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REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES Desarrollo: enfoques y desafíos VOL. 19 NÚMERO 37 ENERO-JUNIO 2010 ISSN 0188—9834 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ Lourdes Ampudia Rueda y Myrna Limas Hernández (Coordinadoras)

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Revista número 37

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REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Desarrollo: enfoques y desafíos

VOL. 19NÚMERO

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ

Lourdes Ampudia Rueda y Myrna Limas Hernández(Coordinadoras)

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Jorge M. Quintana SilveyraRector

David Ramírez PereaSecretario General

Javier Sánchez Carlos Director del Instituto de Ciencias

Sociales y Administración

Servando Pineda JaimesDirector General de Difusión Cultural

y Divulgación Científica

Myrna Limas HernándezDirectora General

Sandra Barrientos RoblesAsistente

Mayola Renova GonzálezSubdirectora de Publicaciones

Karla María RascónDiseño de portada

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZNóesis, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto de Ciencias Sociales y Administración

Comité Editorial:Juan Luis SariegoEscuela Nacional de Antropología e Historia ENAH—ChihuahuaConaculta/Instituto Nacional de Antropología e HistoriaChihuahua, Chihuahua, MéxicoNoemí Luján UAM—XochimilcoMéxico, D.F.María VaraUniversidad Autónoma de MadridMadrid, EspañaLuis Antonio Payán AlvaradoUniversidad de Texas en El Paso Department of Political ScienceEstados UnidosClara Eugenia RojasUniversidad Autónoma de Ciudad Juárez MéxicoVíctor OrozcoUniversidad Autónoma de Ciudad JuárezMéxicoServando Pineda JaimesUniversidad Autónoma de Ciudad JuárezMéxicoRoberto FollariUniversidad Nacional de Cuyo ArgentinaJosé Manuel GarcíaUniversidad Estatal de Nuevo MéxicoEstados Unidos

Nóesis Volumen 19, número 37, enero-junio 2010, es una publicación se-mestral editada por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, a través del Instituto de Ciencias Sociales y Administración de la UACJ. Redacción: Avenida Universidad y H. Colegio Militar (zona Chamizal) s/n. C.P. 32300 Ciudad Juárez, Chihuahua. Para correspondencia referente a la revista, comunicarse al teléfono: (656) 688-38-00 exts. 3792, 3892; o bien escribir a los siguientes correos electrónicos: [email protected] y/o [email protected].

Editor responsable: Myrna Limas Hernández. ISSN: 0188-9834. Impresa por Lazer Quality Prints, Av. Pedro Rosales de León, número 6599, Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Distribuidor: Subdirección de Gestión de Proyectos y Marketing Editorial. Henry Dunant 4016, Zona Pronaf, CP 32315. Ciudad Juárez, Chihuahua. Este número se terminó de imprimir el 20 de junio de 2011 con un tiraje de 500 ejemplares.

Hecho en México /Printed in Mexico

© UACJ

Nóesis: Revista de Ciencias Sociales y Humanidades/Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Instituto de Ciencias Sociales y Administración. núm. 1, vol. 1 (noviembre, 1988). Ciudad Juárez, Chih.: UACJ, 1988.SemestralDescripción basada en: núm. 19, vol. 9 (julio/diciembre, 1997)Publicada anteriormente como: Revista de la Dirección General de Investigación y Posgrado.ISSN: 0188—98341. Ciencias Sociales-Publicaciones periódicas2. Ciencias Sociales-México-Publicaciones periódicas3. Humanidades-Publicaciones periódicas4. Humanidades-México-Publicaciones periódicas

H8.S6. N64 1997300.05. N64 1997

Permisos para otros usos: el propietario de los derechos no permite utilizar copias para distribución en general, promociones, la crea-ción de nuevos trabajos o reventa. Para estos propósitos, dirigirse a Nóesis.

Los manuscritos propuestos para publicación en esta revista deberán ser inéditos y no haber sido sometidos a consideración a otras revistas simultáneamente. Al enviar los manuscritos y ser aceptados para su publicación, los autores aceptan que todos los derechos se transfieren a Nóesis, quien se reserva los de reproducción y distribución, ya sean fotográficos, en micropelícula, electrónicos o cualquier otro medio, y no podrán ser utilizados sin permiso por escrito de Nóesis. Véase además normas para autores.

Revista indexada en Latindex, Clase y Redalyc

Apoyado con Recursos PIFI

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El significado dE nóEsis

NÓESIS. Este término es griego y se vincula con otro muy empleado en la filosofía clásica: nous (razón, intelecto). La elección de este título se deriva de algunas consideraciones acerca de la teoría del conocimiento que se desprenden del conocido símil de la caverna (República, VII).

El hombre, que ha podido contemplar el mundo de los arquetipos, esto es, que ha logrado penetrar las esencias, no puede ya contentarse con la proyección deformada del conocimiento sensible. La luz que lo iluminó es la filosofía, que Platón conceptualiza todavía en el sentido pitagórico de ancla de salvación espiritual. Al ser iluminado por ésta, el hombre siente la necesidad de comunicar a ex compañeros de esclavitud la verdad que ha encontrado, aun cuando estos últimos puedan mofarse de él, como lo había hecho la mujer tracia con Tales. La misma alegoría recuerda los descensos al Hades del orfismo y del pensamiento religioso pitagórico.

En el conocimiento, así caracterizado, Platón encuentra diversos grados. El primero es dado por la experiencia, que es de suyo irracional, porque se fundamenta en una repetición mecánica de actos.

Ésta se racionaliza en el arte (techne), es decir, en la habilidad adquirida, en las reglas metodológicas, puesto que en dicha actividad se investigan los datos de la experiencia. Entre las distintas artes sobresale la filosofía, porque no examina los fenómenos aisladamente, sino que los ve en su con-junto. Platón llama a esta visión totalizadora “dialéctica”, y dice que ella se alcanza a través del ejercicio de la razón (nóesis).

Por medio de este ejercicio alcanzaremos pues el conocimiento que, para ser válido, debe ser verdadero y tan real como su objeto. Estas con-sideraciones sintetizan el propósito y el objetivo de esta revista: presentar trabajos que reflejen, manifiesten, denuncien, los diferentes aspectos de nuestra realidad y hacerlo a través del “ejercicio de la razón”, es decir, de la NÓESIS.

Dr. Federico Ferro Gay ( )

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Contenido

Abstracts

PresentaciónLourdes Ampudia Rueda y Myrna Limas Hernández

Sección Temática:La frontera Uruguay-Brasil y el desarrollo localAdrián Rodríguez Miranda

Desarrollo humano en Ciudad Juárez, Chihuahua. Circunstancias en salud, educación e ingreso de las mujeresMyrna Limas Hernández

Desafío del desarrollo: la agricultura orgánica como parte de una estrategia de mitigación de la pobreza rural en MéxicoSofía Boza Martínez

Balance del desarrollo. La territorialización de la innovación en las polí-ticas de la Unión EuropeaPablo Martín Urbano

Sección VariaIdentificación de indicadores de desarrollo endógeno en comunidades cam-pesinasBertha Lucía Martínez Mahr

Modelos de medición como forma de gestión para resultados: novedades y reminiscencias en las políticas de financiamientoMartha Patricia Barraza de Anda, Lisbeily Domínguez Ruvalcaba y Sergio Martínez Romo

Sección Libros, Entrevistas y otras NarrativasGlobalización y género Lourdes Ampudia Rueda y Myrna Limas Hernández

El Modelo y su pertenencia en espacios con desequilibrio económico y territorialMartha Patricia Barraza de Anda y Lisbeily Domínguez Ruvalcaba

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Abstracts

La frontera Uruguay-Brasil y el desarrollo localAdrián Rodríguez Miranda

This article proposes a conceptual framework for analyzing local development in cross-border localities between Uru-guay and Brazil. The discussion takes into account previous research that analyze the development in this region and the inter-national literature that addresses the issue of the border, about its importance as a physical, commercial and mental barrier. The con-ceptual framework assumes the existence of exogenous factors such as the exchange policy and legal regulations, and endogenous factors that are associated with three dimensions that affect the behavior of individuals: the actual interaction at the border, the cognitive and affective aspects. The interaction of these factors in a given local institutional framework is what explains the cross-border economic development model. Finally, I propose a research agenda to test the conceptual framework and advance the understanding of local de-velopment in border regions.

Key Words: Local development, local and regional development policy, border Uruguay-Brazil, behavior of economic agents, insti-tutions, trade and exchange rate policy

Human development in Ciudad Juárez, Chihuahua. Circumstances in health, education and income in womenMyrna Limas Hernández

Various analyses and reports show that the development is a catalyst for the improvement of the circumstances of the people’s welfare. However, in this context are not dispos-able situations to be adverse for women. Because of the necessity of enriching the studies in this line, this work focuses on analyzing the scheme of human development in Ciudad Juárez highlighting

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the status of women from a perspective of gender (HDGP). The assumption suggests that the residents of this town do not coexist with an equitable environment for opportunities. For this reason, the circumstances of women in this border area based on the in-formation by a survey in 2006 with the purpose of illustrating their status in three specific dimensions are emerging: health, education and income.

Key words: human development, gender, indicators, health, education, income, Juárez

Development challenge: organic farming as a part of a mitigation strategy for the rural poverty in MéxicoSofía Boza Martínez

Organic farming has developed as an economic sector in a continuous growth. Its high respect for the environment and for the healthy eating habits have achieved that consumers would be interested in organic food. However, the organic farming possibilities in the promotion of social an economical justice have been wasted very often. Therefore it will be very interesting to study the evolution and the consequences that organic farming have ob-tained in a country like Mexico, where the sector is under the con-trol of small and low-income producers. In this research work we will analyze the opportunities and challenges of Mexican organic farming in the promotion of rural development, sustainable from an economical, social, and environmental perspective.

Keywords: organic farming, rural poverty, certif ication systems, sustain-ability, Mexico.

Development balance. The territorialization of innovation in the policies of the European UnionPablo Martín Urbano

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The need to promote the R&D regions as an element of their own development and an essential part of the overall strategy of com-petitiveness in the EU, has been gaining ground in the design of common policies, especially in the more involved with the develop-ment and innovation. There has been, thus a greater convergence and coordination between the economic and social cohesion policies and the policy of research and technological development trying to territorialization greater innovation and integrate it in development strategies. This article, on the basis of those needs that arise in the first section, discusses the evolution of both policies influencing their interrelations. So in the second heading reviews the changes in the direction of R&D policy to favour a greater territorialisation of its contents, while the third heading reflects changes in cohesion policy to give it a more innovative content. In all cases is given particular relevance to SMEs while base fundamental of special production of the EU and therefore subject tissue of the necessary changes to fos-ter innovation and the development. From these considerations, the fourth heading contains main conclusions showing the current state of innovation in EU regions and making some recommendations.

Key Words: innovation, development, territorialisation, European Union, cohesion

Identif ication of Endogenous Development in the Farming CommunitiesBertha Lucía Martínez Mahr

The purpose behind this study is to determine the basic concept which marginal farm workers possess concern-ing a series of areas or aspects related to the development of their own particular community, especially the municipality of Atzitzihuacán, Puebla. In theory, a series of personal developmental indicators will ultimately permit an elaborate strategy to enhance the daily conditions of life of marginal farm workers in specified municipalities. There exists greater recognition indicative of the es-

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sence of education as a pillar economic and social development of a given nation attributed to not only extended programs but trough innovative investigative means. It is believed that once the areas of priority and needs are identified and perceived by the participants of the community under study, utilizing contextual characteristics, an elaborate educational strategy will primarily permit the communi-ties to reach a productive transformational process.

Key words: development of the community, human development, rural development, educational & society, perception.

Models of measurement as a way of managing for results: news and reminiscences in the policies of fundingMartha Patricia Barraza de Anda, Lisbeily Dominguez Ruvalcaba y Sergio Martínez Romo

The paper analyses results of nine State universities trajec-tories (UPE) and one national, using two employees in the public sector productivity measurement models: therein lies the discussion on its relevance and applicability for the assessment of the policies of funding to higher education and the estimation of the University institutional productivity contemporary. The strat-egy of study uses quantitative techniques to assess and explain some of the determinants of development and institutional performance. From the approach of analysis that takes place, they highlight and analyze those structural variables that define a part of their identity and through which they have been relevant to their environment. The results provide new perspectives of research for the analysis of the social relevance of the various models of higher education and its forms of management. This apparently leads to recover the perspec-tive of the public sense of higher education in the field of knowledge and its social use.

Key Words: Higher education, productivity and f inancing policies

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PrEsEntación

Durante las décadas recientes se viene reflexionando acerca de que los estudios del desarrollo exigen trascender las propues-tas económicas tradicionales de su abordaje de modo que se

amplíen las perspectivas y formas distintas de pensar tanto sus de-finiciones como sus desafíos principales. En efecto, el desarrollo es un concepto multidimensional que tiene diversas acepciones y alter-nativas para medirlo. En cuanto a sus acepciones, se tiene que este concepto pretende dar cuenta del estatus que guarda el producto in-terior bruto en los territorios. También es una propuesta teórica que demanda reflexionar el acceso a servicios básicos como educación, vivienda, salud, y nutrición en los estados-naciones, o revisar lo que han experimentado los territorios desde procesos locales. Se considera, además, como un eje académico y de investigación que exige asociarlo con variables como bienestar, pobreza, globalización, mundialización o innovación. Igualmente, es un término que contempla monitorear y evaluar la satisfacción de necesidades materiales o humanas conforme a indicadores y dimensiones que muestren las características de cada población y que se asume el uso racional y sostenible de los recursos y de los sistemas naturales. En definitiva, estudiar el desarrollo exi-ge destacar y matizar las cuestiones que cobran relevancia cuando se busca fortalecer las circunstancias de las personas, las sociedades, las regiones y las naciones.

Ante esta inquietud, el número de Nóesis que se presenta ahora, de-nominado Desarrollo: enfoques y desafíos, es una conjunción de esfuer-zos que busca difundir diversos resultados de investigación originales de investigadores e investigadoras de diversos países iberoamericanos (México, Uruguay, España) interesados(as) en los estudios y proble-máticas del desarrollo.

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Un objetivo adicional de esta recopilación de ideas y colección de reflexiones es ofrecer un producto inédito colectivo dirigido a la co-munidad universitaria, a personas especializadas y a población en ge-neral para contribuir en el área de los estudios del desarrollo respecto a retos y perspectivas de análisis a partir de potenciar la difusión y ampliación del conocimiento. En particular, las colaboraciones que se conjugan en la Sección Temática de este fascículo se enmarcan en las Ciencias Sociales y se abordan desde las diversas trayectorias experi-mentadas por profesionales de la ciencia económica. Adrián Rodrí-guez Miranda (Universidad de la República, Uruguay) nos comparte algunas reflexiones para el caso de la frontera Uruguay-Brasil y el de-sarrollo local; Myrna Limas Hernández (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México) aborda la temática en consideración desde el paradigma del desarrollo humano, destacando las circunstancias de sa-lud, educación e ingreso de las mujeres de Juárez. Sofía Boza Martínez (Universidad Autónoma de Madrid, España) nos motiva a reflexionar la agricultura orgánica como parte de una estrategia de mitigación de la pobreza rural en México y como un desafío del desarrollo. A su vez, Pablo Martín Urbano (Universidad Autónoma de Madrid) realiza un balance del desarrollo a partir de analizar la territorialización de la innovación en las políticas de la Unión Europea.

De manera complementaria, el artículo de Bertha Lucía Martínez Mahr (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez) nos permite revi-sar algunos indicadores de desarrollo endógeno desde una experiencia regional en la Sección Varia. En cambio, un segundo artículo signa-do por Martha Patricia Barraza de Anda (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México), Lisbeily Domínguez Ruvalcaba (Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México) y Sergio Martínez Romo (Uni-versidad Autónoma Metropolitana/Xochimilco, México) nos sugiere algunas propuestas de modelos de medición que se disponen como forma de gestión para evaluar resultados en las políticas de financia-miento de las universidades. Finalmente, en la Sección Libros, Entre-vistas y otras Narrativas se incluyen dos reseñas que se refieren una, al libro Globalización y género, coordinado por Alicia Girón, y otra, que expone diversas ideas y especificaciones del texto Potencial de desarrollo

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y desequilibrio regional en Chihuahua, cuyo autor es Luis Enrique Gu-tiérrez Casas. Como puede apreciarse, la riqueza de este número de Nóesis no solamente se centra en su contenido y la diversidad de temá-ticas abordadas, sino en la variada trayectoria de formación y ejercicio profesional de sus colaboradores(as).

Por último, y no por ello menos importante, quienes coordinamos este número cerramos estas líneas agradeciendo en principio a cada articulista su empeño y valiosa colaboración; su ímpetu y dedicación se ven reflejados en esta revista. Gracias también a la Dirección General de Difusión Cultural y Divulgación Científica de la UACJ por las ges-tiones realizadas, ya que favorecieron la publicación de este órgano de difusión. Particularmente, expresamos nuestro agradecimiento a Ma-yola Renova, César Muñiz y Karla María Rascón, de la Subdirección de Publicaciones, por su auxilio profesional en materia de revisión, corrección, edición, diseño e integración final de esta entrega. Y, ade-más, va nuestra gratitud al director del Instituto de Ciencias Sociales y Administración y su equipo, por su confianza y por auxiliarnos en las gestiones administrativas y de financiamiento que permitieron conse-guir este producto.

En definitiva, el auxilio de cada una y cada uno de ustedes ha hecho posible integrar una gama de artículos que confirman que el even-to de coincidir y organizar en un mismo espacio de diálogo las ideas de estudiosos y estudiosas asentadas en diversas latitudes del mundo nos motiva a postular iniciativas que permitan trascender fronteras y expectativas con el fin de documentar no solamente experiencias y retos de las naciones, los estados y las localidades, sino también pro-porcionar insumos de carácter científico que favorezcan el diseño de políticas, programas y acciones públicas a favor del desarrollo.

Este producto representa una plataforma para continuar la difu-sión de los avances y balances en materia de desarrollo. Sin duda, esta propuesta será para economistas y no economistas una tarea funda-mental.

Lourdes Ampudia Rueda y Myrna Limas Hernández

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Key Words:

This essay aims to highlight how the group called "out-casts" of society are endeavoring to satisfy a consumer need such as housing. Also, we analyze the role of squat-ter groups in a locality such as Juarez city, which is cu-rrently the most economically important frontier of the country. The limited state involvement in housing supply,

has led these groups to meet the demand of this commo-dity through the self, that is, outside the formal market mechanisms. Squatter groups are large groups of people on which rests the border economy. In this town, these groups have entered the housing either by obtaining ur-ban land in most of the time by way of the invasion. To achieve this mutual aid or solidarity is the key that allows them to begin the long journey whose ultimate goal is to obtain permanent housing.

Gender, nóesis, epistemology

Key words:

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Uruguay-Brazil border and local

development

This article proposes a conceptual framework for analyzing local develop-ment in cross-border localities between Uruguay and Brazil. The discussion takes into account previous research that analyze the development in this region and the international literature that addresses the issue of the border, about its importance as a physical, commercial and mental barrier. The conceptual framework assumes the existence of exogenous factors such as the exchange policy and legal regulations, and endogenous factors that are associated with three dimensions that affect the behavior of individuals: the actual interaction at the border, the cognitive and affective aspects. The interaction of these factors in a given local institutional framework is what explains the cross-border economic development model. Finally, I propose a research agenda to test the conceptual framework and advance the un-derstanding of local development in border regions.

local development, local and regional development policy, border Uruguay-Brazil, behavior of economic agents, institutions, trade and exchange rate policy

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La frontera Uruguay-Brasil y el

desarrollo local

Fecha de recepción: 10 de diciembre de 2009Fecha de aceptación: 15 de febrero de 2010

Adrián Rodríguez Miranda1

1 Uruguayo. Correl: [email protected]. Adscripción: Inves-tigador del Instituto de Economía de la Facultad de CCEE de la Uni-versidad de la República de Uruguay. Coordinador de la Red Iberoame-ricana de Estudios del Desarrollo. Máximo grado de Estudios: Doctor en Desarrollo Económico e Integración por Universidad Autónoma de Madrid. Especialización: desarrollo económico regional y local.

Este artículo propone un marco conceptual para analizar el desarrollo lo-cal en las localidades transfronterizas de Uruguay con Brasil. Se discute, a partir de la revisión de antecedentes que analizan el desarrollo en esta región y de la bibliografía internacional que trata el tema de la frontera, respecto a su importancia como barrera física, comercial y mental. El marco conceptual asume la existencia de factores exógenos, como la rela-

ción cambiaria y normativas legales, y factores endógenos, que se asocian a tres dimen-siones que afectan el compor-tamiento de los individuos: la interacción real en la fronte-ra, los aspectos cognitivos y

los afectivos. La interacción de estos factores, en un determinado marco institucional local, es lo que explicaría el modelo de desarrollo económi-co transfronterizo. Finalmente, se propone una agenda de investigación para poner a prueba el marco conceptual y avanzar en la comprensión del desarrollo local en las regiones transfronterizas.

SecciónTemática

Palabras clave:

desarrollo local, política de de-sarrollo local y regional, frontera Uruguay–Brasil, comportamiento de agentes económicos, institucio-nes, política comercial y cambiaria

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ocal Introducción

El artículo comienza por presentar la frontera Uruguay-Brasil. Se muestran algunos datos básicos y las principales características eco-nómicas de los departamentos de la región noreste del país. Luego, en una segunda parte, se argumenta por qué es importante el tema de la frontera noreste de Uruguay. En tercer lugar se analiza la incidencia que ésta tiene sobre el desarrollo económico local. Aquí se plantea la importancia de la relación cambiaria en la economía de frontera y cuál es la situación actual al respecto. En particular, se muestra que la frontera es fuente de oportunidades de desarrollo local (no siem-pre realizadas), pero también es muchas veces un freno importante al desarrollo de las localidades uruguayas transfronterizas. En cuarto lugar se propone la elaboración de un marco conceptual para analizar el desarrollo económico local en esta región de frontera, en particular en las localidades transfronterizas como Rivera, Río Branco y Artigas. Previamente se hacen algunas consideraciones sobre la importancia que tiene la frontera, de acuerdo con la literatura internacional, como barrera que segmenta mercados y economías, así como algunas ca-racterísticas de los procesos de desarrollo en regiones de frontera que están inmersos en procesos de integración regional.

El marco conceptual que se desarrolla asume la existencia de facto-res exógenos (la relación cambiaria y normativas legales) y endógenos, que se asocian a tres dimensiones que afectan el comportamiento de los individuos: la interacción real en la frontera, los aspectos cogniti-vos y los afectivos. Estos factores, en un determinado marco institu-cional local, es lo que explicaría el modelo de desarrollo económico transfronterizo. Finalmente, se propone una serie de interrogantes que constituyen una agenda de investigación para poner a prueba dicho marco conceptual y avanzar en la comprensión del desarrollo local en las regiones transfronterizas.

La frontera Uruguay-BrasilDatos básicos. Uruguay (Mapa 1) está situado en América del Sur; li-mita al noreste con Brasil y al oeste con Argentina. Cuenta con una amplia faja costera en el sur que comprende al Río de la Plata desde el

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ndadepartamento de Colonia hasta la ciudad de Punta del Este (departa-

mento de Maldonado) y desde allí hasta la frontera con Brasil la costa corresponde al océano Atlántico.

Mapa 1: Uruguay en la región

Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), el total de habi-tantes del país es de 3,305,723, de los cuales 1,347,888 viven en Mon-tevideo, la capital del país. Las dimensiones de la nación son pequeñas en la escala sudamericana, ya que cuenta con una superficie de 177,508 km2. El territorio se divide en 19 departamentos (unidad administrati-va equivalente a la Provincia o Región en otros países latinoamericanos, o a la Comunidad Autónoma en España). El gobierno departamental es la Intendencia. Hasta ahora Uruguay era uno de los pocos países que únicamente presentaban dos niveles territoriales sometidos al sufragio popular: el nivel central y el nivel departamental. Sin embargo, debido a la aprobación de la Ley de “Descentralización Política y Participa-ción Ciudadana” (en septiembre de 2009), a partir de las elecciones departamentales de julio de 2010 se elegirían autoridades dando lugar a la creación de un tercer nivel de gobierno: el municipio, con alcaldes electos por el sufragio universal (al momento de escribir este artículo se discute aplazar su implementación para 2015). En este análisis se con-sidera en particular a las localidades fronterizas de Artigas (capital del departamento de Artigas), Rivera (capital del departamento de Rivera)

Fuente: INE

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ocal y Río Branco (segunda localidad en población del departamento de

Cerro Largo). Respecto a la capital del país, Montevideo, las distancias por ruta carretera refieren a 601 km desde la ciudad de Artigas, 501 km desde Rivera y 477 km desde Río Branco.

Rivera, la capital del departamento del mismo nombre, limita con la ciudad brasilera de Santana do Livramento (las ciudades están uni-das por una calle). Rivera cuenta con 77 mil habitantes y Santana do Livramento con 83.5 mil. Por lo tanto, en conjunto ambas ciudades configuran un nivel de población importante en la escala uruguaya. En el departamento de Artigas, la capital del mismo nombre limita con la ciudad brasilera de Quaraí a través de un puente sobre el río del mismo nombre. La ciudad de Artigas posee algo más de 40 mil habi-tantes, mientras que la brasilera suma 22.5 mil. En el departamento de Cerro Largo destaca el paso de frontera Río Branco-Jaguarão. La ciudad de Río Branco tiene unos 12 mil habitantes y limita a través de un puente (sobre el Río Yaguarón) con la ciudad brasilera de Jaguarão, cuya población total es de 30 mil habitantes (Mapa 2).

Mapa 2: Ciudades de frontera con Brasil

Fuente: elaboración propia con base en mapa del Servicio Geográfico Militar

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ndaOtros pasos de frontera con Brasil corresponden a las ciudades de

Chuy (Uruguay)-Chuí (Brasil) en el departamento de Rocha, ciudades con algo más de 10 mil y 6 mil habitantes, respectivamente, y el paso de frontera Aceguá (Uruguay)-Aceguá (Brasil) en el departamento de Cerro Largo, poblados también homónimos que tienen 1.5 mil y 4.2 mil habitantes, respectivamente.

Caracterización económica de la región noreste. Los departamentos del noreste del país, en la frontera con Brasil, son de los que presentan bajos ingresos de los hogares. En efecto, si se considera como base 100 el ingreso promedio de los hogares del interior del país (excluido Montevideo), Rivera registra 78, Artigas y Treinta y Tres un 83 y Ce-rro Largo un 89 (con base en datos de INE para 2008).1

Una situación de similar desigualdad se observa si se considera el valor agregado bruto (PIB). De acuerdo con la información disponible,2 en el año 2006 Montevideo presenta en dólares corrientes un PIB per cápita de 7,479, que duplica el promedio del interior, situado en 3,498.3 Los departamentos del noreste, sobre todo Rivera, con un PIB per cápita de 3,030, y Artigas con 3,410, son los que presentan valores relativos más bajos. Cerro Largo en este caso tiene un mejor desempe-ño con 4,120, posicionándose por encima del promedio del interior.

Otro aspecto que marca importantes disparidades regionales se re-laciona con la competitividad de los territorios. Al respecto, se cuenta con un trabajo del Programa ART Uruguay de PNUD (Barrenechea y Troncoso, 2008) que muestra un índice de competitividad regional por departamento (ICR) que se calcula para 1999 y 2007. El ICR es-tablece para 2007 que los departamentos del país peor posicionados en

1 Los departamentos mejor posicionados son Montevideo (120), Río Negro (116) y Maldonado (110).

2 Fuente: Cálculo propio a partir de datos de la Ofi cina de Presupuesto y Planeamien-Fuente: Cálculo propio a partir de datos de la Oficina de Presupuesto y Planeamien-to de Presidencia (OPP), Departamento de Descentralización Territorial y Gobiernos Departamentales. TC interbancario vendedor mensual promedio para el año 2006: $24,073.

3 Además de Montevideo, solamente Colonia y Maldonado, con US 6,591 y US 6,462 respectivamente, tienen valores por encima del promedio nacional, que se sitúa en US 5,520.

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ocal un ranking de competitividad relativa son los del noreste: Rivera (19º),

Artigas (18º) y Cerro Largo (17º). Por otra parte, también presentan una evolución declinante, ya que estaban un poco mejor posicionados en 1999.4

En una investigación propia (Rodríguez Miranda, 2005, 2006), se estudia para el periodo 1991-2002, a nivel de los 19 departamentos del Uruguay, la relación entre cuatro determinantes del desarrollo econó-mico que son identificados desde una perspectiva endógena y territo-rial. Siguiendo el enfoque de Vázquez Barquero (2005), los referidos determinantes son: aglomeraciones urbanas, instituciones, organiza-ción de la producción e innovación. Cada una se aproxima por medio de diferentes indicadores5 y se obtiene un indicador que sintetiza el “efecto conjunto” de todas ellas, que resulta en una medida de desa-rrollo económico territorial.

4 Rivera estaba en el lugar 15º, Artigas en el 16º y Cerro Largo en el 13º.5 Para detalles de indicadores y resultados ver: Rodríguez Miranda, 2006. En: www.

iecon.ccee.edu.uy

Fuente: Elaborado sobre la base de Rodríguez Miranda (2006)

Mapa 3: Mapa de Uruguay según indicador de “efecto conjunto” de los determinantes del desarrollo económico territorial (Periodo 1992-2002).

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ndaEn el mapa 3 se presentan los resultados encontrados en Rodríguez

Miranda (2005, 2006) diferenciando regiones según el desempeño re-lativo medido a través del indicador de “efecto conjunto” de los de-terminantes del desarrollo económico territorial. Los departamentos del sur (en particular Montevideo, Canelones, Maldonado y Colonia) son los que presentan mejor desempeño en los indicadores de los de-terminantes del desarrollo económico territorial, lo que se refleja, a su vez, en los mayores niveles relativos de PIB e ingreso (Tabla 1). Por el contrario, los departamentos del centro y noreste del país son los que registran peores indicadores y resultados en términos de desarrollo económico. En definitiva, se puede decir que el noreste es una región relativamente atrasada en términos de desarrollo económico en el país. Lo que se refleja en un atraso relativo también en otras dimensiones como la social, educativa y la salud (por razones de espacio no lo desa-rrollo aquí, ver para esto ART PNUD, 2008a, 2008b y 2008c).

De acuerdo con ART PNUD (2008a, 2008b y 2008c), son eco-nomías fuertemente agropecuarias, donde hay escasa industria, a ex-cepción de algunas agroindustrias, y donde el desarrollo de servicios responde fundamentalmente a las demandas básicas de la población, el empleo público y demandas del sector primario. El comercio presenta un dinamismo muy vinculado a la frontera y la relación cambiaria, lo que lleva a que muestre una alta volatilidad en su desarrollo sin conso-

Departamento/ región

Sector de actividad

Primario Secundario Terciario TotalArtigas 32 22 46 100

Cerro Largo 38 11 51 100Rivera 36 11 53 100

Treinta y Tres 44 18 38 100Interior 21 23 56 100

Montevideo 1 42 57 100Total del país 10 34 56 100

Fuente: Elaboración propia a partir de datos preliminares de OPP.

Tabla 1: Participación sectorial en el PIB departamental (2006, en porcentajes)

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ocal lidar una masa crítica de empresariado local importante. Tampoco hay

desarrollo de servicios de corte turístico. Esta caracterización concuer-da, a grandes rasgos, con los análisis presentes en trabajos anteriores realizados para la década de los noventa (UdelaR, 1995, 1998a, 1998b. 1998c).

Por otra parte, estas economías tienen pocas grandes empresas (en general agroindustrias), que siendo muy competitivas tienen una im-portante desarticulación con el resto del tejido productivo local (ART PNUD, 2008a, 2008b y 2008c). Esto no permite generar procesos de desarrollo local en torno a estos grandes emprendimientos. Es el caso, por ejemplo, de la industria del arroz, la industria de la madera o la ganadería extensiva. Mientras que la mayor parte de la economía se compone por pequeños empresarios (dedicados a la producción rural, el comercio o servicios en la ciudad) que muestran baja competitividad y baja capacidad de liderar procesos de desarrollo local.

Un trabajo propio (Rodríguez Miranda, 2009) permite indicar que estas economías del noreste se desarrollan en un espacio de interac-ción urbano-rural que no puede ser ignorado. Pero a pesar de verificarse esa integración entre medio urbano y rural el modelo productivo dista mucho de ser uno que se asimile a un sistema productivo local. Por el contrario, se confirma lo anteriormente dicho de una importante des-articulación entre los diferentes sectores y actores de la economía local.

Lo anterior refiere a que las actividades en estos territorios funcio-nan a su interior integrando medio urbano y rural, muchas veces en forma vertical (como las agroindustrias), otras veces en forma horizon-tal (como las pequeñas producciones rurales o el comercio local), pero la interacción entre las diferentes actividades es muy baja y es mucho más relevante la relación con el medio externo (en general, la capital Montevideo). Esto refiere fundamentalmente al escaso desarrollo de proveedores y servicios locales afectados a las actividades del territorio, así como de complementariedades o relaciones entre empresas y sec-tores productivos o de servicios en el territorio.

Otro aspecto importante es la mayor incidencia de la informalidad en el empleo en esta región respecto a los promedios nacionales. Se-gún la Encuesta Nacional de Hogares Ampliada (ENHA) 2006, en el

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ndapaís el 35% de los ocupados no estaba registrado en el Banco de Previ-

sión Social (BPS), situando dicho guarismo en 39% para el interior. En la región noreste Artigas presenta un 49%, Cerro Largo 50%, Rivera 54% y Treinta y Tres 40%.

Otra característica común a estos departamentos y, en particular, en las localidades de frontera,6 es el condicionamiento que la relación cambiaria tiene sobre la actividad económica local. En torno al tipo de cambio, históricamente favorable al país vecino, se ha desarrollado una fuerte cultura de abastecimiento de alimentos y bienes de consu-mo duradero en la frontera (Brasil), disminuyendo las posibilidades de desarrollo del comercio local, así como de una gran gama de ser-vicios y actividades que se ven limitadas.

Para finalizar este punto, cabe señalar la existencia de un sector particular, los Free Shops (Foto 1). Se trata de comercios establecidos en las ciudades de frontera (del “lado uruguayo”) con exoneraciones impositivas para las ventas a extranjeros (no pueden vender a residen-tes uruguayos), ofreciendo artículos importados de alta calidad dirigi-dos a una clientela de poder adquisitivo alto en el estado brasilero de Río Grande del Sur. Se trata de un régimen especial de “tiendas de frontera”, donde los productos que se venden son importados, entran en régimen de “mercadería en tránsito” y su venta se considera una exportación.7

6 Aunque no solamente, ya que ciudades como Melo, Treinta y Tres o Tacuarembó se pueden considerar igual de afectadas por el fenómeno de la frontera dada la escasa distancia a la misma y la trayectoria histórica que marca la influencia del comercio y el contrabando de frontera como un ingrediente cotidiano en el devenir de esas localida-des (Rodríguez Miranda, 2009).

7 Las principales características del régimen de Tiendas de Frontera son: 1) el régimen se aplica en las ciudades de Rivera, Chuy, Artigas, Río Branco y Acegúa; recientemente se extendió a Bella Unión 2) las mercaderías del exterior pueden venir en “transito”; 3) las mercaderías que ingresan desde el mercado interno están gravadas por IVA y por IMESI. El IVA será devuelto a la empresa compradora a través de certificados de crédito de acuerdo al régimen de exportadores; 4) sólo pueden vender ciertos bienes establecidos por el Poder Ejecutivo y exclusivamente a turistas extranjeros. Esas ventas se consideran exportaciones. Fuente: www.dgi.gub.uy.

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Los Free Shops se crean en la segunda mitad de los años noventa para compensar los cada vez más frecuentes “ciclos” económicos des-favorables que sufrían las localidades de frontera en el noreste (debido al tipo de cambio con Brasil). Esto sin ser una solución económica genuina fue un gran paliativo que, por ejemplo, creó más de cinco mil puestos de trabajo en Rivera (Domínguez, 2004). En Rivera es donde se desarrolló el sector más importante de Free Shops en la Frontera (cerca de 50 casas). También en el Chuy hay un desarrollo importante de este sector similar al de Rivera; en Artigas hay mucho menor desa-rrollo de este tipo de comercio, pero con presencia de algunas tiendas grandes; hay cerca de una decena en Río Branco y actualmente se están instalando los primeros en Acegúa.

¿Por qué es relevante estudiar el tema de la frontera noreste en Uruguay?La frontera internacional en la región noreste no es una separación sino una integración de las realidades de ambos países, que alcanza su mayor expresión en las ciudades fronterizas que constituyen en verdad un único conglomerado urbano, unidos por un puente o incluso una calle, sin barrera física alguna (como en Rivera). Por lo tanto, lo que no reconocen los límites administrativos nacionales es asumido por la vía de los hechos por los actores locales de estas sociedades, para los que la frontera es parte clave de los procesos económicos y sociales de la región.

Fuente: Foto propia

Foto 1: Free Shops en la capital de Rivera, departamento de Rivera.

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ndaDe esta manera, a pesar de que la frontera política restringe legal-

mente las interacciones económicas formales, las ciudades brasileras de la frontera han jugado históricamente un rol de competencia (y mucho menos de complementación) con las del “lado uruguayo”, prin-cipalmente como centros urbanos comerciales y de servicios para la región noreste de Uruguay. El contrabando, que afecta a todo el país (ya que la mayor parte del mismo siempre se comercializó en Mon-tevideo), así como el abastecimiento de alimentos y bienes duraderos por parte de la población local en la frontera brasilera, fueron desde siempre un hábito incorporado en la vida social y económica del no-reste. Estas características, que ya fueron varias veces señaladas en el pasado (UdelaR, 1998a, 1998b, 1998c), mantienen vigencia según la investigación propia ya mencionada (Rodríguez Miranda, 2009).

Sin embargo, es oportuno señalar que desde el territorio hay una percepción de que la problemática de la frontera no se identifica como un aspecto relevante, o ni siquiera se tiene en cuenta, desde la política nacional. Es decir, que los actores locales de la región manifiestan la necesidad de incorporar a la frontera en la consideración de las po-líticas de desarrollo económico y no encuentran respuesta desde el gobierno nacional, a la vez que las capacidades locales son limitadas para generar procesos propios con independencia de los programas nacionales de apoyo a la producción y al desarrollo. Esa limitada capa-cidad local queda manifiesta en los recientes trabajos de ART PNUD, donde se señala la dependencia de la institucionalidad que se crea en estos territorios pero a impulso de los programas y recursos nacionales, en lógicas que muchas veces no consideran adecuadamente la realidad local (2008a, 2008b, 2008c).

Si se realiza un relevamiento de las políticas y programas de los di-ferentes Ministerios y ámbitos de gobierno nacional,8 que son funda-mentales en un país altamente centralizado como Uruguay con limi-

8 Por ejemplo, en lo referido a competitividad y apoyo productivo el sitio www.urugua-yfomenta.com.uy reúne todos los programas y apoyo existentes en el país. Las páginas web de los Ministerios se encuentran en: http://www.presidencia.gub.uy/_web/pages/gob.htm#min

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ocal tada autonomía de los gobiernos locales tanto en materia de recursos

como competencias (Arocena, 2008; Rosales y Carmona, 2007), se puede establecer que la frontera está ausente en las consideracio-nes. Una excepción es el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) que cuenta desde 2006 con el “Programa de Políticas de Integración de Frontera: Espacio de Vida Diverso y Complejo”,9 que aborda las siguientes áreas temáticas: identidad, educación, medio ambiente, protección social y derechos laborales, salud y economía social.10

La ausencia del tema de la frontera también es una característica de la investigación nacional en economía. A nivel académico, en eco-nomía hay trabajos e investigaciones realizados en departamentos de frontera pero no hay un abordaje metodológico de la problemática de la frontera, ni programas de investigación que tengan un eje cen-tral sobre la temática frontera en sí misma.11 Como señalo en otro artículo (Rodríguez Miranda, 2005b), todo esto no está exento de la concepción que la visión centralista montevideana ha contribuido a imponer en el pasado de que las dimensiones del país no justifican pensar en especificidades territoriales, poniendo énfasis en los análisis macroeconómicos y sectoriales nacionales (Foto 2).

9 http://frontera.mides.gub.uy/mides/index.jsp10 El proyecto Economía Social de Frontera cuenta con financiamiento del Mercosur

(Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur) y se propone contribuir al fortale-cimiento de estrategias de generación de ingresos de personas en situación de pobreza a partir del apoyo a emprendimientos productivos asociativos y la promoción de expe-riencias de intercambio comercial micro regional desde los departamentos fronterizos con Argentina y Brasil. En los dos llamados públicos realizados hasta 2009 se habían presentado 208 proyectos.

11 Se puede mencionar, por ejemplo, trabajos de la Regional Norte de la Universidad de la República (UdelaR) sobre el departamento y ciudad de Salto que limita con Argentina (ver: http://www.unorte.edu.uy), trabajos de la Regional Noreste del Centro Latino-americano de Economía Humana (Claeh) con énfasis en desarrollo rural y fortaleci-miento institucional, en Tacuarembó, Artigas, Rivera y Cerro Largo (ver: http://www.claeh.org.uy), así como algunas iniciativas del Instituto de Estudios del Desarrollo Lo-cal y Regional de la Universidad Católica del Uruguay, sobre todo en el litoral oeste del país, en este caso con la característica especial de que se quiere impulsar un enfoque transfronterizo con las localidades vecinas de Argentina (ver: http://www.ucu.edu.uy).

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Por lo tanto, es fundamental que se investigue sobre la problemá-tica de la frontera y su impacto en términos del desarrollo local, para poder comprender mejor las realidades fronterizas y, de esa forma, ge-nerar insumos importantes que puedan guiar las políticas nacionales y locales de desarrollo. Si no se avanza en esta línea de trabajo, seguirán siendo incompletos los diagnósticos y, por lo tanto, las acciones e in-tervenciones en la región noreste del país, donde la frontera con Brasil debe ser un factor clave dentro de una estrategia de desarrollo.

La incidencia de la frontera en el desarrollo económico localLa situación cambiaria actual: ¿quiebre con la historia? Históricamente la relación cambiaria, no exenta de vaivenes, ha favorecido en general a las compras del lado brasilero de la frontera. Sin embargo, hay que señalar que desde la crisis del 2002 en Uruguay (con la gran devalua-ción del peso uruguayo en ese año) y la apreciación del real (moneda brasilera) en los últimos años, la relación cambiaria ha marcado un vuelco histórico favoreciendo a Uruguay y revirtiendo el flujo de com-pra de bienes en la frontera: hoy son brasileros los que compran en las ciudades uruguayas. Sin embargo, esta situación que ha marcado una mejor coyuntura para el comercio local de estos departamentos es un proceso que no pierde memoria de lo que ha sido la historia y que, por lo tanto, vive con el fantasma de un posible futuro vuelco a un tipo de cambio favorable para Brasil.

Fuente: Foto propia

Foto 2: A la izquierda: puente Maúa que une la localidad uruguaya de Río Branco con la brasilera Jaguarão. A la derecha: calle y plaza que une

Brasil y Uruguay en la ciudad de Rivera–Santana do Livramento

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Es necesario, para contextualizar este análisis, que la actual crisis internacional no ha tenido un impacto fuerte en Uruguay. La última crisis importante del país data de 2002, que es resultado de un proceso de recesión que comienza en 1999 (devaluación del real, moneda de Brasil) y termina con una caída de 11 puntos en 2002, con una gran devaluación del peso (en diciembre de 2001 tenía lugar la crisis en Argentina).

A partir de 2002 comienza un proceso de recuperación de la eco-nomía uruguaya, al tiempo que se comienza a ganar competitividad en forma sostenida con Brasil (lo inverso sucede con Argentina; ver tabla

Año /Variable 1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

Tasa variación PIB (%, real anual) 4.

5

-2.8

-1.3

-3.4

-11

2.2

12.3

7.5

4.6

7.6

8.9

IPC variación Dic-Dic (en %) 8.6

4.2

5.1

3.6

25.9

10.2

7.6

4.9

6.4

8.5

9.2

Tasa de desempleo (hasta 2004 país urbano; desde 2005 país total) 10

.1

11.3

13.6

15.3 17 16.9

13.1

11.5

10.9

9.2

7.6

Tipo de cambio $/US$. Varia-ción promedio Dic-Dic (en %) 8.

3

7.5

7.4

12.9

93.7

7.3

-9.2

-11

3.4

-11.

2

12.3

Tipo de cambio real efectivo con Brasil (base 2000 =100) 13

7

96.2

100

88.3

105.

7

130

134.

4

139.

4

147.

8

153.

9

143.

9

Tipo de cambio real efectivo con Argentina (base 2000 =100) 98

.3

99.4

100

104.

3

62.2

78.9

76.8

68.9

67.2

65.1

57.4

Tipo de cambio real efectivo global (base 2000 =100) (*) 11

1.5

99.4

100

100.

7

107.

1

138.

5

139.

9

126.

5

125

123.

3

112.

1

Tabla 2: Evolución de principales variables macroeconómicas en Uruguay Período 1998-2008

Fuente (salvo aclaración): IECON (2009) “Informe de Coyuntura. Uruguay 2008-2009”. Instituto de Economía de FCEA de UdelaR, Montevideo. Nota: para tipo de cambio real efectivo Brasil, Argenti-na y Global: fuente BCU 2000-2008; fuente IECON 1998-2000. (*) 1998 y 1999 canasta: Alemania, RU, Italia, Francia, Japón, EEUU, Países Bajos, Argentina, Brasil (IECON) (*) desde 2000 canasta: Alemania, RU, Italia, EEUU, España, China, México, Argentina, Brasil (BCU)Fuente: Elaboración propia a partir de datos preliminares de OPP.

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nda2). Desde 2004 a 2008 el país creció a tasas históricas,12 e incluso para

2009 las previsiones a septiembre de 2008 son de un crecimiento de entre 1% y 2% (a pesar de la crisis mundial).13

Esta coyuntura de crecimiento económico y relación cambiaria fa-vorable a Uruguay respecto a Brasil, que ya se extiende unos cuantos años, ha significado un aumento del negocio de los Free Shops (con nuevos comercios instalados y ampliaciones de los existentes), a la vez que grandes comercios con casas centrales en Montevideo se instalaron en las ciudades de frontera con amplias sucursales. Este auge ha dina-mizado la economía de la frontera y generado oportunidades de em-pleo local. Sin embargo, trabajos recientes (Rodríguez Miranda, 2009) revelan que la incertidumbre permanece como un freno a la inversión y el desarrollo del empresariado local (aspecto que también se señala como debilidad y amenaza al desarrollo local en ART PNUD, 2008c).

En definitiva, el actor local percibe esta situación como una bonan-za, inusual por su duración, pero esperando el ciclo negativo, en cual-quier momento. El fundamento último de esta situación descansa en variables de la macroeconomía del país y su relación con Brasil, nada más alejado del ámbito de influencia y decisión del actor local.

La frontera como oportunidad (no realizada). La frontera en la región noreste es sin duda una fuente de oportunidades de desarrollo, sin em-bargo, no aprovechadas plenamente. Un caso de oportunidades creadas refiere al régimen de los Free Shops que genera un gran movimiento de público brasilero que, como se señaló anteriormente, viaja desde diver-sos puntos del estado de Río Grande Do Sul para realizar las compras de productos importados de diversa gama, dentro de un nivel alto de calidad (incluso algunos son bienes suntuarios).

12 La tasa histórica de crecimiento anual del PIB para Uruguay, tomando el periodo 1970 a 2003, había sido de un modesto 1.01%, mientras que la década de mayor crecimiento había sido del 70 al 80 con una tasa promedio de 2.5% (Bittencourt, Rodríguez Miran-da y Torres, 2009: 6).

13 La previsión del Instituto de Economía (UdelaR) es de un crecimiento del PIB de 1.3% para 2009. Información disponible en Área de Coyuntura en www.iecon.ccee.edu.uy

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ocal En la ciudad de Rivera los propios empresarios de los Free Shops y

agentes de gobierno (Rodríguez Miranda, 2009) estiman que Rivera recibe normalmente, con buena relación cambiaria, unos 10,000 brasi-leros por semana (que no pernoctan) que consumen en la ciudad (fun-damentalmente compras a los Free Shops y restaurantes). Según ART PNUD (2008b), los Free Shops de Río Branco reciben en promedio 1,000 turistas diarios (mayoritariamente brasileros, que no pernoctan). En Artigas los actores locales estiman un contingente bastante menor de turismo de compra asociado a los Free Shops, a pesar de lo cual es la fuente de dinamismo que posee la ciudad. Es preciso notar que las estadísticas oficiales no recogen datos del turismo de compra que no realiza trámites migratorios en la frontera seca con Brasil.14

A modo de poder ponderar el impacto de este turismo que busca los Free Shops se puede decir que dicho flujo representa en una semana el 13% de la población en el caso de Rivera (de las tres ciudades la mayor) y el 58% en el caso de Río Branco (de las tres la menor). Por lo tanto, se trata de una gran oportunidad para obtener más riqueza y empleo que pueda ser apropiado localmente.

Sin embargo, como se muestra en ART PNUD (2008a, 2008b y 2008c) salvo los Free Shops el resto del comercio local tiene como clientes a los propios habitantes de la ciudad, lo que implica un mer-cado de ingresos medios bajos y una población relativamente pequeña, con gran importancia de los empleados públicos y los productores y trabajadores rurales (Rodríguez Miranda, 2009). En efecto, el turismo de compra en los Free Shops permanece unas pocas horas y se va, en el mejor de los casos adquiriendo algún servicio local, como en el rubro gastronomía. Lo que se refleja en ciudades que tienen una infraes-tructura precaria, con poca capacidad hotelera y de baja calidad, y en general pobres servicios (ART PNUD, 2008a, 2008b y 2008c). Con-trastando con la infraestructura moderna de los Free Shops y su público de alto poder adquisitivo.

14 El Ministerio de Turismo y Deporte realiza una Encuesta de Turismo Receptivo, pero que no incluye el turismo de compra en la frontera seca con Brasil, que básicamente asiste a los Free Shops (ver Anuario 2009 en www.mintur.gub.uy).

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ndaAdemás de los Free Shops, como ya se había adelantado, dada la ex-

cepcional coyuntura que se vive desde hace unos años respecto al tipo de cambio, muchas cadenas de grandes tiendas (vestimenta, electrodo-mésticos, supermercados, bazar y variedades) originarias de Montevi-deo han instalado sucursales en las ciudades de frontera con Brasil. Si bien esto tiene un impacto importante en empleo no está acompañado de un desarrollo de igual forma del comercio y servicios locales.

Otro aspecto que hay que destacar es el no desarrollo de un sector de turismo en estas ciudades y departamentos, más allá de alguna ac-tividad o emprendimiento muy puntual. Esto ocurre a pesar de que, como se señala en (Consur, 2008), hay oportunidades para aprove-char el entorno paisajístico y algunas atracciones naturales interesan-tes, incluso con la existencia de áreas naturales protegidas, además de que existen actividades tales como festividades, eventos culturales y deportivos, como atracciones puntuales en el calendario anual, a lo que se le suman en la región algunos recursos históricos patrimoniales (Rodríguez Miranda, 2009).

A partir de varias entrevistas realizadas con actores de la región (pú-blicos y privados), se puede decir que el desarrollo del turismo como actividad económica importante en la región requeriría de inversiones importantes por parte del empresariado local y una mejora considera-ble de la infraestructura de servicios que ofrece la región (Rodríguez Miranda, 2009). Para lo cual es necesario también un liderazgo del go-bierno local (la Intendencia) y la articulación público-privada, aspecto en el que las Agencias de Desarrollo Local que existen en Rivera y Ce-rro Largo pueden ser el instrumento catalizador. También el rol de in-versores externos a la región puede ser muy importante para dinamizar un proyecto de este tipo, tanto nacionales como inversores brasileros.

Un caso de desarrollo local exitoso en la frontera y que involucra al sector comercial y de servicios en la ciudad es el Carnaval de Artigas. Se trata de un carnaval al estilo de Río de Janeiro, con mucha de la “cultura” brasilera pero llevado adelante por uruguayos (el evento se organiza y desarrolla en la ciudad de Artigas). Es una expresión cultu-ral que resulta de un sentimiento genuino de frontera, donde la lengua que se habla es una mezcla entre portugués y español (el “portuñol”),

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ocal y donde cada barrio de la ciudad de Artigas impulsa y respalda a una

agrupación, que compite por ser la “Escola de Samba” ganadora. Como muestra Tafernaberry (2008), se trata de un evento que in-

volucra a unas 8,000 personas (en una localidad de 40,000) en su orga-nización, incluyendo el trabajo preparatorio y de ensayos previos, que comienza varios meses antes de febrero. Son unas 3,000 las personas que participan directamente del show, como parte de las “Escolas de Samba” que desfilan por la principal avenida de Artigas. Los turistas que acuden en los tres días que dura el evento se estiman en unos 18,000, quienes generan más de 1.5 millones de dólares americanos.

Este es un caso en el que funciona la asociatividad, ya que las dife-rentes agrupaciones tienen una fuerte competencia entre sí para ser la mejor del carnaval, pero cooperan intensamente para que el producto carnaval en su conjunto tenga éxito y permanencia en el tiempo, lo que se ha logrado, captando mucho turismo que proviene de la ca-pital Montevideo e incluso desde Brasil. Esto ocurre en el señalado contexto de precaria infraestructura de servicios que tiene la ciudad de Artigas,15 y sin un desarrollo de ofertas turísticas complementarias y atractivas (más allá de los Free Shops), lo que limita el impacto de esta experiencia a un evento puntual que no alcanza para impulsar un proyecto turístico local de mayores dimensiones.

La frontera como freno. En primer lugar, es necesario preguntarse por qué la frontera que presenta muchas oportunidades para generar desa-rrollos comerciales, turísticos y culturales que pueden tener importan-te impacto económico local, no logra concretar esas potencialidades en realidades. Ni siquiera en un periodo de gran crecimiento económico

15 En Artigas hay sólo unas 150 plazas en hoteles y 100 en alojamientos particulares, lo que implica que gran parte del público que se recibe se aloja en casas de conocidos o familiares, o también acampa, siendo totalmente desbordada la capacidad de la ciu-dad en los días de carnaval. También hay carencia de servicios adecuados y variados de restaurantes, hay problemas con los servicios de baños, no hay cafés con horarios extendidos, son varias las dificultades de transporte y otras condiciones inadecuadas de infraestructura en la ciudad para impulsar un mayor desarrollo turístico (Tafernaberry, 2008; ART PNUD, 2008a).

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ndadel país y de situación cambiaria muy favorable respecto a la de Brasil,

como fue señalado.En segundo lugar, hay un efecto importante de la frontera que agu-

diza algunas condiciones de debilidad que tienen estas economías para desarrollar entramados productivos y cadenas de valor locales. En ART PNUD (2008a, 2008b, 2008c) se muestra cómo estas economías se ca-racterizan por la presencia de grandes agroindustrias, representadas por pocas empresas, que funcionan con una alta desarticulación con el resto de la economía local. Esto significa que los proveedores, los servicios y las actividades complementarias y conexas que se generan refieren a vínculos externos al territorio antes que a articulaciones entre ofertas y demandas en el territorio. Esto también sucede en otros departamentos y territorios del país, dada la gran desigualdad entre ellos y la capital del país (en términos de población, mercado, infraestructura, empresas, etcétera) que funciona como gran metrópolis que inhibe desarrollos locales de proveedores y servicios en un país de distancias relativamente cortas como Uruguay (Rodríguez Miranda, 2006).

Sin embargo, en la región noreste la situación antes señalada es aún más complicada, ya que el territorio sufre una doble competencia por esos desarrollos, con Montevideo y con el Brasil. Es decir que, las empresas del territorio, si no se abastecen de insumos, productos y servicios desde Montevideo, lo hacen desde Brasil. Es así que, la in-certidumbre asociada al tipo de cambio, el fenómeno del contrabando y la dependencia de Montevideo en múltiples aspectos, dificulta que se desarrollen actividades pujantes de pequeñas y medianas empresas locales, asociadas, por ejemplo, al comercio, turismo, artesanías o ser-vicios a empresas.

Resultados preliminares en Rodríguez Miranda (2009) muestran algunas claves que pueden estar operando como frenos al desarrollo de tejido productivo local en esta región de frontera: una mayoría de em-presariado local constituida por pequeños empresarios, con dificulta-des asociadas al acceso a recursos de capital, carencias en capacitación y falta de conocimiento en aspectos de comercialización vinculados a actividades que apunten a productos de calidad y públicos exigentes; la desarticulación de la oferta y demanda en el territorio, con fuertes

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ocal rasgos de dependencia de abastecimientos desde Montevideo y Brasil;

una alta incertidumbre que determina conductas de aversión al riesgo, proclives al oportunismo y no cooperativas; esto último se respalda en una experiencia histórica de que ese tipo de conducta es “premiada” con la sobrevivencia, mientras que las alternativas (arriesgar, invertir, cooperar, asociarse) conducen al fracaso y la quiebra.

Hacia un marco conceptual para analizar e impulsar el desarrollo local en la frontera Uruguay-Brasil. Consideraciones previas. Un primer asunto previo es considerar la importancia de la frontera en un mundo que se globaliza y que, en algunos casos, se integra regionalmente. Respecto a la importancia de las fronteras binacionales hay una extensa literatura sobre el “efecto frontera” a partir del trabajo de McCallum (1995), que estimó que el comercio entre las provincias de Canadá era 20 veces mayor que con estados de similar tamaño y distancia en EU.16 En particular, en proce-sos como el de la Unión Europea, ha sido utilizado como una medida del avance de la integración de los países en un mercado único. Un re-ciente trabajo (Cafiso, 2009), que estima los efectos de frontera a nivel sectorial en el mercado común europeo, encuentra que la integración se profundiza a través del tiempo reflejando una disminución del efec-to frontera (comparando dos periodos: 1995-1998 y 2000-2003).17 Ese mismo trabajo aporta evidencia de que el efecto frontera se redu-ce cuanto mayor es la concentración industrial (sectores con mayores economías de escala y retornos crecientes), explicando el resultado en el “efecto mercado doméstico”18 del mercado común europeo. Es decir,

16 El efecto frontera se estima a partir de una ecuación donde el flujo de comercio desde una región exportadora (Provincia, Estado) hacia una importadora es una función loga-rítmica lineal del PIB en las dos regiones y la distancia entre ambas, donde una variable dummy toma valor 1 si estas regiones pertenecen al mismo país y 0 si no ocurre esto. El coeficiente de la variable dummy recoge el efecto frontera.

17 En un ranking de 20 sectores, el sector con menor efecto frontera es el de producción de maquinaria y computadoras (sector de perfil exportador) y el que presentaba mayor efecto frontera era el sector de agua, gas y electricidad (mucho más orientado a los mercados domésticos).

18 El “Home Market Effect” refiere a que el atractivo de una localización para la produc-

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ndala frontera parece perder importancia en el contexto de un proceso de

integración profunda.El caso de la frontera Uruguay-Brasil está afectado por el proceso

de integración regional del Mercosur. Sin embargo, éste está aún le-jos de ser de la profundidad del proceso europeo, configurando actual-mente una unión aduanera imperfecta con varias “perforaciones” y con un comercio intra-zona que presenta algunas dificultades y barreras no arancelarias (Red Mercosur, 2006). No obstante, recientemente se han realizado algunos avances, no justamente hacia la profundización de la unión aduanera para avanzar a un mercado común, pero sí, por ejemplo, hacia el abordaje de las asimetrías entre países y la discusión de cómo transformar a la integración en un instrumento para el cre-cimiento económico de los países miembros (Red Mercosur, 2008a, 2008b).

Más allá de la continuidad del proceso de integración, parece bas-tante claro que estamos lejos de un proceso donde las fronteras en el Mercosur pierdan importancia en el mismo sentido que ocurre con el mercado común europeo. Incluso, hay evidencia de que el efecto frontera aún tiene una importancia significativa en la segmentación de los mercados aun en fronteras bastante inocuas y enmarcadas en acuerdos de integración regional, como la de Canadá y EU (Gopinath y otros, 2009).

Hechas las anteriores observaciones, cabe señalar que solamente considerar un enfoque desde la perspectiva macro del comercio entre países no es suficiente para entender el fenómeno de la frontera desde la perspectiva de los impactos en el desarrollo local, lo que supone pen-sar en localidades y sus poblaciones, sujetas a condiciones específicas que determinan realidades que se entienden mejor desde lo territorial que solamente desde la política comercial nacional.

ción (por ejemplo, un país) depende del tamaño relativo del mercado doméstico y de la accesibilidad relativa que exista desde allí a los mercados externos. Esta relación entre economías de escala y retornos crecientes y los costos de transporte o accesibilidad es la base del funcionamiento de los modelos de la nueva geografía económica (Krugman, 1991).

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ocal Por ejemplo, el NAFTA seguramente ha contribuido a la trans-

formación de la frontera México-EU, pero la misma no se entien-de solamente desde el proceso de integración regional, sin tener en cuenta la especificidad de dicha frontera, entre un país desarrollado y otro no desarrollado. De hecho, el fenómeno de la maquila data de los ochenta, cuando las ciudades de la frontera se convirtieron en impor-tantes puntos de crecimiento del país (Díaz-Bautista y otros, 2003), bastante antes del NAFTA. Incluso luego del NAFTA, había quienes afirmaban que dicho proceso impulsó más a la maquila, los que ar-gumentaban que son procesos independientes y quienes aseguraban que el NAFTA era desfavorable a la industria maquiladora (Gruben y Kiser, 2001).

La especificidad de la frontera México-EU determina que el cre-cimiento industrial haya sido posible por el aprovechamiento de una región binacional que permite que las firmas de uno y otro lado en las ciudades “gemelas” de la frontera puedan operar con distintos costos la-borales y explotar diferentes ventajas en cada territorio en el marco de una estrategia empresarial global (Barajas, 2001). A su vez, hay eviden-cia de que el desarrollo exportador de la maquila del lado mexicano generó actividad del lado de EU para el abastecimiento de insumos y servicios para la maquila, lo que demuestra que la frontera ha funciona-do como un centro binacional de producción (Hanson, 1996).

Los diferentes niveles de desarrollo y costos en estas ciudades fron-terizas de México-EU determinan una situación específica que no se reproduce, por ejemplo, en la frontera del noreste de Uruguay. En este caso, como se ha comentado, la frontera Uruguay-Brasil no muestra un crecimiento económico importante ni un desarrollo industrial (ni en los noventa ni ahora). Aunque sí ha mostrado históricamente un dinamismo comercial interesante, que favorece a un lado u otro de la frontera según la relación cambiaria.

Por otra parte, la frontera implica mucho más que procesos eco-nómicos entre empresas. Como expone Brugués (2001), a pesar de los efectos positivos en crecimiento económico y baja del desempleo en la frontera mexicana en la década del noventa, seguía presentando problemas importantes de bajos ingresos y pobreza. También desde

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ndala perspectiva de EU, una publicación de la Federal Reserve Bank of

Dallas (2001) se preocupaba por los problemas de la inmigración ile-gal y las colonias hispanas en suelo estadounidense en asentamientos en la frontera (además de cómo se afectaba el mercado laboral en la frontera de EU ante los menores salarios en la frontera mexicana). Es decir, que los procesos económicos liderados por grandes firmas, de origen exógeno, no necesariamente permiten por sí mismos solucio-nar todos los problemas de desarrollo de un territorio.

Estos aspectos llevan a sugerir, como señala Díaz-Bautista (2003), que hay cuestiones a las que se puede contribuir con iniciativas locales de desarrollo, que no dependen de grandes inversiones externas, sino de generar condiciones institucionales favorables a su desarrollo con un rol importante de la política pública.

Por último, hay que señalar que obviamente la situación actual en la frontera de México–EU no es la misma que la de los noventa, cuando presentaba un importante crecimiento económico. Desde el adveni-miento de la crisis mundial en 2008, la economía de México ha sufri-do un impacto muy grande, en particular en el sector de la maquila al-tamente dependiente de EU.19 De acuerdo con el CNIMME (2009), el sector de la maquila en México enfrenta actualmente la amenaza de la continuidad de la recesión en el mundo desarrollado y sobre todo en EU, la competencia por la localización de la maquila en el sudeste de Asia, el este de Europa y Brasil, posibles problemas inflacionarios en México y problemas de regulación y fijación de reglas de juego claras para la IED en el sector. Dentro de las oportunidades destaca el encarecimiento del costo laboral en China, problemas que también enfrenta la maquila en Asia y, sobre todo, la localización geográfica: la frontera con EU. Por otra parte, se señala que, este momento de crisis también puede ser un momento para captar nuevas inversiones, dados los fuertes procesos de reestructura de la industria en EU.

19 Según el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exporta-ción (CNIMME, 2009), entre octubre de 2008 y julio de 2009 la industria maquiladora de México perdió 105,400 empleos. Por otra parte, la CEPAL (2009) estima para 2009 una caída del PIB mexicano de -6.7, que es muy superior al -1.8 que se espera para el promedio de América Latina y el Caribe.

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ocal Sin embargo, Rivera de la Rosa (2009) hace otro planteamiento hacia

el futuro pensando en la industria maquiladora mexicana. El argumento es que si la frontera de México compite sólo por mano de obra barata y una buena relación cambiaria, todos factores de precios, seguramen-te enfrente problemas para competir con otros países que además de eso ofrecen condiciones competitivas en cuanto a servicios y enca-denamientos productivos. Por lo tanto, la autora sugiere que México debería prepararse para abordar la sustitución de importaciones de in-sumos a través de la incorporación de pequeñas y medianas empresas al proceso productivo de las grandes firmas exportadoras. Es decir, fomentar el surgimiento de encadenamientos productivos locales.

Lo anterior tiene punto de contacto con las previsiones que se podrían hacerse para el futuro en la frontera Uruguay-Brasil. Como se analizó, desde hace unos años la relación cambiaria favorece a Uru-guay y dado ese factor precio se ha incrementado sustancialmente la actividad de los Free Shops y de casas comerciales de Montevideo que se han instalado en la frontera generando muchas fuentes de empleo (ART PNUD, 2008a, 2008b, 2008c). Pero si se vuelve a una relación cambiaria más similar a la histórica, que favorecía al Brasil, segura-mente estos territorios van a sufrir una importante pérdida de empleo y dinamismo económico. Por lo tanto, si no hay un encadenamien-to de estas actividades, hoy en auge, con pequeñas empresas locales que permitan a su vez encadenamientos productivos y actividades complementarias (por ejemplo, con desarrollo de servicios turísticos, producciones locales diferenciadas o con marcas de origen, etcétera) permitiendo desarrollar otras ventajas competitivas que no descansen absolutamente en el factor precio, el riesgo de no sostenibilidad de la actual buena coyuntura permanecerá demasiado alto.

Lo más importante de los argumentos esgrimidos en los últimos párrafos es que para sostener el desarrollo económico del territorio no alcanzaría solamente con las políticas macroeconómicas dirigidas al tipo de cambio, la inflación y los beneficios fiscales que atraigan inversiones externas. Es necesario generar competitividad territorial genuina, que seguramente requiera de mucho de lo otro (o todo), pero que se trata también de una construcción local (sistema productivo o

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ndaencadenamientos productivos locales) que depende de las especifici-

dades del territorio, sus recursos y sus potencialidades. Esto es, prin-cipalmente, que depende de sus recursos humanos, su capital social y sus pequeñas y medianas empresas. Cómo se relacionan estos aspectos en un ambiente particular de frontera es sumamente importante para entender el funcionamiento de la economía local y sus alternativas posibles de desarrollo.

Un marco conceptual para la frontera noreste de Uruguay. Renard (1992), con una visión desde la geografía y la demografía, se hace pre-guntas interesantes: ¿existen poblaciones fronterizas particulares? o ¿es posible diferenciar a dos poblaciones fronterizas vecinas? Dentro de una serie de tipos de frontera, este autor menciona uno que ajusta al caso particular de la frontera de Uruguay–Brasil, que refiere a los es-pacios transfronterizos. Estos son espacios de metamorfosis y contacto cultural, donde más que dos sociedades y dos poblaciones se trata de una amalgama que construye una realidad particular.

La particularidad de un espacio transfronterizo hace que la vida transcurra de forma continua sin aplicar los límites administrativos de la frontera, incluso por encima de las dificultades que estos conlleven. En el caso de las ciudades de la frontera Uruguay-Brasil, incluso las aduanas y trámites de migración se realizan en puestos en las afueras de las ciudades. Es decir, que las personas que viven en cualquiera de los dos márgenes de la frontera tienen libre desplazamiento y desa-rrollan sus actividades como si se tratara de un único núcleo urbano (sólo se trata de cruzar caminando un puente o incluso una simple calle en el caso de Rivera). A su vez, si una persona de Brasil llega, por ejemplo, a Rivera (ciudad uruguaya), y va a permanecer en ella sin adentrarse mucho más en el Uruguay (incluso si visita lugares próximos a Rivera) no necesita realizar ningún trámite de migración (debiendo sí a su regreso pasar por un control aduanero brasilero en el puesto correspondiente situado a unos kilómetros de la vecina Santa do Livramento).

La anterior descripción permite decir que en la consideración de un espacio transfronterizo como el de la frontera Uruguay–Brasil,

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ocal donde además la principal actividad es la comercial y la venta mino-

rista, es necesario incluir en el modelo de análisis que las compras de bienes y servicios que realizan las personas en esas comunidades de frontera cambian entre los dos países, o lados de la frontera, sin nin-guna dificultad y de acuerdo a las fluctuaciones en el tipo de cambio real. De acuerdo con Campbell y Lapham (2001), para los empresarios minoristas en las comunidades de frontera las variaciones en el tipo de cambio real representan cambios en el precio de un bien sustituto, por lo que tiene efectos similares a un shock de demanda típico. Ellos encuentran para los sectores de tiendas de alimentos y lugares de venta de comida, en condados de frontera entre Canadá y EU, que la reac-ción ante una variación en el tipo de cambio real induce a un cambio en el número de tiendas, en forma contemporánea o con un rezago de un año respecto a la variación cambiaria.

Este es un resultado bastante diferente del que proporcionan los modelos macroeconómicos que asumen precios rígidos y barreras de entrada y salida del mercado. En ese caso el ajuste es a través de va-riación de la producción promedio o tamaño promedio de las em-presas existentes, mientras que, asumiendo flexibilidad en los precios minoristas y libre entrada al mercado (o con costos bajos), el ajuste es principalmente vía reducción o aumento de los comercios o empresas de uno u otro lado de la frontera (Campbell y Lapham, 2001). Esto parece ser una buena interpretación para aplicar a los efectos de las fluctuaciones cambiarias en la frontera Uruguay-Brasil, donde predo-minan las actividades de comercio minorista, gastronomía y restau-rantes, sector de producción y venta de alimentos, así como algunos servicios técnicos o profesionales, que muestran comportamientos de este tipo, donde por periodos estas empresas y negocios florecen y se multiplican en un lado de la frontera (mientras desaparecen en el lado vecino), y por otros momentos ocurre exactamente lo contrario.20

Si bien la anterior es una aproximación adecuada a los efectos del tipo de cambio real sobre las relaciones económicas que se establecen

20 Lamentablemente, no se cuenta con estadística disponible de creación y destrucción de empresas para argumentar esto con mayor precisión.

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ndaen un espacio transfronterizo, da cuenta de un factor exógeno que esca-

pa al control de los actores locales. El marco conceptual desarrollado en Velde (1998) ofrece una herramienta de análisis que incorpora también factores endógenos, que son tan importantes como los exógenos.

Velde (1998) analiza el mercado de trabajo en la región holandesa de Arnhem-Nijmegen fronteriza con Alemania, estableciendo que las relaciones están influenciadas por factores exógenos y endógenos. Los primeros refieren a aquellos que escapan a la decisión e influencia de los actores y organizaciones locales, por ejemplo, en el caso de la fron-tera Uruguay-Brasil serían la evolución del tipo de cambio (aspecto que no es más relevante en la Europa integrada), la legislación y nor-mativa nacional de cada país (aspecto aún relevante en Europa) y las barreras no arancelarias (en buena parte relacionadas con el anterior aspecto). Van Houtum (Velde, 1998) distingue tres tipos referidos a los factores endógenos: factor acción (action-region), factor cognitivo (cognition-region) y factor afectivo (affection-region).

Adaptando esas categorías para el caso de la frontera Uruguay-Brasil, el factor de acción refiere a las relaciones que realmente ocurren entre los actores (personas, empresas y organizaciones) de un lado y otro de la frontera. El factor cognitivo refiere al conocimiento que se tiene de la realidad del otro lado de la frontera, sobre las personas y sus actividades, el idioma, la sociedad y la cultura, los medios de prensa, la normativa, etcétera. El factor afectivo, en cambio, refiere a cómo las personas se perciben a sí mismos y en relación con sus vecinos del otro lado de la frontera. Refiere a aspectos de la identidad territorial, por ejemplo: se sienten riverenses, uruguayos, brasileros, habitantes de frontera, etcétera. Refiere también a cuál es la construcción de la no-ción del otro, por ejemplo: los vecinos de la frontera son iguales, dife-rentes, etcétera. O la percepción de cuál es el significado de la frontera, por ejemplo: es algo natural, que divide, que molesta, una barrera, que une, que facilita, etcétera.

A su vez, buscando la construcción de un modelo de análisis propio, este artículo incorpora al marco conceptual que esos factores endóge-nos operan dentro de un entorno institucional donde hay determina-das reglas de juego, en el sentido de Williamsom (1993), no exentas

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ocal de relaciones de poder que también hay que considerar, en el sentido

que plantea North (1993). Las reglas de juego o marco institucional determinan condiciones que favorecen determinados estados de los factores endógenos asociados a lo cognitivo, afectivo y la interacción entre las personas.

El factor cognitivo está claramente afectado por los costos de tran-sacción. Por ejemplo, si los costos de búsqueda de información, acceso y difusión son altos, sin duda afectará negativamente al conocimiento sobre la ciudad “hermana” y el país vecino. Ello también repercutirá sobre el plano afectivo. A su vez, si hay reglas discriminatorias y situa-ciones que se puedan percibir como injustas, esto repercutirá en una predisposición afectiva negativa hacia la integración con los vecinos de la frontera y, por lo tanto, también una predisposición negativa ha-cia las oportunidades de negocios o empleo. También hay aspectos culturales y de identidad que, si no hay un marco institucional (o no se percibe que lo haya) que los ampare, pueden sentirse agraviados y generar una reacción de rechazo sobre lo que viene del lado vecino de la frontera (como opresor del “ser” local, más aún que nacional). Tam-bién, con connotación negativa, en vez de rechazo puede dar lugar a un sentimiento de incorporación pasiva a esa cultura externa, sin posibili-dad de aportar o apropiarse de proyectos propios en ese proceso.

Al respecto, en ART PNUD (2008c) se puede ver que hay visiones diferentes desde los actores locales de Rivera en lo referido al factor afectivo. Unos manifiestan que hay que mejorar la integración de Ri-vera con Livramento y apostar al Brasil como generador de oportu-nidades de desarrollo para Rivera, y hay otros que son partidarios de que Rivera debe verse sólo como Rivera, ya que Livramento es una amenaza e incluso un factor irritante (“no le podemos vender nada a Li-vramento, ellos pasan todo para acá y nosotros no podemos vender nada…” ART PNUD, 2008c: 96).

Por otro lado, la afectación del marco institucional y sus resultados en términos de los estados de los factores endógenos depende en gran medida de las condiciones existentes respecto al capital social local.21

21 El capital social podría entenderse como la capacidad efectiva de movilizar productiva-

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ndaSi hay una masa crítica de capital social importante habrá mayor pro-

babilidad de que pueda ser sostén de un marco institucional adecuado para promover el desarrollo local. Todo esto determina el componente endógeno que afecta a las relaciones de la frontera, lo que puede re-sultar en un modelo de desarrollo local o no, antes incluso de afectarlo por el componente exógeno.

Adicionalmente, en estas economías locales de frontera en Uru-guay, dado el tamaño de las localidades y el peso de las actividades agropecuarias, la relación entre medio urbano y rural debe ser consi-derada dentro del esquema productivo local. Tanto del punto de vista de las actividades agroindustriales localizadas en los centros urbanos, las pequeñas producciones rurales que pueden tener como punto de venta la ciudad, así como del punto de vista de las relaciones que hay entre comercios y empresas que abastecen de insumos y servicios a los productores agropecuarios (Rodríguez Miranda, 2009).

El esquema 1 resume el marco conceptual que se propone para abordar el análisis del problema del desarrollo local en la frontera Uru-guay-Brasil, referido a los espacios transfronterizos constituidos por ciudades “gemelas” o “hermanas”.

Un ejemplo de cómo actúan los aspectos endógenos y exógenos sobre el desarrollo local en la frontera, en este caso bloqueando opor-tunidades de desarrollo, refiere a la posibilidad que habría en Rivera (de acuerdo con ART PNUD, 2008c) de acceder a un mercado in-teresante para los pequeños productores de alimentos (por ejemplo, queserías, pescaderías, hortalizas, dulces) en la ciudad “gemela” de Santana do Livramento y en otras ciudades brasileras próximas, pero que no se concreta (Rodríguez Miranda, 2009; ART PNUD, 2008c). Esto podría responder a que hay barreras altas para ingresar con esos

mente y en beneficio del conjunto, los recursos asociativos que radican en las distintas redes sociales. Los recursos asociativos importantes para dimensionar el capital social de un grupo o comunidad, son las relaciones de confianza, reciprocidad y cooperación. La confianza es resultado de la repetición de interacciones con otras personas, la reci-procidad se entiende como el principio rector de una lógica de interacción ajena a la lógica del mercado, y la cooperación implica un accionar conjunto para conseguir fines comunes (Arriagada, 2003).

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Fuente: elaboración propia

Esquema 1: Propuesta de modelo conceptual para analizar el desarrollo económico local en la frontera Uruguay–Brasil

productos a la ciudad brasilera, que responden a factores exógenos. Si bien sólo cuesta cruzar una calle en Rivera para estar en Brasil, si uno lo hace con un cargamento de alimentos lo va a detener la policía y exigir documentación de importación de esa producción (control que es lógicamente aplaudido por los comerciantes brasileros). ¿Pero esto es un impedimento total a ese tipo de emprendimiento? Es una barre-ra, pero no debería ser imposible desarrollar capacidades comerciales dentro de la formalidad (y no el contrabando) para poder exportar a la ciudad “gemela” y otras vecinas en Brasil.

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ndaEl hecho de que sólo una calle separe al mercado externo del expor-

tador debería ser una ventaja fundamental a aprovechar, en términos de costos de transporte, ventajas de comercialización y aprovechamiento de redes sociales (en dos ciudades que funcionan como una). Esto ha sucedido con productores de frutas y verduras de Tijuana que se han convertido en exportadores para el mercado de Los Angeles, sobre la base de redes sociales constituidas en dicha ciudad (Barros, 2001). Sin embargo, seguramente estén jugando como barreras adicionales a los factores exógenos (como el tipo de cambio, trámites de exportación y barreras no arancelarias como requisitos sanitarios y burocráticos), otros factores asociados a la falta de un marco institucional local que permita un mejor manejo de la incertidumbre cambiaria y la promo-ción de una conducta alternativa a la que actualmente se desarrolla (oportunista y con visión de corto plazo) como forma de interacción con la condición de frontera (factores de acción), junto con aspectos de desinformación y desconocimiento (factores cognitivos), además de un imaginario de la población riverense de cómo se percibe a sí misma y como percibe su relación con la frontera (factores afectivos).

Una agenda de investigación posible: desarrollo local en la frontera Uruguay-BrasilDe acuerdo con el marco conceptual propuesto para abordar el tema del desarrollo en las ciudades frontera de Uruguay-Brasil, una primera tarea consistiría en probar la capacidad explicativa de dicho enfoque. Una forma sería a través de encuestas específicas a hogares (o per-sonas) y a empresarios locales, con suficiente representatividad, que indagara sobre las relaciones planteadas en el modelo conceptual para poder testearlas/evaluarlas.

Obtenida evidencia favorable, serían temas de sumo interés para ser abordados desde la perspectiva propuesta:

¿Cómo incidir en los factores endógenos que influyen sobre los comportamientos de los agentes para minimizar los efectos negativos de los shocks exógenos?

Relacionado con lo anterior, ¿qué nuevos marcos normativos

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ocal e instituciones (entendidas como reglas de juego) se pueden

construir para promover el desarrollo integral de la fronte-ra? En esto: ¿qué rol pueden tener las recientemente creadas Agencias de Desarrollo Local en Rivera y Cerro Largo? ¿Qué rol pueden tener los municipios, una vez que se instalen como tercer nivel de gobierno?

¿Qué políticas pueden tener efectos positivos para promover el desarrollo local en la frontera potenciando los factores endóge-nos para la construcción de capacidades locales y minimizan-do las incertidumbres provenientes de los factores exógenos? ¿Desde la perspectiva unilateral (sociedad y gobierno local sin cooperación con Brasil)? y ¿desde la perspectiva binacional (en forma integrada sociedades y gobiernos locales de Uruguay-Brasil)?

¿De qué forma se puede impulsar desde los factores endóge-nos, y bajo qué condiciones necesarias desde los exógenos, la constitución de cadenas productivas de valor transfronterizas locales?

¿Cómo influyen y cómo podrían influir (por ejemplo, para abordar los anteriores aspectos mencionados) la educación y formación profesional (formal e informal, regular y no regular) en las relaciones entre los factores de acción, cognitivos y afec-tivos? ¿Cuál es la posibilidad u oportunidad para desarrollar una lógica transfronteriza en educación y formación que de-rribe fronteras mentales e integre a las comunidades lindantes una visión compartida de futuro? ¿Es posible?

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2 En donde el Hombre —con mayúscula— se refería específicamente a los hombres en posición de privilegio, con el poder para reflexionar, hablar y escribir verdades absolutas o universalistas por los hombres genéricos y por las mujeres.

Social research, publications, academic journals

Human development, gender, indicators, health, education, income, Juárez

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Human development in Ciudad Juárez, Chihuahua. Women’s circumstances in

health, education and income

Various analyses and reports show that the development is a catalyst for the im-provement of the circumstances of the people's welfare. However, in this context are not disposable situations to be adverse for women. Because of the necessity of enriching the studies in this line, this work focuses on analyzing the scheme of hu-man development in Juarez city highlighting the status of women from a perspec-tive of gender (HDGP). The assumption suggests that the residents of this town do not coexist with an equitable environment for opportunities. For this reason, the circumstances of women in this border area based on the information by a survey in 2006 with the purpose of illustrating their status in three specific dimensions are emerging: health, education and income.

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Desarrollo humano en Ciudad Juárez,

Chihuahua. Circunstancias en salud,

educación e ingreso de las mujeres

Fecha de recepción: 13 de octubre de 2009 Fecha de aprobación: 9 de febrero de 2010

Myrna Limas Hernández 1

1 Doctora en integración y desarrollo económico. Líneas de investigación: desarro-llo humano, género, pobreza. Profesora de tiempo completo de la Universidad Au-tónoma de Ciudad Juárez. Integrante del cuerpo académico Estudios territoriales de economía, población y desarrollo. [email protected]. Nacionalidad: mexicana.

Palabras clave:

Diversos análisis e informes demuestran que el desarrollo constituye un catalizador en pro del mejoramiento de las circunstancias de bienestar de las personas. Sin embargo, en este contexto no es descartable que diversas situaciones resulten adversas para las mujeres. Ante la necesidad de enriquecer los estudios en esta línea, este trabajo se centra en anali-zar el esquema del desarrollo humano en Ciudad Juárez destacando la condición de las mujeres desde una perspectiva de género (DHPG). El

supuesto sugiere que los residentes de esta localidad no conviven en un am-biente equitativo de oportunidades. Por ello, se perfilan las circunstancias de las mujeres de esta zona fronteriza en fun-

ción de la información arrojada por una encuesta aplicada en 2006 con el propósito de ilustrar su estatus en tres dimensiones específicas: salud, educación e ingreso.

Desarrollo humano, género, indicadores, salud, educación, ingresos, Juárez

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eres Introducción

El desarrollo humano es un tema de estudio que ha adquirido impor-tancia en la disciplina económica desde la década de los años noventa del siglo pasado. Diversas investigaciones exponen que el desarrollo humano se reconoce como una aproximación teórica cuyo objetivo fundamental consiste en lograr que la población en general, inde-pendientemente de su edad y sexo, disfrute de un grado de bienes-tar adecuado. El cumplimiento de este objetivo aseguraría, tal como sugiere Amartya Sen (2001), que las personas y su calidad de vida se expresarían a través de evaluar sus capacidades. Es decir, valorar aque-llas condiciones que posibilitan a las personas alimentarse bien, estar sanas, tener acceso al conocimiento y la cultura, sentirse capaces para participar en la vida de la comunidad, tomar decisiones de manera independiente, ampliar las capacidades de inserción laboral, gozar de entornos de libertad, etcétera. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es la instancia precursora que analiza des-de 1990, a través de los informes de desarrollo humano, esta propuesta de Sen con el compromiso de insistir y hacer énfasis en que el proceso de desarrollo debe percibirse como un esquema de expansión de las capacidades de las personas más que como un asunto —según plantea la teoría neoclásica— que busca incrementar la producción, la utilidad o el bienestar económico (PNUD, 1990).

Un argumento que sustenta la necesidad de sustituir el estudio del desarrollo estrictamente económico por la propuesta del desarrollo humano es que a nivel mundial se acepta que el primero es el objetivo principal de la mayoría de los países del mundo, en tanto que concep-tualmente sugiere la mejora de la renta y la apuesta por el bienestar y bajo esta referencia se proponen “planes de desarrollo”. Una crítica a esta lógica es que comúnmente el desarrollo económico se mide a través del producto interno bruto per cápita y precisamente esta apre-ciación induce a errores y sesgos, ya que es sabido que la renta está distribuida de una manera desigual dentro de todos los países y sobre todo de las localidades y, además, es claro que tal indicador es muy limitado para ilustrar el desarrollo. ¿Por qué? Simplemente porque no

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ezrefleja si hay avances en la esperanza de vida en las poblaciones, no brinda información sobre la oferta de empleos de la economía formal o informal al que acceden hombres o mujeres, no indica si hay pro-greso en el porcentaje de adultos que saben leer y escribir, no informa si las familias cubren sus necesidades primordiales con el ingreso dis-ponible, etcétera. Lo más grave de esta revisión es que, al ser informa-ción incompleta y de ocurrir alguna modificación en los métodos de medición al PIBpc, no se eliminan de manera automática las enormes desigualdades que rodean a los habitantes de los países.

Así ocurre que la desigualdad en la distribución de la renta o la omisión de información del PIBpc implica que el uso excesivo de este indicador del desarrollo global induce a formular dos preguntas clave: ¿Qué alternativa(s) existe(n) para identificar y monitorear los avances o retrocesos en materia de desarrollo? ¿Qué dimensiones procede refe-renciar para evaluar el grado de “desarrollo” que se experimenta en un tiempo y un lugar determinados? No es fácil resolver estas cuestiones.

La búsqueda de las respuestas a estas inquietudes condujo a des-tacar que la valoración realizada sobre desarrollo humano durante el transcurso de las dos últimas décadas constituye una opción teórica y empírica que como tal ha llevado a advertir que el proceso de desarro-llo se torna desigual entre los territorios y entre las personas.

En esta línea de ideas, diversos análisis e informes han demostrado que el desarrollo se ha constituido en varios casos como un cataliza-dor en pro del mejoramiento de las circunstancias de bienestar de los hombres, mientras que en otros tal catalizador ha generado condicio-nes adversas en perjuicio de las mujeres. Por ejemplo, ha ocurrido que a un gran número de ellas se les ha limitado sus oportunidades de esco-larizarse o emplearse; a otras se les continúa inculcando que su respon-sabilidad primaria es criar a los niños y/o que la maternidad y las tareas del hogar son sus asuntos exclusivos y que exigen cubrir jornadas de tiempo completo. En pocas palabras, la negación de oportunidades y de recursos para distintos colectivos de mujeres ha implicado que és-tos se vean menos beneficiados, en comparación con los hombres. Así

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eres ocurre1 que las mujeres por diferentes motivos continúan desafiando

en distintas urbes del mundo ambientes perniciosos de desigualdad, subordinación y/o discriminación.

Ante tales circunstancias, y considerando la necesidad de enrique-cer los estudios en esta línea, este trabajo se centra en analizar el esque-ma del desarrollo humano en Ciudad Juárez desde una perspectiva de género (DHPG) y asumiendo tres restricciones, a saber: (1) la percep-ción del desarrollo se realiza desde una óptica económica a favor de las circunstancias de bienestar de las personas, pero desde una mirada di-ferente a la propuesta por el paradigma económico neoclásico; (2) las circunstancias y capacidades de las mujeres se colocan como el núcleo e interés fundamental del contexto del desarrollo, y (3) la evaluación e interpretación del desarrollo humano de las mujeres se perfila con base en una serie finita de indicadores asociados con la salud, la educación y el ingreso. De este modo, este estudio propone que el análisis del De-sarrollo Humano desde la Perspectiva de Género constituye el recurso estratégico que hace posible confirmar si el desarrollo humano es un asunto neutral —o no— respecto al género.

La propuesta del contenido de este trabajo se ha organizado en función de exponer lo siguiente: a) en un primer apartado se sitúa el marco general bajo el cual se rige el estudio del desarrollo humano desde la perspectiva de género, b) un segundo, busca presentar aque-llas circunstancias de salud, educación e ingreso que caracterizan a las mujeres de Ciudad Juárez para detectar aquel conjunto de asuntos que afectan su desarrollo y su bienestar y c) un tercer y último apartado su-giere algunas conclusiones para recapacitar acerca de si los resultados conseguidos pueden servir de referencia para otros estudios económi-cos de esta naturaleza.

1 Para mayores detalles revisar PNUD (1995); PNUD (2005); Bakker (2003) y Carballo de la Riva (2006).

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ezEl marco general del estudio del desarrollo humano desde la perspectiva de géneroEl origen de la definición del desarrollo humano está ligado con el replanteamiento de dos conceptos: el crecimiento y el desarrollo eco-nómico. La asociación de estos términos con especificaciones como rezago, desigualdad, bienestar, pobreza, estándares, resultados diver-gentes en el crecimiento económico de los países, etcétera, ha sugerido que el interés del estudio del desarrollo humano consiste -según di-versos especialistas- en sujetarse a interpretar el desarrollo bajo una de las siguientes propuestas: desde las formuladas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)2 y/o el Banco Mundial (BM) hasta aquellas investigaciones que han sido y son realizadas a nivel mundial o latinoamericano en centros de estudios específicos, departamentos de economía, universidades, dependencias guberna-mentales, etcétera.

Entre algunas definiciones o características de desarrollo provis-tas por la literatura económica vale retomar las dos siguientes, que expresan:

El desarrollo económico es el proceso por medio del cual se transforma una economía cuyo ingreso por persona tiene una tasa significativa de incremento autosostenido como una ca-racterística permanente a largo plazo…denominaremos sub-desarrollada a una sociedad en la cual el desarrollo económico es posible pero incompleto. La clasificación de una economía en la categoría subdesarrollada debe basarse en un examen muy completo del comportamiento de sus relaciones económicas y socioculturales. (Adelman, Irma. 1984)Un número de características caracterizan a los países del tercer mundo. En principio, su comparación con las economías ca-pitalistas de Europa occidental y Norteamérica evidencia que sus ingresos per cápita son bajos. Estos ingresos, representan pobreza que se traduce en esperanzas de vida reducidas, altas

2 Al respecto se recomienda revisar los trabajos de: López-Calva, Rodríguez-Chamussy y Székely, 2004; López-Calva, Rodríguez y Vélez, 2002; López-Calva y Vélez, 2003; Foster, López-Calva y Székely, 2003 y López-Calva, Hernández y Vélez, 2003.

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eres tasas de mortalidad infantil y bajos niveles de instrucción edu-

cativa […] Sucede que en algunos países pobres se enfrentan grandes dificultades para mejorar la salud y la educación. Adi-cionalmente, es común que en las economías del tercer mundo se presente una tendencia alta en las tasas de crecimiento de la población… (Rapley, John. 2002. Traducción propia)

Sin desdeñar que el abanico de definiciones del desarrollo puede ser tan vasto que da pauta a situar consensos y disensos en torno a este tema, en este estudio se propone limitarse a revisar el concepto del desarrollo humano según el trazado conceptual y práctico definido por una institución “precursora y promotora” del mismo: la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En principio, los formatos sugeridos por el PNUD y por distintas investigaciones académicas para abordar el desarrollo sugieren que éste ha de matizarse según su compren-sión. Es decir, definir si se estudia en razón de objetivos, procesos de empoderamiento,3 esquemas de democratización, como modelo, exami-nando medidas estándar de comparación, etcétera.

A partir de la publicación del primer Informe del PNUD en 1990 es posible confirmar que la configuración del desarrollo humano cons-tituyó el punto de arranque y desafío que enfrentaron las naciones y todo el aparato institucional desde finales del siglo pasado para des-cubrir la mejor manera de establecer el vínculo entre el crecimiento económico y el progreso humano. Pero no sólo eso. Específicamente, tal configuración ha estimulado, hasta la fecha, a plantear y abordar de forma permanente dos asuntos principales: el concepto y la medición del desarrollo humano.

En el caso del concepto del desarrollo humano, el Informe de 1990 del PNUD señala:

El desarrollo humano es un proceso en el cual se amplían las oportunidades del ser humano. En principio, estas oportunida-

3 El término empoderamiento puede entenderse de acuerdo con los planteamientos de Marianne T. Hill (2003) como las implicaciones que el análisis de las instituciones, el poder social, los procesos de democratización y de las identidades, entre otros asuntos, provocan sobre el desarrollo.

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ezdes pueden ser infinitas y cambiar con el tiempo. Sin embargo, a todos los niveles del desarrollo, las tres más esenciales son: disfrutar de una vida prolongada y saludable, adquirir cono-cimientos y tener acceso a los recursos necesarios para lograr un nivel de vida decente. Si no se poseen estas oportunidades esenciales, muchas otras alternativas continuarán siendo inac-cesibles (Desarrollo Humano: Informe 1990, PNUD)

En este sentido, el informe citado subraya, acorde con el enfoque de las capacidades de Sen,4 que el desarrollo humano significa tan-to el proceso de ampliar las oportunidades de los individuos como el nivel de bienestar en el que se encuentren. Lo novedoso consistió en formular que el desarrollo humano de la “nueva era” de análisis habría de incorporar los enfoques económicos precedentes enfocados en es-tudiar el crecimiento y el desarrollo económico abriendo al mismo tiempo nuevos debates que postulaban: a) el crecimiento del Producto Nacional Bruto (PNB) es una condición necesaria para medir el desa-rrollo, pero no suficiente; b) los seres humanos son los agentes activos de toda producción y no el instrumento para fomentarla, esto es, son un fin no un medio; c) los seres humanos son agentes de cambio en el proceso de desarrollo, d) el enfoque del desarrollo humano —a dife-rencia del de las necesidades básicas— se centra en las oportunidades y alternativas que cabe otorgar al ser humano para que pueda acceder a bienes y servicios en lugar de esperar a que llegue su suministro; y, e) el enfoque del desarrollo humano propone que su definición general debe captar mejor la complejidad de la vida humana así como las pre-ocupaciones y numerosas diferencias culturales, económicas, sociales y políticas que están presentes en las vidas de todos los individuos y pueblos del mundo.

Así, vale insistir, ante las limitaciones que conllevaba medir el de-sarrollo humano en función del PNB, Sen determinó la necesidad de considerar en la formulación del desarrollo la factibilidad de ampliar

4 Amartya Sen —Premio Nobel de Economía en 1998— ha suministrado a la teoría económica una serie de evaluaciones éticas sobre el desarrollo y ha matizado que el estudio de las personas exige una visión más compleja.

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eres el rango de cosas “simples o complejas” o “espacio de funcionamien-

tos” para cada persona en función de lo que cada una quería hacer o ser.5 El producto de ello se expresó a través de abreviar las circunstan-cias de salud, educación e ingreso en el indicador denominado índice de desarrollo humano (IDH), es una medida gráfica que sintetiza los avances de un país o logros promedio en relación con las condicones de las personas respecto a tres aspectos básicos:

• Disfrutar de una vida larga y saludable, medida por la es-peranza de vida al nacer;

• Disponer de educación o conocimientos, lo cual se mide a través de la tasa de alfabetización de adultos (ponderación de 2/3) y la tasa bruta combinada de matriculación en pri-maria, secundaria y terciaria (ponderación de 1/3); y,

• Tener un nivel de vida digno o decoroso, medido por el PIB per cápita (PPA en dólares).6

El impacto de lo anterior fue tan relevante que al monitoreo del desarrollo humano, vía conceptual y formal, se han incorporado desde la década de los noventa diversas modificaciones. En términos con-ceptuales, una segunda propuesta clave expresada en el Informe sobre Desarrollo Humano 1995 apunta:

5 Así estableció que entre el rango de cosas que determinan lo que las personas desean ser o hacer exige considerar y disponerle: las condiciones para alimentarse bien, para estar sana, para estar o mantenerse informada, para sentirse capaz cada una de tomar parte en la vida de la comunidad, para que cada persona tenga respeto de sí misma y pueda elegir de acuerdo con sus preferencias, para ampliar y mejorar sus otras condiciones; entre otras (Fukuda-Parr, 2003; Sen, 2001; Hill, 2003; López-Calva, Rodríguez-Chamussy y Székely, 2004).

6 PPA o Paridad del Poder Adquisitivo expresa el tipo de cambio que refleja las diferen-cias de precios entre países y permite la comparación internacional de la cifra real de resultados e ingresos. En la tasa de PPA en dólares estadounidenses (USD), 1 USD de PPA tiene el mismo poder adquisitivo en la economía nacional que 1 USD en Estados Unidos (PNUD, 2008).

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ezEn la médula del concepto de desarrollo hay tres compo-nentes esenciales: la igualdad de oportunidades para todas las personas en la sociedad; sostenibilidad de esas opor-tunidades, de una generación a la siguiente; potenciación de las personas de modo que participen en el proceso de desarrollo y se beneficien de él (…) El desarrollo humano es un proceso de ampliación de las opciones de todas las personas y no sólo de una parte de la sociedad. Este pro-ceso pasa a ser injusto y discriminatorio cuando la mayoría de las mujeres quedan excluidas de sus beneficios. La con-tinua exclusión de las mujeres respecto de muchas oportu-nidades económicas y políticas entraña un continuo auto de acusación contra el progreso moderno (Informe sobre Desarrollo Humano 1995, PNUD).

En términos formales, al IDH se le sumaron dos indicadores adi-cionales: el de desarrollo relativo al género (IDG) y el de potenciación de género (IPG). El IDG consiste en ajustar el progreso medio del IDH para reflejar las desigualdades entre hombres y mujeres y el IPG pretende evaluar fundamentalmente las oportunidades de las mujeres, más que sus capacidades, reflejando las desigualdades de género en tres ámbitos fundamentales: participación política, participación eco-nómica y poder sobre los recursos económicos.

En suma, una revelación clave de estas modificaciones ha residido, y todavía, en hacer ver que las desigualdades en el mundo persisten y que, de modo particular y preocupante, sucede que la regla establecida indica que en ninguna sociedad las mujeres disfrutan de las mismas oportunidades que los hombres. Desde este contexto, el desarrollo hu-mano se concibe como un concepto y un paradigma que hace posi-ble demostrar que los efectos del desarrollo sobre hombres y mujeres como entre distintos grupos de mujeres van en sentidos y magnitudes no necesariamente paralelos(as). Desde nuestro entender, los enfoques del paradigma del desarrollo humano deben realizarse con vistas a fa-vorecer análisis diversos considerando un elemento fundamental: la categoría de género.7 En este caso, para disponer de mayor informa-

7 El término “género” proveniente del campo de la literatura se aplicó a partir de los

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eres ción que dé soporte a este planteamiento, revisamos a continuación un

caso muy revelador: Ciudad Juárez, Chihuahua.

Desarrollo humano y género en Ciudad Juárez, Chihuahua: la versión del PNUDLos resultados de desarrollo humano y género publicados por es-tudios del PNUD en el lapso 2000 y 2005 para el caso de Juárez, Chihuahua respecto a los indicadores IDH2000Juárez=0.8342, ID-H2005Juárez=0.8778 e IDG2000Juárez=0.8271 e IDG2005Juárez=0.8700 (ver tabla 1) indican que este municipio se ubica en las categorías de desarrollo humano medio o alto conforme a los parámetros 0-1 definidos por Naciones Unidas.8 Esto es, conforme a tales cálculos, Juárez en el lapso 2000-2005 se sitúa entre los mejores lugares a nivel estatal y nacional pero presenta las siguientes peculiaridades: (a) los valores del IDH son mayores que los valores del IDG, lo que significa que el nivel de desarrollo entre hombres y mujeres es diferente persistiendo asimetrías en materia de salud, educación e ingresos; (b) al ocurrir que el IDH es mayor que el IDG sucede que el progreso de desarrollo humano de los hombres va a la delantera en comparación con el conseguido por las mujeres, (c) las circuns-tancias de desventaja para las mujeres constituyen al mismo tiempo un incentivo para estos colectivos para evitar que se mantengan a la zaga y (d) las mujeres aparentemente presentan avances en materia

años sesenta a la antropología y la psicología. En el caso de la antropología refiere a la construcción cultural correspondiente a los roles o estereotipos que en cada sociedad se asignan a los sexos y en el caso de la psicología refiere a lo biológico. (Elósegui, 2002,43). Tubert (2003), Romo y Papadimitriou (2004) y Accati (2003) plantean por separado trabajos muy interesantes sobre la discusión del sexo y el género. Del mismo modo, Vara (2006) presenta una compilación muy acertada sobre el estudio del género en la disciplina económica. Cfr. Hidalgo (2002), Pearson (2003) y Consejo Municipal de las Mujeres (2007).

8 Los detalles de estos valores pueden revisarse en la fuente referenciada como PNUD (2008). Cfr. los hallazgos como la interpretación de cada índice en el estudio Indicadores de desarrollo humano y género en México y complementar bases de datos con aquellas incluidas en las referencias PNUD México (2006), PNUD(2000) y PNUD México (2004).

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ezde salud y educación pero en el rubro de ingresos están en posiciones nada ventajosas.

Por lo anterior, no es extraño que los hombres cuenten con mejores condiciones y oportunidades que potencian de manera permanente su participación en la vida política, la vida económica y en la definición de cada trayectoria laboral y profesional. En estas circunstancias, un reto principal que se debe agregar a las trayectorias de las mujeres y su desarrollo humano es conseguir que las diferencias en ingresos se reduzcan.

Es realmente preocupante que las diferencias de salario en el lapso 2000-2005 sean tan dispares, tal como lo reflejan las cifras del ingreso per cápita (en dólares PPC) de 18,340 ó 19,477 para el caso de los hombres versus $7,652 y $7,623 para las mujeres. Es importante que se adecúen ejercicios y proyectos responsables en Juárez de modo que el acceso a oportunidades para unas y otros se tornen más equitativas. En otras palabras, la comparación de las circunstancias de hombres y mujeres en Juárez sugiere que son requeridos diversos ajustes y estrate-gias en materia de desarrollo humano con miras a conseguir erradicar

Indicador/año 2000 2005 2000 Hombres

2000 Mujeres

2005 Hombres

2005 Mujeres

Tasa de mortalidad infantil 20.74 9.36 23.08 18.29 10.38 8.29

Tasa de alfabetismo 97.33 97.36 97.58 97.07 97.56 97.16

Tasa de asistencia escolar 58.12 65.89 58.0 58.25 65.93 65.84

Ingreso per cápita (dólares PPC) 13,026 13,565 18340 7652 19477 7623

IDH total0.8342(2000)

0.8778(2005)

IDG total

0.8271(2000)

0.8700(2005)

Fuente: Elaboración propia con base en PNUD (2008)

Tabla 1. Indicadores del desarrollo humano en Juárez, 2000-2005

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eres las diferencias observadas particularmente en tres ámbitos específicos:

salud, educación e ingreso. Por ende, bajo el supuesto de que hombres y mujeres en Juárez no conviven en un ambiente equitativo de opor-tunidades en materia de desarrollo humano, a continuación nos con-centraremos en indagar —como una primera aproximación— cuáles circunstancias perfilan la situación de las mujeres en esta localidad fronteriza en las dimensiones de nuestro interés.

Circunstancias de las mujeres de Juárez en salud, educación e ingresoLa percepción de que la población residente en Juárez enfrenta un contexto donde el progreso de las mujeres va a la zaga y que esta con-dición promueve asimetrías en materia de salud, educación e ingreso sugirió conveniente recolectar información mediante una encuesta con el propósito de lograr una aproximación más específica y acertada al respecto. La razón principal que justifica esta exploración es valo-rar, si los recursos materiales, de financiamiento y humanos lo per-miten, la conveniencia de diseñar y aplicar otro instrumento o varios que conduzca(n) a monitorear y validar las circunstancias de desarrollo humano por grupos de población mediante la opción de conglomera-dos o estratos. El estudio en turno es exploratorio y por ello la repre-sentatividad de la muestra y el alcance de los datos obtenidos deben tomarse con cautela. Pero, a reserva de ampliar los alcances de este proyecto, el punto de partida atendido para definir el tamaño de la muestra en la experiencia en consideración se formuló con base en la siguiente expresión:

Donde: N: Universo= Población total femenina de 15 años y más en Juárez, 2005= 416,447.9 P: Probabilidad de ocurrencia (homogenei-

9 Para Juárez, año 2005 si N=338,900 (número total de viviendas particulares), N=320,585 (total de hogares), y/o N=1,222572 (población en hogares), con P=Q=0.5; e=0.10;

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ezdad del fenómeno) = 0.5. Q: Probabilidad de no ocurrencia = 0.5. Me: Margen de error o precisión = 0.10. Nc: Nivel de confianza o exactitud (95.5% o 99.74% nivel de confianza). n: Tamaño de la muestra (95.5% nivel de confianza) = 100 a 225.10

Los datos de referencia considerados sugieren:

En este proceso, el margen de instrumentos a reproducir va de 100 a 225, pero procedió aplicar 150 cuestionarios (ver formato 1), de los cuales, una vez concluido el proceso de validación, se analizaron 125. En estos términos, el esquema muestral se caracterizó por ser: a) probabilístico, ya que todas las unidades de muestreo tenían una probabilidad distinta de cero de ser seleccionadas; b) urbano porque su aplicación fue exclusivamente en Juárez, una localidad urbana; c) selectivo porque la entrevista fue dirigida hacia mujeres de 16 años y más, y, d) calendarizado, ya que el proceso desde su inicio hasta su fin estuvo regido por fechas previamente establecidas. En el caso del

K=±2σ=95.5% de nivel de confianza, el tamaño de la muestra también es igual a 96. La población total femenina en Juárez, 2005= 654,992

10 Con un nivel de confianza de 99.7%, el tamaño de la muestra aumenta a 225. Para detalles ver Rodríguez (2001).

2005 Juárez pob15ymás-femeninaProbabilidad: 95.5% 99.74%

N 416,447 416,447K=nivel confianza 2 3

K^2 4 9p 0.5 0.5

1-p 0.5 0.5N-1 416446 416446

e 0.1 0.1p(1-p) 0.25 0.25

NK^2P(1-P) 416447 937005.75(N-1)e^2+K^2P(1-P) 4165.46 4166.71

n 99.98 224.8790413Fuente: elaboración propia con base en INEGI (2005), Rodríguez (2001) y Sierra (2001).

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eres instrumento donde se registró la recogida de información se aclara

que su bosquejo y contenido se estableció de tal modo que permi-tiera proponer y medir diversos indicadores objetivos y subjetivos en las dimensiones de salud, educación e ingreso, que se ajustaran y/o adecuaran al análisis del desarrollo humano desde la perspectiva de género en turno (ver tabla 2).

La información suministrada por las mujeres entrevistadas en las dimensiones de interés es producto del análisis derivado de los datos recogidos en el trabajo de campo realizado en Ciudad Juárez durante

Formato 1. Ítems del cuestionario básico aplicado para el proyecto desarrollo humano y género en Ciudad Juárez, México 2006

Fuente: Elaboración propia.

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ezel tercer trimestre del año 2006. Los resultados obtenidos se ilustran a continuación.

I. Dimensión salud: un asunto de género que beneficia el desarrollo humano. La dimensión salud es uno de los índices del desarrollo humano que permite evaluar la esperanza de vida de los habitantes de una localidad. Para este estudio, la salud incluye referenciar no única o exclusivamen-te la cantidad mujeres que cuentan o no con servicio médico, sino que además considera demostrar algunos rasgos que potencian las forta-lezas que tienen para prolongar su vida, mejorar su alimentación, au-mentar su situación física y mental, etcétera. En estos términos, resulta conveniente conocer en qué manera el servicio de salud proporcionado en las instituciones en Juárez constituye un elemento favorable para las mujeres de modo que sus beneficios se reflejen en el plano individual y familiar así como en su desarrollo humano.

Dime

nsión

Salud Educación Ingresos

Indi

cado

r

Es la entrevistada derecho-habiente (Cuenta con

servicio médico) (Sí, No)

Sabe leer y escribir (Alfabeta o analfabeta)

Ingreso semanal nomi-nal (de persona entre-

vistada, del hogar)

Indi

cado

r

Razón por la cual no cuenta con servicio médico

Grado de estudios y área de estudio

Considera suficiente el ingreso semanal para

satisfacer necesidades (Sí, No)

Indi

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r

Institución que presta mejores/peores servicios

Ultimo año que asistió a la escuela

Monto mínimo suficiente de ingreso semanal requerido

Indi

cado

r

Valoración de la atención médica y de la salud pública

Interés en continuar

estudiando (Sí, No)

Dificultades para el siguiente cobro de sueldo (Sí, No)

Tabla 2. Una aproximación a las variables del desarrollo humano desde la perspectiva de género

Fuente: Elaboración propia.

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eres a) Derechohabiencia y razones principales para (no) ser derechohabientes.

Las respuestas recogidas en el trabajo de campo sobre el rubro salud y atención médica indican que del total de mujeres, 3 de cada 4 son derechohabientes. Esto significa que un 24.0% de las mujeres corre el riesgo de enfermarse sin tener la garantía de ser atendida en un centro de salud de manera oportuna y adecuada (ver Gráfica 1).

Los principales motivos que justifican que sólo ¾ partes de las mujeres encuestadas sean derechohabientes son: porque cuentan con un empleo que les proporciona dicha prestación, porque son benefi-ciarias del servicio médico del esposo, porque son estudiantes, porque son menores de edad, porque contrataron algún tipo de seguro priva-do, entre otras. En cambio, las razones principales que explican por qué ¼ parte de las entrevistadas es no derechohabiente son: porque no cuentan con un empleo, porque no trabajan ni estudian, porque el esposo trabaja fuera de Ciudad Juárez, el esposo trabaja por su cuen-ta y no está registrado en ninguna institución médica, el esposo no cuenta con servicio médico y por lo tanto ella tampoco ni sus des-cendientes, porque su esposo no paga ningún tipo de seguro médico público ni privado, etcétera. En síntesis, este contexto confirma que la condición de ser mujer admite diversas desventajas y su estatus es ser persona dependiente.

Gráfica 1. Mujeres encuestadas con (sin) servicio médico, 2006

Fuente: Elaboración Propia (Preguntas 8.1. y 8.1.1).

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ezb) Mejor y peor hospital en Ciudad Juárez. Con el propósito de detectar el grado de confianza de las mujeres en cuanto al servicio médico otor-gado por los hospitales en Ciudad Juárez, se les preguntó cuál consi-deraban el mejor y el peor centro de salud. La primera observación en cuanto a la clasificación del hospital que proporciona mejor atención médica sugiere que ninguno de los incluidos en la lista predomina sobre el resto. La brecha entre los hospitales con mayor puntaje es mínima. 2 de cada 10 mujeres señalan que el centro de salud que se considera como el que presta mejor servicio médico es el Hospital General. En segundo lugar se ubica el IMSS, al concentrar un 17.6% de las respuestas y en tercer lugar se sitúan otros hospitales privados (ver Gráfica 2).

Respecto de la percepción del hospital considerado como el peor prestador del servicio de salud, a diferencia de lo ocurrido en las respuestas para mejor hospital, las opiniones muestran un compor-tamiento determinante. Las mujeres encuestadas coinciden en que el peor centro de salud en Ciudad Juárez, con un 53.6% , es el Ins-tituto Mexicano del Seguro Social. En segundo lugar se ubica el

Fuente: Elaboración propia (Pregunta 8.3.). Donde: Hosp-Gral= Hospital General; IMSS= Instituto Mexicano del Seguro Social; PCE= Pensiones Civiles del Estado; CME= Centro Médico de Especialidades, ISSSTE= Instituto de Seguridad y Servi-cios Sociales para Trabajadores del Estado; NS y NE= no sabe y no especificado.

Gráfica 2. Mejor Hospital en Ciudad Juárez según la opinión de las mujeres, 2006

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eres ISSSTE, con un 11.2% y en tercer lugar el Hospital General (8.0%)

(ver Gráfica 3).

Ante la vasta información que procede conocer sobre la dimen-sión salud asociada con los servicios de los hospitales y la situación de las mujeres, en este estudio se optó por concentrar dicho vacío de informático en función de solicitar a las encuestadas que evaluaran la calidad de la atención médica y las circunstancias de la salud pública manifiestas en Ciudad Juárez considerando una escala finita de valo-res. Los resultados obtenidos sugieren lo siguiente:

c) Evaluación de la calidad de la atención médica y de la salud pública. La calidad de la atención médica versus la salud pública en Ciudad Juárez. Considerando una escala de 0 a 10, donde 0 significa un va-lor totalmente insatisfactorio y 10 significa una evaluación totalmen-te satisfactoria sucede que, de manera predominante, las valoraciones proporcionadas por las mujeres a la atención médica son 5.0, 7.0 u

Fuente: Elaboración Propia (Pregunta 8.3.). Donde: Hosp-Gral= Hospital General; IMSS= Instituto Mexicano del Seguro Social; PCE= Pensiones Civiles del Estado; CME= Centro Médico de Especialidades, Hosp-Mujer= Hospital de la Mujer; ISSSTE= Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para Trabajadores del Estado; NS y NE= no sabe y no especificado.

Gráfica 3. Peor Hospital en Ciudad Juárez según la Opinión de las Mujeres, 2006

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ez8.0 puntos. En conjunto, estas respuestas representan casi el 75% del total. En promedio, el valor general asignado a la atención médica es 6.4 puntos. Esto significa que la atención médica proporcionada a las mujeres en Ciudad Juárez es apenas aceptable, ya que dista mucho, de acuerdo con la escala convenida, de ser satisfactoria (ver Gráfica 4).

En cuanto a la calidad de la salud pública en Ciudad Juárez, suce-de que la tendencia de la evaluación se inclina hacia presentar peores condiciones respecto a la atención médica. Las respuestas sugieren que aun cuando el 6.5% de las mujeres encuestadas percibe un nivel total-mente satisfactorio en la calidad del servicio de sanidad pública local, la opinión mayoritaria reprueba las condiciones existentes. El valor promedio asignado a la calidad de la salud pública en Ciudad Juárez equivale a 5.7 puntos (ver Gráfica 5). Tal dato significa que el nivel de salud pública percibido por las mujeres que residen en Ciudad Juárez está “reprobado” al alejarse bastante del nivel totalmente satisfactorio. Por ello, las acciones que han de realizarse en materia de salud pública en Ciudad Juárez exigen mejorar las condiciones existentes.

Gráfica 4. Evaluación de la calidad de la atención médica en Ciudad Juárez, 2006

Fuente: Elaboración propia (Pregunta 8.5.).

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eres

Abreviando, la descripción anterior permite reflexionar que en el caso de la dimensión salud, las mujeres de Ciudad Juárez no están inmersas en un ambiente que privilegia la equidad de género. El desa-rrollo humano en esta dimensión ha de connotarse como un proceso no neutro y discriminatorio que evidencia situaciones de dependencia y de exclusión perniciosas para las mujeres. En consecuencia, el logro de la equidad de género en el ámbito de la salud en Ciudad Juárez exige definir las acciones y estrategias adecuadas para observar e inci-dir favorablemente y de manera integral en los aspectos asociados con aquellos elementos que favorezcan la esperanza de vida, el acceso a la salud y las condiciones de bienestar de todas las mujeres. Sobra decir que la mejora en la condición de derechohabiencia de las mujeres y en la prestación del servicio médico y de las condiciones de salud pública se reproducirá no sólo a nivel individual o como colectivo, sino sus alcances cobijarán a las familias correspondientes.

II. Dimensión educación: aspectos del desarrollo humano que benefician la condición de género. La dimensión educación es uno de los índices del desarrollo humano que permite evaluar los avances de una localidad y sus habitantes re-

Fuente: Elaboración propia (Pregunta 8.6.).

Gráfica 5. Evaluación de la calidad de la salud pública en Ciudad Juárez, 2006

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ezferenciando no única o exclusivamente la cantidad de personas, hom-bres o mujeres, niños o niñas, que son alfabetas o analfabetas, sino que admite dar cuenta de las fortalezas con que cuenta cada persona para cuidar su salud, mejorar su nivel de ingresos, favorecer su situación familiar, incidir en su estatus laboral, exigir un entorno local con cali-dad, etcétera. Las mejoras en el ámbito educativo formal, informal y no formal resultan vitales al representar una herramienta accesible y poderosa para las mujeres en particular en tanto favorece monitorear el cumplimiento de sus expectativas en dos planos: el personal y el colectivo. En este caso, la lectura general que nutre el análisis de la dimensión educación en Juárez para el caso de las mujeres atiende tres aspectos: condición de alfabetización, área y grado de estudio, y el nivel de satisfacción o expectativas propias respecto a estudios.

a) Estructura de las mujeres por condición de alfabetización. Del grupo total de mujeres entrevistadas se tiene que un 2.4% de ellas respondió no saber leer ni escribir. Es decir, dada esta característica se les catego-riza como mujeres analfabetas (ver Gráfica 6). Esta evidencia resulta sorprendente para el caso Ciudad Juárez, ya que ocurre que todavía en el siglo XXI el acceso de las mujeres a la educación no es total. La condición de analfabeta afecta de manera automática el desarro-llo humano de cualquier persona y representa un riesgo que se debe atender inmediatamente, porque no saber leer implica, por ejemplo, que una persona se suministre un medicamento de manera equivocada poniendo en riesgo su salud o que sea víctima de “fraudes” al realizar la compra de cualquier mercancía o servicio. En este plano, analfabeta es sinónimo de persona vulnerable.

b) Estructura por mujeres que estudian y área de estudio. De acuerdo con las mujeres que afirmaron (no) estudiar en la semana de referencia se tiene que el 83.2% aceptó no estar estudiando y el 16.8% restante señaló hacerlo. Entre los estudios que se están realizando se cuentan: enfermería, mecatrónica, administración, ingeniería industrial, clases de cocina, computación, medicina, ingeniería industrial y de sistemas, tai chi, preparatoria, universidad, bachillerato, el sistema de enseñanza

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eres Gráfica 6. Mujeres de Ciudad Juárez según condición de

alfabetización, 2006

Fuente: Elaboración Propia (Pregunta 2.4.).

abierta, entre otros (ver Gráfica 7). En particular, del total de mujeres que estudian (16.8%) secundaria, una carrera técnica o comercial, pre-paratoria, maestría o doctorado o alguna licenciatura (ver Gráfica 8).

De esta información vale resaltar dos asuntos importantes: 1) las mujeres estudiantes de Ciudad Juárez están insertándose, aunque con cifras modestas, en áreas de estudio que tradicionalmente se conside-raban “masculinas”, como son: ingenierías, mecatrónica, medicina o computación; y 2) las entrevistadas dan muestras de que cada vez es más reconocido que los conglomerados femeninos están esforzándose por aumentar su presencia en los centros escolares y conseguir la efi-ciencia terminal sobre todo en los niveles universitarios.11 A diferencia del pasado, los conglomerados femeninos están tomando conciencia de las ventajas que proporciona la acción de formarse y conseguir gra-dos de estudio superiores.

11 El INEGI reporta que el registro de población femenina de 18 y más años con ins-trucción superior por área de estudio para el 14 de febrero de 2000 era de 34.391 mujeres. Esto representa el 5.67% de la población femenina total (606.018=100). La distribución de esta población femenina por área de estudio señala que: 16.3% es del área de ingeniería y tecnología, 43.8% se ubica en áreas de las ciencias sociales y admi-nistrativas, un 12.2% se sitúa en áreas de la salud, 15.7% pertenece al área de educación y humanidades, 1.0% es del área agropecuaria, 0.6% se ubica en las ciencias naturales y exactas y el 10.4% restante es un dato no especificado. Ver Cuaderno Estadístico Muni-cipal 2003, Juárez.

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c) Estructura por mujeres según grado, nivel de satisfacción y expectativas de estudio. Las categorías de análisis que permiten situar el grado actual de estudios (in)completo que señalaron tener las mujeres cuestionadas en la semana de referencia son: ninguno, primaria, secundaria, carrera técnica o comercial, preparatoria, licenciatura (pregrado), maestría o doctorado (posgrado). De los resultados obtenidos cabe resaltar que

Fuente: Elaboración propia (Pregunta 2.5.).

Gráfica 7. Mujeres de Ciudad Juárez según estatus de (no) estudiante, 2006

Gráfica 8. Mujeres que estudian en Ciudad Juárez por grado actual de estudio, 2006

Fuente: Elaboración propia (pregunta 2.5.1).

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eres 3 de cada 10 indica contar con estudios de secundaria, 1 de cada 4

cuenta con estudios de preparatoria y únicamente un 4.0% no tiene ningún grado de estudios (ver Gráfica 9).

Este esquema ha sugerido adicionalmente dos asuntos comple-mentarios relevantes: determinar si las mujeres encuestadas se mues-tran satisfechas con su grado de estudios y conocer si este colectivo tiene interés o expectativas para continuar estudiando. El examen de respuestas respecto a la satisfacción de las mujeres con su grado de estudios señala que 6 de cada 10 indicó una respuesta negativa. O sea, casi 2/3 partes de las mujeres está insatisfecha con su grado de estudios. En cambio, 4 de cada 10 sí está satisfecha. En el caso de las mujeres con expectativas de estudiar sucede que mientras 8 de cada 10 mujeres está interesada en continuar estudiando casi un 20% opta por no interesarse en un proyecto o tarea de ese tipo por diversos factores (ver Gráfica 10).

Gráfica 9. Mujeres por grado aprobado o cursado de estudios, 2006

Fuente: Elaboración propia (pregunta 2.6.).

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En suma, las circunstancias de alfabetización o situación escolar de cada mujer están determinadas por el entorno que las circunscri-be. Sobre el particular, cabe destacar que tanto la interrupción en la trayectoria educativa como la continuidad de proyectos de formación dependen de varios factores. Entre estos se cuentan: la edad, estado conyugal, dedicación, nivel de ingresos, lugar de origen, responsabi-lidades familiares, presencia de dependientes, presencia de compro-misos laborales, cuidado y crianza de hijos(as), nietos(as), hijos(as) de otras madres; la calidad de la enseñanza, el horario escolar, etcétera. No obstante, los puntos importantes son el alto porcentaje de mujeres que se ha visto obligado a interrumpir sus estudios y el gran número de ellas que muestra interés en superarse académicamente. Por ende, queda pendiente en Ciudad Juárez definir políticas educativas que coadyuven en el logro de estos objetivos.

III. Dimensión ingreso: un aspecto clave que beneficia el desarrollo humano La dimensión renta o ingreso se relaciona directamente con el desa-rrollo humano como una medida de carácter objetivo que cuantifica

Gráfica 10. Mujeres según (in) satisfacción con grado y expectativas de estudio, 2006

Fuente: Elaboración propia (Pregunta 3.4.).

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eres y permite revisar indicadores vinculados no sólo con los ingresos sino

con otros rubros como nivel de ahorro, destino del gasto, equipamien-to de los hogares, etcétera. En suma, la revisión de estas variables per-mite determinar las posibilidades económicas de las mujeres y de sus familias para satisfacer necesidades personales y familiares.

El examen de las circunstancias de ingreso de las mujeres de Ciu-dad Juárez en el año 2006 propone tener como referencia el salario mí-nimo considerando dos asuntos: 1) que el Artículo 123, fracción sexta de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, estable-ce: “Los salarios mínimos que deberán disfrutar los trabajadores serán generales o profesionales… deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos” y 2) que en México existen tres áreas geográficas (A, B y C) en función de las cuales se establece el salario mínimo general (ver Tabla 3).12 Cabe destacar que durante el año 2006, el salario mínimo general promedio en la República Mexicana fue de 47.05 pesos diarios, y en el caso de Juárez tal cifra equivalía en octubre de ese año a 40.00 pesos diarios.

En síntesis, las consideraciones anteriores indican que el rango de salario mínimo que puede suponerse “aceptable” en el estudio de las circunstancias de ingreso de las mujeres de Ciudad Juárez, conforme a lo establecido por la Conasami a nivel nacional, es 38.07 (3.0 € por día) a 400.85 pesos diarios (31.63 € por día). Para ilustrar las circuns-tancias de ingreso de las mujeres y sus familias se parte de observar su dedicación/participación en el mercado laboral.

12 En México existen distintos indicadores salariales que son generados por la Conasami, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el INEGI, el Banco de México (Banxi-co), etcétera. Algunos indicadores son: salario base promedio de cotización al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), salario mínimo, salario contractual en empresas de jurisdicción federal, remuneraciones en la IME: salarios a obreros, salarios a técni-cos de producción, sueldos a empleos administrativos, prestaciones sociales, entre otros. Sin embargo, en este trabajo se omiten las diferencias entre cada indicador y se asumen como sinónimos: salario, remuneración, ingreso e ingreso disponible, dado que el inte-rés se centra en revisar la suma disponible de dinero que se destina al gasto y no en los conceptos de origen del ingreso. Para mayores detalles revisar Conasami, 2006 y DOF, 2006.

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Salario mínimo general

Cifras nomi-nales 2006

Equivalencia en dólares

EEUU a

Equivalencia en euros b

Salario mínimo general promedio en los Estados Unidos Mexicanos

del 1 de enero al 31 de diciem-bre 2006 (Total nacional)

47.05 pesos diarios

4.45 dólares diarios

3.29 euros diariosc

Salario mínimo general promedio en el Área geográfica “A” del 1 de

enero al 31 de diciembre 2006

48.67 pesos diarios

4.61 dólares diarios

3.84 euros diariosb

Salario que en promedio cotizaron los trabajadores permanentes registra-

dos en el IMSS (Septiembre 2006)

198.94 pesos diarios

18.85 dólares diarios

14.29 euros diarios d

Remuneración promedio percibida por el personal ocupado

en la industria manufacturera (julio 2006)

400.85 pesos diarios

37.99 dólares diarios

28.79 euros diarios b

Remuneración promedio que los establecimientos maquiladores pagaron

a sus trabajadores (julio 2006)

254.80 pesos diarios

24.15 dólares diarios

20.11 euros diarios b

Salario promedio de cotizaciónnominal total por entidad federativa

(octubre 2006)

198.13 pesos diarios

18.78 dóla- dóla-res diarios

14.23 euros diarios d

Salario promedio de cotización nominal por entidad federati-va Chihuahua (octubre 2006)

177.13 pesos diarios

16.78 dólares diarios

12.72 euros diarios d

Salario mínimo real en Ciudad Juárez en octubre 2005

39.62 pesos diarios

3.75 dólares diarios

2.84 euros diarios d

Salario mínimo real en Ciudad Juárez en octubre 2006 e

40.00 pesos diarios

3.79 dólares diarios

2.87 euros diarios d

Salario mínimo real nacional en octubre 2005

38.57 pesos diarios

3.65 dólares diarios

2.77 euros diarios d

Salario mínimo real nacional en octubre 2006f

38.07 pesos diarios

3.00 dólares diarios

2.73 euros diarios d

Ingreso disponible de un trabajador con salario mínimo en el Área geográfica “A” con prestaciones

mínimas de ley

1,868.59 pesos mensuales

177.07 dólares mensuales

147.48 euros mensuales b

Tabla 3. Consideraciones sobre el salario mínimo en Juárez para el año 2006

Donde: a Tipo de cambio al cierre de enero 2006. Cotización del peso mexicano se ubicó en 10.55 pesos por dólar. b Tipo de cambio en enero 2006. Cotización del peso mexicano se ubicó en 12.67 pesos por euro. c Tipo de cambio en diciembre 2006. Cotización del peso mexicano se ubicó en 14.26 pesos por euro. d Tipo de cambio en septiembre 2006. Cotización del peso mexicano se ubicó en 13.92 por euro. e Inflación en Ciudad Juárez octubre 2005-octubre 2006 (%) igual a 3.01. Crecimiento del salario mínimo real en Ciudad Juárez octubre 2005-octubre 2006 tuvo un incremento de 0.96 (+1%). f Inflación a nivel nacional octubre 2005-octubre 2006 (%) igual a 5.36. Crecimiento del salario mínimo real nacional octubre 2005-octubre 2006 sufrió un descenso de 1.29% (-1.29). Fuente: Elaboración propia con base en Informe noviembre 2006 de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.

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eres a) Estructura de las mujeres según dedicación (ocupación). Las categorías

formuladas para indicar la dedicación de la persona entrevistada en la semana de referencia son: estudiante, ama de casa, empleada de go-bierno federal, empleada de gobierno estatal o municipal, empleada en maquiladora, empleada en sector privado, dedicación a la compra y venta de artículos, propietaria de negocio y otro. Las respuestas ob-tenidas indican que 4 de cada 10 mujeres se reconocen como (44.8%) amas de casa y 1 de cada 10 se asume como persona económicamente inactiva cuyo estatus es estudiante (ver Gráfica 11).

b) Estructura por mujeres que indicaron trabajar a cambio de un sala-rio. De las entrevistadas en la semana de referencia más de la mi-tad (57.6%) no trabajaba a cambio de un salario y sólo 4 de cada 10 (42.4%) trabajaba a cambio de un salario. Estos datos de alguna ma-nera confirman que la ocupación principal de las mujeres es ser amas de casa o estudiantes, lo que significa que son personas dependientes de otra(s) persona(s) (ver Gráfica 12).

Fuente: Elaboración propia (Pregunta 2.7.).

Gráfica 11. Estructura de las mujeres encuestadassegún su dedicación, 2006

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c) Estructura de las mujeres que (no) reciben ingresos y niveles de ingreso personal. En el caso de la pregunta que indica ¿Cuál es el ingreso se-manal en moneda nacional (pesos mexicanos nominales) que recibe usted? se tiene lo siguiente: 4 de cada 10 mujeres declara recibir ingre-sos y de ese porcentaje 8.0% era la única fuente de ingresos de su hogar por lo que asumían el rol de jefas de familia de manera exclusiva y en sentido estricto en la semana de referencia (ver Tabla 4). Al conside-rar únicamente el grupo de mujeres que recibe ingresos (cuyas edades van de los 17 a los 65 años) se tiene que el rango de ingreso personal nominal semanal mínimo es 200.00 (15.8€) y máximo 4,500.00 pesos (355.2€). En promedio, el ingreso de las mujeres equivale a 1,405.00 pesos por semana (110.9€).

La comparación de los límites inferior y superior indica que existen mujeres cuyo ingreso personal semanal llega a ser hasta 22.5 veces más respecto a otras. Esto sugiere que las mujeres están recibiendo como mínimo salario por semana el equivalente al salario promedio diario que cotizaron los trabajadores permanentes registrados en el IMSS en septiembre 2006 (198.94 versus 200.00 pesos)13 y como monto máxi-

13 O bien a la mitad de la remuneración promedio percibida por el personal ocupado en la industria manufacturera en julio 2006. Igualmente esta suma es casi igual al salario

Gráfica 12. Mujeres de Ciudad Juárez que trabajan a cambio de salario, 2006

Fuente: Elaboración propia (Pregunta 5.5.).

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Valor Edad (Años)

Ingreso personal

promedio (Pesos)

Ingreso promedio personal

por día=Y/7 (Pesos)

Ingreso promedio personal por hora

(Y/40 horas) (Pesos)

Ingreso promedio

personal por hora (Y/30,4

horas) (Pesos)

Hora pagada a =

Y/7días/8hrs. (Pesos)

Mínimo>0 17 200.0 28.6 5.0 6.5 3.6 pesosMáximo 65 4500.0 642.9 112.5 146.6 80.4 pesos

PROMEDIO 37.3 1405.0 200.7 35.1 45.8 25.1 pesos

Valor Edad (Años)

Ingreso personal promedio (Euros)

(12.67x1)

Ingreso promedio

perso-nal por día=Y/7 (Euros)

Ingreso promedio personal por hora

(Y/40 ho-ras) (Euros)

Ingreso promedio personal por hora

(Y/30.4 ho-ras) (Euros)

Hora pagada a

= Y/7días/8hrs.

(Euros)

Mínimo>0 17 15.8 2.3 0.4 0.5 0.30 céntimos

Máximo 65 355.2 50.7 8.9 11.6 6.3 eurosPromedio 37.3 110.9 15.8 2.8 3.6 2.0 euros

Fuente: Elaboración propia

Tabla 4. Ingreso personal promedio por jornada, por día y por hora de las mujeres en Juárez, 2006

mo semanal están percibiendo 2.4 veces el ingreso disponible men-sual de un trabajador con salario mínimo en el área geográfica “A” con prestaciones mínimas de la ley (4,500.00 versus 1,868.59 pesos nomi-nales). La conversión de tales sumas a ingreso promedio por día indi-ca que las mujeres entrevistadas reciben entre 28.6 hasta 642.9 pesos nominales, o sea, de 2.3€ a 50.7€ diarios. El ingreso promedio por día equivale en estos términos a 200.7 pesos mexicanos nominales (15.8€) por día. Esta representación pone al descubierto tres características: 1) el ingreso promedio mínimo diario de las mujeres equivale a 0.58 veces el salario mínimo general promedio diario del área geográfica “A” en el año 2006 (28.6 versus 48.67), 2) el ingreso promedio máximo por día de las mujeres equivale a 1.60 veces la remuneración promedio diaria percibida por el personal ocupado en la industria manufacturera en julio 2006 (642.9 versus 400.85), y 3) el ingreso promedio por día

promedio de cotización nominal observado para Chihuahua en octubre 2006.

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ezque reciben las mujeres representa 0.78 veces la remuneración pro-medio que los establecimientos maquiladores pagaron por día a sus trabajadores en julio 2006 (200.7 versus 254.80). En resumen, el rango de ingresos de las mujeres se aleja del nivel considerado “aceptable” y sucede que como colectivo también enfrentan brechas en sus niveles de ingreso. Esto último sugiere que para un salario mínimo general establecido de 48.67 pesos, las mujeres que cubren jornadas diurnas (8 horas máximo) han de recibir 6.00 pesos nominales por hora de traba-jo. En el caso de las mujeres que cubren jornadas nocturnas (7 horas) el pago debe ser de 6.95 la hora y para una jornada mixta (7.5 horas) el salario mínimo por hora ha de equivaler a 6.49 pesos nominales.

La información desagregada por grupos de edad confirma lo ante-rior. El ingreso promedio diario de las mujeres equivale a 3.5 veces la remuneración promedio diaria percibida por el personal ocupado en la industria manufacturera en 2006 pero también corresponde al 75% del ingreso disponible de un trabajador con salario mínimo en el área geográfica “A”. La representación de este indicador por grupos de edad sugiere que las mujeres más jóvenes reciben el ingreso nominal pro-medio más bajo y las mujeres de edad más avanzada tienden a acceder a ingresos más altos. Sin embargo, conviene enfatizar que la relación a mayor edad mayor ingreso no se cumple estrictamente así.

d) Ingresos familiares por hogar. El rango de ingresos familiares declara-dos por las mujeres encuestadas plantea que la percepción mínima por semana recabada en términos nominales en los hogares es de 400.00 (31.57€) y el monto máximo es 8,000.00 (631.4€). Esto significa que algunos hogares llegan a recibir hasta 20 veces más por semana en comparación con los que reciben menos. En promedio, los hogares percibían en septiembre de 2006 2,512.00 pesos (198.29€) por sema-na. En particular sucede que casi el 48% recibe entre 801.00 y 2,000.00 pesos por semana. La minoría (9%), en cambio, recibía entre 400.00 y 800.00 (ver Tabla 5). Esto significa que lo común es que en los hogares se destinen esfuerzos considerables para percibir semanalmente más de 800.00, cifra que en algunos casos se convierte en 8,000.00. O sea, mientras que en unos se percibe un ingreso familiar equivalente a 1.99

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eres veces la remuneración promedio percibida por el personal ocupado en

la industria manufacturera en julio 2006, en los hogares de mayores ingresos se llega a recaudar hasta 19.9 veces dicha remuneración en el mismo periodo.

Ingresos por hogar necesarios. Un indicador adicional representa-tivo de los ingresos por hogar consiste en detectar si a las mujeres encuestadas les parece suficiente el monto percibido semanalmente para satisfacer sus necesidades personales y las de sus familias. Los resultados obtenidos indican que 6 de cada 10 mujeres refieren estar satisfechas con el monto percibido al poder cubrirse las necesidades del hogar. Resulta preocupante que 4 de cada 10 perciben que el nivel de ingreso familiar es insuficiente (ver Tabla 6). Ante esta situación, se convino preguntar a este grupo de mujeres cuál consideraban la suma de dinero adecuada para poder cubrir sus necesidades por semana. Las

Ingreso semanal nominal por hogar Porcentaje Ingreso nominal sema-

nal promedio por hogarEquivalencia

en euros

400-800 9.0 592.5 46.8801-1200 13.5 1053.3 83.11201-1600 16.2 1475.0 116.41601-2000 18.0 1941.7 153.22001-2400 0.9 2216.7 175.02401-2800 8.1 2622.2 207.02801-3200 11.7 3015.4 238.03201-3600 4.5 3460.0 273.13601-4000 7.2 4000.0 315.74001-8000 10.8 5783.3 456.5Ingreso mínimo por hogar $400.0 $31.57Ingreso máximo por hogar $8,000 $631.41

Ingreso promedio por hogar $2,512 $198.29Donde: El parámetro de partida para definir los rangos de ingreso fue el monto equivalente a la remuneración promedio percibida por el personal ocupado en la industria manufacturera en julio 2006. Dicho monto es equivalente a 400.85 pesos diarios, según la Conasami, 2006. Fuente: Ela-boración propia (Pregunta 4.7.2.).

Tabla 5. Ingreso nominal semanal por hogar de las mujeres en Juárez, 2006

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ezrespuestas obtenidas sugieren que la mayoría (66.4%) no supo indicar el monto mínimo necesario para afrontar los gastos semanales en sus hogares. En el caso del grupo restante (33.6%), la moda14 es 2,000 pesos por semana.

Es evidente que las mujeres y sus familias enfrentan diferentes ne-cesidades y deudas por pagar. Tan cierto es este planteamiento que el ingreso semanal requerido por hogares con las deudas más apremian-tes llega a ser de 20,000.00 pesos. En resumen, el ingreso semanal promedio requerido en los hogares equivale a casi 2,800.00 pesos. En definitiva, los rasgos que definen la situación de las mujeres de Juárez respecto a la dimensión ingresos indican que el medio principal que proporciona solvencia económica y estabilidad en el nivel de vida de las familias es el acceso al empleo. Los desajustes experimentados en el ámbito privado y público han obligado a las mujeres no sólo a idear mecanismos para acceder a salarios que permitan disfrutar de niveles de ingreso y de vida satisfactorios, sino también a enfrentar situacio-nes de exclusión y marginación social. Por consiguiente, la equidad de género constituye un asunto de primer orden en el análisis económico para conseguir que la definición de nuevas políticas de intervención pública en materia salarial esté acorde con las nuevas estructuras y necesidades de las mujeres y sus familias. De este modo, la sentencia de que los salarios mínimos que deben disfrutar los trabajadores han de ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe o jefa de familia y las de sus hijos e hijas debe cumplirse cabalmente en el menor plazo posible.

14 Se refiere a la medida de tendencia central que indica la categoría que se presenta con mayor frecuencia.

Ingreso por hogar es suficiente PorcentajeNo 40.8Sí 59.2

Tabla 6. Ingreso semanal necesario por hogar, 2006.

Fuente: Elaboración propia (Pregunta 4.8.1.).

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eres Conclusiones

El desarrollo humano no es un asunto neutral respecto al género. A pesar de los múltiples intentos realizados a nivel mundial en materia de desarrollo humano para garantizar los recursos que permitan a las personas fortalecer sus capacidades, oportunidades y niveles de ingre-so, en el caso de Ciudad Juárez, todavía en el siglo XXI persisten serios rezagos, los cuales se deben básicamente a las desigualdades —estruc-turales— que ocasionan brechas en diferentes dimensiones. Por ejem-plo, en el caso de la dimensión salud sucede que las mujeres de Ciudad Juárez no están inmersas en un ambiente que privilegia la equidad de género y las vuelve dependientes.

El desarrollo humano en la dimensión salud e ingreso ha de conno-tarse como un proceso no neutro y discriminatorio que evidencia situa-ciones de dependencia y de exclusión perniciosas para las mujeres. En consecuencia, el logro de la equidad de género en el ámbito de la salud y de ingreso en Ciudad Juárez exige definir las acciones y estrategias adecuadas para observar e incidir favorablemente sobre los colectivos femeninos y sus familias. De ocurrir que no se superen las desigualda-des en las dimensiones básicas del desarrollo humano supone esperar que las mujeres, de manera particular, continúen ubicándose en cir-cunstancias de desventaja en materia de progreso. En este escenario, el argumento adecuado que marca la pauta para confirmar este hecho es favorecer el acopio de datos. En síntesis, los datos constituyen un ins-trumento valioso que permite constatar las circunstancias de hombres y mujeres en distintos ámbitos que persuaden para reconocer que sus “estatus” heredados y/o vigentes impactan el bienestar de las familias y las sociedades. Así, aun cuando los planteamientos y resultados pro-porcionados por una encuesta focalizada en Juárez se advierten limi-tados, es preciso señalar que el análisis del desarrollo humano desde la perspectiva de género debe reconocerse valioso en tanto que permite: a) complementar la teorización del concepto del desarrollo humano desde la perspectiva de género, b) observar las dificultades metodoló-gicas y dificultades en la disciplina económica, c) generar información de índole económica de modo que facilite delinear las circunstancias

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ezde desarrollo humano y género que caracterizan a las mujeres acordes a un tiempo y lugar, y d) contribuir a las reflexiones académicas y de investigación de tal manera que sea posible incidir y dar continuidad al diseño y la implementación de políticas públicas desde una perspec-tiva económica y de género.

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In this paper we analyze, in general, changes that generated the project industry in Juarez City. First observe its effect on urban sprawl, the provision of services, etc., its impact on the environment and living conditions of the Juarez population. We propose also to locate the

main problems caused by the development of the industry, particularly with regard to toxic and nuclear wastes, as well as point the trend of

urban economic project that it has imposed on our city, to conclude a brief presentation of the popular reactions and proposals to the problem. It also exposes the problems of contamination resulting from other activities not related to the industry

Social research, publications, academic journals

Development challenge: organic farming as a part of a mitigation strategy for the rural

poverty in México

Organic farming has developed as an economic sector in a continuous growth. Its high respect for the environment and for the healthy eating habits have achieved that consumers would be interested in organic food. However, the organic farming possibilities in the promotion of social an economical justice have been wasted very often. Therefore it will be very interesting to study the evolution and the consequences that organic farming have obtained in a country like Mexico, where the sector is under the control of small and low-income producers. In this research work we will analyze the opportunities and challenges of Mexican organic farming in the promotion of rural development, sustainable from an economical, social, and environmental perspective.

Key words:

organic farming, rural poverty, certification systems, sustainability, Mexico

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Fecha de recepción: 17 de octubre de 2009 Fecha de aceptación: 12 de febrero de 2010

Sofía Boza Martínez1

La agricultura orgánica se ha revelado como un sector de actividad en continuo crecimiento. Su mayor consideración tanto del medioambien-te como de la salubridad alimenticia, en comparación con la agricultura convencional, ha conseguido que la alimentación orgánica sea atractiva

para los consumidores. No obstante, el potencial de la agricultura orgánica en el fomento de la justi-cia social y económica ha sido desperdiciado habi-

tualmente. Es por ello que resulta interesante revisar la evolución y con-secuencias que la agricultura orgánica ha tenido en un país como México, donde el sector está conformado casi exclusivamente por pequeños pro-ductores de bajos ingresos. En el presente trabajo llevaremos a cabo un análisis de los retos y oportunidades de la producción orgánica mexicana en el impulso de un desarrollo rural sostenible desde una perspectiva eco-nómica, social y medioambiental.

Agricultura orgánica, pobreza rural, sistemas de certificación, sostenibilidad, México

Palabras clave:

1 Nacionalidad: Española. Departamento de Estructura Económica y Economía del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Madrid. Máster en Desarrollo Económico y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Madrid. Doc-torando en Economía en el Departamento de Estructura Económica y Econo-mía del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Madrid. Área de especiali-zación: Economía agraria y desarrollo sostenible. [email protected]

wwwwwDesafío del desarrollo: la agricultura orgánica

como parte de una estrategia de mitigación de la pobreza

rural en México

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éxico I. Introducción

El sector de la agricultura orgánica ha experimentado un progreso asombroso en México en los últimos años. De las poco más de 20,000 hectáreas orgánicas cultivadas en el país a mediados de los noventa, se ha pasado a aproximadamente 400,000 en el año 2008. El número de agricultores orgánicos se ha multiplicado casi por diez en el mismo periodo, situándose dicha cifra actualmente en cerca de los 130,000 productores.

Como podemos deducir a partir de los resultados que acabamos de exponer, el tamaño medio de las explotaciones gestionadas por cada productor orgánico mexicano es muy reducido. Los pequeños agri-cultores pertenecientes a los estados del país donde la pobreza rural representa una lacra más grave, se han erigido como los protagonistas del fructífero desarrollo del sector de la producción orgánica en Méxi-co. El logro de vínculos de cooperación en el sector ha sido inherente a dicho proceso.

El objetivo del presente artículo es llevar a cabo un análisis, previa contextualización conceptual general, del estatus actual de la produc-ción orgánica en México. Con ello trataremos de poner en relieve el ajuste del funcionamiento de dicho sector en el país en la mitigación de la pobreza rural y la degradación ambiental a través de su aporte al logro de un desarrollo sostenible integral.

II. Marco conceptual de la agricultura orgánicaA. Definiciones de agricultura orgánicaLa óptica desde la cual se enfoque la noción de agricultura orgánica se trasluce claramente a la hora de generar propuestas para la organi-zación, fomento y/o normalización conjunta o parcial del sector. Más allá de la multiplicidad de escuelas que han ido enriqueciendo el mar-co conceptual en el que la agricultura orgánica se encuadra, podemos decir en términos generales que tenemos dos enfoques principales de la misma: el nacido en las sociedades occidentales, motivado por un objetivo de mejora de salud y medio ambiente, donde este tipo de agricultura recibe la denominación de agricultura orgánica o biológica, y aquel que surge para atajar adicionalmente problemas socioeconó-

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tínezmicos inherentes a las regiones rurales en desarrollo, el relativo a la

agroecología (Guzmán Casado et. al., 2000:63).Dentro de la primera de las visiones expuestas podríamos situar

la definición de la agricultura orgánica que recoge Nicolas Lampkin en su libro Organic farming, la cual se encuentra en sintonía con las legislaciones pioneras concernientes al sector que entraron en vigor durante los años noventa. En concreto, la definición postula:

La agricultura orgánica es un sistema que trata de evitar el uso directo o rutinario de los productos químicos muy solubles1 y todo tipo de biocidas,2 sean o no de origen na-tural o imitación de los naturales. En el caso de hacerse necesario el uso de dichos materiales o sustancias, se uti-lizan los que tengan un menor impacto ambiental a todos los niveles (Lampkin, 1998: 3).

La definición de Lampkin hace referencia exclusivamente a la capacidad de fomentar un mayor respeto medioambiental que tiene la agricultura orgánica por sobre la convencional. No obstante, mu-chos autores, los cuales entienden la sostenibilidad como un concepto multidimensional (ambiental, económico y social), han desarrollado conceptualizaciones de la agricultura orgánica en consonancia más complejas. Ejemplo de ello es la construida por la Federación Inter-nacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM), una de las organizaciones más respetadas del sector, en su Asamblea General de 2005 en Adelaida (Australia) en la cual se destaca que: “la agricul-tura orgánica combina tradición, innovación y ciencia para beneficiar el medioambiente común y promover relaciones justas y una buena calidad de vida para todos aquellos a los que envuelve”.

Asimismo, la agroecología considera también importante llevar a la práctica el potencial multidimensional de la producción orgánica.

1 Por solubilidad se entiende la facilidad con la que se pueden mezclar de forma homo-génea las moléculas o iones de un sólido, un líquido o un gas, en el seno de otro líquido (Real Academia Española, 2001).

2 Un biocida es cualquier sustancia activa apta para destruir, anular o controlar organis-mos vivos.

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éxico No obstante, su visión de la actividad agraria relativa al entorno en

el que ésta se encuadra es íntegramente holística. Se entiende que las tierras agrícolas configuran un ecosistema (agroecosistema) en el cual no sólo influyen relaciones de tipo biológico o ambiental, sino tam-bién condicionantes sociales y económicas. Por tanto, el desarrollo del entorno rural debe basarse en esta perspectiva, en la puesta en valor de los recursos locales en lugar de en su sustitución. El empoderamiento de los miembros de la comunidad rural, instrumentalizado a través de la participación, es clave en el funcionamiento de un modelo agroeco-lógico.

Se entiende pues, considerando los diferentes enfoques concep-tuales analizados, que la variedad de motivaciones que acercan a los productores a la práctica de la agricultura orgánica sea, asimismo dispareja. Podríamos decir a este respecto que existen esencialmente dos tipos de agricultura orgánica: aquella cuya práctica está obligada a la obtención de resultados económicos positivos, y la que se sostie-ne principalmente sobre algún tipo de motivación ideológica (Guet, 1994 citado en Armesto López, 2007: 162). A medida que aumenta la cantidad de ingresos que genera el sector anualmente es lógico esperar que la agricultura orgánica orientada a la rentabilidad se haga cada vez más presente. A su vez, las características de las actuaciones de las instituciones públicas, así como de los organismos de ayuda, dentro de proyectos de fomento del sector orgánico se encuentran también muy afectadas por el enfoque del mismo que consideren. De este modo la estrategia global dirigida al sector puede estar tanto orientada a la pro-moción de los productos orgánicos nacionales en el mercado exterior, como al incentivo de los canales cortos de comercialización y/o a la preservación de los valores de las comunidades rurales.

B. El papel de la agricultura orgánica en la mitigación de la pobreza rural y la degradación ambientalSegún cifras del Banco Mundial correspondientes al año 2005, más de 1,300 millones de personas viven por debajo de la línea de la po-breza, estimada ésta como una renta per cápita diaria de 1.25 dólares (internacionales en PPA). La mayor parte de estas personas habita en

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tínezel Sudeste de Asia y en el África Subsahariana. Asimismo, los datos

del Banco Mundial evidencian que en las zonas rurales la incidencia porcentual de la pobreza extrema es superior que en los entornos ur-banos.

La pobreza rural afecta, por tanto, a cientos de millones de campe-sinos de todo el mundo. En algunos países esta situación es tan grave que puede conllevar costes sociales y medioambientales para el con-junto de toda la sociedad, así como la inseguridad alimentaria puede generar inestabilidad política (De Grandi, 1996:30).

La actividad agraria (tradicionalmente la principal generadora de ingresos rurales) obtiene su producción directamente del contacto con la naturaleza. Es por ello que la relación entre mundo rural y medioambiente resulta tan obvia. La ampliación de la frontera de producción agrícola puede obtenerse de dos maneras: 1) mediante la extensión de la superficie utilizada y/o 2) a través de la obtención de mayores niveles de productividad por hectárea trabajada. En el primero de los casos la generación de superficie agraria suele ir en desmedro de la cantidad de hectáreas forestales. En el segundo caso el uso de insumos químicos, la mayor mecanización del trabajo agra-rio y/o la intensificación del riego han sido los métodos utilizados con mayor frecuencia. El desgaste medioambiental derivado de estas actuaciones es evidente.

A este respecto, en los países en desarrollo se dio durante los años noventa un proceso de expansión de las tierras agrarias cuya produc-ción es destinada a la exportación. El seguimiento de los Programas de Ajuste Estructural (PAE), y sobre todo la liberalización del comercio, aceleraron dicho proceso. Asimismo, los gobiernos de estos países in-tervinieron dando importantes incentivos a los campesinos que expor-taban sus cultivos, lo que fue dejando a un lado la agricultura destinada a la alimentación y al comercio doméstico (Madeley, 2005:40).

Podemos pensar en un primer momento que la apertura comercial de la producción agraria es positiva para la mejora de los ingresos de los productores, no obstante, esto no ha sido así en muchas ocasiones. La cadena de producción y distribución agroalimentaria se ha ampliado, lo cual ha mermado el poder relativo de los agricultores en ella. Mu-

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éxico chos productores no reciben sino una pequeña parte del incremento

del valor de sus mercaderías cuando éstas son vendidas en el exterior. Asimismo, la mayor especialización en unos pocos cultivos para la

exportación hace a los agricultores muy vulnerables a los cambios en los precios internacionales de los mismos. Ejemplo de ello es lo su-cedido en América Latina a raíz del comienzo de la crisis económica global, momento en el cual la fuerte tendencia alcista de los precios de las materias primas alimentarias que se venía dando desde 2007 se revirtió. En 2008, las cosechas en las regiones del continente corres-pondientes al hemisferio sur se cultivaron con unos costes relativos a los insumos agrícolas elevados, pero con la expectativa de obtener a su vez importantes ingresos por los altos precios de venta de los produc-tos agrarios registrados. Sin embargo, las cosechas se recogieron tras el inicio de la crisis, lo cual llevó a los agricultores a una situación de costes de producción altos junto con bajos precios de venta (CEPAL, IICA & FAO, 2009:74).

La intensa especialización productiva agraria obstaculiza a su vez la consecución de la soberanía alimentaria, entendida ésta como el de-recho de una población a tener la capacidad de obtener los alimentos básicos para su mantenimiento en su propio territorio (Desmarais, 2007:56). No obstante, el derecho de los pequeños agricultores a pro-ducir sus alimentos se ve frustrado en muchos países por la orienta-ción de las normativas nacionales relativas a las políticas de comercio (Windurf & Jonse, 2006:65).

En la medida que la agricultura orgánica trate de disminuir la de-pendencia de los insumos que proceden de fuera de las propias fincas se entiende claramente las posibilidades que plantea su práctica para los defensores de la soberanía alimentaria de las comunidades rurales. Asimismo, la sustitución de insumos químicos por otros orgánicos y por la utilización de más mano de obra contribuye a disminuir los costes en la producción agraria. A esto se suma, en la obtención de una mejor rentabilidad, que los precios de los alimentos orgánicos en el mercado suelen ser superiores a los de los convencionales. La práctica de la agricultura orgánica reduce a su vez los problemas de salud que provoca la manipulación de químicos industriales en los productores y

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tínezatenúa la degradación de los entornos naturales. Por último, la mayor

flexibilidad del manejo agrario orgánico con respecto al convencional facilita la mejor adaptación a las condiciones biofísicas del territorio (FIDA, 2003:13).

C. Características del comercio global de la producción orgánicaEl consumo de productos de agricultura orgánica se concentra a nivel mundial esencialmente en dos zonas: Estados Unidos y la Unión Eu-ropea. Según datos para el año 2007, el 97% de los ingresos globales por ventas de bebidas y alimentos orgánicos (45,000 millones de dó-lares aproximadamente) se generaron entre ambas regiones de manera conjunta (FiBL, IFOAM & SÖL, 2009). Es lógico, por tanto, que sean los mercados europeo y estadounidense los destinos prioritarios de las exportaciones de productos de agricultura orgánica procedentes de cualquier parte del mundo. Debido a las características especiales que revisten los intercambios comerciales para la producción orgánica esta desigual distribución de la demanda es especialmente significativa para la evolución del sector a nivel global.

A medida que los canales comerciales se hacen más extensos y complejos, la mayor parte de las características que motivan al consu-midor a comprar productos procedentes de la agricultura orgánica no pueden ser verificadas por él mismo “derechamente”. Por tanto, se ha entendido como necesaria la intervención de algún agente especiali-zado independiente (autoridad y/o organismo de control) que pueda garantizar la adecuación de los productos orgánicos a los atributos que de ellos se esperan. De manera simultánea, muchos países han oficia-lizado normativamente los estándares que debe cumplir la agricultura orgánica comercializada en sus mercados.

En la Unión Europea esta función reguladora de la agricultura or-gánica se instrumentalizó mediante la entrada en vigor del Reglamen-to (CEE) nº 2092/91, mientras que en Estados Unidos se estableció en 2002 el Programa Orgánico Nacional (National Organic Program, NOP) dependiente del Departamento de Agricultura (United States Department of Agriculture, USDA). En términos generales, estas le-gislaciones instauraban dos opciones para la importación de productos

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éxico de agricultura orgánica en sus mercados: 1) el reconocimiento de la

equivalencia de los estándares normativos relativos al sector del país de procedencia de la mercancía o 2) la conformidad con la valoración que un organismo de control confiable ha realizado de la mercancía en el origen.

La caracterización del proceso de importación de productos de agri-cultura orgánica a los principales mercados de demanda ha conllevado diversas consecuencias en las regiones eminentemente exportadoras. Por una parte, han proliferado las legislaciones nacionales relativas al sector, no obstante, su originalidad se ha visto limitada por el deseo de asimilación a aquellas de los principales mercados de demanda para así optar al reconocimiento de equivalencia.3 Asimismo, a fin de ob-tener la conformidad en la valoración de las mercaderías a exportar, los organismos de control a los que han acudido mayoritariamente los productores no son locales, sino que se trata de subdivisiones de aquellas entidades oriundas de los mercados de importación.

El hecho de que los agricultores orgánicos acudan a entidades de control extranjeras para certificar sus productos hace que este proceso se encarezca para ellos.4 Asimismo, la adaptación tanto de los están-dares normativos nacionales como de la ejecución del control a las características del territorio campesino local se minimiza. Las legisla-

3 “La regulación es vista como una herramienta para ayudar a los productores orgánicos [de los países en desarrollo] a acceder a los mercados de exportación a través de acuer-dos, pero la necesidad real no es tan obvia. En cualquier caso, no es una solución rápida (por ejemplo, Chile solicitó el reconocimiento de la UE en el año 2000 y aún sigue pen-diente) y consume muchos recursos. A menudo, el resultado de una legislación nacional es generar otra capa de complicaciones a los productores, quienes además de tener que atender a los requerimientos del mercado de exportación, ahora también tienen que cumplir con la regulación doméstica” (UNEP & UNCTAD, 2008: 22).

4 A finales de los años noventa una certificación proveniente de una entidad como IFOAM costaba como máximo el 5% del valor de las ventas, pero si existían organi-zaciones locales de certificación este coste se podía reducir a sólo el 2% del valor de las ventas (FAO, 1999). En este sentido, un estudio realizado en 2003 para el caso de Chile muestra que la certificadora local CCO exigía una remuneración a los productores de 187 dólares al día por inspección, mientras que una entidad extranjera como la argenti-na Argencert cobraba 450 dólares por inspector y día, y la suiza IMO 480 dólares (Briz, 2004:272).

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tínezciones de Estados Unidos y de la Unión Europea prescinden del po-

tencial de salvaguarda de la sostenibilidad socioeconómica que tiene la agricultura orgánica, concentrándose en la perspectiva agronómica y medioambiental. En consecuencia, tratar de asimilar estos criterios en realidades rurales mucho más desprotegidas que la europea o la esta-dounidense anula gran parte de los atributos que distinguen a la agri-cultura orgánica con respecto a la agricultura industrial convencional.

Esta realidad ha llevado a que diversas asociaciones del sector tra-ten de potenciar la investigación y puesta en marcha de alternativas al sistema de certificación oficial de productos de agricultura orgáni-ca. Estos sistemas no tratan de sustituir a la certificación establecida normativamente, sino complementarla cuando los canales comerciales son cortos, ahorrando costes y medrando en el proceso de aprendizaje que emana de la intervención en el movimiento orgánico.

Los Sistemas Participativos de Garantía (SPG) son un caso especí-fico dentro de un marco de certificación participativa en red. Esta úl-tima se centra en la implicación de todos los agentes relacionados con la producción, comercialización y consumo de los alimentos orgánicos en su proceso de verificación; por lo que la generación de confianza es muy importante. Los Sistemas Participativos de Garantía basan su control en una serie de normas y procedimientos establecidos. Puede darse el caso de que dichas normas técnicas se vinculen al cumplimien-to del reglamento con vigencia legal en el lugar donde se implanta el SPG, a los estándares sobre agricultura orgánica de algún organismo internacional, o sean definidas por y para el propio Sistema.

III. Estudio de caso: logros y oportunidades de la producción orgánica en el desarrollo rural en MéxicoA. Panorama de la pobreza rural en MéxicoSegún datos para el año 2008 correspondientes a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de México (ENIGH), más de 3.82 millones de hogares mexicanos no disponían de los ingresos ne-cesarios para adquirir una canasta alimentaria básica que cubriera las necesidades de sus miembros. El 62% de dichos hogares en situación de insuficiencia alimentaria (2.37 millones) está emplazado en el en-

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éxico torno rural. Si tomamos como referencia el total de hogares mexicanos

que en 2008, además de las necesidades básicas de alimentación, no podían satisfacer aquellas relativas a educación y salud, la cifra supera los 5.36 millones, de los cuales 2.95 millones de hogares pertenecían a entornos rurales. Asimismo, 4.84 millones de hogares rurales mexica-nos no tenían ingresos suficientes en 2008 para satisfacer sus necesida-des de alimentación, educación, salud, vestido, vivienda y transporte.

La pobreza incidiría, por tanto, proporcionalmente más en las co-munidades rurales mexicanas que en los entornos urbanos. Tratando de atenuar las graves situaciones de pobreza extrema que se dan en las zonas rurales más marginadas del país, se conformó en México la plataforma interinstitucional Programa Estratégico sobre Seguridad Alimentaria (PESA),5 en funcionamiento desde 2002 (CEPAL, IICA & FAO, 2009:85).

Por su parte, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se centró en la medición del Índice de Desarrollo Humano (IDH) a fin de estimar las diferencias en nivel de bienestar entre las distintas entidades federativas mexicanas. Chiapas y Oaxaca son, por ese orden, los dos estados con menor IDH en el país. Los valores de dicho indicador se identifican en México por una notable desigualdad interregional. Mientras que el Distrito Federal tenía en 2004 un IDH similar al de República Checa (puesto 30º mundial), Oaxaca tenía un IDH parejo al de El Salvador (101º mundial) y Chiapas al de Siria (107º mundial). Precisamente, tanto Oaxaca como Chiapas se carac-terizan por la acentuada participación que el sector agrario tiene en sus economías dentro del contexto mexicano, así como por disfrutar de una muy destacada riqueza cultural (derivada de una gran variedad étnica) y medioambiental dignas de conservación.

Es en entornos rurales especialmente frágiles, como aquellos pre-sentes en regiones de los estados de Oaxaca y Chiapas, donde una

5 Esta iniciativa, la cual cuenta con la colaboración de Naciones Unidas, comenzó su an-dadura con una primera fase experimental. Tras continuas ampliaciones de su cobertura territorial, actualmente se desarrolla en quince estados mexicanos. Para obtener una mayor información sobre los contenidos del PESA consultar el sitio de internet (http://www.sagarpa.gob.mx/v1/pesa/index.html).

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tínezagricultura orgánica enfocada a la obtención de un desarrollo equili-

brado y respetuoso con el territorio puede ser más útil en la resolución de situaciones de pobreza extrema e inseguridad alimentaria.

B. Disposición actual del sector de la agricultura orgánica mexica-no: superficie, comercialización, legislación y sistema de controlEl sector de la producción orgánica ha experimentado un importante progreso en México en los últimos años. Actualmente el país es el mayor productor de café orgánico a nivel mundial, con casi 240,000 hectáreas dedicadas a dicho cultivo en 2007, y uno de los principales productores de cacao orgánico a nivel latinoamericano. Precisamen-te dentro de la región México es el cuarto país con mayor superficie agrícola bajo manejo orgánico, con 393,461 hectáreas en 2007, lo que representa una participación del sector de casi el 3% en la superficie agrícola total mexicana (FiBL, IFOAM & SÖL, 2009).

Es relevante destacar que la mayor parte de las hectáreas de pro-ducción orgánica mexicanas se encuentran establecidas en la zona sur del país, precisamente aquella con un nivel de bienestar menor (medi-do en términos de IDH) y fuerte incidencia de la pobreza rural. Los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Veracruz acu-mularían aproximadamente el 80% de las tierras orgánicas mexicanas, según datos relativos al año 2008.

El principal destino comercial para las producciones orgánicas ob-tenidas en México ha sido la exportación a Estados Unidos y la Unión Europea. Los ingresos que genera el sector orgánico a través de estas ventas son considerables. Prueba de ello es que la tasa de crecimiento anual de las remesas por exportación de orgánicos ha sido del 28.8% en el periodo entre 1996 y 2008 (Gómez Cruz et al., 2009). No obs-tante, el mercado interno para este tipo de producción es aún muy in-cipiente. Como sucede en otros países latinoamericanos, las ventas de alimentos orgánicos certificados se restringen a algunas pocas tiendas especializadas en las áreas urbanas más pobladas y/o turísticas. El des-conocimiento de los atributos de los productos orgánicos, el sobrepre-cio que suelen llevar aparejado y las deficiencias en la distribución son

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éxico las causas más aludidas para explicar la escasez de demanda interna en

el sector.Recientemente, en febrero de 2006, fue aprobada en el Congreso

mexicano la Ley de Productos Orgánicos. Aún no se ha desarrolla-do oficialmente la reglamentación relativa a dicha normativa, lo cual merma en mucho su operatividad. No obstante, la Ley de Productos Orgánicos define las bases del sistema de control en el sector. Se esta-blece que será la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Ru-ral, Pesca y Alimentación (SAGARPA) la encargada de garantizar la adecuación legal de los productos denominados como orgánicos. Asi-mismo, la norma crea el Consejo Nacional de Producción Orgánica (CNPO) como entidad de consulta de SAGARPA, para representar las inquietudes y demandas de los agentes relacionados con el sector.

Además del establecimiento de SAGARPA como autoridad de control, la Ley de Productos Orgánicos mexicana permite que ope-ren en la verificación de la agricultura orgánica ciertas entidades de control siempre que: 1) hayan solicitado la aprobación de dicha acti-vidad a la Secretaría y 2) hayan sido acreditadas por una Entidad de Acreditación y/o demuestren acreditación bajo la norma ISO-656 (o equivalente). Actualmente, en México podemos encontrar operando numerosos organismos de control privados en el sector de la pro-ducción orgánica originariamente procedentes de Estados Unidos y Europa, como OCIA, Oregon Tilth, IMO Control, BCS Öko Ga-rantie, Demeter y Naturland. Dentro de las entidades nacionales en el mercado de la certificación orgánica, la Certificadora Mexicana de Productos y Procesos Ecológicos (CERTIMEX) es la que ha alcan-zado una mejor situación.7

6 Las siglas ISO corresponden a la Organización Internacional para la Estandarización, la cual se dedica al desarrollo de cuerpos normativos que orienten la mejora de la cali-dad de las empresas. La acreditación del cumplimiento de estas normas trata de actuar como estándar de dicha calidad frente a los clientes a nivel internacional. En la actua-lidad hay más de 150 países integrados en la red ISO.

7 La entidad CERTIMEX es el único organismo de certificación mexicano, y uno de los pocos de América Latina, que cuenta con la acreditación del USDA.

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tínezC. El rol de los pequeños agricultores en la producción orgánica

mexicanaUna de las características que más distingue a la agricultura orgánica mexicana es la relativa abundancia de explotaciones de tamaño muy reducido. Tanto es así que México es, según datos correspondientes a 2007, el cuarto país donde opera un mayor número de productores orgánicos en el mundo y el primero del continente americano.

Los pequeños productores orgánicos mexicanos componen un grupo conformado por campesinos (en muchos casos indígenas) de rentas bajas cuyas explotaciones tienen un tamaño medio de unas 2.25 hectáreas, los cuales actúan generalmente de manera conjunta a través de la constitución de cooperativas. No obstante, pese a repre-sentar estos agricultores casi el 99% del total de productores orgáni-cos del país, administran solamente el 85% de las tierras (y generan menos del 70% de ingresos en moneda extranjera). Esto se debe a que junto a ellos, en el sector orgánico se erige un reducido grupo de pro-ductores a gran escala, los cuales se conforman en empresas privadas que gestionan entre 100 y 2,000 hectáreas cada una (FiBL, IFOAM & SÖL, 2008:182).

La conversión a la agricultura orgánica fue un proceso relativa-mente sencillo a nivel técnico para muchos pequeños productores mexicanos. En el caso de los cultivadores de café de Chiapas, éstos ya seguían previamente a la adopción íntegra de la metodología orgánica un sistema de producción tradicional caracterizado por combinar un bajo uso de insumos químicos industriales con el trabajo de abundante mano de obra. La introducción de pequeños ajustes y nuevas prácticas conducentes a la obtención de la certificación orgánica logró aumentar en un 50% los rendimientos de estos productores en un periodo entre ocho y diez años (FIDA, 2003:14-15).

Asimismo, la comercialización de los productos de agricultura or-gánica por parte de los pequeños productores mexicanos ha recibido el apoyo decidido de diversas ONG, las cuales trataban de ampliar las posibilidades de subsistencia en los entornos rurales más deprimidos económicamente. La utilización de la certificación de comercio justo ha sido muy frecuente en este contexto. En consecuencia, actualmente

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éxico la oferta de los más de sesenta grupos de productores certificados de

comercio justo que hay en México está compuesta principalmente por bebidas y alimentos orgánicos como café, miel y frutas (Pruijn, 2008). La adición de la certificación de comercio justo facilita en muchos casos la obtención de un sobreprecio extra a los productos orgánicos.

Por su parte, el apoyo procedente del sector público tanto estatal como federal ha constituido un pilar en la conversión a la agricultura orgánica de muchos pequeños productores mexicanos. Un buen ejem-plo de este soporte lo constituye el programa Alianza para el Campo,8 cuyos objetivos específicos se orientan al logro de una mayor diversi-ficación y competitividad de las producciones rurales mexicanas.

D. Experiencias participativas en la agricultura orgánica de México: la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos Como ya señalamos con anterioridad, la casi exclusiva orientación de las producciones agrícolas de un país y/o región a la exportación genera una mayor vulnerabilidad de los agricultores a las constantes fluctuaciones de la demanda en los mercados internacionales. Los pe-queños productores se encuentran aún más desprotegidos ante dichas eventualidades, sobre todo en el caso de que sus ingresos estén vincu-lados a la obtención de una variedad muy escasa de mercancías. Esta inestabilidad se observa también, aunque atenuada, en el contexto de la agricultura orgánica, donde numerosos productores consideran pre-ciso el acercamiento de su oferta al mercado local para lograr una ma-yor autonomía y diversidad en relación a la misma.

En México, la búsqueda de un mayor acercamiento de la producción orgánica al consumidor doméstico encuentra su principal ejemplo en la labor de la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos. Di-cha entidad, la cual comenzó a operar en 2004, está conformada en la actualidad por 18 tianguis o mercados locales de productos orgánicos emplazados en nueve estados del país (Baja California Sur, Chiapas,

8 Esta iniciativa proporcionó un soporte económico mediante subsidios a la inversión, compra de insumos, asistencia técnica e investigación, a los productores orgánicos tanto de café en Chiapas como a aquellos de miel en Yucatán (FIDA, 2003: 47).

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tínezEstado de México, Jalisco, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Vera-

cruz) y el Distrito Federal. A pesar de la popularidad que ha alcanzado la Red, los mercados que la componen han tenido que hacer frente a numerosos retos como son: la escasez de recursos materiales y huma-nos, las dificultades en la organización de programas de capacitación y la falta de abastecimiento suficiente de productos orgánicos obtenidos en el entorno local (Gómez Cruz et. al., 2008:18).

No obstante, la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos ha participado también de numerosos logros a lo largo de sus años de funcionamiento. Uno de los más importantes es el desarrollo de Sistemas Participativos de Garantía para la certificación de las pro-ducciones de los agricultores miembros de sus mercados. Además, la Red ha ejercido una determinante influencia para que la promoción de la certificación orgánica participativa en la agricultura familiar y/o en las organizaciones de pequeños productores esté considerada en el Artículo 24 de la Ley de Productos Orgánicos de febrero de 2006. Di-cho reconocimiento normativo se ha mostrado en otras experiencias similares a la de los SPG de la Red Mexicana de Tianguis y Merca-dos Orgánicos como decisivo para asegurar su prosperidad en el largo plazo.9

Debemos precisar que el fin último de la construcción de los Sis-temas Participativos de Garantía no debe ser la obtención de la cer-tificación para la producción orgánica, sino que resulta de gran valor para sus miembros la generación de confianza y el proceso pedagógico que surge a partir de la puesta en marcha de dichas iniciativas. La Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos, acorde con esta visión, se ha preocupado de incluir dentro de sus actuaciones visitas cruzadas entre agentes pertenecientes a los diferentes mercados y tianguis, re-uniones y eventos conjuntos, jornadas de formación y publicación de documentos que pudieran resultar útiles. A su vez, se intenta ampliar

9 La brasileña Red de Agroecología Ecovida, que desde finales de los noventa desarrolla el sistema de certificación alternativa más importante de América Latina, es el princi-pal ejemplo de la conveniencia de la cooperación del sector público para las agrupacio-nes de pequeños agricultores orgánicos.

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éxico la diversidad de actores locales relacionados con el sector de la produc-

ción orgánica que se impliquen en el funcionamiento de la Red y de su certificación participativa.

Asimismo, la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos promueve entre sus miembros además del cumplimiento de estánda-res relacionados con la protección medioambiental, la observancia de ciertos criterios adicionales orientados al logro de una sostenibilidad socioeconómica. Ejemplo de ello es el fomento de un papel activo de las mujeres dentro de la organización,10 para así combatir la discrimi-nación de género tan presente en los entornos rurales.

IV. ConclusionesEl análisis detallado de las cifras actuales relativas al sector de la agricul-tura orgánica mexicano lo identifican como una actividad generadora de ingresos para un importante número de productores, propietarios en su mayoría de pequeñas explotaciones. Asimismo, en consonancia con los datos manejados en el presente trabajo, podemos decir que tanto dichos productores como sus familias manifestaban un alto ries-go de encontrarse en situaciones de pobreza presentes o futuras.

La asociación entre agricultores orgánicos y su colaboración con otros agentes cercanos (ONG, instituciones públicas…) posibilitaron, principalmente en las etapas originarias del sector, la comercialización de los productos orgánicos mexicanos. Este hecho nos hace obtener dos conclusiones: 1) la cooperación entre los productores orgánicos en México ha obtenido la sinergia de sus capacidades y 2) la agricultura orgánica ha sido utilizada como herramienta de mejora del bienestar rural, especialmente en algunos de los estados con mayores índices de pobreza del país donde el sector se concentra.

No obstante, hemos visto a su vez que la orientación casi exclu-siva de la producción orgánica mexicana al mercado exterior puede ocasionar una peligrosa dependencia que aumenta la fragilidad del sector. La Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos ha tra-

10 Dicha afirmación es apoyada por el hecho de que casi las tres cuartas partes de los integrantes de la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos son mujeres.

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tíneztado de mitigar esta excesiva tendencia exportadora habiendo logrado

la consolidación de mercados orgánicos locales, beneficiosos ambien-talmente (por el ahorro de recursos que suponen) y en términos de generación de mayor estabilidad económica y cohesión comunitaria en los entornos donde se desarrollan. Asimismo, la Red ha promovido el empoderamiento de los pequeños agricultores que la componen, ya que su participación es esencial para garantizar el funcionamiento del proyecto.

Podemos decir finalmente que el vínculo entre la agricultura orgá-nica y la atenuación de la pobreza rural ha sido un estímulo clave en la evolución del sector en México. Es deseable que dicha conexión se mantenga, aun en la previsible futura ampliación del número de hec-táreas y operadores presentes en el mismo.

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The present essay tries to do a brief inventory of the discussions that have presented in some of the works published in the magazine Nóesis, particularly the related with development and urban planeation including the reflections on

environment and hous-ing. Likewise, it tries to present a balance with regard to the experiences developed in the last years on this topic in Ciu-

dad Juárez, where they have presented diverse events that have been defining the configura-tion and the growth of the locality.

Planeación urbana, desarrollo, Ciudad Juárez

Of “The Boundaries of Urban Planning” to the Definition of “Urban Management

Model in Ciudad Juárez” ... Towards Sustainable Development to the Domain of “no Places”?

BBBBBBB

Development balance. The territorialization of innovation in the

policies of the European UnionThe need to promote the r & d regions as an element of their own develop-ment and an essential part of the overall strategy of competitiveness in the EU, has been gaining ground in the design of common policies, especially in the more involved with the development and innovation. This article, on the basis of those needs that arise in the first section, discusses the evolution of both policies influencing their interrelations. So in the second heading reviews the changes in the direction of r & d policy to favour a greater terri-torialisation of its contents, while the third heading reflects changes in cohe-sion policy to give it a more innovative content. From these considerations, the fourth heading contains main conclusions showing the current state of innovation in EU regions and making some recommendations.

Innovation, development, territorialisation, European Union, cohesion

Key words:

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Fecha de recepción: 10 de febrero de 2010Fecha de aceptación: 24 de marzo de 2010

Balance del desarrollo. La territorialización

de la innovación en las políticas de la Unión Europea

Pablo Martín Urbano1

1 Profesor titular del Departamento de Estructura Económica y Economía del Desa-rrollo de la Universidad Autónoma de Madrid. Director del Máster en Tributación y Política Fiscal de la Universidad Autónoma de Madrid. Director general del Ob-servatorio latinoamericano de ordenación del territorio y sostenibilidad (Olaotys). [email protected]. Nacionalidad: Española.

La necesidad de fomentar la I+D en las regiones como un elemento de su propio desarrollo y parte fundamental de la estrategia general de competitividad en la UE, ha ido ganando terreno en el diseño de las políticas comunes, especialmente en las más comprometidas con el desarrollo y con la innovación. Este artículo, partiendo de esas necesi-dades, que se plantean en el epígrafe primero, aborda la evolución de ambas políticas incidiendo en sus interrelaciones. Así, en el epígrafe segundo se repasan los cambios en la orientación de la política de I+D para favorecer una mayor territorialización de sus contenidos, mientras

que en el epígrafe tercero se recogen las modificaciones de la política de cohesión para dotarla de un mayor contenido innovador. Des-

de estas consideraciones, el epígrafe cuarto recoge las principales con-clusiones mostrando la situación actual de la innovación en las regiones europeas y haciendo algunas recomendaciones.

Innovación, desarrollo, territorialización , Unión Europea, cohesión

Palabras clave:

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opea 1. Introducción. Las regiones europeas y el reto de la innovación

Las regiones de Europa, como bien indica la Comisión Europea, se enfrentan a nuevos retos para su desarrollo. La apertura de las econo-mías europeas tiene como corolario no sólo la creciente competencia de nuestros socios industriales, sino también, cada vez más, la de los países del sudeste asiático. La globalización del comercio modifica las ventajas comparativas y provoca la redistribución de las actividades: el aumento de la externalización de servicios a las empresas, la deslocali-zación de determinadas actividades de bajo valor añadido, pero inten-sivos en mano de obra (como los textiles), de determinados servicios (por ejemplo, centros de llamadas) e incluso de algunas actividades de investigación. La difusión de las tecnologías de la información y las comunicaciones acentúa este fenómeno, mediante la reducción de la restricción de la proximidad a los mercados en la elección ubicación de la empresa. Las regiones no están a salvo de esta nueva competencia y la enfrentan en forma diferente de acuerdo a su capacidad de generar innovación. De hecho, en una economía abierta, los factores de com-petitividad ya no residen en los costes o las ventajas físicas o geográfi-cas, sino en la capacidad de las empresas para crear nuevos productos y servicios con que satisfacer necesidades del mercado y generar valor añadido. Deben ser capaces de innovar no sólo en el diseño de sus productos y servicios, sino también en la exploración de mercados, en la organización de la producción y distribución, de la comercialización y capacitación. Ellas deben acercarse igualmente a los servicios de ca-lidad porque la innovación depende en gran medida de la calidad de la colaboración de un gran número de diferentes organizaciones con capacidades complementarias (Comisión Europea, 2006).

A su vez, un crecimiento regional sostenible, basado en la innova-ción y en la excelencia, exige un número mayor de empresas que sean capaces de crear empleos de calidad y mejorar la competitividad de cada territorio donde se localizan y actúan. Al respecto, la Comisión Europea (2003) destaca la importancia de las empresas y del espíri-tu empresarial a la hora de conseguir una Europa más competitiva y dinámica, así como la necesidad de reforzar el espíritu empresarial y crear las condiciones debidas para fomentar la creación de empresas y

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oorientarlas hacia el crecimiento y la mejora de la competitividad. Para ello es trascendental introducir este espíritu empresarial en todas las políticas, especialmente en las de I+D, ya sean dirigidas a los sectores productivos, o bien diseñadas para reforzar la capacidad innovadora de las regiones.

La competitividad de las regiones, en un contexto de creciente ex-posición de sus empresas a la competencia internacional precisa, ade-más, de políticas tecnológicas y de innovación adecuadas, orientadas en buena medida hacia las PYME (pequeñas y medianas empresas) por su predominio en el tejido productivo y gran peso en las econo-mías regionales. Las PYME, debido a su pequeño tamaño, no pueden lograr las economías de escala precisas para optimizar los procesos de innovación en relación con la internalización de riesgos o las facilida-des para la apropiación tecnológica de los avances científicos. Su esca-sa dimensión y menor capacidad productiva dificulta las posibilidades de alcanzar nuevos mercados. También presentan problemas de falta de personal adecuado para la gestión de los proyectos de I+D+i, esca-sez de recursos financieros para adquisición de nuevas tecnologías y/o desarrollo de las propias, etcétera. En el caso de las PYME situadas en zonas de menor desarrollo estas dificultades son mayores, debido a que su actividad tiene lugar en mercados más aislados, dominados por sectores tradicionales, con un funcionamiento de mayores imper-fecciones, especialmente en relación con el acceso a la información y a los conocimientos técnicos necesarios. En ausencia de capacidades y recursos para suplir los déficit de información y conocimiento, de-penden del exterior para recabarla, de manera que es su entorno quien puede facilitarlos, por lo que la calidad de los sistemas avanzados para proveer servicios y productos altamente cualificados, sus conexiones con ellos, la calidad del marco institucional, y en suma, el grado de articulación de los sistemas de innovación regional, de su dinamismo y posibilidades, devienen en elementos estratégicos para su supervi-vencia en unas economías crecientemente globalizadas y cada vez más competitivas, frente a cuya rápida evolución es necesario adaptarse.

Las políticas públicas han de mejorar la competitividad de las pe-queñas y medianas empresas, más allá de las tradicionales políticas

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opea de incentivos y subvenciones. Su adecuada orientación puede en par-

te mitigar sus limitaciones favoreciendo la innovación empresarial, mediante programas de ayudas técnicas o económicas para abordar nuevos mercados o el desarrollo de innovaciones internas, o con un soporte indirecto a través de diversos organismos y entidades con ac-tuaciones dirigidas a unir esfuerzos y recursos para acometer proyectos y actuaciones de mayor envergadura ( Junta de Castilla y León, 2007).

Abordar hoy los desfases de la cohesión en la UE supone abordar los problemas de innovación en las regiones menos desarrolladas y sus empresas, lo que pasa por el establecimiento de un sistema regional eficaz de investigación que permita absorber las inversiones en este campo, evitando los efectos perversos de la paradoja de la innovación regional que consiste en que frente a unas ingentes necesidades de re-cursos para la innovación en las regiones más atrasadas para potenciar a sus empresas, su capacidad de absorción de recursos a menudo suele ser manifiestamente insuficiente en comparación con las regiones más desarrolladas (Landabaso, Oughton y Morgan, 1999). Maximizar el impacto territorial del conocimiento y la tecnología requiere ocuparse además de la capacidad de absorción, de la generación y transferencia de flujos tecnológicos que exigen una buena accesibilidad para la cir-culación de conocimiento y tecnología y de adecuados mecanismos de difusión. De ahí la importancia de un diseño afectivo de las políticas, evitando con todo ello una ineficiente asignación de los recursos. En esta dirección, la innovación ha ido ganando terreno como instrumen-to para reducir las disparidades interterritoriales en la UE cobrando protagonismo en sus diferentes políticas, especialmente en las concer-nidas más directamente: la política de I+D y la política de cohesión económica y social.

Aunque con perspectivas diferentes, tanto la política de I+D como la de cohesión comparten la preocupación por la competitividad como elemento básico para enfrentar los retos de la globalización, lo que está intensamente relacionado con la naturaleza y efectos de la aceleración del cambio tecnológico en un contexto de una economía creciente-mente experimental. En este sentido, se ha ido produciendo a lo largo de estos últimos años, especialmente tras la implementación de la Es-

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otrategia de Lisboa, renovada en 2005, una mayor coordinación entre las políticas de I+D y de Cohesión. Así, la primera ha desarrollado una mayor sensibilidad territorial reconociendo la importancia de las regiones como agentes de la investigación a las que considera el nivel de administración idóneo para promover la investigación y la innova-ción, mientras que la segunda, la política regional, ha desarrollado una mayor sensibilidad innovadora favoreciendo la transición a una eco-nomía del conocimiento a escala regional y ayuda a las regiones menos avanzadas a establecer una infraestructura de investigación.

En todo caso, la necesaria permeabilidad de las dos políticas, no puede hacer olvidar que responden a objetivos diferentes: la eficiencia (competencia, excelencia y utilidad) para la I+D y la equidad (reequi-librio, compensación y proximidad) para la cohesión, de donde bus-car en máximo de coordinación y sinergias a la vez que se cumplen los objetivos específicos de cada una de ellas, sin que la investigación quede relegada a ser un instrumento de la política de cohesión, lo cual no impide transformarla en una política horizontal, que atraviese las distintas políticas.

Por tanto, la territorialización de la I+D y de la innovación no pue-de significar su regionalización stricto sensu y, por tanto, fragmentar las políticas comunitarias y nacionales, o los programas y proyectos que implican, en tantos programas regionales de I+D e innovación como regiones haya en la Unión Europea. La territorialización de la política de I+D significa, sobre todo, cuestionar su uniformidad, con objeto de tomar en cuenta las realidades socioeconómicas y las necesidades de los diferentes territorios del espacio comunitario, y muy especialmen-te los de las empresas. Se trata sobre todo de conciliar la perspectiva sectorial (ligada a la competitividad en el contexto mundial) y la terri-torial (el desarrollo equilibrado), el planteamiento descendente (top-down) para los objetivos generales y el ascendente (botton-up) para las realidades regionales y locales (Conferencia de Regiones Periféricas y Marítimas, 2001).

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opea 2. La política de I+D de la Unión Europea y su impacto

territorialLa política de I+D de la UE tiene sus orígenes en los años setenta, para responder a la profundización del mercado común tras el éxito de la puesta en marcha de la unión aduanera y la necesidad de enfrentar los problemas del sistema económico tras la crisis del petróleo de 1973, que supone el final de la energía barata y la readaptación a nuevos pa-trones productivos donde otros países desarrollados, casos de USA y Japón, avanzaron con mucha más rapidez que en el Viejo Continente. El retraso europeo provenía justamente de la división de sus esfuerzos tecnológicos en políticas nacionales donde en parte se duplicaban los procesos de investigación, lo que justificaba, en términos de integra-ción, acometer la comunitarización de esas políticas.

Sistematizada por el Acta Única Europea (1986), la política de I+D de la UE busca la coordinación de las políticas y programas nacionales así como el establecimiento de un programa marco plurianual, nor-malmente de seis años, donde dar cabida a las actuaciones europeas para las que se fijan los objetivos científicos y técnicos, se establecen las grandes líneas de acción, los recursos financieros necesarios y las modalidades de participación comunitaria en ellos, así como el reparto entre las distintas acciones planteadas, lo que se decide desde el Trata-do de Amsterdam (1992) por mayoría cualificada para evitar las pre-siones de los estados nacionales en la atribución de los fondos. Otros instrumentos de la política son el Centro Común de Investigación (siete institutos de investigación en cinco países europeos para temas interdisciplinares), la creación de empresas conjuntas (ARTEMIS en sistemas de computación empotrados, IMI medicamentos innovado-res, etc.) o la asociación a otras iniciativas europeas (COST; Eureka).

Este fundamento jurídico se complementa con una plataforma política, lanzada en 2000 bajo el nombre de Espacio Europeo de In-vestigación (EEI) con el objetivo de establecer un “mercado” de inves-tigación, donde el conocimiento, los investigadores y las tecnologías circulen libremente. Se trata de crear centros de excelencia en Europa y en red, para enfatizar la dimensión europea de la formación en in-

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ovestigación, fomentar la transferencia de conocimientos y experiencias entre las regiones y los estados europeos.

Los objetivos de la política de I+D se concretan hoy en el fortale-cimiento de las bases científicas y tecnológicas de la Unión Europea, favorecer el desarrollo del mercado interior y de la competitividad eu-ropea, así como servir a otras políticas, especialmente a la industrial y la energética, optimizando el uso de los recursos humanos, materiales y financieros disponibles. Se trata, pues, por un lado, de reforzar la interdependencia entre investigación y el mercado en pos del desarro-llo de nuevos conceptos empresariales, nuevas formas de distribución, nuevas prácticas de comercialización o nuevas fórmulas de diseño, y por otro, de facilitar la cooperación transeuropea para aumentar las sinergias en investigación y desarrollo tecnológico.

La evolución de los primeros programas marco, principal instru-mento de la política, ha sido positiva con una orientación general am-plia y variable, según las prioridades del momento, que desde el año 2000 se enmarcan en la Estrategia de Lisboa, la cual está centrada en el triángulo del conocimiento: investigación, educación e innovación, buscando para 2010 hacer de la UE una economía del conocimiento de primer plano, fortalecer el empleo y el crecimiento en Europa por la vía de la competitividad y el dinamismo económico. De hecho, el Consejo Europeo de Barcelona (2002) abogó por incrementar el gasto de los estados hasta el 3% PIB en 2010, así como por un aumento del porcentaje financiado por las empresas del 56% actual al 75% del total de las inversiones en I+D, porcentaje ya alcanzado por USA y algunos países europeos para elevar los bajos niveles de inversión del sector empresarial que explica más del 80% de la diferencia en inversiones en I+D existente entre la UE y Estados Unidos.

El Relanzamiento de la Estrategia de Lisboa en 2005 incide en la investigación, el desarrollo, la innovación y la educación como ele-mentos esenciales de las políticas europeas, ratificando la necesidad de incrementar y mejorar las inversiones en investigación y desarrollo hacia el objetivo de la UE de llegar a un 3% del PIB del gasto en I+D. Asimismo, se enfatizan otros elementos centrales en la estrategia como facilitar la innovación, la incorporación de las tecnologías de la

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opea información y la comunicación y el uso sostenible de los recursos; o fa-

vorecer la creación de polos orientados a la innovación como base para la articulación de la cooperación de los diferentes agentes implicados, o contribuir a implantar una base industrial europea sólida, a partir de la explotación de su potencial tecnológico.

Los primeros programas marco han presentado innegables aspec-tos positivos: la promoción de la cooperación transnacional, las aso-ciaciones público-privadas o el establecimiento de estándares a nivel europeo. Pero la I+D europea también ha sido objeto de críticas. Toda-vía está por alcanzarse el equilibrio entre la concentración de recursos en áreas consideradas estratégicas y la continuidad con los programas anteriores, o el balance entre la promoción del desarrollo tecnológico (investigación aplicada próxima al mercado) y las reglas de la compe-tencia (prohibición de acuerdos que puedan afectar al comercio en-tre los Estados miembros), e incluso el equilibrio entre el objetivo de cohesión (la modernización de las instalaciones de investigación en los estados de la cohesión) y el objetivo de excelencia (refuerzo de las grandes empresas estratégicas de Europa).

De hecho, la actividad de investigación se lleva a cabo más bien sobre la base de una lógica de competencia entre los equipos europeos en vez de desde la cooperación y la cohesión interna de Europa. Es una crítica que se puede hacer a los diferentes programas marco que, a falta de una voluntad política clara, han perseguido simultáneamente objetivos de competencia, de cooperación y de cohesión minimizando la sinergia entre las políticas nacionales y la política comunitaria, lo que no ha permitido superar el elevado grado de fragmentación de las ayudas y políticas de Investigación y Desarrollo en Europa (Tobelem, y Georges, 2002).

El balance general de la política de I+D europea que se puede extraer es por encima de todo su naturaleza pesada y falta de transparencia. El desarrollo y la gestión de la I+D es un cierto laberinto de la comple-jidad regido por la “comitología” por donde se infiltran los grupos de presión nacionales de científicos y de la industria (especialmente de los grandes grupos). La orientación de la política de I+D comunitaria ha-cia la competitividad ha supuesto la concentración de los recursos en

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olos sectores más estratégicos y de alta tecnología así como la satisfac-ción preferente de las demandas de las grandes empresas que se ubican en muy pocas regiones con un alto nivel de desarrollo industrial y de alta capacidad de investigación y desarrollo tecnológico. Por esta vía se ha propiciado un círculo virtuoso de reforzamiento de la capacidad de I+D de esas regiones, donde se concentran las grandes corporaciones, contribuyendo a acentuar su distancia en relación a otras regiones y por tanto a relegar otro de los objetivos fundamentales de la UE como es la cohesión económica y social por cuanto a menor capacidad de innovación menor potencial de desarrollo y mayores dificultades para adaptarse a los cambios estructurales. La evidencia empírica pone de manifiesto que la política tecnológica articulada por la UE no ha fa-vorecido significativamente la reducción de las disparidades en capa-cidad tecnológica y desarrollo económico de las regiones europeas, al menos hasta el cuarto programa marco (1994-1998), reforzando por el contrario el modelo centralizador de I+D de los estados nacionales (Vence y Rodil, 2003).

En los 90 dos documentos de la Comisión marcaron un cambio en la política europea dentro del ámbito de la I+D. En el Libro Blanco sobre “Crecimiento, competitividad y empleo: retos y pistas para en-trar en el siglo XXI”, se subrayó la importancia de aumentar y mejorar las relaciones entre el sector público y privado en los ámbitos de la in-vestigación y el desarrollo tecnológico y se enfatizaba la relación entre la investigación, el crecimiento económico y el empleo. Por otra parte el Libro Verde sobre la Innovación tenía el objetivo de identificar los elementos que favorecen o dificultan la innovación en Europa y ofre-cer propuestas para incrementar la capacidad de innovación. La revi-sión de la política de I+D respondía en buena parte al hecho de que la brecha tecnológica con EU no había disminuido con las políticas anteriores. También se demandaba la obtención de beneficios sociales a la inversión en I+D (González y Benedicto, 2007).

Además, se buscaba la coordinación e integración de la IDT con otras políticas de la UE, entre otras con la política de cohesión para enfrentar tres diferentes problemas que reflejan las limitaciones terri-toriales de la estrategia europea de I+D: la política de investigación de

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opea los estados miembros y la de la UE caminan en paralelo, sin constituir

un conjunto totalmente coherente, donde el 80% de las políticas de I+D al nivel subcomunitario se sitúan al margen del espacio europeo de la investigación. El insuficiente presupuesto destinado a I+D por algunas administraciones públicas y especialmente por las empresas, donde la brecha con sus competidores resulta más profunda. Final-mente, las grandes disparidades nacionales y regionales existentes.

Estos problemas, sin embargo, encajan mal con las poderosas ten-dencias regionalizadoras que se viven en Europa, especialmente desde los años noventa, y que responden a la menor capacidad de los estados para controlar el proceso de desarrollo económico dentro de sus terri-torios en un contexto de progresiva globalización, lo que favorece un mayor protagonismo de las regiones en su propio crecimiento, nece-sitadas de estrategias de desarrollo más activas y definidas para atraer unos factores de producción cada vez más móviles. El éxito desde la dimensión regional depende cada vez más de su capacidad para adop-tar políticas más proactivas que mejoren la competitividad industrial y la eficiencia del sistema productivo (Instituto de Gestión de la Inno-vación y del Conocimiento, 2003).

Se ha hecho pues necesario un reformulamiento de la política de I+D europea, que en términos territoriales, se dirige a enfrentar pro-gresivamente las mayores necesidades de cooperación y coordinación entre los sistemas nacionales y regionales, de potenciar la cohesión mediante el fomento de las capacidades, entornos y redes proinnova-tivas, de favorecer la participación de los actores económicos sociales e institucionales en la IDT, de incrementar los recursos públicos y pri-vados dirigidos a la innovación y, finalmente, de gestión sostenible del territorio.

Tal reformulación se hace crecientemente visible desde el V Pro-grama Marco. Los resultados de los programas marco de I+D ante-riores y más concretamente los del IV Programa Marco habían mos-trado la escasa participación de numerosas regiones en esta política, dadas sus debilidades y retrasos estructurales en este ámbito, especial-mente en el caso de las regiones más desfavorecidas de la Unión Eu-ropea. Durante el periodo 1994-1998, estas regiones sólo lograron el

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o15% de los contratos y el 8.9% del conjunto del presupuesto. La apli-cación del criterio de excelencia a un número limitado de estructuras y organismos poseedores de una fuerte concentración de recursos en I+D había conducido de hecho al desaprovechamiento del potencial existente, y ello en detrimento, sin duda alguna, del conjunto de te-rritorios de la UE.

El planteamiento adoptado en el V Programa Marco de I+D para el periodo 1998-2002 fue más innovador en la medida en que to-maba en consideración, en la valoración del criterio de excelencia, el impacto en el desarrollo de la sociedad y el impacto económico de las intervenciones comunitarias en I+D, lo que permite un mayor aprovechamiento del potencial en I+D repartido por el conjunto del territorio comunitario, con el fin de aumentar de manera significativa el nivel de excelencia de los recursos de todos los territorios de la U.E (Conferencia de Regiones Periféricas y Marítimas, 2001). También tiene lugar el lanzamiento de la investigación colectiva contratada a terceros por asociaciones de empresas constituidas mayoritariamente por PYME y de los Institutos Virtuales en producción y materiales (CDTI, 2006).

El VI Programa (2003-2006) ha supuesto un salto cualitativo con la creación y articulación del Espacio Europeo de Investigación (EEI), dirigido a reforzar la relación entre las iniciativas nacionales y las llevadas a cabo por la Unión Europea, y enfrentar la cada vez más deficitaria balanza de pagos tecnológica de Europa con sus competi-dores americanos y asiáticos así como la adhesión de nuevos países, especialmente los antiguos países del Este europeo, dotados de menor capacidad técnica.

El EEI auspicia un territorio europeo dinámico, abierto y atractivo para los investigadores y las inversiones que, en relación con las regio-nes recoge su creciente importancia en el ámbito de la investigación y la innovación, contando con medios importantes y lanzando iniciativas para promover los vínculos entre las universidades, las empresas y los centros de investigación. Así pues, constituyen un protagonista central del EEI cuyo papel conviene reforzar. Más en profundidad, se trataría de analizar y establecer las condiciones de una “territorialización” real

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opea de las políticas de investigación (adaptación de éstas al contexto so-

cioeconómico de cada territorio) (Comisión Europea, 2000). El concepto de Espacio Europeo de la Investigación presupone la

dedicación de esfuerzos desde los distintos estratos administrativos y organizativos a nivel europeo, nacional, regional y local. Así, las medi-das no sólo deben ser coherentes entre sí, sino que también deben estar adaptadas al potencial de las propias regiones. El refuerzo de la coope-ración puede lograrse reexaminando el papel de cada parte (tanto del sector público como del privado), creando sinergias y aprovechando las complementariedades que se den entre los instrumentos europeos, nacionales y regionales. Con la territorialización de la política de in-vestigación se logra un doble objetivo: en primer lugar, se aumenta el carácter regional de las políticas nacionales de investigación e inno-vación con el consiguiente ajuste a las necesidades socioeconómicas de las regiones; y en segundo lugar, las políticas se orientan hacia la creación de capacidad de investigación e innovación en las regiones y se aumenta su capacidad para liderar el desarrollo económico y tecno-lógico (Comisión Europea, 2001)

El VI PM, que simplificó los procedimientos para mejorar la efi-cacia, modificó tanto los objetivos de anteriores programas como los criterios de selección de proyectos. Se primaron los proyectos dirigidos a potenciar el esfuerzo científico y la excelencia tecnológica en una determinada área de investigación tratando de integrar a nivel euro-peo la masa crítica de la experiencia y de los recursos en dicha área, a la vez que favorece el liderazgo de Europa en esos campos (redes de excelencia y proyectos integrados). Estratégicamente se perseguía, entre otros aspectos, reforzar la colaboración entre las iniciativas en I+D comunitarias, nacionales y regionales. También otorgó relevancia a incrementar el empleo en sectores tecnológicos mediante la partici-pación de las PYME, tanto en la explotación de los resultados de la investigación como en su desarrollo.

El VII Programa Marco (2007-2013), que ha profundizado en la simplificación de la aplicación de sus actuaciones, tiene como objetivo la consolidación del EEI, para lo cual plantea una mayor duración temporal (seis años) y una más amplia dotación de recursos (50,521

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millones de euros que suponen 7,217 millones anuales en media) que casi duplican los del sexto programa (4,375 millones anuales en me-dia), tratando de acelerar la consecución de los objetivos de la relanzada Agenda de Lisboa, aunque esa inyección de recursos ha de matizarse en el sentido de que es muy inferior a la propuesta de la Comisión (72, 000 millones), lo que aleja las posibilidades de alcanzar el 3% del PIB a I+D para el 2010.

Los amplios objetivos del 7PM (Figura 1) se han agrupado en cua-tro categorías: Cooperación (estimular la cooperación y reforzar los vínculos entre la industria y la investigación en un marco transnacional potenciando la investigación en campos clave), Ideas (reforzar la inves-tigación exploratoria en Europa), Personas (fomentar la formación y la movilidad para explotar todo el potencial del personal investigador) y Capacidades (reforzar la calidad y la competitividad de la investigación europea). Para cada tipo de objetivo hay un programa específico que se corresponde con las áreas principales de la política de investigación de la UE. Todos los programas específicos colaboran en promover y alentar la creación de polos europeos de excelencia científica.

Dentro de la categoría ‘Capacidades’, la iniciativa ‘Regiones del Conocimiento’ se propone favorecer la formación de redes transna-

Tomado en CDTI (2006)

Figura 1

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opea cionales de regiones y agrupaciones de investigación. Al ayudar a las

regiones a aumentar su capacidad de inversión en I+D e incrementar el apoyo de los Fondos Estructurales a la I+D, se contribuye a mejorar la competitividad regional y la capacidad de asimilación tecnológica y de conocimientos en general. Los objetivos específicos de la acción ‘Regiones del Conocimiento’ son:

• apoyar la definición y la aplicación de políticas y estrategias óp-timas para el desarrollo de agrupaciones dedicadas a I+D

• incrementar la relevancia y la eficacia de las agendas de investi-gación regionales

• promover y reforzar la cooperación entre agrupaciones• fortalecer el desarrollo sostenible de las agrupaciones dedicadas

a I+D existentes• estimular la creación de nuevas agrupaciones dedicadas a I+D

Los proyectos cubren primordialmente una de las áreas o activida-des siguientes:

• Análisis, desarrollo y aplicación de las agendas de investigación• Orientar y asesorar a las regiones cuyo panorama de investiga-

ción esté menos desarrollado• Mejor integración de los agentes de la investigación en las eco-

nomías regionales

Igualmente dentro de la categoría ‘Capacidades’, la iniciativa ‘Po-tencial de investigación’ aporta al 7PM un elemento específico para dar salida a las posibilidades investigadoras de las regiones de con-vergencia y ultraperiféricas e intentar desarrollarlo plenamente. Dicha acción se centra en regiones necesitadas de conocimientos nuevos o que no estén aprovechando plenamente su potencial de investigación y les ayuda a participar en el espacio europeo de investigación con-tribuyendo al desplazamiento de investigadores a otros lugares y fa-cilitando la adquisición y el desarrollo de medios para investigar. Se espera por esta vía que se forjen asociaciones estratégicas entre grupos

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ode investigación de diferentes regiones de Europa. Las actividades se concretan en:

• el intercambio de conocimientos y experiencia• la contratación de investigadores experimentados• la adquisición y el desarrollo de medios de investigación• la organización de talleres y congresos para facilitar la transfe-

rencia de conocimientos• actividades promocionales

Además, las regiones que reúnan los requisitos tienen la opción de que expertos independientes evalúen su infraestructura de investiga-ción (Comisión Europea, 2010a).

También en el ámbito de la categoría ‘Capacidades’ cabe destacar, dentro del impacto territorial que tienen todas las actuaciones, dos iniciativas con cierta relevancia en la mejora a nivel regional de la in-vestigación y el desarrollo tecnológico aunque ciertamente de forma colateral, esto es, más indirecta y menos intensa. Es el caso de la inicia-tiva ‘Coherencia de las políticas de investigación’ que puede aumentar la eficacia y la coherencia de las políticas de investigación nacionales y comunitarias y mejorar el impacto de la investigación pública y sus vínculos con la industria. De igual manera ocurre con la iniciativa ‘In-vestigación en beneficio de las PYME’, tejido empresarial básico en Europa, especialmente en las regiones menos desarrolladas, que persi-gue fortalecer la capacidad de innovación de las pequeñas y medianas empresas y sus asociaciones, así como potenciar su aptitud para explo-tar útilmente la investigación. La participación activa y la definición de objetivos de interés para las PYME claramente constituyen principios esenciales para el 7PM que se manifiesta especialmente en el 15% de la asignación presupuestaria para PYME en los temas del Programa Cooperación.

En todo caso, la distribución regional de los recursos del 7PM sigue reflejando las importantes disparidades interterritoriales existentes en la UE con claras diferencias norte y sur o entre oriente y occidente tal y como se aprecia en el Mapa 1.

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Por otra parte, todas estas actividades del 7PM se implementan en estrecha relación con el Programa Marco para la Innovación y la Competitividad (PIC). Este programa complementa el 7PM y está dotado con 3,600 millones de euros. Pretende impulsar la competitivi-dad de las empresas europeas, haciendo hincapié en la ecoinnovación, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y las energías renovables y la eficiencia energética. Presta su apoyo princi-

Mapa 1. Vii Programa Marco de I+D. Finaciación Media por Habitante

Fuente: Comisión Europea 2010d.

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opalmente a las actividades de innovación (incluida la ecoinnovación) de las pequeñas y medianas empresas (PYME), facilita su acceso a la financiación y ofrece servicios de apoyo a las empresas a nivel regional. También apoya las redes de intermediarios y los programas nacionales de acciones para fomentar y facilitar la participación de las PYME.

La estrecha relación entre el 7PM y el PIC se extiende también a la política de cohesión teniendo en cuenta la importancia otorgada al papel de las regiones, de manera que es posible emplear financia-ción complementaria. Debe señalarse primero que tanto los Fondos Estructurales, como el 7PM o el PIC deben cofinanciarse mediante aportaciones privadas o públicas a nivel nacional o regional. Esto im-plica que los fondos que provengan de otro programa comunitario no pueden utilizarse como aportación nacional a otro programa, aunque sí es posible financiar la aportación nacional o regional con cargo al Grupo BEI. También, cabe la posibilidad de utilizar una combinación de los recursos de los Fondos Estructurales, 7PM y PIC de manera complementaria, usando fondos distintos para sufragar acciones dis-tintas (con declaraciones de gastos/facturas separadas) que se lleven a cabo de forma coordinada o consecutiva. Así, actividades o partes distintas, pero relacionadas entre sí, de un mismo proyecto pueden financiarse con los Fondos Estructurales, el 7PM o el PIC. Además las distintas fuentes de financiación pueden apoyar etapas diferentes del desarrollo de la tecnología, empezando por la investigación funda-mental, pasando por la investigación aplicada y llegando a la demos-tración o a la introducción precompetitiva en el mercado, lo que se ve favorecido por el hecho de compartir el mismo marco temporal y la misma estrategia general (agenda de Lisboa) (Cordis, 2010).

3. Acciones de innovación y desarrollo tecnológico en las políticas de cohesiónLa política de cohesión surge en paralelo a la política de I+D y por tanto también se consagra en los Tratados con el Acta Única (1986), siendo su objetivo central reducir las disparidades entre las regiones europeas, especialmente promoviendo el crecimiento de las regiones menos desarrolladas y de todas aquellas que experimentan serias di-

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opea ficultades estructurales, para lo que dispone de diferentes instrumen-

tos, fundamentalmente los fondos estructurales y el de cohesión que actúan tratando de incidir sobre los problemas territoriales. En 1988 la política de cohesión fue objeto de una profunda reforma que impli-có la adopción de nuevos principios (cooperación, integración de los fondos, cofinanciación, adicionalidad, programación, plurianualidad, modulación) más coherentes para incrementar la eficacia de los fon-dos, favorecer la convergencia de las economías regionales, avanzar en la cohesión económica y social y contribuir a una mejor adaptación al mercado único. Ello se tradujo además en mayores recursos para la po-lítica, que desde entonces incrementó decisivamente su participación en el presupuesto comunitario.

Desde la perspectiva de la política regional, un factor de gran in-cidencia en la potenciación de la I+D en las estrategias de desarrollo territorial han sido las denominadas iniciativas comunitarias antece-dente del proceso de dotación de contenidos tecnológicos e innova-dores a la política regional de la UE. Estas iniciativas comunitarias se lanzaron con la reforma de la política de cohesión de 1988 como pro-gramas específicos, que se hacen efectivos con cargo a los fondos es-tructurales, cuya finalidad común es encontrar soluciones a problemas que existen en todo el territorio europeo. Su denominación proviene de que es la Comisión la que, por propia iniciativa, los propone a los estados miembros. Desde su nacimiento han jugado un papel clave en la difusión y legitimación de la innovación como medio de adaptación de las regiones a las nuevas exigencias de competitividad, permitiendo duplicar el volumen de recursos dedicados a la I+D hasta entonces.

Entre las Iniciativas Comunitarias de la primera generación que han logrado mayor impacto regional en la I+D cabe citar especialmen-te Stride (fortalecimiento de las capacidades regionales por la inno-vación), Telematica (promoción del desarrollo de servicios avanza-dos de telecomunicaciones) o Prisma (adaptación de las PYME al mercado interior mejorando infraestructura y servicios relacionados con ella).

Las iniciativas de la segunda generación más destacadas para la I+D fueron: Adapt, que aceleraba la adaptación de los trabajadores a

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olas transformaciones industriales y en el sistema productivo tratando de ganar competitividad; la Iniciativa PYME que favorecía la adap-tación al mercado único de las PYME y las ayudaba a adquirir com-petitividad internacional, o la Recite que fomentaba la cooperación internacional a través de redes temáticas entre ciudades y regiones.

Desde 1989 el reglamento del FEDER permite la realización de acciones de carácter innovador y efecto demostrativo a propuesta de los Estados. Estas acciones innovadoras tenían un acceso más fácil y directo a la financiación y, siempre que no perdieran su carácter, po-dían ir a diversos sectores como medio ambiente, transporte, energía, PYME, o cooperación tecnológica, primándose en la adjudicación la asociación de actores públicos y privados.

Tras la reforma de los fondos estructurales de 1993, las posibilida-des de financiación de proyectos innovadores del Feder con un 1% del fondo, se extienden al FSE (0.6%) y al Feoga Orientación (1%). Este incremento trata de responder a las disparidades interregionales existentes en materia de I+D, que demandaban profundizar en la ne-cesaria cooperación entre la política regional y la de ciencia y tecnolo-gía. Al respecto, la Comisión Europea (1993) plantea que

la política de investigación y la de cohesión son comple-mentarias, y toda iniciativa para mejorar el marco de par-ticipación de las regiones menos favorecidas en los pro-gramas comunitarios de IDT conducirá a la mejora de sus capacidades alcanzando el nivel más elevado de calidad científica y contribuyendo por lo tanto al objetivo subya-cente. Los Fondos Estructurales, que tienen por objetivo específico la cohesión económica y social, desempeñan un papel complementario a este respecto, ayudando a las regiones desfavorecidas a elevar su capacidad de investi-gación y desarrollo (incluidos los recursos humanos) para aproximarla a la de las regiones mejor dotadas, y mejoran-do la transferencia de las tecnologías desarrolladas en el sector productivo.

Para la programación de 1994-1999 se pusieron en marcha las Es-trategias Regionales de Innovación (RIS) y las Iniciativas Regionales

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opea para la Sociedad de la Información (RISI), que se basaban en la expe-

riencia de muchos proyectos piloto financiados entre 1990 y 1993. Es-tas experiencias piloto han tratado de movilizar el conocimiento local y favorecer las condiciones para el aprendizaje colectivo y sus efectos más visibles. En ambos casos, han sido los proyectos de colaboración entre el sector público y el privado y de ayuda a las PYME para que puedan acceder a las nuevas tecnologías. Se han llevado a cabo con apoyo de la política regional como acciones innovadoras en el marco del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y han mos-trado la pertinencia de los enfoques desarrollados para las estrategias de innovación en las regiones donde se han realizado. Su evaluación (Comisión Europea, 2006) ha puesto de manifiesto que las que supie-ron movilizar una colaboración amplia tuvieron en general un impacto significativo en los siguientes campos:

• Mejor percepción de lo que conviene hacer para promover la inno-vación (políticas a desarrollar por las autoridades públicas, la parti-cipación en acciones asociativas para otros actores).

• Mejor cooperación de los actores y mejor circulación y más com-partir los conocimientos.

• Confrontación de las políticas de innovación llevadas en la región con las de otras regiones.

• Elaboración de estrategias que desembocan en un plan de acción con medidas concretas que hay que realizar sobre cuestiones espe-cíficas.

• Desarrollo de una gestión iterativa: identificación de los sectores prioritarios y de las acciones a poner en ejecución, experimentación de las acciones identificadas, evaluación de sus efectos, generaliza-ción de las mejores.

• Aumento de los presupuestos de las autoridades públicas en favor de la promoción de la innovación

• Desarrollo de una cultura de la innovación gracias a la apropiación de los nuevos enfoques por los actores implicados, y disminución de las reticencias a los cambios en lo sucesivo percibidos como oportunidades que han de aprovecharse en una economía abierta.

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oLas acciones innovadoras han constituido auténticos laboratorios de ideas para las regiones a pesar, incluso, de las limitaciones finan-cieras existentes en los Fondos estructurales para las posibilidades de experimentación. Estas acciones innovadoras aportan a los agentes regionales un espacio de riesgo necesario para afrontar los retos de la nueva economía. Su aplicación ha alimentado las programaciones posteriores en relación con la innovación.

Por su parte, los Programas Regionales de Acciones Innovadoras (PRAI) entre 2000 y 2006, a los que se aplican las disposiciones regla-mentarias de los fondos estructurales han dado continuidad a las RIS. Se trata de un enfoque por programas y no por proyectos individuales, como en el caso de las acciones innovadoras del periodo 1994-1999, con el objeto de incrementar su mayor transparencia y favorecer una aplicación sencilla.

Durante el periodo 2000-2006, las directrices para la nueva pro-gramación regional han incluido como una de sus prioridades la inno-vación, recogiendo medidas relativas a uno o más de estos tres temas estratégicos:

• Identidad regional y desarrollo sostenible• e-Europa: la sociedad de la información al servicio del desarrollo

regional• Las economías regionales basadas en el conocimiento y la inno-

vación tecnológica

Las prioridades definidas en materia de inversiones en actividades de I+D de cara a la programación 2000-2006 se referían a los ámbitos siguientes (Comisión Europea, 1999):

• El fomento de la innovación mediante nuevas formas de finan-ciación, como el capital de riesgo, con el fin de ampliar la gama de las actividades financiadas y favorecer el inicio de actividades empresariales, innovadoras y los servicios especializados para empresas

• La conexión en red y la cooperación industrial que favorecen

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opea las transferencias de tecnología y la creación de agrupamientos

industriales y comerciales• El desarrollo de las capacidades humanas mediante el fomento

de la interacción entre empresas, centros de enseñanza superior e institutos de investigación, la formación permanente y el reci-claje continuo de cualificaciones y capacidades.

La revisión de estas orientaciones a mitad de programación ponían énfasis en la posibilidad de volver a programar los Fondos Estructura-les y en potenciar los factores de competitividad, como la sociedad del conocimiento, la innovación y la investigación, además de en el medio ambiente, la inserción social, la educación y la formación conforme a los objetivos de la Estrategia de Lisboa del año 2000 (Comisión Euro-pea, 2003b) que hacía de la política de cohesión uno de los principales instrumentos para alcanzar sus objetivos.

Una crítica relevante en torno a la forma en que se ha venido plan-teando la política de I+D en el marco de la cohesión se refiere, en con-creto, al énfasis puesto en la construcción de infraestructuras en este ámbito, dando menos importancia a la creación y desarrollo de las co-nexiones entre empresas y universidades y centros de investigación. Se indica, además, que ésta puede ser en parte la explicación de por qué los esfuerzos realizados en transferencia de tecnología no han producido todavía los resultados que cabría esperar (Comisión Europea, 2007).

La revisión intermedia de la Estrategia de Lisboa en 2005 fue la ocasión más explícita para asociarla con la política de cohesión. Las “Directrices Estratégicas Comunitarias para la Cohesión” elaboradas por la Comisión (COM (2005) 299 final), son el documento que per-mite la coordinación efectiva entre la Política de Cohesión y los Planes Nacionales de Reforma, instrumento de planeación estratégica para alcanzar los objetivos de la Estrategia de Lisboa renovada en los dis-tintos estados miembros. Para ello aquellas directrices se insertan en el marco general de las “Directrices Integradas para el Crecimiento y el Empleo (DICE)” que sirven de guía a la Agenda renovada de Lisboa.

Así pues, para el periodo 2007-2013, los estados miembros y las regiones han elaborado marcos de referencia estratégicos nacionales

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oy los programas operativos (PO) nacionales y regionales siguiendo las directrices estratégicas definidas para la política de cohesión que se concretan en:

1. Mejorar el poder de atracción de los Estados miembros de las regiones y ciudades mejorando la accesibilidad, garantizando una calidad y un nivel de servicios adecuados y preservando su potencial medioambiental

2. Crear más empleos y de mejor calidad atrayendo a mayor núme-ro de personas al mercado laboral o hacia la creación de empre-sas, mejorando la capacidad de adaptación de los trabajadores y empresas y aumentando la inversión en capital humano

3. Fomentar la innovación, el espíritu empresarial y el crecimiento de la economía del conocimiento favoreciendo la investigación y la innovación, incluidas las nuevas tecnologías de la información y comunicación

Los objetivos para el crecimiento y el empleo de la Estrategia están perfectamente definidos, de manera que su cumplimiento favorecerá la conversión de Europa en una zona de fuerte crecimiento, generado-ra de más conocimiento y mejores empleos (Estrategia de Lisboa).

La Política de Cohesión, que opera en el actual periodo median-te tres fondos estructurales (FEDER, FSE, Fondo de Cohesión) y en las regiones problema establecidas: convergencia, competitividad y cooperación territorial, se va a beneficiar de esa mayor coordinación con la Estrategia de Lisboa, a lo que va a contribuir la reforma en el reglamento general de los fondos estructurales, que a propuesta de la Comisión, permitirá que la asignación financiera de los PO deberá ayudar de forma directa a la consecución de los objetivos de la Es-trategia mediante el denominado “earmarking”, esto es, la reserva de fondos para ser gastados en proyectos específicos.

Así los PO del objetivo Convergencia, el que agrupa a las regiones menos desarrolladas, para el caso de los Estados Miembros que acce-dieron a la UE antes de 2004, al menos el 60% de los fondos deberá invertirse en los ámbitos de intervención vinculados directamente a

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opea los objetivos de la Estrategia de Lisboa, porcentaje que en PO del ob-

jetivo Competitividad Regional y Empleo (todas las demás regiones) ascenderá como mínimo al 75%.

Estas disposiciones se explican porque en el marco de programa-ción anterior 2000-2006, tan sólo entre un 18% y un 33% de los fondos asignados a los PO se invirtieron en las regiones Objetivo 1 en ám-bitos directamente relacionados con la Estrategia de Lisboa, aunque en el caso de las regiones más desarrolladas el porcentaje osciló entre el 67% y el 85%. Por tanto, a través de esta asignación de los fondos se busca una mayor concentración de los recursos en aquellos ámbitos de intervención con mayor impacto en el crecimiento, el empleo y la competitividad en la UE (Ortega, 2008).

No obstante esos ambiciosos objetivos en I+D+i, para el periodo 2007-2013, la política de cohesión ha dispuesto movilizar 347,400 millones de euros en sus tres fondos para las regiones problema es-tablecidas, lo que significa tan sólo mantener su participación sobre 2000-2006, pero con 10 Estados más.

Según los programas presentados, conocimiento e innovación son la prioridad de la política de cohesión con casi 83,000 millones de euros (24 %) que se destinarán a centros e infraestructuras de inves-tigación y a transferencia de tecnología e innovación en las empresas, especialmente las PYME, así como al desarrollo y la difusión de tec-nologías de la información y la comunicación, entre otros. La segunda prioridad son los recursos humanos, donde el FSE invertirá 76,000 millones de euros (22%) para programas de educación, formación, empleo e integración social. Una parte significativa de este monto se dirige directamente a las PYME. El transporte con unos 76,000 millones de euros (22%), la protección medioambiental y prevención de riesgos con aproximadamente 51,000 millones de euros (19%) y las restantes intervenciones con el 13%, completan las prioridades del gasto (Comisión Europea, 2008).

De entrada, una consecuencia positiva ha sido que la parte de los gastos de la cohesión consagrados a la investigación y desarrollo, a la innovación y a las tecnologías de la información, vistos a través de las asignaciones medias del Feder, se han más que doblado entre 2000-

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opea 2006 y 2007-2013, según muestra el doble Mapa 2, cuyos contrastes

en gris van desde el 0-5% de los recursos para el tono más claro a más del 60% en el tono más oscuro.

Sin embargo, un dato negativo ha sido que, para este periodo, los Programas Regionales de Acciones Innovadoras, no serán cofinancia-dos por los Fondos Estructurales, en tanto que acciones distintas de los programas operativos, lo que pone de manifiesto la falta de recursos.

Asimismo, la necesidad de que las autoridades regionales y naciona-les promuevan entornos empresariales favorables a la innovación para ayudar a las PYME, en particular a las que presentan un alto nivel de I+D, y a la creación de nuevas empresas, choca con la falta de recursos financieros. Ciertamente, la evaluación ex post del FEDER, en 2000-2006, reveló que, si bien la ayuda había permitido crear al menos un millón de puestos de trabajo e incrementar la inversión en investigación e innovación, era necesario utilizar en mayor medida préstamos, fondos propios y otras técnicas de ingeniería financiera. (Comisión Europea, 2010b). Como se indicó anteriormente, la necesidad de una política tecnológica regional en los territorios más retrasados se explica también por el predominio de las PYME, cuyo menor tamaño reduce su poten-cial tecnológico, su capacidad de acceso al conocimiento y al capital.

En este sentido, el nuevo programa “Jeremie” (Recursos Europeos Conjuntos para las Microempresas y las PYME) ha venido a paliar en parte aquellas necesidades, ya que persigue la mejora en el acceso a la financiación para aumentar la disponibilidad de capital en Europa para la formación de nuevos negocios y el desarrollo empresarial. Se trata de una iniciativa conjunta de la Comisión y del Banco Europeo de Inversiones/Fondo Europeo de Inversiones lanzada en 2005. El propósito de “Jeremie”, instrumento de ingeniería financiera englo-bado en la Política de Cohesión de 2007-2013, es mejorar el acceso a la financiación para el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas en las regiones de la UE (préstamos, capital, capital riesgo, garantías y ayuda técnica u organizativa), mejorar la coordinación en-tre los niveles nacional y regional y promover una mejor asimilación y un uso sensato de los recursos públicos en el marco de los programas comunitarios.

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oOtro elemento favorable a la financiación del tejido empresarial en las regiones ha sido el lanzamiento en 2007 del Jasmine (acción con-junta para apoyar a las instituciones microfinancieras en Europa). Se trata de un nuevo mecanismo de financiación creado en cooperación con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para la política de cohe-sión, que pretende proporcionar ayuda financiera y de otro tipo para desarrollar instituciones de microfinanciación en los estados miem-bros y que sean intermediarias financieras creíbles capaces de apoyar a quienes deseen establecer o ampliar un micro-negocio o trabajar como autónomos y no puedan tener fácil acceso a los servicios bancarios tradicionales. Es un claro complemento de Jeremie.

Por otro lado, la política tecnológica regional requiere, asimismo, seguir desarrollando y utilizando la infraestructura electrónica basada en las TIC para interconectar y facilitar la colaboración entre equipos de investigación dispersos geográficamente y compartir los recursos y conocimientos científicos. El apoyo de la Política Regional a la banda ancha en 2000-2006 y 2007-2013 ha contribuido a reducir las dife-rencias en materia de implantación entre las regiones poco pobladas y las de gran densidad de población, del 67% en 2004 al 24% en 2008, y las diferencias en cuanto a cobertura de banda ancha entre las regio-nes rurales y urbanas, del 33% en 2004 al 28% en 2007. No obstante, persisten las diferencias, en particular en las zonas rurales: mientras el 94% de los europeos disfruta de cobertura de redes de banda ancha, en las zonas rurales la cobertura solo alcanza al 80% de la población (Comisión Europea, 2010b).

4. Resumen y conclusionesLa necesidad de responder a un contexto más competitivo en un entor-no económico de creciente globalización, con menos defensas internas y de aceleración del cambio tecnológico, que agudiza la competencia, ha impulsado en la UE cambios en sus políticas para enfrentar de manera más eficaz aquellos retos. La Estrategia para el Crecimiento y el Empleo, nacida en Lisboa en 2000, se sitúa en el centro de esos de-safíos con el objetivo de estimular el crecimiento y crear más y mejores empleos, al tiempo que favorecer una economía más sostenible e inno-

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opea vadora. Se trata de potenciar la cooperación entre la UE y sus países y

regiones para acometer las reformas dirigidas al logro de los objetivos de la Agenda mediante la inversión en capacidades de las personas, la ecologización de la economía y la innovación.

De este planteamiento ha surgido, entre otros cambios, una progre-siva territorialización y mayor coordinación de las políticas de I+D y de la de cohesión, las dos más directamente implicadas en los objetivos de la Agenda de Lisboa, proceso acelerado especialmente después de su renovación en 2005.

Se parte de que la innovación y el desarrollo tecnológico no solo son componentes básicos de la estrategia general de competitividad y crecimiento de la UE, sino también un instrumento de desarrollo de las regiones menos avanzadas. Se busca, pues, potenciar la com-plementariedad y las sinergias de las políticas comprometidas con la innovación y el desarrollo. Ello supone que la competitividad europea, en un contexto de globalización, pasa por mejorar el potencial inno-vador de todas sus regiones y el favorecer el reequilibrio territorial que depende de las capacidades de innovación y desarrollo tecnológico de cada región.

Consecuentemente, se han redoblado los esfuerzos para crear un entorno regional que fomente la innovación, la investigación y el de-sarrollo. En esta dirección, la política de I+D ha ido dando entrada lentamente a criterios más descentralizados en su diseño, culminando en el 7PM donde se han introducido en las diferentes categorías en que se organizan sus objetivos, distintas actuaciones adaptadas al con-texto socioeconómico de cada territorio para robustecer el potencial innovador de cada uno de ellos y su tejido empresarial, con iniciativas especificas para las regiones y las PYME. Todos los programas espe-cíficos colaboran en promover y alentar la creación de polos europeos de excelencia científica que promueve el EEI impulsando los vínculos entre los agentes institucionales y económicos para acelerar el cumpli-miento de la Agenda de Lisboa.

De forma convergente, la política de cohesión ha ido otorgando progresivamente mayor importancia a la innovación en los sucesivos periodos de programación, proceso coronado con la programación

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opara 2007-2013 donde se pretende potenciar la capacidad innovadora, la iniciativa empresarial y el crecimiento de la economía del conoci-miento de las regiones europeas, especialmente de las menos desarro-lladas. Por esta vía se impulsa, asimismo, el desarrollo de la Estrategia de Lisboa mediante el denominado “earmarking”, esto es, la reserva de fondos para ser gastados en proyectos específicos, lo que obliga a utilizar un elevado porcentaje de los recursos, el 60% como mínimo, en los objetivos de la Agenda.

Datos favorables para el logro de tales objetivos en las dos políticas son la existencia de una misma estructura temporal, el elevado incre-mento de los recursos respecto del 6PM, así como la posibilidad de emplear financiación complementaria entre el 7PM, el PIC y los fon-dos estructurales. Menos favorable es la insuficiencia de recursos a pe-sar de los esfuerzos realizados en las perspectivas financieras actuales (2007-2013). Se trata de una financiación escasa frente al crecimiento de la brecha con nuestros competidores en el mundo y la importancia que alcanzan las disparidades interterritoriales entre países y regiones de la UE en lo que atañe a innovación e I+D, acentuadas por las úl-timas incorporaciones a la Unión. Además, la intensidad de la crisis económica puede agravar la situación financiera en la UE y reforzar las tendencias centrífugas de algunos estados miembros, manifestadas en la discusión de las perspectivas financiaras pasadas y en las dificultades que ya se atisban en la conformación de los consensos básicos para las próximas, todo lo cual probablemente termine reduciendo los recursos del presupuesto o condicionándolos nacionalmente, en detrimento de los objetivos de las políticas.

También las empresas están sufriendo el impacto de la crisis, como bien pone de manifiesto el trabajo específico de Kanerva y Hollan-ders (2009) recogido por el European Innovation Scoreboard (EIS) (Comisión Europea 2010c) referido a abril de 2009 con base en un análisis de la encuesta Innobarómetro 2009 sobre la innovación en las empresas en la UE-27. Allí se concluye que el 23% de las empre-sas innovadoras han disminuido sus gastos en innovación como un resultado directo de la crisis económica, y que el 29% de las empre-sas esperan que sus gastos en innovación para 2009 sean más bajos

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opea que en 2008. Esto indica una marcada transición desde el periodo

2006-2008, donde sólo el 9% de las empresas había disminuido los gastos en innovación, lo que redundará en una evolución más lenta del proceso de potenciación territorial de la innovación.

En todo caso, es de esperar que la mejora en la inversión y coordi-nación de las políticas mejore los resultados regionales en la situación de la I+D europea. La edición 2009 del “European Regional Innova-tion Scoreboard (RIS), recogida en la edición de 2009 del European Innovation Scoreboard (EIS) ofrece una evaluación comparativa del rendimiento de la innovación a través de las regiones de la Unión Eu-ropea y Noruega, según cinco grandes grupos que se muestran en el

Fuente: European Regional Innovation Scoreboard 2009 (RIS), Comision Europea 2010c

Mapa 3. Resultados de la Innovación a través de las regiones de la Unión Europea y Noruega

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oMapa 3, cuyos contrastes en gris presentan los siguientes resultados (Comisión Europea 2010c): en el tono más oscuro se indica al grupo de regiones de elevados resultados (las más exitosas). El siguiente tono algo más claro, se señala el grupo de regiones de resultados medio-altos. A continuación, el tono más claro que el anterior, recoge el gru-po de regiones en la media de los resultados. El penúltimo tono, más claro aún, se refiere al grupo de regiones de resultados medio-bajos. Y el último y más claro tono muestra al grupo de regiones de bajos resultados.

Pueden señalarse ciertas diferencias de localización en relación a estos resultados, de manera que las regiones más exitosas se encuen-tran en la Europa del norte (los países Escandinavos, Reino Unido, Alemania y Países Bajos). La mayor concentración de regiones menos exitosas se sitúa en la antigua Europa del Este y Grecia. Las regiones de los países del occidente europeo ocupan una posición intermedia que, no obstante se degrada hacia el sur decayendo en la calidad de los resultados. Se destaca la existencia de contextos regionales muy diferentes, incluso dentro de cada país, existiendo a menudo casos de regiones que superan la media de resultados del estado al que perte-necen. Por tanto, las capacidades de I+D siguen estando muy des-igualmente repartidas por diferentes regiones. El número de zonas de alto rendimiento es limitado, mientras que el número de éstas en las que la I+D no juega un papel central para el desarrollo económico es comparativamente alta.

Otros indicadores de I+D, como empleo en sectores de alta tecnolo-gía, recursos humanos en ciencia y tecnología o patentes, inciden en la disparidades regionales con una lógica de localización similar a la indi-cada anteriormente, como bien señala el 5º Informe sobre la cohesión eco-nómica social y territorial (Comisión Europea, 2010d) para el año 2008.

De cara al futuro, además de aplicar las políticas y programas, per-severando en la actual estrategia, es preciso acelerar la construcción del EEI con más participación regional, donde han de fortalecerse sistemas de I+D más periféricos, facilitando su interactuación con el sistema productivo. Han de hacerse más abiertos por cuanto su éxito depende del intercambio de información, de la cooperación y de la

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opea regulación. Asimismo, han de conceptuarse como nodos regionaliza-

dos en una red interregional e internacional, cada vez más europea. También deberían incrementarse los recursos para igualar el esfuerzo de nuestros competidores más avanzados.

La crisis no debería frenar mucho estos desarrollos, aunque en al-gunas regiones, en los países menos desarrollados, ya se están resin-tiendo por la reducción de los recursos nacionales. En todo caso, es pronto aún para valorar la nueva estrategia. Los cambios estructurales tardan en madurar.

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Repeat the existence of crisis of Social Sciences as crisis of the paradigms of modernity is already almost a common place. It is not, however, when this crisis relates to the ways of thinking about society today, because if the paradigm source of the Social Sciences is on track to be replaced, has not yet have a social science that enables think what social differently to as thinks the modernity. In this way, we are caught in the

inability to continue to think through social science previous and the same time, in the need to think, explain

and understand the world today.With what social science do we believe in contemporary society? The question is of high relevance because the universities have the role of forming social scientists able to interpret the social events. Hence the importance of wonder about the social thought.

Ciencias Sociales, universidades públicas, retos actuales

Challenges of the Social Sciences in Public Universities

development of the community, human development, rural development, education & society, perception

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Identification of Endogenous Development in the Farming

Communities

The purpose behind this study is to determine the basic concept which marginal farm workers possess concerning a series of areas or aspects re-lated to the development of their own particular community, especially the municipality of Atzitzihuacán, Puebla. In theory, a series of personal developmental indicators will ultimately permit an elaborate strategy to enhance the daily conditions of life of marginal farm workers in specified municipalities. There exists greater recognition indicative of the essence of education as a pillar economic and social development of a given nation at-tributed to not only extended programs but trough innovative investigative means. It is believed that once the areas of priority and needs are identified and perceived by the participants of the community under study, utilizing contextual characteristics, an elaborate educational strategy will primarily permit the communities to reach a productive transformational process.

Key words:

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Identificación de indicadores de

desarrollo endógeno en comunidades campesinas

Fecha de recepción: 30 de octubre de 2009Fecha de aceptación: 18 de febrero de 2010

Bertha Lucía Martínez Mahr1

1 Doctorante del Programa de Estrategias para el Desarrollo Agrícola Regional del Colegio de Postgraduados, campus Puebla. Nacionalidad mexicana. Profesora de tiempo completo de la licenciatura en educación y adscrita al departamento de Humanidades de la Universi-dad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua. Heroico Colegio Militar s/n. Tel. (656)688 3894. [email protected].

SecciónVaria

Palabras clave:

El propósito de este estudio es básicamente determinar la concepción que campesinos marginados poseen acerca de una serie de áreas o as-pectos relacionados al desarrollo de su comunidad, específicamente del municipio de Atzitzihuacán, Puebla. Se pretende con ello, identificar una serie de indicadores de desarrollo propios de la entidad que per-mitan elaborar una estrategia para mejorar las condiciones de vida de

campesinos marginados en el Mu-nicipio. Existe un reconocimiento cada vez mayor de que la educación es uno de los pilares del desarrollo económico y social de una nación a través no sólo de programas de extensión, sino por medio de la in-

vestigación. Se cree que una vez identificadas las áreas prioritarias de necesidades percibidas por los integrantes de las comunidades bajo estudio, de la observación de las características contextuales, se podrá elaborar una estrategia primordialmente educativa que permita a las comunidades alcanzar un eficaz proceso de transformación.

Desarrollo de la comunidad, desarrollo humano, desarrollo rural, educación y sociedad, percepción

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sinas Antecedentes

Es evidente que la mayoría de los proyectos de desarrollo comunitario surgen de la inquietud de los investigadores, del mismo Estado a través de instancias gubernamentales y del interés de algunas organizaciones por lograr mejores condiciones de vida para las personas. Sin embar-go, y a pesar de que estas iniciativas son cada vez más incluyentes, en pocas ocasiones se toma en cuenta la percepción de quienes están bajo estudio. Un tema por demás sugerente es el penetrar en las percepcio-nes personales identificando factores que la misma comunidad podría considerar relevantes para alcanzar el desarrollo que ellos mismos se plantean como necesario. La creciente preocupación por incorporar a comunidades marginadas a los esquemas de desarrollo propios de sociedades capitalistas permite que pasen inadvertidos aspectos im-portantes que subyacen en aquellos(as) que conforman dichas comu-nidades.

Los modelos y proyectos de desarrollo nacional en el pasado han sido diseñados con una visión macroeconómica y, en general, mues-tran un carácter asistencial. Los programas Progresa y Procampo son una muestra de ello. Progresa atiende particularmente tres aspectos del desarrollo: educación, alimentación y salud. Sin embargo, evidencia una falta de adecuación hacia las necesidades y costumbres reales de la población a la cual asiste. Por otro lado, Procampo tiene como misión “canalizar apoyos y servicios que el gobierno federal otorga a los pro-ductores y a la comercialización agropecuaria para la instrumentación de políticas sectoriales”. A su vez, Progresa (2000) tiene la finalidad de incrementar la productividad del campesino y con ello alcanzar el desarrollo y modernización del campo impulsando la participación activamente en la definición de las políticas sectoriales en materia de apoyos y servicios a la producción y comercialización. Lamentable-mente, a pesar de las buenas intenciones de quienes toman las decisio-nes y participan en el diseño y puesta en práctica de dichos programas, nuestro país tiene una larga historia de fracasos. Al respecto, Adato et al. (2000) publican los resultados de la evaluación a Progresa llegando a las siguientes conclusiones:

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ahrPara la mayoría de los pobres del mundo, la red de progra-

mas de seguridad pública es la única esperanza para superar la pobreza y desnutrición. Pero la adecuada combinación de incentivos y apoyos pueden ser difíciles de alcanzar….En combinación con el Gobierno de México, IFPRI llevó a cabo una rigurosa revisión del impacto de PROGRESA en educación, salud, alimentación y pobreza rural así como en la ejecución general del Programa. Dicha evaluación se basó en encuestas a individuos en 24, 000 hogares en 506 localidades asignadas al azar beneficiadas por el Progra-ma de PROGRESA y otras que no recibían apoyos del Programa. Se incluyeron los siete estados donde éste se implementó por vez primera como programa piloto. La investigación arrojó serias dudas sobre la efectividad de dicho Programa.

Aparentemente, se evidencia la falta de capacidad para hacer lle-gar los recursos y los beneficios de dichos programas a la gente más necesitada de ellos. Ello confirma que la “inadecuación” que referimos expresa aspectos tan simples como incluir en la despensa de Progresa productos sin criterios adecuados dado que ocurre que indígenas y campesinos muchas veces prefieren tirarlos o alimentar con ellos a sus animales porque no forman parte de su dieta. Es decir, los beneficia-rios desechan los productos al no hacer el consumo respectivo como sucede con alimentos como leche en polvo y papillas con valores nu-trimentales aceptables. Por otro lado, en contadas ocasiones se han in-cluido a los actores de las regiones sociales que viven inmersos en mo-delos microeconómicos. Una experiencia exitosa de este tipo es el Plan Puebla, dirigido por el Colegio de Postgraduados, el cual incorporó los conocimientos tradicionales de productores agrícolas de la región. Sin embargo, es difícil encontrar proyectos de desarrollo comunitario que incluyan estudios perceptuales con el objetivo de identificar elementos importantes que permitan entender la lógica de los productores agrí-colas, y partir de ahí, para la construcción de indicadores de desarrollo propios de la región, evitando caer en patrones preconcebidos sobre el Desarrollo que sólo nos conducirán a nuevos fracasos por no ajustarse a las necesidades de grupos locales.

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sinas El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 del Gobierno de la Re-

pública Mexicana afirma que para el presidente Felipe Calderón el sector agropecuario es estratégico y prioritario para el desarrollo del país. En este contexto, el plan refiere:

en el diseño y elaboración del Programa Sectorial se contó con la activa participación de la sociedad rural a través de los 32 Foros de Consulta Pública que se realizaron en el territorio del país… en estos foros se recogieron las in-quietudes y opiniones de los principales actores del sector, expresadas en más de 11 mil propuestas sobre las políticas, las estrategias y las acciones que se deben instrumentar para alcanzar un desarrollo equilibrado y armonioso de las actividades agropecuarias que permitan mejorar sus-tancialmente la calidad de vida de sus habitantes.

Lamentablemente, en muchos casos, los equipos de desarrollo que carecen de facultades sociológicas contemplan a los participantes del proyecto como una mera colección de personas —beneficiarios poten-ciales por supuesto— y no como grupos estructurados de individuos activos que cuentan con sus propias estrategias, formas organizativas, creencias, percepción de necesidades, motivaciones y deseos de ayudar a planificar y realizar cambios que afectarán su propia vida y la vida de las generaciones venideras (Kottak, 2003).

En este sentido, se cree que la lógica, aspiraciones y expectativas de los miembros en comunidades rurales marginadas difieren de manera importante de las del resto de la sociedad por encontrarse en relación estrecha con la identidad y cultura propias de los pueblos indígenas. Lo que se pretendía lograr a través de este proyecto era penetrar en esa percepción personal de la realidad.

Esta concepción abre una perspectiva para pensar la equidad social en el sentido de la diversidad ecológica y cultural. El desarrollo no se mide entonces por un patrón homogéneo de bienestar y, por ello, no puede resultar de una planificación centralizada de las condiciones de existencia de una población culturalmente diversa. Apegándose a la línea del presente trabajo se advirtió necesario evaluar el desarrollo a través de las necesidades sentidas y los valores subjetivos de las co-

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ahrmunidades estudiadas y de tal manera que el desarrollo pueda iden-

tificarse a través de un proceso de reapropiación y autogestión de las condiciones de vida de la población.

Para hablar de una propuesta factible de desarrollo en comunidades campesinas marginadas de Atzitzihuacán, Puebla, se percibe nece-saria una modificación de fondo del modelo económico que ahora predomina, y además requeriría poner énfasis en aspectos sociopolí-ticos y culturales. Lo que es más, dentro de las estrategias de desarro-llo humano se destaca que la libertad constituye el componente más importante:

los individuos deben participar libres y activamente en la vida económica y política, determinando prioridades de desarrollo, formulando políticas, llevando proyectos a la práctica y eligiendo la forma de gobierno, con el fin de influir en la construcción de su propio entorno ( Jiménez Guzmán, 2005).

Desafortunadamente, las distintas experiencias ponen al descubier-to que el desarrollo se sigue evaluando con parámetros propios del modelo imperante. Así, por ejemplo, el denominado núcleo irreducti-ble de necesidades básicas universales, a través del cual se mide la cali-dad de vida, ubica al sujeto dentro de la categoría de pobreza absoluta cuando dichas necesidades no son satisfechas, teniendo como norma el estilo de vida urbano imperante en las sociedades industriales. Los componentes básicos que se utilizan para construir los diferentes ín-dices de evaluación del desarrollo están basados en la satisfacción de las necesidades básicas, en particular, la calidad de la vivienda en cuan-to a materiales de construcción y espacio, adecuación sanitaria (agua, drenaje y excusado), adecuación energética en relación a electricidad y combustible para cocinar y educación (Boltvinik, 1996).

Esta generalización de los indicadores de medición se sustenta en un enfoque de generalidad del ser humano vinculado a procesos cada vez más evidentes de la globalización mundial. Así, tanto las necesida-des como los satisfactores humanos recorren un proceso hacia la ho-

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sinas mogeneización en sus características generales. Sin embargo, se debe

tener presente que este proceso está matizado de forma determinante por componentes subjetivos, que expresan contenidos culturales espe-cíficos. De manera que sin dejar de lado la necesaria identificación de índices de desarrollo expresados en indicadores económicos y sociales, en sí limitados, se tendrá que rebasar éstos e incorporar elementos de carácter cultural y su diversidad étnica.

Ya no es momento de hablar de si nos apegamos o no a un modelo de desarrollo específico sin antes abordar los alcances de una vida dig-na de nuestras comunidades marginadas, que parten del respeto y del reconocimiento de la diversidad en todo sentido y de la construcción de una verdadera democracia entendida como forma de vida, y no únicamente como elección “libre” de nuestros dirigentes en el plano político. El reto es convocar a la participación activa de los miembros de las comunidades que buscan un desarrollo a la “medida”, que parta de la propia percepción de los sujetos sobre lo que es deseable o bueno para ellos. Se requiere reconocer individuos capaces de asimilar su historia, a la vez que construyan su propio destino de tal manera que los proyectos deben considerar la capacidad de pensar, analizar, crear, de manifestarse en la libertad y en la autorrealización; para ello se requieren condiciones sociales diferentes a las actuales.

Por tanto, una estrategia adecuada deberá enfocarse necesaria y pri-mordialmente en el fortalecimiento de la percepción de control ante el entorno, en la búsqueda de más y mejores formas de organización y en el rescate de medidas adoptadas por los mismos productores para hacer frente a las condiciones de pobreza en las que vive el campesino. Se considera que un programa de desarrollo para elevar la calidad de vida de los adultos ha de ser el resultado de una sistematización de los conocimientos, habilidades y destrezas que éstos perciban como nece-sarias tanto para lograr su crecimiento interno como para mejorar sus posibilidades de alcanzar nuevas oportunidades en el mundo cultural y de trabajo que, en su conjunto, contribuyen a elevar su calidad de vida. Se reconoce, por un lado, la capacidad del adulto para definir sus pro-pósitos y, por otro lado, la capacidad de la educación para sistematizar los medios para que el adulto logre sus propósitos.

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ahrLa identificación y el planteamiento del problema en este texto se

fundamentan en que los programas de desarrollo se evalúan desde un enfoque exógeno que, en nuestra opinión, no corresponde a la cos-movisión de los campesinos. Son pocos los programas de desarrollo que incorporan dentro del diseño de la estrategia la percepción de los sujetos sociales sobre su entorno, así como las expectativas de éstos ha-cia el desarrollo. El presente artículo tiene como principal aportación contribuir a identificar el enfoque endógeno en comunidades cam-pesinas teniendo como referencia la experiencia de la comunidad del municipio de Atzitzihuacán, Puebla.

En resumen, la investigación en turno —que forma parte de un pro-yecto mayor— proporcionó información relevante que nos ofrece una clara evidencia sobre cómo los miembros de comunidades marginadas del municipio de Atzitzihuacán perciben su medio. Dicha informa-ción permitió contrastar la relevancia de indicadores preestablecidos con aquellos que los campesinos consideran necesarios para alcanzar un proceso eficaz de desarrollo propio de la región. Así se resuelve qué tan conscientes están de su capacidad de transformar o modificar sus circunstancias. Del mismo modo, se pudo detectar qué cosas perci-be el adulto como necesarias para alcanzar un desarrollo interno para mejorar sus posibilidades de logro ante su entorno. Los resultados se muestran en los siguientes apartados, pero antes vale referir para qué es necesario estudiar el desarrollo y su percepción.

¿Para qué estudiar la percepción del desarrollo?En el pasado, la columna vertebral del desarrollo fue el crecimiento económico. Ahora, el desarrollo se encuentra un poco más orientado al bienestar y al desarrollo de la población. Con todo, el desarrollo no es únicamente la consecución de una serie de objetivos o realizaciones materiales sino un proceso social que permite a los seres humanos mejorar progresivamente sus capacidades para alcanzar niveles más elevados de éxito material, de progreso social y cultural y de plenitud psicológica. Es imperiosa una nueva teoría que subraye la función di-námica de la información, las actitudes, las instituciones sociales y los valores culturales en el proceso de desarrollo. Es imperativo esforzarse

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sinas por elaborar una teoría del desarrollo individual y social centrada en el

ser humano, que conduzca a la formulación de estrategias más eficaces para acelerar el proceso de desarrollo (Bruner, 2003). Así, la cultura, las experiencias y percepciones de los actores sociales bajo estudio no pueden soslayarse en una investigación relacionada al desarrollo. Pri-mero como factores ineludibles, aunque el modelo economicista no ha profundizado en ellos, y después como una dimensión central que parecía ofrecernos la explicación de aquellos modelos del desarrollo que fracasaron por extrapolaciones sin cultura y por estudios que se empeñan en ignorar la historia de la comunidad. Así, se ha reconocido cada vez con mayor énfasis la importancia de la cultura incluyéndola en los programas actuales de una manera más activa, variada y comple-ja frente al desarrollo.

La cultura se incorpora como una dimensión que cuenta decisi-vamente en todo proceso de desarrollo tanto como el fortalecimiento institucional, la existencia de tejido y capital humano y las formas de organización social. Es evidente que la relación entre cultura y desa-rrollo ha cambiado. La cultura no es ya un factor agregado o secun-dario de los proyectos de desarrollo. Los cambios sociales que se han originado matizan el concepto de cultura, y por lo tanto, redefinen la naturaleza de sus relaciones con el desarrollo.

De ahí la importancia de identificar de manera clara y precisa para cada una de las comunidades rurales marginadas, cuáles son los ele-mentos que nos muestran el potencial de desarrollo endógeno propio de la región. La identificación de aquéllos exige destacar los que pue-dan constituirse en las mayores fuentes de sinergias para su acción coordinada y procurando la estructuración de una estrategia de desa-rrollo que coadyuve a su plena utilización. Así, el desarrollo endógeno, el desarrollo local, es un modo de promover el desarrollo que toma en cuenta el papel de todos esos factores necesarios para convertir en di-námicas las potencialidades que pueden identificarse al examinar una unidad socio-territorial delimitada.

Se trata de generar un modelo de desarrollo que aumente las capa-cidades internas del Municipio de Atzitzihuacán de modo que puedan ser utilizadas para fortalecer las comunidades del municipio y su eco-

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ahrnomía de adentro hacia fuera de manera sustentable y sostenible en el

tiempo. Cabe señalar que el aspecto económico es importante, pero lo es aún más el desarrollo integral de la comunidad como conjunto de individuos y el desarrollo del individuo mismo en el ámbito moral, cultural, social, político, y tecnológico. Esto permite convertir los re-cursos humanos, materiales e intangibles de la comunidad en el eje de su desarrollo local.

Así, definir un modelo de desarrollo endógeno permite constituir y promover una sociedad capaz de contener en sí misma los modos y medios de producción necesarios para cubrir las necesidades bási-cas y ampliadas de las personas que la integran, mediante la imple-mentación de una serie de estrategias que abarcan aspectos culturales, económicos, educacionales y de innovación tecnológica en su sentido más amplio. En este contexto las comunidades adquieren poder para organizarse y desarrollar su potencial agrícola, industrial, humano, et-cétera buscando la integración de cada uno de los individuos que antes fueron excluidos de la toma de decisiones y así construir redes produc-tivas en donde los habitantes participan de manera activa en igualdad de condiciones.

Por último, una estrategia de este tipo busca la organización de las comunidades con la finalidad de implementar mecanismos para el combate a la pobreza, mejorar la calidad de vida de sus habitantes, reducir los índices de migración, fortalecer la visión proactiva para res-tablecer el sentido de participación en las zonas rurales marginadas. En resumen, se intenta con ello dar respuesta a un fenómeno que es una de las razones relevantes del programa de estrategias: el combate a la pobreza a través de la identificación de lo que las personas que viven en comunidades marginadas entienden por desarrollo. La acu-mulación de esta información pretende encontrar o ilustrar cuáles son algunas de las causas que impiden que estas comunidades alcancen el desarrollo esperado.

Metodología para enfocar el desarrollo comunitario endógenoComo parte de la estrategia de investigación este apartado se ha di-vidido en dos secciones. Dado el propósito del presente estudio, el

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sinas cual está enfocado a la determinación de componentes relacionados al

desarrollo comunitario endógeno con la finalidad de identificar indi-cadores, usamos un enfoque metodológico mixto (investigación cua-litativa y cuantitativa). Esta visión metodológica permite en primera instancia sondear la percepción de los individuos acerca del desarrollo en su comunidad a través de entrevistas abiertas. A partir de este pri-mer acercamiento se está en condición de identificar los aspectos im-portantes para alcanzar el desarrollo en la entidad desde la percepción particular de los integrantes.

La experiencia de la comunidad. Del enfoque a la consulta de la informaciónApartado 1. El enfoque. El enfoque endógeno propio de esta investiga-ción, contrario de inicio a los enfoques economicistas, hace imprescin-dible una consulta a lo que Delgado (2006, Pág. 4. al citar al Programa de Desarrollo PNUD) denomina consultar la capacidad de elección de las personas en sus procesos de desarrollo.

Esta consulta cualitativa inicial tiene como objetivo la construcción de indicadores provenientes de los sujetos de estudio al observar a los participantes en su campo natural de acción e interactuar con ellos en su propio idioma (Gall y Borg, 2003: 438) para identificar constructos dentro de los datos descriptivos. Bajo este esquema de investigación cualitativa, el estudio descriptivo constituye la herramienta estratégica de diagnóstico que determinará no los niveles de desarrollo de la comu-nidad sino la capacidad de elección de las personas dentro de procesos de desarrollo endógeno como actividad constante (Delgado, 2006: 5).

El enfoque descriptivo en esta investigación trata de describir un fenómeno y establecer su conceptualización (Gall y Borg. 2003: 439). Su carácter eminentemente cualitativo tiene como finalidad práctica la obtención de indicadores para la elaboración de un segundo instru-mento que permita, a través de un procedimiento reflexivo, sistemático y crítico (Eizaguirre y Zabala. 2006: 3), diseñar y facilitar el estudio descriptivo.

Este enfoque con base en Prada, Actis y Pereda (1997: 2) pretende el reconocimiento de la capacidad reflexiva de los participantes, dado

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ahrque pueden proponer múltiples formas de intervención versus orien-

taciones “obvias e incuestionables”. Además, al adquirir el esquema o estatus de asistentes, no asistidos, se evita que se sigan convirtiendo en agentes pasivos de programas de desarrollo. En este enfoque se destaca que existen diferentes formas de integración de los marginados enfa-tizando que las más efectivas son aquellas por las que se opta de ma-nera consciente. Este flujo de acción, basado en la participación seria y reflexiva, se separa del recurso abusivo de la encuesta “obvia e incues-tionable” para captar las necesidades subjetivamente experimentadas y pretende incluir a los sujetos y a su entorno social como unidad. Trata, asimismo, de considerar los resultados de alienación social y la gene-ración de necesidades sociales desde arriba en conjugación con lo que refiere Ibañez (1979, en Prada, Actis y Pereda, 1997: 8).

Para visualizar la importancia de este sistema metodológico, cabe mencionar que el esquema tradicional de detección establece en pala-bras de Prada, Actis y Pereda (1997: 11) una relación asimétrica en la que los responsables diseñan los servicios profesionales, los voluntarios los aplican y los usuarios los consumen desde una posición depen-diente. Por el contrario, en un enfoque de participación se posibilita la comprensión de la realidad social como una totalidad, concreta y com-pleja a la vez. Por tanto, estos investigadores refieren que este nuevo enfoque supone no limitar el análisis o las posibilidades de detección y acción en ningún sentido invitando a los participantes a que constru-yan su propio conocimiento.

Apartado 2. El Método. La guía general de entrevista se conside-ra el instrumento más adecuado para recopilar información debido a que presenta una serie de temáticas relativamente independientes que conducen a inducir cuestionamientos exploratorios. Las temáticas a abordar fueron presentadas a cada uno de los participantes seleccio-nados bajo el criterio de informantes clave, por lo que el orden en que los temas son abordados y las preguntas no son previamente predeter-minadas. Estos, temas y preguntas, son decididos por el entrevistador conforme al desarrollo del ritmo de la entrevista (Patton, 2001 en Gall, Gall y Borg. 2003: 239).

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sinas Apartado 3. Los participantes. Los estudios realizados apoyándose

en informantes clave reclaman que las unidades de análisis, en este caso personas de la comunidad de Atzitzihuacán, resulten representa-tivas, abiertas y decididas a participar (Gall, Gall y Borg. 2003: 165). En cada caso, el entrevistador debe o debió ser capaz de identificar y seleccionar a aquellos individuos que posean un mayor grado de co-nocimiento de la problemática y un buen nivel de expresión (Op.cit.: 237). Con base en los mismos autores, el muestreo con propósito claro resulta el más adecuado para esta primera fase, y dado que puede ser una única persona por comunidad la que forme parte de la represen-tatividad del muestreo de acuerdo a expertos (Op.cit.: 165), se decidió entrevistar a dos sujetos en cada comunidad objeto de estudio. La in-tención de incluir a dos personas por comunidad estriba en dividir por sexo la información para así poder, o no, establecer diferencias en la información con base en una perspectiva de género.

Apartado 4. Del Instrumento. Antes de delinear parte de los resul-tados de la entrevista cualitativa sobre la percepción de los sujetos en cuanto a los procesos de desarrollo propios de la comunidad, cabe mencionar que se estuvo en condiciones de construir un segundo instrumento cuya intención fundamental fue lograr la identificación de la percepción atribucional de los individuos sobre los procesos de desarrollo endógenos de su comunidad.

El instrumento resuelto es una encuesta estructurada a través de una escala tipo Likert, con un complemento cualitativo de clarifica-ción conceptual por reactivo que constó de un total de 35 reactivos. Se tomó la decisión de utilizar como índice de consistencia interna el Split and Half, ya que se recomienda y asume válido cuando se resuelve una sola aplicación. En este sentido, el análisis de consistencia interna (Guttman, Split and Half ) arrojó un coeficiente de 0.69 puntos que, con base en Garson (2008), es aceptable conforme al tamaño de la muestra y dado que se establece que regularmente un alpha de 0.60 es también aceptable cuando se trata de estudios exploratorios, como es el caso que nos ocupa.

Conforme a nuestra experiencia, la identificación y el planteamien-to del problema se fundamentan en que los programas de desarrollo se

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ahrevalúan tradicionalmente desde un enfoque exógeno, que no corres-

ponde necesariamente a la cosmovisión de los campesinos. En nuestra opinión, resultan pocos los programas de desarrollo que incorporan dentro del diseño de la estrategia la percepción de los sujetos sociales sobre su entorno así como las expectativas de éstos hacia el desarrollo. Según se ha insistido, el presente proyecto tiene como principal apor-tación identificar el enfoque endógeno en comunidades campesinas. Para lograrlo, se resolvió diseñar un instrumento que permita obtener respuestas por parte de las comunidades campesinas que conduzcan a responder las siguientes preguntas sujetas a investigación:

1. ¿Cuál es la utilidad del estudio de la Teoría de la Atribución en comunidades marginadas?

2. ¿Cuál es la principal aportación de los procesos de desarrollo endógeno en comunidades marginadas?

3. ¿Las atribuciones que hacen los sujetos sociales en las comuni-dades marginadas difieren según la edad, el sexo y/o la comuni-dad de pertenencia?

4. ¿La escolaridad de los sujetos sociales en comunidades margina-das determina el Locus de Control?

5. ¿Podríamos hablar de un estado de indefensión aprendida en sujetos que viven en comunidades campesinas marginadas?

Así, la construcción de dicho instrumento correspondió a ope-rar el objetivo general que propone generar una herramienta válida y confiable, aplicable a cuatro comunidades consideradas como de “alta marginación” en el municipio de Atzitzihuacán, Puebla, para evaluar la percepción atribucional de sus habitantes en torno a un grupo selecto de indicadores de desarrollo comunitario. En específico, la informa-ción recogida permitió a) identificar, a través de las atribuciones hechas por los sujetos en comunidades marginadas, procesos de desarrollo en-dógeno, b) identificar la percepción personal de capacidad de cambio en los miembros de cuatro comunidades campesinas marginadas y c) identificar posibles diferencias en cuanto a género, escolaridad de los individuos y las comunidades.

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sinas En general, esta investigación comparte la misma idea que el

PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) plan-tea respecto al desarrollo endógeno, la cual establece que el desarrollo, en última instancia, es “un proceso de ampliación de la capacidad de elección de las personas” y no simplemente una cuestión de ingresos nacionales. Ante esta propuesta, no sorprende que los países en desa-rrollo y sus asociados internacionales utilizen el informe tanto para ca-librar los resultados y configurar nuevas políticas como para centrar el debate mundial sobre cuestiones clave de desarrollo proporcionando al mismo tiempo nuevos instrumentos de medición y de análisis, innova-dores que a menudo ponen en controversia las diversas propuestas de políticas de intervención pública.

La experiencia del trabajo de campo. De los participantes hasta los resultadosApartado 1. De los participantes. El universo de estudio estuvo integra-do por cuatro comunidades de las nueve que conforman el municipio de Atzitzihuacán, Puebla: San Miguel Aguacomulicán, San Francisco Xochitiopan, San Juan Amecac y San Mateo Coatepec. De acuerdo con los resultados del II Conteo de Población del 2005 del INEGI, la población total del municipio poblano equivale a 11,016 habitantes de los cuales 5,040 son hombres y 5,976 son mujeres. Al respecto algo interesante que resaltar son los altos índices de migración presentes en el municipio (ver Conapo, 2000 y 2005). Si observamos la infor-mación obtenida en el Censo General de Población y Vivienda 2000 (ver INEGI, 2000 y 2005), la población total en ese año era de 11,645, siendo 5,459 hombres y 6,186 mujeres. Esto significa que en el lapso de 5 años, el total de habitantes aparentemente se incrementó al ocu-rrir una mayor presencia de hombres y de mujeres.

Según se ha dicho, el rango de estudio de la presente investigación incluye a cuatro de nueve comunidades que conforman el municipio de Atzitzihuacán, esto debido a sus peculiares características que las hacen una unidad de estudio interesante. Entre éstas se tiene: San Juan Amecac es la de mayor extensión y la que presenta más activi-dad económica y, contradictoriamente, las comunidades que integran

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ahrel municipio de Atzitzihuacán registran características heterogéneas

en cuanto a costumbres y modos de ser de sus habitantes dado que, en algunos casos, es notable la diferencia entre los grados de pobreza existentes.

Teniendo como referencia los datos de población del INEGI y los del índice de marginación del Conapo (Consejo Nacional de Pobla-ción) respecto a Atzitzihuacán, los cuales indican que un criterio co-mún es que presentan un índice de marginación alto, se procedió a hacer una adecuación para esta investigación y así obtener que la dis-tribución poblacional porcentual por comunidad al universo de estudio es la siguiente: la mayor concentración de la población está en San Juan Amecac, al representar el 61%; San Francisco Xochitiopan y San Mi-guel Aguacomulican un 15% cada una y San Mateo Coatepec sólo el 9% de los datos recogidos.

La fase del trabajo de campo establece que del total de la población de la muestra se seleccionó a 24 sujetos de ambos sexos bajo el criterio de Informantes Clave. Este grupo permitió, con base en la tabla de muestreo mínimo para la prueba de hipótesis de Olejink (1984, citado por Gall, Gall and Borg, 2003: 143), resolver lo siguiente: 1) pará-metro alpha de Cronbach y Gutmann Split and Half para identificar la consistencia interna del instrumento, 2) establecer la prueba T en formato de grupos independientes para obtener diferencias de género y 3) realizar el análisis de varianza (ANOVA) para captar posibles varianzas entre grupos por edad y/o comunidad. En síntesis, como ya se mencionó, el criterio para la selección de la muestra fue identificar Informantes Clave distinguiendo que la inclusión incluyera un grupo cuyas edades oscilaran entre los 18 a 45 años, un 50% de informantes mujeres y otro 50% de hombres.

Apartado 2. De los materiales. Para validar la información y el pro-ceso se elaboró una escala tipo Likert para identificar primero los ni-veles de validez y consistencia interna respecto a la percepción de los informantes en torno a los indicadores de desarrollo comunitario. La estrategia se resolvió así, ya que las escalas Likert representan una bue-na estrategia para conducir mediciones de la personalidad y su objetivo consiste en “evaluar aspectos de la personalidad, rasgos, necesidades,

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sinas valores y actitudes” (Gall, Gall and Borg, 2003: 212). En este caso,

las escalas actitudinales son incluidas dentro de las mediciones de la personalidad y en estos términos una actitud se define (ídem: 214) como la percepción individual o disposición hacia un objeto particular que se asume como una persona, una cosa, una idea o un conjunto de procesos diversos.

Apartado 3. Resultados y conclusiones. Los resultados obtenidos su-gieren que los procesos que siguen las personas para interpretar su me-dio son extremadamente complejos, ya que la manera en que explican una misma realidad no está exenta de presentar diferencias significa-tivas entre individuos que forman parte de ese entorno o comunidad. La interpretación que hacen los campesinos de cuatro comunidades en Atzitzihuacán sobre los procesos de desarrollo propios de su re-gión determina que un gran número de ellos se reconoce como capaz al grado de visualizarse como promotores de procesos de desarrollo endógeno en sus comunidades. Así lo evidencian los resultados encon-trados y por sí mismos significativos.

Partiendo del hecho de que el análisis de confiabilidad Split and Half refleja un coeficiente de 0.69, se resuelve que el instrumento uti-lizado es aceptable. La información obtenida mediante un proceso de encuesta se ha organizado en siete indicadores que en definitiva per-miten observar la dinámica social de las comunidades estudiadas y también ofrecen una perspectiva amplia sobre la percepción personal de los campesinos respecto a su entorno, sus sentimientos y sus ex-pectativas de los procesos de desarrollo. Los indicadores de desarrollo prioritarios identificados como producto de las entrevistas realizadas a los campesinos se enmarcan en las siguientes temáticas: grado de pobreza, dinámica demográfica y sostenibilidad, participación y or-ganización ciudadana, entorno y medio ambiente, fomento de la edu-cación, capacitación y toma de conciencia, protección y fomento a la salud humana y apoyos al campo. En síntesis, el instrumento quedó constituido por 35 reactivos en total.

En el caso del indicador grado de pobreza destacan los siguientes hallazgos: la primera pregunta se enfocó en identificar la dificultad de las personas para encontrar ingresos suficientes. El análisis estadístico

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ahrindica que el 41.7% de los encuestados expresó que la posibilidad de

hallar trabajo al interior de la comunidad para que les permita llevar ingresos suficientes a su casa es “muy difícil de encontrar”. El 45.8% lo considera “difícil de encontrar” y tan sólo un 3% dijo que es “más o menos difícil” de encontrar o resolver esta necesidad. En el caso del instrumento cualitativo se encontraron las siguientes explicaciones: para el 83.33% de los varones y el 66.66% de las mujeres el problema principal en la comunidad radica en la inexistencia de fuentes de tra-bajo. Los conflictos secundarios en cambio, que refieren ambos sexos, van desde la falta de agua hasta la necesidad de “tener palancas”, o sea, contactos que los “recomienden” para trabajar y/o que se requieren co-nocimientos para manejar o emprender un negocio propio.

Una siguiente pregunta indagó la percepción que se tiene sobre la equidad de los salarios en relación con el género. En general, se tiene que en estas comunidades no se presentan diferencias entre el sueldo de los hombres y aquél que perciben las mujeres. El 70% de los encuestados considera que el salario es el mismo para ambos y el análisis cualitativo lo confirma en cierto sentido, ya que para el 83% de los hombres y para el 41.66% de las mujeres no existen diferencias en el pago dado que realizan el mismo tipo de trabajo en el campo. En específico, las respuestas expresadas por parte de los hombres indican: “se nos paga lo mismo porque existe igualdad en la comunidad”, “en ocasiones se les paga más a las mujeres porque trabajan más” o en otros casos “se nos paga más a los hombres porque aguantamos más”. Con esta última idea coincide el 25% de las mujeres cuando asumen que “se les paga más a los hombres porque el trabajo del campo implica fortaleza física y ellos son más aptos”. Esto significa que hombres y mujeres viven un aceptable esquema de distribución del ingreso dado que se percibe un proceso de equidad.

En relación con la pregunta tres, que refiere a si resulta suficien-te para cada persona “el dinero que gana cada quien con su trabajo”, reporta que al 58.3% nunca le alcanza para pagar sus gastos, el 25% asegura que a veces le alcanza, el 12.5% indica que rara vez le alcanza, el 4.2% señala que casi siempre le alcanza pero no le sobra nada. En estos casos destaca que no se reportó ni una sola respuesta que indique

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sinas que “el dinero siempre me alcanza para pagar todos mis gastos y me

sobra un poco para ahorrar”. Esta información supone entonces que las comunidades y sus habitantes son agentes vulnerables en términos de la pobreza y del desarrollo.

En el caso del segundo indicador, que se identifica como diná-mica demográfica y sostenibilidad, se tiene que busca identificar la percepción de los sujetos en relación a los procesos de migración, la sobrepoblación, parcelas destinadas a la siembra y a la posibilidad de diversificar actividades al interior de las comunidades. De las respues-tas obtenidas el 62% opina que la migración es muy frecuente en la comunidad, pues casi “todo mundo se va del pueblo”. Tanto los hom-bres como las mujeres coinciden, con una diferencia porcentual de 20 en la primera atribución, en que la causa principal del alto índice de migración es por la falta de fuentes de trabajo. Otras atribuciones in-teresantes que justifican la migración o incluso la diversificación de actividades son: “a causa de que los sueldos son muy bajos”, “son por culpa del gobierno” y porque “todo está muy caro”.

En relación con el número de hijos, se encontró que el 41.7% con-sidera que, en general, las familias se conforman con un número de hijos “más o menos grande”. Las atribuciones hechas en este sentido son muy similares entre hombres y mujeres. El 71.42% de los hom-bres estima que tienen pocos hijos porque “todo está muy caro”; el 14.18% acusa al proceso de migración de esta situación como al uso de anticonceptivos. En el caso de las mujeres, 85.71% respondió que crían pocos hijos debido a que ya tienen conciencia sobre lo difícil que resulta sostener una familia. El 14.18% piensa que la reducción en el número de hijos se debe a que es difícil mantenerlos.

De los hombres que piensan que las familias tienen demasiados hijos se tiene que el 60% atribuye este hecho a que las parejas no pla-nifican y el 20% indica que se debe a la falta de información. En el caso de las mujeres, el 60% de ellas piensa que las familias tienen muchos hijos por cuestiones de religión, por su insuficiente educación sexual o por la costumbre de saber o reconocer que la familia numerosa vive mejor. El 40% piensa que se debe a la falta de planificación.

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ahrEn cuanto a las parcelas de la comunidad destinadas a sembrar: el

66.7% considera que “hay un número más o menos”. El 29.2% de los encuestados percibe que “casi no hay parcelas para sembrar” y solo un 4.2% reconoce que “no hay parcelas para sembrar”. En las respuestas no se registraron casos en las opciones de “hay muchas parcelas dispo-nibles” ni en “hay demasiadas parcelas para sembrar”. En las respuestas cualitativas el 41.66% de los hombres atribuyen este número limitado de parcelas para sembrar a la sobrepoblación. El 16.66% lo atribuye a que las parcelas son de los ejidatarios. El resto de las atribuciones hechas por los hombres señaló: porque la gente emigra y deja de uti-lizarlas, porque no hay agua, porque no hay suficiente terreno, por-que la mayoría se dedica al campo y hay muchas parcelas destinadas a sembrar o porque sólo los mayores de 50 y 60 años tienen parcelas. En el caso de las mujeres, éstas solo hicieron dos tipos de atribuciones para explicar esta condición: el 85.71% dice que hay poco terreno para sembrar y el resto lo atribuye a los altos índices de migración.

Una siguiente información relacionada con el indicador dinámica demográfica y sostenibilidad refiere a “la posibilidad de diversificar actividades en tu comunidad, es decir, dedicarte a otras cosas además de la agricultura”. Sucede que el 58.3% de las respuestas aseguran que casi no hay posibilidades de diversificación de actividades en la comu-nidad; el 20.8% cree que las posibilidades son “más o menos” reales y 12.5% considera que “no hay posibilidades”. Tan solo el 8.3% piensa que “hay demasiadas posibilidades” de diversificación de actividades.

En el caso del indicador organización y participación ciudadana los resultados sugieren que tan sólo 3 de cada 10 personas (33.3%) piensan que los problemas de la comunidad deben ser resueltos por todos; 1 de cada 4 (25%) piensa que deben resolverse los problemas por unos cuantos ciudadanos; otro porcentaje similar, 25%, cree que la solución de problemas de la comunidad le compete a las autoridades municipales, un 8.3% piensa que nadie debe dar solución a los pro-blemas y un 8.3% considera que es responsabilidad del gobierno de la República. En relación al desempeño de quien o quienes se ocupan de darle solución a los problemas de la comunidad, el 62.5% estima que los que se encargan lo hacen más o menos; el 20.8% que lo hacen bien;

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sinas el 8.3% cree que lo hacen mal; el 4.2% percibe que lo hacen muy mal

y, finalmente, el 4.2% que lo realizan de manera excelente.Para complementar, el 41.17% piensa que no hay planes tendientes

a darle solución a los problemas de la comunidad, un 37.5% indica que “Hay muchos planes”, 16.7% reporta como respuesta “no saber” y 4.2% considera que “hay demasiados planes”. Una apreciación interesante es el hecho de que si sumamos los porcentajes obtenidos en “hay muchos planes” y “hay demasiados planes” se obtiene un porcentaje global de 41.7%. Casi el mismo porcentaje que obtuvo la opción “no hay planes”.

Respecto a la percepción de los campesinos en relación a las posi-bilidades de mejora de la comunidad es interesante hacer notar que el 37.5% percibe que “hay muchas posibilidades de mejora”; sin embargo, si sumamos los porcentajes obtenidos en “casi no hay posibilidades de mejora” (33.3%) y “no hay posibilidades de mejora” (4.2%) obtenemos justamente el mismo porcentaje, es decir, 37.5%. En cambio, un 25% de los encuestados dijo no saber si hay posibilidades de mejora o no en su comunidad. En este caso, el análisis cualitativo muestra resultados diametralmente opuestos entre la percepción de los hombres y la de las mujeres. El 33% de los hombres que opinaron que no hay posibili-dades de mejora en la comunidad, atribuyen esta situación a la falta de orientación. Para quienes perciben que sí hay posibilidades de mejora, esto se debe a que “nos interesa el bienestar de la comunidad”, pero para el 50% de las mujeres encuestadas las posibilidades de mejora en la comunidad son muchas “porque a la gente le gusta participar, trabajar, sólo necesitamos apoyo del gobierno”. El 25% piensa que no hay posibilidades de mejora y se lo atribuye al hecho de “porque no hay recursos y necesitamos de la mayoría de las personas”.

En el caso del indicador entorno y medio ambiente, se tiene que en relación al alumbrado público el 45% de los encuestados opina que, en general, es malo. La atribución hecha tanto por hombres y mujeres que vale la pena destacar es que el mal servicio de alumbrado público se debe a “el poco empeño o preocupación de las autoridades muni-cipales, ya que a ellos les corresponde dotar este servicio de acuerdo a la ley”. Por otro lado, el 41.7% percibe que las calles en su comunidad se encuentran en “mal estado”. En este sentido, hombres y mujeres

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ahrconcuerdan en que esta situación se debe a que las autoridades muni-

cipales (o el gobierno) no aplica los recursos adecuadamente a pesar de los altos impuestos que se pagan. Pero aluden al hecho de que hay organizaciones (aunque no especifican cuales son éstas) que han ges-tionado recursos para la comunidad. En el caso del servicio de tras-porte público, se tiene que es considerado “regular” por el 62.5% de los encuestados. Lo mismo sucede con los medios de comunicación, los cuales fueron catalogados por el 45.8% también como regulares. Por lo que refiere a la existencia de áreas verdes y de recreación, el 54.2% dice que “no existen”; las opciones de respuesta “casi no hay” y “hay algu-nas” tienen un porcentaje de 20.8, respectivamente. No se registraron respuestas en la opción: “hay muchas”. Las impresiones de los hom-bres son claras: “no hay terrenos para eso” y “apenas nos llegaron pro-gramas de reforestación”, no indican un interés mayor en este asunto. En el caso de las mujeres, las respuestas dejan entrever preocupación por la ausencia de áreas verdes y espacios adecuados para la recreación cuando señalan: “no hay por falta de recursos y queremos apoyo para eso”, “el deporte y la recreación no son considerados necesarios y los espacios se destinan a las parcelas de cultivo”, “no hay porque las auto-ridades no le dan importancia pues hay otras prioridades”.

El análisis de las cinco respuestas siguientes pertenece al indicador: fomento a la educación, la capacitación y la toma de conciencia. Las opciones “no hay” y “hay muchas” en referencia a las escuelas primarias en la comunidad no registraron respuesta por parte de los encuestados. La opción “más o menos” obtuvo el puntaje más alto con el 45.8%. El 29.2% se concentró en la opción “hay pocas” y el 25% señala que “hay suficientes”. Respecto a la “enseñanza secundaria en su comunidad” el 33.3% asume que es “regular”. Al cuestionarles sobre la existencia de escuelas en la comunidad que enseñen a los jóvenes oficios para mejorar sus ingresos, el 75% de los campesinos eligieron la opción “no existen”. Las atribuciones tanto de hombres como de mujeres que registraron mayor frecuencia son aquellas que hacen alusión de una u otra manera a la falta de interés del gobierno estatal o municipal, que son los órga-nos que no destinan ningún dinero para emplear personas o mandarlas a “nuestras comunidades para capacitar a nuestros jóvenes”.

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sinas En general, la preparación de los jóvenes para enfrentar las nece-

sidades de desarrollo de la comunidad es considerada “deficiente” por el 50% de los encuestados y “muy deficiente” por poco más del 33%. El 50% de las atribuciones hechas por ambos sexos explican que esta condición está asociada a la pobreza y a la falta de recursos. En relación al ingreso y permanencia de las mujeres en las escuelas de su comuni-dad la opción de respuesta que registró el mayor porcentaje, con casi el 50%, es “las mujeres asisten a la escuela igual que los hombres”. Es interesante observar que en esta pregunta las mujeres obtuvieron en las atribuciones un 58.33% en la siguiente respuesta: “porque todos tenemos el mismo derecho y no hay discriminación”.

El siguiente bloque de preguntas corresponde al indicador protec-ción y fomento de la salud humana. La percepción de los campesi-nos sobre las condiciones generales de sus viviendas es la siguiente: el 41.17% considera que son “malas, aunque tengo algunos servicios”; el 33.3% afirma que están “más o menos”; el 20.8% dijo que son “buenas, ya que tengo casi todos los servicios”. Sólo el 4.2% piensa que son “muy malas, no tengo servicios”. Nadie eligió la opción de respuesta “muy buenas, tengo todos los servicios”. Con relación a la contaminación en la comunidad, el 50% piensa que los ríos y calles están “mas o menos” contaminados. El 25% percibe que hay “mucha contaminación”.

Por otro lado, el 45% de los habitantes percibe que el problema de drogadicción y alcoholismo en la comunidad se da “más o menos”, el 25% cree que este problema “casi no es frecuente” mientras que el 16.7 % afirma que “es frecuente” y el 8.3% que “es muy frecuente”. El 25% de los varones que considera que este problema es más o menos frecuente en la comunidad, lo atribuye a que “todavía hay respeto” ha-cia los demás. Otras atribuciones interesantes hechas por los hombres son: “la mayoría de la gente trabaja”, “los medios de comunicación nos enseñan”.

Pero las mujeres tienen una percepción muy distinta. El porcen-taje que cree que el problema sí está presente en sus comunidades es significativamente más alto que el de los hombres. El 41.66% afirma que “la gente joven cree que la vida es mejor tomando”. El resto de las atribuciones son: “no hay actividades recreativas ni lugares de ocio”, “se

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ahrva delegando de padre a hijo la costumbre de que un hijo debe tomar”,

“por falta de estudios”, “no es frecuente porque la mayoría trabaja” y, por último, ellas también consideran que “el respeto” es un factor impor-tante que ayuda a disminuir los índices de drogadicción y alcoholismo en las comunidades rurales. En el reactivo “el acceso a agua potable en mi comunidad es”… Casi la mitad (el 45.8%) piensa que es “más o menos” disponible. El 37. 5% afirma que “casi no hay”. Un porcentaje del 8.3 asegura que “no hay agua”. Las opciones “hay suficiente” y “hay en abundancia” obtuvieron tan solo el 4.2% respectivamente.

En relación a la existencia de clínicas y hospitales en la comunidad, es importante precisar que las opciones “hay suficientes” y “hay muchas” no registraron respuesta. El mayor porcentaje, 45.8%, se concentró en la opción de respuesta “casi no hay”. Un porcentaje importante tam-bién, el 29.2%, afirma que “no hay clínicas y el 25% restante resolvió que hay una cantidad “más o menos”. Pero lo que resulta preocupante es que cuando analizamos los resultados cualitativos nos encontramos con que el hecho de que aun cuando físicamente las clínicas pueden estar presentes en la comunidad, ocurre que no se garantiza su acceso o prestación del servicio. Así, no sorprende que el 75% de los encues-tados coincidió al dar la siguiente respuesta: “hay una clínica pero no hay servicio, ni personal ni medicinas”.

Cuando analizamos las respuestas cualitativas del reactivo “el servi-cio de las clínicas y hospitales en mi comunidad es”, los resultados son contundentes: el 83.33% dice “no hay medicinas, ni el equipo ni per-sonal adecuado, ni siquiera para primeros auxilios menos para atender una emergencia”. El resto de las explicaciones que encontramos son: “el gobierno no presta atención a este servicio básico tan importan-te”, “solo hay en comunidades grandes o zonas urbanas, tenemos que viajar”, “al gobierno no le interesa satisfacer las necesidades de una comunidad pequeña”, “porque es mucha gente la que acude pero es muy poco el personal y existen algunos que les gusta realizar su trabajo y ayudar a la gente pero existen otros que no”.

El indicador apoyos para el campo se compone de dos reactivos: el primero en relación a maquinaria y el segundo refiere a la reducción de costos de los agroquímicos. De acuerdo con los datos cuantitativos

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sinas que arrojó la escala, el 45% de los campesinos eligió la opción “casi no

hay” para referirse a los apoyos para la adquisición de maquinaria. El 20% afirma que los apoyos son “inexistentes”, un porcentaje bastante alto. Las respuestas cualitativas que se cree pertinente enfatizar son las siguientes: “no hay disposición del gobierno del estado y mucho menos del municipio, sólo se benefician quienes tienen amistad con las autoridades municipales”, “no hay quien nos preste máquinas y no sabemos a quién acudir”, “no se gestionan, hay pocos recursos eco-nómicos pues el gobierno destina pocos recursos al campo”, “piden muchos requisitos para que podamos tener máquinas”. El porcentaje que eligió la opción “hay algunos” apoyos atribuyen esta condición a que “somos favorecidos por Procampo”.

Ahora bien, en el reactivo para identificar la existencia y pertinen-cia de los apoyos para la reducción de costos de agroquímicos encon-tramos los siguientes resultados: un porcentaje bastante alto (33.33%) dice que este tipo de apoyo es “inexistente” y un 37.5% considera que “casi no hay”. Veamos algunas de las atribuciones: “los apoyos que pro-meten los gobiernos federal y estatal no llegan hasta mi pueblo o el gobierno municipal no se interesa en esto”, “las empresas privadas aca-paran el mercado, la SAGARPA y otras instancias gubernamentales, educativas y científicas no aportan nada al campesino”, “sólo los que siembran mucho se benefician” y “no sé por qué, pero son muy pocos quienes se benefician”.

En los siguientes reactivos se listó una serie de preguntas abiertas para identificar los siguientes elementos: indicadores de desarrollo que se hubieran pasado por alto en la fase exploratoria y que, por lo tanto, no fueron incorporados en el instrumento; estrategias de desarrollo que han sido identificadas por los campesinos; resolver cómo perciben ellos y cómo miden el desarrollo propio de sus comunidades y, por último la capacidad de los campesinos para identificar indicadores de progreso en su entorno. Las respuestas que obtuvimos nos permitieron penetrar en la percepción personal de los campesinos y hacer un análi-sis de las atribuciones de ellos hacia los procesos de desarrollo propios de sus comunidades.

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ahrEl primer reactivo de este bloque plantea lo siguiente: Piense un

momento en su comunidad: ¿qué lo hace sentirse orgulloso de su co-munidad? Las repuestas muestran a personas orgullosas de su condi-ción de campesinos, de su entorno, de su gente, de su capacidad para luchar contra la adversidad y persistir a pesar de las condiciones. En general dejan al descubierto una serie de valores propios de comunida-des mexicanas en donde la familia, las relaciones pacíficas y armónicas entre los miembros son altamente apreciadas. Este indicador presenta un perfil de personas que cuentan con un sentido amplio de compro-miso y disciplina al hacer alusión al orgullo que sienten ante el empe-ño de su gente que continúa sembrando sus tierras a pesar de la poca o nula utilidad que les reporta esta actividad. Muestra gente hospitalaria, honesta y trabajadora.

El reactivo ¿Qué es lo que más le gusta de su comunidad? arrojó las siguientes respuestas: la gente es respetuosa con sus autoridades eclesiásticas y en lo político es gente de paz y le gusta colaborar para el desarrollo; la gente es cálida y comprometida pero hace falta la parti-cipación o la aplicación de recursos federales de manera transparente y honesta desde las autoridades, ya que esto hará que la comunidad se motive más, gusta la comprensión de los vecinos y la colaboración además de lo tranquilos que son; gusta el empeño de la gente en el trabajo del campo y particularmente que son honestos. También se ve con agrado la ubicación de la comunidad, el trazo de sus calles, su cli-ma, los pastos que se siembran, la libertad y las fiestas que se celebran. Se aprecia contar con campos, con saber que la clínica y las calles están construidas con cemento, la amabilidad de la gente, la organización y el ambiente pacífico, lo verde de los campos en el tiempo de lluvias, los templos, el hecho de que algunas calles sean arregladas por la gente del pueblo, que las iglesias ya están más modernas, las personas son res-petuosas y muy buenas, la gente que se esfuerza en mejorar el pueblo, que existen escuelas para que los niños y jóvenes tengan educación y puedan salir adelante. Lo que más me gusta es que casi ya no tenemos que salir a buscar cosas, ya que casi todo lo encontramos aquí. No se pierden las tradiciones y costumbres. El desarrollo que ha tenido en cuanto al comercio.

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sinas La pregunta ¿Qué recomendaciones puede hacer para que la co-

munidad progrese? arroja como respuestas las siguientes: se indica que tanto para los hombres como para las mujeres la unidad y la parti-cipación son los dos ingredientes primordiales para alcanzar el de-sarrollo esperado. Un aspecto que es ampliamente mencionado es la necesidad de salvar la brecha que ha dejado en las comunidades la división ocasionada por los partidos políticos, los apoyos para el cam-po y la capacitación y orientación por parte de personas que conozcan las necesidades reales de cada comunidad y que sientan interés por el progreso de la comunidad. La organización con fines de cooperación y generación de fuentes de trabajo es otro aspecto que debe destacarse de los resultados obtenidos.

A la pregunta ¿Cómo cree usted que podríamos medir el desarrollo en su comunidad? la mayoría de los encuestados estuvo de acuerdo en que una manera de medir el desarrollo en su comunidad es “com-parando lo que se tenía años atrás (algunos mencionaron 10 y otros 20 años como referencia) con lo que se tiene ahora: medios de comu-nicación, nivel de mortalidad y natalidad, ingresos de los habitantes, fuentes de trabajo, producción de granos, ganado, construcción de sus viviendas, servicios públicos en general, mejores escuelas y gente con más educación.

Otro reactivo: ¿Qué cosas le indicarían a usted que su comunidad se está desarrollando? En otras palabras, ¿cuál sería un indicador de “progreso” o de que las cosas están mejorando? De acuerdo con las respuestas cualitativas obtenidas, un indicador de progreso se vería necesariamente reflejado en mejores caminos para llegar a los terre-nos de cultivo, referir la perforación de pozos profundos para riego, la construcción de bordos para retener aguas del periodo de lluvias para el ganado, el transporte público, las clínicas y hospitales disponibles que dan servicio a la comunidad, la infraestructura, disponibilidad de teléfono, escuelas básicas y de educación media además de institucio-nes de capacitación para jóvenes, cuidado y conservación del medio ambiente. Para algunos, un indicador de desarrollo endógeno estaría determinado por la disponibilidad de personas preparadas para mejo-rar las condiciones y calidad de vida de las comunidades.

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ahrFinalmente, se incluyó un último reactivo con escala de Likert con

el propósito de identificar posibles estados depresivos en los habitan-tes de estas cuatro comunidades. Complementando la escala con la pregunta “¿Por qué crees que esto es así?” en un intento por encon-trar las atribuciones que los sujetos hacen sobre su estado de ánimo. Los resultados fueron sorprendentes, pues si sumamos los porcentajes de las respuestas obtenidas a través de las tres últimas opciones de la escala —“a veces”, “casi siempre” y “siempre”— reflejan que en ma-yor o menor medida los individuos padecen cierto grado de tristeza, desamparo o depresión. En suma, se tiene un porcentaje de 95.8% de personas con algún padecimiento contra un 4.2 % que dijo nunca sentirse deprimido. Pero esto no es todo, el análisis de las respues-tas cualitativas pinta un panorama más desolador. Sólo el 11.11% de los hombres respondió que no sabe si alguna vez se ha sentido triste, desamparado o con depresión, por lo cual no dio ninguna respuesta, pero el resto, casi el 90%, dijo haber experimentado este sentimiento en menor o mayor grado por una o varias de las siguientes razones: Siempre, porque nadie se interesa por nosotros; porque el gobierno por un lado ayuda y por el otro jode; porque pienso que los problemas nunca tendrán solución; porque la población se ha venido desarrollan-do de manera muy lenta; porque vemos claramente que los gobernan-tes estatales y municipales tienen poco interés en aplicar los recursos de manera honesta y esto me preocupa porque sólo ven su bienestar personal; porque no sé cómo resolver el problema de la contaminación del agua del río; porque se ha solicitado a las dependencias superiores y siempre quedamos desamparados; porque lo que se propone no se logra; por sentir impotencia de no poder ayudar a la comunidad para mejorar su calidad de vida; por ver que el gobierno no da preferencias a las comunidades más necesitadas; porque la gente no agradece lo que un presidente hace o lo que cualquier luchador social hace, no se lo reconocen; por la división de partidos; porque no hay cooperación.

De manera similar, pese a que un 11.11% de las mujeres dijo que es feliz por no sentirse deprimida o en una situación equivalente, un 91.66% dijo que se ha sentido triste, desamparada o deprimida: por-que a veces el mando de la presidencia queda en manos de gente que

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sinas no le gusta trabajar para la comunidad; porque no hay quien nos ayu-

de en nuestras necesidades; porque la gente te critica cuando intentas mejorar la comunidad; porque la gente te discrimina por ser mujer; porque los representantes que están en el gobierno no tienen la ética para tratar con gente poco preparada o con campesinos; porque a veces la ignoran a una; porque la gente no se une para trabajar y con unas pocas personas no se puede, es necesaria la unidad; porque hay gente negativa que no apoya el desarrollo; porque sentimos las necesidades que hacen falta y esperamos que se lleguen a realizar.

Al hacer diversas comparaciones entre grupos por sexo, edad y coincidencia en las respuestas de las comunidades sobre los distintos cuestionamientos, se obtuvieron los siguientes resultados: tres ítems presentan discrepancia. El primer aspecto es el que refiere a la calidad de los medios de comunicación. Las mujeres perciben que los medios de comunicación surten mayor efectividad sobre las poblaciones. En el caso de las posibilidades de acceso de las mujeres a la educación estas opinaron que asisten regularmente a instituciones de educación por deseos de superación, pero los hombres perciben u opinan que la per-manencia de las mujeres en la educación es real y potencialmente me-nor. Finalmente, en la variable que se refiere a la existencia de apoyos para reducir el costo de los agroquímicos en la comunidad se puede ver que las mujeres están un punto arriba de los hombres en cuanto a las ayudas que reciben para adquirir agroquímicos.

En el caso de identificar si la edad es un factor de diferencia, con base en un análisis de varianza, se encontró que la edad no es un factor significativo para sesgar las respuestas en ninguno de los reactivos pero no ocurre igual en la condición de pertenecer a una u otra comunidad. Este estatus sí es factor de cambio en la opinión de sus habitantes. En la variable que se refiere al poder adquisitivo hay diferencias de opinión entre San Francisco, San Miguel y San Juan. En la variable correspondiente a la diversificación de actividades, San Francisco y San Mateo difieren en la opinión. En cuanto a la existencia o no de planes de solución, San Francisco y San Mateo difieren.

En lo referente al transporte público las cuatro comunidades opi-naron diferente. La variable medios de comunicación fue otro factor

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ahrde diferencia, esta vez entre San Francisco y San Juan. En cuanto al

acceso a la educación secundaria, todas las comunidades tienen opi-niones relativamente diferentes.

Para concluir, se cree pertinente enfatizar que si bien pudimos de-terminar a cuáles indicadores de desarrollo les dan mayor importancia los campesinos de las comunidades en consideración (léase trabajo, educación, salud, caminos, comunicaciones y transporte) no identifi-camos algunos nuevos. Lo que sí encontramos es que los estados de “indefinición aprendida” pueden revertirse, ya que entre las comuni-dades campesinas también es posible que todo lo que es aprendido es susceptible de ser desaprendido. En estas circunstancias cabe entender que la utilidad y alcances de esta investigación se limitan a la infor-mación que los campesinos proporcionaron para resolver cuáles son los requerimientos mínimos que hacen posible alcanzar el desarrollo de cada comunidad. La riqueza de la información recogida represen-ta un insumo para autoridades, investigadores, trabajadores sociales, etcétera, que como formuladores de política pública deben volver la mirada y unir esfuerzos para garantizar que las demandas no queden desatendidas.

En conclusión, este primer acercamiento a las comunidades cam-pesinas ha resultado un ejercicio enriquecedor en diversos sentidos, ya que ha permitido la posibilidad no sólo de atisbar al interior de co-munidades marginadas para descubrir el sentir de los campesinos que viven su día a día desde una perspectiva única, sino que ha permitido, desde un enfoque de desarrollo endógeno, observar a los seres huma-nos no sólo como estadísticas sino como un objeto de estudio que más allá de catalogarlo como grupos o comunidades de alta marginación, permite rescatar la percepción de las personas, de las comunidades con miras a construir procesos de desarrollo teniendo como referencia el cúmulo de habilidades y aprendizajes que hacen posible la superviven-cia diaria, la lucha, la entrega y la apuesta en proyectos que fomenten y garanticen un futuro mejor para cada población y para las generacio-nes venideras.

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This paper provides elements to discuss about two interlocking themes: how can we understand what is anthropology and what does an anthropologist do. The case study is my own, may be it is the lack of resources for a field work in exotic places, or perhaps the exoticism of the border which makes me being in a continuous

field work; the truth is that part the of the typical anthropological work is being there, in the place of the facts, and certainly I am

here (I will explain where). On the other hand the crises and adventures related here pretend to be submitted material for discuss about the state of the humanities and social sciences in Mexico.

Antropología, educación,Palabrasclave:

humanidades

Sad Desert: A Case of Anthropology and Popular Education

Higher education, productivity, financing policies

Key words:

The paper analyses results of nine State universities trajectories (UPE) and one national, using two employees in the public sector productivity measurement models: therein lies the discussion on its relevance and applicability for the assessment of the policies of funding to higher education and the estimation of the University institutional productiv-ity contemporary. The strategy of study uses quantitative techniques to assess and explain some of the determinants of development and insti-tutional performance. The results provide new perspectives of research for the analysis of the social relevance of the various models of higher education and its forms of management.

Models of measurement as a way of managing for results:

news and reminiscences in the policies of funding

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Modelos de medición como forma de gestión

para resultados: Novedades y reminiscencias en las

políticas de financiamiento1

Fecha de recepción: 10 de noviembre de 2009Fecha de aceptación: 09 de marzo de 2010

En el documento se analizan trayectorias de resultados de nueve uni-versidades públicas estatales (UPE) y una nacional, utilizando dos modelos de medición de la productividad empleados en el sector pú-blico. En ellos subyace la discusión sobre su pertinencia y aplicabilidad para la valoración de las políticas de financiamiento a la educación superior y la estimación de la productividad institucional de la Univer-

sidad contemporánea. La estrategia de estudio re-curre a técnicas cuantitati-vas para ponderar y explicar algunos de los factores de-

terminantes de evolución y desempeño institucional. Los resultados proporcionan nuevas perspectivas de investigación para el análisis de la pertinencia social de los diversos modelos de educación superior y sus formas de gestión.

Martha Patricia Barraza de Anda2, Lisbeily Domínguez Ruvalcaba3 y Sergio Martínez Romo4

Educación superior, productividad, políticas de financiamiento

Palabras clave:

1 Documento presentado en el XII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública en Santo Domingo, Repú-blica Dominicana, del 30 de octubre al 2 de noviembre 2007.

2 Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. [email protected].

3 Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. [email protected].

4 Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana sede Xochi-milco. [email protected].

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s... I. Introducción

Dentro de la complejidad que caracteriza a la universidad pública como institución, su articulación o vinculación con la sociedad adopta diferentes rasgos, cuya identificación y definición depende del contex-to en la que ésta se ubique, de las políticas federales, que se traducen en demandas internas y externas, así como de su capacidad de gobernarse, administrarse y de visualizar y crear su futuro (Porter, 2001).

En respuesta a tales demandas, las universidades públicas estatales mexicanas orientaron (en buena parte del siglo pasado) sus esfuer-zos hacia la función de docencia, y particularmente de pregrado. La investigación y en muchos casos la educación de posgrado, perma-neció como una actividad no prioritaria. Esta realidad fue producto en primera instancia de limitaciones presupuestales, así como de una visión limitada respecto al potencial de la universidad. Sin embargo, no obstante los obstáculos financieros, algunas instituciones estatales dedicaron mayores esfuerzos, aunque todavía incipientes comparados con universidades nacionales y de países occidentales.

Esa particularidad, aun estando atada a sus raíces históricas y a las funciones del Estado, ha influido para que la universidad pública en las entidades federativas del país manifieste una identidad particular. Esto que deriva en la necesidad de desarrollar dimensiones de observación, sustentadas en el estudio sistemático de cuestiones que explican su desempeño, como es la medición y estimación de su productividad, a lo largo de un periodo de cambios importantes que van desde la creación de nuevas instituciones, la masificación de la matrícula, la concentración en ciertas áreas del conocimiento, las funciones del Es-tado mexicano, la planeación, reducción de la tasa de crecimiento de la matrícula, la evaluación y la acreditación de programas y certificación de egresados y profesores.

En la búsqueda de tratar de entender y explicar la evolución de la institución universitaria en México, el presente documento analiza tra-yectorias de resultados de nueve universidades públicas estatales (UPE) y una nacional, utilizando dos modelos de medición de la productivi-dad empleados en el sector público, en el que subyace la discusión sobre su pertinencia y aplicabilidad.

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omoLa estrategia de estudio recurre a técnicas cuantitativas para pon-

derar y explicar algunos de los factores determinantes de evolución y desempeño institucional. Interesa, desde el enfoque de análisis que se desarrolla, resaltar y analizar aquellas variables estructurales que defi-nen una parte de su identidad y mediante las cuales han sido pertinen-tes a su medio.

El marco general para la estimación de la Productividad se cons-truyó partiendo de la identificación específica de las funciones que realiza cada institución, dentro de lo que son los objetivos general-mente reconocidos y aceptados internacionalmente, como son: (1) el descubrimiento y creación de nuevo conocimiento, (2) la aplicación del conocimiento en la educación de licenciatura y de posgrado y (3) la aplicación del conocimiento en servicio a la sociedad (Winkler,1994). Estas funciones están detrás de los cambios y reformas que el gobier-no mexicano ha promovido en las diferentes décadas, así como en las leyes orgánicas de cada institución. Para la estimación de los índices de productividad se siguieron los modelos del Sistema Federal de Medi-ción de la productividad en Estados Unidos (USA Federal Productivity Measurement System) de Marlene Forte (1993) y el de medición de la Productividad de Asuntos Consulares (Consular Affairs Productivity Model) de Edwin, J. Soniat y Ronell B. Raaum (1993). Para la ob-tención de la información se recurrió a los anuarios de la ANUIES (1982-2003) y a los informes de los rectores (2001-2003).

Entre los factores determinantes de la productividad en las insti-tuciones de educación superior, se distinguen los internos y externos. Los primeros se relacionan con eficiencia y eficacia. Los segundos con pertinencia y trascendencia. En esencia ambos están interrelacionados. Sin embargo, esta investigación se centra en la Eficiencia Interna o Intrainstitucional, que se estudia en función de los recursos que las or-ganizaciones educativas a nivel superior reciben y asignan a su interior para cumplir con sus funciones (Winkler, 1994).

En ese tenor, Productividad se conceptualiza en este estudio, como el resultado en productos medibles: Matrícula, Egresados y Programas Académicos (a nivel licenciatura y posgrado), que la universidad ha teni-do a lo largo del periodo combinando sus principales insumos: acadé-

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micos y presupuesto anual ejercido. Es decir, en el resultado de combinar los recursos productivos y contextualizar el diseño de la oferta acadé-mica, es donde ha sido posible identificar y medir su productividad. Los programas educativos, como instancias organizadoras del conocimiento, son centrales. Aparecen como un producto universitario en permanente reflexión y actualización, inclusive se ponderan como una de las tareas más arduas en la estimación de los índices de productividad.

II. Revisión de literaturaLos trabajos empíricos sobre el tema de productividad en educación superior en México son muy escasos, por lo que la revisión de la litera-tura se centró sobre la experiencia en Estados Unidos y algunos países europeos, casos que presentan diferentes formas de abordar el tema. No se diga en el caso de México, donde son relativamente muy pocas las investigaciones que utilizan análisis cuantitativo y más aún técnicas econométricas. La razón es la poca credibilidad que hay en estas he-rramientas, aunado a la también poca confiabilidad en las estadísticas históricas. En la literatura estadounidense, se observaron tendencias similares, ya que las investigaciones sobre la función de producción de la educación superior a lo largo de más de 30 años han sido abor-dadas desde diferentes perspectivas; las críticas han sido permanentes inclusive por autores que en determinada época se dieron a esa tarea, como es el caso de Hopkins (1990), que no obstante haberlo trabajado con William Massy 10 años antes, en su última publicación pone en tela de juicio su validez. El enfoque a nivel institucional fue trabajado esporádicamente durante el periodo, Massy & Hopkins (1981), Cohn & Geske (1989) y Hopkins (1990) nutren sobre esas experiencias. Más reciente, Breneman (2001) hace un recuento de las principales aportaciones en el campo en un periodo que abarca casi 40 años. El análisis institucional sigue prevaleciendo, pero éste es realizado por las instituciones mismas con el doble propósito de rendición de cuentas y mejoría. Los estudiosos de la educación superior, parte de los noventa a la fecha, se han orientado hacia la investigación de cuestiones más específicas a nivel departamental. En un principio prevaleció el en-foque hacia dos de las funciones básicas de la educación superior, la

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omoenseñanza y la investigación. Ahora el énfasis se percibe en la produc-

tividad de la investigación, sobre todo de quienes las realizan, así como lo relativo al aprendizaje.

En el caso de México, el interés ha prevalecido hacia el estudio de los académicos, caracterización y desempeño. A nivel institucional, destacan principalmente los realizados por las instituciones mismas, los organismos acreditadores y pocos independientes. En la mayoría de los casos prevalecen análisis descriptivos y/o de corte cualitativo, derivados de observaciones directas, encuestas y entrevistas. En in-vestigaciones que tienen como base la encuesta, algunas incluyen el análisis de regresión simple y multivariado.

Desde la opinión de los autores, ambos enfoques tienen sus bon-dades y se complementan. La cuantitativa, adecuadamente utilizada, observa fundamentalmente estructuras y proporciona pistas para la de-tección de problemas y/o anormalidades que deben ser abordadas con un enfoque orientado hacia el análisis de la acción. El análisis mismo lleva implícito el reconocimiento de la importancia de quienes ejecu-tan la acción, el tema de los incentivos tratado por Massy (1996), en el marco de la Economía Neoinstitucional, da cuenta de ello.

Una primera referencia para la identificación de las variables es el modelo de Winkler (1994) sobre eficiencia interna, que considera la toma de decisiones a nivel institucional y la asignación de recursos al interior de la institución. En éste Winkler sugiere la medición de la productividad y la estimación de la función de producción de la educación superior. En ambos se requiere identificar los insumos y productos universitarios. Para los primeros Winkler considera el plan-tel facultativo, el personal administrativo y las instalaciones, y como productos, los flujos de estudiantes.

En forma extensiva Winkler también propone la estimación de la función de producción para describir la relación entre los beneficios educacionales y los insumos universitarios, relacionando la habilidad académica del estudiante y su estatus socioeconómico. Todo ello para evaluar el efecto en el logro educativo de los cambios en la tecnología de la enseñanza, en el insumo facultativo, por tiempo de dedicación y

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s... nivel de preparación, así como para evaluar cambios en el currículum

universitario. Otra fuente importante se deriva de la propuesta de Massy & Ho-

pkins (1981), quienes abordan teórica y empíricamente los modelos de planeación de colegios y universidades en Estados Unidos, la que se diseña y analiza a través de métodos de regresión multivariada y función de producción en universidades.

La extensión del trabajo de Massy & Hopkins detalla una estruc-tura conceptual a la que denominan Una Teoría Microeconómica de Co-legios y Universidades (A Microeconomic Theory of Colleges and Universi-ties). Con ella tratan de dar consistencia a los modelos que proponen con los valores implícitos de las instituciones que tratan. Esta estruc-tura toma la forma de una teoría microeconómica positiva de elección universitaria. La teoría es económica porque se enfoca a las relaciones entre valores, capital, productividad, demanda y recursos financieros, en la misma forma que se hace en la teoría de la empresa; y es positi-va (opuesta a normativa) debido a que intenta describir, en términos abstractos, cómo las universidades realmente operan, más que propor-cionar una guía acerca de cómo deberían operar.

En los últimos veintitrés años, debido a las nuevas exigencias que se han incorporado a las funciones de la universidad (rendición de cuen-tas y recortes presupuestales), en diversas organizaciones dedicadas al estudio de la educación superior y en las mismas universidades (de Estados Unidos, algunos países europeos, Asia y Australia), ha surgido una importante cantidad de estudios referentes al tema, los cuales se auxilian de bases de datos históricos de las universidades y de organis-mos de acreditación.

En el caso de México, está información aún es limitada, especial-mente para estudiar procesos de más de diez años. Por tal razón y debido a los prácticamente inexistentes estudios sobre el tema de la productividad institucional en la universidad pública mexicana desde la perspectiva que se propone, y siguiendo la línea de Winkler (1994), Massy & Hopkins (1981), Massy et al. (1996) y Cohn & Geske (1989), se decidió tomar como insumos: presupuesto anual ejercido por universidad de 1982 a 2003 a precios base de 1982 y docentes. Como

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omoproductos: Matrícula anual, egresados y programas educativos, a nivel

licenciatura y posgrado. En estudios realizados en otros países se han incluido las variables

mencionadas, excepto programas educativos. Esos estudios, para nues-tro caso, han sido considerados únicamente como referentes. Los mo-delos adoptados para los fines de este trabajo son acordes a la realidad de las universidades en estudio, y a la poca variedad de información disponible.

III. Diseño y metodología de la investigación La investigación se diseñó utilizando como unidad general de análisis en todos los casos la institución. En un primer nivel, se realizó un diag-nóstico de las nueve instituciones durante el periodo de 1982 al 2003, para determinar, en términos generales, su evolución. Éste se sustenta en el modelo de Donald Winkler (1994 del Banco Mundial, para medir el Producto de la Educación Superior, con los subproductos derivados de la Instrucción, de la investigación y de servicio público; así como los indicadores de insumo-producto relacionados a la calidad universita-ria e indicadores brutos de productividad. Ambos modelos detallan los componentes e indicadores de los insumos y productos universitarios derivados de la función general de la Educación Superior.

A partir de los datos básicos, se estimaron dos modelos de índices de productividad de cada institución. En ambos se coteja la relación productos (matrícula, egresados y programas académicos) e insumos (académicos y gasto anual ejercido a precios de 1982). El primero, siguiendo el modelo del Sistema Federal de Medición de la Produc-tividad (Federal Productivity Measurement System) en Estados Unidos (Forte, 1993), se obtuvieron índices de producción, insumos y produc-tividad individuales. En el segundo procedimiento se siguió el modelo propuesto para medir la productividad de asuntos consulares (Con-sular Affairs Productivity Model de Soniat & Raaum, 1993) también del gobierno de Estados Unidos, cuyo propósito es la estimación de un índice de productividad del total de productos considerados.

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s... A. Modelo del Sistema Federal de Medición de la Productividad

(Federal Productivity Measurement System)Este modelo compara la productividad de la actual relación produc-to/insumo con aquella de un periodo previo referencial. La medición refleja los cambios que se han presentado independientemente de la misión de la organización. En ese sentido, se diferencia de mediciones de efectividad, que provee los medios para determinar si una agencia se dirige hacia sus objetivos estableciendo una relación entre sus ac-ciones organizacionales y el cumplimiento de su misión. Se considera que la eficacia del gobierno es un tema importante, pero es totalmente diferente del tema de la eficiencia. La eficacia se enfoca principalmente hacia el impacto de los servicios en el público, no en la producción de bienes y servicios de una agencia gubernamental. La complejidad en la definición y cuantificación de medidas de eficacia involucran juicios y una variedad de supuestos que pueden estar influenciados por condi-ciones externas, independientes del control de la administración.

En el área del gobierno, la medición del producto o producción es la parte más desafiante de la medición de la productividad, ya que gran parte del trabajo se orienta al servicio. Los productos que se utilizan en el Sistema Federal de Medición de la Productividad deben cumplir con varios requisitos. El principal es que éstos deben ser los productos finales de la organización, es decir, deben ser producidos para un uso fuera de la organización.

El modelo en cuestión puede medir la productividad en dos dimen-siones: de nivel y de tendencia. La medición del nivel productividad es la razón a un punto del tiempo de unidades de producto producidos por unidad de recursos utilizados. La medición de la productividad de tendencia mide y compara los índices estimados a través del tiem-po. Las dos dimensiones tienen usos diferentes. La primera puede ser útil para determinar necesidades de recursos en el presupuesto e identificar oportunidades de mejoría comparando los niveles de pro-ductividad de una entidad con otras que producen servicios similares. La segunda medición puede ser útil para identificar oportunidades de mejoría comparando la productividad actual con periodos pasados, y

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omoproporcionando un termómetro en la administración de rendición de

cuentas para mejorar la productividad. Acorde a los propósitos de esta investigación, se optó por seguir

la segunda dimensión, cuyo procedimiento, después de identificar los productos e insumos a medir, es convertirlos a índices, lo que hace po-sible mostrar en una misma gráfica, las tasas de productos, insumos y productividad. Así es posible fácilmente identificar si los cambios en la productividad son atribuibles a la dimensión de los insumos o de los productos

B. Modelo de Productividad de Asuntos Consulares (Consular Affairs Productivity Model)El modelo anterior demuestra la construcción de razones e índices de productividad con productos e insumos individuales, en el relativo a asuntos consulares (Consular Affairs Productivity Model), la produc-ción total se computa utilizando la técnica de ponderación, designando un común denominador. De esta manera, los productos son convertidos a unidades equivalentes las cuales pueden ser sumadas. El desarrollo de unidades equivalentes se hace determinando el grado de dificul-tad de cada producto, usualmente conociendo la cantidad de insumos utilizados para producir cada producto. Normalmente el producto de mayor dificultad (que utiliza la mayor cantidad de recursos) es tomado como base, el resto se convierte a una fracción de éste. Es decir, los productos que utilizan menos insumos son convertidos a valores equi-valentes al de mayor dificultad y todos son sumados para obtener una producción total ponderada.

C. Identificación de Insumos y productosLa identificación y medición de insumos y productos en educación superior es una tarea difícil de realizar debido a que en principio son muy numerosos, algunos altamente intangibles, y muchos de ellos acu-mulan valor a lo largo del tiempo. Los insumos básicos de las univer-sidades son los docentes, estudiantes y los administrativos, así como las reservas de capital como edificios y materiales de la biblioteca. Los productos básicos consisten de educación, investigación y servicio pú-

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glosa en la tabla 1.

D. Identificación de las variablesLos insumos y productos detallados en el apartado anterior se confor-maron como las variables básicas de la investigación, para su obtención se recurrió a los anuarios de la ANUIES (1982-2003) y a los informes de los rectores (2001-2003). En la tabla 2 se define cada variable, pe-riodicidad, así como la fuente correspondiente.

IV. Análisis comparativo de la productividad de las universidades en estudioPara explorar los modelos propuestos, se seleccionaron nueve universi-dades estatales, las cuales son: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Universidad Au-tónoma de Chihuahua (UACH), Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Universidad Autóno-ma de Tlaxcala (UATx) y la Universidad Veracruzana (UV) durante el periodo 1982-2003. Su elección obedeció a construir una muestra con universidades que hayan sido fundadas en diferentes periodos, con diferentes tamaños de matrícula, con cierto desarrollo del pos-grado reconocido por el CONACYT y ubicadas en ciudades con una economía pujante. A la par de estas universidades públicas estatales, se observó la evolución y desempeño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Ello con el objetivo de identificar posibles di-ferencias en las formas de operación de una organización ubicada en el Distrito Federal.

Productos InsumosMatricula Anual (Licenciatura y Posgrado) Cantidad de Docentes Anuales

Egresados Anuales (Licenciatura y Posgrado) Presupuesto Total Anual

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES

Tabla 1. Insumos y productos de las universidades

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Variable Definición Fuente Observaciones

Matrícula Anual: 1982-2003

Conjunto de alumnos inscritos en un determi-nado momento en una institución educativa. Incluye alumnos de pri-mer ingreso y reingreso.

1982-2000: ANUIES2001-2003: Informes de Rectores de cada Institución.

Comprende nivel licenciatura y posgrado

Egresados: 1982-2003

Persona que acredita todas las asignatu-ras y actividades que conforman un plan de estudios.

1982-2000: ANUIES2001-200: Informes de Rectores de cada Institución.

Comprende nivel licenciatura y posgrado

Docentes: 1982-2003

Académicos cuya función es el ejerci-cio de la docencia o conducción del proceso enseñanza aprendizaje.

1982-1999: ANUIES1999-2003: Informes de Rectores de cada Institución.

Comprende nivel licen-ciatura y posgrado, por tiempo de dedicación: Tiempo Completo (TC); Medio Tiempo (MT) y Hora-Clase (HC)

Programa Acadé-mico: 1982-2003

Conjunto de estudios y actividades que debe cursar y acreditar un estudiante para obtener un título profesional de licenciatura o posgrado.

1982-2000: ANUIES2001-2003: Informes de Rectores de cada Institución.

Comprende nivel licenciatura y posgra-do. El posgrado se diferencia en: Espe-cialidades Generales, Especialidades Médicas, Maestrías y Doctorados.

Presupues-to Anual: 1982-2003

Comprende recur-sos provenientes del subsidio federal, estatal, recursos propios y los proporcionados por vía FOMES 1992-1994. De 1995 a 2003 sólo incluye subsidio federal y estatal. En el caso de la UAM solo subsidio federal.

1982-1994: López, Romual-do (1996) El Financiamiento a la Educación Superior 1982-1994. ANUIES1995-2003: As-pectos Financie-ros del Sistema Universitario de Educación Su-perior. SEP-SE-SIC, Nov 2003, www.sep.mx

A precios de 1982, tomando como deflactor la inflación anual acumulada. Esta estimación aparece en la sección de anexos.

Tabla 2. Variables Básicas

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES

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s... Hay un dato importante a resaltar y que es el hecho de que se está

evaluando el desempeño de cuatro instituciones que para 1982 tenían menos de 10 años de estar funcionado, como son la UAA, UATx, UACJ y la institución de referencia, la UAM. La BUAP data de 1937, la UANL de 1933, la UV de 1943 la UACH y la UAQ de 1954 y la UABC de 1957.

En cuanto a tamaño, cuatro de ellas tienen cerca o más de 40,000 estudiantes (BUAP, UANL, UAM y UV); una (UABC) alrededor de 30,000; UACH y UACJ cerca de 20,000 y tres de ellas (UAA, UAQ y UATx) menos de 15,000. En la tabla 3 se muestra la matrícula re-gistrada en 2004, así como los promedios de la variables en el periodo de estudio. Sólo en el caso de la BUAP y UV la matrícula del 2004 es menor al promedio.

A. Modelo del Sistema Federal de Medición de la Productividad (Federal Productivity Measurement System)Siguiendo la metodología propuesta por este modelo, se estimó y comparó la productividad de tendencia, que mide y compara los ín-dices estimados a través del tiempo, de las universidades en estudio,

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Matrícula 2004

Valores Promedio (1982-2003)

Matrícula Egresados Docentes PEPresupuesto

(Miles de Pesos)

BUAP 38,758 48,205 5,024 2,123 73 2,905,207 UAA 10,898 6,450 960 849 55 574,655

UABC 27,389 17,556 2,374 2,116 76 2,014,226 UACJ 14,939 8,696 684 657 35 758,095 UACH 17,384 11,578 1,560 1,290 59 935,749 UANL 60,026 52,652 6,641 3,779 164 5,701,634 UAM 43,560 38,670 3,446 3,591 85 5,225,206

UAQro 11,145 6,975 1,049 920 47 797,743 UATx 11,556 6,047 770 607 33 391,620

UV 40,388 46,683 6,579 133 3,779,623

Tabla 3. Valores Promedio de las Variables Básicas

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES

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omoabarcando el periodo 1982-2003; se tomó como periodo referencial

1982. La medición reflejo los cambios que se han presentado indepen-dientemente de la misión de la organización.

a) Índices de Productos. En la tabla 4 se muestran los índices de pro-ductos y el promedio. El que mayormente creció en términos relativos, fue el de egresados, continua el de programas educativos, y el de más lento crecimiento fue la matrícula. La UATx, UAQro y UAA regis-tran el promedio más alto, reflejo de un aumento significativo en los tres productos. La UANL crece muy lentamente en la matrícula, pero los egresados y los programas académicos mantienen una tasa similar. La UACH crece sustancialmente en el número de programas, bajo crecimiento en matrícula y decrecimiento en egresados (-2.21%). La UV disminuye en matrícula y aumenta moderadamente en egresados y PE.

b) Índices de Insumos. El comportamiento de los índices de insumos de docentes y presupuesto está determinado por el origen de las acciones, decisiones y políticas que influyen en su evolución. La del presupuesto proviene de agentes externos a la institución, aunque intervengan im-portantes negociaciones de las instituciones mismas y de la ANUIES, la decisión final depende fundamentalmente del gobierno federal. La de docentes, aunque depende del monto presupuestal aprobado, es una decisión al interior de las universidades. Las decisiones de cuántos con-tratar, cómo contratarlos, qué nivel de preparación deben tener, tipo de contrato, es decir tiempo completo (TC), medio tiempo (MT) u hora clase (HC), generalmente son tomadas al interior de las instituciones, acorde a los mecanismos ex profeso establecidos. En este caso, cada tipo o clase de acción es fundamental en la identidad de la institución y de las funciones que asume. En ellas juega un papel decisivo la forma de ejercer la autonomía, que conlleva a la delineación de un proyecto de universidad, donde la forma de abordar, manejar y legitimar el cono-cimiento, como materia prima central de sus actividades, depende de manera directa de la importancia que otorgue al número de profesores contratados.

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s... Esta interpretación puede contrastarse con los resultados obteni-

dos. Tal como se observa en la tabla 4, el crecimiento promedio del índice del insumo presupuesto fue de 68.4% con respecto a 1982 y a precios de ese mismo año. En este caso, las únicas instituciones de las universidades estudiadas que aumentaron el presupuesto en más del 100% fueron la UATx (215.8%) y la UACJ (173.7%). La UAA y la UACH, aumentaron el presupuesto en un 77.9% y 66.0% respectiva-mente. En la UAM, UANL y BUAP fue inclusive menor al 25%. Al igual que la BUAP (11.1%) y la UABC (10.5%). El caso más drástico es el de la Universidad Veracruzana cuyo promedio en el periodo fue menor al de 1982 (-0.5%).

La estimación del índice del insumo de docentes arrojó un pro-medio de 258.3, lo que quiere decir que el promedio de incremento de docentes real fue de 158.3%, con respecto a 1982. Así, seis de ellas tuvieron un aumento de más del 100%. El resto de las instituciones, incluyendo la UAM, su crecimiento fue menor al 100%; en la UANL, UACJ y UACH fue inclusive menor al 50%.

La suma del promedio de los dos insumos se presenta en tercera columna de resultados de la tabla 4. De manera conjunta aumentaron durante el periodo en promedio 113.3%. En la sumatoria resalta que el mayor porcentaje de incremento en insumos, independiente del nú-mero absoluto, lo tiene la UATx, siguiéndole la UAQro, UV y UACJ. De manera muy cercana le sigue UAA, con un mayor aumento en docentes, caso similar al de la BUAP y la UAM.

Tabla 4. Promedio del Índice del Insumos: Docentes y Presupuesto1982-2003, (1982=100%)

UniversidadesÍndice de productos Índice de insumos Índice

promedioMATRÍCULA EGRESADOS PE PROMEDIO DOCENTES PRESUPUESTO PROMEDIO

BUAP 1.6 1.8 2.1 1.9 2.3 1.1 1.7 1.11

UAA 2.4 2.7 3.0 2.7 2.2 1.8 2.0 1.35

UABC 1.4 2.0 3.0 2.1 2.3 1.1 1.7 1.27

UACJ 1.3 1.9 2.2 1.8 1.4 2.7 2.1 0.87

UACH 1.3 1.0 2.1 1.5 1.3 1.7 1.5 0.98

UANL 1.0 1.4 1.4 1.3 1.4 1.1 1.3 1.01

UAM 1.4 8.2 1.3 3.6 2.0 1.2 1.6 2.27

UAQro 2.4 2.7 3.3 2.8 3.9 1.9 2.9 1.02

UATx 4.3 6.4 4.1 4.9 5.3 3.2 4.2 1.16

UV 0.8 1.6 1.4 1.2 3.8 1.0 2.4 0.52

Promedio 1.8 3.0 2.4 2.4 2.6 1.7 2.1 1.15

Fuente: Estimación propia con base en el modelo del Federal Productivity Measurement System

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omoc) Índices de Productividad: promedio general

Lo que llamamos Promedio General del Índice de Productividad, es el cociente del índice promedio de productos y del índice promedio de insumos.

Como se observa en la tabla 4 y gráfica 1, el índice más elevado de productividad lo registró la UAM (2.3), le siguen, con poco menos de la mitad, UAA (1.4), UABC (1.3), UATx (1.2) y la BUAP (1.1). La UANL, acorde a la medición realizada, obtuvo una productividad de 1.01 que refleja la proporción de uno a uno. Muy cerca de esa propor-ción aparecen la UACH y la UAQro. La UV y UACJ en la medición del comportamiento de sus variables básicas, arrojaron una producti-vidad negativa, de 0.52 y 0.87 respectivamente, lo que significa un decrecimiento global de 48.0% y -13.0% con respecto a 1982.

Si retiramos a la UAM, para quedarnos únicamente con las univer-sidades públicas estatales, se reducen los índices promedio a 202.5 de productos, 197.3 insumos y 1.03 de productividad general promedio. Además queda la UAA con el índice más elevado de productividad du-rante el periodo, le sigue la UABC y UATx. La UV y UACJ tienen los promedios más bajos, lo que denota decrecimiento en relación a 1982.

Gráfica 1. Comparación de índices promedio de insumos, productos y productividad, 1982-2003

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES

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s... d) Índices de Productividad: Productos/Docentes. Contrastando los pro-

ductos con el insumo de docentes, la relación más alta es la de egresa-dos/docentes (tabla 5). La UAM es la que tiene el más alto promedio (1.8), le sigue la UACJ con 1.3, UAA con 1.2 y UACH con 1.1. El promedio más bajo lo presenta la UV con un valor de 0.4.

El promedio más bajo es el de matrícula/docentes, a excepción de la UAA, UACJ y UACH, la relación es menor a 1. Aunque aparente-mente haya bajado la productividad en los términos de medición, en la interpretación de este indicador se debe ser cauteloso, puesto que jus-tamente una de las principales políticas a nivel nacional e institucional ha sido la de reducir esa brecha. Inclusive, es un indicador de la calidad en determinado momento (Winkler, 1994). No así la de egresados/docentes y la de PE/docentes. Es un supuesto conocido en la primera relación que entre más docentes mayor número de egresados. En el caso de la segunda relación, este es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los diseñadores de políticas, es decir, determinar el número óptimo de docentes por PE. Ante tal encrucijada, se in-cluirá este índice como un indicador de resultado, en el que al menos debería guardarse una relación de equilibrio, ya que más programas y menos docentes, en educación superior tendrían cierta equivalencia a más matrícula y menos docentes, lo que repercute en la calidad.

En tal situación resultan la UACH, UACJ, UABC y UAA, cuyos índices de productividad egresados/docentes son mayores a 1. En es-tos casos el índice de programas (producto) fue mayor al de docentes (insumo), a diferencia del resto de las instituciones analizadas donde el índice de docentes fue mayor al de PE.

e) Índices de Productividad: Productos/Presupuesto. En la comparación de productos con presupuesto, el índice de productividad más elevado también fue la relación egresados/presupuesto (1.9), siguiendo el de PE/presupuesto (1.4) y al final matrícula/presupuesto (1.2). En esta última, el índice más bajo lo registra la UACJ (0.6), no obstante que es la que en términos relativos y a precios de 1982, obtiene la tasa pro-medio más alta de crecimiento en el presupuesto que ejerce (tabla 5). En este caso, destacan la BUAP, UAA, UATx, UAQro y UABC con

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omocrecimiento de matrícula mayor al de presupuesto. En relación inversa

están la UACJ, UV y UACH. La UANL presenta una variación prác-ticamente de uno a uno.

Tabla 5. Promedio de Índices de Productividad: Productos/Do-centes y Productos/Presupuesto 1982-2003, (1982=100%)

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y con base en el modelo del Federal Productivity Measuremente System

Gráfica 2. Comparación de índices de productividad, 1982-2003

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des Índices de productividad:

Productos/DocentesÍndices de productividad:

Productos/PresupuestoÍndice

de product: Productos/Insumos

Índice de product: Productos/Insumos (1)

MATRÍCULA/Doc.

EGRESADOS/Doc.

PE/Doc PROM. MATRÍCULA/

PRESUP.EGRESADOS/

PRESUP.PE/

PRESUP. PROM.

BUAP 0.8 1.0 0.9 0.9 1.69 1.7 1.8 1.7 1.32 1.49

UAA 1.1 1.2 1.3 1.2 1.5 1.6 1.8 1.6 1.39 1.45

UABC 0.6 1.0 1.3 1.0 1.3 1.9 2.7 2.0 1.47 1.63

UACJ 1.0 1.4 1.6 1.3 0.6 0.8 0.8 0.7 1.03 0.96

UACH 1.0 0.7 1.6 1.1 0.9 0.7 1.4 1.0 1.04 0.90

UANL 0.7 1.0 1.0 0.9 1.0 1.3 1.3 1.2 1.03 1.10

UAM 0.7 4.1 0.68 1.8 1.2 6.4 1.15 2.9 2.37 3.31

UAQro 0.7 0.8 0.8 0.8 1.4 1.5 1.7 1.5 1.14 1.26

UATx 0.9 1.2 0.8 1.0 1.4 1.9 1.3 1.6 1.26 1.43

UV 0.2 0.5 0.4 0.4 0.9 1.7 0.4 1.0 0.69 1.82

Promedio 0.8 1.3 1.0 1.0 1.2 1.9 1.4 1.5 1.27 1.44

Fuente: Estimación propia con base en el modelo del Federal Productivity Measurement System(1) En el promedio no se considera Mat/Doc y PE/Doc

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s... f ) El valor del índice de productividad dependiente de la relaciones pro-

ductos/docentes y productos/presupuesto. Del análisis de los resultados del modelo resalta la importancia del valor del índice promedio produc-tos/docentes y productos/presupuesto. En estos se observa que un ma-yor índice de productividad se presenta cuando:

1. La primera relación (ptos/doc) es menor a la segunda (ptos/re-sup), pero ambos tienen un valor mayor a 1.

2. El valor de cada relación considerada es mayor a 1, a excepción de la de Mat/Doc y PE/Doc, o bien la relación de cada produc-to con el insumo docente guarda una proporción de equilibrio (UAM, BUAP, UABC, UANL, UATx).

3. El valor de la relación egresados/docentes también es determi-nante en el valor del índice de productividad y entre mayor sea mayor será la productividad.

4. Estas relaciones determinan que los cambios en la productividad se atribuyen tanto a la dimensión de los insumos como de los productos y particularmente a la proporción que guarden entre ellos.

B. Modelo de Productividad de Asuntos Consulares (Consular Affairs Productivity Model)En el modelo del Sistema Federal de Medición de la Productividad (Federal Productivity Measurement System) se estimaron razones e ín-dices de productividad con productos e insumos individuales, que fue-ron promediados. En el de medición de la productividad de asuntos consulares (Consular Affairs Productivity Model), la producción total (matrícula + egresados + PE) se computa utilizando la técnica de pon-deración, designando un común denominador. De esta manera, los pro-ductos se convierten a unidades equivalentes que pueden ser sumadas directamente. El desarrollo de unidades equivalentes se elaboró acorde al grado de dificultad de cada producto. El producto que se consideró de mayor dificultad, por el tiempo que requiere para su conformación y la cantidad de recursos que utiliza son los Programas Educativos (PE), que fueron tomados como base, el resto se convierte a una fracción de

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omoéstos. Es decir, los productos que utilizan menos insumos (matrícula y

egresados) fueron convertidos a valores equivalentes al de programas educativos y sumados para obtener una producción total ponderada. El procedimiento para obtener el índice de insumos fue el mismo que en la técnica anterior.

No obstante, los factores de ponderación estimados y aplicados para la obtención de un índice de productos agregado, los índices de productividad: índice de productos agregados entre docentes y pre-supuestos, como se muestran en la tabla 6, arrojaron resultados muy similares a los del modelo anterior. Una desventaja visible es que dado que se obtiene un índice de productos agregados, no es posible hacer un análisis más detallado por producto como se hizo con los resultados del modelo anterior. Una ventaja es que en lugar de utilizar promedios, la suma de los mencionados se hace a través de los factores de ponde-ración. Sin embargo, como se menciona anteriormente, los resultados finales son prácticamente iguales. A continuación, la tabla 6 y las grá-ficas 3 a la 12 muestran los resultados promedio, asimismo, contrastan los dos índices de productividad por institución.

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y con base en el Consular Affairs Productivity Model

Tabla 6. Comparación de Índice de Productos Ponderado, Índice de Insumos e Índices de Productividad, 1982-2003.

Modelo de Productividad de Asuntos Consulares

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FACTOR DE PONDERACIÓN

DE LA MATRÍCULA

FACTOR DE PONDERACIÓN

DE EGRESADOS

FACTOR DE PONDERACIÓN

DE PE

PRODUCCIÓN TOTAL

PONDERADA

ÍNDICE DE PRODUCTOS

1982= 100

ÍNDICE INSUMO

DOCENTE(1982= 100)

ÍNDICE INSUMO

PRESUPUESTO(1982= 100)

ÍNDICE PRODUCTProductos/Docentes

ÍNDICE PRODUCTProductos/Presupuesto

ÍNDICE PRODUCT

PROMEDIO

BUAP 57.9 65.3 72.6 195.7 1.9 2.3 1.1 0.8 1.7 1.3UAA 38.7 48.0 54.8 141.5 2.7 2.2 1.8 1.2 1.6 1.4

UABC 35.5 52.7 78.5 166.7 2.1 2.3 1.1 1.0 2.0 1.5UACJ 20.9 30.8 34.6 86.3 1.8 1.4 2.7 1.3 0.7 1.0UACH 37.1 28.4 61.1 126.6 1.5 1.3 1.7 1.1 1.0 1.0UANL 117.9 159.4 163.5 440.8 1.3 1.4 1.1 0.9 1.2 1.0UAM 79.3 472.1 85.4 636.7 3.6 2.0 1.2 1.8 2.9 2.3

UAQro 33.5 37.8 46.8 118.0 2.8 3.9 1.9 0.8 1.5 1.1UATx 33.9 50.8 32.8 117.5 4.9 5.3 3.2 1.0 1.6 1.3UV 72.8 150.0 133.4 356.2 1.2 3.8 1.0 0.4 1.3 0.9

Promedio 52.7 109.5 76.3 238.6 2.4 2.6 1.7 1.0 1.5 1.3

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s... Gráfica 3. BUAP. Comparación de índices de productividad 1982-

2003: Modelo de productividad de asuntos consulares.

Como se observa en las gráficas 3 a la 7, el índice de productividad promedio productos/presupuesto, representado en la primera línea es el que registra los promedios más altos a lo largo del periodo. El que representa los productos obtenidos en relación al insumo de docentes es más bajo. Es decir, la BUAP, UABC, UAQro, UATx y UV en los términos del modelo, fueron más eficientes con el presupuesto otor-gado a lo largo del periodo relacionado con el conjunto de productos considerados: matrícula, egresados y PE.

Gráfica 4. UABC Comparación de los índices de Productividad 1982-2003 con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares.

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

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omoGráfica 5. UAQro Comparación de los índices de Productividad

1982-2003 con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares

Gráfica 6. UATx Comparación de los índices de Productividad 1982-2003 con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

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s... Gráfica 7. UV Comparación de los índices de Productividad 1982-2003

con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares

Gráfica 8. UAA Comparación de los índices de Productividad 1982-2003 con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

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artín

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omoEn el caso de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (gráfica

8), hasta poco antes de 1990 el presupuesto administrado fue más efi-ciente o productivo en relación a los productos de matrícula, egresados y PE, pero es hasta alrededor de 1995 cuando la relación de produc-tividad entre la planta docente y sus productos empieza a apuntalar y acercarse más la primera relación.

Gráfica 9. UACJ Comparación de los índices de Productividad 1982-2003 con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares

A diferencia de las anteriores universidades, la Universidad Au-tónoma de Ciudad Juárez (gráfica 9), muestra una relación de pro-ductividad de su planta docente y del presupuesto muy distante. La productividad o grado de eficiencia de su monto presupuestal a lo lar-go del periodo relacionado con los resultados obtenidos en términos de matrícula, egresados y PE es baja en relación con la productividad de su planta docente, aunque desde 1988 prácticamente se mantiene constante. No así la productividad de esta última, que registra un in-cremento importante entre 1995 y 2000.

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

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s... Gráfica 10. UACH Comparación de los índices de Productividad 1982-

2003 con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares

La Universidad Autónoma de Chihuahua también acorde a los re-sultados del modelo utilizado, a partir de 1990 su planta docente es notoriamente más eficiente o productiva en términos de su matrícula, egresado y PE. No así la productividad o eficiencia del presupuesto que se mantiene relativamente más alta desde 1982 hasta 1990, para a partir de ese año descender y ubicarse por debajo de la de su planta docente (gráfica 10).

Gráfica 11. UANL Comparación de los índices de Productividad 1982-2003 con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

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omoLos resultados del modelo obtenidos en la Universidad Autónoma

de Nuevo León, tal y como se muestra en la gráfica 11, denota una mayor productividad del insumo presupuestal, aunque como se ob-serva las líneas respectivas de la gráfica, no guardan una distancia muy significativa, e inclusive a partir de 1996 la tendencia es de un mayor acercamiento. Lo anterior se traduce en un grado de eficiencia de los dos insumos en relación con los resultados de matrícula, egresados y PE muy similar.

Gráfica 12. UAM Comparación de los índices de Productividad 1982-2003 con base en el Modelo de productividad de asuntos consulares

La Universidad Autónoma Metropolitana (gráfica 12), a lo largo del periodo considerado, aunque presenta altibajos, fue más eficiente en términos de su presupuesto que de su planta docente. Sin embargo, las diferencias al parecer no son muy significativas sobre todo a partir de 1992.

VI. ConclusionesEl crecimiento y diversificación de las IES en las décadas de los sesen-ta, setenta y parte de los años ochenta, a pesar del centralismo carac-terístico del sistema educativo nacional, que en buena medida tomó como modelos a la UNAM o al IPN, dio lugar a una importante he-terogeneidad entre las instituciones que la componen en términos de

Fuente: Elaboración propia con datos de la ANUIES y estimación propia con base en el Consular Affairs Productivity Model

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s... antigüedad, tamaño, tipo de sector social que atienden, composición

disciplinaria que las caracteriza, niveles de educación superior que ofre-cen, énfasis que asignan a las funciones de transmisión y generación de conocimiento, grado de autonomía de que disfrutan respecto a sus patrocinadores, tipo de composición de la planta académica, etcétera.

A la par de lo anterior, que en buena medida refleja las intenciones de las políticas nacionales, la realidad observada, a través de los resultados de los modelos empleados en cada una de las instituciones estudiadas, corrobora un significativo grado de heterogeneidad en las instituciones y demuestra que el proyecto de universidad, así como la identidad de las mismas, se define y se opera en las propias instituciones. Es decir, la capacidad de gobierno, administración y de visualización de su futuro, desarrollada por los actores de las instituciones juegan un rol funda-mental en la definición de un proyecto universitario. A pesar de las limitaciones presupuestales, la forma de asignarlo, la productividad o eficiencia que se deriva de ello, deja entrever otros factores que podrían ser un obstáculo mayor al desarrollo institucional que el financiero. Tal es el caso, en primer lugar, de la BUAP, que a pesar de haber sido castigada presupuestalmente, redundando en un incremento de 11% a lo largo de 23 años a precios de 1982, de las universidades estatales estudiadas logra niveles de eficiencia suficientemente considerables en relación con el resto de instituciones estudiadas. Esta forma de con-ducción y visión la lleva a que en el 2003 registre el mayor número de programas de posgrado en el Padrón Nacional de Posgrado (PNP) y en el Programa Integral de Fortalecimiento al Posgrado (PIFOP) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), del resto de universidades públicas en las entidades federativas.

Por otro lado, los resultados de los modelos también demuestran, la necesidad de incorporar otras formas de observar y conducir las instituciones, más allá de los lineamientos de las políticas nacionales, producto de una reflexión responsable y visionaria a nivel institucional, así como de apertura para compartir las experiencias, admitir los erro-res y enderezar los cauces.

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Género y Globalización1

Lourdes Ampudia Rueda y Myrna Limas HernándezUniversidad Autónoma de Ciudad Juárez

1 Giróin, Alicia (Coord.). Género y Globalización, CLACSO Libros. Colección Grupos de Trabajo. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Primera Edición. Buenos Aires, 2009, 288 pp. ISBN 978-987-1543-16-8

SecciónLibros, entrevistas

y otras narrativas

Fecha de recepción: 11 de enero de 2010Fecha de aceptación: 23 de marzo de 2010

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ación Género y globalización es una obra que nos brinda la oportunidad de

reflexionar acerca de los alcances y limitaciones de la teoría eco-nómica al incorporar la perspectiva de género. En sus páginas encon-tramos la globalización y el género como la temática general-medular pero además incorpora aspectos como relaciones de poder, comercio, desigualdad, migración, políticas macroeconómicas, propiedad inte-lectual, derechos humanos, entre otros, como ejes de análisis comple-mentarios.

El libro además de contar con un prólogo de Virginia Vargas y un capítulo introductorio escrito por Alicia Girón (la coordinadora de la obra) se divide en tres grandes apartados. El primero atiende la temá-tica Globalización, género, poder y crítica feminista. Las colaboradoras que nos facilitan el abordaje de estos temas son: Magdalena Valdivieso, Silvia Berger y la propia Alicia Girón. La segunda parte del libro, de-nominada Comercio, desigualdad, migración y pensiones, bajo la guía de Ivonne Farah, Cecilia Salazar, Alicia Girón, María Luisa González Marín, Consuelo Ahumada y Patricia Rodríguez nos llevan a reflexio-nar asuntos relacionados con el neoliberalismo, la desigualdad entre mujeres, el género y las políticas macroeconómicas, migración, género y propiedad intelectual, privatización de los sistemas de pensiones y la inequidad de género, entre otros. La tercera parte aborda privatiza-ción, derechos humanos, ética, políticas públicas y equidad como el eje central. En este caso, Blanca Pedroza, Alba Carosio, Gioconda Espina, Alejandra Arroyo y Eugenia Correa son las expertas que exponen sus ideas para repensar asuntos como derechos humanos de las mujeres; Feminismo latinoamericano y emancipación; políticas públicas versus políticas de equidad de género.

En cuanto al contenido, una primera característica que distingue a este libro y que motiva su lectura de principio a fin es la sencillez de su redacción. La particularidad de que es un texto escrito por mujeres y desde las percepciones de las mujeres constituye una fortaleza al evitar la reproducción de sesgos androcéntricos y cuidar que sus lectores sean públicos femeninos y masculinos. Una segunda característica reflejada en el contenido del texto es que auxilia a comprender desde diversas dimensiones u ópticas de análisis por qué los procesos de globalización

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ndezson heredados particularmente por los países de América Latina y

por las mujeres de modo que la generación de “nuevas problemáticas” representan desafíos para enfrentar con valentía. Una tercera caracte-rística se asocia con el tema de género; representa el hilo conductor que a lo largo del libro conduce a deconstruir lo aprendido y/o las “verdades previas” obligando al mismo tiempo a proponer alternativas y análisis posicionándonos desde/en las realidades de América Lati-na y la Unión Europea. Una siguiente característica, y no menos im-portante, es que esta obra permite particularmente a economistas con sexo femenino o masculino a destacar y monitorear los roles que las mujeres desempeñan en las economías dentro y fuera del contexto de la globalización.

En cuanto al contenido, el prólogo de Virginia Vargas propone que la globalización y sus procesos contienen un conjunto de múltiples dinámicas y esquemas sociales ambivalentes que procede reconocer como un terreno de disputa emergente donde procede tanto asentar nuevas exigencias y retos como revisar categorías, deconstruir verda-des previas y repensar las alternativas. Atinadamente afirma que “los avances en la reflexión feminista sobre globalización, economía y gé-nero han sido sustanciales en el último periodo en América Latina” argumentando que este tema prácticamente estaba inexistente en la agenda de la disciplina económica pero que ahora constituye un asun-to clave que visibilizar.

Refiriendo a Rosalba Todaro, Vargas menciona que en los proce-sos de ajuste estructural, las mujeres han funcionado como un factor oculto de equilibrio para absorber los programas de shock de los pro-gramas de ajuste de la economía, tanto intensificando el trabajo do-méstico para compensar la disminución de los servicios sociales por la caída del gasto público, como por el hecho de que la privatización de los sistemas de seguridad social han incidido en mayor medida en las mujeres por su papel en la reproducción (costo social de la maternidad asumidos individualmente). Advierte que los cambios económicos han producido también un cambio en el orden de género sustentado en un paradigma de producción y relaciones laborales, erosionándolo con la desaparición, como concepto del salario familiar, la falta de es-

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ación tabilidad laboral masculina y la incorporación de las mujeres al mer-

cado de trabajo. Hace reconocer que todo ello ha producido nuevos riesgos, conflictos y nuevas y dramáticas exclusiones, pero al mismo tiempo ha impulsado el surgimiento de nuevas subjetividades, iden-tidades y actores sociales que resisten y buscan concretar y ampliar nuevos derechos. Sugiere que el problema central de este contexto no es la pobreza, sino la urgente redistribución de la riqueza y junto con Girón destaca que la consideración del género en la globalización no consiste simplemente en mezclar “cosas de mujeres” con la economía sino en modificar el reflejo de las relaciones androcéntricas de poder que cruzan la clase social, la etnia y la cultura.

Con base en los textos de sus colaboradoras y el propio, Alicia Gi-rón revela de manera muy interesante aspectos clave para comprender la evolución de la reciente crisis mundial. Alude a la urgente creación de un nuevo paradigma económico bajo la óptica del género y desde un análisis diferente al formato tradicional que visualice la capacidad productiva y reproductiva de las mujeres. Destaca que aunque cada vez más disciplinas sociales introducen al análisis la categoría de género, como una moda, vale tenerla en cuenta desde dos filos, porque así como permite avanzar en el conocimiento de la problemática femeni-na representa un peligro al hacer a un lado su contenido revolucionario en tanto implica transformar todos los rincones de la sociedad.

Posicionadas en el contenido de la primera parte podemos señalar que el trabajo de Magdalena Valdivieso titulado “Globalización, gene-ro y patrón de poder” presenta una mirada de la globalización desde el feminismo e invita a reflexionar posibles causas estructurales de la desigualdad de género. Asimismo, motiva a recapacitar que en algunas ocasiones el uso de indicadores de género intenta ocultar que las rela-ciones de poder entre hombres y mujeres (no) se están alterando.

Silvia Berger, en cambio, desde el texto “Globalización, exclusión e inserción en la economía mundial” propone que la expansión del co-mercio internacional en el marco de una nueva división internacional del trabajo debería dar lugar, conforme a la teoría económica domi-nante, a un aumento generalizado de la productividad y el bienestar.

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ndezPor su parte, Alicia Girón en el texto “Género, globalización y de-

sarrollo” subraya la importancia de definir la globalización y el desarro-llo en los países latinoamericanos y relaciona estos dos conceptos con la categoría de género. Sugiere que el género es una categoría que ha venido a construir nuevos paradigmas en la economía y que ha incidi-do en su relación con la macroeconomía y las políticas públicas.

En el caso del contenido de la segunda parte, sucede que Girón y sus colegas logran su propósito de seducirnos a economistas y no economistas para interesarnos más —al grado de comprometerse de manera responsable y crítica— en los debates y vacíos que provoca estudiar dos temas aparentemente inofensivos para nuestra disciplina denominados globalización y género. En este recorrido, el artículo de Ivonne Farah y Cecilia Salazar nos acerca a Bolivia y nos provoca para reflexionar que el neoliberalismo y la desigualdad entre mujeres es un debate que permite presenciar que la participación de las mujeres está ocurriendo de manera masiva en distintos ámbitos (organizaciones campesino-indígenas, en movilizaciones, asambleas constituyentes, comisiones técnicas, foros, seminarios políticos, académicos, técnicos) y que pese a que se han obtenido avances, no acaban de resolverse muchos problemas asociados con el ejercicio de la representación po-lítica dados los contextos de precariedad económica, pobreza, escasez de tiempo y condiciones desiguales. En síntesis, sus planteamientos nos invitan a confirmar que la participación política de las mujeres vale promoverla por diversas leyes, como la conocida Ley de cuotas, por ejemplo, pero ello no garantiza la participación más activa en las deci-siones sobre desarrollo local ni avala que no se enfrenten obstáculos.

En el caso del artículo “Género y políticas macroeconómicas: mi-gración en México”, las autoras (Alicia Girón y María Luisa González Marín) abordan un tema particular: la feminización del proceso mi-gratorio en México hacia Estados Unidos. De manera muy inteligente nos enseñan que el tema de la migración ha recobrado gran impor-tancia a partir de los noventa del siglo pasado, al incluir la perspectiva de género y al relacionarlo con el panorama económico. Con base en entrevistas y datos arrojados por diversas fuentes, nos comparten las principales características que dan cuenta de la creciente migración

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ación que protagonizan las mujeres mexicanas al mudarse hacia EU. Entre

aquellas se cuentan: 1) la búsqueda de un trabajo, no por el objeto de reunirse con su pareja o familia; 2) vivir en comunidades urbanas y tra-bajar en actividades urbanas, 3) que los trabajos ofrecidos a mujeres in-migrantes en EU son semicalificados o de baja calificación, lo que no les refleja mejores salarios ni mejor tipo de ocupaciones; 4) porque las mujeres obtienen menores ingresos que los hombres, entre otras. Con su análisis demuestran que las mujeres inmigrantes siguen discrimina-das laboralmente y nos dan cuenta de que sus salarios siempre están por debajo de aquellos que disfrutan las mujeres blancas y afroamericanas. En síntesis, las preguntas obligadas que plantean Girón y González son: ¿Cuáles son los retos que enfrentan las mujeres migrantes mexi-canas en EU? y ¿Cuál es el efecto de las políticas macroeconómicas y la migración femenina? La búsqueda de las respuestas nos provoca para repensar que la migración femenina México-EU está llegándose a considerar como una fuente de progreso, no sólo porque posibilita mejorar el nivel de vida de la familia, sino porque está provocando que cada vez más hogares sean encabezados por mujeres, lo que confirma el cambio ocurrido en el patrón familiar tradicional.

En el texto Comercio, Género y Propiedad intelectual: TLC entre EEUU y Colombia, la autora —Consuelo Ahumada— nos auxilia para comprender que las decisiones que se adoptan en los principales orga-nismos internacionales (FMI y OMC) han sido producto de la aguda competencia económica y comercial que se desarrolla entre los países industrializados ante la búsqueda de consolidar las políticas neolibe-rales. En su abordaje presenta algunos argumentos que teorizan dos asuntos medulares: la importancia de la protección de la propiedad intelectual y el impacto de las políticas derivadas de la globalización y del libre comercio sobre las condiciones sociales de las mujeres, en especial, sobre el trabajo de cuidado. Destaca los pocos avances en los países no industrializados en materia de patentes y, adicionalmente, a partir de un análisis exhaustivo de los pros y los contras que advierte avalar la protección de la industria farmacéutica, da cuenta de las afec-taciones graves que padece/rá el ejercicio de la medicina alternativa o

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ndezla medicina alopática en las comunidades, especialmente rurales, de no

respetarse con principios comerciales fundamentales. En suma, los apuntes de Ahumada estimulan para debatir que las

condiciones de vida y de salud no deben ser comercializadas ni paten-tadas, dado que las consecuencias pueden ser devastadoras —y parti-cularmente dañinas— para los países del sur.

El siguiente artículo, de María Luisa González Marín y Patricia Rodríguez, trata la privatización de los sistemas de pensiones y la in-equidad de género en América Latina y evidencia la preocupación por las problemáticas que acarrea la seguridad social en el territorio latino-americano. Con su escrito, las autoras estimulan para abordar el estu-dio de las pensiones de las mujeres en el marco de la privatización del ahorro en la etapa de su vida laboral subrayando el hecho que implica cubrir los vacíos y deficiencias generadas por las fallas en la seguridad social.

Con datos precisos nos hacen reflexionar diversos asuntos de no menor importancia como son: 1) que las fallas en la seguridad social hacen que la familia asuma la manutención y el cuidado de los viejos; 2) que la familia, y particularmente las mujeres, son las responsables de atender a los adultos mayores, 3) que el empuje de concentrar a las familias en viviendas urbanas pequeñas implica no tener espacio para los abuelos, 4) que el hacinamiento, la miseria y la sobrecarga de tra-bajo convierten la vida familiar en un infierno, y como consecuencia aparecen los maltratos físicos, económicos y psíquicos a los adultos mayores, entre otros aspectos. Con su investigación, que alude a lo ocurrido en varios países de AL en materia de reformas a la seguridad social (incluidos sistemas de pensiones y retiro), demuestran que hasta en los mejores escenarios ocurre que los trabajadores, pese a dedicar gran parte de su vida y arriesgarla en el mercado/entorno laboral, no pueden capitalizar una pensión mínima garantizada. En este marco, confirman que las mujeres son las más perjudicadas. Por lo anterior, el escrito hace ver por qué es urgente reformar los sistemas de pensiones y los sistemas de seguridad social bajo una perspectiva de género.

En la tercera parte, denominada “Privatización, Derechos Huma-nos, ética, políticas públicas y equidad”, vale destacar que Alba Carosio

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ación alude a que la globalización no puede leerse sólo en clave económica

debido a su carácter multidimensional, por lo que es preciso analizarla en su esencia cultural y política. Indica que en esta condición procede reconocer los imaginarios de las mujeres en este proceso y formula que el ideal de la mujer autónoma o mujeres de “éxito” caracterizadas como perfectas en sus trajes impecables, en su belleza de cosméticos y bistu-rí, ha llevado a que las mujeres de las capas medias y altas se convirtie-ran en el objetivo principal de las estrategias de mercadeo de grandes corporaciones. De este modo, lleva a cuestionar por qué ocurre que las mujeres gasten cantidades ingentes de dinero en su apariencia toda vez que se estipula que la presencia física debe ser políticamente correcta, esto es, propone que la imagen personal es entendida como una inver-sión profesional. Así sucede que Carosio nos lleva a reflexionar una in-terrogante por demás interesante que propone: ¿Qué capacidad tienen las mujeres para influir en las nuevas estructuras de realidad que se es-tán creando y en qué medida podemos modificar los nuevos escenarios sociales que se están configurando en esta nueva época marcada por la globalización? A la luz de lo ocurrido en la trayectoria del feminismo latinoamericano, la autora nos sugiere distintas tareas prioritarias que deben emprenderse para promover y clarificar una propuesta ética fe-minista que sirva de base a una/esta nueva lógica social.

Finalmente, ubicándonos ahora no en América Latina, sino en Eu-ropa, Alejandra Arroyo y Eugenia Correa nos comparten sus ideas ha-ciendo eco de las políticas de equidad de género promovidas desde la Unión Europea (“Políticas de equidad de género: Unión Europea” es el título del artículo). En este escrito, las autoras inician su texto seña-lando que la igualdad de trato entre hombres y mujeres es un principio fundamental de la Unión Europea y un principio esencial de la de-mocracia. En síntesis, este ensayo hace un recorrido de las principales normativas de la UE en materia de trabajo, educación y reconciliación de la vida familiar, y otros aspectos, que han sido considerados en el diseño de las políticas comunitarias. Refieren los avances logrados en cuanto a que la no discriminación entre los géneros es un derecho fundamental dentro de la UE y una condición necesaria para el cre-cimiento, el desarrollo, el empleo y la cohesión social, pero sin negar

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ndezque en este territorio, dada la competencia económica global, siguen

habiendo desigualdades que provocan que las mujeres hagan frente a elegir entre su vida privada y la laboral, escoger entre el matrimonio y los hijos o bien resolver triunfar entre la actividad profesional y laboral. De este modo, teniendo como soporte datos confiables y comparables desglosados por sexo, Arroyo y Correa nos invitan a reforzar la idea de que la mejora de la gobernanza constituye un recurso adecuado tanto para construir un mundo distinto, más humano, más comprometido con la igualdad entre los géneros como para instrumentar, monitorear y evaluar diversas rutas o formatos de participación paritarias de las mujeres y los hombres en diversas plataformas y ámbitos.

Dada esta revisión, vale cerrar esta reseña comentando, a manera de corolario, que la coordinadora de este título, junto con cada una de sus colegas, logran mostrar a través de 11 escritos la relevancia que la perspectiva de los estudios de género tiene para la economía actual, la cual —cabe agregar— es aquejada por la desconfianza, el escepticismo y el pesimismo. Ante este desafío, la propuesta de Girón vale percibirla fundamentalmente optimista (probablemente demasiado optimista) y particularmente positiva dado que atinadamente, de manera seducto-ra, su texto (parafraseándola) nos hace visualizar que los avances en el conocimiento de la problemática femenina han llevado a que cada vez más disciplinas sociales se han mancomunado para introducir en sus análisis la categoría de género. Así ocurre que, en nuestra opinión, Gé-nero y globalización es un recurso que resulta ser clave para compren-der la necesidad de reformular el modelo económico de desarrollo en función de replantear las políticas públicas y entender la globalización con una visión de género. En nuestro caso, confiamos que el título en consideración sea leído en los rincones más recónditos de modo que sus planteamientos y sus revisiones nos hagan coincidir no sólo para deconstruir y reconstruir las lecciones aprendidas, sino para lograr/encaminar una sociedad más responsable, más comprometida y más adaptada con cada realidad. Seguro que así será.

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El modelo y su pertinencia en espacios con

desequilibrio económico y territorial1

Martha Patricia Barraza y Lisbeily DomínguezUniversidad Autónoma de Ciudad Juárez

1 Gutiérrez Casas, Luis E. (2008): Potencial de desarrollo y desequilibrio regional en Chihuahua. Colección Solar, Serie: Ensayos. Gobierno del Estado de Chihuahua: Secretaría de Educación y Cultura, Instituto Chihuahuense de la Cultura y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Chihuahua, México, 2008, 350 pp.

Fecha de recepción: 08 de diciembre de 2009Fecha de aceptación: 25 de febrero de 2010

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l La publicación de Luis Enrique Gutiérrez Casas constituye una profundización rigurosa y reflexiva en el análisis de los compo-

nentes del potencial de desarrollo y desequilibrio regional en el estado de Chihuahua. Está, además, escrita con un lenguaje y un estilo narra-tivo claro, expresivo y limpio de retórica. El autor, quien actualmente es profesor investigador de tiempo completo de la Universidad Autó-noma de Ciudad Juárez, pertenece a lo que puede considerarse como fructífera cantera de jóvenes valores estudiosos de la economía regio-nal actual y en su trabajo se refleja con nítidez la sólida base formativa recibida y su extraordinaria madurez intelectual.

La obra se estructura en cinco grandes apartados. Se inicia con dos primeros capítulos de carácter teórico-conceptual y metodológico en el que, a lo largo de sus páginas, se desgranan las ideas y los ejes con-ceptuales y reflexivos, directrices del trabajo empírico que desarrolla en los siguientes tres capítulos.

El centro de la obra, tal y como se sustenta en su introducción, es la determinación de un modelo, que permita, a través de la identifi-cación, análisis y asociación de conceptos claves, entender y revertir los desequilibrios regionales, la desigualdad económica y orientar el potencial de desarrollo en la dinámica de crecimiento de las regiones. Con lo anterior, propone también una tipología de los municipios del estado de Chihuahua, como base para definir lineamientos de política regional.

En el primer capítulo, el autor realiza un acucioso análisis de ca-rácter teórico-conceptual para construir lo que él denomina un marco general referencial. Bajo ese propósito, identifica los elementos analíti-cos de diferentes teorías del crecimiento regional (TCR) que explican el desarrollo divergente, los desequilibrios regionales, la vulnerabilidad de las regiones y el potencial de desarrollo. La orientación del análisis y la correspondiente argumentación se desarrollan desde una perspectiva de complementariedad y asociación, acompañados por una serie de diagramas que comparan los supuestos principales, las distintas varia-bles que determinan la capacidad de crecimiento en una región.

Las TCR que aborda se fundamentan en la teoría neoclásica, la teoría del crecimiento endógeno, la teoría de la innovación y cambio

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gueztecnológico, la teoría de la demanda y multiplicador regional, la teo-

ría de la base de exportación las teorías de la polarización y la cau-sación acumulativa, la nueva geografía regional y los rendimientos crecientes, la teoría del cambio estructural, la teoría de la dotación de la infraestructura, la teoría del desarrollo endógeno y la teoría del desarrollo sostenible. Establece relaciones e influencia de factores, condiciones y mecanismos que cada una destaca para explicar el creci-miento económico regional, a través de diferentes diagramas.

El ejercicio de integración atendiendo los postulados básicos y las variables que cada teoría establece como determinantes, lo materiali-za en un modelo de cuatro componentes elementales que participan como codeterminantes del crecimiento y que denomina precondiciones, factores dinamizadores, mecanismos propagadores y factores de refuerzo. Cada componente, a su vez, integra un conjunto de variables de carác-ter endógeno y exógeno.

Define las precondiciones como el conjunto de variables que aportan un ambiente o plataforma de crecimiento a la región y que posibilitan a los componentes de los factores dinamizadores y mecanismos propa-gadores una atmósfera propicia para el crecimiento. Generalmente, se conforman por tres variables: capital natural, infraestructura o capital físico y capital social de la región. Las características de las precon-diciones generan, a su vez, externalidades que amplían y potencian la capacidad de crecimiento de una unidad territorial o región.

Los factores dinamizadores son aquellos factores productivos, cam-bios tecnológicos o inyecciones de ingreso que detonan el proceso de crecimiento a partir del estado que guardan las precondiciones. Las va-riables que forman parte de los factores dinamizadores por el lado de la oferta son: el capital físico, la fuerza de trabajo, el capital humano y el progreso tecnológico; y por el lado de la demanda, los gastos de con-sumo, inversión y de gobierno de la demanda exterior. De esta forma, el marco de referencia general incorpora tanto variables endógenas como exógenas explicativas del crecimiento regional.

Los mecanismos de propagación se entienden como el medio o dispo-sitivo que facilita, propaga y difunde el crecimiento a partir de los cam-bios de un factor dinamizador, entre ellos menciona el multiplicador

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l regional, el medio institucional, la organización flexible de la produc-ción y la organización territorial (elementos considerados por la teoría del desarrollo endógeno). A través de estos mecanismos, explica el au-tor, los impulsos iniciales del crecimiento se difunden y persisten en el sistema socioeconómico y se hace posible la expansión sostenida.

Por factor de refuerzo considera a aquel producto o resultado del mismo proceso que genera condiciones o retroalimenta al sistema regional para mantener la expansión económica en el tiempo. Entre ellos incorpora las economías de aglomeración, los rendimientos cre-cientes, la competitividad, el cambio estructural y la difusión regional o transmisión del crecimiento.

En el diagrama de la página 95 esquematiza las relaciones entre los cuatro componentes del crecimiento, y en la 96 presenta la ecuación correspondiente, en donde las variaciones en el ingreso (aumentos o disminuciones) están determinadas por variaciones en las precondicio-nes, en los factores dinamizadores, en los mecanismos de propagación y en los factores de refuerzo. Al modelo se agrega un parámetro referido al grado de sensibilidad de una región a los cambios o variaciones en cada componente.

Esta particularidad permite determinar el tipo de política regional requerida acorde al contexto de la unidad espacial. La relación que se asume entre los componentes considera la causación circular y acu-mulativa. Lo que implica que si el ingreso se incrementa también lo hace la probabilidad de que haya cambios en el capital social y en la creación o ampliación de la estructura y que impacte los factores di-namizadores y los mecanismos de propagación bajo una lógica endó-gena. De esta forma el modelo también supone que los componentes del crecimiento regional están determinados por elementos exógenos y endógenos.

La especificidad del modelo permite identificar y explicar el efecto de cada una de las variables utilizadas en cada componente para im-pulsar el crecimiento o bien intensificar el estancamiento o retroceso de ciertas regiones bajo los efectos de la causación circular y acumu-lativa. Lo que a su vez afecta el capital social, la infraestructura, y por consecuencia, el potencial o capacidad de crecimiento.

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guezA partir del enfoque de los cuatro componentes del crecimiento, el

autor construye un referente integral para la compresión del proceso de desarrollo y la expansión económica regional, mismo que comple-menta enseguida examinando algunas de las aportaciones teórico me-todológicas en el análisis regional de Dieter Biehl. Esta asociación lo conduce a introducir el concepto del potencial de desarrollo para cons-truir un modelo del potencial regional de desarrollo (PRD) y un cuadro analítico para la aplicación de la política regional tendiente a lograr la convergencia territorial o un desarrollo regional más equilibrado y que impulse el nivel de vida de la población.

La contribución retomada de Biehl, gira en torno a la determina-ción del potencial regional de desarrollo, en la que introduce elementos de mayor especificidad de carácter estático o dinámico, que considera factores potenciales de desarrollo (FPD). Es decir, Biehl identifica fac-tores de potencialidad como el capital y fuerza de trabajo que code-terminan las posibilidades de desarrollo de un sistema. Estos factores son la localización geográfica, la aglomeración, la estructura sectorial y la dotación de infraestructura de capital público y la dotación. El uso combinado de los FPD con los factores de producción posibilita un uso pleno del PRD, el cual está estrechamente vinculado al nivel de ingreso regional. Según Biehl, si el PRD es medido en términos del ingreso potencial per cápita, el ingreso per cápita real solo puede ser elevado a su nivel potencial si los recursos públicos fijos son combina-dos con la cantidad óptima de factores de producción privados.

Es así que la cantidad y características de los FPD fijan los límites o alcances del crecimiento regional, incluso su carencia o insuficiencia puede resultar en “cuellos de botella” para el desarrollo.

En este sentido, Biehl considera que una cantidad limitada de FPD puede convertirse en un verdadero obstáculo de desarrollo, por lo que una dotación adecuada es de suma importancia para las expectativas del crecimiento. La relación funcional que Biehl determina es que el PRD está en función de la infraestructura, la localización y la estruc-tura. De ahí que la operatividad del concepto PRD permita compren-der el proceso de acumulación de capacidades para el crecimiento.

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l Una de las limitantes que encuentra Gutiérrez Casas del mode-lo de Biehl es que no incorpora otros factores negativos que actúan en sentido contrario y que también son estructurales y que en vez de generar potencialidad debilitan a las regiones, las precondicionan al atraso y vulneran su capacidad de respuesta a los cambios externos. Es decir, estos factores limitantes no permiten aprovechar las externalida-des que generan las precondiciones. De ahí la aportación de Gutiérrez Casas al modelo de Biehl, con la incorporación de factores limitantes al enfoque del potencial de desarrollo. Su propósito es redefinir e in-terpretar el potencial de desarrollo de las regiones a partir de factores de potencialidad y factores limitantes del desarrollo.

El modelo PRD una propuesta teóricaComo se mencionó anteriormente, la aportación de Gutiérrez Casas es una extensión del modelo de Biehl incorporando factores limitantes del desarrollo definidos como elementos negativos que configuran una precondición, que en palabras de Myrdal, son los factores retardadores del desarrollo o Hirschmann son obstáculos iniciales.

Desde esta perspectiva, un factor limitante del desarrollo (FLD), es aquella variable socioeconómica que resta capacidad a una región para crecer, deteriora los factores dinamizadores y los mecanismos de pro-pagación y no permite el óptimo aprovechamiento de los factores de refuerzo ni de las externalidades que generan precondiciones positivas. Es decir, no estimula la conformación o deteriora el capital social de una región y propicia el uso ineficiente de la estructura y el funciona-miento no óptimo del resto de los componentes regionales. Entre los FLD se incluye la pobreza, la marginación y la desigualdad.

De ahí que el modelo propuesto rebase la perspectiva de los factores de potencialidad e introduzca factores de carácter negativo al desarrollo. Por lo cual, como relación funcional, el PRD está determinado por los FPD en una relación positiva y con los FLD con una relación negativa.

De esta manera, el modelo propuesto por Gutiérrez Casas agrupa en un lado las distintas clases de los FPD, que en conjunto tienen un efecto positivo sobre el potencial regional de desarrollo, y en otro los FLD que en conjunto limitan la capacidad de crecimiento de la re-

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guezgión. Estas relaciones son presentadas por el autor en el diagrama de

la página 123, donde establece que los cambios en el ingreso regional son consecuencia del crecimiento de las regiones y del PRD, a su vez determinantes de la situación de los factores de potencialidad y los factores limitantes, y bajo el efecto de circularidad también del PRD. Es decir, justamente esta relación direccional o circular, según Gutié-rrez Casas, es uno de los fundamentos para la definición de políticas regionales.

Otro de los diagramas que aporta el autor es el que presenta en la página 124, en donde se establece que en la medida que los FPD tienden a incrementarse, la región potencia su crecimiento, es decir, el PRD se incrementa. De la misma manera, cuando los FLD toman una mayor dimensión el PRD disminuye. De esta forma, en el modelo confluyen fuerzas no excluyentes y codeterminantes del potencial y vulnerabilidad regional.

Los mecanismos de intervención, como medidas de políticas eco-nómicas regional para impactar los cuatro componentes de crecimien-to, se presentan en el diagrama de la página 132. Este esquema indica que el nivel de ingreso es también determinado por la política regional e incluso puede ser un medio para influir en los otros componentes bajo un efecto circular.

Para hacer más eficiente la aplicación del modelo, Gutiérrez Ca-sas incorpora aportaciones de otros autores como Friedmann, quien distingue varios tipos de economías regionales, que se definen por la participación relativa de la industria en su producto regional. Por lo tanto, cada tipo de economía es un contexto específico que presenta problemas y características diferenciadas y por eso una política regio-nal específica. De ahí que en el diagrama de la página 135 Gutiérrez Casas esquematiza la existencia de dos regiones: una desarrollada y otra atrasada con contextos y problemas distintos, que se vinculan a las características y situación de sus precondiciones, factores dinami-zadores, mecanismos de propagación y factores de refuerzo. Por ello, la política regional debe contextualizar los problemas de cada región y definir instrumentos de intervención diferenciados a partir de dos

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l paquetes de políticas que el autor denomina tipo I y tipo II: la primera dirigida a regiones desarrolladas y la segunda a atrasadas.

Considerando el potencial de desarrollo y el grado de vulnerabi-lidad, el autor propone una tipología con cuatro contextos regionales diferentes: 1) regiones muy atrasadas y de alta vulnerabilidad (RAV), 2) regiones de atraso y vulnerabilidad significativos (RVS), 3) regiones de avance y vulnerabilidad media (RVM), y 4) regiones desarrolladas y de baja vulnerabilidad (RDB).

Finalmente, en el diagrama de la página 143, Gutiérrez Casas pre-senta las implicaciones del modelo PRD en términos de su propuesta de regionalización y la política regional más adecuada para cada una de éstas. Con esto, el modelo induce a partir de la regionalización para aplicar el principio de la eficacia diferenciada de la política regional en contextos específicos: tipo uno y tipo dos, como mecanismos de intervención para incrementar el potencial de desarrollo y reducir la vulnerabilidad.

El diagrama también presenta una serie de objetivos específicos para orientar y determinar instrumentos de política regional más ade-cuadas. Las políticas tipo uno, en el ámbito de los FPD, pretenden in-crementar la infraestructura básica y la reestructuración sectorial de la economía; y en el campo de los FLD, impactan la pobreza, el empleo y amplían los ámbitos de inclusión social. Las políticas tipo II tie-nen como meta reducir las deseconomías, consolidar la infraestructura avanzada, incrementar la I&D y generar eslabonamientos productivos, así como una mayor inclusión social. Por lo tanto, las políticas del tipo I son más efectivas para regiones atrasadas y las tipo II para regiones avanzadas.

Es decir, ambos tipos incorporan tanto estrategias de crecimiento como de redistribución del ingreso, que impactan tanto los factores de potencialidad como a los factores limitantes. Las primeras bajo el propósito de incrementar el ingreso a partir del mejoramiento de las condiciones productivas y las segundas, mejorar las condiciones so-cioeconómicas de la población a partir de apoyos directos, transferen-cias e infraestructura social. Ambas estrategias pueden aplicarse bajo una lógica de complementariedad.

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guezEn síntesis, el estudio es abordado con bastante rigor y brillantez

expositiva, realizando un serio y profundo análisis donde se evidencia la maestría investigadora con que Luis Gutiérrez procede a detallar e incorporar todas y cada una de las piezas del engranaje de tan com-plejo proceso y a manejar con muy holgada solvencia las fuentes docu-mentales más precisas.

Bajo una perspectiva de la economía positiva Gutiérrez Casas di-seña el modelo PRD e incorpora el enfoque normativo al incluir el análisis dentro del modelo de la pertinencia de la política regional. En este sentido, Gutiérrez Casas abre el espacio para el diseño y el análisis de una política económica regional cuya intervención impacte en los componentes del crecimiento y por lo tanto en el desarrollo de las regiones. Asimismo, aporta elementos importantes en el ámbito de la microeconomía del sector público para abordar problemas de inefi-ciencia en la asignación de recursos.

Consideramos su aportación de gran valía y utilidad tanto para las demandas universitarias como para otro público no vinculado al mundo académico, pero que requiere estudios como éste, que le proporcionen elementos y las referencias precisas para conocer y analizar los procesos que modelan y estructuran la sociedad y el territorio de una región.

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Guidelines for Contributors

The Editorial Board of Nóesis permanently welcomes submissions of academic articles for publication on any of its different sections. Proposals are received throughout the year.The following guidelines are applicable in preparing a submission for Nóesis:

1. All papers submitted for publication in Nóesis must be original and un-published.

2. The Universidad Autónoma de Ciudad Juárez claims all copyrights to the paper once it has been published in Nóesis.

3. Submissions can be research or academic articles (result of an in-depth study), shorter essays on a specific scientific development, or book re-views. The subjects covered are generally in the social sciences.

4. The works can be written in English or Spanish. Authors who submit texts translated into Spanish from another language, including English, must enclose a copy of the version in the original language.

5. Manuscripts submitted for review will not be returned to the authors.6. The Editorial Board reserves for itself the right to evaluate the scientific

and methodological quality of all submissions. Generally, the process will follow the following timeline:

a) After submission, the paper is given a first reading by a member of the Editorial Board to determine its suitability for publica-tion in accordance to the editorial norms presented in number 7.

b) If the document complies with such norms, it will be reviewed by two specialists who may approved it, reject it, or request the author to make editorial corrections or give recommendations to strengthen the paper.

c) If corrections or recommendations were made, the paper is re-turned to the author to make the suggested changes. The paper must be re-submitted in accordance to the deadline established by this journal. In the given case the author does not respond within one month after having been presented with the sug-gested changes for his paper, Nóesis reserves the right to not publish it or make the pertinent editorial corrections.

7. Manuscripts must include the following editorial requirements:a) The front cover must have title and subtitle (brief and concise in

English and in Spanish) and type of work (article, book review, etc).

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b) An abstract of summary of content of no more than 150 words, also in English and Spanish.

c) Name, title, nationality of the author(s), e-mail address of collaborator(s) and Institutional and departmental affiliation of the author(s).

d) Indicate maximum degree obtained and area of specialization.e) Present the printed original or send in electronic form via e-mail

(Word format, Times New Roman, font size 12, justified, double-spaced, numbered pages from cover to end).

f ) The length of the article must be between 15 and 30 pages, consid-ering 26-line pages.

g) Tables and figures must be done preferably in MS Office Excel for Windows and must be inserted in the text and properly labeled (in-clude a separate file for each). If not in Excel, indicate in your cover let-ter the software used for tables and figures. These must be self explica-tive; do not use abbreviations; indicate the units used; and properly cite and annotate on footnotes. Reader must be able to understand tables and figures without recurring to the text.

h) Bibliographical references must follow consistently the Spanish con-ventional style: Author’s last name, year of publication: page number (e.g. Foucault, 1984: 30-45). Include the complete reference only in the bibliography, unnumbered and in alphabetical order.

i) When citing books in Spanish, remember that only the first word is capitalized (La casa de la noche triste); in English, capitalization is generally done at the beginning of all principal words (The House of the Sad Night). In both languages the original spelling should be kept.

j) When using acronyms in the text, figures, tables, and bibliography, spell the meaning at least the first time and specify the acronym to be used in the rest of the text in parenthesis (e.g. Drug Enforcement Administra-tion (DEA); thereafter only DEA).

k) In case the article is accepted, the author must submit to the Editorial Board a signed consent form declaring the work presented is original and unpublished and copyrights are granted to the journal.

l) Follow this style for bibliographical citations:

BOOK ENTRIES— Last name(s), and name (s) of the author. Title of the book in Italics. Place of

publication, Publishing Company, year, page numbers.

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Examples:Foucault, Michel. Las palabras y las cosas. México, Siglo XXI, 1984, pp. 30-45.Levine, Frances. “Economic Perspectives on the Comanchero Trade”. In: Spiel-

mann, Katherine A. (ed.). Farmers, Hunters and Colonists. Tucson, AZ; The University of Arizona Press, 1991, pp. 155-169.

JOURNAL ENTRIES— Last names(s) and name(s) of the authors. “Title of the article”. Name of the

Journal in Italics, number, volume, date, page numbers.

Examples:

Conte, Amedeo G. “Regla constitutiva, condición, antinomia”. Nóesis, núm. 18, vol. 9, enero-junio de 1997, pp. 39-54.

Krotz, Esteban. “Utopía, asombro y alteridad: consideraciones metateóricas acerca de la investigación antropológica”. Estudios sociológicos, núm. 14, vol. 5, mayo-agosto de 1995, pp. 283-302.

Taxes in electronic texts, bases of data and computer programsResponsible main (of the contribution). “Title” [support type]. In Responsible main (of the main document). Title. Edition. Publication place editor, publication date, date of upgrade or revision [its dates of consultation]**. Numeration and/or localization of the contribution inside the document source. Notes*. Disponibility and acces**. Normalized number*.

Example:

Political and Religious Leaders Support Palestinian Sovereignty over Jerusalem. In: Eye on the Negotiations [on line]. Palestine Liberation Organization, Negotia-tions Affairs Department, August 29th, 2000. [ref.: August 15th, 2000]. Available on Web: [http://www.nad-plo.org/eye/pol-jerus.html]

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Normas para autores

El Comité Editorial de Nóesis de manera permanente acoge con gusto propuestas de artículos para publicar en cualquiera de sus diferentes secciones. Por favor consulte las siguientes normas al preparar sus documentos:

1. Los trabajos a presentar en Nóesis deberán ser originales e inéditos.2. Una vez que la revista publica el artículo los derechos del autor pasan a ser

propiedad de la UACJ.3. Los artículos pueden ser de fondo (resultados de investigaciones o ensayos

académicos) o reseñas bibliográficas breves o críticas, los cuales deberán refe-rirse a alguna área de las ciencias sociales y humanidades.

4. Los trabajos pueden ser en inglés o español. Si se envía una traducción al español, hay que adjuntar también el texto en el idioma original.

5. No se devuelven los originales.6. Los artículos deberán ajustarse al dictamen del Comité Editorial, el cual eva-

lúa su calidad científica y decide sobre la pertinencia de su publicación. Gene-ralmente el proceso de dictaminación contempla tres etapas:

a) El autor envía su propuesta al Comité Editorial, la cual se sujeta a una primera revisión para determinar si cumple con las normas editoriales que se presentan más abajo;

b) si el documento cumple con tales normas se somete a un dictamen por dos especialistas en el tema, los cuales podrán aprobarlo, recha-zarlo o aprobarlo solicitando correcciones;

c) si el documento es aprobado pero requiere cambios, el autor deberá realizarlos en el plazo establecido por la revista. En caso de que el autor no responda en un mes después de habérsele presentado las correcciones o dudas de su trabajo, Nóesis se reserva el derecho de no publicarlo o hacer los cambios editoriales que considere pertinen-tes.

7. Los trabajos deben ajustarse a los siguientes requisitos editoriales:a) Asentar en la portada el título del trabajo (breve, conciso, inglés y

español) y la naturaleza del mismo (artículo, reseña u otros).b) Un resumen del contenido de una extensión no mayor de 150 pala-

bras, escrito en inglés y en español.c) Nombre, nacionalidad del autor o autores, correos electrónicos de

cada colaborador y adscripción (institución, departamento y/o coor-dinación).

d) Indicar grado máximo de estudios y área de especialización.e) Presentar el original impreso o enviar por correo electrónico en ar-

chivo de versión Word, con cuerpo justificado, en letra Times New

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Roman, a 12 puntos y a doble espacio, numerando cada página des-de la portada.

f ) La extensión debe ser entre 15 y 30 cuartillas, considerando páginas de 26 líneas.

g) Los cuadros y el trazado de gráficas deberán estar elaborados en Ex-cel para Windows, indicando el nombre de cada uno de ellos (inclu-yendo un archivo por cuadro o gráfica). Asimismo, las ilustraciones, cuadros y fotografías deben referirse dentro del texto, enumerarse en el orden que se cita en el mismo, e indicar el programa de cómputo en el que están elaborados. Éstos deben explicarse por sí solos, sin tener que recurrir al texto para su comprensión; no incluir abrevia-turas, indicar las unidades y contener todas las notas a pie de página y las fuentes completas correspondientes.

h) Las referencias bibliográficas deben asentarse de la forma conven-cionalmente establecida en español, es decir, indicando éstas en el cuerpo del texto de la siguiente manera: Apellido del autor, fecha: número de páginas (Foucault, 1984: 30-45). La bibliografía com-pleta se presenta sin numeración al final del artículo, organizada en orden alfabético.

i) Al citar los títulos de libro se deben utilizar mayúsculas sólo al inicio y en nombres propios; para los títulos en el idioma inglés se respeta-rá la ortografía original.

j) Al menos la primera vez se debe proporcionar la equivalencia com-pleta de las siglas empleadas en el texto, la bibliografía y los cuadros y las gráficas.

k) En caso de que el artículo sea aceptado, el autor debe enviar al Co-mité Editorial una carta debidamente firmada donde declare que el escrito presentado es inédito y que se ceden los derechos de autor.

l) Distribuir los datos de las referencias bibliográficas de la siguiente manera:

FICHA DE LIBROApellido(s), nombre(s) del autor. Título del libro. Lugar de edición, editorial, año, nú-

mero de páginas.Ejemplos:

Foucault, Michel. Las palabras y las cosas. México, Siglo XXI, 1984, pp. 30-45.Levine, Frances. “Economic Perspectives on the Comanchero Trade”. En: Spielmann,

Katherine A. (ed.). Farmers, Hunters and Colonists. Tucson, AZ; The Universi-ty of Arizona Press, 1991, pp. 155-169.

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FICHA DE REVISTAApellido(s) y nombre(s) del autor. “Título del artículo”. Nombre de la revista, número,

volumen, fecha, número de página(s).

Ejemplos:

Conte, Amedeo G. “Regla constitutiva, condición, antinomia”. Nóesis, núm. 18, vol. 9, enero-junio de 1997, pp. 39-54.

Krotz, Esteban. “Utopía, asombro y alteridad: consideraciones metateóricas acerca de la investigación antropológica”. Estudios sociológicos, núm. 14, vol. 5, mayo-agosto de 1995, pp. 283-302.

Contribuciones en textos electrónicos, bases de datos y programas informáticosResponsable principal (de la contribución). “Título” [tipo de soporte]. En: Responsable principal (del documento principal). Título. Edición. Lugar de publicación, fecha de publicación, fecha de actualización o revisión [fecha de consulta]**. Numeración y/o localización de la contribución dentro del documento fuente. Notas*. Disponibilidad y acceso**. Número normalizado*.

Example:

Political and Religious Leaders Support Palestinian Sovereignty over Jerusalem. In: Eye on the Negotiations [on line]. Palestine Liberation Organization, Negotia-tions Affairs Department, August 29th, 2000. [ref.: August 15th, 2000]. Available on Web: [http://www.nad-plo.org/eye/pol-jerus.html]

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Ciencias Sociales y Humanidades) y LATINDEX