«no lugares» e identidad en guatemala. lo que está en juego en xetulul (1)

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I I E S Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales Universidad de San Carlos de Guatemala “No lugares” e identidad en Guatemala Lo que está en juego en Xetulul Jorge Murga Armas Investigador Revista Economía No. 168, abril-junio 2006 GUATEMALA

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Jorge Murga

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I I E S Instituto de Investigaciones

Económicas y Sociales

Universidad de San Carlos de

Guatemala

“No lugares” e identidad en Guatemala Lo que está en juego en Xetulul

Jorge Murga Armas Investigador

Revista Economía No. 168, abril-junio 2006

GUATEMALA

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“No lugares” e identidad en Guatemala Lo que está en juego en Xetulul

Por Jorge Murga Armas*

Introducción Hace aproximadamente un año, cuando decidimos estudiar la dinámica del turismo en el Instituto de Recreación de los Trabajadores de Guatemala (IRTRA) de San Martín Zapotitlán, Retalhuleu1, estábamos plenamente convencidos de la trascendencia regional del fenómeno, mas no con la idea de trabajar en un complejo turístico. Acostumbrados a temas “más” antropológicos, “más” económicos, desvalorábamos, debemos confesarlo, la importancia de tal problema para el país. Pero la experiencia de pocos meses de trabajo nos demostró lo contrario. Estudiando a IRTRA no sólo incursionábamos en las dinámicas económicas y sociales y las relaciones de poder, sino que además tratábamos, en campo fértil e inédito, el problema del impacto ideológico y cultural de la globalización sobre Guatemala.

Ciertamente, el descubrimiento del parque temático Xetulul2, el cual reproduce a escala edificios de diversos países europeos que representan según sus creadores la historia, la cultura y por tanto la identidad guatemalteca, nos convenció al instante de que la globalización no sólo había llegado a San Martín Zapotitlán, sino que lo había hecho de una forma verdaderamente rara: ese parque que entusiasmaba y movilizaba a tanta gente, no era para nosotros sino un “no lugar”, un espacio sin identidad y sin historia. Así fue como pensamos inicialmente la relación global-local que buscábamos esclarecer en el proyecto Globalización e identidad en territorios indígenas de Guatemala, y fue de esa manera como nos introdujimos en el estudio de los procesos globales que están transformando los espacios guatemaltecos.

En efecto, la búsqueda alrededor del turismo nos hizo descubrir que existe una articulación real entre la dinámica económica y social que se desarrolla en

* Jorge Murga Armas es doctor en antropología y sociología de lo político (Universidad de París VIII). Es investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala. En el marco del Proyecto “Globalización e identidad en territorios indígenas de Guatemala”, desarrollado por la Universidad de San Carlos de Guatemala y la Universidad de Granada (España) entre junio

2005 y mayo 2006, decidió estudiar las dinámicas económicas y sociales y las relaciones de poder que tienen lugar dentro y fuera del Instituto de Recreación de los Trabajadores de Guatemala (IRTRA) de San Martín Zapotitlán, Retalhuleu. Esta obra en antropología política es el resultado de ese esfuerzo intelectual que entre otras cuestiones esclarece “el problema de la identidad representada en los no lugares de IRTRA”. 1 Voz k’iche’ que significa “Señal en la tierra”. Retal (señal, mojón, límite), Uleu (tierra). Situado en la costa

suroccidental de Guatemala, el departamento de Retalhuleu está dividido en nueve municipios: Retalhuleu

(cabecera departamental), San Sebastián, Santa Cruz Muluá, San Martín Zapotitlán, San Felipe, San Andrés Villa Seca, Champerico, Nuevo San Carlos y El Asintal. El departamento de Retalhuleu, según censo 2002, posee una población total de 241,411 habitantes. 2 Voz k’iche’ que significa “Debajo del zapote”. Xe (debajo), Tulul (zapote o chico zapote). Nombre usado por las

poblaciones nativas para identificar el territorio de la región que hoy comprende los departamentos de Suchitepéquez y Retalhuleu. Con la llegada de los españoles en 1524, ese término es sustituido primero por la

voz mexicana Zapotitlán (“Lugar de zapotes”) y luego por la de Suchitepéquez, también de origen mexicano: de Xochiltepeq (“Cerro florido”). A pesar de la sustitución impuesta por la colonia, la toponimia del lugar ha mantenido cierta vigencia entre los maya hablantes de la región. Pero es IRTRA, quien al apropiarse del nombre para designar a uno de sus célebres parques turísticos, el que lo populariza entre los guatemaltecos que antes

desconocían inclusive su existencia.

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Retalhuleu, y los programas y proyectos del Plan Puebla Panamá que preparan el terreno a la globalización en la región del Sur-Sureste mexicano y Centroamérica3. Aun cuando esta articulación no se tradujese en una relación dialéctica global-local como pudimos haberlo pensado al inicio, y aun cuando las primeras investigaciones nos permitieron descubrir que en el sector económico guatemalteco existe más bien una lucha de poder sin capacidad de respuesta ante la globalización, la problemática del turismo y más concretamente la de IRTRA en Retalhuleu, hizo posible que pusiésemos nuevamente en discusión el tema de la identidad de las clases dominantes: debido a una identidad no definida, ambigua y contradictoria, que busca sus referentes identificatorios en lo extranjero, la oligarquía guatemalteca (y en alguna medida la burguesía retalteca) se inserta en la globalización a partir de referentes que niegan la identidad nacional. Así, discurriendo por el mundo del turismo, pero sobre todo observando

a los guatemaltecos que se paseaban por Xetulul, pudimos articular el tema de los no lugares que nos interesó particularmente, con el de la identidad en territorios indígenas que interesaba especialmente al proyecto. Pero el problema de fondo, planteado por la supuesta representación de la identidad guatemalteca en Xetulul, ganaba en importancia.

Fue esto lo que nos llevó a poner especial atención en la actitud de los guatemaltecos que se paseaban por el parque y en las palabras que en sus relatos traducían mejor sus percepciones. Ahora bien, dos actitudes diferentes, dos comentarios distintos, observadas y escuchados reiteradamente entre los visitantes del parque temático Xetulul, forzaron que hiciésemos, apoyándonos en el examen del culto a Maximón4, la afirmación que en este estudio intenta resolver el problema de la identidad representada en los no lugares de IRTRA: al menos para buena parte de guatemaltecos, Xetulul es la representación del otro.

I. IRTRA

Siguiendo las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) e inspirándose en las políticas liberales que buscaban mediatizar las luchas

3 En efecto, como parte de las Iniciativas Mesoamericanas que dan sustento al Plan Puebla Panamá (PPP), se

tiene contemplada 1) la interconexión energética de los seis países de América Central (SIEPAC); 2) la

interconexión Guatemala-México y; 3) la interconexión Belice-Guatemala. Para reducir el costo del transporte en la región, se ha proyectado además la construcción o rehabilitación de: 1) el Corredor Pacífico que conecta Puebla con Panamá a través del Corredor Pacífico Centroamericano; 2) el Corredor Vial del Atlántico que conecta Cutuco en El Salvador con Progreso en México y que integra México, Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador

y 3) los corredores interiores de México que incluyen el Transístmico que une Coatzacoalcos con Salinas Cruz, el de Progreso-Tampico y de Chetumal-Villa Hermosa. Todo esto será complementado con la construcción o restauración de puertos y aeropuertos en toda la región. El PPP contiene además una Iniciativa de Turismo que, tomando la idea de la experiencia de la Organización Mundo Maya, plantea la creación de paquetes turísticos

complementarios entre varios países. La Iniciativa de Turismo contempla desarrollar los siguientes proyectos: 1) una cuenta satélite de turismo; 2) un sistema de certificación del turismo sustentable; 3) Etnoturismo; Programa de turismo sostenible Mundo Maya; 5) Sistema de Facilitación para la movilidad fronteriza del turista y 6) Ruta del Caribe Centroamericano. Véase Jorge Murga Armas, Guatemala en el Plan Puebla Panamá. Las tramas de este modelo de integración regional. 4 Maxmoon: nombre compuesto por las partículas Ma y Xmoon. Ma: prefijo utilizado en lengua tz’utujil para

distinguir los nombres del género masculino. Xmoon: amarrado. Por ende, Maxmoon significa literalmente

Amarrado, pero puede entenderse también como Señor amarrado o Don amarrado. Por lo demás, Maxmoon o su castellanización Maximón, es uno de los diversos nombres con que se conoce a una de las más importantes

divinidades del culto ancestral de origen maya en Santiago Atitlán.

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sociales posteriores a la cancelación de la Revolución de Octubre5, el gobierno del general Miguel Ydígoras Fuentes (1958-1963), en un ambiente anticomunista, crea en 1962 el Instituto de Recreación de los Trabajadores de Guatemala (IRTRA)6, una “institución autónoma, de derecho público, con personalidad jurídica y plena capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, cuyos recursos financieros tendrán el carácter de privativos y serán destinados específicamente a los fines de esta entidad”. Citemos, para comprender mejor lo que pasa adentro y alrededor de esta institución, algunos puntos esenciales de la ley que la crea.

I.1 Lo legal

Instituido con la finalidad fundamental de “organizar el descanso de todos los trabajadores privados, utilizando todas las formas de recreación y aprovechamiento del tiempo libre”7, el Estado aporta a IRTRA desde su fundación “un financiamiento adecuado” y establece que en el futuro “el Gobierno de la República colaborará con el Instituto, dando a éste el apoyo necesario para la mejor consecución de sus fines”. Para asegurar su durabilidad, instituye además “un impuesto anual, equivalente al monto de un día de sueldo o salario ordinario, devengado por cada trabajador, que deben pagar los patronos que determine mediante acuerdos la Junta Directiva del Instituto de Recreación de los Trabajadores de Guatemala, siempre que dichos patronos estén inscritos o se inscriban en el Régimen de seguridad social”.

Así, el Instituto creado para organizar y promover el descanso, la educación cultural y física, y la recreación de los trabajadores privados, tiene asegurado su futuro, pero también definidos sus márgenes de acción, facultades, privilegios y obligaciones. Creando pues las condiciones legales, aportándole el capital inicial y asegurándole un futuro económico autosostenible, en fin, estableciendo todas las facilidades posibles para su éxito, el Estado sienta las bases de una institución

5 De 1944 a 1954 tuvo lugar una revolución democrática que buscaba transformar las condiciones sociales del

país. Acusada de comunista, fue cancelada el 27 de junio de 1954 luego de una campaña ideológica y militar anticomunista dirigida por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, la cual forzó la renuncia del Presidente Jacobo Árbenz. Más tarde, en 1962, Las Jornadas de Marzo y Abril estuvieron a punto

de deponer al general Miguel Ydígoras Fuentes (1958-1963), quien fuera derrocado finalmente por otro militar, el coronel Enrique Peralta Azurdia (1963-1966). La caída de Árbenz en 1954, la instauración de regímenes

militares y la represión que cae desde entonces sobre los movimientos sociales, entre otros factores, propiciaron el surgimiento en 1960 de las primeras guerrillas guatemaltecas y el inicio de un conflicto armado que se extendió hasta 1996. 6 Véase Decreto No. 1528 Ley de creación del Instituto de Recreación de los Trabajadores de Guatemala,

aprobado por el Organismo Legislativo el 29 de mayo de 1962 y por el Presidente de la República el 31 de mayo de 1962. Dicha ley entró en vigor el 1 de julio de 1962. Las citas sin llamadas de nota en las páginas que siguen

fueron tomadas de esa ley. 7 Según el Artículo 6º del Decreto No. 1528, el Instituto tiene a su cargo los siguientes fines: “a) organizar el

descanso de todos los trabajadores privados, utilizando todas las formas de recreación y aprovechamiento del tiempo libre; b) Organizar la educación cultural de los trabajadores durante su tiempo libre, procurándoles todos los medios de obtener instrucción elemental, complementaria, profesional y técnica; c) Organizar la educación física de los trabajadores, en todas sus formas; d) Desarrollar planes de mejoramiento de la economía

doméstica y de la vida familiar de los trabajadores, así como planes de asistencia social compatibles con el descanso de sus afiliados; e) Establecer y financiar centros vacacionales, jardines para trabajadores, centros sociales y deportivos, así como llevar a cabo cualquier otra actividad para recreación de los trabajadores privados y; f) Organizar una propaganda activa y eficaz, a fin de educar a la opinión a favor de la buena

utilización del tiempo libre por los trabajadores”.

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que aunque modestamente cumple sus propósitos durante más de tres décadas8. Pero el contexto político nacional diferente (en 1996 se firma la paz luego de 36 años de guerra interna) y la consolidación del modelo neoliberal favorable a los empresarios9, crearon condiciones para que Ricardo Castillo Sinibaldi, inamovible Presidente de la Junta Directiva de IRTRA10, asegurara sus posiciones y desarrollase, con fuerte inversión de capital estatal11, un complejo de parques y hostales destinados principalmente al turismo nacional e internacional12.

I.2 Los negocios de IRTRA

En efecto, la idea de hacer de IRTRA de Retalhuleu lo que es actualmente nació en 198113, pero el contexto político nacional lo había impedido: Guatemala se desangraba en medio de la guerra, los militares tenían el control del Estado y la

8 Hasta hace diez años, IRTRA era una institución dedicada exclusivamente a cumplir con sus objetivos:

contaba con sencillos parques recreativos y modestos albergues en diferentes lugares del país, prestaba un modesto servicio a las familias de los trabajadores de las empresas privadas afiliadas y se conformaba con obtener modestas utilidades para sostenerse de acuerdo con su ley. 9 La consolidación formal de la democracia, las millonarias campañas de los partidos de derecha, sumadas a la

desarticulación social y a una especie de desencanto ideológico por la izquierda, han hecho que los

guatemaltecos favorezcan con su voto la consolidación en el gobierno de los grupos de poder económico tradicional (miembros de la oligarquía, representantes de las cámaras empresariales, miembros de la clase dominante en general). Esta consolidación, en un contexto donde por décadas han privado las posiciones políticas e ideológicas extremas combinadas con una cultura de prepotencia, y donde los grupos de poder

económico han demostrado con los hechos su desinterés por un proyecto nacional, se ha traducido en el desmantelamiento del Estado, en la instrumentación de lo que queda de él para favorecer intereses personales o sectoriales y en la imposición, a todo nivel y en todos los ámbitos, de políticas neoliberales. Esto, en pocas palabras, ha favorecido la privatización de las empresas públicas y la consolidación de un modelo de Estado

pensado para facilitar los negocios privados. 10 De acuerdo con la ley que da vida a IRTRA: “Los miembros propietarios entre sí y por votación secreta,

elegirán cada año su Junta directiva, la que contará con un presidente, un tesorero, un secretario y vocales del uno al sexto. Los miembros de la Junta [Directiva] durarán dos años en el ejercicio de sus funciones y podrán ser reelectos, debiendo renovarse parcialmente cada año, en la forma que establezca el reglamento”. A pesar de la ley, el Presidente de la Junta Directiva de IRTRA lleva treinta y cinco años en el cargo. Claro, el artículo 7º no

dice que los miembros de la Junta Directiva no puedan reelegirse eternamente. La ambigüedad de la ley, sumada a la forma como se constituye la Junta Directiva, en la cual la representación de los empresarios es de lejos superior a la del Gobierno y a la de los trabajadores, es la que posibilita tal aberración: “La directiva del Instituto estará constituida por un representante del Organismo Ejecutivo, un representante de la Cámara de

Comercio de Guatemala, dos representantes de la Cámara de Industria de Guatemala, un representante de la Asociación General de Comerciantes Guatemaltecos, dos representantes de la Asociación General de Agricultores, dos representantes de los Trabajadores Organizados; y un suplente por cada una de las entidades mencionadas”. 11 Según el Programa de reactivación económica y social 2004-2005 y de acuerdo con el Presupuesto ejecutado

de esos mismos años, el Estado aportó Q143 millones en 2004 y Q78 millones en 2005 para la “Ampliación de Instalaciones del IRTRA en Retalhuleu”. Esos Q221 millones fueron utilizados así: “Ampliación de instalaciones IRTRA Reu (ampliación Xocomil, parqueo No. 3, nuevas cabañas y vertedero desechos); Construcción Hotel Polinesio”. Los aportes del Estado a los centros recreativos y vacacionales de los trabajadores públicos según los

presupuestos ejecutados son insignificantes en comparación con los que le asigna a IRTRA: Q11.5 millones en 2005 para gastos en recurso humano y Q15 millones en 2006 para inversión física. Estamos, pues, ante una desconcertante contradicción: en lugar de financiar los centros recreativos y vacacionales de los trabajadores públicos, el Estado financia los de los trabajadores privados. El problema se vuelve aún más grave cuando se

constata que IRTRA funciona cada vez más como un complejo privado para turistas nacionales y extranjeros. 12 Las altas tarifas de los parques y hostales hacen virtualmente imposible que los trabajadores privados

puedan disfrutar de sus instalaciones. De hecho, es cada vez más el turismo nacional e internacional el que las visita. 13 “Retalhuleu espera a más de 2 millones de turistas en 2006”, entrevista a Ricardo Castillo Sinibaldi, El

Periódico, 25 de febrero de 2006, p. 7. “Diseñados con la mejor tecnología”, entrevista a Ricardo Castillo Sinibaldi, presidente de la Junta Directiva del Irtra, Prensa Libre, Guatemala 26 de febrero de 2006, p. 11. “35 años de vivir para recrear”, entrevista con Ricardo Castillo Sinibaldi, Siglo XXI, Guatemala, 27 de diciembre de

2005, pp. 2-3. Las citas sin llamada de nota en esta sección fueron tomadas de estos documentos.

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inestabilidad política era el denominador común de la sociedad guatemalteca. Pero el Presidente de IRTRA, “hombre de ideas claras”, de “rostro serio y noble”, nunca abandonó sus proyectos: “Siempre tuve claro que los hoteles, además de hospedar, tienen que ser recreativos, como en Disney World”. “Desde que en 1981 nació la idea original hemos sido ambiciosos y siempre lo seremos”.

Fiel a sus ideales, trabajador, emprendedor, paciente, el Presidente de IRTRA debió esperar más de quince años para realizar parte de sus sueños: en 1997 inaugura el parque acuático Xocomil con capacidad para 8,000 personas y en 2003 el parque temático Xetulul en un área de 128,712 metros cuadrados. “Desde la inauguración de los parques temáticos Xocomil y Xetulul, afirma, se han recibido 1.5 millones de visitantes, y a los hostales San Martín, Santa Cruz y La Ranchería han llegado casi 10 millones de personas”. Mas la capacidad de trabajo del Presidente de IRTRA no tiene límites: “De la jubilación, ni hablar”,

dice: “Uno de los grandes errores es la jubilación. El que se jubila se muere. El hombre debe trabajar hasta que pueda, y eso es lo que yo pienso hacer”.

El inamovible Presidente de IRTRA, descendiente de la familia Castillo propietaria de uno de los monopolios cerveceros más grandes de Centroamérica, es un ejemplo de “honestidad y respeto a las instituciones donde ha laborado, y a las personas con quienes comparte”. Pese a ser miembro de una familia acaudalada, y no obstante su abolengo, nunca fue perezoso ni privilegiado: “Desde joven decidió apostarle al trabajo como una de las mejores armas para defenderse en la vida”. “No crean, dice, que porque era hijo de dueño tuve un cargo de categoría”, trabajaba como todos, fui “cargador de cajas” en la compañía de mi padre. “Así fui entendiendo que una persona, mientras más se supera trabajando, logra más metas”.

El Presidente de IRTRA, ciertamente, ha logrado poco a poco sus propósitos: a principios de 2006 inaugura cinco hoteles de lujo llamados Palajunoj con capacidad para 2,900 personas, y donde los visitantes podrán sentirse en África, Polinesia, Tailandia, Indonesia o en el Mundo Maya. Visionario, imaginativo, audaz, el Presidente de IRTRA, según los diarios y la televisión, es un hombre de negocios cuyo ingenio no tiene límites, pero sobre todo es un ciudadano ejemplar: “Creo que en diez años el Irtra va a sorprender a Guatemala, y los guatemaltecos se van a sentir muy orgullosos de esta institución”. Aún más, asegura, cuando comprueben que el parque temático Xetulul “muestra el origen y la historia de Guatemala y representa las ciudades europeas más importantes que han influenciado la cultura guatemalteca”14.

Pero el entusiasmo de este personaje, sus grandes proyectos, la idea genial de aprovechar el megaproyecto del nuevo Puerto de Champerico de su amigo el

Presidente de la República Oscar Berger15, el objetivo de llevar a más de dos millones de turistas a Retalhuleu en 2006, han encontrado serias discrepancias entre los hoteleros retaltecos que antes simpatizaban con sus proyectos. Si es cierto que los hoteles de la región se beneficiaron al inicio con el turismo generado por Xocomil y Xetulul, y que ello provocó gran entusiasmo entre la burguesía hotelera que vio aumentar la demanda del servicio y por ende sus

14 Véase Xetulul, La magia está en Guatemala, trifoliar publicitario de IRTRA. 15 Con el propósito de captar el turismo que llegará en cruceros a partir de diciembre 2007, se tiene pensado

articular el nuevo Puerto de Champerico con Xetulul, Xocomil y Palajunoj utilizando la abandonada línea férrea de los Ferrocarriles de Guatemala (FEGUA). Véase entre otros artículos: Inauguran proyecto de Champerico, El periódico, Guatemala, 22 de enero de 2006, p. 3. En marcha megaobra, Prensa Libre, Guatemala, 22 de enero de

2006.

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utilidades, no es menos cierto que la construcción de los hostales Palajunoj, la prestación del servicio de hotelería por el propio IRTRA, ha traído consigo la reducción sustancial de la demanda de hoteles en Retalhuleu y como consecuencia la de sus ingresos.

Casi con la idea de librar la última batalla ante un IRTRA que al principio la favorece y ahora la liquida, la burguesía hotelera retalteca busca apoyo financiero en los proyectos turísticos del Plan Puebla Panamá16, se inserta de lleno en el negocio del turismo y pone en movimiento a buen número de retaltecos que creen en las potencialidades turísticas del departamento. Aun cuando la mayoría de personas comprometidas con la promoción del turismo en Retalhuleu desconozcan la trama de IRTRA, y aun cuando pocas conozcan lo que plantea el Plan Puebla Panamá para la región, ellas constituyen un interesante laboratorio para el estudio de las dinámicas sociales y económicas y las relaciones de poder,

y el problema de identidad que por otra parte se les plantea en medio de la globalización.

II. Tensiones y contradicciones La inauguración en 1997 del parque acuático Xocomil y la apertura en 2003 del parque temático Xetulul, no habían provocado ninguna incomodidad entre la burguesía local ni ningún problema visible de identidad entre las clases medias que giran a su alrededor. Todo lo contrario. La impresión que las espectaculares obras del Presidente de IRTRA provocaban, les hacía pensar que la Capital del Mundo17 volvería a retomar los brillos de la época en que el cultivo del algodón robustecía la fortuna de las cinco o seis familias de la oligarquía local. En la sociedad retalteca, ciertamente, nadie se inquietaba por las obras de IRTRA. Si bien todos veían renacer en sus corazones un sentimiento de orgullo por Retalhuleu, pocos imaginaban lo que estaba detrás de Xetulul y Xocomil. En realidad, la idea de los parques no movió a nadie que no fuera al Presidente de IRTRA, hasta que empezaron a llegar las primeras noticias sobre la “vocación turística” de Retalhuleu, la reactivación del Puerto de Champerico y la construcción de grandes carreteras en el litoral de la Costa Pacífica. Aunque pocos sabían del Plan Puebla Panamá, y aunque poquísimos conocían sus proyectos, la idea de la vocación turística de la Tierra de Promisión18 empezó activar a ciertos retaltecos.

Pronto, en un lustro a lo sumo, los cinco hoteles que hasta entonces habían acogido a los escasos viajeros que llegaban a la ciudad por negocios, vieron

incrementar la demanda del servicio, y más pronto aún, una cantidad importante de hoteles, “bed and breakfast”, pensiones y hostales, empezaron a surgir en las cercanías de IRTRA y en la misma ciudad de Retalhuleu19. Todo, aparentemente,

16 Actualmente se está gestionando ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el proyecto “Desarrollo

competitivo del turismo cultural en comunidades mayas”, cuyo presupuesto alcanza U$1,400,000.00 y debe

ejecutarse en cuatro años. Dicho proyecto se inscribe en el marco de la Iniciativa de Turismo del Plan Puebla Panamá. 17 Calificativo utilizado muchas veces por los retaltecos para referirse a Retalhuleu. 18 Así le dicen algunos retaltecos a Retalhuleu. 19 Según Luis Carlos Boy, presidente de la Gremial de Hoteleros de Retalhuleu, actualmente existen alrededor

de 120 alojamientos entre hoteles cinco estrellas, pensiones y casas de huéspedes. El Periódico, 25 de febrero de

2006.

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empezaba a mejorar, a pesar de que la corrupción de las últimas administraciones municipales creaba un ambiente de ingobernabilidad. Así, el turismo comenzó a cobrar importancia, y cada vez más retaltecos se entusiasmaban con la idea de convertir a Retalhuleu en un “polo de desarrollo turístico de calidad mundial”.

Pero las ambiciones del Presidente de IRTRA iban más allá de las finalidades de la institución. No contento con abrir los parques a personas no afiliadas cobrando cuotas que excedían el “50% de su valor real” como lo señala la ley20, IRTRA empezó a prestar el servicio de hotel a turistas nacionales y extranjeros que, movidos por importantes campañas en los medios de comunicación, deseaban conocer el afamado complejo. Fue esto, justamente, lo que creó las primeras tensiones entre la burguesía local.

Viendo, ciertamente, que los negocios de IRTRA afectaban cada vez más los

suyos, los hoteleros de Retalhuleu crean una dinámica social que de diversas maneras busca neutralizar la “competencia desleal” de IRTRA. Con ese fin, diversas organizaciones empresariales, comités de vecinos y organizaciones no gubernamentales vinculadas a la actividad turística o empresarial21, constituyen un auténtico movimiento cívico que sin declararlo abiertamente se plantea entre otros objetivos mejorar la imagen de la ciudad, crear condiciones para competir con el complejo turístico de IRTRA, desarrollar el turismo en Retalhuleu, captar recursos del Banco Interamericano de Desarrollo y negociar con IRTRA. Mas las iniciativas locales enfrentan tres serios problemas: 1) el poder del Presidente de IRTRA es enorme; 2) la vocación turística de Retalhuleu es limitada y; 3) la identidad de los retaltecos que buscan promover el turismo cultural es contradictoria.

En efecto, el entusiasmo, la capacidad de trabajo y la dedicación con que la burguesía hotelera ha sabido conducir la dinámica social local, choca contra el poderío de uno de los miembros de la oligarquía nacional. En un acto casi desesperado, después de haber ganado la sede del III Congreso Nacional de Turismo ante un IRTRA que pretendía desarrollarlo en sus instalaciones, el sector turístico de Retalhuleu denuncia en Tak’alik abaj el problema desconocido por la mayoría de participantes en el Congreso. Con su asentimiento, la asamblea emite la Resolución en favor de reglas claras para todos los prestadores de servicios turísticos de Guatemala. Ella presenta el problema en toda su dimensión, pero también los límites de los empresarios retaltecos que lo enfrentan.

“Los participantes en el III Congresos Nacional de Turismo, que se efectuó en el

Parque Arqueológico Nacional Tak’alik Ab’aj el 2 de diciembre de 2005. Habiendo tomado nota del informe presentado por la Filial de CAMTUR en Retalhuleu, en el que

se destacan los esfuerzos realizados por sus miembros para eficientar al sector

turístico en esta zona del país, contribución que reconocemos y aplaudimos. Teniendo

presente que en dicho informe se hace referencia a los proyectos, objetivos y

actividades del Instituto de Recreación de los Trabajadores de la Empresa Privada de

Guatemala (IRTRA), particularmente en lo que respecta a los hostales que ha impulsado y administra en Retalhuleu. Reconociendo el importante papel

20 De acuerdo con el artículo 13 del decreto número 1528, “El producto de las cuotas mínimas que la Junta

directiva fijará por los servicios que presten los centros de recreación, que nunca será mayor del 50% de su valor real”. 21 Entre las más importantes, la Gremial de Hoteleros, la Cámara de Turismo (CAMTUR), el Grupo Gestor, el

Comité de Autogestión Turística (CAT), los integrantes del programa “Pasemos a Reu en Limpio”, la Asociación

de Vecinos de Retalhuleu (ASOVER).

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desempeñado por el IRTRA en la región y el ofrecer a los trabajadores de Guatemala

funcionales y modernos sitios de recreación y parques de diversión, así como centros de alojamiento, gracias a los recursos cotizados mensualmente por los propios

trabajadores y empresarios privados, así como a las diversas exoneraciones que el

Estado le ha concedido en función de los servicios de interés social que presta a la

clase trabajadora. Constatando con preocupación, como se deriva del informe

presentado por la filial de CAMTUR, que adicionalmente a los servicios que por ley le

corresponde brindar a sus beneficiarios el IRTRA también presta servicios de diversión, esparcimiento, alojamiento, alimentación y toda clase de eventos a personas no

trabajadoras del sector privado, incluso extranjeras, sin que los mismos estén

sometidos al régimen impositivo, de control y supervisión al que por ley están sujetos

restaurantes, hoteles y centros de convenciones y otros operadores turísticos de

Guatemala, lo que incluso afecta los ingresos del Estado. Convencidos que esta situación claramente configura un típico caso de competencia desleal, o de dumping

interno indebido, que no es sano ni conveniente para el fortalecimiento del sector

turístico nacional, que en esas circunstancias no puede competir en igualdad de

condiciones. RESUELVEN: Encargar a la Junta Directiva de CAMTUR que gestione

ante la Junta Directiva del IRTRA que el mismo circunscriba sus funciones y servicios

a lo que su ley de creación estipula expresamente. En caso que la Junta Directiva del IRTRA estime conveniente a sus intereses seguir prestando sus servicios a personas no

beneficiarias por ley de los mismos, se considera procedente solicitarle que se someta

al mismo régimen al que están sujetos los hoteles, restaurantes y centros de

convenciones de Guatemala y demás prestadores de servicios turísticos, de manera

que no gocen de un privilegio indebido e inconveniente. En caso no se logre ningún acuerdo responsable y maduro, le pide a la Junta Directiva de CAMTUR denunciar

ante las autoridades correspondientes esta competencia desleal, que afecta el

desarrollo del sector turístico nacional, en desmedro del fortalecimiento de la economía

nacional, con el fin que se tomen las medidas que las circunstancias exijan”.

La resolución de Tak’alik abaj es esclarecedora. IRTRA, violando

flagrantemente la ley, incumple sus objetivos y funciones cuando presta una serie de servicios a personas que no son trabajadores afiliados del sector privado. Pero además, al ampararse en el artículo 21 del decreto 1528 que lo exonera del pago de “impuestos, derechos, tasas, contribuciones y demás cargos fiscales creados o por crearse…”, evade el pago de impuestos al Estado por los servicios que presta a turistas nacionales y extranjeros. Pero la resolución de Tak’alik abaj, no obstante el atrevimiento de los hoteleros retaltecos que la impulsaron, se queda tímida ante la realidad de los hechos. Cuidándose seguramente del poderío de los dueños de facto de IRTRA, sus signatarios le inculpan simplemente de “competencia desleal”, dejando paradójicamente a criterio de los que maniobran la ley decidir lo que estimen “conveniente a sus intereses”.

La respuesta a lo planteado en el III Congreso Nacional de Turismo, en todo caso, no se hizo esperar. En medio de un acto al que asistieron “el vicemandatario Eduardo Stein, así como el presidente del IRTRA Ricardo Castillo Sinibaldi, y más de mil invitados”, el 25 de febrero de 2006 el Presidente Oscar Berger inaugura el hostal Palajunoj: después de “reconocer como positiva la labor realizada por el IRTRA”, hace público que “ha propuesto a Castillo un proyecto para impulsar el desarrollo turístico de Petén, que incluiría infraestructura hotelera, a fin de que los turistas alarguen su estancia en ese lugar”22.

22 Prensa Libre, 26 de febrero de 2006, p. 11.

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Además de tropezar con el poder del Presidente de IRTRA, decíamos, las iniciativas de los empresarios retaltecos deberán enfrentar los límites que les impone la vocación turística del departamento. En efecto, cegados por cierto localismo, los retaltecos que promocionan las playas, la ecología y la cultura de la localidad, no caen en la cuenta de que la competencia nacional e internacional es grande y que Retalhuleu, región de tierras agrícolas principalmente, se encuentra en una posición desventajosa: si es cierto que el departamento posee costas en el mar Pacífico, clima y bosques tropicales y un sitio arqueológico en proceso de restauración, también es verdad que sus ofertas turísticas son menos atractivas que las de otros departamentos de Guatemala (El Petén, Las Verapaces, Izabal) y las de otros países de la región (México, Centroamérica y El Caribe).

El problema del desarrollo turístico de Retalhuleu se complica todavía más, cuando se comprueba que una contradicción en la identidad de los retaltecos

impide que aprovechen el potencial cultural de las comunidades indígenas. Efectivamente, frente a los desafíos que les plantea la actividad turística, y para competir en cierta manera con Xetulul y Xocomil, muchos retaltecos que antes eran indiferentes a la cultura indígena, ahora recurren a ella presentándola como parte de sus referentes identificatorios: la civilización maya presente en Tak’alik abaj, las comidas típicas k’iche’s (el chojín), las tradiciones aún vivas entre los k’iche’s de San Sebastián y el orgullo por la existencia de dos pueblos mayas en Retalhuleu (los k’iche’s de San Sebastián y los mames de El Asintal). Pero el discurso, a veces cargado de una desconcertante emoción, no se identifica necesariamente con lo que desarrollan, ni mucho menos con la inclusión en sus planes de los indígenas de la región.

De suerte que los proyectos turísticos de los empresarios retaltecos (excepto los que se enmarcan en la Iniciativa de Turismo del Plan Puebla Panamá) carecen de los referentes identificatorios que dicen tener, y la participación indígena en la promoción y puesta en valor de su cultura no deja de ser una ilusión. En el Grupo Gestor23, por ejemplo, la dirección está a cargo de una empresaria “indígena” de San Sebastián, quien alienada sin duda por el colonialismo interno y la discriminación racista, ve la cultura indígena como folclore y no como expresiones materiales, espirituales e intelectuales de un pueblo. Es esta actitud justamente la que explica que en el III Congreso Nacional de Turismo la participación indígena haya sido ilusoria: de no haber sido por cuatro representantes del Centro de Estudios de la Cultura Maya (CECMA) que sirvieron de “muestra” a los organizadores para testimoniar de la autenticidad de sus propósitos, la presencia indígena ciertamente hubiese sido nula.

El problema de la participación de los pueblos indígenas en las actividades

relacionadas con el turismo es tanto más difícil, que los miembros de CECMA llegados de la capital asumen que deben “tocar el corazón de los empresarios” para ganarse el derecho a participar en los proyectos que conciernen directamente a las comunidades indígenas24. Ya sea por desinformación, ya sea por discriminación, la presencia del indígena en el ambiente del turismo sigue siendo inexistente. Esto a pesar de que Efraín Asij Chile, diputado de uno de los

23 Organizaciones pro-empresariales estructuradas a nivel nacional con redes locales en todo el país e

impulsadas por un prominente miembro de la burguesía quetzalteca. Debe decirse sin embargo que el verdadero inventor y promotor del concepto es el Banco Interamericano de Desarrollo. 24 Durante el III Congreso Nacional de Turismo en Tak’alik abaj, luego de la presentación del Proyecto

“Desarrollo competitivo del turismo cultural en comunidades mayas”, el representante de CECMA se expresó en

esos términos.

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partidos de derecha, presidente de la Comisión de Turismo del Congreso y promotor formal de la Iniciativa de ley No. 3313 que busca privatizar el Instituto Guatemalteco de Turismo, es indígena. Pero, ¿qué es el complejo turístico de IRTRA?

III. El complejo turístico de IRTRA ¿Qué hace esta cosa en este lugar? Tal fue la expresión de extrañeza de un geógrafo español a su llegada al parque temático Xetulul, luego de recorrer el Altiplano y la Costa Sur. Su pregunta, no sólo plantea un problema a los investigadores de las ciencias sociales, sino también refleja la percepción de muchas personas que, teniendo la experiencia de conocer la Guatemala profunda y la suerte de contar con otras referencias culturales, saben que eso que los medios de comunicación aplauden, choca con la realidad del país.

La expresión de nuestro amigo español nos conduce necesariamente a hacer una reflexión en torno a la idea implícita en su pregunta. ¿Acaso quiso decir que el parque temático Xetulul (esa “cosa”) no tiene nada que ver con el lugar (San Martín Zapotitlán, Retalhuleu) donde está colocado? O, ¿quiso decir más bien que Xetulul como elemento constitutivo del lugar no permite pensar ni las relaciones ni la identidad compartida de los elementos distintos y singulares que lo ocupan? ¿Fue acaso el espectáculo que produce un no lugar lo que le hizo reaccionar de esa manera? La expresividad del español, en todo caso, contrasta con el deslumbramiento de unos guatemaltecos que visitan el lugar y la indiferencia de otros que lo recorren.

Numerosos visitantes, en efecto, quedan impresionados por las “maravillas” de IRTRA, salen deseando volver, y hacen de Xetulul, Xocomil y Palajunoj un símbolo de status social y económico. Buena parte de indígenas, sin embargo, recorren el parque de manera impasible, no externan emociones, sabidos de que se encuentran ante una “ilusión”. Su actitud nos conduce a pensar que su falta de identificación con lo que ven en Xetulul hace que no reaccionen ante lo que tienen frente a sí. Sin embargo, se sabe que la reserva, la discreción o la prudencia son estados de ánimo casi naturales en la mayoría de indígenas, lo cual nos lleva a formular la hipótesis de que su actitud, esa manera de conducirse por el parque, se explica más bien por el (re) conocimiento que hacen del lugar.

¿Es posible afirmar que la actitud de (re) conocimiento de esos indígenas se explica por el hecho de que para ellos lo extraño en Xetulul (la plaza España, la plaza Francia, la plaza Italia, la plaza Alemania/Suiza) no es nuevo? ¿La actitud de los guatemaltecos (ahí incluidos numerosos emigrantes mestizos e indígenas) que ven en Xetulul un símbolo de status está relacionada con la alienación que les produce el “sueño americano”? ¿La reacción del español se explica por el impacto que le provoca encontrarse con un no lugar? Para responder estas preguntas, conozcamos primero el escenario.

III.1 San Martín Zapotitlán

A 180 kilómetros de ciudad Guatemala, muy lejos ya del ruido, del humo y del stress que produce la falta de planificación urbana, luego de un recorrido por la

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Costa Pacífica en dirección a la frontera con México, y luego de un descenso de aproximadamente cuarenta kilómetros que permite observar las otrora frondosas y calurosas planicies de Escuintla, se encuentra el municipio de San Martín Zapotitlán. Su gente, morena y enjuta, refleja en su rostro la huella de un sol ardiente, de un calor intenso, y el peso del dolor provocado por la dureza de las primeras encomiendas y repartimientos, del trabajo forzoso que afectó al “indio” hasta 1945 y las penurias todavía existentes en las grandes plantaciones de la región donde vende su fuerza de trabajo en condiciones deplorables. Como una herencia que debe aceptar sin quererla, se yergue frente a él todo ese cúmulo de maldiciones acarreadas por la invasión española de 1524. Estamos frente a un pueblo triste, sin plaza, sin centro, ante una población que con su silencio y desconfianza relata su melancolía. Melancolía por un pasado lejano, de bosques tropicales, de frutas silvestres y animales salvajes, de tierras abundantes.

A un lado de la plazoleta, en un pequeño árbol ataviado de animales que hace pensar en la mitología k’iche’, una pequeña iglesia vacía cuidada sutilmente por la señora que en sus escasas gradas vende por unos cuantos centavos deliciosos elotes cocidos producidos por los campesinos del lugar. Sentados en las bancas, en mudo silencio algunos vecinos observan cada uno de nuestros movimientos. Sobre un costado una biblioteca que permanece cerrada casi todo el tiempo, y enfrente, la casa de un “cacique” del pueblo, alcalde por varios períodos del municipio de Champerico. Una pequeña cafetería situada en el otro extremo de la plazoleta, a un lado de la iglesia y de la casa que ocupa la municipalidad, da la bienvenida a la gente que desciende de las camionetas o taxis procedentes de Retalhuleu, San Sebastián o Santa Cruz Muluá; o bien de Quetzaltenango, Almolonga o Zunil. A lo largo de la carretera que conecta San Felipe y San Martín, en medio del verdor de los árboles que han resistido la deforestación, del calor intenso del trópico, las amplias instalaciones del Seminario Presbiteriano, una que otra casa sencilla, muchas lotificaciones y varias urbanizaciones en venta a precios descomunales gracias a la plusvalía adquirida por la construcción de los parques de IRTRA.

Bicicletas-taxis, clásicos medios de transporte de los países tropicales del Tercer Mundo, permiten observar el muro levantado en ambos lados de la carretera para cercar la finca donde se encuentran las instalaciones del ahora llamado Instituto de Recreación de los Trabajadores de la Empresa Privada. La opulencia del lugar, identificado con un enorme “Bienvenidos al IRTRA”, contrasta de lejos con la pobreza del pueblo, con lo que se observa a lo largo del camino a San Andrés Villa Seca y las condiciones de vida de los campesinos que trabajan en las fincas. La tristeza de San Martín Zapotitlán se acaba con la

algarabía de unos niños que juegan en las calles del pueblo, y el andar parsimonioso de una morena del lugar.

III.1.1 Xetulul

Es un día normal, casi no hay turistas, e IRTRA decide crear promociones para los habitantes de la zona: entrada libre para los niños de las escuelas, tarjetas a precios especiales para los juegos, entrada gratuita a no afiliados que se identifiquen con la cédula de vecindad de determinado departamento. Una sola restricción: no se permite entrar alimentos y quien desee disfrutar de los parques debe comer en los restaurantes, “bistros” o “snacks”.

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Pedro Pérez, trabajador de una empresa de la capital, aprovechando el descanso de fin de semana viaja con su esposa y tres hijos a IRTRA de Reu25. El trayecto fue fácil. No tuvo que usar el tricket para cambiar neumáticos ni detenerse en la gasolinera para enfriar el radiador, la carretera estaba despejada, sólo se detuvo unos segundos para pagar el peaje de la moderna autopista de Escuintla.

Llegó a las once, se estacionó en el parqueo del nuevo complejo de hostales Palajunoj, bajó las maletas, presentó su carne de afiliación y pagó Q210 por una habitación doble en el hostal Polinesio. El nuevo complejo recreativo, decía a su familia repitiendo lo que había leído en los diarios, está construido con la mejor tecnología y ha sido inspirado, decorado y ambientado con temas de diferentes culturas del mundo. Miren, decía observando los cinco edificios (cuatro de dos niveles y uno de cuatro), están perfectamente decorados y acabados, como los de

Disney, y lo bueno es que don Ricardo respetó el entorno natural. Miren allí, todavía se pueden ver algunas ceibas centenarias y ciertas variedades de la flora y fauna autóctona.

Caminó con su familia en un largo pasillo guiado por un empleado del hostal, dio una pequeña propina al muchacho que le ayudó con las maletas, cerró la puerta, encendió el aire acondicionado y se echó a la cama. Vieron, dijo, los acabados, las combinaciones y los contrastes en tonos de pintura que van desde el piso hasta el techo. Observaron el corredor. Así eran los hoteles cinco estrellas en que me hospedaba en Los Ángeles. Es fantástico, aquí dentro uno se siente como en los Estados Unidos o en cualquiera de los hoteles cinco estrellas de la Zona Viva de la capital. IRTRA si que ha crecido gracias a don Ricardo continúo murmurando. Antes sólo había espacio para 1,840 personas, pero con la apertura de Palajunoj ahora pueden hospedarse hasta 2,900. Es enorme, son 40 mil metros cuadrados en todo el complejo. Los empresarios si que son eficientes, tanto que ahora IRTRA recibe más turistas que trabajadores. No se si lo leyeron, pero los diarios anunciaron que Retalhuleu recibirá a más de 2 millones de turistas en 2006. ¡Qué negociazo!

Desvelado por la fiesta con sus amigos de la noche anterior, Pedro dio media vuelta y empezó a roncar. Su esposa y sus hijos trataban de comprender lo que habían visto al llegar: moles de cemento similares a los edificios de apartamentos de la zona 14, cabezas alargadas de venado, dragones, máscaras africanas, bambú, ceibas, mascarones mayas, lámparas de calle, pavo reales, techos amorfos, pasillos enormes, palabras raras (Nakuru, Kalimatán, Uaxactún, Mandalay), 5215, 5218, Tailandia, África, Indonesia, Mayas, Papeete, rojo, negro, verde, celeste, piscinas, jardines, piedras acomodadas sobre la grama,

mascarones gigantes, caminos de cemento, Palajunoj, camas, floreros, lámparas de noche, armarios, lámparas de techo, muebles de sala, imágenes de colores, parqueos en el subsuelo, block, “Favor NO molestar”, “Do NOT disturb”, “Ne PAS déranger”, “Bitte NICHT stören”, Guatemala, C. A., Los Hostales del IRTRA, figuras de hombrecillos, gradas, mozos uniformados, grandes sombrillas africanas de cemento, arcos, flechas, pepsi, cables, televisores, balcones…

Saboreaban la impresión que les producía a la vez el desconcierto por tanta cosa y más íntimamente la certeza de estar en otro lugar. Bueno muchá26, prepárense porque vamos hacer un viaje por el mundo. ¿Acaso hoy el mundo no

25 Contracción de Retalhuleu. 26 Expresión guatemalteca derivada posiblemente de la palabra “muchachos”.

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es ese montón de babosadas que estamos viendo aquí? Despierten a Pedro, díganle que ya es hora de comer. Es la una. Tailandia nos espera en el restaurante.

Como en cualquier hotel cinco estrellas: meseros sonriendo discretamente, una carta, platos exóticos, precios exorbitantes. Pedro y su familia se conformaron finalmente con hamburguesas tailandesas, sodas y ensalada. Q225 más, pensaba Pedro. Casi igual que en MacDonalds.

Mientras caminaban hacia Xetulul, Pedro pensaba en las ventajas de ser trabajador del sector privado: Q210 de hotel, Q225 de comida… Era la oportunidad de mostrarle a su familia como son los parques en Estados Unidos. Ah, suspiraba Pedro recordando sus viajes a Los Ángeles, bueno es que ya no tengamos que viajar a los USA para disfrutar de un buen parque de diversiones. Abrió la guía de Xetulul e imaginó, siguiéndolo con el dedo, el itinerario del

posible paseo: Guatemala, España, Alemania, Suiza, Francia e Italia, seis países en un abrir y cerrar de ojos. Leyó para sí la guía del parque (“La magia del Gran Parque de Diversiones Xetulul es un escenario arquitectónico que muestra el origen y la historia de Guatemala y representa las ciudades europeas más importantes que han influenciado la cultura guatemalteca…”) y con satisfacción comentó a su familia: escuchen, aquí dice que vamos a ver las ciudades europeas que más han influenciado la cultura guatemalteca. Llegaron a la garita, casi no hicieron fila pues no era temporada de turistas, mostró su carné de afiliación y compró un “pasaporte” de Q50 para acceder a los juegos.

Caminaron hacia la entrada y un pequeño tren “transcostero de principios del siglo XX” sonó su sirena casualmente anunciando su arribo a la plaza chapina27: simulacro de edificios de la capital colonial transformados en restaurantes “gourmet”, reproducción a escala de la Iglesia de San Martín Acasaguastlán acondicionada como venta de artesanías, payasos haciendo muecas como los de Disney World, un canario adivinador a la mejor manera de las ferias guatemaltecas, una “mini montaña rusa” detrás de la iglesia, casonas y edificios del “pueblo guatemalteco” dispuestas también para negocios. Durante un momento recorrió con la mirada la plaza chapina y luego continúo su paseo con toda tranquilidad. Pero lo que más le impresionó fue la reproducción a escala de la pirámide del Gran Jaguar. Caminó en esa dirección, atravesó un puente decorado con una especie de símbolos mayas, y desde allí pudo divisar las ciudades europeas que había visto en la guía. Todo está muy bien ordenado se decía. El mundo en un solo lugar, que maravilla.

Se detuvieron un leve momento delante la pirámide. Miren, dijo a su familia, este templo fue construido por los antiguos mayas en Tikal. Es impresionante lo

que hizo esa gente. Lástima que desaparecieron, algunos dicen que eran extraterrestres. Bueno, dijo la esposa, tal vez eso hayan querido representar aquí. Una pirámide solitaria, puesta a un lado, como un mundo aparte, sin conexión con Guatemala.

Continuaron la marcha hacia la plaza España. Desde lejos, Pedro observó que no estaban solos: que “indial”28, se dijo, estos ya visitan estos lugares. Siguió admirando las bellezas de España sin dejar de observar a los otros visitantes. Que raro, pensó, caminan impasibles, como si nada, como si ya conocieran, o

27 Nadie, en realidad, sabe con certeza lo que significa la palabra “chapín”. Nadie, por lo demás, se identifica

verdaderamente con ella. Sin embargo, la burguesía guatemalteca la usa corrientemente y trata de imponerla generalizando su uso a través de campañas masivas de publicidad. 28 Palabra despectiva para referirse a un conglomerado importante de indígenas.

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como si no les interesaran las cosas de los otros. “Indios” cerrados, se dijo nuevamente, sólo sus babosadas les interesan.

Sevilla, Córdova, Granada, Zaragoza, Santander, Málaga, Toledo, Navarra, Segovia, Teruel, Aragón, Santillana, Cádiz, Barcelona, Toledo, Pontevedra, La Alambra, Constanza, Lucerna, París, Roma, Venecia… El mundo en unos minutos se dijo. Tuvo la sensación de que el planeta se le achicaba, que podía trasladarse de un lugar a otro en segundos. Aterrizó en España al ver un barco lleno de gente que se mecía de un lado a otro. El Galeón, leyó en la guía del parque y pensó: en barcos como estos debieron haber llegado los españoles. ¿Pérez? ¿De dónde vendrá mi apellido? Mi padre decía que uno de sus bisabuelos era español…

Entusiasmados con los juegos, decidieron utilizar el pasaporte que compraron en la entrada: el Galéon, La Avalancha, Estrugensen, Il Ciclone... Pedro sintió

disfrutar verdaderamente: los jalones de los aparatos, las vueltas, los gritos de la gente, las carcajadas, en suma, las relaciones casi imperceptibles que establecía con los otros. Es el único lugar donde nos juntamos todos, se dijo íntimamente. Observó además que los paseantes sigilosos no eran indiferentes a los juegos. Esto si les gusta, pensó. ¿De donde serán estos? ¿De Zunil, de Almolonga…? Seguro que aprovecharon la promoción de las cédulas de vecindad.

Por un momento, Pedro y su familia olvidaron la ansiedad que les provocaba tener que ver tantas cosas, y se dedicaron a disfrutar de los juegos. Cansados por el zarandeo, pasaron casi corriendo por Francia e Italia, olvidando detenerse siquiera un momento en Suiza y Alemania. Vamos a bañarnos a Xocomil muchá, dijo Pedro. Ya podemos decir que conocimos todos estos lugares.

IV. ¿Lugar o no lugar?

Si un geógrafo español, decíamos, se sorprendía por la existencia de Xetulul en San Martín Zapotitlán, si cierto tipo de guatemaltecos quedaba deslumbrado ante las maravillas del lugar y si muchos indígenas parecían indiferentes ante el choque que en principio debía producirles el emplazamiento de Xetulul en San Martín Zapotitlán, era precisamente porque sus reacciones reflejaban en alguna medida sus percepciones y porque éstas en todo caso son subjetivas. Ahora bien, a través del tiempo se ha desarrollado una importante reflexión sobre el tema del espacio, la cual puede permitirnos conocer los rasgos comunes o distintivos del lugar.

Louis Marin29, tomando la definición aristotélica de Furetière30, define al lugar como la “superficie primera e inmóvil de un cuerpo que rodea a otro o, para decirlo más claramente, el espacio en el cual un cuerpo es colocado”. “Cada cuerpo ocupa su lugar” agrega aquél citando el ejemplo de éste para explicar mejor la concepción aristotélica del lugar. Si analizamos esta definición, encontraremos que puede servirnos para comprender lo expresado por el geógrafo español luego de la sorpresa que le produjo Xetulul: la existencia de “una cosa” en “un lugar”. Sin embargo, tal concepción no satisface plenamente nuestras

29 Louis Marin, Le lieu du pouvoir à Versailles, en La Production des lieux exemplaires, Les Dossiers des

sémanaires, TTS, p. 89. Citado por Marc Augé, Los no lugares, p. 59. 30 Véase Marc Augé, Los no lugares, p. 59. Las citas sin llamadas de nota en las páginas que siguen fueron

tomadas de esta obra.

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expectativas teóricas, pues la ocupación singular y exclusiva de un cuerpo en una superficie que lo envuelve, como señala Marc Augé, “es más la del cadáver en su tumba que el cuerpo naciente o vivo”31.

Michel de Certeau32, por su parte, piensa el lugar, cualquiera que fuere, como el orden “según el cual los elementos son distribuidos en sus relaciones de coexistencia”. Aunque descarta que dos cosas ocupen el mismo lugar, acepta que cada uno de sus elementos constitutivos esté al lado de los otros. En un “sitio” propio, dice Certeau, quien define el lugar como “una configuración instantánea de posiciones”. A este nivel del análisis se deduce que en un mismo lugar pueden coexistir elementos distintivos y singulares sin que ello impida pensar las relaciones y la identidad compartida que les confiere la ocupación de un lugar común. Pero, ¿qué es el lugar antropológico de que nos habla Marc Augé y que por lo demás le permite definir los “no lugares” de la “sobremodernidad”?

En el lugar antropológico, según Augé, existe una “marca social del suelo” que delimita un espacio, y es precisamente el “dispositivo espacial” de cada lugar lo que “expresa la identidad del grupo (los orígenes del grupo son a menudo diversos, pero es la identidad del lugar la que lo funda, lo reúne y lo une)”. De suerte que la identidad del lugar como la del grupo e individuo que lo crea y que a la vez se define a partir de él, es fundamental: “cuando las aplanadoras borran el terruño, cuando los jóvenes parten a la ciudad o cuando se instalan “alóctonos”, en el sentido más concreto, más espacial, se borran, con las señales del territorio, las de la identidad”.

Puede decirse, por lo tanto, que en el lugar antropológico “la organización del espacio y la constitución de lugares son, en el interior de un mismo grupo, una de las apuestas y una de las modalidades de las prácticas colectivas e individuales”, que hacen que tanto “las colectividades (o aquellos que las dirigen), como los individuos que se incorporan a ellas”, tengan la necesidad de pensar simultáneamente la identidad y la relación simbolizando “los constituyentes de la identidad compartida (para el conjunto del grupo), de la identidad particular (de tal grupo o de tal individuo con respecto a los otros) y de la identidad singular (del individuo o del grupo de individuos en tanto no son semejantes a ningún otro)”.

Esto es justamente lo que lleva al autor a “reservar” el término “lugar antropológico” para esta “construcción concreta y simbólica del espacio” que da “sentido” a los lugares que tienen por lo menos tres rasgos comunes. Se consideran identificatorios (en el sentido de que un cierto número de individuos pueden reconocerse y definirse a través de él), relacionales (en el sentido de que cierto número de individuos, los mismos, pueden leer la relación que les une con

los otros) e históricos (en el sentido de que los ocupantes del lugar pueden reencontrar las huellas diversas de una implantación antigua, las señales de una filiación).

Pero el propósito de Augé no es definir el lugar. Nuestro autor hace más bien un ejercicio de erudición que le permite mostrar los límites del enfoque etnológico localizado en el espacio y en el tiempo, y emprender el estudio de los fenómenos en curso de las sociedades contemporáneas: la aparición y proliferación de “no lugares”. Augé, en otras palabras, no comparte la “tentación de totalidad” de la

31 Ibid., p. 59. 32 Véase Michel de Certeau, L’Invention du quotidien. 1. Arts de faire, edición de 1990, Gallimard, “Folio-

Essais”.

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tradición etnológica inspirada en Marcel Mauss que da sustento teórico al lugar antropológico. El objeto del etnólogo, dice, son las sociedades localizadas en el espacio y en el tiempo, donde todos los hombres son representativos (“medios” según Mauss) y donde su localización en el tiempo y en el espacio es fácil de efectuar: “vale para todos”. Esto, según Augé, dificulta pensar las transformaciones espaciales en curso en los contextos de sobremodernidad donde todo es exceso y donde, sobre todo, el individuo ocupa una plaza central, no reservada en las sociedades estudiadas por los etnólogos.

Renovar el método antropológico, adaptarlo al estudio de las sociedades modernas, estudiar las transformaciones aceleradas de “los mundos contemporáneos”, es lo que lleva a Marc Augé a pensar el no lugar. Los no lugares son la expresión más acabada de la sobremodernidad o, como diría el propio autor, “la sobremodernidad (que procede simultáneamente de las tres

figuras del exceso que son la superabundancia de acontecimientos, la superabundancia espacial y la individualización de las referencias) encuentra naturalmente su expresión completa en los no lugares”.

Es el momento de saber lo que entiende Augé por no lugar. Si un lugar se define como lugar de identidad, relacional e histórico como quedó dicho, los no lugares serán aquellos espacios que no se definen “ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico” y que, contrariamente a la modernidad, no integran los lugares antiguos. Se habla entonces de “dos realidades complementarias pero distintas: los espacios constituidos con relación a ciertos fines (transporte, comercio, ocio), y la relación que los individuos mantienen con esos espacios”.

Pero debe tenerse presente que un no lugar, al igual que un lugar, no existe en forma pura. No es por tanto algo acabado: se recompone y las relaciones se reconstituyen. Para el sabio francés, “el lugar y el no lugar son más bien polaridades falsas: el primero no queda nunca completamente borrado y el segundo no se cumple nunca totalmente”. Son, en otras palabras, “palimpsestos donde se reinscribe sin cesar el juego intrincado de la identidad y la relación”. Son, ciertamente, la “medida de la época”, medida susceptible de cuantificarse “adicionando, después de hacer algunas conversiones entre superficie, volumen y distancia, las vías aéreas, ferroviarias, las autopistas y los habitáculos móviles llamados “medios de transporte” (aviones, trenes, automóviles), los aeropuertos y estaciones ferroviarias, las estaciones aeroespaciales, las grandes cadenas hoteleras, los parques de recreo, los supermercados, la madeja compleja, en fin, de las redes de cables o sin hilos que movilizan el espacio extraterrestre a los fines de una comunicación tan extraña que a menudo no pone en contacto al

individuo más que con otra imagen de sí mismo”. Estamos, pues, ante un nuevo fenómeno: la emergencia de espacios contemporáneos de confluencia anónimos, en los que personas de paso se instalan durante el momento de la espera y donde personas que nunca se volverán a encontrar tienen apenas la posibilidad de intercambiar un furtivo cruce de miradas. Los no lugares, en otras palabras, son los espacios del anonimato característicos de una situación de sobremodernidad en los mundos contemporáneos.

Pero volvamos al problema que motivó esta discusión. Xetulul, de acuerdo con

las definiciones del lugar que hemos analizado, no contiene en sí los rasgos comunes que permitirían definirlo como tal: no es un espacio de identidad pues los individuos que lo visitan no se reconocen en él; no es relacional, o casi no,

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pues las relaciones que se establecen entre los visitantes son de paso; y no es histórico puesto que sus ocupantes son pasajeros de un viaje que no permite a nadie reencontrar las huellas de una fundación antigua, ni los signos de una filiación.

A este nivel del análisis sentimos la tentación de concluir diciendo que Xetulul es un no lugar, pues ni la identidad ni la relación ni la historia están simbolizadas. Pero, ¿conviene terminar así? ¿Hemos agotado realmente el problema? Los no lugares estudiados por Augé, recordemos, son típicos de una situación de sobremodernidad que no existe en Guatemala, lo cual nos obliga a matizar el concepto. ¿Cómo explicar entonces la existencia de un no lugar en San Martín Zapotitlán? ¿Acaso pueden existir no lugares en sociedades cuyos niveles de progreso impiden inclusive hablar de modernidad?

La existencia de Xetulul es posible en la medida en que sus ideólogos,

marcados por indefiniciones en su identidad, toman de todas partes, de fuera, creyendo encontrar allí los referentes de la identidad nacional33. Xetulul es un no lugar, decíamos, pero no lo es de la sobremodernidad del tipo caracterizado por Augé. Está ciertamente lejos de serlo pues los no lugares de la sobremodernidad, aunque no sean identificatorios ni relacionales ni históricos, no se inspiran de modelos o ideas extranjeras alienantes. Se crean en un lugar, se configuran como tal sin contrastar con el lugar, pues las condiciones mismas del desarrollo así lo exigen. Uno puede estar en París, por ejemplo, pasearse por sus lugares (Montmartre, la Seine, Quartier Latin…), encontrar un mundo, es decir, una historia antiquísima, las señales de una filiación y por supuesto una identidad, salir de allí y dirigirse a cualesquiera de los no lugares de que habla Augé, y a pesar de experimentar ese “furtivo cruce de miradas entre personas que nunca más se encontrarán”, no sentir la confusión que provoca Xetulul. En otras palabras, los no lugares de la sobremodernidad francesa responden a la necesidad de desarrollo de las ciudades, de las regiones o del país, no son copia de nada y en todo caso, su arquitectura, su estilo, la tecnología allí presente, muestran lo que la planificación urbana y territorial es capaz de hacer. Y aunque los referentes identificatorios y relacionales se esfuman en un mundo donde el individuo sólo se encuentra a sí mismo, esos no lugares, bien o mal, son un símbolo de progreso.

¿Qué es entonces el complejo turístico de IRTRA, una “ensalada global”? Xetulul, ciertamente, no es un lugar de modernidad pues estilísticamente no integra lo antiguo en lo moderno ni preserva las temporalidades del lugar. Tampoco es un no lugar de la sobremodernidad pues en Guatemala ni el capitalismo ni los valores de la democracia ni el individualismo tienen plena

vigencia. No es ni siquiera un no lugar a la “americana” pues Xetulul dista mucho de ser Disney World. Los no lugares norteamericanos se inspiran de la “cosmología” norteamericana, es decir, responden a esa cultura, no chocan con el paisaje “americano”, lo alimentan más bien, son su representación. Xetulul, en realidad, es un bicho raro, una implantación barroca y desacertada de “cosas”, de opulencia en medio de la pobreza, en un país todavía colonizado.

33 El origen de la familia del Presidente de IRTRA, se dice, remonta a la conquista. Existe un libro de reciente

publicación en el cual se intenta mostrar el parentesco de la familia Castillo con el célebre cronista Bernal Díaz del Castillo: “Los orígenes de la familia Castillo se remontan a la época de la conquista y proceden del primer Cronista de América, Bernal Díaz del Castillo, según el historiador Manuel Rubio Sánchez”. Véase El Periódico, Identidad centenaria, Guatemala, 3 de enero 2006, p. 12.

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La definición del complejo turístico de IRTRA como no lugar es tanto más difícil, que en el afán de imitar el concepto “americano” sus creadores hicieron algo “no americano”. Nada más alejado de un parque de diversiones estadounidense que Xetulul. Nada más extraño a Guatemala que Xetulul. ¿Un no lugar global o un no lugar que recuerda los desajustes en la identidad de la oligarquía guatemalteca? El problema de la identidad de las clases dominantes guatemaltecas, en efecto, se hace particularmente evidente en el contexto de la globalización. Contrario a los empresarios del turismo mexicano que potencian su identidad al amparo de la cultura maya, la oligarquía guatemalteca, afectada decíamos por traumas coloniales que se traducen en la necesidad conciente o inconsciente de negar el origen de Guatemala, recurre siempre a los referentes identificatorios que considera superiores.

Xetulul, creemos, es una expresión simbólica de los poderes neocoloniales que

todavía existen en Guatemala. Lo maya, lo auténticamente guatemalteco, no está presente en Xetulul. El uso de ciertos nombres k’iche’s, la venta de artesanías o una pirámide maya aislada, fuera de contexto, expresan poco o nada de la identidad guatemalteca, son más bien su reducción. O su folclorización en todo caso. Xetulul, creemos haberlo insinuado, es una copia mal lograda de algo. Es algo sin identidad, un producto global donde se encuentran y pierden al mismo tiempo todos los conceptos estéticos de un mundo que a pesar de su achicamiento se reafirma en las culturas locales. Es, a nivel ideológico pero también físico, la expresión más auténtica de las contradicciones en la identidad de los grupos sociales que todavía no logran definir su identidad. ¿Acaso no recuerda Xetulul las ambigüedades y contradicciones de la identidad criolla que ya en el siglo XVII se batía entre ser criollo y español a la vez y no ser ni “indio”, ni mestizo, ni mulato?34

Si los empresarios mexicanos potencian culturalmente el “Mundo Maya”, si hacen de la civilización maya un referente importante de su identidad (a pesar de ser “aztecas”), es porque tienen más o menos resuelto el problema de la identidad nacional (son mexicanos) y porque además saben que la riqueza cultural de su país, la fuerza de su identidad, está en el Mundo Maya. Aun cuando el mito de la “Nación azteca” sirvió a las clases dominantes para asegurar su continuidad, el nacionalismo exacerbado inducido desde el Estado hizo que los mexicanos se encontrasen con la historia e identidad mexicana. Es el encuentro con la historia e identidad guatemalteca, con la Nación maya milenaria aún viva, el que no ha realizado la oligarquía y buena parte de guatemaltecos de diversas clases sociales. La hipótesis aquí propuesta es que los no lugares de IRTRA representan el trauma de una identidad no definida, ambigua y contradictoria, y que la

globalización, con todas las influencias ideológicas y culturales de que es portadora, le sirvió de válvula de escape.

Pero, ¿por qué unos guatemaltecos se maravillan y otros se muestran indiferentes?

34 Interesados en el tema referirse a Severo Martínez Peláez, La patria del criollo. Ensayo de interpretación de la

realidad colonial guatemalteca.

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IV.1 Xetulul: la representación del “otro”

No nos detendremos a tratar de interpretar la actitud de aquellos que se maravillan al conocer “un lugar como los Estados Unidos”. Eso, creemos, es más fácil de entender y menos enigmático (de hecho, la explicación está implícita en el texto). Nos ocuparemos, más bien, y aunque sólo sea someramente, de explicar la actitud de los indígenas que, como si conocieran todo, se pasean indiferentes por el parque. ¿Acaso ver “España”, “Francia”, “Italia”, “Alemania” y “Suiza” en Xetulul es para ellos una forma de (re) encontrar al otro? Esto que para cierto sector de población es nuevo (la globalización, es decir, el achicamiento del planeta y el conocimiento del otro), ¿lo es acaso para los pueblos indígenas colonizados desde principios del siglo XVI?

Existen diversos enfoques o maneras de tratar el problema de la globalización y

cada uno de ellos aporta definiciones diversas al respecto. Michel Beaud, para solo citar un ejemplo, en la presentación del libro Mondialisation. Les mots et les choses, presenta tres utilizaciones de la palabra “mundialización”:

1. La mundialización como accesión a la dimensión mundial de una realidad (ayer mundialización de la presencia humana o de técnicas productivas en los diferentes continentes, hoy mundialización de la información instantánea o del consumo de ciertos productos);

2. La mundialización como multiplicación e intensificación de interdependencias a nivel mundial (interdependencias existentes desde hace tiempo, diluidas en el tiempo y por ende débiles, pero bruscamente reforzadas con las mutaciones de los transportes y de las comunicaciones);

3. La mundialización como movimiento orgánico englobante (con, para la mundialización contemporánea, un fuerte lazo con las dinámicas del capitalismo, en un principio las del primero luego las del segundo capitalismo industrial y de ahora en adelante las de la nueva era (técnico-científica) del capitalismo).

Para la explicación que pretendemos dar a la actitud observada en Xetulul

entre buena parte de indígenas, nos situaremos en la primera problemática: la mundialización (o globalización) como accesión a la dimensión mundial de una realidad. Pero es necesario hacer un matiz importante: la accesión, en el caso de las sociedades mayas, no se da simplemente como asentimiento de una realidad, sino más bien como conocimiento e integración del otro a su realidad. La

hipótesis que nos conduce es que la indiferencia aparente de ciertos indígenas ante lo que observan en Xetulul no se explica a partir de un acto de soberbia, de desprecio al otro, sino todo lo contrario, como un acto de tolerancia ante el otro, conocido y designado con el término kaxlan35 desde la llegada de los españoles. Lo que pretendemos demostrar es que la globalización, entendida como achicamiento del espacio planetario y encuentro con el otro, es una experiencia que para los mayas tuvo lugar hace cinco siglos.

En el mundo contemporáneo, ciertamente, uno se sorprende al ver como el desarrollo de los medios de transporte, de comunicación y de información, han achicado los espacios planetarios: si antes se necesitaban varias semanas en

35 Extranjero. Hace referencia al otro.

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barco para llegar a otros continentes, si antes eran necesarios quince días para recibir la carta de un amigo en Europa y si antes uno se informaba de lo que acontecía en el mundo varios días o semanas después, hoy bastan sólo algunas horas para trasladarse de un país a otro y las redes informáticas hacen posible comunicaciones e informaciones instantáneas entre los lugares más alejados del planeta. Esto se tradujo en una especie de achicamiento de los espacios, de empequeñecimiento del mundo.

Paralelo a este fenómeno, o como producto de él, las poblaciones distantes han dejado de serlo. Uno puede (sobre todo los habitantes de los países ricos o los ricos de los países pobres) viajar, por vacaciones o por trabajo, utilizar los sistemas modernos de transporte y trasladarse a cualquier país del mundo. Esto, como corolario del achicamiento de los espacios, ha provocado el encuentro generalizado con el otro, es decir, la toma de conciencia de la pluralidad, de la

alteridad y de la identidad por todos los habitantes del planeta36. Ahora bien, ese encuentro con el otro, que para las sociedades europeas (y

posteriormente para los colonizadores y sus descendientes en América) representaba el “otro lejano”, un desconocido a quien además de explotar había que “civilizar” (es decir, hacerlo como “nosotros”, por tanto desaparecerlo como “otro”), para las sociedades mayas, y para todos los pueblos colonizados que también vivieron la experiencia del otro en medio del sufrimiento, la explotación y la discriminación, ese otro venido de lejos fue percibido como el “otro cercano”, alguien diferente pero conocido37.

Fue precisamente el deseo de confirmar si el otro lejano estaba en camino de convertirse en nosotros, lo que llevó a muchos antropólogos de la escuela culturalista de origen norteamericano a realizar estudios sobre la aculturación del indígena, de su “ladinización”, es decir, de su absorción por el mundo mestizo (u “occidental”), a partir de enfoques teóricos que afirmaban la existencia de cierto “sincretismo” religioso en las prácticas y creencias paganas mayas38. Ahora bien, lo que fue visto como sincretismo en épocas pasadas, en esta ocasión queremos analizarlo como formas de representación de la existencia y conocimiento del otro entre los mayas. Para ello, retomaremos brevemente el examen de un caso sobre el cual venimos trabajando desde hace varios años: el culto a Maximón.

36 Interesados referirse a Marc Augé, Pour une anthropologie des mondes contemporains y Le sens des autres. 37 “Los colonizadores, más o menos impregnados del modelo evolucionista y, anteriormente a ese modelo,

persuadidos de ser los portadores de un modelo de civilización universal, no vieron en la alteridad sino una forma primitiva o deformada de su propia identidad; la relación a la pluralidad y a la diferencia no subvirtió su modo de pensar y su relación con el mundo. Ellos no vivieron sino aventuras regionales, periféricas. Su relación

a la universalidad no pasó jamás por una verdadera experiencia de la pluralidad. Los colonizados, en cambio, hicieron, a menudo en el dolor, una triple experiencia asociada al descubrimiento del otro y que nos es común hoy: la experiencia de la aceleración de la historia, del achicamiento del espacio y de la individualización de los destinos”. Véase Marc Augé, Pour une anthropologie des mondes contemporains, p. 145. 38 Del latín paganus “campesino”. Relativo a una religión diferente al cristianismo, al judaísmo y al islamismo

(principalmente religión politeísta). Paganismus: nombre dado por los cristianos de finales del Imperio romano a los cultos politeístas. Diccionario Le Nouveau Petit Robert. Basados en una visión etnocéntrica de la religión, los

cristianos utilizaron (y utilizan todavía) el término paganismo para descalificar a todas aquellas religiones que no creyesen, como ellos, en la existencia de un único Dios. La antropología, sin embargo, no califica o descalifica

las religiones por ser cristianas o paganas. Más bien, reconoce el valor de los sistemas de representaciones (de creencias y prácticas) de los diversos pueblos del mundo, entendiendo que ellos expresan una forma de concebir a la divinidad y de relacionarse con ella. En nuestro análisis, por tanto, el uso de ese término sirve más bien para hacer referencia a una visión distinta, no cristiana, del mundo. El análisis del culto a Maximón se inscribe

en esa perspectiva.

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Desde los primeros años de la colonización, con los inicios de la evangelización, la Iglesia católica intentó cristianizar a las poblaciones mayas. En otras palabras, buscó eliminar los dioses paganos e imponer al “verdadero y único Dios”, al dios de los cristianos. Ahora bien, para llevar a cabo la evangelización, la Iglesia introdujo ritos, creencias, santos e instituciones llamadas a consolidar su empresa, los cuales fueron integrados al panteón y culto maya y a su organización social. Pero esta accesión a la dimensión mundial de la realidad, decíamos, no se dio simplemente como asentimiento de una realidad. Además de la explotación-dominación que la colonización implicaba, ésta hizo posible el conocimiento e integración del otro a la realidad maya, la apertura al mundo hasta entonces desconocido y la toma de conciencia de su diversidad. Un nuevo dios, nuevos santos, nuevos ritos, nuevas creencias y mitos… iniciaron el achicamiento del espacio planetario y el encuentro con el otro.

Esta experiencia, vivida en medio del dolor, fue asimilada sabiamente por la inteligencia pagana. En respuesta a la colonización, fenómenos religiosos hasta ahora considerados como sincretismos hicieron posible no sólo la reproducción de las creencias y prácticas paganas, sino la accesión y representación del otro. Aunque podríamos analizar este fenómeno en las diversas comunidades indígenas (ya sea a través del estudio del culto a la virgen del Rosario, ya sea estudiando el culto al Cristo Negro de Esquipulas, el de San Pedro, Santiago, San Martín y toda la gama de santos cristianos introducidos por la Iglesia para desplazar a los Rajawales [dueños o guardianes de una porción del universo en el panteón maya]), hemos escogido el culto a Maximón de Santiago Atitlán, el cual, por lo demás, se extiende hoy sorprendentemente a las diversas comunidades del país.

Maximón, como los otros santos cristianos de Santiago Atitlán, permanece todo el año en su cofradía. Cuidado por un Teleenel39, nueve cofrades y sus respectivas esposas (organizados de acuerdo con una jerarquía y funciones específicas bien definidas), la cofradía de Santa Cruz imita el modelo de organización político-religioso importado por la Iglesia para reproducir el sistema ancestral de creencias y prácticas. Así, durante todo el año el lugar de culto a Maximón es escenario de los más diversos acontecimientos políticos y religiosos: ritos cotidianos, procesos terapéuticos, hechicería, asuntos relacionados con la gestión de la comunidad. Pero el culto a Maximón, como todo paganismo influenciado por las religiones monoteístas, integra elementos cristianos al panteón pagano caracterizado por la existencia de una diversidad de dioses y la tolerancia que en consecuencia le es consustancial40.

39 Teleenel significa cargador. Nombre con el cual se identifica al sacerdote maya responsable del cuidado de

Maximón. El Teleenel posee conocimientos especiales sobre el culto a Maximón y es por tanto el personaje central de la cofradía de Santa Cruz y de todos los ritos relacionados con el culto a esta divinidad. 40 El paganismo, según Marc Augé, se distingue radicalmente del cristianismo al menos en tres puntos: “Nunca

es dualista y no opone ni el espíritu al cuerpo ni la fe al saber. No constituye a la moral en principio exterior a

las relaciones de fuerza y de sentido que traducen las incertidumbres de la vida individual y social. Postula una continuidad entre orden biológico y orden social que por una parte relativiza la oposición de la vida individual a la colectividad en la cual se inscribe, por otra parte tiende a hacer de todo problema individual o social un problema de lectura: postula que todos los acontecimientos dan señales y todas las señales sentidos. La

salvación, la trascendencia y el misterio le son esencialmente extraños. En consecuencia, acoge la novedad, con interés y espíritu de tolerancia; siempre presto a ampliar la lista de los dioses, concibe la adición, la alternabilidad, pero no la síntesis. Tal es ciertamente la razón más profunda y más durable de su malentendido con el proselitismo cristiano: nunca ha tenido por su parte práctica misionera”. Marc Augé, Génie du paganisme,

p. 14.

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En efecto, el lugar de culto a Maximón es escenario de la más discordante presencia de elementos decorativos (flores, frutas, recipientes plásticos, figuras de papel en colores, luces eléctricas…), rituales (candelas, incienso, licores, cervezas, refrescos, bebidas tradicionales…), objetos de culto (Santo Sepulcro, Maximón, San Andrés, San Miguel), y de la más divergente presencia de visitantes (locales, nacionales y extranjeros, cristianos y no cristianos, hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, turistas y curiosos). Maximón mismo es una muestra de la integración del otro a su mundo: porta sombrero y corbata a la europea, se cubre de sedas, bebe toda clase de licores (nacionales y extranjeros), fuma puros (nacionales y extranjeros), y sobre todo porta una máscara que los extranjeros ven como extranjero pero que los tz’utujiles conciben como tz’utujil. El enigma de Maximón representado en su máscara da cuenta, creemos, del conocimiento y accesión al otro: es Ma Tz’aj T’el, Ma K’am Alaa, Ma Xim Acha, Ma Tu’tuu, Cabez

Maripos, Cabez Cabelos, Aj Chaliiy Alaa, Aj kuun Alaa, Aj Pekín Acha, Maluuch Alaa, Ri Laj Maam, Don Pedro, San Simón, Martín, Judas Iscariote…

El culto a Maximón, que adquiere la dimensión de un hecho social total durante la Semana Santa, y a la que asisten por lo demás personas de diversos países del mundo, testimonia el Viernes Santo (cuando se encuentra Maximón y el Santo Sepulcro) de que la experiencia del otro, es decir, la conciencia entre los indígenas de la pluralidad, la alteridad y de su identidad reafirmada respecto al otro, es algo desde hace mucho tiempo conocido y tolerado. ¿Cómo podrían extrañarse al ver en Xetulul la representación del otro?

La diversidad de elementos propios y “extraños” que forman parte del culto y del lugar de culto a Maximón, la coexistencia de creencias, prácticas y objetos de culto, esa capacidad para compartir espacios rituales e integrar dioses, la tolerancia, en fin, con que los creyentes asumen la existencia del otro y de todo aquello que lo representa, son pruebas concretas de que para ellos, los indígenas, lo otro (y todo lo que representa la diversidad y la diferencia) es una realidad conocida y tolerada.

Si se acepta que la colonización hizo que los indígenas (con independencia de su pertenencia religiosa y experiencia de vida) asumieran como parte de su realidad la existencia de un mundo diverso habitado por todos aquellos a quienes designan desde el primer encuentro en el siglo XVI como kaxlan winaq (persona extranjera), estamos en condiciones de formular la hipótesis de que la indiferencia aparente del indígena ante lo que otros pudieran pensar que le es desconocido, se explica por el hecho de que para él, en realidad, lo extraño de Xetulul lo tiene completamente asumido. Es, en pocas palabras, la representación del otro.

Conclusión El estudio de un complejo turístico como Xetulul ha sido de una riqueza incalculable. Él nos ha permitido descubrir que ni el sector económico guatemalteco accede a la globalización con un programa común, ni que el común de la ciudadanía tiene conciencia plena del escenario en que se mueve. Las dinámicas sociales y económicas y las relaciones de poder que se generan en Retalhuleu, ponen de manifiesto que la lógica de libre competencia que sustenta al modelo neoliberal no es una realidad en Guatemala. Calificada como “competencia desleal” por la burguesía hotelera retalteca, la lógica seguida por la

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oligarquía guatemalteca no hace sino repetir el método que por siglos (¡desde la invasión española!) han utilizado los grupos de poder colonial, neocolonial u oligárquico: combinando la instrumentación del Estado, las alianzas políticas y la puesta a su servicio de funcionarios públicos, la oligarquía guatemalteca obtiene beneficios económicos de una actividad en la que no invierte nada. Más que una relación dialéctica global-local en el contexto de entrada a la globalización por el sector económico guatemalteco, lo que prevalece es la lógica de una relación de fuerzas en la que el poderoso se impone al débil. Utilizando en efecto todo su poderío, la oligarquía guatemalteca escondida detrás de IRTRA, aplica ciertamente la ley del más fuerte. Sin respuestas locales ante fenómenos globales, sin proyecto nacional, sin experiencia real de competencia ante grupos de poder superiores a ella, uno no puede sino pensar que su futuro, y el de la Nación guatemalteca si es que sigue dependiendo de ella, es nefasto.

Acostumbrada a medir fuerzas con rivales que de entrada se encuentran en posición desventajosa, la oligarquía guatemalteca, y aquí podemos ampliar la noción diciendo el gran empresariado guatemalteco, no sabe en verdad competir. Tanto más que lo que arriesga en sus negocios no es su capital. Ya sea utilizando fondos del Estado, ya sea trasladando su fortuna a bancos extranjeros, los empresarios guatemaltecos han evitado históricamente arriesgar su patrimonio. Ahora bien, la medición de fuerzas en el contexto de la globalización económica, entiéndase en el ambiente de la puesta en vigencia de los Tratados de Libre Comercio con los países poderosos, donde las empresas transnacionales regulan los términos del intercambio, no pueden sino depararles el sometimiento o la fusión.

Pero el problema que se plantea a este nivel no es el del futuro de los grandes empresarios guatemaltecos. El problema, más bien, es el del destino de la Nación guatemalteca en un contexto donde las grandes decisiones, las que pueden sacar adelante o hundir a un país, están en manos de ellos. A este respecto es particularmente interesante el caso del parque temático Xetulul. Influenciada por una identidad no definida, ambigua y contradictoria, la oligarquía nacional a través de su representante en IRTRA, desarrolla un parque turístico que según ella representa la identidad guatemalteca. Ahora bien, la construcción de ese parque no sólo abona en la confusión de algunos guatemaltecos sobre su identidad, sino crea, en el corazón del Mundo Maya, un no lugar.

Un no lugar ciertamente alejado en el tiempo y en el espacio de los no lugares de la sobremodernidad que analiza el antropólogo Marc Augé, pero un no lugar al fin de cuentas, pues ni simboliza la identidad ni las relaciones ni la historia de San Martín Zapotitlán, de Retalhuleu o de Guatemala. Xetulul es un no lugar en

la medida en que intenta ser una réplica de algo y en la medida en que al hacerlo desvanece por completo las señales de una filiación. Es, sobre todo, la representación del otro, lo cual se hace evidente en la actitud de algunos guatemaltecos que lo visitan.

En efecto, la actitud de los guatemaltecos que parecen deslumbrarse ante la representación del otro, del colonizador, del que representa lo superior en la escala de sus valores, confirma que en Guatemala la descolonización sigue pendiente. Desconocedores de su origen, indiferentes ante él, ignorantes de su historia y prejuiciosos ante su cultura, muchos guatemaltecos sin referentes nacionales o enajenados por el “sueño americano”, ven en Xetulul la representación de sus más íntimas aspiraciones. Xetulul les da estatus pero también los embelesa pensando que están más cerca del otro, del “otro superior”:

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de los Estados Unidos, o de la representación del colonizador que vive todavía en lo más recóndito de su inconsciente. Por ellos no pasa siquiera la idea de cuestionarse sobre el tema de la identidad guatemalteca representada en Xetulul. Más bien disfrutan, se extasían, convencidos de que Xetulul es una especie de Disney World.

La indiferencia de no pocos indígenas pone de relieve otro fenómeno. Contrario a lo que tradicionalmente se piensa, éstos demuestran con su actitud que tienen ante sí al otro, que lo que ven en Xetulul no es ni su historia ni su identidad, sino más bien la representación del otro, del “otro diferente”, integrado a su realidad desde la invasión española. No es sino a partir de la visión y práctica pagana del mundo, presente en mayor o menor grado entre los indígenas pero también entre muchos guatemaltecos que no consideran serlo, que la demostración puede ser realizada: los fenómenos religiosos como el caso

particular del que se desarrolla alrededor del culto a Maximón, dan cuenta de la capacidad pagana, de su enorme tolerancia, para sumar en lugar de restar, para integrar en lugar de excluir, en síntesis, para aceptar la existencia del otro, integrarlo y respetarlo en sus diferencias. El tema de la pluralidad, de la alteridad y de la identidad, pues, los indígenas firmes en su identidad lo tienen resuelto. No es con la globalización, ¡ni con el proselitismo multiculturalista de los organismos internacionales!, que los indígenas conocerán la diferencia y la diversidad. La accesión al otro, la integración del otro a su realidad, es una experiencia vivida desde hace quinientos años.

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