NOVENA AL ESPÍRITU SANTO

¡Ven Espíritu Santo!

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PRESENTACIÓN

La celebración de Pentecostés debe ser siempre

motivo para renovar nuestra total entrega al Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Nunca

estará de más remarcar que el Espíritu Santo no debe ser considerado como irrelevante, pues es tan Dios, como el Padre y el Hijo.

Un medio para prepararnos correctamente a vivir

Pentecostés es la novena al Espíritu Santo. En este sentido, he preparado este folleto con el deseo de que todos nosotros, como comunidad

ungida y evangelizadora, abramos nuestros corazones para ser más dóciles al Paráclito,

verdadero protagonista de nuestra santidad porque solo Él nos inserta a Cristo Jesús (cf. 1 Co 12,3).

Al respecto, el Papa Francisco nos enseña: “El Espíritu es el protagonista de la vida cristiana, el Espíritu -el Espíritu Santo- que está con nosotros, nos acompaña, nos transforma”.

Que la Santísima Virgen María, la mujer ungida, nos ayude a todos nosotros a vivir esta

Solemnidad de Pentecostés sacando el firme propósito de decirle siempre “Sí” al Espíritu Santo, como Ella lo hizo en su caminar por este

mundo.

P. Carlos Rosell De Almeida Párroco

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ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

VEN, ESPÍRITU CREADOR

Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena de la divina gracia los corazones,

que Tú mismo creaste.

Tú eres nuestro Consolador, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, el dedo de la mano de Dios; Tú, el prometido del

Padre; Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu Palabra.

Enciende con tu luz nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo

auxilio, fortalece nuestra débil carne.

Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé Tú mismo nuestro guía, y puestos bajo tu

dirección, evitaremos todo lo nocivo.

Por Ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y que, en Ti, Espíritu de entrambos, creamos en

todo tiempo.

Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al

Espíritu Consolador, por los siglos infinitos. Amén.

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V. Envía tu Espíritu y serán creados. R. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar

de su consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor.

R. Amén.

PRIMER DÍA

Del libro del profeta Isaías

Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él, el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza,

espíritu de ciencia y temor de Yahveh.

Y le inspirará en el temor de Yahveh. No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas.

Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra. Herirá al

hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matará al malvado. Justicia será el ceñidor de su cintura; verdad, el cinturón de sus

flancos.

(Isaías 11, 1-5)

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Reflexión

En el Antiguo Testamento se anunciaba la venida

del Mesías; es decir, del Ungido del Señor, aquel que tendrá los dones del Espíritu. En Jesús se

cumplen estos anuncios, pues Él es el Ungido, el que está lleno del Espíritu Santo. Gracias a Jesús nosotros recibimos la unción del Espíritu y somos

adornados con los siete dones. Pidámosle, todos los días, al Espíritu Santo que nos conceda sus siete dones: sabiduría, entendimiento, consejo,

fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.

(Oración para todos los días)

SEGUNDO DÍA

Del Evangelio según San Juan

Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, nos conducirá hacia la verdad completa porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído, y les anunciará lo que irá sucediendo.

(Juan 16,13)

Reflexión

El Espíritu Santo es llamado, por el mismo Jesús,

el Espíritu de la Verdad. Todos sabemos que la Verdad, con mayúsculas, es Cristo (cf. Jn 14,6) y, para poder relacionarnos correctamente con Él,

necesitamos del Espíritu Santo. Solo si tratamos al Espíritu Santo nos insertamos en Cristo, como

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los sarmientos a la vid (cf. Jn 15,5) y comenzamos

a participar, así, de la vida divina (cf. 2P 1,4). Sin el Espíritu Santo no hay amistad auténtica con Jesús. Que la Santísima Virgen María nos guíe

siempre, para que todos los días tratemos al Espíritu Santo, así, Cristo vivirá en nosotros.

(Oración para todos los días)

TERCER DÍA

Del Evangelio según San Mateo

Por eso les digo que todo pecado o blasfemia se les perdonará, pero el que peca contra el Espíritu

Santo no será perdonado.

(Mt 12,31)

Reflexión

Sabemos que Dios es infinitamente

misericordioso (Ef 2,4) y, por eso, Él perdona todo; pero no olvidemos que, para que ese perdón sea eficaz, debe encontrar de parte del hombre un

corazón contrito y humillado; es decir, un verdadero corazón arrepentido. Cuando Jesús

habla de que los pecados contra el Espíritu Santo no se perdonarán, lo que está indicando es que quien rechaza la misericordia divina no recibe el

perdón de Dios. Por eso, pidámosle al Espíritu Santo la humildad para reconocer nuestros

pecados. Todos somos pecadores, todos necesitamos acoger la divina misericordia.

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(Oración para todos los días)

CUARTO DÍA

Del Evangelio según San Juan

Jesús les dijo de nuevo: La paz con ustedes. Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: Reciban

el Espíritu Santo, a quienes les perdonen los pecados les quedan perdonados, a quienes se los

retengan les quedan retenidos.

(Jn 20, 21-23)

Reflexión

Jesús resucitado ha comunicado a sus ministros

sagrados el Espíritu Santo, para que perdonen todos los pecados en su nombre. Esto se expresa en el Sacramento de la Confesión. En efecto, cada

vez que nos acercamos a confesarnos viene el Espíritu Santo y, con su fuerza vivificante, se lleva nuestros pecados. Seamos agradecidos con

el Señor por instituir el Sacramento de la Reconciliación, verdadero conducto para la

acción del Paráclito.

(Oración para todos los días)

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QUINTO DÍA

De los Hechos de los Apóstoles

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se

encontraban.

Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno

de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el

Espíritu les concedía expresarse.

(Hechos 2,1-4)

Reflexión

Un pasaje clave para hablar del Espíritu Santo es Pentecostés. Se trata de un acontecimiento esencial para hablar de la Iglesia. El día que vino

la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, comenzó la misión evangelizadora en la Iglesia.

Siempre se ha dicho que el Espíritu Santo es el motor de la Evangelización. Hoy, en estos tiempos tan difíciles que estamos viviendo, urge pedirle

luces al Espíritu Santo para buscar nuevos caminos de transmisión del Evangelio.

(Oración para todos los días)

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SEXTO DÍA

De los Hechos de los Apóstoles

Al enterarse los apóstoles, que estaban en Jerusalén, de que Samaria había aceptado la

Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que

recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos;

únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces, les imponían las

manos y recibían el Espíritu Santo.

(Hch 8,14-17)

Reflexión

Los Apóstoles, primero, y, luego, sus sucesores, los Obispos, mediante la imposición de las manos transmiten el Espíritu Santo y, de esta manera,

hacen posible una presencia especial del Paráclito en el interior de los hombres.

Valoremos, por eso, tanto el Sacramento del Bautismo como el de la Confirmación, que son los medios ordinarios por donde el Espíritu Santo

sella a la persona humana configurándola con Cristo. Hagamos un apostolado eficaz para que nadie se quede sin recibir estos dos sacramentos.

(Oración para todos los días)

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SÉPTIMO DÍA

De la Carta del apóstol San Pablo a los

Gálatas

El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,

mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. Pues los que son de Cristo Jesús, han

crucificado la carne con sus pasiones y sus

apetencias. Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu. No busquemos la

gloria vana provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente.

(Gálatas 5,22-26)

Reflexión

Cuando viene el Espíritu Santo sobre una persona, realiza maravillas. Esto se expresa en

aquello que se llaman los frutos que forja la tercera persona de la Santísima Trinidad en un

alma. Quien se abre a la acción vivificante del Espíritu Santo, se vuelve como un jardín lleno de flores. En verdad, el Paráclito hermosea nuestra

alma, de tal manera que Cristo se va reflejando en nosotros con nitidez. Siempre nos quedaremos limitados cuando tenemos que describir la

misteriosa acción del Espíritu Santo en un alma.

(Oración para todos los días)

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OCTAVO DÍA

De la primera Carta del apóstol San Pablo a

los Corintios

Nadie puede decir Jesús es el Señor si el Espíritu Santo no se lo inspira.

(1 Corintios 12,3)

Reflexión

Sin el Espíritu Santo no podemos ser amigos de

Jesús. Solo si el Espíritu Santo nos conduce, vamos a vivir por Cristo, con Cristo y en Cristo.

Dicho de otra manera, el Espíritu Santo nos modela, nos cristifica, modela en nosotros la imagen de Cristo, para que podamos llevar vida

cristocéntrica. Es el Paráclito quien nos conduce hacia los canales por donde recibimos la vida de Cristo, especialmente, la oración y los

sacramentos.

NOVENO DÍA

De la primera Carta del apóstol San Pablo a los Corintios

Hay diversidad de carismas; pero un solo

Espíritu, hay diversidad de ministerios; pero un solo Señor, hay diversidad de acciones; pero un

solo Dios que obra todo en todos.

(1 Corintios 12, 4-6)

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Reflexión

La Iglesia es una y, al mismo tiempo, en ella se da

una bonita diversidad. En efecto, la Iglesia es una sola. Jesús instituyó una sola Iglesia, que es la

Católica (Mt 16,18). Hay una sola fe, un solo Bautismo, un solo Señor (Ef 4,5-6). Pero, además, en la Iglesia existe diversidad, puesto que se dan

varios carismas. Esta riqueza viene del Espíritu Santo. Valoremos pues la diversidad que se da en la Iglesia, respetemos todos los carismas, grupos,

movimientos, congregaciones, pues todo ello es fruto del soplo del Espíritu Santo.

(Oración para todos los días)