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Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica. International

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Nuestras identidades en red y alianza:

nuestra fuerza en movimiento

Resultados de una investigación

participativa sobre las identidades

de las redes, alianzas y espacios de concertación de

mujeres en Centroamérica.

International

Nuestras identidades en red y alianza:

nuestra fuerza en movimiento

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

Clarke, Elizabeth. Lockwood, Tanya.1. Redes. 2. Alianzas. 3. Movimientos de mujeres. 4. Movimients feministas. 5. Desarrollo Organizativo. 6. Organizaciones. 7. Movimientos sociales. 8. América Central.

1a. ed. Costa Rica: Fundación Acceso y Oxfam Canadá, 2008.

Edición: Josefina Peralta (versión español) y Karen Young (versión inglés)

Traducción al inglés: Elizabeth Clarke y Karen Young

Diseño gráfico : Olman Bolaños

Fotografías: Julieta Bendaña

Impresión: Gráfica Ortiz, San José – Costa Rica

Financiado por Oxfam Canada.El contenido de esta publicación no necesariamente representa la posición de Oxfam Internacional / Oxfam Canada.

Noviembre 2008

El contenido está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-Compartir bajo la misma licencia 3.0. http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.es

Esta obra puede ser distribuida, copiada y exhibida por terceros si se muestra en los créditos. Las obras derivadas tienen que estar bajo los mismos términos de licencia que el trabajo original.

Índice

Reconocimiento 4

Prólogo 5

Introducción 6

Una historia compartida: mujeres organizadas, mujeres en alianza 7

Apuesta a las alianzas estratégicas: una necesidad sentida, una agenda política compartida 9

Hilando esfuerzos: la organización interna de las alianzas estratégicas 15

La vida en alianzas: aprendizaje y crecimiento continuos 18

Las alianzas estratégicas: organizadas pero no institucionalizadas 22

La cooperación: una relación histórica y un debate pendiente 23

A modo de conclusión: el mensaje que nos queda 25

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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Reconocimiento

Este proceso de investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica, no hubiera sido posible sin el conocimiento y las reflexiones de las organizaciones de mujeres que conforman: la Red de Mujeres Contra la Violencia en Nicaragua; la Mesa Permanente de Mujeres Rurales, Concertación Feminista Prudencia Ayala y la Alianza para la Salud Sexual y Reproductiva en El Salvador; el Sector de Mujeres, Red de la No Violencia y la Alianza de Mujeres Rurales en Guatemala; la Red Centroamericana de Mujeres en Solidaridad con las Trabajadoras de la Maquila y la Red Regional Feminista contra la Violencia.

Agradecemos a las siguientes personas que nos abrieron sus puertas para enriquecer esta investigación: Ana Carcedo (CEFEMINA-Costa Rica); Carla López,. Ana Criquillion y Gabriela Horbaty (Fondo Centroamericano de Mujeres – Nicaragua); Myriam Blanco (Hivos – Nicaragua); Julieta Hernández (Hivos – Guatemala); Simona Violetta Yagenova (Área de Movimientos Sociales de FLACSO Guatemala); Beatriz Barraza (Hivos – El Salvador); y Pedro Martin (Diakonia – El Salvador).

Al equipo de Oxfam Canadá (Nicaragua), gracias por su dedicación y apoyo a este proceso de construcción de conocimiento para fortalecer los movimientos de mujeres y feministas de la región Centroamericana. Gracias Junta Administrativa y a las compañeras del equipo de la Fundación Acceso por su invaluable y voluntaria colaboración en la revisión de documentos finales y durante las entrevistas grupales.

Y a Oxfam Internacional, un profundo y sincero reconocimiento por su presencia en Centroamérica y por sus esfuerzos de apoyar a las mujeres organizadas y acompañar iniciativas de lucha contra la violación de los derechos humanos de las mujeres.

Tanya Lockwood y Elizabeth Clarke

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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Prólogo

Este estudio viene a marcar el décimo aniversario del programa conjunto de Oxfam Internacional, Mujeres y Derechos, programa que apunta al fortalecimiento de los movimientos de mujeres en Centroamérica, apoyando redes, coordinaciones y espacios de concertación de mujeres. ¿Por qué los movimientos de mujeres? Creemos que no puede haber desarrollo sin asegurar los derechos de las mujeres y la equidad de género; un elemento importante para lograr el cambio es la acción colectiva de ciudadanas y ciudadanos, y cuando de derechos de las mujeres se trata, los movimientos de mujeres son la mejor expresión de esta acción colectiva. Durante todo este tiempo, hemos tenido el privilegio de acompañar a mujeres valientes, transgresoras, innovadoras, y persistentes; y de aprender de sus esfuerzos de construir movimientos que defienden y promueven los derechos de las mujeres.

La construcción de espacios colectivos no es fácil, ni es lineal, ni se puede predecir su desarrollo; pueden despegar rápidamente o pueden morir en el intento. Con mucho compromiso, reflexión, respeto y empeño, logran fortalecerse y mantenerse en el tiempo, convencidas las mujeres de la importancia de aunar esfuerzos para lograr mayores impactos, pero con el entendido de que es un esfuerzo de largo aliento. Esperamos que este estudio nos ayude a entender mejor las identidades de las redes, coordinaciones y concertaciones, de manera que podamos aportar a su consolidación: ¿quiénes son?, ¿por qué existen?, ¿qué les caracteriza?, ¿qué piensan?, ¿qué sienten?, ¿qué quieren?, ¿qué retos enfrentan?

No pretendemos que este estudio represente los planteamientos de todos los espacios de coordinación que existen en la región; son 9 los que han aportado, todas contrapartes del programa conjunto. Esperamos que las experiencias y reflexiones aquí documentadas sirvan para provocar debate y para abonar a una mayor comprensión de los retos y cómo enfrentarlos.

Finalmente, quisiéramos agradecer a todas las mujeres integrantes de estos espacios quienes también nos han acompañado y han compartido sus saberes en beneficio de otras.

Roxanne MurrellOxfam Canada, agencia líder Programa Mujeres y DerechosOxfam Internacional

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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IntroducciónAcercamiento al contexto

Las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica han sido actoras clave de los movimientos de mujeres y feministas de la región desde los años 90, contribuyendo significativamente al avance de sus derechos y su emancipación. Sin embargo, las investigaciones sobre estos movimientos no especifican mucho sobre ellas; es más, mucha de la información sobre redes y alianzas se encuentra fuera de la región y muy poca es dedicada a este tema en particular.

Debido a la poca sistematización y conocimiento sobre cómo se crearon y desarrollaron estas expresiones organizadas en Centroamérica, se implementó un proceso de investigación participativa1. El objetivo fue conocer las identidades de estos espacios, así como los retos internos y externos necesarios para su fortalecimiento.

Oxfam Internacional consultó con varias contrapartes si un estudio de este tipo sería un aporte significativo para ellas, al recibir una respuesta positiva propuso a la Fundación Acceso llevarlo a cabo.

Este proceso se realizó en conjunto con 7 redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres nacionales y 2 redes regionales. Las participantes en los ámbitos nacionales fueron: Red de Mujeres Contra la Violencia en Nicaragua; la Mesa Permanente de Mujeres Rurales, Concertación Feminista Prudencia Ayala y la Alianza para la Salud Sexual y Reproductiva en El Salvador; el Sector de Mujeres, Red de la No Violencia y la Alianza de Mujeres Rurales en Guatemala. En cuanto a las redes regionales: la Red Centroamericana de Mujeres en Solidaridad con las Trabajadoras de la Maquila y la Red Regional Feminista contra la Violencia.

La investigación inició con el desarrollo de un estudio bibliográfico; posteriormente se realizaron entrevistas grupales e individuales con las redes, alianzas y espacios de concertación y otros actores clave2 en El Salvador, Guatemala y Nicaragua para finalizar con un encuentro denominado “Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento” celebrado los días 26 y 27 de agosto del 2008 en Managua3.

Esta publicación pretende resumir las complejas identidades de las dichas iniciativas, así como promover reflexiones sobre sus necesidades para que ellas mismas, sus miembros y la cooperación puedan lograr un mayor apoyo coordinado.

1. Durante abril y setiembre del 2008. 2. Hivos (Nicaragua, Guatemala y El Salvador), Diakonia (El Salvador), el Fondo Centroamericano de Mujeres (Nicaragua), FLACSO (Guatemala), y CEFEMINA en Costa Rica.3. Participaron 22 mujeres de las redes, alianzas y espacios de concertación así como una compañera de República Dominicana como invitada especial. Además participó una delegación de Oxfam Canadá al inicio del encuentro.

“Me parece sustantivo que estén planteando el estudio desde las identidades, porque es precisamente la construcción identitaria de estas redes lo que las fortalece en su acción política, entonces el nivel de construcción de esa identidad colectiva es la que afina esa acción política para el cambio que se plantean estas redes.”

(Entrevista con Julieta Hernández – Hivos, Guatemala, junio 2008)

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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Una historia compartida: mujeres organizadas, mujeres en alianza

La identidad de cualquier espacio organizativo está íntimamente ligada al contexto histórico y social en el que nació y, particularmente, a la identidad de las personas y organizaciones que le dieron vida.

La identidad es un proceso en constante construcción y cambio, en el cual el contexto interno y el externo de los espacios organizativos juegan un papel fundamental para su desarrollo. En este sentido, la mayoría de las mujeres y organizaciones de mujeres que plantearon la necesidad de articularse en estas redes, alianzas y espacios de concertación vienen de diversas experiencias en contextos difíciles y complejos, pero desde una lucha común: cambiar la situación histórica en la que han vivido.

Varias de las participantes que conformaron y articularon los espacios bajo investigación, estuvieron involucradas en los procesos revolucionarios de izquierda y/o en los movimientos populares en la década de los ‘80 en Centroamérica. Vivieron en un contexto de lucha armada y/o en contextos de alta represión política en los que experimentaron y sobrevivieron a situaciones como la expropiación de tierras, la migración forzada, las torturas, la violencia sexual, la pérdida de familiares y amigas/os y la privación y violación de derechos humanos, entre muchas otras. Asimismo, y particularmente en el caso de El Salvador y Guatemala, varias participaron en los procesos de acuerdos de paz desde sus organizaciones mixtas o de mujeres.

Algunas mujeres que participaron y fortalecieron las organizaciones mixtas de los movimientos populares y revolucionarios, fueron analizando (desde su realidad y la de otras) que la emancipación de las mujeres no era una prioridad en la agenda de estos movimientos; y que la violencia y desigualdad hacia su género no era expresión de un conflicto armado, sino de un sistema patriarcal y excluyente que atravesaba todas las clases sociales, todos los espacios políticos y privados, y todas las culturas en el mundo.

A este proceso de apropiación, del ser mujer y ser mujer sujeta política en la diversidad y desde la autonomía, contribuyeron otros factores que fortalecieron las bases de los movimientos de mujeres y feministas en Centroamérica. A nivel internacional el movimiento crecía con fuerza, la generación de conocimientos y planteamientos político-ideológicos feministas evidenciaban y fundamentaban la desigualdad de las relaciones de poder entre hombres y mujeres generada por el sistema patriarcal.

Gracias a estos esfuerzos y luchas, la comunidad internacional fue adoptando la desigualdad de género como un problema que debe atenderse con urgencia desde la perspectiva del desarrollo integral, la paz y la igualdad, declarándose desde las Naciones Unidas la Década de la Mujer -1975 en México-, y creándose la Convención de la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer adoptada en 1979.

Durante la Década de La Mujer, se crean instituciones y mecanismos internacionales para el adelanto de las mujeres (UNIFEM -Fondo de Naciones Unidas para las Mujeres-; el

“En general el Sector la conformaron mujeres

muy diversas, casi todas de la clase media. Lo digo

porque éramos mujeres del movimiento revolucionario

y lo principal era la lucha de clase, pero como luego

nos vamos fortaleciendo pues se inicia la lucha

de género (el ser mujer).Empezamos las mujeres a

vernos, a reconocernos, y nos dimos cuenta que no todo es la lucha de clase, está el

patriarcado y el racismo.”

(Entrevista grupal, Sector de Mujeres, Guatemala, junio

2008)

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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INSTRAW -Instituto Internacional para la Investigación y la Formación para el Adelanto de la Mujer- y el CEDAW -Comité para la Aplicación de la Convención de la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer-) y se realizan varias conferencias internacionales4. Aunado a este contexto internacional, los movimientos de mujeres y feministas organizan una serie de Encuentros Feministas Lationoamericanos y del Caribe durante los ‘80 y ‘90 (Bogotá 1981; Lima 1983; Bertioga 1985; Taxco 1987; San Bernardo 1990; El Salvador 1993; Chile 1996; República Dominicana 1999).

Asimismo, durante la Década de la Mujer la cooperación internacional destina recursos significativos para hacer avanzar las agendas políticas y organizativas de las mujeres y feministas del mundo, y, en especial, de mujeres organizadas en países con bajo nivel de desarrollo.

En este contexto, las mujeres y organizaciones de mujeres y feministas construyen un espacio propio (desde lo local hasta lo nacional e internacional) desde la autonomía (como sujetas políticas por la reivindicación de sus derechos), con recursos propios (conocimientos, experiencia, liderazgo, militancia y compromiso) y generando sus propias alianzas con otras organizaciones de mujeres y feministas, con organizaciones mixtas (de derechos humanos, por ejemplo), con la cooperación solidaria presente en la región, y con instituciones internacionales dedicadas al adelanto de las mujeres.

Es así que las redes, alianzas y espacios de concertación de este estudio nacen de la necesidad de las mujeres y organizaciones de mujeres (que ya venían trabajando) de articularse con otras a nivel local, nacional y regional para enfrentar con mayor fuerza la violación a los derechos de las mujeres, expresada por diversas problemáticas sociales, culturales, políticas y económicas:

La violencia contra las mujeres (violencia sexual, violencia física, violencia psicológica, violencia patrimonial, violencia institucional, entre otras);

La violación de los derechos laborales y económicos de las mujeres (explotación de las obreras de las maquilas en Centroamérica, el incumplimiento de las empresas maquiladoras y de zona franca de los derechos laborales, despidos injustificados y despidos masivos, ausencia del Estado para intervenir y controlar la violación de los derechos laborales de las empresas, entre otras);

La exclusión de las mujeres en políticas estatales para ser propietarias y co-propietarias de tierras y de acceder a las tierras que les fueron expropiadas durante el conflicto armado y por manos privadas;

La exclusión y discriminación de las mujeres rurales, campesinas, agricultoras y cooperativistas en la formulación y beneficios de políticas relacionadas con la producción local y nacional;

La poca representación de mujeres (con clara visión de transformación de las relaciones de poder entre hombres y mujeres) en puestos de elección popular y en instituciones públicas y estatales.

4. Nairobi 1985; Copenhague1980; El Cairo 1994; Beijing 1995

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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El poco acceso a servicios de y educación sobre salud sexual y reproductiva desde una visión integral (sin prejuicios, con enfoque de género, accesible a toda la población, etc) garantizada por el Estado laico

A través del intercambio y debate político, las organizaciones de mujeres que conformaron estos espacios fueron desarrollando agendas estratégicas, diversas formas organizativas e iniciativas de incidencia. Con el tiempo, fueron convirtiéndose en importantes referentes e interlocutoras con otros actores y actoras como el Estado, la cooperación, medios de comunicación, movimientos sociales mixtos y dentro de los movimientos de mujeres y feministas de la región.

Una plataforma de acciones de cambio

Las mujeres y organizaciones de mujeres que conformaron en un inicio las redes y alianzas

habían participado activamente fortaleciendo las bases de los movimientos sociales y populares, y los movimientos de mujeres y feministas en sus países durante los 80 y 90;

habían acumulado mucha experiencia organizativa y gran acervo de conocimientos (políticos y técnicos) sobre la situación local y nacional de las mujeres y tenían años de trabajo de base con mujeres de diversas zonas así como de diversas condiciones e identidades;

visualizaron la agenda de los movimientos de mujeres y feministas en sus países y en la región, y fortalecieron las alianzas en estos niveles;

participaron activamente en los encuentros de mujeres y feministas en la región latinoamericana y centroamericana, fortaleciendo aún más sus agendas nacionales;

venían luchando por la defensa de los derechos de las mujeres generando investigación, sensibilización, movilización, incidencia política, denuncias públicas y legales, entre otras.

Apuesta a las alianzas estratégicas: una necesidad sentida, una agenda política compartida

La apuesta por las alianzas está ligada a preguntas como: ¿por qué aliarse?, ¿para qué aliarse? y ¿cómo aliarse? Más que encontrar definiciones y tipologías de las redes, alianzas y espacios de concertación, es mucho más importante identificar lo

“En la década de los 90 muchas organizaciones feministas y de mujeres

empezaron a ver la necesidad de trabajar en red, de visibilizar algunas apuestas conjuntas y

de ver en qué medida se podía construir un proceso para la

eliminación de la violencia contra la mujer. Entre el 2000

y 2001, por un proyecto que hubo de CEFEMINA, se llegó

y se visibilizó la necesidad de crear un mecanismo regional

de Centroamérica que pudiera atender específicamente la

problemática de la violencia contra las mujeres. Y también

por toda la situación de asesinato de mujeres, la

experiencia de cada una de las compañeras, la necesidad de

trabajar en equipo.”

(Entrevista grupal, Capítulo El Salvador de la Red Regional

Feminista contra la Violencia, El Salvador, junio 2008)

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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que para las mujeres y organizaciones de mujeres implica trabajar en coordinación y articulación con otras y a distintos niveles.

Las redes, alianzas y espacios de concertación nacieron desde las propias necesidades de las organizaciones de mujeres de articularse con otras a nivel local, nacional y regional que venían trabajando por los derechos de las mujeres. En algunos casos estos espacios nacieron como alianzas coyunturales o puntuales, sin embargo, debido a los aspectos mencionados en la historia compartida, estas alianzas se volvieron estratégicas y permanentes5, es decir, se desarrollaron en espacios de articulación y coordinación sobre la base de una agenda política, determinada por objetivos y pactada con principios.

Las mujeres y organizaciones de mujeres trabajan en red, alianza y espacio de concertación porque:

Se adquiere mayor incidencia política, mayor fuerza social, mayor impacto y mayor alcance.Es una necesidad frente a la problemática global de las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres.El intercambio de conocimientos con otras tiene sus resultados visibles y tangibles en la lucha por los derechos de las mujeres.Las organizaciones de mujeres que las integran adquieren mayor visualización de su trabajo y adquieren mayores conocimientos.Las identidades y diversidades que confluyen en estos espacios son una oportunidad para ampliar las reivindicaciones de las mujeres.

Trabajar en red, alianza y concertación implica, para las mujeres y organizaciones de los movimientos de mujeres y feministas, tener un mayor impacto social para transformar las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres. Algunos de estos impactos son:

5. Las redes, alianzas y espacios de concertación de este estudio se conformaron hace más de 8 años

“La marca su génesis (1994), nace en un momento coyuntural para negociar el conflicto armado interno. O sea, se miraba ahí, no se miraba en el futuro. Sin embargo en el transcurso de la vida del Sector y con las firmas de la paz (1996), tuvimos dos años para colocar en el debate público y en la agenda de las negociaciones que la situación de guerra era diferente para las mujeres. Hubo confrontaciones, pero ahí hubo la posibilidad que en esa coyuntura había que posicionar los problemas de las mujeres, y que no era necesariamente la guerra la que generaba esos problemas de opresión de las mujeres, sino que es una situación más profunda, histórica y estructural, que tiene que ver con la desigualdad, la subordinación.”

(Entrevista grupal, Sector de Mujeres, Guatemala, junio 2008)

Mayor incidencia

política

Mayor capacidad de articulación

Mayor generación de conocimientos

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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Estos impactos sociales permiten paralelamente fortalecer a las mujeres y organizaciones de los movimientos de mujeres y feministas, ya que implican procesos de empoderamiento individual y colectivo desde y para las mujeres.

El empoderamiento (del inglés: “empowerment”) entendido como el proceso de deconstrucción del patriarcado interiorizado como de otros sistemas de exclusión y discriminación, y la construcción de la sujeta política mujer. Es decir, conciencia de ser mujer, participación activa en la toma de decisiones y creación de propuestas y planteamientos políticos para transformar las relaciones desiguales e injustas de poder social, político, cultural y económico que vive la mitad de la población, tanto en los ámbitos públicos como privados.

Sobre los principios

Las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres trabajan sobre la base de principios pactados. Se encontraron cuatro principios que son comunes a los espacios y que están íntimamente ligados a las reflexiones de los movimientos de mujeres y feministas de la región sobre las relaciones entre las mujeres y sus planteamientos de transformación social. En este sentido, usualmente se pactan principios tales como:

La autonomía. Este principio tiene dos grandes significados: una es la autonomía de las redes, alianzas y concertaciones frente a otros sectores y actores como los partidos políticos, la cooperación internacional y movimientos sociales mixtos; la otra es la autonomía de pensamiento y acción política de las mujeres para crear y fortalecer un movimiento social propio. El segundo significado es considerado un derecho, pero el primero es más vulnerable a las tendencias, procesos y coyunturas políticas y sociales. El derecho a la autonomía plantea dos grandes preguntas dentro de estos espacios: ¿cómo la mantenemos? y ¿cómo la rescatamos?

La diversidad. Debido a las múltiples identidades de las mujeres y organizaciones de mujeres que confluyen en los espacios de redes, alianzas y concertaciones, el respeto a la diversidad suele ser otro de los principios pactados. Sin embargo, algunas plantean que el respeto no implica por sí solo el fortalecimiento de los movimientos de mujeres y feministas, sino que es necesario defender y promover las reivindicaciones de la diversidad. En este sentido, si se defienden los derechos de las mujeres, es necesario defender los derechos de todas las mujeres. Por lo tanto es importante reflexionar, entender y defender las propuestas políticas de la diversidad de mujeres que conforman estas iniciativas: mujeres jóvenes, mujeres con alguna discapacidad, mujeres indígenas, mujeres mestizas, mujeres afrodescendientes, mujeres lesbianas, mujeres cristianas, mujeres campesinas, entre otras.

La horizontalidad y democracia. Es otro principio pactado que tiene que ver con la forma en que las mujeres conciben y practican lo político en estos espacios. La horizontalidad se hace concreta a través del derecho de todas las integrantes de proponer, debatir, disentir y decidir en los espacios amplios (descentralizados) de

“Surgimos del Encuentro: Unidas en la Diversidad,

donde se crearon varias redes temáticas, una fue la de

violencia contra las mujeres. Ahí nos juntamos varias

mujeres de organizaciones que veníamos atendiendo

mujeres víctimas de violencia; y también porque nosotras

mismas teníamos una historia de abuso y violencia, por lo tanto nos identificábamos

con esa lucha.”

(Entrevista grupal, Red de Mujeres

Contra la Violencia, Nicaragua, julio 2008)

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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participación y toma de decisiones estratégicas y políticas, usualmente denominados “asambleas”. La horizontalidad también está incluida en las relaciones, y dan cuenta de la propia reivindicación de las mujeres de transformar las relaciones verticales6 y desiguales de poder, por lo tanto las actuaciones verticales no son aceptadas dentro de estos espacios. La democracia desde estos espacios implica fortalecer y mantener procesos participativos de debate e intercambio de conocimientos, llegar a consensos respetando y evidenciando los disensos, tomar decisiones informadas y estratégicas, mantener y defender la autonomía del espacio, e incluir la diversidad en sus propuestas y agendas políticas.

La solidaridad o sororidad. Este es uno de los principios que caracterizan el mismo nacimiento de las redes, alianzas y espacios de concertación. Tiene que ver con el compromiso de apoyar a otras y la capacidad de recibir el apoyo de otras para concretar luchas. La solidaridad es contraria a los sistemas que promueven el individualismo y la competencia, aunque no debe entenderse como el “apoyo incondicional” o “amiguismo” entre las mujeres. Es un principio que se construye con base en procesos que generan confianza mutua, alcance de expectativas, riesgos y beneficios compartidos, entre otros.

Factores de peso

En relación con todo lo anterior, existen otros factores que las redes, alianzas y espacios de concertación han identificado como necesarios para que estos se mantengan unidos y se fortalezcan:

La transparencia y rendición de cuentas.La confianza (interpersonal, inter-organizacional y política).Los liderazgos que facilitan la reflexión, la participación y la toma de decisiones.El intercambio libre de conocimientos (sin competencia, sin egoísmo).La capacidad de escuchar a las otras.Los espacios de encuentro y debate permanente.La claridad por parte de las organizaciones integrantes sobre la importancia estratégica del espacio.La negociación y el diálogo en los desencuentros.Comunicación fluida.La convicción y el compromiso con la causa de la lucha colectiva.La participación activa de sus integrantes.La flexibilidad y la apertura a nuevas ideas.La creatividad. El conocimiento y el reconocimiento de y a las otras organizaciones en sus capacidades y en sus aportes.

Para lograr que una red, alianza y espacio de concertación se mantenga unida, es evidente que se necesita mucho más que tener claro los objetivos.

6. Por ejemplo: imponer la palabra, no considerar las opiniones de las demás, agresión verbal, entre otras.

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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Implica la consolidación de pactos sobre la base de principios que propicien relaciones solidarias y de confianza, permitan la innovación, fortalezcan el trabajo colectivo y colaborativo y creen condiciones para el desarrollo de liderazgos democráticos, incluyentes y transparentes.

Los factores mencionados anteriormente propician lo que han denominado como “sentimiento de pertenencia” y que es considerado el elemento clave para que estos espacios se desarrollen y sostengan. Dicho sentimiento de pertenencia se afianza más sólidamente cuando las redes, alianzas y espacios de concertación toman en cuenta y traducen en acciones las necesidades, demandas, ideas y propuestas que aportan las organizaciones y mujeres que las conforman. El sentimiento de pertenencia es por lo tanto contrario al sentido de beneficiaria o representante de una organización frente al espacio. Cuando esto sucede, por lo general, estos reflexionan sobre sus procesos internos de participación o bien sobre sus mecanismos de incorporación de membresía.

Aunado al impacto social, a los principios pactados y a los factores que mantienen unidos a estos espacios, existe una serie de elementos que propician su funcionamiento. Estos elementos son considerados esenciales para que las alianzas estratégicas logren su misión o agenda política:

Contar con una agenda estratégica o plan estratégico.Tener una clara estructura organizativa y una equilibrada distribución de responsabilidades.Contar con una coordinación. Ver realizadas algunas de las luchas.Articular lo local con lo nacional e internacional. Tener estrategias de comunicación e información (interna y externa).Contar con suficientes recursos financieros para implementar y sostener la agenda o el plan estratégico.Fortalecer a las organizaciones miembros (técnica, política y económica-mente).Realizar un análisis político permanente.

Más allá de los retos

Estos aspectos de funcionamiento implican varios retos para las redes, alianzas y espacios de concertación, tales como:

1) Definir qué se quiere cambiar (misión) no es siempre lo más difícil de determinar en estos espacios. Donde existen mayores retos es en la definición de cómo se va a cambiar (enfoques y estrategias). En este sentido hay discusiones de fondo como: ¿incidencia? o ¿resistencia?2) Cómo organizar la alianza para asuntos operativos (implementación de acciones, actividades, gestiones) sin convertirse en una ONG (Organización No Gubernamental) y/o sin crear demasiada burocracia. El énfasis mayor en cuanto a estructura organizativa, tiene que ver con los espacios de toma de decisiones estratégicas de las redes y con la búsqueda de espacios de trabajo donde la participación sea activa y voluntaria.

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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3) La coordinación de estos espacios son casi siempre de carácter voluntario. Son, por lo general, un grupo de mujeres o una organización designadas por la asamblea que tienen la responsabilidad de dar seguimiento a las decisiones estratégicas y de aspectos más cotidianos y/o formales (la gestión, las finanzas, aspectos legales, asuntos administrativos, relación con otros actores). Muchas veces el reto está en cómo equilibrar las responsabilidades de estas mujeres con sus propias organizaciones y con las responsabilidades que tienen con la red, alianza o concertación. Usualmente implica sobre carga de trabajo y altos niveles de desgaste.

4) Reflexionar sobre las lecciones aprendidas y traducirlas en estrategias permanentes de las redes, alianzas y concertaciones. Ver luchas realizadas es un elemento de gran motivación y expresan que las condiciones externas e internas a las redes, alianzas y espacios de concertación fueron manejadas de forma estratégica. Sin embargo, es claro que estos espacios encuentran muchas veces sus luchas truncadas por el contexto político. En este sentido, los resultados e impactos definidos están en constante riesgo y amenaza por factores externos7.

5) Cómo volver regional lo local y lo nacional. Este reto está íntimamente ligado a los diversos contextos de país, a las prioridades de los movimientos de mujeres y feministas y a la existencia o ausencia de mecanismos regionales de incidencia política y de defensa de los derechos. Articular lo local a lo nacional ha sido menos difícil cuando las organizaciones miembros tienen trabajo de base.

6) Las estrategias de comunicación interna y externa. Estas son sumamente importantes para las redes, alianzas y espacios de concertación cuando: su membresía es geográficamente amplia; tienen una estrecha relación con medios de comunicación (masivos, alternativos y/o comunitarios); carecen de recursos para realizar periódicamente encuentros cara a cara; sus estrategias incluyen el componente de denuncia pública y campañas de sensibilización; el nivel de uso, acceso y apropiación de las tecnologías de información y comunicación no es igual entre la membresía; manejan información delicada que puede ser sustraída y utilizada por otros.

7) El acceso a recursos es un reto constante para estos espacios, al igual que para las organizaciones de mujeres en Centroamérica. El retiro de la cooperación, el cambio de las prioridades de la cooperación, la carencia de presupuestos públicos para las organizaciones de mujeres, los pocos recursos disponibles de la membresía, entre otros, han implicado ir a pasos más lentos contra un sistema cada vez más represivo, violento y excluyente de las mujeres.

7. Por ejemplo: una campaña sobre salud sexual y reproductiva puede tener poco impacto si el fundamentalismo religioso del país es alto. O bien, la incidencia para proponer o reformar leyes a favor de las mujeres puede ser obstaculizada cuando no hay conciencia o voluntad política en las Asambleas Nacionales.

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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8) El fortalecimiento técnico, político y económico de las organizaciones miembros es esencial para el fortalecimiento de los espacios de articulación y coordinación.

9) El análisis político apunta a la necesidad de que las redes, alianzas y espacios de concertación mantengan permanentemente la investigación, la reflexión y el debate sobre todos los aspectos y tendencias sociales, políticas, económicas y culturales que atentan contra los derechos de las mujeres. Sin análisis las acciones pueden carecer de estrategia.

Retomando todo lo anterior, las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres son para sus integrantes:

Expresiones organizadas de los movimientos de mujeres autónomos y feministas de Centroamérica, en las que mujeres diversas (organizadas o individualmente) se articulan alrededor de una misión y agenda estratégica para tener mayor impacto en la transformación de las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres mediante: el intercambio y construcción de conocimientos, la incidencia política, el fortalecimiento organizativo, fortalecimiento de la identidad y la autonomía, la construcción de sujeta política, la transformación del imaginario colectivo y la construcción de una nueva ciudadanía de las mujeres.

Hilando esfuerzos: la organización interna de las alianzas estratégicas

Las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres son instancias organizativas dinámicas y flexibles y por lo tanto cambiantes. Conocer cómo funcionan internamente ayuda a comprender mejor sus procesos organizativos de trabajo y de toma de decisiones. Ayuda también a comprender algunas diferencias sustantivas entre las redes, alianzas y espacios de concertación con respecto a otras expresiones organizadas como las ONG.

La investigación arrojó datos interesantes sobre las pocas diferencias de organización interna entre las redes, alianzas y espacios de concertación, y encontró que las mayores diferencias se encuentran entre los espacios nacionales y regionales.

La organización interna se puede dividir en 4 componentes: 1) Toma de decisiones estratégico-política; 2) Trabajo operativo-estratégico; 3) Administración y Aspectos legales; y 4) Membresía.

El siguiente cuadro expone cada componente desde lo nacional y lo regional, así como aspectos particulares de los espacios y observaciones generales:

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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Toma de decisiones estratégico-política

Redes, alianzas y espacios de concertación nacional

En todos los casos existe una asamblea donde se congregan las miembros para tomar decisiones estratégicas, la cual se reúne periódicamente (algunas veces, cada 15 días).Asimismo, en todos estos grupos, existen espacios de coordinación que son mujeres designadas por la asamblea o asumidas por organizaciones que se rotan para llevar adelante las decisiones estratégicas e interactuar con otros actores que apoyan su sostenibilidad política y financiera. A estos espacios también se les denomina: Comité de Enlace, Comisión Coordinadora o simplemente Coordinación.La participación dentro de la coordinación tiene un periodo establecido por las asambleas que pueden ser de 1 a 2 años, con posibilidades de reelección por dos periodos consecutivos.

Redes, alianzas y espacios de concertación regional

En todos los casos existe una asamblea conformada por redes nacionales, capítulos por país u organizaciones nacionales que se encuentran cada año.Las dos redes regionales cuentan con una coordinación que se rota por país.

Casos específicos

En un caso específico de una alianza nacional, existe un tipo de mini-asamblea denominada “la inter-organización”, sin embargo sus decisiones siempre deben ser en consulta con la asamblea.

Observaciones:

La forma de tomar decisiones en las asambleas es en algunos casos más compleja que en otros, por varios factores: la cantidad de membresía y su diversidad, la estructura de toma de decisiones pactada, los modelos democráticos que se implementan y la complejidad de la decisión que se debe de tomar.Las mujeres debaten por mucho tiempo antes de tomar una decisión y buscan el consenso, pero al mismo tiempo valoran el proceso del disenso que es considerado un derecho para toda la membresía.

Trabajo operativo-estratégico

Redes, alianzas y espacios de concertación nacional

Todas comparten espacios de trabajo denominados mesas de trabajo, comisiones de trabajo, y cuando se tienen áreas o programas, son denominadas equipos de áreas o equipos de programa.Usualmente, las áreas y programas cuentan con personas contratadas y personas voluntarias que dan acompañamiento. En otros casos, las comisiones de trabajo apoyan el logro de los objetivos de un área o programa específico.

Redes, alianzas y espacios de concertación regional

Tanto las estrategias como las acciones concretas son gestionadas desde cada país y asumidas por la red nacional u organizaciones que forman parte de ella.

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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Observaciones:

Los espacios de trabajo son los encargados de coordinar e implementar acciones concretas basadas en la estrategia de la red, alianza o espacio de concertación. Estas acciones pueden ser permanentes o coyunturales según lo defina la asamblea, las coordinaciones o la misma situación política del país.Usualmente cuentan con planes de trabajo, agendas de trabajo y, en muchos casos, proyectos gestionados con la cooperación.

Administración y Aspectos Legales

Redes, alianzas y espacios de concertación nacional

Existen redes y alianzas nacionales que cuentan con un área administrativa con personas contratadas; en otros casos las responsabilidades administrativas son asumidas por una organización miembro.Sólo uno de los espacios tiene inscripción legal (estatus jurídico), sin embargo esta inscripción es sólo para fines administrativos, y es la estructura política la que está por encima de la estructura legal-formal. El resto de las redes, alianzas y espacios de concertación trabajan con la inscripción legal de alguna de sus organizaciones miembros

Redes, alianzas y espacios de concertación regional

La responsabilidad administrativa es asumida por una red nacional o la organización coordinadora desde su propio espacio y según la gestión de fondos que realicen.Ninguna tiene una inscripción legal, usualmente trabajan desde cada país con la inscripción legal de la organización punto focal o con la inscripción legal de alguna de las organizaciones de la red nacional que conforma la red regional.

Observaciones:

Crear una estructura administrativa es una preocupación constante porque son usualmente costos organizacionales que no funcionan sin financiamiento y, en general, crean procesos burocráticos que restan recursos y tiempo a la acción política que es propia de estos espacios.La percepción general es que contar con una inscripción jurídica propia implica la institucionalización formal de estos espacios y adquirir obligaciones legales comúnmente características de las ONG.

Membresía

Redes, alianzas y espacios de concertación nacional

En pocas redes y alianzas la membresía incluye organizaciones mixtas, por lo general son redes, alianzas y espacios de concertación de organizaciones de mujeres.En otros casos la participación de la membresía puede ser a título individual, y cada red, alianza y espacio de concertación tiene sus propios procesos y debates al respecto.Trabajan desde lo local a lo nacional, y viceversa, esto porque su membresía trabaja en distintas regiones del país a través de las organizaciones a las que pertenecen.

Redes, alianzas y espacios de concertación regional

Las dos redes regionales están conformadas por organizaciones o redes nacionales de mujeres, y no así por mujeres a título individual.Las redes regionales trabajan desde lo local-nacional a lo regional.

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Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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Otras características que influyen en la organización interna de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica son las siguientes:

1) La mayoría del trabajo en las redes, alianzas y espacios de concertación es voluntario.

2) Existen diversos niveles de participación de la membresía relacionados a los siguientes factores: nivel de apropiación del espacio, recursos y capacidades, cambios internos en las organizaciones miembros y prioridades y coyunturas distintas en cada país.

3) Los recursos financieros que manejan estos espacios son muy pocos y por lo general se gestionan mediante proyectos con la cooperación.

4) La mayoría tienen mecanismos de ingreso para la membresía, pero carecen de mecanismos de salida (ver texto lateral). En dos casos específicos (una alianza nacional y una red regional) la membresía es histórica, es decir las organizaciones que la conformaron continúan en estos espacios y no se han planteado por el momento la necesidad de ampliar su membresía.

La vida en alianzas: aprendizaje y crecimiento continuos

Todas las redes, alianzas y espacios de concertación han vivido momentos significativos que implicaron cambios profundos en cuanto a procesos de construcción de identidad colectiva y cambios de estrategia y estructura. A estos momentos significativos los hemos denominado ciclos vitales o ciclos de vida.

Estos ciclos, excepto el que se ha denominado “la génesis, el inicio y el nacimiento”, se repiten y se traslapan en diversos momentos de la vida organizativa; en este sentido los ciclos de vida tienen un significado lógico (según su historia, su contexto y su lucha) y no cronológico.

La génesis, el inicio, el nacimiento. Todas las redes, alianzas y espacios de concertación nacieron por la necesidad de sumar esfuerzos (y no luchar solas) entre organizaciones de mujeres y mujeres a título individual, que se auto-convocaron y que venían trabajando (y vivenciando) la violación a los derechos humanos y particularmente de los derechos de las mujeres. Si bien su nacimiento se dio como alianzas puntuales o coyunturales, poco a poco se fueron transformando en alianzas estratégicas.

Apropiación y posicionamiento. Este ciclo de vida se repite con frecuencia en diversos momentos de la existencia de las redes, alianzas y espacios de concertación. Es significativo en el sentido de la pregunta sobre “el ser” del espacio debido a la diversidad que lo compone; el cómo se quiere que funcione sin limitar la agenda política y las estrategias; y el qué se quiere del espacio desde las necesidades de las integrantes y de la problemática por la que se lucha.

Mecanismos de ingresoEn algunos casos la participación de las personas y organizaciones en las redes, alianzas y concertaciones es tomada en cuenta mediante sistemas de ingreso (estructurados en algunos casos más que en otros) que establecen cartas de petición de ingreso, procesos de selección y aceptación, cartas de compromiso, entre otras. Usualmente estos sistemas de ingreso no cuentan con mecanismos de seguimiento (visitas a las organizaciones, auto-evaluaciones sobre la participación, actualización de bases de datos, renovación de membresía) lo que genera, en algunos casos, una participación “fantasma” que no le permite saber a la red o alianza con quiénes cuenta realmente para llevar adelante la agenda política y estratégica.

Mecanismos de salidaMuchas veces las redes, alianzas y espacios de concertación no cuentan con espacios de retroalimentación con la persona u organización que sale, quedando importantes preguntas sin contestar: ¿Por qué sale? ¿Ha influido alguna situación interna de la red o alianza sobre la decisión de salir? ¿Cuál fue la experiencia en el espacio? ¿Existe la posibilidad de que sea una aliada coyuntural en el futuro? ¿Qué debe mejorar la red, alianza o concertación? Pero el mayor dilema se encuentra cuando no se han planteado las razones o mecanismos que determinan cuándo y cómo se puede solicitar la salida de alguna de sus miembros.

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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Sostenibilidad financiera. Tener muchos o pocos recursos en la vida de estos grupos ha generado varios debates sobre cómo cambia la dinámica interna. Asimismo, hace que en muchos casos se establezcan posiciones políticas respecto a qué recursos se quieren, de quiénes se quieren recibir los recursos y bajo qué condiciones se recibirán los recursos para las luchas de las mujeres. Cuando hablamos de recursos, estamos hablando de recursos financieros y materiales, ya que es evidente que las redes, alianzas y concertaciones cuentan con muchos recursos en cuanto a conocimiento, experticia y trayectoria de trabajo con las mujeres.

Logros. Los logros son momentos significativos para las redes, alianzas y concertaciones porque revitalizan los espacios y amplían su fuerza frente a otros sectores de la sociedad. Los logros son momentos que se celebran y donde se hacen visibles los resultados y beneficios de trabajar en articulación con otras y otros. Pero sobre todo son logros que mejoran las condiciones de las mujeres y las fortalece para seguir luchando.

Formas Organizativas. Este ciclo de vida le plantea a las redes, alianzas y espacios de concertación la pregunta: ¿cómo nos vamos a organizar para funcionar y lograr nuestra agenda política? Pero esta pregunta también tiene otra de fondo: ¿cómo practicamos lo político entre las mujeres?

Hemos analizado que estos espacios le dan un gran peso a la forma organizativa cuando se trata de los espacios de toma de decisiones estratégicos, y cuáles son los criterios políticos respecto a la función técnica que se requiere para concretar la acción política del espacio de articulación. Lo técnico y lo político suele ser asuntos de reflexión constante en estos espacios. Por otro lado, existen momentos de debate interno cuando se implementan formas organizativas características de las ONG, como lo son: áreas administrativas, áreas programáticas, inscripción legal, implementación de proyectos, evaluación de proyectos y áreas, entre otras.

Situaciones adversas o críticas. Como en cualquier expresión organizada, existen tiempos donde se enfrentan con situaciones adversas y críticas que naturalmente afectan a las personas y organizaciones y, generalmente, impiden que los objetivos o estrategias organizativas avancen. Hemos organizado las situaciones adversas y críticas en tres conjuntos. Aquellas que están directamente relacionadas con la perpetuidad del sistema patriarcal, las relacionadas con hechos sociales y económicos que agravan la situación de las mujeres y aquellas relacionadas con aspectos internos en las organizaciones y espacios de articulación.

1) Perpetuidad del sistema patriarcal instalada y promovida por instituciones, personas y sectores de peso en los países. Algunas de estas situaciones adversas y críticas son: a) Fundamentalismo religioso y gobiernos que no respetan el Estado laico. b) Eliminación de derechos adquiridos por y para las mujeres como es el caso de la prohibición y penalización del aborto terapéutico. c) Altos índices de femicidio/ feminicidio en la región y a nivel latinoamericano; d) Gobiernos

Algunos debates y factores que marcaron los ciclos de vida

Las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres de un sistema patriarcal

La importancia de construir y fortalecer el movimiento de mujeres y feminista (con identidad y autonomía política) en los diversos países y a nivel regional.

El apoyo significativo de la cooperación solidaria para el desarrollo a las propuestas, agendas y organizaciones de mujeres y feministas.

La cuestión del ser mujer, y ser mujer en la diversidad y en las diferencias

La definición del espacio (¿una alianza política?, ¿una alianza de organizaciones y de mujeres?, ¿una alianza feminista?, ¿una alianza con organizaciones mixtas?).

La autonomía del espacio de partidos políticos, del gobierno, de la cooperación, de movimientos sociales mixtos, entre otros

La definición de agendas políticas.

Visibilizar el espacio de articulación a nivel local, nacional y regional sin invisibilizar a las organizaciones de mujeres que lo conforman.

El retiro de la cooperación en Centroamérica y sus tendencias.

Más tiempo a la gestión de recursos y menos tiempo a la incidencia política: los liderazgos políticos se vuelven liderazgos técnicos y administradores de fondos.

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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claramente misóginos; e) Medios de comunicación que abordan la violencia contra las mujeres desde un discurso que además de simplista, re-victimiza y culpabiliza a las mujeres.

2) Hechos sociales, económicos y políticos que impactan de manera directa el trabajo y la lucha de las mujeres, algunas de estas situaciones críticas son: a) La re-militarización en Centroamérica; b) Las políticas económicas neoliberales (liberalización del mercado) que agravan la pobreza y limitan las oportunidades de acceso a servicios básicos y públicos; c) El crimen organizado y las “maras” que han afectado la seguridad ciudadana y los derechos de libre tránsito y movilización; d) La criminalización de la protesta ciudadana y ciudadanía organizada, y la persecución política a mujeres y hombres líderes de movimientos sociales aplicado por gobiernos autoritarios; e) El debilitamiento de las instituciones estatales y el control del poder ejecutivo sobre los otros poderes del Estado; f ) La corrupción generalizada en los círculos de poder y a nivel estatal que impide el establecimiento de mecanismos y recursos necesarios para eliminarla, generando aún más corrupción y violencia en la impunidad; g) Los procesos pre-electorales y electorales en los que las agendas de las mujeres quedan postergadas continuamente y con las cuales se quiere negociar para fines político-partidarios, en una clara utilización y aprovechamiento de los derechos de las mujeres como propaganda política; h) La feminización de las migraciones en la región Centroamericana y en el que las mujeres están siendo violentadas en sus trayectos.

3) Situaciones internas a las organizaciones y espacios de articulación. Algunas de la situaciones adversas o críticas han sido: a) Divisiones entre los movimientos de mujeres y feministas, y divisiones dentro de los movimientos de mujeres y dentro de los movimientos feministas; b) La doble militancia (participación en movimientos de mujeres y feministas y en partidos políticos) de las miembros de los espacios de articulación; c) Diferencias de enfoque en el abordaje de las problemáticas como la violencia contra las mujeres; d) Existe una cierta “fuga” de los liderazgos políticos de las mujeres del movimiento a espacios donde se las contrata (dentro de la cooperación, en instituciones internacionales, en puestos públicos por ejemplo); e) La definición de las estrategias frente al Estado: ¿incidir o resistir?

Conocer los ciclos de vida de estos espacios de articulación y coordinación abre la posibilidad de profundizar sobre la construcción de sus identidades organizativas y posibilita reconocer que existen aspectos que les son propios. Comprender esto, le da a múltiples actores y actoras sociales conocimiento sobre cómo relacionarse con ellas, cómo integrarse a ellas y cómo fortalecerlas. En este sentido es importante anotar:

a) Todo proceso organizativo implica plantearse periódicamente preguntas como: ¿quiénes somos? ¿qué queremos? ¿cómo lo vamos a lograr? ¿qué principios nos unen? Y es usual que las respuestas desemboquen en cambios dentro de las dinámicas internas (como estructura de funcionamiento) retomando prácticas que funcionaron antes o pasar a crear otras nuevas. Por lo tanto, la construcción de los espacios organizativos de las redes, alianzas y espacios de concertación no parte de una visión estructuralista; es decir, la estructura organizativa responde a las necesidades internas y no al revés.

Algunos debates y factores que marcaron los ciclos de vida

Competencia por fondos entre las organizaciones miembros del espacio de articulación, y desigualdad de recursos entre las mismas.

Definición de espacios amplios de toma de decisiones estratégicas.

Búsqueda de estructuras con base a principios pactados: democracia, participación, diversidad, autonomía, etc.

Cómo se organiza el trabajo ¿por áreas? ¿por programas? ¿por comisiones?

Definición de cómo se da el seguimiento a ciertos procesos y a la evaluación del trabajo.

Cómo articular lo local con lo nacional, y lo nacional con lo regional y viceversa.

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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b) Elaborar planes estratégicos, definir programas, gestionar proyectos, tener una oficina y un área administrativa, entre otras acciones, implican procesos que muchas veces hacen pensar a las redes, alianzas y espacios de concertación si se estarán convirtiendo en una ONG. ¿Por qué? Porque precisamente las que conforman las redes, alianzas y espacios de concertación son en su mayoría organizaciones. Muchas de las herramientas, metodologías y formas organizativas de las ONG son aplicadas en estos espacios de coordinación y articulación. A pesar de esto, las redes, alianzas y concertaciones cuidan aspectos que las hace muy diferentes a las ONG. Algunos ejemplos son que: evitan al máximo la burocratización, establecen mecanismos más plurales y democráticos para la toma de decisiones estratégicas, la mayoría del trabajo es asumido de forma voluntaria y, aunque tienden a más estructura que a menos estructura organizativa, esto lo hacen manteniendo flexibilidad y apertura al cambio.

c) Los logros alcanzados por las redes, alianzas y espacios de concertación son resultados de largo plazo. Esto por varias razones: 1. las condiciones políticas del país o región determinan las oportunidades o amenazas del contexto para la acción política de las mujeres; 2. Para alcanzar fuerza social y reconocimiento del Estado y sus instituciones, las redes, alianzas y espacios de concertación deben trabajar de lo local a lo nacional e internacional, por lo tanto el fortalecimiento de las organizaciones miembros es clave; y 3. la apropiación de capacidades técnicas y políticas para enfrentar a los gobiernos locales y nacionales para que cumplan con los compromisos adquiridos con las mujeres, requiere de muchos espacios de intercambio y aprendizaje entre las miembros o de estos espacios con otros actores sociales que pueden aportar conocimientos.

d) Los recursos han determinado muchos momentos significativos de estos espacios, ya sea por la falta de ellos, o por la posibilidad de contar con ellos. Es importante indicar que los momentos significativos sobre los recursos están íntimamente ligados a debates respecto a la autonomía. En otras palabras, relacionados con decisiones fuertes que en muchos casos han implicado terminar la relación con algún donante, devolver financiamiento; no aceptar montos significativos que podrían haberle resuelto al espacio toda su situación financiera o rechazar propuestas de la cooperación, que aunque importantes, no nacían de las necesidades de las mujeres y las organizaciones miembros.

e) Las situaciones adversas han implicado para las redes, alianzas y espacios de concertación grandes decepciones, frustraciones y heridas. Estas situaciones se viven desde lo colectivo y muchas veces la red, alianza o espacio de concertación necesita tiempo para volver a tomar fuerza y seguir luchando.

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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Las alianzas estratégicas: organizadas pero no institucionalizadas

Las redes, alianzas y espacios de concertación no son una ONG, sin embargo, algunas de las prácticas8 más comunes en éstas últimas, son aplicadas dentro de las primeras. Esto en sí mismo no representa un problema en cuanto a la identidad del espacio, ya que es común que las experiencias organizativas de las mujeres que lo integran, las propongan y las implementen dentro de la alianza estratégica. Lo importante es evitar la institucionalización del espacio; es decir, procurar no perder y asegurar mantener:

La autonomía del espacio y de las organizaciones que lo conforman.La flexibilidad para cambiar formas organizativas internas que respondan estratégicamente a la agenda política. Las prácticas de consulta amplia y participativa.Los espacios de toma de decisiones democráticas y horizontales. El compromiso con la lucha por y para las mujeres.

En esencia, las redes, alianzas y espacios de concertación necesitan muchos más recursos y mucho más tiempo para mantener su estructura de toma de decisiones amplia, participativa, horizontal y democrática, así como su trabajo articulado y sus espacios de reflexión para la definición de estrategias.

Por la complejidad del trabajo en dichos espacios, se requiere que sus integrantes y su coordinación desarrollen y fortalezcan capacidades organizativas y compromiso colectivo para:

a) Consensuar enfoques.

b) Negociar con actores clave como la cooperación la diferencia que existe entre sus procesos internos y los de las ONG.

c) Modificar prácticas organizativas para responder de forma inclusiva a la diversi-dad de mujeres y organizaciones que las conforman.

d) Procurar la visibilización de las organizaciones miembros sin desestimar la alianza y visualizar la alianza sin dejar de visualizar a las organizaciones.

e) Articular lo local con lo nacional y regional, y viceversa.

f) Asegurarse de que todas las integrantes estén informadas y en comunicación estrecha.

g) Conocer cada una de las organizaciones miembros (su trabajo, su base, su funcionamiento interno, sus necesidades de fortalecimiento, entre otros).

h) Analizar permanentemente el contexto y las coyunturas;

8. Por ejemplo: planes estratégicos; definición de áreas o programas; tener un área administrativa; políticas internas; evaluaciones de desempeño; sistemas de monitoreo y evaluación; elaboración de informes; gestión de proyectos; entre otras.

Las alianzas estratégicas no

son una fusión de organizaciones, sino un espacio

de articulación y coordinación entre

organizaciones.

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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i) Monitorear el cumplimiento en la práctica de los principios pactados.

j) Procurar que las herramientas y metodologías para el fortalecimiento organizativo correspondan a las dinámicas y necesidades de la alianza estratégica.

k) Generar beneficios para las organizaciones miembros y asumir riesgos y amenazas de forma colectiva.

l) Asegurar las condiciones necesarias para que la agenda o proyecto político del espacio se cumpla sin generar: burocracia, sobrecarga de trabajo, grandes expectativas con pocos recursos, estructuras rígidas, entre muchas otras.

La cooperación: una relación histórica y un debate pendiente El tema del financiamiento así como el de la relación con la cooperación es un nudo claro en la vida de las mujeres que participan y trabajan en organizaciones y espacios de articulación. Tiene que ver esencialmente con la sostenibilidad económica de las acciones políticas y estratégicas de los movimientos de mujeres y feministas en la región. Si bien, con o sin financiamiento, estos espacios han existido, la relación con la cooperación solidaria ha sido una relación histórica y merece ser abordada. Se ha evidenciado el retiro de la cooperación en Centroamérica y en América Latina desde hace ya varios años, y desde 1995 la disminución de la cooperación a las agendas políticas de las mujeres. Varias razones han incidido: la Declaración de París9 , el fin de la Década de la Mujer de las Naciones Unidas y la priorización de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Asimismo, la tendencia a la transversalización de género dentro de organizaciones mixtas se ha quedado muy corta a la reivindicación de las mujeres por transformar las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres. Por otra parte, ha restado recursos significativos a iniciativas y procesos que buscan cambiar esta problemática globalizada.

Las modalidades de financiamiento también han sufrido cambios, cambios que no se han materializado o sentido en beneficio para las mujeres en general ni para las mujeres organizadas que luchan por la defensa de sus derechos en la región. Los consorcios, los proyectos tripartitos (Estado-Sociedad Civil – Cooperación), el aumento de consultorías externas a las organizaciones, son algunas modalidades.

9. La Declaración de París es un acuerdo internacional suscrito en marzo del 2005 donde más de 100 ministros y directivos de agencias de cooperación comprometieron a sus países y organizaciones a implementar esfuerzos para armonizar, alinear y administrar la ayuda al desarrollo a través de acciones e indicadores mensurables. Ver más en: http://www1.worldbank.org/harmonization/Paris/ParisDeclarationSpanish.pdf .

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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Las redes, alianzas y espacios de concertación concuerdan en que estas formas de financiamiento generan efectos negativos como: a) la no visualización del trabajo que han realizado otras organizaciones y redes que no son invitadas a participar de estas iniciativas; b) el conocimiento técnico y político de líderes de organizaciones de mujeres son coptados10 ; y c) la cantidad de trabajo es mayor al presupuesto designado y los costos administrativos de las organizaciones terminan desfinanciados.

Por otro lado, las organizaciones de mujeres más fuertes en cuanto a gestión de recursos son las que usualmente tienen mayores posibilidades de recibir financiamiento. La desigualdad de recursos entre las organizaciones de mujeres es más evidente dentro de las alianzas estratégicas manifestada en los niveles de participación: “Las organizaciones miembros de las redes deben ser fortalecidas para que todas tengan la capacidad de asumir compromisos a un mismo nivel. Si una organización tiene por ejemplo debilidades en cuanto a administración financiera, en cuanto a elaboración de proyectos, monitoreo de proyectos, etc.…entonces está más preocupada en su sostenibilidad que en la participación activa dentro de la red; y esto afecta a la red.” (Intervención en plenaria, encuentro Managua, agosto 2008).

Una tendencia que debe preocupar a las organizaciones y alianzas estratégicas de mujeres es que los fondos existentes son pocos y la tendencia es repartir lo poco entre muchas, generando igual cantidad de trabajo con menos cantidad de recursos para cubrir costos administrativos de la gestión y sostenibilidad del funcionamiento interno. Por otro lado, la disminución de recursos disponibles por parte de la cooperación ha generado competencia entre las organizaciones. Esto provoca, o mejor dicho reproduce, un sistema excluyente del “sálvese quien pueda”. Es importante reconocer que si bien ha habido críticas fuertes sobre la institucionalización de los movimientos de mujeres y feministas en la región; también es cierto que las acciones de empoderamiento de las mujeres, y la incidencia política requieren financiamiento, y es iluso pensar que sólo con el voluntariado es posible lograr las grandes transformaciones necesarias para el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres.

Para las redes, alianzas y espacios de concertación es de suma importancia retomar el tema en espacios más amplios de los movimientos de mujeres y feministas como una discusión política y fundamentada en investigación, así mismo se plantean otras acciones que se pueden ir trabajando desde cada una de las alianzas estratégicas:

Abrir espacios internos para analizar la situación y relación con la cooperación que los apoya.

Plantear el asunto de la cooperación en la agenda de los movimientos de mujeres y feministas como una discusión política y fundamentada en investigación.

Preguntas que deben plantearse la cooperación al apoyar a las organizaciones mixtas…

¿Las mujeres que participan en espacios mixtos tienen poder de decisión?

¿Existen procesos internos en las organizaciones mixtas para la construcción de la sujeta política mujer?

¿Son priorizadas las agendas de las mujeres en las agendas de las organizaciones mixtas?

¿Apoyan los espacios mixtos las propuestas y agendas políticas del movimiento de mujeres y feminista? ¿De qué forma?

¿Cuánto del presupuesto que se destina a los movimientos sociales son destinados a los movimientos de mujeres y feministas?

¿Son los montos de financiamiento equitativos para las organizaciones de mujeres y las organizaciones mixtas?

¿Cuáles políticas financieras y administrativas promueven en la práctica una equitativa distribución de los recursos y cuáles no?

10. Como por ejemplo cuando los productos contienen derechos de autor o propiedad intelectual.

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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Defender su autonomía y dialogar con la cooperación los negociables y no negociables de los aspectos financieros.

Abrir espacios de diálogo político con la cooperación solidaria para buscar mecanismos y alternativas realistas y de mayor impacto social, con el fin de defender los derechos de las mujeres en Centroamérica.

Tener claros los procesos internos de evaluación, monitoreo y administración financiera y políticas organizativas para dialogar con la cooperación desde el fortalecimiento y no desde la carencia.

Retomar la comunicación política con las mujeres de las organizaciones de cooperación que las apoyan.

Pactar acuerdos de confianza política entre las organizaciones de mujeres y la alianza estratégica para evitar la competencia por recursos así como la filtración de información delicada sobre la relación con donantes, entre otros.

Buscar alternativas colectivas y creativas para asegurar la sostenibilidad económica que no menoscaben la acción política o transformen el quehacer político de los espacios organizativos.

Dar seguimiento a las acciones de la cooperación y sobre todo pedirles cuentas respecto a las políticas de financiamiento y su enfoque de desarrollo, con el fin de estar seguras de que la relación con la cooperación sea estratégica y no basada en una relación netamente económica.

“Creo que las redes y organizaciones de mujeres no tenemos de manera estructurada una estrategia de cara a la cooperación. Creo que ha sido más una relación no política, sino en el marco de los recursos, pero esto tiene que ver con que no hemos podido profundizar sobre temas de la cooperación sobre todo de la bilateral y multilateral.”

(Intervención en plenaria, encuentro Managua, agosto 2008)

A modo de conclusión:el mensaje que nos queda

Las redes, alianzas y espacios de concertación son expresiones organizadas que tienen una trayectoria y reconocimiento importante en sus países y región. Están conformadas por mujeres – organizadas o no – luchadoras, inteligentes, beligerantes, propositivas y con gran compromiso por la transformación social.

Estos espacios son de carácter político, desde el empoderamiento de las mujeres hasta la incidencia en el Estado, sus instituciones y a nivel local, nacional e internacional.

Preguntas que deben plantearse la

cooperación al apoyar a las organizaciones de mujeres y feministas…

¿Contribuyen nuestras agendas de cooperación al ejercicio de los

derechos de las mujeres?

¿Se les destinan suficientes recursos a las organizaciones de mujeres para llevar adelante las

acciones de impacto y asumir los gastos administrativos que

implican estas acciones?

¿Reconocen nuestras agendas de la cooperación a los

movimientos de mujeres como sujetos de derechos y de

agendas propias?

¿Son nuestras políticas de financiamiento flexibles y

solidarias con los derechos, las necesidades y estrategias de las

organizaciones y de las personas con las que trabajan, así como

con los contextos que viven?

¿Son aún violados los derechos de las mujeres en los países

donde trabajamos?

¿Cuánto realmente hemos invertido en los derechos de las

mujeres?

¿Han sido capaces los Estados de defender los derechos de las

mujeres?

¿Aportamos suficientes recursos a las organizaciones para que cumplan con las obligaciones

laborales que generan las relaciones contractuales de los

proyectos?

Nuestras identidades en red y alianza: nuestra fuerza en movimiento

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No todas las miembros o espacios tienen el mismo nivel de desarrollo técnico y económico. Para algunas esto sigue siendo un reto y tiene que ver con sus propias condiciones de mujeres expropiadas de derechos: educación, trabajo digno, recursos propios, entre otros.

Tanto las redes, alianzas y espacios de concertación, como las organizaciones que las conforman necesitan recursos que apoyen las siguiente acciones: la participación sostenida; el trabajo comunitario, regional-departamental, nacional e internacional; la incidencia política; la difusión y visualización de sus luchas; el fortalecimiento de las corrientes de conocimiento y pensamiento; la denuncia de violación de derechos contra las mujeres; la sostenibilidad de la fuerza social y de un tejido social activo y preparado.

Debido a las características e identidades de estos espacios es importante que los diversos actores que los apoyan (cooperación, consultoras/es, organizaciones de desarrollo organizativo) identifiquen y cambien procesos, metodologías y enfoques que no pueden ser aplicables de igual forma a las redes y alianzas que a las ONG.

El sentimiento de pertenencia y apropiación en una red, alianza y espacio de concertación es un proceso. Por lo tanto, es importante no saltar a conclusiones cuando la participación activa de las miembros es desigual. Algunas se han apropiado del espacio, otras no; algunas son fundadoras del espacio y otras se han integrado recientemente; algunas no tienen poder de decisión en sus respectivas organizaciones y otras sí. Cuando la participación es desigual, a veces la percepción es que “algo” no está funcionando en la red, que hay demasiada centralización del liderazgo. Pero aunque esa podría ser una de las causas, la realidad expuesta al inicio es más común de lo que pensamos.

Usualmente las organizaciones que forman parte de estos espacios no evalúan periódicamente su participación en alianzas. Es por esto que muchas organizaciones inician participando “de lleno”, pero poco a poco se van alejando. Hay varias razones que pueden provenir de la propia red, alianza o espacio de concertación; pero la disminución en la actividad también sucede por la falta de retroalimentación y apoyo de la organización a la persona que participa y la representa en estos espacios.

A pesar de que las coordinaciones tienen grandes responsabilidades políticas con estos espacios, muchas veces se obvian otras capacidades necesarias para coordinar y articular estas expresiones organizadas. Algunas de estas acciones importantes son: acompañar a las integrantes, escuchar las necesidades de las organizaciones miembros, observar dónde están los nudos organizacionales, ser realistas con respecto a expectativas y recursos, entre otras. Sin embargo, incluso internamente en las coordinaciones (casi siempre voluntarias) la noción de las responsabilidades no son claras y enfrentan muchos problemas de desgaste o sobrecarga de trabajo.

Las redes, alianzas y espacios de concertación (y las organizaciones que las integran) son actoras políticas con peso a nivel de incidencia, movilización, opinión pública. Estos espacios son considerados aliados para muchos, pero amenazas para otros.

Resultados de una investigación participativa sobre las identidades de las redes, alianzas y espacios de concertación de mujeres en Centroamérica.

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Con respecto a esto último, consideramos que las redes, alianzas y espacios de concertación deben hacer conscientes estos riesgos; buscar colectivamente formas de protegerse y apoyarse. Esto nos lleva a otro punto: muchas veces se está consciente de los beneficios que trae trabajar en red o alianza, pero pocas veces se está consciente de los riesgos. Por lo tanto no se sabe cómo asumirlos colectivamente o si lo van a asumir todas las miembros.

En momentos de reflexión, transición y recuperación interna de las redes, alianzas y espacios de concertación son vistas por otros como grandes ausencias y las especulaciones son frecuentes. Es importante comprender que en cualquier proceso organizativo, el accionar hacia afuera es tan importante como el accionar hacia dentro. Más que importante es necesario para mantener el equilibrio y energía de la colectividad. En este sentido, no se puede esperar su omnipresencia en todos los procesos y coyunturas políticas. La acción necesita de reflexión.

Las redes, alianzas y espacios de concertación son expresiones organizadas de los movimientos de mujeres y feministas. Conocer sus necesidades, sus identidades y su trayectoria abre las puertas para contribuir desde sus realidades, a su desarrollo y sostenibilidad.

Una de las mayores lecciones aprendidas de este proceso de investigación es que todo fluye y confluye. Por lo tanto, para fortalecer a las redes, alianzas y espacios de concertación es necesario fortalecer a las mujeres y organizaciones que las integran. Y para fortalecer los movimientos de mujeres y feministas, es necesario fortalecer a las organizaciones de mujeres y sus alianzas estratégicas.

En consecuencia, fortalecer los movimientos de mujeres y feministas, es apostar a la transformación de las relaciones desiguales de poder, entre hombres y mujeres; que ha sido la causa estructural de la violación de los derechos de las mujeres en el mundo.