nota de aceptación · de bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una...

86
Nota de Aceptación _________________ Evaluadores Víctor González _____________________________ Carl Langebaek _____________________________ Carlos del Cairo _____________________________ Director de Tesis José Luis Socarrás _____________________________

Upload: others

Post on 24-Jun-2020

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

Nota de Aceptación

_________________

Evaluadores Víctor González _____________________________

Carl Langebaek _____________________________

Carlos del Cairo _____________________________

Director de Tesis José Luis Socarrás _____________________________

Page 2: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

2

UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

Programa de Arqueología

Facultad de Estudios de Patrimonio Cultural

Trabajo de grado:

Indicadores arqueológicos de la producción textil prehispánica en la Sabana de Bogotá

Presentado por:

Luis Felipe Navarro Páez

Director:

José Luis Socarrás Pimienta

Septiembre de 2017

Bogotá D.C

Page 3: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

3

Because somethings are just worth fighting for

James Raynor

Page 4: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

4

Agradecimientos

Estas palabras las quiero dedicar a todas aquellas personas que, no solo ayudaron

a la construcción de las ideas plasmadas en este documento, sino que ayudaron a

formarme como persona. Que de una u otra manera influenciaron en mi vida, tanto

privada como profesional, aportaron enseñanzas en el camino.

Primero quiero agradecer a todos aquellos que me abrieron las puertas de sus

instituciones y dedicaron tiempo e interés en colaborar con en el desarrollo de este

trabajo. A Patricia Ramírez del depósito de arqueología del Museo Nacional, a

Juanita Sáenz del Museo del Oro, a Lucero Aristizabal y Carl Langebaek de la

Universidad de los Andes, a Fernando Montejo y el equipo del laboratorio del

ICANH, a José Vicente Rodríguez de la Universidad Nacional de Colombia, al

equipo del laboratorio para el proyecto de Nueva Esperanza de INGEDISA S.A. y a

Braida Enciso, que colaboró aclarándome una información importante sobre la

situación del depósito en el Museo Nacional

Segundo, quiero agradecer a los arqueólogos que con sus comentarios, no solo

ayudaron en el proceso de tesis, sino también en mi vida privada y profesional. Al

profesor José Luis Socarrás, que no solo guio este trabajo, sino también toda mi

carrera, con una eterna confianza y paciencia. Siento un honor inmenso poder

llamarlo maestro. Al profesor Roberto Lleras, que ayudó con sabiduría y consejo

desde el día que tuve la entrevista para entrar a la carrera. A Víctor González, que

en sus enseñanzas encontré mi interés académico. A Sebastián Fajardo que ayudó

bastante como una guía externa en el desarrollo de este trabajo, siempre ha sido

un gran amigo y le debo mucho de lo que he logrado hoy en día. A Paloma

Leguizamón, quien considero mi primera jefa, siempre apreciaré las oportunidades

que me ha dado y confianza que ha tenido en mí. Además de los ya mencionados,

también quiero agradecer a los profesores Carlos Del Cairo y Juan Vargas, que con

sus comentarios ayudaron a quitar varios bloqueos que tuve durante la construcción

de la tesis ayudando a una mejor construcción de esta.

Page 5: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

5

Segundo quiero agradecerle a mi familia. A mis tías y su eterna crianza, que

ayudaron a formar carácter y criterio (así sea para contestarles). Si no fuera por su

buena alcahuetería, nunca hubiera sido arqueólogo, entre muchas otras cosas que

me definen hoy en día. A mis abuelos, sencillamente por ser los progenitores de

todo lo Páez, una lucha constante pero llena de aprecio. A mis primos, que desde

pequeño me han guiado (y aguantado), convirtiéndose hoy en día en mi ejemplo a

seguir. A mi papá, por demostrarme que el sentido de ética y “amor por la patria”

(como diría mi hermana) pueden venir en los genes, sin importar la crianza. A mi

mamá, por todo lo que otorgó (inclusive una fuente infinita de humor negro). A mis

hermanas menores, por darme la oportunidad de “ser un adulto responsable”. Y, a

mi hermana mayor Juana, porque todas las oportunidades en que podemos jugar

Juego de Gemelas versión creepy y darks, demuestra que ha sido mi apoyo más

grande e incondicional durante mi vida.

Tercero quiero agradecerles a todas las personas que han compartido conmigo

estos años de vida de una manera importante. A mi novia Melissa, por todo el apoyo

que me dio durante los días más difíciles de este proceso (a pesar de que no sabía

qué era exactamente un volante de huso) y principalmente por abrirme a un mundo

de cariño que ha permitido que mantenga la frente en alto todo este tiempo,

inspirándome para seguir adelante. A los Compadres, porque crecimos juntos, y

gracias a ustedes nunca me sentí solo o marginado, y sé que será así por muchos

años más. A los “Perros” (también los “Buffet King”) porque con ustedes no solo

encontré un nicho en la arqueología, sino también unos amigos infalibles, siempre

dispuestos a lo que sea, siempre y cuando se empiece con una buena cerveza. A

Alejandro Rincón y el combo de Arckanum Store, que si no fuera por ustedes, nunca

hubiera podido apreciar el hidromiel del mejor metal pagano. Y a los miembros de

SAS, que a pesar de todos los regaños, he aprendido mucho con ustedes intentando

ser un buen líder y siempre estaré orgulloso de llamarlos hermanos.

¡Lok’tar Ogar!

Page 6: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

6

Contenido Introducción ....................................................................................................................................... 8

Capítulo 1- Antecedentes ................................................................................................................ 11

Sociedades Complejas en el Altiplano Cundiboyacense .............................................. 11

Evidencias de producción textil en el Altiplano Cundiboyacense.............................. 13

Capítulo 2 – Marco teórico ............................................................................................................. 18

¿De dónde proviene el estudio de la producción en la arqueología? ....................... 18

¿Qué es la producción? ......................................................................................................... 20

Categorías para analizar la producción ............................................................................. 21

Fases de producción textil y otras perspectivas de estudio ........................................ 23

Capítulo 3 - Metodología ................................................................................................................ 26

Determinar la muestra de estudio ........................................................................................ 26

Construcción de la base de datos ....................................................................................... 27

Llevar la base de datos a un SIG .......................................................................................... 29

Clasificaciones utilizadas ...................................................................................................... 31

Análisis estadístico ................................................................................................................. 35

Capítulo 4 – Resultados y discusiones ........................................................................................... 37

Sobre los indicadores arqueológicos de la producción textil prehispánica: la

necesidad de explotar la evidencia ya existente ............................................................. 37

Sobre la especialización de los artefactos de producción textil: viejas evidencias,

viejos problemas, diferentes perspectivas ....................................................................... 40

Análisis funcional de volantes de huso y artefactos óseos ..................................... 40

Patrones de diseño en volantes de huso....................................................................... 46

Sobre los centros de producción especializada: primeros pasos en un problema

de escala ..................................................................................................................................... 51

Capítulo 5 – Conclusiones............................................................................................................... 62

Bibliografía ...................................................................................................................................... 66

Anexo 1 – Información específica de los atributos de la base de datos ...................................... 78

Anexo 2 – Gráficas complementarias ............................................................................................ 81

Anexo 3 – Base de datos y fotografía (archivo digital) ................................................................. 84

Anexo 4 – Criterios de clasificación para los patrones de diseño ............................................... 85

Page 7: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

7

Tablas

Tabla 1 - Resultados de la prueba t de Student ................................................................................ 42

Tabla 2 - Porcentaje de presencia de cada patrón de diseño con relación a la morfología ............. 47

Tabla 3 - Presencia de los diferentes tipos morfológicos de volantes de huso por cada sitio ......... 58

Tabla 4 - Porcentaje de presencia de cada patrón de diseño con relación al sitio ........................... 59

Figuras

Figura 1 - Fases de producción y sus indicadores ............................................................................. 27

Figura 2 - Modelo Entidad - Relación para la base de datos de los indicadores ............................... 28

Figura 3 - Visualización dentro de ArcCatalog (parte de ArcGIS) de las tablas presentes en la base

de datos de Access después de una conexión OLE DB...................................................................... 30

Figura 4 - Visualización dentro de ArcMap (parte de ArcGIS) de los detalles de georreferenciación

para la tabla de consulta ................................................................................................................... 30

Figura 5 - Muestra de la simetría de los patrones de diseño en los volantes de huso ..................... 32

Figura 6 - Morfologías de volantes de huso. (Tomado y adaptado de Boada 2009:284-85) ........... 33

Figura 7 - Patrones de diseño presente en los volantes de huso. A la derecha la numeración para

designar un tipo y a la izquierda las variedades definidas ................................................................ 35

Figura 8 - Morfología de las herramientas óseas relacionadas con la producción textil .................. 35

Figura 9 - Sitios agroalfareros de la Sabana de Bogotá ..................................................................... 38

Figura 10 - Sitios con indicadores de producción textil .................................................................... 39

Figura 11 - Diagrama de bala con los resultados de la prueba t de Student aplicada a los índices de

forma ................................................................................................................................................. 42

Figura 12 - Diagrama de bala con los resultados de la prueba t de Student aplicada a los pesos.... 43

Figura 13 - Muestra de lanzaderas y un punzón del sitio de Las Delicias. Para las lanzaderas, se

observa una diferencia de longitudes ............................................................................................... 45

Figura 14 - Conjunto de herramientas pertenecientes a una tumba del sitio Tibanica .................... 46

Figura 15 - Presencia de patrones de diseño con relación a la clasificación morfológica ................ 48

Figura 16 - Diferencias en el patrón de diseño 5 que muestran procesos cognitivos ...................... 50

Figura 17 - Cronología de los sitios con indicadores ......................................................................... 51

Figura 18 - Contexto de los sitios con indicadores ............................................................................ 52

Figura 19 - Cronología de los indicadores de producción textil ........................................................ 53

Figura 20 - Contextos de los indicadores de producción textil ......................................................... 54

Figura 21 - mapa que describe el intercambio de algodón y mantas, tomado de Langebaek

(1987:87) ........................................................................................................................................... 55

Figura 22 - Sitios agroalfareros de la Sabana de Bogotá categorizados por el tipo de documento . 56

Figura 23 - Metodologías de excavación implementada en los contextos ....................................... 56

Figura 24 - Porcentaje de presencia de cada patrón de diseño con relación al sitio ........................ 60

Page 8: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

8

Introducción

Los muiscas han sido considerados como una de las sociedades más complejas y

jerarquizadas que los españoles observaron con la llegada a América. Esta idea se

consolidó en las crónicas españolas (Broadbent 1964, Langebaek 1987, Therrien

1996), perduró durante la formación de la nación colombiana en el siglo XIX y con

la llegada de arqueólogos extranjeros en las primeras décadas del siglo XX

(Therrien 1996, Langebaek 2003). Desde entonces, uno de los intereses dentro de

la arqueología del Altiplano Cundiboyacense ha sido identificar factores que hayan

podido incidir en la complejización social de los habitantes prehispánicos de la zona,

resultado de una evolución social que va desde el 800 a.C. aproximadamente hasta

la llegada de los españoles.

Se ha planteado la posibilidad de que la acumulación de riquezas y el control de

excedentes de producción hayan podido desempeñar un papel importante en la

formación de las sociedades complejas del Altiplano Cundiboyacense (Boada

2007b, Reichel-Dolmatoff 1986). Según fuentes etnohistóricas y arqueológicas, el

intercambio de mantas fue una actividad importante dentro de la sociedad

prehispánica (Boada 2007b, Boada 2009, Broadbent 1982, Cardale 1988, Cortés

1990, Enciso 1995, Langebaek 1987, Langebaek 1992), pero poco se sabe del

proceso de producción textil, su grado de especialización, la escala de trabajo y la

incidencia que tuvo en la formación de un poder (Boada 2009: 273). Los vestigios

materiales hallados en contextos arqueológicos que se relacionan con la producción

textil son volantes de huso y herramientas para tejer fabricadas en hueso, pero en

contados casos se han tenido en cuenta otras evidencias materiales o perspectivas

distintas que puedan dar cuenta de diferentes fases de producción y de sus grados

de especialización (O’Neil 1972, Cortés 1990, Enciso 1995, Boada 2007b, 2009).

En contextos arqueológicos fuera del país se han planteado formas para estudiar la

producción textil. Alberti (2008), para sitios minoicos en Grecia, identifica diferentes

fases de producción textil y para cada una plantea los registros materiales que las

evidencian. La autora propone que al estudiar la cantidad y la intensidad de objetos

Page 9: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

9

arqueológicos acorde a su funcionalidad se puede determinar el tipo de trabajo y su

escala, aspectos que han sido ampliamente discutidos en la teoría arqueológica. De

manera semejante, varios autores han realizado estudios cuantitativos en volantes

de huso mesoamericanos para discutir la especialización textil (McCafferty &

MacCafferty 2000; Chase, Chase, Zorn, Teeter 2008; King 2011; Carpenter,

Feinman & Nicholas 2012). Para sectores del Altiplano, específicamente la Sabana

de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base

de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

y en los datos de los artefactos que pertenecen a cada una de estas. La información

resultante se analizó teniendo en cuenta dos aspectos: un SIG cartográfico e

información cuantitativa que se comparó utilizando procedimientos estadísticos.

Esto con el fin de complementar la información disponible sobre la producción textil

al ampliar el espectro de evidencias e indicadores que se tienen en cuenta y

relacionar de una manera integral la información ya disponible.

Langebaek (2006, 2008) al realizar una discusión sobre las diferentes teorías de

complejización social utilizadas para explicar los procesos prehispánicos en el

Altiplano Cundiboyacense, sintetiza que se han formulado dos posturas sobre

control económico: una que niega la idea de que un sector social tomara el poder al

apropiarse del control de la producción, a su vez manifestando una jerarquización

social tardía y otra que plantea que un sector social, al tener acceso a ciertos objetos

materiales, su control y producción, lograba crear focos de poder. Se espera que el

uso del modelo aplicado en esta investigación permita desarrollar diferentes

perspectivas para interpretar o reinterpretar los datos arqueológicos, y aportar

nueva información al debate planteado por Langebaek.

De esta manera, la investigación se enfocó en correlacionar evidencias

arqueológicas de sitios ya excavados, con el fin de responder la pregunta ¿cuáles

son los indicadores arqueológicos que evidencian las diferentes fases de la

producción textil prehispánica? A partir de la comprensión y organización de estos

indicadores se plantearon otros cuestionamientos ¿Es posible inferir la presencia

Page 10: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

10

de especialización de las fases de producción? ¿Se podrían evidenciar centros de

producción especializada?

Para llegar al análisis de estas preguntas, el presente texto se estructura de la

siguiente forma: en el primer capítulo se presentarán los antecedentes, compuestos

por la información de las sociedades complejas en el Altiplano Cundiboyacense y

las evidencias de producción textil presentes en la misma zona; el segundo capítulo

mostrará el marco teórico utilizado, que engloba el concepto de la producción dentro

de la arqueología, y las categorías afines; el tercer capítulo explicará la metodología

utilizada para la obtención de la muestra de interés para la investigación, la

construcción de la base de datos, el paso de esta a un SIG y el análisis estadístico

de datos cuantitativos; el cuarto capítulo expondrá los resultados acorde a las tres

preguntas de investigación, con una discusión que resalta el análisis realizado: y

finalmente el quinto capítulo, que concretará la información obtenida a lo largo de la

investigación y planteará reflexiones a futuro.

Page 11: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

11

Capítulo 1- Antecedentes

Sociedades Complejas en el Altiplano Cundiboyacense

Reichel-Dolmatoff (1986) explicó que los cacicazgos eran una sociedad con un jefe

supremo que ejercía un control sociopolítico y económico, y se preguntó por la base

que le daba poder a los caciques. Él definió a los muiscas como un estado incipiente,

un conglomerado político que superaba la etapa del cacicazgo pero que no llegaba

a la complejidad de un estado. Este planteamiento se basa en los registros que

dejaron los españoles, pues describían a los pueblos del Altiplano Cundiboyacense

como uno de los más civilizados de América y con una estructura social compleja.

A pesar de esto, Reichel-Dolmatoff (1986) también señala que el registro

arqueológico que da cuenta de las características sociales que observaron los

españoles es escaso. Años atrás, Sylvia Broadbent evidencia lo mismo, aunque lo

atribuía a las escasas investigaciones de carácter científico en la zona (Broadbent

1965). Entre esto, cabe destacar el trabajo arqueológico realizado por Haury y

Cubillos (1953) donde, a partir de unas de las primeras excavaciones realizadas en

la Sabana de Bogotá con un adecuado rigor académico, plantean la idea de que los

habitantes prehispánicos de la región no parecían tener el grado de complejización

descrito por los españoles, argumentando razones ecológicas que impedían esto.

Actualmente, aunque conceptos como cacicazgos o estados incipientes no son de

uso frecuente y se prefiere hablar de sociedades complejas, los cuestionamientos

de Reichel-Dolmatoff persisten. Las investigaciones arqueológicas han hecho

énfasis en explicar el surgimiento de los cacicazgos entendidos como sociedades

complejas (Langebaek 1995), la participación de la agricultura en estos procesos

(Boada 2006, 2007a), las dinámicas de cambio social en diferentes secuencias de

ocupación en conjunto con patrones de asentamiento y relaciones establecidas con

el medio ambiente (Langebaek, Cuellar, Dever, Barragan, Salamanca, Álvarez y

García 2001), y la preocupación por identificar una jerarquía social con base en

evidencias de actividades específicas que produjeran acumulación de riquezas y

prestigio (Boada 2007b).

Page 12: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

12

Investigaciones alrededor del concepto de prestigio han planteado que algunos

cacicazgos daban más importancia a la realización de festejos que a la acumulación

de riquezas (Fajardo 2011, Salge 2007). También se han planteado hipótesis que

basan la fuente de la complejización en posibles desarrollos de estructuras de

parentesco a través de las secuencias de ocupación en los períodos prehispánicos

(Romano 2003), en el control de formación de asentamientos y construcción de

casas debido a la gran importancia que estas tenían para los muiscas, acorde a

datos lingüísticos y etnohistóricos (Henderson y Ostler 2009); en el acceso a suelos

propicios para cultivo, desde la perspectiva de unidades domésticas dentro de un

grupo político particular (Kruschek 2003); en el consumo y distribución de cerámica

foránea (Patiño 2005), en la diferenciación presente en las prácticas funerarias y

sus respectivos ajuares (Langebaek 2012) o en el control de ciertas zonas que

pudieron permitir una microverticalidad (Argüello 2015).

A su vez, varios autores también han resaltado la importancia de abordar la unidad

doméstica como base analítica para llegar a otros datos sobre el comportamiento

social y los procesos de complejización social, que posiblemente no son observados

en otras escalas de trabajo, como la regional (Romano 2003, Patiño 2003,

Henderson y Ostler 2009, Fajardo 2011). Paralelamente, a escala regional, Boada

(2013) analiza las dinámicas demográficas asociadas a las poblaciones

prehispánicas de la Sabana de Bogotá, explicando que la trayectoria social sucedida

en esta zona difiere de lo que se está evidenciando para otros sectores de la

conocida como “área Muisca”, lo que puede indicar que la formación de

comunidades supralocales complejas prehispánicas en el Altiplano

Cundiboyacense haya podido variar de factores base. Como Langebaek (2006,

2009) manifiesta, hay casos de estudio en el Altiplano Cundiboyacense que tienen

evidencias a favor y en contra de sus respectivas hipótesis, y la necesidad que tiene

la arqueología es ponerlas en discusión con el fin de llegar a explicaciones más

satisfactorias.

Un aspecto importante para comprender los procesos de cambio social es la

identificación de los diferentes períodos de ocupación, para lo cual se construye una

Page 13: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

13

cronología. Para el Altiplano Cundiboyacense, la cronología es muy debatida en

cuanto a fechas, cambios sociales relacionados a estas y los diferentes lugares en

que la zona se subdivide (por ejemplo, diferencias entre la Sabana de Bogotá y la

parte norte perteneciente a Boyacá), pero existe una división establecida: Herrera

(que ya se ha propuesto como Herrera Tardío para algunos autores, ver Boada

2013), Muisca Temprano y Muisca Tardío (Langebaek 2008:68-71). Los debates

cronológicos se centran en su mayoría en los límites temporales de las dos primeras

secuencias. Para la Sabana de Bogotá se plantean cronologías dadas por dos

autores. El primero, Francisco Romano, plantea el Herrera (900 a.C.-700 d.C.),

Muisca Temprano (700-1100 d.C.) y Muisca Tardío (1100-1600d.C.). Por su parte,

Ana María Boada los plantea de esta manera: Herrera (300 a.C.-200 d.C.), Muisca

Temprano (200- d.C.-1000 d.C.) y Muisca Tardío (1000-1600 d.C.) (Langebaek

2008: 69). Esta complicación se profundiza al comparar las cronologías con los tipos

cerámicos asociados, puesto que muchas veces no hay un común acuerdo, como

ya lo han empezado a evidenciar varios autores (Argüello 2015:38, Jaramillo 2015:

32-43) El reto que tiene la arqueología de afinar la cronología de la Sabana de

Bogotá responde a la necesidad de comprender mejor los cambios sociales dentro

de espacios temporales en esta región (Jaramillo 2015).

Evidencias de producción textil en el Altiplano Cundiboyacense

Ana María Boada (2009) se refiere a la producción textil como una actividad que

pudo incidir en la jerarquización social, explicando que “(…) la importancia de los

textiles radicó en que, dependiendo de las políticas económicas de cada sociedad,

se constituyó en algunas de ellas un fondo de riqueza esencial para competir, ganar

y mantener prestigio y poder.” (Boada 2009:272). La autora propone que la

especialización en la producción textil desarrollada por los antiguos habitantes del

Altiplano pudo desempeñar un papel importante en crear y mantener nociones de

prestigio y poder entre los caciques, fomentando una sociedad jerarquizada (Boada

2009), partiendo de idea de que “La centralización de la producción de hilaza es

indispensable para que la élite pueda controlar la producción (…)” (Boada 2009:273)

Page 14: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

14

Las fuentes etnohistóricas, desde la perspectiva económica, hablan de los

productos que las personas del Altiplano trabajaban y la circulación que tenían,

entre los que se mencionaba la sal, el oro, la carne, el pescado, el cuero, el algodón,

los productos de agricultura, la cerámica, entre otros (Langebaek 1987). A su vez,

estas fuentes también muestran que los caciques no acumulaban riquezas sino que

operaban de manera que distribuían y almacenaban los productos, un sistema de

intercambio que también trabajaba en conjunto con centros de mercado (Langebaek

1987). Los textiles y las mantas que los muiscas producían eran de gran valor

comercial, incluso los españoles describieron que había presencia de estos

productos fuera de la zona muisca (Langebaek 1992), y además, formularon un

sistema de tasación dependiendo de la calidad de las mantas (“de la marca” que

eran las mejores, las “buenas” y “chingamanales” que eran las de menor calidad

(Langebaek 1987, Cortés 1990, Londoño 1990)). En las tierras frías del Altiplano el

algodón no podía ser cultivado, por lo que los muiscas mantenían un intercambio

con las zonas más cálidas para obtener la materia prima, o incluso mantenían

parcelas en estos territorios, que a su vez se describe como uno de los comercios

mayoritarios (Langebaek 1992). Langebaek (1987) menciona que los cronistas

también describen que este era un proceso donde las mujeres, jóvenes y niños se

dedicaban a hilar y los hombres, a tejer; aunque Boada (2007b) cita fuentes

etnohistóricas que describen a hombres jóvenes de alto rango hilando, tejiendo y

pintando como parte del entrenamiento en el templo. Posteriormente, Boada (2009)

vuelve a abordar el tema de las fuentes etnohistóricas y la información que

proporcionaban respecto a los participantes en la producción textil, diciendo que las

fuentes mencionadas por Langebaek (1987) fueron escritas en 1571 donde “(…) los

sistemas de tributación y economía impuestos por los españoles ya habían causado

fuertes transformaciones en los sistemas económicos tradicionales y sociales

indígenas (…) Las exigencias de tributación probablemente forzaron no sólo a que

los caciques trataran de monopolizar el algodón, sino también el trabajo femenino”

(Boada 2009: 297), intentando explicar la presencia femenina en la actividad de hilar

mencionada en las crónicas. A pesar de ello, se debe considerar que la complejidad

cultural que implicaron los textiles y las actividades alrededor de su producción no

Page 15: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

15

pudo estar sujeta solamente a una presión económica. Por ejemplo, Beltrán (2008)

explica que para el siglo XVI la configuración del paisaje de los productores textiles

cambia, con la llegada de los telares europeos horizontales y lana como materia

prima (junto con las implicaciones de mantener un rebaño).

Los estudios arqueológicos sobre textiles se enfocan en descripciones físicas y

tecnológicas, tales como tamaño, materia prima, aplicaciones pictóricas,

procedimiento del tejido, el estado de conservación en que se encontró, el contexto

arqueológico en que fue hallado y la implicación de esto (Cortés 1990, Cardale

1987, Cardale 1988, Cardale 2007, Cardale y Devia 1997, Devia 2007). Sylvia

Broadbent (1982) reporta varios textiles chibchas en el British Museum,

posiblemente obtenidos en Gachancipá. La autora describe las dimensiones

incompletas de tres de ellos: uno tiene una longitud de 1,27m, otro tiene una longitud

de 1,63m y el tercero tiene 1,37m de ancho. Para el último caso, se especula que

la manta pudo tener una medida de 1,84m o 2,40m de largo. Emilia Cortés (1990)

describe que las mantas fueron hechas a partir de fibras vegetales como algodón y

fique, también que los pobladores desarrollaron la tintorería, logrando varios colores

como rojo, marrón oscuro, diferentes tonos de verde y de azul con amarillo,

trabajando con pigmentos naturales de origen vegetal y mineral. La autora explica

que es muy posible que los muiscas hayan usado un telar vertical con el mecanismo

de urdimbres tensadas para formar un marco, que sirvió de base para poder tejer

mantas. Sobre la decoración de las mantas menciona que, aunque exista un patrón

regular, estos no eran productos de rodillos, pintaderas o sellos para estampar, ya

que al observar detalladamente estos patrones difieren entre sí. Se plantean las

técnicas de pintura directa y pintura directa de reserva como técnicas usadas en la

decoración de mantas. Cortés (1990) también comenta que las mantas pudieron

tener una importancia ideológica para estos grupos, pues los cronistas hablan de

Nencatacoa, dios de los pintores de mantas y tejedores, lo cual demuestra la

importancia de estas labores. Finalmente, con el trabajo de restauración sobre

fragmentos de dos mantas de tipo “de la marca”, logra determinar que las medidas

promedio de estas eran 186cm x 186cm (Cortés 1990).

Page 16: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

16

Alejandra Valverde (2003) indagó sobre la homogeneidad/heterogeneidad de los

habitantes prehispánicos de la Cordillera Oriental al analizar momias provenientes

de diferentes sectores y las características y materiales afines a estas, entre los que

se encontraban los textiles. El conjunto de material asociado a la momia, y las

mismas características de esta, permitió que la autora notara que los diferentes

grupos prehispánicos de la Cordillera Oriental, considerados semejantes por las

tipologías cerámicas, presentan un alto nivel de heterogeneidad a nivel de ajuar

funerario.

Aunque los textiles mismos podrían ser una gran fuente de información, es difícil

que se conserven en el registro arqueológico, por eso se recurre a otras evidencias.

Emilio Piazzini (1996) describe un caso para el norte del departamento de Caldas

en el que se usaron textiles y cestas para ayudar a moldear artefactos cerámicos

antes de la cocción, por lo que se han encontrado fragmentos que han quedado con

los patrones de los tejidos sobre la superficie. A pesar de las posibilidades, también

menciona que la gran dificultad es que este tipo de manifestaciones usualmente no

se registra. En el Altiplano, Cardale reporta una impresión en fragmentos cerámicos

del período Herrera en Zipaquirá (Cardale 1981:135), Boada reporta impresiones

en arcilla en sitios del valle de Samacá (Boada 1987b, 1998a en Boada 2009:281)

y Braida Enciso reporta una cerámica con impresión de fibra vegetal que puede

implicar una impresión textil para el sitio de Las Delicias en Bogotá (Enciso 1995).

Los volantes de huso y herramientas para tejer también son evidencias útiles en el

estudio de la producción textil. Margarita Silva (1985) realizó un estudio descriptivo

de una serie de volantes de huso, proporcionados por museos o coleccionistas

privados, con el fin de determinar forma, tipo de material, color, dureza, peso,

dimensiones, manufactura y diseños decorativos, adicionando una parte sobre la

semejanza entre la actividad de hilar prehispánica con la de los actuales

campesinos cundiboyacenses. La autora identificó que la gran mayoría de los

volantes encontrados en el Altiplano son material lítico, específicamente pizarra, y

que presentan decoración incisa. A pesar de esto, no se debe descartar la presencia

Page 17: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

17

de volantes en cerámica, puesto que se han reportado en prospecciones en la zona

(Boada 2007, Langebaek 1995, S. Fajardo, comunicación personal, julio de 2014).

Boada (2007b, 2009) cuestiona si la centralización de la hilaza desempeñó un papel

en el incremento de prestigio y poder de los caciques. Para el sitio de El Venado,

en el Valle de Samacá, la autora reporta 18 volantes de huso y 6 agujas de hueso.

Al analizar, encuentra que hay una mayor frecuencia de volantes de huso y

herramientas de hueso en La Esmeralda, una de las zonas prospectadas. Este tipo

de objetos son mucho más comunes a través de todas las secuencias de ocupación

en el mismo sitio. 15 de estos artefactos fueron asociados a unidades residenciales,

y 3 a contextos funerarios, lo cual es curioso ya que los volantes suelen encontrarse

principalmente en contextos funerarios. También se reportaron 86 volantes de huso

sin contexto, donados a la investigadora por habitantes de la zona, que la autora

ubica entre Muisca Temprano y Muisca Tardío. A partir de esto, Boada (2009)

interpreta que La Esmeralda pudo ser un centro de producción textil.

Braida Enciso (1995) reporta 75 volantes de huso y 30 herramientas de hueso

asociadas al tejido más dos semillas de algodón carbonizadas (Gossypium

barbadense Linnaeus) en el sitio de Las Delicias, en Bogotá. Este sitio lo ubica entre

el siglo VIII d.C y XI d.C. La importancia de este hallazgo radica en que el algodón,

materia prima fundamental de la elaboración de las mantas, no se puede cultivar en

tierras frías, lo que permite hacerse preguntas acerca de la circulación de las

materias primas en el Altiplano. Por otro lado, O’Neill (1972) menciona un posible

sitio de taller para la fabricación de volantes de huso ubicado en San Jorge, Bogotá,

siendo importante la diferenciación entre volante de huso desechado durante

proceso de fabricación o durante su fase funcional. El autor también logra construir

una cadena operatoria para la fabricación de un volante de huso (O’Neil 1974).

Aunque los reportes de hallazgo de volantes de huso son numerosos, estos son los

casos principales en los que se discute la probabilidad de actividades relacionadas

con producción textil.

Page 18: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

18

Capítulo 2 – Marco teórico

¿De dónde proviene el estudio de la producción en la arqueología?

El interés por el estudio de la producción, y de la especialización (concepto con el

que se le relaciona), proviene desde los pensadores previos al siglo XX, como Adam

Smith, Karl Marx, Émile Durkheim y Herbert Spencer, al momento de discutir, desde

diferentes perspectivas, las formas en que las economías de las sociedades

cambian, bajo qué efectos y qué roles generan (Patterson 2005). Dentro de la

arqueología generó interés cuando Gordon Childe, analizando las posturas de estos

diferentes pensadores, realizó una propuesta donde el surgimiento de la civilización

tenía un enfoque socioeconómico, en el que la especialización, la generación de

excedentes y el control de estos por parte de una clase dominante eran ideas

esenciales (Childe 1950, Patterson 2005, Wayne 1999).

Gilman (1981) describe que posterior a esto hubo un proceso de cambio teórico

donde la base de la explicación de la estratificación social, partiendo de un enfoque

socioeconómico, pasó de ser difusionista (representada por arqueólogos como

Childe) a ser funcionalista (representada por arqueólogos como Renfrew). Para

desarrollar esta idea, el autor trabaja el tema de la estratificación social de la Era de

Bronce europea, donde las investigaciones probaron que no fue la influencia de

Oriente lo que trajo ciertos desarrollos económicos, como la metalurgia, sino que

fue un desarrollo local. A pesar de la justificación a la postura funcionalista, el

objetivo de Gilman era dar a conocer una propuesta que reemplazara estas

posturas. Este planteamiento, que simplemente denomina no funcionalista, buscaba

cambiar la perspectiva de interpretación, de la idea funcionalista que se preguntaba

qué servicios proveía la élite a la sociedad (donde la evidencia material es evidencia

de este servicio) a una nueva pregunta que ponía en discusión si efectivamente la

élite buscaba proveer y planteaba que, más bien, el control de producción y

excedentes era una forma de establecer y mantener el poder (donde la evidencia

material se reinterpreta como una manifestación del control que una élite pudo

ejercer sobre un excedente).

Page 19: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

19

El trabajo de Gilman (1981) ilustra una tradición investigativa donde los arqueólogos

interesados en la producción y la especialización se concentraron en plantear

modelos políticos (Wayne 1999) que relacionan la especialización de la producción

con la complejización social, lo que se manifiesta en unas élites dominantes que

patrocinan un grupo de artesanos que producen un bien que les permite perpetuarse

en el poder (Brumfiel y Earle 1987, Costin 2005, Earle 1987, Patterson 2005, Wayne

1999, Renfrew y Bahn 2004).

Costin (2001: 274 – 275) considera que hay tres temas en las que las

investigaciones de producción se involucran: el rol que la especialización artesanal

desempeña en la creación y mantenimiento de sociedades jerarquizadas, la

organización de producción para estructuras y procesos sociales, y la utilidad y

significado social de los objetos. Actualmente, estos temas están dirigidas a cumplir

intereses y objetivos más particulares, de manera que buscan responder a estudios

sobre organizaciones socioeconómicas de contextos culturales específicos, analizar

las identidades de los artesanos, el significado cultural (no solo económico) de los

bienes producidos, el consumo y el cambio espacial y cronológico que inciden en

las tecnologías en un sistema productivo que puede verse afectado por el contacto

cultural (Costin 2005, Patterson 2005, Gilman 2008, Schortman y Urban 2004). A

su vez, se considera que estos temas se pueden abordar en diferentes escalas,

desde una unidad doméstica hasta una macroregión (Costin 2001, 2005 y Patterson

2005).

De todos modos, esta postura ha sido criticada. González (2012:143 - 144) expresa

que “El control de la producción, la presión demográfica, la especialización de la

producción y otros muchos modelos han tenido cierto éxito al proponer

reconstrucciones de secuencias particulares, pero carecen de aplicabilidad general.

Además, los acercamientos tradicionales contemplan el cambio pero no la

estabilidad en la organización política de las sociedades cacicales”. A su vez, el

autor explica que, aunque el modelo de Timothy Earle, uno de los precursores de

este tipo de estudios, logra proponer un motor de cambio en las dinámicas internas

Page 20: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

20

de una sociedad, falla al no explicar cómo se ha dado la obtención inicial del control

de recursos (González 2012: 145).

¿Qué es la producción?

Cathy Costin (1991:3) define la producción como la transformación de materia prima

en objetos útiles. El desarrollo del concepto de producción dentro del marxismo es

más complejo. Vicente Lull (2005:13), en una breve descripción sobre los conceptos

desarrollados por Marx, explica que inicialmente se planteó la definición de trabajo

entendido como la esencia vital de todas las actividades humanas realizadas.

Después, Marx plantea el concepto de producción entendido como el aspecto real

y social que busca alejar la idea genérica sobre el trabajo. Así, el trabajo necesita

de la producción para "(...) adquirir el carácter social e histórico de su realización"

(Lull 2005:13). Puntualmente, la producción es "(...) la actividad en que las FFPP

[Fuerzas de producción] se manifiestan (...) y las transforma en objetos individuales

de consumo" (Lull 2005:19).

Por otro lado, Mannoni y Giannichedda (2003) critican el significado común de

producción, que citan como “el conjunto de operaciones necesarias para

transformar un bien en otro diferente del primero” (Mannoni y Giannichedda

2003:19), optando por un análisis del origen lingüístico de la palabra, siendo este el

latín producere, que significa “exhibir” o “crear”, implicando que no había una

diferencia entre una creación técnica y una artística, siendo todo producto del

proceso cognitivo del artesano. Aspecto semejante que se puede encontrar en la

palabra del inglés craft.

En esta investigación se optó por la definición de Costin (1991:3), en conjunto con

los aspectos cognitivos que Manonni y Giannichedda (2003) evidencian. El

concepto marxista no se aplicó debido a que en esta investigación no se utilizaron

categorías de este paradigma, pero como se evidencia, hay un corpus teórico que

puede aplicar una perspectiva diferente (ver Gilman 2001 y Tantaleán 2012).

Page 21: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

21

Categorías para analizar la producción

La principal categoría que se relaciona con la producción es la especialización.

Costin (1991:4) define la especialización como una forma de producción

diferenciada, regularizada, permanente y posiblemente institucionalizada en donde

los productores dependen de un intercambio externo a la unidad de vivienda para

adquirir bienes que no producen ellos mismos.

Posteriormente, la misma autora (Costin 2001) explica que muchas de las ideas

bases para definir una especialización han sido debatidas, entre ellas la escala de

producción, la intensidad de ésta y la idea del intercambio como necesidad para

algún tipo determinado de compensación. Esto causa que la idea de

“especialización” dependa de la aproximación y escala de análisis que cada

investigador utilice, y se dé más importancia a una clasificación de los tipos de

producción, donde la especialización sea uno entre los muchos factores a estudiar

(Costin 2001). Así la autora plantea seis componentes que constituyen una fuente

compleja para analizar un sistema de producción: artesanos (o productores), medios

de producción, organización y las relaciones sociales de producción, objetos,

relaciones de distribución y consumidores. Costin explica que cada una de estas

fases se manifiesta de manera diferente, dependiendo del sistema de producción y

la sociedad que se esté investigando. En esta investigación se tuvieron en cuenta

principalmente las categorías de medios de producción, organización y relaciones

sociales de producción, y los objetos, pues manejan conceptos esenciales para el

análisis de indicadores tales como materia prima, herramientas de manufactura y

desechos, y función.

Costin (2001:276) también plantea cuatro tipos básicos sobre escalas de

organización de producción: producción de unidad doméstica, producción de taller,

especialización independiente y especialización adjunta. Estos conceptos los define

como categorías generales que se usan como base para estudios sobre producción,

puesto que manejan dos ideas fundamentales dentro de esta área: los espacios de

trabajo y la dependencia de una élite. La autora comenta que las cuatro categorías

surgen de unos parámetros generales, planteados por ella previamente (Costin

Page 22: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

22

1991:12-18), al analizarlos con propuestas de otros autores (Costin 2001:276), y

que lo fundamental que aportan a las categorías es que estas no deben ser

entendidas como absolutos o puntos polarizados, sino que se deben manejar con

“niveles” o “grados” entre ellas (Costin 2001:277), permitiendo una interpretación

dinámica. Las cuatro categorías pueden aportar una base interpretativa a los

resultados que se esperan obtener sobre la escala de trabajo y producción, puesto

que espacialmente se adaptan a la escala de sitio que se va a analizar y

teóricamente puede poner en discusión las posibles evidencias de la intervención

de una élite en la producción. Además de estas categorías, el análisis a la

producción también puede contar con aproximaciones tipológicas, descripciones de

los parámetros de control de la élite, organización espacial y temporal de las

unidades de producción y contar con el estudio de múltiples procesos de producción

para un mayor entendimiento de los procesos sociales en su conjunto (Costin 2005).

Mannoni y Giannichedda (2003) plantean que el concepto de especialización puede

ser relativo, ya que consideran que dentro de la misma naturaleza de cualquier

artesano está el hecho de que se especializa en sus productos. Para solventar este

problema, y hablar de niveles de especialización, estos autores proponen formas de

diferenciar al especialista tradicional del práctico ocasional. De esta manera,

plantean que la habilidad, la baja incidencia de errores, las cantidades de descartes,

el producto final obtenido con la mínima cantidad de material, las elecciones

técnicas que benefician el proceso, la estandarización de técnicas, coherencia

tipológica, uso constante de depósitos de desechos y la presencia de instrumentos

usados para producir pueden ser utilizados como factores para hablar de un nivel

de especialización (2003: 277). Para poder llevar a cabo este tipo de estudios

adecuadamente, los autores explican que los arqueólogos deben tener la pericia

para lograr identificar indicadores de producción. Así, definen los indicadores de

producción como “(…) todos los hallazgos relativos a las diversas operaciones

técnicas que se llevan a cabo para producir una manufactura.” (Mannoni y

Giannichedda 2003: 185). Plantean que los indicadores pueden ser catalogados

como: instalaciones fijas, herramientas y utensilios, residuos, productos

semielaborados, materiales y productos en espera, materiales para reciclar,

Page 23: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

23

materias primas, trazas en la estratificación y objetos de uso no profesional de los

trabajadores (Mannoni y Giannichedda 2003).

Flannery y Winter (1976) plantearon las siguientes categorías sobre las escalas de

una organización de producción: actividades universales, posible especialización,

posible especialización regional y posible especialización única. La primera se

define como actividades presentes en la gran mayoría de las unidades de vivienda

de un asentamiento, la segunda como actividades que se presentan en unas pocas

unidades de vivienda pero los productos son generalizados, la tercera como una

actividad generalizada en un grupo reducido de asentamientos y no presente en

otros, y la cuarta como una actividad generalizada presente solo en un asentamiento

de la muestra. Estas categorías se plantean como una posibilidad de formar un

criterio regional preliminar a partir del análisis realizado, con el fin de crear un

antecedente que a futuro pueda servir desde una perspectiva comparativa para dar

una mejor visión a gran escala de la producción textil.

Fases de producción textil y otras perspectivas de estudio

Ana María Boada (2009), para el sitio de El Venado en el valle de Samacá, explica

tres fases de trabajo para la producción textil: cultivo y acceso a la fibra de algodón,

producción de hilo de algodón y tejido y decoración de las mantas. Para cada una

explica la evidencia presente, en su mayoría fuentes etnohistóricas. En la segunda

fase es donde la autora utiliza la mayor cantidad de evidencia arqueológica; analiza

la información física de los volantes de huso presentes en el sitio, identificando que

la mayoría fue usada para hilar algodón. La autora plantea que los patrones de

diseño presentes en los volantes de huso pueden ser indicadores de identidad y

relaciones de poder, como se ha descrito para Mesoamérica (McCafferty y

McCafferty 2000, 2012; Brumfiel 2007), pero la misma Boada no profundiza en este

tema (cabe resaltar que existe una tipología de patrones de diseño presente en

volantes, realizada por Enciso (1995)).

Page 24: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

24

A nivel internacional hay casos donde investigadores han descrito la amplitud de los

procesos de producción textil y los indicadores que tienen dentro de la evidencia

arqueológica. Alberti (2008), para sitios arqueológicos minoicos, planteó las

siguientes fases de producción textil: recolección de materia prima, cardadura,

teñido y mordentado, limpieza del textil y tejido. Para el análisis de esta producción,

la autora asoció objetos materiales a cada fase de producción y qué tipo de

evidencia arqueológica podían dejar estos objetos. Con estos resultados propuso

una tipología de sitios categorizados de I a VI, que variaban entre frecuencia de

indicadores y escala de trabajo. Los sitios de tipo I tienen indicadores que permiten

identificar que en el lugar se realizaba un trabajo especializado dentro de las varias

fases de producción textil. Por otro lado, los sitios de tipo VI presentan unos pocos

artefactos, usualmente relacionados con la hilaza y el tejido, que muestran que

estas actividades eran parte de las diferentes labores de una unidad doméstica.

Bastiand Atto (2000), para el Perú andino prehispánico, planteó las siguientes fases

de producción: materia prima, empleo de colores en textiles y proceso de tejido. En

la primera describe los tipos de fibras usadas y el procesamiento que cada una

recibía antes de ser hilada, en la segunda explica qué colorantes y pigmentos eran

usados y cómo se aplicaban, y en la tercera se muestran los tipos de hilados, la

forma de tejido y los telares usados.

El aporte de estos tres casos radica en la determinación de las fases de producción

a utilizar y los indicadores a tener en cuenta para cada una. Para el desarrollo de

esta investigación se definieron las siguientes fases de producción textil: obtención

de materia prima, hilado, tejido y aplicación de pigmentos y colorantes (post tejido).

El caso que presenta Alberti (2008) es esencial, pues demuestra que por medio de

la medición de diferentes variables a partir de indicadores arqueológicos es posible

llegar a determinar una especialización de producción por fase en diferentes sitios.

A pesar de este aporte, también se resaltan diferentes perspectivas de análisis que

se han realizado alrededor de la producción textil. Ruiz de Haro (2012) expone los

cambios tecnológicos que registra la producción textil al sur de la Península Ibérica,

Page 25: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

25

desde el Paleolítico Superior hasta el Neolítico. Analizó cómo la llegada y la

colonización de diferentes pueblos del Mediterráneo transformó la tradición textil,

desarrollada en un ámbito doméstico, en un sistema productivo diversificado y

altamente especializado que se podía llegar a relacionar con contextos ideológicos.

Para los Andes Centrales, donde los textiles son hallados en mejor estado de

conservación que en el Altiplano Cundiboyacense, los análisis sobre la producción

textil se han centrado en el objeto mismo, su aspecto tecnológico y el contexto social

que se puede interpretar a partir de esto. Así, se ha obtenido información de las

características étnicas, jerárquicas e ideológicas (Agüero, Uribe, Ayala y Cases

1997; Jiménez Díaz 2005; Bastiand Atto 2010; Conklin 2008; Frame, Vallejo, Ruales

y Tosso 2012) que hicieron parte de los varios grupos humanos que se ubicaron

desde Perú hasta el norte de Chile, incluso, en algunos casos, desde períodos

precerámicos (Feldman 1986).

Es importante resaltar estos casos ya que, aunque el material utilizado (los textiles)

es justamente uno de los faltantes que motiva esta investigación, las preguntas

planteadas por los investigadores van guiadas a cuestionamientos semejantes,

utilizando conceptos como jerarquización social, acceso a recursos por parte de un

grupo, producción y especialización, lo que permite identificar los intereses de

estudiar la producción textil desde cualquier perspectiva.

Page 26: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

26

Capítulo 3 - Metodología

La obtención y análisis de datos que se consiguieron durante la investigación se

desarrolló en cinco momentos: determinar la muestra, construcción de la base de

datos, aplicar la base de datos a un SIG, definir las clasificaciones tipológicas

utilizadas y analizar la información cuantitativa de interés por medio de

procedimientos estadísticos. A continuación se explicará cada uno de estos.

Determinar la muestra de estudio

La primera parte para determinar la muestra de estudio fue delimitar el espacio

geográfico de interés. Un aporte muy importante para esto fue el trabajo realizado

por Braida Enciso (2010) en el que elabora una base de datos de los sitios

arqueológicos reportados en varias regiones del país y los documentos en que son

investigados. En el caso de interés particular de la Sabana de Bogotá, Enciso

trabaja específicamente 32 municipios pertenecientes a esta zona: Bogotá, D.C.,

Bojacá, Chía, Chocontá, Cogua, Cota, Cucunubá, El Rosal, Facatativá, Funza,

Gachancipá, Guasca, Guatavita, Junin, La Calera, Madrid, Mosquera, Nemocón,

Sesquilé, Sibaté, Soacha, Sopó, Subachoque, Suesca, Tabio, Tausa, Tenjo,

Tocancipá, Ubaté, Villapinzón, Zipacón y Zipaquirá. Esta base de datos que

proporciona Enciso fue una parte fundamental para guiar la obtención de la muestra,

puesto que se siguieron los lineamientos de los mismos 32 municipios, y se

aprovechó la documentación que la autora ya había desarrollado al identificar los

sitios arqueológicos. Para complementar este primer gran bloque de información,

se consultaron los documentos que reportaban sitios arqueológicos en esos 32

municipios a partir del año 2010 en adelante (fechas posteriores a la publicación de

Enciso).

Para la construcción de la muestra, primero se hizo un filtro de los sitios que no

presentaban evidencia de ocupación de los períodos prehispánicos agroalfareros

(sitios precerámicos e históricos). Posteriormente se pasó a la revisión de los

documentos donde eran descritos los sitios, para así identificar cuáles presentaban

Page 27: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

27

evidencias arqueológicas de producción textil. La información obtenida fue la que

posteriormente guiaría la construcción de la base de datos.

Finalizada la revisión documental, hubo un segundo gran componente que consistió

en la revisión de colecciones en depósitos de diferentes instituciones, que contenían

los artefactos de los sitios determinados con indicador, para obtener información

precisa de estos.

Construcción de la base de datos

La construcción de la base de datos se realizó a través de dos procesos. El primero

fue un ejercicio que consistió en la discusión de los antecedentes y marco teórico

para determinar las posibles fases de producción textil, cuyo resultado se mencionó

finalizando el capítulo anterior. De manera complementaria, también se pensó en

los indicadores arqueológicos que podrían darse en cada una de ellas. El resultado

de este proceso se muestra en la siguiente ilustración:

Figura 1 - Fases de producción y sus indicadores

Page 28: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

28

El segundo proceso fue llevar la idea manifestada en la Figura 1 a una plataforma

que permitiera trabajar con datos que generaran información para discutir las

preguntas de investigación propuestas en la tesis. El resultado fue la realización de

una base de datos en el software Access (versión 2013), que permitió integrar la

información recopilada de los indicadores arqueológicos de producción textil, sus

condiciones, georreferenciación, contextos y documentos donde son inicialmente

mencionados. Para ello se tomó como base el modelo de Entidad-Relación

propuesto por Manuella Kadar (2008), que consiste en un simple pero efectivo

sistema de relación entre las entidades esenciales que pueden interesar a un

arqueólogo para organizar la información que recupera en campo. Así la autora

propone un modelo de relaciones donde la entidad Sitios contiene muchos

Contextos (la segunda entidad) y a su vez, cada Contexto contiene muchos

Artefactos (la tercera entidad). Kadar aclara que los atributos que corresponden a

cada entidad dependen y varían según la pregunta de investigación de cada

arqueólogo. En la Figura 2 se puede observar el resultado final del modelo Entidad

– Relación desarrollado para esta investigación. En el Anexo 1 se puede consultar

una descripción más detallada de los atributos usados para la base de datos.

Figura 2 - Modelo Entidad - Relación para la base de datos de los indicadores

Page 29: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

29

Cabe destacar que lo descrito en las Figuras 1 y 2 es totalmente debatible para

futuras investigaciones. Igualmente, aunque ambas estén relacionadas, el proceso

de su construcción se dio bajo diferentes contextos. Mientras que la Figura 1 fue el

resultado de una discusión sobre antecedentes y teoría, la 2 fue la puesta en

práctica a partir de datos accesibles. Esto también hace que, a futuro, cada una

pueda ser analizada por aparte.

En la Figura 2 se puede observar el uso de dos tipos de clasificaciones. Las

morfológicas y las de patrones de diseños (los números al final de la tabla). En el

subtítulo posterior “Clasificaciones utilizadas” de este mismo capítulo se explicará

con detalle este tema.

Llevar la base de datos a un SIG

Para llevar la base de datos a un SIG cartográfico se procedió a trabajar con el

software ArcGIS. ArcGIS permite trabajar con una base de datos creada en Access,

al generar una conexión de tipo OLE DB, que es una herramienta que identifica las

tablas de la base de datos en el software SIG. Esto hace que, al realizarse una

consulta en el archivo de Acces, la tabla resultante se pueda visualizar en ArcGIS

(Figura 3). Posteriormente, la información de esta tabla se pasa a una visualización

cartográfica gracias a la opción de aplicar la georreferenciación del dato (Figura 4).

Así, se pudieron realizar observaciones y análisis espaciales que ayudaron a debatir

las preguntas de investigación.

Para obtener la información de georreferenciación de los sitios, esencial para un

SIG, se consultaron dos fuentes, la primera fue la página de internet del Registro de

Sitios Arqueológicos de Colombia y la segunda fue la base de datos interna que

maneja el Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Aunque ambas fuentes

manejan información muy semejante, hay ciertos sitios que en una se evidencian y

en la otra no, por lo cual se trabajó de manera complementaria. Se pudo acceder a

ambas fuentes gracias a la colaboración del director del Grupo de Patrimonio del

ICANH, Fernando Montejo. De manera semejante a lo sucedido con la base de

datos de Braida Enciso explicada en apartados previos, estas dos fuentes no se

Page 30: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

30

encuentran actualizadas. Por lo cual para los documentos más recientes (2012 en

adelante) se tomó la georreferenciación dada en el informe arqueológico que se

estaba consultando.

Figura 3 - Visualización dentro de ArcCatalog (parte de ArcGIS) de las tablas presentes en la base de datos de Access después de una conexión OLE DB

Figura 4 - Visualización dentro de ArcMap (parte de ArcGIS) de los detalles de georreferenciación para la tabla de consulta

Page 31: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

31

Clasificaciones utilizadas

Las creaciones tipológicas son una herramienta que ha sido utilizada por los

arqueólogos para dar organización a un conjunto material que se busca estudiar. Lo

importante de este concepto es que son creaciones del investigador, una manera

en que se le da forma a la evidencia para empezar a indagar hipótesis para una

pregunta de investigación, y no es el reflejo verdadero de los procesos de

sociedades pasadas (Renfrew y Banh 2004:118).

Para esta investigación se utilizaron tres clasificaciones tipológicas: morfología de

los volantes de huso (Figura 2), patrones de diseño presentes en los volantes de

huso (Figura 3) y morfología de herramientas asociadas al tejido (Figura 4).

Para la primera, se consultaron las propuestas de Boada (2009), Enciso (1995) y

Silva (1985), escogiendo la de Boada ya que la autora plantea una discusión y un

análisis semejante al que se realizó en esta investigación. La segunda partió de la

única propuesta encontrada, la de Enciso (1995), pero a medida que se desarrolló

la investigación, se formó una clasificación propia apoyada en la siguiente

observación de Boada (2009:283): “(…) la mayoría de ellos [volantes de huso] sigue

un patrón planeado en donde la pieza fue dividida en mitades cada una reflejando

el diseño de la otra. Algunos tienen el espacio divido en dos o tres secciones en

donde fue hecho un diseño similar, pero la mayoría lo tiene dividido en cuatro planos

y los diseños fueron repetidos en el espacio opuesto.” Dado que se cumplen los

patrones simétricos (Figura 1), la clasificación se propuso con los diferentes

patrones de diseño y las figuras que se observaron de manera repetitiva (ver Anexo

4 para criterios de clasificación de los diseños). La tercera también surge de una

observación de Boada (2009:286) donde menciona tres tipos de artefactos óseos

asociados a la producción textil encontrados en el sitio de El Venado: agujas,

lanzaderas y punzones. Aunque los conceptos utilizados en estos artefactos varían

dependiendo de la funcionalidad que ve el autor (por ejemplo Cortés 1990:64-65,

Reyes Parga 1949 en Enciso 1995:261, Enciso 1995, Ramos 2009) los tres

mencionados permitieron englobar las herramientas estudiadas en esta

investigación.

Page 32: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

32

Figura 5 - Muestra de la simetría de los patrones de diseño en los volantes de huso

Esferoidal

Subglobular

Compuesto

Cono convexo

Rectangular

Page 33: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

33

Oval

Discoidal

Cono recto

Bicónico

Figura 6 - Morfologías de volantes de huso. (Tomado y adaptado1 de Boada 2009:284-85)

1

2

3

4

5

6

7

1 La versión original contiene también la vista superior de los volantes de huso, pero debido a que la vista lateral fue la que más ayudó a guiar esta investigación, se decidió presentar solo esta.

Page 34: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

34

8

9

10

11

12

13

14

15

16

17

18

19

20

Page 35: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

35

21

22

N (volante no tiene diseño), CC (tiene diseño por más de una cara), B (tiene diseño en el borde), I (tiene un diseño pero este no se puede definir)

Figura 7 - Patrones de diseño presente en los volantes de huso. A la derecha la numeración para designar un tipo y a la izquierda las variedades definidas

Agujas

Lanzaderas

Punzones (o leznas)

Figura 8 - Morfología de las herramientas óseas relacionadas con la producción textil

Análisis estadístico

Con la base de datos construida, y los datos cuantitativos ingresados para los

artefactos posibles (volantes de huso y herramientas óseas), se realizaron análisis

estadísticos para contrastar medidas y ver patrones, basándose en cuatro trabajos

en Mesoamérica (McCafferty & MacCafferty 2000; Chase et al. 2008; King 2011;

Carpenter, Feinman & Nicholas 2012) que tenía un elemento en común con la

presente investigación: la comprensión de la producción textil prehispánica a partir

Page 36: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

36

de elementos arqueológicos, especialmente los volantes de huso, y la discusión de

esta evidencia como una forma de inferir el nivel de especialización y la escala de

producción. Gracias a las interpretaciones de estos autores por medio de las

observaciones estadísticas, se pudo generar una discusión para esas temáticas, en

el caso de los artefactos muiscas. Puntualmente, se utilizó una prueba t de Student,

consultando el proceso y sus alcances en el trabajo Drennan (2009:118-123), con

el fin de comparar las diferentes poblaciones.

Page 37: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

37

Capítulo 4 – Resultados y discusiones

El eje de construcción de este capítulo serán las tres preguntas que la presente

investigación abordó: ¿cuáles son los indicadores arqueológicos que evidencian las

diferentes fases de la producción textil prehispánica? ¿Es posible inferir la presencia

de especialización de las fases de producción? ¿Se podrían evidenciar centros de

producción especializada? Cada una será tratada en un subcapítulo que mostrará

los resultados obtenidos y las discusiones que éstos generaron, y que, finalmente,

llevarán al capítulo final de las conclusiones.

Sobre los indicadores arqueológicos de la producción textil prehispánica: la

necesidad de explotar la evidencia ya existente

La primera pregunta se responde parcialmente con la Figura 1. Pero, puntualmente,

dentro de la base de datos se buscaron registrar los siguientes indicadores: agujas,

cerámicas con impresión textil, cuenco de hilado, husos, lanzaderas, leznas,

pigmento mineral, semillas (Gossypium barbadense), telares, textiles y volantes de

huso. Se registraron 140 sitios, de los cuales 24 presentaron evidencia de

producción textil (Figura 9 y Figura 10). De estos 24 sitios, se identificaron 211

contextos de los cuales se documentaron 838 indicadores. Partiendo de este punto,

los indicadores corresponden a: 733 (87,47%) volantes de huso, 31 (3,6%) agujas,

54 lanzaderas (6,44%), 15 (1,78%) leznas, 3 cerámicas con impresión textil (0,35%)

y 2 semillas (0,23%) De estos, se logró acceder directamente a 584 artefactos: 22

agujas, 53 lanzaderas, 13 leznas y 496 volantes de huso. Esta muestra es la que

fue medida, y cuyo uso se profundizará en la segunda parte de este capítulo. Los

indicadores mostrados pertenecen a tres de las cuatro fases de producción:

obtención de materia prima, hilado y tejido. Para el caso de los colorantes y

pigmentos no hay suficiente información. Devia y Cardale (1997) han realizado el

único trabajo de este tipo sobre mantas prehispánicas del Altiplano

Cundiboyacense, identificando los componentes de los colores sobre las mantas,

pero lamentablemente las fuentes de estos pigmentos son muy generales a nivel

Page 38: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

38

macrorregional y deja un gran vacío al momento de integrar estos estudios a la

presente investigación.

Figura 9 - Sitios agroalfareros de la Sabana de Bogotá

Page 39: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

39

La idea de este proceso era ampliar el espectro de las evidencias de la producción

textil. En la arqueología de la Sabana de Bogotá la evidencia que siempre resaltaba

en este tema eran los volantes de huso, pero como se describió en los

antecedentes, estos siempre eran objetos de análisis de un solo caso, y no se tendía

a la comparación para lograr dar una hipótesis detallada de los procesos sociales

del pasado. La parcial excepción a esta regla fue el trabajo de Margarita Silva

(1985), donde sí se tomaron volantes de huso de diferentes sitios, pero solo fue

para realizar una descripción de los artefactos, y no se indagó a mayor profundidad.

En la presente investigación los volantes de huso siguieron desempeñando un papel

relevante, puesto que son la gran mayoría de artefactos vigentes que se pueden

Figura 10 - Sitios con indicadores de producción textil

Page 40: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

40

relacionar con la actividad textil, pero lo interesante fue la capacidad de integrar y

comparar diferentes variables, gracias a la base de datos. Esto permitió generar

información que propició la discusión de las otras dos preguntas de la investigación,

que además son los cuestionamientos que permiten indagar un poco más a

profundidad en las actividades prehispánicas. Adicionalmente, surgieron nuevas

preguntas, las cuales, como potencial investigativo a futuro, tendrán su espacio en

el capítulo de Conclusiones.

Sobre la especialización de los artefactos de producción textil: viejas

evidencias, viejos problemas, diferentes perspectivas

Al momento de hablar de especialización, guiándose por las características dadas

por Costin (1991, 2001) y Mannoni y Giannichedda (2003), se buscó demostrar

evidencias que pudieran llevar a interpretar una estandarización, una coherencia

tipológica y una diferenciación de artefactos que, aunque funcionalmente tienen una

misma labor, producen resultados que pueden llegar a ser notablemente diferentes.

Esta discusión se dividirá en dos partes para aterrizarla en los indicadores: análisis

funcional de volantes de huso y artefactos óseos, y patrones de diseño en volantes

de huso.

Análisis funcional de volantes de huso y artefactos óseos

El objeto de este análisis fueron los volantes de huso y artefactos óseos que se

encontraban completos, esto hizo que se disminuyera la muestra descrita en el

apartado anterior. El total de la muestra que cumplió este requisito fue: 88 volantes

de huso, 11 agujas, 13 lanzaderas y 4 leznas. Este sesgo se realizó para tener la

confianza de que los datos obtenidos no surgieron por una necesidad de extrapolar.

Debido a que se quiere llegar a indagar sobe la especialización de un tipo de

producción, y aún no sobre las escalas de producción, esta muestra no va a tener

la variable de su sitio de procedencia, sino que se va a considerar todo como

Page 41: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

41

perteneciente a la Sabana de Bogotá. Primero se hablará de los volantes de huso y

después de los artefactos óseos.

Partiendo de las investigaciones que se han hecho en diferentes partes de

Mesoamérica (McCafferty & McCafferty 2000; Chase et al. 2008; King 2011;

Carpenter, Feinman & Nicholas 2012), la discusión para lograr comprender el

comportamiento de los volantes de huso se basa en variables físicas. Como

describen McCafferty & McCafferty (2000:43): “Los volantes de huso pueden ser

medidos teniendo en cuenta distintos aspectoss como el diámetro, la altura, el peso

y el tamaño del orificio. Cada una de estas variables controla propiedades

funcionales de la rotación del huso y, por lo tanto, están relacionadas con la calidad

del hilo que se produce”. Los volantes de esta investigación fueron comparados bajo

dos variables: el “índice de forma” y el peso.

El “índice de forma” es una variable propuesta por McCafferty & McCafferty

(2000:45) en el que divide la altura sobre el diámetro (h/d). Esto da un número que

entre menor sea, el volante tenderá a una forma más discoidal y aplanada, y entre

mayor sea, tenderá a una forma más alta y con un diámetro no tan amplio. En el

primer caso, el volante giraría más lento, haciendo que el hilo resultante esté menos

cohesionado (King 2011:327), contrario al producto del segundo caso, que se podría

considerar de una mejor calidad. El peso está relacionado con la longitud de la fibra,

esto hace que tradicionalmente en la arqueología mesoamericana (Parsons

1975:208, King 2011:327) se interprete que entre más liviano sea un volante, este

era utilizado para hilar algodón, y entre más pesado, fuera para hilar maguey.

Para observar estas características en la muestra, esta se dividió por clasificación

morfológica (discoidal N=17, cono recto N=43, cono convexo N=4 y compuesto

N=23), y al observar que la distribución era unimodal para el índice de forma y el

peso en los cuatro casos (los histogramas que manifiestan esto se pueden observar

en el Anexo 2) se decidió aplicar una prueba t de Student (Tabla 1), comparando

los resultados en diagramas de bala (Figura 11 y Figura 12).

Page 42: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

42

Índice de forma Discoidal Cono recto Cono convexo Compuesto

Media 0,195 0,303 0,525 0,956

Muestra 17 43 4 23

Desviación estándar 0,063 0,108 0,073 0,265

Error estándar 0,015 0,016 0,036 0,055

Rango err 90% 0,02619 0,026944 0,084708 0,094435

Rango err 95% 0,0318 0,032336 0,114552 0,11407

Rango err 99% 0,043815 0,043264 0,210276 0,155045

Peso Discoidal Cono recto Cono convexo Compuesto

Media 14,82 13,6604 10,75 13,3565

Muestra 17 43 4 23

Desviación estándar 5,7688 3,4544 3,304 3,1388

Error estándar 1,3991 0,5267 1,652 0,6545

Rango err 90% 2,4428286 0,8869628 3,887156 1,1237765

Rango err 95% 2,966092 1,0644607 5,256664 1,357433

Rango err 99% 4,0867711 1,4241968 9,649332 1,8450355 Tabla 1 - Resultados de la prueba t de Student

Figura 11 - Diagrama de bala con los resultados de la prueba t de Student aplicada a los índices de forma

Page 43: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

43

Figura 12 - Diagrama de bala con los resultados de la prueba t de Student aplicada a los pesos

En el peso se observa la existencia de una homogeneidad y una variabilidad

mínima, mientras que en el índice de forma se manifiesta lo contrario, lo que indica

que hay una relación de esta variable con las clasificaciones morfológicas. Esto

permite inferir que, aunque los volantes de huso de la muestra posiblemente hilaban

una misma materia prima, la calidad de esta pudo variar dependiendo de la forma

del volante huso.

Comparando estos resultados con las interpretaciones dadas por los diferentes

autores mesoamericanistas (McCafferty & McCafferty 2000; Chase et al. 2008; King

2011; Carpenter, Feinman & Nicholas 2012; Smith & Hirth 1988), se plantea que la

materia de preferencia muisca fue el algodón (complementándose con las

evidencias de semillas y relatos etnohistóricos); al parecer estos volantes de huso

no fueron utilizados con otras fibras. Se llegó a esta afirmación ya que estos autores

explican que en su macrorregión de trabajo existe un debate que parte del postulado

de que si un volante pesa menos de 10 gr este es para hilar algodón, y si supera

esta medida, será para hilar maguey. Estas investigaciones han demostrado que

esta “línea divisoria” es más flexible, dando por entendido que un volante apto para

hilar algodón puede llegar a pesar más, relacionándose con la muestra muisca, que

tiene una media aproximada 13 gr. Por otro lado, aunque matemáticamente existe

Page 44: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

44

una diferencia entre los índices de forma, queda la duda de si esta diferencia es

evidente en el hilado resultante.

McCaffery & McCafferty (2000) y Carpender, Feinman & Nicholas (2012) describen

experiencias etnoarqueológicas llevadas cabo por otros investigadores que

permiten manifestar mejor la diferencia en la calidad y peso, poniéndola como una

preferencia del artesano para trabar cierto tipo de materia prima esperando cierto

tipo de resultado. A futuro, este tipo de investigaciones serían muy provechosas en

el caso de los volantes de huso de la Sabana de Bogotá, parar aclarar ciertas dudas

surgidas e integrar esa información para llegar a comprender mejor los procesos de

hilado prehispánicos.

Lamentablemente, el caso para los artefactos óseos no pudo llegar a ser detallado.

Aunque se tomaron las respectivas medidas, con el fin de tener un punto de

comparación como en el caso de los volantes de huso, no se logró encontrar un

antecedente para formar la relación. Eso no significa que durante el desarrollo de la

investigación no se hayan hecho observaciones pertinentes para que este tema

pueda generar una discusión. Como se observó en la figura 4, las herramientas se

pueden diferenciar de manera particular, pero lo que serviría bastante a futuro sería

determinar qué diferencias implican las diferentes medidas.

Por ejemplo, tomando el caso de las lanzaderas, se le informó al investigador que

posiblemente por su longitud, no servirían para tejer las grandes mantas descritas

para la zona de estudio, pero sí otros trabajos como redes de pesca (M. V. Galvez

Izquierdo – Restauradora de textiles arqueológicos en el Museo Nacional de

Colombia, comunicación personal, febrero 2016). Manzanilla (2015:9211) hace una

muy breve mención de esta misma relación en Teotihuacan. Si extrapolamos esta

información a otras partes de Colombia, estas lanzaderas se diferenciarían de los

largos objetos de madera descritos por Schottelius (1946) en la Mesa de los Santos,

lo que podría llegar a indicar una diferencia en el uso. En una reflexión suscitada a

partir de una consulta hecha por el investigador, Francisco López (funcionario del

Grupo de Arqueología del ICANH, comunicación personal, noviembre 2015)

comentaba que los arqueólogos deben consultar cómo opera la producción textil,

Page 45: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

45

así sea contemporánea, para comprender la lógica detrás de estos objetos y así

empezar a discutir, desde una base funcional, la posible variabilidad de estos

artefactos en el pasado, cuestión que por simple observación (Figura 13 y Figura

14) se empieza a evidenciar.

Ramos (2009) al analizar la bibliografía sobre los artefactos óseos hallados en

diferentes partes de Colombia, identifica vacíos metodológicos y teóricos al estudiar

este tipo de material cultural, lo cual limita sus interpretaciones. La autora encuentra

que en la arqueología nacional no ha habido un esquema clasificatorio aplicado a lo

que se podría llamar una “industria ósea” (o por lo menos un debate al respecto), lo

que dificulta un análisis comparativo desde muchas perspectivas, entre ellas la

forma-función. Esta situación resalta el vacío descrito en los párrafos previos, pero

abre la oportunidad para investigaciones futuras.

Figura 13 - Muestra de lanzaderas y un punzón del sitio de Las Delicias. Para las lanzaderas, se observa una diferencia de longitudes

Page 46: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

46

Figura 14 - Conjunto de herramientas pertenecientes a una tumba del sitio Tibanica

Patrones de diseño en volantes de huso

El análisis realizado en el apartado anterior empezó a mostrar una relación entre la

morfología y la función de los volantes de huso, que se extenderá a los patrones de

diseño presentes. En los trabajos de la Sabana de Bogotá, usualmente se hace una

breve descripción de estos mencionando que son incisiones con motivos de figuras

geométricas, antropomorfas y zoomorfas. Braida Enciso (1995) realizó la única

clasificación de patrones de diseño encontrada en los antecedentes, y esta fue base

para formular una clasificación para esta investigación. Con los patrones de diseño

se pudo plantear tres discusiones alrededor de la especialización: la relación entre

morfología y patrón de diseño, la evidencia de procesos cognitivos en los artesanos

y la relación entre sitio y patrón de diseño. Debido a que este último tema se

entrelaza con una problemática de escala, se desarrollará en el siguiente apartado.

Para la primera discusión entre la relación de patrón de diseño con morfología, se

amplió en comparación con el análisis previo, puesto que se tuvieron en cuenta

también los patrones presentes en los fragmentos, teniendo un total de 496 volantes

Page 47: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

47

de huso. La distribución quedó de la siguiente manera: compuestos N=48, bicónicos

N=2 (no se analizaron por la reducida muestra), cono convexo N=16, cono recto

N=73, discoidales N=330, esferoidal N=5 e indefinidos N=22 (no se incluyeron

debido a que más del 80% de los casos presentaban diseños que no se podían

definir. La gráfica se puede observar en el Anexo 2). La muestra fue analizada por

porcentaje de presencia con relación a la clasificación morfológica (Tabla 2 y Figura

15). Estos porcentajes no van a sumar 100, puesto que un volante puede presentar

más de un diseño. Lo que se busca es ver si hay tendencias acordes a la morfología

por cada uno de los patrones de diseño.

Los volantes compuestos y los esferoidales tienen sus mayores picos en los

patrones de diseño 18 y 19, pero estos no superan el 40%. El cono convexo tiene

una presencia de casi 70% del patrón 2 y casi 60% de la muestra presenta

decoración en más de una cara. Los volantes discoidales presentan una

generalización de los patrones 1 al 9, pero con picos de bajo porcentaje. Y,

finalmente, hay un valor de aproximadamente 90% de presencia del patrón de

diseño 10 en los cono recto, que es la tendencia que más resalta en todas las

gráficas. Estas tendencias se pueden interpretar como una evidencia de

especialización al ser observadas como una constante en la técnica y una

coherencia tipológica (Mannoni y Giannichedda 2003), siendo así un indicador de

producción.

(%) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Compuesto 2,08 20,83 0 0 0 0 0 4,16 2,08 14,58 2,08 0

Cono convexo 0 68,75 12,5 0 0 6,25 12,5 18,75 6,25 0 0 0

Cono recto 0 0 0 0 1,36 0 0 0 1,369 90,41 0 0

Discoidal 13,93 33,93 2,42 2,12 19,09 7,87 0,9 6,7 8,4 2,4 6,06 2,42

Esferoidal 0 0 0 0 0 0 0 0 0 20 0 0

13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 N B I CC

0 0 2,08 14,58 0 29,16 22,91 0 0 0 2,083 8,33 6,25 31,25

0 6,25 0 0 12,5 0 12,5 0 6,25 0 0 0 0 62,5

0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1,36 41,095 9,58 10,95

1,21 0,909 0 0,606 0,303 0,303 0,606 0,303 3,63 0,303 7,57 0 12,12 17,57

0 0 20 0 0 40 20 0 0 0 0 0 0 0 Tabla 2 - Porcentaje de presencia de cada patrón de diseño con relación a la morfología

Page 48: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

48

Para la segunda discusión, se parte de la idea de que los procesos cognitivos de un

artesano, como evidencia de especialización, se pueden discutir paralelamente con

los conocimientos técnicos y funcionales (Mannoni y Giannichedda 2003). Estos

procesos parten de la idea de que la especialización se obtiene como producto de

una práctica constante de un individuo, aspecto que se evidencia con la habilidad y

la incidencia de errores que quedan impregnadas es un artefacto (Mannoni y

Giannichedda 2003).

Con la figura 5 se busca ejemplificar esta situación con cinco casos de

representación del patrón de diseño 5. Este es un patrón de diseño zoomorfo,

particularmente de un ave, que debido a su distinción se pudo hacer este ejercicio.

Al comparar las casillas, se encuentran dos particularidades: la primera corresponde

a la casilla superior versus las otras cuatro y la segunda al observar las dos casillas

de la mitad versus las dos inferiores.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 N B I CC

Pre

sen

cia

(%)

Patrones de diseño

Presencia de patrones de diseño con relación a la clasificación morfológica

Compuesto Cono convexo Cono recto Discoidal Esferoidal

Figura 15 - Presencia de patrones de diseño con relación a la clasificación morfológica

Page 49: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

49

En el primer caso hay un ejemplo de error e inexperiencia. Mientras que las cuatro

casillas inferiores muestran habilidad manifestada en líneas definidas y un dibujo

claro, en la superior se evidencia lo contrario debido a las líneas reteñidas y la poca

simetría. En el segundo caso hay una manifestación de estilo y diferenciación, a

pesar de que los individuos que realizaron este trabajo eran habilidosos, optaron

por representar un mismo diseño de manera diferente. Mannoni y Giannichedda

(2003) explican que estas manifestaciones cognitivas implican una importancia de

la producción alrededor de la cual gira la actividad, puesto que la sociedad, y

particularmente el individuo artesano, tiene un interés en transmitir un conocimiento

estandarizado, pero a su vez diferenciarse de otros.

Page 50: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

50

Figura 16 - Diferencias en el patrón de diseño 5 que muestran procesos cognitivos

Page 51: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

51

Sobre los centros de producción especializada: primeros pasos en un

problema de escala

Para hablar sobre centros de producción especializada, se tuvo en cuenta la

localización de interés. Con la base de datos y el software SIG, se construyeron

varias cartografías donde se resaltaron los sitios que presentaron indicador de

producción textil (Figura 10) bajo las categorías de cronología y contexto (Figura 17

y Figura 18). Esto con el fin de observar si hay tendencias diacrónicas que puedan

ayudar a inferir una evolución social con relación a la producción y/o determinar si

hay constantes en los puntos de deposición de los artefactos.

Figura 17 - Cronología de los sitios con indicadores

Page 52: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

52

Figura 18 - Contexto de los sitios con indicadores

A nivel cronológico, esta espacialización permitió determinar que durante las tres

fases de ocupación agroalfarera, hay indicadores que se pueden relacionar con la

producción textil, existiendo un notorio aumento durante el período Muisca

Temprano y Muisca Tardío, que puede corresponder con el aumento demográfico

descritos para estos momentos (Langebaek 2008). Resalta el caso de Nueva

Esperanza2, que es el único sitio que muestra evidencia de los tres períodos de

ocupación. A nivel de los contextos se observa que parece no haber una

preferencia. A su vez en varios de los sitios se observa que contextos de

asentamientos y de entierros se relacionan, aspecto que se ha discutido

etnohistóricamente (Henderson y Ostler 2009) y se ha observado

arqueológicamente (ver Enciso 1995, Becerra y Groot 2008, Langebaek 2012, entre

otros. Para un debate más profundo de este tema ver Leguizamón 2016). Destaca

2 Se aclara que, para el momento del desarrollo de esta investigación, solo se pudo acceder al laboratorio de INGEDISA S.A., que estaba a cargo de una parte de todo el sitio de Nueva Esperanza, dado que los otros equipos aún se encontraban en trabajo campo. Cada vez que se haga mención del sitio de Nueva Esperanza, solo hace referencia a esta parte.

Page 53: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

53

el sitio de Suba San Jorge, que es el único taller (de volantes de huso) presente.

Lamentablemente nunca se pudo ubicar los artefactos de interés para este caso.

A pesar de estas relaciones, un aspecto que resalta en ambos casos es la presencia

de sitios con cronologías y contextos indefinidos. Para comprobar que esto no se

trate de una situación aislada, se decidió tomar los 838 indicadores identificados, y

ver a qué cronología y contexto se le asocian (Figura 19 y Figura 20), mostrando

que efectivamente el desconocimiento si es una mayoría para ambos casos,

superando el 50%. Esto se explica con dos fenómenos: el primero es que la relación

comúnmente utilizada entre cerámica y cronología para la zona no se empezó a

formar hasta la década de los 80s y 90s, haciendo que muchos de los trabajos

previos no tuvieran esta base de relación (sin olvidar la problemática que existen a

la hora de determinar las fechas de los períodos de ocupación, descrita en el

Capítulo 1), y el segundo es la dificultad que los investigadores de identificar el

contexto que están investigando, ya sea por procesos tafonómicos o metodologías

empleadas.

Figura 19 - Cronología de los indicadores de producción textil

0,36

30,55

7,76

61,34

Herrera

Muisca Temprano

Muisca Tardio

Indefinido

0,00 10,00 20,00 30,00 40,00 50,00 60,00 70,00

Cronología de los indicadores de producción textil (%)

Page 54: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

54

Figura 20 - Contextos de los indicadores de producción textil

Volviendo a tomar todos los sitios con indicador como un conjunto, se puede

observar que la mayoría se encuentran al suroccidente de la Sabana de Bogotá.

Comparando este dato con la cartografía presentada por Langebaek (1987:87 –

Figura 21) sobre el intercambio de algodón y mantas, realizada a partir de fuentes

etnohistóricas, encontramos una diferenciación. En el mapa de Langebaek, los

sitios más cercanos donde se evidenció el foco fueron Fusagasugá y Pasca al sur,

y Engativá y Tibabuyes al nororiente. Arqueológicamente resaltan Pasca y

Tibabuyes, el primero por ser la zona donde se encontró la Balsa Muisca expuesta

en el Museo del Oro y el segundo por la mención que hace Broadbent (1968) de

que por este sitio se observaron sistemas de cultivo por medio de aerofotografías.

Ahora, en este mapa, si se prosigue al nororiente, se mencionan también a sitios

como Cajicá, Teusacá, Suesca, Cucunubá y Chocontá como focos de intercambio

de mantas y algodón. No hay concordancia entre esta cartografía y lo evidenciado

en este proyecto.

Esta diferenciación entre lo arqueológico y lo etnohistórico puede ser debido a la

cantidad de investigaciones realizadas en la zona, como ya había mencionado

Broadbent (1965) años atrás. Aunque la cantidad de trabajos arqueológicos ha

18,74

0,95

12,41

58,59

9,31

Asentamiento

Basureros

Entierros

Indefinido

Taller

0,00 10,00 20,00 30,00 40,00 50,00 60,00 70,00

Contextos de los indicadores de producción textil (%)

Page 55: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

55

aumentado desde que Broadbent expresó su observación, siempre han tendido

hacia el mismo sector. Si retomamos la cartografía de los 140 sitios, se observa que

entre más al nororiente de la Sabana de Bogotá se esté, más mermados son los

estudios arqueológicos. En la Figura 22 se puede observar esto, con la adición de

que los sitios se categorizaron por tipo de documento. Se observa que las tesis y

las publicaciones, de carácter más académico e investigativo tienden hacia el

suroccidente, mientras que hacia el nororiente hay una tendencia de informes

producidos por la arqueología preventiva. Adicionalmente a esto, si se toma la

metodología de excavación implementada en los 211 contextos donde se halló

indicador de producción (Figura 23, recordando que son 24 sitios), se puede inferir

que este tipo de evidencias tienden a salir más cuando se trabaja a una resolución

más detallada. Estos dos aspectos muestran que la ausencia de evidencia no sea

por una inexistencia total, sino por un sesgo de los propios investigadores.

Figura 21 - mapa que describe el intercambio de algodón y mantas, tomado de Langebaek (1987:87)

Page 56: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

56

Figura 22 - Sitios agroalfareros de la Sabana de Bogotá categorizados por el tipo de documento

Figura 23 - Metodologías de excavación implementada en los contextos

18,01

69,67

7,11

2,84

2,37

Cortes

Excavación en área

PS

RS

Trinchera

0,00 10,00 20,00 30,00 40,00 50,00 60,00 70,00 80,00

Metodologías de excavación implementada en los contextos (%)

Page 57: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

57

Aunque el análisis cartográfico ayudó para dar un contexto geográfico de los

posibles centros de producción especializada, los datos manejados no lograron

aportar información puntual de este tema, sino más bien guio discusiones que ponen

de manifiesto varias problemáticas a la hora de trabajar la Sabana de Bogotá a esta

escala. Para resolver esta situación se decidió cambiar de estrategia. En

Mesoamérica, los patrones espaciales que logran manifestar concentraciones del

tipo que se estaban buscando usualmente son en una escala local y no regional (ver

Chase et al. 2008, King 2011 para unos ejemplos). Para complementar esta

información se plantean frecuencias de presencia por sitio, y la variabilidad de estas

frecuencias indicaría una diferenciación en la especialización, lo que llevaría a poder

discutir centros y escalas de producción. Esto es también lo que Alberti (2008)

plantea para sitios minoicos en Grecia.

Se va a realizar este ejercicio con la información de los volantes de huso, puesto

que son los artefactos más comunes y de los cuales se dispone más información.

King (2011) resume un debate que se ha llevado en la arqueología mesoamericana,

que consiste preguntarse cuál es la variable adecuada para determinar esta

frecuencia. La autora explica que ha habido tres posturas: cantidad de volantes de

huso con base en X cantidad de fragmentos, en X área excavada o en X metros

cúbicos excavados. Con esto establecido, se pregunta por cuál es la más

conveniente, por lo cual hace una serie de comparaciones con los sitios de esa

zona. Concluye que la forma más clara de establecer una frecuencia confiable es la

tercera opción, pero se encuentra con el hecho de que la documentación de muy

pocos trabajos permite llegar a este grado de resolución analítica. Aunque esta

misma situación también se presenta en la documentación arqueológica de la

Sabana de Bogotá, se mantiene la idea de que lo importante es determinar un

indicador confiable para generar comparaciones.

Basándose en las evidencias dadas sobre la diferencia de la funcionalidad de los

volantes de huso presentada en un apartado previo, y en consistencia del concepto

que presenta Costin (1991) de la especialización como una producción diferenciada,

se planteó hacer una muestra porcentual de los diferentes tipos de volantes de huso

Page 58: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

58

presentes en cada uno de los 7 sitios donde se tenía definida la clasificación

morfológica (Tabla 6). La idea fue tomar la cantidad total de volantes en un sitio

versus la división morfológica de estos como un indicador de comparación.

Morfología/Sitio Candelaria La Nueva Tibanica

Portalegre 1

Nueva Esperanza

Las Delicias

La Maria

Hacienda Terreros

Compuesto 0 57,14% 0 7,09% 1,59% 0 11,76%

Cono convexo 0 0 0 3,94% 1,59% 0 0

Cono recto 50% 25% 100% 11,55% 12,70% 20% 76,47%

Discoidal 50% 10,71% 0 73,23% 65,08% 60% 17,65%

Esferoidal 0 0 0 1,31% 0,00% 0 0

Indefinido 0 3,57% 0 2,36% 19,05% 0 0

Bicónico 0 3,57% 0 0,00% 0,00% 20% 0

N 2 28 1 381 63 5 17 Tabla 3 - Presencia de los diferentes tipos morfológicos de volantes de huso por cada sitio

En la tabla se pueden observar dos situaciones. La primera es que parece ser que

los volantes discoidales y cono recto son la regla, puesto que son los que presentan

mayor porcentaje en la mayoría de casos, siendo el primer tipo el más popular, con

excepción de la Hacienda Terreros y Portalegre 1, donde el cono recto es el de

mayor porcentaje. La segunda es la gran particularidad presente: Tibanica. Este fue

el único sitio que mostró una diferencia notable al ser mayoría los volantes

compuestos.

Para complementar esta información, también se realizó una comparación entre

patrón de diseño y sitio. Partiendo de una propuesta semejante a la que realizó

Escallón (2005), en la que la autora tomó la decoración de la cerámica Herrera como

un indicador de la relación entre las comunidades de ese período a nivel local y

regional, se tomaron mismos siete previamente mencionados. Realizando el mismo

proceso que hizo cuando se analizó patrón de diseño versus morfología, se buscó

tendencias entre los sitios y los patrones de diseño (Tabla 4 y Figura).

Page 59: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

59

(%) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

Candelaria La Nueva 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 50,0 0,0 0,0 0,0 0,0

Las Delicias 17,7 32,3 0,0 3,2 19,4 6,5 1,6 6,5 8,1 12,9 4,8 0,0 0,0 1,6

Portalegre I 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 100,0 0,0 0,0 0,0 0,0

Tibanica 0,0 0,0 0,0 0,0 3,6 0,0 0,0 0,0 0,0 35,7 0,0 0,0 0,0 0,0

Hacienda Terreros. Manzana E3 y C2 5,9 23,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 5,9 5,9 76,5 5,9 0,0 0,0 0,0

La María 0,0 20,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 20,0 0,0 0,0 0,0 0,0

Nueva Esperaza 9,4 28,6 2,6 1,3 13,4 6,0 1,0 6,0 6,6 12,9 4,5 2,1 1,0 0,8

15 16 17 18 19 20 21 22 N CC B I

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 50,0 0,0 0,0 50,0 0,0

0,0 3,2 1,6 0,0 1,6 0,0 1,6 0,0 1,6 24,2 11,3 19,4

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0

0,0 7,1 0,0 28,6 14,3 0,0 0,0 0,0 0,0 3,6 25,0 10,7

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 23,5 70,6 0,0

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 20,0 0,0 0,0 0,0 20,0 20,0 40,0

8,9 1,3 0,5 2,6 2,9 0,0 3,1 0,0 7,1 18,1 1,3 13,4 Tabla 4 - Porcentaje de presencia de cada patrón de diseño con relación al sitio

Page 60: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

60

Figura 24 - Porcentaje de presencia de cada patrón de diseño con relación al sitio

Analizando la gráfica, se pueden determinar tres observaciones. La primera es que

en Las Delicias y Nueva Esperanza los mayores picos se encuentran entre los

patrones 1 a 10, siendo 2, 5 y 10 los principales. La segunda consiste en que la

Hacienda Terreros y Portalegre 1 tienen los picos mayores en el patrón de diseño

10 de todas las gráficas. Y la tercera manifiesta que en Tibanica, aunque el mayor

pico sea el patrón de diseño 10, posee la mayor (y casi la única) cantidad de

patrones 16, 18 y 19 de toda la muestra.

Tomando la información de los dos análisis hechos, parece haber una tendencia.

Siempre resaltan tres componentes por sus diferencias: Nueva Esperanza y Las

Delicias como un conjunto, Tibanica como otro y Hacienda Terreros como el tercero.

A nivel morfológico, se demostró matemáticamente que esto influye en la materia

prima y la calidad del hilado. Con los patrones de diseño es más difícil discutir su

significado. En Mesoamérica la discusión sobre los diseños presentes en los

volantes entra en la temática de identidad (puntualmente del género) y los cambios

de poder (McCafferty & McCaffery 2012, Brumfiel 2007), usualmente con un fuerte

apoyo de la etnohistoria, aspecto que aún es muy somero en las discusiones de la

Sabana de Bogotá (ver Langeabek 1987 y Boada 2009 para los pocos casos).

0,0

10,0

20,0

30,0

40,0

50,0

60,0

70,0

80,0

90,0

100,0

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 N CC B I

Pre

sen

cia

(%)

Patrones de diseño

Porcentaje de presencia de cada patrón de diseño con relación al sitio

Candelaria La Nueva Las DeliciasPortalegre I TibanicaHacienda Terreros. Manzana E3 y C2 La MaríaNueva Esperaza

Page 61: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

61

Basándonos en las categorías que Costin (1991, 2001) y Flannery y Winter (1976)

presentan para establecer la escala de la organización de producción se puede

plantear la hipótesis de que la producción de hilado muisca era una actividad

doméstica y generalizada, pero parece haber ciertas diferenciaciones entre las

comunidades (semejante a la conclusión de Escallón (2005) para los diseños en

cerámica Herrera). Se prefiere que este planteamiento sea considerado para debate

y no se tome a la ligera, puesto que aún se debe discutir a profundidad, teniendo en

cuenta las excepciones y variaciones, sin mencionar que a esta escala no se pudo

evidenciar el control de unas élites, como el caso que Boada plantea para el sitio de

El Venado (2007,2009).

Es posible que a futuro la comparación de sitios que fueron producto de una

excavación de gran terreno pueda generar una perspectiva diferente (como en el

caso de todos los componentes de Nueva Esperanza), basándose en la inclusión

de no solo más indicadores, sino de otras características más fáciles de detectar a

esta escala, como en los casos mesoamericanos ya mencionados, que trabajan a

una escala local. En otras palabras, lograr traer a discusión y comparación la

complejidad de la naturaleza de un sitio arqueológico. Un proceso que falta en la

arqueología de la Sabana de Bogotá.

Page 62: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

62

Capítulo 5 – Conclusiones

La producción textil prehispánica para la Sabana de Bogotá es un tema que tiene

mucho potencial por explotar. Se generó un diagrama interpretativo de las posibles

fases en que se desarrolla esta producción y de las evidencias que las manifiestan,

partiendo de documentación arqueológica y etnohistórica. Estas discusiones se

alimentan en su mayoría de las descripciones dadas alrededor de las mantas de

algodón, y aunque esto permitió formar el cuerpo de información que le daría paso

a este trabajo, se debe tener en cuenta la variedad de actividades que han sido

menos visibilizadas como la cestería, la peletería, la cordelería y creación de otros

objetos producto del hilado del algodón además de las mantas, como mochilas y

gorros. En esto radica la propuesta de que el diagrama de indicadores no sea

estático sino dinámico, y que se debe retroalimentar constantemente con las nuevas

evidencias que surjan a futuro.

Se hace un balance general del proyecto al analizar los resultados obtenidos bajo

la mirada de las cuatro fases de producción establecidas: obtención de materia

prima, hilado, tejido y aplicación de colorantes y pigmentos.

Para la primera fase, las evidencias fueron muy escasas. El indicador para asociar

esta actividad son las semillas del algodón (Gossypium barbadense). Estas fueron

muy escasas, solo presentándose dos en el sitio de Las Delicias (Enciso 1995). La

información etnohistórica (Langebaek 1987) pone de manifiesto que el algodón

proviene de las tierras bajas que limitaban con la Sabana de Bogotá, o sea los

Llanos Orientales y las tierras del Río Magdalena, y las llevaban a centros de

producción e intercambio. Al comparar esto con la información cartográfica

generada se observa que no hay una correlación particular con el sitio de Las

Delicias, o de por si con el suroccidente de la Sabana que es donde se encontró el

foco de sitios con indicador de producción textil. Pero, al plantear la hipótesis de que

este tipo de producción haya sido una actividad doméstica y generalizada es posible

que la ausencia de evidencia arqueológica de esta fase sea alimentada por los

sesgos investigativos, como la metodología y la escala de análisis. Esta idea se

Page 63: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

63

alimenta gracias a la información proporcionada por Francisco Romano

(comunicación personal, febrero de 2015) sobre las partes de Nueva Esperanza que

no fueron integradas en esta investigación, donde se ha reportado hallazgos de más

semillas de algodón. A futuro, un estudio de arqueobotánica en conjunto con una

escala de análisis diferente, puede llegar a desarrollar más información sobre esta

fase de producción.

La segunda fase es la que presenta la mayoría de evidencias. Arqueológicamente,

el indicador para asociar esta actividad son los volantes de huso. Con base en la

literatura que se tiene de estos artefactos a nivel regional en conjunto con las

investigaciones que se han realizado en Mesoamérica sobre este tema, se procedió

a hacer una serie de análisis comparativos con el fin de definir el grado de

especialización manifestada en estos artefactos, bajo dos miradas: las dimensiones

métricas que tenía cada artefacto y los patrones de diseño que poseían. Los datos

tomados a partir de las mediciones permitieron observar dos aspectos a nivel

estadístico: el primero es que hay una relación morfológica con la calidad del hilado

y el segundo es que todos los volantes, sin importar la morfología, estaban

diseñados para hilar un mismo tipo de materia prima (algodón). Cabe resaltar que

estos resultados se basan en procesos numéricos, y que, al igual que como se ha

realizado en Mesoamérica, un siguiente paso para apoyar esto es la prueba

mediante arqueología experimental. La discusión sobre los centros de producción

especializada permitió evidenciar una diferencia Nueva Esperanza y Las Delicias,

con Tibanica y la Hacienda Terreros. Si los datos estadísticos son correctos en la

práctica, se podría plantear la hipótesis de que en Tibanica se fabricaban los hilos

más finos, lo que llevaría a una discusión sobre su posible papel como un centro de

producción que pudo influenciar la jerarquización social. Boada (2009), para el sitio

de El Venado en Boyacá, llega a la misma conclusión sobre la materia prima, pero

el proceso metodológico que utiliza es diferente, partiendo de que desecha la

clasificación morfológica realizada por ella misma, que se utilizó en este proyecto

dando buenos resultados. Esto genera un interés a futuro de integrar los datos de

los volantes de huso del resto del Altiplano Cundiboyacente al modelo planteado en

este documento, con el fin de empezar a comparar información. Los datos

Page 64: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

64

generados a partir de los patrones de diseño complementan la idea de que había

una especialización, correlacionada con las evidencias morfológicas y los sitios de

pertenencia, puesto que los datos coinciden. A su vez, ayudó a manifestar un

proceso cognitivo de aprendizaje y diferenciación al momento de realizar una

decoración. Lamentablemente, no se pudieron ubicar los artefactos relacionados

con el sitio de Suba San Jorge (O’Neil 1972), el único taller de volantes de huso

excavado.

La discusión alrededor de la tercera fase fue un proceso que se vio limitado por la

poca atención investigativa que se ha tenido sobre sus evidencias. Se manejaron

los artefactos óseos que a nivel documental los autores habían relacionado con la

actividad de tejer. A pesar de que en las investigaciones colombianas sobre

artefactos de hueso no ha habido una clarificación conceptual, lo que genera

problemas al comparar (Ramos 2009), se logró agrupar los objetos vistos en tres

categorías, gracias a las semejanzas morfológicas presentes. Estas categorías a su

vez recibieron nombres de herramientas relacionadas con la producción textil

(lanzadera, aguja y punzón), y esto entra a discusión ya que, si bien hay

coincidencias morfológicas, el componente funcional no está claro. Entre las agujas

es posible que haya alfileres o puede que las lanzaderas hayan sido mal

interpretadas funcionalmente. Además de esta cuestión, el proceso de tejido

también tiene la dificultad de que la materia que participa en ella es muy perecedera.

No solo los artefactos óseos, sino principalmente la madera (para los telares) y los

mismos textiles. Tampoco hay una claridad respecto a quienes eran los individuos

que tejían. El debate siempre ha oscilado entre la evidencia de que eran hombres

importantes o mujeres y personas jóvenes (Langebaek 1987, Boada 2009) Esto

abre las puertas a un estudio funcional de la industria ósea y a una comprensión del

trabajo textil en particular, que en conjunto con observaciones etnográficas, puede

alimentar en gran cantidad las primeras observaciones aquí dadas.

Las evidencias de la cuarta fase lamentablemente fueron casi nulas.

Etnohistóricamente se hace mención de que este era un proceso que se aplicaba

después del tejido, a manera de pintura, y que era realizado por personas

Page 65: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

65

importantes (Boada 2009). Aunque en los registros etnohistóricos también hay

mención de los pigmentos utilizados y su materia prima de origen (Cortés 1990), dar

el salto al plano arqueológico fue imposible, debido a que no hay registro de

evidencias de este tipo. A pesar de esto resalta el trabajo de Cardale de

Schrimpff,M. y Devia, B. (1997), que a nivel de arqueometría, empezaron a

identificar los pigmentos en las mantas ubicadas en el Museo de Sogamoso.

Posiblemente, un estudio multidisciplinar a futuro, pueda ayudar a complementar la

información para continuar la discusión sobre esta fase en particular.

A lo largo del proyecto, también se tocaron temas que evidenciaron muchos de los

problemas arqueológicos evidenciados, no solo para este tema sino para en general

la arqueología en la Sabana de Bogotá. Las discusiones sobre la relación entre

cerámica y períodos de ocupación requieren de un urgente debate con el fin de

empezar a afinar una cronología, que aunque ya se daba por hecha, sigue sin

consolidarse. También, el sesgo metodológico y los focos de trabajo evidencian el

inmenso potencial investigativo que queda en la región. Y el precario estado de la

documentación en los depósitos arqueológicos, que muchas veces hace imposible

la consulta de artefactos específicos, perdiendo información valiosa, haciendo un

llamado a proyectos juiciosos de curaduría arqueológica.

Finalmente, aunque el tema de la especialización y de los centros de producción

estuvo limitada principalmente a los resultados de la segunda fase (incluso

mostrando evidencia de estos procesos) no hay que dejar de lado las discusiones

propuestas para las otras tres fases. La producción textil es un mundo complejo

cuyo estudio debe continuar con el objetivo de seguir aportando información para

comprender los procesos de complejización social de las sociedades prehispánicas

de la Sabana de Bogotá.

Page 66: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

66

Bibliografía

Agüero, C., Uribe, M., Ayala, P. y Cases, B. (1997). Variabilidad textil durante el

período intermedio tardío en el Valle de Quillagua: una aproximación de la etnicidad.

Estudios Atacameños, No. 14 (pp. 263 – 290). Instituto de Investigaciones

Arqueológicas y Museo. Universidad Católica del Norte.

Argüello García, Pedro M. (2015). Subsistence Economy and he chiefdom

emergence in the muisca area. A study of the Valle de Tena. Tesis doctoral. University

of Pittsburgh

Alberti, M. E. (2008). Textile Industry Indicators in Minoan Work Areas: Problems of

Typology and Interpretation. En C. Alfaro, J.P Wild, B. Costa (eds.), Purpurae

Vestes. Textiles y tintes del Mediterráneo en época romana (pp. 25-36).

Valencia: Publicaciones de la Universidad de Valencia.

Bastiand Atto, María Soledad. (2000). Producción textil prehispánica.

Investigaciones Sociales IV (5):125-144. Recuperado de

http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/publicaciones/inv_sociales/n5_200

0/a06.pdf

Bastiand Atto, M. (2010). Los textiles rituales de Nasca en Cahuachi. Tesis de

doctorado sin publicar. Universidad Nacional Mayor de San marcos.

Becerra, V. y Groot de Mahecha, A.M. (2008). Reconocimiento, visualización y

prospección arqueológica de la Hacienda El Carmen, localidad 5 Usme,

Bogotá D.C.: plan de manejo arqueológico. Bogotá: Universidad Nacional de

Colombia y Metrovivienda. Informe arqueológico presentado ante el ICANH.

Beltrán Beltrán, L. (2008). Patrimonio industrial colombiano: la definición de paisajes

Page 67: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

67

productivos en la Sabana de Bogotá. En: APUNTES vol 21, num. 1 (pp. 26 –

43). Pontificia Universidad Javeriana

Boada, A. M. (2006) Patrones de asentamiento regional y sistemas de

agricultura intensiva en Cota y Suba, Sabana de Bogota (Colombia). Bogotá

D.C: Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la

República.

Boada, A.M (2007a) Patrones de asentamiento regional y sistemas de agricultura

intensiva en Cota, Suba y Chía (Sabana de Bogotá, Colombia). Informe sin

publicar.

Boada, A. M. (2007b). La evolución de Jerarquía Social en un Cacicazgo Muisca de

los Andes Septentrionales de Colombia. Pittsburg: University of Pittsburg

Boada, A. M. (2009). La producción de textiles de algodón en la política

económica de los cacicazgos muiscas de los Andes colombianos. En: C. A.

Sánchez (ed.) Economía, prestigio y poder: perspectivas desde la

arqueología (pp. 272 – 213). Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e

Historia

Boada, A. M. (2013). From Small Household Clusters to the Central Place of the

Bogotá Chiefdom, Colombia. En: Scott D. Palumbo, Ana María Boada,

William A. Locascio y Adam Menzies (eds.) Multiscalar Approaches to

Studying Social Organization and Change in the Isthmo-Colombian Area (pp.

39-70). Pittsburgh: University of Pittsburgh, Universidad de los Andes y

Universidad de Costa Rica

Broadbent, Sylvia M. (1964). Los Chibchas. Organización Socio-política. Serie

Latinoamericana No.5. Facultad de Sociología. Universidad Nacional de

Colombia

Page 68: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

68

Broadbent, Sylvia M. (1965). Investigaciones arqueológicas en el territorio chibcha.

Universidad de los Andes. Bogotá.

Broadbent, Sylvia M. (1968). A prehistoric field system in chibcha territory,

Colombia. Ñawpa Pacha: Journal of Andean Archaeology (pp. 135-147).

Taylor & Francis Ltda.

Broadbent, Sylvia M. (1982). Lost and found: Chibcha textiles in the Brithis Museum.

Informe sin publicar

Brumfiel, E. y Earle, T. (1987). Specialization, Exchange, and Complex Societies:

An Introduction. En: E. Brumfiel y T. Earle (eds.) Specialization, Exchange,

and Complex Societies (pp.1-9). Cambridge University Press, Cambridge.

Brumfiel, E. (2007). Solar discs and solar cycles: spindle whorls and the dawn of

solar art in postclassic Mexico. Treballs D’Arqueologia, 13 - Interpreting

household practices: reflections on the social and cultural roles of

maintenance activities (pp. 91-113). Universitat Autonoma de Barcelona.

Centre d’Estudis del Patrimoni Arqueologic de la Prehistoria. Barcelona.

Noviembre 2007

Cardale de Schrimpff, M. (1987). Informe preliminar sobre el hallazgo de textiles y

otros elementos perecederos, conservados en cuevas en Purnia, Mesa de

los Santos. Boletín de Arqueología de la FIAN. 2 (3):3-23. Recuperado de

http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/82227/1.1_Purnia.pdf

Cardale de Schrimpff, M. (1988). Textiles arqueológicos del bajo río San Jorge.

Boletín Museo del Oro (20). Recuperado de

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/bolmuseo/19

88/bol20/bok5.htm

Page 69: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

69

Cardale de Schrimpff, M. (2007). Los textiles en la arqueología de Nariño y Carchi :

un balance actualizado. Boletín de arqueología de la FIAN. Vol. 22. (pp. 3 –

116). Banco de la República. Bogotá.

Cardale de Schrimpff,M. y Devia, B. (1997). Estudio de los textiles pertenecientes a

la colección del Museo Arqueológico de Sogamoso. Fundación para la

Promoción de la Investigación y la Tecnología. Santa Fé de Bogotá

Carpenter, L., Feinman, G. & Nicholas, L. (2012) Spindle whorls from El Palmillo:

economic implications. Latin American Antiquity. Vol 23. No.4 (pp. 381-400).

Society of American Archaeology. December 2012.

Chase, A., Chase, D., Zorn, E. & Teeter, W. (2008) Textiles and the Maya

archaeological record. Gender, power, and status in Classic Period Caracol,

Belize. Ancient Mesoamerica, 19 (pp. 127-142). Cambridge University Press.

Childe, G. (1950). The Urban Revolution. Town Planning Review. Vol 21, No.1 pp.

(3 – 17). Liverpool University Press

Conklin, W. (2008). The Culture of Chavín Textiles. En Conklin,W y J. Quilter (eds.)

Chavín Art, Architecture, and culture (pp. 261 – 278). UCLA. Cotsen Institute

of Archaeology

Cortés Moreno, E. (1990). Mantas muiscas. Boletín Museo del Oro (27)

Recuperado de

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/bolmuseo/199

0/abjn27/abjn05a.htm

Page 70: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

70

Costin, C. L. (1991). Craft Specialization: Issues in Defining, Documenting, and

Explaining the Organization of Production. En: M.B Schiffer (ed.)

Archaeological Method and Theory, Volume 3 (pp. 1–56). Tucson: University

of Arizona Press

Costin, C. L. (2001). Craft production systems. En: G. Feinman y D. Price (ed)

Archaeology at the New Millenium (pp. 273 – 327). New York: Springer

Costin, C. L. (2005). Craft production. En: H. Maschner (ed.) Handbook of Methods

in Archaeology (pp. 1032 – 1105). Altamira Press.

Devia, B. (2007) Análisis de colorantes y fibras textiles arqueológicos en la región de

Nariño. Boletín de arqueología de la FIAN. Vol. 22. (pp. 117 – 141). Banco de

la República. Bogotá.

Drennan, R. (2009) Statistics for Archaeologist. A Common Sense Approach.

Springer US. Second Edition

Earle, T. (1987). Specialization and the Production of Wealth: Hawaiian Chiefdoms

and Inka Power. En: E. Brumfiel y T. Earle (eds.) Specialization, Exchange,

and Complex Societies (pp.64 -75). Cambridge University Press, Cambridge.

Enciso Ramos, B. E. (1995). Ruinas de un poblado Muisca en el valle del río

Tunjuelito, urbanización Nueva Fábrica antes Industrial Las Delicias, Bogotá.

Bogotá D.C: Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Enciso Ramos, B. E. (2010). Información temática sobre bibliografía arqueológica.

Registro de sitios arqueológicos. Marzo de 2010. Instituto Colombiano de

Antropología e Historia

Escallón, M.F. (2005). Decoración, cronología y territorio: Un estudio comparativo

Page 71: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

71

de la cerámica Herrera del altiplano cundiboyacense. Bogotá: Centro de

Estudios Socioculturales e Internacionales (Ceso), Universidad de los Andes.

Fajardo Bernal, S. (2011). Jerarquía social de una comunidad en el valle de

Leiva: unidades domésticas y agencia entre los siglos XI y XVII. Bogotá:

Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Flannery, K., & Winter, M. (1976). Analysis on the Household level. En: K. Flannery

(ed.) The Early Mesoamerican Village (pp. 13-49). New York, San Francisco,

London: Academic Press.

Feldman, R. (1986). Early textiles from the Sue Valley, Peru. En: W. Conklin (ed.)

The Junius B. Bird Conference on Andean Textiles, April 7th and 8th 1984.

(pp. 31 – 46). The Textile Museum Dumbarton Oaks, Washington D.C.:

Textile Museum and Trustees for Harvard University.

Frame, M., Vallejo, F., Ruales, M. & Tosso, W. (2012). Los textiles Ychsma del

Horizonte Tardío en el Entierro de Armatambo. Arqueología y Sociedad N°

24 (pp. 437 – 478). Centro Cultural de San Marcos.

Gilman, A. (1981). The Development of Social Stratification in Bronze Age Europe.

Current Anthropology, Vol 22. No 1. (pp. 1-23). University of Chicago Press.

Gilman, A (2001). Marxist Archaeology. En: International Encyclopedia of the Social

& Behavioral Sciences. (pp. 9302 – 9306). Elsevier Science Ltd.

Gilman, A (2008). ¿Qué podemos decir de la organización social de El Argar a partir

de su cultura material? En C. Cacho, R. Macías, J.A. Martos y M. I. Martínez-

Navarrete (eds). Acercándonos al pasado. Prehistoria en 4 actos. Museo

arqueológico Nacional/ Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Madrid.

González, V (2012). Estructuración de la comunidad cacical arqueológica de

Page 72: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

72

Mesitas, San Agustín. En H. Henderson y S. Fajardo (eds.): Reproducción

social y creación de desigualdades: discusiones desde la arqueología y la

antropología suramericanas. (pp. 143 – 160). Encuentro Grupo Editor,

Córdoba, Argentina.

Haury, E. & Cubillos, J. (1953) Investigaciones arqueológicas en la Sabana de

Bogotá, Colombia (cultura chibcha). Social Science Bulletin No. 22. (pp. 5 –

104). University of Arizona. Tucson, Arizona.

Henderson, H., & Ostler, N. (2009). Organización de asentamiento muisca y

autoridad cacical en Suta, valle de Leyva, Colombia: una evaluación crítica

de los conceptos nativos sobre la casa para el estudio de sociedades

complejas. En: C. A. Sánchez (ed.) Economía, prestigio y poder: perspectivas

desde la arqueología (pp. 74 – 146) Bogotá: Instituto Colombiano de

Antropología e Historia.

Jaramillo, L.G. (2015). Sopó en contexto: estudio arqueológico y documental sobre

el poblamiento de la cuenca baja del río Teusacá. Volumen 1. Bogotá:

Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Antropología. Universidad

de los Andes.

Jimenez Diaz, M. (2005). Estandarización y particularismos regionales en la

producción textil incaica. En A. Gutierrez Escudero y M. Laviana (cords.):

Estudios sobre América: siglos XVI-XX. (pp. 43 – 65) Sevilla, AEA, 2005.

Kadar, Manuella (2008) Data modeling and relational database design in

archaeology. Acta Univ Apulensis J 3 (pp. 73-80).

Kruschek, M. (2003). The evolution of the Bogotá chiefdom: a household view. Tesis

de doctorado. University of Pittsburgh.

Page 73: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

73

King, S. (2011). Thread production in early postclassic coastal Oaxaca, Mexico:

Technology, Intensity, and Gender. Ancient Mesoamerica, 22 (pp. 323-343).

Cambridge University Press.

Langebaek, C. (1987). Mercados, poblamiento e integración étnica entre los

Muiscas: siglo XVI. Bogotá : Banco de la República.

Langebaek, C. (1992). Noticias de caciques muy mayores. Bogotá: Ediciones

Uniandes.

Langebaek, C. (1995). Arqueología Regional en el Territorio Muisca. Estudio de los

Valles de Fúquene y Susa. Pittsburgh: University of Pittsburgh

Langebaek, C. (2003). Arqueología colombiana: Ciencia, pasado y exclusión.

Bogotá: Colciencias - Instituto colombiana para el desarrollo de la Ciencia y

la Tecnología Francisco José de Caldas

Langebaek, C. (2006). De las palabras, las cosas y recuerdos: el Infiernito, la

arqueología, los documentos y la etnología en el estudio de la sociedad

Muisca. En: C, Gnecco & C, Langebaek (eds.) Contra la tiranía tipológica en

Arqueología: una visión desde Suramérica. (pp. 215-256). Bogotá: Ediciones

Uniandes

Langebaek, C. (2008). Dos teorías sobre el poder político entre los muiscas. Un

debate a favor del diálogo. En: J. Gamboa (ed.) Los Muiscas en los siglos

XVI y XVII: miradas desde la arqueología, la antropología y la historia. (pp.

64-93) Bogotá: Ediciones Uniandes.

Langebaek, C. (comp.) (2012). Vivir y morir en Tibanica: reflexiones sobre el poder

político en una comunidad muisca de la Sabana de Bogotá. Investigación sin

editar.

Page 74: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

74

Langebaek, C., Cuellas, A., Dever, A., Barragan, A., Salamanca, M., Álvarez, J., &

García, E. (2001). Arqueología regional en el Valle de Leiva: ocupación

humana en una región de los Andes Orientales de Colombia. Bogotá:

Informes Arqueológicos del Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Leguizamón, L.P. (2016). Explorando la noción de casa en los contextos domésticos

y funerarios de la Sabana de Bogotá, entre los siglos VIII y XIII d.C. Bogotá:

Informes Arqueológicos del Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Londoño, E. (1990). Mantas Muiscas. Una tipología colonial. Boletín Museo del Oro

(27) Recuperado de

https://publicaciones.banrepcultural.org/index.php/bmo/article/view/7070/73

16

Lull, V. 2005. Marx, producción, sociedad y arqueología. Trabajos de prehistoria

(62). N°1 (pp. 7- 26). Departamento de Prehistoria del Consejo Superior de

Investigaciones Científicas.

Mannonni, T. y Giannichedda, E. (2003). Arqueología de la Producción. Barcelona

Manzanilla, L. (2015). Cooperation and tensions in multiethnic corporate societies

using Teotihuacan, Central Mexico, as a case study. PNAS No. 30 Vol. 112

(pp. 9210-9215).

McCafferty, G., & McCafferty, S. (2000). Textile Production in Postclassic Cholula,

Mexico. Ancient Mesoamerica. 11 (1):39-54. Recuperado de

https://www.academia.edu/210376/Textile_Production_in_Postclassic_Chol

ula_Mexico

McCafferty, Geoffrey y McCafferty, Sharisse. (2012). Canadian Contributions to

Page 75: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

75

Mesoamerican Gender Studies. Canadian Journal of Archaeology 36 (pp. 67-81.)

O’Neil, D. (1972). San Jorge, a late terraced site on the Sabana de Bogota. Tesis de

doctorado sin editar. University of California, California.

O’Neil, D. (1974). Manufacturing Techniques of Chibcha Spindle Whorls.

Man, New Series, Vol. 9, No. 3 (pp. 480-484). Royal Anthropological

Institute of Great Britain and Ireland

Parsons, M. (1975) The Distribution of Late Postclassic Spindle Whorls in the Valley

of Mexico. American Antiquity Vol. 40 No. 2 (pp. 207-215). April 1975. Society

of American Archaeology

Patterson, T. (2005). Craft specialization, the reorganization of production relations

and state formation. Journal of Social Archaeology 5. (pp. 307 – 337) Sage

Publications

Patiño Contreras, A. (2003). Actividades domésticas en una unidad residencial

prehispánica de la Sabana de Bogotá (Colombia). En: V. González & C.

Gnecco (eds.) Revista de Arqueología del Área intermedia (5): 125 – 153.

Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia & Sociedad

Colombiana de Arqueología.

Patiño Contreras, A. (2005). Intercambios de cerámica foránea entre los grupos

muiscas de la Sabana de Bogotá: el caso de Chía. Investigación sin editar.

Piazzini, E. (1996). Impresiones textiles sobre cerámica: una alternativa para el

estudio de los tejidos arqueológicos. Revista hispanoamericana (20): 33 – 37.

Cali: Fundación Hispanoamericana Santiago de Cali.

Page 76: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

76

Reichel-Dolmatoff, G. (1986). Arqueología de Colombia. Un texto

introductorio. Biblioteca Familiar. Presidencia de la República.

Renfrew,C. y Banh, P. (2004). Archaeology.Theories, methods and practice.

Thames &Hudson Ltd. Fourth Edition

Ramos, E. (2009). Más allá de la forma y la función: Artefactos de hueso

prehispánicos de Colombia. Bogotá: Centro de Estudios Socioculturales e

Internacionales y la Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales

Del Banco de la República.

Romano, Franciso. (2003). San Carlos: documento trayectorias evolutivas de la

organización social de unidades domesticas en un cacicazgo de la Sabana

de Bogotá, (Funza, Cundinamarca). Boletín de Arqueología FIAN (18).

Bogotá: Fondo de Investigaciones Arqueológicas Nacionales.

Ruiz de Haro, M. (2012). Orígenes, evolución y contextos de la tecnología textil: la

producción del tejido en la prehistoria y la protohistoria. Arqueología y

territorio n°9. (pp. 133-145) Departamento de prehistoria y arqueología.

Universidad de Granada.

Salge Ferro, Manuel. (2007). Festejos muiscas en El Infiernito, valle de Leiva.

Consolidación del poder social. Bogotá: Universidad de los Andes.

Schortman, E. y Urban, P. (2004). Modeling the roles of craft production in ancient

political economies. Journal of Archaeological Research. Vol 12, No. 2 (pp.

185 – 226). Plenum Publishing Corporation.

Schottelius, J. (1946). Arqueología en la Mesa de los Santos. Boletín de Arqueología

Vol. 2 No. 3 (pp. 213 – 231). Julio – septiembre de 1946. Servicio

Arqueológico Nacional.

Page 77: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

77

Silva, Margarita. (1985). Clasificación y análisis de los volantes de huso Muisca.

Tesis de pregrado. Universidad Nacional, Bogotá.

Smith, M. y Hirth, K. (1988). The Development of Prehispanic Cotton-Spinning

Technology in Western Morelos, Mexico. Journal of Field Archaeology (15):

349-358

Tantaleán, H. (2012). Hacia una teoría arqueológica del estado en los Andes

prehispánicos: los primeros estados teocráticos andinos. Revista Atlántica-

Mediterránea de prehistoria y arqueología social 14. (pp. 55-84). Universidad

de Cádiz

Therrien, M. (1996). Naciones, imperios y territories: historiografía arqueológica de

la Sabana de Bogotá. En M. Therrien & B. Enciso (comp.), Compilación

bibliográfica e informativa de datos arqueológicos de la Sabana de Bogotá:

siglos VIII al XVI d.C. (pp. 23-44). Instituto Colombiano de Antropología.

Bogotá. 1996

Valverde, A. (2003). Momificación prehispánica en la cordillera oriental colombiana.

En: V. González & C. Gnecco (eds.) Revista de Arqueología del Área

intermedia (5):155 – 178. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e

Historia & Sociedad Colombiana de Arqueología.

Wayne, Jhon. (1999). Craft and Local Power: Embedded Specialization in

Tiwanaku Cities. Latin American Antiquity, Vol. 10, No. 2 (pp. 107 - 131).

Society for American Archaeology.

Page 78: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

78

Anexo 1 – Información específica de los atributos de la base de datos

La construcción de atributos fue la siguiente:

- Entidad Sitio:

o ID: para la identificación de los sitios se utilizó una codificación iniciada

en S001.

o Atributos referentes a la localización: departamento y municipio

o Atributos referentes a la información de documentación arqueológica:

nombre arqueológico del sitio, documento en el que está registrado,

año del documento, tipo de documento, ubicación de la colección del

sitio y si presentaba información arqueológica sobre indicadores de

producción textil.

El atributo “Tipo de documento” contiene una de las siguientes

opciones: reporte de hallazgo, informe preliminar, informe final,

publicación y tesis.

o Atributos referentes a la georeferenciación del sitio: las coordenadas

de los sitios se presentan en forma de coordenadas planas MAGNA

SIRGAS.

- Entidad contexto: las categorías asignadas para los atributos de esta entidad

son el resultado de la consulta de los antecedentes de la zona de estudio.

o ID: para la identificación de los contextos se utilizó una codificación

iniciada en C001.

o Atributo “Tipo”: hace referencia a las clasificaciones que se le dio a los

diferentes contextos identificados. Las posibles categorías son:

asentamiento, basurero, entierros, campo de cultivo y camellones,

taller e indefinido.

o Atributo “Cronología”: hace referencia al período de ocupación al que

se asocia el contexto. Las posibles categorías son: Herrera, Muisca

Temprano, Muisca Tardío e indefinido

Page 79: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

79

o Atributo “Metodología”: hace referencia a la metodología de campo

con que se trabajó el sitio. Las posibles categorías son: corte,

excavación de área, trinchera, pozo de sonde (PS) y recolección

superficial (RS).

o Atributo “Observaciones”: hace referencia a información extra de

interés que el documento puede aportar sobre el contexto.

- Entidad indicadores: las categorías asignadas a los atributos de esta entidad

son el resultado de la consulta de antecedentes, en conjunto con los

postulados del marco teórico. La construcción de la relación entre

especialización e indicadores de producción fue fundamental para generar

categorías que permitieron el análisis deseado.

o ID: para la identificación de los indicadores se utilizó el número de

serie proporcionado por Access.

o Atributo “Indicador”: hace referencia a los indicadores de producción

textil que se evidenciaron en el contexto. Las posibles categorías son:

volantes de huso, aguja, cerámica con impresión textil, cuenco de

hilado, husos, lanzaderas, leznas, pigmento mineral, semilla de

algodón (gossypium barbadense), telares o textil.

o Atributo “cantidad”: hace referencia a la cantidad de artefactos

hallados de un tipo de indicador en el contexto.

o Atributo “estado”: hace referencia a la integridad del artefacto. Las

posibles categorías son: completo o incompleto.

o Atributo “material”: hace referencia a la materia prima del artefacto.

Las posibles categorías son: orgánico, óseo, lítica y cerámica.

o Atributos referentes a las dimensiones: hacen referencia a

características físicas y medibles de algunos indicadores. Estos son:

alto, ancho, diámetro (para los volantes de huso) y peso.

o Clasificación morfológica (para los volantes de huso) propuesta por

Boada (2009: 284 - 285): hace referencia a una tipología establecida

para los volantes de huso dependiendo de su forma. Esta tiene las

Page 80: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

80

siguientes categorías: esferoidal, subglobular, compuesto, cono

convexo, rectangular, oval, discoidal, cono recto y bicónico.

o Clasificación por patrones de diseño (para volantes de huso) se partió

de la propuesta hecha por Enciso(1995: 250) para formar una

clasificación propia. Debido a esta nueva postulación, en el

documento se da la información completa, en el capítulo 3.

Page 81: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

81

Anexo 2 – Gráficas complementarias

Discoidales (Completos)

Media 0,195

Muestra 17

Desviación estándar 0,063

Error estándar 0,015

Media 14,82

Muestra 17

Desviación estándar 5,7688

Error estándar 1,3991

Cono recto (Completos)

Media 0,303

Muestra 43

Desviación estándar 0,108

Error estándar 0,016

Media 14,82 13,6604

Muestra 17 43

Desviación estándar 5,7688 3,4544

Error estándar 1,3991 0,5267

Page 82: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

82

Cono convexo (Completos)

Media 0,525

Muestra 4

Desviación estándar 0,073

Error estándar 0,036

N:4 Desv. Est:3,304 Media:10,75 (se decidió graficar esta variable en el diagrama de bala)

Compuesto (Completos)

Media 0,956

Muestra 23

Desviación estándar 0,265

Error estándar 0,055

Media 13,3565

Muestra 23

Desviacion estandar 3,1388

Error estandar 0,6545

Page 83: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

83

1. Porcentaje de patrones de diseño presente en cada tipo morfológico de los

volantes de huso. Casos no incluidos en el texto.

N:22 – Muestra de volantes de huso indefinidos

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 N B I CC

Pre

sen

cia

(%)

Patrones de diseño

Patrones de diseño peresentes en volantes indefinidos

Page 84: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

84

Anexo 3 – Base de datos y fotografía (archivo digital)

Si desea una copia a estos puede comunicarse con el autor al correo electrónico

[email protected].

Page 85: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

85

Anexo 4 – Criterios de clasificación para los patrones de diseño

Patrón 1: diseños compuestos por líneas y/o triángulos (siempre decorados en su

interior) que ocupen en diferentes proporciones el espacio (de manera total,

parcial o mínima).

Patrón 2: diseños compuesto por tres espacios triangulares los cuales van a estar

decorados internamente por otros triángulos, patrones de malla, circunferencias o

espirales.

Patrón 3: diseños que presentan dos rombos (o trapezoides) grandes y tres

triángulos de menor tamaño, los cuales están decorados en su interior por líneas o

rombos con patrón de malla.

Patrón 4: diseños que presentan patrón de malla, con líneas divisoras gruesas que

tienen líneas en su interior. Los rombos formados por la malla pueden estar

decorados con espirales.

Patrón 5: diseños ornitomorfos, que representan un ave con cresta y pico.

Patrón 6: diseños antropomorfos. Estos están compuestos de dos ojos, nariz y

boca principalmente.

Patrón 7: diseños zoomorfos: los observados de esta categoría fueron pocos e

incompletos en algunos casos, por lo que solo se pudo observar claramente un

anfibio (rana).

Patrón 8: diseños que ocupan todo el espacio del volante. Se asemejan a soles.

Patrón 9: diseños que ocupan medio espacio del volante.

Patrón 10: diseños triangulares que ocupan un cuarto del volante. Casi siempre

tienen en su interior circunferencias, aunque el diseño varía con la aplicación de

líneas.

Patrón 11: diseños triangulares que juegan con bordes decorados en su interior

con líneas. A veces presentan pequeños triángulos, siendo esta la principal

diferencia con el patrón 10, que primordialmente se muestra con pequeñas

circunferencias.

Patrón 12: diseños triangulares que se presentan uno dentro de otro, creciendo del

centro hacia afuera.

Page 86: Nota de Aceptación · de Bogotá en este caso, se aplicó una metodología semejante, creando una base de datos que representa un modelo de análisis basado en las fases de producción

86

Patrón 13: diseños triangulares, semejante al patrón 12, en los que van creciendo

gradualmente. Se diferencia en que estos no se presentan desde el centro, sino

desde la base de las figuras.

Patrón 14: diseños en espiral con un “tallo”. Usualmente se presentan dos de

estos, y pueden estar acompañados de triángulos con decoración de malla.

Patrón 15: diseño rectangular con circunferencias y bandas en su interior.

Patrón 16: diseño que forma un camino utilizando ángulos rectos.

Patrón 17: diseño que ocupa todo el espacio del volante. Se diferencia del patrón

8 dado que se asemejan a un patrón de damero, en los que cambian espirales y

triángulos.

Patrón 18: diseños que se encuentran repetidos en el cuerpo del volante. Cada

copia se encuentra separada de la otra por numerosas incisiones.

Patrón 19: diseños donde la espiral se combina con triángulos decorados

internamente.

Patrón 20: diseño que se asemeja a una flor.

Patrón 21: diseños en malla que ocupan todo el volante. Cada rombo formado se

encuentra decorado en su interior por espirales o pequeñas líneas.

Patrón 22: diseño que presenta dos triángulos contiguos, decorados internamente.

De uno de estos salen dos espirales, y diagonal se encuentra un rectángulo

decorado internamente.