notas sobre la espiritualidad rastafari

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Page 1: Notas Sobre La Espiritualidad Rastafari

Espacio Laical 4/2008 84

Rastafari, como movimiento es-piritual, quizás sea uno de los

aspectos menos conocidos de esta cul-tura. El reggae1, los dreadlocks2 y elestilo con el cual la sociedad identificaa sus practicantes son algunos de losrasgos de Rastafari que más han tras-cendido, en algunas ocasiones con sen-tidos diferentes al aportado por el gru-po. En el caso de Cuba, la presencia deRastafari es bastante reciente, motivoque determina la escasez de informa-ción, algunas dudas, conflictos, curio-sidad e interrogantes por parte de lasociedad. Pretendemos en este artículohacer referencia a algunos de los aspec-tos más importantes de la espiritualidadrasta, la cual no sólo se define por laexistencia de un ser sobrenatural, sinoque también incorpora a la misma unmodo de vida y alimentación, prácticasreligiosas, vestimentas, pensamientos einclusive un modo particular de hablary comunicarse con los demás3.

Los rastas defienden la creencia delCristo negro del antiguo reino salomó-nico de Etiopía. Consideran reino di-vino salomónico al que estableció RasMakonnen Haile Selassie I Ras Tafari(“cabeza de la creación” o “cabezacreadora” en amárico), primo lejanodel emperador Menelik, descendientedirecto del linaje de David y rey núme-ro 225 sobre el trono divino. Las profe-cías dicen que el hijo del rey Salomón yla reina Makeda de Saba, Menelik, se-ría coronado Rey de Reyes y Señor deSeñores. Rastafari, grupo que se con-forma en Jamaica, sostiene que la pro-fecía fue cumplida el 2 de noviembrede 1930, cuando el emperador Selassiefue coronado en Etiopía con el título deNegus Negast (“Rey de Reyes”).

El estudio del Antiguo Testamentolleva a Rastafari a concebir que el tro-

no de Etiopía es el trono de Dios en latierra, según la conveniencia estableci-da entre Dios y el rey David4. El tronoetíope tenía cerca de tres mil años deantigüedad, y confirmaba la promesade Jahweh de mantener las dinastíasde David y Salomón (la Tribu de Judá)eternamente: “durará tanto tiempocomo el sol, como la luna a lo largode los siglos” (Sal. 72:5). Selassie fuevisto como el sucesor del Mesías de lacasa de Judá, quien “debería reunirlos

de Rastafari, puesto que las circunstan-cias epocales de explotación, pobreza,racismo, esclavitud, y opresión (socialy cultural) por las que habían atravesa-do y atravesaban Jamaica, el Caribe ytambién América continental aportaronuna base fundamental al nacimiento delas ideas que más tarde situarían a RasTafari como al “elegido”.

En el año en que Haile Selassie lle-gó al trono, en Jamaica (en ese enton-ces aún colonia británica) los prejuicios

Notas sobre la espiritualidad rastafari

Por MARÍA AGUSTINA LARRAÑAGA

Ras Makonnen Haile Selassie I Ras Tafari (“cabeza de la creación” o “cabeza creadora” en amárico).

de las tierras de cautiverio y brindarlesde regreso a su propia tierra” (Napti1995: 9).

Para muchos jamaicanos, la lle-gada del emperador significó el cum-plimiento de profecías bíblicas y eladvenimiento del nuevo Mesías. Sinembargo, la coronación de Selassie noexplica suficientemente el surgimiento

raciales y las dificultades económicasevidenciaban altos índices de desem-pleo y pobreza para la población negraradicada en la isla. Por otro lado, elregreso a su Jamaica natal de quieneshabían emigrado años atrás y que des-pués de un tiempo, debido a la depre-sión económica de 1929, volvían a sulugar de origen trajo consigo una olea-

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da de nuevas ideas, planteamientos quetenían que ver con los conflictos jamai-canos y también con las problemáticasque se sucedían en diferentes partes deAmérica continental e insular y que,ante todo, aludían al llamado problemanegro. Un mismo espacio propiciabaque los jamaicanos que vivían en la islase encontraran con los que habían re-corrido otros países; las ideas comen-zaron rápidamente a fundirse en nuevaspropuestas de subsistencia y dignidad.Las historias de la resistencia negra dela diáspora al colonialismo y al racismoy las distintas tendencias, grupos y ma-nifestaciones que surgían en el mundocon diferentes demandas (tanto racia-les como clasistas, aunque la mayoríade las veces se fundieran en una sola),llevó a los jamaicanos a responder a susituación con un cambio de concienciaque se tradujo en diferentes formas deasumir la lucha, dentro de las cuales seencuentra el grupo estudiado.

A partir de las lecturas de la Biblia,los jamaicanos comenzaron a descu-brir en esta obra referencias y nombresfamiliares que remitían a África y enparticular a Etiopía. Así, concluyeronque no podían ser inferiores a los blan-cos, puesto que venían directamente detierras sagradas. Con el tiempo cons-truyeron sus propias iglesias y les die-ron nombres etíopes5. En el siglo XIX,algunos estudiantes jamaicanos quepodían leer y escribir en lengua ingle-sa comenzaron a investigar la historiade Etiopía: descubrieron que diferen-tes historiadores aludían a esas tierrascomo el origen de una civilización“intachable”6.

Marcus Mosiah Garvey, quien fuerauno de aquellos estudiosos de la his-toria de Etiopía y de la Biblia, soste-nía a principios del siglo XX que silos blancos podían concebir un Diosblanco, y los asiáticos tenían tambiénsu propio Dios, que de igual forma lospueblos negros habían encontrado unnuevo ideal, al que adorarían a travésde la imagen de Etiopía. Aunque élno se refería a un dios particular, lasinterpretaciones de la Biblia que otrosestudiosos hacían encontraron una con-firmación en la coronación de HaileSelassie. Habiéndose cumplido la pro-

fecía del retorno del Dios Negro y bajolas ideas de unificación de los pueblosnegros del mundo contra los blancosexplotadores, Etiopía se convirtió enestandarte de libertad e independencia,en modelo cultural y religioso por sucarácter de reino antiguo.

Así es que el Jah, apócope deJahweh, es Dios para Rastafari en Ja-maica y también en Cuba. Por tanto,para los entrevistados cubanos es tanimportante como para los rastas deotras nacionalidades. Nuestros infor-mantes manifestaron que Selassie noes más que el segundo Mesías en latierra y que, así como Cristo (o Em-manuel) tuvo su momento en la histo-ria, Ras Tafari lo tiene en la actualidad.De ese modo, el Jah es el que guía alos hombres en su camino, los acom-paña y los aparta de todo lo malo. Esquien alimenta el espíritu y lo fortalecedándoles a los hombres seguridad antela vida. Rastafari se considera hijo deDios, por eso siempre el rasta es unJahman (“hombre del Jah”). Ser hijosdel Jah los unifica como movimiento,sin importar las diferencias que entreellos existan. Los practicantes rastas,entonces, siempre son hermanos/as en-tre sí. La unión entre los practicantestambién tiene su correlato con la repre-sentación del sobrenatural, y esto seevidencia cuando apreciamos la visión(negra) que el grupo elabora acerca dela imagen física de Dios.

La lectura de la Biblia y la oraciónsuelen así acompañar la cotidianeidaddel rasta. En conversaciones grabadaspara nuestras entrevistas han aparecidoindicios de la importancia de la lecturay la reflexión de los mensajes bíblicos;además, es común entre ellos hablarsobre diferentes pasajes, salmos y es-critos que les llaman la atención y lesdejan determinados conocimientos7.

Es el Jah quien permite a los hom-bres estar en contacto con la naturalezay sus frutos, por eso para Rastafari es-piritualidad, hombre y naturaleza sonun núcleo indivisible. Los rastas se vin-culan con el entorno natural aprendien-do del mismo y procurando ser lo másinofensivos posible. Consideran quetodo lo necesario para la vida del hom-bre está en la tierra y que el “secreto”

consiste en escuchar los mensajes y lasenseñanzas que de allí provienen. Aesta relación particular que ellos pro-ponen, la denominan también naturalmystic (“la mística de lo natural”). Poreso consideran que sólo renunciandoa las banalidades del mundo materiales que el hombre puede acceder a losconocimientos y enseñanzas más anti-guos, muchas veces ignorados u olvi-dados por las sociedades actuales, y,así, acercarse al Edén, al Paraíso, alMonte Sión. De este modo, la espiri-tualidad rasta siempre se opone a losvalores de Babilonia.

Babilonia, dentro de la cosmovisiónrasta, es cualquier actitud, pensamien-to o acción que pueda considerarse deuna manera negativa (al menos por elgrupo). Para Rastafari el mal no estárepresentado sólo por hechos sobre-naturales (Satanás), sino también poractitudes humanas. Así, la represen-tación de Babilonia es una manera dedeslegitimar y neutralizar y, a la vez,de evidenciar, los actos de individuos,estructuras e instituciones que busquencontrolar al hombre y a la naturaleza.Por otro lado, entonces, es la alterna-tiva (el modo de vida) que proponeRastafari la que nuestros entrevistadosencuentran válida.

Sión, como metáfora espacial ytemporal, es la otra cara, la contrapro-puesta que Rastafari construye comoalternativa de Babilonia. Y decimosque es metáfora porque ni Babilonia nisu contraparte son espacios concretos oreales sino que se articulan y funcionanen dependencia de las actitudes asumi-das por las personas. Las acciones, tan-to individuales como sociales, son lasque determinan que los distintos espa-cios y circunstancias se conviertan enbabilónicos o místicos. Sión, entonces,representa lo místico, que es la relacióncon la naturaleza, la alternativa espiri-tual que Rastafari provee a los practi-cantes8.

El concepto de natural mystic expli-ca la relación que el rasta tiene con lareligión. En las conversaciones sobreel tema con nuestros informantes cuba-nos aparecieron comentarios negativoshacia la misma y lo que este conceptoimplica: en la mayoría de los casos op-

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taron por la palabra espiritualidad (al-gunas veces también utilizaron filoso-fía de vida) para referirse a Rastafari ymanifestaron no estar de acuerdo con eltérmino “religión”, muy utilizado pordistintos especialistas para definir almovimiento. Esta diferenciación tieneque ver con la identificación religión-Babilonia9.

Analizando con detenimiento estosdos pilares de la cosmovisión rasta escomo podemos apreciar las distintasprácticas y características que cons-tituyen al rasta en un practicante. Laalimentación vegetariana, el no con-sumo de alcohol o tabaco, la curaciónmediante la medicina natural tradicio-nal, el pelo con dreadlocks como señalexterna de una consagración (el “votonazareo”) asumida por cada quien, lavestimenta al estilo africano, el reggaey otros tantos aspectos más dentro deesta cultura, se desprenden de la di-cotomía Sión/Babilonia y nos invitana apreciar con mayor importancia estamanifestación espiritual.

Podemos decir que Rastafari surgeen Jamaica en la década del treinta delsiglo XX gracias a un cúmulo de ideasque combinan cuestiones religiosas (bí-blicas ante todo), culturales y socialesy que se corresponden con el pensa-miento antillano y americano de aquelentonces. En los últimos 40 años Rasta-fari ha llamado y aún llama la atención:intelectuales, amantes del reggae, per-sonas de distintas nacionalidades y di-versos grupos etarios quienes, atraídospor la imagen y/o las ideas que Rastapropone, han convertido en esta últimaetapa a Rastafari en un fenómeno cadavez más conocido mundialmente10.

En el caso cubano, la entrada deRastafari al país data de los años se-tentas del siglo XX, aunque comienzaa crecer como grupo en los noventas.Los modos heterogéneos bajo los cua-les ingresó al país, la barrera idiomáti-ca y el contexto sociopolítico particularhan logrado, pese a la condición de ca-ribeños que une a sus practicantes, queRasta en Cuba adquiera algunos rasgosdiferentes a los jamaicanos. Sin em-bargo, es mediante la figura cohesio-nadora del Jah, divinidad rasta, comopodemos encontrar puntos de unión e

identificación identitaria entre los prac-ticantes rastas del mundo.

El 12 de septiembre de 1974 unajunta militar llevó a cabo un golpe deEstado, separó del poder a Haile Selas-sie y asumió el gobierno de Etiopía. ElEmperador fue encarcelado y no volvióa verse su imagen en público, se des-conocía el lugar de su confinamiento ysu familia también fue encarcelada y/oejecutada. Finalmente, cuando aparecióen los periódicos la noticia de su muer-te, fechada el 27 de agosto de 1975,fue tomada por los rastas como “pro-paganda occidental para subvertir laverdad”. Según las crónicas de la épo-

ca, no se realizó ningún oficio religiosoen conmemoración y, cuando algunosrastas llegaron allí, el lugar de su entie-rro había sido cambiado con un únicoobjetivo: conseguir que fuera olvidadolo antes posible (Bermúdez 2005:53)11.Sin embargo, los rastas consideran queaunque el cuerpo físico de Selassie yano esté entre los hombres terrenales, suespíritu continúa y continuará guián-dolos en la vida porque es, ante todo,eterno e inmortal.

El cantante jamaicano Bob Marley, importante exponente de la música reggae en nuestro continente.

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BIBLIOGRAFÍA:- Bermúdez, Darío (2005): Rastafaris. La mís-tica de Bob Marley. Editorial Kier. Buenos Ai-res.-Hansing, Katrin (2001): “Los Rastafaris: gue-rreros del amor”. En http://www.cubaliteraria.com/edielect/pdfs/caminos22.pdf- Hansing, Katrin (2005): “Rastafari a lo cuba-no”. En www.casadelasamericas.org - La Biblia. Editorial Artes Gráficas Carasa. Madrid.- Larrañaga, Agustina (2007): “Un análisis so-bre el movimiento Rastafari en Cuba: la riqueza espiritual como alternativa contra la pobreza”. Trabajo presentado en el Seminario interna-cional “Pobreza, religión y justicia social en América Latina y el Caribe”. CLACSO-CROP, FLACSO y Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo. Santo Domingo, República Dominicana.- Napti (1995): “Jamaicanos de origen etiope y la lucha rastafariana”. En www.geocities.com/leondejudah/n.1 Artículo tomado de Ca-ribbean Lifestyles. Kingston.- Reguillo Cruz, Rossana (2000): Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desen-canto. Grupo Editorial Norma, Buenos Aires. En http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T03_Docu7_Emergenciadeculturasjuveniles_Cruz.pdf- Zúñiga Núñez, Mario (2005): “La brújula en Babilonia: resistencia y plegaria en los discur-sos del reggae costarricense”. En Zúñiga Núñez Mario comp. (2005): Cuadernos de Ciencias Sociales 136. Culturas juveniles. Teoría, his-toria y casos. FLACSO Costa Rica. Pp. 57-59. En http://www.flacso.org.cr/uploads/tx_galileo-documentationcenter/cuaderno_136.pdf

Ritmo musical jamaicano que caracte-1.riza a Rastafari. Los dreadlocks constituyen la melena 2.del rasta. Consisten en dejar ensortijar naturalmente el cabello; es decir, no es para los practicantes un peinado sino “una manera natural de llevar el pelo”. Este artículo se basa en el trabajo de 3.campo de nuestra investigación, en el cual se realizó un total de cincuenta en-trevistas (aproximadamente treinta ho-ras de grabación) a practicantes rastas cubanos de ambos sexos y de edades que oscilaron entre los 7 y los 50 años. Las entrevistas se efectuaron en distin-tas provincias de Cuba. Aquí se refleja lo que en ellas ha aparecido dicho por los practicantes. “Haré grande tu nombre tanto como 4.el de los más grandes de la tierra y pon-dré en el lugar que le corresponde a mi pueblo de Israel.” [...] “Cuando tus días hayan concluido y te acuestes con tus padres, levantaré después de ti a tu des-cendiente, al que brota de tus entrañas, y afirmaré su realeza” [...] “Tu casa y tu realeza estarán siempre ante mí, tu tro-no será firme para siempre”. (2 Samuel 7). Napti (1995: 8) menciona al respecto 5.que en África, en África del Sur y en el Caribe, emergieron alrededor de dos-cientas independientes iglesias africanas con nombres etíopes. La Iglesia Etíope Sión, la Iglesia Bautista Etíope, la Iglesia Metodista Etíope y la Iglesia Cóptica de Abbysinia, entre otras. Darío Bermúdez (2005: 114) propone 6.que la visión de África entonces se va a simbolizar en un punto fundamental de la geografía negra, que es Etiopía, el lugar sagrado de África. […] Etiopía entonces va a representar a distintos sitios que han sido la matriz de grandes civilizacio-nes anteriores a Occidente. Esto es muy importante para el modelo mental que se va a proponer, porque demuestra que los africanos tenían conocimiento y po-der antes que el occidental. Por lo tanto, según esta visión, la sabiduría primera y primordial del hombre sería entonces africana. Vemos que la importancia que adquiere Etiopía tiene que ver con una construcción que conjuga lo histórico con lo mítico y que, tanto para africanos como para sus descendientes, permite la elaboración de símbolos, de ideales, que remiten a la libertad, a la dignidad y, ante todo, al orgullo (ancestral) de los negros. Por este motivo, las explicacio-nes históricas acerca de la procedencia de los esclavos (quienes fueron traídos a América mayoritariamente de la costa occidental africana y no de la oriental) son irrelevantes para muchos jamaica-nos y para todos los rastas. Algunos entrevistados expresaron 7.haber leído la Biblia en su infancia por influencia de sus padres o algún fami-liar cercano. Pero otros informantes se acercaron a este libro por primera vez

gracias a Rastafari. En todo caso, es bueno resaltar que tanto los que no lo conocían como los que ya habían he-cho una lectura previa, destacaron que la meditación sobre las enseñanzas que en la Biblia aparecen tuvo lugar desde que ellos se acercaron a Rastafari. Zúñiga Núñez (2005: 75) comenta al 8.respecto que “es interesante que tanto Babilonia como Sión no son espacios en sí mismos, sino que dependen de las relaciones sociales para existir como tales. En este sentido, la idea de “terri-torio” se torna fundamental en la lucha simbólica que dan estos grupos. Así, para multiplicar la idea de Jah, se debe transformar un territorio existente, que está dominado por relaciones sociales que no coinciden con el estilo de vida rastafarian. Por ello, a Sión no se llega, se le crea, es un lugar utópico (y por tanto inalcanzable), pero se le puede practicar según un paradigma de rela-ciones sociales que se escoja”. Nos dijo uno de nuestros informantes: 9.“la religión es un grupo de normas, pre-ceptos y regulaciones, que con el paso del tiempo se ha convertido en política divisoria y en una herramienta para lle-gar al poder. En cambio, la espirituali-dad es otra cosa, es conexión de Yo y Yo con un espíritu.” Katrin Hansing (2005: 1) menciona 10.que hoy día pueden hallarse comunida-des de rastafari y jóvenes inspirados por los dreadlocks en todo el Caribe, en par-tes de Centroamérica y Brasil, Nortea-mérica y Europa, y en muchas regiones del África, así como entre los maoríes de Nueva Zelanda, algunos grupos indí-genas norteamericanos en los Estados Unidos y muchos jóvenes japoneses. Rossana Reguillo (2000), por su parte, menciona a los raztecas de México y a los rastainos de Puerto Rico, grupos que desde Rastafari han asumido reivindica-ciones que tienen que ver con su identi-dad nacional histórica y cultural. Noso-tros hemos podido constatar, mediante entrevistas con practicantes, con otros investigadores y por datos aparecidos en Internet, que en América Latina exis-ten rastas practicantes al menos en: Argentina, Uruguay, Chile, Costa Rica, Colombia, Panamá, Venezuela, Brasil, México y Puerto Rico. Katrin Hansing (2001: 1) afirma que un estimado de junio de 1977 calcula que en el mundo hay un millón de rastafaris practicantes, que los simpatizantes ascienden a más del doble de esa cifra y los fanáticos del reggae son muchos más. Si bien nos es difícil actualizar estos datos o, al menos, estimar el crecimiento del movimiento en los últimos años, esta cifra puede servirnos para hacernos de una idea aproximada sobre el nivel de repercu-sión que Rastafari ha tenido mundial-mente. “La historia corrigió su rumbo un cuar-11.to de siglo después, en noviembre de

2000. Sus restos fueron llevados a la Holy Trinity Cathedral de Addis Ababa y colocados junto a los de su esposa, la emperatriz Menen, en una emotiva ce-remonia llevada a cabo por sacerdotes ortodoxos etíopes, quienes aún lo consi-deran su jefe” (Bermúdez 2005: 53).