nu - uab barcelona · 1 poo . vii. habana 27 de febrero de 1870. « nup.iero 22. perlp^f`o los...

8
1 p oo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 2 2. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. SUSCRICION: UN PESO AL MES EN LA HABANA p 30 rs. ño:. POE TRI11ESTBES ADELANTADOS I% II. 1 \'1'R It 1118 MANCO DE I'ORTF. vQe•EDACC/O .,tvt.t.t^..tnn RIC LII, ivvna. nu a 00\I)K DIRIGIRAN TODAS LAS COMUNICACIONES y roclsatac:anoa. EL NVMEBO SUELTO SE VENDE kN I.. ADMISISTRA(ION 1 DOS REÀLS PIES. A- CARICATURISTA: BAYACETO. DI`\ECTGI J. M. VILLEI^GAS. CARICATURISTA: LANDALUZE. ALBUM DE LOS VOLUNTARIOS. Con el presente número se reparten las láminas 9'' y 10'• de dicho Album, iluminadas por distinto procedimiento que las anteriores. EL MORO M . UZA, como verá el públi- co, deseoso del acierto, ha procurado complacer á sus fa- vorecedores, dando lo mejor que en materia de iluminacio- nes se ha podido hacer en la Habana; pero, hablando con la debida franqueza, no está satisfecho de esas obras. En consecuencia de esto, nuestros suscritores tendrán por no recibidas las dos láminas que hoy se reparten ni las que se repartirán en el mes de Marzo próximo; pues esas mis- mas láminas van á reproducirse en Madrid, para lo cual se mandan por este correo las instrucciones necesarias, y tan pronto como lleguen las nuevas se entregarán á dichos señores suscritores. Así, el objeto con que se reparten las.. que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que se ha tratado de servirle, Suplicámosle nos dé tiempo para ello y quedará contento, pues siempre hemos sabido llenar nuestros compromisos y cumpliremos el que hemos contraido al ofrecer á nuestros suscritores un buen Album de los Voluntarios de Cuba. LOS DEFENSORES DE LA INTEGRIDAD NACIONAL, Deseando dar el mayor interés posible á nuestra publica- cion, hemos dispuesto hacer una galería de retratos de los valientes militares que en Cuba defienden la integridad de nuestro territorio. En esa galería de retratos cuyos di- bujos están encomendados á los populares artistas Cisne- ros y Landaluze, tendrán cabida todos los militares que mas se han distinguido por sus hechos, cualquira que sea su graduacion y la clase á que pertenezcan, Así, irán su- cesivamente apareciendo en lugar preferente, es decir, en la primera plana de nuestro periódico, los de Valmaseda, Puello, Goyeneche, Morales de los Rios, Fortun, Gonzalez Boet y otros muchos generales, jefes, oficiales y soldados, o dignos de ser conocidos por el público que ya admira sus nombres. Esta interesante galería empezará desde el próxi- mo número, encabezándose naturalmente con el retrato de nuestro dignísimo Capitan General, el Excmo. Sr. D. An- tonio Caballero de Rodas- PELLIZCOS. Ibrahim Zaragate 'no se enmienda ni se arrepiente. Se va pareciendo á aquellos car -listas què andan por el Viejo Mundo proban- do siempre fortuna, sin catarla, por supues- to, y sin andarse por las ramas, como que para ellos solo una-rama existe, y es la rama de los Borbones que representan los viejos principios. Cuidado, que los buenos hòmbres han re- cibido golpes horrorosos; pero ellos, léjos de escarmentar, vuelven á la carga, buscando tiquis-miquis á cada triqui-traque. Se les ha hecho, además, la justísima y prudente ob- serv'acion de que, cuando hay quien comba- ta ein cualquiera parte del mundo á la ban -dera española, es cuestion de patriotismo no creiir obstáculos interiores al Gobierno que mantiene la honra de dicha bandera; pero ellos, ¡erre que erre y dale que le darás! Des- pues de la intentona de la Rápita, que lleva- roñ á cabo cuando nuestra nacion estaba en guerra con Marruecos, hicieron la del año pasado, sabiendo que habia en. Cuba quien con toda clase de armas trataba de humillar el pabellon castellano, y aunque, como era de esperar, fueron batidos -en todas partes, parece que ya han vuelto á las andadas, sin importarles un comino el que haya ó no ter- minado la guerra de Cuba. Esto es aflictivo, por la parte mas corta. Pues bien: Ibrahim Zaragate se parece mucho á los mencionados carlistas en eso de no enuiendatse ni repentirse. Desde, niño fué dado á la extravagancia, y en ella perse- vera con un teson mas digno de mejor causa que de mejor suerte, creyendo merecer aquel elogio de Horacio: Justztm ac tenaceen &c., co- rno si el teson en los buenos 'propósitos tu- viese algo de comun con la pertinacia en los disparates. Toda la semana han estado llegando á mis oidos quejas tan raras como las siguientes: —Señor MoRO, mire V. que Zaragate me ha pellizcado. — Señor MORO, mire V. que Zaragate me pellizca. —Señor MORO, mire V. que Zaragate me ha dado un pellizco. • A todo esto, yo echaba sérias reprimendas al testarudo Ibrahim, quien, por toda contes -tacion, seguia pellizcando ií sus compañeros, y estos continuaban quejándose amargamen- te, tras (le lo cual, volvía yo á reñir á Zara- gate, que insistia en sus pellizcos, dando pié á nuevas quejas, que motivaban otras recon- venciones, y así sucesivamente. Pero ayer la broma pasó á mayores. Can- sado yo de la tal broma, hice que Zaragate se sentase junto á mí á la hora del almuerzo, y efectivamente, gracias á estamedida dejé de oir las quejas de mis compañeros; solo que, cuando mas descuidado estaba yo, ¡zas! sentí en la izquierda pantorrilla un pellizco tan atróz como si me lo hubieran dado con unas tenazas. Esto ya iba pasando de castaño oscuro, y para corregir el mal de una vez, interpelé gravemente al pícaro Zaragate, de quien re- cibí esta chocante respuesta: . —Señor Moro, dispense - V., ,que ha sido una equivocacion. —¡Me gustan tus -equivocaciones! le con- testé, llevando la piano á la, parte dolorida. —¿Le gustan á V? replicó Ibrahim, pues entónces, haré por equivocarme á menudo. —¡Calla, bribon! exclamé, ¿no ves que en la manera con que digo que me gustan tus equivocaciones, doy á entender que me dis- gustan? Por otra parte, - ¿qué necesidad tic-

Upload: others

Post on 05-Jul-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: nu - UAB Barcelona · 1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. ... que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que

1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22.

pERlp^f`o

LOS DOMIr n.-c -

nr ,..

SUSCRICION:

UN PESO AL MES EN LA HABANA

p 30 rs. ño:.

POE TRI11ESTBES ADELANTADOS

I% II. 1 \'1'R It 1118

MANCO DE I'ORTF.

vQe•EDACC/O.,tvt.t.t^..tnn

RIC LII, ivvna. nu

a 00\I)K

DIRIGIRAN

TODAS LAS COMUNICACIONES

y roclsatac:anoa.

EL NVMEBO SUELTO SE VENDE

kN I.. ADMISISTRA(ION

1 DOS REÀLS PIES.

A-

CARICATURISTA: BAYACETO. DI`\ECTGI J. M. VILLEI^GAS. CARICATURISTA: LANDALUZE.

ALBUM DE LOS VOLUNTARIOS.

Con el presente número se reparten las láminas 9'' y 10'•

de dicho Album, iluminadas por distinto procedimiento

que las anteriores. EL MORO M . UZA, como verá el públi-

co, deseoso del acierto, ha procurado complacer á sus fa-

vorecedores, dando lo mejor que en materia de iluminacio-

nes se ha podido hacer en la Habana; pero, hablando con

la debida franqueza, no está satisfecho de esas obras. En

consecuencia de esto, nuestros suscritores tendrán por no

recibidas las dos láminas que hoy se reparten ni las que

se repartirán en el mes de Marzo próximo; pues esas mis-

mas láminas van á reproducirse en Madrid, para lo cual se

mandan por este correo las instrucciones necesarias, y

tan pronto como lleguen las nuevas se entregarán á dichos

señores suscritores. Así, el objeto con que se reparten las..

que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público

que se ha tratado de servirle, Suplicámosle nos dé tiempo

para ello y quedará contento, pues siempre hemos sabido

llenar nuestros compromisos y cumpliremos el que hemos

contraido al ofrecer á nuestros suscritores un buen Album

de los Voluntarios de Cuba.

LOS DEFENSORES DE LA INTEGRIDAD NACIONAL,

Deseando dar el mayor interés posible á nuestra publica-

cion, hemos dispuesto hacer una galería de retratos de los

valientes militares que en Cuba defienden la integridad

de nuestro territorio. En esa galería de retratos cuyos di-

bujos están encomendados á los populares artistas Cisne-

ros y Landaluze, tendrán cabida todos los militares que

mas se han distinguido por sus hechos, cualquira que sea

su graduacion y la clase á que pertenezcan, Así, irán su-

cesivamente apareciendo en lugar preferente, es decir, en

la primera plana de nuestro periódico, los de Valmaseda,

Puello, Goyeneche, Morales de los Rios, Fortun, Gonzalez

Boet y otros muchos generales, jefes, oficiales y soldados,

o dignos de ser conocidos por el público que ya admira sus

nombres. Esta interesante galería empezará desde el próxi-

mo número, encabezándose naturalmente con el retrato de

nuestro dignísimo Capitan General, el Excmo. Sr. D. An-

tonio Caballero de Rodas-

PELLIZCOS.

Ibrahim Zaragate 'no se enmienda ni searrepiente. Se va pareciendo á aquellos car

-listas què andan por el Viejo Mundo proban-do siempre fortuna, sin catarla, por supues-to, y sin andarse por las ramas, como quepara ellos solo una-rama existe, y es la ramade los Borbones que representan los viejosprincipios.

Cuidado, que los buenos hòmbres han re-cibido golpes horrorosos; pero ellos, léjos deescarmentar, vuelven á la carga, buscandotiquis-miquis á cada triqui-traque. Se les hahecho, además, la justísima y prudente ob-serv'acion de que, cuando hay quien comba-ta ein cualquiera parte del mundo á la ban

-dera española, es cuestion de patriotismo nocreiir obstáculos interiores al Gobierno quemantiene la honra de dicha bandera; peroellos, ¡erre que erre y dale que le darás! Des-pues de la intentona de la Rápita, que lleva-roñ á cabo cuando nuestra nacion estaba enguerra con Marruecos, hicieron la del añopasado, sabiendo que habia en. Cuba quiencon toda clase de armas trataba de humillarel pabellon castellano, y aunque, como erade esperar, fueron batidos -en todas partes,parece que ya han vuelto á las andadas, sinimportarles un comino el que haya ó no ter-minado la guerra de Cuba. Esto es aflictivo,por la parte mas corta.

Pues bien: Ibrahim Zaragate se parecemucho á los mencionados carlistas en eso deno enuiendatse ni •repentirse. Desde, niñofué dado á la extravagancia, y en ella perse-vera con un teson mas digno de mejor causaque de mejor suerte, creyendo merecer aquel

elogio de Horacio: Justztm ac tenaceen &c., co-rno si el teson en los buenos 'propósitos tu-viese algo de comun con la pertinacia en losdisparates.

Toda la semana han estado llegando á misoidos quejas tan raras como las siguientes:

—Señor MoRO, mire V. que Zaragate meha pellizcado.

— Señor MORO, mire V. que Zaragate mepellizca.

—Señor MORO, mire V. que Zaragate meha dado un pellizco.• A todo esto, yo echaba sérias reprimendasal testarudo Ibrahim, quien, por toda contes

-tacion, seguia pellizcando ií sus compañeros,y estos continuaban quejándose amargamen-te, tras (le lo cual, volvía yo á reñir á Zara-gate, que insistia en sus pellizcos, dando piéá nuevas quejas, que motivaban otras recon-venciones, y así sucesivamente.

Pero ayer la broma pasó á mayores. Can-sado yo de la tal broma, hice que Zaragatese sentase junto á mí á la hora del almuerzo,y efectivamente, gracias á estamedida dejé deoir las quejas de mis compañeros; solo que,cuando mas descuidado estaba yo, ¡zas! sentíen la izquierda pantorrilla un pellizco tanatróz como si me lo hubieran dado con unastenazas.

Esto ya iba pasando de castaño oscuro, ypara corregir el mal de una vez, interpelégravemente al pícaro Zaragate, de quien re-cibí esta chocante respuesta:. —Señor Moro, dispense - V., ,que ha sidouna equivocacion.

—¡Me gustan tus -equivocaciones! le con-testé, llevando la piano á la, parte dolorida.

—¿Le gustan á V? replicó Ibrahim, puesentónces, haré por equivocarme á menudo.

—¡Calla, bribon! exclamé, ¿no ves que enla manera con que digo que me gustan tusequivocaciones, doy á entender que me dis-gustan? Por otra parte, - ¿qué necesidad tic-

Page 2: nu - UAB Barcelona · 1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. ... que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que

170 EL 1N1 oRo MUZA

nes de incurrir en tales errores? Vamos áver, ¿á quién ibas á pellizcar, cuando me pe-llizcaste?

—Pensaba pellizcarme á mí, cuando lepellizcaba á V.

—¡Pues esa es mas negra! Conque...:..—Sí, señor, interrumpió Zaragate,-porque

hace muchos dias que me estoy pellizcandopara que se verifique un dichoso aconteci-miento; tanto, que tengo ya todo el cuerpolleno de cardenales, y los dolores que expe-rimento son tan agudos, que me hacen per-der el tino. Por eso, sin quererlo, le he pe-llizcado á V. y he pellizcado muchas veces ámis demás camaradas, debiendo advertir que,Cuantos pellizcos he dado. á , todos ustedes,han sido otras tantas equivocaciones.

—Malditos seais tú y tus equivocaciones,grité yo, llevando aun la mano á la pantor-rilla; pues bien podias ver que no te pelliz-.cas tú, cuando no te duele. Bien que, comosegun acabas de declararlo, tienes el cuerpotan maltratado, se comprende que te hagapoca impresion un pellizco mis ó menos; pe-ro los que no estamos en el mismo caso, de-masiado sentimos tus equivocaciones, y-nin-guno de nosotros se ha quejado cuando pe-llizcabas á otro, es decir, ninguna de nues

-tras quejas ha sido equivocada. Esto supues-to, sepamos cual es• el acontecimiento que teinteresa en términos de estarté pellizcandotú, y pellizcarnos á todos para que se realicepronto.

—Señor MORO, dijo Ibrahim, ese aconte-cimiento.....es el golpe de Estado.

—El golpe de Estado! ¿De qué país?—De España, de Francia, de cualquier

pais, G de todos los paises á un tiempo.—¿Pues qué interés tienes tú eii esos gol-

pes de Estado que tanto deseas? .—Yo se lo diré á V.; tengo un amigo con-

fitero,y además, estoy resueltoáirálaMetró-poli á estudiar la declamacion; de modo quesi la suerte de un buen amigo y la. reia propiano me interesan, venga Dios y véalo.

Franeam,ente, si estrambótico habíame pa-recido el medio empleado por -Ibrahim-pai>aapresurar los . golpes de Estado, mas nie lopareció el fin que con tales golpes se propo-nía. Pero hablando se entiende la gente, ypronto Zaragate salió con la pata (le gallode que, siendo, en su opinion, eminentementeconservadores los confiteros, porque hacen coli-servas, y los profesores y alumnos de déela-triacion, porque van al consercatorio ele Ar-tes, y oyendo decir todos los dias, G leyendoen los periódicos artículos destinados á pro-bar que los golpes de Estado son provechosaspara las clases conservadoras; de ahí que tuvie;ra él tanto deseo de ver realizarse los golpesde Estado que continuamente se anuncian, yque se pellizcara y.nospellizcase por equivocll-•cion á todos para conseguirlo.

¡Ah, desdichado Zara gate! dije yo, al oirtal sarta de desatinos. No; los golpes de Es-tado no convienen tanto como se cree alas cla-ses conservadoras, ni esas clases son las quetú supones, apoyándote en equívocos que no,cuadran á las cosas sérias. Bien que, ahoracaigo en que muchos hablan diariamente delas clases conservadoras, acerca de las cuales,y de los golpes de estado, tienen ideas tanextravagantes como las tuyas. Has de saber,pobre Zaragate, que el diccionario. político.actual ha salido de Inglaterra, y que allí nose tiene p©r conservador al partido que re-.presenta el retroceso, sino al que mantienelas conquistas de la civilizacion y la Consti

-tucion del Estado. Anda, si nó, y dile á unconservador inglés que convendria disminuirpor fin real decreto la influencia legal de lasCámaras, y veras si llevas un pellizcó masfuerte que los que tú propinas, ape gar ele

que esos no son flojos; pero hay mucho vul-go politiqueando en la tierra, querido Zara-gate, muchísima vulgo,yasí es que, mientrasun conservador inglés perdería cien vidaspor defender todos los derechos que le con-ceden las instituciones nacidas de la Carta-Magna, vemos en. otros paises á muchos ciu-dadanos ... que de buena gana volveriau á• lostiempos en que un rey absoluto podia decircon verdad, ((El Estado soy yo,» y acabaríancon los Parlamentos, con los Ayuntamien-tos de eleccion popular, con la imprenta yhasta con la igualdad ante la ley, creyendodar así pruebas de ser excelentes conservadores.Mira, si iio,:lo que sucedió en Méjico en 1558.Allí se reunió una Junta de Notables para-constituir el pais, y (le los veinticuatro con-serradores que la componian, diez y ocho vo-taron por el restablecimiento de la Inquisi-ciou.

—Sí, dijo Zaragate; pero no es eso lo que11 ^y apetecen las clases conservadoras que enFrancia y en España piden los golpes deEstado.

—Ya,- contesté yo; pero como los que danlos golpes de Estado trabajan por su cuenta,y no por la de otros, los conservadores quepiden esos golpes no saben lo que piden,puesto que podrian alcanzar lo contrario (lelo que desean.

—Sí, continuó Zaragate; pero como estáprobado que el despotismo hace imposibleslas revoluciones, lo mas que podria sucedercon un golpe de Estado seria llegar al despo-tismo que haría impotentes á los revoltosos.

—Te equivocas en eso, tanto como en lospellizcos, Zaragate, repliqué yo; porque to-dos los extremos son viciosos, y si los gobier-nos débiles corren ciertos peligros, los go-biernos despóticos no los corren menores.Buen despotismo hay en la China y en elJapon, y sabido es que esas naciones vivenen revolucion permanente. Por lo que haceá otros paises, te daré con el texto de la his-toria en los hocicos, si piensas que, cuando elcapricho de un monarca era la suprema ley,Io stbi t mas -tu-rbu1encias que i hrra...

—Sí, continuó Zaragata'; pero eso nollabrásucedido allí donde hayan ocurrido golpesde Estado, porque con esos golpes debe aca-bar la anarquía.

—Volviste . á equivocarte, como cuando.pellizcas, contesté yo, porque conto un gol-pe de Estado es la brusca anulaciou (le lasleyes por el mismo que estaba encargado líehacerlas obedecer, pueden esos golpes mi-rarse conco lecciones de .anarquía, Llor aque-llo de: si el abad juega .í los naipes, ¿qué ha-rán los frailes? Y si no, mira lo que sucedióen Roma, poderosa naciou que bajo diversasinstituciones fué siempre creciendo, hasta serla señora del mundo. César se empeñó enque aquella nacion tan poderosa muriese des-honrada, y logró lo que apetecia, pues, gra-,cias al cesarismo, los jefes del Estado eran ele-gidos y asesinados por las guardias pretoria-nas ó por las legiones, desórden con que elpueblo que babia conquistado á los demás, sevió, andando el tiempo, sométido á las ir-rupciones de bárbaros que se lo repartieronfácilmente.

—Sí, prosiguió Zaragate; pero hay quiendice que en Francia prueban muy bien losgolpes de Estado, y que si se diera uno bue-no, terminarían las agitaciones producidaspor Rochefort y otros demagogos.

—Sobre ese particular, observé yó, se ha-bla mucho y se discurre poco. Yo noapruebo la actitud violenta que ha tomadoel tal Rochefort, quien; á causa de la mismapasion que le domina, creo que ha perdidomucho como-escritor festivo; porque, en efec-to, durante largo tiempo ha estado el tal

ciudadano á la cabeza de los hombres dechispa de aquel pais, y es cuanto puedo de-cirte, sabiendo que en Francia abundan pro-digiosamente los hombres de chispa; pero meparece que si el poder va siendo allí dema-siado débil, es por haber sido demasiado fuer-te á consecuencia- del golpe de Estado de1851. En efecto, un poder menos absoluto, nohubiera hecho la campaña de Méjico, ni en-trado en otras empresas que han aumentadola deuda nacional en clos mil millones defrancos de renta anual, amigo Zaragate. Porhaber podido hacer antes esas cosas el gobier-no ha creado esa oposicion que hoy se pre-senta feroz y amenazante; de modo que pue-de considerarse á Rochefort y á. Sus amigoscomo creaciones inesperadas, conto productoslógicos, aunque no previstos; del célebre gol-pe de Estado.

—Sí, añadió Zaragate; pero aunque así sea,yo estoy por los golpes de Estado, porqueme precio de conservador.

—Pues porque me precio dè conservadortambien, dije yo, no quiero ni oir hablar demotines, y para mí, un golpe de Estado es elpeor de los motines, puesto que es el motindel que emplea en su provecho particular losrecursos que la nacion babia puesto en susmanos para la defensa de su territorio y desus lees.

—Sí, replicó Zaragate; pero yo me segui-ré pellizcando, para lograr mi deseo, por-que, cuando tengo un capricho, no lo aban-dono.

Y al decir esto, el maldito Ibrahim, volvióá equivocarse..... es decir, que tomando porsuya una de mis pantorrillas, me dió un pe-llizco tan horroroso, que me hizo poner elgrito en el cielo.

Escusàdo será decir que yo tomé la revan-ella; pero el mejor modo de tomarla creo queserá no volver á disputar con quien tiene lacabeza bastante dura para remedar á loscarlistas que. hoy andan promoviendo laguerra civil en la Península, los cuales, estávisto que Ini aprenden, ni se arrepienten, nise enn ► iendan.

EI. MORO MUZA.

EL PROCESO DE TROPPMANN,

(CUVTI, U ACION.)

EI. PRESIDENTE. —Sí, uno de los relojes erade plata. ¿Era el de Gustavo?—EL ACUSADO.—Me lo (lió uno (le elis cómplices.

EI. PREsIDEITi•,. —En fin, érais portador de200 francoà en dinero, y solo algunos araña-zos teníais en el cuerpo. Fuísteis trasladadoa Paris y llevado á la Morgue, donde, sinemocion alguna, reconocístcis (u vuestras víc-timas.

El acusado no contesta.EI. PRESIDENTE. —Eia resÚmen; vos que-

ríais haceros rico á todo trance; poseido deesa sed de oro, envenenásteis á Juan Kinck,pero no pudísteis cobrar los 5,500 francosque codiciabais. Llega Gustavo Kinck, y te-níais que desembarazaros de ese jóven. Encuanto á la madre, era preciso hacerla venirá Paris con todos sus papeles y matarla. Esoes lo que habeis verificado, y hé ahí el enca-denamiento de los hechos. ¿Persistís en loque habeis dicho? ¿No teneis nada nuevo quedeclarar?—EL AcusADO. —No, señor.

EL PRESIDENTE.—Ha concluido vuestrointerrogatorio: y ahora varios á oir á los tes-tigos.

Francisco Coriot, comisario de policía deRoubaix, da un informe favorable á la fami-lia Kinck, diciendo que esa honrada familia

-vivia en paz, aunque,- habiendo el maridotratado de establecer una fundicion en Alsa-cia, la mujer no aprobaba la idea. Hace cons-tar que dicha familia poseia tres relojes, que

Page 3: nu - UAB Barcelona · 1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. ... que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que

EL MORO MUZA

171

la señora de Kinck sacó de Roubaix.400 fran-cos y Gustavo unos 120, siendo ya sabido loque Juan Kinck llevaba consigo cuando fuéenvenenado.

Varios otros testigos declaran que Tropp-mann fué siempre díscolo y(111C manifestó. •onfrecuencia el deseo de llegar á adquirir fOr-turla sin reparar cn los modios. El acusadoinsulta-á varios de los que aC perjudicat consus declaraciolle=. Entre estos tcstigns hayuno que merece especial ntencion. Es la se-ñora Kinck, hermana del jefe de la familiaexterminada, •y esa señora, cuando le llegasu vez, produce una gran entocioli en el au-ditorio con estas sencillas palabras: «Yo nosé mas que tina cosa; c-,ta es que, cuando es-perábamos .í IKillck, solo hemos visto llegarsu Cadáver.»

Siguen otros declarando lo que saber, res-pecto á las operaciones químicas á que se en-tregaba Troppmann,quien di .cho sea de paso te-nia grande aficion ,í las novelas patibularias, yllega su turno á M. Gros, empleado de Cor

-reos en Guelwiller, el cual (rice:—Ell 31 (leAgosto se presentó en uli oficina un indivi-duo reclamando tres cartas con valores; vien-do la importancia de la suma, exigí la ideuti-dad de la persona que la reclamaba. Esa lìer-sona me dijo primero que era Juan Kinck, ydespues que era-Gustavo Kinck, en vista delo cual,pedí un certificado. Dos días despuesfué con lo que yo le pedía, pero faltaba unaformalidad en el papel y era la legalizacionde la firma. Continué rehusando la entregade las cartas y entónces el individuo me di-jo: «Esta bien, yo volveré con mi padre.»Quince días despues, Gustavo Kinck se pre-sentó con un certificado, que aun estaba incompleto, y preguntándole yo quién era elsugeto que ántes se habiti presentadlo, inecontestó que un amigo de su padre.

EL PRESIDENTE.—NO podemos nienos deelogiar la prudencia con que habeis obrado,no prestando fé á documentos que careciadde los requisitós legales.

Con estoterininó la audiencia de aquel día.La del 29 (lo Diciembre empezó por la tic-

elaraé¡on que prestó Gustavo Adolfo Iluck,diciendo que, el domingo siguiente al descu-brimieuto ele los cadáveres ele la thmiliaKinek, retirándose del campo (le Langlois11 ácla su casa, sintió hundirse ullo de suspies en la tierra, y apercihió un cadáver, queera el (lo Gustavo Kinck. Ese cadáver teniaen el cuello, enteramente desgarrado, un lar-go cuchillo, y el foso (10111k estaba enterradosolo distaba veinte y cinco ú treinta ceutíni(r-tros del otro foso, visto lo cual, corrió ií po-ner el suceso en conocimiento de la justicia.

Siguen varias declaraciones alas ú menosimportantes, y llega la de Claudio Bardot,cuyo solo nombre excita la curiosidad de to-dos los circunstantes. Ese Claudio Bardot esel cócllero del carruaje 9,108, que condujo ála familia Kinck y al asesino hasta l.',ultin.El buen liotnbre hace saber con . sencillezconmovedora, que entre la partida de la ma-dre con los dos niños menores y la vuelta(le Troppmann, solo hubo veinte minutos deintervalo.. ¡Veinte minutos para un tripleasesinato! El viento soplaba con violenciaextraordinaria en aquella terrible noche, co-mo si la misma naturaleza se hiciera cóm-plice del crímen!

Mientras el citado cochero refiere los por-menores de lo que, ha visto, y ha visto pri-mero á uno de los niños sentado sobre lasrodillas del criminal; luego la salida de lamadre con los dos niños menores para el lu-gar del sacrificio; despues la de los tres res-tantes &c., Troppmann afecta una sangrefria repugnante, y hasta parece burlarse de

la impropiedad de lenguaje con que se ex-presa el testigo.

EL PREsrnEV •rE.—Cuando volvió Tropl)-man•l, ¿qué les dijo?—EL TESTIOo. —Les dijo,bajad cilios, pues decididamente nos vamosá quedar aquí.

(Expresion (le. dolor y (le indignacion enel auditorio.)

E1. I.'EESIDENTE (al acusado).—Así, dues,tuvísteis el valor (le ir á buscará vuestras ill-tiulas víctimas, y les digísteis: «Bajad, niños,está resuelto que perntanezeanlos aquí.»......Eso espanta. Los pobres niños os sigrlieronllenos de confianza, ignorando que iban ú lamuerte. ¿Es verdad lo que dice el cochero?—EL ACUSADO, (cou voz natural y fijando suatrevida mirada en el lu esidente). =E+verdad.

EL'PRESIDE\TE. —Esa cal ata hace telllblal•de horror; pero hablad. ¡Qué! ¿no habrá envos tu( relámpago (.le seusibil¡cíud? — EL Acu-SADO.—Y O no lo hice.

EL PRESIDENTE.—¿Quién lo hizo, piles?^--EL AcusADO.—Mis cómplices.

EL PRESIDENTE.—¿ Dónde estaban?—ELACUSADO.—En la llanura.

EL PRESIDISNTE.—VOS solo tratásteis con elcochero; vos solo le indicásteis el camino quedesin seguir; vos solo le pagásteis, y ¡aunhabíais de cóniplices! Tened al fiu un raptode veracidad.

Continúan varios testigos prestando decla-raciones: uno de ellos es un labrador de laVillette llamado Lauglois, que, por habersido el primero que. vió los cadáveres, hadado su nombre al campo donde ae: halla-ban. Otro es Muller, director de la cervece-ría Dreher, el primero que, despues de Lan-glois, vió los cadáveres.

—IIubiérase creido, dice Muller; que ha-bian patinado sobre la sepultura. Al ladode esta se veia un grau reguerd. de sangre,que se exteudia considerablemente. Cuandose abrió el hoyo, el primer cadáver que sepresentó fue el del niño mas pequeño. Losotros parecí an haber sido arrojados sobre lamadre, que `se hallaba en el fundo. La -niïhtestaba sobre el reflujo de la madre: esta-te-nia las mangas remangadas, sus reflujos, le-vaut:idos tanibien, cubriali .lit parte alta desu cuerpo, y era fácil comprender que ladesgraciada habla sido arrastrada hasta lasepultura.

El auditorio tlenlllla.EL PRESIDENTE á Troppmann.—Ya lo

oís, ¿qué decir á eso?—EL AcusADO. —Nada.EL PRESIDENTE.—Ni siquiera os causa

enlociou ese recuerdo terrible ?—EL ACUSA-DO.—ES preciso que yo me defienda.

Llega su turno á Eugenio Cárlos Ferrand,nombre que tiene tambien el privilegio deexcitar grandemente la curiosidad del pú-blico, porque el que lleva eso nombre es elgeudarrneque prendiúá Troppmanu. Ferranddice:

—En el momento en que yo pasaba porla calle Real, volviendo del Puente de Nues

-tra Señora, se me dijo que quizá encontrarladesertores en aquel barrio. Entré en la taber-na y vi dos individuos sentados á una mesa.Uno de ellos me miró; el otro mantuvo bajala cabeza. «Hola, compadre,» le dije, ¿podre-mos identificar vuestra persona?—Tomadesas dos cartas, me contestó él temblando..Quise conducirle á casa del Procurador Im-perial y me siguió; pero en el camino le pre-gunté: ¿De dónde sois?—De Roubaix, me di-jo.—¿Qué hacíais, allí?--Era mecánico.—¿Dedónde venis ahora?—De Paris.—Si venís deParis, debeis haber oído hablar del crímen dePantin.—A estas palabras, hizo un movi-miento así, (El testigo_ imita al hombre quese atraganta.) Lo que me hizo tomar al acu-sado por uno de los cómplices del crimen. Yo

no le perdia de vista; pero en un sitio, cuyo

Masaje estaba embarazado por dos carruajes,Troppmann se dirigió hácia el muelle y searrojó al agua. Yo preguntaba si habría porallí ulgu¡en que supiese nadar. TJn hombrese presentó y se lanzó al agua, en tanto que elacusado nadaba cutre clos aguas, sin bajar nisubir.

EL PilESIDENTE.—Parece que nadaba bien.—EL TESTIGO.-Sí, señor, muy bien. (El acu-sado sonrie.) Un momento Troppmann rea-pareció en la superficie; pero se hundió denuevo mil ver que el calafateador trataba decogerle. Por fin se le cogió, y se le coloco enel muelle tendido de un lado.

Et. PRESIDENTE. —Bien; habeis dado prue-bas ele perspicaz y vigilante, habeis llenadovuestro deber, y eso lo dice todo. Vuestro pa-1(el el ► esto drama es providencial. Sin vos,el acusado habría partido para el NuevoMundo, escapándose á la accion de la Justi-cia.. Y en cuanto á vos, Troppmann, ya loveis: al encont.raros con este gendarme, querepresenta la moderacion en la fuerza, osturbásteis.—EL ACUSADO.—Ni me turbé nidije nada de lo que habeis oído. Eso es unahistoria inventada por ese gendarme, que hamentido.

EL PRESIDENTE. —¿IIa mentido?—EL Acu-SADO.—Sí, señor, ¡ha mentido! El no hablóde Pantin; todo eso es una fíbula: solo mepidió mis papeles, y si yo hubiera queridoescaparme, lo hubiera conseguido.

EL PRESIDENTE.—¿Qué decís vos, Ferrand?!rI3abeis mentido?—EL ACUSADO.—Sí, señor,la mentido en todo.

El abogado defensor, M. Lachaud: Elgendarme halló á Troppmann en compañíade un individuo.

El gendarme Ferrand.—Sí; pero ese indi-viduo era el corredor del hotel de Nueva-

York. Nosotros solemos ir á todos los hote-les y posadas, cuyos empleados conocemos.

7roppmaram, levantándose.—Ei•a un cómpli-ce que fué á (buscarme al , Ilavre. (Murmullosde incredulidad.)

EL PRESIDENTE.—¿Era un cómplice?—ELACUSADO.—Sí, señor; ¡un cómplice! (Nuevostutlrutullos.)

El presidente, reclamando el silencio, d<tlectura (le la declaracion del Sr. Bodson,corredor del hotel indicado, y de quien Tropp-mann había hecho casi un confidente, $éaquí la sustancia de esa declaracion.

Bodson vió á Troppmann que miraba (u. losbuques y le preguntó si quería ir á bordo dealguno (le ellos,•á lo que el interrogado con-testó en voz baja. «¡Malhaya el que mal moquiere: yo soy ull malvado.» Bodson conti.nuo hablando y el jóven le hizo saber quepensaba ir .í Nueva Orleans, aunque aun notenia el billete del pasaje. Mientras luegoalmorzaban los dos, , hablaron de novelas, yTroppma,i n manifestó algurtapredileccion porlas de Eugenio Sue, en particular .El Jadio-Errante. Despues del almuerzo fueron aldespacho dè los buques de inmigrantes, don-de Troppmann dijo que aun no podia partir,por tener que esperar á un hermano suyo.Luego, en el paseo, habló de Sil profesion demecánico, de que tenia un tio rico en Amé-rica, en cuya compañía contaba vivir sin tra-bajar; de que estaba desengañado de las mujerres y mil otras sandeces, para'vei<ir á pararen la idea fija de hacerse millonario: En fin,habló de venenos activos.

Troppmann.—Decididamente, es inútil queyo me defienda ante ese sistema de mentirase imposturas que ame persigue. Me parece queun loco no hubiera dicho á nadie lo que enese papel se me atribuye.

(Continc ai ñ.)

Page 4: nu - UAB Barcelona · 1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. ... que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que

o

cf)^ó1 rn

^. n

2

Ir.

c a.

,c

• •v

p

Otl

m

2

o9óo

III^ I^^ ^^^^ a^

•1 ^^1

/ '11

____

1 ____ /-

/

V i \/ it

Â)'iJiIjj

__

— /

L1

^QS ^

o

L

_ _ II E 1

ro

c.

O

o

r_c6OHno

OC

1.'j.

1 1

Page 5: nu - UAB Barcelona · 1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. ... que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que

Ÿ•_

1

9

e4.

Page 6: nu - UAB Barcelona · 1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. ... que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que

174 EL MORO MuzA

0

UN BUEYAVENTURADO,

Mucho se ha discutido, lectores, sobreeso que se llama felicidad en este mundo, yaun en el otro; lo cual quiere decir que debehaberse disparatado en grande, por aquello(le que, los que mucho hablan, mucho . yer-ran.

Los estoicos hicieron consistir la felicidaden la virtud, exagerando este principio masque el sábio .Blas y que el paciente Job; por-que el primero, al decir Omnia mea mecumporto, cuando nada llevaba consigo, y el se-gundo, exclamando al ver la pérdida de susbienes: Deus dedil, Deus abstulit, sit nomen do-mini benedictum! solo nos dan la idea de la re-signacion, mientras que, segun los discí-pulos de Epitecto, hasta el dolor es una di-cha para el hombre que merece el aprecio delos demas y que tiene la conciencia..... comoyo deseo ver la isla de Cuba, esto es, comple-tamente tranquila.

Los epicúreos, al contrario, hicieron con-sistir la ventura en el placer; tanto, que es-tos antiguos libertadores, pues así podemosllamarlos, dada la significacion que ha llega-do á tener esa palabra entre nosotros, endisfrutando buena salud, el poder suficientepara hacer de las suyas, y los recursos nece-sarios para proporcionarse suripantas y be-bidas espirituosas, ya se consideraban tanfelices como si tuvieran tres pares de na-rices.

Naturalmente, dos tan encontradas escue-las, que no parecia sino que la una estaba enGuanabacoa y la otra en el Cerro, disputa-ron calurosamente durante largo tiempo,sin que el mismo Séneca resolviese la cues

-tion en su famoso libro De vita beata; perodifilndióse la doctrina cristiana, segun lacual, no hay verdadera dicha en esta vida, yla cuestion quedó resuelta.

Es decir, quedó resuelta respecto á estavida, y aun no del'todo, porque todavía hu-bo, no solo profanos que se tuviesen pordichosos cuando abandonaban las tareas dela ciudad para irse á gozar en el campolos encantos de la naturaleza, diciendo co-nio Horacio: _Beatos ille qui procul negotüs, etc.,sino que algunos de los iniciados en la nue-va doctrina, se tuvieron por dichosos en es-te mundo, con solo ser pobres de espíritu, yhasta el mismo San Agustin, cuyo entusias-mo ardiente se reveló en declaraciones tauatrevidas como aquella de Credo quia absur-dum, llegó á decir, pintando la dicha deAdan, al incurrir en el pecado original: 0Félix culpa, quce talem ac tantum meruit habereredemptorem, (« ¡Venturosa falta que tal re-dentor ha merecido!»)

En cuanto á la otra vida, la cuestion que-dó eh pié hasta las decisiones de los Conci-lios, segundo general de Lyon, año de 1274,sesion 4 y el de Florencia en 1439, decisio-nes que confirinó el Tridentino en el decre-to de la sesion 25 sobre la invocacion-de losSantos.

Sí, lectores, porque ántes de las citadasdecisiones, hubo hasta Santos Padres quecreyeron que los mismos Santos tendrianque esperará la terminación del juicio iuii-versal para conocer la verdadera gloria, opi

-nion sostenida luego con rara tenacidad poraquel francés de Cáceres que se nombró Vigi-lancio, el cual, á juzgarle por su nombre, debiavaler un Pofosí para sereno.

Entre paréntesis, les habrá chocado á us-tedes que yo llame francés á, un hijo de Cá-ceres, porque dirán y dirán bien: si era es-tremeño, ¿cómo habia de ser francés? Peroeso se explica diciendo que yo he cometidoun error de ortografía, muy natural aquí,donde algunos han querido dar el mismo so-nido á la c y á la z que á la s. No fijé, seño-

res, en Cdceres, ciudad de la Estremadura es-pañola, donde nació V igilancio, sino en Ca-zeres, pueblo del Alto Garona, en Francia,y vean ustedes ahora si tengo razon en lla

-mar francés de Cazares al mencionado here-siarca.

Yo me guardaré mucho de invadir el ter-reno teológico, para negar lo que está reci-bido como cierto, así en lo que concierne áesta vida como en lo que se refiere á la otra,porque semejantes empresas no son propiasde los moros que anclan en tierra de cristia-nos; pero, sí, aseguro lectores, que-hay hom

-bres que se tienen por felices en este mm-do, aunque no esté probado que lo sean, yel mas dichoso de esos hombres, á mi modode ver, es aquel mambí que escribió al quefué marqués de Santa Lucía una carta, enque le preguntaba, con la mejor buena fï;innegable, si era verdad que el conde deValmaseda había pedido al gobierno (le la ma

-nigua tun salvo-conducto para poder salir dela isla de Cuba.

Sí, lectores; lo he dicho y no me vuelvoatrás: ó no se concibe un hombre verdadera-mente dichoso en esta vida, ó ese lo es elautor de la referida carta. Digo mas, seño-res, creo que, aunque estuviese formalmenteprohibida la felicidad en este mundo, sería.feliz ese hombre, que parece haberse empe-ñado en serlo á todo trance, no queriendosaber lo que pasa, y mereciendo que, por lotanto, se le aplique la regla del rey.poeta,Felipe IV, que dice:

<'No averi iie su anal, viva engañado,• Que es feliz quien, no siendo venturoso,Nunca llega d saber que es desdichado.»

¡Qué feliz es ese hombre! Y el caso es queha venido á destruir todo lo que M. Monta-lembert dijo en la Academia: Francesa enelogio de M. Javier Droz, á quien atribuyoun gran mérito por haber escrito el Arte deser feliz, como si para ser feliz necesitasenapelar al-arte los que, como el gambí que secartea con el que fue marqués de Santa Lu-cía; llegan á la felicidad supi•eina- por el ca-mino de la ignorancia.

¿Qué arte ni qué cuerno se necesita paradar por realizado lo que se desea, cerrandolos ojos para no ver, y tapándose los oidospara no oír nada de lo que pasa ó de lo quepuede ser desagradable? Droz escribió, finiaobra completamente inútil, á lo monos paralos mambises, y Montalemhert andubo reci-pitado en su panegírico del Arte de ser feliz.siquiera en el concepto de los indicados ha-bitantes de la lliunigua.

Porque miren ustedes que eso de solicitarel conde de Valmasecla finí salvo-conductopara irse de Cuba, es una de las cosas que n(,tienen precio. Vale tanto, que hahec:ho, cuan-do manos, la felicidad de Dios personas; unala que lo cre yó posible, y otra yo, que no hedejado de reir desde que leí tan estupendamajadería.

En efecto, el conde de Valmased^, que tie-ne á sus órdenes un ejército compuesto (lesoldados españoles, y con decir españoles di-cho está que pueden compet.i r con los primerosdel mundo; que sirve al gobierno español, elcual no solamente domina toda la Isla, por con-tar con la lealtad dels gran mayoríade sushx-bitantes y por la fuerza incontrastable de susarmas, sino que posee una marina de guerrade primer orden, tanto que un escritor norte-americano acaba de reconocer que esa mari-na es superior á las de todas las potenciasactuales, con las excepciones de Inglaterra yFrancia; el conde de Valmaseda, digo, en lascondiciones en que se halla, estará, segura-mente, tomando sus medidas, en combinacioncon los demás general es yj efes de todo nuestroejército, para impedir la evasión de uno solo

de los traidores que han levantado en estatierra la bandera de la estrella solitaria, yque se encuentran acorralados en las inani-guas; porque esos miserables que no tienená su disposicion u n solo pnerto,ni un solo barco,iii valor para batirse, n i mas carácter,en fin, queel de fugitivos bandoleros, deben renunciar átoda esperanza de escapatoria, y l:or conse-cuencia, suponer que dicho conde ha podidopedir salvo-conducto ,í los que andan eeca-p,ulos, para escaparse él ele una tierra quenadie le disputa serianicute, es unafiiufirro-nada por el estilo de la del portugués que ledecía cí un castellano: «sácame de este pozo yte concedo la vida.»

¿Qué digo? Hay mucha mas gracia en lafautimrronada (le los pobres zmma nbises que en ladel fosco lusitano; porque, en primer lugar,sabemos que los lusitanos son tan hombrescomo cualquiera y que los mambises no sonhombres, y en lugar segundo, lo del portuguésdel pozo tiene todas las -trazas de ser cuento,mientras que lo del mambí del salvo-conductoes un hecho positivo y probado en la corres-pondencia del que fué marqués de Sta. Lucía.

Y bien, ¿puede negarse la dicha, siquierasea temporal, en un mundo donde tales co-sas ocurren? Yo repito que me lía hecho fe-liz por al gun tiempo la carta del mambí, re-ferente al salvo-conducto solicitado por elconde de Valmaseda para poder salir de laIsla de Cuba; porque feliz es el hombre queno tiene penas ú que las olvida, y yo no ten-go penas ó las líe olvidado por ahora, puestoque no he dejado de reir desde que supe lodel salvo-conducto. Creo que muchos de misamigos, los buenos españoles, serán hoy tanfelices como yo, por la misma causa que halabrado mi dicha presente, y de esto deduz-co, sin temor de que mi opinion sea califica-da de heregía, que puede conocerse la felici-dad en este mundo, aunque solo sea por in-tervalos.

Pero, lo confieso, por dichosos que seamoslos que nos reímos de una .baladronada su-perlativamente chusca, nunca lo seremos tan-to corno el pobre ntam.bi, quede buena fé tra-gó la píldora de esa descomunal baladronada;porque ese mentecato tiene, con seguridad,finas ilusiones él solo que el resto de los mor-tales, y cleniostrado está que los seres masdichosos (le la tierra son los que tienen niasilusiones.

Ese m a bí verí la tierra cubana purificadade coiupañeros su } v os; verá á Céspedes y sustitulado, ministro., } geiieralcs fusilados; severá i•l ritisflin emi capilla, y ami u se figurará que.la iusurrecciuu está trinufinte, que Céspedesy sus cú ► ulplices son los q ue han fusilado álos generales españoles, v ( l ile el mismo sellalla desempeñando qui importante pue,toen su quimérica república cubanacama. Porcousigniente, cuando á un hombre así le lle-gue l,t últimali ,ra, no habrá podido llegarlela del desengaño, y coiueteria una. torpeza elque Ileg,tse que ese 1iombre puede ser muchomis feliz mientras le quede un soplo de vida,que lo eran D. Miguel de Aldama cuandodisponia de las grandes riquezas que no ha-bia ganado, Morales Lémus, cuando recogiael fruto de sus trapisondas y D Emilia C.de Villaverde cuando, para divertirse, man-daba dar un centenar de azotes á sus escla-vos, ó á sus esclavas..

Solo que la felicidad del expresado mambíes tan propia de un cuadrúpedo, que yo nome atrevo á llamar bienaventurado al que lagoza, y por eso he decidido nombrarle buey-aventurado. ¿Tengo razon para ello?—Muchasvoces: ¡Sí! ¡sí! ¡si!

EL MORO MUZA.

Page 7: nu - UAB Barcelona · 1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. ... que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que

EL MORO MLJZÀ 1.75

EL HOMBRE DE CIERTA EDAD. Nunca encuentra la pintura 1 eer .í su antagonista, y se propuso aguzarlo,— Que debió poner en juego; con tal de conseguir aquel propósito.

I.eTr.ii.L.t. La juventud tiene fuego,Li Porfin halló la idea que, segun malas len-

IIay un tiempo circunscrito Con las lanas del arniillo 1 guas., fuó la de pedir una audiencia secretatíDentro cierta cifra ¡-*nota. Sabe hacer nido el cariño: 1las Compañías de alumbrado, con las cualesQue fonua un tipo, que flotaDe cuarenta al lo infinito:

Y en la misma ancianidadLanza el altura conmovida

tuvo lamas eutl•evistas.^.

Entra el hombre en cierto estado Ecos. que no db en su vida Y no se qué les prometería, para cuandoQue no es carne, n¡ pescado; El hombre de cierta edad. llegase á conseguir su objeto, que las talesNi hay en contabilidad Compañías ó empresas, desde entónces de-Cifra que lo fije á punto:Es ran tot.. ► . ran conjunto. pues, unce el alcalde, jar011 ;ll Gas sin duda en manos de algunUn homht• e de cica-Le lad. ConsignadoConsignado con protesta, parcial deFebo, que le llegó á poner en el

Que esa cierta edad qu,- npe.ta estado en que ustedes le ven todas las noches.Esa edad indefinida,

Que sin ser mala, ni buena,No la quiero n¡ de balde:Y qui yo en ella no ingreso, ya

,Si el sol no ha dado <t las citadas Em-yTiene un tinté que en^eneua AunAunque mc la den con queso:q 1 fresas ó Coral aiii para lo que les prometió,1 p ^l 1^ pTodo el placer de la vida. Cor, mi franca dignidad, cuando el Gas no pudiera competir ni conAunque se encuentre en la boca A viejo avanzando voy, las primitivas luces de grasa de animal, digoYo no sé s¡ eS laucha 6 poca:Sé que cualquiera beldad

Y quiero ser lo que soy,Y quiero tener tai edad. que el sol es en extremo desanradecido.tl t^

Esta cubierta de opr.ihio, F. CAN1PROIDON. BOABDIL EL CHICO.Solo con tener por novioA un hombre de cierta edad. •«

."•^A

EL GAS.En esa edad malhadada, — EXAMEN DE DOCTRINA

Para esconder su bautismo,Se eugañn el hotnbre ft sí mismo

ARTICULO O CtRO.

El sol estaba tan orgulloso que no se leDE UY CRIATURO.

-Ii,evoc.indo su fachsda:Y al dejar su toilette hecha, podia resistir. —Vamos, ven ací, muchacho,Es una erta sin fecha: 1 Y verdaderamente, tenia razon fundada Pues hay de doctrina eximen,'l entónces la huutanidad 1 para estarlo: la única luz de que el mundopara Y el decálogo recita,Quiere definirle en vano.l'afano...... ¿quién es fulano? disfrutaba, era la suya.' Si es que el decálogo sabes.q fiUUn hombre de cierta edad. Cuando al morir la tarde abandonaba nues- —El primero es tener éd¡o......

tro hemisferio, para alumbrar otro, estaparte —¡Muchacho! ¡Qué disparate! No hay mujer de buen instinto

Que le quiera, ni pintado,del mundo se veia rodeada por las tinieblas, ¿De dónde, di, esa doctrina

Como que estoy enterado, los humanos quedaban aquí expuestos 2Ly q 1^ ?Tan inhumana sacaste?Por eso yo no me pinto: romperse las narices. —¿Esa es doctrina inhumana?Y aunque quiere cierta ardilla 1 Solo la luna disipaba algunas noches la Pues mire usted, años haceDarle tinte á mi perilla, 1Por mas que su habilidad i

impenetrable oscuridad, y eso, gracias í la Que la aprendí en un famoso

Tienda ft hacerme sucumbir, amabilidad del sol, que le p restaba el resplan-q prestaba p ,.ColesColegio de Humanidades.No mee dejo convertir dor de sus rayos. —Amar !í Dios es lo cierto, En hombre de cierta edad. El sol, pues, como al principio dije, estaba Y esto entendido, al instante,

Aunque el remozarde prontoinsoportablemente orgulloso. -

Pero no contaba con la hués . ecla y estalt i 3Di el mandamiento segundo,Si de él ©. puedesacordarSiempre halaga instinto,nuestro nto,

Generalmente, de tinto, fué para él unapiedra que, al chocar con otra, —El segundo nos ordenaSe suele pasar ;t tonto rodu o una chispa.i pJ chispa. Dos juramentos formalesSi no le gusta tai cfiscara¿Le gustaré mas de rnftsca raT

¡ La humanidad descubrió esto, y frotandolos aplicando á ellos al mismopedernales,

Hacer de Dios en el nombre,Uno balde.No Ine dará :í mí, en verdad,

Para no parecer viejo, tiempo un efecto combustible, logró que esteen vano......y otro en

—No jures tampoco. niño,Las broncas que da el espejo ardiera y tuvo luz. Nunca, por Dios ni por nadie,A un hombre de cierta edad. .•Pero los combustibles eran de tan escasa Y d,-tu extímen siguiendo,

Supongamos fi ese tal fuerza, que su. luz tenia apenas la duracion Lo que del tercero alcances.q.luntO al adorado objeto,

fde la producida por uu:relám ego.producida P P —Pues el tercero......nos mandaDonde tul vez el respeto Por eso el sol, que tuvo noticia de aquel Santificar, con alarde,Le hace parecer glacial: descubrimiento, no perdió nada de su or gullo.P orgullo. Los crímenes mas horrendos,¿Os fi t;urais que la damaDe mas limpio honor y filma, Pero los humanos concibieron una idea Si cuadran fi nuestros planes.Apreciaosesacualidad? verdadei•arnettte luminosa: la de extraer su —¡Calla, muchacho! ¡No digas Nada de eso: exclama airada, grasa tí los animales y unirla tí, los combus- Pecados tan capitales,¡Que alma tiene tan gastada tibies, para que les prestase fuerza, logrando Que d nuestra especie avergüenzanEl hombre de cierta edakll de este modo alumbrarse durante todo el Y fi mí el corazon me parten!

rirur:íos, vuelta la hija,tiempo que estaba ausente el sol.p 1 a•Este, sin embargo, continuó envanecido, al

'Las fiestas se santifican;

Que ese hombre que no se asusta,Cuando la mujer le gusta

Iver la debilidad de aquellas .uces que morianiniquidadePorque las ......q q

Solo pueden celebrarlas.Avanza un poco y se arroja: corno avergonzadas en cuanto él asomaba En sus costumbres salvajes,Entónces, ¡Dios de clemencia!¡Que atrevida incontinencia!

por Oriente.por Pero tuvo lugar un nuevo descubrimiento:

Los despreciables mantLisesY lostal la barbaridad

Que le dijo ti esta mujer, no Bé quién extrajo el jugo de la aceituna,laborantes,torpesP ,

0 bien, para que me entiendas,Que no se puede creer empapada en el cual, una mecha daba una Los caribes y los cafres:De un hombre de cierta edat], luz mas intensa y clara que todas las conoci- Y di el mandamiento cuarto,

das hasta entónces. Mientras yo, que de esevcharteL:ega fi ran baile, y al entrar,La dueila en voz muy bajita

El sol, no obstante, siguió alimentado por Absorto estoy, pido al cieloLe encarga que fulan¡ta el lloor u,hasta ue, alfin, des p ues demuchosg q 1 Que la calma no me falte.No se quede sin bailar: siglos de absoluto reinado, encontró un rival —Pues bien: deshonrar el cuartoY en efecto, su tare Gpoderoso: El Gas.P Manda al padre, y fi la madre,Es bailar con hi mas fea•Y en premio, la sociedad

Entónces al orgullo sucedió la envidia. Y :, su patria, y ti su especie,Le muerde fi son de trompetas, Los aplausos dados por la humanidad á la Y fi todo lo deshonrable.Al ver haciendo piruetas nueva luz, hacían daño al sol. El gas se ge- —¡Calla, y lo contrario estudia !A un hombre de cierta edad. neralizó• y aquel que alumbraba enorgulleci- Porque aquel que deshonrare

do y verdaderamente hermoso á esta tierra, A su raza, ú Q su pueblo,En cambio, la taumaturga, sintió mas deseos de vencer á, un rival tan O ti su madre, 6 ti su padre;Que se entera de la broma,

Baila con él, y lo toma poderoso, que, segun habían contado al rey Llegará, donde es sabidoComo quien toma una purga: de los astros, durant& su ausencia hacia quetl Que no llegó la barbarie,Solo él está satisfecho los humanos se olvidasen completamente Y aunque dinero atesore,De lo muy bien que lo ha hecho: ide él. Siempre será un Miserable.¡Miserable humanidad!Con tanto pincel y maña,

El sol se puso mas iracundo que nunca, ¿Quién te dijo lo contrario?¿A quién, mas que á 61 mismo, enala,g cuando vio al Gas en varias capitales, donde ¿Quién así pudo educarte? El hombre de cierta edad? le hicieron el merecido recibimiento. ¿Dónde aprendiste esas cosas

-- 1 Pero Febo no carecia de ingenio para ven- Tan inhumanas, compadre?

Page 8: nu - UAB Barcelona · 1 poo . vII. HABANA 27 DE FEBRERO DE 1870. « NUP.IERO 22. pERlp^f`o LOS DOMIr n.-c - nr ,.. ... que hay hechas no es otro que el de hacer ver al público que

la vía férrea desde 1858; 3`• que, á pesar delmal estado del material existente, el serviciose hace con regularidad y, en fin, que organi-zada la adrninistracion sobre muy sólidasbases, cada dia serán mas palpables las ven-tajas del nuevo sistema.

Aprobado por unanimidad y - sin objecionalguna el informe, se pidió por un sócio elnombramiento de la nueva Junta Directivay de la nueva Administracion, por ser inte-rinas las que venían funcionando, y fueronelegidos por unanimidad tambien los Sres.siguientes: 'Presidente, D. Pedro Montalvo;vocales, el Excmo. Sr. D. José María Mora-les y D. Francisco Orta; suplentes, . D. Ra-mon Pagés, D. Juan Alvarez Baldomero yD. Cayeta.no Montoro; Administrador gene-ral, el Excmo. Sr. D. Rafael Clavijo; Corita-dor _general, D. Juan Bautista Cantero, ySecretario, D. Pedro Gonzalez Llorente.

Es decir que los accionistas han elegidopara la Administracion de sus intereses á lasmismas personas que habían merecido laconfianza de nuestra primera Autoridad, vi-niendo á hacer así patente lo acertado de lamedida dictada en- 17 de .Agosto de 1869,medida que,. como todas las que emanan delExcmo. Sr. D. Antonio Caballero de Rodas,lla redundado en. bien de los intereses detodos.

4

176 • - EL MORO MUZA

—¿Inhumanas os parecen?• Pues bien, repito lo de antes:

Las aprendí en un famosoColegio de IIumanidades.

—Di, ¿cuál es el quinto?—El quintoMatar, matar con puñalesAl prí!jimo, 6 con pistolas;.Juntándose para darle......

Muchos en negra emboscada,Porque haya segura sangre,Aunque el medio se apellide,Bajo, traidor y cobarde.

—¡Válgame Dios! ¡Inipos ¡ble

Me parece ese lenguaje,Aunque los frutos conozcoDe predicaciones tales!

¿No ves que eso es inhumano?—¿Inhumano? ¡Pues me place!¡S¡ lo aprendí en un famosoColegio de IIumanidades!

• —Pues digo que ese ColegioQue tomó, para burlarseDe ««Il:umanidades»» el nombre.Lo fué de «Inhuman ¡dades.»'

No mates, no, si la vidaQuieres ver libre de azares,Que es justo que á hierro mueran,Aquellas que á hierro maten.

Y sigue tu examen, chico.—El sexto......—Sigue adelante,Que aquí temo que me espetesMuy gordas barbaridades.

—El sétimo, hurtar.—¡Muchacho!—Sí, señor, hurtar en grande;Es decir, tomar lo ajeno,Sin consultar voluntades;

Y levantar, el octavo,Manda calumnias mortales,Echando á rodar mas bolasQue ha y en todós los billares.

Y el noveno...... ¡Culla! ¡Calla!—Pues yo no quiero callarme,Y si hablar esto me vedan,Fácil será que lo cante.

—¿Si? Pues ¡toma!, mal criado,Un puntapié retumbante,Para que cantando vayasCon la música ft otra parte..... ......................................

¿Y qué? ¿Calló el criataroPNo lo sé; pero ya es tardePara que olvide las cosasInhumanas y bestiales,

Que :í los mismos que dineroLlevaron por educarle,Dice que oyó en un nombradoColegio de IIuman ¡dades.

EL MORO MUZA.

Los accionistas de la Compañía de Ca-minos de Hierro de la Habana celebraronjunta general el 20 del corriente en. sa delSr. Presidente de la misma, y allí se leyó uniii imrnie de la u ueva Administracion Iióuïbl;a-da por el Excmo. é Illmo. Sr. GobernadorSuperior Político.

De ese informe, que fié -oído con inmensasatisf'accion,resulta 19 que en cinco meses hantenido los ingresos un aumento de tu ► 60 porciento, quedando un producto de mas decuarenta riuil pesos mensuales, con el cualse ha pagado ya un dividendo de 4 por cien-to á los accionistas y se prepara otro parabreve plazo; 29 que ya espera la resolu-ciou de la Intendencia el luminoso informecou la liquidación correspondiente, del Con-tador de la Compañía Sr. D. JuantistaCantero, sobre los derechos de aduanas de-vengados por introduccion de material para

MISCELÁNEA„

Ya sabemos, por uno de los papeles cogi-dos al que fu marqués de Santa' Lucía, queCéspedes había dispuesto confiséar los bienesde los leales, ántes que nuestro. Gobiernoembargase los de los traidores.

Con esto está dicho que los traidores notendrán razón para quejarse. .

Pero hay más; en el decreto de Céspedesse escribe boluntario por voluntario, yr-r•enzisiblepor irremisible, benebolensia or benevolencia,abitantes por habitantes, y otras cosas por elestilo.. -

Puede, pues, decirse hoy dia,Del cacique de los nenesQue proclaman la anarquía,Que nos confiscó los bienes .....Y tambien la ortoñrafÏa.

Nuestra vigilante Autoridad acaba ele clará luz un documento que liemos leido coligrandísimo placer, y es el que se refiere u lamuerte de un extranjero en la Habana, et'domingo 6 del eorrieuta. Segun el expresadodocumento, los autores de aquel asesinatopertenecen al número de los enemigos quetoman el antifaz de los amigos. Así. lo- crei-iuos siempre nosotros, porque no 'se' oint beque un buen español cometa desmaies deningun género, y particularmente de aque-llos que pudieran traer conflictos internacio-nales: pero celebramos que haya pruebaspara hacer una deelaracion oficial de lo que.siempre tuvimos por cierto.' -.

Ojo avizor, voluntarios españoles; ya'sabe-mos' que hay quien pretende desacreditarme'.,y pot.,es() mismo debemos seguir:-haciendocada vez mas noble osteutaciou 'de' nuestroamor al principio de autoridad y de nuestrorespeto á+, las leyes: '

Así los desventuradosQue armar pretenden jarana,Es claro, vienen por lunaY volverán trasquilados.

Spain, Cuba, and t.ie U,iitecl States. ' Ilt^c^^^-nition ami the Monroe doctrine, by Arre» cus.

Tal es el título de un folleto que se ha pu-blicado últimamente eu Nueva-York, y que

merece ser conocido. En ese folleto se tratalaacuestion de si los Estados Unidos deben óno reconocer la independencia de Cuba ó labeligerancia de los insurrectos, resolviendoesa cuestion negativamente, de tal maneraque hasta de la famosa doctrina .de Monroesaca partido el ilustrado autor de dicho fó-lleto para combatir, con energía a los simpa-tizadores de esa b{zeanal de incendiarios, la-drones y asesinos que se ha pretendido hacerpasar por revolucion política. EL.'MoRO MU-zA hablará mas detenidamente del importan-te folleto indicado.

LA PROPAGANDA POLITICA. —Este título que.sin saber por qué, nos huele á estafa, eorres-poncle á .nua publicacion que inaugur n loslaborantes de Nueva Orleans.' En• esa- publicacion se hace un llamamiento

a los cubanós que quieran trabajar por la in-dependencia de este país, siguiendo distintorumbo que ei que han tomado los Céspedesy Aldamas. Es decir, se aconseja la modera-cion, y por lo tanto, se condena cuanto hastahoy han sugerido las pasiones salvajes á losautores y ejecutores de la guerra de fuego yexterminio.

¿Quiere decir eso que hay anti-españolesdotados de generosos sentimientos? No. Esoquiere decir que los laborantes, viendo lo malque les ha probado'-eI•echarla por la trèmen-da, piensan apelar la dulzura, para ver sicon ella son mas afortunados, y yo Lligo aesos pobres laborantes: .,

Acabo de conoceros:

Dejais'atras ú los bobos,.

• Cuando pretendeis hacero9'

Lobos con piel de corderos,

Sin ser corderos ni lobos.

Dejad pues, la piel fatalQue os vale tanto desden;

Poique esa piel, voto á tal,Si :í un lobo le viene bien,A un burro le viene mal.

Ya sabeis, lectores, que el batallon 19 (leLigeros, bajo el patrocinio de nuestras Au-toridades, dará mañana por la tarde una cor-'ri'da de toros en el redondel de Belascoain,a. beneficio de los hijos de Castañon. ¡A Be-.laseòajn muchachos! ¡A Belascoain! Mirad-qule la fumejo« es buena y tiene un objetosàiito; mirad que las personas -que han chis-puesto esa ,fúucion y las, que la patrocinanmerecen nuestro mayor. aprecio; -

Y¡e sto(li1ójAoslodio,;',11,uy,j.usto será que al fin,

Repitais todos conmigo:

¡Vamos :í Belascoain!

En. enanto á bailes, habrá uno grande (letrij 's. ,hoy sábado por la noche en el Hotelde 'Salita Isabel, plaza de Armas, y dos idealeii Taéon, en los Bias domingo y mártes deCarnaval;

Conque; si aquellos que tienen .

.'Bravas ganas de bailar,

No logran satisfacerlas,Seia porque no querrán.

¡Al baile la buena gente,

Pues nos convida ti gozar' El carnaval, que está encina,

Y...... no siempre es Carnaval!

»^'fl .5TA Em. Tei , (HINr• o 2u.

4