CINCO FORMAS PARA CELEBRAR El mes de noviembrePor Ma. del Socorro Pérez Pérez, fsp

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1° de noviembre: DÍA DE TODOS LOS SANTOS

En este día se recuerda a todos aquellos que por su ejemplo de vida y su grande amor a Dios han llegado a escalar los niveles de la santidad a la que Jesucristo invita a sus seguidores en el Evangelio cuando dice: “Sean perfectos como su Padre Celestial es perfecto” ( Mt 5, 48) y san Pablo así mismo exhorta a la comunidad de creyentes de Tesalónica a vivir en santidad: “La voluntad de Dios es que sean santos, que se abstengan del pecado carnal, que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto” (I Tes 4, 3-4).

Todos estamos invitados a celebrar a los hombres y mujeres que gozan de la presencia de Dios y viven con el Santo de los santos. Al inicio de la larga lista de santos que han recibido la corona de santidad, se encuentra la Santísima Virgen María, la Reina de todos los santos; después le siguen los apóstoles y mártires que vivieron y entregaron completamente su vida a Dios desde el inicio de la humanidad hasta nuestros tiempos.

Los que hemos recibido el bautismo, también hemos recibido la gracia santificante, es decir, los dones sobrenaturales que sólo Dios puede otorgar a quienes llama para ser hijos suyos y darles la salvación eterna. Esta gracia santificante nos hace ser semejantes a Dios y por eso queda de nuestra parte trabajar interiormente para llegar a ser lo más semejantes a nuestro Creador.

Si Dios nos ha hecho hijos suyos y nos ha santificado con su gracia en el bautismo y en los demás sacramentos, esto es más que motivo y ocasión para celebrar el llamado a la santidad que Dios nos hace y el grado de santidad que llevamos. Santifiquemos el Nombre de Dios con nuestra forma de vivir y de servir a Dios y a nuestros semejantes.

2° de noviembre:DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS

En todo el mundo hay un día dedicado a honrar la memoria de los seres queridos que han pasado a mejor vida en la eternidad, pero en pocos países se dedica tanto fervor y folklore para celebrar esta fiesta de los Fieles Difuntos como en México. La celebración en este país es más que una festividad de origen cristiano es una mezcla de las dos culturas que dieron origen al México actual: la prehispánica y española. De la prehispánica rescata la tradición de dar culto a sus muertos, y de la española con la religión católica, el pedir e interceder por aquellos que ya están en la presencia de Dios recibiendo el premio eterno.

La celebración de los fieles difuntos (Día de muertos) prácticamente inicia varias semanas antes con la producción de panes y comidas especiales que se pondrán en el altar de las ofrendas dedicadas a los que han muerto; así desde principios de octubre en las panaderías de México se pueden encontrar el famoso “pan de muerto”, que simboliza el esqueleto u osamenta del difunto y que será parte de las ofrendas y viandas para los “muertitos” que llegarán a visitar los altares el día dedicado a ellos.

La celebración del día de los muertos se ha convertido para la mayoría de los mexicanos en un tiempo de fiesta y espacio de convivencia entre vivos y difuntos, ya que además de preparar en cada casa el altar dedicado a ellos, en los cementerios se dan cita casi todos para visitar las tumbas de los difuntos, tanto familiares como amistades. A pesar de la gran influencia del Halloween por la cercanía con los Estados Unidos de Norteamerica, la población mexicana continúa dando prioridad al día de muertos y celebra en grande esta ocasión hasta en los mismos panteones para convivir con los restos de sus familiares que yacen en las tumbas. Las flores, los rezos, la música y la comida son algunos de los elementos que no faltan en esta celebración.

Aprovechemos la oportunidad que nos brida la Iglesia en la liturgia de celebrar y recordar a todos los seres queridos que ya nos han precedido a la vida eterna.

5 de noviembre: ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN EN BOSTON DE LA PRIMERA OFICINA POSTAL DE AMÉRICA EL AÑO 1639.

Qué distante está la época en que solíamos escribir de nuestro puño y letra las cartas de todo tipo, pero en especial las dirigidas a nuestros seres queridos lejanos y distantes para hacerles saber y sentir cuánto los extrañábamos y amábamos. Pero de pronto apareció el espacio virtual y poco a poco fuimos adoptando y adaptándonos a una nueva forma de comunicarnos por escrito en manera digital y cibernética. Pero a pesar de que pareciera que ya nadie escribe cartas ni utiliza el servicio postal, aún existen muchas poblaciones en las que este medio sigue

siendo de primera importancia para hacer llegar y expedir noticias buenas y otras menos buenas, por lo que sigue siendo aún en nuestro tiempo un servicio indispensable para acercar a individuos, familias, pueblos y naciones.

Celebremos con alegría y gratitud este día y para no olvidarnos de cómo escribir una carta usando papel, tinta y nuestras manos para enviar un mensaje de paz, amor y esperanza a alguna persona que hace tiempo no le hablamos ni estamos en contacto.

Felicidades a quien aún sigue utilizando este medio de comunicación y este servicio postal en nuestros países.

16 de noviembre: DÍA INTERNACIONAL DE LA TOLERANCIA

Definitivamente es un grande acierto el haber designado al menos un día para celebrar Internacionalmente la Tolerancia, porque aunque parece increíble, la humanidad no hemos aprendido ni conquistado y mucho menos ejercitado esta virtud. Sí, digo virtud porque la tolerancia resulta del hábito y costumbre de aceptar las diferencias de pensamiento, apariencia y cultura del resto de nuestros semejantes, que como cada uno de nosotros, tienen también diversidad de costumbres, entornos y corrientes de pensamiento diversas a las nuestras.

La tolerancia se aprende y se practica desde el seno materno y se consolida a lo largo y ancho de nuestro proceso de formación y educación, que depende en gran medida de las costumbres y valores que se vivan en la familia y en el ambiente social en que nos desarrollemos. Ciertamente quien de verdad profesa la fe cristiana se ve

prácticamente obligado a ejercitar la tolerancia y la paciencia. Con mucha razón dice Santa Teresa de Ávila: “La paciencia todo lo alcanza”; y el apóstol San Pablo dice a los Efesios 4, 2. 32: “Sean humildes, amables, comprensivos y sopórtense unos a otros con amor. Más bien sean buenos y comprensivos unos con otros, perdonándose mutuamente, como Dios los perdonó en Cristo”; y a los Colosenses 3,12-14: “Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección”.

Celebremos el día de la Tolerancia practicándola con las personas que nos encontremos durante la jornada, recordando que es más noble y de mayor calidad humana quien trata a los demás con paciencia y caridad, lo cual equivale a cumplir el mandamiento divino de Jesús: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mc 12, 31).

22 de noviembre:

DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS

Debo confesar que aún no he encontrado la explicación convincente para que esta celebración tan importante para toda la población de los Estados Unidos de Norteamérica no haya sido adoptada por los habitantes de la República Mexicana como ha sucedido con otras fiestas y personajes como el Halloween, Santa Claus y algunos más. Mi asombro se debe a que México, siendo un país de mayoría católica (al menos eso dice el último censo de población en el 2010) no haya acogido esta fiesta para agradecer a Dios por tantos beneficios recibidos tanto a nivel material como espiritual, porque aunque hay mucho qué lamentar y corregir, es más lo que hay que agradecer y reconocer como dones de Dios para sus hijos e hijas.

Con desagrado he escuchado a algunas personas decir que ese día es “el día del pavo”, como si el personaje central de la acción de gracias sea ese pobre animalito destinado a satisfacer el apetito de los comensales agradecidos y los desagradecidos, y no el hecho de haber sido bendecidos por Dios cada día del año con la vida, los alimentos llegados a la mesa aunque con esfuerzo y el trabajo realizados, con el cariño y afecto de las personas que nos quieren bien, con la presencia de los familiares, amigos y compañeros que caminaron junto a nosotros y lucharon como nosotros por salir adelante y superar las dificultades de todo tipo.

¡Hay tanto de qué agradecer! Y nos quedamos estancados en los momentos desagradables vividos. Olvidamos que es más el bien recibido que el mal encontrado; y aún las cosas desagradables nos ayudan a ser mejores personas si sabemos aprender de los errores y penas que pasamos.

Los invito a unirnos en este día especial y maravilloso para los norteamericanos a fin de agradecer al Dios de la vida y de la historia por tantos dones y regalos recibidos en nuestra vida. Celebremos con ellos el Día de Acción de gracias aunque no haya en nuestra mesa un pavo, sino simplemente una flor o una vela encendida para unirnos en oración de gratitud.

¡HAPPY THANKS GIVEN!

25. de noviembre:

JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

No estaría completo nuestro mes de celebraciones y festividades sin festejar la Majestad y Señorío de Jesucristo Rey del Universo. Muy acertadamente la Iglesia ha establecido esta celebración para finalizar el año litúrgico iniciado el año anterior con el advenimiento y nacimiento del Hijo de Dios.

La fiesta de Cristo Rey nos recuerda que sobre todo ser terrestre, celeste y extraterrestre, Cristo Jesús reina y guía no sólo a la tierra y el cielo, sino a todo el universo que podamos descubrir y aún el oculto a nuestros ojos e inteligencia.

El motivo para celebrar el reinado del Hijo de Dios es porque su Reino no es al estilo de los reinos de este mundo, como Él mismo se lo clarificó a Poncio Pilato: “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis seguidores habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero no, mi Reino no es de aquí” (Jn 18, 36). Entonces, si el Reino de Jesucristo no es al estilo de los de este mundo, ¿cómo es? El Reino de Dios consiste en dejar que Él tome posesión de la mente, la voluntad y el corazón de la persona para que la transforme a su imagen y semejanza y ya no sean los impulsos y deseos egoístas y ambiciosos de

hombre quienes lo dominen y sometan a la esclavitud. Dejar que Dios reine en nuestra vida significa dar cabida y preferir la vida a la muerte, la verdad a la mentira, caminar por la senda del bien en vez de el camino fácil que lleva a la perdición, preferir la justicia a la injusticia, el amor al odio, la paz a la guerra y la discordia, es dejar que su Ley de Amor rija todo cuanto somos y hacemos.

Si cada año litúrgico recorriéramos el camino junto a la Palabra de Dios y a Jesucristo, al final del ciclo terminaríamos llenos de gozo y paz porque el Reino de Dios se hace realidad en nuestra vida, en la familia, en nuestra historia de cada día.

Celebremos a Jesucristo como Rey del Universo dejando que él modele y guíe nuestra vida y nuestras acciones. ¡VIVA CRISTO REY!

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