no los dejarÉ huÉrfanos
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Que es la promesa que necesitamos recordar en tantas situaciones en nuestra vida. cuando estamos deprimidos por la carga de preocupaciones y no sabemos qué hacerTRANSCRIPT
“NO LOS DEJARÉ
HUÉRFANOS”…
Las despedidas son tristes. Las despedidas
dejan un vacío, un sabor de soledad que no
se mitiga sino poquito a poco con el
inexorable paso del tiempo. De hecho,
cuando la separación se acerca, empiezas a
sentir esa ansiedad, esa incertidumbre, ese
no saber qué y cómo será.
Los discípulos de Jesús no estaban hechos de
piedra. Habían aprendido muchas cosas con
ÉL, maravillosas enseñanzas, pero sobretodo,
habían aprendido a querer a su maestro. Por
esto, cuando se dieron cuenta de que la
presencia de Jesús en medio de ellos iba
llegando en su fin, cuando se dieron cuenta
de que su Maestro tenía que dejarlos, el
corazón de esos hombres duros comenzó a
flaquear.
Empezó la tristeza de la despedida. Fue
durante la última cena. Lo relata Juan, como
él lo vivió. Claramente les dijo que le
quedaba poco tiempo con ellos , que a
donde él iba, ellos le seguirían más
tarde..Pero, ¿ cuándo, cómo , hacia dónde..?
Eran demasiados interrogantes que
únicamente hacían que la nerviosidad y la
tristeza de los discípulos crecieran.
Les dijo que a donde Él iba ellos sabían ya el
camino, porque Él mismo era el camino, la
verdad y la vida. Era necesario, eso sí que
ellos cumplieran los mandamientos, si es que
amaban a su maestro. Y entonces vino la
promesa. La maravillosa promesa de que
pediría al padre un abogado que les diera
ánimo y consuelo , que les acompañe
siempre..! El mundo no lo acepta ni lo
conoce ni lo ve: es el Espíritu de la verdad, su
mismo espíritu, el espíritu que ya vive en
ellos y se quedará en ellos. ¿Qué más podía
decirles para aliviar la anunciada separación?
Sí, tendrá que decírselo de otro modo: “No
los dejaré huérfanos…volveré a ustedes!”
¿Cuántas veces nos sentimos sólo,
abandonados de los supuestos amigos
nuestros? ¿Cuántas veces nos sentimos
vacios de consuelo, de comprensión, de
cariño, como niños pequeños huérfanos, sin
una madre que nos tome en sus brazos, sin
un padre que ponga su mano sobre nuestro
hombro y nos de la seguridad que estamos
necesitando?
“No los dejaré huérfanos...” es la promesa
que necesitamos recordar en tantas
situaciones en nuestra vida. Cuando estamos
deprimidos por la carga de preocupaciones y
no sabemos qué hacer...Cuando nos hemos
quedado sin trabajo. Cuando el dinero no
alcanza para nada. Cuando muere sin
esperanza. Entonces sabremos y sentiremos
que el espíritu, La fuerza de Dios está con
nosotros, por la promesa de Jesús, que es la
verdad misma, que no puede engañarse ni
engañarnos, El cumplirá su parte. La nuestra
será ser consecuentes y no engañarnos:
“¿quién es el que me ama?”- pregunta Jesús,
“el que hace suyos mis mandamientos y los
obedece. Y añade para darnos seguridad: “al
que me ama, mi padre lo amará y yo también
lo amaré y me manifestaré a él”. Si, el señor
Jesús se manifestará a nosotros, no nos
dejará huérfanos porque nos ama. Nosotros
creemos en Dios, creemos en Él: nosotros
viviremos sus enseñanzas, sus
mandamientos, su buena nueva.