de niños (entre 0 y 12 años2),

representan casi el 50 % de la población

mundial3 que aún no ha sido tomada en

cuenta en el diseño de la ciudad y menos

aún vinculada al respeto de sus derechos.

Desde la visión de la arquitectura y el urba-

nismo responsables, resulta obligado que

la planeación de nuestras ciudades se con-

sidere de una forma diferente a lo que se ha

realizado hasta ahora. Se debe pensar en la

conservación del medio ambiente frente a

un inminente cambio climático, garantizar

una legislación justa para mejorar la cali-

dad de vida en las ciudades y proporcionar

viviendas adecuadas con servicios básicos,

con recorridos que ofrezcan bienestar e in-

terrelación multigeneracional. Todo lo an-

terior debe ser estructurado de tal manera

1 Naciones Unidas, The UN-Habitat strategic visión, Nueva York, Programa de Asentamientos Humanos, Mayo 2003.2 Naciones Unidas; World population prospects, The Revision 2012; Nueva York, Departamento de economía y temas sociales. 2012; Recuperado 27 Diciembre 2012. http://esa.un.org/wpp/wpp2012/wpp2012_1.htm3 Estudio de gabinete por la autora con base en datos tomados en World population prospects 2012

que obtengamos como resultado ciudades

inteligentes, y más habitables, en las que

se malgaste menos, y se busque e incenti-

ve la cohesión social. Ciudades en las que

dejemos la visualización deprimente de

edificios “icónicos”, de formas dentadas y

espacios inconfortables, de esquinas gro-

tescamente impracticables, costosas y ne-

gligentes hacia el contexto, de aquellos que

gustan hacer tabla rasa, arrojando al mar

todo lo que alguna vez fue, como lo diría

James Stevens Curl4, ya que se lo debemos

a las futuras generaciones y especialmente

4 Stevens Curl, James; Prólogo en: Salingaros, Nicolas A.; Anti-Arquitectura y Deconstrucción, Inglaterra, Umbau Verlag; 2007. Págs. 6-7

a las mil millones de personas que viven en

barrios precarios y en otras viviendas sin las

condiciones mínimas de habitabilidad en

todo el mundo5.

En la actualidad, el modelo de ciudad tien-

de a promover el desarrollo económico, la

transformación del medio, etc., pero tam-

bién genera la exclusión social, la desigual-

dad cada vez mayor entre pobres y ricos,

fomenta el individualismo, así como la de-

gradación del medioambiente.

5 Sexto Foro Urbano Mundial; El Futuro Urbano; Nápoles, Septiembre 2012. Recuperado 10 Diciembre 2012. http://www.onuhabitat.org/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=350&Itemid=501

Ciudad, derecho y adultos mayores. Propuesta multigeneracionalBertha Lilia Salazar Martínez

Fig. 5 Foto 1: Adultos Mayores; Xalapa, Veracruz, México. 2012. Elaborada por la autora

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[ 16 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

Fig. 7 Participacion ciudadana Fuente: http://elcapitalino.com/index.php?id=nota&seccion=ciudad&ide=183

[ artículo ]

ORígENES DE LA DEMOCRACIA

La democracia es una de las más renombra-

das doctrinas políticas y quizá también de

las más antiguas formas de gobierno. Aten-

diendo a la forma personal de ejercicio del

poder —de uno solo, de todos o de algu-

nos— representa, según las ideas platóni-

cas, la forma lícita de hacerlo, en oposición

a la demagogia (Abbagnano, 1980).

Platón, en La República, hizo una reseña de

las formas de gobierno. La clasificación de

las mismas, de manera genial la hizo tam-

bien Aristoteles, que se sirvió del método

inductivo para establecer sus postulados

en materia de política. Examinó las consti-

tuciones de 158 Estados, y de este examen

obtuvo los elementos para poder estable-

cer la clasificación de las formas de gobier-

no. Para hacerlo, tomó en cuenta quienes

eran los titulares del poder en los diversos

Estados que analizó. Se dio cuenta de que,

en ocasiones, el poder era ejercido por un

solo individuo, y clasificó al Estado que

se encuentra en esta situación, que tiene

como titular de la soberanía a una sola per-

sona, como monarquía (de monos: uno). En

ocasiones ese poder se ejercía por un gru-

po de individuos. Aristóteles la denominó

aristocracia. Y tambien observó que existía

otra situación, en la que no se trataba ni de

un individuo ni de un grupo especial de

hombres, sino de un conjunto de ellos, y

denominó a esta forma, democracia o po-

liteía. Aristóteles consideró que la forma de

gobierno más conveniente es la democra-

cia; no obstante, llamó “puras” y “perfectas”

a todas las formas, si se encaminaban a

realizar el bien de la comunidad. Pero tomó

en cuenta que la forma de gobierno, no

obstante la clasificación que le correspon-

diese, podría corromperse y encaminarse,

no a obtener el bien general, sino el parti-

cular de los gobernantes, degenerando así

la monarquía en tiranía; la aristocracia en

oligarquía, y la democracia en octocracia o

demagogia (Porrúa Pérez, 1992, p. 465).

La historia indica que la democracia nació

en Grecia, al igual que las nociones origina-

les de Estado y ciudad a las cuales nos re-

ferimos constantemente como arquetipos

de los conceptos actuales invocados por

el urbanismo. También el espacio público,

la participación directa de la población en

los asuntos de la vida colectiva y la idea de

libertad como conquista exclusivamente

urbana, esta última tal y como se repetirá

más tarde en Roma y en la Alta Edad Media:

De entonces datan –gobierno de Solón,

640-559 A.C.-, las instituciones típica de

Atenas, que aún cuando sufrieron cambios

a través del tiempo, caracterizan no obstan-

te, a esos hechos políticos, permitiéndoles

llamarles democracia ateniense. Esta deno-

minación deriva de la circunstancia de que

en lo sucesivo tomaran parte en las tareas

del gobierno los habitantes de la polis, a

quienes se reconocería el carácter de hom-

bres libres. Recordemos a este respecto que

seguían existiendo en Atenas los esclavos y

los extranjeros que carecían en lo absoluto

de derechos políticos…Esa participación

de los hombres libres en las tareas del po-

La democracia y la participación social ante el derecho a la ciudad.María Rossana Cuellar Gutierrez / Daniel Rolando Martí Capitanachi

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RUA 9 ∙ Enero - Junio 2013 [ 21 ]

[ artículo ]

m e n -

dezx1

1

El concepto de democracia se ha relaciona-

do con líneas del derecho y la política. Sin

embargo, su ámbito es mucho más plural,

alcanzando a profesiones aparentemente

no afines como la arquitectura. La democra-

cia tiene como fundamento la dignidad de

la persona y como principio fundamental

el respeto y la promoción de los derechos

de la población, siendo en nuestro caso, el

derecho a la vivienda, el punto de enlace

entre democracia y arquitectura.

Nuestra sociedad se encuentra regida por

una Constitución, la cual sirve como ele-

mento guía de la vida democrática del país.

En ella se encuentra inserto el derecho a

una vivienda digna y decorosa, de acuerdo

a lo planteado igualmente por pactos inter-

nacionales que velan por los derechos de

las personas. Sin embargo, estos términos

(la mayoría de las veces) resultan más pro-

tocolarios que prácticos, ejemplo de ello es

lo que pasa actualmente en términos cuali-

tativos con la vivienda de interés social.

Es interesante buscar la liga entre concep-

tos o términos aparentemente sin relación

pero que una vez que se abordan se da uno

cuenta de que pueden crearse visiones más

completas de alguna situación. Este es el

caso de arquitectura y democracia, derecho

y vivienda.

El presente artículo trata de relacionar los

conceptos antes mencionados aplicándo-

los a un tipo de vivienda, en este caso la de

interés social, para determinar si cumple

con lo establecido protocolariamente de

acuerdo a como lo marca el derecho: a un

nivel de vida adecuado y específicamente

el derecho a la vivienda.

Cuando se escucha la palabra democracia,

inmediatamente se la relaciona con la rama

de la política y el derecho. Sin embargo, di-

cho término va mas allá de cuestiones que

tienen que ver con la elección de nuestros

representantes y el ejercicio del libre voto.

Es un término plural usado también, en la

mayoría de los casos, como sinónimo de li-

bertad, igualdad y justicia social.

La democracia es también un régimen que

implica no solo la forma de gobierno y su

estructura social y económica, sino un con-

junto de valores, actos y conductas demo-

cráticas que tienen como fundamento la

dignidad de la persona1. Parecería enton-

ces complicado ligar el término democra-

cia con temas de la arquitectura, pero en

realidad no lo es. Uno de los objetivos de

nuestra profesión es proporcionar espacios

dignos que mejoren la calidad de vida de

las personas contribuyendo en la medida

de lo posible a fomentar su bienestar.

El presente artículo cobra sentido debido a

1 Formación política y valórica de la democracia. Recuperado de: http://www.slideshare.net/elciudadano2.0/la-democracia

Vivienda y democraciaAlfredo Cerqueda Méndez

Fig. 12 Imagen recuperada de http://www.cafedelasciudades.com.ar/politica_120.htm

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[ 24 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

[ artículo ]

RETOS Y SOLUCIONES DE UNA CIUDAD CONTEMPORÁNEA Fidel Arteaga

El fenómeno de conglomeración de una

sociedad gregaria (a la que pertenecemos),

dentro de espacios territoriales con acci-

dentes: en un principio naturales, más tarde

económicos y en algún punto más adelan-

te, tecnológicos que faciliten el desarrollo

de la sociedad humana, se denomina, para

la cultura global, generación de ciudad.

Este fenómeno se encuentra en su auge his-

tórico, por consiguiente, es de vital impor-

tancia para dicha sociedad, el concienzudo

análisis de los retos que debe enfrentar este

proceso generativo en el mundo contem-

poráneo, a través del fenómeno sociocultu-

ral y territorial al que se denomina ciudad y

a su habitante, ciudadano.

Por lo tanto, la ciudad contemporánea

aglutina, en relativamente pequeños pun-

tos geográficos, la mayor cantidad de po-

blación del mundo. Así es que viven más

humanos dentro de las urbes que en esce-

narios exteriores, es decir, ahora la sociedad

vive más concentrada que nunca y los con-

ceptos de la cultura humana como el senti-

miento de propiedad y de individuo o indi-

vidualidad, son trastocados a merced de las

necesidades económicas del escenario ur-

bano. Este fenómeno fue promovido por el

despunte tecnológico durante el siglo XVII,

generado por la Revolución Industrial, que

dio como resultado la migración de masas

del campo a la ciudad.

Fueron sentadas las bases durante este

periodo, a lo que una ciudad contemporá-

nea se refería, y de modo inherente a este

concepto, se supeditó la satisfacción de las

necesidades del ciudadano contemporá-

neo. El aroma maquínico y eficientado de la

labor industrial fue permeando el espíritu

de lo que hacer ciudad se refiere, generan-

do una priorización de las necesidades del

hombre y a lo que las soluciones urbanas

referían, optando por la optimización de

recursos, tiempos y, por consiguiente, al va-

lor monetario al que la necesidad humana

refería, proveyendo, o intentando hacerlo

de una manera mezquina a su sociedad, de

soluciones de subsistencia, generando un

estilo de vida de supervivencia, una dico-

tomía de marginante y marginado. La eco-

nomía social se nutría de la acumulación de

capital dentro de las familias poseedoras

de los medios de producción, por sobre

las personas que operaban dichos medios,

generando la primera estratificación urba-

na socioeconómica dentro de una ciudad:

la clase obrera (productora del capital) y

la clase burguesa (poseedora del capital).

Estas características generaron de manera

aparalela los procesos sociales al que una

ciudad de nuestra era debería encontrarse

en proceso de reversión, dentro de sus deli-

mitaciones geopolíticas.

El modelo de ciudad planteado, al no exis-

tir esta reversión de paradigma y al no

producirse un cambio dentro del sistema

económico, de acumulación de capital

ahora promovido por la posesión tecnoló-

Fig. 15 Foto tomada por el Autor: Daniel Rolando Martí Capitanachi

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RUA 9 ∙ Enero - Junio 2013 [ 27 ]

[ artículo ]

“Para experimentar realmente la arquitectu-ra, puede ser necesario incluso cometer un asesinato” — Bernard Tschumi.

Los primeros proyectos experimentales de

Tschumi, como The Manhattan Transcrips

(dibujos ambiguos, divertidos y brillantes,

de arquitectura mezclados con informes

de la escena del crimen), provocaron una

oleada de proyectos manifiesto que procla-

maban la relación esencial de la arquitectu-

ra y el acontecimiento (Kester Rattenbury,

2004).

La mayor parte del resto del movimiento

“arquitectura narrativa” (que Tschumi ins-

piró) también realizaba dibujos del “acto”

ambiguos, aunque traducidos en edificios

de formas extravagantes (una alegoría

del evento) en lugar de manipular el acto

mismo. Las primeras obras de Tschumi pa-

recían dirigir este campo, pero el aconteci-

miento era más importante que la forma.

Tschumi (nacido en Suiza, en 1944) ya se

había establecido como un arquitecto en

papel cuando sacudió el campo experi-

mental mundial al ganar el concurso para

un nuevo Parc de la Villette, en las afueras

de París, en1982. El plan se conoce tanto

por sus dibujos especulativos como por su

forma construida. El proyecto dibujado es

una retícula salpicada de cubos rojos mani-

pulados, con reminiscencias del juego car-

tesiano, invasores del espacio, axonométri-

co, planimétrico, y todo ello animado por

un divertido texto teórico. La construcción

es una enorme cuadrícula de folies rojos

manipulados y coreografiados que consti-

tuyen un escenario para los actos (Tschumi

siempre ilustra el plan con bandas de músi-

ca, pantallas de cine y partidos de futbol).

Lo interesante de estas posturas de Tschu-

mi es poder llevar estos elementos a una

metodología del diseño donde la premi-

sa general sea: para que exista un espacio

arquitectónico deberá haber un evento,

como ejercicio práctico, así como en la re-

lación de un director de cine con la película,

las escenas y las situaciones que se pueden

lograr a partir de los eventos planteados

por el mismo. A continuación se describirán

estos puntos metodológicos realizados por

Bernard Tschumi en 1981, conocidos como

The Manhattan Transcripts.

1. DEFINICIÓN

No existe arquitectura sin acontecimiento,

sin programa, sin violencia; las transcrip-

ciones intentan llevar a la arquitectura has-

ta sus límites, al introducir intenciones pr

gramáticas y formales tanto en el discurso

arquitectónico como en su representación

gráfica. Las producciones situadas en el lí-

mite de cualquier disciplina, nos informa-

rán el estado de dicha disciplina, de sus pa-

radojas y de sus contradicciones. Los límites

de la arquitectura actual son:

a)Lo referente a las relaciones de los espa-

cios y su uso, entre tipo y programa, entre

objetos y acontecimientos;

b)Lo tocante a la representación en la arqui-

tectura. Los límites de mi lenguaje son los

límites de mi mundo.

2. CONDICIÓN

Las transcripciones toman como punto de

partida la disyunción (separación) entre

uso, forma y valores sociales. Mantienen

que, cuando esta situación se convierte en

confrontación arquitectónica, aparece ine-

vitablemente una nueva relación entre pla-

cer y violencia. La disyunción es un acto de

desunión. La disyunción señala la disconti-

nuidad o el umbral entre naturaleza y cul-

tura, la no existencia de un continuo en el

tiempo o en el espacio. La disyunción entre

hombre y objeto, objeto y acontecimientos,

acontecimientos y espacio, o entre ser y su

significación.

3. CLASIFICACIÓN

Las transcripciones nos ofrecen una lectura

distinta de la Arquitectura. En ellas, el espa-

cio, el movimiento y los acontecimientos

son independientes y su clasificación se

compone de:

a)Acontecimiento, incidente, suceso, que

tiene su propia lógica, su propia importan-

cia;

b)Espacio, experiencia sensorial, concien-

cia, que posee su autonomía y lógica pro-

pia, capaz de deformarse, romperse, com-

primirse, fragmentarse y yuxtaponerse a

Los Manhattan Transcripts de Bernard TschumiRoberto De Jesús Jiménez de la Rosa

Fig. 16 Imágenes tomadas del proyecto Parc. de la Villete Bernard Tschumi, Paris Francia

Page 10: NUEVE - Universidad Veracruzana · Antonio Salgado Gómez Ciudad, democracia, y tecnología Roberto Ramírez Rodríguez ... por una iglesia y un palacio de gobierno. Edificios que

[ 30 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

Fig. 19 Nature morte à la pile d’assiettes, 1920, Le Corbusier Foundation. Paris

[ artículo ]

Movimiento cinemático en la obra de Le Corbusier y Sergei Eisenstein. Graham Cairns

Introducción: La Arquitectura y la Pintura en la Francia Purista.

Según lo identifica Beatriz Colomina, Le

Corbusier fue un arquitecto que documen-

tó todo lo que hacía1.Asimismo él es un

arquitecto que ha sido ampliamente estu-

diado y documentado por otros2. En conse-

cuencia, cuando volvemos a conectar con

esta figura gigantesca del Movimiento Mo-

derno, la gran cantidad de material disponi-

ble puede ser abrumadora. En el contexto

específico de interés aquí, un examen cine-

mático de su proyecto Villa Savoye (1928-

1931), el material disponible es sin embar-

go muy escaso. En un sentido secundario,

se identificó en los escritos de Sigfried Gi-

dieon que, en Space Time and Architecture,

ya en 1941, se refiere a él como un proyecto

“concebido en movimiento3”. También hace

una breve aparición en la obra de Guiliana

Bruno, “Atlas of Emotion” (2002), en el que

se analiza el recorrido arquitectónico en el

contexto del cine4 . En el libro de Michael

Raeborn y Victoria Wilson: Le Corbusier:

Architect of the Century (1987), también

se desarrolla un pequeño papel a través

de referencias a la tendencia del arquitecto

para enmarcar las vistas y la construcción

de guiones de movimiento5. Más explícita-

mente, en Le Corbusier and the Mystique

of the USSR: Theories and Projects for Mos-

1 Colomina, Beatriz. Privacy and Publicity; Modern Architecture as Mass Media. MIT Press, Massachusettes, 1996. p.2 2 Colomina, Beatriz. “Vers une architecture médiatique”. In: von Vegesack (ed), Le Corbuiser; The Art of Architecture. Vitra Design Museum, Weil am Rhein. p.2483 Gidieon, Sigfried. Space, Time and Architecture: The Growth of a New Tradition. Harvard University Press, Massachusetts, (5 edn), 1977. p.5294 Bruno, Guiliana. Atlas of Emotion: Journeys in Art, Architecture and Film. Verso, London, 2002. p.67 5 Cohen, Jean-Luis. Le Corbusier and the Mystique of the USSR: Theories and Projects for Moscow, 1928-1936. Princeton University Press, New Jersey, 1992. p.49

cow, 1928-1936, Jean-Luis Cohen menciona

el interés del arquitecto en el cine a través

de su admiración por Sergei Eisenstein6.

En artículos de revistas, esta lectura cine-

mática de Le Corbusier también se revisa

a través de ensayos tales como, Montage

and modern architecture: Giedions implicit

manifiesto7 de Davide Deriu; Describing the

Ineffable: Le Corbusier, Le Poème Electróni-

que and Montage de Açalya de Kiyak;8 así

como en Site-seeing: Architecture and the

Moving Image de Guilia Bruno, en la cual

que ella desarrolla ideas que se encuentran

en el Atlas of Emotion.9 Es en los escritos de

Beatriz Colomina sin embargo, que nos en-

contramos con el análisis más extenso de Le

Corbusier desde esta perspectiva cinema-

tográfica. En Privacy and Publicity: Modem

Architecture as Mass Media (1996), Colomi-

na ofrece amplias lecturas de los medios

de comunicación en todo el trabajo de Le

Corbusier a través de lo cual ella hilvana un

argumento cinemático.10 En Le Corbusier,

the art of architecture, ella va más allá y em-

pieza a dibujar una referencia directa a las

analogías entre su arquitectura, secuencias

cinematográficas y su relación con el cine y

la televisión en general.11

6 Deriu, David. “Montage and modern architecture: Giedion’s implicit manifesto”. Architectural Theory Review, 12 (1). 2007. pp.36-597 Kiyak, Açalya. Describing the Ineffable: Le Corbusier, Le Poème Electronique and Montage. Thesis, Wissenschaftliche Zeitschrift der Bauhaus-Universität, Weimar, 2003. p.161 8 Bruno, Guilia. “Site-seeing: Architecture and the Moving Image”. In: Wide Angle 19.4, Ohio University School of Film. 1997. pp.8-24 9 Colomina, Beatriz. Privacy and Publicity; Modern Architecture as Mass Media. Ibid. pp.289-29310 Colomina, Beatriz. “Vers une architecture médiatique”. Ibid. p.260 11 Beatriz Colomina has identified that Le Corbusier is one of the most documented architects in history and that he

Recogiendo estos hilos de investigación,

este ensayo subraya una serie de cuestio-

nes que se encuentran en el material exis-

tente sobre Le Corbusier, su interés en “vis-

tas enmarcadas” y la idea de la “arquitectura

en movimiento”, por ejemplo, y los coloca a

lo largo de las características y las ideas en-

contradas en la obra de Sergei Eisenstein.

Al hacerlo se sugiere que la reordenación

espacio-temporal de los eventos fílmicos

a través del montaje según lo plasmado

por Eisenstein, su acercamiento por tomas

como imágenes enmarcadas individual-

mente y su interés en la secuencia de un

sendero o “recorrido cinemático”, pueden

ser conceptos fílmicos cuya relación con

la arquitectura de Le Corbusier merece de

un análisis más detenido. Con el fin de de-

was also one of the most prolific in terms of documentation. Between 1920 and 1925 she estimates that he wrote and published up to 10,000 words a month in various books and publications. His drawings from the same period are innumerable. He would build more than a building a year and, in addition, he documented everything he did. Today, the literature available on the man is immense; some 79 books, catalogues and pamphlets that have accompanied exhibitions around the world; 511 articles; 55 journal issues; 13 professional films; 16 amateur films; 20 radio programmes; 25 television programmes; an entire archive in Paris and up to 29 adverts make reference to him or his work. In addition, there are would be over 50 buildings built across the globe before his death in 1965. See: Colomina, Beatriz. “Vers une architecture médiatique”. Ibid. p.248

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RUA 9 ∙ Enero - Junio 2013 [ 39 ]

[ artículo ]

The city can be regarded as social process

of construction and production of its com-

ponents. People and places are interrelated

and interact transforming and modifying

each other. From these dynamics emer-

ge social, spatial and symbolic processes,

which give place to the existence of the

urban space. In urban studies, the exami-

nation, analysis and interpretation of pro-

cesses are important to the understanding

of the resulting product, which is the city

and its public space. I will start by drawing

on Harvey’s (1996) arguments about the

importance of the study of processes that

give place to the urban environment: the

production process. He argues that process

takes precedence over things; that the stu-

dy of the urban space should be focused

on processes rather than things and should

regard things as product of process. These

first statements will introduce this writing

about a socio-spatial-symbolic theoretical

approach to the study of the urban space,

which is based on a series of concepts and

theories developed by important urban

theoreticians at the end of the 20th cen-

tury. It is hoped that this literature review

will help students at the postgraduate level

to understand the way urban transforma-

tions and dynamics of urban change can

be researched in an integrated framework.

ThE CITy AS A PROCESS

It is important to consider the relations-

hip between the urbanising process and

this thing called the city (Harvey 1996:21).

Harvey sees the process that gives place to

urban form as a dialectical one and argues

that the relationship between process and

“thing” (referring to the form of the city) be-

comes complicated because “things”, once

constituted, have the habit of affecting the

processes that constituted them. He fur-

ther argues that the ways that particular

‘thing-like structures’ (such as political-ad-

ministrative territories, built environments,

fixed networks of social relations) precipita-

te out social processes and the fixed forms

these things then assume have a powerful

influence upon the way that social pro-

cess can operate. Moreover, different fixed

forms have been precipitated out at diffe-

rent historical moments and assume qua-

lities reflective of the social processes at

work, in particular times and places (Harvey

1996:21-22). In this sense, the study of ur-

ban space is considered as a social process

in which processes of production and the

resulting product influence each other.

A theoretical framework sustaining the

previous approach is the work of Henry

Lefebvre (1991) who sees urban space as

a social process which produces and leads

to the materiality on which we live. Lefeb-

vre argues that the production of the space

must ‘operate’ or ‘work in such a way as to

shed light on processes from which it can-

not separate itself, because it is a product of

them. To understand the urban materiality

of public spaces, buildings, housing, urban

facilities, and infrastructure, it is necessary

to focus in the process of production of the-

se ‘things’ as Harvey and Lefebvre argued.

Processes of urban production give place

to processes of urban consumption. The

consumption of space is defined by the

social relations that take place in that spa-

ce. In addition to the study of the social

relations shaping the urban form and the

form itself, a socio-spatial and symbolic

approach in the study of the urban space is

also focused on how the form is configured

through its use. This use could be defined

as the consumption process of urban form.

Consumption is commonly understood as

the process of using something after it has

been produced. Campbell (1995:194) defi-

nes consumption as any activity involving

the selection, purchase, use, maintenance,

repair and disposal of any product or ser-

vice. In contrast, Warde (1991:304) with a

more intangible social approach sees con-

sumption as comprising a set of practices

which permit people to express self-iden-

tity, to mark attachment to social groups,

to accumulate resources, to exhibit social

distinctions, to ensure participation in so-

cial activities and more things besides. The-

se definitions help to regard the process

of consumption as the process that invol-

ves how urban space is used, transformed

and defined through the daily practices of

its users, the kind of ideas in the minds of

Urban space processes: A socio-spatial-symbolic theoretical approach Mauricio Hernández Bonilla

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[ 50 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

[ artículo ]

Segregación urbana y democracia: viejos y nuevos retos Rafael Palma Grayeb

En nuestras ciudades mexicanas, ¿es po-

sible hablar de democracia ante grupos

sociales desiguales? Si bien todos sus ciu-

dadanos tienen iguales derechos de parti-

cipación, las condiciones de pobreza que

priva en amplios segmentos de su pobla-

ción provoca una intervención diferencia-

da en las prácticas comunes del ejercicio

democrático. Entre ricos y pobres aquellos

tienen “voz”, en el sentido planteado por

Hirschman (1977), mientras que los otros

no. Los esquemas de demandas y solucio-

nes a problemas urbanos son también de

diferente índole entre estos dos grandes

grupos, que además en años recientes acu-

san una distancia mayor entre ellos.

¿Cómo se ha construido esa desigualdad y

cómo opera en la segregación espacial ur-

bana? De hecho ambos fenómenos tienen

expresiones temporales y espaciales que se

modifican conforme ocurren los cambios

urbanos. Por ejemplo, viejos barrios pobres

pueden llegar a transformarse en zonas

modernizadas al incrementar sus equipa-

mientos, el valor del suelo, y sus familias

originales potenciar esas nuevas oportuni-

dades con el cambio generacional, o bien

verse desplazadas a otros lugares de la

ciudad. Pueden también presentarse como

fenómenos de tipo coyuntural (v.gr. áreas

bardeadas y vigiladas internas, por la inse-

guridad) o bien integrar el paisaje urbano

en la larga duración. Problemáticas socia-

les, económicas o de índole institucional

de gran alcance llegan a implicar procesos

de una complejidad y temporalidad mayor,

y entonces la desigualdad y segregación

echan sus raíces, se arraigan, se convierten

en una parte estructural.

LA CIUDAD DE XALAPA: UN CASO ENTRE

OTROS

El caso del área metropolitana xalapeña

puede ejemplificar estos cuestionamientos

generales. Xalapa, al igual que otras mu-

chas ciudades del país, vive en su interior

un creciente proceso de fragmentación so-

cial y espacial. La ciudad tiende a compar-

timentarse en espacios crónicamente bien

y mal dotados. Algunos de estos últimos,

aquellos relativamente más viejos (con al

menos 50 años de existencia) o colindan-

tes con reservas territoriales que lograron

completar el ciclo para el cual fueron pre-

vistas, obtuvieron cierta prosperidad o bien

se han gentrificando1; pero otros más ale-

jados de los ejes viales primarios y de todo

esfuerzo de planificación urbana siguen

bajo diversas fases de estancamiento, con

riesgos de convertirse en bolsones de po-

breza persistente, sin visos de solución al

corto o mediano plazo. Bajo una perspec-

tiva más amplia, se trata de situaciones de

desigualdad en el acceso a mercados de

trabajo mejor remunerados, a satisfactores

básicos, a suelo, vivienda, y en general a

bienes suntuarios expuestos en las vitrinas

urbanas ante todos sus habitantes, pero

accesibles a cada vez menos de ellos. Las

expectativas de una vida confortable, con-

forme las pautas de consumo que se difun-

den, parecen inalcanzables para crecientes

segmentos de la población según la edad,

sexo, nivel educativo y condiciones de in-

1 Refiere al proceso de transformación urbana donde la población original de un barrio o colonia popular deteriorada o pobre es paulatinamente desplazada por otra de mayor poder adquisitivo. Ver Lipietz, 1994; Bidou-Zahariansen et al, 2003.

greso. Se trata de segmentos que parecen

tocar no únicamente a individuos sino a

grupos domésticos y barrios completos

donde muchas jefaturas no están en capa-

cidad de inducir derroteros viables de vida

a sus descendientes, según esas pautas de

vida y consumo vigentes. Hoy día todo esto

se enmarca en un contexto generalizado

de pérdida de atracción laboral, de transi-

ción demográfica avanzada y una movili-

dad creciente tanto interna como externa,

incluso internacional, que se manifiesta no

solamente en Xalapa sino en muchas de las

ciudades que integran el país.

En la historia reciente de esta ciudad media,

tres procesos de largo alcance se combinan

para resaltar las condiciones de pobreza

y fragmentación espacial actuales y apa-

rentemente nunca previstas: a) la fuerza

del crecimiento demográfico que inicia a

mediados de los años 1940 y se detiene a

finales de ese siglo; b) el impacto de la re-

forma agraria sobre el perímetro rural de

la ciudad; c) la pérdida de diversidad en la

estructura económica urbana.

El primero de estos procesos concierne a la

inmigración que afectó a la gran mayoría de

las ciudades latinoamericanas, provocando

en ellas un crecimiento demográfico sin

precedentes. Puesto en cifras, los habitan-

tes de Xalapa multiplicaron su número sin

precedentes. Puesto en cifras, los habitan-

tes de Xalapa multiplicaron su número casi

3 veces entre los años 1900 y 1950, pero

durante los siguientes 40 años lo hicieron

por 7, alcanzando tasas de crecimiento del

5% anual durante los años de 1970 y 1980.

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[ 54 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

[ artículo ]

Definimos una ciudad democrática como

aquella donde se da prioridad a las necesi-

dades de la mayoría y se garantiza a toda

persona el acceso a los servicios públicos

e infraestructura urbana. Por lo general,

se piensa que las decisiones que llevan a

esto provienen del gobierno y que el úni-

co momento en que la ciudadanía ejerce

la democracia es al votar. Esta mirada es

reduccionista pues el ciudadano intervie-

ne en múltiples procesos que configuran

a la ciudad, por ejemplo, recientemente

en el Distrito Federal el presupuesto parti-

cipativo juega un papel importante como

mecanismo de decisión pública de las ne-

cesidades de una colonia, a través de él

cada delegación asignar una fracción de su

presupuesto a obras decididas por comités

vecinales: rehabilitación de los espacios

públicos, instalación juegos, canchas y apa-

ratos de ejercicio, reparación de la ilumina-

ción de calles, construcción de casetas de

policía, entre otras cosas son pedidas. La

participación de la ciudadanía en la toma

de decisiones respecto al desarrollo de las

ciudades está generando una renovación

de la gestión pública que integra, al estilo

pluralista de planeación, las voces y peticio-

nes de la mayoría, llevando a la democra-

cia un paso más allá que el simple ejercicio

electoral.

A continuación desarrollo los aspectos que

considero clave para que una ciudad sea

plural y democrática. El primer aspecto

son los espacios públicos. Por su natura-

leza abierta permiten el tránsito y esparci-

miento de la colectividad. Parques, plazas,

foros al aire libre, canchas, incluso la calle

misma con sus banquetas y camellones no

sólo adornan y hacen ver bella a la ciudad,

también representan el espacio de libre

manifestación de ideas para la emisión y

recepción de la voz popular. Los gobier-

nos priman conectar espacios públicos a lo

largo de las ciudades, crearlos y recrearlos,

darles nuevas funciones para el disfrute de

muchas personas. Tal es el caso de la Estela

de luz que hoy se erige como un espacio

para espectáculos acústicos y visuales y

para la manifestación de grupos como el

movimiento yo soy 132 que la ocupó como

espacio para sus marchas, o por ejemplo,

las intervenciones ad hoc a fechas vaca-

cionales (como las playas en verano o las

pistas de hielo en invierno) que en la plaza

central del zócalo de la ciudad se instalan

para disfrute de todo ciudadano.

Otro punto que refleja la democracia al in-

terior de la ciudad es el transporte público.

Hoy en día, con la serie de problemas de

congestionamiento y contaminación en

las ciudades, los gobiernos han recapaci-

tado sobre la errada primacía que se dio a

las grandes obras civiles que únicamente

beneficiaron y promovieron el uso del au-

tomóvil privado. En la ciudad de México por

ejemplo sólo alrededor del 23% de las per-

sonas se mueven en automóvil particular y

sin embargo, gran parte del presupuesto

de infraestructura se ha venido destinando

a ellos. Este es un problema que se repro-

duce en todas las ciudades del país cuya

planeación es guiada, en gran medida, por

el uso del automóvil.

Hoy, por el contrario, se buscan soluciones

de transporte que movilicen multitudes

eficientemente. El transporte público se

piensa para diversas zonas de la ciudad y

para toda la gente que día a día se desplaza

a sus actividades. La capital Mexicana está

destinando gran parte de su presupuesto

a la planeación y construcción de un sis-

tema de transporte multimodal como una

opción accesible en comodidad, seguridad

y precio. Metro-Metrobus-Ecobici-Autobús-

Microbús-A pié en distintas combinaciones

son aprovechadas por los ciudadanos y

las redes año con año crece en extensión

y usuarios. La política de las vías públicas

ha optado por la reasignación de carriles

vehiculares a la bicicleta o al Metrobus, in-

cluso viene sugiriendo la peatonalización

de calles hoy en el centro histórico, mañana

quizá se replique en otros subcentros urba-

nos. Estas formas de redistribuir el espacio

para la circulación quitan prioridad al auto

particular y convierten la movilidad urbana

en un aspecto vector de la ciudad democrá-

tica, plural y vanguardista.

Por otro lado, la distribución de servicios

urbanos de red como el agua potable, el

drenaje o el alumbrado público reflejan la

polémica de la democracia al interior de

una ciudad. Los gobiernos locales tienen

Reflexión sobre los aspectos que denotan democracia en las ciudades. Rebeca Ampudia Ladrón de Guevara

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[ 56 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

[ reseña ]

Fernando N. Winfield Reyes 1

Nos alarmamos constantemente de la de-

gradación en la calidad de vida de nuestras

ciudades pero poco hacemos para dar res-

puestas consistentes. Como habitantes de la

contemporaneidad más radical, afrontamos

respuestas desde una inconsciencia ciuda-

dana rayana en la ausencia y el desinterés.

Pocas, sino escasas, veces nos aproximamos

a la reflexión que nutre el cambio de nuestro

entorno inmediato ausente y, como ar

1 Fernando N. Winfield Reyes es Arquitecto por la Universidad Veracruzana (1991) con Maestría en Artes en Diseño Urbano por la Oxford Brookes University (1993) y Doctorado en Arquitectura y Urbanismo por la Universidad Politécnica de Madrid (2001). Es profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de DOCOMOMO, México.

Correo electrónico: [email protected]

quitectos y urbanistas, nuestras propuestas

adolecen de sentido práctico. En este entor-

no de problemas urbanos y de carencia de

respuestas apropiadas, el libro que hoy se

presenta es una fuente esclarecedora con

un compromiso social que hace patente la

necesidad de integrar una masa crítica de

pensamiento, voluntad y actitudes a favor

de la ciudad que queremos, centrando su

determinación en la esencia de comunidad,

física y social, constituida como espacio pú-

blico.

NUEvAS DINáMICAS DE LA CIUDAD: TRANSFORMACIONES URBANAS

La relevancia del esfuerzo que colectiva

mente encabezan Mauricio Hernández Bo-

nilla y Daniel Martí Capitanachi en torno a

sumar una reflexión actualizada sobre la

relación entre ciudad y espacio público, es

esencial para entender las dinámicas que le

han dado forma y significado y, en la medida

de lo posible, prever sus transformaciones

objetivas.

De ahí el interés del libro Ciudad y espacio

público (2011), recientemente publicado

dentro del programa editorial, que con mu-

cha dedicación y diligencia ha sido enca-

bezado por Daniel Martí Capitanachi como

una propuesta de autonomía y difusión

sobre temas de investigación clave para la

Facultad de Arquitectura de la Universidad

Ciudad y espacio público

Fig. 32 Fuente. Ciudad y espacio público Coordinadores: Mauricio Hérnandez Bonilla y Daniel Rolando Martí Capitanachi

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[ 60 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013

[ reseña ]

John Forester1, American Plan-ning Association Journal (1987)

INTRODUCCIÓN

La comunidad científica internacional en

años recientes ha reflexionado sobre los

efectos de los paradigmas del desarrollo

urbano y los impactos negativos en los ha-

bitantes de las ciudades, sobre la calidad de

vida y su relación con el medio ambiente.

Realizar planificaciones urbanas ha sido

concebido constantemente como la reali-

zación de un consenso pensado en la de-

terminación del espacio urbano y su futuro

planeado en periodicidades, surgiendo así

los planteamientos plasmados en docu-

mentos con visión al futuro ideal.

Para el proceso de urbanización, la planifi-

cación urbana se aprecia como un instru-

mento democrático; para la construcción

de ciudad y el hábitat, es necesario que

prevalezca una visión concreta y congruen-

te de los resultados finales de esta, así como

el deber prioritario de incluir en ella la teo-

ría elemental para su eficacia. Una planifica-

1 1 Forester, John. Investigador de la micro‐política del proceso de planificación, la ética y la deliberación política, evalúa las formas que dan forma a los planificadores de los procesos de participación y gestión de las controversias públicas en diversos entornos. Ha trabajado como mediador para el Centro Comunitario de Resolución de Disputas de Tompkins County, ha sido consultor para el Consensus Building Institute, y ha dado conferencias en los últimos años en Seattle, Chapel Hill, Sydney, Melbourne, Helsinki, Palermo, Johannesburgo, Aix‐en‐Provence, Amsterdam y Milán. Forester ha escrito el libro: “Dramas de la mediación en controversias públicas”, y ha editado un manuscrito con Ken Reardon para la Iniciativa de CRP Nueva Orleans de Planificación. Forester pasó el año académico 2008‐09 como NICIS Scholar en la Universidad de Amsterdam Centro de Estudios de Conflictos. Presidió el departamento de planeación y ciudad de 1998‐01, y actualmente es el director de los estudios de postgrado. Fue socio decano de 1997‐98. Recibió su B.S., MS, M.C.P. y doctorado de la Universidad de California‐Berkeley http://aap.cornell.edu/crp/people/faculty‐profile.cfm?customel_datapageid_7102=12037

ción de las democracias nunca se logra sin

conflictos, porque en ella inciden intereses

de variados matices, intereses individuales

y colectivos, más aun cuando los actores de

la planificación son tan diversos, los invo-

lucrados como planificadores, ciudadanos,

funcionarios electos locales, desarrollado-

res y mas, que invariablemente, sostienen

diferentes visiones sobre la ciudad y como

debería crecer.

Este análisis nos dirige a retomar los funda-

mentos prácticos-teóricos que propone el

arquitecto John Forester predecesor de la

planeación en materia urbana y quien fue-

se director del departamento de la Ciudad

y Planeación Regional de la Universidad

de Cornell, Ithaca, Nueva York, en los años

ochentas, sus teorías han sido plasmadas

en la “American Planning Association Jour-

nal” en el año de 1987. Durante su estancia

en el departamento de planeación, inició

investigaciones en materia urbana, en con-

junto con los planificadores urbanos de la

época con el fin de involucrarlos en el estu-

dio del desarrollo de la ciudad y la práctica

de la planificación en un ámbito real, esta

práctica la denominaba “en la cara de los

conflictos”.

Los planteamientos de Forester resultan

en la actualidad un argumento oportuno y

de profusa utilidad, considera que, el papel

del planificador urbano debe ser la de un

mediador y lograr la creación de una plani-

ficación democrática, los urbanistas deben

de guiar tanto a los desarrolladores como

a los residentes cercanos de las zonas su-

jetas a la planeación a través del proceso y

las complejidades de la planificación, por-

que el factor del éxito de los planificadores

está en la manera de manejar los conflictos

a través de canales formales e informales

respondiendo a los derechos complejos y

contradictorios. - políticas públicas locales -

por mandato legal y, por otro lado el de las

demandas ciudadanas.

PERFIL DEL PLANIFICADOR URBANO…SE-

GÚN FORESTER.

El objetivo del planificador urbano es el

de lograr la eficacia de los planteamientos

en los planes municipales, un carácter to-

lerante a la frustración es necesario, en la

mayoría de los casos existirá la oposición a

las propuestas, es importante comprender

el poder y sus limitaciones, la sensibilidad a

los intereses de los otros actores en el pro-

ceso del desarrollo de la ciudad deben de

considerarse para formar las alianzas nece-

sarias y seguir cualquier serie de estrategias

que produzcan los proyectos detonantes y

lograr el éxito, el planificador debe de ser

un ejecutor de reglas, negociador, media-

dor, diplomático y perseverante.

Al buscar este objetivo surge la lucha inte-

lectual y ética del planificador cuando los

deberes son contradictorios en los distintos

escenarios de acción, por una parte se está

al servicio de funcionarios políticos con una

visión del desarrollo de la ciudad seguida

de los mandatos legales y las visiones pro-

fesionales, por otra, las solicitudes específi-

cas de grupos ciudadanos, todos al

Planificación en la cara del conflictoTaryn Téllez Gutiérrez

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