nuestraherencia espiritualdegloria - abc de la...

El abc de la BibliaA Dios Sea La Gloria

Por: Fernando Regnault --Todos Los DerechosReservados // www.m.abcdelabiblia.com

Nuestra HerenciaEspiritual de Gloria

Una herencia es algoque recibimos de Gracia debido alhecho de que alguien quien nos amaba laatesoró para nosotros, y el esfuerzo, losdesvelos o el sufrimiento que tal personatuvo que pasar para acumular aquellaherencia, normalmente estos sacrificiosson ajenos para la persona que recibe talherencia. Hay diferentes tipos deherencia, hay herencia de bendiciones,aquellas dejadas por los siervos y siervasde Dios a su descendencia. Hay herenciade maldición causada por la iniquidad delos padres, la cual marcará la vida de los



hijos, y solamente la Gracia de Dios enel Amado Salvador, puede romper talyugo establecido en la Ley. Y hayherencia heredada de Dios a sus hijosredimidos por la Sangre del Cordero, porsupuesto de todas, esta última es la másimportante y es la que principalmentequiero tratar en este estudio. Ruego alSeñor el entendimiento y la sabiduríapara ajustar lo espiritual a lo espiritual.Es importante hacer notar el hecho deque, hay una diferencia en la herencia deDios, y es que aunque nos es dada por elSeñor y es parte de sus riquezasespirituales para nosotros, sin embargo adiferencia de las herencias terrenales, laherencia de Dios tenemos que alcanzarlaa través de la obediencia a su Palabra.Tenemos un ejemplo de esto en elpueblo de Israel, quienes recibieron latierra de Canaán como herencia de Dios,



sin embargo para poseerla tuvieron queluchar por ella. Claro está, con la ayudainvaluable del Señor, quemilagrosamente les dio la victoria cadavez, pero ellos tuvieron que estar allí enel campo de batalla y enfrentar alenemigo.

Los únicos que de unamanera natural heredan son los hijos,los siervos o esclavos heredan sólo si nohay un hijo heredero, así como le dijoAbraham al Señor: “3 Dijo tambiénAbram: Mira que no me has dado prole,y he aquí que será mi heredero unesclavo nacido en mi casa.4 Luego vinoa él palabra del Señor, diciendo: No teheredará éste, sino un hijo tuyo será elque te heredará.” Génesis 15.3–4 Comosabemos el Señor nuestro Dios, haescogido un pueblo de entre los pueblos



de la tierra para su Gloria. Comosabemos; todos los hombres noshabíamos hecho esclavos del pecado, porlo tanto enemigos de Dios. Los esclavosno se regalan sino se venden, sobre todosi pertenecen a un cruel amo, quiennunca les da descanso y sólo los agobiacon dolor y tristeza. Ese era nuestraterrible condición, encerrados enprisiones, que en condiciones normalesnunca se abrirían, sino que empeoraríanal partir de esta tierra. El Señor nuestroDios envió para liberarnos al máspoderoso de sus príncipes; al Príncipe dePaz, quien también como sabemos es suHijo Unigénito. La crueldad del amo,bajo cuyo yugo el hombre había caído,no quería liberarlos para que buscaran aDios, y había establecido que todosmorirían e irían con él a su destinoeterno de perdición, que el Señor nuestro



Dios le había establecido. El SeñorJesucristo nuestro Libertador, pelealimpio con justicia: “11 Entonces vi elcielo abierto; y he aquí un caballoblanco, y el que lo montaba se llamabaFiel y Verdadero, y con justicia juzga ypelea.” Apocalipsis 19.11 Así quesiendo Dios, se hizo siervo despojándosede todas las ventajas que tenía, puestenía todo el poder para que con una solapalabra destruir las tinieblas y su reinode maldad. Pero nuestro Salvador nodestruye, sino edifica, y el propósito noera acabar con aquel reino de maldadsolamente, sino rescatar a losencarcelados y oprimidos por el diablo, yrecuperar la autoridad sobre toda lacreación perdida por Adán en sudesobediencia.

Nuestro Libertador



siendo Dios se hizo hombre, tal comocualquiera de nosotros, se sujetóvoluntariamente a todas nuestraslimitaciones, nunca usó su condición deDios para sanar o liberar y menos aúnpara hablar la Palabra del Padre, veamos:“49 Porque yo no he hablado por mipropia cuenta; el Padre que me envió, élme dio mandamiento de lo que he dedecir, y de lo que he de hablar.” Juan12.49 Así que, vivió como el Hijo delHombre, sujeto al Padre con toda lasujeción que no tuvo Adán, y fuevoluntariamente a la cruz, ya que nohabía negociación posible y sólo lamuerte era el destino de la esclavahumanidad. Entonces El murió por todosen la cruz, llevando el pecado y lamaldición de toda la humanidad, y nosólo eso sino que también bajó a lo másprofundo de la tierra, al hades y estuvo



allí tres días muerto, dice la Palabra deDios: “31 viéndolo antes, habló de laresurrección de Cristo, que su alma nofue dejada en el Hades, ni su carne viocorrupción.” Hechos 2.31 Como todostenían que morir entonces El murió portodos, veamos: “15 y por todos murió,para que los que viven, ya no vivan parasí, sino para aquel que murió y resucitópor ellos.” 2 Corintios 5.15 Jesús noscompró para Dios, ya no somos nuestros,sino que tenemos que vivir para El, puesno se trata de ser creyentes en Cristosino sus siervos, cosas totalmentediferentes. Valga las letras anteriorescomo testimonio de la profundidad y laimportancia de la Obra redentora denuestro Señor Jesucristo, para darnos elderecho de ser hijos de Dios, y si hijosentonces herederos, que es la razón delpresente estudio.



La Palabra del Señorentre muchos ejemplos de herenciaespiritual, nos da la referencia sobreAbraham, veamos: “4 Considerad, pues,cuán grande era éste, a quien aunAbraham el patriarca dio diezmos delbotín. 5 Ciertamente los que de entre loshijos de Leví reciben el sacerdocio,tienen mandamiento de tomar del pueblolos diezmos según la ley, es decir, de sushermanos, aunque éstos también hayansalido de los lomos de Abraham. 6 Peroaquel cuya genealogía no es contada deentre ellos, tomó de Abraham losdiezmos, y bendijo al que tenía laspromesas. 7 Y sin discusión alguna, elmenor es bendecido por el mayor. 8 Yaquí ciertamente reciben los diezmoshombres mortales; pero allí, uno dequien se da testimonio de que vive. 9 Ypor decirlo así, en Abraham pagó el



diezmo también Leví, que recibe losdiezmos; 10 porque aún estaba en loslomos de su padre cuando Melquisedecle salió al encuentro.” Hebreos 7.4–10Este pasaje nos habla del encuentro deAbraham con Melquisedec quien es enrealidad Jesucristo, pues no se trata deun mortal, bendijo a Abraham y recibiólos diezmos de él, la Palabra dice: “unode quien se da testimonio de que vive,”es una expresión que indica que no esmortal. El hecho de que Abraham lediera los diezmos de todo, no solamentebendijo a Abraham, sino a sudescendencia, veamos: “Y por decirloasí, en Abraham pagó el diezmo tambiénLeví, que recibe los diezmos; 10 porqueaún estaba en los lomos de su padrecuando Melquisedec le salió alencuentro,” cuando ocurrió el encuentrocon Melquisedec, Abraham todavía no



había tenido hijos, no había recibido elcumplimiento de la promesa. Sabemosque Leví a quien se menciona aquí,realmente no era hijo de Abraham, sinofue su bisnieto, sin embargo esta acciónde Abraham no sólo bendijo a sus hijos,sino a sus bisnietos; entre ellos Leví,quien se considera aquí que salió de suslomos.

Podemos ver por elejemplo anterior, como nuestrasacciones no sólo nos afectan a nosotrosque las hacemos, sino que nuestros hijosy nietos serán alcanzados por ellas seanbuenas o sean malas. La manera comovivamos afectará a nuestros seres másqueridos, a nuestra descendencia, y estono hay manera de evitarlo, es una Leycomo la de la gravedad. La Palabra lodice así: “8 Porque nada podemos contra



la verdad, sino por la verdad.” 2Corintios 13.8 Contra esta ley nadapodemos, lo más sensato es vivir nuestravida en armonía con ella, y sembrar connuestra conducta y hechos, no sólo paranuestro bien, sino pensando en dejar unlegado de bendición a nuestros hijos ynietos. El Señor lo establece en laPalabra en estos términos: “6 Y pasandoJehová por delante de él, proclamó:¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordiosoy piadoso; tardo para la ira, y grande enmisericordia y verdad;7 que guardamisericordia a millares, que perdona lainiquidad, la rebelión y el pecado, y quede ningún modo tendrá por inocente almalvado; que visita la iniquidad de lospadres sobre los hijos y sobre los hijosde los hijos, hasta la tercera y cuartageneración.” Éxodo 34.6–7 La maldadque alguien cometa la heredará hasta la



cuarta generación. Esto es un castigo,pero incluye misericordia para que losdescendientes busquen al Señor, puesson sólo cuatro generaciones que nosparecen bastante, pero en realidad no esmucho si lo comparamos con la contraparte siguiente. Por otra parte tenemos lamisericordia del Señor para con aquellosque le aman, la cual esextraordinariamente maravillosa,veamos: “9 Conoce, pues, que Jehová tuDios es Dios, Dios fiel, que guarda elpacto y la misericordia a los que leaman y guardan sus mandamientos,hasta mil generaciones;” Deuteronomio7.9 Bendiciones por mil generaciones alos que le aman, que herencia másextraordinaria para dejar como legado anuestros descendientes; mil generacionesbendecidas por nuestra obediencia yfidelidad al Señor. A continuación dos



ejemplos de herencia espiritual, uno demaldición y otro de bendición: Eldescuido de los sacerdotes traemaldición sobre su descendencia: “2Por cuanto yo te levanté del polvo y tepuse por príncipe sobre mi puebloIsrael, y has andado en el camino deJeroboam, y has hecho pecar a mipueblo Israel, provocándome a ira contus pecados;3 he aquí yo barreré laposteridad de Baasa, y la posteridad desu casa; y pondré su casa como la casade Jeroboam hijo de Nabat.4 El que deBaasa fuere muerto en la ciudad, locomerán los perros; y el que de él fueremuerto en el campo, lo comerán las avesdel cielo.” 1º Reyes 16.2–4 Lasbendiciones que heredo Isaac por laobediencia de su Padre Abraham: “2 Yse le apareció el Señor, y le dijo: Nodesciendas a Egipto; habita en la tierra



que yo te diré.3 Habita como forasteroen esta tierra, y estaré contigo, y tebendeciré; porque a ti y a tudescendencia daré todas estas tierras, yconfirmaré el juramento que hice aAbraham tu padre.4 Multiplicaré tudescendencia como las estrellas delcielo, y daré a tu descendencia todasestas tierras; y todas las naciones de latierra serán benditas en tu simiente,5 porcuanto oyó Abraham mi voz, y guardómi precepto, mis mandamientos, misestatutos y mis leyes.” Génesis 26.2–5

La herencia que nos hasido ofrecida por Dios Padre, es detodas las herencias la más extraordinaria,la figura legal de como recibiremos estaherencia es la siguiente: Dado queéramos esclavos del pecado y delmaligno, el Señor Dios todopoderoso



nos compró, pues los esclavos secompran y nos compró a alguien que nonos quería vender, así que tuvo quepagar un precio exorbitante, alto demás:la vida de su Hijo Unigénito, el Señorpagó el precio por salvar a toda lahumanidad, pero solamente aquellos quequieran ser salvos lo serán, y aunqueahora todos pertenecemos a Dios, sinembargo sólo los que crean en su Hijo,serán hechos hijos de Dios, y porconsecuencia herederos y coherederoscon Cristo. Es de vital importancia quesepamos sobre nuestra herencia, elapóstol Pablo sabía esta importancia yoraba por eso, veamos: “17 para que elDios de nuestro Señor Jesucristo, elPadre de gloria, os dé espíritu desabiduría y de revelación en elconocimiento de él,18 alumbrando losojos de vuestro entendimiento, para que



sepáis cuál es la esperanza a que él osha llamado, y cuáles las riquezas de lagloria de su herencia en los santos,”Efesios 1.17–18 Es fundamental que“sepamos” sobre la esperanza que nos haofrecido nuestro Padre Celestial, Pablopedía que los efesios tuvieran esarevelación. La herencia que nos haofrecido el Señor es primeramente, laVida Eterna en su reino y disfrutar de sucomunión y presencia. El Señor nos haofrecido una “morada” en los cielos quemuchos han confundido con una casa omansión como las que existen aquí enesta tierra, por supuesto muy linda yhermosa por ser un regalo de Dios. Perosi estudiamos las escrituras condetenimiento, encontraremos que lamorada ofrecida es un cuerpoGlorificado que sobrepasa infinitamentea una casa o mansión, veamos: “1



Porque sabemos que si nuestra moradaterrestre, este tabernáculo, se deshiciere,tenemos de Dios un edificio, una casa nohecha de manos, eterna, en los cielos.” 2Corintios 5.1 El apóstol está hablandode nuestro cuerpo terrenal al referirse a“este tabernáculo,” y al cuerpoglorificado, cuando se refiere a “tenemosde Dios un edificio, una casa no hechade manos, eterna, en los cielos,” laPalabra nos habla que, nuestro cuerposerá como el de nuestro Señor Jesucristo,veamos: “21 el cual transformará elcuerpo de la humillación nuestra, paraque sea semejante al cuerpo de la gloriasuya, por el poder con el cual puedetambién sujetar a sí mismo todas lascosas.” Filipenses 3.21

Nuestra Herencia En CristoJesús Nuestro Señor



El reino de los cielos esmaravilloso, el apóstol que estuvo allínos dice: “17 porque el reino de Dios noes comida ni bebida, sino justicia, paz ygozo en el Espíritu Santo.” Romanos14.17 Podemos recordar el día más felizde nuestra vida, y como nada es perfectoaquí, quitarle aquellas cosas que lo“empañaron,” y aumentar la felicidadque sentíamos multiplicándola por 10,agreguémosle a eso la Paz que sobrepasatodo entendimiento, sabiendo que ningúntemor podrá dañar esos momentos. A loanterior agregaremos que el lugar en queestamos es perfecto en todo, el clima, laluz, y lo más importante, la Poderosa yAmorosa Presencia de nuestro Señor yDios envolviéndonos con su amorinfinito, y esto será por siempre, y cada



“día,” descubriremos cosas nuevas de laGloria de nuestro Dios, que nos dejaranasombrados y admirados de su Grandezay Gloria. No podemos dejar por fuera elhecho de que nuestro cuerpo nunca seenvejecerá, ni se cansará por nada,comeremos sólo cuando nos provoque, ysiempre habrá lo que queramos comer,no tendremos que ir al baño. Algo muyimportante es que podremos volar ymovernos con la velocidad de la Luz, ynuestra mente se aclarará de tal maneraque todo lo entenderemos. Lo anterior espara hacer un ejercicio de imaginación yes sólo una vaga, vaga idea de lo querealmente hay en los cielos, con todaseguridad me he quedado muy corto alimaginar un vislumbre del cielo, peroindudablemente será maravilloso estarallí.



El Señor nuestro Diosnos ha dado unas arras paraconfirmarnos su intención de llevarnos asu reino en los cielos, las arras es unaprenda muy valiosa que se entreganormalmente en los compromisosnupciales, lo llamamos: anillo decompromiso, este en la medida que elnovio sea de buena posición económicaserá más fino y costoso. Como sabemosel Señor Jesucristo es el novio de laIglesia y le ha prometido matrimonio, ycuando se fue para preparar la boda, nosdejó unas arras, o un anillo de bodas queconfirma la seriedad del compromisoadquirido, siendo estas arras, su EspírituSanto que es como un adelanto del cieloaquí en esta tierra, veamos: “13 En éltambién vosotros, habiendo oído lapalabra de verdad, el evangelio devuestra salvación, y habiendo creído en



él, fuisteis sellados con el Espíritu Santode la promesa, 14 que es las arras denuestra herencia hasta la redención dela posesión adquirida, para alabanza desu gloria.” Efesios 1.13–14 El EspírituSanto, es un adelanto de nuestra herencia¡Gloria a Dios! Qué clase de herencia, siese es el anillo, la Palabra dice queestaremos por siempre llenos del Espíritudel Señor, veamos: “16 Y yo rogaré alPadre, y os dará otro Consolador, paraque esté con vosotros para siempre:”Juan 14.16 El Espíritu es Dios mismoen nosotros, y el dueño del Reino, elSeñor nos da de sí mismo, tenemos unaparte del cielo en la tierra, nos da sugozo en nuestros corazones, su paz quesobre pasa todo entendimiento y supoder para echar fuera demonios yenfermedades, además de la libertad dellegarnos confiadamente al mismo trono



de la Gracia en oración.

No hemos entendidocabalmente el destino al que hemossido llamados. Si hubiéramos entendido,nada de este mundo tendría valor paranosotros, nada sería para nosotros másimportante que hacer la Voluntad denuestro Dios. Pero la realidad es:¿cuantos han perdido el gozo que en uncomienzo tuvieron? Lo peor es que noestán preocupados por eso, más lespreocupa la situación económica entreotras cosas. La Paz del reino que elSeñor puso en muchos corazones cuandocreyeron, ya la perdieron por los afanesde la vida, pero no están preocupadospor eso, están más interesados en seguiren los afanes. Es el mismo desprecio quedescribe el Señor en la parábola de losinvitados a las bodas, veamos: “5 Mas



ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a sulabranza, y otro a sus negocios;” Mateo22.5 Por el afán en las cosas económicasdespreciaron las bodas por las vágatelasde este mundo. El resultado es que otrosocuparan el lugar de aquellos: “8Entonces dijo a sus siervos: Las bodas ala verdad están preparadas; mas los quefueron convidados no eran dignos.9 Id,pues, a las salidas de los caminos, yllamad a las bodas a cuantos halléis.10 Ysaliendo los siervos por los caminos,juntaron a todos los que hallaron,juntamente malos y buenos; y las bodasfueron llenas de convidados.” Mateo22.8–10 El Señor dijo que aquellos“convidados no eran dignos,” hay queresponder al llamado de una manera quehonre al Señor, que tan excelentementese ha desbordado en bendiciones paranosotros, los que con menosprecio



antepongan “cosas” a su invitación noentrarán, sólo los que se apasionen porestar allí serán “dignos” de entrar. ¿Quéestás haciendo con la invitación?¿Estáspreparando tus vestidos para asistir a lasbodas del Gran Rey? Todo nos habla queel tiempo está aquí, a la puerta. “23 Sialguno tiene oídos para oír, oiga.”Marcos 4.23

¡A Dios Sea La Gloria!

Por: Fernando Regnault

nuestraherencia espiritualdegloria - abc de la...

Documents