nueva tierra, nueva vida
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Seis inmigrantes relatan la dureza que supone abandonar a la familia al dejar atrás su país de origenTRANSCRIPT
NUE
Seis inmigrantes relatan la dureza que supone abandonar a la familia al dejar atrás su
país de origen
TexTEXTO Y FOTOS: Sara Mauleón Carbayo
(PEPUCO 02)
uena el teléfono. Una nueva
llamada irrumpe en el despacho
de Sandra Llamas, coordinadora y
trabajadora social del centro de
inserción sociolaboral para inmigrantes
ADRA, en Vitoria. Es un nuevo
inmigrante, sin papeles, en busca de
ayuda, en busca de alguien que le
asesore, que le aconseje y que le ofrezca
oportunidades que le ayuden a
sobrevivir en un lugar desconocido para
él, tan alejado de su hogar, de sus
costumbres y de su familia.
Akhtar Muhammad, un pakistaní de 28
años, vino a España en 2007 y no ve a su
madre desde hace 5 años. El año pasado
murió su padre y no pudo despedirse de
él porque no tenía los papeles
necesarios para regresar a su país. Antes
de su fallecimiento, su padre tenía un
sueldo mensual de 5000 rupias, es decir,
100 euros por 12 horas de trabajo al día.
Ahora su madre vive sola y no puede
trabajar porque a sus 60 años, es
demasiado mayor. Muhammad quiere
ganar dinero, pero aunque estudiara
bachiller en Pakistán, no puede porque
“no hay trabajo”.
Maihuja Bahaj, mujer de 42 años del
Sahara Occidental, tampoco ve a su
familia desde hace 4 años. Vive sola en
Vitoria con su hijo de 18 años y utiliza el
teléfono para comunicarse con el
Sahara. “La vida allí es muy difícil. Hay
mucho dolor. No hay luz y hay un grifo
de agua para cada barrio”, relata. Fatma
Aghru, también del Sahara, es una mujer
de 48 años que prefiere no hablar de la
vida de su país porque “es muy dura”. La
nigeriana Mercy Abraham, recuerda con
nostalgia su vida como enfermera en
Benin-City. Estudió en la universidad
para poder trabajar en el hospital como
matrona pero tuvo que viajar a España
porque no podía mantenerse sola. Ahora
vive con su marido en Vitoria y se
describe a sí misma como “una mujer
superviviente”.
Sus historias son cifras que forman parte
de esos 151.894 inmigrantes que se
encuentran en la Comunidad Autónoma
Vasca. Entre 1998 y 2012, la población
inmigrante ha pasado de ser un 0,7% a
suponer el 6,9% de la población total,
según el Observatorio Vasco de
Inmigración. Álava es el territorio en el
que más ha aumentado este porcentaje,
pasando de un 0,9% a un 9,3%.
La población inmigrante se ha
multiplicado diez veces en los últimos
catorce años, coincidiendo con los
tiempos de crisis y el deterioro del
estado de bienestar. Por todo ello, junto
a los rumores y prejuicios, la inmigración
no se libra de las críticas: “Ahora la
población local está viviendo situaciones
económicas difíciles, tienen necesidades
y ven que hay otra población que
S
también las tiene, por lo que su visión es
negativa.”-explica Sandra Llamas.
Según la trabajadora social, se cree que
son personas que están llenando las
listas del paro y los servicios de sanidad.
También se piensa que están colapsando
los servicios que supuestamente son
para la población local cuando
realmente son servicios públicos
accesibles a cualquier persona que los
necesite. “Yo siempre digo que aquella
persona que hace un comentario
negativo debería venir aquí a pasar un
día conmigo.”-añade.
El centro de inserción sociolaboral para
población extranjera de Vitoria en el que
trabaja Llamas, es uno de los tres que
forman parte de Organización No
Gubernamental de Desarrollo ADRA,
existente en España desde 1978.
Económicamente se sustenta con
financiación pública. Llamas explica que
la estabilidad es complicada porque
“básicamente el 90% de los gastos del
centro se pagan con Fondos de las
Administraciones Públicas.” Cada año se
presenta un proyecto y la subvención
depende del Gobierno que esté en ese
momento, entre otros factores. En el
centro de Vitoria se ofrece atención
social, orientación laboral y
asesoramiento jurídico. “Creemos que el
aprendizaje de un idioma es la primera
barrera que hay que pasar”, afirma la
trabajadora social, con sus más de siete
años de experiencia. Por ello, también se
ofrecen cursos de cuatro niveles de
castellano, de euskera y de inglés.
Cada lunes, marroquís, rumanos,
saharauis, paquistaníes y
latinoamericanos dotan de diversidad al
aula de castellano avanzado. Victoria San
Vicente, voluntaria de ADRA y profesora
desde hace ocho años, enseña gramática
a los numerosos alumnos que muestran
su empeño por dominar la lengua oficial.
Actualmente existe un equilibrio entre
hombres y mujeres, pero cuando
empezó, la mayoría de sus alumnos eran
hombres: “Hubo un momento en el que
no tenía mujeres en clase. Por ello
decidimos animar a más mediante el
boca a boca para ofrecerles más
oportunidades.” -explicó. Entre ellas
existe un apoyo mutuo fuerte y muchas
se han llegado a interesar en hacer el
curso de euskera o inglés al terminar el
de castellano.
En ocasiones las clases de gramática se
entremezclan con los relatos de las
experiencias de su país, su religión y
sobre todo, de su gastronomía. Los
diferentes gustos por la comida son los
temas de conversación más
intercambiados por los alumnos. “Yo
también aprendo mucho de ellos. La
verdad es que te das cuenta de que
somos muy diferentes.”-manifiesta San
Vicente.
Enseñanza sin fronteras
A sus 29 años, Stanley Idowu está
convencido de que cuando una persona
no tiene cosas que puedan mantenerla
entretenida u ocupada, aumenta sus
posibilidades de actuar con mala
intención. De lo contrario, ese riesgo
disminuye. Puede que eso explique el
porqué de su voluntariado en ADRA
como profesor de inglés. Idowu
Abandonó Nigeria hace 3 años y reside
en Vitoria desde 2. No tiene papeles.
Parece no importarle: “En mi país tengo
el certificado de profesor de inglés. Fui a
ADRA, conocí a Sandra Llamas y me
contó que necesitaban un profesor de
inglés. No quiero perder mi inglés, así
que como quería enseñarlo, empecé a
dar clases.” Gracias a sus clases, los
inmigrantes se sienten más capaces de
desplazarse a otros países: “Viajar y
viajar. Mis alumnos utilizan el inglés,
sobre todo, para poder ir a otro lugar en
el que se hable el idioma que les
enseño.”
Asmae Ya también es otro ejemplo de
superación. Nacida en Tánger,
Marruecos, es una mujer de 28 años con
mucho que contar. A lo largo de su vida
ha pisado distintos países, pero desde
hace año y medio, reside en Vitoria.
“Aquí mi carácter me ayuda muchísimo
para conocer gente y hacer amistades.
Poco a poco me siento en mi
ambiente.”-relata. Aunque es alumna
del curso de castellano avanzado de
Victoria San Vicente, ella también de
clases, pero de árabe, tanto a
inmigrantes como a autóctonos: “Ahora
soy profesora. Me encanta dar clase. No
es la primera vez. En Tánger daba clases
de informática. La verdad es que me
siento muy bien enseñando.”
El caso de Asmae Ya y de Stanley Idowu
tan solo son dos ejemplos de lo que se
puede llegar a lograr gracias a la
superación sea cual sea la situación,
demostrada, día a día, por las vidas de
miles de personas que sufren la
inmigración.
ASMAE YA (TÁNGER, MARRUECOS) 28 años
Profesora de árabe. Residente en Vitoria
desde año y medio.
STANLEY IDOWU (NIGERIA) 29 años
Profesor de inglés en ADRA. Residente
en Vitoria desde hace dos años.
AKHTAR MUHAMMAD (PAKISTÁN) 28 años
Es alumno de castellano avanzado.
Residente en Vitoria desde hace tres
años.
Estudiantes durante uno de los cursillos de alimentación
ofrecidos por ADRA gracias a KontsumoBIDE
Stanley Idowu, en una de sus clases de inglés ofrecidas en ADRA
Sandra Llamas (a la izquierda) junto a Maihuja Bahaj (a la
derecha)
BLIBLIOGRAFÍA
FUENTES PESONALES
-INMIGRANTES:
Akthar Muhammad (pakistaní de 28 años)
Maihuja Bahaj (mujer de 42 años nacida en Sahara Occidental)
Fatma Aghru (mujer de 48 años del Sahara)
Mercy Abraham (Nigeriana de 37 años)
Stanley Idowu (Nigeriano de 29 años)
Asmae Ya (mujer de 28 años de Tánger, Marruecos)
-VOLUNTARIOS EN ADRA:
Victoria san Vicente (voluntaria de castellano avanzado en el centro de inserción
sociolaboral ADRA, Vitoria)
Stanley Idowu (Nigeriano de 29 años que ofrece clases de inglés en el centro de
inserción sociolaboral ADRA, Vitoria)
-TRABAJADORA EN ADRA:
Sandra Llamas (trabajadora social y coordinadora del centro de inserción
sociolaboral ADRA, en Vitoria)
FUENTES DECUMENTALES:
-Población extranjera en la CAPV entre 1998 y 2012 (www.ikuspegi-inmigración.net)
-Memoria Anual 2012 de la Fundación ADRA (http://www.adra-es.org)
-“Frena el Rumor” (FRENA EL RUMOR )