nuevas panibolas - autores catolicos · hoy en dia estamos acostumbrados al coadjutor que va a la...

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Nuevas panibolasPedal 217

Otras obrasen la colecci6n Pedal:

- J. M. Ballarin, Francesco (P 30)- J. M. Ballarfn, Semillas al viento (P 118)- G. Bessiere, Prestame tus ojos, I (P 149)- G. Bessiere, Prestame tus ojos, II (P 196)- M. Quoist, A corazon abierto (P 166)- M. Quoist, Caminos de oracion (P 200)- A. Altisent, Reflexiones de un monje (P 211)

P.-I. Ynaraja Diaz

Ediciones SfguemeSalamanca 1997

© Ediciones Sfgueme, S.A., 1991Apartado 332 - 37080 Salamanca (Espana)

ISBN: 84-301-1156-5Deposito Legal: S. 972-1997

Printed in SpainImprime: Gnificas Varona

Polfgono «EI Montalvo». Salamanca, 1997

El hombre y la parabola.......................................... 11Introduccion......................................................... 15

1. Servicio al tercer mundo .. .. .. .. .. .. .. 192. La humildad 213. La fe .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 224. La oraci6n. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 235. La fe en momentos de crisis............................... 256. La fe, otra vez.... .. .. .. .. .. .. 277. Generosidad.................................................. 288. De nuevo la fe....... 299. l,El Senor se enamor6? 31

10. Contra el egofsmo . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . 3211. Viaje al Jap6n................................................ 3312. El paraguas 3513. El freno de la moto.................... 3714. La red.. . .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. . 3915. Sistemas poifticos.. 4016. Los j6venes........................... 4217. La esperanza.............. 4518. La oraci6n.... 4719. El conductor.. .. .. 4920. Los despertadores............................................ 5121. La muneca rusa y la oraci6n............................... 53'22. El medico y el boticario.............. 5623. El telefono . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 59

24. Espiritualidades cristianas.......... 6025. El cielo de algunos cat6licos . . . . . . .. . .. .. .. . .. . 6226. El sentido de las cosas.............. . . . . . .. .. .. . . . . 6527. El fiscal deljuicio final.................................... 6728. Sentido divino........................ 6929. Remozar el edificio...... . . . . .. 7130. De nuevo el enamoramiento . . . . . . . . . 7331. Quien se conoce mejor .. . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . .. 7532. La pita.. . . . . .. . . . . 7733. De nuevo el telefono..... 7934. La caridad en la calle. .. . . . . .. .. .. .. .. .. 8035. Dejarse querer. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . .. .. . 8136. Los agujeros negros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. .. . . . . 8337. El compromiso....... 8538. De nuevo con los j6venes.. . . . . . . . . . . . . . . . 8739. El acelerador de partfculas......... 8940. Los hermanos gemelos............. 9141. El concierto de ano nuevo 9342. El entrenador . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . 9543. Salud espiritual.. .. 9744. Genuinidad humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9945. La infecci6n de garganta................ 10146. El limbo de los estupidos . . . . . . . .. . . . . . . . . 10247. El torero............................... 10548. Los perros.......................... 10749. El globo . . . . . .. .. .. 10850. La rama desgajada del almendro.. 10951. El arist6crata ingles y el americano .. .. .. . . . . . . .. .. .. .. .. 11152. El acelerador.................................................. 11253. El director de orquesta...................................... 11354. Las rafces 11455. La jubilaci6n.................................................. 11556. Otra vez, la fe .. .. .. . . . .. . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . 11657. Los semaforos sincronizados .. . .. . . . . . . .. . .. . .. . . . . . . . . . . . 11758. La encina...................................................... 11859. El pecado original....................... 119

60. El embri6n................................. 12161. La hierbabuena , 12362. El ordenador ,............................ 12563. La bola de nieve............................................. 12664. Guerrillero y terrorista...... 12765. La vida en el invierno 12966. Concierto selecto . . . . . . . . . . . . . . . . . 13067. El viajante.................. 13168. Los tiempos pasados .... . . . . ... . . . . . . . . . . . 13369. La calculadora y el calendario 13470. La aspirina.. ... . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13771. El nino que se hizo dano... 13972. El conductor nocturno 14073. La montana quemada . 14174. El pastor y su rebano 14375. La documentaci6n perdida................................. 14476. La llave perdida....... 14577. La llegada del otono 14678. La roea de Montserrat 14779. La gotade agua........ 14880. La eabina telef6nica.............................. 14981. La salsa mayonesa........................................... 15082. El espejo 15183. Los tecnicos de la buena tecnica............. 15284. La hormiga diligente... 15385. La agencia de relaciones humanas............... 15586. El urogallo......... 15787. El puente sobre el rio Kwai....... 15888. El vag6n correo que se quem6 .. 15989. El que se levant6 un dia con suerte 16190. Las acacias del desierto 16391. Las semillas de oriente.......... 16492. La energia cinetica espiritual. . . . . . . . . . . . . . . . . . 16693. El robo en casa............... 16794. El hueso de melocot6n.. 16995. El rat6n de la biblioteca.... 170

96. E1carrete fotognifico 17197. E1orangutan camarero. ... . . . . . . . . . .. . .. .. . . . .. . . . . . . . . . .. . . 17298. E1cohete de feria.................. 17399. La arcilla .... . . . . . . . . . . . .. .. .. . . . . . . . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174

Indice alfabetico 175Indice tematico . . . . . . . . . . . . . . .. . . .. . . . . . . . . . . . 177

Todo quisque que se precie, al prologar un libro, acaba di-ciendo que vale la pena. Empezare al reves. Empezare diciendoque ellibro tiene valor para quien adivine que la vida es bastan-te mas que dar volteretas entre la angustia y el escapismo.

Es un libro suave, sin estridencias ni pataleos de quien quie-re hacerse el original. Quien solo conozca de paso al curaYnaraja quiza se extrafie, los que tenemos la suerte de conocer-10 de antiguo y por dentro, sabemos que no podia ser de otramanera.

Desde que entro en el seminario de Vic, Pedro-Jose Ynarajafue tenido par cabra. Quiero decir que no entro bien en la hormade la clerecia. No podia ser menos. El seminario de Vic era unaljibe adonde llegaban las mas lejanas aguas de la Catalufia vie-ja, de las pontificales del abad Oliba alas pontificalisimas deTorras y Bages, adornadas por las angelicas de Mn. CintoVerdaguer. El chaval Pedro-Jose, castellano de Castilla la Vieja,hablo catalan, pero nunca perdio las anchuras de su tierra.

No obstante, fue bien recibido y logro salir con exito. Contodo y ser tildado de original, logro cantar misa.

Y jcataplun!, a Calaf.Hoy en dia estamos acostumbrados al coadjutor que va a la

suya, con desenfado, nada de latin, sin convencionalismos deninguna clase, alegre y sin parar de tener reuniones y dejandolos funerales y las misas a horas intempestivas para el parroco.

En tiempos del curita Pedro-Jose, los funerales, el despacho pa-rroquial, los bautizos, las misas de madrugada y cualquier cosaque resultara inc6moda, tocaba solucionarla al coadjutor.

Pero en aquellos dfas de Calaf este coadjutor maduraba deotra manera. Se daba al escultismo, a los «de colores», a losequipos de matrimonios, a los encuentros de j6venes y alascharlas hasta las tantas de la madrugada. Fue una generaci6n decoadjutores con leganas en las misas tempranas y cabezadas enlas ultimas reuniones de grupo.

Fuera como fuese, entre leganas y cabezadas, aquellos curasno paraban. Los parrocos, chapados a la antigua, asustados co-rrfan a palacio para susurrarle al obispo preguntandole ad6ndese irfa a parar con aquella juventud clerical. Los obispos eran dechapado tan antiguo y tan cenudo como los parroc9s, por no de-cir mas. Y mira por d6nde, aquellos coadjutores fueron la gene-raci6n de los curas esparcidos a la buena de Dios.

La descampada toc6 de lleno a Pedro-Jose Ynaraja. Ya nosconocfamos de antano cuando 10 encontre en el tren con su pe-tate al hombro hacia La Llobeta. Seguramente hacfa un ano queyo habfa llegado con mi macuto a Queralt. A los dos el obisponos habfa dicho que aquello era cosa de un par de anos, pero losdos sabfamos que aquello iba para largo. Y tanto que 10 fue. EItodavfa esta en La Llobeta y yo, gracias aDios, todavfa estoyen Queralt.

jQjo! que La Llobeta no es Queralt. La Llobeta esta en elllano, aguas arriba, cerca de Aiguafreda, en un antiguo chalet deunos senores que 10 regalaron alas monjas. jAy Dios mfo!Ynaraja iba de capellan de monjas. Y cuidado con meter ruido.

Pero Pedro-Jose fue capaz de fabricarse el ruido solo. Sabetrabajar de carpintero, de mecanico, de pintor de paredes, de pi-rograbador, de dibujante y de cualquier cosa que necesite habi-lidad para llenar el dfa. Con cuatro chismes y unos cuantospadrenuestros, que todo hay que decirlo.

Pero nuestro hombrecito no tenfa bastante con los chismes,era cura y tenfa la bendita libertad de quien esta en el exilio. La

Llobeta se convirtio en refugio de quien se presentara. Tantofue asi que aunque no recuerde el nombre, Ynaraja organizoentre otras cosas, una especie de congreso de neuroticos. De es-to hace treinta anos. Al cabo de treinta anos con mas calma ycon el mismo empuje, el sigue en sus trece. Y que dure, Diosmio.

Ynaraja es alguien que aglutina, que reune gente en su en-torno, trata de tu a tu, se los lleva a la montana, se sienta conellos en paz y padrenuestros, reflexiona en grupo y ensena aorar. Zumbando como un moscardon, Ynaraja ha sabido encon-trar con los otros las nuevas parabolas de este libro. Como unmoscardon.

Eso parece.Porque 10 profundo de 10 mas hondo es otra cosa.,Este hombre, tan sacerdote, lleva dentro a Castilla con la de-

sazon de los grandes horizontes. «Adonde te escondiste,Amado». Y vive en la anoranza de los misticos. «Quedeme yolvideme».

Ve ahi.Este libro ha salido vivido en grupo por uno que siempre

tiene el telefono cerca para poder conte star al instante. Pero lle-va los contrapuntos de la vida de Pedro-Jose entre el ronronearde cada dia y la paz de cada noche. De este contrapunto, cadahecho vivido es una parabola de las nuevas parabolas.

Jesus de Nazaret hizo parabolas de todo 10 que habia vividoen su pueblo. El sembrador, la gallina clueca, el candil, la drac-ma perdida, las bodas, Jos pastores, el padre que tenia dos hijos,el hombre apaleado en medio del camino desierto. En ell as elmundillo de cada dia de un pueblo de mala muerte deviene eter-nidad y palabra para cada siglo.

Pero cada momento de cada siglo, cada acontecer de nues-tra vida es un eco de las parabolas del Senor. El tren, el telefo-no, la carretera, el coche, la television. Y sobre todo los hom-bres, cada hombre es una parabola de gracia y mucho mas cuan-do vive en la desgracia.

Todo es parabola. Para comprobarlo no hay mas que creeren Dios y haber escuchado el susurro silencioso de Jesus en laplegaria. Unicamente el silencio es el tornavoz al in stante deeternidad, como decia nuestro poeta Maragall.

Y no me complico mas la vida.Acabo. Ahora empiezas tu, lector.

Por eso el buen pedagogo, dice el Senor, para que entiendancomo es y que es el reino de los cielos, revuelve en su memoriay saca cosas nuevas y viejas, exitos y fracasos, recuerdos y su-gerencias. Y los explica.

La parabola como genera didactico la encontramos en laBiblia mucho antes de los tiempos evangelicos, pero es Jesus elque hace un mayor uso de este recurso pedagogico. Ahora bien,la panibola, por estar anclada en la gente concreta de un pais yun tiempo determinados, sufre los cambios de estos parametrosmucho mas que otros recursos de ensefianza. Sin dud a, narra-ciones como la del hijo prodigo son hoy en dia perfectamenteentendidas. Otras como la de los talentos 0 la de las minas sepueden entender con solo substituir el nombre y valor de lasmonedas. Pero con otras comparaciones resulta mucho mas di-ffcil hacerlo. Voy a explicar una experiencia personal. En unamisa habfamos leido aquella secuencia evangelica de los sega-dores y los campos sin jornaleros para recoger la cosecha.Pregunte entonces quien sabia como se efectuaba la siega cuan-do esta operacion se hacia a mano. Los mayores 10 sabian y ha-bian visto hacerlo. Los de edad mediana sabian como se efec-.tuaba el trabajo, pero nunca habfan sido espectadores de eL Losmas jovenes no tenian ni la mas remota idea. Y esto aconteciaen un pais como Catalufia donde su himno nacional tiene pornombre precisamente «Els segadors» (Los segadores)l,Deberemos traducir, sirva de ejemplo, pedid al amo de la mies

que envfe mas cosechadoras? L6gicamente, no. l.Sera una bue-na soluci6n encontrar nuevas parabolas, apropiadas a nuestrotiempo y a cada clase de gente a la que pertenezca nuestro audi-torio? Es una hip6tesis que acepto y para la cual colaboro coneste escrito.

Estas parabolas no pretenden ser reveladas ni siquiera inspi-radas. Han sido, eso sf, vividas, meditadas, rezadas y, en alguncaso, sufridas. Han nacido en una realidad personal determinada.Soy un presbitero diocesano que por tanto vivo una tensi6n inte-rior entre una actitud misionera (el Papa la llama nueva evangeli-zaci6n) y una vida contemplativa (en otro lugar he escrito que mimatrimonio es con la soledad y 10 vivo en el silencio), pero todoesto es una realidad sumergida en un mundo de vertiginoso pro-greso tecnico y exagerada comunicaci6n de masas (l.Sera verdadque la comunicaci6n personal es inversamente proporcional a lainvasi6n de medios de comunicaci6n socia!?). Otra realidad per-sonal desembocarfa con toda seguridad en otros ejemplos.

Las vivencias son divers as y las parabolas tambien. Puedenbrotar del deseo de mejor comprensi6n de una lectura bfblica enla celebraci6n eucarfstica dominical 0 haber nacido en un«Encuentro de La Llobeta» 0 resultan ser consecuencia de con-versaciones fntimas 0 de crisis personales ya superadas. A ve-ces, como en el caso de la rama del almendro desgajada de sutronco, soy yo solo quien la ha vivido y, agradecido, he recibidola ensenanza que me suscitaba el Senor. Otras veces, como lanumero 25, es eco del sufrimiento por las actitudes de ciertosgrupos que han venido a la «Casa de espiritualidad de LaLlobeta» de la que soy capellan (i,Habeis observado la malsanatendencia a reprivatizar la vivencia de la fe que tienen muchoseclesiasticos de hoy en dfa?). A veces son imagenes antiguascomo la del numero 67, que es mi buena madre, 0 la de la chi-quilla, Toni para mas senas, que aparece mas de una vez, miprimer amor, y que hace anos segun tengo entendido muri6 deleucemia. Pero otras parabolas son recientes. Explico todo estopara dar una prueba de autenticidad. Pero esta autenticidad estam bien limitaci6n; aquf se repetira mas de una ensenanza y

con toda seguridad estanin ausentes otras. Los temas son limita-dos como limitada es mi vida, y, con modestia, he de recono-cerlo.

Las parabolas empero, y en esto coinciden con las evange-licas, tienen el peligro para el lector de que este analice un i-camente el ingenio y, en acabando de leer una, piense solo:«esta esta muy bien lograda» 0 «aquella otra no me gusta na-da». Y despues de calificarlas mentalmente se quede tan satis-fecho sin haber reflexionado 0 haberse examinado (este pro-ceder recuerda al que senala Santiago en 1,23). Quiza nuncadeberia escribirse una parabola, parece que la fuerza didactiGase pierda cuando la circunstancia en que nacio ha pasado. Hede confesar que para mi, que recuerdo casi siempre el mo-mento y las personas que me rodeaban la primera vez que ex-plique cada una, continuan teniendo las mismas, exigenciasque entonces.

Estas «Nuevas parabolas» no pretenden ser una especie deevangelio apocrifo. Quisieran ser, y que el Senor me perdone laosadia, las parabolas que el Maestro pronunciara en algun mo-mento si fisica e historicamente habitase entre nosotros (obser-vese los calificativos que he aplicado a la palabra habitase).Para desvincularlas de alguna manera de los evangelios canoni-cos, en lugar alguno aparece el nombre Jesus. Es un pequenodetalle que he querido explicar pues facilmente pasaria desaper-cibido allector.

Quiero asegurar que para mi y para otras personas, estas pa-rabolas ya nos han resultado de provecho espiritual antes de quesalieran publicadas y esta es la principal razon que me ha mo-vido a ofrecerlas a la imprenta.

Aunque ellibro lleve por titulo «Nuevas parabolas» no todosu contenido esta expresado en la forma literaria que el diccio-nario de la Real Academia define como «narraciones de un su-ceso fingido, de que se deduce, por comparacion 0 semejanza,una verdad importante 0 una ensenanza moral». Como pasa enlas narraciones evangelic as en medio de imagenes plasticas, sedeslizan ensenanzas directas sin figura metaforica alguna.

Por leal tad he de declarar que en el micleo de algunas para-bolas hay alguna cosa escuchada 0 leida con anterioridad. Noobstante, 10 que aqui se transcribe no es un plagio, hay una ree-laboraci6n y sobre todo una nueva aplicaci6n. Valga esto paralos mimeros 24, 25, 33, 61 y, como ya se advierte en la mismaredacci6n de la parabola, la n. 46.

Estas paginas se escribieron inicialmente en lengua castella-na, ya que sus primeros destinatarios eran amigos y amigasquienes como yo tienen esta lengua como propia. Circularon,como es 10 tipico hoy en dia, fotocopiados y llegaron de Chile aJap6n, de mana en mano. Despues hice una traducci6n en len-gua catalana, que es la propia del pais donde resido, y esta yaapareci6 en letras de fotocomposici6n (que hoy ya no es correc-ta la expresi6n por tanto tiempo valida de letras de molde, ob-servese que el lenguaje tecnico tiene menos vida que las com-paraciones evangelicas). En todas estas operaciones he contadocon la colaboraci6n de I. Fossas, monje de Montserrat, coope-rador en estas como en otras tantas cosas, ahara y antes de en-trar en el monasterio. A el y a otros muchos mas, sobre todo j6-venes, con sus comentarios y sugerencias y a varias queridisi-mas Misioneras de Cristo Jesus que tambien me han ayudado,mi agradecimiento.

Se acerco un dia un estudiante y Ie dijo:-Senor, cuando termine la carrera marchare al tercer

mundo para servir a los pobres y servirte a ti en ellos ...-Pues vete hoy mismo a encargar el billete dtj avion.-Pero, Senor, si todavia me falta mas de un ano para aca-

bar la carrera ...-Por eso mismo debes tomar precauciones, para no echar-

te atras en su dia. Debes, pues, adem as del billete, solicitar tupasaporte, visitar la embajada del pais escogido para enterartedel tipo de visado que deberas solicitar y las dificultades quepuedas tener para conseguirlo. Y el primer dia que vayas aAndorra aprovisionate de cloraquina, que sale mas barata si lacompras alIi...

-Senor, pero (,para que tanta prisa si me falta tanto tiempo?-Mira, chico, te hablo asi porque he conocido a muchos

jovenes generosos que tenian bellos proyectos, encantadoresensuenos de futuro, ilusiones simpatiquisimas, y llegado elmomenta de ponerlo todo en practica, la consideracion de queles faltaba preparacion tecnica, las solicitudes familiares, losnacionalismos acuciantes, las situaciones politic as adversas,han echado al traste todos los proyectos por tanto tiempo acu-mulados. Tli en cambio, si tomas estas precauciones, a 10 me-jor no tienes otro motivo inmediato para irte, que aprovechartodo el capital invertido, no echar a perder todas las gestioneshechas y no desperdiciar todas las influencias personales con-seguidas.

Recuerdalo bien: «Todo aquel que pone la mano en el ara-do y mira atnis, no es digno del reino de 10s cielos».

Y el joven, convencido de 10 que Ie habia dicho el Maes-tro, se fue aquel mismo verano a matricularse en un curso deleprologia dirigido a interesados en el servicio al tercer mun-do.

Cmintas veces el secreta de la humildad y la eficacia estaen saber jugar y reirse de uno mismo.

Como el Senor mencionara muchas veces Ia humildad sinexplicar en que consistfa, Ie interpelaron asf sus amigos:

-Senor, dinos que es la humildad, ensenanos a conseguirla.El Senor sonri6 como siempre que debfa hablar de algo

que Ie gustaba y les dijo:-;,Que es Ia humildad? ;,A que podre compararla? Es se-

mejante a una gotita de mercurio que sali6 de un term6metroroto. Quiso alguien cogerla para poseerla y se Ie escap6 de lasmanos; quiso verla bien y encendi6 una lintema, pero s610 viola luz que en ella se reflejaba. A pesar de no poderla atrapar,la gotita con toda seguridad estaba, pues se notaba su peso,con certeza estaba en algun pliegue del papel arrugado, peronadie pudo aprisionarla.

Asf el hombre humilde parece pasar desapercibido, pero de-ja una estela de Dios. Parece que por su fragilidad sera esclavi-zado, pero nadie llega a dominarlo. Y pas a al reves, posee unalibertad interior como nadie la tiene. Parece que no vale nada,pero su ausencia se hace notar. Nadie pretende solicitar de eluna entrevista, pero deja una huella despues de su paso quetodos notan. Y cuando les deja todos despues hablan de el.

;,Para que hablar mas de la humildad si nadie puede po-seerla del todo y cualquiera puede vivir humildemente y conello gozarla?

Nadie anadi6 nada, pero a pesar de ello no se sentfan cohi-bidos y constataron 10 que pasa con el humilde, que todos sesienten bien a su lado.

Discutfan los amigos del Senor sobre ventajas e inconve-nientes de tener fe, cuando Elles dijo:

-Tener fe es como recibir una linterna en una excursionnocturna. El paisaje no cambia al ser iluminado, pi disminuyeel cansancio por la marcha. Lo que pasa es que el que tiene lalirrterna ve mejor como es la espesura y camina con mas segu-ridad. El peso de la linterna Ie puede exasperar a veces, lassombras producidas hacerle imaginar feroces fantasmas, pero,afortunado el caminante que posea una linterna en su deambu-lar nocturno: iluminara con ella su camino y no caera nunca.

Despues de esto nadie se atrevio a decirle nada.

Se acerc6 un hombre maduro y Ie dijo:-Senor, tu nos ensenaste a orar, nos dejaste una magnifi-

ca f6rmula, que todos hemos elogiado, pero que, he de sertesincero, ami muchas veces no me sirve ...

-l.Por que dices esto? l.Que te imp ide rezar el Padre-nuestro?

-La falta de amor, el rencor que muchas veces siento, laindignaci6n que me domina ...

-Vamos aver, explfcame 10 que te pasa.- Tu no 10 sabes bien, pues tu 10 yes todo con ojos dife-

rentes. La vida de un cristiano actual es dura. Las competen-cias, las envidias, las ambiciones ... jEs intolerable! Los hom-bres son intolerables ...y ahora vas tu y nos dices: «Cuandooreis al Padre decidle: perd6nanos como nosotros perdona-mos». Te voy a ser sincero, yo no puedo perdonar tan facil-mente. Si se puede olvidar y no tener en cuenta e incluso amara aquel que por debilidad un dia te ha robado algo tuyo, aaquel que por una situaci6n de enfermedad 0 de fracaso vomi-ta su rabia contra ti, pero es mas diffcil perdonar a aquel quepor ambici6n no ha dudado en pisarte para pasar delante de ti,y me es imposible perdonar a los que ejerciendo un ministerioen tu Iglesia se aprovechan de su cargo para dominar e inclusoimpiden 0 dificultan la propagaci6n de tu reino, a los que te-niendo autoridad la ejercen en provecho propio y con su poderaplastan al pobre y Ie oprimen injustamente, a los que dicien-do que estan para servir buscan s610 su satisfacci6n. A tantos,Senor, yo no puedo perdonar ...

- Ya 10 se, amigo, a mf mismo me cost6 mucho mas per-donar a Herodes, a Caifas 0 a Pilato que a aquellos soldadosromanos que me crucificaron. Pero mi perd6n se extendi6 atodos.

-Yo no puedo perdonar como tu 10 hiciste, entonces,i,que debo hacer? i,rezo 0 no rezo el Padrenuestro?

-Pues si no puedes decirlo como yo os 10 ensene, cam-bialo un poco. Mi Padre no se enfadara si tu Ie dices: perdonamis pecados como yo quisiera perdonar, 0, perd6name comoyo deberfa perdonarlos, 0, perd6name como yo deberfa saberperdonar. ..

Reza el Padrenuestro y repasa la gramatica y cambia elverbo y busca sin6nimos ...Y no te preocupes demasiado. Nun-ca llegaras a orar bien. Mi Padre tiene bastante con que se Ierece sinceramente.

Habia un grupo de los amigos del Senor a los que los de-mas les llamaban «los tecnicos»; ellos decfan en plan de bro-ma que eran los descendientes del cientifico discfpulo Tomas.En cierta ocasi6n discutian sobre las situaciones ,mas agudasde crisis espiritual, en las que el hombre todo 10 ve tan negroque parece que la unica salida po sible sea el suicidio.

El Senor les hab16 asi:-Un dia el hombre se propuso atravesar en navio el Polo

Norte. Era una empresa arriesgada principalmente por dos mo-tivos: el casquete polar esta cubierto de hielo y por estos luga-res la aguja magnetic a es inutil. El paso deberia hacerse ensubmarino, nuclear para mas senas. Deberia abrirse paso entrela parte inferior de los bloques, aprovechando las fisuras yevitando chocar contra las aristas y contra las duras paredes.Deberia efectuar calculos complicados de rumbos y distanciasy no pudiendo constatar nada, absolutamente nada. Al subma-rino no Ie llegaria ni la luz ni ninguna otra senal exterior co-mo la radio 0 el sonido. Todo era silencio, vacfo, ausencia devida, obscuridad. Pero el coraje humano y la ayuda de los ul-trasonidos permitieron triunfar en la hazana. El «sonar» s6lodaba senal cuando encontraba un obstaculo, decfa unicamentehacia d6nde no deberia irse, d6nde no se deberia tocar. Y conesta sola informaci6n el submarino lleg6, atraves6 y finalmen-te emergi6 mas tarde a la superficie.

Asi el hombre, en momentos obscuros, que son comun-mente momentos heroicos sin saberlo, debe mantener la fideli-

dad a unos preceptos conocidos, con coraje seguir los manda-mientos aceptados, renunciar a abandonarse y perderse. Y sa-ber que, mientras es fiel, aun cuando no 10 note, avanza espiri-tualmente. Aun cuando nada Yea, aumenta su fe. Y es mayorsu merito y su gracia ante mi Padre.

Y luego, con ironia y sonriendo, afiadio para todos:-El que tenga conocimientos para entender, que aprenda,

y el que no los tenga, que sepa que la fe a veces es solo fideli-dad.

La imagen de la fe como una linterna habia satisfecho porun momenta a los amigos del Senor pero volvieron estos adiscutir, pues no comprendian como hombres de mucha fe,con enorme bagaje de estudios teologicos, cometian a vecesridiculas y aplastantes equivocaciones. El Senor quiso anadiralgo a 10 de dias anteriores y les dijo:

-Pobre caminante si con su linterna ilumina la lejania so-lamente, si Ie sirve para alumbrar las copas de los arboles perono la inclina hacia el suelo. Ciertamente que no chocara contraningun obstaculo de arriba, pero facilmente puede tropezarcon cualquier piedra del camino y caer de bruces. Ocurre aveces que es mas util un humilde candil en las noches obscu-ras, que un potente foco mal orientado que deslumbra y defor-ma la vision.

Decfa todo esto el Senor refiriendose a la fe sencilla de lasviejecitas que es casi solo oracion confiada en contraposiciona la erudicion sabia que es fabrica de libros para estanterias yverborrea desbordante en conferencias de cfrculos para inicia-dos.

Se regocijaban todos recordando esta nueva parabola porla noche cuando a la hora de cenar solo disponian de una hu-milde vela.

EI Senor no queria que sus amigos fuesen calculadores, ael Ie gustaba ser derrochador a la hora de hacer el bien. Undia de primavera en el que se habian cobijado resguardandosede un chaparron les decia:

-Debeis aprender de la lluvia que cae en abundancia delas nubes; a nosotros nos parece que corre toda resbalando porel suelo, pero no es as!. Empapa la tierra en todos sus intersti-cios y por eso vereis como todo esto pronto estara repleto deflores, y la que sobra, corre hacia abajo, no se pierde, pues serecoge en pantanos para fecundar mas tarde otras tierras.

Que vuestra generosidad sea abundante, desbordante, y asidareis frutos no solo en vuestro entomo, sino que llegara maslejos de 10 que nunca hubieseis imaginado.

Acordaos bien: nunca debeis regar con cuentagotas.

Aquella temporada les dio por discutir sobre la fe a losdiscfpulos del Senor. Las mujeres afirmaban que se experi-menta mas felicidad al hacer un descubrimiento y al iniciaruna nueva amistad si uno se siente sumergido en la mirada delSenor que si esta alejado de su presencia. Los hombres no esque quisieran prescindir del Senor (l,adonde irian si solo el tie-ne palabras de vida eterna?), pero defendian queen el arte 0

en la tecnica era mas diestro el ateo que vefa la realidad sinmediaciones, que podrfa manipularla con mayor libertad yplasmar con totalindependencia, en cambio el creyente siem-pre esta condicionado por los dictados de su fe que puedenmodificar su vision 0 coartar su ejecucion.

Aquel dia el Senor estaba de muy buen humor e intervinocon un ejemplo inesperado.

-Habfa en un lugar dos hombres de buen apetito e inme-jorable paladar. EI uno se encerro solitario en su apartamentoy saboreo unos fiambres y una comida preparada que tenfa enel frigorffico, amen de conservas enlatadas que guardaba en sudespensa. Todo era de la mejor calidad, bien guardado y pos-teriormente comido y disfrutado.

EI otro hombre era amigo del «chef» de un afamado res-taurante. Acudio un dfa a su domicilio particular, pues Ie ha-bfa hecho una invitacion muy personal. Acompano a su amigoen la preparacion de las viandas, observo su coccion, supo delas calidades de los condimentos, de efectos y variedades delas especias que anadfa. No Ie oculto ningun truco que el pu-

diera aprender. Y despues de aderezado todo se sentaron a lamesa para disfrutar del yantar.

l,Cmil de estos dos hombres creeis que disfrutaba mas dela comida? l,Cual de los dos tendra mas perspectivas de con-vertirse en un buen «gourmet»?

Con esta ins6lita parabola eEl nunca hablaba de la buenacomida, sencillamente se alimentaba) estaba afirmando que lafe nunc a es contraria al humanismo.

9. l,EI Senor se enamor6?

Flotaba en el ambiente una pregunta que nadie se atrevia aformular. Por fin uno Ie dijo un dia:

-Dicen las mujeres ...bueno, tambien los companeros estaninteresados en saber. .. en una palabra: tu, Senor, l,tti enamoras-te alguna vez?

El Senor que sabia cminto esfuerzo habia supuesto atrever-se a hacerle esta pregunta contest6 complaciente:

-Cuando yo era joven las cosas se hadan de otra manera.En llegando a la juventud, las familias establedan un com pro-miso para sus hijos. El chico y la chica 10 aceptaban comoahora el ir a la escuela que los padres han escogido. Se reci-bia a la otra persona y se Ie era fiel y en esta fidelidad nadael atractivo fisico y el hechizo emotivo y la comunicaci6n per-sonal. Todo esto que ahora llamais enamoramiento se fraguabaen un clima de lealtad. Despues venia la aportaci6n de bienes,la construcci6n 0 compra de la casa y por fin la fiesta al finalde todo. Primero el matrimonio, despues la boda. Mis padresfueron muy felices, os 10 aseguro.

Como yo escogi el celibato no vivi ninguna de las otrasetapas, igual que no tuve propiedades, ni palacios, ni tierras,ni barcas, ni caballos ... Al morir ni siquiera tuve una tunica ...

No olvide alas mujeres, no, las atendi, las considere enextremo. Y las escogi como colaboradoras en nuestros afanes.Ya os hablare algun dia de todo esto.

Se vio en la mirada de las mujeres un gran interes por eltema, pero nadie se atrevi6 a pedirle que continuara.

El Senor les decia a los que siempre temfan quedarse sinnada para ellos y les gustaba controlar su generosidad:

-Si tienes en tu casa dos sillas y en una te sientas tu y laotra la guardas sin ofrecersela a tu pr6jimo, llegani un dfa quelas sillas estaran carcomidas y, apenado, constataras que nuncahas podido reclinarte a descansar en el sofa de tu vecino.

Y les decia tambien:-Un dfa la llama se qui so guardar para sf la luz que de

ella se desprendfa y aquel dfa la llama se extingui6 y muri6del todo.

Despues de visitar a un enfermo recordaban y comentabantodos la mirada temerosa, con que este los miraba. Una chica,companera en las lides del Senor, que habfa quedado particu-larmente impresionada, Ie dijo entonces:

-Maestro, - a ella siempre Ie gustaba llamarlo 'asf - i,noserfa mejar que el hombre se muriera sin saberlo? i,No es me-jar la condici6n del animal que ignora que desde el dfa de sunacimiento va camino de la muerte?

EI Senar comprendfa toda la angustia que habfa en aquellapregunta y por eso sus primeras palabras pretendieron ser deconsuelo.

- Tambien yo experimente ese tedio en grado sumo, fuetal mi panico a la muerte que sude sangre la noche que la vipr6xima y dame pidiendo que se me privara del tormento, pe-ro afortunadamente para vosotros, no fui atendido y asf en midolor hallais consuelo ...

Prosigui6 entonces con la mirada puesta en todos.-Lo que el hombre teme es el misterio que hay al otro la-

do dela muerte. Yo no puedo revelaroslo, tampoco estais aho-ra capacitados para entenderlo. Pero que haya paz en vuestrointerior, a mime encontrareis al otro lado de la muerte.

Y entonces, sonriendo, empez6 a decir:-Un ingeniero conect6 un dfa con una multinacional japo-

nesa lfder en el ramo de la alimentaci6n. Despues de los pri-meros contactos lleg6 a una decisi6n: debfa acudir a la casamatriz del producto que pretendfa fabricar en su patria parafamiliarizarse con la tecnologfa de la empresa.

Por aquel entonces un viaje al Jap6n era algo asi comoahora una salida extraterrestre. Que si la lengua japonesa es-cribe ideogramas, que la gente en la mesa no utiliza cubiertossino inc6modos palillos, que la moneda es pequena en si perode fuerte aprecio internacional...Y, para dramatizar mas, elviaje se hada sobre el enigmarico Polo Norte ...

Aquel hombre, cada vezque recibia una carta del «productmanager» urgiendole el viaje, se ponia al borde del infarto.

l,Que haria al aterrizar en un pais tan extrano? l,C6mo lle-garia hasta la factoria desde el aeropuerto? l,C6mo lograriamoneda del pais si se Ie acababan los pocos d6lares que el go-bierno Ie autorizaba a sacar? l,C6mo se dirigiria al taxista?

Aunque comprendia que eran cuestiones minusculas encomparaci6n con la gran misi6n cientifica y tecnol6gica quellevaba, eran estas sus grandes preocupaciones al partir.

En cuanto subi6 al avi6n pens6: quien estaba interesado enque acudiera seria quien resolveria sus problemas y, sobre to-do, Ie haria compania.

Y nuestro protagonista lleg6 al Jap6n y nada mas pasar lapuerta de control de pasaportes vio a un hombre can un cartelque deda: «Sr. Garda iBienvenido! Aqui Yakakoto». Somien-tes los dos se acercaron y se saludaron efusivamente, dentrode 10 efusivo que puede ser un japones. Aquel fue un bueninicio, pres agio de una feliz estancia posterior.

Al otro lade de la muerte estoy yo, que os conozco, y aquien vosotros conoceis un poco. Igual que vosotros tuvehambre y tuve sed, dormi, rei y Hore y, 10 que es mas impor-tante, comence un proyecto que vosotros todavia continuais.Tened pues confianza, sois mis amigos, yo os espero, no te-mais nada.

Por unos momentos todos saborearon aquel anticipo de fe-licidad eterna y dejaron de temer a la muerte.

Uno de los compafieros estaba especialmente abrumado,tenfa un mal dfa, 0 una mala temporada, segiin eL Todo se Iehundfa. Como era notorio para todo el grupo y la convivenciaresultaba inc6moda, se 10 comentaron al Senor.

El Maestro sonri6, el sf que estaba aquel dfa de buen hu-mor, pero no por ello puso un tono ir6nico en el comentario,pues tambien habfa pasado por esta triste experiencia y cono-da bien 10 doloroso de la situaci6n (<<hombresde poca fe»,«generacion maldita», «l.hasta cmindo?», eran expresiones quehabfa dicho en tamafias circunstancias). Asf que les dijo:

-l.Que haceis cuando un dfa allevantaros veis que lluevetorrencialmente? l.Decidfs dejar de hacer todo 10 que tenfaisproyectado? l.Estareis seguros de hacer todo 10 que tenfais pre-visto?

Ridfculo serfa aquel que saliera a soplar hacia arriba paraque las gotas de agua subieran alas nubes. Iniitil llorar, pueslas lagrimas solo aumentarfan el caudal de las alcantarillas.Vosotros que teneis sentido practico, cuando llueve, desempol-vais el paraguas que yace en un rincon del armario y, ponien-do al mal tiempo buena cara, tratais de conseguir llevar a cabo10 mejor posible de vuestro programa establecido. Os sera im-posible hacerlo todo, pero algo conseguireis hacer y esto es 10importante.

Las tempestades del espfritu son las crisis. Su paraguas, lapaciencia, la distracci6n, la fidelidad, pero sobre todo, la mo-destia. Uno debe saber que no podra hacerlo todo, pero no por

ello ha de hundirse espiritualmente, ni caer en la histeria. De-be aceptar el chaparron con sencillez, hacer mientras tanto 10que buenamente pueda. Nunca tempestad alguna duro todauna vida y ademas, despues del aguacero, luce el sol y des-pues, con toda seguridad, brotan las flores.

-Oye, t6, wor que en mi casa me prohfben tantas cosas?Quien Ie hizo esta pregunta era una chic a atractiva y deci-

dida. Nunca Ie llamaba Maestro ni Sefior. Como raz6n para noutilizar el primer calificativo respondia que Ie recordaba Iasclases de Ias que ya estaba harta y el segundo, que las epocasfeudales hacia siglos que afortunadamente hablan desapareci-do. Pero Ie daba un no-se-que dirigirse a el por su nombre, asique tenia la astucia de emplear siempre los pronombres perso-nales. Los amigos adultos se reian de estas disquisiciones y alfinal, como siempre, cada uno se quedaba con la suya.

Insisti6 de nuevo:-i,Pero por que no puedo salir de noche y volver a la ho-

ra que me de la gana y ellos me obligan a volver antes de lasdoce de la noche? i,Por que me han prohibido irme a Londreseste verano con un amigo? i,Por que no puedo hacer «auto-stop»? Ya estoy harta de prohibiciones ...

-i,Que hiciste el dia que se te rompi6 el cable del freno?-i,Y esto a que viene? Anda, pues 10 lleve a arreglar, no

podia ir sin frenos por ahi...-i,Pero t6 10 que quieres es que tu moto corra mucho y

no se pare?-Hombre, pero si no tengo frenos no puedo parar.-Pues mira, asi como necesitas frenos en tu moto, tu vida

necesita un control. Tus padres son el freno de tu impetuosidad.-Pero es que se pasan. Si fuera por ellos yo no podria ha-

cer nada en la vida ...

- Tli sabes que los buenos frenos a veces se agarrotan yhay que llevarlos al mecanico para que los desbloqueen. Lospadres sf, a veces son demasiado exigentes, demasiado contra-rios a todo 10 nuevo, a todo 10 que ellos no tuvieron en su ju-ventud y se pasan de rosca al negaros todo 10 que desconocen.Por eso es tan importante que hableis con ellos. DeMis hacer-les ver que los tiempos han cambiado y que las posibilidadesde hoy son diferentes de las de antes. Pero para convencerlosdeben ver que vuestros frenos interiores funcionan perfecta-mente.

-l,Que significa esto?- Toda persona debe fabricarse en su interior, 0 mas bien

desempolvarlos porque ya los tiene, y mantener en buen uso,los frenos de seguridad del individuo, que son ni mas ni me-nos la simple conciencia. En realidad, los padres y los otroseducadores no deben ser mas que los instructores en este artede conducirse por la vida con acierto. Y en la vida, como enla carretera, un elemento fundamental de seguridad son Iosfrenos.

Pero sf, tli tam bien debes ser a veces educadora de tus pa-dres y cuanto mas los eduques con amor, mas personalidadtendras y ellos mas libertad te concederan.

- Tienes respuestas para todo, eres un sol.Le dijo esto mientras Ie daba un beso y marchaba contenta

a hablar con sus padres.El Senor tambien sonrefa complacido ...

Hablaban un dfa con el Senor de los muchos grupos, gru-pitos, comunidades, nucleos, movimientos, es decir, de tantascosas que hoy en dfa nacen, crecen y quien sabe que mas co-sas hacen. Y ese quien es mas bien nadie.

Entonces el Senor les dijo:-El reino de los cielos debe ser como una red que toda

ella esta hecha de nudos entrelazados. Si un nudo no esta es-trechamente unido a los demas, se engancha fuera e inclusohace peligrar la integridad de la red que puede rasgarse y poreso se corta y se tira. Pero si pende un trozo de cuerda sueltose anuda a otro cabo para que no haya un agujero. Y si sontres 0 cuatro las puntas, deben anudarse para mantener la es-tructura de la red. No me gustan ni los nudos sueltos, ni loscabos perdidos. Todo debe estar fntimamente relacionado. So-lo asf circula la necesaria comunicacion humana, solo asf llegami gracia fundamental para toda la comunidad, solo asf la ac-tuacion de un miembro en su entorno es eficaz.

Discutian acaloradamente unos amigos ya maduros (los j6-venes, ya se sabe, «pasan» de estas cosas). No estaban en nin-gun cafe, pero aquelio parecia una animada, apasionada y casiagria discusi6n de ateneo de otros tiempos. Como es evidentedespues de este preambulo, se hablaba de politica. Querian ytemian una intervenci6n del Senor sobre este tema. Deseabanque quedara bien claro quienes eran los vencedares y quieneslos vencidos en este terreno y diffcilmente una intervenci6ndel Maestro responderia a este su deseo. Elios bien 10 sabiany de aqui su temor.

Pero se acerc6 El y sin mediar palabra les dijo:-AI principio no era as!. En el paraiso no hubieran sido

necesarios los partidos politicos. Pero el pecado introducidopar el primer hombre y perpetuado por todos los demas hizonecesario el planteamiento politico, social y econ6mico de lacolectividad humana.

Yo no entiendo de politica. Me encontre dos veces con go-bemantes y no tuve palabras para elios. Uno era incapaz deaprender 10 mas minima; el otro quiso remontarse a terrenosfilos6ficos y hasta me pregunt6 que era la verdad. Pero no eraun hombre libre, como casi siempre pasa con el que tiene elpoder y el mando; su misma prepotencia Ie habia esclavizadoy par eso no Ie pude decir nada.

Ya os he dicho que no entiendo de politica, pero por 10 po-co que he oido hablar me hace mucha gracia el comunismo.Habia entre su gente, y quiza todavia queden, candorosos idea-

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listas que crefan en un posible igualitarismo economico uni-versal. Asf, a primera vista, parece un program a preparado pa-ra Adan y Eva en el principio de su existencia, por eso os hedicho que me hace gracia. Pero ignora la ambicion que en elhombre comunista, como en cualquier hijo de vecino, hay; lapereza, la vanidad individual. Las ignora pero no es capaz desuprimirlas y por eso en su seno no abunda la sonrisa franca.Este sistema facilmente se corrompe, se hace totalitarista y esabominable.

El capitalismo, en cambio, no es utopico, parece equilibra-do segun dicen, aprovecha los resortes interiores del hombre,la competencia, la ambicion, el afan de poseer, la exigencia deun rendimiento individual. Pero todo eso esta en la zona masinfectada de la persona y diffcilmente dara frutos de felicidadsi trata solo de explotar estas tendencias. Por eso 'se vuelveopresor de pueblos e individuos.

La sociedad es imperfecta y sera imperfecta siempre, peropuede ser mejorada. Los sistemas polfticos no tienen demasia-da importancia, 10 que importa es quienes son las personasque se sirven de ellos, 0 quiza deberfa decir las personas quesirven a ellos. Si tienen ambicion de poder, de dominio, deprovecho propio y de los suyos, sea clase, tribu, celula, parti-do 0 nacion soberana, los resultados con uno u otro sistema 0

con los sistemas polfticos que en el futuro se puedan inventar,serlin siempre pesimos. Si el deseo de los que tienen el poderes el de servir especialmente a los mas desheredados, a losmas sencillos, cualquier sistema, por simple que sea, sera vali-do y procurara felicidad.

Como en aquella otra ocasion vuelvo a decir: dad al Cesar10 que es del Cesar y aDios 10 que es de Dios. Pero os afiado:que vuestros moviles sean siempre el amor, la justicia y lapaz. La destreza polftica y el exito economico y social se osdaran entonces por afiadidura.

16. Los j6venes

Caminaba el Senor con sus amigos, cuando se cruzaroncon una pandilla de gente joven. El Senor se qued6 mirando-los atentamente, tanto se fij6 en ellos, que sus discipulos Ie di-jeron con cierta soma:

-Senor, l,no te tomaras en serio a todas esas quinceaneras?El Maestro les contest6 pensativo:- Vosotros no os tomais en serio a los j6venes. A 10 su-

mo de vez en cuando organizais un encuentro que conde scen-dientemente llamais de adolescentes (sin daros cuenta que es-te calificativo a ellos les horroriza y no 10 emplean nunca).Creeis que estas reuniones deben ser livianas de contenido ybulliciosas de estructura. «No da para mas su edad», senten-ciais juiciosamente. Y algunas y algunos acuden, ya estanacostumbrados a vuestra falta de confianza hacia ellos yaceptan sin queja 10 poco que les ofrec€is. Por otra parteacostumbra a ser gente poco afortunada en sus relaciones so-ciales 0 en un parentesis emocional de su vida y en estascircunstancias cualquier oferta puede ser valida.

Pero es otro el proceder del enemigo. El sf cree en la ca-pacidad y madurez de los j6venes, en la eficaz corrupci6n delos adolescentes (el nunca los llama asf, pues, «que grande serjoven» die en los anuncios); acecha y prepara su jugada astuta-mente.

Venid a mf - les dice - los que acabais de descubrir quesois libres y todavfa nadie ha sido capaz de destruir vuestra li-bertad. Vosotros, los que estais llenos de vida y no quereis po-

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nede ningun freno, ahara que podeis disfrutarla. Acercaos, be-bed «cubatas», ron, whisky 0 cualquier otro alcohol de vues-tro gusto. Vuestros labios se humedecenin con placer y vues-tras gargantas engullinin satisfechas. En vuestros encuentrosaspirad con frenes! el aroma de un porro y as! alegrareis vues-tras veladas y vuestra intima uni6n aumentani de tono. No ospriveis de nada, aprovechaos ahora que sois j6venes, no seaismasoquistas.

El sexo es vuestro y s610 vosotros debeis decidir c6mo dis-frutarlo. No 10 adarmezcais, en vosotros mismos con el teneisla mejor fuente de placer. Es un placer penetrante e inmenso.

Vuestro templo sera la discoteca, vuestros dominios las ca-lles. S610 vosotros debereis establecer vuestras fronteras y po-ner los lfmites a que querais someter vuestra existencia. Nohagais caso de las presiones de los adultos, que c,on ello nopretenden mas que vuestro sometimiento, vivid vuestro pre-sente en plenitud. Huid de quienes os quieren mantener enperpetua infancia.

Conmigo gustareis experiencias llenas de plenitud. Irrepeti-bles encuentros, maravillosas sensaciones. Os 10 aseguro, osconvertireis en gente madura, impartante en corrupci6n.

Pasara el tiempo y el enemigo los abandonara, ha hecho unbuen trabajo y ya no hay que preocuparse mas. Son j6venesde edad e inexpertos. Todo el mundo se 10 dice y ya estanhartos, pero al menos en maldad ya estan maduros y no habranecesidad de ulterior dedicaci6n. De ahara en adelante ningunatractivo encontraran en aquellos que les inviten a unas «con-vivencias juveniles» donde deberan hacer algun dibujo mas 0menos soso, representar una estupida historieta 0 efectuar unaaburrida visita cultural con cuestionario previo. Les permitirancualquier cosa excepto ejercer su autentico protagonismo, suposibilidad de ser heroes, forjadores originales de una historianueva.

A los que se han colgado el titulo de educadores les resultamuy diffcil tomarse en serio a los «quinceafieros», confirma-dos muchos de ellos en la fe por un sacramento que les da

fuerza si a el se la exigen, pues continua en su interior vivitoy coleando. No los creen capaces de hacer algo importante.Como maximo podnln ser difusores de propaganda de algunacampafia rimbombante. Podnin discretamente pintar algun mu-ral 0 entonar ordenadamente alguna canci6n de protesta.

Pero yo, que soy el Sefior, continuo pensando que es im-portante ser joven. Como 10 pense cuando elegf a tantos queposteriormente me dijeron que sf y trabajaron tan ardiente-mente por mi reino. Por eso escogi a aquel chaval entusiastaque se llamaba Juan para que me acompafiara en el calvario,adolescente inmaduro Ie llamarfan muchos, pero fue testimo-nio de esperanza para mf y para mi madre. Y j6venes tam bienfueron Juana de Arco y Teresa de Lisieux y Maria Goretti yDomingo Savio. Todos ellos alegran mi reino y 10 llenan dealborozo, pues ya sabeis 10 que se dice: un santo triste es untriste santo.

-Menos mal que has acabado diciendonos que en el cielose esta bien, pues nunc a te habfamos ofdo hablar con este tonotan apocalfptico, Ie dijeron los discfpulos.

El Sefior sonri6 y volvi6 a mirar a la pandilla. Parecfa querecordara su juventud.

17. La esperanza

Estaban aquel dia los compafieros del Sefior algo mustiosy queriendo animarlos, les hablaba de la felicidad que Ie esdada al hombre y como se consigue esta en gran parte vivien-do en esperanza mas que en posesion. Se adelanto entonces unhombre de mediana edad, enjuto y de voz recia, uncasteHanoviejo en una palabra, y sin mas preambulos Ie espeto:

-Maestro, z,que es la esperanza?Sonrio el Sefior al oirlo y, como ocurria tantas veces, sin

darles una definicion de enciclopedia les explico la siguientehistoria:

-Habia un hombre en mi pueblo que se despertaba cadamafiana ilusionado, pues al mediodia pas aria el cartero y quizaIe traeria una carta de un amigo olvidado 0 la de un familiarque Ie recordaria con carifio etapas entrafiables de su infancia,o tal vez Ie llegara la comunicacion de un ascenso profesionalo de un aumento de sueldo 0 a 10 mejor la confidencia de uncompafiero timido incapaz de comunicarse de otra manera ...jPuede ser tan importante una carta! Una carta puede cambiartoda una vida.

En medio de ensuefios e ilusiones pasaba la mafiana en suprosaico quehacer de cada dia y luego, nerviosamente, abria elbuzon en la porteria. Y la Have no Ie entraba y miraba impa-ciente por la rendija de la mirilla y una vez abierta la ventani-lla tomaba con avidez los sobres de las cartas personales y losseparaba de los impresos y revistas y leia precipitadamente lascartas y gesticulaba alegre 0 triste, segun su contenido, y,

cuando comprobaba que no Ie llegaba la que el con mas impa-ciencia esperaba, se decfa para sus adentros:

-j Ya llegara manana! Funciona tan mal hoy en dfa el co-rreo ...

Otro hombre de mi pueblo pasaba de largo sin mirar si-quiera al buz6n, s610 cuando rebosaba hasta reventar de pape-les, revistas y folletos de detergentes y supermercados, deofertas de colecciones de libros a plazas, s610 entonces se dig-naba abrirlo displicente. Y al comprobar que todo 10 que con-tenfa era publicidad decfa desdenoso hacia el buz6n:

-jQue bien! Hoy no hay cartas, asf me ahorro el contes-tarlas.

Pregunt6 entonces el Senor:-i,Quien crees tti que tiene esperanza?-Aquel que ilusionado revisa diariamente su correspon-

dencia, Ie dijo el otro.-Has respondido bien, Ie dijo el Senor. Vete pues a tu ca-

sa, toma papel y bolfgrafo y empieza a escribir a tu madre y atus amigos, a la nina que llen6 de ilusion tu adolescencia y atu abuela que ni siquiera podra leer tu carta, pues hace anosque se ha quedado ciega. Aumentaras asf la felicidad de otrosy empezara tu cuenta atras, pues ya faltara menos para que re-cibas su respuesta y por ello empezaras a ser un poco mas fe-liz. Cuantas veces la dicha de un hombre es solo cuestion deuna carta. Por eso hoy en dfa tanta gente que ha perdido el ha-bito de escribir cartas sufre la monotonfa de su existencia.

Un dfa se acerc6 al Senor un joven y Ie dijo:-Maestro, tU dices muchas veces que es necesario orar y

que hay que hacerlo con frecuencia (,No resulta esto imposi-ble? La vida diaria exige muchos desplazamientos y hasta lasiglesias estan cerradas. (,No yes que ni tenemos sitib ni tiempopara orar? ..

EI Senor vio que no habfa mala intenci6n en la pregunta.Los ojos del chico traslucfan sinceridad y candor. Por eso enun tono carinoso Ie dijo:

-(,Que hacfas cuando te enamoraste de Toni?-Cantaba todo el dfa aquello de «Ay mi morena, morena

clara ..».-(, Y que te decfa tu madre?-jCalla! Eres mas pesado que un moscard6n.-(, Y Ie hacfas caso?-iQue va! Cantaba en voz baja y me gustaba ofrme inte-

riormente. Asf me acordaba mas de aquella chic a, mi primeramor. .. (,Pero que tiene que ver todo esto con la oraci6n?

-E1 amor de Dios es como un enamoramiento, 0 debe seras!. La oraci6n como un canto ardiente de juventud ... te metesla canci6n en 1a mente y permanece contigo todo el dfa si tu10 deseas ...

Hay much as canciones que expresan nuestros sentimientoshacia Dios, unas son a1egres, otras serias, de siiplica a1gunas,tristes para los momentos de depresi6n otras ... Escoge la quemejor responda a tu momenta 0 a tu ansia, y repftela unas

cuantas veces como si fueras un disco rayado, hasta que Ie sa-ques gusto a la melodia. Poco a poco el cerebro que dirigiatus labios se vera dirigido por esta (a 10 mejor te sorprendescantando en voz alta) y de los labios 0 del cerebro pas ani alcorazon. Los problemas del momenta te distraenin seguramen-te de tu suplica, algo inmediato podra acaparar momenta-neamente tu atencion, la melodia entonces podra extinguirse,pero cuando la interrupcion se acabe, la cancion volvera a tumente y los labios la volveran a repetir y tu corazon vibrarade amor, dolor 0 esperanza.

El Senor no quiso decide nada mas y el entonces cogi6 dela mana a su chic a y marcho alegremente cantando y saltando.

El Senor dijo satisfecho a sus amigos:-Mi corazon tambien salta y se alegra con ellos. jQjala

que lleguen a viejos cantandoL ..

Iban hablando sobre cosas generales, cuando se les acerc6un hombre de edad intermedia, agil y decidido en su porte, yIe dijo con aire de preocupaci6n:

-Senor, tu hablas de amor al pr6jimo, pero yo paso mi vi-da encerrado en mi coche y los fines de semana los dedico ex-clusivamente a mi familia, asi que tengo la sensaci6n de quetus planes de amor no puedo conseguirlos.

El Senor sonri6 con carino, pues se veia claramente en elrostro de aquel viajante que era un hombre sin entretelas. Sa-bia algo el Senor de desplazamientos y viajes, asi que Ie con-test6 con cierta picardia en la mirada:

-El amor es sobre todo una actitud, una mirada interior.A veces una simple sonrisa tranquiliza al que es observado yIe llena de paz. El buen conductor, aventajado discfpulo delReino, es aquel que pacientemente aguanta estar encajonadoen una caravana de coches que avanza lentamente, que aceptaun atasco ciudadano sin increpar al guardia que regula la cir-culaci6n y no sabe dar fluidez al trifico, que al encontrarse uncami6n de longitud por la carretera y querer adelantarlo sienteadmiraci6n por el conductor que hace grandes trayectos den-tro de una inc6moda cabina. El buen conductor que quiere lle-nar su existencia de amor no desprecia la lenta maniobra quehace la mujer velando la seguridad y tranquilidad de su nino,el que frena ante la presencia en la calzada de un perro, el querespeta la senal solitaria en un paraje abandonado simplementepor disciplina, el que atiende amablemente al que ha sufrido

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una averfa 0 se ofrece a colaborar con los guardias cuando pa-sa junto a un accidente. El buen conductor, celoso cumplidordel mandato de amor, aparca ocupando el mfnimo espacio ydejando el maximo libre para los demas aunque suponga unascuantas maniobras del volante y del cambio de marchas y else sienta rendido por la intensidad de la jornada ... l,Has en.'IIIil-dido bien como puedes amar desde dentro del coche?

-Sf, Senor, Ie respondio satisfecho.-Pues anda, vete tranquilo y ademas los dfas de lluvia

conduce dentro de la ciudad lentamente para no salpicar a lospeatones, y en el reino de los cielos dispondnis de un helicop-tero con mando automatico, despegue y aterrizaje sin proble-mas y simulacion de horizonte artificial para poder atravesarnubes sin peligro. Esto ultimo 10 dijo el Maestro sin disimularuna sincera carcajada.

20. Los despertadores

En el reino de los cielos pasa como 10 que les ocurrio ados negociantes de muy distinto talante que vivfan en mi pue-blo. Os 10voy a explicar para que aprendais a ser precavidos.

Estos dos hombres tenfan cada uno un despertador, perocomo ambos estaban en situacion social bien difeiente los re-lojes tambien eran distintos.

El negociante rico tenfa un cronometro suizo electronico,regulado por cristal de cuarzo, que guardaba en su memorialas fechas de las onomasticas familiares, de los perfodos deobligada declaracion de renta, de renovacion del DNI, del pa-saporte y del permiso de conducir. Todas estas eventualidades,asf como la de despertar por la manana, 10 hacfa mediantesuave y selecta musica clasica 0 estridente rock heavy a elec-cion del consumidor.

Cerca de el vivfa un modesto negociante que utilizaba unviejo despertador de los tiempos de su abuela, el aparato seadelantaba cinco minutos cada dfa, su funcionamientoevidentemente era mecanico y por 10 tanto todas las nocheshabfa que dade cuerda 10 cual era todo un rito de la liturgiafamiliar.

Ambos negociantes tenfan en comun la costumbre de escu-char cada manana las noticias para estar enterados de como sepresentaba la manana en el orden economico. Una madrugadaanunciaron la inminente quiebra de la entidad financiera masimportante del pafs. El sencillo negociante que se habfa des-pertado por el estrepito de aquel viejo reloj que parecfa un ori-

nal tuvo tiempo de retirar su capital oportunamente y conti-nuar sin contratiempos sus negocios. Pero el despertador deaquel ricacho no son6 aquella manana, pues precisamente encircunstancia tan inoportuna se habia extinguido la potenciaelectric a de la pila y el durmi6 sin saberlo hasta mediodia. Seenter6 de los rumores en cuanto sali6 a la calle, acudi6 al ban-co y sali6 apesadumbrado pues ya no quedaban fondos para ely se arruin6 por el simple motivo de no haber llevado unexacto control del estado de la pila de su valioso reloj.

En el reino de los cielos, dice el Senor, pasa algo semejan-te. El despertador del individuo es el examen de conciencia ya esta hay que controlarla. Existen personas que se someten atests psicotecnicos de prestigio, examenes neuro16gicos de tec-nologia avanzada, electrocardiogram as peri6dicos, controlesremotos de respuesta instantanea a determinados estimulos.Pero nunc a antes de ir a dormir hacen un sencillo examen deconciencia y como tampoco confiesan sus pecados han olvida-do esta excelente practica de vida espiritual. Y el resultado deesta carencia es que un dia se encuentran con que fall an en lafidelidad matrimonial, con el progresivo amor al dinero queles hace despreciar a la persona humana, con la glotoneria 0 elalcoholismo irreversible -ya se sabe hoy todo el mundo diceque la gastronomia es cultura y asi empiezan tantas desgra-cias-, con el disfrute desordenado de toda clase de placeres-pues uno no puede ser un reprimido ni un masoquista-, conla perez a total para todo esfuerzo noble, -no hay que olvidar10 importante que es saber relajarse, se dice para sus aden-tros-, con 10 que el egoismo ha invadido toda su vida ... jContantas quiebras fraudulentas se encuentra la persona que nohace examen de conciencia!

Todos se dieron por aludidos y cada uno procur6 «esca-parse por el foro» como pudo.

Llego un dfa una mujer agitada y Ie dijo al Senor:-Maestro, estoy totalmente deshecha, soy ama de casa y

madre de cuatro hijos que me dan mucha guerra, colaboro enla catequesis de la parroquia, tengo una hermana que sufre unaenfermedad atroz, todo el dfa estoy rezando y ya no puedomas. jEstoy harta del todo!

-Pues deja de rezar, Ie dijo el Senor. Y sal de excur-sion como hacfas antes y coge flores y canta y salta por elmonte.

Los ojos de aquella mujer expresaron todo el asombro queIe producfan aquellas palabras del Senor. i,Es posible que Iedijera que no rezase? i,Era esto exactamente 10 que Ie pedfa Elque era el mejor maestro de vida espiritual?

El Senor, viendo que como tantas veces no era comprendi-do, entorno Ios ojos mientras explicaba Ia siguiente historia:

-Una buena mujer, cuarentona y soltera por mas senas,marcho un dfa de viaje a Rusia. Entre la multitud de sobrinosque la familia Ie habfa concedido habfa una criatura que era lanina de sus ojos, una chiquilla vivaracha y juguetona de ape-nas seis anos y que para colmo era su ahijada. Para ella com-pro un juego de aquellas munecas que se meten encajadas unaen otra, matriuscas me parece que las llaman ... Al volver delviaje Ie entrego el regalo, la nina Ie dio un beso e inmediata-mente se fue con Ias munecas a jugar a su cuarto.

Cuando acabo la visita, la madre de la criatura querfa dealguna manera justificar 10 que Ie parecia habfa sido falta deeducacion de la nina al ausentarse y no aparecer en todo elrato. La madrina sonrio, aquel «gracias, tfa» Ie habfa sidosuficiente, pero accedio a la insinuacion de la cunada y fue-ron ambas a observar 10 que hacia en el cuarto de los jugue-tes. Encontraron a la nina sentada en el suelo con las mune-quitas dispuestas como en una escuela donde la mas grade erala maestra y las otras sus alumnas. Levanto la cabeza, sonrioal mirarlas con ojos de inmensa alegrfa y continuo jugando.

La buena mujer se fue satisfecha.-Me voy contenta, veo que el regalo Ie ha gustado mu-

cho, tanto que ni nos ha hecho caso.-l.Entendiste el relato, amiga mfa?, Ie dijo el Senor.Mi Padre con amor ha puesto las gencianas cerca de las

cumbres, las golondrinas en el aire, los petirrojos en el bos-que, las ardillas en los pinos, los edelweis entre la nieve, lospequenos y delicados helechos en la umbrfa de los caminos.Mi Padre ha hecho la amistad, el enamoramiento, el abrazofraternal y el beso. Mi Padre dio dulzura a la flauta, ternura aloboe y solemnidad al organo. Amiga mfa, quiere mucho a tumarido y sele fiel, cuida a tus hijos con amor, educalos bien,desvelate un poco por tu hermana y dejala en manos de losmedicos para curar su enfermedad, pero no dejes tambien desalir, disfruta de la vida, canta, baila y juega. Mi Padre me en-vio no solo a ensenar una doctrina, sino sobre todo a ensena-ros a ser felices. EI mismo es feliz cuando ve a sus hijos dis-frutar de sus dones. Si sigues mi consejo, alejaras de ti el in-farto, la ulcera de duodeno y las neurosis y, 10 que es mas im-portante, cuando te encuentres con mi Padre, te recibira conlos brazos abiertos, te besani y te invitara contento a entrar enel reino.

Eso de estar siempre rezando sin un momenta para dormira pierna suelta, sin distraerse cultivando unas flores, sin pase-arse cantando, sin salir a cazar 0 a pescar, ni yo mismo, quesoy el Senor, 10 hice.

Los amigos del Sefior no salfan de su asombro, ellos que1a habfan clasificado como una histerica solterona de 1a quepasaban olfmpicamente, vieron c6mo 1a abrazaba y 1a despe-dfa con carifio y ella marchaba con 10s ojos inundados de 1a-grimas rebosando felicidad. Cuando ya se perdia a 10 1ejosvo1vi6 a llamarla a gritos:

-No te olvides de rezar de cuando en cuando, pero nopretendas rezar siempre. Y duerme bien.

Despues dirigiendose a sus amigos afiadi6:-La oraci6n es un ejercicio espiritua1, pero tam bien una

actividad cerebral. Y hay que cuidar 1as neuronas que son in-capaces de reproducirse, agreg6 con picardfa.

A 10 1ejos 1a mujer se habfa vuelto apenas y refa satisfe-chao

Se hacfan un lio los companeros del Senor queriendo defi-nir la fe y comparandola con otras creencias religiosas de loshombres. Unos eran sabios intelectuales y otros, sencillos ope-rarios. Contrastaban sus opiniones y no dejaban de tildarse defanaticos 0 de cerebralistas, segun quien fuese el que hablaba.

El Senor, que querfa ayudarles, les cont6 la siguiente histo-rieta:

-Un hombre tenfa un amigo boticario, era versado en far-macologfa en .grado sumo y persona enterada de los ultimosespecfficos que salian de los mejores laboratorios de cualquierparte del mundo; medicinas que siempre consegufa tener in-mediatamente despues de su aparici6n en su oficina de farma-cia. Era tambien generoso y facilitaba gratuitamente los espe-cfficos a los suyos. Su amistad era una ganga, pues uno en-contraba de balde el remedio a cualquier mal.

Otro hombre de la misma localidad era fntimo amigo deun viejo galena rural. En su maletfn de urgencias llevaba po-cas drogas y de su recetario salian antiguas y bien probadasf6rmulas magistrales, sin renunciar a los ultimos adelantos dereconocido y efectivo resultado, sin efectos secundarios queperjudicaran mas que 10 que pretend fan curar. Nadie por sucausa sufrfa un empacho medicamentoso. Nuestro medico erahombre de facil dialogo, cordial trato y atenta conversaci6n. Asu lado uno se sentfa segura y sus remedios, si no siempreeran de resultados espectacularmente nipidos, nunca producf-an danos indeseables.

Enfermo el primer hombre y la alta fiebre que sufrfa Ie im-pidio acudir a la farmacia y la benigna afeccion respiratoriadel principio se convirtio en insuficiencia cardfaca con el ede-ma pulmonar subsiguiente. Este cuadro clfnico se concluyo encolapso y el correspondiente entierro.

El dfa del sepelio el farmaceutico deefa lamentandose:-Que tonto fue. Precisamente he recibido estos dfas un

antibiotico de reciente sfntesis, que actua simultaneamente so-bre ambas vlsceras con resultados satisfactorios seguros. Perocomo no me habfa dicho nada ...

El otro hombre envejecio junto a su medico. Este buenprofesional y amigo captaba al primer saludo el estado de sa-Iud del companero, el cual noblemente se dejaba aconsejar yera fiel cumplidor de sus avisos. Un dfa Ie ofreefa galantemen-te una infusion de hierbas que muy bien substituirfan al cafeexcitante y a la copa alcoholica de cada dfa. Otro Ie instrufasobre los peligros que representaba para el sistema circulato-rio el abuso de las grasas de origen animal, otro Ie hablaba delos efectos perjudiciales de la humedad y de los esfuerzosmusculares, de la debida parquedad en el uso de la sal, etc. Yasf hablando amigablemente habfa logrado que dejara de fu-mar, que no trasnochara en exceso, que los licores fueran lujoexclusivo de Navidad, cumpleanos y Pascua y, sin caer en lahipocondrfa, el buen hombre vigilaba su salud con el mismoesmero que controlaba el nivel del aceite en su coche.

-i,Quien creeis que gozaba de mejor salud y logro maslarga vida?, dijo el Senor.

Le conte staron unanimes:-El segundo.-Muy bien, pues yo os recordare que la vida espiritual es-

ta cimentada en la fe, pero no consiste en leer y saberse dememoria estanterfas Benas de libros teologicos. El mejor teo-logo soy yo, no 10 dudeis, y en las crisis, en las dudas, en lasnoches obscuras del alma, soy yo quien conoce el remedio. Sede grandes teologos que se ofuscaron ante un imprevisto nue-vo problema y abandonaron sus creencias anteriores en preci-

pitada huida tratandose solo de un simple enigma de la cien-cia humana. Otros, en cambio, mis pequenos amigos, encon-traron junto a mi adecuada iluminacion a sus dificultades. Elcaso mas curioso que he conocido fue uno que a veces venia adecirme: Senor, ayudame porque estoy convencido, me 10 handemostrado y veo claramente que Tu no existes.

Y les decfa un dfa:-Si has llamado por telefono a un amigo y te has entrete-

nido durante mucho rata hablando con 61, cuando cuelgues elaparato no abandones tu domicilio enseguida, lfo sea quemientras conversabas alguien hubiera pretendido llamarte y es-tuviera ahora esperando que acabaras de hablar. Tu, precavi-do, estate un tiempo en casa por si acaso. Si te has aprovecha-do del telefono debes dar oportunidad a los demas para quesean ellos los que te hablen.

Y prosiguio despu6s:-No me gustan los que con la excusa de que estan muy

ocupados no atienden las llamadas 0 desconectan el aparato.Los que asf hacen consiguen que ningun pelma les moleste,pem se arriesgan a que yo llame -pues soy pobre, me sientosolitario 0 estoy enfermo y deprimido y necesito hablar conalguien- y ellos no puedan acudir a mi solicitud.

Le preguntaban al Maestro un dfa como siendo el evange-lio unico habfa tanta diversidad de cristianos. El Senor se sin-tio satisfecho de la pregunta pues era la ocasion de expresarsu benevola acogida a todas las sinceras y honrad\is respuestasde los hombres, sin que pudieran ellos ejercer, ni debieranpretenderlo, monopolio alguno. Les decfa asf:

-Un dfa diversos clerigos rezaban su liturgia de las horaspor la noche en la sala de espera de una estacion. No se cono-cfan ni llevaban, como yo tampoco llevaba, ningun distintivoespecial y sus libros liturgicos tampoco se diferenciaban exte-riormente de cualquier otra libra. (Todo tiene sus ventajas einconvenientes, pues, si esto hubiera sucedido hace unos anos,se hubieran identificado por sus Mbitos y enseguida en aquelvestibulo hubiese resonado todo un cora monastico sin dejarcharlar 0 dormir tranquilamente a sus vecinos). Ellos no se da-ban cuenta de su identidad pera yo sf y con mi gracia los in-tercomunicaba. Pero a 10 que iba. Estaban sumidos en la ora-cion cuando subitamente se apago la luz. Era una noche obs-cura, nadie excepto yo podfa verlos, por eso observe atenta-mente sus reacciones.

Me fije que uno se entrego a prafundas meditaciones sobrelas causas eternas que habfan ocasionado aquella contingenciae, inalterable en su lucubracion, continuaba contemplando lamagnificencia del Ser Supremo que asf por este apagon reci-bfa la admiracion y adoracion de este docto teologo.

En un rincon de la sala, un fraile menudo invocaba con in-genuidad a la hermanita luz para que vol viera enseguida y el,pobre criatura, pudiera continuar la alabanza de su creador.

Ni se inmuto por el percance un sereno monje. Muy por 10bajo continuo cantando en austero gregoriano su salmodia.

Habia uno cargado con una gran mochila que saco un fa-rol y 10 dispuso en el centro de la sala para iluminar a toda laconcurrencia.

Cuando volvio la luz faltaba un clerigo que enseguida re-greso satisfecho pues habia conseguido encontrar la averia yrepararla.

l.Cual de todos estos obro bien? l.Quien se comporto mejorsegun el evangelio?

Los companeros del Senor Ie respondieron contentos: To-dos.

Entonces les dijo:-Id vosotros por el mundo respondiendo segun vuestras

posibilidades y vuestros ingenios y observando complacidoslas repuestas de los demas. La ayuda a los hombres sera diver-sa y cada uno, poco a poco, se acercara mas a mi. No ignoreisa los demas, tratad de reconocerlos con admiracion y simpatia,que esta variedad de respuestas os llene de optimismo. El quesolo mira 10 que hace el, ademas de empequenecer el evange-lio, poco a poco se va acomplejando y 10 pas a mal. Y yo quie-ro que ademas de ser amigos mios seais felices, pues si nofuera asi, mi amistad, de ser autentica, seria muy pobre.

Queria el Senor un dia instruir a sus amigos sobre la univer-salidad de su amor y condenar el exclusivismo de algunos, lasganas de querer monopolizar a Dios que tienen algunos gruposadoradores de la divinidad. Y les explico la siguiente historieta:

-Un dia llego un buen hombre a la puerta del cielo, al demas arriba, ya entendeis que quiero decir, y llamo emociona-do, temeroso, esperanzado, vacilante, hecho un manojo de ner-vios y temblando. Mi buen portero Pedro entreabrio precavidola puerta y despues de consultar su larguisimo listado de esco-gidos que diariamente Ie proveian sus servicios secretos de in-formacion y comprobar que su nombre aparecia en el y quetodas las senas, senales y huellas correspondian, Ie hizo pasaramablemente y sonriente Ie dijo:

-Aqui tienes el cielo que durante tanto tiempo has ansia-do, en el todo 10 hallaras y todo es para ti: diversiones, entre-tenimientos, companias amigas de toda confianza y simpatia,hay de todo, para todo y para todos. Y sin limites: mas alla dedonde alcance tu vista, todavia es cielo. Entra y se totalmentefeliz y para siempre.

El buen hombre no podia creerselo, se adentro mirando auno y otro lado complacido y estaba ya lejos de la puertacuando san Pedro Ie hizo esta advertencia:

-Se me habia olvidado decirte que en aquel rincon de es-ta inmensidad encontraras un edificio pequeno, circular y her-metico, no te acerques ni trates de saber que hay en €I, dejaloen paz si por casualidad pasas por su lado ...

Nuestro hombre no dio ninguna impartancia al aviso y fuefeliz durante una eternidad de eternidades. Pero pasada esta,el, que ya se habia recorrido todo el infinito e indefinido ili-mitado cielo, empezo a sentir en su interior una pregunta ino-cente al principio, pero que se hizo cada vez mas acuciante:l,Que habria dentro de aquel pequeno recinto?

La cuestion se hizo pronto insoportable en un lugar dondepar definicion la felicidad debia ser completa, asi que aprove-chando una breve salida de Pedro a comprar cerillas a un es-tanco, se encaramo a la pared y observo atonito el interior deaquella estrecha y enigm<itica mansion-fortaleza. Quedo estu-pefacto, un corto numero de hombres y mujeres cabizbajosagarrados fuertemente entre si pronunciaban palabras de ini-ciados en voz baja. La vision no podia ser mas decepcionantel,Por que Ie habfan prohibido a el ver una cosa tan ,sin impor-tancia? l,Les estaria tambien vedado a los demas contemplar eltriste espectaculo? No se atrevio a preguntarlo a nadie, perouna y otra vez se interrogaba donde estaba el quid del enigma.Un dia se desperto y se dio cuenta de que si no sabia inmedia-tamente la respuesta no podia recuperar la felicidad a la quetenia derecho y aun cuando se sentfa un nuevo Adan desobe-diente, se acerco a san Pedro y Ie explico su aventura.

Si no hubiera sido entonces san Pedro se hubiera enojadoen extremo, no habia mas que verlo en la mirada que brilla uninstante, quiero decir que si hubiera sido aquel tozudo pesca-dor de Galilea de epocas historicas, hubiera recibido un buenmamporro con el manojo de llaves que siempre llevaba consi-go, pero habfan pasado muchas cosas desde aquellos tiemposy ahora no se enojaba nunca, ni perdia la paciencia, ni se pre-cipitaba, asi que se limito a decirle al oido:

-No 10 cuentes a nadie, ni vuelvas a subir al muro, no seaque te vean los de dentro. Para ti la cosa no tiene importanciapero para el equipo de tecnicos celestiales, que son angeles deprimera, la cosa es fundamental. Lo que has visto tu, curiosohombre, es la unica solucion que hemos encontrado para todosesos grupos de catolicos que ahora nacen como setas y que

siempre quieren ir solos. Los tenemos alojados en comparti-mientos estancos, incomunicados de los demas como querfanvivir siempre. Si por desgracia se enteraran que hay otra genteen el cielo no habrfa manera de conseguir que fuesen felices.Lo hemos consultado con el Padre eterno yaEl tam bien Ie haparecido que era la unica solucion para darles la felicidad quemerecfan, poquita felicidad, eso sf, como pequeno habfa sidosu corazon.

Nunca los discfpulos habfan ofdo hablar al Senor con talgrado de ironfa, pero ya se sabe, donde hay ironfa con toda se-guridad hay dolor. Y pensativo anadio:

-Os he de confesar que actualmente, mas que la divisionde los cristianos, me disgusta la desunion de los catolicos.Mas que la falta de dialogo entre las Iglesias, me duele la in-comunicacion entre la multiple multiplicidad de grupos catoli-cos que alrededor de minusculos clerigos proliferan por do-quier.

Era verano, epoca en que en much as poblaciones se orga-nizan festivales musicales al aire libre. El Senor y sus amigosse acercaban a una villa. En un recodo del camino la naturale-za habfa formado un anfiteatro natural que llenaba mucha gen-te colocada por otra parte alrededor de una orquesta. En silen-cio observaron el espectaculo y decidieron enseguida quedarsea escuchar el concierto.

Una mueca de extraneza invadi6 los rostros de los amigostras los primeros acordes. Aquello no era una musica facil deescuchar. ..

La audici6n no fue demasiado larga. La impresi6n final erade asombro. Les habfa costado penetrar en la melodfa, pero alfinal se sentfan satisfechos.

Por la noche comentaban junto al fuego:-AI llegar pensaba que el concierto no habfa empezado

todavfa y que los musicos estaban afinando sus instrumentos,dijo uno.

-Es que cuesta mucho en tender esta music a, decfa otro.-No es una musica facil como una canci6n de cuna, ana-

dfa el mas maduro. Seguramente que los entendidos debendisfrutar enormemente desde el inicio de la sinfonfa.

-Los entendidos no disfrutan con la musica, se sientencrfticos y averiguan los aciertos, los fallos, el orden, las origi-nalidades, las orquestaciones y todos esos etceteras de los cua-les despues se pueden sentir orgullosos ...

El Senor sonreia, aqueHa musica Ie habia gustado y los co-mentarios de sus amigos Ie sugerian muchas cosas. Por fin lesdijo:

-La historia es como una composici6n de Stravinsky. Unpequeno fragmento esta Heno de estridencias y de compasesque parecen inconexos. Hay que escuchar todo el conciertopara encontrar el sentido y la beHeza de su creaci6n. Ya 10veis, al principio chirriaban vuestros oidos, ahora expresaisvuestro asombro. Al final de los tiempos se acabara el con-cierto universal escrito por mi Padre y los santos aplaudirancomplacidos, s6lo entonces tendran sentido cada uno de lostiempos sumergidos ya en la etemidad. No querais nunca ana-lizar el instante solitario, mi Padre armoniza sabiamente lasaparentes disonancias.

Todos quedaron en silencio y uno constat6 poco despues:-Nos ha gustado la musica, pero ninguno ahora es capaz

de repetir un pasaje del concierto.-Un episodio de la historia s6lo tiene senti do enlazado

con todos los demas. El conjunto s6lo se conoce bien identifi-candose con el autor. Al final de los tiempos, en el extasis fi-nal, no importara ser periodista, narrador 0 historiador 0 fisi-co, 10 unico esencial para disfrutar del todo sera haber sidosanto.

27. El fiscal de juicio final

Algunos compafieros, no todos, ya que la sensibilidad per-sonal era muy desigual, comentaban un dfa la elegancia esteti-ca femenina. Se extasiaban ante el agradable equilibrio de unatela azul cobalto sobre la piel ligeramente marron. de una jo-yen sefiora. Gozaban del vivo contraste de una lisa y larga ca-bellera rubia de una quinceafiera que lucfa un precioso jerseyvioleta 0 en fin se asombraban de la fuerza del negro intensode una blusa sobre una tez morena. Tambien les encantabanlas suaves lfneas de una nifia que semejaba una fina figura deporcelana. Todo era limpia admiracion, extasis estetico, mira-da ingenua sin ninguna ambigua intencion, por eso el Sefior,sin intervenir en la conversacion, los miraba complacido.

Comentaban estos mismos compafieros una noche, que nun-ca esta vision de la elegancia era completa y del todo compla-ciente, que siempre algun imprevisto peaton, feo por mas se-fias, rompfa esta armonfa de formas, movimientos y colores. Yaquf aparecfa una chica mongolica, por aquel pas eo iba un mu-chacho lisiado, por alla marchaba en una siIIa de ruedas unaparalftica 0 estropeaba el paisaje un pordiosero borracho.

Estos personajes eran como una piedra que rompfa el espe-jo donde estaban observando la escena y a partir de su apari-cion ya todo era diferente.

El Sefior intervino entonces y les dijo:-Aquel cojo, aquel andrajoso, aquella contrahecha, aquel

inexpresivo subnormal... en cualquiera de ellos estoy yo, no 10dudeis, y dichosos vosotros si sabeis reconocerme.

Como los companeros no entendieran, prosigui6:-Sf, yo aparezco para proclamar el valor de la humildad,

la grandeza de la pequenez, el misterio del espfritu humanoque se esconde en la mas s6rdida condici6n de la existencia.Si vosotros me reconoceis en ellos, si sabeis atenderme enellos, sereis felices. Un dfa yo os reconocere en el festivaleterno de las elegancias, en el desfile inmenso de la belleza,en la muestra conjunta de todas las armonfas ... Pero si ahoraos disgusta mi presencia en ellos, estos cojos, estos subnorma-les, estos cretinos, estos enfermos malolientes, seran vuestrosfisc ales en el dfa de la verdad, en el juicio final. Y entoncesapareceran las neurosis intensas y las depresiones psicopaticasprofundas y eternas, por no haberme reconocido a tiempo.

Intervenfa muy poco aquel amigo en las conversaciones yno es que se mantuviese ausente de ellas. El decia que todo 10que hablaban los otros Ie interesaba. Pero cuando el pregunta-ba algo, parecia como si sonase un seco gong en el interior detodos.

-Senor, nosotros nos vamos acostumbrando a tu idiosin-crasia, eres sorprendente pero como nunca nos enganas, a to-dos nos caes bien. Y tu, l.c6mo te 10 pasas? l.c6mo vives ladoble realidad que afirmas tener? l.es facil y divertido ser divi-no y humano al mismo tiempo?

Sonri6 el Senor con carino, sabfa que habfa tanto interesen aprender como amor para compartir, y asf Ie dijo:

-l.Te acuerdas cuando te enamoraste de la que ahara es tuesposa? l.No me decias el otro dfa que estabas entonces conven-cido de que ella te amaba, pero que se hacia la escurridiza y suspalabras no expresaban 10 que tu querfas oir y sabfas hervfa ensu interior? Me explicabas que te 10 habfas pasado muy mal y teacordabas incluso que habfas sufrido dolores de est6mago que elmedico diagnostic6 como distonfas neurovegetativas. Pero ahoraal recordarlo 10 entiendes todo y te sientes feliz al revivirlo.Pues algo asf me pas6 a mf. La experiencia interior es intransfe-rible. Yo puedo ensenaros arameo y un poco de hebreo que sede cuando entonces. Vosotros podeis ensenarme a mf a condu-cir una mota 0 a utilizar una computadora personal. Todo estoes posible, pero 10 que no puedo explicaros bien es mi interiori-dad, vosotros no serfais capaces de entenderme.

l.,Tu crees que fue camodo continuar viviendo como si na-da fuera a ocurrir, sabiendo que Judas me habia traicionado yvendido a los notables, sin tener por otra parte pruebas parapoder aducir a los demas? l.,Tu crees que yo hubiera subido aBetania, hundido en el dolor por la muerte de un amigo yamenazado por los altos jefes, si no hubiera estado seguro pordivina intuician de poder veneer a la muerte que atenazaba aLazaro?

Hubo incomodidad interior, no puedo negartelo, vivi la do-ble realidad, no siempre la senti simultaneamente, pero comosiempre estuve inclinado al bien, al final siempre triunfa la ar-monia, la serenidad, y fui feliz.

EI amigo 10 mira con ojos profundos y Ie dijo:-Gracias, Senor, comprendo que desearias que enten-

diera...

El Senor atendia a un matrimonio apenado. La pareja se sen-tia derrotada, hundida, fracasada. Sus ilusiones, el entusiasmoque habian puesto en la educacion y formacion de sus hijos, seveian frustrados ahora que constataban que su hijo m<j.yorhabiaperdido la fe y temian que los demas siguieran el mismo cami-no. Su dolor era muy sincero, por eso el Senor se conmovio yles hablaba en un tono que inspiraba confianza. Les decia asi:

-Un hombre habitaba una mansion antigua, 61 mismo ha-bia anadido innumerables detalles y hecho grandes arreglos enaquella edificacion noble recibida de sus antepasados. Se sen-tia orgulloso de ella; sus amigos, cuando 10 visitaban, elogia-ban 10 bien que estaba aprovechado todo y los incontablesadomos que la enriquecian. Este buen hombre se sentia plena-mente satisfecho de 10 que habia heredado y su mujer se ale-graba con 61, pues ella, por su parte, tambi6n habia colaboradoen el 6xito. Se sentian del todo satisfechos hasta el dia que suhijo mayor, que hacia poco les habia anunciado su boda, lesmanifesto el proposito de derribar el edificio para poder, en lanueva casa que haria, continuar viviendo todos juntos.

El buen hombre reconocia que era necesario cambiar el pa-vimento, substituir las carcomidas vigas de madera por otrasque no pudieran ser atacadas por la carcoma, hacer un garajeapto para todos los coches de la actual familia que ya ni recor-daban que aquel cobertizo pretendia en un principio protegerel primer Ford T de que gozo la familia. Habia que hacer doscuartos de aseo por 10 menos, atender cuidadosamente las in-

quietantes grietas que se habfan formado en sus muros, tam-bien habfa que restaurar la fachada ... Muchas, muchas cosashabfa que hacer, 10 reconocfa sinceramente, pero i,era necesa-rio derribar el edificio?, i,el solar era 10 unico aprovechable?,(,podrfan ellos vivir en otro hogar sin perder su identidad?

El padre se preguntaba si era necesario conservar la casa ycon ella la tradici6n de sus mayores, aunque la familia se se-parara, 0 era preferible aceptar los planes del hijo, conservarel amor y arriesgarse a pasar el resto de sus dfas anarando elviejo caser6n y no sintiendose del todo c6modo entre aquellaslis as paredes blancas, como las de un hospital, que su hijoquerfa, debajo de techos que a el Ie parecfa que se Ie iban ahundir encima por la poca altura que tendrfan, en ausencia dela amplia chimenea donde toda la familia se congregaba, paraser substituida por una muda e inh6spita calefacci6n central.Se lamentaba de que a su edad Ie pasaran estas cosas y dese6haberse muerto antes para no vivir ahara estos problemas.

Pero al fin se decidi6 a cooperar, e incluso se ali6 con suhijo y Ie ayud6 a conseguir creditos bancarios, Ie aconsej6 enla elecci6n de materiales de construcci6n ... Un dfa la casa seconcluy6, vivi6 en ella y constat6 que no era inc6moda, quevolvfa a ser la tradicional vivienda familiar de toda la vidaaunque fuera diferente, pues aunque los ambitos materialescambiaran, las mismas fiestas, las mismas canciones, los mis-mos cuadros y esculturas, el mismo tono en la conversaci6n,la misma familia, el mismo amor sobre todo, la llenaban. Yesto, unicamente esto, era 10 esencial.

-i,Entendiste la parabola, amigo?, dijo el Senor. Aceptad ladecisi6n de vuestro hijo, aun sin compartirla. No Ie abando-neis, continuad rezando por el como 10 hacfais cuando era ni-no. El dfa que se case civilmente, orad par el como 10 hicis-teis el dfa de su primera comuni6n. Me entristece ver a tantospadres que antes se sacrificaron par sus hijos y cuando sonmayores, dimiten de su responsabilidad. Se puede uno retirarde un oficio, pero el rol de los padres no admite jubilaci6n.

Dejo intrigados a todos, no solo alas mujeres, aquel dia queles hablo del enamoramiento, pero nadie se atrevia a volverle ahablar de ello. El Senor bien sabia que el silencio con freeuen-cia es delicadeza y respeto y por eso muchas veces 10 aprecia-ba. Asi que sin ningun motivo aparente un dia comenzo:

-Hay muchos que creen que una vida sin pareja es unaexistencia inacabada, que una persona sin relacion fisica conotra no puede tener diploma de humanidad. Hay muchos quepiensan que si yo no me case, si fui ceIibe durante todos misanos, no puedo ostentar condie ion de hombre total.

Yo hice una opcion y toda opcion supone una renuncia. Yel saber optar y renunciar, esto si que es ser hombre. Renunciea la mujer como esposa, pero no evite mi relacion con ellas.La mas perfecta de las mujeres fue mi madre y nunc a la dejedesamparada. Ni despues de morir quise que se quedara sola,par eso tuvo la compania de mi mejor amigo.

Porque amo mucho, aquella mujer de la falda del Tabor,recibio mi mas generoso perdon. Y mi predileccion por ella, apesar de su oficio, desato la antipatfa hacia mi del rico anfi-trion, pero no me arrepiento de ello: mas vale el amar de unamujer que el mas rico festin. Que nadie 10 pong a en duda.

Mi pueblo era injusto con la pareja adultera, solo castiga-ban duramente a la mujer. El hombre apenas era reprimido.En aquella ocasion en que me trajeron a una mujer encontradaen este pee ado fui totalmente indulgente con ella y Ie di ade-mas mi paz.

Lo mas curioso fue el episodio de Sicar junto al pozo deJacob. Aquella si que era una mujer de armas tomar. Expertaen donjuanes, me llevo a todos los terrenos en que ella se po-dia sentir segura. Primero la ironia nacionalista: que si yo ju-dio no podia hablar con ella, mujer samaritana. Y Ie contestecon ironia. Burlonamente continuo y 10 que no esperaba erameter la pata como la metio cuando yo Ie hable de su marido,aqui si que fue Troya. Pero no se dio por vencida y quiso me-terme en politic a, terreno que ella sabia apasiona a los varo-nes, y vino aquello de que si vosotros los judios alIi y noso-tros los samaritanos aquf. .. , pero como ya estaba cogida noquise continuar en tono aparentemente frivolo y Ie confie cla-ramente quien era yo. Y ella me 10 agradecio l,Habeis consta-tado que el primer apostol de Samaria fue una mujer?

Y fue el amor de dos mujeres por su hermano y mi amorhacia ellas, ademas de mi amor a el, el que arranco aquella re-surreccion de Lazaro que precipito mi detencion y muerte.

iY como me satisfizo el perfume de Maria! En el sepulcrotodavia se podia notar aquella fragancia. Su amor carinoso dehermana-amiga, de colaboradora generosa, de nina-virgen apesar de haber arrastrado una vida de pecado, me decidio aencontrarme con ella como en un juego infantil y fue la pri-mera que recibio la noticia de mi resurreccion.

Quien no sabe amar del todo es incapaz de comprenderque el amor virginal es el amor mas total y totalizante quepueda existir. Y este amor fue y es el mio.

Era tan claro mi camino, era tan diafana mi postura deamor a la mujer, que ni Satan se atrevio a iniciar cualquiertentacion en este terreno. Sabia que en este campo de batallasu derrota era segura, por eso solo se atrevio a ensayar enotros terrenos ...

l,Comprendeis ahora que si no me enamore, no obstanteno fui ajeno al amor femenino?

Nadie Ie respondio, pero todos, ellos y ellas, quedaronsatisfechos ...

31. Quien se canace mejar

Uno de los que iban con los compafieros del Senor como ca-marada autonomo, independiente e impermeable, era el blancode las preocupaciones generales. Aunque por delicadeza 10 ha-blaban en particular, el tenia noticia de sus comentarios y losaceptaba con resignacion, pero sin contestar, eso sf. No es quefuera mala persona 0 que apestara su cuerpo, no, 10 que pasabaes que era tan introvertido que su presencia resultaba incomoday por otra parte incurria en equivocaciones que una simple ad-vertencia 0 un sencillo comentario se las hubieran ahorrado.Pero nadie podia intervenir. Divagaban entre ellos atribuyendoeste modo de ser al entomo familiar, decfan unos, 0 a su pecu-liar procedencia, a la idiosincrasia colectiva de su lugar de ori-gen. Especulaban estas razones para hallar explicacion a unamanera de comportarse que contrastaba con su entomo en elque todo era comunicaci6n, confianza, confidencia, compartir ...Pero como era un hombre bueno, como se dijo ya al principio,un dia qpe estaba silencioso como siempre junto al Senor, escu-ch6 de Ella siguiente parabola:

-No conoce completamente un edificio el rat6n que no salede su interior, ni el pajaro que s610 10 observa desde fuera. Parauno todo son grietas y rincones que es 10 que Ie interesa comoposibles madrigueras. El otro solo sabe que hay paredes con in-mensos aleros que pueden proteger su nido. S610 el propietario,que conoce el valor monetario del inmueble, que ha penetradoen su interior y en el ha vivido y que ha subido a la techumbrepara reparar sus tejas y comprobar la seguridad de sus vigas yparedes, s6lo el sabe c6mo es el edificio.

Tu, amigo -para el Senor todos eran amigos 0 los veia co-mo posibles amigos suyos- eres raton en el pequeno habit,kulode ti mismo, y si no intercambias informacion con tu exteriorsufrinis un dia el hundimiento de tu total personalidad sin quenadie pueda acudir en tu ayuda, pues nadie 10 sabra. Habla,consulta, explicate. Cuando te sientas en peligro y cuando rebo-ses de felicidad. La plenitud de la vida esta en compartirla. Elhombre es el unico animal capaz de hacer confidencias. Cuandoexplicas quedamente algo que te pasa 0 que sientes, te asemejasa mi Padre que me encargo ilusionado que os explicara confi-dencialmente como nos sentimos los tres en nuestro unico inte-rior, este es el motivo de que ahora sepais que somos una exclu-siva Trinidad iSi hubieramos sido introvertidos, que pobre dioshubieramos sido!

Y luego, en voz alta, dirigiendose a todos les decfa:-l,Quien de vosotros es capaz de conocer los pormenores

de su sangre si no recurre a un microscopio 0 no acude a unanalista? l,Quien sera capaz de saber las consecuencias que hatenido en su esqueleto una caida si no Ie hacen una radiograffa?l,Como podreis estar seguros de que no teneis un tumor en elcerebro si no os hacen un TAC ?

Estupido aquel que acude al medico porque Ie duele la unadel dedo pequeno del pie 0 va al neurologo a que Ie hagan unEEG porque se siente debil cuando tiene hambre y que en cam-bio quiere curarse el solo los males de su espiritu, 0 aquel quequi ere vencer la apatia, el hedonismo 0 la sinrazon de su vivirsin consultar a un maestro espiritual.

Y a aquel hombre tiernamente Ie dijo:-No te desesperes, esta noche intenta hacer un pequeno es-

fuerzo, pequeno pues es el principio, pero no te vuelvas atras.Esta noche, sin ningun motivo, porque sf, porque 10 quieres, sinque nada te obligue, cuentale algo al que tengas a tu lado, algosin importancia, aunque no sea mas que el resultado de unacompeticion de futbol, algo que no sepa y que no te haya pre-guntado. Asf habras empezado a salirte de tu prision interior.

32. La pita

Junto al camino que recorrfan aquel dfa brotaban grandiosaspitas, algunas de las cuales elevaban ufanas sus enormes inflo-rescencias. Los amigos del Senor Ie preguntaron por que no sehabfa referido nunca en sus ensenanzas a estas plantas, ni alaschumberas, ni a ningun cactus que tanto abundan en su pafs. EISenor les explic6 que todas estas plantas carnosas procedfan deAmerica y que hasta que los espanoles no fueron aUf no se co-nocieron en su tierra donde ahora ciertamente se habfan afinca-do con profusi6n. Las pitas sf, 0 plantas semejantes a ellas, eranconocidas pues de Africa venfan perfumes extrafdos de ellas ycon ellos fui perfumado en el sepulcro, pero no crecfan comoahora las veis. Como quien Ie habfa hablado asf tenfa una ciertatendencia a buscar el lucimiento personal, minindole con picar-dfa, Ie dijo a el y a los demas:

-En vuestra vida debeis aprender la lecci6n de la pita. Estaplanta, en cuanto se afirma en el suelo y todavfa mientras estacreciendo, extiende sus rizomas silenciosamente y los alargahaciendo surgir de sus puntas nuevas vidas. Alrededor de cadaejemplar madre vereis siempre otras plantas testigos de su ge-nerosidad para con la vida. Solamente al cabo de muchos anos,agotadas sus fuerzas, quedamente, brota un gran plumero quepoco a poco se convierte en la flor mas grande de nuestros pai-sajes, y es entonces cuando, arrogante y satisfecha de su bienhacer y su gracia, muere dejando tras de sf muchas mas plantasque proseguiran su mismo ciclo vital.

Vosotros tambien debeis dar fruto desde el principio: lascondecoraciones, los exitos, el descanso, vendnin al final. Hayque buscar en la vida el crecer, mas que el crecerse. Ser utiles,mas que presumidos y altivos. Es mas importante la fecundidadque la celebridad.

Allevantarse para continuar el camino, uno de los amigos Iededa que Ie habfa hecho mucha gracia la parabola, pues la uni-ca utilidad que Ie conoda a la planta era la que Ie dab an las chi-cas de su pueblo: con ella hadan punzones para hacer los cala-dos de sus bordados. Pero que despues de su explicaci6n verfaen ella una imagen que Ie reclamarfa generosidad. Y el Maestrose alegr6 mucho de ello.

Y les recomendaba tambien:-Si pasas todo el dia en tu domicilio y en un momenta da-

do tienes que ausentarte por poco tiempo, descuelga el telefonoal salir, pues en tu corta ausencia quiza alguien te Hilme pidien-dote ayuda y al creer que estas comunicando volvera a probarlomas tarde y tu podras asi responder a su demanda. De 10 contra-rio, puede creer que estaras todo el dia ausente y no vuelva aHamar. El se quedaria sin tu ayuda y tu no podrias ser generoso.

Circulaban por una centric a vfa de una gran ciudad los dis-dpulos y el Maestro, y comentaban la incomodidad del traficorodado y como el urbanismo antiguo no habfa previsto la actualabundancia de coches. El Senor escuchaba atentamente dicien-doles ill cabo de un rata:

-En estos lances tambien se distingue el disdpulo aventa-jado del reino. Cuando aparca su vehfculo, no 10 hace de cual-quier manera. Se acerca al de delante 0 al de atnis, aunque su-pong a un esfuerzo de maniobras al volante y con el cambio demarchas. Lo hace asf para que en un mismo tramo quepan mascoches. Cuando observo una calle donde los espacios libres songrandes, pienso en el egofsmo satisfecho de los que los dejaronde esta manera, para que la maniobra al marchar les resultaramas facil, pero dificultaron 0 impidieron que los demas aparca-ran.

35. Dejarse querer

Uno de los compafieros del Sefior estaba un dfa pensativo ycontrastaba este estado de animo con el que Ie era mas habitual,que precisamente era de euforia, optimismo y jovialidad. Algoserio Ie debfa ocurrir. El Sefior se daba cuenta y no 10 perdfa devista. Al atardecer, como quien no quiere la cosa, le'dijo mien-tras su mirada penetrante acariciaba su rostro:

-l,Que te preocupa estos dfas? l,Puedo ayudarte en algo?Ya sabes como te aprecio y quisiera verte alegre como en tusbuenos tiempos ...

-La otra noche tuve un suefio ... Tu 10 sabes, Maestro, soymuy enamoradizo. Desde que de muy joven aquella primerachica del parque me hizo temblar de emocion, y tantas otrasdespues han cautivado mi ser, siempre me ha atrafdo la mujer,me gustan mucho las chicas ... , pero cuando te fui conociendo,te preferf sobre todos mis amorfos y vivia tranquilo. Pero la otranoche sofie ... Estabamos los dos solos, rodeados de una atmos-fera tibia y gris, quiero decir sin paisaje determinado. Ella metenia cogido por la cintura, estabamos estrechamente unidos,continuaba siendo bajita como el primer dia que la vi, llevabaun jersey obscuro, su pelo negro era el mismo, su rostro alegreno habia cambiado, pero no reia acompafiando su carcajada so-nora con gritos intempestivos. Apenas sonriendo y muy abier-tos sus ojos inmensos, me miraba y cada vez acercando mas suslabios a los mios me besaba diciendo: te quiero. Aquel beso 0

aquellas palabras engrandecieron mi ser, me senti un dios a sulado y estaba en el culmen de mi satisfaccion personal cuandome desperte bruscamente.

Aquel amor me hacia sentirme un gigante y desde entoncesno vivo tranquilo. Mira, por ti he renunciado a enamorarme, seque vales mas que cualquier otra persona, se que tu me quieresy que tu aguda sabidurfa enriquece mi ser. Tu amor vale mucha,digamos que vale como mil monedas de oro, para darle algunprecio, y el de aquella chiquilla solamente una monedita de pla-ta ... pero si no la hubiera dejado, ahora mi ser aunque muy po-co, seria mas rico.

Tu sabes, te 10 he dicho muchas veces, que soy enamoradi-zo, pero la otra noche descubrf que tam bien era enamorador.Descubrf tambien que si alguien me seducia, su amor era rique-za personal para mf. lDebo renunciar a esta posibilidad gratuitaque tengo de aumentar mi fortuna espiritual? No estoy triste demi eleccion, no deseo perder tu amistad, eso de ninguna mane-ra, pero podrfa tener mil monedas de oro y una 'pequenita deplata y resulta que s6lo tengo mil. ..

El cine y la fotograffa han sabido captar muchas veces lamirada enamorada de un hombre hacia una mujer pero, lcomoes la mirada del Senor cuando contempla a su amigo?, lcomo esel gesto?, lCUa! la emocion? Es indescriptible e intransferible,imaginaoslo como podais y dejadlo como telon de fondo deunas palabras del Senor que como suave terciopelo se posabanen los ofdos de aquel joven:

-Por haber omitido esta experiencia, ciertamente excelen-te, de dejarte enamorar por aquella joven 0 por cualquiera de laschicas que tu te merecias, mi amor ahora es mas grande hacia ti,mas enriquecedor, mas lleno de temura, no 10 dudes ni un mo-mento. No te aflijas con cuentas matematicas, los sentimientosno pueden medirse, el que escoge dejarse solo enamorar porDios, escoge la mejor parte. Su corazon se ensancha al recibirel gran chono de carino divino y 10 mas sorprendente es quedespues puede enamorarse de todas y de todos, y puede seracreedor del aprecio universal.

Y anadio con dulzura:- Y no te preocupes por ella, que tambien se ha enriquecido

con mi afecto y ha sido premiada por haberte amado.

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Un dia les decia:-Los cientificos afirman que en el universo existen unos

lugares donde nada, ni siquiera la luz, puede escapar de ellosdebido a la enorme intensidad de su fuerza gravitat<;>riay quepor otra parte cualquier objeto 0 astronauta que se acercase aellos serian igualmente atrapados por su enorme poder de suc-cion. Les llaman a estas regiones espacio-temporales agujerosnegros. Estoy pensando que son una buena imagen del compor-tamiento de muchas personas que todo 10 quieren para si y quenada dan de si mismas. Vosotros, en cambio, obrad contraria-mente, haced balance no de 10 que teneis, sino de 10 que haMisdado. En el reino de los cielos vuestra riqueza sera vuestra ge-nerosidad. Vuestra elegancia consistira en saber regalar y en ha-cerlo; Que nadie tema acercarse a vosotros porque sois pedigtie-nos, al contrario, que siempre los hombres marchen de vuestravera con algo mas que 10 que traian al encontrarse con vosotros.

Se asombraron los discipulos del ingenio del Maestro en lautilizacion de las comparaciones y Ie dijeron:

-De ahora en adelante te vamos a llamar: el Senor-tecnico.Pero el, sonriendo, continuo:-Pues para aquella gente mayor que no haya oido hablar de

los agujeros negros, les voy a poner una comparacion que ellos,los que escribieron con tintero y plum a en su infancia, podrancomprender facilmente. En el reino de los cielos hay gente quese comporta como el papel secante. Todo 10 chupan, con todose quedan y para nada aprovecha 10 que ellos absorben.

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Vosotros no seais papel secante de la gracia de mi Padre 0 de lagenerosidad de mis hermanos los hombres, muy al contrario:agradeced 10 que recibais, que el calor de vuestro corazon arro-pe a los que a vosotros se acerquen,.pero sin aprisionarlos, yofreced ayuda y riqueza como esas fuentes que de dia y de no-che, verano e inviemo, manan gratuitamente, sin calcular, pres-cindiendo de quien 0 de como se aprovechen los que a ella seacerquen a beber.

Entonces el ultimo que habia hablado Ie dijo:-Pues debere cambiar el nombre que te habia puesto, no

seras el «Senor-tecnico» desde ahora te llamare el «Senor de lasparabolas».

El s610 anadi6:-Este nombre es mas acertado.

Observaban las evoluciones de un gran cami6n sobre un te-rreno muy accidentado cuando el Senor les pregunt6 que utili-dad tenia un artilugio que semejante a un cabrestante aparecfaante el morro del motor. Uno de los discfpulos, qu~ habia vivi-do durante muchos anos en la montana, Ie explic6 que en cier-tos momentos era importantfsimo este instrumento. Ocurria aveces que el cami6n no podia avanzar por 10 inclinado del sue-10 0 por 10 quebrado del piso, entonces el conductor des enroll a-ba aquellargo cable, 10 anudaba a un robusto arbol y accionadoel eje por la fuerza del potente motor del vehiculo, se iba reco-giendo poco a poco y consecuentemente el cami6n avanzaba,por muy escabroso que fuera el terreno.

El Senor se asombraba del saber hacer de los hombres y po-co despues les dijo:

-Estoy pensando que 10 que me habeis contado del chismeese del cami6n puede entranar una ensenanza para vosotros. Enla vida hay ocasiones en que resulta casi imposible vencer losobstaculos con la fuerza unica del momento, pero se logra avan-zar si uno previamente se ha adelantado al futuro ligando su vi-da a un serio compromiso. Me estoy refiriendo a aquellos quecon sentido previsor y responsable saben atar su vida medianteuna promesa matrimonial 0 unos votos religiosos.

-i,Y que pasa si se rompe el cable?, objet6 uno que querfahacerse el gracioso.

-No se en que estas pensando, Ie dijo el Senor. Si el rom-perse es la infidelidad momentanea, no hay otra labor mas que

el arrepentimiento inmediato y la conversion sincera, como aveces debe ocurrirle al conductor del camion que con toda se-guridad debeni reforzar el cable para estar seguro de e1. De 10que no hay duda es de que nunc a abandonani el vehfculo en elbosque y se perdeni en la espesura por el solo hecho de que seIe haya roto el instrumento ...

En esta ocasion nadie se atrevio a decirle nada.

Aquel dfa habfa salido el Senor con la gente mas joven,quiero decir mas joven de 10 acostumbrado. Observaba el queeran precipitados en ocasiones y holgazanes en otras, pero quediffcilmente eran constantes. No obstante este Pt'oceder, elSenor, que sin ser viejo ten fa muy lejana en el horizonte deatras su ninez, se sentfa contento entre ellos y ellas, y avanzabadecidido por los senderos haciendo resoplar a bastantes deellos. En un momenta dado se paro y todos acogieron complaci-dos la iniciativa de sentarse en un recodo al abrigo del viento yante un paisaje montafioso extraordinario.

Aprovecho esta circunstancia para decirles:-A vosotros os pasa como a aquellos tres conductores que

emprendieron un dfa un largo viaje por una carretera que en na-da se parecfa a una autopista.

El primer chofer, al encontrar ante sf un camion, se apresuroa adelantarlo decidido y cuando habfa iniciado la maniobra,descubrio que mas adelante habfa otro y que en la lejanfa se vefanotros mas. Entonces, imprudente el, se situo totalmente a la iz-quierda y acelero con vigor, dispuesto a adelantarlos a todos aun tiempo. El final de este proceder fue un fatal choque frontalcon un vehfculo que venfa en direccion contraria.

El segundo conductor, al iniciar el adelantamiento del pri-mer camion que vefa ante sf y entrever que otros Ie precedfan,penso: l,Para que adelantarlo si despues estare detras de otro ca-mion? jNo vale la pena molestarse! Y marcho perezosamentetras aquellento vehfculo. Cuando llego al final del viaje los es-

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tablecimientos de la ciudad estaban ya cerrados y no pudo reali-zar a tiempo la importante gestion que Ie habfan encomendado,con 10 que el viaje resulto inutil.

EI tercer chofer reflexiono: la hora es de mucho tninsito devehfculos pesados, tendre que armarme de paciencia e ir ade-lantando de uno en uno todos los camiones que encuentre sinalterarme ni desanimarme, pero debo llegar a tiempo y sin queme tengan que recoger con una ambulancia.

(,Cu<ilde los tres demostro mas hombrfa?Le contestaron:-EI tercero.Y elles dijo:-Pues obrad vosotros como el, sin temer el esfuerzo 0 de-

sanimaros par dificultades. Que en un instante no se puede su-perar todo, pero poco a poco sf se pueden vencer Ios multiplesobstaculos que encontramos en la vida.

Y se levanto, con gran sarpresa de los que habfan llegadorezagados, continuando decidido hasta la cima.

Le explicaban un dfa al Senar que una naci6n construfa unacelerador de partfculas inmenso. Era un anillo de 27 km. dediametro donde las partfculas subat6micas, sometidas a enor-mes campos magnetic os se lanzaban a velocidades pr6ximas ala de la luz para despues de su recorrido chocar entre sf, produ-ciendo efectos sorprendentes. Se extranaban los mas de que elSenor aguantara el rolla del aficionado de turno y Ie dedan queno Ie aburriera con sus explicaciones, pero 10 curio so es que elMaestro escuchaba atentamente sin dar sfntomas de hastfo. Alfinalles dijo:

-Me ha gustado la descripci6n del artilugio y estaba pen-sando que las asambleas de mis discfpulos deberfan ser algo pa-recido. Me aburren tantas reuniones en las que con voz cansinade contestador telef6nico, se estudian, se analizan, se revisan yse vuelven a examinar actuaciones y proyectos sin otro prove-cho aparente que el prop6sito de volver a reunirse una vez sehaya farm ado la comisi6n pertinente. Yo quisiera que la invo-caci6n a mi Espfritu fuera sincera y 10s asistentes se dejaranacelerar por las acciones intensas de la gracia, para salir trans-formados y constatar las sorprendentes consecuencias de haberestado sometidos a un ambiente divino. l,Por que 10s hombresavanzaran tan lentamente, pudiendo correr a galope con s610dejarse someter a mis estfmulos?

Discutfan por la noche los discfpulos y argiifan unos que alSenor todo Ie gustaba porque de todo sacaba ensenanzas, perootros dedan que a el todo Ie interesaba porque siendo hombre

como era, todo 10 humano Ie atraia. Aparecio quedamente elMaestro y permanecio largo rata en silencio, despues les dijo:

-No vale la pena que discutais mas, pues todos teneis ra-zon. Quisiera que vosotros tam bien estuvierais hambrientos desaber y a todo supierais extraerle el subyacente sentido divino.

Discutfan entre si los discipulos del Senor sobre que era me-jar, si el esfuerzo personal 0 los resultados objetivos. ElMaestro, para orientarlos les explico la siguiente historia:

-Un matrimonio tenia dos hijos gemelos de suficiente edadpara empezar a moverse par su cuenta. El uno se arrastraba agatas por toda la casa y nadie era capaz de lograr que se levan-tara y empezase a caminar. Terco como era se negaba a todaprueba; eso si, llegaba a todos los rincones, 10 tocaba todo, aun-que siempre era arrastnindose por los suelos.

El otro nino, en cambio, se entretenia mas con sus padres ycuando estos 10 levantaban y dejaban junto a una pared, alejan-dose luego y llamandolo, entonces no dudaba un momenta enecharse a andar aunque fuera solo un in stante, pues como eramuy patoso se caia al instante. Pero nunca se desanimaba ycuando 10 levantaban sonreia y volvia a alargar las manos tra-tando de alcanzar las de su madre que se alejaba volviendole ainvitar a andar.

A ninguna de estas maniobras se dejaba someter el primerhermano, que indiferente a 10 que Ie rodeaba, marchaba huidizoo berreaba molesto si sus padres insistian en ensenarle a andar.Desde luego, arrastrandose par los suelos nunca se caia y encambio su hermano lucia chichones en la cabeza y rasgunos entodo el cuerpo.

i,Por quien de los dos sentirian mas carino los padres?Obviamente Ie contestaron:-Por el segundo.

-Por eso, les dijo, yo tambien prefiero al que tropieza ycae, al que es tentado y peca, pero que cada dfa se levanta deci-dido a volver a empezar a cambiar. A este 10 prefiero muchomas que a aquel otro que lleva una vida raquftica pero segura, aquien nadie puede reclamarle nada, pero tampoco nadie Ie debeagradecer nada, que no comete asesinatos, pero no progresa ennada, que no roba pero nunc a regala nada, que dice que todo es-ta ya inventado y todo ya conseguido, que en la vida s610 debepretenderse ir tirando ...

Se reunieron todos alrededor de un televisor aquel primerode enero para seguir el tradicional concierto que cada ano trans-miten desde Viena. EI Maestro permanecia complacido, sin de-masiado entusiasmo. Se notaba que aquella musica selecta y fa-cil a la vez, Ie satisfacia sin llegar a extasiarle. Pero llego el fi-nal. Como todos los anos se multiplicaron los «bises» hasta lle-gar el momenta de la marcha Radetzky que los asistentes, entu-siasmados acompanaron con sus palmadas disciplinadamenteejecutadas. Aquf sf que brillaron de emocion los ojos del Senor.Asf que les dijo:

-Los asistentes al concierto deben haber abonado un buenimporte por la entrada y por ello se merecian un buen concierto,pero la orquesta les ha regalado algo mas, que era del gusto detodos y por eso ellos aquf han querido dar un mayor relieve a lapieza. Los animales tam bien pueden escuchar musica pero sololos hombres son capaces de aplaudir y corear y convertir unconcierto en una fiesta.

Este comportamiento me recuerda a los hombres que, com-placidos con la creacion 0 cualquier otra actuacion de mi Padre,Ie cantan agradecidos, plasman en sus obras de arte la bellezaque hay en la naturaleza, aprenden y despues ponen en practicatoda la rectitud y generosidad y belleza que se esconden en eldevenir del universo.

Ciertamente esta creacion serfa muy diferente si no estuvie-ra el hombre que es capaz de acompanar, como la orquesta 10hace al solista, la obra de mi Padre.

Entonees uno Ie dijo:-Pero, Senor, a veees en un eoneierto, durante 0 al final de

la aetuaci6n, se oye algun silbido 0 algun grito ...-Sf, es el pee ado, el hombre es eapaz de realzar 0 eontami-

nar la ereaci6n; he aquf la grandeza 0 mezquindad de su desti-no.

Los aficionados al deporte comentaban muy contentos eltriunfo en los juegos olfmpicos de uno de sus deportistas favori-tos. Admiraban al vencedor pero afirmaban que si habfa logra-do aquella medalla era gracias a que en su ultima epoca habfacambiado de entrenador. Se discutio entonces la importancia deesta persona en el exito personal del deportista. Unos decfanque la fuerza salfa de uno mismo y desde fuera poco se podfaaumentar. Otros, al contrario, afirmaban que sin un buen entre-nador nadie consegufa un buen triunfo.

El Senor escuchaba atentamente y, aunque el deporte no erasu fuerte, todos deseaban ofr su opinion. Asf que tuvo que inter-venir y, como siempre, fue sacando de la conversacion una en-senanza espiritual.

-El honor se 10 lleva el deportista, pero diffcilmente obten-drfa exito si no hubiera tenido quien educara sus movimientos,ensenara a agilizar sus musculos, ordenara y controlara sus en-trenamientos. Uno mismo no conoce del todo sus posibilidades,debe ser otro desde fuera quien las descubra y ensene a corregirlos defectos y deficiencias.

Lo que me preocupa es que esto que os digo, y que todo elmundo acepta en la vida deportiva y tam bien en otros camposde la actividad humana,' se tenga tan olvidado en la vida espiri-tual. Toda persona que quiera progresar debe escoger un buenmaestro, sea este una persona versada en el espfritu, dicho deotra manera, con capacidad de discemimiento y experimentadaen la virtud, 0 un grupo donde la comunicacion, la confianza y

la exigencia mutua, junto a una autentica revisi6n de vida cris-tiana, sea practica que nunc a se olvide. Ir por 10 libre, improvi-sar sinceramente, actuar con generosidad, no son criterios sufi-cientes para rendir al maximo. Mi Espiritu vigoriza y vitaliza alhombre, la maestria espiritual conduce toda esa energia y podalas desviaciones 0 los esfuerzos inutiles que espontaneamentebrotan en la personalidad.

Vuestro amigo recibi6 la medalla bien merecida, pero debeestar muy agradecido al entrenador que 10 hizo posible. Y sabedque en mi reino se premia con igual medalla al triunfador y a sumaestro.

43. Salud espiritual

Una de las companeras habia pasado una temporada de ser-vicio en un pais del tercer mundo y volvia entusiasmada del va-lor de su experiencia. Comentaba con los demas la deficientehigiene que tenian, 0 mejor la faHa total de higiene que habia ensus vidas, la carencia de agua con unas minimas condiciones depotabilidad y el absoluto desconocimiento que tenian de una co-sa tan simple como el jabon. En cuanto a la alimentacion su die-ta era enormemente deficitaria en proteinas y en alguno de losoligoelementos esenciales pues estaba casi exclusivamentecompuesta de una especie de harina que solo podia aportar hi-dratos de carbona, pues para colmo de males las semillas de lasque se obtenia carecian totalmente de lipidos ...

Todos escuchaban atentos sin entender demasiado los tecni-cismos pem asintiendo apesadumbrados.

-En mis tiempos, intervino el Senor, no sabiamos de todasesas cosas, yo no se si la alimentacion que recibi en mi familiay despues con mis discipulos de Galilea era equilibrada.Viviamos como podiamos, comiamos 10 que nos daban y poreso a 10 mejor resultaba variada y equilibrada. Nuestra preocu-pacion estaba mas en la higiene y en la comida espiritual. Encas a y en la sinagoga encontrabamos satisfaccion a estas necesi-dades.

Me asombra esta generacion que analiza las necesidadesdieteticas, que anatematiza colesteroles, que elabora jabonescon ph neutro y poder bactericida y olvida en cambio las nece-sidades de la vida espiritual. l,De que Ie servira al hombre co-

mer menus macrobi6ticos, practicar dietas vegetarianas, abste-nerse de excitantes de la mucosa gastrica y de las especias, des-terrar alimentos hormonados, exigir que los fertilizantes de loshuertos sean de estiercol animal y se eviten los productos quf-micos, si no pone igual 0 mas interes en el alimento e higienede su espfritu?

Asf como la falta de limpieza y la deficiente comida facili-tan la aparici6n de enfermedades, la ausencia del sacramento dela penitencia y de la comuni6n tiene como consecuencia situa-ciones, conflictos y fracasos enormes.

-Senor, pero hay gente que nunca se acerca a la iglesia ylleva una vida correcta, Ie dijo uno.

- Tambien en el tercer mundo algunos sobreviven y sonlongevos a pesar de todas las deficiencias de que hablais, peroeso no es ni 10 corriente, ni 10 ideal, ni 10 correcto,

Hay que ser muy consciente de que es muy necesario el au-toexamen de conciencia y que luego hay que someter las man-chas del espfritu allavado de la penitencia.

Hay que responsabilizarse de la propia instrucci6n por me-dio de la lectura de la Biblia y de los 6ptimos autores espiritua-les y, por encima de todo, hay que estar muy atentos a una bue-na alimentaci6n eucarfstica.

S6lo con estas precauciones podeis enfrentaros con optimis-mo a la dura y apasionante batalla de la vida.

Se extasiaban algunos amigos del Senor ante el escaparatede una tienda de productos de informatica. Comentaban las ex-celencias de un ordenador recien salido y se maravilIaban de losmultiples elementos de software que se les ofrecian.

El Senor les miraba con cierta ironia. No es que rio Ie gusta-ra utilizar maquinas, es que era incapaz de adorar a la herra-mienta tecnica como veia que hacian algunos.

Para hacerles rabiar a estos amigos a todos estos chismes lesllamaba «reencarnaci6n del becerro de oro». Pero siempre de-cia estas cosas con una ironia carinosa, pues el progreso tecnicoen si no Ie enojaba, al contrario, muchas veces les decia quedesde que el hombre empez6 a utilizar un palo para alcanzar unfruto del arbol habia comenzado el octavo dia de la creaci6n yque ahora con la ingenieria genetic a no habiamos llegado masque al mediodia. Por eso esta vez seria, pero amablemente, lesdijo:

-Por mucho que avance la tecnologia en «Silicon Valley»10 que no lograran disefiar es un «chip» capaz de amar. Y acor-daos de aquel gran computador de la famosa pelfcula que alpreguntarle al ingeniero proyectista si amaba contesta con unlac6nico: esta programado para que reaccione como si tuvieraamor propio, es decir, egoismo.

Podeis estar tranquilos, podeis cargar vuestro ordenador,sea PC, At, Ps 0 10 que salga despues, con el programa quequerais, que nunca observareis en el el men or sintoma de ena-moramiento. Sera incapaz de deciros con palabras salidas li-

bremente y no grabadas en su «Hardware» 0 «Software» lasimple expresi6n de amor: te quiero. Y la misma incapacidadla tendni para sentir semejante sensaci6n para con otro apara-to. Par muy pr6ximos que los dejeis, par mucho tiempo quepasen en solitario uno con otro, nunca llegaran a enamorarse.

Vosotros sf, vosotros me gustais porque podeis amar.

45. La infecci6n de garganta

Discutfan acaloradamente dos amigos. Estaban hablando delcomportamiento de un familiar de ambos. EI uno era duro ensus juicios, el otro no Ie daba importancia a 10 que al pariente seIe atribufa, y decia que se tomaban muy a pecho cosas que noeran sino chiquilladas.

Aquella conversacion, que empezo con buenas intenciones,empezaba a agriarse y hacia temer que provocara una rupturaen sus relaciones familiares. Por eso acudieron al Senor.

El Maestro les dijo:-Ni blanco ni negro, sino todo 10 contrario. Quiero decir

que ninguno de los dos enfocais bien el problema. Os 10 expli-care con un ejemplo.

Un chiquillo tuvo una infeccion en las amigdalas. Era unaenfermedad que no Ie molestaba demasiado, ni a el ni a sus pa-dres. Nadie Ie dio importancia, ya que dolor de garganta todo elmundo habfa tenido alguna vez. Pero aquella infeccion no tra-tada produjo una grave lesion cardfaca que exigio posterior-mente una seria intervencion quinirgica.

Hay que ver el mal en sus proporciones y sin alarmarse, conserenidad, pero hay que preyer las consecuencias que de el pue-dan derivarse y no despreocuparse del futuro.

46. Ellimbo de 10s estupidos

Un hombre que iba muchas veces con los amigos delSenor, tenia la costumbre de anadir alas ensefianzas delMaestro citas, paralelismos 0 etimologias curiosas. Era una es-pecie de enciclopedia ambulante que no servia para nada mas.Su incapacidad para el trabajo era proverbial, eigualmente elhuir de responsabilidades. Los discipulos se quejaban y elSefior, que reconocia cuanta razon tenian, quiso un dia explicaresta historia para que se concienciase de que su vida se soste-nia en falso.

- Te voy a contar un poema de R. Kipling que lei hace mu-chos anos, empezo.

Murio un dia J.B., insigne e ilustre doctor de la mejor uni-versidad de la nacion, y se dirigio directamente al cielo, dondecon gesto elegante llamo y presento sus credenciales. San PedroIe habia observado por la mirilla atentamente. Su porte era ga-llardo, pero su fisonomia no Ie resultaba familiar. Con la puertaa medio abrir habia estudiado despues la documentacion en re-gIa que Ie habia presentado y a continuacion consulto un orde-nado y completo fichero. Pero lamentandolo mucho y en mediode profundas reverencias como sus modales requerian, Ie dijoque no tenia ninguna reserva hecha a su nombre y que por 10tanto no Ie estaba permitido entrar.

Lentamente y con el cerebro que Ie hervia de inquietud sedirigio al infierno, pero aUf Ie dijeron que tampoco habia sitiopara el, Cuando seguidamente Ie dieron con la puerta en las na-rices respiro tranquilo, evidentemente la perspectiva de quedar-se en aquellugar no Ie hacia gracia.

Como no crefa existiese otra opcion, volvio al cielo. SanPedro, con exquisitez, consulto nuevamente y con detenimientosu archivo, probo si sus sefias por algiin descuido correspondfana algiin apellido semejante al de el pero escrito con la letra V 0

con Ia exotica W, ya que el angel que estaba de turno aquellatemporada no era de origen Iatino. Pero por mas que revolviono encontro su nombre. A fin de mostrarse amable, ya que noera esta su responsabilidad, Ie pregunto donde tenfa sus buenasacciones, a quien habfa favorecido en Ia tierra.

Pero aquel buen hombre, mejor dicho aquel hombre a secas,Ie contesto que el habfa sido un estudioso, un investigador.

-l,Que libros has escrito?, Ie pregunto san Pedro deseosode encontrar alguna solucion.

-Ninguno, dijo, no me atrevfa a escribir nada, iinicamenteIda ...

-l,Que has hecho con tu vida?, Ie pregunto ya bastante ner-vioso, pues aquel sujeto Ie empezaba a sacar de quicio. l,Quetetrafas entre manos?

-Nada de nada, mis manos estan vadas ...-Lo siento, pero aquf no tienes sitio, acabo Iaconico san

Pedro.Enfadado y resoplando de ira se dirigio de nuevo al infier-

no, llamo histerico, dijo gritando que habfa deseado Ia mujer desu mejor compafiero, que furioso un dfa habfa incendiado Ia vi-vienda de sus padres, que por su indolencia habfan muerto dehambre sus mismos hijos ...

Se entreabriola puerta y con voz burlona oyo que Ie pregun-taban:

-l,Donde y cuando?EI contesto temblando:-Los relatos de terror estan llenos de estos crfmenes, estoy

muy segura de ello.-Aquf hay solo sitio para malhechores, no para eruditos. Si

no tienes pecados, si no has cometido ningiin crimen, aquf nohay sitio para ti.

Y el cadaver de J.B. rodaba por los espacios infinitos sindescanso, sin experimentar nada, sin pararse un momento para

tomar un simple vasa de agua, sometido al tormento de aburrir-se, a la terrible monotonfa de la vaciedad sin sentido; en una pa-labra, sufrfa la mas terrible tortura silenciosa.

Asf es el infiemo de los estupidos. Sin fronteras, una inc6g-nita sin ecuaci6n, una indigesti6n causada por la ausencia decomida, una fiebre ocasionada por la nada y el vacfo.

Siento panico por aquellos que dedican su vida a conseguirtftulos y diplomas sin estar nunca satisfechos y hacer rendir susestupendas acreditaciones. Prefiero al sencillo pe6n, analfabetoy d6cil, que lleg6 sudoroso y exhausto a llamar alas puertas demi reino.

Vino un dia un hombre enfadado, agresivo, fuera de si, alencuentro del Senor. Estaba indignado por no se que orden deno se cum autoridad que Ie exigia una infima modificacion desu ordenada y a todos ojos perfecta vida. Todo el mundo se da-ba cuenta de la desproporcion que habia entre el disgusto y elmotivo que 10 provocaba.

Pero el Senor no se inmuto 10 mas minimo. Se puso a hablarcon el, hasta Ie explico chistes y adivinanzas, logro que la con-versacion fuera divertida y al cabo de unas horas el hombre ha-bia olvidado su enojo y se habia decidido a seguir al Senor.

Los discfpulos Ie preguntaron como habfa conseguido cam-biarlo.

-He hecho como los toreros. Si os haMis fijado, cuando eltoro sale de los corrales, el espada 10 observa atentamente, des-pues los de la cuadrilla juegan un poco con el, un capotazo poraqul, otro por aHa. Esconderse en el burladero para ver si pin-cha 0 huye, desentendiendose de la faena. Sale un poco el maes-tro y 10 estudia con el capote, actuan los picadores con el rejon,Ie plantan algun par de banderillas y finalmente cuando se halucido con la muleta, solo entonces, puede entrar a matar.

Vosotros deMis obrar de la misma manera. Hay que saberacoger, entretenerse con la persona, ni ser hipocritas ni precipi-tarse, dar tiempo al tiempo. De esta forma se suprime muchaagresividad y se consiguen discfpulos para el reino.

Los amigos, despues de estas explicaciones, se quedaron in-trigados, nunca el Senor habfa ido a una corrida y siempre Ie

habfa parecido malla cruel dad con los animales. Por ello lacomparaci6n no les habfa parecido afortunada.

Pero elles dijo:-Hay que ser observador de todo y exprimir la ensefianza

que se halle contenida en cada co sa. En esto se conoce al discf-pulo espabilado del que no 10 es.

Para que se dieran cuenta de que hay acciones illlitiles queno vale la pena iniciar aunque tengan su atractivo, que no hayque perder el tiempo, que el reino de los cielos padece violenciay que uno debe evitar equivocarse, les dijo un dfa:

-Hay gente que se comporta como los perros que se lanzancontra los coches ladrando sin darse cuenta de que no puedenhacer ningun dafio al vehfculo y que si se descuidan un poco, elcoche puede atropellarlos.

Vosotros, pues, no perdais el tiempo en acciones que s610tienen por finalidad la simple protesta.

Recordad siempre que una cosa es ser profeta y otra, vulgarpicapleitos.

El Senor querfa que entendiesen la situacion de tension queha de vivir el hombre sin asustarse y para ello les expuso estacomparacion:

-El otro dia vimos como descargaban de un remolque ungran globo. Era un pesado bulto rodeado de todo un amasijo decuerdas, anillas, cesta, sacos y no se cmintas cosas mas.

Hoy hemos visto a 10 alto, encima de aquel hipermercado,un globo cautivo. Parecfa mentira que una cosa que sabiamosera tan pesada, estuviese tirando tan fuertemente hacia arriba.Era posible par la fuerza ascensional del gas que 10 llenaba.

Pas a una cosa semejante con el hombre que desde que pecoes pesado, pero que al recibir mi Espiritu siente un impulso in-terior que Ie invita a crecer y mejorar. Hay que dejar actuar a lagracia, no olvidando que en el propio interior hay un pesomuerto, unas tendencias malas, que 10 que pretenden por si mis-mas es que se vuelva a la situacion de postracion. Pero miEspiritu, nunca 10 olvideis, es superior al pecado original.

Una manana, a finales de invierno, caminaban junto alMaestro por un camino no demasiado ancho y flanqueado paralmendros a ambos lados. Alguien constat6 que en el suelo ha-bfa una robusta rama desgajada seguramente al pasar algun ca-mi6n.

Al verla les invadi6 a todos la tristeza, las gemas estaban apunto de brotar, las flores hubieran salido, despues se hubieranhecho los almendrucos ... Aquella ram a de almendro era unaimagen de la esperanza derrotada ...

Pero tenfan prisa y nadie la toc6.Volvieron a pasar una semana despues y observaron mara-

villados que aquella rama habfa florecido. Aquellas flores eranpura belleza gratuita, sin ninguna ambici6n de perpetuar la es-pecie, nunca, con seguridad, se convertirfan en almendras.Estaban, eso sf, para alegrar la vista de los que pasaban.Despues vendrfa el morir del todo. Y aun dentro de algun tiem-po puede hacerse lena con ella y calentarse en la chimenea, dijopensativo uno.

El Senor, conmovido anadi6:-Debeis aprender de esta rama. Es un ejemplo de la gene-

rosidad de la naturaleza. Tambien el hombre, como ella, puedehacer el bien despues de muerto si asf 10 tiene previsto. Puede

* Aunque parezca exrrafio este comportamiento vegetal ocurri6 con una ramade unos quince centimetros de diametro arrancada de cuajo a finales de enero de1990 cerca de mi casa. Pero no rrateis de comprobar la experiencia. Son tan bonitaslas tamas de almendro cuando estin a PUnto de florecer ...

alegrar a nifios solitarios, satisfacer a hambrientos, estimular avagos marginados e incluso prolongar la vida de enfermos, gra-cias a la implantacion de sus organos en otros hombres. Tododepende de como se haya hecho el testamento. Esta generosi-dad humana, como la de la rama del almendro, no satisface lapropia vanidad, no abre puertas de influencias, pero mi Padre sfvalora esta magnanimidad y tendni su premio.

EI Senor tenia cada ocurrencia ... Un dia para que compren-dieramos la importancia de ser constantes y pacientes mas quelistos, que mejor es ser fie 1que brillante en las actuaciones, ex-plico esta historia:

-Un rico industrial americano visitaba un dia una noblemansion inglesa. Habia sido bien recibido por el aristocrata queIe habia ensenado todas las salas luminosas y alegres, dentro de10 que la luz de aquel pais puede conseguir, los sordidos sota-nos con fantasmas alas horas correspondientes. Despues en eljardfn que rodeaba el edificio, paseaban tranquilos por el ces-ped. Admiraba el yanqui el uniforme y tupido parterre de unverde vivo y reluciente y entonces, solo entonces, con admira-cion y curiosidad Ie dijo:

-l.Como se las arregla para tener esta hierba tan bonita?-Pues la cosa es muy sencilla, contesto el noble ingles,

molesto de que solo la hierba Ie hubiera causado admiracion. Seplanta la semilla muy uniformemente, se riega con frecuencia,se corta periodicamente y todo este ritmo se repite con regulari-dad. Asf cuando pasen quinientos anos en America podra tenerunos jardines como los que ve por toda Inglaterra.

Les decfa un dfa que iban en coche:-Si quereis saber vuestro grado de ambicion, solo debeis

examinar vuestro comportamiento cuando conducfs un coche.Si al ver un vehfculo frente a vosotros, aceler~is para ade-

lantarlo, yendo como ibais a la marcha regular que habfais ele-gido ...

Si al mirar el retrovisor veis detnis un as luces y apretais elgas a fondo para que nadie os adelante ...

Si marchando en caravana, vais pensando que el chofer dedelante es inexperto ...

No 10 dudeis, circula par vuestras arterias espirituales unaalta y peligrosa dosis de ambicion. Debeis cuidaros mas que sidescubrierais una dosis alta de cole sterol viajando par vuestrasvenas.

El Senor un dia que discutian sobre la oraci6n y la acci6n, yquerian saber cwil era su preferencia, les dijo sencillamente:

-Antes de una actuaci6n el director de orquesta estudia pri-mero la partitura. Despues 10 hace con los musicos. Mas tardedurante el concierto tiene presente la partitura, pres'entes a losmusicos ... e incluso al publico.

Vosotros, pues, no pongais nunca en contraposici6n el amoraDios y el servicio al pr6jimo.

Es un planteamiento absurdo.

Habian encontrado en un paraje del bosque un arbol arran-cado de cuajo, seguramente algtin vendavallo habia echado porlos suelos. Uno coment6 que aquel arbol pertenecia a una espe-cie vegetal de pocas rakes pues procedia de unas tierras dondela lluvia es abundante.

El Senor entonces dijo:-La finalidad de las rakes no es unicamente la nutrici6n

del arbol, como a veces pensamos. Tambien sirven para sujetar-10 al suelo.

Esto es semejante a 10 que Ie sucede al hombre con la amis-tad. Los amigos no s610 nos informan, son nuestros confidentes.Los amigos en momentos de dificultad, de depresi6n, de sole-dad, sostienen al hombre. Yen momentos de dejadez, de pasivi-dad 0 de pereza, han de ser exigentes.

La amistad, como las rakes de un arbol, hay que cuidarla,mantenerla viva, debe crecer hacia profundidades interiores.Una amistad superficial es simple camaraderia. Como las rakesde superficie, resulta de poca utilidad.

A un hombre que tenia un alto cargo en una industria, Ie lle-g6 la jubilaci6n sin desearlo y cuando menos la esperaba. Leimpresion6 de tal manera que envejecio en pocos dias.

El Senor al observarlo se apresuro a decirle:-En oriente a la fruta que nosotros llamamos caqui la lla-

man «palo santo», porque, cuando llega el otono, el arbol pierdetodas sus hojas y quedan en las ramas solo los frutos. Nada haysuperfluo, todo es fecundidad. De aqui el apelativo de santo.

Tu, que te han enviado a la reserva sin pedirlo, consideraque libre de responsabilidades profesionales 0 de frivolidadesjuveniles, has de comportarte hasta tu muerte como el arbol dela comparacion y asi te mantendnis joven.

Y recuerda que la empresa del reino de los cielos no conce-de a nadie la jubilacion. Solo tiene, cuando llegan, vacacioneseternas.

Y les decfa:-Una vida sin fe es como un viaje por carretera en medio

de camiones. No es necesario estar mirando por donde discurrela carretera, solo hay que ir siguiendo. Es muy comodo, nadasorprende, pero te pierdes gran parte del paisaje y vas respiran-do aire contaminado y la velocidad que llevas no la escoges tu.

EI hombre sin Fe no tiene en su cabeza problemas superio-res, pero su vida es raquitica, se hace mucho mas susceptible yIe perjudican mas los hombres aunque no 10 note. Pero, sobretodo, Ie falta un horizonte eterno.

Vosotros que teneis Fe, sed conscientes de que es una rique-za y maravillaos de toda la suerte que hay en vuestra historiapersonal, sumergidos como estais en unos confines infinitos.

El Senor les decfa un dia que iban caminando en medio deuna gran ciudad en momentos de mucha afluencia de gentepues habia rebajas generales:

-Un hombre dentro de su coche miraba y veia delante de €ltodos los semaforos en rojo y se desesperaba y no avanzaba ydecfa que en la capital no se puede conducir y no s6lo €l no semovia, 10peor era que impedia la circulaci6n de los demas.

Un dia Ie explicaron que algunas calles tenian los semliforossincronizados para facilitar la fluidez de la circulaci6n y por esono s6lo el de delante, sino tambi€n los otros de cerca los podiaver rojos. Como al contrario, si tenia paciencia estos mismoslos veria verdes.

Aquel dia cambi6 de opini6n.Y yo ahora os digo: el pesimismo a veces es s6lo crasa ig-

norancia. Se puede a veces salir de la depresi6n simplementeestudiando con estrategia la propia situaci6n. Si os encontraisacomplejados, si estais apesadumbrados, 10 primero que deb€isdescubrir es el motivo. Estudiad serenamente la gravedad delposible problema y despu€s cali brad el estado de animo paradescubrir si corresponde a la importancia que tiene en verdad elproblema.

A veces todo es desconocimiento, ignorancia, como Ie pas a-ba al hombre de los semaforos.

A un lado del camino, muy cerca de una casa solariega selevantaba, soberbia de porte, una vieja encina. Como el mo-mento era propicio para el descanso, se sentaron a su sombra.El arbol, tanto su tronco como su copa, impresionaba y era ine-vitable que surgiera un comentario al respecto. No tardo puesen decir un companero:

-jY pensar que toda esta mole ha salido de una bellota!Otro comento:- Y por mas que la buscaramos no hallarfamos rastro de

ella.El Senor entonces les dijo:-Un dfa se desprendio la bellota y quien sabe por que mo-

tivo se hundio en la tierra y empezo a chupar humedad y de estamanera tan anonima inicio su existencia este arbol. Sin ceremo-nia de primera piedra, sin autoridades para dar importancia a lainauguracion, sin discursos ni documentos que archivar. Faltotodo esto y adem as se ha perdido absorbida por la rafz dondequedo de incognito. Lo importante es que existe la encina, quebajo ella nos cobijamos, que es fecunda y que un dfa sera util sumaciza madera.

No busqueis tampoco vosotros, siguiendo la ensenanza deeste arbol, el reconocimiento y la lisonja del poco bien que encada momento podais hacer. El hombre es pobre y solo puedehacer pobres cosas. Pero poned atencion, ilusion y primor, nun-ca sabreis cuanto bien haceis cuando empezais a hacer el bien.

59. EI pecado original

Un espectaculo de mimo habia ridiculizado la narraci6n bi-blica del paraiso. La compaiiia que 10 habia representado era deprestigio y todos estaban apesadumbrados, pues todos aprecia-ban las ensefianzas dellibro del Genesis. No habian queridoasistir y uno que fue por error, se sali6 en cuanto comprendi6laintencionalidad de la farsa. Aun asi todos conocian por las con-versaciones de la gente y por la prensa el contenido del gui6n yla coreografia. De nuevo hay que decir que estaban acongoja-dos. Esperaban del Maestro una palabra de ayuda, un estimulo,una explicaci6n, pero el tam bien caHaba. Por fin en voz bajaempez6 a susurrar:

-Hoy nadie habla del pecado original, todos quieren olvi-dar el concepto 0 ironizar sobre el relato biblico. Cuando este seescribi6, y se escribi6 muy bien, la vida social, las apetencias ylos gustos eran muy otros a los de hoy. Sin querer mejorarlos,pues en este momento yo tambien estoy muy disgustado, voy aponeros un ejemplo de esta idea para que la comprendais mejor.

Un joven que acababa de cumplir los dieciocho afios, sepropuso estrenar su permiso de conducir recien sacado y el de-portivo que habia recibido como regalo de su padre. Inexpertoy vanidoso, sali6 a la carretera con la ambici6n de superar acualquier coche que viera del ante de si, olvidando las norm asdel c6digo que Ie habia tocado estudiar.

El accidente grave, que no mortal, no tard6 en producirse ylas dificultades de circulaci6n se presentaron para todos los que Ieseguian que, enfurecidos contra el inexperto conductor, hacian

sonar sus bocinas, paraban los motores 0 aceleraban excesiva-mente en el momento en que podian y debfan circular con pre-cauci6n. Con todo esto aumentaron las malas consecuencias deldesastre y a causa del primer percance y de que se sumaron a ella intolerancia y la ira de los demas, aquel dia todas la empre-sas de la com area se resintieron, pues la mayor parte del perso-nal que debia desplazarse desde su residencia familiar hasta lasfabricas lleg6 con retraso.

Esta historia, como veis es verosimil. Observad a la huma-nidad y descubrireis que algo malo Ie ha pas ado desde antiguo.Hay que sufrir algunas de sus malas consecuencias y no dejarsellevar por el enojo. Si no podeis evitar las consecuencias, al me-nos no aumenteis el mal y tratad de no ser atrapados por la ava-lancha que se os viene encima.

Rondaba entre la gente que seguia al Senor un joven brillan-te en todos los aspectos. Su porte era elegante y deslumbraba alas chicas. Sus ademanes seguros y apocaba a los j6venes. Suhablar era fluido, convincente, simpatico. Toda su persona erala comidilla de las gentes dellugar. El Senor, empero, 10 igno-raba, y los discipulos no sabian explicarse tal proceder.

Se alej6 un dia, se 01vid6 su memoria, su empaque, nadiesupo mas de su persona. Pero al cabo de un tiempo alguien trajola noticia: aquel atractivo muchacho era un perdido, un brib6n,un balarrasa, un tarambana.

Se 10 comentaron al Senor y Ie preguntaron si 61 se habiadado cuenta ya la primera vez que 10vio de que era un hip6critay por eso Ie habia hecho tan poco caso.

El Senor les contesto:-La palabra hipocrita me parece demasiado fuerte. Es un

simple vivales, un oportunista presumido dotado de buenas cua-lidades que no queria controlar ni fomentar con su esfuerzo per-sonal pues solo queria vivir de renta. Y el dia que se Ie agotaronsus dotes, que se canso la gente del mismo personaje, fue unhombre derrotado y eso 61era incapaz de aceptarlo.

Si uno observa los primeros momentos de un ser que vive aexpensas de las reservas acumuladas por la madre, estoy pen-sando en un embrion dentro de un huevo, vera que goza de unagran vitalidad, pero pobre de 61si piensa vivir solo de estas re-servas, perecera muy pronto. Debe nutrirse en el exterior, mo-verse y asimilar alimentos.

Las cualidades son como Ia moneda: si no se invierte, si conella no se negocia y simplemente se gasta, el que mas pueda te-ner, de Ia noche a Ia mafiana se armina.

Me dan miedo Ias gentes simpaticas, guapas, listas, que seaprovechan de sus cualidades y no se esfuerzan en adquirir fi-delidad, coraje, estudios, Iaboriosidad. Me dan miedo por elIos,no por mf. Pueden ser enemigos momentaneos, rivales fugaces,pero muy pronto ellos mismos se derrumbaran.

Le preguntaron a una buena mujer que siempre sabia adere-zar sus comidas con fina hierbabuena d6nde tenia su plantaci6n.

-Ahora es invierno, contest6, no quedan mas que las rai-ces. Pero ya brotara en primavera. Ahora no la encontrareis enla ensalada pero si la notareis en el guisado, pues alli se puedeponer seca.

Miraba fijamente el rinc6n del huerto el Senor cuando lesdijo:

-Me gustaria que aprendierais de esta planta. En situacio-nes adversas a veces luchar es absurdo. Como seria una equivo-caci6n escarbar en la tierra para hacer brotar las ramitas en in-vierno. Hay que guardar 10 que se pueda y saber esperar.Cuando venga la primavera la planta no empezara a rebrotardesde cero, aprovechara sus extendidas y subterraneas rakes ysu renacer sera mucho mas lozano que cuando la planta se ini-ci6 en la vida.

El hombre en adversas circunstancias debe saberse recoger,hundirse en el estudio 0 la oraci6n y esperar tiempos mejores,cuando recuperando todo 10 almacenado en los inviernos espi-rituales de la vida, podra de nuevo surgir, florecer y dar frutoabundante.

-Tienes toda la raz6n, Senor, pero yo que he pasado mu-chas veces por eso que tu llamas invierno espiritual, siempretengo miedo de morirme y que todo 10 que se, todo 10 que pu-diera hacer si las circunstancias fueran favorables, todo, todo,se encierre conmigo en el sepu1cro.

-Muy tnigico te pones, amigo, Ie dijo el Senor mientras Iemiraba sonriente esperando levantar su animo.

Mi Padre sabra recompensar toda 1a esperanza recogida enun interior que se ha tenido que rep1egar, sabra premiar todo e1ensueno entreabierto del oprimido por 1aenvidia ajena, acogeracon gozo a1 que ha sabido recluirse guardando cuidadosamente10 que habfa conseguido poseer, pensando en ofrecerlo a otroscuando llegaran buenos tiempos.

Y no te preocupes por 10s otros hombres, e1 bien nunca sepudre. Mi Padre sabe hacer oportunas transferencias. Ademas,por viejo que seas, nunc a sabras cuantos minutos de vida tepueden quedar. Ya 10 sabes, la mas bella flor puede brotar enunanoche.

Entraron un dfa en el despacho de un amigo a quien no Iefaltaba ni un solo elemento de la informatica moderna.

La curiosidad del grupo estaba puesta en comprobar las de-licias que se podfan conseguir del nuevo «Mac».

Pacientemente 10 conect6, se oy6 el suave ruidito, luegounos mimeros fueron apareciendo en la pantalIa, finalmente secarg6 el sistema operativo, sin el cual el ordenador no serfa ca-paz de efectuar ninguna operaci6n, les advirti6 el amigo. Vinodespues lIamar al programa y empezar a ejecutarlo. Y fue en-tonces, s610 entonces, cuando pudieron disfrutar.

Al salir del despacho el Senor les advertfa:-i Y pensar que tanta gente que aprende y es capaz de res-

petar todo el proceso de puesta en marcha y funcionamiento deun ordenador, no 10 es de respetar la idiosincrasia de las perso-nas! jReverencia mas a una maquina que a un ser humano!iEsto sf que es el colmo!

Esta vez no quiso anadir mas. Parecia que se Ie habfa conta-giado ellaconismo de la computadora.

Se quejaban un dfa los discfpulos de que el Maestro era de-masiado exigente. Se habfan despertado ya cansados y el Senoren cambio los habfa saludado lleno de vitalidad explicandolesproyectos costosos y formidables. Como los planes eran muyambiciosos, el les reclamaba vigor y coraje. Pero ellos no sabfanaceptar que el que habfa sido tan comprensivo con los demas,fuera con ellos tan severo. Como se 10 dijeran, elles contesto:

-A vosotros os he escogido para ser el micleo inicial demis proyectos. Cuando os arrojais bolas de nieve, l,no las apre-tais hasta que estan bien apelmazadas antes de tirarlas lejos?l,No se consigue mayor distancia cuanto mas dura es la bola?

Solamente si el nucleo de nieve es duro 0 la arista de lacresta es de hielo recio, solamente entonces el alud que se origi-na es devastador.

La nieve fina que llega dispersa en volandas del viento demontana es solo molesta ventisca.

Lo que arrolla y demuele debe surgir de un nucleo compac-to, que se lleva poblados y destruye bosques.

A vosotros os he escogido para que seais vencedores tota-les del mal y solo con una disciplina espartana podreis conse-guirlo.

No os quejeis, es la paga que hay que abonar por ser los es-cogidos, y de ella vendra despues la gloria.

Se movfan aquellos dfas por una comarca en la cual habfantop ado con varios monumentos a la Resistencia. Eran monu-mentos modemos que si nunca resultaban de mal gusto tampo-co destacaban demasiado por su belleza. Se vefa que los habfanhecho con mucho amor y mucha prisa. Un dfa que estaban sen-tados en los bancos de al lado de uno de ellos, inevitablementesurgio el comentario:

-jComo cambian los tiempos! Los «despreciables asesinos»de hace poco son ahora homenajeados de esta manera, dijo uno.

-A 10 mejor un dfa reciben los mismos honores nuestrosvilipendiados terroristas de ahora, dijo otro.

-No hay que confundir el guerrillero con el terrorista, ter-cio otro mas analista.

-Sf, tienes toda la razon en eso que dices, intervino elMaestro. No me gusta la guerra, ni hacerla ni siquiera hablar deella, pero voy a hacer una excepcion.

La guerrilla, el «maquis» como se llamo tambien, es unaforma de luchar en defensa de unos derechos arrebatados injus-tamente, en defensa de unas personas oprimidas. La guerrilla esun ejercito de avanzadilla, clandestino y casi siempre popular,lleno de idealismo y noble rebeldfa.

El terrorista no es asf, es un hombre vacfo de esperanza,desconectado del pueblo al que dice servir, que ha substituidoel amor por el odio, de ahf su peligrosidad, y que ha hecho delatentado su sistema de vida. El mismo sabe, aunque no quierareconocerlo, que su obrar no conduce a exito social alguno, pe-

ro una especie de determinismo Ie lleva a este comportamientoimitil. Pero no creais que este proceder sea monopolio del ambi-to politico; en los otros contornos ocurre al$o parecido.

Siempre en circunstancias precarias he suscitado profetas,que son los «guerrilleros del reino». Su obrar y su testimonioson arriesgados y su aceptaci6n diffcil, pero, uno ve que los dis-tingue de los ciegos terroristas por su amor y su esperanza. Noocurre 10 mismo con los «terroristas del reino». Por mucho queno quieran llamarse asf, siempre han existido. Son gente insa-tisfecha, insolidaria con cualquiera que no comulgue con susexactfsimas ideas y modos de proceder. Tambien son pagadosde sf mismos.

Vosotros luchad cuando os toque, pero no perdais nunca laesperanza, el amor. Asf no sereis nunca terroristas de ningunaclase.

Eran malos tiempos, nadie 10 dudaba. Dnos se replegaban,perdidas sus ilusiones, y mantenfanse como fuera faltos de opti-mismo. Otros firmes y si era necesario solitarios perseverabancon austeridad en sus convicciones. Parecia que solo esperabanestoicos la muerte.

Los discipulos Ie decian al Senor que la actuacion de estossolitarios era absurda, que ignoraban la realidad del momento,que habfa que admitir que hoy muchas cosas habfan pas ado demoda 0 que la gente decia que estaban superadas, que ni quijo-tes llegaban a ser, que solo eran fantoches.

Pero el Senor no participaba de este derrotismo y les decia:-Cuando el invierno se hace mas crudo ciertos arboles,

perdidas sus hojas,. no dan ningun signa de vida, pero tam pocola pierden. Han perdido su esplendor pero mantienen altivos sustroncos y ramas en espera de buenos y nuevos tiempos i,Comoserfa la naturaleza si cada primavera debieran plantarse las se-millas de todos los arboles que debieran adornar nuestros vera-nos? jCon que color y vigor brotan las flores de los arboles quehan resistido la crudeza del inviernol jO cuantos hongos perm a-necen ocultos en finfsimos micelios enterrados aguantando elseco verano para surgir en el humedo otono! Emigrar es una co-bardfa, es perder solidaridad con el futuro de un pueblo.Sucumbir, encerrarse en sf mismo para provecho propio, es fal-ta de fe y es egofsmo y pereza.

Asistian una noche a un concierto de musica muy selecta.Los interpretes eran: organo, viola de gamba y voz de bajo. Losmusicos serenos afinaban sus instrumentos 0 su voz. Poco des-pues empezo el concierto que fue excelente par la interpreta-cion, por la calidad de los instrumentos y par la buena acusticadel recinto. Fueron adecuadamente aplaudidos. Despues de re-cibir los aplausos y saludar al publico, entre una y otra pieza, sevio como viola y voz afinaban de nuevo con el organo.

Antes de irse a dormir los amigos, que eran legos en el artede la interpretacion musical, 10 comentaban y el Maestro apro-vecho para decirles:

-Si, si es asi en una circunstancia en la que solo se trata deajustar frecuencias auditivas, cminto mas necesario ha de ser enla labor del trabajo por el reino. Ciertamente hay un peligro encaer en el esteril revisionismo, de este debeis huir. Pero no olvi-deis que es necesario no solo el examen personal de conciencia,sino tam bien el examen colectivo, la revision de grupo, paraque en la variedad de vocaciones y en la libertad del espiritu in-terior que se mueve a impulsos de mi Espiritu, la tarea comuntenga sentido y ritmo de conjunto y asi vuestro colectivo, seaasociacion, equipo, comunidad 0 10 que querais Hamarlo, defruto y este sea abundante.

Murmuraba uno de los compafieros, quejandose de que per-dian demasiado tiempo conversando. Si el mundo debe ser sal-vado hay que iniciar la salvaci6n inmediatamente y dejarse detantos encuentros y plegarias.

Le preguntaron al Sefior si tendria raz6n y no estarian ellossiguiendole equivocados. Si no estaba mas en su linea el quemarcharan presurosos cada uno por su cuenta y al sitio que me-jor les pareciera.

El Sefior les explic6 la siguiente fabula:-Una buena empresa de detergentes contrat6 como vendedor

a un hombre muy espabilado. Sali6 en cuanto finn6 el contrato la-boral convencido de la bondad de aquel producto y enseguida au-mentaron las ventas de la empresa. El contacto con los jefes deproducci6n y los cursillos que recibi6 por parte de la empresa Iefamiliarizaron con los productos tensioactivos base de todo deter-gente, adquiriendo pues un cierto conocimiento tecnico.

Como tenia algunos clientes que eran tenderos de pocamonta en lugares apartados, sin peligro de competencia y conpoco capital, pens6 que podria ofrecerles algunos productos deformulaci6n y fabricaci6n propia que les resultarian mas bara-tos y conseguirian los mismos resultados. Lo hizo asi y aquelloscomerciantes se entusiasmaron y Ie entusiasmaron. Los envaseseran sencillos, la materia prima era barata y el producto final te-nia buena salida. Poco a poco aquel representante fue alejando-se de aquella multinacional y empez6 sin casi darse cuenta avender exclusivamente sus productos.

Al principio todos estaban satisfechos, pero pronto surgie-ron los inconvenientes. El producto base era irritante, los colo-res perdian su vigor y para colmo de males no siempre conse-guia las materias primas a tiempo y en otras ocasiones no teniacapital para pagar a unos proveedores que exigian de inmediatoun capital que el solo podia reembolsar de sus clientes a largoplazo. En una palabra, alas dificultades tecnicas les dio la pun--tilla la falta de liquidez monetaria y fue a la mina.

Mientras tanto, la multinacional fue fabricando buenos de-tergentes y los viajantes de la compania continuaron vendiendobuenos productos y los que los adquirian obtenian buenos resul-tados.

Por si no hablan entendido el resultado de la larga narracionanadio:

-Acordaos siempre que sois mis representantes y que solo10 sereis si no perdeis contacto conmigo.

68. Los tiempos pasados

Le reprochaban al Maestro que frecuentemente les hablarade «sus tiempos», de los tiempos pasados de el 0 de ellos. Le de-cfan ltambien tu crees que cualquier tiempo pasado fue mejor?

-N0, no 10 creo asl. Pero cualquier tiempo pasado fue se-mina del posterior, del presente y del futuro, por eso 16 que hayque hacer es analizar los orfgenes, estudiar la procedencia, paraaprender. Ademas, en nuestra tarea siempre estamos empezan-do y sera bueno estudiar como fueron otros inicios.

Tenia el Senor un amigo en un pueblo por donde pasabancon frecuencia y donde tambien eran muy bien recibidos. La vezque ahora se relata fue diferente, les recibio con deferencia yamabilidad, pero saltaba a la vista que el amigo estaba pachucho.

El Senor aprovecho la primera ocasion que se Ie presento deestar a solas para preguntarle preocupado:

-l,Que te pasa? l,Por que estas tan abatido?-l,Tanto se me nota?.. Si, tengo ganas de hablarte de 10

que me pasa, aunque creo que no podnis hacer nada ...-Bueno, pero al menos podremos compartir el dolor, por-

que a ti te duele el alma l,no es eso?-jQue bien 10 has adivinadoL .. Durante estos dias que no

nos hemos visto me he enterado que un amigo tenia cancer, auno que fue companero de colegio Ie ha dado un infarto y todoesto me sucede a mi que todavia no he acabado de aceptar lamuerte de mi hermana ...

- Te sangra el corazon ...-jQue bien 10 dices! Pero es que he perdido la ilusion por

las cosas. Me voy a dormir con la angustia de que a mi tambienme oprime el pecho como si tuviera una garra clavada en e1. Melevanto teniendo sintomas de 10 que me parece es un tumor enel vientre ...Viviendo asi, como puedes suponer, no soy capaz dehacer nada, estoy cansado antes de levantarme, nada me apete-ce, todo me da nauseas. Me limito a cumplir mis obligacionesprofesionales y aun de estas huyo 10 que puedo. l,Para que tra-bajar? l,Para que proyectar si la enfermedad me acecha? Date

cuenta que estoy en la edad que los medicos dicen es la maspropicia para sufrir estas enfermedades ...

-l,Tienes una calculadora?-Sf, pero de que me va a servir ...-Yen una agenda que tengas por casa l,hay algun calenda-

rio perpetuo?-Por casualidad el otro dfa me encontre uno, pero l,de que

sirve todo eso?-Pues mira, vas a hacer una operaci6n un poco complica-

da pero muy saludable. Te recomiendo que te 10 tomes concalma. Coge un papel, escribe el ano en que naciste, debajovas poniendo todos los anos hasta el presente. Primero calcu-las cuantos dfas viviste el ano de tu nacimiento, no es tan sen-cillo como parece. Al calculo de los dfas del presente Ie pas a10 mismo. An6talo al lado. Ahora interviene la calculadora.Suma los dfas del primer ano de tu vida y los de este ano, mul-tiplica por 365 los anos normales y por 366 los bisiestos quete ha tocado vivir. El resultado de todo esto veras que es unacifra bastante grande. Son los dfas que mi Padre te ha concedi-do hasta ahora. Escrfbelo en un lugar que te quede a mana yno 10 pierdas.

Manana al despertarte recuerda el numero y repftete: a todosestos dfas se me anade el regalo del de hoy. Debo aceptarloagradecido y aprovecharlo completamente. Es un dfa nuevo,nunca 10 vivf antes, 10 estreno para mf, es un dfa joven.

Y por la noche sumale una unidad a la cifra que tenfas apun-tada y duerme agradecido, eres muy rico con los miles de dfasque tienes acumulados.

-Nunca se me habfa ocurrido esto ...-Pues ahora mismo vas a empezar el calculo, porque noso-

tros nos vamos.Y el Maestro se levant6 y todos nos fuimos con €I como si

tuvieramos prisa.Al cabo de no muchos dfas recibimos una carta en que nos

decfa que el c6mputo habfa sido largo, que para estar segura ha-bfa tenido que coger una calculadora con impresora, pero que la

constataci6n Ie habfa dado animos, que habfa vuelto a ir a leer a1a bib1ioteca, que vo1vfa a co1aborar en Caritas y que e1 pas adodomingo despues de misa, se habfa atrevido a coger 1a «moun-tain-bike» de su nieto y se habfa ido a dar una vuelta con ellapues 1a fiesta es para ce1ebrar1a.

Y junto a 1a firma ponfa: tengo 21.293 dfas, soy dichoso y te10 agradezco.

70. La aspirina

Se quejaban algunos discfpulos de que su agitada vida noles permitfa participar en liturgias vividas con sinceridad, juntoa compafieros con quienes poder compartir con confianza yarropado todo en momentos largos de silencio que permitieranuna comunicaci6n interior. Por todo ello les parecfa que era me-jor abstenerse de aquellas reuniones nipidas y rutinarias.

El Sefior les dijo tajante:- Todo eso que reclamais es muy bonito, pero cuando es

imposible conseguirlo no por eso hay que dejar las practicas re-ligiosas. La comuni6n, par ejemplo, a veces s610 podreis tomar-la como quien toma una aspirina que os la tragais sin pensarlodemasiado, pero que sabeis que os hara efecto. Es bueno buscarel fervor pero es necesario contentarse con 10 que se puede con-seguir y esto, aunque sea poco, no abandonarlo.

El Senor pronunci6 otras muchas parabolas en di-versas circunstancias que ahora sus amigos noaciertan a recordar. Por este motivo se transcribenaquf algunas de ellas sin ambientaci6n ni orden de-terminado.

71. El nino que se hizo dano

En el reino de los cielos, dice el Senor, pas a como ocurri6un dia que un nino se hizo dano. Acudi6 su madre, trat6 de ex-plicarle algo para consolarlo, pero el nino no hizo caso y, sinescucharla siquiera, continu6 llorando amargamente. Lasexplicaciones de la afligida mama de nada Ie servfan. Pero con-tinu6 a su vera y aunque el nino 1l0r6 con mas intensidad no seapart6 de su lado. Por fin no pudo resistir mas su incapacidadpara ayudarlo y ella tambien se puso a llorar. EI nino, poco apoco, se fue calmando, mir6 a su mama primero extranado, lue-go preocupado, Ie tendi6 su manita y hasta sonri6, pues habfaolvidado su dolor. Pronto madre e hijo se abrazaron felices.

En mi reino, dice el Senor, a menudo no puedo dar explica-ciones, a mf no me entienden, y por eso, en los absurdos acci-dentes, en las crueles enfermedades, en los tragicos asesinatos,en cualquier dolor 0 muerte, yo el Senor, lIoro con los que sonvfctimas del mal, sufro pasi6n en silencio, soy crucificado ymuero yo tambien, hasta que llega el consuelo y se abren losojos intemos del espfritu y se ve en la etemidad todo el amor yel bien que les rodean. (Antes de que se hablara de eutanasia ac-tiva 0 pasiva, derecho a morir con dignidad y todas esas linde-zas, mis sencillos hermanos sufrientes pedfan a alguien que lesleyera los relatos evangelicos de mi pasi6n y encontraban enello no s610 consuelo sino merito propio e intercesi6n por losdemas).

i,Van a perder la fe mis hermanos pequenos porque ahora noentiendan mis explicaciones?

En el reino de los cielos, dice el Senor, ocurre como 10 queIe paso a un conductor que siempre se quejaba de que los demasllevaban las luces de sus coches demasiado potentes y los farosmal orientados. Los llevan enfocados hacia arriba, quieren ex-hibir su rico alumbrado halogeno, solla decir enfadado, mien-tras dejaba de mirar a la carretera por donde el circulaba, po-niendose en gran peligro de colisionar.

Un dia 10 paro un guardia de triifico y 10 multo por llevardemasiado levantadas las luces. Aprendio entonces que hay quevigilar el propio vehiculo y mirar el propio carril, para ver la ca-rretera y observar donde iluminan sus faros. De esta manerauno conoce el reglaje de sus bombillas, las caracteristicas de lacarretera, evita accidentes y los faros de los demas no Ie des-lumbran tanto.

(Lo explique de otra manera en otro tiempo, dice el Senor,eran epocas que no existian pretensados ni cosechadoras y loshombres podian entender un lenguaje mas sencillo. Yo les de-cia entonces que habia hombres que veian la paja en el ojo aje-no y no veian que tenian una viga en el propio. Una y otra com-paracion ensefian 10 mismo: examina tus defectos, corrige tusdesmanes y «pasa» de los defectos de los demas).

Cuando vayas por la noche conduciendo, dice el Senor, re-cuerda que los faros de los demas son como los defectos, quesiempre nos parecen mayores los de los otros. Conduciras sincrispacion y aprenderas una norma de vida.

En el reino de los cielos, dice el Sefior, ocurre como en lamontafia de Montserrat cuando se quemo. La montafia tenia al-tivos pinos, ufanos de sus frondosas copas, de sus arom<iticasresinas y de sus robustos troncos. Y se quejaban lc?sarboles delas parasitas zarzas, de las inutiles hierbas, de los molestos ma-torrales. Pero llego un verano y, sin saberse como, las llamasinvadieron la montafia y 10 quemaron todo. Sucumbieron los pi-nos y su copa fue incendiaria antorcha, su resina activo com-bustible y sus gruesos troncos ofrecieron dificultad al avance delos equipos de extincion y son ahora feo recuerdo para el visi-tante que los contempla como palos muertos, como picas hi-rientes, como horribles trofeos. Nada queda de su arrogancia ysu orgullo pasado es fracaso pendiente.

Pero la montafia de Montserrat no es fea ahara, dice elSefior, pues yo he vuelto a pasar y la he visto verde, joven, fres-ca. La hierba la alegra, los nuevos matorrales y sus ralces sos-tienen los mufiones de tierra de entre las rocas y los coquetoshelechos engalanan sus rincones.

Por eso os digo, yo el Sefior, que en el reino de los cielospasa algo semejante. De cuando en cuando surgen figuras im-portantes que se ensefiorean de su entomo, que se endiosan desi mismas, que se satisfacen de sus logros, pero la primera crisislas destroza y los primeros vientos de cambio estacionallas ex-travian. Solo la bondad humilde, solo la pequefia santidad, solola diminuta inocencia, es capaz de rehacerse, de perdurar, deengendrar nueva vida.

Cuando vayas a Montserrat aprende la ensefianza, porque enel reino de los cielos pasa 10 que Ie ocurri6 a esta montafia eldfa que se incendi6 ...

(Y puedes leer y meditar el salmo 37 que te ensefiani 10 mis-mo y en 61encontranis muchas veces consuelo e instrucci6n).

En el reino de los cielos, dice el Sefior, mi Padre se compor-ta como un pastor, tu bien 10 sabes.

Un pastor conduce a su rebafio con gritos y silbidos y lasovejas casi siempre siguen estas indicaciones. Pero de vez encuando alguna se separa, se aparta y marcha por su cuenta conriesgo de perderse 0 de caer al vacfo. El pastor que la quiere Iegrita con voz fuerte, pero a veces la oveja no quiere oirle, y en-tonces saca ceremoniosamente de su zurron la honda y Ie lanzaun certero guijarro; al recibirlo la oveja si 10 siente y bala asus-tada y salta de sorpresa, pero como lleva una gruesa capa de la-na, no Ie duele apenas y en algunas ocasiones facilmente se 01-vida del mensaje del pastor y continua su extravio. Pero el ma-yoral responsable 0 el simple zagal sabe que no debe abando-narla y Ie envia al perro que ladra a su lado, y el entonces obe-diente muerde sus patas. A ella Ie duelen los mordiscos, pero nomuere ni enferma por esto, pues el perro esta sometido al pas-tor que solo quiere el bien de las ovejas, que se incorporen alrebafio y marchen unidas, hermanadas, gozosas, protegidas.

En el reino de los cielos, dice el Sefior, mi Padre envia a ve-ces un aviso molesto, despues una alarma. Hay que estar atento,saber interpretar el dolor aunque sea muy profundo. Mi Padreno quiere el mal para nadie, sino la conversion del pecador yque vuelva al camino del bien y se salve.

75. La documentaci6n perdida

En el reino de los cielos, dice el Senor, les pasa a algunoscomo Ie ocurri6 a un hombre que no encontraba su documenta-ci6n, dando por supuesto que la tenia en casa. Revolvi6 todo elpiso, registr6 todos 10s cajones, husme6 en todos sus bolsillos ycarteras, pero no encontraba la documentaci6n.

Aquel hombre un dia recapacit6 seriamente y decidi6 ponerorden a su casa, y, al hacerlo, salieron aquellos papeles para 61tan importantes.

En el reino de los cielos, dice el Senor, hay algunos que noencuentran la fe que un dia recibieron, y discuten y leen y com-paran y no consiguen luz para su espiritu, hasta el dia en quedescubren que estan sufriendo una indigesti6n espiritual y en-tonces, si saben ayunar de nuevas y estramb6ticas experienciasy sensaciones, si hacen silencio en su interior, si meditanpacientemente, si analizan can coherencia, si, en una palabra,ponen orden, encuentran asombrados aDios muy cerca de si,tan cerca, que esta en su interior.

En el reino de los cielos, dice el Senor, ocurre como a aquelhombre que un dia recibio una Have muy bonita, se la habianregal ado y no se atrevio a probarla ni a preguntar que puertaabria. Pero se alegro mucho de tenerla,pues era una Have pre-ciosa.

Poco a poco, sin saber como, la Have fue quedando abando-nada en un rincon de un bolsiHo secundario de un exquisito ter-no azul marino.

Pero paso mucho tiempo y un dia tuvo necesidad de la Ha-ve. La busco y no la encontro y 10 peor del caso es que ni si-quiera sabia cwindo la habia perdido.

En el reino de los cielos, dice el Senor, a veces pasa algosemejante. Uno recibe la fe, la mama de su madre, la disfrutaen familia, la goza con su grupo, pero para nada la utiliza, ennada Ie incomoda, nunca la pone a prueba. Y una fe poseida deesta manera, con toda seguridad se pierde sin advertir siquieracwindo.

En el reino de los cielos, dice el Senor, ocurre a veces comoIe paso a aquel hombre que en 11egando el otono y viendo quelos arboles perdian sus hojas y que en su jardin no habia ya flo-res, se desespero y 110ro amargamente. La muerte era el unicoinquilino de la naturaleza, segun el y la muerte se apodero de suinterior.

jPobre hombre!En su pesimismo no supo ver que bajo las hojas muertas del

jardin crecfan sabrosas setas y no quiso reconocer que la apa-riencia helada del invierno solo era fecundidad silenciosa queengendraria una nueva primavera.

En el reino de los cielos, dice el Senor, hay excedentes demiopes, de pesimistas, y hay carencia de hombres serenos, sa-bios y experimentados en la fuerza del Espiritu, que sepan biencual es el final del gusano y el porque de su encierro en el capu-110y esperen con optimismo la eclosion de una preciosa mari-posa.

En el reino de los cielos, dice el Senor, deberfa pasar comoocurri6 con las piedras de Montserrat.

Hay piedras grandes y piedras pequenas. Redondeadas, du-ras y compactas todas ellas, con un origen coman. Hace mucho,mucho tiempo, eran piedras puntiagudas, hirientes, quebradizas.Pero se dejaron arrastrar, aHa en la alta montana de donde sehabfan desprendido, por las corrientes de agua y se pusieronunas en contacto con las otras y se movfan y chocaban y, poco apoco, los golpes las pulieron y se tornaron suaves y finas y unaarena muelle como una mana infantillas acarici6 y las dej6 uni-das.

En el reino de los cielos, dice el Senor, debe ocurrir una co-sa semejante. A las personas les debe pasar como a las piedras.EI trato entre ell as las had sociables, respetuosas, gentiles. Nome gusta, dice el Senor, la gente que no habla con los otros, queno discute, que «pasa» de los demas, que dice «este es tu pro-blema». Seran como aqueHas piedras abandonadas, solitarias,que hay en los campos y caminos, que no sirven mas que paraque uno tropiece y caiga.

Yo quiero, dice el Senor, equipos fuertes, compactos comola montana de Montserrat, compuestos de gente de caracter, queha luchado mucho, que ha discutido tambien, marchando por unmismo camino hacia el mar eterno. Esta gente me encanta, diceel Senor.

En el reino de los cielos, dice el Sefior, a veces pasa 10 queIe ocurri6 a una sabihonda gota de agua. Era una gotita venidadel cielo, atrapada por una conducci6n de agua que iba a unaciudad. La gota, al conocer su destino, reflexion6 orgullosa y sevanaglori6 de la suerte inmensa que habia tenido, del valor, efi-cacia y oportunidad de las cafierias, de la extraordinaria y fabu-losa significaci6n que tenia el haber sido acogida por una red dedistribuci6n urbana tan importante. Con toda seguridad, refle-xionaba ella, siendo una humilde gotita, llegaria a un grifo, cae-ria en un vaso, se colaria por una garganta y se haria componen-te organico de un hombre.

Oh, nunca suficientemente elogiado invento! jOh, deliciosoconducto cilindrico! jOh, inmenso y preciado plomo, el unicocausante de su futura suerte!

Tantos elogios hacia y tanto se acerc6 y se identific6 con lasparedes del tubo, que qued6 atrapada por el salitre y se convir-ti6 en componente de aquello que dificultaba el paso de la co-rriente de agua.

En el reino de los cielos, dice el Sefior, hay gente tan ena-morada de su grupo, tan entusiasmada con su congregaci6n, taneuf6rica con su orden, tan deslumbrada por el valor de sumovimiento, obra, compafiia, cofradia 0 pia uni6n que no avan-zan ni dejan avanzar hacia mi. Soy yo, no 10 olvideis, el unicoque debe recibir todos los elogios.

El reino de los cielos que es mi Iglesia, dice el Senor, es co-mo una cabina telef6nica que alguien encontr6 un dia. Era unhombre que llamaba por telefono frecuentemente y encontr6una con el mecanismo alterado de tal manera que sin echar mo-nedas se podia hablar siempre y a cualquier lugar del mundo.jQue feliz fue aquel dial Aprovech6 la circunstancia para co-municarse con todos sus familiares y amigos. Lo aprovech6tambien para establecer nuevas relaciones comerciales, concer-tar entrevistas y aumentar las ventas de su empresa, y, no con-tento con todo esto, fue a llamar a los suyos y a los vecinos y sereunieron y alegres llamaron al Jap6n y a Australia y a AlaskajQue feliz les hizo aquel dia aquella cabina telef6nica!

El reino de los cielos, dice el Senor, es como esta cabina te-lef6nica y aun mas, mucho mas aun. Pero no todos 10 saben en-contrar, no todos 10 saben gozar, no todos saben aprovecharsede el.

En el reino de los cielos, dice el Senor, debe ocurrir como ala buena mujer que quiere hacer un buen tazon de salsa mayo-nesa. Coge un yema de huevo y echa una gota de aceite y re-vuelve bien y mira el revoltijo detenidamente y despues anadeotra gota y vuelve a remover con la maza y vuelve a mirar, yasf, poco a poco, revolviendo y anadiendo, anadiendo y revol-viendo, y minindoselo bien todo, hace un buen tazon de salsamayonesa.

Hay que aprender de la buena mujer, dice el Senor. Empiezatu proyecto poco a poco, reza una miaja, medita, continua tra-bajando, vuelve a rezar, obra pacientemente, sin que se note, sinprisas, pues yo, el Senor, soy amo de 10 etemo, pero sin pausas,pues yo, el Senor, no duermo ni descanso nunca. EI resultadode tu vida 10 encontranis al final, con toda seguridad alcanzanisel exito.

Recuerda siempre que tu trabajo en el reino de los cielos,debe ser semejante al de la buena mujer que un dfa quiso prepa-rar un cuenco de salsa mayonesa.

82. El espejo

En el reino de los cielos, dice el Senor, ocurre 10que Ie pas6a un universitario que querfa encontrar un grupo perfecto paraenrolarse y vivir en comunidad perfecta como la de los primeroscristianos.

En Europa se relacion6 con toda clase de comunidades, perono se qued6 en ninguna pues a sus miembros se les vefa el abur-guesamiento propio del origen familiar.

Fue a America y conoci6 ambientes carismaticos y comunida-des de base, pero no Ie convencieron, porque a pesar de sus encan-tadoras ilusiones eran gente inmadura, producto de una sociedadsin pasado lejano.

Parti6 a la India, visit6 el Nepal, convivi6 en lamaserfas ilus-tres, pero sali6 huyendo de allf, ya que no encontr6 en estosmonjes orientales ni una pizca de solidaridad con el pobre y eloprimido.

Camin6 por Africa, vivi6 entre los pigmeos, se ais16 del mun-do morando con los masais, se identific6 con los bantues, perma-neci6 oculto en un gueto de Sudafrica, pero de nada africano que-d6 satisfecho, estos negros, decfa, estan totalmente faltos de soli-dez cientffica.

Un dfa, finalmente, en que estaba triste y afligido, al borde dela depresi6n mas depresiva, encontr6 un espejo, y entonces unavoz interior Ie dijo al ofdo: hombre sabio e importante, mfrate, co-n6cete, senis asf mas exigente contigo mismo y aceptaras mas fa-cilmente las imperfecciones de los otros.

En el reino de los cielos, dice el Senor, hace falta que muchagente encuentre un espejo y se mire en e1.

En el reino de los cielos, dice el Senor, ocurre 10 que a unequipo de tecnicos que decidieron establecer una red perfectfsi-ma de comunicaciones. Nombraron una comision de gentecompetente que llevase el control de calidad del producto resul-tante y de las compras. Otra comision se responsabilizo de con-tratar a quien hiciese el estudio inicial de la infraestructura sec-torial de aplicacion. El grupo de los tecnicos mas sofisticados seencargo de hacer los calculos del PERT. Otros conectaron conun «bureau» juridico para definir perfectamente los estatutosque regularian la dinamica de la entidad explotadora.Encargaron tambien a una eficaz compania publicitaria la elec-cion del logotipo y la campana de promocion. La seleccion delpersonal y la eleccion del equipo central y los perifericos de in-formatica estuvieron a cargo de otro equipo experto en la mate-ria. No se dejo nada a la improvisacion, y todo estuvo a puntoun dia. Pero nadie sabia 10 que iba a circular por la red de co-municaciones y los tecnicos se cansaron de esperar, y la gentepasaba con indiferencia delante de las oficinas de la agencia.

En el reino de los cielos, dice el Senor, hay gente minuciosa-mente dedicada a la perfeccion de las estructuras, al correcto fun-cionamiento de las comisiones, a la justa ejecucion de las deci-siones, al control estricto de las personas, a la eliminacion totalde la posibilidad de fraude 0 injusticia. Se lleva tan perfectamen-te el control, que ignoran la gracia y la fuerza del Espiritu, y nun-ca tienen una franca charla con mi Padre.

En el reino de los cielos, dice el Sefior, hay gente a la queIe pasa 10 que a aquella hormiga muy prudente que se despertola primera primavera de su vida y muy seriamente empezo atrabajar.

Tenfa miedo a la crudeza del invierno, pues, aunque ella nohabfa conocido ninguno, Ie habfan dicho que esta estacion eramuy dura. Asf que trabajo diligentemente reuniendo granos detrigo y de cebada y los guardo todos pegados con miga de pan,que por otra parte rellenaba los huecos libres y en el ultimorincon todavfa pudo meter una pipa de girasol que fijo con unchicle por si acaso no tenfa suficiente grano.

Pero vino el invierno y la hormiga busco cobijo en su nidoy no encontro sitio, todo era una enorme despensa sin lugar po-sible donde habitar.

En el reino de los cielos, dice el Sefior, pasa a veces una co-sa semejante.

Hay jovenes que quieren sacar tftulos, asistir a cursillos in-teresantes, aprovechar becas bien dotadas, aprender ingles yruso, reunir medios tecnicos, conocer a gente importante, enri-quecerse con experiencias insolitas, disfrutar de sensacionesnuevas, aprovechar la juventud para viajar por todos los conti-nentes, gustar todos los manjares, subir todas las montafias,pernoctar en todos los albergues, probar todas las bebidas, de-gustar todos los quesos ...

Pero llega un dfa en que quieren vivir y que su existenciatenga sentido y compartir y crear nuevas vidas a las que enri-

quecer con todo 10 adquirido, pero ya no es posible, no hay lu-gar en su interior para la lIegada del otro, 0 de la otra, no lesqueda sitio para la ingenuidad, para la delicadeza, para la ter-nura, para el simple amor que se expresa en el vulgar «te quie-ro» y se quedan solos, desnudos de afecto, dentro de un mundoque ya habla un lenguaje diferente.Y solo les queda embadur-narse de su propio aburrimiento y morir de asco.

En el reino de los cielos, dice el Senor, ocurre como a unhombre que era presidente del consejo y esposo de la consejeradelegada y padre del director-gerente de una sociedad, que erauna eficiente agencia de relaciones humanas creada reciente-mente.

Este buen hombre pretendia que el contacto humano tuviesecalidad, que fuera satisfactorio para los sentidos, que emociona-se el corazon, que permitiera el intercambio intelectual interper-sonal.

Pretendia que sus clientes no se sintieran clientes, que pa-sando la puerta, se sintieran identificados con la empresa, consus estructuras y sistemas, conocieran y se familiarizasen con el«staff» de direccion, las medidas de proteccion civica estableci-das y los servicios auxiliares contratados.

Habia acordado la colaboracion de una eficiente encargadade relaciones publicas, con un monton de catalogos y prospec-tos bajo el brazo.

Cuando todo estuvo a punto llego la temporada de vacacio-nes y aquel buen hombre y sus primeros clientes marcharon asus ocios sin ni tan solo haber recibido un beso. Iban tristes ycabizbajos, de nada les servian los organigramas, los listados deIBM y los folletos. Lo que ellos necesitaban, y tambien el em-presario estaba avido de ello, era una enamorada 0 un amigo, ynada de esto habian encontrado.

En el reino de los cielos, dice el Senor, a veces se crean de-legaciones muy bien delegadas y sectores pastorales y directo-

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rios y se efectuan nombramientos y se crean dignidades y se eS-tablecen lfmites y se orden a la justa relaci6n de incidencia yprecedencia jenirquica.

Pero mi agencia de buenas relaciones humanas que tambienes mi Iglesia, no ha de estar ahogada en medio de estructuras,porque al reino de los cielos de mas arriba, la unica cosa que seha de llevar en la mochila es el amor de cualquier clase que sea,con tal que sea amor. Y un hombre sin enamorada 0 sin amigos,es mas pobre que un torero sin muleta ni estoque ante un mihu-ra, 0 un turista sin tarjeta de credito en Nueva York.

Porque un hombre sin amor en el reino de los cielos es unindigente aunque tenga titulo de marques 0 de conde 0 trata-miento de monsefior 0 de ilustrfsima 0 la llamen reverenda ma-dre.

En el reino de los cielos, dice el Senor, a veces pasa como Ieaconteci6 a aquel gallo salvaje. Cantaba en su epoca de celo contal vigor, gritaba con tal potencia, se satisfada de tal manera enla musicalidad de su trino, que era incapaz de escuchar otros so-nidos. Le pareda que todo se paraba, que todo el bosque debfaaprender de el, que todo el mundo Ie debfa imitar. Pero el caza-dor, que conoda muy bien el proceder del animal, aprovech6laprimera ocasi6n para aproximarse y abatirlo de un disparo.

Cmintas veces personas seguras de sf mismas y faltas de unautoexamen crftico, cmintas veces personas satisfechas de sfmismas e ignorantes de las cualidades de los otros, cmintas ve-ces personas orgullosas de su hacer y despreocupadas del rit-mo de los demas, caen en el mismo error y son fracaso propioy hazmerrefr de los demas.

Tu, en cambio, controla tu ritmo relacionandolo con el quesiguen los que te acompanan, verifica tu potencia de acuerdocon la que utilizan los de al lado, inspecciona tu obrar compa-randolo con el de tu entorno, vive en comunidad, solidario ycompanero arm6nico con los de tu vera. Asf nunca caeras en ri-dfculo, ni seras pieza dislocada 0 quedaras en el olvido sin quenadie te quiera tener en cuenta.

(Si has de marchar solo, hazlo con valentia; en mi reino, diceel Senor, a veces mi Padre suscita profetas. Si te sientes comuni-dad con los hermanos, tenlos en cuenta en tu obrar, en tu decir,en tu hablar.)

Porque en el reino de los cielos, dice el Senor, pasa a vecescomo a aquel urogallo.

Yo no voy al cine, dice el Senor, pem me han contado la pelf-cuIa y la voy a recordar ahora.

Sucedio que un oficial ing16s y sus subordinados cayeron pri-sioneros. Segtin los convenios universalmente aceptados, podianser sometidos a trabajos serviles los soldados de tropa, pero losoficiales solo a trabajos t6cnicos. Y el coronel Boguey, fiel a suhonor de militar, se entrego a la tare a de dirigir la construccionde un magnifico puente sobre el rio Kwai. Pero la suprema auto-ridad inglesa decreto sabotear el puente. Al tener conocimientodel proposito de su gobiemo el coronel se sublevo. l,Dinamitar«su» puente?, dijo indignado. iDe ninguna manera!

En el reino de los cielos, hay quienes se proclaman fieles. servidores de mi Padre, dice el Senor, y cuando la prueba trata

de esclarecer si sirven al reino 0 a si mismos, si identifican susintereses, su honor, sus criterios, con los planes de mi Padre, sedescubre que hace tiempo marchan por derroteros propios, pa-gados de si mismos, satisfechos tinicamente de su obrar.

Tti, en cambio, dice el Senor, no dejes de preguntarte si 10que haces complace al Padre, si espera de ti esto 0 pretende otracosa, si estas dispuesto a disminuir para que 61crezca. Si asi tecomportas nunca seras obstaculo, nunc a te apropiaras de labo-res que no son tuyas, siempre gozaras de mi favor, podras recla-marme ayuda, tendras mi compafifa.

En el reino de los cielos de mas arriba, dice el Senor, pasacomo 10 que Ie ocurri6 a un hombre que esperaba con impacien-cia cartas de sus numerosos nietos.

Este buen hombre estaba a punto de enfadarse y se prometfaa sf mismo que no perdonarfa el olvido de los suyos por no feli-citarlo aquellas navidades.

Cuando la irritaci6n subfa de tono se enter6 que un vag6ncorreo repleto de correspondencia se habfa quemado totalmen-te y el abuelo pens6 que en el podfa venir alguna carta de susnietos.

Al considerar esta posibilidad cambi6 su estado de animo.Se preguntaba intrigado par la carta de que nieto viajarfa enaquel vag6n. Observ6 que la posibilidad era la misma para cual-quiera de ellos y no pudo sentirse enojado con ninguno.

Pens6 entonces en todos ellos con carino y decidi6 escribir-les, explicandoles 10 que suponfa y rogandoles que ya que sucarta presumiblemente se habfa quemado en el vag6n siniestra-do volvieran a escribirle contandole alguna cosa y diciendoleque regalo querfan para aquellas fiestas.

La verdad es que ninguno se habfa acordado de escribirle.Pero, al recibir la carta, todos se apresuraron a hacerlo y aumen-taron con las suyas los lazos familiares y el carino.

Y el abuelo qued6 satisfecho de no haberse enfadado.Y aun-que sospech6 siempre que su suposici6n habfa sido un trucopropio, el carino que Ie demostraron despues habfa valida la pe-na del esfuerzo puesto.

Asf mi Padre del cielo, dice el Senor, cree siempre que si laoraci6n de sus hijos no Ie llega, debe ser porque los correos delcielo se han extraviado par entre alguna nube contaminada, 0porque el angel que la trafa se ha entretenido observando unnuevo artefacto enviado al espacio par 10s humanos, 0 porqueha encontrado a algun astronauta encapsulado y hecho un Ho ensus cables de amarre y esta ayudandole a desenredarse, 0 por-que ... 0 porque ...

Mi Padre siempre inventa historias para poder seguir aman-do a los hombres.

En el reino de los cielos, dice el Senor, pasa como Ie ocurrioun dia por la manana a un joven. Salfa de casa aun aturdido porel sueno, cuando se Ie acerco un senor que sonriente Ie dijo sinrodeos: iEnhorabuena! jHoy tienes suerte! Eres el primer pea-ton que lleva un jersey amarillo, tienes ojos castanos; llevas za-patos y cartera en la mano y atraviesas esta calle. Por todos es-tos motivos la empresa que yo represento te da este vale que tesent canjeado en el establecimiento central por un excelente re-galo. Ademas solo por el hecho de que en este momento luce elsol, todas las prestaciones economic as que comporta se veranmultiplicadas por cien.

Nuestro heroe no era un heroe, esta es la verdad pero el asise veia, se dirigio presuroso a la oficina central de aquellosgrandes almacenes, que Ie entregaron un magnifico equipo paraesquiar que ademas incluia estancia gratuita en un hotel de cin-co estrellas y «for-fait» en todos los mecanismos de arrastremecanico.

No podia desaprovechar la ocasion y tanta suerte, penso, ymarcho aquel mismo fin de semana a estrenar el equipo y ago-to el tiempo de ejercicio y Ie encontro placer al deporte de lanieve y volvio cada sabado, pues no estaba bien perder las ven-tajas de aquel premio. Y progreso en nuevas tecnicas y adqui-rio buen estilo y aquellos grandes almacenes Ie dieron nuevasfacilidades y Ie incorporaron a su equipo promocinal y llego adonde podia llegar con tanta suerte: a ganar una medalla de oroen las olimpiadas blancas de aquel ano. La gente sonreia al

verle y decfa para sus adentros: con tanta fortuna, l,quien nollegarfa a campe6n?

Cualquiera de vosotros por el bautismo ha tenido una suertemayor, dice el Senor, y en la confirmaci6n ha sido incorporadoa mi equipo olfmpico celestial. Porque tenfais dos ojos, porqueen la mana tenfais dedos, porque el pelo os crecfa en la cabeza,porque erais persona simplemente y yo 10 querfa. l,Quien va adesaprovechar una ocasi6n semejante? l,Quien arrinconara suequipo de santo? l,Quien olvidani su «for-fait» de arrastre haciael cielo?

En el reino de los cielos, dice el Senor, muchos desaprove-chan la ocasi6n, olvidan su suerte, desbaratan sus posibilidades.Pero yo salgo cada manana sin perder la esperanza en los hom-bres y digo a todo el que encuentro: tu estas invitado a triunfaren el reino.

Debeis ser como las acacias del desierto, dice el Senor.Cuando las veis de cerca os dais cuenta de que no son muy al-tas, pero sus grandes ramas se desparraman como misteriososreptiles a poca distancia de la caliente arena. Nadie se explica aprimera vista como pueden subsistir en medio de la sequia abra-sadora del desierto.

Pero puede comprender este prodigio quien sepa que las rai-ces de este arbol se hunden en el suelo mas de cuarenta metros,absorbiendo los hilillos de humedad que corren par lasprofundidades.

Vosotros en este mundo de consumismo, de agresividad, dehedonismo y de ambicion, debeis vivir enraizados en una vidainterior, profundizando en la oracion, para encontrar siempremotivos, estimulos y ayuda para ser buenos servidores del reino.

Un hombre hizo un viaje a un pais lejano y trajo para susamigos un as semillas de plantas muy bonitas con la intencionde que las sembraran en los jardines de las casas que se estabanconstruyendo.

El primero que las recibio las encerro en un bote hermeticotal como Ie venian y cuando quiso sembrarlas al cabo de unosanos, se habian enmohecido y no pudieron germinar.

El segundo las dejo envueltas en un papel en un rincon cual-qui era de un armario. Vinieron los ratones y las polillas y cuan-do quiso plantarlas solo encontro en el armario un malolientepolvillo gris.

El tercero penso: aun no tengo jardin pero tengo tiestos, lasplantare ahora mismo y las cuidare y cada ano me danin mas si-miente que ire plantando en las macetas hasta que tenga acaba-da la casa. Asi 10 hizo y ahora en su casa tiene un precioso jar-din exotico.

En el reino de los cielos pasa una cosa semejante, dice elSenor. Mi Padre deposita la semilla de una vocacion en el inte-rior de cada joven. Algunos dicen que cuando sean mayores yairan al tercer mundo, que ahora no se puede hacer nada aqui yque el domingo es para divertirse. Otros no se molestan en pen-sar nada, suponen que servir es propio de gente mayor 0 soncuestiones que toea solucionar al gobierno. Pero hay algunosque arriesgando un poco los estudios, 0 destinando ratos libres a10 que en aquel momenta se presente para ayudar a los demas,no abandonan la simiente y van dando fruto cada dia, y se ha-cen mayores floreciendo y madurando, madurando frutos y flo-reciendo para el reino.

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92. La energia cinetica espiritual

En un cierto lugar habia dos coches, dice el Senor. Uno estabaen un paraje llano y liso como la palma de la mano, era un calverosolitario. Se trataba, hay que decirlo, de una rica limousina, con eldeposito lleno de combustible pero tenia la bomba impulsora delcarburante averiada. Un dia estorbaba y quisieron apart'arla, peronadie pudo moverla a pesar de la gran cantidad de gasolina que te-nia y de la calidad del vehiculo y de los ocho cilindros del motor.Todo el conjunto pesaba demasiado.

EI otro coche era un sencillo utilitario que 10 dejaron mal fre-nado en una pendiente. Solo tenia la gasolina de la reserva y suscilindros comprimian poco pues habia recorrido mas de 200.000km. En un cierto momenta y sin saber como empezo a moverse,a deslizarse por la pendiente, y no hubo quien 10 parase. A 10 su-mo uno muy atrevido, pataleando energicamente en las ruedasdelanteras, consiguio desviarlo un poco de su trayectoria. Pero elvehfculo no deja de bajar hasta llegar a 10 mas profundo del va-lle. Nadie, ni poniendose delante, ni cogiendolo por detras, ha-bia sido capaz de detenerlo, tanta era la fuerza de su inercia.

En el reino de los cielos, dice el Senor, hay gente que se car-ga de titulos, que consigue poderes, que alcanza situaciones deprivilegio, pero se estaciona sin utilidad alguna, pues todo esto,aunque el no quiere confesarlo ni confesarselo siquiera, 10 ate-sora por ambicion. Y la ambicion es una pesada carga y un granfreno en la dinamica del reino de los cielos. No hacen nada y nodejan hacer, parece que gozan prohibiendo a quienes par otraparte poco a poco van desapareciendo de su entorno.

Vosotros con seguridad habreis encontrado a muchos de es-tos por los caminos de la vida, en el reino, en la administracionde la cosa publica, en fin, por todas partes.

Otros, en cambio, sin diplomas ni privilegios, sin que nin-gun superior les haya concedido la capacidad de prohibir, sinque nadie aparentemente los envie, no paran de ejercitarse porel reino. Los golpean, tratan de frenar su trayectoria, pero a 10sumo los desvian un poco en su camino. Tropiezan pero se le-vantan y continuan su movimiento. Algo los mueve en su inte-rior, mi gracia, los atrae el abismo que se ve al fondo, el com-promiso con la gente que nunca olvidan de renovar. Y por esonunca paran. La falta de freno y la fuerza gravitatoria, mi favory la solidaridad humana, llenan hasta desbordar su espiritu, na-die sabe de donde sacan fuerzas, pero son incansables, impara-bles, fecundos.

Los otros en cambio, apoltronados en ricos despachos, lle-nando papeles de firmas y sell os, escribiendo largos articulosque solo ellos leen, arrastran lentamente su vida hasta un pro-saico fin sin sentido.

En el reino de los cielos pasa como 10 que Ie ocurri6 a unamujer cuando entraron ladrones en su casa, dice el Senor.

Un dia march6 con toda su familia y al volver encontr6 sucasa toda revuelta. Habian faltado todo un largo fin de semanay los ladrones con toda tranquilidad habian hecho de lits suyas.

En el momenta de entrar el desconsuelo fue total. Le habianrobado los primeros pendientes que Ie regalaron siendo nina, elanillo que recibi6 recien enamorada, el del dia de su boda, unreIoj de pulsera, un broche. Todo, todo 10 que tenia para ador-narse de la noche a la manana se 10 habian arrebatado. El dolorfue enorme al constatarlo, para lograr dormir tuvo que tomar unenergico somnifero.

Pero allevantarse a la manana siguiente pens6 que 10 mejorera olvidarlo, relativizar la desgracia, ignorar las perdidas.

Poco a poco se fue enganando a si misma. Los pendienteseran chiquitos y de pura fantasia, el reloj se adelantaba, los ani-llos no se los podia poner pues ahora no Ie entraban, la pulserahabia pas ado de moda.

Al final se habia repetido tantas veces estas cosas que pare-cia que los ladrones Ie habian hecho un bien limpiandole el pi-so. Pero ella, no obstante, aunque no quisiera confesarlo, sabiaque no habia sido asf.

Como todas las joyas tenian un valor y una belleza, su figu-ra perdi6 presencia a pesar de adornarse desde este dia con es-pectaculares fantasias modernas de metacrilato 0 PVC metali-zado. No por querer olvidar habia logrado que sus alhajas llena-ran de nuevo su joyero. Era pobre y no queria reconocerlo, ni

tampoeo querfa haeer las gestiones ante la policfa para reeupe-rar tal vez 10 que Ie habfan robado.

En estos tiempos, diee el Senor, un eontratiempo, un viaje,una leetura, un profesor avieso, una persona atraetiva pero ma-la, cualquier incidente en apariencia banal, ocasiona a veces laperdida de la fe, de la inocencia, de la homadez, y, en vez de re-eonocerlo, de intentar recuperar todo este bien, tratan algunosde menospreciarlo para no verse tan pobres.

El oro es oro, la plata es plata y la esmeralda es esmeralda,tanto si se luce, si se guarda, si se entiende en joyerfa, como sise pierde 0 te 10 quitan.

La virginidad es una virtud, la piedad una cualidad espiri-tual, la fe un tesoro y la generosidad un valor. Todo esto, y mu-cho mas que se pudiera aiiadir, es asf tanto si esta de moda, sise goza como si se ha perdido.

Siendo sincero con uno mismo se pueden recuperar las co-sas, que nada se encuentra si uno no sabe que 10 ha perdido.Nadie adquiere fortuna con la vaeiedad de ignorar que fuera deuno mismo haya riqueza.

En el reino de los cielos, dice el Senor, hay que obrar como10 hace la naturaleza con algunas semillas. Muchos arboles sedefienden del peligro que sup one para ellos que los rumiantesse coman sus frutos y se traguen la simiente y que esta sufra laagresi6n de sus jugos gastricos y se pierda. Por este motivo en-vuelven la semilla en una gruesa cascara. Los acidos del est6-mago no pueden con ella y as! el hueso cae al suelo y al recibirla suave humedad constante de la tierra, sin darse cuenta, se vaabriendo y el brote que sale enrraiza y nace un arbol que va cre-ciendo poco a poco.

Vosotros debeis hacer 10 mismo: sed constantes y suaves,no os dejeis dominar por la impaciencia, ni querais romper rapi-damente barreras personales.

No hay que confundir 10 bonito con 10 bueno, que esto traemuchos percances, dice el Senor.

Un escritor entretenfa su labor observando de vez en cuan-do a un raton jugueton que se paseaba por su estudio. EI peque-no roedor, bien observado era bonito; su color, slI agitado pro-ceder, su menudo hociquillo, todo en el era gracioso. EI intelec-tual se complacfa contento al verlo en su habitacion y reconocfaque los dibujantes de Tom y Jerry 0 de Mickey, los heroes desus pelfculas de infancia, habfan acertado.

Pero una manana, al entrar en su biblioteca, observo que unfajo de billetes que habfa dejado encima de la mesa no estaba.Se fijo bien y un polvillo gris, unos pequenos recortes sueltos ymuchos excrementos negros Ie confirmaron que el raton habfapuesto estupido fin a su capital.

En el reino de los cielos, muchos se dejan cautivar por unacara bonita, por un cuerpo inmejorable, por una mirada seducto-ra, y 10 que empieza siendo un gozo momentaneo se convierteen una perdida total de los propios valores, para que despuesesa persona fascinante se aleje dejando un rastro de vanidad,egofsmo 0 vaciedad.

Hay que saber proteger 10 que tiene valor, sin dejarse robarpor 10 que solo es atractivo.

En el reino de los cielos, dice el Sefior, pas a como a aquelque compro una camara fotografica. La adquirio porque iba amarchar de viaje y queria tener un buen recuerdo dellejano paisque visitaba y de los que Ie acompafiaban. La maquina era debuena calidad y la peHcula que Ie pusieron inmejorable.

Visito el pais de su ilusion, disparo las fotos en los momen-tos oportunos y volvio contento. En cuanto descanso un instanteen su casa se apresuro a abrir la camara y a mirar el carrete fo-tografico y decepcionado constato que allf no habfa ningunaimagen. Fue a la tienda a protestar y, como es de suponer, Ie ex-plicaron que el negativo despues de la exposicion debia ser re-velado y fijado y por fin sacar las copias. £1 no habia respetadoel orden y ahora no habia remedio.

jCUantas veces en el reino de los cielos se pierden tantas co-sas por precipitacion, por faHa de respeto a un proceso personal,por la pretension de saberlo hacer todo y sin ayudas! Por egois-mo solapado y orgullo, en una palabra.

97. EI orangutan camarero

En el reino de los cielos, dice el Senor, pas a como Ie aconte-ci6 a un orangutan traido de Africa.

Un rico industrial cafetero vendi6 su hacienda y se vino avivir a la metr6poli. Ademas de dinero se trajo una serie de cu-riosidades ex6ticas entre las que sobresalfa un mono perfecta-mente amaestrado.

Quiso dar una sorpresa a sus amigos y les invit6 a una re-cepci6n. En ella, con impecable uniforme de camarero sali6nuestro simio a servir con su bandeja. Todos quedaron estupe-factos. Pero el mono tropez6 y cay6 de bruces al suelo. Acudi6el propietario a recogerlo y se encontr6 al orangutan riendo acarcajadas.

Por un momento el animal habia sido enriquecido con inteli-genda humana y comprendia 10 estramb6tico del pro ceder desu amo.

EI, mono de las selvas africanas, convertido en proyecto eu-ropeo de sirviente elegante. La cosa tenia gracia, por eso se reia.

Vosotros tambien sois poca co sa, dice el Senor, y no debeisolvidar que el program a que os he propuesto, el de ser santos,es superior a vuestras fuerzas. Si tropezais, quiero decir, si osequivocais 0 pecais, no perdais el humor y sonreid. No es nadaextrano que caigais. Nada de derrotismos hipocondriacos 0 decongojas neur6ticas. EI desprecio hacia uno mismo 0 la compa-si6n por el propio ser son fino orgullo. La quintaesencia de lahumildad es saberse reir de uno mismo, es el humor espiritual.

EI buen discipulo del reino de los cielos, dice el Senor, debeaprender de los cohetes que se tiran en las fiestas.

Vosotros haMis visto que nadie los impele, que estan quie-tos en soportes y que permanecerfan siempre inm6viles si no seencendiera su mecha. Pero cuando se quema la p6lvora de suinterior se levantan altivos y suben hacia el cielo dejando unaestela luminosa. Y a veces desaparecen y vuelven a aparecermas arriba hasta que revientan en su culmen esparciendo, cualgigantesca flor, su luz.

Al cohete nadie Ie da la mano, 10 que hay bajo 61, la tierracon su fuerza gravitatoria, dificultan su ascenso, pero 61, sacan-do energfa de su interior, se aleja y asciende.

EI cohete, dice el Senor, es una buena imagen del coraje quedebe tener el hombre en ciertos momentos. Ni la companfa, nila comunidad, ni los amigos Ie invitan a veces a avanzar 0 a ilu-minar. S610 el empuje que encuentre en sf mismo, susconvicciones, su fe, su convencimiento de que hay que ser d6cilala gracia que hay en su interior y que no puede desbaratar, de-ben impelerle.

Hay gente, dice el Senor, que quiere ser endeble como laplastilina, amorfa y sin temple como ella.

Pero yo, que os he escogido, os he hecho como la arcilla quesi bien es suave al tacto y d6cil a los dedos y a la espatula cuan-do esta hUmeda, es firme cuando esta seca y rigida e impermea-ble despues de bien cocida.

Vosotros debeis recibir las pruebas, los obstaculos, los im-pedimentos, las interrupciones imprevistas, como operacionesque expulsan de vuestro interior todo 10 an6malo, 10 imitil, 10que os hace cambiantes perezosos para llegar a ser como el re-sultado de un buen alfarero.

Podeis ser una elegante anfora, es decir un agil y simpaticosanto. Una cazuela, esto es un trabajador servicial de los pobres.o una ocarina, que podria significar un juglar alegre que canta-ra por el mundo toda la paz, la alegria, el bien, el amor, que yoel Senor, esparzo y quiero que haya en la tierra.

No 10 olvideis nunca, estais hechos de barro y no de plastilina.

Acacias del desierto: 90Acelerador: 52Acelerador de particulas: 39Agencia de relaciones: 85Agujeros negros: 36Arcilla: 99Aspirina: 70

Bola de nieve: 63

Cabina telef6nica: 80Calculadora y calendario: 69Caridad en la calle: 34Carrete fotognifico: 96Cielo de algunos: 25Cohete de feria: 98Compromiso: 37Concierto de ano nuevo: 41Concierto selecto: 66Conductor: 19Conductor nocturno: 72Conocerse mejor: 31

Dejarse querer: 35Despertadores: 20Director de orquesta: 53Documentaci6n perdida: 75

Egofsmo: 10Embri6n: 60Enamoramiento: 9, 30Encina: 58Energfa cinetica: 92Entrenador: 42Esperanza: 17Espiritualidades: 24

Fe: 3, 5, 6, 8, 56Fiscal del juicio final: 27Freno de la mota: 13

Generosidad: 7Genuinidad humana: 44Globo:49Gota de agua: 79Guerrillero y terrorista: 64

Herm~nos gemelos: 40Hierbabuena: 61Hormiga diligente: 84Hueso del melocot6n: 94Humildad: 2

J6venes: 16, 38Jubilaci6n: 55

Llave perdida: 76Llegada del otono: 77

Medico y boticario: 22Montana quemada: 73Muneca rusa y oraci6n: 21

Oraci6n: 4, 18Orangutan camarero: 97Ordenador: 62

Paraguas: 12Pastor y rebano: 74Pecado original: 59Perros: 48Pita: 32Puente sobre el rfo'Kwai: 87

Rakes: 54Rama desgajada: 50

Rat6n de la biblioteca: 95Red: 14Remozar el edificio: 29Robo en casa: 93Roca de Montserrat: 78

Salsa mayonesa: 81Sa1ud espiritual: 43Semaforos sincronizados: 57Semillas de oriente: 91Sentido de 1as cosas: 26Sentido divino: 28Sistemas politicos: 15Suerte: 89

Tecnicos de tecnica: 83Telefono: 23, 33Tercer mundo: 1Tiempos pasados: 68Torero: 47

Viajante: 68Viaje al Jap6n: 11Vida en inviemo: 65Vag6n correo: 88

Acci6n: 53Aceptar: 29Ado1escencia: 16Agradecimiento aDios: 21,

41,69Ambici6n: 52, 92Amistad: 54Amor: 30, 85, 88Aposto1ado: 91Arrepentimiento: 37Ato10ndramiento: 38, 57Autoridad polftica: 15

Capillita, Espiritu de: 14, 25Capita1ismo: 15Caqui: 55Caridad: 19,23, 85Celibato: 35Compartir: 31, 80Comprender: 82Comprometerse: 1, 37Comunicaci6n personal: 17, 31Comuni6n de 10s santos: 14Comunismo: 15Conciencia: 13Concierto de musica: 26

Condescendencia: 82Conducir cristianamente: 19Confesi6n: 20Conflictos generaciona1es: 13Control de si mismo: 86Coordinaci6n en 1a Iglesia: 14Coraje: 12, 63, 65, 98, 99Correcci6n de Dios: •.74Correspondencia: 17Constancia: 38,51, 81, 94Conversi6n: 37,74Crisis: 5, 12, 69

Degradaci6n personal: 20Desconfianza en Dios: 84Desuni6n de 10s cat6licos: 25Dialogo familiar: 13Dificu1tades: 38Direcci6n espiritua1: 31, 42Disciplina: 63Disfrutar de 1a vida: 21, 69Distracci6n, Valor de 1a: 21Docilidad: 40, 87, 91, 98, 99

* Las cifras corresponden al mlmero de las parabolas. Para facilitar la Msqueda de unpasaje ademas de palabras-concepto figuran palabras-anecdota.

Dolor: 11,71Drogas: 16

Educaci6n de los hijos: 29,45Educadores: 16Egoismo: 10, 36, 84,91,96Enamoramiento: 9, 30, 35, 44Enganarse a si mismo: 93Esperanza: 17,61,65,77,88Espiritualidades: 24Espiritu santo: 39, 49Estatutos, Valor de los: 79Estructuras: 83, 85Examen de conciencia: 20, 42,

43, 72, 86Exigencia personal: 63

Familia: 29Fe: 3, 5,6, 8,22,56, 75, 76Fecundidadpersonal: 32, 55, 58Felicidad: 21Fidelidad: 5Frivolidad: 60Fundamentos: 68

Generosidad: 7, 10, 24, 32, 33,36,41,50,92

Gracia de Dios: 61, 83, 92Guerra: 64

Historia, Sentido de la: 26Humanismo del Senor: 39Humildad: 1,2,6,27,58, 73,

82,87,97

Iglesia: 80, 89Ilusi6n: 58Inactividad: 46Inicios: 68Insolidaridad: 46, 59, 60Integristas: 64Introvertido: 31

Jubilaci6n: 55Juicio final: 26, 27Juventud: 16

Matriuscas: 21Medios de santificaci6n: 79Modestia: 12,40,61Muerte: 11,69,71Mujer: 9, 30, 35

Obediencia a los padres: 13Odio: 64Optar en la vida: 30Optimismo: 61, 65, 77Oraci6n: 4, 18, 21, 24, 29, 53,

61,81,90Orden interior: 75Orgullo: 72,73, 87, 92Originalidad: 44

Pajaro: 31Palo santo: 55Papel secante: 36Pecado: 41Pecado original: 45, 59Perd6n a los demas: 4Pereza: 38Personalidad del Senor: 28Pesimismo: 57, 77Picapleitos: 48Piedad: 22Pobreza del Senor: 9Politicos, Sistemas: 15Precauci6n en la vida: 20Precipitaci6n: 96Presencia de Dios: 27Previsi6n: 45Profetas: 64

Rat6n: 31Relaci6n con Dios: 22

Respeto a 1a persona: 62Reuniones cristianas: 39Revisi6n de grupo: 67, 78

Sacramentos: 43, 70, 89Sagacidad: 45, 57Samaritana: 30Separaci6n de Dios: 67Sexo: 16Sinceridad: 93Sociabilidad: 78Solidaridad: 23, 33, 34

Tecnocracia espiritua1: 83, 85Tentaci6n: 95Temura de Dios: 35Terquedad: 40Tes6n: 38,40,51,65,94,98

Vanidad: 60, 86Viajar cristianamente: 19Vida espiritua1: 43Vida interior: 90Virginidad: 30, 35Virtud, Valor de 1a: 93Vocaci6n: 1,91,99