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NOCHE DE CALAVERAS 1

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Page 1: Noche de Calaveras

NOCHE

DE CALAVERAS

Pieza en un acto(diez cuadros)

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Page 2: Noche de Calaveras

Textos de

Joaquín Fernández de LizardiMargarito LedesmaCalaveras de PosadaChava FloresEdmundo ValadézJosé Rubén RomeroHiram Torres

Adaptación libre de Hiram Torres

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Page 3: Noche de Calaveras

LUGAR Y ÉPOCA DE ACCIÓNMéxico, en cualquier rincón de la Patria. Época actual.

ESCENOGRAFÍAOfrenda de Día de Muertos: Flores, incensarios, papel cortado, velas, frutas, platillos de comida, dulces, calaveras de azúcar, cuadros, máscaras, etc.

PERSONAJES(todos –menos JOVEN- llevan diferentes máscaras de calaveras y un mallón negro con un esqueleto pintado con colores fluorescentes)

CALACA ICALACA IIDIABLO IDIABLOIIJOVENMUIERTEMARGARITOCICLISTA ICICLISTA IICICILISTA IIIBORRACHO IBORRACHO IISOLTERONA ISOLTERONA IISOLTERONA IIIINGENIERO IINGENIERO IIPRESIDENTE CAMPESINO ICAMAPESINO IIANCIANOSACRAMENTOCRESCENCIOPRESEDENTE MUNICIPALMUCHACHOPITO PÉREZJOSÉ RUBÉNDIABLOS, PARROQUIANOS, MESERAS, CAMAPESINOS, GENTE DEL PUEBLO

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Page 4: Noche de Calaveras

Cuadro I

(el público permanece fuera de la sala. CALACA abre la puerta convocando a la gente. Se escucha música festiva)

CALACA ILlegó la gran ocasiónde divertirse de veras,van a hacer las calaverassu fiesta en el panteón.

Las tumbas se han adornadolos sepulcros se han barrido, los féretros se han pulidoy las losas barnizado.

Los festejos sepulcrales,muchas horas duraránlos muertos asistiráncon vestidos especiales.

Con gran anticipacióncalaveras y esqueletosse han hecho trajes completosque lucirán en la reunión.

(de las sala, hacia dónde espera el público, se dirige un cortejo fúnebre. Cuatro esqueletos cargan un ataúd y dan una vuelta por el recinto e invitan al público a pasar a tomar su lugar en la sala, iluminada tenuemente. Al último, entra a la sala el cortejo y deja el ataúd en el centro. Al fondo del escenario, JOVEN, el único que pertenece al reino de los vivos, sentado en el suelo, hojea unos papeles)

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Cuadro II

DIABLO I (en off)¿Y qué trabajo nos va a dar el grupo de teatro para estos días?

JOVEN (reaccionando asustado)¡Ay en la madre! Ya estoy sintiendo pasos… ¡No espantes, Marco! Ya me desconcentraste…

DIABLO I (en off)Te pregunté qué es lo que van a hacer para celebrar estas fiestas…

JOVEN (continúa asustado. Se incorpora y busca el origen de la voz)Seguramente nada. Tenemos mucho trabajo. Todos los días andamos en friega loca. No nos queda tiempo para nada. Pero, ¿quién habla? ¿dónde estás?

DIABLO I (en off)¡Eso es pura güeva! Queriendo, para todo hay tiempo. Pónganse a trabajar y celebremos juntos el día de los fieles difuntos…

JOVEN (entre asustado y molesto)Pues ya veremos…

(JOVEN sigue buscando por unos instantes de dónde proviene la voz. Al no lograr nada, se acuesta sobre el suelo y bosteza)

JOVEN¿Más trabajo? ¡Ni madres! Voy a echarme un sueñito y luego voy por el pomo.

(JOVEN duerme, ronca. La iluminación cambia a rojiza y es igualmente débil. Entra Diablo I)

DIABLO I (a JOVEN)¿Hasta cuándo vas a estar tirando la güeva? ¿Qué te crees inmortal o piensas que la muerte está muy lejos de tu lado? ¿No te has dado cuenta que estos días son pavorosos y terribles, días de luto, de llanto y de ceniza? (se escuchan campanas) ¿No oyes cómo el clamor de las campanas te avisa que murieron tus padres, tus amigos y tus compañeros? ¿No te ves por todas partes rodeado por la sombra de la muerte, aún en los objetos más insignificantes? ¿Qué ves, sino ataúdes, calaveras, piras, tumbas y cadáveres? ¿Y con tan seguros cómo fúnebres recuerdos, estás con tal tranquilidad güevoneando tan plácidamente como si no te hubieras de morir? ¡Ea, pues, hombre holgazán y descuidado! ¡Ven conmigo a las oscuras sombras del olvido para que te diviertas con más provecho!

(Flasheo de luces, música tortuosa, DIABLO I se dirige a JOVEN en actitud de cargarlo para sacarlo de ahí. Oscuro)

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Cuadro III

(Se escucha música suave. La iluminación es de un azul muy tenue. Al fondo está el trono de MUERTE, adornado con flores, pequeños esqueletos, calaveras, incensarios. JOVEN está al centro del escenario y voltea para todos lados desconcertado y temeroso. Se acerca MUERTE, con el rostro cubierto por un velo y cuando JOVEN la descubre se hace da unos pasos hacia atrás)

MUERTENo tengas miedo, hijo. Serénate.

JOVEN¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí? ¿Quién me trajo? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Quién es usted? Todo esto es espantoso….

MUERTENo te extrañe. No te admires de que te traten así, pues todo vivo es hijo de la muerte. Ustedes, los morales, me tienen tanto horror porque viven sin reconocerse por míos y porque no saben estar prevenidos para esperarme. En este caso, les turba mi venida y a sus ojos soy espantosa. Me comparan con un ladrón que entra a su casa sin avisar y si los sorprendo en pecado, sin duda soy la cosa más pésima y abominable. Pero si al contrario, se familiarizan con mi memoria y se previenen para recibirme, lejos de tenerme como ministra y ejecutora de un juez inexorable, me verán acercar a su lecho como una buena amiga que viene a desatar su espíritu de las prisiones del cuerpo para hacerlo volar al más allá. En ese caso, les pareceré preciosa y agradable.

(MUERTE descorre el velo de su rostro y deja ver que es una mujer muy hermosa. JOVEN se sorprende, queda cautivado. MUERTE muestra su belleza a todo el público. Vuelve a cubrirse con el velo)

JOVENNo entiendo ni madres…

MUERTEAprovecha esta experiencia. Ensaya a recibirme porque he de volver a visitarte como a todos. Prevente para que no te tome descuidado en realidad, como te he sorprendido en apariencia y vive seguro de que, observando estos consejos, tú me recibirás con alegría.

(MUERTE se sienta majestuosa en su trono

JOVENSeñora, todo lo que acaba decir está, digamos, chido, pero ¿por qué me han traído a este lugar espantoso? ¿qué objeto tiene que yo esté aquí?

MUERTEPronto lo sabrás. Fíjate en aquél ataúd. ¿Lo ves?

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JOVENSimón

MUERTEPues ahí se va a hacer una disección anatómico-moral de algunos cráneos humanos, cuyas almas ya están en las cavernas del infierno.

(MUERTE hace una señal y entran algunos DIABLOS haciendo gran algarabía. Cargan costales llenos de calaveras y una caja de herramienta. Los vacían en el ataúd, tiran los costales a un lado y se retiran con los mismos gestos. Entran DIABLO I y DIABLO II, y hacen una respetuosa reverencia a los pies de MUERTE)

DIABLO I (a MUERTE)Señora, pedimos permiso para proceder…

DIABLO II (a MUERTE)Venimos preparados, como siempre…

MUERTE¡Adelante! Cumplan con su tarea.

(DIABLO I y DIABLO II sacan del ataúd una calavera y un serrucho con el que comienzan a cortar la calavera por la mitad. Al abrirse, se escucha un viento impetuosos que hace tambalearse a todos los presentes, menos a MUERTE. DIABLO I echa un costal sobre una de las mitades y el viento disminuye de intensidad)

DIABLO I (mostrando la calavera al público)¡Señores! Esta calavera fue de un rico altanero y por eso estaba tan llena de soberbia y vanidad. No me admira que sea aire tan furioso, pues en vida del difunto yo fui su tentador y no había diablo que se pusiera a discutir con él cuando comenzaba a soplar pesos, genealogías, credenciales e influencias. Y no fueron lo pero esas locas vanidades, sino la nula caridad que tenía para con el prójimo y, particularmente, con los que creía inferiores. Pero ya su espíritu queda bien seguro a disposición de nuestro príncipe Lucifer, su maestro. Tiremos pues, esta pinche calavera y venga otra.

(DIABLO I arroja con desdén la calavera, toma otra y repite la operación junto con DIABLO II. Al abrir esta calavera, caen de ella algunas monedas y un corazón)

DIABLO II (mostrando la calavera al público)¡Que me enmielen si esta calavera no es la de un avariento condenado! Todo el dinero que éstos tienen, no está en sus cofres, sino en sus cabezas, pues la idea que se forman de tener muchos pesos es la que los alimenta y halaga más que el propio dinero, que de nada les sirve. ¡Gente necia que se condena mortificándose sus apetitos sin mérito, sólo por una mezquindad criminal! Y gente cruel que no se conmoverá ante una desgracia, ni socorrerá la miseria más grave cuando tenga que echar mano al bolsillo. Al carajo pues, esta pinche calavera con todo su dinero y su duro corazón…

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(DIABLO I y DIABLO II repiten la operación. Esta vez, de la calavera abierta salen papeles, sellos, cojines para sellos, lápices)

DIABLO II Esta calavera parece protocolo. No puede ser más que de un abogado, agente del ministerio público, licenciado, procurador, escribano o algún bicho de esa clase. Yo la verdad, no puedo definir quien será…

DAIBLO INo importa, todos los que comen de la pluma y usan mal de ella, se vuelven aves de rapiña. Vuelan alegres mientras viven, y al fin, vienen a parar a estos lugares. Sea de quien fuera esta calavera, lo que no tiene duda es que su dueño no fue justo, ni usó de su empleo honestamente, como otros de su mismo ejercicio. ¡Tírala a la chingada y que venga otra!

(Misma operación. Al quedar abierta la clavera, todos los DIABLOS se echan a correr dando grandes alaridos. Se esconden donde pueden y atisban de ves en cuando. JOVEN se dirige a la calavera y saca de ella rosarios, crucifijos, imágenes religiosas, libros, etc. Los muestra al público y los guarda. Poco a poco DIABLOS vuelven cautelosos a sus posiciones. Toman la calavera)

DIABLO I¡Pero esta calavera todavía tiene lengua…!

DIABLO II¡y qué lengua…!

DIABLO ILengua dividida en dos. (la muestra) Muy cortante como espada de dos filos, empapada con el venenoso licor de las serpientes.

DIABLO IIYa reconocí a esta alhajita. Esta calavera fue de algún condenado o condenada hipócrita, de esos que rezan todo el día, oyen misa, van al rosario, confiesan y comulgan y no dejan honra con vida. Ya los mortales se alegrarán de que no haya más diablos que nosotros. Calaveras de comesantos y cagadiablos. ¡Qué se vayan al carajo….!

(Misma operación. Esta vez, al abrir la calavera, todos los DIABLOS se tapan la nariz. Sacan de ella ungüentos, pastillas, jarabes, etc.)

DIABLO II ¡Qué peste…!

DIABLO INI el perfume de nuestro príncipe Lucifer es así de hórrido…

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DIABLO IINi siquiera el de su mujer, cuando se prepara para ir al cine…

DIABLO IYa la reconocí. Es la calavera del boticario, que nos ha dado tan mal trato. Ya me acuerdo de él. No pocos enfermos perecieron por sus miserias y descuido. Tengo presente una vez que un aprendiz quería tirar un bote de ungüento amarillo ya podrido y pestilente, y el boticario se opuso diciendo: (cambia la voz a la de un anciano) –no señor, no sea usted desperdiciado. Lo que se puede, se vende; lo que no, se le da a los pobres a las ocho de la noche, por las benditas ánimas, que al fin es obra de caridad-. (vuelve a su voz) ¡A la mierda con su mierda! (arroja la calavera)

(DIABLOS I y II se disponen a disectar otra calavera, cuando se fijan en JOVEN)

DIABLO II ¿Y ese quién es?

DIABLO INo se. ¿Tu lo invitaste?

DIABLO IINo. ¿Y la flaca?

DIABLO INo sé…

DIABLO II¿Vamos sobre él?

(DIABLOS I y II van sobre JOVEN. Lo atrapan después de una breve persecución)

DIABLO II (a JOVEN)Tu te has atrevido a meterte aquí sin que nadie te llame y has visto la disección de las calaveras. Ahora vamos a analizar la tuya…

JOVEN¡Chale, no mamen! A mi me trajo ese güey… (señala a DIABLO I)

DIABLO I¡Ni madres…! Que yo no que la chingada… ahora verás…

(DIABO I y DIABLO II acuestan a JOVEN sobre el ataúd y se disponen a abrirle el cráneo. Oscuro. Se escucha un grito pavoroso)

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CUADRO IV

(CALACA I saliendo del ataúd)

CALACA IMi compadre Margarito Ledesma es de lo mejorcito que por estos rumbos para eso de hacer versos, Mucho que le intelige a eso y es rete estudioso y es un hombre de muy buena voluntad, muy caritativo, muy alegador y muy enamorado, que desfiende mucho al pueblo desvalido y quiere mucho a esta población y, demás, es mi compadre muy estimado y por eso no pude negarme a hacer esta presentación, pues el porfió mucho que se la hiciera, y la hago con mucho cariño, aunque salga mal, solamente por darle gusto a mi señor compadre y fiel amigo.

(Entra MARGARITO vestido a la usanza provinciana de principios de siglo XX. Sale CALACA)

MARGARITOSoy trovador ardiente.Siempre traigo en la frenteun sies noes de inquietud.Soy trovador altivoy siempre ando muy vivoentre la multitud.

Mis lánguidas cancionesproducen emocionesy son como la miel,y con mis dulces versosasusto a los perversosy les redamo la hiel.

A las hermosas damasles pregunto: “¿Me amas?”y ellas responden: “¡Sí!”;y con amor ardiente,me acarician la frentecon mucho frenesí.

Toditas me buscan,pues mis versos ofuscany dan harto esplendor;y yo, siempre altanero,sólo saco mi aceropor mi dama y honor.

Así sigo el camino,desafiando al destino

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al son de mi laúd,altanero y altivo,pero vivo, muy vivo, entre la multitud,

oscuro

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CUADRO V

(CALACA I quien lleva un pergamino en la mano Y CALACA II SUBEN AL ATAÚD, desde ahí se dirigen al público)

CALACA IUn gato del otro mundome escribe en “cuero” de gente(pergamino el más decenteque usan por su ignoto rumbo)las quejas que aquí transcribo,¡Parécense las de un vivopor lo rebien redactadas!

(leyendo) El difunto muerto gatose queja de que las meseras,las más guapas calaverasque saben pasar el rato

(entran cuatro parroquianos con dos pequeñas mesas y sillas. Se sientan y conversan. Poco después entran cuatro meseras que les sirven y atienden. Música bailable de fondo. Meseras y parroquianos poco a poco entran en confianza hasta que terminan las unas sentadas en las pernas de los otros. Tal vez una o dos parejas bailen. CALACA I pasa en pergamino a CALACA II)

CALACA II (leyendo)Les han quitado la chambaa mozos y cantinerospues los clientes parranderosentre un danzón y una bambase beben litros enterosde victorias y caguamaso de mosco de Tolucay al gachupín dando babaarman terrible borucay ya cuando están bien chisposse meten al reservadoy rezan el ha – avadocomo rezan los obispos:haciendo los ojos bizcosy el capuchón remangado.

CALACA I (arrebata el pergamino a CALACA II. Lee)Y las ladinas meserasestafan a los fifísbebiéndoselas de aníspara no ser calaveras

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¡Y al reservado después!Allí son fugas, son ansias,pero todo aquello es…¡Pa’ aumento de las ganancias!

(Ahora es CALACA II quien arrebata el pergamino)

CALACA II

Por eso, por trapicheras,por ponerse así las botas,por feas y descaradotasse han de volver calaveras

No que hasta en las neveríashacen sus vaciloncitosy sus grandes porqueríasallá en los reservaditos.

(Meseras y parroquianos salen ofendidos llevándose entre arrumacos, mesas y sillas)

CALACA II (arroja el pergamino visiblemente molesta. Se dirige a las meseras)¡Puercas, cochinas, groseras!Se han de volver calaveraspor andar en la verbena(para sí) -(¡Quien tuviera una docena para este tiempo de fríos!)-

(Irrumpen en el escenario con gran algarabía tres calaveras CICLISTAS subidas en la bicicleta. Llevan grandes sombreros de palma. Pueden dar la vuelta al escenario o pedalear en cualquier dirección al momento que dicen sus parlamentos. Cada una puede mostrar algún acento regional. Salen CALACA I y II)

CICLISTA I¡Ábranla que lleva bala!y ahora sí que va de a de verasque no hay quién les de garrotea estas finas calaveras

CICLISTA II Cuídense las garbancerasde no ponerse en los rielesque en masa de pastelesse quedarán convertidasy las feas y presumidasse peinarán de caireles

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CICLISTA IIILas fruteras del mercadoque dan tan caras las peraspronto se convertiránen peladas calaveras.

CICLISTA ILos que en todos los mercadosvenden pescados podridosirán derecho al infiernopor no estar arrepentidos

CICLISTAS I, II Y IIIA la muerte en bicicletanadie gana en la carrera,y le apuesta al más pintadoaquí mismo y donde quiera.

CICLISTA IIA los pobres diputadosse los llevó la pelonapor meterse en la camisade once varas y de lona.Por meterse a conspirarperdieron quinientos durosy se hallan acongojadosmetidos en mis apuros.

CICLISTA IIIAunque dicen que los yanquisvienen en son de conquistalo que es con estas pelonasno se han de acabar ni chica

CICLISTA Ique si hay malos mexicanosque ayuden al extranjerosiempre sobrarán patriotasque defiendan este suelo

CICLISTA II¡Abran camino, señores!que aquí van estos ciclistas,aviadores, motoristas,y valientes conductores.

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CICLISTA INi las trombas de los mares,ni el huracán del desierto,han de causar tantos malesni han de dejar tanto muerto.

CICLISTA IIQue ya perdieron los frenosy el garrote no funcionay nadie se ha de escapardel poder de la pelona.

oscuro

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CUADRO VI

(BORRACHOS I y II entonan “Ingrata Pérfida” de Chava Flores. BORRACHO I lleva una guitarra. Los acompaña MARGARITO.)

BORRACHOS I y IIIngrata pérjidaromántica insolutatu me estrujatestodito el corazóny yo benévolohablabate de amory decíate mi intrínseca pasión

Burlábates toditade mi ánimo extasiadoy andábates creyendoque iríame yo a matarpero fallote y ecuánime reprochotu intrínseco deseoque indúceme a olvidar

Salga lo que salgareahora te involucroen las sucias maniobriasque usates para míingrata méndigapalabras no son obrasahora tu me sobras y yo te falto a ti

(BORRACHOS dejan la guitarra, se abrazan y lloran. MARGARITO toma la palabra y BORRACHO I y II hacen el coro)

MARGARITOYo tenía un perro canelo,un perro muy entendido;nomás le echaba un chiflidoy hasta se botaba en el suelo.

Le decía “vete” y se iba;“quédate aquí” y se quedaba;“bájate de ahí”, se bajaba;“sube”, y se subía para arriba.

Le decía “dame la mano”,luego luego me la daba;

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le decía “baila”, y bailabacomo si fuera un cristiano.

Le decía “ven acá, perro”,y luego luego venía;sólo cuando no quería,iba a esconderse en el cerro.

Todo lo que le mandabacon mucho gusto lo hacía,y si nada le decía,el tampoco hacía nada.

Tiraba piedras al cerroy el iba y las recogía,y luego hasta me traíaen vez de piedra, un becerro.

-Pero no vayan a creer que era un becerro grande, pues no hubiera podido con él; sino becerritos chiquitos, de esos que todavía maman, y a veces un chivito o un puerco de tamaño mediano.-

Le decía “no hables” y no hablaba;“no comas”, y no comía;“no tuesas”, y no tosía;“no grruñas”, y no gruñaba.

Era un animal tan buenoque todo, todo lo hacía.¡Lástima que un policíame le haya echado veneno!

(cuando MARGARITO termina, hace una caravana y BORRACHO I y BORRACHO II aplauden. Entran SOLTERONAS I, II y III. De inmediato pretenden conquistar a los presentes pero son rechazadas. Quedan a prudente distancia)

SOLTERONA I San Antonio bendecidosanto de mi devociónpor tu santa intercesióndame por Dios, un maridosea viejo, manco o tullidoque me quiera en todo casoy si no, un soldado rasoo un recluta de cuartelpara casarme con él:¡Que me paso! ¡Que me paso!

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No te pido un General,Duque, Conde ni Marqués,que lo que yo quiero esun hombre que sea formal. Sea el ladrón más criminalel caso es tener maridoya ves cuánto he padecidoen el materno regazo:¡Oh, San Antonio querido!¿No ves que me paso?

SOLTERONA IISanto misericordioso:te lo pido y en ti esperoque me des un compañero, ¡Un buen esposo, un buen esposo!Aunque sea viejo gotoso,Nada me importa el frentazoporque nadie me hace caso,me huyen como a Lucifer:piedad para esta mujer,¡Mira Santo, que me paso!

SOLTERONA IIIPor tu santa caridad,¡Oh, San Antonio Bendito!Ten piedad, piedad.Por tu poder infinitodame siquiera un viuditoque me de un buen difuntazo;no me pongas embarazo,arregla mi matrimoniocásame con el demonioporque si no, yo me paso.

(MARGARITO, BORRACHO I y BORRACHO II despachan a SOLTERONAS; vuelven a sentarse, beben y después de algunos cantos, MARGARITO habla. BORRACHO I toca la guitarra y BORRACHO II hace el coro)

MARGARITOPor el camino desiertoy entre aquella noche escueta,vi que traficaba un muertoque era la alma de algún poeta.

Dando panicosos gritos,andaba a tontas y a locas

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y se azotaba en las rocascomo lo hacen los malditos

y echando brincos violentos,se alagartaba en las peñas,y hacía muchos espamentosy hasta algo de malas señas.

Y luego más enojadoy con voz medio platónicagritaba desesperado:

BORRACHO I¿Dónde estás mujer felónica?

MARGARITOY echando un largo suspiro,gritaba con voz platónica:

BORRACHO II¿Dónde estás, que no te miro?¿Dónde estás mujer felónica?

MARGARITONo sé si será un difuntoo si sería La Llorona,pues andaba todo junto,gritando como persona.

Y esto no es cuento, es lo cierto;esta es la historia completade haberme salido un muertoque era la alma de algún poeta.

Lo creo, porque, cuando andabahaciendo aquellos esfuerzos,entre los gritos que echabase oían unos como versos.

Y yo, que entiendo ese asunto,Pensé, sin hallar ni un peso:“Margarito, ese difuntoes la alma de algún compañero”.

(Efectos de aullidos, gritos de terror, viento, tormenta. BORRACHOS Y MARGARITO reaccionan un poco, pero siguen bebiendo. Oscuro.)

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CUADRO VII

(Hay algunas sillas desalineadas displicentemente, un estrado, tal vez algún pizarrón. El escenario simula un pequeño salón de clases de un pueblo pobre. En esta ocasión, el saló se utiliza como sala de juntas. Conversan INGENIEROS I y II

INGENIERO ISí. Debemos redimirlos. Hay que incorporarlos a nuestra civilización, limpiándolos por fuera y enseñándolos a ser sucios por dentro…

INGENIERO II Es usted un escéptico, ingeniero. Además pone usted en tela de juicio nuestros esfuerzos, los de la revolución.

INGENIERO I¡Bah! Todo es inútil. Estos jijos no tienen remedio. Están podridos en alcohol, en ignorancia. De nada ha servido repartirles tierras.

INGENIERO IIUsted es un superficial, un derrotista, compañero. Nosotros tenemos la culpa. Les hemos dado las tierras. ¿Y qué? Estamos ya muy satisfechos. ¿Y el crédito, los abonos, una nueva técnica agrícola, maquinaria? ¿Van a inventar ellos todo eso?

(Entran varios campesinos, humildemente y en silencio. Todos se quitan el sombrero, apenas levantan la cara. Después de unos segundos entra PRESIDENTE. INGENIERO II toca una campañita)

PRESIDENTETomen asiento, por favor.

(Los campesinos se sientan en el suelo, mientras que PRESIDENTE e INGENIEROS I y II toman su lugar en el estrado, donde están las sillas)

PRESIDENTEQueremos ayudarlos. Pueden confiar en nosotros. Expongan libremente sus problemas y trataremos, junto con ustedes, de darles solución. ¿Quién quiere la palabra?

(Los campesinos se miran, murmuran, hablan entre ellos)

CAMPESINO IYo crioque Jilipe. Sabe mucho…

CAMPESINO IIOtra, tu, Juan. Tu hablaste aquella vez en que…

ANCIANOQue le toque a Sacramento.

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(SACRAMENTO levanta la mano tímidamente. Lo ve PRESIDENTE)

PRESIDENTEEl compañero tiene la palabra…

ANCIANOÓrale, Sacramento, párate.

(SACRAMENTO no se decide a levantarse. Pasan unos segundos de un silencio denso)

PRESIDENTEA ver, ese que pidió la palabra, lo estamos esperando

(SACRAMENTO se levanta. Fija sus ojos en PRESIDENTE mientras juguetea nerviosamente su sombrero)

SACRAMENTOYo quiero hablar por los de San Juan de las Manzanas. Traimos una queja contra el presidente municipal que nos hace mucha guerra y ya no lo aguantamos.

(Entra PRESIDENTE MUNICIPAL y queda en posición cerrada al centro y al fondo del escenario)

SACRAMENTOPrimero les quitó sus tierritas a Felipe Pérez y a Juan Hernández, porque colindaban con las suyas. Telegrafiamos a México y ni nos contestaron. Hablamos los de la congregación y pensamos que era bueno ir al agrario, pa’ la restitución. Pos de nada valieron las vueltas ni los papeles, que las tierritas se le quedaron al presidente municipal.

PRESIDENTEContinúe compañero.

SACRAMENTOPos nada, que como nos vio con rencor, nos acusó quesque por revoltosos. Que parecía que nosotros le habíamos quitado sus tierras. Se nos vino entonces con eso de las cuentas; lo de los préstamos, señor, que dizque andábamos atrasados. Y el agente era de su mal parecer, que teníamos que pagar hartos intereses…

(Todos los campesinos se agrupan alrededor de Crescencio, que hace las cuentas sentado en el suelo. Pausa larga)

CRESCENCIONo es verdá. Nos quiere cobrar de más.

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PRESIDENTE MUNICIPAL (Siempre cerrado)¡A mi me importa un carajo! O pagan o les quito las tierras… (Sale)

SACRAMENTOPos como quien dice, nos cobró a la juerza lo que no debíamos…

(SACRAMENTO titubea. No encuentra palabras)

ANCIANOSíguele Sacramento.

SACRAMENTOPos luego lo de m’ijo, señor. Se encorajinó el muchacho. Si viera usté que a mí me dio mala idea. Yo lo quise detener. Había tomado y se le enturbió la cabeza…

MUCHACHO (Levantándose)Hágase a un lado, apá. Voy’ir a hablar con ese jijo de su…

SACRAMENTONo, m’ijo. Cálmese. Está muy tomado.

MUCHACHOPor el respeto que le tengo, apá, hágase a un lado. Ya’stoy harto de que siempre seamos nosotros los jodidos…

SACRAMENTOPos sí, m’hijo. Pero así no vamos a logra nada. Hay que tener paciencia.

MUCHACHO¡Qué paciencia ni que la…! Lo que debemos tener son güevos. Yo voy’ir a demostrarle a ese jijo de la tiznada que los de San Juan de las Manzanas sí tenemos…

(SACRAMENTO se aparta lentamente y MUCHACHO sale. Pausa)

MUCHACHO (En off, gritando)Señor presidente municipal, salga a platicar conmigo. Lo vine a buscar pa’ reclamarle…

(Se escuchan golpes y quejidos. Suenan dos balazos. Pausa larga)

SACRAMENTO (con la voz quebrada)Me lo devolvieron difunto, con la cara destrozada… dizque se andaba robando una vaca del presidente municipal…

CAMPESINO I (sin pedir la palabra)Luego, lo del agua. Como hay poca, porque hubo malas lluvias, el presidente municipal cerró el canal. Y como se iban a secar las milpas y la congregación iba a pasar mal año, fuimos a buscarlo; que nos diera tantita agua, señor, pa’ nuestras siembras. Y nos

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atendió con malas razones, que por nada se amaina con nosotros. No se bajó de su mula pa’ perjudicarnos…

SACRAMENTO (Arrebatando la palabra)Si todo esto fuera poco, que lo del agua, gracias a la virgencita, hubo más lluvias y medio salvamos las cosechas, está lo del sábado. Salió el presidente municipal con los suyos, que son gente mala y nos robaron dos muchachas; a Lupita, la que se iba a casar con Herminio y a la hija de Crescencio. Como nos tomaron desprevenidos, que andábamos en la faena, no pudimos evitarlo. Se las llevaron a fuerza al monte y ai las dejaron tiradas. Cuando regresaron las muchachas, en muy malas condiciones, porque hasta de golpes les dieron, ni siquiera tuvimos que preguntar nada. Y se alborotó la gente de a de veras.

(Gritos. Los campesinos sacan sus machetes)

ANCIANOY como nadie nos hace caso, que a todas las autoridades hemos visto y pos no sabemos dónde andará la justicia, queremos tomar aquí providencias. A ustedes, que nos prometen ayudarnos, les pedimos su gracia para castigar al presidente municipal de San Juan de las Manzanas. Solicitamos su venia para hacernos justicia por nuestra propia mano…

INGENIERO INo podemos sancionar esta inconcebible petición. Es absurda.

INGENIERO IINo compañero, no es absurda. Absurdo sería dejar este asunto en manos de quienes no han hecho nada, de quienes han desoído esas voces. Sería cobardía esperar que nuestra justicia hiciera justicia; ellos ya no creerán nunca más en nosotros. Prefiero solidarizarme con estos hombres, con su justicia primitiva, pero justicia al fin; asumir con ellos la responsabilidad que me toque. Por mí, no nos queda sino concederles lo que piden.

INGENIERO IPero somos civilizados, tenemos instituciones; no podemos hacerlas a un lado. Sería justificar la barbarie, los actos fuera de la ley.

INGENIERO II¿Y qué peores actos fuera de la ley que los que ellos denuncian? Si a nosotros nos hubieran ofendido como los han ofendido a ellos; si a nosotros nos hubieran causado menos daños que los que les han hecho padecer, ya hubiéramos olvidado una justicia que no interviene. Yo exijo que se someta a votación la propuesta.

INGENIERO IPero estos tipos son muy ladinos. Habría que averiguar la verdad. Además, no tenemos autoridad para conceder una petición como esta.

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(Algunos campesinos salen y después de un momento entran con PRESIDENTE MUNICIPAL. Lo colocan al centro y los campesinos lo rodean con sus machetes)

PRESIDENTESerá la asamblea la que decida. Yo asumo la responsabilidad. Se pone a votación la proposición de los compañeros de San Juan de las Manzanas. Los que estén de acuerdo para que se les de permiso para matar al presidente municipal, que levanten la mano…

(Todos levantan la mano, incluidos los campesinos. El único que no lo hace es INGENIERO I)

PRESIDENTELa asamblea da permiso a los de San Juan de las Manzanas para lo que solicitan.

ANCIANOPos muchas gracias por el permiso, porque como nadie nos hacía caso, desde ayer el presidente municipal de San Juan de las Manzanas está difunto.

(Los campesinos sueltan a PRESIDENTE MUNICIPAL, quien cae con el cuerpo rígido y deja ver por primera vez su rostro, cubierto con una máscara terriblemente sanguinolenta)

Oscuro

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CUADRO VIII

(Una pequeña mesa de cantina, sobre la cual se encuentra una botella de mezcal. PITO PÉREZ, quien tiene un envoltorio grande a su lado, y JOSÉ RUBÉN, beben en sendos vasos. Se escucha música de sinfonola, cabaretera.)

PITO PÉREZMetí la cabeza por entre las cortinas del firmamento, y ví a un cura gordo, con un platillo entre las manos, para no perder la costumbre, como si colectara limosnas. Padre –le pregunté- ¿Aquí no hay ovejas negras? –no candoroso hermano, las ovejas negras son los pobres de la tierra, pero como hay tantos y aquí no cabrían, los acomodamos en el purgatorio o en el limbo-. ¿Y si no lo merecen? –volví a preguntarle-. Los pobres lo merecen todo –me dijo- . Además, ¿qué ganarían con rebelarse? El Infierno, como Luzbel. Asustado de la justicia celeste, tan parecida a la de nuestro mundo, me aparté de la cortina azul y maldije el puñal que desgarró el misterio…

JOSÉ RUBÉN¡Desventurado de usted, Pito Pérez! Su razón se enreda y se desenreda lo mismo que una bola de hilo lacre…

PITO PÉREZSólo La Caneca está en su casa, rodeada de comodidades.

JOSÉ RUBÉN¿Quién es La Caneca?

PITO PÉREZ¡El amor más fiel que he tenido en mi vida!

JOSÉ RUBÉNPero, ¿vive usted con alguna mujer, Pito Pérez?

PITO PÉREZDesde que me la rapté, hace tiempo, del hospital de Zamora. La tenían encerrada en un cuarto contiguo a la administración. Una sola vez la vi, pero eso bastó para que decidiera llevármela, y así lo hice. La víspera de mi salida logré sacarla de su escondite y dormir con ella, en la misma cama, contando, claro está, con la complicidad de los demás enfermos. Al amanecer abandoné el hospital en su compañía, sin que el velador se diera cuenta. Poco faltó para que se desmayara un cristiano que me miró pasar por un potrero cuando ya había oscurecido. En Uruapan fui a hospedarme con un amigote, pero su mujer puso el grito en el cielo al enterarse de que yo entraba en su casa muy acompañado. Y con lágrimas y aspavientos, pidió a su marido que nos echara. Ella decía que era un gran pecado permitir que nos guareciéramos bajo su techo, y mi amigo no pudo convencerla de que aquello carecía de importancia. ¡Supersticiones de gente ignorante! Fuimos a dar por fin a Morelia, en tren, y para sustraerla de miradas indiscretas, tuve que acomodarla dentro de un chiquihuite, en el que -¡la pobre!- sufrió mucho y se lastimó todas las coyunturas; pero con mis conocimientos anatómicos y con

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mi amorosa solicitud, pronto logré dejarla restablecida. Ahora vivo con ella muy a gusto; me espera en casa con mucha sumisión, teniendo siempre una copa en la mano; vela mi sueño, jamás cierra los ojos, en cuyo fondo anidan todas las ternuras. (solemne, grandilocuente)La Canecano es gorda, ni seca,ni come manteca.

JOSÉ RUBÉNBueno, Pito Pérez, pero ¿de quién se trata? Tanto misterio para viajar con una mujer y tanta virtud en ella, me parecen incomprensibles.

PITO PÉREZ¡Pues de quien se ha de tratar! (desenvuelve el bulto y muestra un esqueleto de tamaño natural) Del esqueleto de una mujer, armado cuidadosamente por el médico de Zamora y utilizado por los practicantes del hospital para estudiar anatomía…

JOSÉ RUBÉN¡Qué bárbaro! ¿No siente usted miedo al acostarse con un esqueleto?

PITO PÉREZ¿Miedo? ¿Y por que? ¿No somos nosotros esqueletos más repugnantes, forrados de carne podrida? Y sabiéndolo, buscamos el contacto de las mujeres. La mía no padece flujos, ni huele mal, ni exige cosa alguna para su atavío. No es coqueta, ni parlanchina, ni rezandera, ni caprichosa. Muy al contrario, es un dechado de virtudes. ¡Conozca usted a la señora de Pito Pérez! Admire sus grandes ojos, sus dientes blancos, y fíjese que sobre su corazón lleva un atado de azahares, como el que llevo yo prendido en la solapa de mi saco. La epístola de San Pablo dice que el matrimonio acaba con la muerte; el mío ha comenzado con ella y durará por toda la eternidad…

(Se escucha un danzón. PITO PÉREZ y La Caneca bailan. Terminada la pieza, PITO PÉREZ se sienta y coloca a La Caneca sobre la mesa)

JOSÉ RUBÉNEstán ustedes locos de remate, Pito Pérez.

PITO PÉREZMucha conversación y poco vino…

(PITO PÉREZ continúa bebiendo. Oscuro lento)

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CUADRO IX

(PITO PÉREZ está desvanecido sobre la mesa. Tiene un papel en su mano izquierda y abraza a La Caneca. Entra MUERTE, quien le quita el papel a PITO PÉREZ y lo lee)

MUERTETestamento. Lego a la humanidad todo el caudal de mi amargura. Para los ricos, sedientos de oro, dejo la mierda de mi vida. Para los pobres, por cobardes, mi desprecio, porque no se alzan y lo toman todo en un arranque de suprema justicia. Humanidad: te conozco; he sido una de tus víctimas. De niño, me robaste la escuela; de joven, me quitaste el amor, y en la edad madura, la fe y la confianza en mí mismo. Dije mis palabras, y otros las dejaron correr por suyas; hice algún bien, y otros recibieron el premio. No pocas veces sufrí castigos por delitos ajenos. Tuve amigos que me buscaron en sus días de hambre y me desconocieron en sus horas de abundancia. Me cercaron las gentes, como a un payaso, para que las hiciera reír con el relato de mis aventuras, ¡pero nunca enjugaron una sola de mis lágrimas! Fui Pito Pérez, una sombra que pasó sin comer de cárcel en cárcel. El pleito ha sido desigual, lo comprendo; pero del coraje de los humildes surgirá un día el terremoto, y entonces, no quedará piedra sobre piedra. Humanidad, pronto cobraré lo que me debes… Jesús Pérez Gaona…

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CUADRO X(JOVEN duerme muy agitado. Despierta desconcertado. Va a l teléfono y marca un número)

JOVEN Antes de que contesten el teléfono)¡Puta, que pinche sueño, me cai…! (al teléfono. Dice algún nombre de los actores)¿Bueno? ¿Sí? Oye carnal, yo creo que siempre sí hacemos algo para los días de muertos, ¿no? Órale, aquí nos vemos. ¿Tu le avisas? Bueno, yo les hablo. Aquí nos vemos…

Telón

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