nueve - universidad veracruzana · antonio salgado gómez ciudad, democracia, y tecnología roberto...
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Arquitectura, Territorio y Democracia
[ARTICULOS] La geografía urbana en el contexto de los estudios urbanosAntonio Salgado Gómez
Ciudad, democracia, y tecnologíaRoberto Ramírez Rodríguez
Ciudad, Derecho y adultos mayores.Propuesta multigeneracionalBertha Lilia Salazar Martínez
La democracia y la participación social María Rossana Cuellar Gutiérrez Daniel Rolando Martí Capitanachi
Vivienda y democracia Alfredo Cerqueda MéndezFernando N. Winfield Reyes
Retos y soluciones de una sociedad contemporáneaFidel Arteaga
Los Manhattan Transcripts de Bernard Tschumi Roberto De Jesús Jiménez de la Rosa
Movimiento cinemático en la obra de Le Corbusier y Sergei Eisenstein Graham Cairns
Segregación urbana y democracia: viejos y nuevos retos Rafael Palma Grayeb
Reflexión sobre los aspectos que denotan democracia en las ciudades Rebeca Ampudia Ladrón de Guevara
Urban space processes: A socio-spatial-symbolic theoretical approachMauricio Hernández Bonilla
Planning for growing economies and successful settlements Arturo Velásquez
[RESEÑAS]Ciudad y espacio público: Sobre la elusiva naturaleza de un esencial bien común Fernando N. Winfield Reyesh
Planificación en la cara del conflictoJohn Forester, American Planning Association Journal (1987) Taryn Téllez Gutiérrez
NUEVEenero-junio 2013
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Contenido
La geografía urbana en el contex-to de los estudios urbanosAntonio Salgado Gómez
Ciudad, democracia, y tecnologíaRoberto Ramírez Rodríguez
Ciudad, Derecho y adultos mayo-res. Propuesta MultigeneracionalBertha Lilia Salazar Martínez
La democracia y la participación social ante el Derecho a la ciudad.María Rossana Cuellar Gutiérrez / Daniel Rolando Martí Capitanachi
Vivienda y democracia Alfredo Cerqueda Méndez, Fernando N. Winfield Reyes
Retos y soluciones de una sociedad contemporaneaFidel Arteaga
Los Manhattan Transcripts de Bernard Tschumi Roberto De Jesús Jiménez de la Rosa
Movimiento cinemático en la obra de Le Corbusier y Sergei Eisenstein Graham Cairns
Segregación urbana y democracia: viejos y nuevos retos Rafael Palma Grayeb
Reflexión sobre los aspectos que denotan democracia en las ciudadesRebeca Ampudia Ladrón de Guevara
Urban space processes: A socio-spatial-symbolic theoretical approach Mauricio Hernández Bonilla
Planning for growing economies and successful settlements Arturo Velásquez
Ciudad y espacio público: sobre la elusiva naturaleza de un esencial bien común Fernando N. Winfield Reyes
Planificación en la cara del conflic-to John Forester, American Plan-ning Association Journal (1987) Taryn Téllez Gutiérrez
DirectorioREVISTA RUA
RUA, año 5, número 5, Enero Junio - Diciembre 2013.RUA es una publicación semestral editada por Dr. Arq.Daniel Rolando Martí Capitanachi. Diego Leño No. 12,Centro Histórico, C.P. 91000, Xalapa, Ver.
Editor responsable: Dr. Arq. Daniel Rolando MartíCapitanachi. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No.04-2009-070213393100-102. ISSN 2007-3992. Licitud deTítulo y Licitud de Contenido No. 14800, ambos otorgadospor la Comisión Calificadora de Publicaciones y RevistasIlustradas de la Secretaría de Gobernación. PermisoSEPOMEX No. No aplica.
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Las opiniones expresadas por los autores nonecesariamente reflejan la postura del editor de lapublicación.
Queda estrictamente prohibida la reproducción total oparcial de los contenidos e imágenes de la publicación sinprevia autorización del Instituto Nacional del Derecho deAutor.
Comité EditorialDr. Arq. Daniel R. Martí Capitanachi Dr. Arq. Mauricio Hernández Bonilla Dr. Arq. Gustavo Bureau RoquetDr. Arq. Fernando N. Winfield ReyesMtra. Arq. Ana María Moreno Ortega
Consejo EditorialDr. Arq. Roberto Goycoolea Prado Universidad de Alcalá de Henares, EspañaDra. Arq. Margarita de Luxán G. Universidad Politécnica de Madrid, EspañaDra. Elvira Maycotte Pansza Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, MéxicoDra. Arq. Martha Chávez Anguiano Universidad de Colima, MéxicoDra. Arq. María Teresa Pérez Bourzac Universidad de Guadalajara, MéxicoDra. Beatriz Eugenia Rodríguez Villafuerte Universidad Veracruzana, MéxicoDr. Arq. Ricardo Pérez Elorriaga Universidad Veracruzana, México
Panel de árbitros externos:Mtra. Arq. Harmida Rubio GutiérrezDr. Arq. Iván San Martín Córdova Coordinador de este número:Dr. Arq. Mauricio Hernández Bonilla
Diseño editorial:Michelle Alejandra DíazAngélica Jiménez FonsecaGuillermo Francisco García Acosta
Diseño de portada y contraportada:Yéred Zabdiel Domínguez Pérez
RUA 9 ∙ Enero - Junio 2013 [ 3 ]
[ artículo ]
La geografía urbana, una de las ramas más
influyentes en la actualidad de la geografía
humana, tiene la intención de introducir-
nos al conocimiento y comprensión de las
comunidades urbanas, privilegiando el en-
foque geográfico, de modo que sea posible
ubicar y definir los elementos que compo-
nen y dan sentido a la estructura urbana,
tanto de carácter físico como humano.
La geografía urbana se relaciona con los
aspectos espaciales del desarrollo urbano;
por lo tanto, analiza las ciudades, su loca-
lización, sus características, su crecimiento,
las relaciones con otras ciudades y con el
entorno rural, etc. Además se interesa por
los fenómenos que se dan en las ciudades:
patrones de uso del suelo, aspectos cultu-
rales, dinámicas sociales, patrones de cir-
culación, patrones de crecimiento natural y
social, así como la interrelación de las ciu-
dades con el medio ambiente que las rodea
(Beaujeu-Garnier, 2000:13).
La geografía urbana es una subdisciplina
relativamente reciente. El primer tratado
de geografía urbana apareció en Francia
en 1963, producto de la idea creadora del
geógrafo Pierre George. Fue precisamente
a partir la década del sesenta que la ciudad
se vuelve objeto de estudio pluridisciplina-
rio, dado su carácter de inagotable fuente
de información y de innovación, así como
potente motor del desarrollo económico,
social y cultural.
A partir de la Revolución Industrial, las ciu-
dades se han convertido en el foco de aten-
ción privilegiado de las preocupaciones de
los gobiernos y de los estudiosos de la so-
ciedad, destacando en muchos casos el en-
foque de la geografía urbana. A partir de la
La geografía urbana en el contexto de los estudios urbanosAntonio Salgado Gómez
Fig. 1 México, Distrito Federal , Paseo de la reforma
[ 8 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
[ artículo ]
Durante la conquista española la influencia
urbana europea se impuso en América. En
México, con las fiereza española, las bien
trazadas ciudades prehispánicas fueron
destruidas, sepultadas, o abandonadas. So-
bre sus ruinas se sembró un nuevo diseño
de ciudad; semilla urbana que aún perma-
nece en el país: una plaza central bordeada
por una iglesia y un palacio de gobierno.
Edificios que representaban el poder divino
y terrenal.
Del casco urbano, compacto, uniforme,
y atrayente, partían calles paralelas empe-
dradas que, entrecruzadas, formaban una
cuadrícula. Senderos nuevos que se distin-
guían por el andar de gentes admirando
novedosos paisajes y casas de muros an-
chos, altas, amplias, con bellos remates ar-
quitectónicos recibiendo cubiertas de ma-
dera y teja. Viviendas pintadas de blanco;
blanco brillante para que, a lo lejos, los mu-
ros parecieran de plata. Con ese mismo sen-
tido, entre el trazo ajedrezado, no muy lejos
del centro de la ciudad, estaban asentados
el palacio del virrey, escuelas, hospitales,
teatros, y las haciendas de los potentados.
Había comercios de lujo en casas moder-
nas luciendo en sus aparadores diamantes
prendidos en alfileres como si fueran gotas
de agua. Tiendas de golosinas traídas de la
patria común. Muchos siglos contemplaron
este estilo de diseño comercial en territorio
Ciudad, democracia, y tecnologíaRoberto Ramírez Rodríguez
Fig. 4 Lago de Chapultepec, Fuente:http// imagenes de mexico.com
[ 10 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
[ artículo ]
Según datos recabados por las Naciones
Unidas, la mitad de la población mundial
vive en medianas y grandes ciudades. Di-
chos estudios han permitido elaborar la
proyección para 2025 y mencionan que
para ese entonces las ciudades albergarán
a dos tercios de la humanidad1. En la actua-
lidad, de un total de 7 mil millones de ha-
bitantes casi mil millones son adultos ma-
yores (de 60 años o más). Estos, sumados a
2 mil millones de niños (entre 0 y 12 años2),
representan casi el 50 % de la población
mundial3 que aún no ha sido tomada en
cuenta en el diseño de la ciudad y menos
aún vinculada al respeto de sus derechos.
Desde la visión de la arquitectura y el urba-
nismo responsables, resulta obligado que
la planeación de nuestras ciudades se con-
sidere de una forma diferente a lo que se ha
realizado hasta ahora. Se debe pensar en la
conservación del medio ambiente frente a
un inminente cambio climático, garantizar
una legislación justa para mejorar la cali-
dad de vida en las ciudades y proporcionar
viviendas adecuadas con servicios básicos,
con recorridos que ofrezcan bienestar e in-
terrelación multigeneracional. Todo lo an-
terior debe ser estructurado de tal manera
1 Naciones Unidas, The UN-Habitat strategic visión, Nueva York, Programa de Asentamientos Humanos, Mayo 2003.2 Naciones Unidas; World population prospects, The Revision 2012; Nueva York, Departamento de economía y temas sociales. 2012; Recuperado 27 Diciembre 2012. http://esa.un.org/wpp/wpp2012/wpp2012_1.htm3 Estudio de gabinete por la autora con base en datos tomados en World population prospects 2012
que obtengamos como resultado ciudades
inteligentes, y más habitables, en las que
se malgaste menos, y se busque e incenti-
ve la cohesión social. Ciudades en las que
dejemos la visualización deprimente de
edificios “icónicos”, de formas dentadas y
espacios inconfortables, de esquinas gro-
tescamente impracticables, costosas y ne-
gligentes hacia el contexto, de aquellos que
gustan hacer tabla rasa, arrojando al mar
todo lo que alguna vez fue, como lo diría
James Stevens Curl4, ya que se lo debemos
a las futuras generaciones y especialmente
4 Stevens Curl, James; Prólogo en: Salingaros, Nicolas A.; Anti-Arquitectura y Deconstrucción, Inglaterra, Umbau Verlag; 2007. Págs. 6-7
a las mil millones de personas que viven en
barrios precarios y en otras viviendas sin las
condiciones mínimas de habitabilidad en
todo el mundo5.
En la actualidad, el modelo de ciudad tien-
de a promover el desarrollo económico, la
transformación del medio, etc., pero tam-
bién genera la exclusión social, la desigual-
dad cada vez mayor entre pobres y ricos,
fomenta el individualismo, así como la de-
gradación del medioambiente.
5 Sexto Foro Urbano Mundial; El Futuro Urbano; Nápoles, Septiembre 2012. Recuperado 10 Diciembre 2012. http://www.onuhabitat.org/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=350&Itemid=501
Ciudad, derecho y adultos mayores. Propuesta multigeneracionalBertha Lilia Salazar Martínez
Fig. 5 Foto 1: Adultos Mayores; Xalapa, Veracruz, México. 2012. Elaborada por la autora
[ 16 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
Fig. 7 Participacion ciudadana Fuente: http://elcapitalino.com/index.php?id=nota&seccion=ciudad&ide=183
[ artículo ]
ORígENES DE LA DEMOCRACIA
La democracia es una de las más renombra-
das doctrinas políticas y quizá también de
las más antiguas formas de gobierno. Aten-
diendo a la forma personal de ejercicio del
poder —de uno solo, de todos o de algu-
nos— representa, según las ideas platóni-
cas, la forma lícita de hacerlo, en oposición
a la demagogia (Abbagnano, 1980).
Platón, en La República, hizo una reseña de
las formas de gobierno. La clasificación de
las mismas, de manera genial la hizo tam-
bien Aristoteles, que se sirvió del método
inductivo para establecer sus postulados
en materia de política. Examinó las consti-
tuciones de 158 Estados, y de este examen
obtuvo los elementos para poder estable-
cer la clasificación de las formas de gobier-
no. Para hacerlo, tomó en cuenta quienes
eran los titulares del poder en los diversos
Estados que analizó. Se dio cuenta de que,
en ocasiones, el poder era ejercido por un
solo individuo, y clasificó al Estado que
se encuentra en esta situación, que tiene
como titular de la soberanía a una sola per-
sona, como monarquía (de monos: uno). En
ocasiones ese poder se ejercía por un gru-
po de individuos. Aristóteles la denominó
aristocracia. Y tambien observó que existía
otra situación, en la que no se trataba ni de
un individuo ni de un grupo especial de
hombres, sino de un conjunto de ellos, y
denominó a esta forma, democracia o po-
liteía. Aristóteles consideró que la forma de
gobierno más conveniente es la democra-
cia; no obstante, llamó “puras” y “perfectas”
a todas las formas, si se encaminaban a
realizar el bien de la comunidad. Pero tomó
en cuenta que la forma de gobierno, no
obstante la clasificación que le correspon-
diese, podría corromperse y encaminarse,
no a obtener el bien general, sino el parti-
cular de los gobernantes, degenerando así
la monarquía en tiranía; la aristocracia en
oligarquía, y la democracia en octocracia o
demagogia (Porrúa Pérez, 1992, p. 465).
La historia indica que la democracia nació
en Grecia, al igual que las nociones origina-
les de Estado y ciudad a las cuales nos re-
ferimos constantemente como arquetipos
de los conceptos actuales invocados por
el urbanismo. También el espacio público,
la participación directa de la población en
los asuntos de la vida colectiva y la idea de
libertad como conquista exclusivamente
urbana, esta última tal y como se repetirá
más tarde en Roma y en la Alta Edad Media:
De entonces datan –gobierno de Solón,
640-559 A.C.-, las instituciones típica de
Atenas, que aún cuando sufrieron cambios
a través del tiempo, caracterizan no obstan-
te, a esos hechos políticos, permitiéndoles
llamarles democracia ateniense. Esta deno-
minación deriva de la circunstancia de que
en lo sucesivo tomaran parte en las tareas
del gobierno los habitantes de la polis, a
quienes se reconocería el carácter de hom-
bres libres. Recordemos a este respecto que
seguían existiendo en Atenas los esclavos y
los extranjeros que carecían en lo absoluto
de derechos políticos…Esa participación
de los hombres libres en las tareas del po-
La democracia y la participación social ante el derecho a la ciudad.María Rossana Cuellar Gutierrez / Daniel Rolando Martí Capitanachi
RUA 9 ∙ Enero - Junio 2013 [ 21 ]
[ artículo ]
m e n -
dezx1
1
El concepto de democracia se ha relaciona-
do con líneas del derecho y la política. Sin
embargo, su ámbito es mucho más plural,
alcanzando a profesiones aparentemente
no afines como la arquitectura. La democra-
cia tiene como fundamento la dignidad de
la persona y como principio fundamental
el respeto y la promoción de los derechos
de la población, siendo en nuestro caso, el
derecho a la vivienda, el punto de enlace
entre democracia y arquitectura.
Nuestra sociedad se encuentra regida por
una Constitución, la cual sirve como ele-
mento guía de la vida democrática del país.
En ella se encuentra inserto el derecho a
una vivienda digna y decorosa, de acuerdo
a lo planteado igualmente por pactos inter-
nacionales que velan por los derechos de
las personas. Sin embargo, estos términos
(la mayoría de las veces) resultan más pro-
tocolarios que prácticos, ejemplo de ello es
lo que pasa actualmente en términos cuali-
tativos con la vivienda de interés social.
Es interesante buscar la liga entre concep-
tos o términos aparentemente sin relación
pero que una vez que se abordan se da uno
cuenta de que pueden crearse visiones más
completas de alguna situación. Este es el
caso de arquitectura y democracia, derecho
y vivienda.
El presente artículo trata de relacionar los
conceptos antes mencionados aplicándo-
los a un tipo de vivienda, en este caso la de
interés social, para determinar si cumple
con lo establecido protocolariamente de
acuerdo a como lo marca el derecho: a un
nivel de vida adecuado y específicamente
el derecho a la vivienda.
Cuando se escucha la palabra democracia,
inmediatamente se la relaciona con la rama
de la política y el derecho. Sin embargo, di-
cho término va mas allá de cuestiones que
tienen que ver con la elección de nuestros
representantes y el ejercicio del libre voto.
Es un término plural usado también, en la
mayoría de los casos, como sinónimo de li-
bertad, igualdad y justicia social.
La democracia es también un régimen que
implica no solo la forma de gobierno y su
estructura social y económica, sino un con-
junto de valores, actos y conductas demo-
cráticas que tienen como fundamento la
dignidad de la persona1. Parecería enton-
ces complicado ligar el término democra-
cia con temas de la arquitectura, pero en
realidad no lo es. Uno de los objetivos de
nuestra profesión es proporcionar espacios
dignos que mejoren la calidad de vida de
las personas contribuyendo en la medida
de lo posible a fomentar su bienestar.
El presente artículo cobra sentido debido a
1 Formación política y valórica de la democracia. Recuperado de: http://www.slideshare.net/elciudadano2.0/la-democracia
Vivienda y democraciaAlfredo Cerqueda Méndez
Fig. 12 Imagen recuperada de http://www.cafedelasciudades.com.ar/politica_120.htm
[ 24 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
[ artículo ]
RETOS Y SOLUCIONES DE UNA CIUDAD CONTEMPORÁNEA Fidel Arteaga
El fenómeno de conglomeración de una
sociedad gregaria (a la que pertenecemos),
dentro de espacios territoriales con acci-
dentes: en un principio naturales, más tarde
económicos y en algún punto más adelan-
te, tecnológicos que faciliten el desarrollo
de la sociedad humana, se denomina, para
la cultura global, generación de ciudad.
Este fenómeno se encuentra en su auge his-
tórico, por consiguiente, es de vital impor-
tancia para dicha sociedad, el concienzudo
análisis de los retos que debe enfrentar este
proceso generativo en el mundo contem-
poráneo, a través del fenómeno sociocultu-
ral y territorial al que se denomina ciudad y
a su habitante, ciudadano.
Por lo tanto, la ciudad contemporánea
aglutina, en relativamente pequeños pun-
tos geográficos, la mayor cantidad de po-
blación del mundo. Así es que viven más
humanos dentro de las urbes que en esce-
narios exteriores, es decir, ahora la sociedad
vive más concentrada que nunca y los con-
ceptos de la cultura humana como el senti-
miento de propiedad y de individuo o indi-
vidualidad, son trastocados a merced de las
necesidades económicas del escenario ur-
bano. Este fenómeno fue promovido por el
despunte tecnológico durante el siglo XVII,
generado por la Revolución Industrial, que
dio como resultado la migración de masas
del campo a la ciudad.
Fueron sentadas las bases durante este
periodo, a lo que una ciudad contemporá-
nea se refería, y de modo inherente a este
concepto, se supeditó la satisfacción de las
necesidades del ciudadano contemporá-
neo. El aroma maquínico y eficientado de la
labor industrial fue permeando el espíritu
de lo que hacer ciudad se refiere, generan-
do una priorización de las necesidades del
hombre y a lo que las soluciones urbanas
referían, optando por la optimización de
recursos, tiempos y, por consiguiente, al va-
lor monetario al que la necesidad humana
refería, proveyendo, o intentando hacerlo
de una manera mezquina a su sociedad, de
soluciones de subsistencia, generando un
estilo de vida de supervivencia, una dico-
tomía de marginante y marginado. La eco-
nomía social se nutría de la acumulación de
capital dentro de las familias poseedoras
de los medios de producción, por sobre
las personas que operaban dichos medios,
generando la primera estratificación urba-
na socioeconómica dentro de una ciudad:
la clase obrera (productora del capital) y
la clase burguesa (poseedora del capital).
Estas características generaron de manera
aparalela los procesos sociales al que una
ciudad de nuestra era debería encontrarse
en proceso de reversión, dentro de sus deli-
mitaciones geopolíticas.
El modelo de ciudad planteado, al no exis-
tir esta reversión de paradigma y al no
producirse un cambio dentro del sistema
económico, de acumulación de capital
ahora promovido por la posesión tecnoló-
Fig. 15 Foto tomada por el Autor: Daniel Rolando Martí Capitanachi
RUA 9 ∙ Enero - Junio 2013 [ 27 ]
[ artículo ]
“Para experimentar realmente la arquitectu-ra, puede ser necesario incluso cometer un asesinato” — Bernard Tschumi.
Los primeros proyectos experimentales de
Tschumi, como The Manhattan Transcrips
(dibujos ambiguos, divertidos y brillantes,
de arquitectura mezclados con informes
de la escena del crimen), provocaron una
oleada de proyectos manifiesto que procla-
maban la relación esencial de la arquitectu-
ra y el acontecimiento (Kester Rattenbury,
2004).
La mayor parte del resto del movimiento
“arquitectura narrativa” (que Tschumi ins-
piró) también realizaba dibujos del “acto”
ambiguos, aunque traducidos en edificios
de formas extravagantes (una alegoría
del evento) en lugar de manipular el acto
mismo. Las primeras obras de Tschumi pa-
recían dirigir este campo, pero el aconteci-
miento era más importante que la forma.
Tschumi (nacido en Suiza, en 1944) ya se
había establecido como un arquitecto en
papel cuando sacudió el campo experi-
mental mundial al ganar el concurso para
un nuevo Parc de la Villette, en las afueras
de París, en1982. El plan se conoce tanto
por sus dibujos especulativos como por su
forma construida. El proyecto dibujado es
una retícula salpicada de cubos rojos mani-
pulados, con reminiscencias del juego car-
tesiano, invasores del espacio, axonométri-
co, planimétrico, y todo ello animado por
un divertido texto teórico. La construcción
es una enorme cuadrícula de folies rojos
manipulados y coreografiados que consti-
tuyen un escenario para los actos (Tschumi
siempre ilustra el plan con bandas de músi-
ca, pantallas de cine y partidos de futbol).
Lo interesante de estas posturas de Tschu-
mi es poder llevar estos elementos a una
metodología del diseño donde la premi-
sa general sea: para que exista un espacio
arquitectónico deberá haber un evento,
como ejercicio práctico, así como en la re-
lación de un director de cine con la película,
las escenas y las situaciones que se pueden
lograr a partir de los eventos planteados
por el mismo. A continuación se describirán
estos puntos metodológicos realizados por
Bernard Tschumi en 1981, conocidos como
The Manhattan Transcripts.
1. DEFINICIÓN
No existe arquitectura sin acontecimiento,
sin programa, sin violencia; las transcrip-
ciones intentan llevar a la arquitectura has-
ta sus límites, al introducir intenciones pr
gramáticas y formales tanto en el discurso
arquitectónico como en su representación
gráfica. Las producciones situadas en el lí-
mite de cualquier disciplina, nos informa-
rán el estado de dicha disciplina, de sus pa-
radojas y de sus contradicciones. Los límites
de la arquitectura actual son:
a)Lo referente a las relaciones de los espa-
cios y su uso, entre tipo y programa, entre
objetos y acontecimientos;
b)Lo tocante a la representación en la arqui-
tectura. Los límites de mi lenguaje son los
límites de mi mundo.
2. CONDICIÓN
Las transcripciones toman como punto de
partida la disyunción (separación) entre
uso, forma y valores sociales. Mantienen
que, cuando esta situación se convierte en
confrontación arquitectónica, aparece ine-
vitablemente una nueva relación entre pla-
cer y violencia. La disyunción es un acto de
desunión. La disyunción señala la disconti-
nuidad o el umbral entre naturaleza y cul-
tura, la no existencia de un continuo en el
tiempo o en el espacio. La disyunción entre
hombre y objeto, objeto y acontecimientos,
acontecimientos y espacio, o entre ser y su
significación.
3. CLASIFICACIÓN
Las transcripciones nos ofrecen una lectura
distinta de la Arquitectura. En ellas, el espa-
cio, el movimiento y los acontecimientos
son independientes y su clasificación se
compone de:
a)Acontecimiento, incidente, suceso, que
tiene su propia lógica, su propia importan-
cia;
b)Espacio, experiencia sensorial, concien-
cia, que posee su autonomía y lógica pro-
pia, capaz de deformarse, romperse, com-
primirse, fragmentarse y yuxtaponerse a
Los Manhattan Transcripts de Bernard TschumiRoberto De Jesús Jiménez de la Rosa
Fig. 16 Imágenes tomadas del proyecto Parc. de la Villete Bernard Tschumi, Paris Francia
[ 30 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
Fig. 19 Nature morte à la pile d’assiettes, 1920, Le Corbusier Foundation. Paris
[ artículo ]
Movimiento cinemático en la obra de Le Corbusier y Sergei Eisenstein. Graham Cairns
Introducción: La Arquitectura y la Pintura en la Francia Purista.
Según lo identifica Beatriz Colomina, Le
Corbusier fue un arquitecto que documen-
tó todo lo que hacía1.Asimismo él es un
arquitecto que ha sido ampliamente estu-
diado y documentado por otros2. En conse-
cuencia, cuando volvemos a conectar con
esta figura gigantesca del Movimiento Mo-
derno, la gran cantidad de material disponi-
ble puede ser abrumadora. En el contexto
específico de interés aquí, un examen cine-
mático de su proyecto Villa Savoye (1928-
1931), el material disponible es sin embar-
go muy escaso. En un sentido secundario,
se identificó en los escritos de Sigfried Gi-
dieon que, en Space Time and Architecture,
ya en 1941, se refiere a él como un proyecto
“concebido en movimiento3”. También hace
una breve aparición en la obra de Guiliana
Bruno, “Atlas of Emotion” (2002), en el que
se analiza el recorrido arquitectónico en el
contexto del cine4 . En el libro de Michael
Raeborn y Victoria Wilson: Le Corbusier:
Architect of the Century (1987), también
se desarrolla un pequeño papel a través
de referencias a la tendencia del arquitecto
para enmarcar las vistas y la construcción
de guiones de movimiento5. Más explícita-
mente, en Le Corbusier and the Mystique
of the USSR: Theories and Projects for Mos-
1 Colomina, Beatriz. Privacy and Publicity; Modern Architecture as Mass Media. MIT Press, Massachusettes, 1996. p.2 2 Colomina, Beatriz. “Vers une architecture médiatique”. In: von Vegesack (ed), Le Corbuiser; The Art of Architecture. Vitra Design Museum, Weil am Rhein. p.2483 Gidieon, Sigfried. Space, Time and Architecture: The Growth of a New Tradition. Harvard University Press, Massachusetts, (5 edn), 1977. p.5294 Bruno, Guiliana. Atlas of Emotion: Journeys in Art, Architecture and Film. Verso, London, 2002. p.67 5 Cohen, Jean-Luis. Le Corbusier and the Mystique of the USSR: Theories and Projects for Moscow, 1928-1936. Princeton University Press, New Jersey, 1992. p.49
cow, 1928-1936, Jean-Luis Cohen menciona
el interés del arquitecto en el cine a través
de su admiración por Sergei Eisenstein6.
En artículos de revistas, esta lectura cine-
mática de Le Corbusier también se revisa
a través de ensayos tales como, Montage
and modern architecture: Giedions implicit
manifiesto7 de Davide Deriu; Describing the
Ineffable: Le Corbusier, Le Poème Electróni-
que and Montage de Açalya de Kiyak;8 así
como en Site-seeing: Architecture and the
Moving Image de Guilia Bruno, en la cual
que ella desarrolla ideas que se encuentran
en el Atlas of Emotion.9 Es en los escritos de
Beatriz Colomina sin embargo, que nos en-
contramos con el análisis más extenso de Le
Corbusier desde esta perspectiva cinema-
tográfica. En Privacy and Publicity: Modem
Architecture as Mass Media (1996), Colomi-
na ofrece amplias lecturas de los medios
de comunicación en todo el trabajo de Le
Corbusier a través de lo cual ella hilvana un
argumento cinemático.10 En Le Corbusier,
the art of architecture, ella va más allá y em-
pieza a dibujar una referencia directa a las
analogías entre su arquitectura, secuencias
cinematográficas y su relación con el cine y
la televisión en general.11
6 Deriu, David. “Montage and modern architecture: Giedion’s implicit manifesto”. Architectural Theory Review, 12 (1). 2007. pp.36-597 Kiyak, Açalya. Describing the Ineffable: Le Corbusier, Le Poème Electronique and Montage. Thesis, Wissenschaftliche Zeitschrift der Bauhaus-Universität, Weimar, 2003. p.161 8 Bruno, Guilia. “Site-seeing: Architecture and the Moving Image”. In: Wide Angle 19.4, Ohio University School of Film. 1997. pp.8-24 9 Colomina, Beatriz. Privacy and Publicity; Modern Architecture as Mass Media. Ibid. pp.289-29310 Colomina, Beatriz. “Vers une architecture médiatique”. Ibid. p.260 11 Beatriz Colomina has identified that Le Corbusier is one of the most documented architects in history and that he
Recogiendo estos hilos de investigación,
este ensayo subraya una serie de cuestio-
nes que se encuentran en el material exis-
tente sobre Le Corbusier, su interés en “vis-
tas enmarcadas” y la idea de la “arquitectura
en movimiento”, por ejemplo, y los coloca a
lo largo de las características y las ideas en-
contradas en la obra de Sergei Eisenstein.
Al hacerlo se sugiere que la reordenación
espacio-temporal de los eventos fílmicos
a través del montaje según lo plasmado
por Eisenstein, su acercamiento por tomas
como imágenes enmarcadas individual-
mente y su interés en la secuencia de un
sendero o “recorrido cinemático”, pueden
ser conceptos fílmicos cuya relación con
la arquitectura de Le Corbusier merece de
un análisis más detenido. Con el fin de de-
was also one of the most prolific in terms of documentation. Between 1920 and 1925 she estimates that he wrote and published up to 10,000 words a month in various books and publications. His drawings from the same period are innumerable. He would build more than a building a year and, in addition, he documented everything he did. Today, the literature available on the man is immense; some 79 books, catalogues and pamphlets that have accompanied exhibitions around the world; 511 articles; 55 journal issues; 13 professional films; 16 amateur films; 20 radio programmes; 25 television programmes; an entire archive in Paris and up to 29 adverts make reference to him or his work. In addition, there are would be over 50 buildings built across the globe before his death in 1965. See: Colomina, Beatriz. “Vers une architecture médiatique”. Ibid. p.248
RUA 9 ∙ Enero - Junio 2013 [ 39 ]
[ artículo ]
The city can be regarded as social process
of construction and production of its com-
ponents. People and places are interrelated
and interact transforming and modifying
each other. From these dynamics emer-
ge social, spatial and symbolic processes,
which give place to the existence of the
urban space. In urban studies, the exami-
nation, analysis and interpretation of pro-
cesses are important to the understanding
of the resulting product, which is the city
and its public space. I will start by drawing
on Harvey’s (1996) arguments about the
importance of the study of processes that
give place to the urban environment: the
production process. He argues that process
takes precedence over things; that the stu-
dy of the urban space should be focused
on processes rather than things and should
regard things as product of process. These
first statements will introduce this writing
about a socio-spatial-symbolic theoretical
approach to the study of the urban space,
which is based on a series of concepts and
theories developed by important urban
theoreticians at the end of the 20th cen-
tury. It is hoped that this literature review
will help students at the postgraduate level
to understand the way urban transforma-
tions and dynamics of urban change can
be researched in an integrated framework.
ThE CITy AS A PROCESS
It is important to consider the relations-
hip between the urbanising process and
this thing called the city (Harvey 1996:21).
Harvey sees the process that gives place to
urban form as a dialectical one and argues
that the relationship between process and
“thing” (referring to the form of the city) be-
comes complicated because “things”, once
constituted, have the habit of affecting the
processes that constituted them. He fur-
ther argues that the ways that particular
‘thing-like structures’ (such as political-ad-
ministrative territories, built environments,
fixed networks of social relations) precipita-
te out social processes and the fixed forms
these things then assume have a powerful
influence upon the way that social pro-
cess can operate. Moreover, different fixed
forms have been precipitated out at diffe-
rent historical moments and assume qua-
lities reflective of the social processes at
work, in particular times and places (Harvey
1996:21-22). In this sense, the study of ur-
ban space is considered as a social process
in which processes of production and the
resulting product influence each other.
A theoretical framework sustaining the
previous approach is the work of Henry
Lefebvre (1991) who sees urban space as
a social process which produces and leads
to the materiality on which we live. Lefeb-
vre argues that the production of the space
must ‘operate’ or ‘work in such a way as to
shed light on processes from which it can-
not separate itself, because it is a product of
them. To understand the urban materiality
of public spaces, buildings, housing, urban
facilities, and infrastructure, it is necessary
to focus in the process of production of the-
se ‘things’ as Harvey and Lefebvre argued.
Processes of urban production give place
to processes of urban consumption. The
consumption of space is defined by the
social relations that take place in that spa-
ce. In addition to the study of the social
relations shaping the urban form and the
form itself, a socio-spatial and symbolic
approach in the study of the urban space is
also focused on how the form is configured
through its use. This use could be defined
as the consumption process of urban form.
Consumption is commonly understood as
the process of using something after it has
been produced. Campbell (1995:194) defi-
nes consumption as any activity involving
the selection, purchase, use, maintenance,
repair and disposal of any product or ser-
vice. In contrast, Warde (1991:304) with a
more intangible social approach sees con-
sumption as comprising a set of practices
which permit people to express self-iden-
tity, to mark attachment to social groups,
to accumulate resources, to exhibit social
distinctions, to ensure participation in so-
cial activities and more things besides. The-
se definitions help to regard the process
of consumption as the process that invol-
ves how urban space is used, transformed
and defined through the daily practices of
its users, the kind of ideas in the minds of
Urban space processes: A socio-spatial-symbolic theoretical approach Mauricio Hernández Bonilla
[ 50 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
[ artículo ]
Segregación urbana y democracia: viejos y nuevos retos Rafael Palma Grayeb
En nuestras ciudades mexicanas, ¿es po-
sible hablar de democracia ante grupos
sociales desiguales? Si bien todos sus ciu-
dadanos tienen iguales derechos de parti-
cipación, las condiciones de pobreza que
priva en amplios segmentos de su pobla-
ción provoca una intervención diferencia-
da en las prácticas comunes del ejercicio
democrático. Entre ricos y pobres aquellos
tienen “voz”, en el sentido planteado por
Hirschman (1977), mientras que los otros
no. Los esquemas de demandas y solucio-
nes a problemas urbanos son también de
diferente índole entre estos dos grandes
grupos, que además en años recientes acu-
san una distancia mayor entre ellos.
¿Cómo se ha construido esa desigualdad y
cómo opera en la segregación espacial ur-
bana? De hecho ambos fenómenos tienen
expresiones temporales y espaciales que se
modifican conforme ocurren los cambios
urbanos. Por ejemplo, viejos barrios pobres
pueden llegar a transformarse en zonas
modernizadas al incrementar sus equipa-
mientos, el valor del suelo, y sus familias
originales potenciar esas nuevas oportuni-
dades con el cambio generacional, o bien
verse desplazadas a otros lugares de la
ciudad. Pueden también presentarse como
fenómenos de tipo coyuntural (v.gr. áreas
bardeadas y vigiladas internas, por la inse-
guridad) o bien integrar el paisaje urbano
en la larga duración. Problemáticas socia-
les, económicas o de índole institucional
de gran alcance llegan a implicar procesos
de una complejidad y temporalidad mayor,
y entonces la desigualdad y segregación
echan sus raíces, se arraigan, se convierten
en una parte estructural.
LA CIUDAD DE XALAPA: UN CASO ENTRE
OTROS
El caso del área metropolitana xalapeña
puede ejemplificar estos cuestionamientos
generales. Xalapa, al igual que otras mu-
chas ciudades del país, vive en su interior
un creciente proceso de fragmentación so-
cial y espacial. La ciudad tiende a compar-
timentarse en espacios crónicamente bien
y mal dotados. Algunos de estos últimos,
aquellos relativamente más viejos (con al
menos 50 años de existencia) o colindan-
tes con reservas territoriales que lograron
completar el ciclo para el cual fueron pre-
vistas, obtuvieron cierta prosperidad o bien
se han gentrificando1; pero otros más ale-
jados de los ejes viales primarios y de todo
esfuerzo de planificación urbana siguen
bajo diversas fases de estancamiento, con
riesgos de convertirse en bolsones de po-
breza persistente, sin visos de solución al
corto o mediano plazo. Bajo una perspec-
tiva más amplia, se trata de situaciones de
desigualdad en el acceso a mercados de
trabajo mejor remunerados, a satisfactores
básicos, a suelo, vivienda, y en general a
bienes suntuarios expuestos en las vitrinas
urbanas ante todos sus habitantes, pero
accesibles a cada vez menos de ellos. Las
expectativas de una vida confortable, con-
forme las pautas de consumo que se difun-
den, parecen inalcanzables para crecientes
segmentos de la población según la edad,
sexo, nivel educativo y condiciones de in-
1 Refiere al proceso de transformación urbana donde la población original de un barrio o colonia popular deteriorada o pobre es paulatinamente desplazada por otra de mayor poder adquisitivo. Ver Lipietz, 1994; Bidou-Zahariansen et al, 2003.
greso. Se trata de segmentos que parecen
tocar no únicamente a individuos sino a
grupos domésticos y barrios completos
donde muchas jefaturas no están en capa-
cidad de inducir derroteros viables de vida
a sus descendientes, según esas pautas de
vida y consumo vigentes. Hoy día todo esto
se enmarca en un contexto generalizado
de pérdida de atracción laboral, de transi-
ción demográfica avanzada y una movili-
dad creciente tanto interna como externa,
incluso internacional, que se manifiesta no
solamente en Xalapa sino en muchas de las
ciudades que integran el país.
En la historia reciente de esta ciudad media,
tres procesos de largo alcance se combinan
para resaltar las condiciones de pobreza
y fragmentación espacial actuales y apa-
rentemente nunca previstas: a) la fuerza
del crecimiento demográfico que inicia a
mediados de los años 1940 y se detiene a
finales de ese siglo; b) el impacto de la re-
forma agraria sobre el perímetro rural de
la ciudad; c) la pérdida de diversidad en la
estructura económica urbana.
El primero de estos procesos concierne a la
inmigración que afectó a la gran mayoría de
las ciudades latinoamericanas, provocando
en ellas un crecimiento demográfico sin
precedentes. Puesto en cifras, los habitan-
tes de Xalapa multiplicaron su número sin
precedentes. Puesto en cifras, los habitan-
tes de Xalapa multiplicaron su número casi
3 veces entre los años 1900 y 1950, pero
durante los siguientes 40 años lo hicieron
por 7, alcanzando tasas de crecimiento del
5% anual durante los años de 1970 y 1980.
[ 54 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
[ artículo ]
Definimos una ciudad democrática como
aquella donde se da prioridad a las necesi-
dades de la mayoría y se garantiza a toda
persona el acceso a los servicios públicos
e infraestructura urbana. Por lo general,
se piensa que las decisiones que llevan a
esto provienen del gobierno y que el úni-
co momento en que la ciudadanía ejerce
la democracia es al votar. Esta mirada es
reduccionista pues el ciudadano intervie-
ne en múltiples procesos que configuran
a la ciudad, por ejemplo, recientemente
en el Distrito Federal el presupuesto parti-
cipativo juega un papel importante como
mecanismo de decisión pública de las ne-
cesidades de una colonia, a través de él
cada delegación asignar una fracción de su
presupuesto a obras decididas por comités
vecinales: rehabilitación de los espacios
públicos, instalación juegos, canchas y apa-
ratos de ejercicio, reparación de la ilumina-
ción de calles, construcción de casetas de
policía, entre otras cosas son pedidas. La
participación de la ciudadanía en la toma
de decisiones respecto al desarrollo de las
ciudades está generando una renovación
de la gestión pública que integra, al estilo
pluralista de planeación, las voces y peticio-
nes de la mayoría, llevando a la democra-
cia un paso más allá que el simple ejercicio
electoral.
A continuación desarrollo los aspectos que
considero clave para que una ciudad sea
plural y democrática. El primer aspecto
son los espacios públicos. Por su natura-
leza abierta permiten el tránsito y esparci-
miento de la colectividad. Parques, plazas,
foros al aire libre, canchas, incluso la calle
misma con sus banquetas y camellones no
sólo adornan y hacen ver bella a la ciudad,
también representan el espacio de libre
manifestación de ideas para la emisión y
recepción de la voz popular. Los gobier-
nos priman conectar espacios públicos a lo
largo de las ciudades, crearlos y recrearlos,
darles nuevas funciones para el disfrute de
muchas personas. Tal es el caso de la Estela
de luz que hoy se erige como un espacio
para espectáculos acústicos y visuales y
para la manifestación de grupos como el
movimiento yo soy 132 que la ocupó como
espacio para sus marchas, o por ejemplo,
las intervenciones ad hoc a fechas vaca-
cionales (como las playas en verano o las
pistas de hielo en invierno) que en la plaza
central del zócalo de la ciudad se instalan
para disfrute de todo ciudadano.
Otro punto que refleja la democracia al in-
terior de la ciudad es el transporte público.
Hoy en día, con la serie de problemas de
congestionamiento y contaminación en
las ciudades, los gobiernos han recapaci-
tado sobre la errada primacía que se dio a
las grandes obras civiles que únicamente
beneficiaron y promovieron el uso del au-
tomóvil privado. En la ciudad de México por
ejemplo sólo alrededor del 23% de las per-
sonas se mueven en automóvil particular y
sin embargo, gran parte del presupuesto
de infraestructura se ha venido destinando
a ellos. Este es un problema que se repro-
duce en todas las ciudades del país cuya
planeación es guiada, en gran medida, por
el uso del automóvil.
Hoy, por el contrario, se buscan soluciones
de transporte que movilicen multitudes
eficientemente. El transporte público se
piensa para diversas zonas de la ciudad y
para toda la gente que día a día se desplaza
a sus actividades. La capital Mexicana está
destinando gran parte de su presupuesto
a la planeación y construcción de un sis-
tema de transporte multimodal como una
opción accesible en comodidad, seguridad
y precio. Metro-Metrobus-Ecobici-Autobús-
Microbús-A pié en distintas combinaciones
son aprovechadas por los ciudadanos y
las redes año con año crece en extensión
y usuarios. La política de las vías públicas
ha optado por la reasignación de carriles
vehiculares a la bicicleta o al Metrobus, in-
cluso viene sugiriendo la peatonalización
de calles hoy en el centro histórico, mañana
quizá se replique en otros subcentros urba-
nos. Estas formas de redistribuir el espacio
para la circulación quitan prioridad al auto
particular y convierten la movilidad urbana
en un aspecto vector de la ciudad democrá-
tica, plural y vanguardista.
Por otro lado, la distribución de servicios
urbanos de red como el agua potable, el
drenaje o el alumbrado público reflejan la
polémica de la democracia al interior de
una ciudad. Los gobiernos locales tienen
Reflexión sobre los aspectos que denotan democracia en las ciudades. Rebeca Ampudia Ladrón de Guevara
[ 56 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
[ reseña ]
Fernando N. Winfield Reyes 1
Nos alarmamos constantemente de la de-
gradación en la calidad de vida de nuestras
ciudades pero poco hacemos para dar res-
puestas consistentes. Como habitantes de la
contemporaneidad más radical, afrontamos
respuestas desde una inconsciencia ciuda-
dana rayana en la ausencia y el desinterés.
Pocas, sino escasas, veces nos aproximamos
a la reflexión que nutre el cambio de nuestro
entorno inmediato ausente y, como ar
1 Fernando N. Winfield Reyes es Arquitecto por la Universidad Veracruzana (1991) con Maestría en Artes en Diseño Urbano por la Oxford Brookes University (1993) y Doctorado en Arquitectura y Urbanismo por la Universidad Politécnica de Madrid (2001). Es profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de DOCOMOMO, México.
Correo electrónico: [email protected]
quitectos y urbanistas, nuestras propuestas
adolecen de sentido práctico. En este entor-
no de problemas urbanos y de carencia de
respuestas apropiadas, el libro que hoy se
presenta es una fuente esclarecedora con
un compromiso social que hace patente la
necesidad de integrar una masa crítica de
pensamiento, voluntad y actitudes a favor
de la ciudad que queremos, centrando su
determinación en la esencia de comunidad,
física y social, constituida como espacio pú-
blico.
NUEvAS DINáMICAS DE LA CIUDAD: TRANSFORMACIONES URBANAS
La relevancia del esfuerzo que colectiva
mente encabezan Mauricio Hernández Bo-
nilla y Daniel Martí Capitanachi en torno a
sumar una reflexión actualizada sobre la
relación entre ciudad y espacio público, es
esencial para entender las dinámicas que le
han dado forma y significado y, en la medida
de lo posible, prever sus transformaciones
objetivas.
De ahí el interés del libro Ciudad y espacio
público (2011), recientemente publicado
dentro del programa editorial, que con mu-
cha dedicación y diligencia ha sido enca-
bezado por Daniel Martí Capitanachi como
una propuesta de autonomía y difusión
sobre temas de investigación clave para la
Facultad de Arquitectura de la Universidad
Ciudad y espacio público
Fig. 32 Fuente. Ciudad y espacio público Coordinadores: Mauricio Hérnandez Bonilla y Daniel Rolando Martí Capitanachi
[ 60 ] RUA 8 ∙ Enero - Junio 2013
[ reseña ]
John Forester1, American Plan-ning Association Journal (1987)
INTRODUCCIÓN
La comunidad científica internacional en
años recientes ha reflexionado sobre los
efectos de los paradigmas del desarrollo
urbano y los impactos negativos en los ha-
bitantes de las ciudades, sobre la calidad de
vida y su relación con el medio ambiente.
Realizar planificaciones urbanas ha sido
concebido constantemente como la reali-
zación de un consenso pensado en la de-
terminación del espacio urbano y su futuro
planeado en periodicidades, surgiendo así
los planteamientos plasmados en docu-
mentos con visión al futuro ideal.
Para el proceso de urbanización, la planifi-
cación urbana se aprecia como un instru-
mento democrático; para la construcción
de ciudad y el hábitat, es necesario que
prevalezca una visión concreta y congruen-
te de los resultados finales de esta, así como
el deber prioritario de incluir en ella la teo-
ría elemental para su eficacia. Una planifica-
1 1 Forester, John. Investigador de la micro‐política del proceso de planificación, la ética y la deliberación política, evalúa las formas que dan forma a los planificadores de los procesos de participación y gestión de las controversias públicas en diversos entornos. Ha trabajado como mediador para el Centro Comunitario de Resolución de Disputas de Tompkins County, ha sido consultor para el Consensus Building Institute, y ha dado conferencias en los últimos años en Seattle, Chapel Hill, Sydney, Melbourne, Helsinki, Palermo, Johannesburgo, Aix‐en‐Provence, Amsterdam y Milán. Forester ha escrito el libro: “Dramas de la mediación en controversias públicas”, y ha editado un manuscrito con Ken Reardon para la Iniciativa de CRP Nueva Orleans de Planificación. Forester pasó el año académico 2008‐09 como NICIS Scholar en la Universidad de Amsterdam Centro de Estudios de Conflictos. Presidió el departamento de planeación y ciudad de 1998‐01, y actualmente es el director de los estudios de postgrado. Fue socio decano de 1997‐98. Recibió su B.S., MS, M.C.P. y doctorado de la Universidad de California‐Berkeley http://aap.cornell.edu/crp/people/faculty‐profile.cfm?customel_datapageid_7102=12037
ción de las democracias nunca se logra sin
conflictos, porque en ella inciden intereses
de variados matices, intereses individuales
y colectivos, más aun cuando los actores de
la planificación son tan diversos, los invo-
lucrados como planificadores, ciudadanos,
funcionarios electos locales, desarrollado-
res y mas, que invariablemente, sostienen
diferentes visiones sobre la ciudad y como
debería crecer.
Este análisis nos dirige a retomar los funda-
mentos prácticos-teóricos que propone el
arquitecto John Forester predecesor de la
planeación en materia urbana y quien fue-
se director del departamento de la Ciudad
y Planeación Regional de la Universidad
de Cornell, Ithaca, Nueva York, en los años
ochentas, sus teorías han sido plasmadas
en la “American Planning Association Jour-
nal” en el año de 1987. Durante su estancia
en el departamento de planeación, inició
investigaciones en materia urbana, en con-
junto con los planificadores urbanos de la
época con el fin de involucrarlos en el estu-
dio del desarrollo de la ciudad y la práctica
de la planificación en un ámbito real, esta
práctica la denominaba “en la cara de los
conflictos”.
Los planteamientos de Forester resultan
en la actualidad un argumento oportuno y
de profusa utilidad, considera que, el papel
del planificador urbano debe ser la de un
mediador y lograr la creación de una plani-
ficación democrática, los urbanistas deben
de guiar tanto a los desarrolladores como
a los residentes cercanos de las zonas su-
jetas a la planeación a través del proceso y
las complejidades de la planificación, por-
que el factor del éxito de los planificadores
está en la manera de manejar los conflictos
a través de canales formales e informales
respondiendo a los derechos complejos y
contradictorios. - políticas públicas locales -
por mandato legal y, por otro lado el de las
demandas ciudadanas.
PERFIL DEL PLANIFICADOR URBANO…SE-
GÚN FORESTER.
El objetivo del planificador urbano es el
de lograr la eficacia de los planteamientos
en los planes municipales, un carácter to-
lerante a la frustración es necesario, en la
mayoría de los casos existirá la oposición a
las propuestas, es importante comprender
el poder y sus limitaciones, la sensibilidad a
los intereses de los otros actores en el pro-
ceso del desarrollo de la ciudad deben de
considerarse para formar las alianzas nece-
sarias y seguir cualquier serie de estrategias
que produzcan los proyectos detonantes y
lograr el éxito, el planificador debe de ser
un ejecutor de reglas, negociador, media-
dor, diplomático y perseverante.
Al buscar este objetivo surge la lucha inte-
lectual y ética del planificador cuando los
deberes son contradictorios en los distintos
escenarios de acción, por una parte se está
al servicio de funcionarios políticos con una
visión del desarrollo de la ciudad seguida
de los mandatos legales y las visiones pro-
fesionales, por otra, las solicitudes específi-
cas de grupos ciudadanos, todos al
Planificación en la cara del conflictoTaryn Téllez Gutiérrez
Rev
ista
RU
A / N
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uite
ctur
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rrito
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