nº432. yo soy la resurrección y la vida

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1 Aniversario 600 años La Seu PARROQUIA DE SANTA MARÍA • XÀTIVA Hoja Parroquial - Nº 432 Domingo 10 de abril de 2011 V de Cuaresma Frases del Evangelio EVANGELIO DE SAN JUAN 11, 1-45 Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos tres kilómetros; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá. «Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús Yo soy la resurrección y la vida 1413 2013

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Nº432. Yo soy la resurrección y la vida.

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aniversario 600 años aniversario 600 años La SeuPARROQUIA DE SANTA MARÍA • XÀTIVA

Hoja Parroquial - Nº 432Domingo 10 de abril de 2011

V de Cuaresma

Frases del evangelioevangeLio de san Juan 11, 1-45Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos tres kilómetros; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá. «Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.»Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús

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le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.» Jesús, viéndola llorar a ella y viendo llorar a los judíos que la acompañaban, sollozó y, muy conmovido, preguntó: «¿Dónde lo habéis enterrado?» Le contestaron: «Señor, ven a verlo.»Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!»Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús: «Quitad la losa». Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.» Jesús le dice: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» Entonces quitaron la losa.Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.» Y dicho esto, gritó con voz potente: «Lázaro, ven afuera». El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: «Desatadlo y dejadlo andar».Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

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el Abad

santO es el que aMa a diOs

Cuando ya nos acercamos a celebrar los días santos de las Pasión de Nuestro Señor Jesu-cristo, quisiera que pro-fundizáramos un poco más en el tema de la santidad, tema que traté detenidamente en los Ejercicios Espirituales de esta Cuaresma.

Lo primero que debemos pensar es en amar y en hacerlo todo con amor y por amor, es decir, en convertir todas tus obras en amor. Trabajar con amor y ofrecerlo todo con amor.

La santidad es amor.Santo es el que ama a Dios y se abandona a sus planes y le puede decir en

cada momento: “Señor, soy tuyo, aquí estoy para hacer tu voluntad”. Hacer la voluntad de Dios en cada instante, sonreír y hacer felices a los demás, son algunas de las pistas que nos llevarán a reconocer al que es verdaderamente santo, porque la santidad se mide por el amor. Cuanto más amas de verdad, más santo serás. Así que no debemos olvidar que el amor es santidad y la santidad es amor. Ahora bien, para amar hay que orar y comunicarse con la fuente del amor, que es Dios.

Con la experiencia de los años de mi vida como sacerdote, me doy cuenta de que la gran lección que no se puede olvidar es que nunca se debe dejar la oración, porque nos perdemos. Cualquier santo, por más santo que sea, si quiere dejar de serlo en el más breve tiempo posible, no tiene más que dejar la oración. En cam-bio, un pecador que quiera ser santo, lo primero por donde debe empezar es por la oración sincera de todos los días.

En este momento, me vienen a la mente seglares jóvenes o adultos, que eran practicantes, que asistían a la Misa dominical y poco a poco se lo han dejado, han abandonado toda práctica religiosa. ¿Qué les ha pasado? Seguro que en el mayor de los casos han abandonado la oración, no rezan, practican los sacramentos, poco a poco han dejado a un lado la misa dominical, no leen la Palabra de Dios. Lo otro viene enseguida.

¿Podrá averiguar en qué parte de la Colegiata se encuentra este detalle?

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La oración es amor y, si no hay comunicación personal con Dios, aunque hayamos estado “en oración”, hemos estado “sin oración” y sin amor, con el alma vacía. Eso es lo mismo que ir al comedor y no comer. Si no comemos, si no oramos, porque no tenemos tiempo o por lo que sea, ¿qué podemos esperar? Es la historia, ya muy repetida, de “una muerte anunciada”.

Cuantas veces lo digo y lo predico. Es necesario dedicar un buen rato al día a la oración personal y ésta debe hacerse en silencio. Debemos buscar el momento y el lugar. Nunca dejemos la oración.

Pongo un ejemplo muy elocuente que nos puede ayudar. De la misma manera, un casado que trabajara doce horas diarias, incluidos los domingos, y no tuviera tiempo para hablar con su esposa, estaría perdiendo a su esposa. No basta trabajar para la esposa, hay que hablar con ella y demostrarle amor. No tener tiempo para orar, es no tener tiempo para amar; y sin amor y sin oración, la vida está vacía. Hasta los casados necesitan tener tiempo para orar, pues de otro modo, sus corazones se sentirán vacíos, al faltarles el amor de Dios, y entonces… todo puede suceder.

Una cosa, que siempre me ha llamado la atención, es que todos los santos sin excepción han sido muy devotos de María. Así que, si queremos ser santos, tampoco desperdiciemos la ayuda que Dios nos quiere dar por medio de María. Invoquémosla como a una Madre cariñosa, ofrezcámosle cada día el santo rosario, y de esa manera sentiremos su protección y su amor de Madre. La devoción a la Virgen ayuda muchísimo. Ella siempre nos señala el camino que lleva a Jesucristo.

Creo también que una de las características más importantes de la vida de los santos es esta común unión con los ángeles, los santos del cielo. Es la unión de la Iglesia. Todos estamos unidos en Cristo. Por eso, la comunión eucarística con Cristo debe llevarnos a vivir esta comunión con la Iglesia total.

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Dice el Catecismo de la Iglesia Católica “Como todos los creyentes forman un solo cuerpo, el bien de los unos se comunica a los otros” (Cat 947).

Esto quiere decir que “el menor de nuestros actos hecho con caridad, repercute en beneficio de todos los hombres, vivos o muertos. Y todo pecado daña esta comu-nión” (Cat 953). Por eso, pedir ayuda a tanta gente buena de la tierra y a los ángeles y santos del cielo, nos puede ayudar enormemente en nuestro progreso espiritual.

Ciertamente, vivir esta comunión de los santos, esta común unión con los demás, es una experiencia gozosa y maravillosa. Imaginemos a un niño que debe recorrer un largo camino entre selvas y montañas, llenas de peligros y animales salvajes. ¿Será inteligente de su parte rechazar toda ayuda que pueden brindarle sus hermanos mayores, que lo pueden llevar en brazos, cuando se canse, y que se preocuparán de su salud, de su comida, de sus necesidades y lo defenderán de los peligros?

Pues bien, nosotros tenemos que recorrer un largo camino en esta vida para llegar al cielo. Si vamos solos, rechazando toda ayuda, probablemente vamos a sucumbir ante tantos peligros y tentaciones, pero si nos dejamos ayudar por nues-tros hermanos mayores, los santos y los ángeles, podemos estar seguros de que llegaremos a la meta.

Nosotros tenemos una hermosa colección de Santos, amigos nuestros, que nos pueden ayudar en nuestro itinerario cristiano de la vida; por señalar algunos: San Jacinto Castañeda, el Santo de nuestro nombre, los Beatos Francisco de Paula, Gonzalo, Ricardo, José Mª, Eduardo y José. San Francisco de Asís; y luego los santos de nuestra devoción. Y también podemos acudir a los Siervos de Dios Manuel y Adela, y al Venerable Juan Pablo II, el Grande.

Tenemos, pues, muy buena ayuda para llegar a ser santos, aunque no nos canonicen.

Oración de la Misa del dOMingOTe rogamos, Señor Dios nuestro, que tu gracia nos ayude para que vivamos siempre de aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte

por la salvación del mundo.

Desde l’abisme et cride, Senyor; Senyor, escolta el meu clam; escolta, estigues atent al meu clam que et suplica.

Espere amb tota l’ànima, Senyor, confie en la teua paraula. La meua ànima desitja el Senyor.

salm 129

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Para saborear durante la semana

FRASES DEL VENERABLE JUAN PABLO II, EL GRANDE

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LA CRUZ

“La cruz ha venido a ser para nosotros la Cátedra suprema de la verdad

de Dios y del hombre. Todos debemos ser alumnos de esta Cátedra en curso

o fuera de curso. Entonces comprenderemos que la cruz es también cuna

del hombre nuevo”.

“Donde surge la Cruz, se ve la señal de que ha llegado la Buena Noticia

de la salvación del hombre mediante el amor. Donde se levanta la cruz,

está la señal de que se ha iniciado la evangelización”.

“La cruz se transforma también en símbolo de esperanza. De instrumento

de castigo, se convierte en imagen de vida nueva, de un mundo nuevo”.

“La cruz, en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios, para

vivir en la verdad, en la libertad y en el amor, para vivir eternamente”.

“El misterio de la Cruz y de la Resurrección nos asegura, sin embargo, que

el odio, la violencia, la sangre, la muerte no tienen la última palabra en las

vivencias humanas. La victoria definitiva es de Cristo y tenemos que volver

a empezar desde Él, si queremos construir para todos un futuro de paz,

justicia y solidaridad auténticas”.

“El Viernes Santo, con la adoración de la Cruz, celebramos la pasión y

muerte de Jesús. El Sábado Santo, día de clara esperanza, en oración con

María esperaremos la Resurrección. En la Noche Santa de Pascua, todo se

renueva en Cristo resucitado y se expresa con el alegre canto del Gloria

y del Aleluya”.

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Memoria histórica (5)

Iniciamos una nueva sección que consideramos interesante. Se trata de ofrecer documentos, hechos y acontecimientos y comentarios eclesiales desde el nacimiento del Cristianismo hasta hoy. No tenemos prisa. Comenzamos por el siglo i.

sigLo i

Afortunadamente, San Ignacio de Antioquía escribió varias cartas camino de su mar-tirio, de las que se conservan siete. Otras cartas atribuidas a él se consideran apócrifas.

carta a Los efesiosLes exhorta a permanecer

en armonía con su obispo y con todo su clero, a que se re-únan con frecuencia para rezar públicamente, a ser mansos y humildes, a sufrir las injurias sin murmurar. Los alaba por su celo contra la herejía y les recuerda que sus obras más ordinarias se-rían espiritualizadas, en la medi-da que las hicieran por Jesucristo. Los llama compañeros de viaje en su camino a Dios y les dice que llevan a Dios en su pecho.

Compendio del Catecismo de la iglesia Católica ¿cómo se puede habLar de dios? Preg. 5. Pág. 24.Se puede hablar de Dios a todos y con todos, partiendo de las perfecciones del hombre y las demás criaturas, las cuales son un refl ejo, si bien limita-do, de la infi nita perfección de Dios. Sin embargo, es necesario purifi car continuamente nuestro lenguaje de todo lo que tiene de fantasioso e im-perfecto, sabiendo bien que nunca podrá expresar plenamente el infi nito misterio de Dios.

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Queridos hermanos y hermanas:

«Dios es el Dios del corazón humano» (Tra-tado del amor de Dios, I, XV): en estas palabras aparentemente sencillas captamos la huella de la espiritualidad de un gran maestro, del que quiero hablaros hoy, san Francis-co de Sales, obispo y doc-tor de la Iglesia. Nació en 1567 en una región fran-cesa fronteriza. Era hijo del señor de Boisy, una antigua y noble familia de Saboya. Vivió a caballo entre dos siglos, el xvi y el xvii, recogió en sí lo mejor de las enseñanzas y de las conquistas culturales del

siglo que terminaba, reconciliando la herencia del humanismo con la tendencia hacia lo absoluto propia de las corrientes místicas. Su formación fue muy esmerada; en París hizo los estudios superiores, dedicándose también a la teología; y en la Universidad de Padua, los estudios de derecho, como deseaba su padre, que concluyó de forma brillante con el doctorado en utroque iure, derecho canónico y derecho civil. En su armoniosa juventud, reflexionando sobre el pensamiento de san Agustín y de santo Tomás de Aquino, tuvo una profunda crisis que lo indujo a interrogarse sobre su salva-ción eterna y sobre la predestinación de Dios con respecto a sí mismo, sufriendo como verdadero drama espiritual las principales cuestiones teológicas de su tiempo. Oraba intensamente, pero la duda lo atormentó de tal manera que durante varias semanas casi no logró comer ni dormir bien. En el culmen de la prueba, fue a la iglesia de los

La Palabra del Papa

Sala Pablo VI

Miércoles 2 de marzo de 2011

San Francisco de Sales

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dominicos en París y, abriendo su corazón, rezó de esta manera: «Cualquier cosa que suceda, Señor, tú que tienes todo en tu mano, y cuyos caminos son justicia y verdad; cualquier cosa que tu hayas decidido para mí…; tú que eres siempre juez justo y Padre misericordioso, yo te amaré, Señor (…), te amaré aquí, oh Dios mío, y esperaré siempre en tu misericordia, y repetiré siempre tu alabanza… ¡Oh Señor Jesús, tu serás siempre mi esperanza y mi salvación en la tierra de los vivos!» (I Proc. Canon., vol. I, art. 4). A sus veinte años Francisco encontró la paz en la realidad radical y liberadora del amor de Dios: amarlo sin pedir nada a cambio y confiar en el amor divino; no preguntar más qué hará Dios conmigo: yo sencillamente lo amo, independientemente de lo que me dé o no me dé. Así encontró la paz y la cuestión de la predestinación –sobre la que se discutía en ese tiempo– se resolvió, porque él no buscaba más de lo que podía recibir de Dios; sencillamente lo amaba, se abandonaba a su bondad. Este fue el secreto de su vida, que se reflejará en su obra más importante: el Tratado del amor de Dios.

Venciendo la resistencia de su padre, Francisco siguió la llamada del Señor y, el 18 de diciembre de 1593, fue ordenado sacerdote. En 1602 se convirtió en obispo de Ginebra, en un período en el que la ciudad era el bastión del calvinismo, tanto que la sede episcopal se encontraba «en exilio» en Annecy. Pastor de una diócesis pobre y atormentada, en un enclave de montaña del que conocía bien tanto la dureza como la belleza, escribió: «[A Dios] lo encontré lleno de dulzura y ternura entre nuestras más altas y ásperas montañas, donde muchas almas sencillas lo amaban y lo adoraban con toda verdad y sinceridad; el corzo y el rebeco corrían de aquí para allá entre los hielos espantosos para anunciar sus alabanzas», (Carta a la madre de Chantal, octubre de 1606, en Oeuvres, ed. Mackey, t. XIII, p. 223). Y, sin embargo, fue inmensa la influencia de su vida y de su enseñanza en la Europa de la época y de los siglos siguientes. Es apóstol, predicador, escritor, hombre de acción y de oración; comprometido en hacer realidad los ideales del concilio de Trento; implicado en la controversia y en el diálogo con los protestantes, experimentando cada vez más la eficacia de la relación personal y de la caridad, más allá del necesario enfrentamiento teológico; encargado de misiones diplomáticas a nivel europeo, y de tareas sociales de mediación y reconciliación. Pero san Francisco de Sales es, sobre todo, un director de almas: el encuentro con una mujer joven, la señora de Charmoisy, lo impulsó a escribir uno de los libros más leídos de la edad moderna, la Introducción a la vida devota. De su profunda comunión espiritual con una personalidad excepcional, santa Juana Francisca de Chantal, nació una nueva familia religiosa, la Orden de la Visitación, caracterizada –como quiso el santo– por una consagración total a Dios vivida en la sencillez y la humildad, en hacer extraordi-nariamente bien las cosas ordinarias: «…quiero que mis Hijas –escribió– no tengan otro ideal que el de glorificar [a nuestro Señor] con su humildad» (Carta a mons. de Marquemond, junio de 1615). Murió en 1622, a los cincuenta y cinco años, tras una existencia marcada por la dureza de los tiempos y por los trabajos apostólicos.

La vida de san Francisco de Sales fue relativamente breve, pero de gran intensidad. La figura de este santo produce una impresión de extraña plenitud, demostrada con la serenidad de su búsqueda intelectual, pero también en la riqueza de sus afectos, en la «dulzura» de sus enseñanzas que han ejercido gran influencia en la conciencia cris-

La Palabra del Papa

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tiana. De la palabra «humanidad» encarnó distintas acepciones que, hoy como ayer, puede asumir este término: cultura y cortesía, libertad y ternura, nobleza y solidaridad. En su aspecto tenía algo de la majestad del paisaje en que vivió, conservando también su sencillez y su naturaleza. Las antiguas palabras y las imágenes con las que se expresaba resuenan inesperadamente, también en el oído del hombre de hoy, como una lengua nativa y familiar.

A Filotea, destinataria ideal de su Introducción a la vida devota (1607), san Francisco de Sales dirige una invitación que en su época pudo parecer revo-lucionaria. Es la invitación a ser completamente de Dios, viviendo en plenitud la presencia en el mundo y los deberes del propio estado. «Mi intención es la de instruir a aquellos que viven en la ciudad, en el estado conyugal, en la corte…» (Prefacio a la Introducción a la vida devota). El documento con el que el Papa Pío IX, más de dos siglos después, lo proclamó doctor de la Iglesia insiste en esta ampliación de la llamada a la perfección, a la santidad. En él se dice: «[la verdadera piedad] ha penetrado hasta el trono de los reyes, en la tienda de los jefes de los ejércitos, en el tribunal de los jueces, en las oficinas, en las tiendas e incluso en las cabañas de los pastores» (breve Dives in misericordia, 16 de noviembre de 1877). Así nacía la llamada a los laicos, el interés por la consagración de las cosas temporales y por la santificación de lo cotidiano, en los que insistirán el concilio Vaticano II y la espiritualidad de nuestro tiempo. Se manifestaba el ideal de una humanidad reconciliada, en la sintonía entre acción en el mundo y oración, entre condición secular y búsqueda de la perfección, con la ayuda de la gracia de Dios que impregna lo humano y, sin destruirlo, lo purifica, elevándolo a las alturas divinas. A Teótimo, el cristiano adulto, espiritualmente maduro, al que dirige unos años más tarde su Tratado del amor de Dios (1616), san Francisco de Sales ofrece una lección más compleja. Esta lección supone, al inicio, una precisa visión del ser humano, una antropología: la «razón» del hombre, más aún, el «alma racional», se presenta allí como una arquitectura armónica, un templo, articulado en varios espacios, alrededor de un centro, que él llama, junto con los grandes místicos, «cima», «punta» del espíritu, o «fondo» del alma. Es el punto en el que la razón, recorridos todos sus grados, «cierra los ojos» y el conocimiento se funde con el amor (cf. libro I, cap. XII). Que el amor, en su dimensión teologal, divina, sea la razón de ser de todas las cosas, en una escala

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ascendente que no parece conocer fracturas o abismos, san Francisco de Sales lo resumió en una famosa frase: «El hombre es la perfección del universo; el espíritu es la perfección del hombre; el amor es la del espíritu; y la caridad es la perfección del amor» (ib., libro X, cap. I).

En un tiempo de intenso florecimiento místico, el Tratado del amor de Dios es una verdadera summa, y a la vez una fascinante obra literaria. Su descripción del itinerario hacia Dios parte del reconocimiento de la «inclinación natural» (ib., libro I, cap. XVI), inscrita en el corazón del hombre, aunque pecador, a amar a Dios sobre todas las cosas. Según el modelo de la Sagrada Escritura, san Francisco de Sales habla de la unión entre Dios y el hombre desarrollando una serie de imágenes de relación interpersonal. Su Dios es padre y señor, esposo y amigo, tiene características maternas y de nodriza, es el sol del que incluso la noche es misteriosa revelación. Ese Dios atrae hacia sí al hombre con vínculos de amor, es decir, de verdadera libertad: «Ya que el amor no tiene forzados ni esclavos, sino que reduce todas las cosas bajo la propia obediencia con una fuerza tan deliciosa que, si nada es tan fuerte como el amor, nada es tan amable como su fuerza» (ib., libro I, cap. VI). En el Tratado de nuestro santo encontramos una meditación profunda sobre la voluntad humana y la descripción de su fluir, pasar, morir, para vivir (cf. ib., libro IX, cap. XIII) en el completo abandono no sólo a la voluntad de Dios, sino también a lo que a él le complace, a su «bon plaisir», a su beneplácito (cf. ib., libro IX, cap. I). En la cumbre de la unión con Dios, además de los arrebatos del éxtasis contemplativo, se coloca ese fluir de la caridad concreta, que está atenta a todas las necesidades de los demás y que él llama «éxtasis de la vida y de las obras» (ib., libro VII, cap. VI).

Leyendo el libro sobre el amor de Dios, y más aún las numerosas cartas de direc-ción y de amistad espiritual, se nota bien qué gran conocedor del corazón humano fue san Francisco de Sales. A santa Juana de Chantal escribe: «Esta es la regla de nuestra obediencia, que os escribo con letras mayúsculas: hacer todo por amor, nada por la fuerza, amar más la obediencia que temer la desobediencia. Os dejo el espíritu de libertad, ya no el que excluye la obediencia, pues esta es la libertad del mundo; sino el que excluye la violencia, el ansia y el escrúpulo» (Carta del 14 de octubre de 1604). No por nada, en el origen de muchos de los caminos de la pedagogía y de la espiritualidad de nuestro tiempo encontramos precisamente las huellas de este maestro, sin el cual no hubieran existido san Juan Bosco ni el heroico «caminito» de santa Teresa de Lisieux.

Queridos hermanos y hermanas, en un tiempo como el nuestro que busca la libertad, incluso con violencia e inquietud, no se debe perder la actualidad de este gran maestro de espiritualidad y de paz, que lega a sus discípulos el «espíritu de libertad», la verdadera, como culmen de una enseñanza fascinante y completa sobre la realidad del amor.

San Francisco de Sales es un testigo ejemplar del humanismo cristiano. Con su estilo familiar, con parábolas que tienen a menudo el batir de alas de la poesía, recuerda que el hombre lleva inscrita en lo más profundo de su ser la nostalgia de Dios y que sólo en él encuentra la verdadera alegría y su realización más plena.

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Página bíblica (26)

Cada semana aparecerá una página dedicada a com-prender la sagrada Biblia. De esa manera, sin apenas esfuerzo, podrán cono-cer mejor la Sagrada Escritura.

Lección decimocuartaLibro de rut (a)

El libro ha sido bautizado con el nombre de una de sus protagonistas, mujer moabita llamada Rut, viuda y sin hijos. Por su bondad y piedad para con su suegra fue aceptada y bendecida por Dios.

Rut, una moabita que después de la muerte de su esposo se dirigió a Belén con su también enviudada suegra ocupa un lugar importante en la historia israe-lita, ya que llegó a ser antecesora de David (rut 4:18-2) y de Jesús (mateo 1:1-5).

El libro narra la historia de Eli-melec, un hombre de Belén de Judá que emigró con su familia al país de Moab. Su mujer se llamaba Noemí y sus hijos, Quelyón y Majalón. Al mo-rir Elimelec, sus dos hijos se casaron con Orfa y Rut de Moab, respectiva-mente.

Do c e a ñ o s más tarde, murie-ron también sus

hijos y Noemí, acompañada de su nuera Rut, regresó a Belén. Rut trabajaba en el campo de Booz, quien era uno de los goeles de la familia de Elimelec. Como otro goel no estuvo dispuesto a casarse con Rut, ese deber le correspondió a Booz, que ya se había sentido atraído por la moabita. De este matrimonio nació un hijo, Obed, que más tarde sería abuelo del rey David. Así, Rut ingresa por sus propias virtudes en la religion judía.

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La Colegiata cumplirá 600 años en el 2013. Es un feliz aniversario que nos lleva a profundizar durante este Triduo de Años en la fe y los compromisos cristianos. Cada jueves nos reunimos en formación permanente. Debe ser un compromiso de toda la Comunidad parroquial. Hoy no vale sólo la buena voluntad, es preciso saber la fe y para ello, la formación se hace imprescindible. La Colegiata acerca ese regalo a todos.

Seguimos con la Catequesis de san Cirilo Patriarca de Jerusalén, predicada en

la Basílica del Santo Sepulcro (siglo iv).

cristo crucificado y sepuLtado (c)también esto Lo has oído, si recuerdas.

17. Pero los soldados a su alrededor se burlan de él. El Señor es para ellos objeto de escarnio y de él se hace mofa. «Me ven y menean su cabeza» (Sal 109,25). Se vislumbra el reino en imagen: se burlan, pero doblan su rodilla (Mt 27,29); unos soldados lo clavan a la cruz, pero antes le colocan un manto de púrpura (27,28) y una corona sobre su cabeza. ¿De qué es, sino de espinas? (27,29). Es proclamado rey de todo por los soldados. También fue oportuno que Jesús fuese coronado en figura por los soldados, de manera que por eso dice la Escritura en el Cantar de los Cantares: «Salid a contemplar, hijas de Sión, a Salomón el rey, con la diadema con que le coronó su madre» (Cant 3,11). Aquella corona era un misterio, pues era la destrucción de los pecados y la absolución de la sentencia de condenación.

La maLdición de La higuera

18. Adán recibió la condena: «Maldito sea el suelo por tu causa… Espinas y abrojos te producirá» (Gén 3,17.18). Por eso tomó sobre sí Jesús las espinas, para deshacer la maldición; y por eso fue sepultado en tierra, para que la tierra que había sido maldecida recibiese bendición en lugar de maldición. En el mo-mento del primer pecado, se ciñeron unas hojas de higuera (Gén 3,7). Por eso Jesús puso fin a los signos con una higuera. Pues, cuando tenía que marchar a la pasión, hirió a la higuera con una maldición (cf. Mt 24,32 ss). No se refirió a toda higuera, sino a aquella sola diciendo en imagen: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!» (Mc 11,14): quede deshecha la condena. Y en la época en que las higueras se revisten de hojas es precisamente cuando no hay alimentos. ¿Quién ignora que en tiempo de invierno la higuera no da frutos, sino que sólo

PLiego nº 17

Triduo de años: la Colegiata cumple 600 años (20)

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tiene hojas? ¿Es que Jesús ignoraba lo que todos sabían? No, sabe de qué va y viene buscando, aunque sin desconocer que no encontrará nada, extendiendo su maldición sólo a las hojas.

Jeremías, imagen de Jesús despreciado

19. Una vez que nos hemos acercado a las cosas del paraíso, admiro ciertamente la verdad de las figuras. En el pa-raíso se produjo la caída, y en el huerto la salvación; del árbol vino el pecado, pero hasta el árbol llegó el pecado; a la tarde, cuando el Señor iba caminando, buscaron escondite (Gén 3,8), y es por la tarde cuando el ladrón es introducido por el Señor en el pa-raíso (Lc 23,43). Pero alguno me dirá: piensa, a ver si me puedes mostrar por los profetas el leño de la cruz, pues no asentiré si no me muestras un testimonio profético. Pues bien, escucha a Jeremías y convéncete: «Y yo que estaba como cordero manso llevado al matadero, sin saber…» (Jer 11,19). Lee, además, esta pregunta que, como dije, hace Jesús: «¿No sabéis que dentro de dos días es la Pascua; y el Hijo del hombre va a ser entregado para ser crucificado?» (Mt 26,2)38. ¿Era acaso él quien lo ignoraba? «Y yo que estaba como cordero manso llevado al matadero, sin saber…» (Jer ibid.). Pero, ¿cuál es la señal? Entiéndase a Juan Bautista cuando dice: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29). ¿Acaso él, que conoce los pensamientos, ignoraba los acontecimientos? ¿Y qué es lo que dijeron?: «… contra mí tramaban maquinaciones: “Queremos poner madera en su pan”» (Jer 11,19b LXX). Si Dios te considera digno de ello, más tarde conocerás que su cuerpo mostraba, según el evangelio, la figura del pan. Así pues, «venid, queremos poner madera en su pan, borrémoslo de la tierra de los vivos, y su nombre no vuelva a mentarse»40. La vida no se destruye. ¿Por qué os fatigáis con un trabajo inútil? Vuestro proyecto es vano. ¡Sea su nombre bendito para siempre, que dure tanto como el sol! (Sal 72,17). Y que la vida estaba colgada en el madero, lo dice Moisés lamentándose: «tu vida estará ante ti como pendiente de un hilo, tendrás miedo de noche y de día, y ni de tu vida te sentirás seguro» (Dt 28,66). Y lo que se leyó hace poco: «¿Quién dio crédito a nuestra noticia?» (Is 53,1).

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La saLvación desde eL Leño de La cruz

20. Esta figura la ilustró Moisés crucifi-cando a la serpiente, para que quien hubiera sido mordido por una serpiente viva, al mirar la serpiente de bronce, consiguiese, por creer, la salvación (Núm 21, 4-9). Y si la serpiente de bronce crucificada concede la salvación, ¿no otorgará la salvación el Hijo de Dios clavado a la cruz? Por un leño vie-ne siempre la salvación. En tiempos de Noé, por un arca de madera se conservó la vida (Gén 7, 23). Y cuando Moisés extendió su vara sobre el mar, que se retiró por reverencia hacia el que lo tocaba (Ex 14, 16-21). Y

si Moisés tanto pudo con su cayado, ¿será ineficaz la cruz del Salvador? Dejo a un lado, en honor a la brevedad, otras muchas figuras. Sin embargo, volvió dulce el agua en su momento (Ex 15, 25), y del costado de Cristo brotó el agua en el madero (Jn 19, 34).

más sobre eL agua y La sangre deL costado

21. El primero de los signos de Moisés es el agua y la sangre. Y este primero de todos fue el último de los signos de Jesús. En primer lugar, Moisés transformó el río en sangre (Ex 7, 20) y Jesús, por último, hizo brotar desde el costado agua con sangre. Quizá a causa de las dos voces, de una parte la de quien le juzgaba, y de otra la de quienes cruelmente gritaban. O, quizá, por causa de los que creyeran o de los incrédulos. Pues mientras Pilato decía: «Soy inocente», otros vociferaban: «su sangre sobre nosotros…» (Mt 27, 24. 25). Ambas cosas brota-ron de su costado: el agua, quizá en referencia al juez, y la sangre teniendo en cuenta a los que gritaban. Pero también puede entenderse así: la sangre para los judíos, el agua para los cristianos. Para aquellos, insidiosos, la condenación por la sangre derramada; para ti, que ahora crees, la salvación por el agua. Nada ha

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sucedido en vano. Nos han transmitido los intérpretes de la Escritura, nuestros Padres, otra explicación del asunto: en los evangelios se habla de una doble fuerza del bautismo de salvación. Una, a través del agua, que se concede a los que son iluminados, y otra que en tiempo de persecución se da a los mártires mediante su propia sangre. Brotaron del costado del Salvador sangre y agua que confirman la gracia de la confesión hecha por Cristo tanto en el bautismo como en épocas de martirio. Pero también hay otra causa de aquello del costado. Principio y ca-beza del pecado fue la mujer, que fue formada de un costado. Pero una vez que vino Jesús, para otorgar el perdón a la vez a hombres y mujeres, el costado fue traspasado en las mujeres con el fin de deshacer el pecado.

gLoriarse en La cruz

22. Pero si alguien profundiza más, encontrará también otras causas, aunque baste lo dicho tanto por la escasez de tiempo como por no cansar vuestros oídos, aunque nunca se debe experimentar cansancio de oír los triunfos del Señor, sobre todo, en este Gólgota tres veces santo, pues algunos sólo oyen, pero nosotros también vemos y tocamos. Que nadie se canse. Con la misma cruz toma las armas contra los adversarios. Haz de la fe en la cruz el estandarte contra los contradictores. Cuando tengas que discutir sobre la cruz contra los que no creen, haz antes con la mano la señal de la cruz y callará el enemigo. No te avergüences de confesar la cruz. Pues en ella se glorían los ángeles diciendo: «Sé que buscáis a Jesús, el Crucificado» (Mt 28, 5). ¿Es que acaso no podías, oh ángel, decir: «Sé a quien buscáis, a mi Señor». Pero «yo, dice sin embargo con confianza, lo he conocido crucificado». La cruz es, pues, triunfo y no ignominia.

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en eL crucificado está La saLvación23. Por lo demás volvamos a lo que queríamos mostrar por los profetas. El

Señor fue crucificado y has recibido los testimonios. Ves el lugar del Gólgota… Aclamas asintiendo a lo que se dice: mira de no negarlo en alguna ocasión en época de persecución. Que la cruz no sea para ti alegría sólo en tiempo de paz: ten la misma fe en época de persecución, que no ocurra que seas amigo de Jesús en tiempo de paz y enemigo en tiempo de dificultades. Ahora recibes el perdón de tus pecados y las gracias generosas del regalo espiritual del Rey. Cuando estalle la guerra, combate esforzadamente por tu rey. Jesús, que nada había pecado, ha sido crucificado por ti. ¿Y no te dejarás tú crucificar por aquel que por ti fue clavado a la cruz? No eres tú quien da la gracia, pues primero la recibiste tú. Lo que haces es devolverla pagando la deuda al que en el Gólgota fue crucificado por ti. Pero Gólgota significa «Lugar de la Calavera» (cf. Jn 19,17). ¿Quiénes pusieron, proféticamente, a aquel lugar el nombre de Gólgota, en el que Cristo cabeza padeció la cruz? Como dice el Apóstol: «Él es imagen de Dios invisible» (Col 1,15) y, un poco más abajo, «Él es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia» (1,18) y, a su vez: «la cabeza de todo varón es Cristo» (I Cor 11,3) y también, «es la Cabeza de todo Principado y de toda Potestad» (Col 2,10). La Cabeza padeció en el «Lugar de la Calavera». ¡Oh nombre grande y lleno de sen-tido profético! Pues casi el nombre mismo te advierte como diciendo: no te fijes

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en el crucificado como un simple hombre. Pues es «Cabeza de todo Principado y toda Potestad». Es «Cabeza de toda Potestad» el que ha sido clavado a la cruz y que tiene al Padre por cabeza: pues «la cabeza del hombre es Cristo… y la cabeza de Cristo es Dios» (1 Cor 11,3).

otros detaLLes de La pasión predichos por Los profetas

24. Cristo fue, pues, crucificado por nosotros. El juicio se celebró de noche y en un ambiente frío, motivo por el que encendieron unas brasas (Jn 18,18). Fue crucificado a la hora tercia (Mc 15,25). Desde la hora sexta hubo tinieblas hasta nona (Mt 27,45). Y de nuevo hubo luz desde la hora nona. ¿Acaso también estas cosas están escritas? Busquemos. Dice, pues, Zacarías: «Aquel día no habrá ya luz, sino frío y hielo (por aquello de que Pedro se calentaba). Un día único será conocido sólo de Yahvé» (Zac 14,6-7). ¿Qué pasa? ¿No conoció acaso otros días? Pero «éste es el día que hizo Yahvé» (Sal 118,24), el de la paciencia del Señor, «conocido sólo de Yahvé; no habrá día y luego noche» (Zac 14,7). ¿Cuál es el enigma que narra el profeta? Aquel día no consta de día y noche. ¿Cómo lo llamaremos? El Evangelio lo interpreta con su narración. «No habrá día». Pues el sol no brilló, como acostumbra, de oriente a occidente, sino que desde la hora sexta hasta la hora nona hubo tinieblas a mitad del día. Hubo, pues, tinieblas de por medio. Pero Dios había llamado a las tinieblas «noche». Por tanto, no había

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distinción entre día y noche: ni la luz era total, de modo que se llamase «día», ni podía llamarse «noche» porque todo fuese tinieblas, sino que el sol brilló después de nona. Esto lo anuncia el profeta, pues después que dijo «no habrá día y luego noche» (14, 7), añade: «a la hora de la tarde habrá luz» (ibid.). ¿Te das cuenta de lo acertado de la palabra de los profetas y de la verdad de las cosas predichas?

25. Pero, ¿quieres saber exactamente la hora

en que el sol se oscureció, hora quinta, octava o décima? Díselo claramente, oh profeta, a los ju-díos incrédulos: ¿Cuándo se ocultó el sol? Dice, en efecto, el profeta Amós: «Sucederá aquel día –oráculo del Señor Yahvé– que yo haré ponerse el sol a mediodía» (se hicieron tinieblas desde la hora sexta), «y en plena luz del día cubriré la tierra de tinieblas» (Am 8, 9). ¿Cuál es esta distribución del tiempo, oh profeta, y cuál es el día?: «Trocaré en duelo vuestra fiesta» (Am 8, 10). De hecho, esto estaba sucediendo en los ácimos y en la fiesta de la Pascua (Mc 14, 1). Y dice después: «Lo haré como duelo de hijo único y su final como día de amargura» (Am 8, 10c). En el día, pues, de los Acimos y en la fiesta de las mujeres se lamentaban y lloraban (Lc 23, 27), mientras los apóstoles, ocultos, estaban deshechos de dolor. Admirable es, pues, la profecía.

eL manto y La túnica26. Pero, dirá alguno, dame otro signo. ¿Qué

otra nota hay característica de todo esto? Jesús fue crucificado. Él se servía de una túnica y de un manto. Pero los soldados se repartieron el manto tras dividirlo en cuatro partes. Sin embargo, la túnica no la rasgaron porque, partida de ese modo, para nada hubiera servido, sino que los soldados se la echaron a suertes entre ellos (Jn 19, 23-24). Se reparten el manto y echan a suertes la túnica. ¿No estaba también eso escrito? Pues bien, los afanosos salmistas de la Iglesia, que imitan a los ejércitos angélicos, lo saben y celebran a Dios con alabanzas continuas. Quienes son considerados dignos de esto, salmodien en este santo Gólgota y digan: «Repártense entre sí mis vestiduras y se sortean mi túnica» (Sal 22, 19). Aquel sorteo fue el sorteo de los soldados.

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La capa púrpura

27. Cuando estaba siendo juzgado por Pilato, estaba vestido de rojo, lo cu-brieron con un manto de púrpura (Mt 27-28). ¿También está escrito esto? Dice Isaías: «¿Quién es ése que viene de Edom, de Bosrá, con ropaje teñido de rojo?» (Is 63, 1). Como queriendo decir: ¿quién es éste que es vestido de púrpura para avergonzarlo? Pues a eso suena Bosrá entre los hebreos.

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«Y, ¿por qué está de rojo tu vestido, y tu ropaje como el de un lagarero?» (63, 2). Y responde diciendo: «Alargué mis manos todo el día hacia un pueblo rebelde que sigue un camino equivocado en pos de sus pensamientos» (Is 65, 2).

La cruz de cristo y su eficacia saLvadora

28. Extendió sus manos en la cruz para abarcar los confines del mundo. Pues el lugar central de la tierra está aquí, en el Gólgota. Y no es palabra mía, sino del profeta que dice: «Autor de salvación en medio de la tierra» (Sal 74, 12). Extendió sus manos humanas, con la sola ayuda de las cuales y con su mente tras ellas dio consistencia al cielo (cf. Sal 33). Fueron fijadas con clavos para que, clavados al leño y aniquilados los pecados de los hombres que su humanidad llevaba cargados sobre sí, a la vez muriese el pecado y resucitásemos nosotros en la justicia. Pues como por un hombre vino la muerte, también por un hombre vino la vida (cf. Rom 5, 12-21): por un hombre, el Salvador, que padeció la muerte voluntariamente. Acuérdate de aquello: «Tengo poder para darla (la vida) y poder para recobrarla de nuevo» Un 10, 18).

eL carisma profético de israeL, viña estériL, en La igLesia

29. El soportó estas cosas al haber venido a salvar a todos. Pero el pueblo se lo pagó de mala manera. Dice Jesús: «Tengo sed» (Jn 19, 28), él, que de una áspera roca les dio agua (Ex 17, 1-7) y exige los frutos de la viña que plantó (Jer 2, 21; Is 5, 2). Pero, ¿de qué viña? Por su naturaleza, sería la que existía desde los santos Patriarcas, pero es en realidad la que, por la tentación, proviene de Sodoma la que le alcanza al Señor sediento el vinagre mediante una esponja empapada y puesta en una caña (cf. Jn 19, 29). Se cumple así aquello de: «Porque su viña es viña de Sodoma y de las plantaciones de Gomorra» (Dt 32, 32a). Y también: «Veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado con vinagre» (Sal 69, 22). Ves la perspicacia de la predicción profética. ¿Y cómo fue la hiel que pusieron en mi boca? «Le daban, dice, vino con mirra» (Mc15, 23). Mirra, con sabor a hiel y un poco amarga. «¿Así pagáis al Señor?» (Deut 32, 6). ¿Es esto lo que ofreces, viña, al Señor? Ya se quejaba justamente de vosotros Isaías, diciendo: «Una viña tenía mi amigo en un fértil otero» (Is 5, 1)54. Y, por abreviar: «Esperó, dice, que diese uvas» (5,2). Tuve sed y quise que diese vino, «pero dio espinas. Ya ves la corona con la que he sido redimido. ¿Qué es lo que haré después? (ch. Is 5,5): «A las nubes prohibiré llover sobre ella» (5,6). Ya no tiene nubes, es decir, ya no tiene profetas, pues es en la Iglesia donde luego han estado los profetas, como dice Pablo: «En cuanto a los profetas, hablen dos o tres, y los demás juzguen» (1 Cor 14, 29). Y además: «El mismo (Cristo) dio a uno el ser apóstoles; a otros, profetas» (Ef 4, 11). Profeta era Agabo, que se ató de manos y pies (Hech 21, 10-11).

Jesús, uLtraJado en La cruz, entre Los dos LadroneseL buen Ladrón

30. Sobre los ladrones que fueron crucificados con él (cf. Lc 23-32) se ha dicho: «Con los rebeldes fue contado» (Is 53,12). Uno y otro fueron al principio

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inicuos, pero uno dejó de serlo. Pero el otro despreció las leyes hasta el final, sin humillarse para su salvación, pues estando clavado de manos, su lengua todavía blasfemaba. Los judíos movían sus cabezas injuriando al crucificado y cumpliendo lo que estaba escrito. «Me ven y menean su cabeza» (Sal 109, 25; cf. Mt 27, 39 ss; Lc 23, 39-43). De él se hacía burla juntamente con los otros, pero uno de ellos increpaba al otro: para él coincidieron el fin de su vida y el comienzo de su enmienda. Entregó su alma y recibió, antes que otros, la salvación. Tras reprender a su compañero, dijo: «Jesús, acuérdate de mí» (Lc 23, 42), mis palabras se dirigen a ti. Déjalo a él, pues están ciegos los ojos de su mente, pero «de mí, acuérdate». No digo que te acuerdes de mis obras, pues de ellas tengo miedo. Todo hombre suele unirse amablemente a quien es su compañero de camino. Soy compañero tuyo en el camino hacia la muerte: acuérdate de mí, que soy tu compañero. No digo: ahora «acuérdate de mí», sino «cuando vengas con tu Reino» (ibid.).

La misericordia para con eL «buen Ladrón»

31. ¿Qué energía, oh ladrón, te iluminó? ¿Quién te enseñó a adorar al que había sido ultrajado y crucificado contigo? ¡Oh luz eterna, que ilumina a los que yacen en tinieblas (vid. Lc 1, 79)! Oyó, desde luego, justamente: «Confia». No porque tus obras deban ser la base de tu confianza, sino porque ahí hay un rey dispuesto a agraciarte. Era una petición de algo muy lejano, pero la gracia llegó muy rápidamente: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23, 43), puesto que hoy has oído mi voz y no has endurecido tu corazón (Sal 94, 8). Con mucha prontitud pronuncié sentencia contra Adán. Y con mucha prontitud te perdono. A él se le dijo: «El día que comieres de él, morirás sin remedio» (Gén 2, 17). Tú, en cambio, hoy has dado oídos a la fe, y hoy recibirás la salvación. Por un árbol cayó él, y tú eres introducido, por medio de un árbol, en el paraíso. No temas a la serpiente, pues no te expulsará: ella ya cayó del cielo (cf. Lc 10, 18). Tampoco te digo: hoy partirás, sino «confía: hoy estarás conmigo en el paraíso», no serás rechazado. No temas a la espada de fuego (cf. Gén 3, 24), pues ella es la que teme al Señor. ¡Oh gracia inmensa e inefable! No ha entrado todavía Abraham el creyente, y ya entra el ladrón. Todavía no han entrado Moisés y los profetas, pero sí entra el ladrón. Antes que tú, se admiró de esto Pablo diciendo: «Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rm 5, 20). Los que han soportado el calor (cf. Mt 20, 12) todavía no han entrado, pero sí ha entrado el que llegó a la hora undécima (20, 6). Nadie murmure contra el dueño, que dice: «Amigo, no te hago ninguna injusticia… ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?» (20, 13. 15). Quiere el ladrón hacer obras justas, pero la muerte le tiene preocupado. No me fijo tanto en las obras, sino que acepto tu fe. Estoy recogiendo los lirios; ven, que te apaciente en los huertos (cf. Cant 6, 2). He encontrado a la oveja perdida y la llevo sobre mis hombros (Lc 15, 5). Realmente cree, puesto que ha dicho: «Me he descarriado como oveja perdida (Sal 119,176). Jesús, acuérdate de mi cuando vengas con tu Reino» (Lc 23, 42).

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Para los que quieren vivir la Semana santa

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.

Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.

A la Semana Santa se le llamaba en un principio La Gran Semana. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.

Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepen-timiento de nuestros pecados. Asistir al sacramento de la Peni-tencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.

Lo importante de este tiem-po no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

La Semana Santa fue la últi-ma semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.

el gobierno propone una muerte digna. La iglesia propone una vida digna. ¡Ésa es la diferencia!

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Beato Ricardo Plá espí

Se cumplen 75 años de su martirio (6)

su mensaJe«Estaba la Madre Dolorosa

junto a la Cruz, llorosa, mientras que de ella pendía el Hijo de sus entrañas», canta el poema alegó-rico por excelencia de los Dolores de la Virgen, puesto en boca de la Iglesia por uno de sus esclarecidos hijos, Santiago Bendetti.

No hay amor, había dicho repetidas veces el Divino Maestro a las gentes que le seguían, ávidas de sus enseñanzas saludables y de regeneración suprema, ni más generoso ni más fuerte, ni más entero y acabado como el de aquel que está pronto y dis-puesto a dar todo cuanto tiene y posee, incluso la propia vida, en beneficio de aquellos seres a quienes ama.

Pues bien, fue en la cima del Calvario donde traduciendo en hechos fehacientes la verdad de tan celestial doctrina, se entregó voluntariamente el Redentor Divino en manos de sus verdugos

y sayones en calidad de víctima para poder lavar con la sangre preciosísima, que manaría a torrentes de su cuerpo sacratísimo, aquella mancha antigua con que aparecía la entera humanidad.

Pero notad, mis hermanos, mientras Jesucristo agoniza y muere en lo alto de la Cruz, para otorgar de nuevo al hombre la vida que perdiera por el primer peca-do, otra víctima, más silenciosa y callada, pero de muy subido valor y significado precio, se inmolaba también, aunque de manera incruenta, a los pies del ara de la Cruz por la redención del mundo: la Virgen sin mancilla, la sin par Dolorosa.

Viernes de Pasión, año 1933. Toledo

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Yo no quitaré la Cruz de ningún lugar público

Pongamos un Crucifi jo en nues-tros lugares públicos, tiendas, despa-chos, fábricas, bares, peluquerías.

¡No tengamos miedo a nada ni a nadie!

¡Sólo Cristo!

gratitud a los sacerdotes

empecemos por dar las gracias a los sacerdotes:

Gracias.Muchas gracias.

Gracias a todos vosotros.Gracias por vuestro trabajo pastoral,

por ofrecernos la gracia de Cristo; por darnos el Evangelio; por abrirnos las

puertas del cielo.Gracias por rezar por nosotros.

Ellos siempre están a nuestro lado.

Nosotros sabemos que no estamos solos.

Ahora ellos deben saber que no están solos.

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Terminada la planta baja e inaugurada, estamos poco a poco terminando de pagar todo el presupuesto de las obras.

Sortearemos a finales de febrero una imagen de sant Josep de madera de olivo hecha en Belén. La pueden ver expuesta en sant Francesc

Donativos: 18+20+50+30+100 = 218 eurosFaltan a pagar: 4 082 euros.Tota pedra fa paret!

Agenda de abril 1.- Viernes: día de abstinenciaCatequesis de Confirmación 2º - Vía Crucis. 2.- sábado. conmemoración del 6º aniversario de la muerte del Venerable Juan Pablo ii, el grandeJuniors con Misa a las 6 tarde. 3.- domingo. día del señorCelebración Bautismal. 4.- lunesCatequesis 1º de Confirmación. Ensayo de Coro. 5.- MartesAdoración Nocturna abierta a todos. 7.- Jueves 6 tarde, Vía Crucis con los niños de la Catequesis en sant Francesc.8 tarde, Nueva Evangelización. 8.- Viernes: día de abstinenciaCatequesis de 2º de Confirmación. Vía Crucis.8 t. en la Colegiata, Pregón de Semana Santa. 11.- lunesCatequesis de 1º de Confirmación. Ensayo de Coro.11-12-12: Triduo al Cristo de la Expiración (Cachorro). 14.- JuevesCatequesis de Infancia. 15.- Viernes: día de abstinenciaCatequesis de 2º de Confirmación. Vía Crucis.Misa solemne en honor de la Soledad de la Virgen.

Casa Natalicia de san Jacinto Castañeda. Restauración

Asuntos Parroquiales

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dos Libros que hacen faLta:

«historia sagrada»Hoy en día apenas si se conoce la

Historia sagrada, los niños por supues-to, pero también muchos adultos la han olvidado. Este libro les cuenta esa Historia de Dios entre los hombres, la Historia de los hombres de Dios.

«señor, enséñanos a orar».oraciones y pLegarias deL cristiano.

Es un libro necesario para todos. Ofrece una selección de oraciones y plegarias para que podamos rezar. Debemos aprender a rezar y rezar cada día más y mejor.

Este libro nos ayudará a rezar; debería convertirse en libro de cabe-cera. Está pensado para hacer un gran bien a todos.

Ya pueden adquirirlos aquí.

«Lourdes: un trozo de cieLo en La tierra»

Este libro aparecerá en mayo.Este libro nos lleva en peregrina-

ción al Santuario de Lourdes donde cada año asisten seis millones de pe-regrinos. Su centro es la Gruta con la Virgen. Es un encuentro con María. Una reflexión de la vida de cada uno de nosotros ante la Gruta sagrada y sus acontecimientos.

Libros del Señor Abad

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Pongamos en marcha el reloj y el carillón del campanario

El interés por poner en marcha el reloj y el carillón se manifiesta con la colaboración económica.

La maquinaria ya se en-cuentra en la Colegiata y pueden verla antes de que la subamos al campanario.

¡Campaña abierta!Donativos: 50+40 = 90

eurosTenemos: 7 050’80 euros

gastos extraordinarios

Ermita de sant Josep .........................................................................2 400 €Iglesia de sant Francesc: canalones y techo ........................................2 327 €Casona parroquial: parte del techo y paredes ....................................2 347 €Maquina fregadora de lavar el piso para la Colegiata .........................2 714 €Pintar los bajos de la ermita, la sacristía, limpiezadel patio y alrededores del edificio, materiales y trabajo ...................... 828 € Total gastos ....................................................................................10 616 € Para esta deuda tuvimos ya algunos donativos publicados que restaban hasta 3 578 €, ahora hay que añadir la pintura de la ermita: 828 €. Por lo que nos da la cantidad de 4 406 €. Debemos ahora ................................................................................2 326 €

la cOlegiata tiene gastOs de catedral e ingresOs de ParrOquia Media.

¡cOlabOreMOs, sOMOs ParrOquia!

Asuntos Parroquiales

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DVD Documental: «Las raíces cristianas de Xàtiva»

Gran éxito. No deje de ad-quirir este precioso documental. La Colegiata producirá otros cuatro hasta 2013.2. La Nueva Evangelización

desde la Seu. 3. La celebración de la fe en

la Colegiata. 4. La caridad, mandamiento

principal: Cáritas La Seu. 5. El arte y los tesoros de la

Colegiata.

Capilla del Inmaculado Corazón de María

Estamos esperando a que Patrimonio nos autorice el proyecto de restauración de la capilla presentado ya en Valencia hace unas semanas. Y en el momento en que tengamos dinero suficiente comenzaremos la obra.

Donativos: 20+30+5 = 55 euros.Lampadario: 280 euros.Tenemos ahora: 6 266 euros.

Las burLas, ofensas, parodias bLasfemas contra La fe catóLica saLen gratis en españa. gozan de priviLegio. no pasa nada.

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Semana SantaDÍA 17. DOMINGO DE RAMOS EN

LA PASIÓN DEL SEÑOR 10:30 mañana, Bendición y

Procesión de los Ramos. Misa conventual.

7:30 tarde, Vísperas y 8 t. Misa vespertina.

DÍA 21. JUEVES SANTO 6 tarde, Misa de la Cena del

Señor. 10 noche, Hora Santa. Hasta las 11 de la noche, la

Colegiata estará abierta. DÍA 22. VIERNES SANTO La Colegiata se abrirá a las 9:30

de la mañana. 10 de la mañana, Laudes. 11 de la mañana, Vía Crucis.

4:30 tarde, Celebración de la Pasión del Señor.

Hay grupos de adoradores durante el día.

DÍA 23. SÁBADO SANTO 8 tarde, Solemne Vigilia Pascual. DÍA 24. DOMINGO DE PASCUA Horario de Misas de domingo. LUNES, MARTES Y MIÉRCOLES DE

PASCUA 10 m., Misa en sant Francesc. DÍA 2 DE MAYO. SOLEMNIDAD DE

SANT VICENT 10:30 m. Misa conventual en la

Colegiata. 8 t. Misa en sant Francesc.

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Es cosa de totsinforme económico deL mes de marzo

déficit ............................891 €

gastos

Entrega colecta Seminario .........769

Entrega colecta Cáritas ..............889

Iberdrola ................................ 1 279

Hoja parroquial .........................300

Personal .................................. 1 500

Fondo común diocesano............150

A.C. Beato Gonzalo Viñes .........150

Préstamos CajaSur .................. 1 600

Casona parroquial .....................128

Alarmas .......................................90

Gestoría .....................................120

Formas y vino Carmelitas Serra....190

Cera líquida ................................49

Déficit mes anterior ................ 1 200

total gastos .................8 414 euros

ingresos

Colecta domingo 6,

día del Seminario .......................769

Semana ......................................215

Lampadarios ..............................319

Donativo .....................................50

Colecta domingo 13 Cáritas ......889

Semana ......................................378

Lampadarios ..............................301

Colecta fiesta de sant Josep ........544

Colecta domingo 20 ..................502

Semana ......................................325

Lampadarios ..............................360

Donativo gremio de carpinteros ..60

Donativo ...................................300

Colecta domingo 27 ..................630

Semana ......................................278

Lampadarios ..............................308

Donativo .....................................50

Donativo ................................ 1 000

Estipendios ................................595

Cuotas de los fieles ....................640

total ingresos ..............7 523 euros