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  • 7/28/2019 No ms futbol Dilma Queremos educacin

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    Dilma, no h mais futebol: queremos educao.(Dilma, basta de ftbol: queremos educacin)

    Por: Alberto A. Zalles

    Las protestas brasileas hay que tomarlas en serio. Brasil, que ha

    hecho del ftbol una marca de su identidad, de repente sorprende al mundo

    con un movimiento ciudadano que pone en cuestin la costosa parafernalia

    de la organizacin de la copa del mundo 2014; es decir, critica la

    participacin del gobierno en la realizacin de un espectculo superfluo,

    cuando muy bien se podran utilizar los recursos all comprometidos en

    inversiones sociales y culturales sostenibles. Qu pasa en Brasil? La

    pregunta es ms que pertinente y, en tal sentido, nosotros proponemos cincopuntos de reflexin.

    1) La protesta se inscribe en el nuevo de estilo de accin

    ciudadana que han desencadenado internet y las redes sociales. A la

    hora actual, los disfuncionamientos de la sociedad pueden ser sentidos y

    compartidos rpidamente por una multitud de personas. Adems, la

    reaccin frente a tal disfuncionamiento se procesa a travs de una batera de

    consideraciones e intercambios racionales. Las redes sociales tienen un

    cdigo implcito: participar en ellas significa atenerse a aceptar ideas y

    opiniones divergentes e individuales, factor que estimula una culturademocrtica. Por otro lado, los individuos se relacionan en un plano

    horizontal. El movimiento Passe Livre comprendi bien el impacto de las

    redes sociales -hasta ahora-, por lo cual se define apartidario, horizontal y

    no electoral. Una convocatoria, del estilo que hoy vemos en las principales

    ciudades brasileras, no podra gestarlo un partido tradicional, al menos

    dentro de las pautas en las que se encuadra el sistema poltico

    sudamericano.

    2) El progreso econmico brasilero ha permitido el fortalecimiento

    de una clase media, de una juventud que tiene acceso a los bienes

    culturales y que demanda una reforma cultural, una emancipacin

    ilustrada. Es este sector social quien alimenta la reflexin sobre las injustas

    desigualdades del boom econmico y pretende poner freno a la corrupcin de

    los polticos. Los pobres no estn detrs de las protestas y eso quizs

    desilusiona a quienes mitifican los movimientos sociales y aprovechan de

    ello. Si cabe la comparacin, la protesta brasilera est ms ligada a los

    movimientos desencadenados por las generaciones del bienestar econmico

    posterior a la segunda guerra mundial, en Europa y en Estados Unidos, y

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    por eso tambin tiene un gran potencial de reforma societal1. Dicho de otro

    modo, Brasil inicia una reforma cultural e intelectual profunda. La osada

    del movimiento es marchar contra los presupuestos axiolgicos que la

    sociedad entera cree compartir y que son incluso concebidos como sagradas:

    los tetracampeones ya no quieren ftbol. En Europa y en Estados Unidos, afinales de los sesenta y principios de los setenta, no se proclamaba la

    destruccin del sistema econmico ni tampoco el sistema poltico; en

    realidad, los contestatarios pedan un cambio profundo en los estilos de

    vida, en la forma de la familia, en el consumo y en la disciplina escolar y

    acadmica. Evidentemente, las modificaciones en los valores, y las reformas

    -si estn se llevan a cabo- contribuirn a acortar la brecha que separa a los

    ricos de los pobres; o, en todo caso, publicitan una mejor manera de

    redistribuir la riqueza.

    3) La izquierda en su laberinto. Sin hablar de la corrupcin y elenriquecimiento ilcito a la que haba sido proclive tambin la izquierda

    revolucionaria latinoamericana; en el Brasil, lo que se verifica es que la

    izquierda participa y comulga con el proyecto de la economa capitalista. Es

    como si se comprobara que el bienestar material y econmico, prometido a

    las masas, ya no se desprender del abstracto modo de produccin

    socialista, que, dicho sea de paso, fatalmente, slo existi en la cabeza de

    Marx, en la retrica de los balcones o en la planificacin de las dictaduras

    estalinianas. Entonces, podemos concluir ms bien que la riqueza brasilera

    es fruto del desarrollo tecnolgico2, de los avances de la educacinuniversitaria y del liberalismo econmico. Dicho de manera menos pattica,

    la razn de existir de la izquierda se ha convertido en algo muy simple:

    controlar el mpetu de la libre empresa. Por tanto, cuando la izquierda se

    deja seducir y se rinde al oropel capitalista, se vuelve ridcula, traficando y

    reproduciendo todo lo que critic: as, volviendo a la actualidad brasilera, lo

    que dijo alguna vez el gur Eduardo Galeano, respecto al los usos obscuros

    del ftbol, bien puede aplicarse a las ansias de dominacin y a las

    imposturas del partido de Lula3.

    4) Transporte libre utopa o realidad?La reivindicacin puntual,

    que fue el pretexto de inicio del movimiento, evidentemente es

    deslegitimizada por el gobierno; por ejemplo, el alcalde Sao Paulo, Fernando

    Haddad, calific de populista la demanda ciudadana4. Sin embargo, el

    transporte pblico libre significa ms que la mera gratuidad y quizs no es

    1 Chile es otro pas que presenta un movimiento contestatario, estudiantil, de este estilo.2 El desarrollo tecnolgico brasilero, pilar de su fortaleza industrial, est ligado a la alianzaestratgica de las empresas brasileras con las vanguardias industriales de occidente: con

    Alemania, los pases escandinavos y los Estados Unidos.

    3 Ver Eduardo Galeano, El Ftbol a sol y sombra. Ed. Siglo XXI, Madrid, 1995.4Brasil vive la mayor protesta pese a la retirada del alza del transporte. El Pas, 21 de junio

    2013.

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    tan irrealista como se lo pinta. El transporte pblico gratuito, visto como un

    proyecto global alternativo, se promete como elemento fundamental para

    vencer la exclusin social y, por otro lado, se presenta como proyecto

    verde. Es una tendencia que ya ha sido ensayada en algunas ciudades

    europeas. El pase libre, en el transporte pblico, permite la igualdad deacceso a los ciudadanos a los recursos econmicos y culturales, sobretodo al

    empleo y la escuela; tambin es un estimulo al uso del transporte colectivo,

    lo cual reduce la utilizacin del vehculo personal5. La demanda de Passe

    Livre no es exagerada, la cuestin est en saber si los brasileros pueden

    organizarla con imaginacin y de manera que fortalezca el bienestar social y

    econmico de la nacin.

    5) La desacralizacin del ftbol no quiere decir que este deporte

    no constituya un importante elemento de cohesin social y que

    favorezca al desarrollo humano. El ftbol las ms de las veces es juzgadoa travs de la vitrina donde se exponen los cracksy los grandes equipos o a

    travs los desastres producidos por las barras bravas. Sin embargo, hay que

    reconocer que este sistema deportivo, en su perfil cotidiano, est constituido

    por una amplia base que coadyuva dinmicamente al desarrollo de la niez y

    de la juventud en pases como Argentina o Brasil. La prctica del ftbol,

    adems de ser un sistema de promocin social -muy competitivo, es cierto-,

    es tambin una posta educativa. Las divisiones inferiores y las escuelas de

    ftbol contribuyen a la formacin de un espritu deportivo en una multitud

    de jvenes que, no necesariamente, llegarn a la primera divisin6.

    En sntesis, los ltimos acontecimientos en el Brasil nos desvelan el

    potencial de las redes sociales como interfaz para las voluntades que aspiran

    a la realizacin de un proyecto emancipador e ilustrado. Y teniendo en

    cuenta que participar en internet demanda el ejercicio de lectura y de la

    escritura, que estimula la razn, sin duda estamos frente a fenmenos que

    comparten caractersticas con el impacto que produjo la imprenta en el

    Renacimiento. Sin caer en un optimismo ingenuo, podemos decir que las

    redes sociales, la dinmica de comunicacin, la circulacin de informacin,

    forman parte de una vuelta a la razn: la preponderancia del espritu crtico

    frente a las representaciones ideolgicas y del individuo frente a la masa. Es

    eso lo que pasa en el Brasil.

    5 En Blgica, en diferentes rubros de la actividad econmica, los pasajes de los trabajadores,en su trayecto a su lugar de empleo, son rembolsados al cien por ciento.6 Para dar una idea del impacto que tiene el ftbol en la sociedad sudamericana

    proponemos revisar las estadsticas de la FIFA, segn esta federacin, Brasil tiene 13millones de jugadores afiliados, repartidos en 29 mil clubes; la Argentina tiene 2 y medio deafiliados, distribuidos en 3 mil clubes.