Nubes PasajerasyCuentos

Breves

Aku Reyes

© Aku Reyes

Edita: www.pasionporloslibros.es

ISBN: 978-84-15344-33-9

DL: V-2987-2011

Impreso en España / Printed in Spain

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Impreso en España / Printed in Spain Impreso por Bubok Publishing

Aku Reyes. Amizade2012@hotmail.es

www.movimientoamizade.com

“Lo pequeño se hace infinito en el roce con lo eterno” Estos treinta y nueve poemas en prosa y los Cuentos Breves recogen una gran profundidad a pesar de la brevedad de sus textos. Como lo suelo definir: “Sólo son las palabras de un corazón que ha abierto los ojos a la vida y no ha podido más que sentirse embriagado por ella”. No trata de teorías ni conocimientos nuevos, sino de deleitar al hombre y llevarlo a su corazón, para así hacerle sentir de nuevo el gozo de hallar su sitio en el universo. Sin más ¡¡Que disfrutes!!

El Autor.

En vuestra silenciosa utilidad. Piedras que creáis caminos, ¡cuántas personas os marginan sólo porque sois comunes! Sin embargo no se dan cuenta que vuestro valor es muchísimo más alto que el de los rubíes y esmeraldas, porque en vuestro estar silenciosos sostenéis nuestras pisadas.

Conozco tu juego.

El pájaro abre sus alas, el árbol se mece en el viento, el sol ilumina y yo conozco su juego. Porque conozco tu juego hermano sol iluminas cada día la ventanita de mi habitación celestial, las rendijas por las que te cuelas crean formas muy bellas y colmas de magia mi sombrío cuarto, y sólo porque conozco tu juego. El viento toca el instrumento de cristal que cuelga en mi jardín y la gracia brota en sus remolinillos juguetones que enredan mi pelo, y sólo porque conozco tu juego. El pájaro libre viene hasta mí y en un saludo desde el infinito me trasmite el canto que surge del éxtasis de su corazón, y sólo porque conozco tu juego. El arbolito me sonríe a lo lejos como un niño alegre, su sonrisa de hojas llena de aroma el aire comunicándonos un

sentimiento común. Y sólo porque conozco tu juego.

Ahora comprendo tus mensajes.

Ahora que comprendo lo que me decías en la brisa meditativa del atardecer, en el callar gozoso de tus estrellas brillantes, en el viento perfumado de la tierra húmeda, en el revoloteo embriagado de las mariposillas extasiosas, en el constante vaivén de tus olas alegres… Ahora que comprendo tu mensaje maestro mío, no hay temor, porque en cada acción que yo haga con amor está todo tu gozoso universo conmigo.

Vengo en tu búsqueda.

Desconocido solitario, te reconozco y por esto vengo alegremente en tu búsqueda. Nos abandonaste y te marchaste a esa Ciudad, lugar de ilusiones, mundo enteramente humano y complejo, su ajetreo es aterrador. Pasos agigantados y ruidosos. Todo es desconocido y gris, abrumador y hostil. Nada es cierto y todo es sofocado. De la Aldea de donde somos, nada es alborotador, las estrellas se divisan constantemente, la armonía es continua y profunda, los pájaros emiten ensoñadoras cantatas, los colores festejan una explosión de éxtasis silencioso. Todo es Dicha. Nuestra aldea cayó en el olvido para tu pobre mente, pero no te preocupes, está muy cerca, mucho más cerca de lo que imaginas. En esta aldea viviste también por algún tiempo, ella es tu verdadero

hogar, por esto hermano he venido, para que juntos partamos de nuevo a nuestra feliz morada.

Instantes…

Poeta ¡Qué alegres coloridos rodean tus pensamientos! ¡Qué feliz es tu vida con tan solo observarla! Pero… ¿por qué detenerse ahí? Porque goces un rato ¿Ya deberías darte por satisfecho? No, ¿acaso no vives todos los momentos? ¿Por qué contentarse entonces con unos instantes? ¡Alégrate y llena de tu fragancia la vida que te rodea! Porque para el que tiene el corazón rebosante de amor todos los momentos son especiales.

Allí donde soy inalcanzable. Pudiste arrancar todas las flores que con delicadeza un día planté, arrasar las tierras donde mi voluntad y sosiego creó hermosos huertos, pudiste quemar todos los juguetes que creé con agudeza y alegría para ver el destello en los ojos del niño, pero querido amigo… No puedes cortar el amor con que hice todas estas cosas, porque esta alegría está en mí, y aunque arrebatases mi vida, allí, en el lugar donde fuese después de mi muerte, yo, seguiría ilusionado; plantando, cultivando y creando hermosos juguetes…