n.t. wright- pablo y el rompecabezas de la libertad

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  • 7/21/2019 N.T. Wright- Pablo y El Rompecabezas de La Libertad

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    Pablo y el rompecabezas de la libertadSalmo 119:41-48; Glatas 5:13-18

    Sermn en el culto matinal, Iglesia Presbiteriana Central, Park Avenue,

    Nueva York. N. T. Wright, St. Andrews

    Gracias por su invitacin y bienvenida. Es muy bueno estar aqu de

    nuevo y compartir su culto. Confieso que despus de haber elegido

    el tema para el sermn de esta maana, y por tanto tambin para el

    servicio, tuve algunas dudas, qu extravagante venir a la ciudad

    que ostenta la Estatua de la Libertad y atreverse a predicar sobre la

    libertad! Si ustedes no saben qu es la libertad, entonces quin?

    Uno podra tambin visitar Nashville y hablarles sobre msica

    que, pensndolo bien, es lo que tontamente hice hace un par deaos. O visitar St. Andrews y decirles cmo jugar al golf

    Y sin embargo la libertad sigue siendo un misterio. Se sabe que

    Bob Dylan dijo que l apenas poda escuchar la palabra sin

    preguntarse qu significa. Y si se trata de la Estatua de la Libertad,

    esa es una idea vieja: cuando los enemigos de Cicern demolieron

    su casa, sus amigos pusieron en ese lugar una estatua de la Libertad.

    Y cuando la Repblica Romana, que era lo que l llamaba libertad,

    gir hacia una dictadura, el nuevo rgimen simplemente tom eltrmino y sigui adelante. Ahora la libertad es as! Eso es lo que

    los imperios siempre dicen. Esto apunta, a nivel poltico, al

    rompecabezas que aflige a la libertad en todo nivel. Qu significa?

    Mi primer punto es, por tanto, el rompecabezas de la libertad.

    Llvenlo a un nivel cotidiano. Son ustedes libres de conducir

    hacia el norte por la Quinta Avenida, o hacia el sur por la avenida

    Madison? Bueno, en cierto sentido s lo son, pero si lo intentan se

    harn un lo con las libertades de varias otras personas, y pronto

    tambin con de la ustedes. Ese es un equivalente cotidiano del bien

    conocido refrn que dice que la libertad de tu puo termina donde

    empieza la libertad de mi nariz. O tomen otro ejemplo. Son libres

    para escoger en qu trabajan? En cierto sentido s lo son, pero

    incluso en esta tierra de oportunidades hay muchos a quienes les

    encantara la libertad de un trabajo cualquiera que sea. Para muchos,

    la semi-esclavitud de un trabajo mecnico y agotador les da mucha

    ms libertad de la que tendran si no tuvieran ningn trabajo y

    fueran, en ese sentido, libres todo el da.

    Demos un paso ms. Todos nosotros creemos que la libertad es

    un valor cristiano. Pero qu significa? Soy libre en Cristo para

    hacer cualquier cosa que se me ocurra? Seguramente no. Y si

    aceptara la visin de la santidad como debiera, soy realmente librepara ser santo? Qu pasa cuando encuentro la poderosa atraccin

    del pecado entrando en m una vez ms? Soy libre para resistir? Si

    lo soy es porque el Espritu Santo me permite hacer lo correcto, en

    cuyo caso, de verdad estoy siendo libre o soy simplemente un ttere

    manejado por el Espritu?

    Muchas personas sin formacin en filosofa hacen preguntas

    similares. Realmente tengo libre albedro? Suponiendo que todos

    mis pensamientos y acciones son programados por una redprofunda y compleja de informacin gentica, ms la crianza y la

    educacin? Incluso cuando creo que elijo libremente, mi eleccin

    fue, de hecho, completamente condicionada? Es el libre albedro

    slo una ilusin? Y, si es as, qu pasa con la idea de la

    responsabilidad? As, sabemos realmente lo que significa ser libre,

    como cristianos o simplemente como seres humanos?

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    Y qu significa "libertad" en el escenario mundial? Hace un par

    de aos todos estbamos entusiasmados con la llamada Primavera

    rabe. Vimos a los pases del norte de frica deshacerse de

    dictadores de mano dura y avanzar hacia un futuro ms abierto.

    Muchas personas en Occidente asumieron, como lo hemos hecho en

    otras partes, que todo lo que hay que hacer es deshacerse de los

    tiranos y aparecer la libertad. Esa es la narrativa que conocemos.

    Es, sobre todo, la narrativa en la que naci esta gran nacin; pero

    es una talla nica para todos? Pensamos que Siria sera la prxima,

    pero ahora resulta que algunos de los rebeldes son en realidad parte

    de Al-Qaeda; y entre nuestros aliados ms cercanos en la regin

    estn algunas de las tiranas ms opresivas. Nos alegramos cuando

    cay el Muro de Berln hace un cuarto de siglo, pero la libertad

    que le ha seguido (por decirlo suavemente) no ha sido sencilla. As

    tambin con el frica post-colonial. Como la gente dice a veces, no

    se puede comer libertad. Qu debemos pensar cuando ayudamos a

    la gente a obtener la libertad para votar y luego la gran mayora de

    vota por algo que nos parece una nueva forma de tirana o incluso

    esclavitud? Qu debe pensar un cristiano acerca de eso? La libertad

    es mucho ms compleja de lo que parece.

    As, mi segundo punto: qu dice la Biblia acerca de la libertad?

    El lugar obvio para comenzar es el xodo. Muchos de ustedes tienen

    amigos y vecinos judos que celebraron la Pascua hace unas

    semanas. La Pascua es el festival de la libertad por excelencia.

    Recuerda la vez en que Dios descendi a Egipto y rescat a su

    pueblo de la esclavitud. Muchas veces desde entonces los hijos de

    Israel han sido esclavizados, pero la Pascua anual declara su

    creencia de que son el pueblo libre de Dios, y que un da sern de

    nuevo verdaderamente libres. El Dios de Abraham, de Isaac y de

    Jacob es el Dios que ama la libertad, el Dios que rescata a los

    esclavos y los hace sus hijos y herederos. No es casualidad que

    cuando Jess de Nazaret llev su obra del reino a su impactante

    clmax haya elegido la poca de la Pascua, la semana de la libertad,

    el momento en que todo Israel estaba celebrando lo que Dios haba

    hecho, y orando por lo que Dios hara. Y el mensaje de Pascua es, en

    particular, el mensaje de que lo que l por fin ha hecho. Por la

    libertad el Mesas nos ha hecho libres, declar San Pablo.

    El problema con el xodo, por supuesto, es que se puede sacar a

    Israel de Egipto pero es mucho ms difcil sacar a Egipto de Israel.

    Tan pronto como atraviesan el Mar Rojo, el pueblo se queja porque

    no tiene suficiente para comer y beber. Eso establece el patrn para

    los siguientes cuarenta aos: hay slo un pequeo paso de la

    gratitud a la queja, y la gente intercambia con gusto la libertad por la

    comida, y todo tipo de otras cosas tambin. Y Pablo, tanto enRomanos como en Glatas, est pensando exactamente en lo mismo.

    En Romanos 6, 7 y 8 cuenta la historia de estar en Cristo como la

    historia del nuevo xodo. Y, en el punto crtico, en el captulo 8

    versculos 12-16, dice, en efecto, que el punto de la libertad es no

    volver a Egipto de nuevo. No habis recibido el espritu de

    esclavitud, dice, para volver a caer en el miedo; habis recibido el

    espritu de adopcin como hijos. Una cosa es dejar de ser un

    esclavo, otra muy distinta es aprender a ser un hijo, un hijo maduro

    de Dios. Por eso, cuando l ayuda a los Corintios a sopesar el mismo

    punto, est de acuerdo con su radical lema de libertad: Todas las

    cosas me son lcitas! S, tal vez, dice Pablo, pero no todas las cosas

    son tiles. Todas las cosas pueden ser legales en un sentido, pero no

    todas las cosas te edifican, no todas te hacen un ser humano fuerte y

    maduro en la vida y en el servicio del Mesas. Este es un punto de la

    iglesia de hoy ha olvidado por completo, ya que nuestra nocin

    moderna occidental de la libertad, que debe ms a la Ilustracin

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    que a la Escritura, se mete dentro de la imaginacin supuestamente

    cristiana.

    Como dijo Pablo en la lectura de hoy de Glatas 5: habis sido

    llamados a la libertad, pero no usen su libertad como un pretexto

    para la carne. Ms bien, sean esclavos en amor el uno del otro. Aquest la paradoja paulina: para ser libres, aprendan a ser un esclavo!

    Recuerden que la mayora de las cosas que Pablo llama las obras de

    la carne, cosas como la amargura, la hechicera y el odio podran

    fcilmente ser practicadas por un espritu sin cuerpo. Pablo no est

    en contra de las cosas porque tengan que ver con el cuerpo.

    Entonces, qu quiere decir cuando dice que debemos ser esclavos

    en amor el uno del otro? Aqu est el rompecabezas, la paradoja.

    Todas las libertades generan nuevas formas de esclavitud. Si usted

    usa su libertad para sumergirse en la destructiva vida de la ira,la envidia, la malicia y la inmoralidad sexual, esas cosas lo

    esclavizarn: crearn hbitos de la mente y la imaginacin mucho

    ms poderosos que los hbitos del cuerpo. La alternativa es

    aprender la virtud cristiana central, que es el amor, y el amor

    significa esclavizarse uno mismo a los dems de una forma

    totalmente nueva, haciendo de sus necesidades tus prioridades y de

    sus penas tu preocupacin. Otra cita de Dylan: Debes servir a

    alguien puede ser el diablo, o puede ser el Seor, pero debes

    servir a alguien.

    Ahora en este punto Pablo aade ms lea al fuego paradjico. En

    el mismo momento en que nos impulsa a la libertad, declara que

    hemos de cumplir la ley! Toda la ley, como Jess haba dicho, se

    resume en un solo mandamiento: Amar a tu prjimo como a ti

    mismo. Ahora bien, Pablo ha pasado los tres captulos anteriores de

    Glatas diciendo que como cristianos no estamos sujetos a la Ley

    de Moiss. Est exhortando a sus conversos ex-paganos de que no

    tienen que ser fsicamente judos, no tienen que someterse a la

    circuncisin para pertenecer al pueblo del Mesas. No, dice l: la Ley

    de Moiss fue dada para un propsito especfico y un tiempo

    especfico y, ahora que el Mesas ha venido, la promesa original a

    Abraham ha sido cumplida, con personas de cada familia de la tierra

    siendo bienvenidas a pertenecer al pueblo de Dios en base

    solamente a la fe. De hecho, l ve a la ley de Moiss como un poder

    en s mismo esclavizador, porque dej a los gentiles fuera del pueblo

    de Dios y encerr a los judos en la prisin de su propio pecado. La

    Ley era incapaz de cumplir las promesas de Dios de libertad y vida.

    Esto es lo que ha hecho imaginar a generaciones de cristianos que la

    libertad cristiana es de alguna manera el polo opuesto de la ley. Y

    eso se ha coludido con la filosofa posterior a la Ilustracin para

    generar las confusiones de hoy.

    Pero, de hecho, la ley mosaica era la ley santa, justa y buena de

    Dios, y su mandamiento central de amar a tu prjimo como a ti

    mismo es precisamente donde uno termina como resultado del

    evangelio. Pablo dice al principio de la carta: el Hijo de Dios me am

    y se entreg a s mismo por m. Cuando, por causa del evangelio,

    las personas aprenden la regla del amor, la Ley observa y se deleita.

    Esto es lo que tena en mente todo el tiempo. Este es el punto donde

    Pablo concuerda exactamente con la notable promesa en el Salmo

    119, que hemos ledo antes: andar en libertad, porque he buscado

    tus mandamientos.

    Ah est la paradoja de la libertad cristiana. Nosotros pensamos

    en la libertad como no tener que hacer lo que nadie me dice. Yo

    puedo hacer lo que quiera. Muchas personas han declarado, en los

    ltimos doscientos aos de nuestra cultura, que aferrarse a reglas

    de cualquier tipo es no-paulino, no-cristiano, y en cualquier caso

    inmaduro y deshumanizante. Debemos ser capaces de vivir de

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    manera espontnea, ser autnticos, ser fieles a nosotros mismos, no

    ajustarnos a lo que alguien ms, ni siquiera Dios, pueda querer decir

    que coarte nuestro estilo y nos aplaste en una estrecha conformidad.

    Esa retrica de la libertad est por todas partes, en particular en

    Hollywood; penetra en los debates actuales sobre cuestiones morales

    clave y tambin en la retrica poltica, lo que nos hace imaginar quemientras la gente sea libre, por lo que entendemos que puedan

    votar en elecciones de vez en cuando y hacer lo que quieran en su

    vidas privadas, entonces todo debera ponerse en orden. Un vistazo

    al azar a la Historia corrige eso pronto, pero aun as es lo que

    muchos piensan.

    Y la respuesta cristiana es tambin la respuesta de sentido comn.

    Para volver a la circulacin del trfico por un momento: si quiere ser

    libre para conducir desde aqu hasta Soho o Battery, har bien enobedecer el reglamento local que dice que una calle va hacia la parte

    alta y la siguiente a la parte baja de la ciudad. O si usted est en un

    camino rural, la manera de ser libre para conducir con seguridad y

    fcilmente a su destino es apegarse al lado correcto de la carretera. Si

    no hay reglas, si no hay leyes sobre todo esto, nadie tendra libertad;

    todos tendramos que conducir a cinco kilmetros por hora

    zigzagueando lo mejor posible nuestro camino a travs del caos. Una

    buena legislacin nos hace libres; y la verdadera libertad es el

    cumplimiento de la ley de Dios. Eso es lo que Pablo dice acerca de la

    ley del amor.

    Y as mi tercer punto: que el rompecabezas de la libertad se

    resuelve en la lgica del amor y el desafo de la creatividad. La vida

    no es un juego de suma cero en el que, o yo te hago algo o t me lo

    haces a m. No es as como funciona el amor. Uno de los placeres de

    mi vida en estos ltimos siete aos ha sido tener nietos. Por ejemplo,

    mi nieta mayor. Tenemos una gran relacin, y le da una nueva

    dimensin al amor, y una nueva reflexin de la libertad. Cuando

    ustedes aman a alguien, eso los hace libres de ser ellos mismos de

    una manera nueva, mientras que al mismo tiempo les impone

    considerables restricciones. Del mismo modo, ser amado por una

    dulce aunque traviesa nia de siete aos de edad me hace una

    persona diferente, me libera para ser esa persona diferente, mientrasque al mismo tiempo impone restricciones y establece lmites. Si

    viviera en una casa completamente solo y nunca viniera nadie a

    quedarse, en un sentido sera totalmente libre; pero elijo feliz la

    libertad diferente que viene a travs de las relaciones, a travs del

    amor, que me ha liberado de una manera muy diferente. El ejemplo

    supremo de esto es, por supuesto, el matrimonio mismo, que es una

    de las muchas razones por las que es tan importante y, a menudo,

    tan difcil. El matrimonio simultneamente nos da la libertad

    gloriosa de ser nosotros mismos en una forma totalmente nueva e

    impone enormes restricciones.

    Si lo que queramos decir con libertad era simplemente la

    libertad aleatoria de una partcula subatmica zumbando por ah,

    haciendo nuestras cosas en todas direcciones, cualquier relacin

    humana real y vivificante pronto nos desengaa de esa nocin. Y lo

    que descubrimos en el corazn de la libertad cristiana es que el amor

    de Dios mismo, derramado en la muerte de Jess, el Mesas,

    al mismo tiempo nos hace totalmente libres, nos da la sensacin

    gloriosa de nueva vida abrindose ante nosotros, e impone enormes

    restricciones. En el evangelio, Dios nos sigue sonriendo hasta que, a

    pesar de nuestro miedo y mal humor, nos encontramos

    devolvindole la sonrisa. Y una vez que aprendemos a devolverle la

    sonrisa a Dios somos libres (s, gratis!) para amarnos unos a otros, y

    al hacerlo descubrir que la paradoja contina: nos volvemos ms

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    verdaderamente humanos, ms genuinamente libres, cuando nos

    entregamos a nosotros mismos.

    Esa, creo, es la clave de una nueva forma de mirar el mundo, y

    tal vez a la libertad misma. Hay un viejo refrn que dice

    que la libertad es sentirse tranquilo en tu propio arns, lo quesiempre suena un poco cnico, como diciendo que todos tenemos

    nuestros arneses y lo mejor que podemos hacer es aprender a

    disfrutar de ellos. Sin duda hay una cruda sabidura all tambin.

    Pero eso no quiere decir que sea el final. Los seres humanos estn

    hechos para un propsito. Slo cuando encontremos y sigamos ese

    propsito seremos libres. Y no va a ser la libertad aleatoria de

    correr sin rumbo haciendo cosas diversas pero sin sentido. Ese es el

    principio que subyace a gran parte de la sociedad occidental. La

    gente es libre para perder el tiempo, el dinero y la vida misma encosas que no son ni tiles, ni hermosas ni alegres. La libertad

    cristiana es radicalmente diferente. El evangelio nos hace libres para

    amar, para vivir para la gloria de Dios, para ser administradores

    sabios de su creacin y agentes sabios de su nueva creacin. Y en

    este punto la libertad humana y la habilitacin divina

    misteriosamente se unen. C. S. Lewis, describiendo su conversin,

    dijo que en un sentido no tuvo eleccin. Dios se acerc a l y lo nico

    que poda hacer era rendirse. Sin embargo, en otro sentido, dijo que

    era la cosa ms libre que jams haba hecho. Sospecho que ese

    principio funciona a lo largo de todo el camino. Es parte de la lgica

    del amor, que es decir que es parte de la forma en que opera el

    Espritu Santo.

    Pero si sois guiados por el Espritu, declara Pablo en Glatas 5,

    no estis bajo la ley. No quiere decir que uno se convierte en sin ley,

    como explica con ms detalle en otro lugar. Quiere decir que no

    estamos bajo la ley de Moiss, que necesariamente atrap a sus

    adherentes en la espiral descendente de su propio pecado sin

    redimir. Y con la libertad del pecado, de la ley y de la muerte que

    trae el evangelio llega un tipo diferente de libertad: la libertad para.

    Este es un punto tremendamente importante, y me temo que a

    muchos cristianos se les escapa por completo.

    Libertad es una de esas grandes palabras, como justicia o

    belleza, que todo el mundo afirma pero nadie realmente entiende.

    Todos le decimos S a ella en principio, pero la encontramos difcil o

    imposible en la prctica: personal, social, poltica, teolgicamente.

    Sugiero que esto se debe a que todos estamos configurados para

    mirar adelante a la nueva creacin de Dios, el mundo todava por

    ser, el mundo para el que fuimos creados. Slo en ese mundo, que ya

    fue puesto en marcha cuando Jess resucit de entre los muertos, se

    encuentra la verdadera libertad. Slo all las paradojas estnresueltas. Jean-Jacques Rousseau se equivoc completamente

    cuando dijo que el hombre naci libre y, sin embargo, en todas

    partes estaba en cadenas. No nacemos libres. Nacemos en las

    mltiples esclavitudes del pecado y de la muerte, sujetos al gobierno

    de los diversos poderes o fuerzas que se enseorean del mundo

    de Dios. Pero hemos nacido para la libertad. Nos aferramos a ella,

    sabiendo que es nuestro destino, y sin embargo nos elude porque

    queremos el tipo equivocado de libertad para el tipo equivocado de

    propsito. Somos, en eso, como Moiss matando al egipcio;

    queremos la solucin rpida y fcil. l tuvo que aprender la

    paciencia, y nosotros tambin. Un da, en el tiempo de Dios,

    se establecer la nueva creacin y nosotros seremos levantados de

    entre los muertos para compartir gloriosamente, y con total libertad,

    el trabajo de hacer que la nueva creacin ocurra y florezca. Y la

    Pascua ya ha comenzado ese proyecto.

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    Pero en este punto viene la gran pregunta. Alguien podra decir:

    as que, al final, todos vamos a ser slo robots? Si Dios estar

    actuando en nosotros y a travs de nosotros, slo seremos

    autmatas? No. Cuando Dios nos ofrece libertad, realmente significa

    eso. Somos libres, ahora por medio del evangelio y del Espritu, y

    por ltimo en la resurreccin, para ser verdaderamente nosotrosmismos. Esa es la verdad que es parodiada por el mantra

    egocntrico de hoy: descubrir quin soy realmente. No: si estamos

    en el Mesas, habitados por el Espritu, hay en efecto un verdadero

    yo, un verdadero t, y en la resurreccin por fin sers ese

    verdadero t, nico, significativamente diferente de todos los

    dems, y sin embargo vinculado a todos los dems a travs de la

    esclavitud gloriosa del mutuo amor. Esa ser la verdadera libertad.

    Entonces, y slo entonces, podremos adecuadamente pensar qu

    hacer con ella.

    El verdadero usted, como ver, est diseado para ser creativo.

    La mente cristiana no es simplemente una computadora diseada

    para procesar las verdades del Evangelio, convertirlas en

    imperativos morales e instruir a la voluntad para llevarlos a cabo. El

    cristiano ha de reflejar la imagen de Dios, dice Pablo en Colosenses

    3; y la imagen es precisamente la imagen del Creador. Hemos de ser

    pro-creadores. Usamos esa palabra para el ser padres; y la crianza

    de los hijos, y de hecho los abuelos, es una metfora de lo que todos

    estamos llamados a ser y hacer: traer cosas nuevas, nueva vida,

    formas diferentes de ver el mundo. O bien, en esa esplndida frase

    en Efesios 2:10, somos la obra de arte de Dios. La palabra en griego

    espoima, la palabra de la cual obtenemos poema. Somos la poesa

    de Dios, y, dice Pablo, somos creados en el Mesas Jess para las

    buenas obras que Dios prepar de antemano. No slo las buenas

    obras morales. Eso es slo el comienzo. Eso es slo el aprendizaje de

    la gramtica del amor. La santidad cristiana no es un fin en s

    mismo, aunque por desgracia muchos ni siquiera llegan tan lejos.

    Del mismo modo que la regla de que se conduce por la derecha es la

    puerta de entrada a ser capaz de conducir adonde uno desee ir, la

    santidad cristiana es la puerta de entrada a una vida de servicio libre

    y gustoso caracterizado no slo por ser libres del pecado y de lamuerte, sino por la libertad de las cosas nuevas que slo nosotros,

    con nuestros genes y nuestra formacin en particular, podemos

    llevar a cabo en el mundo de Dios. Es por eso que el pecado

    esclaviza: no slo te complica en el lugar donde ests, evita incluso

    que llegues al principio de las nuevas y creativas cosas que Dios

    quiere hacer a travs tuyo. Dios es, despus de todo, el creador libre

    y exuberante. Hizo jirafas y gallinas, robles y mariposas, la salida del

    sol y la salida de la luna, la msica de una cascada y la sonrisa que

    ilumina el rostro de un beb. Nosotros estamos para reflejar la

    imagen de este Dios. Se nos ha dado nuestra libertad como cristianos

    para que podamos ayudar a llenar el mundo de Dios con nuevas

    obras de arte, ya se trate de lo que nosotros llamamos arte,

    msica, pintura, danza o lo que sea, o el arte ms grande que a

    travs del amor y el servicio aporta color, vida y esperanza al mundo

    de Dios, que trae signos de Nueva Creacin, arraigados en la

    resurreccin de Jess y energizados por su Espritu, al mundo que

    todava gime con dolores de parto.

    Ahora bien: precisamente porque esto es parte de la libertad de

    ser autnticamente humanos, no sucede solo. Tenemos que pensar

    en ello, descubrir, como Pablo dice una y otra vez, cules puedan ser

    nuestros dones y vocacin en particular, siempre recordando que

    toda vocacin cristiana se caracteriza por el amor desinteresado.

    Anhelo el da en que las mltiples vocaciones dentro del cuerpo del

    Mesas sean ms celebradas, cuando a todos se les anime a despertar

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    los dones particulares que se les han dado y a usarlos con gusto y, s,

    libremente. Lo que parece una paradoja cuando se la construye de la

    forma en que nuestra cultura lo hace, en realidad resulta ser una de

    las facetas de la gloriosa verdad del evangelio en s: que en el poder

    del Espritu somos totalmente dependientes de Dios y, sin embargo,

    totalmente libre de ser nosotros mismos. Si Dios quiere que seamoscreativos, nunca estamos ms en el centro de su voluntad, nunca

    estamos reflejando ms su imagen, que cuando le sorprendemos con

    nuevos planes y proyectos. El Espritu nos hace libres, y parte de esa

    libertad dada por el Espritu es para pensar en cosas nuevas y

    hermosas para hacer, y hacerlas por amor a Dios y a todos sus hijos.

    Si tan slo pudiramos empezar a vislumbrar todo esto, sospecho

    que tendramos algo importante que decir y pensar, tambin, acerca

    de la forma en que usamos la palabra libertad en nuestro discurso

    poltico. La Ilustracin, con el propio Rousseau, Voltaire y Jefferson a

    la cabeza, nos dio una parodia de la historia del xodo: hemos sido

    esclavizados, y ahora vamos a ser libres! Pero, como los israelitasdescubrieron, la libertad no es tan fcil. Trae nuevos desafos, y el

    mundo occidental ha fracasado una y otra vez en llegar a la tierra

    prometida, la utopa moderna secular. Tal vez es hora de que los

    cristianos en el mundo occidental articulen una forma diferente de

    libertad. No es simplemente una cuestin de derrocar a los tiranos

    y dar a todos el derecho a voto. Hay otras cuestiones que tambin

    hay que abordar, econmicas, ecolgicas, sociales y de hecho

    religiosas y teolgicas. Selelas y estar buscando problemas, y

    problemas es lo que hemos tenido. Y parte de la forma en que se

    abordarn estos temas es precisamente a travs de los artistas y

    msicos, actores y bailarines, novelistas y dramaturgos cristianos,

    vislumbrando la visin del nuevo mundo de Dios y comunicando

    creativamente la tensin entre ese mundo y el que actualmente

    vivimos.

    El ejercicio de la libertad cristiana podra, por tanto, dar lugar a la

    articulacin de un nuevo ideal de libertad que pueda salir al mundo

    exterior y darnos las dos cosas que tanto necesitamos. La cultura de

    la modernidad secular se ha paralizado frente a la crtica

    posmoderna, que toma la forma intelectual de deconstruccin y la

    forma prctica de terrorismo. No sabemos qu hacer con ninguna de

    ellas. Necesitamos humildad y necesitamos esperanza. Humildad

    para darnos cuenta de que nuestros tan cacareados ideales

    occidentales de libertad de hecho han esclavizado a millones de

    personas, al igual que los romanos amantes de la libertad hicieron

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    hace dos mil aos. Esperanza para darnos cuenta de que hay otras

    formas de avanzar: no tenemos que seguir con ms de lo mismo,

    imaginando que unas cuantas bombas bien ubicadas traern por fin

    la libertad mundial. La humildad que se niega a aferrarse a mi

    libertad, como si no estuviera ligada a todos los dems. La

    esperanza que utiliza la libertad cristiana en el presente paraapuntar hacia adelante, de manera bella, artstica, creativa, prctica,

    al nuevo mundo que ha de ser, cuando Dios ser todo en todos, y en

    l todo ser libre. La esperanza, por ltimo, que redescubre la

    libertad de Dios mismo, y la libertad que, arraigada en su amor, es

    libre de amar a su vez. El gran tema de la libertad cristiana, puesto

    en marcha en el evangelio mismo y articulado por primera vez por

    San Pablo, est ah afuera, esperando que la captemos, para vivirla,para traerla al mundo que la necesita desesperadamente.