new york times 3 abril 2011

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Una selección semanal ofrecida por Copyright © 2011 The New York Times DOMINGO, 3 DE ABRIL DE 2011 POR BENEDICT CAREY E s uN NarCisisTa que va a pelear hasta el final, un show- man impulsivo que abordará el primer vuelo que salga de la ciudad en cuanto se vea acorralado, o tal vez un psicópata, o un estratega que calcula con frialdad, como un zorro del desierto. Es probable que, en buena medida, el final del juego en Libia dependa de los instintos del coronel Muamar al Gadafi, y toda información sobre esos instintos resultaría de gran valor. Los periodistas se han ido formando sus impresiones a partir de anécdo- tas o de actos de Gadafi en el pasado. Otros se basan en sus recientes dia- tribas. Y un grupo trata de crear un perfil basado en métodos científicos, y es muy probable que sus conclusiones ejerzan influencia en la política estado- unidense. Durante décadas, la Central de inte- ligencia (Cia, en inglés) y el Departa- mento de Defensa de Estados unidos recopilaron evaluaciones psicológicas de gobernantes hostiles como Gadafi, el norcoreano Kim Jong-il y el presi- dente venezolano Hugo Chávez, así como de aliados, posibles sucesores y funcionarios importantes. (Muchos otros gobiernos hacen lo mismo.) En un perfil de Gadafi publicado por la revista Foreign Policy, el doctor Jerrold Post, psiquiatra que dirige el programa de Psicología Política de la universidad George Washington, y que creó la rama de la Cia que se dedica al análisis de conductas, concluye que, si bien es racional, el dictador es pro- clive al pensamiento ilusorio cuando está bajo presión, “y en este momento está más estresado que nunca”. Gadafi se considera un guerrero musulmán que lucha con todo en su contra, señala Post, y está dispuesto a inmolarse. Diplomáticos, estrategas militares y presidentes se han basado en perfiles para tomar sus decisiones, lo cual en algunos casos tuvo éxito, mientras que no lo tuvo en otros. El perfil político “tal vez sea más importante en los casos en que un líder domina la sociedad y que puede actuar sin limitación alguna”, dijo el Dr. Post. “Ese ha sido el caso de Gadafi en Libia”. Los expedientes oficiales son confi- denciales, pero los métodos son bien Todo lo típicamente “america- no” ha vuelto a ponerse de moda, desde lo rústico y de época hasta lo presumido e informal. un look estadounidense más simple y sin adornos está influyendo en un movimiento de diseño donde lo bien hecho y dura- dero inspira a coleccionistas de carteles an- tiguos, sillones de cuero y herramientas de época. “Me gustan las cosas de la época de las máquinas, cosas más despojadas” que no están “muy hermoseadas”, dijo Grace Kelsey a The Times. Kelsey es una diseñadora de ac- cesorios y coleccionista de objetos del siglo XX estadounidenses que ha contribuido a difundir ese look en tiendas, restaurantes y hoteles de Nueva York. un elemento codiciado de este chic clásico es la manta de campa- mento de las marcas de nuestros antecesores como Pendleton y Hudson’s Bay. una manta de punto de Hudson’s Bay se vendió hasta acabar el stock en Colette, la bou- tique de moda en la rue st. Honode París, escribió The Times. Los khakis, los mocasines y las chaquetas deportivas están inundando París en una “coloni- zación revertida”. Michael Kors, conocido por su ropa deportiva estadounidense, acaba de abrir una tienda insignia en la rue st. Honoré, donde también hay pues- tos de venta de Tommy Hilfiger y Brooks Brothers de estilo pituco. ralph Lauren, que perfeccionó esta estética, abrió un negocio en la rive Gauche el verano pasado y pronto llegará una megatienda de abercrombie & Fitch a los Campos Elíseos. “así como los estadounidenses quieren ser sofisticados, los eu- ropeos quieren participar en esa actitud deportiva piola”, dijo a The Times Ken Downing, director de Moda de Neiman Marcus. Todo esto forma parte de la “informal- ización de la moda”. Ese look rela- jado, típicamente estadounidense y en su momento típico de holga- zanes, se ha vuelto un estilo en sí mismo, liderado por Mark Zuck- erberg, el creador de 26 años de Facebook que usa jeans anchos y dudaderos con capucha. su estilo Furor por todo lo “americano” Sigue en la página 5 11 ArtEY EStIlO Tatuajes: de la calle a las galerías de arte. 7 DINErO Y NEGOCIOS La fórmula Google para ser mejor jefe. ¿Qué hay en la mente del tirano? Las autoridades analizan una galería de gobernantes hostiles INtElIGENCIA: EE.UU. como faro global, página 2 VENTANA MOISES SAMAN PARA THE NEW YORK TIMES Los gobiernos recopilan perfiles psicológicos de líderes que pueden llegar a ser hostiles. Celebración organizada para al Gadafi. Sigue en la página 5 6 El MUNDO Los islamistas toman el control de Egipto.

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Una selección semanal ofrecida porCopyright © 2011 The New York TimesDomingo, 3 DE Abril DE 2011

POR BENEDICT CAREY

Es uN NarCisisTa que va a pelear hasta el final, un show-man impulsivo que abordará el

primer vuelo que salga de la ciudad en cuanto se vea acorralado, o tal vez un psicópata, o un estratega que calcula con frialdad, como un zorro del desierto. Es probable que, en buena medida, el final del juego en Libia dependa de los instintos del coronel Muamar al Gadafi, y toda información sobre esos instintos resultaría de gran valor.

Los periodistas se han ido formando sus impresiones a partir de anécdo-tas o de actos de Gadafi en el pasado. Otros se basan en sus recientes dia-tribas. Y un grupo trata de crear un perfil basado en métodos científicos, y es muy probable que sus conclusiones ejerzan influencia en la política estado-unidense.

Durante décadas, la Central de inte-

ligencia (Cia, en inglés) y el Departa-mento de Defensa de Estados unidos recopilaron evaluaciones psicológicas de gobernantes hostiles como Gadafi, el norcoreano Kim Jong-il y el presi-dente venezolano Hugo Chávez, así como de aliados, posibles sucesores y funcionarios importantes. (Muchos otros gobiernos hacen lo mismo.)

En un perfil de Gadafi publicado por la revista Foreign Policy, el doctor Jerrold Post, psiquiatra que dirige el programa de Psicología Política de la universidad George Washington, y que creó la rama de la Cia que se dedica al

análisis de conductas, concluye que, si bien es racional, el dictador es pro-clive al pensamiento ilusorio cuando está bajo presión, “y en este momento está más estresado que nunca”. Gadafi se considera un guerrero musulmán que lucha con todo en su contra, señala Post, y está dispuesto a inmolarse.

Diplomáticos, estrategas militares y presidentes se han basado en perfiles para tomar sus decisiones, lo cual en algunos casos tuvo éxito, mientras que no lo tuvo en otros.

El perfil político “tal vez sea más importante en los casos en que un líder domina la sociedad y que puede actuar sin limitación alguna”, dijo el Dr. Post. “Ese ha sido el caso de Gadafi en Libia”.

Los expedientes oficiales son confi-denciales, pero los métodos son bien

Todo lo típicamente “america-no” ha vuelto a ponerse de moda, desde lo rústico y de época hasta lo presumido e informal.

un look estadounidense más simple y sin adornos está influyendo en un movimiento de diseño donde lo bien hecho y dura-dero inspira a coleccionistas de carteles an-tiguos, sillones

de cuero y herramientas de época.“Me gustan las cosas de la

época de las máquinas, cosas más despojadas” que no están “muy hermoseadas”, dijo Grace Kelsey a The Times.

Kelsey es una diseñadora de ac-cesorios y coleccionista de objetos del siglo XX estadounidenses que ha contribuido a difundir ese look en tiendas, restaurantes y hoteles de Nueva York.

un elemento codiciado de este chic clásico es la manta de campa-mento de las marcas de nuestros antecesores como Pendleton y Hudson’s Bay. una manta de punto de Hudson’s Bay se vendió hasta acabar el stock en Colette, la bou-tique de moda en la rue st. Honoré de París, escribió The Times.

Los khakis, los mocasines y las chaquetas deportivas están inundando París en una “coloni-zación revertida”. Michael Kors, conocido por su ropa deportiva estadounidense, acaba de abrir una tienda insignia en la rue st. Honoré, donde también hay pues-tos de venta de Tommy Hilfiger y Brooks Brothers de estilo pituco. ralph Lauren, que perfeccionó esta estética, abrió un negocio en la rive Gauche el verano pasado y pronto llegará una megatienda de abercrombie & Fitch a los Campos Elíseos.

“así como los estadounidenses quieren ser sofisticados, los eu-ropeos quieren participar en esa actitud deportiva piola”, dijo a The Times Ken Downing, director de Moda de Neiman Marcus. Todo esto forma parte de la “informal-ización de la moda”. Ese look rela-jado, típicamente estadounidense y en su momento típico de holga-zanes, se ha vuelto un estilo en sí mismo, liderado por Mark Zuck-erberg, el creador de 26 años de Facebook que usa jeans anchos y dudaderos con capucha. su estilo

Furor por todo lo

“americano”

Sigue en la página 5

11ArtEY EStIlO

Tatuajes: de la calle a las galerías de arte.7

DINErO Y NEGOCIOS

La fórmula Google para ser mejor jefe.

¿Qué hay en la mente del tirano?Las autoridades

analizan una galería de gobernantes hostiles

INtElIGENCIA: EE.UU. como faro global, página 2

VENTANA

moises saman PaRa The new YoRk Times

Los gobiernos recopilan perfiles psicológicos de líderes que pueden llegar a ser hostiles. Celebración organizada para al Gadafi.

Sigue en la página 5

6El MUNDO

Los islamistas toman el control de Egipto.

2� Domingo, 3 DE Abril DE 2011

e l �m undo

Editor Guatemala: Isaac Ramírez

Contenido, diseño, fotografía e ilustración: The New York Times

The��new��York��Times��se��publica��semanalmenTe��en��los�siguienTes�diarios:��sÜddeuTsche�zeiTung,�alemania��●��clarín,�argenTina��●��der�sTandard,�ausTria��●��la�razón,�bolivia��●��folha,�brasil��

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rumania�libera,�rumania��●��TodaY,�singapur��●��Tages-anzeiger,�suiza��●��uniTed�dailY�news,�Taiwán��●��Trinidad�express,�Trinidad��●��sabah,Turquía��●��el�observador,�uruguaY

POR JOHN TAGLIABUE

’S HERTOGENBOSCH, Ho-landa — Johan Van Dongen ven-de insectos.

El jefe del departamento de carnes en una tienda Sligro de esta ciudad también ofrece gusanos de harina, langostas y otros, así como productos pre-parados que los contienen, como Bugs Sticks y Bugs Nuggets, no para mascotas, sino como una fuente de proteína para las personas.

Una tarde reciente, acondi-cionó dos mesas de muestras, una con trozos de chocolate con gusanos de harina molidos (larva de un tipo de escarabajo) y otra con gusanos y grillos en-

teros en pequeños recipientes de plástico.

Silvia van der Donk probó al-gunos y sonrió con aprobación.

Su hija Melanie, de 21 años, hizo una mueca de repugnan-cia. “Una vez comí langostas”, comentó. “No me gustó la tex-tura”.

Los esfuerzos de Van Dongen y Sligro, cadena de 25 tiendas en todo Holanda, son parte de una campaña para convencer a los holandeses de que los grillos, los gusanos y las orugas son fuentes más saludables de proteína y son más amigables con el ambiente, que los bistecs y las chuletas de cerdo.

Los criadores holandeses de insectos, quienes hasta ahora han abastecido al mercado de alimento para mascotas, han

acogido con gusto la oportuni-dad de abrir un nuevo mercado y han fundado una organización comercial para promover la idea. El Gobierno los respalda, y el año pasado destinó US$1.4 millones a la investigación de insectos como alimento, a pre-parar una legislación que regule las granjas de insectos, los es-tándares de salud y de seguri-dad, y la mercadotecnia a través de tiendas minoristas.

La idea goza del apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que advierte que la producción de carne daña a la ecología, al estimar que casi una quinta parte de todas las emisio-nes de gases de efecto inverna-dero proviene del ganado.

Marian Peters, experta en relaciones públicas que funge como secretaria general de la organización, enfatiza que los in-sectos ya son una fuente impor-tante de proteína en otras partes del mundo. Las orugas y las langostas son populares en Áfri-ca, las avispas son un manjar en Japón y los grillos se consumen en Tailandia. Sin embargo, en Europa, como en Estados Uni-dos, la mayoría de las personas los considera, bueno, bastante repugnantes.

Arnold van Huis, entomólogo en la Universidad de Wagenin-gen, quien asesora a criadores de insectos y al Gobierno, decla-ró: “Estaba trabajando en Níger enseñando a los granjeros cómo controlar a las langostas. Enton-ces me di cuenta de que ganaban más con los saltamontes que sacaban de su mijo que de su co-secha de mijo en sí”.

Van Dongen cree que la in-versión vale la pena, aunque admitió: “Tardará unos cuatro o cinco años; las personas tienen que acostumbrarse a ello. Todo está en la mente”.

dirk-jan visser para The new York Times

Granjas de insectos abastecen a tiendas de mascotas y atraen el interés. entremés de bichos, en un supermercado holandés.

diario�de�’s�herTogenbosch�

los insectos son fuente de proteínas

Receta para atenuar el cambio climático: insectos de gurmé.

Londres

“Dispárenles”.La orden provenía de un soldado

libio leal al coronel Muamar al Gadafi. Los cuatro periodistas, compañeros míos, yacían en el suelo tumbados y atados. Ninguno pensó que sobreviviría. Entonces, otro soldado dijo: “No puedes. Son estadounidenses”.

Esas cuatro palabras llevan días resonando en mi cabeza. He estado preguntándome qué repre-sentaba Estados Unidos para ese soldado que dio aquella contra-orden. Me he planteado si lo que Estados Unidos le inspiraba era miedo o admiración, o quizás una combinación de ambas cosas. He probado a cambiar la nacionali-dad, china o francesa, por ejemplo, pero no acaba de convencerme. Me he preguntado cómo, en medio del polvo de Ajdabiya, Estados Unidos podía ser un escudo.

EE. UU. se oculta secretamente en algún lugar de las almas más impensables. Es el poder de este país como idea lo que lo distingue y lo convierte en una forma de ente transnacional. A menudo, la idea se viene abajo, como ha sucedido esta última década, pero ningún otro país ejerce semejante do-minio todavía en la imaginación mundial. América, con su infinita capacidad de renovación, su invo-cación de lo mejor de nuestra natu-raleza, su encarnación de la fron-tera, su concepción universal de la idea de nación, resuena en algún lugar, incluso en una árida llanura libia donde, hace décadas, los alia-dos lucharon contra Rommel.

Durante los años en los que in-formé sobre la guerra bosnia, en-contré refugiados que se quejaban

de que los mandaban a Alemania cuando ellos querían ir a Estados Unidos, y si les preguntaba que a qué parte, a menudo decían: “Chi-cago”. Su razón para elegir Chica-go era siempre la misma: “Al Ca-pone”. Puede que fuese un gánster. O puede que fuese la libertad. Cuál sea el atractivo carece de impor-tancia. El ideal estadounidense es-tá en todas partes, una referencia visual, cultural y lingüística sin la que parece imposible encuadrar nuestras vidas.

Ninguna potencia en ciernes —ni China, ni India, ni Brasil— ha empezado siquiera a asumir esta función. Puede que estos países sean objeto de interés, pero no han sido interiorizados; no han llegado a habitar nuestros sueños. No fue ninguna sorpresa que Rusia, Bra-sil, India y China se abstuviesen en la votación sobre la resolución de Naciones Unidas que autoriza-ba el uso de la fuerza en Libia para proteger a los civiles. Son poten-cias que van a lo suyo.

De momento, se dedican a la continua acumulación de riqueza. Su poder material crece, pero su influencia emocional en el mundo es estática. Como Barack Obama señalaba en una tardía justifica-ción de la misión libia, “puede que algunos países sean capaces de hacer caso omiso de las atrocida-des en otros países. Estados Uni-dos es diferente”.

Esto hace que surja la pregun-ta de en qué sentido. Me siento inclinado a decir que en el poder de ese nombre, Estados Unidos, para salvar cuatro vidas en medio del fragor de la batalla. Pero claro está que la diferencia, imaginada o real, también es provocadora.

Hay quienes odian a Estados Unidos y algunos de ellos, como en el caso de los asesinos del pe-

riodista Daniel Pearl, no tendrán ningún reparo en matar. La excep-cionalidad estadounidense —la idea de que su atractivo como faro universal de libertad lo distingue de otros Estados— puede hacer que el país se sienta tentado a tomar la traicionera senda de la egolatría mesiánica. En su forma más exagerada de desprecio por el mundo, la que encontramos en la extrema derecha del país, es una receta perfecta para las ilusiones peligrosas; una forma de ceguera en un momento en el que Estados Unidos anda corto de dinero y se ve enfrentado a esas potencias en auge que solo se preocupan por ellas mismas.

Pero negar la diferencia de Estados Unidos es una ceguera igual de grande. Yo no nací esta-dounidense. Me convertí en esta-dounidense. Y por eso pasé por un rito de iniciación intrínseco a la formación de una nación deseada. Estados Unidos es una elección. Es una nación entendida de una manera activa, no pasiva. En pa-labras de Archibald Mac Leish, “la idea estadounidense, de un modo bastante literal y realista, es Esta-dos Unidos”.

Aquel soldado libio nunca ha leído estas palabras. Puede que ni siquiera haya oído hablar jamás de Al Capone. Y, sin embargo, había algo, una fuerza indescriptible.

Mis pensamientos vuelan hasta el tío de mi primera esposa, un joven llamado Robert Lund, de Stillwater (Minnesota), a quien mataron en el norte de África en 1943 y fue enterrado allí.

¿Es excesivo imaginar que este chico del medio oeste que murió en una tierra lejana dio su vida para que Estados Unidos, la idea, pudiese vivir (y, a su vez, también cuatro amigos míos)?

Envíe sus comentarios a [email protected].

inTeligencia/roger cohen

Estados Unidos, la idea

Charles dharapak/assoCiaTed press

ee. UU. resuena, incluso en libia. vigilia en apoyo a rebeldes libios frente a la Casa Blanca.

Domingo, 3 DE Abril DE 2011� 3

e l m u n d o

POR RANDAL C. ARCHIBOLD y DAMIEN CAVE

SAN PEDRO SULA, Honduras — Daisy Oviedo Mejía, una maestra de primaria de 22 años, murió bajo una ráfaga de balas mientras veía a su hermano jugar futbol hace unas

semanas. Fue una víctima inocente, informaron las au-toridades, una más a causa de la violen-cia y los males so-ciales que sacuden a Centroamérica al

tiempo que grupos criminales con-vierten a la región en una principal arteria para canalizar cocaína ha-cia Estados Unidos.

Las agresivas medidas enérgicas contra las organizaciones crimina-les en México y Colombia, aunadas a los esfuerzos para limitar el con-trabando a través del Caribe, han empujado cada vez más al flagelo de las drogas hacia los pequeños países centroamericanos incapa-ces de combatirlo.

De los embarques de cocaína co-nocidos que se mueven al norte, el 84 por ciento cruzó a través de esta región el año pasado, de acuerdo con datos de rastreos por radar de las autoridades estadounidenses

—un marcado incremento compa-rado con el 44 por ciento registrado en el 2008, y sólo el 23 por ciento en el 2006—.

Cinco de las siete naciones cen-troamericanas figuran actual-mente en la lista de Estados Unidos de los 20 “principales países para el tránsito de drogas o principales productores de drogas”. Costa Ri-ca, Nicaragua y Honduras fueron agregados apenas el año pasado.

Los cárteles mexicanos han reclutado a bandas locales para ayudar a reforzar los envíos, han incrementado el consumo al pagar con droga y expandido la extorsión y las redes de secuestros.

“Es David contra Goliat”, di-jo Marlon Pascua, secretario de Defensa de Honduras. “Nosotros somos David peleando contra el gigante”.

El presidente de EE. UU. , Barack Obama, en visita a El Salvador, en marzo último, anunció un plan para combatir al crimen organizado en la región al fortalecer las institucio-nes civiles, y al capacitar y equipar a las autoridades locales.

Sin embargo, EE. UU. se ha visto lento para cumplir anteriores pro-mesas de apoyo. De los US$258 mi-llones en ayuda para impartición de justicia previstos para Centroamé-rica en el 2007, sólo US$20 millones habían sido realmente gastados para abril del año pasado.

Los funcionarios estadouniden-ses dicen que un golpe de Estado en Honduras, en el 2009, le abrió la puerta a los cárteles y, en marzo, las autoridades encontraron un impor-tante laboratorio de procesamien-to de cocaína, lo que sugiere que la región se estaba convirtiendo en fabricante de drogas.

Sin ayuda inmediata, dijo José María Tijerino Pacheco, Secreta-rio de Seguridad Pública de Costa Rica, “la región va a degenerar en otro México”.

En Honduras, la costa al noreste de San Pedro Sula ofrece un bosque tropical remoto y en gran parte deshabitado que resulta perfecto para los aviones monomotores uti-lizados por los traficantes.

En Costa Rica, la costa del Pa-cífico ha demostrado ser igual de porosa. Lanchas de motor con con-trabando surcan las rutas de nave-gación, de acuerdo con pescadores en Puntarenas, el principal puerto de ese país en el Pacífico.

Mauricio Boraschi, quien ocupa el recién creado cargo de Comisio-nado Nacional Antidrogas de Costa Rica, dijo que los cárteles mexica-nos estaban engullendo todo ne-gocio legítimo. “Compran todo, las granjas, los medios de producción, el transporte”, señaló Boraschi. “Todo es para mover la cocaína”.

De las 26 lanchas de Costa Rica para seguridad, sólo 14 funcionan, dijo Tijerino. Incluso, las estaciones más grandes de la Guardia Coste-

ra, agregó, pueden cubrir sólo el 5 por ciento de su territorio.

Centroamérica no sólo está reple-ta de narcotraficantes. La región se ha convertido en un importante consumidor de cocaína, a partir de hace unos cuantos años, cuando los cárteles empezaron a pagarle a la gente en especie.

Las consecuencias se siguen multiplicando. Zonas urbanas y pueblos costeros experimentan más crímenes relacionados con las drogas, mientras que los centros de tratamientos están tan abrumados y mal preparados como la Policía.

En Honduras, la tasa de asesina-tos se ha disparado (a 66.8 de cada 100 mil personas) y es la peor de Centroamérica.

El padre de Daisy, Gonzalo Ovie-do, predicaba la no violencia en La Lima, donde su hija vivía y trabaja-ba en la escuela religiosa que ma-neja la familia. Nunca se imaginó, dijo, que su fe sería puesta a prueba de esa manera.

“No es fácil tener esperanza”, ex-presó. “Lo que tenemos es desespe-ración, angustia y temor”.

Tomas muniTa para The new York Times

honduras tiene la tasa de asesinatos más alta de la región. en la foto, Fernando Ferre cava la tumba de una vecina asesinada.

Las drogas y males sociales tienen bajo asedio a Centroamérica

Randal C. Archibold reportó desde San Pedro Sula, y Damien Cave lo hizo desde Puntarenas, Costa Rica.

en lÍneA: Crimen se extiendeFotografías adicionales de la propagación de la narcoviolencia en Centroamérica.nytimes.com/world

4� Domingo, 3 DE Abril DE 2011

e l �m undo

POR NORIMITSU ONISHI y JAMES GLANZ

TOKIO — En el país que le dio al mundo la palabra tsunami, el sis-tema nuclear japonés no tuvo en cuenta la fuerza destructiva que podían tener las paredes de agua. La palabra ni siquiera aparecía en las pautas gubernamentales hasta 2006, décadas después de que las plantas –entre ellas Fukushima Daiichi, que los funcionarios siguen luchando por controlar- empezaron a salpicar la costa japonesa.

La falta de atención puede expli-car por qué en un país rodeado de placas tectónicas, que suelen ge-nerar tsunamis, las protecciones eran tan minúsculas en compara-ción con el tsunami de casi catorce metros que desbordó la planta de Fukushima el 11 de marzo. La ola superó tres veces la altura del ris-co de cuatro metros sobre el que se había construido la planta.

El gobierno japonés y funciona-rios de la empresa de servicios di-cen una y otra vez que los ingenieros nunca podrían haber anticipado la intensidad 9 del terremoto más fuer-te de la historia del país. De todos modos, sismólogos y especialistas en tsunamis dicen que, según los datos disponibles, un terremoto de 7,5 de magnitud, algo casi rutinario en la costa del Pacífico, podría haber generado un tsunami de intensidad suficiente para superar el risco de cuatro metros de Fukushima.

Luego de que un grupo asesor hi-

zo recomendaciones en 2002, Tok-yo Electric Power Company, dueña de la planta y principal empresa de servicios de Japón, elevó su máxi-mo pronóstico de nivel de un tsuna-mi en Fukushima Daiichi a entre 5,4 y 7,5 metros, más que el risco de cuatro metros. La compañía, sin embargo, sólo pareció responder con un aumento de 20 cm del nivel de una bomba eléctrica cercana a la costa, se supone que para proteger-la de un mayor nivel de agua.

“Sólo se puede trabajar sobre la base de precedentes, y no los había”, dijo Tsuneo Futami, un ex ingeniero nuclear de Tokyo Electric que fue di-rector de Fukushima Daiichi a fines de la década de 1990. “Cuando dirigí la planta, la idea de un tsunami nun-ca se me pasó por la cabeza”.

La intensidad con la que el terre-moto sacudió la tierra en Fukushi-ma también superó los criterios uti-lizados en el diseño de la planta, si bien en menor medida que el tsuna-mi, según datos que Tokyo Electric le dio al Foro Industrial Atómico

de Japón. Sobre la base de lo que se sabe ahora, el tsunami desencade-nó la crisis nuclear al inundar los generadores de apoyo necesarios para alimentar el sistema de en-friamiento del reactor.

Durante décadas, sin embargo, los funcionarios japoneses y hasta partes de su sistema de ingeniería se atuvieron a preceptos científicos más antiguos para la protección de las plantas nucleares, por lo que sólo tuvieron en cuenta los terre-motos y tsunamis registrados y no aprovecharon los avances de la sis-mología y la evaluación de riesgos posteriores a la década de 1970.

Cuando los ingenieros japoneses empezaron a diseñar sus primeras plantas de energía nuclear hace más de cuarenta años, recurrieron al pasado en busca de datos sobre cómo protegerlas. Los archivos oficiales, algunos de ellos centena-rios, contenían información sobre tsunamis que habían inundado po-blaciones costeras, lo que permitió a los ingenieros calcular su altura.

Se erigieron paredes más altas que los tsunamis más altos de los que se tenía información. En el ca-so de Fukushima Daiichi, los fun-cionarios de Tokyo Electric usaron como referencia un tsunami con-temporáneo: una ola de 3,2 metros de altura que había generado un te-rremoto de 9,5 de intensidad en Chi-le en 1960. El risco de cuatro metros sobre el que se construyó la planta serviría como muro de contención natural, según Masaru Kobayashi, especialista en resistencia sísmica de la Dirección de Seguridad In-dustrial y Nuclear, el organismo regulador nuclear japonés.

Los ingenieros adoptaron una

actitud similar en el caso de los terremotos. A la hora de diseñar la planta de Fukushima, los datos ofi-ciales de hasta 1600 indicaban que los terremotos costeros más fuer-tes en la prefectura de Fukushima habían registrado intensidades de 7 y 8, dijo Kobayashi.

Esos métodos, sin embargo, no tuvieron en cuenta elementos in-ciertos como fallas no descubiertas ni terremotos gigantes, dijo Greg S. Hardy, ingeniero de Simpson Gum-pertz & Heger que se especializa en diseño de plantas nucleares y ries-go sísmico. Hardy visitó Kashiwa-zaki luego del terremoto de 2007 en el marco de un estudio que auspició el Instituto de Investigaciones de Energía Eléctrica. “Lo dejamos en manos de expertos”, dijo Masatoshi Toyoda, un vicepresidente de Tok-yo Electric jubilado que supervisó la construcción de la planta. Agre-gó: “Analizaron documentos para determinar cuántas lápidas se ha-bían derrumbado y esas cosas”.

Por último, especialistas de gu-bernamentales impulsaron pautas de construcción más estrictas. La presión aumentó mucho después del devastador terremoto de Kobe de 1995, señaló Kenji Sumita, vice-presidente de la Comisión de Segu-ridad Nuclear del gobierno a fines de los años 90. Sumita dijo que las firmas de energía, que se concen-traban en terminar de construir una decena de reactores, se resis-tían a adoptar esas pautas.

La primera referencia clara a los tsunamis apareció en los nue-vos lineamientos para las plantas nucleares de Japón, que se dieron a conocer en 2006. El riesgo había sido objeto de cierta atención en

2002, cuando la Sociedad Japonesa de Ingenieros Civiles publicó pau-tas recomendadas sobre tsunamis para operadores nucleares.

Un grupo de estudio de la socie-dad que integraban académicos y representantes de empresas de servicios como Tokyo Electric ana-lizó los datos sobre tsunamis ante-riores, así como nueva información sobre líneas de falla y geografía lo-cal, y propuso las nuevas pautas.

En la última reunión del grupo, que se realizó apenas algo más de una semana antes del reciente tsunami, los investigadores deba-tieron la utilidad de las simulacio-nes tridimensionales para pronos-ticar el daño que podrían causar los tsunamis en las plantas nucleares, según surge de las minutas de las reuniones. Tal vez la observación más triste de científicos extranjeros sea que, incluso a través del pequeño cristal de los tsunamis registrados, tendría que haberse reconocido la posibilidad de que la protección con-tra tsunamis de Fukushima podía verse desbordada con facilidad. En 1993, un terremoto de 7,8 de intensi-dad generó tsunamis de alturas su-periores a los nueve metros frente a la costa oeste de Japón, los cuales causaron grandes daños.

Por otra parte, hasta el pasado remoto proporcionaba informa-ción que pudo servir de adverten-cia. Veinte años después de la ins-talación de Fukushima Daiichi, investigadores que analizaban los archivos estimaron que un terre-moto había producido un tsunami que había avanzado dos kilómetros tierra adentro en una zona ubicada apenas al norte de la planta, y eso pasó en el año 869.

La fuerza del mar es una amenaza desatendida por los ingenieros nucleares

Nada doblega el ánimo de japoneses

Kim Kyung-Hoon/ReuteRs

Aunque había prevención, fue inadecuada. en la foto, control de radiación a una mujer en un centro de evacuación.

Norimitsu Onishi informó desde Tokio y James Glanz lo hizo desde Nueva York. Con la colaboración de Ken Belson y Hiroko Tabuchi en Tokio.

POR MARTIN FACKLER

AYUKAWAHAMA, Japón — Seiko Taira y su familia se insta-laron en una rutina sombría desde que tuvo lugar el tsunami: sus hijos salen a buscar madera para el fue-go; ella y una hija acarrean agua desde el pantano; y su nieto espera su única comida diaria, un paquete de la municipalidad que, en gene-ral, contiene un pedazo de pan para cada uno, algunas latas de atún y una taza de fideos instantáneos.

Hoy, su nieto de 4 años encontró una delicia inesperada: tres enva-ses con yogur.

“Mami, ¿puedo comer yogur también?” rogó.

“Si lo comes ahora, tal vez no tengas nada para comer mañana”, respondió su madre.

En tanto centenares de miles de japoneses han buscado ayuda en refugios de evacuación bien abas-tecidos, quienes quedaron varados en sus casas sienten con temor que corren el riesgo de ser pasados por alto. Muchos fueron aislados por las olas que dejaron fuera de servi-cio rutas, la electricidad y el agua.

Fieles a un ethos japonés de “ga-man”, resistencia, mantienen un estoicismo entusiasta que encubre una profunda ansiedad.

“En esta parte de Japón, somos buenos para la resistencia”, dijo la señora Taira, de 54 años, mantenien-do una sonrisa resuelta en su rostro.

Por empezar, la señora Taira vivía al borde de la línea oficial de pobre-za de Japón. Pero aunque tuviera di-nero, muchas tiendas están vacías o fueron arrastradas por las olas.

“Cuesta creer que esto es Japón”, dijo Taira, que ganaba el equivalen-te de US$1 mil 500 mensuales como asistente de tiempo parcial en un hogar de ancianos antes de que lle-garan las olas. “Nunca imaginé que llegaríamos a esto”.

Hay días en que ella y su hija menor, Yumi, 17, rastrillan los res-tos que dejó el tsunami buscando cualquier cosa que puedan usar. La señora Taira describió con culpa có-mo se apoderó de una gran olla que estaba entre los desechos y que aho-ra usan para hervir agua. Dijo que recordaba las olas del 11 de marzo como paredes negras de agua que consumieron rápidamente su pue-blo de 1 mil 400 habitantes, uno de los centros balleneros tradiciona-les en Japón. Varada en un primer momento en la municipalidad, fi-nalmente llegó a su casa un día des-pués escalando una montaña.

Allí, encontró no sólo a Yumi, que vivía con ella, sino también a sus dos hijos, su otra hija y su nieto, que justamente estaban en la zona por trabajo o compras y se quedaron encallados cuando las olas destru-yeron la única ruta de salida.

Durante la primera semana, so-brevivieron con la comida que que-

daba en su cocina, que era más de la habitual porque la mañana pre-via al terremoto había ido de com-pras al almacén. Pero a medida que iban vaciándose las alacenas, la angustiaba ir a pedir ayuda a la municipalidad.

Al principio, la familia se negó, di-ciendo que la gente de esta región del norte de Japón era orgullosamente autosuficiente. Después oyeron hablar por radio de los centros de evacuación de otras ciudades muy castigadas, que estaban recibiendo asistencia. Ella dijo que ningún ofi-cial había hecho verificaciones en su barrio, que estaba ubicado en una posición privilegiada sobre una la-dera cercana a un templo sintoísta.

“Empezó a dolerme que hubiera desigualdades en la asistencia”, dijo Taira. “Fue entonces cuando decidí ir a buscar ayuda”.

Los funcionarios respondieron con una entrega de comida por día. Recientemente, cuando llegó un re-parto, su nieto Riko Kanno dio un salto, gritando con regocijo: “¡Soy un dinosaurio!”. Tomó el único pe-dazo de pan y rápidamente comen-zó a devorarlo. Posteriormente, cuando Riku no podía oír, su ma-dre, Satomi Kanno, confió en voz baja que los adultos cuidaban que él recibiera más comida que ellos. Pero que ella desearía poder darle una golosina o jugo –lujos que no fi-guran en las entregas diarias–.

La señora Kanno dijo que la fa-milia intenta hacer una reserva de comida guardando una porción de lo que llega cada día, por si se inte-rrumpen los envíos de alimentos.

También confió sus temores en cuanto a la salud. Sufre de síndro-me de Zollinger-Ellison, por el que tiene un pequeño tumor en los in-testinos y le quedan medicamentos para tratarlo solamente para cua-tro días. Riku, que tiene un soplo cardíaco, también tenía previsto un chequeo regular.

“Si sólo tuviéramos 25 litros de nafta”, dijo ella, podría ir hasta el hospital de la universidad donde ambos son atendidos.

Cuando no están buscando ob-jetos o lavando, pasan gran parte del tiempo adentro, esperando que las cosas mejoren o alguna señal, quizá, de que podrán recuperar algunas de las comodidades que tenían. Mientras afuera nevaba, la señora Taira dijo que aguarda el momento en que su familia suba a las montañas detrás de la ciudad para recoger las verduras en la primavera.

“No he comido una sola verdura desde que esto pasó”, dijo, en una habitación atestada de ropa colga-da para secar. “Vecinos mayores nos han estado enseñando a vivir prescindiendo de la tierra”.

sHiHo FuKADA PARA tHe neW yoRK times

Algunos japoneses, como seiko taira, izquierda, están varados en su casa, con poco acceso a la ayuda, luego del terremoto.

Domingo, 3 DE Abril DE 2011� 5

e l m u n d o

conocidos. Psicólogos ci-viles han desarrollado muchas de las técnicas, para lo cual se basan en la información pública sobre determinado gobernante: discursos, escritos, datos biográficos, conducta ob-servable. Los pronósticos resultantes indican que la “creación de perfiles a la distancia” sigue siendo más un arte que una ciencia. Por eso, en una crisis como la de Libia, es vital conocer el va-lor de las evaluaciones y sus limitaciones reales.

“Los especialistas en perfiles pueden pronosti-car conductas mejor que un chimpancé con los ojos vendados, pero la diferen-cia no es tan grande como nos gustaría”, señaló Phi-lip Tetlock, un psicólogo de la Facultad Wharton de la Universidad de Pensilva-nia. El método que se utili-za desde hace más tiempo se basa en estudios de ca-sos clínicos, las biografías psicológicas que crean los terapeutas cuando hacen un diagnóstico y que men-cionan influencias que se remontan a la infancia. El primer perfil del que se tiene registro, que encargó la Oficina de Servicios Es-tratégicos –la predecesora de la CIA- a principios de la década de 1940, fue el de Adolf Hitler, para el cual el especialista en persona-lidad de Harvard Henry A. Murray especuló sobre las tendencias edípicas, el “pánico homosexual” y la “infinita autodegradación” de Hitler.

Los analistas siguen usando esa metodología, pero con un anclaje más fuerte en los datos biográ-ficos que en la especula-ción freudiana o la opinión personal.

Las caracterizaciones de ese tipo han tenido gran valor en el pasado. Como preparación para las nego-ciaciones de paz de Camp David entre Israel y Egip-to, la CIA le proporcionó al presidente Jimmy Carter perfiles de los gobernantes de ambos países, Menajem Begin y Anuar el-Sadat.

De todos modos, las eva-luaciones también pueden ser erradas. Los perfiles del presidente iraquí Sa-ddam Hussein que circula-ban a principios de los años 90 sugerían que éste era un pragmático que cedería bajo presión.

Los especialistas en inteligencia se muestran cautelosos y complemen-

tan los estudios de caso con técnicas de “análisis de contenido” que buscan pa-trones en las declaraciones o textos de un gobernante.

Un programa de soft-ware que desarrolló una investigadora de la Univer-sidad de Siracusa en Nueva York, Margaret Hermann, evalúa la relativa frecuen-cia de determinadas cate-gorías de palabras (como “yo”, “mí”, “mío”) en en-trevistas y discursos, lue-go de lo cual relaciona los resultados con caracterís-ticas de los gobernantes.

Una técnica que usa Da-vid G. Winter, profesor de Psicología de la Universi-dad de Michigan, se basa en fuentes similares para evaluar las motivaciones de los gobernantes, su necesidad poder, logros y asociación. La frase “Sin duda podemos erradicar-los” refleja una marcada orientación hacia el poder, mientras que “Después de cenar nos dedicamos a charlar y a reírnos” sugie-re asociación.

“La combinación de po-der y asociación elevados indica que es probable que la persona establezca una comunicación, mientras que el poder sumado a un nivel de asociación bajo tiende a pronosticar agre-sión”, dijo el Dr. Winter. “Esa es la idea, aunque no se puede predecir todo con seguridad”.

Al menos un grupo de creadores de perfiles in-corpora la falta de seguri-dad a sus pronósticos.

Los investigadores com-paran las comunicaciones que derivaron en el esta-llido de la Primera Guerra Mundial y la guerra de Co-rea con las que culminaron en un desenlace pacífico, como la crisis cubana de los misiles de 1962. Cuanto mayor es el nivel de incer-tidumbre admitido, menos probable es que un gober-nante busque la guerra, dijo Peter Suedfeld, psicó-logo de la Universidad de la Columbia Británica.

Aún no ha analizado las declaraciones del coronel Gadafi, pero no hace falta un especialista para obser-var que el líder libio suena muy seguro de sí, si bien no siempre es coherente.

Qué hay en la mente de un tirano

Viene de la página 1milestone film

ee.UU. contrató alguna vez a especialistas en personalidad para que analicen la psiquis de Hitler. Hoy la CiA hace un trabajo similar.

antimoda está generando imitadores, escribió The Times, o al menos ha pasado a ser símbolo del “éxito para una nueva generación de as-pirantes a millonarios”.

Nathan Tone, de Austin, Texas, dijo en su blog que es como si no se pudiera tener una empresa sin usar pan-talones de jogging.

Algunos, sin embargo, vi-ven con la ropa de gimnasia

puesta. Jocelyn Greenky Herz, que trabaja en una empresa organizadora de eventos en Nueva York, comentó a The Times que pueden encontrarla muchas veces en el trabajo o salien-do a cenar vestida con uno de sus más de 10 pantalones con cintura elástica. Sólo 4 por ciento de las mujeres de Estados Unidos dice que usa atuendo empresarial estricto, y un 31 por ciento sostiene que se viste de manera totalmente infor-mal, publicó The Times. Y la ropa de ejercicio como los pantalones de yoga se ha

vuelto tan popular en la ofi-cina que diseñadores como Alexander Wang y Kors es-tán fabricando pantalones de ejercicio de lujo.

También los directores de empresa han descubierto el poder de la ropa informal. Steven P. Jobs, de Apple, usa Levi’s y remeras de cuello alto negras, probablemente para no eclipsar a la marca, informó The Times. Sergio Marchionne, de Chrysler, se viste con un suéter ne-gro y una camisa Oxford a cuadros como uniforme.

“El mensaje que quiso transmitir es que no usar

corbata, no usar traje sig-nifica que son más flexibles y que lo que realmente im-porta no es el uniforme sino otra cosa”, dijo a The Times Cristiano Carlutti, que fue responsable de autos usa-dos en Fiat. Sin embargo, para los fabricantes de trajes a medida como Bruce Cameron Clark en Nueva York, la tendencia es una “plaga informal”.

“Hace 20 años era otra cosa”, dijo a The Times. “La gente se interesaba más por su apariencia. Nos estamos yendo a pique”.

ANITA PATIL

Viene de la página 1

Enamorados del “estilo americano”

Sus comentarios son bienvenidos en [email protected].

6� Domingo, 3 DE Abril DE 2011

e l �m undo

POR LYDIA POLGREEN

GHAZIABAD, India — Los jóve-nes enamorados se vieron en un sitio solitario junto a un campo de trigo a las afueras del extenso suburbio de Ghaziabad, en Nueva Delhi, donde la India tradicional de los campos de mostaza y carros tirados por bue-yes colinda con las torres de aparta-mentos en frenética construcción de la clase media en ciernes. Fueron en busca de un lugar para estar solos, pero en lugar de eso se encontraron en una violenta encrucijada entre la India nueva y la vieja.

Ahí, de acuerdo con la Policía, cinco jóvenes borrachos de una población campesina cercana ata-caron recientemente a la pareja, al golpear al hombre y violar en gru-po a la mujer. Fue el más reciente de una serie de brutales ataques sexuales en la próspera capital de India y sus extensos suburbios.

En cada caso, ha habido un en-frentamiento explosivo entre la ciu-dad que se moderniza rápidamente y la atribulada y conservadora cultura aldeana cada vez más in-vadida por la capital. Las víctimas son, casi invariablemente, jóvenes educadas que trabajan y disfrutan de una libertad que no se conocía ni siquiera hace una década.

Los acusados son casi siempre jóvenes que abandonaron sus estu-dios de preparatoria y originarios de las aldeas circundantes, donde frecuentemente se considera que las mujeres que trabajan fuera del hogar carecen de virtud y, por lo tanto, merecen ser víctimas de acoso e incluso violadas.

La Policía y activistas de los de-rechos de la mujer señalan que una inmensa mayoría de los crímenes contra mujeres no es reportada. El choque entre la ciudad, cada vez más cosmopolita, y sus tradiciona-les alrededores está empeorando, señalan.

En pocos lugares es tan evidente como en Ghaziabad, situado en el borde oriente de Nueva Delhi. La tierra de cultivo donde se reunió la pareja representa una línea diviso-ria invisible.

El hombre era ingeniero en una compañía de alta tecnología con un salario suficientemente bueno como para poder comprar una mo-tocicleta y una laptop. La mujer era contadora en una fábrica de ropa y tenía su propio teléfono celular y cuenta de correo electrónico.

Sus atacantes vivían en la aldea de Raispur, a menos de 2 kilómetros del pulcro complejo donde el hom-bre compartía un apartamento con sus padres, pero pertenecen a una India diferente. Ninguno se graduó de preparatoria; las calles de su al-dea huelen a estiércol de vaca.

Vijay Kumar Singh, oficial de policía de alto rango que investigó la violación, dijo que un joven llegó a la estación para reportar que su teléfono celular y su laptop habían

sido robados. Cuando el joven afir-mó que se los habían quitado cerca de una tierra de cultivo solitaria a orillas de la ciudad, Singh comenzó a sospechar.

Finalmente, el joven admitió ha-ber llevado a su novia al lugar para poder estar solos y que cinco hom-bres lo habían golpeado a él y a ella la habían violado.

La Policía arrestó a los cinco jó-venes y presentó cargos de viola-ción y robo. Intentaron, en repeti-das ocasiones, hacer que la mujer los acusara y ofrecieron proteger su identidad.

Ella envió una cortante respues-ta vía correo electrónico: “la poli-

cía no podrá restituir mi honor”. Más tarde, su hermano la encontró cuando intentaba colgarse.

Singh dijo que, sin evidencia físi-ca o el testimonio de la víctima, el cargo por violación no se sosten-dría.

Un episodio similar ocurrido en Delhi, en noviembre, tuvo un final muy diferente. Unos hombres en un picop secuestraron y violaron a una mujer que trabajaba en un cen-tro de outsourcing.

La mujer se mostró ansiosa por presentar cargos, relató la Policía. Los investigadores localizaron y arrestaron a cinco hombres y la evidencia de ADN básicamente aseguró sus condenas.

H.G.S. Dhaliwal, subcomisiona-do de la Policía, calculó que sólo una de cada 10 violaciones en la región de Delhi eran reportadas.

“Sin embargo, esta chica fue muy valiente”, afirmó. “Es algo muy di-fícil en el contexto indio, pero hay que reportarlo”.

POR MICHAEL SLACKMAN

EL CAIRO — En un Egipto posre-volucionario donde la esperanza y la confusión colisionan en la lucha diaria por edificar una nueva na-ción, la religión ha surgido como una poderosa fuerza política des-pués de una insurrección basada en ideales laicos.

La Hermandad Musulmana, grupo islamista alguna vez vetado por el Estado, ocupa una posición destacada al haberse convertido en socio tácito del gobierno militar que, muchos temen, frustrará cam-bios fundamentales.

También queda claro que los jó-venes activistas laicos y educados que impulsaron inicialmente la re-volución carente de ideología ya no son su motor político principal, al menos por ahora.

“Existe evidencia de que la Her-mandad pactó desde un principio algún tipo de acuerdo con el Ejérci-to”, opinó Elijah Zarwan, analista de alto nivel del Grupo Internacio-nal de Crisis. “Es lógico si eres el Ejército, buscas estabilidad y que la gente abandone la calle. La Her-mandad es un lugar al que puedes acudir para sacar a 100 mil perso-nas de la calle”.

Amr Koura, productor televisivo de 55 años, reflejó las opiniones de la minoría laica. “Todos estamos preocupados”, dijo. “Los jóvenes ya no tienen el control de la revolu-ción. Resultó obvio en las últimas semanas, cuando veías a mucha gente con barba tomar el mando. La juventud se ha ido”.

En los inicios de la revolución, la Hermandad se mostró reacia a su-marse a los llamados a las manifes-taciones. Sólo se unió cuando quedó claro que el movimiento de protesta

había cobrado fuerza. La organiza-ción mantuvo en todo momento un perfil bajo, parte de un instinto de supervivencia perfeccionado a lo largo de décadas de represión por el Estado.

Cabía entonces la duda de si la Hermandad buscaría imponerse gracias a su excelente estructura organizacional. Todo parece indi-car ahora que así es.

Un miembro de la Hermandad fue nombrado al comité encarga-do de proponer enmiendas cons-titucionales que prevén, en esen-cia, una aceleración del proceso electoral para poder organizar comicios parlamentarios antes de septiembre, seguidos de cerca por una contienda presidencial. Ese calendario expedito es considera-do ventajoso para la Hermandad y lo que queda del Partido Democrá-tico Nacional de Hosni Mubarak,

que cuentan con redes nacionales. El próximo Parlamento supervi-sará la redacción de una nueva Constitución.

Antes de la votación, el 19 de marzo, Essam el-Erian, líder y vo-cero de la Hermandad, respaldó la posición gubernamental favorable a la propuesta en un popular pro-grama televisivo. Con una partici-pación récord, la votación fue con-siderada un éxito. Pero la campa-ña a favor del “sí” se basó en gran parte en el atractivo religioso: se advirtió a los electores que, de no aprobar las enmiendas, Egipto se volvería laico.

“El problema es que nuestro país se quedará sin religión”, rezaba un volante distribuido en El Cairo por un grupo autodenominado Socie-dad Revolucionaria Egipcia. “Sig-nifica que el llamado a la oración ya no se oirá, como en el caso de Suiza,

y que las mujeres ya no tendrán de-recho de vestir el hijab, como en el caso de Francia”, indicaba, en refe-rencia al velo musulmán.

Finalmente, el “sí” se llevó el 77.2 por ciento de los votos.

Eso no significa que la Herman-dad busque establecer un Estado islámico. Desde el inicio de las pro-testas, los líderes de la organiza-ción proclamaron su compromiso con la tolerancia religiosa y una forma de Gobierno democrática y pluralista. Indicaron que no postu-larían ningún candidato a la Presi-dencia y que sólo contenderían por un poco más del tercio del total de escaños parlamentarios y recibi-rían con beneplácito a cristianos coptos y mujeres en el partido polí-tico afiliado a su movimiento.

Erian confirmó en una entrevista que nada de ello ha cambiado.

Las fuerzas más laicas indican

que lo que necesitan es tiempo.Ola Shahba, integrante de 32

años de la coalición joven detrás de las protestas, indicó que Egipto aún es una labor en progreso. “Tras los resultados del referéndum, necesi-tamos ser humildes”.

La coalición y otros han dicho que consideran a la abrumadora aprobación de las enmiendas y el ascenso de la Hermandad como preocupantes, y prueba de que más fuerzas liberales necesitan organi-zarse rápidamente en una campa-ña eficiente de apoyo.

“La libertad es agradable; la de-mocracia también”, explicó Rifaat Abdul Massih, obrero de la cons-trucción, 39. “Pero soy cristiano y el futuro nos preocupa un poco. Voté ‘no’ para darles más tiempo a los partidos laicos. No quiero tener a la Hermandad Musulmana aquí tan pronto”.

ANDREA BRUCE pARA THE NEW YORK TIMES

La Hermandad Musulmana sustituyó a la juventud laica como motor de la revolución egipcia. Reunión de la Hermandad, en El Cairo.

Ataques brutales, donde chocan la ciudad y el campo.

Violaciones y agresión remarcan las diferencias sociales en la India

Preocupa ascenso de islamistas

Hari Kumar contribuyó con reportes para este artículo.

Nadim Audi contribuyó con información para este artículo.

Domingo, 3 DE Abril DE 2011� 7

d i n e r o y n e g o c i o s

POR ADAM BRYANT

MOUNTAIN VIEW, California — A principios del 2009, Google emprendió un plan para desarro-llar mejores jefes.

El Proyecto Oxígeno dio inicio al analizar evaluaciones de desempe-ño, sondeos de retroalimentación y nominaciones a premios para los mejores gerentes, y correlacionó frases, palabras, elogios y quejas.

Más tarde ese mismo año, los equipos de “analítica de la gente” presentaron una lista de directri-ces.

La lista parece obvia:1. Sea un buen coach2. Faculte a su equipo y evite la

microgerencia3. Exprese interés en el éxito y

el bienestar de los miembros del equipo

4. No sea tímido: sea productivo y esté orientado a los resultados

5. Sea un buen comunicador y es-cuche a su equipo

6. Ayude a sus empleados con el desarrollo de sus trayectorias

7. Establezca una estrategia y vi-sión claras para el equipo

8. Tenga habilidades técnicas claves para que pueda aconsejar al equipo

“Mi primera reacción fue, ‘¿eso es todo?’”, comenta Laszlo Bock, vicepresidente de Google para “operaciones de la gente”, el tér-

mino al interior de Google para los recursos humanos.

Bock y su equipo clasificaron esas ocho directrices por relevan-cia, y es allí donde su proyecto se pone interesante.

Lo que los empleados valoraban más eran los jefes serenos, que realizaban juntas individuales, que ayudaban a la gente haciendo preguntas, no dictando respuestas, y que se interesaban en las vidas y

trayectorias de los empleados.“Siempre creímos que, para ser

un gerente, sobre todo en la rama de la ingeniería, necesitabas ser un experto con conocimientos téc-nicos más profundos que los de tus subordinados”, manifiesta Bock. “Resulta que eso es lo menos im-portante”.

Un creciente número de compa-ñías está tratando de aplicar un enfoque centrado en los datos al impredecible mundo de las interac-ciones humanas, y “Google real-

mente está a la vanguardia de ello”, afirma Todd Safferstone, director ejecutivo del Consejo de Liderazgo Corporativo de la firma Corporate Executive Board.

Muchas compañías, explicó Sa-fferstone, adoptan modelos geren-ciales genéricos que le indican a la gente una veintena de cosas que deben hacer como gerentes, sin clasificar esos rasgos por relevan-cia. Con frecuencia, las compañías rechazan esos modelos, agregó, porque no son presentados con evi-dencias de que harán una diferen-cia, ni tampoco priorizan lo que es importante.

“La mayoría de las compañías se muestra más apta a exhortarlo a ser un excelente gerente, en lugar de decirle cómo lograrlo”, apunta Safferstone.

El Proyecto Oxígeno inició con algunas suposiciones básicas. La gente por lo normal renuncia a una compañía por una de tres razones, o una combinación de ellas.

La primera es que no sienten un vínculo con la misión de la com-pañía, o no sienten que su trabajo importa. La segunda es que real-mente no sienten simpatía o respe-to por sus compañeros de trabajo. La tercera es que tienen un jefe terrible, y ésta fue la variable más importante.

Más que cualquier otro factor,

los gerentes también tenían un impacto mucho mayor sobre el des-empeño de los empleados y sobre la opinión que éstos tenían de sus puestos, descubrió Google. En el Proyecto Oxígeno, los estadísticos recabaron más de 10 mil observa-ciones sobre los gerentes, tomando en cuenta más de 100 variables de diversas evaluaciones de desempe-ño, sondeos de retroalimentación y otros reportes. Después, codifica-ron los comentarios para buscar patrones.

Una vez que establecieron algu-nas teorías básicas, entrevistaron a los gerentes para reunir más in-formación y buscar evidencia que respaldara sus conceptos. El último paso fue codificar y resumir todos los resultados, más de 400 cuarti-

llas de apuntes de entrevistas, e in-corporarlos a diversos programas de capacitación.

Una vez que Google tuvo su lista, la compañía empezó a impartírsela a sus empleados. Rápidamente se vieron resultados, al mostrar el 75 por ciento de los peores gerentes una “mejoría considerable”, aseve-ra Bock.

La verdadera prueba del nuevo modelo, por supuesto, es si ayudará a largo plazo.

“Si soy un gerente que desea mejorar, y quiero obtener más de mi gente y que estén más conten-tos”, dijo Bock, “dos de las cosas más importantes que puedo hacer son, simplemente, asegurarme de dedicarles un tiempo y ser consis-tente”.

Peter DaSilva Para the New York timeS

De 10 mil pistas, ocho sencillos pasos a la buena gerencia.

Google quiere mejorar a sus jefes laszlo Bock, de Google, dice que el estudio de la compañía arrojó que la accesibilidad de un supervisor era más importante que su dominio técnico.

POR CLAUDIA DREIFUS

A raíz del accidente de la plata-forma petrolera BP Deepwater Horizon, Samantha Joye, científi-ca marina, volcó su atención a los derrames petroleros.

Fue su grupo de investigación el que se adentró en el Golfo de Méxi-co inmediatamente después del derrame, en abril del 2010. Ahora, Joye, de 45 años, de la Universi-dad de Georgia, EE. UU. dirige un equipo que busca entender los efectos a largo plazo. A continua-ción, una versión editada de nues-tras conversaciones:

P. ¿Cómo se enteró del derrame?R. Estaba en casa, recuperán-dome de una lesión de espalda. Varios de mis colegas, de hecho, estuvieron cerca de la explosión. Soy miembro del Consorcio de In-vestigación de Hidratos del Golfo de México, que estudia el medio ambiente en aguas profundas.

A la mañana siguiente, vieron esa enorme columna de humo a unos 15 kilómetros de distancia. Pronto, la Guardia Costera les dio instrucciones de abandonar el área. Mis colegas enviaron co-rreos electrónicos que describían todo lo que habían presenciado.

P. ¿Cómo se sintió cuando leyó esos mensajes?R. Se me revolvió el estómago. Es-ta plataforma estaba perforando en una reserva submarina con gas, lo que hacía que una explosión fuera una verdadera posibilidad. Pero la Guardia Costera decía que todo estaba bien. Al principio afir-maron que no había derrame en lo absoluto. Luego, que eran sola-mente mil barriles diarios, lo cual pronto fue modificado a 5 mil.

P. ¿Y qué descubrieron ustedes?R. Fueron mis colegas Vernon Asper, de la Universidad del Sur de Misisippi, y Arne Diercks, de la Universidad de Mississippi, quie-nes descubrieron esas columnas de petróleo y gas, que contenían aproximadamente 90 por ciento

de gas metano. Estas columnas submarinas eran grandes: de 3 a 5 kilómetros de ancho y de 10 a 20 kilómetros de largo.

P. ¿Cuál era su importancia?R. La versión oficial era que el crudo salía del pozo a la super-ficie donde, presuntamente, se evaporaba y se dispersaba. Las columnas querían decir que no se reconocía un importante aspecto del derrame.

P. ¿Cómo reaccionó el Gobierno ante su descubrimiento?R. Dijo que estábamos, esencial-mente, locos. Las columnas fueron negadas por un buen tiempo.

P. Además de las columnas, ¿qué encontró su grupo?R. En el lecho marino, en los lu-gares que tomamos muestras, era devastador. A menudo uno veía esa mucosidad oleaginosa, cubriendo todo. Existen bacterias en el mar que comen petróleo. Cuando su desecho cargado de petróleo se vuelve pesado, cae al lecho marino. Y debe haber esta-do cayendo como una tormenta durante meses, porque cubría el sedimento.

Por lo regular, el lecho marino está atestado de invertebrados, pequeños animales con tubos, con conchas, cualquier cosa que filtre el alimento. Bueno, los tubos aún estaban allí, pero los animales estaban muertos. Sospecho que se asfixiaron cuando el desecho olea-ginoso cayó sobre ellos.

P. Cuando leyó los reportes noticio-sos recientes de Japón, ¿qué sintió?R. Nadie puede prevenir los terre-motos. Pero construir plantas de energía nuclear en una isla adya-cente a una zona tectónica activa es inherentemente peligroso. De igual manera, la perforación en aguas profundas en sedimentos cargados de gas es peligroso. Ambos desastres son una petición muy enérgica a la energía ecoló-gica.

POR KENNETH CHANG

En un mapa de Japón que mues-tra los riesgos sísmicos, el área alrededor de la prefectura de Fukushima está coloreada en ver-de, lo que significa un riesgo bas-tante bajo, y amarillo, que denota uno relativamente alto.

Sin embargo, como Japón está asentado sobre la colisión de va-rias placas tectónicas, casi todo el país se ubica en una zona sísmica. La mayoría de los científicos es-peraba que el siguiente temblor de gran magnitud cimbrara las áreas de mayor riesgo en el su-roeste de Fukushima, mismas que están marcadas en naranja y rojo.

“Comparado con el resto de Japón, luce muy segura”, dijo Christopher H. Scholz, sismólogo en el Observatorio de la Tierra La-mont-Doherty, en la Universidad de Columbia, en Nueva York, en referencia al área más afectada por el terremoto del 11 de marzo. “Si fueras a instalar un reactor nuclear, te basarías en un mapa como éste”.

Los registros de los últimos 300 años indicaban que cada tres o cuatro décadas, parte de la fosa de Japón, una falla en el mar al este de Fukushima, se rompía, generando un temblor de unos 7.5 grados, quizás hasta de 8. Mien-tras que terremotos tan intensos serían devastadores en muchas partes del mundo, los japoneses se han preparado diligentemen-te para ellos con rigurosos códi-gos de construcción y rompeolas cuyo propósito es contener a los tsunamis.

Pero, aunque la previsión del país nipón probablemente sal-vó decenas de miles de vidas, no pudo evitar la enorme destruc-ción de un temblor de 9 grados, que libera aproximadamente 30 veces más energía que uno de 8 grados. Fue el más fuerte que se haya registrado en la historia de Japón, y empató como el cuarto más grande del mundo desde el año 1900. Tsunamis de 9 metros sobrepasaron los rompeolas y arrasaron kilómetros tierra adentro. Se estima que el número de muertes supere los 20 mil, y ca-si 500 mil personas se encuentran en albergues.

“Nadie esperaba uno de 9 gra-dos”, dijo Shinji Toda, profesor de geología en la Universidad de Kioto.

Ésta no fue la primera vez que los científicos subestimaron la ferocidad de una falla geológica. Muchos también fueron toma-dos por sorpresa por el sismo de 9.1 grados, en el 2004, frente a las costas de Sumatra, que provocó tsunamis que se irradiaron por todo el Océano Índico, provocan-do la muerte de más de 200 mil personas.

A veces, los científicos son sor-prendidos por los temblores por-que ocurren a lo largo de fallas

no descubiertas. Los mortales sismos en Nueva Zelanda, este año; en Haití, el año pasado; en Northridge, California, en 1994; y en Santa Cruz, California, en 1989, sucedieron a lo largo de ese tipo de fallas.

“Es vergonzoso, pero apenas hemos rasguñado la superficie”, expresó Ross Stein, geólogo en el Servicio Geológico de Estados Unidos.

En California, los científicos han catalogado mil 400 fallas. Sin embargo, en el caso de temblo-res más pequeños (de 6.7 grados o menos) aproximadamente uno

de cada tres ocurre en fallas antes desconocidas.

Los sismos más fuertes ocurren en zonas de subducción, lugares donde una placa oceánica choca con una continental y se desliza debajo de ésta, particularmente alrededor de los bordes del Océa-no Pacífico.

Pero, al parecer, algunas zonas de subducción producen temblo-res más intensos que otras.

Scholz dijo que el reciente terre-moto en Japón encajaba con una teoría que él y Jaime Campos, de la Universidad de Chile, desarro-llaron en 1995.

El sismólogo explicó que tra-mos de la placa del Pacífico frente a Fukushima se atoran cuando la

placa se mueve debajo de Japón. En los temblores más modestos de los últimos 300 años, se liberaba sólo un tramo. Esta vez, indicó, los tramos se rompieron en conjunto, lo que produjo un sismo más cata-clísmico.

En la historia de Japón, sí pare-ce haber habido un precedente al terremoto reciente, pero ocurrió hace más de mil años. Un texto conocido como Nihon Sandai Jit-suroku, o “La verdadera historia de tres reinos de Japón”, describía un temblor en julio del año 869 y un tsunami que inundó las llanu-ras del noreste del país.

Esas fueron las mismas llanu-ras que quedaron sumergidas, en marzo último. Análisis de sedi-mentos dejados por el tsunami de 869 llevaron a una estimación de que el sismo tuvo una magnitud de 8.3 grados. Otra preocupante zona de subducción es la fosa de Java de 3 mil 200 kilómetros, en el Océano Índico. Pocos temblores ocurren ahí.

Robert McCaffrey, profesor in-vestigador de geología en la Uni-versidad Estatal de Portland, en Oregon, dijo no creer que los geofí-sicos puedan distinguir zonas de subducción peligrosas de las no tan peligrosas. “No tenemos un historial sísmico lo suficientemen-te grande para hacer modelos de subducción”, explicó.

La única característica relevan-te, dijo, es la longitud de la falla, y ve el potencial para un temblor de 9.6 grados en la fosa de Java. In-donesia, que no ha construido ex-tensos rompeolas ni sistemas de advertencia, quizá sería golpeada muy fuertemente.

“Ese es mi mayor temor”, ex-presó McCaffrey.

Sandi Martin/UniverSidad de GeorGia

el equipo de Samantha Joye halló columnas de crudo en el mar.

HiroaKi ono/SHiYo, vía aSSoCiated PreSS

“nadie esperaba uno de 9 grados”, dijo un científico respecto del terremoto de Japón, visto en Minamisanriku.

Se desconocen o subestiman muchas fallas geológicas.

Terremoto japonés fue de fuerza inesperada

Derrame petrolero dejó daños en lecho marino

8  Domingo, 3 DE Abril DE 2011

c i e nc i a   y   t ecno log í a 

Supongamos que el universo en el que viven Mark y Bill es determi-nista. Todo lo que ocurre esta mañana, como la

decisión de Mark de usar una camisa azul o el intento más reciente de Bill por

peinarse de una forma que disimule una zona de calvicie, está entera-mente causado por lo que sucedió antes.

Si se recreara este uni-verso desde el Big Bang y se dejara que ocurrieran todos los sucesos exacta-mente de la misma forma hasta esta misma maña-na, la camisa azul resulta-ría tan inevitable como el peinado.

Consideremos ahora varias preguntas for-muladas por los filósofos empíricos:

1) En este universo determinista, ¿es posible que una persona sea, a nivel moral, enteramente responsable de sus actos?

2) Este año, como lo ha

hecho a menudo en el pa-sado, Mark hace arreglos para hacer trampa en su declaración de impuestos. ¿Es enteramente respon-sable de sus actos a nivel moral?

3) Bill se enamora de su secretaria y decide que la única forma de estar con ella es asesinar a su esposa y sus tres hijos. Antes de irse de viaje, hace arreglos para que los maten en su ausencia. ¿Es Bill enteramente responsable de sus actos a nivel moral?

Para un filósofo clásico, éstas son sólo tres versio-nes de la misma pregunta sobre el libre albedrío.

Pero, para la nueva camada de filósofos que ponen a prueba las respuestas de la gente a conceptos como el deter-minismo, hay diferencias cruciales entre ellas, como lo explica Shaun Nichols en el número más reciente de la revista Science.

La mayor parte de los encuestados absolverá de responsabilidad por sus actos a la persona anónima de la primera pregunta y una mayoría

de ellos tampoco culpará a Mark.

Sin embargo, para más del 70 por ciento de las per-sonas interrogadas por Nichols, filósofo empírico en la Universidad de Ari-zona, Bill es plenamente responsable de su crimen atroz.

¿Se le está juzgando ilógicamente a Bill? Por un lado, sí. La cadena de razonamiento puede pare-cerles errónea a algunos filósofos y la creencia en el libre albedrío puede ser considerada ingenua por los psicólogos y neuro-científicos que alegan que nos impulsan fuerzas que rebasan nuestro control consciente.

Pero, por el otro, es totalmente lógico consi-derar a Bill culpable de asesinato. Sus jueces in-tuyen pragmáticamente que, independientemente de que exista o no el libre albedrío, nuestra socie-dad depende de que sus integrantes crean que así es.

Los beneficios de es-ta convicción han sido demostrados en otras investigaciones que arro-jan que la gente que duda de la existencia del libre albedrío no se desempeña tan bien profesionalmente y es menos honesta.

“Dudar del libre al-bedrío de uno puede socavar la impresión del ser humano de que puede actuar”, concluyeron Kathleen Vohs, de la Uni-versidad de Minnesota, y Jonathan Schooler, de la Universidad de Cali-fornia, en Santa Bárbara, quienes llevaron a cabo un experimento sobre es-te tema. “O tal vez negar el libre albedrío brinde la excusa perfecta para comportarnos a nuestro antojo”.

Esa creencia parece existir sea cual sea el ori-gen de las personas, como lo han descubierto los filó-sofos empíricos al interro-gar a adultos de diferentes culturas, entre ellas Hong Kong, India, Colombia y Estados Unidos. A nivel abstracto, la gente parece ser lo que los filósofos llaman incompatibilistas: creen que el libre albedrío es incompatible con el de-terminismo. Si todo lo que ocurre está determinado por lo que sucedió antes, resulta perfectamente lógico concluir que no se puede ser moralmente responsable de su siguien-te acto.

Pero también existe una escuela de filósofos, que reúne, de hecho, a la ma-yoría de ellos, para la que el libre albedrío es com-

Viktor koen

john tierneyensayo

¿Cuánto importa el libre albedrío?

Nuevos enfoques en el abordaje del tema moral.

patible con su definición de determinismo.

Estos compatibilistas creen que sí tomamos decisiones, aunque éstas sean determinadas por sucesos e influencias an-teriores.

“Esto ayudaría a ex-plicar la persistencia del debate filosófico sobre el libre albedrío y la respon-sabilidad moral”, escribe Nichols, en Science. “Parte

de la razón por la que el problema del libre albedrío es tan tenaz es que cada postura filosófica se sus-tenta en un conjunto de me-canismos psicológicos”.

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c i e n c i a y t e c n o l o g í a

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ar t e � y � e s t i l o

“Siempre hay una serie de te-mas” relacionados con el discur-so político y social, dijo Susanne Bier, directora y guionista de En un mundo mejor, que este año

ganó el Oscar a la mejor película extranjera. (El filme se estrena en España en abril y luego en Australia y Gran Bretaña.)

En la película, un médico danés que trabaja en campos de refugiados de un país similar a Sudán y en la zona rural de Dinamarca se ve obligado a abordar una pregunta moral fun-damental: ¿Cuándo se justifica la violencia?

Las películas estadounidenses, en cambio, evitan la relación en-tre Oriente y Occidente o, cuando aparecen personajes árabes o musulmanes, se los presenta de formas simplistas y estereotipa-das.

¿Por qué Estados Unidos no forma parte de la nueva conver-sación cinematográfica global?

El cine europeo aborda la presencia islámica desde por lo menos fines de la década de 1970, cuando Rainer Werner Fassbin-der hizo “Todos nos llamamos Alí”. Francia ha producido toda una serie de películas de ese tipo, desde el reciente drama carcela-rio Un profeta, hasta Angel-A, la fantasía de Luc Besson sobre un ladrón de ascendencia árabe.

Lo mismo vale para Israel. Dos películas premiadas del director Eran Riklis, Los limoneros y La novia siria, presentan personajes árabes con matices y hasta posi-tivos, como en el caso de La visita de la banda, una comedia de 2007 de Eran Kilirin.

Hollywood ha hecho películas que transcurren en el mundo islámico: Vivir al límite hasta ganó el Oscar a la mejor película. También Siriana, Three kings y Redacted transcurren en Oriente Medio.

Pero “vemos todo con ojos estadounidenses”, dijo Matthew Bernstein, presidente del Depar-tamento de Estudios Cinemato-gráficos y de Medios de la Uni-

versidad Emory en Atlanta.Hay excepciones. Amreeka es

un retrato de 2009 de una familia palestina en Chicago que enfrenta los prejuicios posteriores al 11 de septiembre. El visitante, de Tom McCarthy, presenta a un profesor que se hace amigo de un inmi-grante sirio y de la novia de éste.

McCarthy remonta su interés por Oriente Medio a un viaje que hizo a Beirut. “Los libaneses me parecieron tan cálidos y expan-sivos, que casi me recordaron mi ascendencia irlandesa”, contó. Pero su cine independiente con-trasta con el mercado masivo del sistema de los estudios de Hollywood, donde la dinámica es muy diferente. “No creo que la industria considere que corregir esas representaciones pueda darle ventajas de taquilla”, dijo Bernstein.

Una explicación que se ofre-ce en ocasiones respecto de la pobreza de las películas estado-unidenses que abordan el mundo musulmán es que América del Norte está muy lejos de donde convergen o chocan las civiliza-ciones occidental e islámica. Sin embargo, de los cuatro filmes sobre esos temas que este año fueron nominados al Oscar en la categoría de mejor película extranjera, uno, Incendios, pro-cedía de Canadá, y otro, Biutiful, es mexicano.

“Una de las ventajas del cine es que puede construir puentes entre culturas, y mi película es un pequeño puente”, dijo Denis Vi-lleneuve, el director de Incendios. “Necesitamos una profunda co-municación con el mundo árabe, un diálogo y no una guerra”.

Otras minorías raciales y étni-cas, entre ellas los hispanos y los asiáticos del este, también pro-testan desde hace mucho tiempo por los estereotipos negativos con que los presenta Hollywood. Pero Jack G. Shaheen, el autor de Culpables: El veredicto de Ho-llywood sobre los árabes después del 11 de septiembre, señaló que hay una diferencia.

“Se estereotipa a otros grupos, pero éstos también se benefician de imágenes contrastantes”, dijo.

“Sí, está el tema de la mafia, pero también hay películas en las que se los presenta como perso-nas graciosas, amables y de buen corazón”. En el caso de árabes y musulmanes, declaró, hay “un continuo bombardeo de imáge-nes negativas”.

Es posible que haya represen-taciones más humanas en cami-no. Jonathan Demme compró los derechos del libro Zeitoun, de Dave Eggers, sobre un inmigran-te sirio que ayudaba a los vecinos luego del huracán Katrina cuan-do se le detuvo.

Rachid Bouchareb, el director francoargelino, tiene nomina-ciones al Oscar por películas que abordan la difícil relación entre Francia y su ex colonia de Arge-lia: Días de gloria y Fuera de la ley. Sus próximos dos filmes se ro-darán en Estados Unidos y conta-rán con actores estadounidenses y árabes estadounidenses.

“Todo esto no es más que un pretexto para hablar sobre la relación entre estos dos pueblos, estas dos culturas”, dijo Boucha-reb. “Pero tal vez los realiza-dores estadounidenses aún se muestren renuentes a hacerlo”.

POR ELAINE SCIOLINO

PARÍS — Cómo héroe de la Resis-tencia francesa, Stéphane Hessel estuvo en el exilio en Londres con Charles de Gaulle, pasó por campos de concentración, fue torturado por los nazis y se salvó de que lo ahor-caran porque cambió de identidad y adoptó la de un prisionero que ha-bía muerto de tifus.

Ahora tiene 93 años y es el autor de un best-seller en Francia. El im-presionante y breve escrito llama-do Indignez-Vous! (¡Indígnense!), que sujetan dos broches, insta a los jóvenes a resistir de forma pacífica la “dictadura internacional de los mercados financieros” y a defen-der los “valores de la democracia moderna”.

Protesta en particular contra la forma en que Francia trata a los inmigrantes ilegales, la influencia que ejercen los ricos en los medios, los recortes del sistema de bienes-tar social, las reformas educativas francesas y, sobre todo, por el trato que da Israel a los palestinos.

“Cuando uno se siente indignado por algo, como me pasó a mí con el nazismo, se convierte en un mili-tante”, escribe.

Desde su publicación en octu-bre, se han vendido en Francia casi un millón y medio de copias de Indignez-Vouz!, que también se ha traducido al castellano, al italiano, al portugués y al griego. También se proyecta editarlo en esloveno, coreano, japonés, sueco y otros idiomas. En Estados Unidos, la re-vista The Nation publicó la versión completa en inglés en febrero.

Indignez-Vous! tiene cuatro mil palabras y apenas si puede consi-derarse un libro. La edición fran-cesa tiene veintinueve páginas, lo que comprende notas al pie, una ilustración y sólo catorce páginas de texto.

Los franceses consideran a Hes-sel uno de los últimos héroes vi-vientes de la era más sombría del siglo XX.

“Si se hubiera tratado de un es-critor joven, probablemente no ha-bría tenido el mismo impacto”, dijo Hessel.

El libro está inspirado en un dis-curso de Hessel de 2008 en conme-moración de la Resistencia. La edi-tora Sylvia Crossman propuso una publicación basada en sus ideas y, luego de tres entrevistas, convirtió las palabras de Hessel en un texto que después editó. “Mi aporte fue

oral”, declaró Hessel, que no aceptó cobrar derechos.

El libro ha sido blanco de críticas porque no proporciona una metodo-logía de acción y carece de valores literarios. También, lo cual es más grave, se lo califica de antisemita por su ataque a Israel.

Hessel, cuyo padre era judío, di-ce: “Siento que me solidarizo por completo con los judíos”.

En marzo, otra editorial france-sa publicó una serie de entrevistas a Hessel titulada Engagez-Vous! (¡Participen!”), que insta a los lec-tores a salvar el medio ambiente.

También destaca la importancia de la suerte.

“La historia puede traer suerte”, escribe. “Eso es lo que podemos lla-mar optimismo”.

Jose Haro/roadside attractions

Una profusión de películas extranjeras aborda las relaciones entre occidente y oriente.

ed alcock Para tHe new York times

indignez-Vous!, de stéphane Hessel, insta a “defender los valores de la democracia”. Ha sido traducido a cuatro idiomas.

Cine de EE. UU. trata poco el diálogo

indígnense es para los que reclaman libertad

LARRY ROHTEReNsayo

sonY PictUres classics

“Cuando uno se siente indignado por algo, se

convierte en un militante”.

stÉPHaNe�HesselHéroe de la resistencia francesa, autormuchas

películas extranjeras, como En un mundo mejor, hablan de la división entre occidente y el islam.

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a r t e y e s t i l o

POR CAROL KINO

Cuando el artista de tatua-je mexicano conocido como Dr. Lakra llegó en febrero para pre-sentar su primera muestra indi-vidual neoyorquina, se dirigió

de inmediato a la Biblioteca Públi-ca de Nueva York. Empezó a investi-gar sobre algunos de los temas que le fascinan, como los instrumentos mé-

dicos del siglo XIX, la brujería y la antropología.

“Cuando viajo voy siempre a las bibliotecas públicas”, dijo. “Siem-pre estoy sediento de imágenes”.

También visitó la librería Strand para comprar libros de fotografía del Raj británico, así como For-bidden Planet, un negocio de venta de comics. Todo eso y mucho más se ve en la exposición de este artis-ta de treinta y nueve años, que pue-de visitarse hasta el 23 de abril en el Drawing Center del SoHo.

Consiste en un gigantesco dibu-jo de pared construido en torno de trazos de pintura que forman silue-tas de estalactitas y estalagmitas en las paredes de la sala. La pintu-ra parece metamorfosearse en dis-tintas cosas, entre ellas mechones de pelo, pedestales con estatuas, rostros, animales y órganos. En la pared más alejada, una calavera de un metro de alto enfrenta un retra-to más alto de un guerrero maorí con la cara cubierta de tatuajes.

Se trata de un alejamiento del trabajo más pequeño que lo hizo fa-moso: dibujos a la manera de tatua-

jes en tinta sobre objetos como mu-ñecas, juguetes y fotos de mujeres escasamente vestidas de revistas de mediados de siglo.

El trabajo del Drawing Center parece apartarse de la personali-dad de Dr. Lakra. Si bien usa gran-des aros gitanos de plata y está casi cubierto de tatuajes (un corazón en la mano izquierda y una calavera con trazos de pintura cruzados en la derecha), también se expresa y se comporta con gran suavidad.

“Lakra es un artista mucho más complejo de lo que la gente cree”, dijo su representante y amigo Jo-sé Kuri, socio de la galería Kuri-manzutto de Ciudad de México. “Es muy fácil encasillarlo como artista de tatuaje que llegó al mun-do del arte a través de tatuajes en revistas, pero tiene una excelente formación en antropología y en pintura clásica”.

Entre la nueva vanguardia mexi-cana, es el que mejor ha incorpo-rado la tradición de México de la ilustración, el grabado, el diseño gráfico y el arte precolombino”, señaló Pedro H. Alonzo, que el año pasado organizó la primera mues-tra individual de Dr. Lakra para el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston.

Lakra, que nació en Ciudad de México y cuyo verdadero nombre es Jerónimo López Ramírez, es el hijo mayor de la antropóloga y poe-ta Elisa Ramírez Castañeda y del pintor Francisco Toledo, una de las figuras culturales más importan-tes de México. Fue un adolescente rebelde y abandonó los estudios se-cundarios para vagar por el mer-

cado callejero El Chopo, de Ciudad de México, donde empezaban a concentrarse los entusiastas del tatuaje.

En aquel entonces, dijo, en Méxi-co se asociaba el tatuaje con el sub-mundo criminal. Él y sus amigos pronto comenzaron a practicar el arte unos en otros, para lo cual usa-ban equipo improvisado con agujas de coser y motores de reproducto-res de casetes.

“Poníamos la tinta en la tapa de la botella de cerveza que tomába-mos”, contó, “o lavábamos una que encontrábamos en la calle”. (En el proceso surgió su apodo de “Dr.”, ya que siempre llevaba su equipo en un maletín médico, así como el de “lacra”, una expresión mexica-

na que sugiere una cicatriz o marca en la piel, sumada a la suciedad de la tierra.)

Pero también llevaba una vida artística paralela. Tras abando-nar la escuela, se incorporó a un taller que dirigía Gabriel Orozco, donde entre sus compañeros se en-contraban Gabriel Kuri, Abraham Cruzvillegas y Damián Ortega, que ahora son destacados artistas mexicanos.

Ahí también conoció a su repre-sentante, José Kuri, el hermano mayor de Gabriel. Los otros crea-ron Temístocles 44, un colectivo donde exploraban performance y conceptualismo.

Dr. Lakra llegó a Berlín, donde pasó dos años dedicado a mendigar

y viviendo en casas ocupadas. Para 1993 se había trasladado a Oakland, California, atraído por el auge del tatuaje.

Conoció al artista Ed Hardy en una convención de tatuaje. Im-presionado por los dibujos de Dr. Lakra, Hardy lo ayudó.

“No podía convertirme en un aprendiz convencional porque tra-bajaba”, dijo Dr. Lakra, haciendo referencia a su trabajo de lavapla-tos. “Él me permitió ir al taller a mirar”.

Hardy también impulsó el debut de Dr. Lakra en su galería de Nue-va York al incluirlo en una muestra de tatuajes que organizó con el Drawing Center en 1995.

Para entonces, Dr. Lakra había vuelto a Ciudad de México e ins-talado su propio local de tatuaje. También empezó a exponer su tra-bajo en La Panadería, un espacio artístico, y a crear murales calle-jeros.

Kuri lo atrajo a Kurimanzutto po-co después de inaugurar el espacio en 1999, y Dr. Lakra pronto advirtió las ventajas de la relación con una galería comercial.

“Vendían mis dibujos en dos o tres veces el precio que yo los ven-día en las convenciones de tatuaje”, dijo. “No tenía que negociar”.

Cathy Carver; abajo Chad batka Para the New york times

Su experiencia la tomó de la vida en las calles de México.

El Dr. lakra expone colección de tatuajes en el Drawing Center

La muestra en el drawing Center es la primera exposición individual en Nueva york de dr. Lakra, cuyo estilo imita el arte del tatuaje que ha practicado en el cuerpo de amigos.

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R E T R ATO �D E � E S TADOS � U N I DOS

CALIFORNIASalinas

MARYLANDCollege Park

POR PATRICIA LEIGH BROWN

SALINAS, California — Una alumna de tercer grado de Oscar Ramos tiene problemas para hacer sus deberes porque a su tráiler se mudaron seis parientes. Un niño

confía, “Maestro, el sábado vino la policía y se llevó a mi hermano”.

En medio de la ruidosa energía del Aula 21 de Sherwo-

od, la Escuela Primaria de la loca-lidad, Ramos, de 37 años, ve la vida por debajo de la superficie de los campos. Sus alumnos son hijos de jornaleros rurales estacionales que trabajan en las extensas propieda-des rurales del Valle de Salinas.

Un tercio de niños está formado por migrantes cuyos padres siguen la lechuga de noviembre a abril, de Salinas a Yuma, Arizona. Algunos de los que se van nunca volverán. “Querido Sr. Ramos, escriben, es-pero que me recuerde...” Ramos, también hijo de migrantes, siempre lo hace.

Escuelas como Sherwood, y maestros como Ramos, son los que luchan contra la movilidad fa-miliar, la violencia en barrios y la mentalidad de “pobrecito” con ba-jas expectativas académicas. Es posible, no obstante, que las vidas a menudo problemáticas de los hijos de migrantes aquí se vuelvan más complicadas conforme se agudiza el debate sobre la inmigración.

Pese a que un dictamen de la Cor-te Suprema de los EE. UU. estable-ce que cada niño tiene derecho a la educación pública, las iniciativas de los legisladores para rescindir la ciudadanía automática para los hi-jos de inmigrantes ilegales nacidos en EE. UU. y proscribirlos de las escuelas ya están generando mie-do en muchos trabajadores agríco-las, y eso tiene consecuencias para sus hijos. Algunos padres, al pasar de una cosecha a otra, ya piensan mantener a sus hijos fuera de la escuela cuando lleguen a Arizona porque están preocupados por la burocracia y las restricciones más fuertes en ese estado.

En Sherwood, 97 por ciento de los alumnos está cerca de la línea de pobreza, en comparación con el 56 por ciento a nivel estatal y 77 por ciento tiene un inglés limita-

do, frente al 32 por ciento en todo California. Sólo 6 por ciento de los padres fueron a la universidad –la media del estado es 55 por ciento- y muchos son analfabetos en su idio-ma natal.

Sherwood se encuentra cerca del punto más bajo del índice de des-empeño del estado, junto con más de 100 escuelas elementales de Ca-lifornia de población similar, mu-chas en los centros agrícolas de los Valles de San Joaquín y Salinas.

Pese a que las inscripciones de latinos aumentan, la cantidad de profesores nuevos que obtienen

títulos bilingües disminuyó. La escasez de profesores bilingües está afectando el logro académico latino, dijo Bruce Fuller, profesor de educación y política pública en la Universidad de California, Ber-keley. Los profesores como Ramos “que manejan ambos idiomas y tie-nen el andamiaje necesario para responder a los activos culturales de estos chicos”, son muy poco fre-cuentes, dijo.

Sherwood está ubicada sobre la línea divisoria de la violencia en-tre dos bandas callejeras rivales; un alumno de primer grado resul-tó herido con arma de fuego el año pasado. Bruce Becker, especialis-ta en prevención de la violencia en Sherwood, aconseja a los alumnos que duermen debajo de garajes y

viven amontonados en esos lugares que sus padres los lleven a la parada local de camiones para lavarse an-tes de ir a la escuela. José Gil, profe-sor de secundaria, dijo que muchos de sus alumnos no ven mucho a sus padres en la temporada de cosecha. “Tienen hermanos pequeños para cuidar, deben cocinarles incluso”, dijo. “¿Deben, igual, entregar un trabajo de 10 páginas para maña-na? Es muy poco realista”.

Recientes medidas de represión en la frontera generaron separacio-nes familiares más prolongadas. “Mi mamá está en México con mi hermanita”, dice una alumna en la clase de Ramos. “Todos los días me llama pero a veces se olvida”.

Como sucede con muchos de los padres de Sherwood, las historias de vida de Benjamín Soto, 51, y su mujer, Olivia Resenaiz, de 38, están contadas en sus manos.

Soto terminó sexto grado en México; su mujer dejó en quinto. La familia alquila una vivienda modesta en una calle de tierra. Os-car Soto hace sus deberes sobre un tonel de basura de plástico pero es de todos modos uno de los mejores alumnos de Ramos.

Cuando quiere alentar a su hijo a trabajar más en la clase de Ramos, Soto le muestra sus manos callosas y retorcidas. “Le hace ver qué vida dura tendría”, dijo Soto.

El Programa de Educación para Migrantes, que cuenta con US$394 millones, ofrece atención médica, escuela de verano y enseñanza pa-ra niños migrantes. No obstante, casi la mitad no completa la secun-daria. California tiene unos 200 mil niños en el programa, un tercio del total nacional.

Hay signos de progreso en el Au-la 21: el año pasado, 13 estudiantes subieron un nivel en matemática, superando la media estatal.

La población de alumnos de Sherwood cayó 10 por ciento el año pasado, porque “los padres reciben el mensaje de que no es bueno para los niños trasladarse”, dijo Rosa E. Coronado, directora de educación para migrantes de Monterrey. Sin embargo, un niño en la clase de Ra-mos durante 5 meses no asistió a la escuela. Este año su padre se tras-ladará por trabajo. Pero su madre permanecerá en Salinas, temerosa “de que mi hijo quede rezagado”.

POR SUSAN SAULNY

COLLEGE PARK, Maryland — La tanda de estudiantes que circula por la Universidad de Maryland y otros institutos su-periores incluye actualmente

al grupo más grande de razas mezcladas que ha alcanzado la ma-yoría de edad en EE. UU.

C o n s t i t u y e n apenas la vanguardia: el país se halla en pleno cambio demográfi-co motorizado por la inmigración y los matrimonios mixtos.

Uno de cada siete nuevos ma-trimonios se realiza entre cónyu-ges de diferentes razas o etnias, según datos de 2008 y 2009, y los estadounidenses multiétnicos son uno de los grupos que más crecen en el país. De acuerdo con datos del censo publicados el 24 de marzo, la población mul-tirracial creció casi 50 por cien-to en Estados unidos, hasta 4,2 millones, desde el año 2000. El número de personas de todas las edades que se identificaron como blancas y negras creció 134 por ciento desde 2000 alcanzando 1.8 millones de personas. Muchos adultos jóvenes de orígenes mix-tos están rechazando las líneas divisorias de color que definie-ron a los estadounidenses por generaciones. Si le preguntan a Michelle López-Mullins, una es-tudiante de 20 años de la univer-sidad de Maryland, cómo descri-be su raza en formularios como el correspondiente al censo, ella dice, “Depende del día y depende de las opciones”. También están utilizando la fuerza de sus cifras crecientes para reafirmar oríge-nes que en un tiempo aparecían como trágicos o dignos de lásti-ma. “Me parece muy importante reconocer quiénes somos y todo lo que nos hace tales”, dijo Laura Wood, otra estudiante de 19 años. “Si alguien trata de llamarme ne-gra digo ‘Sí, - y blanca’”.

Los optimistas dicen que la mezcla de razas es un paso ade-lante para trascender la raza. Los pesimistas dicen que esto tendrá lugar en detrimento de la cantidad y la influencia de otros grupos minoritarios, particular-mente los afroamericanos.

Y algunos sociólogos dicen que agrupar a todas las personas multirraciales juntas pasa por alto las diferencias de circuns-tancias entre alguien que es, por ejemplo, negro y latino y alguien que es asiático y blanco. En este sentido, es elocuente que las ta-sas de matrimonios mixtos sean más bajas entre negros y blancos, un indicador de la distancia eco-nómica y social persistente entre ellos.

El profesor Rainier Spencer, autor de Reproducing race: the paradox of generation mix, dice que para él hay demasiada “ener-gía emocional” en la noción de lo multirracial como panacea para las divisiones en el país. “La iden-tidad de razas mezcladas no es una trascendencia de la raza, es una nueva tribu”, dijo. “Una nue-va Balcanización de la raza”.

Muchos sin embargo sostienen que no es ese el punto. Están afir-mando su libertad para elegir.

“Toda la sociedad trata de des-garrarnos y hacernos elegir un bando”, dijo Wood. “Yo quiero que tengamos una voz”.

Los estadounidenses se han considerado generalmente a sí mismos en términos raciales singulares. Basta ver la res-puesta del presidente Obama a la pregunta relativa a la raza en el censo de 2010: aunque su ma-dre era blanca, Obama tachó sólo una casilla: negro. Podría haber tachado ambas razas.

Sólo a partir del censo de 2000 se permitió a los estadounidenses marcar más de una raza.

Se llegó a la opción multirra-cial luego de quejas y mucho ca-bildeo, sobre todo de las madres blancas de hijos mestizos.

En 2000, siete millones de personas –alrededor del 2.4 por ciento de la población— señala-ron su pertenencia a más de una raza. Según las estimaciones de la Oficina del Censo, la población de raza mixta creció aproxima-damente 35 por ciento desde el año 2000.

Los rostros del Estados Uni-dos de raza mixta no sólo están en las universidades. Están en la política, la empresa y los depor-

tes. Y los ambiguos étnicos son especialmente ubicuos en el ci-ne, los programas de televisión y la publicidad. Hay informativos, redes sociales y sitios de citas en la Web que se centran en el público de raza mixta y hasta productos para consumo como el champú. Hay festivales de ci-ne y conferencias de raza mixta. En Maryland, la Asociación Es-tudiantil Multirracial y Mestiza ofrece apoyo a sus pares y acti-vismo.

Este club habría sido impensa-ble una generación atrás, cuando la pregunta central de uno de los juegos, “¿Vos qué sos?”, habría sido más una provocación social que una manera de romper el hielo.

“Es de alguna manera una especie de aceptación, de tomar las riendas”, dijo López-Mullins, que es china y peruana por un lado y blanca e indígena estado-unidense por el otro. “No siempre debemos dejar que nos deprima”, agregó, refiriéndose a la pregun-ta que las personas multirracia-les vienen oyendo desde hace generaciones.

“La principal razón por la cual existimos es dar a quienes sienten que no quieren elegir un bando, que no quieren ser catalo-gados según las interpretaciones de otros, darles un lugar, este es-pacio seguro”, dijo, hablando del club.

fotografías de annie tritt para the new York times

el maestro oscar ramos brinda apoyo a los hijos de los trabajadores estacionales de California.

Lucha diaria en favor de niños migrantes

La segregación racial casi ha desaparecido

Adultos jóvenes desdeñan las viejas divisiones de color.

La escolaridad se ve afectada al perseguir las cosechas.