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PERIENCIAS Colegio de la Ciudad 2013/2014

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Escritura e internet

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  • PERIENCIAS Colegio de la Ciudad 2013/2014

  • ESCRIBIENDO A CUATRO MANOS

    por Federico Navarro

    Una maana de lunes en la biblioteca del Colegio. Dos es-tudiantes de 4 o ao, Violeta y Martn, conversaban con Santiago Azpiazu, docente de Fsico-qumica, y conmigo. Los chicos nacieron alrededor del ao 1997, lo que significa que son nativos digitales: nunca conocieron un mundo en el que no hubiera internet, computadoras, celulares inteligentes y redes sociales. Santiago y yo, en cambio, s venimos de los discos de vinilo, las mquinas de escribir, la televisin por aire, las pelculas en VHS o el cine en 2D, si bien durante la infancia y la adolescencia participamos en la irrupcin de las nuevas tecnologas de la Informacin y la comunicacin. Ms que nativos, somos migrantes, a medio camino entre el mun-do analgico y el nuevo territorio digital. En cualquier caso, es evidente que los estudiantes del Colegio han naturalizado todas las prcticas asociadas a este nuevo mundo porque no conocen otro. O, al menos, eso crea yo.

    Les cont a los chicos de 4 ao que acabbamos de publicar un libro con Andrea Revel Chion, la docente de Biologa. Les dije, concretamente: "Escribimos un libro a cuatro manos". Violeta y Martn se miraron las manos, me miraron las manos, pensaron un rato, y dijeron: "A dos manos ser, una mano cada uno". Tambin me mir las manos, observ el gesto de escritura que ensayaban con las suyas, pens un rato.

    En realidad, creo que la confusin se debi a que la escuela en general todava prioriza y naturaliza las prcticas "anal-gicas" vinculadas con la lectura y la escritura. Por eso Martn y Violeta, aunque pasen la mayor parte de su da escribiendo con sus dos manos sobre el teclado de la computadora o del celular, creen que se escribe con una mano, agarrando una birome, sobre una hoja de papel. Sin embargo, la escuela debe ensear, entre otras cosas, prcticas escritas -muchas de ellas digitales- que sirvan para el desempeo escolar, aca-dmico y profesional. No se trata solo de contar con el equi-

    pamiento necesario, sino sobre todo de una transformacin pedaggica y cultural. Esta breve historia con Violeta, Martn y Santiago impuls en 2013 un proyecto de escritura colaborativa on-line en Biolo-ga: escribir a cuatro manos, a doce manos, a ciento veinte manos en un mismo texto. ngel Maldonado, encargado de proyectos de TIC y Coordinador del rea de Lengua y Lite-ratura, se sum a Andrea, a Santiago y a m mismo para su diseo, en un verdadero equipo multidisciplinario. Lo intere-sante de los resultados de la experiencia es que ponen en discusin, a partir de la incorporacin de un par de herra-mientas informticas, una enorme cantidad de presupuestos respecto de qu es ensear, qu es aprender y qu es escri-bir en la escuela.

    Los estudiantes de Andrea, docente de Biologa, deben ela-borar explicaciones de temas de la materia adaptados a di-ferentes interlocutores. El proyecto de escritura colaborativa multiplica este punto de partida: las variables retricas in-cluyeron no solo quin lee sino tambin quin escribe (un detective, un preso, un cientfico nazi, un estudiante relativis-ta), cundo y dnde escribe (en la Buenos Aires de 1910, en la consulta del psiquiatra, en una mesa familiar de Navidad, en Woodstock) y qu lengua social utiliza (carta personal de un preso; carta de lectores en un diario conservador; cuento policial). De hecho, los mismos estudiantes dedicaron una clase a pensar qu variables podran ser potables y cmo es-tas impactaran en las explicaciones. Esta metodologa per-mite desarrollar las dimensiones epistmicas y retricas de la escritura escolar: hallar la manera de explicar con solidez un concepto en diferentes marcos comunicativos permite aprender y hacer propio ese concepto, evitando las meras re-peticiones de memoria, a la vez que se adquieren las conven-ciones comunicativas del discurso acadmico de las ciencias

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  • naturales y se ejercita una concepcin de la escritura como destreza compleja, planificada y ajustada a las expectativas del receptor.

    Se formaron grupos de dos o tres estudiantes que recibie-ron estas variables al azar para escribir su explicacin sobre un mismo tema de biologa, vinculado a hormonas y com-portamiento en 4 o A, y herencia gentica y personalidad en 4 o B. Trabajamos en la clase de escritura con textos fuente que proporcion la profesora de Biologa, y discutimos qu conceptos podran usarse para cada explicacin y de qu manera se podan incluir. Luego de un mes y medio de tra-bajo pautado y gradual (planificacin, borrador, entrega final), los textos resultantes de cada grupo compusieron un Manual creativo de divulgacin de la biologa, donde el lector poda recorrer las mltiples explicaciones de un mismo tema, se-gn los diferentes contextos.

    Pero este proyecto de escritura colaborativa tiene otra pata: el uso de Google Drive. Se cre un documento nuevo en in-ternet, que en este caso es nuestro Manual, y cada estudian-te fue invitado al documento con su cuenta de mail personal (en muchos casos, creada especialmente para la actividad). Esta invitacin involucraba una responsabilidad: Drive guar-da registro de qu hace cada participante y cundo lo hace, es decir, queda la firma del autor en cada palabra escrita. En el historial de revisiones que se muestra a continuacin como ejemplo, a lo largo de una hora de la tarde del sbado, cinco estudiantes distintos realizaron cambios al documento:

    Historial do revisiones

    septiembre 14, 18:36 : naBobrcvsky

    septiembre 14, 18:12

    septiembre 14,18:02

    septiembre 14, 18:01

    septiembre 14,17:27 Hmiranda joriansert

    septiembre 14, 17:22 pMseAlvarenga

    septiembre 14.17:17 t i - arenga Baranda johansen

    Cada aporte de los integrantes del grupo queda documen-tado? El tiempo que se dedica a la elaboracin del texto queda grabado? Si bien las calificaciones fueron grupales y no se tom en consideracin qu hizo cada uno, el historial de revisiones sacudi de alguna manera la comodidad y la opacidad del trabajo "analgico" en grupo, otro preconcepto respecto de la dinmica de aprendizaje.

    Todos los grupos escribieron sobre el mismo documento, aunque cada uno tena responsabilidad sobre una seccin.

    Cuando trabajamos por primera vez en clase, el texto, que en su versin final super las treinta pginas, mostraba un enjambre de cursores de colores asociados a las cuentas de correo electrnico de cada uno. En la pantalla LED del aula, los chicos y chicas vean cmo sus aportes se volcaban si-multneamente en el texto. Al principio, nadie entenda bien cmo funcionaba, acostumbrados al aislamiento del texto individual de cada grupo, otro preconcepto puesto en jaque por el proyecto. Yo estaba de pie explicando el potencial de esta herramienta colaborativa, de espaldas a la pantalla LED, hasta que un estudiante abri la columna de chat y escribi en su netbook: "S, Fede, ya entendimos", que todos leyeron silenciosamente pero entre risas.

    As, los estudiantes no elaboraban textos aislados, cada uno en una versin diferente, sino que accedan de forma comn a un mismo documento desde mltiples computadoras, en la escuela o desde sus casas. Este acceso socializado y ac-tualizado permite trastocar otro preconcepto de la situacin didctica: la relacin bidireccional entre el estudiante y el do-cente. Aqu, en cambio, cada escritor puede tener acceso a las explicaciones, comentarios y devoluciones del docente que aparecen en todos los textos. As, se produce un circuito de retroalimentacin y apoyo entre la clase como totalidad.

    Ningn estudiante conoca el programa ni el concepto de es-critura en la nube, y algunos tuvieron dificultades para adap-tarse a su funcionamiento. Un concepto establecido en aos de prcticas escolares no fue fcil de modificar: la idea de "envo" y de "entrega". Un grupo escribi un mail: "Fede-rico, ac te mando las partes del escrito". Los estudiantes protestaban: "Por qu la entrega es un domingo?", pero no era la fecha para elaborar o enviar el texto escrito, sino el lmite temporal para terminarlo. Y, adems, no haba nada que entregar.

    Los procesos de enseanza y aprendizaje que arroj esta ex-periencia ponen en duda la distincin entre nativos y migran-tes planteada al principio. Cmo puede ser que los nativos digitales encuentren dificultades para moverse en estos en-tornos? En realidad, como sucede con el lenguaje, los estu-diantes son increblemente eficientes e intuitivos en los usos no escolares de la tecnologa. Pero para los otros, para los usos escolares, acadmicos y profesionales del lenguaje y de la tecnologa, la escuela sigue conservando un rol fundamen-tal en su enseanza. Y lo ms interesante es descubrir cmo la incorporacin de estos elementos sacude muchas de nuestras concepciones sobre la enseanza y el aprendizaje.

    El texto que sigue es uno de los trabajos elaborados por los equipos, donde se puede observar que las mismas explica-ciones presentaron fuertes contrastes en todas sus dimen-siones, ya que se insertaron en contextos muy diferentes. En este caso, el tema es la relacin entre hormonas y compor-tamiento humano.

    ESCRIBIENDO A CUATRO MANOS

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  • Grupo Escritor / hablante Lector/ oyente

    Circulacin (lugar/ fecha)

    Lenguas sociales

    Toms Polizzi; Manuel Robert

    Estudiante actual del Profesorado de Biologa

    Abuela con poca formacin

    Buenos Aires, 2013

    Dilogo en la cocina; lenguaje didctico

    Nieto: Bueno, entonces sigamos. Ahora te voy a explicar la sntesis de protenas. Adentro del ncleo est el ADN, que es como un gran cdigo con muchas letras. Para hacer protenas, el ARN mensajero copia una parte, una receta de todo el ADN, porque el ADN es como un gran libro de cocina, tiene muchas recetas. Entonces, el ARN mensajero sale del ncleo y va al citoplasma. Ah est el ARN de transferencia, que es quien jun-ta aminocidos de los tipos segn dice la receta para formar tal protena. Abuela: Ah, entonces el ADN es la palabra de Dios, y el ARN es Moiss que la transmite al citoplasma, que es el pueblo. Nieto: Eh... S. Imagino que se podra pensar as. Sigo. A veces el ADN est mal, como un error de tipeo en el libro de recetas, y entonces la protena sale mal. Abuela: No. Eso es imposible. Dios nunca puede equivocarse, es todopoderoso. Nieto: Pero abuela... -en ese momento se agarr la cabeza con ambas manos y suspir, pensando en cmo explicarle-. A ver... Digamos que la clula es obra de Dios -a su pesar, porque l es ateo y le cuesta tener que decir que Dios hizo al hombre para explicar Biologa-. Pero no sigamos discutiendo. A veces el ADN est mal, y las protenas no funcionan. Eso puede dar enfermedades genticas, como el daltonismo, el albinismo, en-tre otras.

    Abuela: Cmo? Enfermedades genticas? Dios quiso que alguien vea mal los colores porque tiene un deseo para esa persona. Nieto: Abuela, qu te acabo de decir? Te pido que no nos vayamos por las ramas. Empecemos con las hormonas -aga-rra de su mochila una copia del libro Genoma-. Las hormonas pueden tener muchos efectos. Algunas tambin controlan el estado de nimo. Por ejemplo, nunca te pusiste triste en oto-o? Eso es por las hormonas, ese ejemplo especficamente por la dopamina. Abuela: No. El fro, vos sabes, hace ms lento los procesos fisiolgicos, por eso el fro conserva, porque las bacterias no pueden crecer, eso lo sabes. No? Nieto: S, abuela -dijo algo cansado. Abuela: El fro, aunque no lo sepas, porque seguro no te lo

    ensean en la escuela, tambin hace ms lento el espritu, el alma. Ese congelamiento del alma es lo que nos pone tristes cuando hace fro. Nieto: Eh... Trata de dejar tu mirada religiosa sobre la Biolo-ga, por favor, porque, si no, no vamos a llegar a ningn lado. Cuando no tenes ms hambre -dijo con cautela- es por la serotonina. Tambin controla la agresividad, con lo cual al-guien con poca hormona en sangre tiende a ser ms agresivo. Se hizo un experimento en el cual se vio que los monos con ms serotonina eran ms sociales, mientras que los que te-nan menos estaban ms aislados. La dopamina, por su parte, regula la personalidad, qu tan aventurera es una persona, la iniciativa, entre otras cosas. Alguien con poca dopamina es indeciso, y en condiciones extremas tiene el Sndrome de Parkinson, lo conoces?

    Abuela: Ah! Cuando parece que ests posedo? Nieto: No creo, alguien con Parkinson tiembla constantemen-te, generalmente lo tienen los viejos. Lo que vos ests descri-biendo es alguien con epilepsia, que tiene ataques. Abuela: Espera, nene, esa hormona que dijiste, la cerbodotina o no s qu... Nieto: Serotonina. Abuela: S, esa, si tenes poca sos una mala persona, no? Nieto: S, imagino que se podra llegar a pensar en eso -con un poco de tono interrogativo-. Abuela: Entonces esa hormona, la serodatina... Nieto: Serotonina. Abuela: S, esa, no me interrumpas nene, respeta a tus ma-yores, sabes? Bueno, entonces, como iba diciendo, esa hor-mona regula qu tan buena persona sos, por lo cual si tenes poca vas al infierno, entonces esa hormona te protege de ir al infierno. Entonces -dijo emocionada- esa hormona es Dios! A eso se refiere la Biblia sobre que Dios est en nosotros! Nieto: Que la serotonina es Dios... Ay -se frota la frente con los dedos-. Me parece que no estamos yendo a ningn lado, hablemos otro da, te parece? Abuela: A m me parece que estoy entendiendo perfectamente, es ms, le voy a comentar esto a mis amigas cuando vayamos a misa.

    El autor es articulador de las reas de Lenguas y coordinador del Programa de Escritura en la Escuela.

    Ilustracin de Camila Medina, 5 ao 2013.

    ESCRIBIENDO A CUATRO MANOS

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