novena a san agustín a san agustín sobre el amor si flaqueas en el amor, flaqueas en la alabanza...

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1 Novena a San Agustín Sobre el Amor Si flaqueas en el amor, flaqueas en la alabanza (CS 83,8).

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1

Novena a San Agustín

Sobre el Amor

Si flaqueas en el amor, flaqueas en la

alabanza (CS 83,8).

2

Oración inicial para todos los días

Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío,

cansado de peregrinar fuera,

y agobiado por el peso de mis males.

He experimentado que lejos de tu presencia

no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure,

ni deseo que dé fruto,

ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.

Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud!

Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme,

sáname de todas mis enfermedades,

úngeme con el óleo de tu arrepentido.

¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable!

¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua

y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!

¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni

conocí!

(Confesiones X)

3

Primer día

“ La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que

era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva

profundidad y amplitud”. (Benedicto XVI, DCE.1)

Lectura Bíblica: Mt 5:8-9

“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán

a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos

serán llamados hijos de Dios.”

Reflexión de San Agustín

“Dichosos los limpios de corazón, porque ellos

verán a Dios". Este ese fin de nuestro amor: fin

con que llegamos a la perfección, no fin con el

que nos acabamos. Se acaba el alimento, se

acaba el vestido; el alimento porque se consume

al ser comido; el vestido porque se concluye

tejiéndolo”.

(S 53,6).

Oración

Te pedimos señor que busquemos siempre tener un

corazon puro, íntegro, limpio de pecado, limpio de

otros intereses que no sean los intereses de Dios.

4

Segundo día

“En su muerte en la cruz se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo,

al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvarlo: esto es amor

en su forma más radical. ”. (Benedicto XVI, DCE.12)

Lectura Bíblica: 1Jn 3,2

"Amados, ahora somos hijitos de Dios, y aun no está a la vista lo que seremos. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es...".

Reflexion de San Agustín

“Ama para ver; lo que vas a ver no es algo de

poco precio, no es algo que se lo lleva el viento.

Verás a Aquél que hizo cuanto amas. Y si esas

cosas son hermosas, cómo será quien las hizo?”

(S 22A,4).

Oración

Padre aumenta nuestro amor y enséñanos a amar,

a descubrirte presente en nuestros hermanos, en lo

sencillo de todos los días, para poderte amar como

tú lo haces con nosotros tus hijos.

5

Tercer día

“… el amor a Dios y al prójimo están realmente unidos: el Dios

encarnado nos atrae a todos hacia sí.” (Benedicto XVI, DCE.14)

Lectura Bíblica: Lc 10, 25-27

Y entonces un maestro de la Ley se levantó y le preguntó

para ponerlo a prueba: Maestro ¿Qué tengo que hacer para

heredar la vida eterna?. Jesús le pregunto a su vez ¿Qué

está escrito en la Ley?, ¿Qué lees en ella? Él le respondió

“amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu

alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu

prójimo como a ti mismo”. Has respondido exactamente, le

dijo Jesús, obra así y alcanzarás la vida.

Reflexión San Agustín

“Para que sepamos amar a Dios, ha de

conocérsele; y para que el hombre sepa amar al

prójimo como a sí mismo, debe primeramente,

amando a Dios, amarse a sí mismo”.

(CS 118,8,2)

Oración

Señor te pedimos que estemos siempre dispuestos

a vivir en el amor como vos nos enseñaste, dando

tu vida por todos, entregando tu tiempo, tus

esfuerzos y tus anhelos para transmitir el mensaje

de Dios.

6

Cuarto día

“Amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde

encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios.”

(Benedicto XVI, DCE.15)

Lectura Bíblica: 2 Cor 5, 14-15

El amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno

sólo murió por todos, entonces todos han muerto. Y el

murió por todos, a fin de los que viven no vivan más para si

mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

Reflexión San Agustín.

“Amad, pero pensad qué cosa améis. El amor

de Dios y el amor del prójimo se llama caridad;

el amor del mundo y el amor de este siglo se

denomina concupiscencia. Refrénese la

concupiscencia; excítese la caridad”.

(CS 31,2,5).

Oración

Señor Jesús danos un corazón generoso, capaz de

acudir al servicio de todo el que necesita, un

corazón capaz de movilizarse al encuentro del que

está solo o abandonado.

7

Quinto día

“ Él nos ha amado primero y sigue amándonos primero; por eso,

nosotros podemos corresponder también con el amor. Dios no nos

impone un sentimiento que no podamos suscitar en nosotros

mismos”. (Benedicto XVI, DCE.17)

Lectura Bíblica: 1Jn 4, 7-8

Queridos míos, amémonos unos a los otros, porque el amor procede de Dios y el que ama ha nacido de Dios y conoce a

Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.

Reflexión San Agustín

“Deseaste oro, amaste el oro; ¿acaso por

amarlo tienes oro? ¿Qué es eso, qué es lo que

amas? Amando deseas, deseando buscas,

encontrando te atormentas”

(S 68,10).

Oración

Señor Jesus te pedimos que nos renueves desde

adentro convirtiéndonos al hombre nuevo,

siguiendo tus huellas, guiados por Aquel que nos

anima, que nos acompaña y nos enseña a vivir en la

caridad que es el amor que nos transmitió tu vida.

8

Sexto día

“Él nos ama y nos hace ver y experimentar su amor, y de este « antes

» de Dios puede nacer también en nosotros el amor como respuesta.” (Benedicto XVI, DCE.17)

.

Lectura Bíblica: 1 COR 13, 1-2

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de

los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que

resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de

la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia,

aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar

montañas, si no tengo amor, no soy nada.

Reflexión de San Agustín

“Tened, pues, fe acompañada de amor. Ese es

el vestido nupcial. Amaos mutuamente quienes

amáis a Cristo; amad a los amigos, amad a los

enemigos.”

(S 90,9) Oración

Señor de la Vida ayúdanos a vivir el mandamiento

del amor, siguiendo tus pasos, tus opciones, tu

estilo y forma de amar; sintiendo compasión activa

por el otro, comprometiéndose con el dolor ajeno,

haciéndose próximo del que sufre y está

abandonado

9

Séptimo día

“La historia de amor entre Dios y el hombre consiste precisamente en

que esta comunión de voluntad crece en la comunión del

pensamiento y del sentimiento…” (Benedicto XVI, DCE.17)

Lectura Bíblica: 1, Cor 13,3-7

Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los

pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo

amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es

servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se

envanece, no procede con bajeza, no busca su propio

interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no

se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la

verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo

espera, todo lo soporta.

Reflexion de San Agustín

“Examina primero si ya sabes amarte a ti

mismo; Cuando esto sea, te dejaré amar al

prójimo como a ti mismo. Pero si aún no sabes

amarte a ti mismo no engañes al prójimo como

a ti mismo te estás engañando.”

(S 128,5). Oración

Señor que nos conozcamos como tu nos conoces,

para poder manifestarlo en la práctica concreta y real

de cada día amando en el hoy y ahora, amando a

todos a través del servicio, la donación y la entrega de

lo mejor de cada uno para el bien de los demás.

10

Octavo día

“Sólo el servicio al prójimo abre mis ojos a lo que Dios hace por mí y a

lo mucho que me ama. Los Santos han adquirido su capacidad de

amar al prójimo de manera siempre renovada gracias a su encuentro

con el Señor eucarístico y, viceversa, este encuentro ha adquirido

realismo y profundidad precisamente en su servicio a los demás. ”

(Benedicto XVI, DCE.18)

Lectura Bíblica: 1, Cor 13, 8-10

El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de

lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra

ciencia es imperfecta y nuestras profecías,

limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es

imperfecto.

Reflexión de San Agustín

“Mi peso es mi amor; él me lleva doquiera soy

llevado”

(C 13,9,10)

Oracion

Señor enséñanos a amar como tú lo hiciste, con

paciencia y pasión, con coraje y valentía, con gestos

y actitudes, de palabra y de obra, con la vida y con

la entrega.

11

Noveno día

“El amor crece a través del amor. El amor es « divino » porque

proviene de Dios y a Dios nos une y, mediante este proceso

unificador, nos transforma en un Nosotros, que supera nuestras

divisiones y nos convierte en una sola cosa, hasta que al final Dios sea

todo para todos” (Benedicto XVI, DCE.18)

Lectura Bíblica: 1, cor 13, 11-13

Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como

un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice

hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos

como en un espejo, confusamente; después veremos cara a

cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después

conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora

existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más

grande de todas es el amor.

Reflexión de San Agustín

“No os exhorto a que tengáis fe, sino a que

tengáis amor.”

(S 90,8)

Oración

Señor Jesús, maestro bueno, danos un corazón

abierto para acoger tu Palabra, y que ella nos

impregne desde el interior, para que manifestemos

el amor que has derramado en nuestros corazones

con gestos y hechos concretos

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Novena a San Agustín

Sobre la Esperanza

La esperanza que se ve no es esperanza

(CS 5,4).

13

Primer Día “…es verdad que quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples

esperanzas, en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda la vida”

(Benedicto XVI Spes Salvi 27)

Lectura Bíblica: Sal 62,6-8

Sólo en Dios descansa mi alma, de él me viene la esperanza. Sólo él es mi Roca salvadora, él es mi baluarte: nunca vacilaré. Mi salvación y mi gloria están en Dios: él es mi Roca firme, en Dios está mi refugio. Dice San Agustín:

“Como se fundó mi esperanza en el hombre, al titubear el hombre tambaleará mi esperanza, y al caer el hombre caerá también mi esperanza; pero como confío en el Señor, no seré conmovido.”

(CS 25,2,6).

Oración.

Señor te pedimos que aumentes nuestra esperanza y nos animes a trabajar para lograr la justicia en nuestro mundo. Para que no haya desigualdades que ofendan la fraternidad real a la que estamos llamados a vivir.

14

Segundo día

“…la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos

sigue amando «hasta el extremo»”. (Benedicto XVI Spes Salvi 27)

Lectura Bíblica: 1 Cor 13,11-13 Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor. Dice San Agustín:

“ Ahora creemos, más tarde veremos. Cuando creemos, se da la esperanza en este siglo; cuando veamos, se dará la realidad en el futuro, pues veremos cara a cara”

(CS 123,2)

Oración :

Queremos pedirte que aumentes la esperanza en

los jóvenes. Especialmente te pedimos por los que

están sin rumbo, porque la sociedad los margina,

los deja de lado, no les brinda educación, ni trabajo,

ni oportunidades para vivir con sentido.

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Tercer día “Quien ha sido tocado por el amor empieza a intuir lo que sería

propiamente «vida». Empieza a intuir qué quiere decir la palabra esperanza que hemos encontrado en el rito del Bautismo: de la fe se

espera la «vida eterna»” (Benedicto XVI Spes Salvi 27)

Lectura Bíblica: Rm 4,18-21

Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: Así será tu descendencia. Su fe no flaqueó, al considerar que su cuerpo estaba como muerto era casi centenario y que también lo estaba el seno de Sara. Él no dudó de la promesa de Dios, por falta de fe, sino al contrario, fortalecido por esa fe, glorificó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete Dice San Agustín:

“También la esperanza es necesaria durante la

peregrinación; es ella la que nos consuela en el

camino. El viandante que se fatiga en el

camino, soporta la fatiga porque espera llegar

a la meta. Quitale la esperanza de llegar, y al

instante se quebrantarán sus fuerzas.”

(S 158,8)

Oración

Señor queremos pedirte que les des esperanza a todos los niños y niñas que andan solos en nuestras calles. Testigos de un mundo que no los tiene en cuenta ni se avergüenza de su presencia.

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Cuarto día

“Gracias a su esperanza, Agustín se dedicó a la gente sencilla y a su ciudad; renunció a su nobleza espiritual y predicó y actuó de manera

sencilla para la gente sencilla”. (Benedicto XVI Spes Salvi 29)

Lectura Bíblica: Rm 5, 1-4

Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza.

Dice San Agustín:

“La esperanza, por tanto es necesaria mientras

no vemos lo que creemos, no sea que al no

verlo desfallezcamos de desesperación.”

(S 53,11).

Oración

Señor Jesús aumenta nuestra esperanza y envía tu Espíritu Santo has que nuestras comunidades sean fecundas, llenas de valor y coraje para vivir el Evangelio y luchar por el Reino.

17

Quinto día

“A lo largo de su existencia, el hombre tiene muchas esperanzas, más grandes o más pequeñas, diferentes según los períodos de su vida”.

(Benedicto XVI Spes Salvi 29)

Lectura Bíblica: Rm 5,5-6

La esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores.

Dice San Agustín:

“Alégrate de estar redimido; aún no lo estás en

la realidad, pero estate seguro en la esperanza.

Si no gimes en la esperanza, no llegarás a la

realidad ”

(CS 37,5). Oración

Señor Jesús te pedimos que renueves nuestra esperanza, ayúdanos a caminar en los conflictos, enséñanos la fidelidad al Evangelio en estos tiempos difíciles. Queremos construir el Reino, ofrecer al mundo los frutos de tu presencia.

18

Sexto día “…nosotros necesitamos tener esperanzas –más grandes o más

pequeñas–, que día a día nos mantengan en camino. (Benedicto XVI Spes Salvi 30)

Lectura Bíblica: 1Pe 3,13-16

¿Quién puede hacerles daño si se dedican a practicar el bien? Dichosos ustedes, si tienen que sufrir por la justicia. No teman ni se inquieten: por el contrario, glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con delicadeza y respeto, y con tranquilidad de conciencia. Así se avergonzarán de sus calumnias los que difaman el buen comportamiento de ustedes como creyentes en Cristo. Dice San Agustín:

Nada hay tan opuesto a la esperanza como el

mirar atrás, es decir, poner la confianza en las

cosas que se deslizan y pasan (S 105,7). Sea tu

esperanza el Señor Dios. No esperes ninguna

otra cosa de El; sea el mismo Señor tu

esperanza (CS 39,7).

Oración

Señor danos un corazón lleno de esperanza, abierto, sensible a los dolores y a los sufrimientos. Que nos comprometa, en la práctica del amor y la justicia.

19

Séptimo día

“Dios es el fundamento de la esperanza; pero no cualquier dios, sino el Dios que tiene un rostro humano y que nos ha amado hasta el

extremo, a cada uno en particular y a la humanidad en su conjunto”. (Benedicto XVI Spes Salvi 31)

Lectura Bíblica: Rm 15, 12-15

El profeta Isaías dice a su vez: Aparecerá el brote de Jesé, el que se alzará para gobernar las naciones paganas: y todos los pueblos pondrán en él su esperanza. Que el Dios de la esperanza los llene de alegría y de paz en la fe, para que la esperanza sobreabunde en ustedes por obra del Espíritu Santo.

Dice San Agustín:

“Nos entristece el no ver, pero nos consuela el

esperar ver. Existe, pues, la esperanza, y es

compañera de la fe”

(S 53,11).

Oración:

Señor derrama sobre nosotros tu Espíritu Santo

para que nos anime y ayude a vivir con esperanza

y alegría, a pesar de las pruebas y de las cruces que

encontramos en tu seguimiento.

20

Octavo día

“…gran esperanza sólo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por sí solos

no podemos alcanzar. De hecho, el ser agraciado por un don forma parte de la esperanza.” (Benedicto XVI Spes Salvi 31)

Lectura Bíblica:

Amen con sinceridad. Tengan horror al mal y pasión por el bien. Ámense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos. Con solicitud incansable y fervor de espíritu, sirvan al Señor. Alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración. Consideren como propias las necesidades de los santos y practiquen generosamente la hospitalidad. Dice San Agustín:

“Si la esperanza del siglo futuro no nos

consolase en la tribulación del presente,

pereceríamos... Nuestra esperanza es tan firme

como si ya fuese realidad”

(CS 123,2).

Oración:

Señor Enséñanos a orar para no perder la Esperanza. Enséñanos a orar para discernir donde poner los esfuerzos y descubrir nuestro lugar y misión. Enséñanos a orar para no desalentarnos en las dificultades y contratiempos.

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Noveno día “Un lugar primero y esencial de aprendizaje de la esperanza es la oración. Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha.

Cuando ya no puedo hablar con ninguno, ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios” (Benedicto XVI Spes Salvi 32)

Lectura Bíblica: 1Ts 5,5-10

Todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas. No nos durmamos, entonces, como hacen los otros: permanezcamos despiertos y seamos sobrios. Los que duermen lo hacen de noche, y también los que se emborrachan. Nosotros, por el contrario, seamos sobrios, ya que pertenecemos al día: revistámonos con la coraza de la fe y del amor, y cubrámonos con el casco de la esperanza de la salvación. Porque Dios no nos destinó para la ira, sino para adquirir la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, a fin de que, velando o durmiendo, vivamos unidos a él. Dice San Agustín

La esperanza que se ve no es esperanza (CS 5,4). Quien ahora tiene sed, afiance la esperanza; quien tiene sed, confíe; saciado, tendrá el objeto. Antes de poseerlo, tenga sed en esperanza (CS 35,14).

Oración:

Señor fortalece nuestra esperanza para que sea el

motor de nuestra entrega el pozo donde beber para

seguir, el refugio donde descansar y retomar

fuerzas. Anuda nuestra esperanza al proyecto del

Padre.

22

Novena a San Agustín

sobre la Fe

Ayúdenme con sus oraciones para que yo diga lo

que conviene decir y ustedes lo oigan, y así sea útil

a todos la palabra divina. Sin embargo, no es útil a

todos, porque no todos tienen fe. La fe de tal modo

se halla en el alma, que viene a ser la buena raíz

que convierte el agua en fruto.

Com. Sal. 139 ,1

23

Primer día

“«La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de

comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre

abierta para nosotros.”(Benedicto XVI, Porta Fidei 1)

Lectura Bíblica: I Cor 13,9-13

La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías.

Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque

parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía.

Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Cuando

yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño,

razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé todas las

cosas de niño. Ahora vemos en un espejo, en enigma.

Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo

parcial, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora

subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la

mayor de todas ellas es la caridad.

Dice San Agustín: Soliloquios I, 7, 14

“Pues no puede llamarse fe aquella adhesión a

la verdad, libre ya de todo peligro de error, ni se

ha de esperar algo, donde todo se posee. Luego

tres condiciones son necesarias al alma: que

esté sana, que mire, que vea. Las otras tres, fe,

esperanza y caridad, son indispensables para

lo primero y segundo. Para conocer a Dios en

esta vida, igualmente las tres son necesarias; y

en la otra vida sólo subsiste la caridad.”

Padre Nuestro, Ave María, GloriA

24

Segundo día

“Se cruza ese umbral (de la fe )cuando la Palabra de Dios se anuncia y

el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar

esa puerta supone emprender un camino que dura toda la

vida.”(Benedicto XVI, Porta Fidei 1)

Lectura Bíblica: Mc. 10, 46-52

Un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al

enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar:

«¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» Muchos le

increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más:

«¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Jesús se detuvo y

dijo: «Llamenle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Animo,

levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un

brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo:

«¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que

vea!» Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante,

recobró la vista y le seguía por el camino.

Dice San Agustín: Sermón 88, 14

¿De qué forma serán sanados nuestros ojos?

Del mismo modo que por la fe experimentamos

a Cristo que pasa en el tiempo… El ojo recibe su

curación cuando comprende que Cristo es Dios.

Entienda esto vuestra caridad; poned atención

al gran misterio que voy a decir. Todo lo

realizado en el tiempo por nuestro Señor

Jesucristo nos inculca la fe.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

25

Tercer día

Como afirma san Agustín, los creyentes «se fortalecen creyendo» El

santo Obispo de Hipona tenía buenos motivos para expresarse de

esta manera. Como sabemos, su vida fue una búsqueda continua de

la belleza de la fe hasta que su corazón encontró descanso en Dios.

(Benedicto XVI, Porta Fidei 7)

Lectura Bíblica: Mt. 14, 22-36

De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua.

Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y

gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les

dijo enseguida: ¡Animo, soy yo, no tengan miedo! Pedro le

contestó: Señor, si eres tú mándame ir hacia ti andando

sobre el agua. Él le dijo: Ven. Pedro bajó de la barca y se

echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al

sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a

hundirse y gritó: Señor, sálvame. Enseguida Jesús extendió

la mano, lo agarró y le dijo: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has

dudado? En cuento subieron a la barca, amainó el viento.

Los de la barca se postraron ante él diciendo: Realmente

eres Hijo de Dios.

Reflexión de San Agustín: Sermón 76,6

Pedro caminó, pues, sobre las aguas por mandato

del Señor, sabiendo que por sí mismo no podría

hacerlo. Por la fe pudo lo que la debilidad humana

no podría. Estos son los fuertes en la Iglesia.

Atiendan, escuchen, entiendan, obren. Porque no

hay que tratar aquí con los fuertes para que sean

débiles, sino con los débiles para que sean fuertes

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

26

Cuarto día

“No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca

oculta Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir

de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús,

que invita a creer en él y a extraer el agua viva que mana de su

fuente”( Benedicto XVI, Porta Fidei 3)

Lectura Bíblica: Marcos 7, 24-30

Y partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en

una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar

inadvertido, sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él

una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo,

vino y se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, siro

fenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al

demonio. El le decía: «Espera que primero se sacien los hijos,

pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los

perritos». Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los

perritos comen bajo la mesa migajas de los niños». El,

entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha

salido de tu hija». Volvió a su casa y encontró que la niña

estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.

Reflexión de San Agustín: Sermón 7, 1

¡Oh mujer, qué grande es tu fe! Ya oyeron

cómo aquella mujer que gritaba tras el Señor

buscó, pidió, llamó, y cómo le abrieron. Así

nos enseña a buscar para que encontremos; a

pedir, para que recibamos; a llamar, para que

nos abran.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

27

Quinto día

“ Creer en Jesucristo es el camino para poder llegar de modo

definitivo a la salvación. (Benedicto XVI, Porta Fidei 3)

Lectura Bíblica: Salmo 63, 2-6

Señor, tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente;

mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra

sedienta, reseca y sin agua.

Sí, yo te contemplé en el Santuario para ver tu poder y tu

gloria. Porque tu amor vale más que la vida,

mis labios te alabarán.

Así te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu

Nombre. Mi alma quedará saciada como con un manjar

delicioso, y mi boca te alabará con júbilo en los labios.

Reflexión de San Agustín: Sermón 21,5

¿Qué es la fe? No la ves y, sin embargo,

protestas cuando no te la guardan. Por tu

protesta das testimonio de su existencia.

¿Cómo es que cuando la exiges la ves y cuanto

te la exigen a ti no quieres verla? Primero

abres los ojos y gritas: "Guárdame la fe que

prometiste". Y a renglón seguido los cierras y

exclamas: "Nada te prometí". Abre los ojos en

ambos casos. No pierdas la fe, sino la

iniquidad. Guarda a los demás lo que exiges.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

28

Sexto día

“Gracias a la fe, esta vida nueva plasma toda la existencia humana

en la novedad radical de la resurrección.” (Benedicto XVI, Porta Fidei 6)

Lectura Bíblica: Jn 11,19-27

Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas". Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta le respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?". Ella le respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo".

Reflexión de San Agustín: Com. Ev. Jn 49,15

Ten, pues, fe, y, aunque estés muerto, vivirás. Pero,

si no tienes fe, aunque estés con los que viven,

estás muerto. Vamos a probar que, si no tienes fe,

aunque vivo, estás muerto. A cierto mancebo que

aplazaba seguir al Señor, dando por excusa que

debía ir antes a sepultar a su padre, le respondió:

Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ven

y sigúeme. Había allí un muerto que enterrar, había

también allí muertos de muertos, que habían de

enterrar; aquél tenía su cuerpo muerto, éstos

tenían el alma muerta. ¿Por qué? Porque les faltaba

la fe. ¿Por qué la muerte del cuerpo? Porque no

está allí el alma. Luego el alma de tu alma es la fe.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

29

Séptimo día

“ En la medida de su disponibilidad libre, los pensamientos y los

afectos, la mentalidad y el comportamiento del hombre se purifican y

transforman lentamente, en un proceso que no termina de cumplirse

totalmente en esta vida. La «fe que actúa por el amor» se convierte

en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda la

vida del hombre” (Benedicto XVI, Porta Fidei 6)

Lectura Bíblica: Salmo 34

Vengan, hijos, escuchen: voy a enseñarles el temor del

Señor. ¿Quién es el hombre que ama la vida y desea gozar

de días felices? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de

palabras mentirosas. Apártate del mal y practica el bien,

busca la paz y sigue tras ella. Los ojos del Señor miran al

justo y sus oídos escuchan su clamor; pero el Señor

rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de

la tierra. Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los

libra de todas sus angustias.

Reflexión de San Agustín: Com. Ev. Jn 49,15

El Señor guarda todos los huesos de ellos, ni uno de

ellos será quebrantado. Hermanos, no tomemos

carnalmente esto. Los huesos son los fundamentos

de los fieles. Como en nuestro cuerpo los huesos

constituyen el armazón, así en el corazón del

cristiano la fe constituye el cimiento. La constancia

que existe en la fe son los huesos internos. Estos

son los que no pueden ser quebrados.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

30

Octavo día

“ Profesar la fe en la Trinidad equivale a creer en un solo Dios que es

Amor .”(Benedicto XVI, Porta Fidei 1)

Lectura Bíblica: Mt. 13, 31-35.

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino

de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su

huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más

alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y

vienen los pájaros a anidar en sus ramas. Les dijo otra parábola: El

Reino de los Cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con

tres medidas de harina y basta para que todo fermente. Jesús expuso

todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada.

Así se cumplió el oráculo del profeta: “Abriré mi boca diciendo

parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.

Reflexión de San Agustín: Sermón 90,8

Sólo tiene valor la je que obra por la caridad. ¿Qué fe,

pues? ¿Cuál? La que obra por la caridad. Aunque tenga

toda la ciencia, dice, y toda la je, de modo que traslade

las montañas, si no tengo caridad, nada soy. Que su fe

vaya acompañada del amor, pues no pueden tener amor

sin fe. Esta es mi amonestación, mi exhortación; esto es

lo que enseño a su caridad en el nombre del Señor: que

su fe vaya acompañada del amor, porque es posible tener

fe y carecer de amor. No les exhorto a que tengan fe, sino

a que tengan amor. No pueden tener amor sin fe.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

31

Noveno día

“la fe sólo crece y se fortalece creyendo; no hay otra posibilidad para

poseer la certeza sobre la propia vida que abandonarse, en un in

crescendo continuo, en las manos de un amor que se experimenta

siempre como más grande porque tiene su origen en Dios.”

(Benedicto XVI, Porta Fidei 7)

Lectura Bíblica: Jn 20, 24-29

Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos

reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces

apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en

medio de ellos y les dijo: "¡La paz esté con ustedes!"Luego

dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos.

Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas

incrédulo, sino hombre de fe". Tomás respondió: "¡Señor

mío y Dios mío!" Jesús le dijo:"Ahora crees, porque me has

visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!".

Reflexión de San Agustín: Sermón 88,3

¿Y qué dijo el Señor a quien le había confesado y

dicho Señor mío y Dios mío? Porque me has visto,

has creído; dichosos quienes no ven y creen. ¿A

quién se refería, hermanos, sino a nosotros? No

porque íbamos a ser los únicos, sino porque

íbamos a venir detrás. Tras un pequeño espacio

de tiempo, después que se alejó de los ojos

mortales para afianzar la fe en los corazones,

cuantos creyeron, creyeron sin ver, y su fe tuvo

gran mérito. Para adquirir esa fe tan sólo

pusieron en movimiento un corazón piadoso, no

la mano dispuesta a tocar.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

32

Oración final Para todos los días

Señor, estabas dentro de mí, pero yo de mi mismo estaba fuera. Y por fuera te buscaba... Estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. Me mantenían alejado aquellas cosas que, si en ti no fuesen, no existirían. Pero me has llamado, gritado, derrumbado mi sordera. Has brillado, resplandecido, ahuyentado mi ceguera. Has derramado tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed. Me has tocado y ardo en deseos de tu paz. Que yo te conozca, Dios mío, de modo que te ame y no te pierda. Que me conozca a mí mismo, de tal manera que me desapegue de mis intereses y no me busque vanamente en cosa alguna. Que yo te ame, Dios mío, riqueza de mi alma, de modo que esté siempre contigo. Que muera a mí mismo y renazca en ti. Que sólo tú seas mi verdadera vida y mi salud perfecta para siempre. Amén

Confesiones X