nova el hexano, componente de i nova y magna sin: pemex i

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I I I I I I Carlos Fernández-Vega y Emilio Lo- mas M. Petróleos Mexicanos (Pemex) reconoció que uno de los componentes de las gasolinas Nova y Magna Sin es el pe- iroquímico hexano que, según el dicta- men preliminar de la PGR, fue uno de los principales agentes que provocaron la ca- tástrofe en Guadalajara el 22 de abril pa- sado. La paraestatal informó que en los últimos dos años se alcanzó una produc- ción récord de hexano, al sumar 105 mil 800 toneladas. Mientras tanto, el vocero oficial de la paraestatal, Francisco Casanova, sos- tuvo que "para Pemex no cabe el senti- miento de culpa 1 ' en las explosiones registradas en la mencionada urbe, que hasta el momento arrojan un saldo de por lo menos 200 personas muertas, más de mil heridos y un número indetermi- nado de damnificados. Sostuvo que "no podría haber respon- sabilidad de la empresa por falla de man- tenimiento ni por otras causas inherentes a la operación de la misma". El dictamen presentado por la PGR respecto a esta catástrofe establece: "Por lo que hace a las causas de las explosio- nes, éstas se originaron por la presencia h de grandes cantidades de gasolina Nova, c^Jjinada con !;i presencia, en menores B<^^B<.Jev d( .>!ni* elementos combusti- m^^particularmente hexano, residuos industríales y gases provocados por la descomposición de materias orgánicas". Y añade: "La presencia de gasolina .Vina se originó en la fuga de este com- H bustible a través de un orificio provocado por los efectos corrosivos dc la tubería de una toma de agua potable instalada sobre I el poliducto de Pemex". De acuerdo con la información de Pe- tróleos Mexicanos, en los últimos 2 años se produjeron 107 mil 803 toneladas de hexano, mismas que se incorporaron al I proceso de elaboración de gasolinas Nova y Magna Sin, así como a los merca- dos externos. En 1991, el promedio de ventas inter- La empresa no se siente culpable: Casanova El hexano, componente de Nova y Magna Sin: Pemex ñas de Magna Sin representó 11.15 por ciento del total, mientras que las de Nova significaron 88.85 por ciento. Durante enero de 1992, la venta doméstica del combustible ascendió a 73 millones 776 mil litros. En dicho mes, la comercializa- ción en el mismo mercado de Magna Sin se elevó a 11 millones 257 mil 200 litros y la de Nova a 62 millones 518 mil 800. En este contexto, Casanova informó que "independientemente del carácter trágico y lamentable de la explosión, el grave problema que experimenta Pemex en estos momentos es la responsabilidad de abastecer adecuadamente a la segunda zona más consumidora de combustibles del país". En la última semana, a partir de la catástrofe, Petróleos Mexicanos ha surtido a dicha área 11 millones 500 mil litros de gasolina. El informe técnico de la paraestatal in- dica también que el programa anual de mantenimiento de instalaciones revisó, en el transcurso de 1991, el estado de la protección catódica instalada, 19 mil 636 kilómetros de tubería —sólo 33.8 por PERSISTE EL PELIGRO Gasolinera clausurada en la ciudad de Guadalajara. Tras la tragedia se toman las precauciones Foto: Guillermo Sologuren EL PAÍS E '^Jomada ciento del total—, siendo necesario refor- zar 2 mil 433 kilómetros y se instaló este sistema a 965 kilómetros más de tubería. En el informe de Pemex se explica que se terminaron tres proyectos: el desarrollo de aditivos multifuncionales mejorados para nuevas gasolinas; el desarrollo del proceso de isomerización de pentanos — hexanos para producción de gasolina de alto octano—, y el tratamiento y reutiliza- ción de aguas urbano-industriales de la ciudad y refinería de Salamanca. Sin embargo, el vocero de la paraesta- tal sostuvo: "La planta de isomerización está en construcción; no se ha puesto en marcha el proceso de inclusión de hexano y pemano para elevar el octanage de las gasolinas. Pemex aporta todas las prue- bas a la PGR y fundamentalmente en si- tuaciones como ésta, cuando ya se involucra investigación federal". Según indica el más reciente informe de labores, Pemex ha tendido a lo largo del territorio nacional más de 58 mil kiló- metros de ductos, de los cuales —según indica— durante 1991 fueron revisados en más de 90 por ciento. Un analista del sector energético ofi- cial, que pidió no ser identificado, sos- tuvo que entre 1982 y 1992 Pemex ha dejado de invertir más de 30 mil millones de dólares en esta industria para atender sus programas de mantenimiento y ex- pansión. Por lo que toca a la frecuencia de inci- dentes en instalaciones de Pemex, el in- forme señala que entre 1990 y 1991 hubo un incremento de dos puntos porcentua- les; el total de incidentes ocurridos creció casi 30 por ciento; el número de instala- ciones fuera de operación por incidentes pasó de 547 a 693 de un año a otro, lo que implica un crecimiento de 26.7 por ciento. Casanova puntualizó: "Esperamos que la PGR esclarezca y precise las res- ponsabilidades; mientras tanto, nuestra acción del domingo sólo fue de aporta- ción solidaria, no de indemnización". I I; E l miedo siempre es mal consejero. Mucho más cuando va junto a las ma l as compañías de la ira, el ren- I cor y la impotencia. Luego de la catás- trofe de Guadalajara, sepultados ya los muertos, perdida la esperanza de encon- trar con vida a los desaparecidos y mal resanados los heridos a sufrir durante .'¡^^kk-mp" las uiroiev. curaciones • nu- il a los quemados, un panorama mbrío de miedo se extiende ya por toda a República. Aquí y allá se destapan cloacas y cola- deras. La gobernadora de Yucatán de- Hnuncia que hav combustible vertido en Hos mantos freáticos de Mérida \ pide a la •kedue v a Pemex la supervisión dc los sistemas de seguridad en las gasolineras locales. No podría ser de otra manera, § ueslo que las gasolineras y los lavaderos e automóviles en la ciudad blanca, tiran us residuos a los pozos de la ciudad sin ningún tratamiento. Ayer se extrajeron 80 mil litros de agua con gasolina de po- es domiciliarios y a título de demostra- Bión se acercó un cerillo al agua Hlerramada de una cubeta. Se hizo la luz... Otro tanto sucede en Coahuila, en ( onde los representantes populares han olicitado al Gobierno que emprenda in- estigaciones minuciosas para conocer el grado de peligrosidad que implica el que las industrias dc Saltillo arrojen todos los ^ t í a s desechos tóxicos a los drenajes. Por lu parte, el préndente del Consejo Con- ^n:!tiwi de la ciudad de Acapulco pidió ^^iu- N trasladen a otro lugar los depósi- tos de Petróleos Mexicanos que están en plena bahía, dado el peligro que repre- Víctor Alfonso Maldonado Sin odio y sin rencor i sentan para la zona hotelera y las colo- nias muy pobladas que existen en los alrededores. En Poza Rica hubo que evacuar a más de 50 personas de la colonia Morelos, porque una mezcla de aguas negras con ácidos y gases derivados del petróleo inundó sus viviendas hasta una altura de 50 centímetros. Ningún estado de la Re- pública parece escapar a la sicosis colec- tiva que ha desalado la catástrofe de Guadalajara, sicosis que no corresponde, como suele pasar en estos casos, a situa- ciones imaginarias. Por el contrarío y por desgracia, la gran tragedia ha servido como caja de resonancia para hacer escu- char las voces de ciudadanos que con jus- tificada razón señalan anomalías con la esperanza de que, esta vez sí, sus voces serán escuchadas. Pero no siempre los desastres, sobre todo los que no son naturales sino alri- buibles a la negligencia, la ineptitud o la corrupción, sirven para remediar los grandes males. Tal parece que, acostum- brados a enfrentar cotidianamente los peligros, nos hemos habituado a conv ivir con ellos. Las denuncias que aparecen regularmente en la prensa, las quejas mu> fundamentadas de los ciudadanos y la arrogante solemnidad de los funciona- rios públicos que amparados por un ejér- cito de secretarios encargados dc filtrar las llamadas, hacen poco caso dc los cla- mores ciudadanos, frustran los intentos de diálogo directo entre gobernantes \ gobernados. Así, nos enteramos con es- tupor que en San Juan Ixhuatepec los 300 mil habitantes de la zona siguen obliga- dos a vivir junto a las gaseras y a la planta de acopio de Pemex, que en su momento fueron señaladas como respon- sables de la tragedia. Pese a las quejas repetidas de los colonos, que se lamentan del permanente olor a gas que existe en el lugar y que no están muy convencidos de las explicaciones tranquilizadoras de Pe- mex ni de las promesas de cuatro gober- nadores que se han sucedido desde la explosión de San Juanico, no ha habido en apariencia sino soluciones parciales a los problemas que en otro tiempo genera- ron la tragedia. Triste privilegio el de la zona metropo- litana en donde parecen concentrarse las dificiencias y, por lo tanto, las denun- cias. Fl subsuelo de la ciudad, en cons- tante proceso de reacomodo en una zona sísmica, no es terreno muy apto para conservar en buen estado la enorme red hidráulica que requiere una ciudad de es- tas dimensiones. I na dependencia con siglas horrorosas e impronunciables, la DGCOH, mejor conocida como Direc- ción General de Construcción y Opera- ción Hidráulica del Departamento del Distrito Federal, ha elaborado un in- forme que se reseñó no hace mucho en La Jornada, en el cual advierte que los nivelts de riesgo en la ciudad de México se agravan porque las industrias vierten en el drenaje residuos peligrosos que ge- neran gases, corroen la infraestructura e incluso provocan explosiones. Altos funcionarios del Departamento del Distrito Federal corrobaron dichas afirmaciones cuando en la Asamblea de Representantes, a pregunta expresa de un reportero, afirmaron que el 95 por ciento de ¡os desechos industriales, incluid residuos* tóxicos y peligrosos, se v en el drenaje porgue no existen con mientos específicos para ello. No por es debemos alarmarnos, pues acto seguido explicaron que tal situación no repre- senta riesgo si se vierten continuamente, conforme las vaya generando la indus- tria, pues las grandes cantidades de aguas residuales —más de 160 mil litros por se- gundo— que corren por los ductos del drenaje, los lavan. Malo que se virtiera todo al mismo tiempo. Fntonces ha- bría peligro de graves explosiones... ¡Ah, vaya! Más que justicia, los tapatíos parecen pedir venganza. No es para menos si pen- samos que contrariamente a los desastres naturales, este infortunio 5/ pudo ser evi- tado. Comenzará ahora la ronda de los chivos expiatorios, las profesiones de inocencia y los planes y proyectos de fun- cionarios para, ahora sí y mientras decre- cen la conmoción y los síndromes, (apar el pozo y cubrir las formas que permiti- rán en un futuro próximo volver a las vibrantes declaraciones. Fntretanto, una población doliente, ofendida, impotente, velará las tumbas de sus parientes y amigos v, en espera de mejor justicia v mavor eficacia en la ges- tión de la administración pública, recor- dará el paso de quienes abrigados en ¡a tierra materna, ya no tienen odio, y tienen rencor...

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Page 1: Nova El hexano, componente de I Nova y Magna Sin: Pemex I

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Carlos Fernández-Vega y Emilio Lo­mas M. • Petróleos Mexicanos (Pemex) reconoció que uno de los componentes de las gasolinas Nova y Magna Sin es el pe-iroquímico hexano que, según el dicta­men preliminar de la PGR, fue uno de los principales agentes que provocaron la ca­tástrofe en Guadalajara el 22 de abril pa­sado. La paraestatal informó que en los últimos dos años se alcanzó una produc­ción récord de hexano, al sumar 105 mil 800 toneladas.

Mientras tanto, el vocero oficial de la paraestatal, Francisco Casanova, sos­tuvo que "para Pemex no cabe el senti­miento de culpa1' en las explosiones registradas en la mencionada urbe, que hasta el momento arrojan un saldo de por lo menos 200 personas muertas, más de mil heridos y un número indetermi­nado de damnificados.

Sostuvo que "no podría haber respon­sabilidad de la empresa por falla de man­tenimiento ni por otras causas inherentes a la operación de la misma".

El dictamen presentado por la PGR respecto a esta catástrofe establece: "Por lo que hace a las causas de las explosio­nes, éstas se originaron por la presencia

h de grandes cantidades de gasolina Nova, • c^Jjinada con !;i presencia, en menores B<^^B<.Jev d( .>!ni* elementos combusti-

m^^particularmente hexano, residuos industríales y gases provocados por la descomposición de materias orgánicas".

• Y añade: "La presencia de gasolina • .V ina se originó en la fuga de este com-H bustible a través de un orificio provocado

por los efectos corrosivos dc la tubería de una toma de agua potable instalada sobre

Iel poliducto de Pemex". De acuerdo con la información de Pe­

tróleos Mexicanos, en los últimos 2 años se produjeron 107 mil 803 toneladas de hexano, mismas que se incorporaron al

Iproceso de elaboración de gasolinas Nova y Magna Sin, así como a los merca­dos externos.

En 1991, el promedio de ventas inter-

• La empresa no se siente culpable: Casanova

El h e x a n o , c o m p o n e n t e de

Nova y Magna Sin: P e m e x ñas de Magna Sin representó 11.15 por ciento del total, mientras que las de Nova significaron 88.85 por ciento. Durante enero de 1992, la venta doméstica del combustible ascendió a 73 millones 776 mil litros. En dicho mes, la comercializa­ción en el mismo mercado de Magna Sin se elevó a 11 millones 257 mil 200 litros y la de Nova a 62 millones 518 mil 800.

En este contexto, Casanova informó que "independientemente del carácter trágico y lamentable de la explosión, el grave problema que experimenta Pemex

en estos momentos es la responsabilidad de abastecer adecuadamente a la segunda zona más consumidora de combustibles del país". En la última semana, a partir de la catástrofe, Petróleos Mexicanos ha surtido a dicha área 11 millones 500 mil litros de gasolina.

El informe técnico de la paraestatal in­dica también que el programa anual de mantenimiento de instalaciones revisó, en el transcurso de 1991, el estado de la protección catódica instalada, 19 mil 636 kilómetros de tubería —sólo 33.8 por

PERSISTE EL PELIGRO

Gasolinera clausurada en la ciudad de Guadalajara. Tras la tragedia se toman las precauciones • Foto: Guillermo Sologuren

EL PAÍS E '^Jomada

ciento del total—, siendo necesario refor­zar 2 mil 433 kilómetros y se instaló este sistema a 965 kilómetros más de tubería.

En el informe de Pemex se explica que se terminaron tres proyectos: el desarrollo de aditivos multifuncionales mejorados para nuevas gasolinas; el desarrollo del proceso de isomerización de pentanos — hexanos para producción de gasolina de alto octano—, y el tratamiento y reutiliza­ción de aguas urbano-industriales de la ciudad y refinería de Salamanca.

Sin embargo, el vocero de la paraesta­tal sostuvo: "La planta de isomerización está en construcción; no se ha puesto en marcha el proceso de inclusión de hexano y pemano para elevar el octanage de las gasolinas. Pemex aporta todas las prue­bas a la PGR y fundamentalmente en si­tuaciones como ésta, cuando ya se involucra investigación federal".

Según indica el más reciente informe de labores, Pemex ha tendido a lo largo del territorio nacional más de 58 mil kiló­metros de ductos, de los cuales —según indica— durante 1991 fueron revisados en más de 90 por ciento.

Un analista del sector energético ofi­cial, que pidió no ser identificado, sos­tuvo que entre 1982 y 1992 Pemex ha dejado de invertir más de 30 mil millones de dólares en esta industria para atender sus programas de mantenimiento y ex­pansión.

Por lo que toca a la frecuencia de inci­dentes en instalaciones de Pemex, el in­forme señala que entre 1990 y 1991 hubo un incremento de dos puntos porcentua­les; el total de incidentes ocurridos creció casi 30 por ciento; el número de instala­ciones fuera de operación por incidentes pasó de 547 a 693 de un año a otro, lo que implica un crecimiento de 26.7 por ciento.

Casanova puntualizó: "Esperamos que la PGR esclarezca y precise las res­ponsabilidades; mientras tanto, nuestra acción del domingo sólo fue de aporta­ción solidaria, no de indemnización".

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I ;

E l miedo siempre es mal consejero. Mucho más cuando va junto a las malas compañías de la ira, el ren-

Icor y la impotencia. Luego de la catás­trofe de Guadalajara, sepultados ya los muertos, perdida la esperanza de encon­trar con vida a los desaparecidos y mal resanados los heridos a sufrir durante .'¡^^kk-mp" las uiroiev. curaciones • nu­

il a los quemados, un panorama mbrío de miedo se extiende ya por toda

a República. Aquí y allá se destapan cloacas y cola­

deras. La gobernadora de Yucatán de-Hnuncia que hav combustible vertido en Hos mantos freáticos de Mérida \ pide a la • k e d u e v a Pemex la supervisión dc los

sistemas de seguridad en las gasolineras locales. No podría ser de otra manera,

§ueslo que las gasolineras y los lavaderos e automóviles en la ciudad blanca, tiran us residuos a los pozos de la ciudad sin

ningún tratamiento. Ayer se extrajeron 80 mil litros de agua con gasolina de po-es domiciliarios y a título de demostra-

Bión se acercó un ceril lo al agua Hlerramada de una cubeta. Se hizo la luz...

Otro tanto sucede en Coahuila, en

(onde los representantes populares han olicitado al Gobierno que emprenda in-estigaciones minuciosas para conocer el

grado de peligrosidad que implica el que las industrias dc Saltillo arrojen todos los

^t ías desechos tóxicos a los drenajes. Por l u parte, el préndente del Consejo Con-^n:!tiwi de la ciudad de Acapulco pidió ^^iu- N trasladen a otro lugar los depósi­

tos de Petróleos Mexicanos que están en plena bahía, dado el peligro que repre-

• Víctor Alfonso Maldonado •

Sin odio y sin rencor

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sentan para la zona hotelera y las colo­nias muy pobladas que existen en los alrededores.

En Poza Rica hubo que evacuar a más de 50 personas de la colonia Morelos, porque una mezcla de aguas negras con ácidos y gases derivados del petróleo inundó sus viviendas hasta una altura de 50 centímetros. Ningún estado de la Re­pública parece escapar a la sicosis colec­tiva que ha desalado la catástrofe de Guadalajara, sicosis que no corresponde, como suele pasar en estos casos, a situa­ciones imaginarias. Por el contrarío y por desgracia, la gran tragedia ha servido como caja de resonancia para hacer escu­char las voces de ciudadanos que con jus­tificada razón señalan anomalías con la esperanza de que, esta vez sí, sus voces serán escuchadas.

Pero no siempre los desastres, sobre todo los que no son naturales sino alri-buibles a la negligencia, la ineptitud o la corrupción, sirven para remediar los grandes males. Tal parece que, acostum­brados a enfrentar cotidianamente los peligros, nos hemos habituado a conv ivir con ellos. Las denuncias que aparecen regularmente en la prensa, las quejas mu> fundamentadas de los ciudadanos y la arrogante solemnidad de los funciona­rios públicos que amparados por un ejér­cito de secretarios encargados dc filtrar las llamadas, hacen poco caso dc los cla­mores ciudadanos, frustran los intentos de diálogo directo entre gobernantes \ gobernados. Así, nos enteramos con es­

tupor que en San Juan Ixhuatepec los 300 mil habitantes de la zona siguen obliga­dos a vivir junto a las gaseras y a la planta de acopio de Pemex, que en su momento fueron señaladas como respon-sables de la tragedia. Pese a las quejas repetidas de los colonos, que se lamentan del permanente olor a gas que existe en el lugar y que no están muy convencidos de las explicaciones tranquilizadoras de Pe­mex ni de las promesas de cuatro gober­nadores que se han sucedido desde la explosión de San Juanico, no ha habido en apariencia sino soluciones parciales a los problemas que en otro tiempo genera­ron la tragedia.

Triste privilegio el de la zona metropo­litana en donde parecen concentrarse las dificiencias y, por lo tanto, las denun­cias. Fl subsuelo de la ciudad, en cons­tante proceso de reacomodo en una zona sísmica, no es terreno muy apto para conservar en buen estado la enorme red hidráulica que requiere una ciudad de es­tas dimensiones. I na dependencia con siglas horrorosas e impronunciables, la DGCOH, mejor conocida como Direc­ción General de Construcción y Opera­ción Hidráulica del Departamento del Distrito Federal, ha elaborado un in­forme que se reseñó no hace mucho en La Jornada, en el cual advierte que los nivelts de riesgo en la ciudad de México se agravan porque las industrias vierten en el drenaje residuos peligrosos que ge­neran gases, corroen la infraestructura e incluso provocan explosiones.

Altos funcionarios del Departamento del Distrito Federal corrobaron dichas afirmaciones cuando en la Asamblea de Representantes, a pregunta expresa de un reportero, afirmaron que el 95 por ciento de ¡os desechos industriales, incluidos los residuos* tóxicos y peligrosos, se vierten en el drenaje porgue no existen confina­mientos específicos para ello. No por eso debemos alarmarnos, pues acto seguido explicaron que tal situación no repre­senta riesgo si se vierten continuamente, conforme las vaya generando la indus­tria, pues las grandes cantidades de aguas residuales —más de 160 mil litros por se­gundo— que corren por los ductos del drenaje, los lavan. Malo que se virtiera todo al mismo tiempo. Fntonces sí ha­bría peligro de graves explosiones... ¡Ah, vaya!

Más que justicia, los tapatíos parecen pedir venganza. No es para menos si pen­samos que contrariamente a los desastres naturales, este infortunio 5/ pudo ser evi­tado. Comenzará ahora la ronda de los chivos expiatorios, las profesiones de inocencia y los planes y proyectos de fun­cionarios para, ahora sí y mientras decre­cen la conmoción y los síndromes, (apar el pozo y cubrir las formas que permiti­rán en un futuro próximo volver a las vibrantes declaraciones.

Fntretanto, una población doliente, ofendida, impotente, velará las tumbas de sus parientes y amigos v, en espera de mejor justicia v mavor eficacia en la ges­tión de la administración pública, recor­dará el paso de quienes abrigados en ¡a tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor...