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B1B!.l~ nfancia yF otogra1ia en Antioquia Aproximaciones desde la Historia Socio-cultural Camilo. Escobar L as fotos que reposan en los archi- vos familiares de Antioquia tienen, en primera instancia, un doble interés: son la expresión estética de una época y por lo tanto una muestra de sus consideraciones sobre lo bello; y además, son el registro de la complejidad social a la cual pertenecen. Entre esos archivos están aquellos con los cuales se puede concluir que la imagen mental del niño en Occidente se ha visto beneficiada por el cristianismo y su consideración al Niño Jesús, a aquel estado de santidad e inocencia que llevó a representar los ángeles y el alma humana a través de pequeños adultos, gor- ditos y desnudos. El bautismo, inmediata- mente después del nacimiento, le dio a esta Camilo Escobar Villegas. Historiador. Profesor, Departamento de Humanidades, Universidad EAFIT.

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B1B!.l~

nfancia y Fotogra1iaen AntioquiaAproximaciones desde la HistoriaSocio-cultural

Camilo. Escobar

Las fotos que reposan en los archi-

vos familiares de Antioquia tienen,

en primera instancia, un doble

interés: son la expresión estética de

una época y por lo tanto una muestra de sus

consideraciones sobre lo bello; y además, son

el registro de la complejidad social a la cual

pertenecen.

Entre esos archivos están aquellos con los

cuales se puede concluir que la imagen mentaldel niño en Occidente se ha visto beneficiada

por el cristianismo y su consideración al Niño

Jesús, a aquel estado de santidad e inocencia

que llevó a representar los ángeles y el alma

humana a través de pequeños adultos, gor-

ditos y desnudos. El bautismo, inmediata-

mente después del nacimiento, le dio a esta

Camilo Escobar Villegas. Historiador. Profesor,

Departamento de Humanidades, Universidad EAFIT.

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Infancia y Fotografía en Antioquia

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Revista Universidad Eafit. Octubre - Noviembre - Diciembre 1998

Las fotos que reposaD eDloSare:deAntioquia tienen,en primeralDstanda, un dobleInterés: son la expresión estética de una época ypor lo tanto nna muestra de sus conslderaeionessobre lo bellO; y a ás,soD el ~o de la

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criatura un rito de paso con el que entraba a

la comunidad imaginada de los cristianos y le

impedía, en caso de muerte prematura, ir a

morar definitivamente fuera de la luz divina,

al frío espacio conocido en la geografía del másallá como el limbo. Poco atendido a través del

mundo medieval, el infante irá tomándose

en un personaje fundamental de la vidade las sociedades occidentales. De esa "cosa

divertida y poco comprometedora" que era

en el medioevo, de acuerdo con Aries, el niño

pasará a concentrar grandes esfuerzos

educativos, literarios, artísticos, como será el

caso de su frecuente registro en la nueva

industria de la fotogra-

fía a partir de la segun-

da mitad del siglo XIX.

En 1859 Charles

Baudelaire se debatía

contra aquellos que

veían en la fotografía "todas las garantías

deseadas de exactitud y dicen: el arte

es la fotografía". Contra aquellos que

tienen "el gusto exclusivo de lo verda-

dero" y han creído que lo único impor-

tante del nuevo invento de Daguerre

es la percepción real de la realidad" (esocreen ellos, los insensatos)", ironiza el

poeta maldito. Baudelaire, intuyendo profun-

damente el espíritu de la modernidad, dijo,

en relación con esta actitud mental posi-

tivista, que "a partir de este momento, lasociedad inmunda se volcó, como un solo

Narciso, para contemplar su trivial ima-

gen sobre el metal y una locura, un fana-

tismo extraordinario se apoderó de todos

aquellos nuevos adoradores del sol". La

fotografía se abría paso entre los críticos

y, en especial, entre aquellos que más

amaban el arte y veían en ella una cierta

capacidad para "pisotear sobre el domi-

nio de lo impalpable y lo imaginario,

sobre todo aquello que vale sólo porque el

hombre allí añade parte de su alma". Fue

necesario esperar algunos años más para que

la fotografía encontrara un lugar en el arte

y se reconociera como una u otra manera

de expresar "la facultad de juzgar y de

sentir aquello que hay de etéreo y deinmaterial".

Las fotografías de la sociedad antioqueña

en los lentes de sus primeros fotógrafosfueron a la vez el resul-

tado del fanatismo

colectivo del que habla

Baudelaire y del refina-

do estilo que éstos les

lograron imprimir. Fotó-

grafos que no sólo se

preocuparon por desarrollar su trabajo en sus

gabinetes sino que también lo hicieron en las

calles. La infancia quedó representada en el

trabajo de Obando, Rodríguez, De La Calle,

Mejía, entre los más importantes, plena de

estos dos aspectos anteriores, permitiendo

así el surgimiento de un arte y de un imagi-

nario colectivo de la sociedad antioqueña.

Poco a poco, a medida que el acceso a

la cámara se fue multiplicando, los registros

fotográficos se hacían más documento y

menos arte. Sin embargo, la aparición de

los talleres fotográficos, de los cursos y

de las carreras de artes gráficas, recupera-

ron en parte el terreno perdido por el

trabajo artístico. Los fotógrafos se expandían

ahora en todos los sentidos de tal forma queel arsenal documental de calidad se volvió

prácticamente inconmensurable.

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Infancia y Fotografía en Antioquia

Las fotogra.. de la sod8Iad mtioqu_enJoslentes de sus primeros fotógrafos fueron a lavez el resuliado del fAnAfiRmocolectivodel quehabla BaudelaIre Ydel refinado estilo que estos

les lograronImprimir.Fotógrafosque 80 sólose preocuparon por desarrollar su trabajo ensus gabinetes sino que también lo bideron enlas caBes.

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El siglo XX transcurre poseído por la foto-

grafía. La vida entera queda detrás del

negativo como si no quisiera irse. Las cosas,

los objetos, los seres de carne y hueso se

inmovilizan frente a la máquina recién llegada.

Ella es distintivo fundamental de todo aquel

que quiere acceder a la memoria de sí mismo.

Los niños, los adultos y aquellos que desean

permanecer en la imagen, en la nueva imagen,

van al estudio del fotógrafo. Él les garantizará

el símbolo perdurable: el delicado papel de

colores pares o impares. Allí, en ese lugar

cerrado, recreado, se instala la historia para

ser vista y pensada. El material fotográfico es

en sí una estructura en la que se mueve un

orden de correlaciones, una multiplicidad de

elementos que aparecen y desaparecen, pues

el observador no siempre es el mismo. De lo

real a lo imaginario, el documento fotográfico

nos permite asistir a un "ensemble", que

como el caleidoscopio, cambia de formas almás mínimo movimiento. A través de lo sim-

bólico, los protagonistas de la foto, -fotógrafo

incluido van y vienen entre lo concreto y lomental.

La mirada del niño moderno no ha sido

siempre la misma. Cada época ha construido

una forma particular de mirar. La mirada,como la infancia tiene una historia. La más

importante de ellas sigue siendo la de

Philippe Aries y es en ella donde podemosconfirmar la historicidad del sentimiento ante

los niños, veamos por ejemplo esta interesanteconsideración: En la Edad Media el niño "desde

la más pequeña infancia (alrededor de

los siete años) se convertía de repente en

un hombre joven sin pasar por las etapas

de la juventud (...) que son hoy aspectosesenciales de nuestras sociedades".

En las sociedades industriales y urbanas

de la modernidad, el niño ya no se educaen el seno de las relaciones directas con sus

familiares sino en un nuevo lugar: la escuela,

el colegio, la institución educativa de carácter

público o privado. Modificación del mundo

para los infantes que se hizo, como dice

Philippe Aries, con "la complicidad senti-

mental de las familias" y que paradójica-

mente, en aquella salida del niño del nicho

tradicional de su formación, se gestó una

sociedad en la que "la familia comienza

entonces a organizarse alrededor del niño

y a darle la importancia que le permitió

salir de su antiguo anonimato, y el cual

no puede verse morir ya sin gran pena y

remplazarlo por otro, y del cual no se

pueden hacer muchos porque conviene

limitar su número para poder ocuparse

mejor de ellos". Desde el siglo XVII la

pintura había comenzado a privilegiar el

retrato de niños, separándolos así de su

familia; el siglo XX, a través de la fotografía,

los aisló definitivamente, aún después demuertos.

La foto de estudio, aquella que se produjo en

las primeras épocas de la historia de la

fotografía nos enseña un niño serio, taciturno,

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Revista Universidad Eafit. Octubre - Noviembre - Diciembre 1998

disciplinado. En cambio, la fotografía aficionada

del siglo XX comienza a registrar un niñosonriente. La cotidianidad, la alegría, el juego,

el movimiento, el grito, aparecen en el acto

fotográfico popularizado, en aquel acto que

abandona el gabinete de gestos pesados,

inmóviles, silenciosos y maquillados. Esto

obedece sin duda a que el niño viene sufriendo

un proceso de larga duración en el cual se leve transformarse de su simple inexistencia,

de su animalidad, como bien lo ha mos-

trado Philippe Aries, hasta convertirse hoy

en un ser con plena existencia, un sujeto lleno

de derechos, un soberano entre los demáshumanos. En ese tránsito tuvo muchos cóm-

plices, catapultas que lo lanzaron al estre-

llato, al lugar de privilegio que ocupa en

el presente. La fotografía así lo expresa.

El gabinete fotográfico le sirvió de plataforma

para que confluyeran todo un torrente de

deseos y fantasías, en el cual recaían dosideales: uno masculino y otro femenino.

Exhibir el niño en las calles, en el fotógrafo, a

través de la cámara, significaba un incrementode las consideraciones al infante. Un momento

en el cual el personaje principal ya no es el

padre sino el niño.

¿El pelo de los niños? ¿El de las niñas? Respon-

damos: cuidadosamente peinado y cortado.

Distinguiendo el varón de la hembra, el hombre

de la mujer, el sexo cultural que cada sociedad

crea para sus miembros. Las fotos registran,

nos permiten distinguir sobre la cabeza de

cada infante el gesto de la cultura. El pelo

corto para los niños no ha existido siempre,

este estilo se impuso en las costumbres cuando

el siglo XIX descubrió la sexualidad infantil. La

cabeza rapada, ausentando todo rastro de

vanidad, sentimiento aceptado a partir de la

modernidad sólo entre las mujeres, es el mejor

signo de virilidad. Así queda cercano al militar,

a aquel que parece encarnar al más ilustre

representante del sexo masculino. Imagi-

nario sobre los sexos que se mantiene evidente

en el registro fotográfico del siglo XX.

En muchas ocasiones la foto igualaba lasclases sociales. El niño del estudio no es fácil

distinguirlo, el atuendo que se le impone lo

democratiza, pues los sistemas de valores no

tienen clase. Ellos forman prácticas y senti-

mientos colectivos sin importar el origen

familiar o socioeconómico. Antes de que el

acceso a las cámaras se popularizara, los

niños iban al estudio del fotógrafo para

registrar su primer año. Evento instalado enlas celebraciones sociales de manera tal que

no podía dejarse pasar por alto. Después delnacimiento este era el acontecimiento más

importante para que la cámara lúcida hiciesesu entrada en la vida de las familias.

En el estudio, en el gabinete del fotógrafo se

desarrollaba un gesto de magia. Allí los niños

se convertían por un instante en obras de

arte. Obras que a su vez ponen en escenael ideal familiar: Un fondo clásico, rodeado de

velos y alfombras cercanas al mundo de

la vieja aristocracia. El niño está expuesto,

exhibido, tratado con el mayor cuidado, sen-

tado frente a la cámara pero como si quisiera

ignorarla. Sin embargo, su rostro serio, esté-

tico, sigue dejando ver que se trata de un

infante. A pesar de la porcelana, del niño

porcelanizado, se puede leer la vida, los senti-

mientos, el ser vivo que hay detrás de la

mascarilla. El niño en la foto aprenderá, recor-

dará a diario su futuro. Esa nueva imagen

colgada en su pared le mostrará el orden, la

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Infancia y Fotografía en Antioquia

disciplina. El estudio del fotógrafo es escuela,

modelo de conducta, establecimiento para laconstitución de un ideal.

Para la foto se vestían los varoncitos con los

uniformes del profesional (aviadores, militares,

ejecutivos, campesinos, banqueros), la impor-

tancia de las profesiones de los adultos también

puede allí apreciarse. La historia social sevuelve más interesante a través de los docu-

mentos de los imaginarios colectivos y, en

este caso, ella nos abre un nuevo filón para

pensar los paradigmas sociales en la cultura

antioqueña.

El niño no imita a Jesucristo, lo tiene a su lado

como ejemplo; sin embargo, la condición

de la masculinidad le permitirá desobedecerlo,acatarlo sólo cuando sea necesario. La foto del

niño en su primera comunión nos permite

decir que, allí, en el escenario de las represen-

taciones, los hombres se han permitido unamoral abierta a las circunstancias de la

historia de cada sociedad, a lo que en ciertos

momentos hemos percibido como una doblemoral.

Para los ritos de paso, como la primera comu-

nión, niños y niñas elaboraban sus tarjetas

de recuerdo con una foto en la que se

perdurará con toda la indumentaria simbó-

lica. Flores, velos, coronas, cristos, cirios y

demás accesorios religiosos aseguraban la

impronta católica en cada uno de estas nuevas

criaturas de Dios. Esas fotos yesos recuerdos

permanecen en los archivos familiares de

Antioquia como reliquias de la cultura. La

importancia de este rito a principios de este

siglo está expresado por las antropólogas

Ximena Pachón y Cecilia Muñoz en su inte-

resante trabajo sobre la niñez en el sigloXX colombiano cuando dicen: "La primeracomunión constituía el evento más impor-tante de los niños, era la fiesta religiosade la infancia. Los colegios organizabanlas primeras comuniones con ceremoniascolectivas en las cuales participaban todoslos niños que hubieran cumplido 'la edadde la razón". Ellos eran sometidos, bien

fuera en el colegio o en la iglesia de laparroquia, a una rigurosa preparaciónmoral y espiritual, mientras que en lasfamilias se adelantaban los preparativosmateriales con los que se conmemoraría elacontecimiento. Los niños tenían quememorizar el catecismo, ejercitarse repi-tiendo el Padre Nuestro y el Yo Pecador, seles hablaba del pecado, del cielo, infiernoy limbo, de ángeles y demonios".

Detrás de las niñas está la Virgen María, la

patrona de las siervas incondicionales, dis-

puestas a reconocer en ella su modelo, su

prototipo de vida. La Virgen se representa en

cada primera comunión. Está homenajeada

con los mejores velos, es invocada para guiar

la conducta de las niñas en proceso de volverse

mujeres sin tacha. La imagen de la Virgen es,en muchas ocasiones, celebrada colectiva-

mente gracias a la concienzuda labor de las

instituciones y de las madres ejemplares

que la sociedad ha sabido cuidar. Entre el

vestido de la primera comunión y el del

día del matrimonio hay tanta similitud quees bastante difícil reconocer a la nueva sierva

de Dios o a la nueva María, a la recién iniciada

o la santa esposa.

De otra parte, entre las actividades lúdicas

más fotografiadas se encuentra el juguete:

nuevo, recién adquirido, capaz de mostrar

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el nivel social de la familia, el estilo de

vida que se quisiera transmitir a los recientes

miembros del grupo familiar. El carro, la

muñeca, el caballito de madera, el peluche

y el paseo de campo conforman el granabanico de los momentos recreativos. De vez

en cuando un piano, un concierto, quedan en

el registro. Sin embargo, la fiesta está casi

siempre presente ante la cámara, el festival

del pueblo debe quedar entre las páginas delálbum familiar.

VISitar el espacio público ha sido una activi-

dad recreativa importante. En la calle, los

domingos, o en la simple salida al centro, las

vestimentas se muestran capaces de camu-

flaje social. El mismo niño que en su casa se

viste con harapos es en la calle un ilustre

ciudadano de la República. "El estrene" le

permitirá pasearse por las calles de la moder-

nidad con el pecho en alto y el orgullo de serun hombre nuevo. De la mano de su madre

los niños se pasean con una exquisita elegan-

cia. Después de caminar con paso firme,

carácter decidido y una profunda satisfacción

el infante regresa a su casa, al mundo de

relaciones familiares donde se forja su moral

contemporánea y comparte la vida con los

objetos de las nuevas industrias. El triciclo, el

perro, la pelota el teléfono, en la primera mitad

del siglo y, la televisión, las armas o los

muñecos mecánicos en la segunda mitad

esperaban la acción de los niños para ponerse

en funcionamiento. Jugar ha sido una manera

de introducirse en la cultura como muy bien

lo ha expresado Johan Huizinga en su libroHamo Ludens.

La ciudad no ha sido homogénea. En el barrio

popular el niño encuentra que la calle hace

parte de su casa, le sirve de espacio lúdico de

sala para que sus padres conversen mientras

él corre. Los límites entre espacio público y

privado no están claramente demarcados. La

puerta de la casa permanece abierta en el día

como queriendo mostrar que allí no existe una

inviolabilidad de domicilio o una inquebran-

table propiedad privada, íntima, habitable

sólo por el carácter de sus dueños. Aquí los

niños han comenzado a tomarse los espacios,

ya no son sólo observadores, ahora son

actores que se apropian de las calles con sus

juguetes.

En cuanto a la vida detrás de los muros de la

casa, el patio es escenario de fondo para la

exposición de los niños ante la cámara. En él

se ve el orden de la familia, la disciplina que

reina en el hogar, el trabajo cuidadoso de las

mujeres que con mano divina hermosean elhábitat familiar. Las fotos interiores se fueron

volviendo importantes dentro del álbum de la

familia y, con el paso de los años, ellas confor-

maron uno de los principales capítulos de lamemoria colectiva en esta sociedad. El flash, la

posibilidad de obturadores más refinados, decámaras multifuncionales fueron facilitando

la exposición de la intimidad del hogar que,

desde el punto de vista histórico, había nacido

algunos siglos atrás como muy bien lo hamostrado la historiadora francesa Ellizabeth

Badinter.

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Infanda y Fotografía en Antioquia

Las fotos que aquí hemos pensado no se han

silenciado. Ellas poseen una poderosa capa-

cidad de sentido que depende de nuestra

habilidad para hacerla emerger. Los historia-

dores de lo imaginario tienen una importante

tarea: permitir que los archivos de nuestras

sociedades se multipliquen y que en ellos la

vida entera pueda ser reconstruida.

jf

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aries, Philippe. 1973. Lenfant et la vie familiale sousl' ancien Regime. París: Editions du Sevil.

Baudelaire, Charles. 1973. Le public moderne et la

photographie. En: Curiosités esthétiques, París,Garnier, Col. Classiques Garnier,

Dubois, Philippe. 1986. El acto fotográfico. De larepresentación a la recepción. Barcelona: Edicio-nes Paidós.

Muñoz, Cecilia y Pachón, Ximena. 1991. La niñezen el Siglo XX. Bogotá: Planeta.

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