naturaleza, sociedad y educación en rousseau (témpora 11-12, 1988)

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  • 8/14/2019 Naturaleza, sociedad y educacin en Rousseau (Tmpora 11-12, 1988)

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    NATURALEZA, SOCIEDAD Y EDUCACIN ENROUSSEAU

    Mariano F. EnguitaDepartamento Sociologa lBUniversidad ComplutensePocos autores en la historia del pensamiento occidental han encontrado una multiplicidad tal de lecturas e interpretaciones como Rousseau: desde padre del despotismo (Constant) hasta precursor de la primera fase del socialismo prevista por Marx en la Critica delprograma de Gotha (de ll a Volpe), pasando por mero idelogo o abogado de la pequeaburguesa (la literatura marxista oficial), padre del moralismo y jusnaturalismo kantiano(Mondolfo) o profeta de la democracia radical (los revolucionarios franceses), de la democracia obrera (Colleui) o del simple liberalismo (Chapman), o meramente infame d ecraser(Nietzsche).En el doscientos aniversario de su nacimiento, 1912, es interpretado en clave kantiana,mientras que en el doscientos cincuenta aniversario, 1%2, lo es fundamentalmente en clavehegeliano-marxistaI Marx se apoya fuertemente en l en la Critica de la filosoJfa del Estado

    de Hegel y en la Judenfroge, para repudiarlo en la Contribucin a la critica de /a economfapo/ftica, mientras Engels lo califica de "maestro de la dialctica" en el AntiDhring. Bakuninencontraba en l "una amenazante y deshumanizadora teora del Estado", mientras Proudhon aspiraba a ser un segundo Rousseau y Kropotkin le consideraba un precursor. En fin, nofaltan quienes ven en l, s imultneamente, al "ms fino de nuestros demcratas y el msfirme de los filsofos dspotas" 2.Ha sido y sigue s iendo en gran par te un lugar comn el de suponer que Rousseau creay aoraba un estado de naturaleza preexistente al estado social y que opona el primero alsegundo. Esta especie fue comenzada a difundir por los enciclopedistas. Comentando elTEMPORA NR 11 12. Enero-Diciembre 1988ATeas de Conocimiento de Teora e Historiade la Educacin y de Sociologa (Sociologa de la Educacin).FACULTAD DE FILOSOFAY CIENCIASDE LA EDUCACIN. UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA TENERIFE.1. Ver L CollettL IdLoJogl y sociedad, III' parte; traduccinde AA. Bozzo y J. R. Capel1ll, Fonlanel1ll, 1975.2. Gerard Mairel,en Hu/oda dL JiU idLoJogfiU, dirigida por f r a ~ i s Chatelel, l. n, p.53; traduccin de R e Palaci06 Mores,Z-p.. Madrid, 1978.

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    recin aparecido Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad en/re los hombres,Voltaire, que posleriormente no escatimara bajeza alguna en sus ataques contra Rousseau,lo enl iende como una invilacin a volver a andar a cuatro patas.El papel que desempean el hombre y el estado naturales en Rousseau, en cambio, sonmuy otros: se t ra ta de una abstraccin que debe dej ar al descubierto las caractersticasgenricas del hombre a base de eliminar las otras, especficas, que son creacin de lassociedades concretas. "Cmo conocer el origen de la desigualdad entre los hombres si nose empieza por conocer los a ellos mismos?"J El estado natural precisa ser invest igado yestudiado con independencia de las hiptesis sobre su existencia o inexistencia: se trata de"un estado que ya no existe, que a lo mejor nunca existi, que probablemente no existirj ams y acerca del cual es preciso, sin embargo, tener unas justas nociones para opinarcabalmente sobre nuestro estado presente"". Pero eso no significa la pretensin de alcanzarni volver al estado de naturaleza; a la inventiva de Voltaire, Rousseau responde. "Ya veisque no aspiro a restablecernos en nuestra necedad aunque mucho lamento, por mi parte, lopoco que de ella perd . Respecto a vos, Seor, este retomo sera un milagro, a la vez tangrande y tan nocivo, que slo a dios pertenecera el hacerlo y slo al Demonio el quererlo.No intentis, pues, volver a caer sobre las cuatro patas; nadie en el mundo lo lograra menosque vos. Demasiado bien no enderczais sobre nuestros dos pies para dejar de estar sobre losvuestros" s.

    En el Emilio resalta ya explicitamente la diferencia entre un est ado na tur al que no esms que una construccin terica de la razn y un estado salvaje idealizado; " ...consideradlo primero que, si queremos formar el hombre de la Naluraleza, no por eso tra tamos dehacerle un salvaje, y relegarle en lo enmaraado de las selvas; sino de que metido en eltorbellino social, no se deje arrastrar de las pasiones, ni de las opiniones de los hombres; deque vea por sus ojos y s ienta po r su corazn; y de que no le gobierne ninguna autoridad,como no sea /a de su propia razn" 6. (El subrayado es mio, MFE). Poco antes el filsofoginebrino, hablando de su Emilio, que "no es el hombre del hombre, es el hombre de laNaturaleza", explica cmo ha obtenido su modelo: "despus de haber comparado tantasclases y pueblos cuantos he podido ver en el espacio de una vida consagrada a observarlos,he quitado como artificial lo que perteneca a un pueblo y no a otro; y slo he mirado comopropio sin disputa del hombre, lo que era comn a todos, de cualquier edad, c lase y nacinque fuesen,,7. Con lo que parece ya suficiente para, dando por nulos los tpicos citadosanteriormente, entrar a considerar directamente la obra de Rousseau.Comienza su segundo discurso, que es su primera obra capital, adelantando: "Concibodentro de la Especie humana dos suertes de desigualdad; una que llamo natural o fsica, porcuanto se halla establecida por la Naturaleza, y que consiste en la diferencia de edad, de

    3. Rousseau, Discuno sob" 1'1 origm .1' los f u ~ n l o s dt: la dt:sigualdad 1'111" los lwmb"s. prefacio. p.27: traduccin deMelitn Buslamanle Ortiz, Peninsula. 1976.

    4. lbid., p. 28.5. RLSpu.esUJ a VO/lai". 10 de septiembre de 1755. publicada como ap

    la que se sustiluyea La Fontaine por Samaniego, Monlmorency por El Pardo, se hacea Rousseau asombrarse dequelos nios no sepan ir de Madrid a Getate ni orientarse por el parque del Reliro con un plano. pero esto noa fecl ala ulilizacin que haremos dellexto; ms grave. en cambio, es lraducir "patricio"donde deberla traducirse "patriota",o " p ~ u p & C i n " donde deberia ser "prejuicio": por ello aun basndome en esta edicin. modificar los trminoscuaodo lo considt're Mcnario. sin necesidad prevto 8Yiso.

    7. /bid.. p. 189.

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    salud, de las fuenas del cuerpo , y de las cualidades del Espr itu, o del Alma; o tra que puedellamarse desigualdad moral, o poltica, porque depende de una especie de convencin y quese hal la establecida, o al menos autor izada por el consent imiento de los hombres. Estaconsiste en los diferentes privilegios de los cuales gozan algunos en perjuicio de los dems,como el ser ms ricos, ms honrados, ms poderosos que stos o en condiciones de hacerseobedecer, ,8. Ms adelante especificar que existen cuatro tipos de desigualdad, a saber: lar iqueza, la nobleza o el rango, el poder o o el mrito personal. La ltima citada est en elorigen de todas la dems, pero la que lo es en primer lugar, la r iqueza, permite comprartodas las otras, reducindolas, en ltima instancia, todas a s misma9 .Rousseau , pues, es iguali tario, pero est muy lejos del igual itar ismo nivelador queprofesar ms tarde , por ejemplo, Babeuf . En el estado de naturaleza, los hombres soniguales en cuanto que son libres y en cuanto que disponen de las mismas posibilidades, perodifieren por su talen to , ect. Otro tan to deber a ocurr ir en el estado civil, donde el talen to yotros fuentes legtimas de la desigualdad natural vendran medidas por los mritos. Sera,como seala Galvano deHa Volpe, "una proporr:ionalidad univt!rsal de desigualdades odiferencias de valor', "la igualdad-desigualdad que resulta de concebir la igualdad enfuncin de la libertad, pero no tambin a la recfproca", "una s(mesis proporcional de desigual-dades, de los dos tipos de desigualdad, que son la institucional -"entre" los hombres, moralo poltica- y la "de" los hombres, natural"IO. Para Rousseau, una igualdad en sentido estrictosera imposible no ya en el estado social, sino incluso en el estado natural .Existen, por tan to , un primera desigualdad natural debida a diferencias igualmentenaturales entre los hombres; una segunda desigualdad, social, dada por la d iferencia demritos, que debera corresponderse con la primera, ser la traduccin social de la desigualdad natural ; una tercera , en fm, la nica real , que consis te en el rango, el poder y, sobretodo, la riqueza. E n cuanto a las dos ltimas, el aut or d e El con/rato social explica: " ...respecto de la igualdad, no debe entenderse que los grados de poder y de r iqueza deban serabsolutamente los mismo: sino que, en cuanto el poder, est por encima de toda violencia yno se ejena nunca sino en vir tud del rango y de las leyes, y, en cuanto a la riqueza , queningn ciudadano sea lo bastante opulento para poder comprar a otro , y n inguno 'sea lobastante pobre para necesitar venderse, lo que supone, por parte de los grandes, moderacinde bienes y de crdito; de los pequeos, moderacin de ansia y codicia"lI. Igualmente existentres igualdades: la igualdad natural; la igualdad nacida del pacto socia l (del que luegoveremos que no es ms que otra construccin ter ica), que "le jos de destruir la igualdadnatural... susti tuye por una igualdad moral y legi tima lo que la naturaleza pudo poner dedesigualdad fsica entre los hombres, que de este modo, por desiguales que sean en fuerzao ingenio, vienen a ser iguales por convencin en el derecho"12; y una igualdad meramentenegativa, que es la que se da e n la sociedad real: "as l legamos al l timo trmino de ladesigualdad y al punto extremo que cierra el crculo y toca al punt o del cual hemosarrancado. Es aqu donde todos los individuos vuelven a ser iguales porque no son nada..."13.en el Emilio, escrito en la misma poca del Con/rato, dir: "En el estado de naturaleza hay8. Rousseau, Discuno sob" d origen.... op cit. p.35.9. lb/d. p.98.10. G. della Volpe, Rousseau y MOIX, pp. 37, 20, 74; traduccin de "E . E."', Martnez Roca, 1975.11. Rousseau, El CofllrQ/o social, pp.60-61; traduccin annima. Taurus, 2' edicin, 1969.12. lb/d., p.33.13. Rousseau, Dis

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    una igualdad de hecho indestruct ible y real, porque no es posible que en este estado sea tangrande la mera dife renc ia de hombre a hombre que consti tuya dependiente a uno de otro.E n el estado c iv il hay igualdad de derecho vana y fants tica , porque los mismos mediosdestinados para mantenerla sirven para destruirla; y porque agregada la fuerza pblica alms fuerte para oprimir al dbil, rompe la espec ie de equil ibrio en que nos haba puesto laNaturaleza. De esta primera contradiccin se derivan todas las que se notan en el orden civilentre la real idad y la apariencia"'4.Ahora, recapitulando sobre lo dicho por el f ilsofo ginebrino en sus tres obras fundamentales, el segundo Discurso, el Contrato y el Emilio. podemos ver mejor el a lcance y laslimitaciones de su critica. La igualdad perdida y deseable, efectivamente, tal como lo seladeUa Volpe, es una igualdad basada y consistente en la l ibertad y en la independencia -temaque retomar Kant en la MetafTsica de las costumbres-, es decir , una igualdad entre desiguales, que en el estado natural es limitada por el propio margen de las desigualdades meramente fisicas y en el estado civil debera serlo por convencin, por derecho. El lmite permisiblede la desigua ldad est en que ningn hombre pueda ni tenga que l legar a depender de otrohombre.Es pues, obviamente, la igualdad burguesa, la igualdad de los individuos abstractos. PeroRousseau va un poco ms lejos. percibe, aunque confusamente, bien que como un problemameramente cuantitativo en su origen, que en la sociedad existe una desigualdad real -quesobrepasa los limites por l deseados- tras una apariencia de igualdad. Ms an, percibe queesa desigualdad, convirtiendo a los hombres en nada, vuelve a hacerlos iguales.Surge aqu la tentacin de ver una ant ic ipac in de la critica de la igualdad burguesahecha por Marx en La cuestin judfa e incluso de la proclamacin del proletariado -una clase

    de la sociedad civil que no forma ya par te de la sociedad civil- como clase revolucionaria.Pero esto sera una vana fuga hac ia delante , como no lo es menos el intento de della Volpede conectar los anhelos de justicia distributiva roussonanos con la breve formulacin hechapor Marx de la primera etapa del socialismo -segunda, segn Lenin-: "de cada cual segn susposibilidades, a cada cual segn su t r a b a j o " I ~ . en la Critica del programa de Gotha 1 . Pues ladesigualdad distributiva anticipada por Marx se basa en el trabajo, mientras que la pedidapor Rousseau tiene su apoyo, mientras no se demuestre lo contrario, en la propiedad, yambos criterios no son intercambiables.Lo que limita el alcance de la crtllca de Rousseau es precisamente su a tadura a lapropiedad considerada como insti tucin natural , por dems indis tinta del t raba jo. Aqutambin es contradictorio. Por un lado abomina de la propiedad: "El primer individuo alque, tras haber cercado un terreno, se le ocurr i deci r "Esto es mo" y encontr a gentes lobastante simples como para hacerle caso, fue el verdadero fundador de la Sociedad Civil.Cuntos crmenes, guerras, asesinatos, cuntas miserias y horrores no le hubiera ahorrado al

    gnero humano el que, a rrancando las estacas o cegando el foso, hub ier a g ri ta do a sussemejantes: "Guardaos de escuchar a este impostor; estais perdidos si olvidais que los frutosa todos per tenecen y que la tierra no es de nadie.,,"1714. Ro.....,.u. Emilio. l. p. 173.1.5. Delia Volpe. Roussrou y MiJIX. 0['. l. pp. 5051. 54. .58 7475 Y79.16. el. K. Man. enl"," dLt programtJdL GOI!w. pp. 1624:traduccin drI1.M.E.L. Rialrdo A g u i ~ r a . Madrid. 4' rdicin. 1971.17. ~ u D

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    subsist ir , y el gnero humano perecera si no cambiase de modo de vida ... "Hallar una formade asoc iac in que de fi enda y p ro te ja con t od a la fue rz a comn la p er sona y los b iene s decada asociado, y por la cual cada uno , unindose a todos , no obedezca, sin embargo ', msque a s mismo y quede as tan li br e como ante s. T al e s el p ro bl ema fundament al al que elContrato social da la solucin."u

    Este es el contrato ideal , la construccin ideal de la que debe nacer la sociedad que elfJ.1sofo anhela. E l con trato rea l, en cambio, fue o tro, refer ido en el segundo Discur.;o: " ...el rico, apremiado por la necesidad, concibi por fin el p royecto ms medit ado que jamsentrara en la men te humana : fue el de emplear en favor suyo las propias fuerzas de los quele atacaban, de convert ir a sus adversarios en defensores suyos, de inspirarles otras mximasy darles otras insti tuciones que le fuesen t an p rov echos as como e l d er echo n at ur al l e eracontrario.

    "Unamonos -les dijo- para defender de la opresin a los dbiles , contener a los ambiciosos y asegurarl e a cada cual la posesin de lo que le pertenece. Insti tuyamos unos reglamentos de justicia y de paz a los cua le s t odos tengan la obligacin de conformarse, que noeximan a nad ie y que reparen en cualquier modo los capri chos de la fortuna al someter porigual al pod er oso y al dbil a los mutuos deberes. En una palabra, en lugar de volvernuestras fuerzas contra nosotros mismos, unmoslas en un poder supremo que nos gobiernesegn unas sab ias leyes. que p ro te ja y d ef iend a a t odos los miemb ro s de la asociacin,r echace a los enemi go s comunes y nos man teng a b aj o una eterna concordia.

    "Bast mucho menos que el equ ivalen te de ese d iscu rso para arras trar a unos hombresgroseros, fciles de seducir y que por lo dems tenan demasiados asuntos que zanjar entres como para poderse pasar de rbit ros, y demasiada avaricia y ambicin como para podersep ri va r mucho t iempo de amos. Todos corri eron hacia sus g ri ll et es creyendo asegurar sul iber tad, pues con bas tante razn para sen ti r l as ven ta jas de un establecimiento poltico, notenan la suficiente experiencia como para poder prever sus pel igros..."Tal fue o pudo s er el o ri gen d e la so ciedad y d e las leyes que le dieron nuevas cadenasal dbil Ynuevas fuerzas al rico, que destruyeron para siempre la l ibertad natural , sentaronpara siempre la Ley de la p ropi ed ad y d e la de sigu ald ad, que de una hb il usu rpacinhicieron un derecho irrevocable y que en provecho de algunos ambiciosos sujetaron desdeentonces a todo el gnero humano al trabajo, a la servidumbre y a la miseria... Lassociedades, al multipl icarse o extenderse rpidamente, cubrieron pronto toda la superficiede la tier ra y ya no fue posible en co ntr ar un solo ri nc n e n el Universo donde poderemanciparse del yugo y sus traer su cabeza de la esp ad a a men udo mal guiada que cadahombre vio suspendida perpetuamente sobre la suya"23. As pudo el pue blo "comprar undescanso ideal , a costa de una felicidad real"lA. Aqu se ve la diferencia entre Rousseau y losapologistas del contrato social, incluso lo ms geniales, como Hobbes o Locke.

    Dnde res ide la d iferencia p rimera ent re estos dos con tratos? El p rimero const it uyeciudadanos l ibres iguales , mientras el segundo mantiene al rico en su r iqueza y al pobre ensu miseria, pero esto es ms el efecto que la causa. Tampoco hay que pensar en modo algunoque respondan a dos formas de pensar distintas, la de un Rousseau ms joven y rad ical enel segundo Discur.;o -el del con trato rea l- y otro que ya e s menos ambas cosa s en el Contrato-el del contrato ideal-.

    22. Rou.sseau, El COfIJrtJlO social, cit., p.25.23. Rousseau, Discurso JOb" , el orig

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    comisarios, que nada pueden concluir definitivamente. Toda ley que el pueblo en persona noha rat if icado es nula, no es una ley. El pueblo ingls piensa ser l ibre y se engaa; no lo esms que durante la eleccin de los miembros del Parlamento; una vez elegidos, es esclavo.En los cortos momentos de su libertad, el uso que hace de el la bien merece que la pierda"19.Lo mismo con respecto al gobierno, "un cuerpo intermediario establecido entre los sbditosy el soberano para su mutua correspondencia ... Es tan slo una comisin, un cargo, por elcual s imples empleados del soberano e je rcen en su nombre el poder de que les hacedepositarios, y que l puede limitar, modificar y reivindicar cuando le plazca, siendo comoes la enajenacin de tal derecho incompatible con la naturaleza del cuerpo social y contrariaal fin de la asociacin".lO.

    La genialidad del ginebrino brilla aqu como en ninguna otra parte de su obra. Esta vezs que su ettica se anticipa y prefigura la que ha r Marx de la filosofa del derecho pblicode Hegel. Buena parte del constitucionalismo moderno y la mayor porcin del "marxismoitaliano" ha girado en to rno a la discusin de si la representac in pol t ica puede serconsider ada o no como un contrato ( p. ej., Cerroni, Collelli, Basso). Su crtica de larepresentacin adelanta el e je de todas las quejas actuales contra la democracia indirecta, almenos en cuanto pretenden buscar una fundamentacin lambin polt ica y no contentarsecon sealar la realidad econmica escondida tras la apariencia polt ica o el crecientepredominio del poder ejecutivo sobre el legislativo.

    Esto ha s ido ya suficientemente subrayado po Lucio Collelli en Ideologra y Sociedad y enla introduccin a los Early Wrilings de Man3I, aunque hay que considerar como un arrebatoexagerado la a fi rmac in de que, "por cuanto concierne a la "teora polt ica" en sentidoest ricto, Marx y Lenin no han aadido nada a Rousseau, salvo el anlisis (ciertamente muyimportante) de las "bases econmicas" de la extincin del Estado"32.En primer lugar , no se ent iende qu pueda ser " la teora pol t ica en sentido est ricto...salvo ... las bases econmicas" : demasiado est ricto habra de ser para dejar fuera de Marx yLenin y demasado lato para incluir las "bases econmicas"; en segundo lugar, Lenin quedaen c ie rto modo por det rs de Rousseau, en cuanto no capta , como Engels , la especificidadde la separacin entre la esfera poltica y la esfera civil -privada- en la sociedad capitalista,y por delante en cuanto que vincula las sucesivas formas estatales a clases sociales distintasy determinadas33; en cuanto a Marx, su ampliacin y fundamentacin del anlisis de lahipostatizacin del Estado en la Crtica de la filosofa del ESlado de Hegel , en La cueslinjudra y en La ideologia alemana, y, en conexin con ello , de la separac in ent re el cicloreligioso y el valle de lgrimas que es la t ierra en La cuestin juda. y del fetichismo de lamercanca y la forma d inero en sus obras econmicas, no pueden queda r exluidas deconcepcin alguna, tan "estricta como se quiera. de la teora poltica.

    Pero si esto e ra una cuest in de detal le , es lamentable, en cambio, que todava en 1969se pueda escribir con toda tranquilidad que no es necesario insistir mucho "para percatarseque el fundamento de la doctrina roussoniana es el liberalismo en la dimensin ms ingenua,el individualismo psicolgico. El aspecto democrtico procede de la incapacidad de Rous-

    29. Rousseau, El COTJ1raO social. l . p. 101.JO. lbld., p. 66.31. Marx, Early Wn'tings, Penguin. Harmondsworth, t975: en caslellano en Colletli, La cuestin de Stalin; Anagrama.

    lraduccin de Francisco Fernndez Buey y Angles Martinez Caslells, Barcelona, 19n.32. C o l l e l l ~ l

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    sus inclinaciones y sus obligaciones, nunca ser hombre ni ciudadano. nunca ti l, ni para sni pa ra los dems;scr uno de los hombres de nuestros das, un francs, un ingls. unburgus, en una palab ra , no ser nada"311.La misma vindicacin se encuentra en el temprano art culo "Sobre la economa poltica"escri to pra la Enciclopedia: los ciudadanos no deben "mirar jams su individuo ms que porsus rel ac iones con el cuerpo del Est ado, y no percibi r, por decirlo as, su propia existenciams que como una p ar te d e la suya .... ident ificarse de algn modo con este todo ms grande,sentirse miembros de la pat ri a. amarl a con ese sen timien to exqui si to que todo hombrea is lado no t iene ms que p ar a s mismo, e lev ar p erpe tu amen te su a lma a e st e g ran obj et o,y t rans fo rmar as en una v ir tud sub lime est a d isposi cin pel ig rosa de la que nac en todosnuestros vicios"39.Pero en la situacin real existente, insis tamos. Rousseau ve lo contrario de sus designios.As, en el Emilio. "Noto que en los siglos modernos no t ienen los hombres ms asidero unosen o tr os que la f uer za y el int er s, en vez d e que los anti guos obr ab an mucho ms por lapersuasin y por las afecciones del nimo... que los reyes slo a fu er za d e t ro pa s se hacenobedecer. y que el respe to de los vasal lo s slo est v incu lado en el t emor del cas tigo ..."40. Yel mismo l amen to en el pr lo go al Nan:iso: "Para dos hombres cuyos intereses se ponen deacuerdo, hay quiz cien mil que se les o ponen..."4l.Con orejeras se puede eXtraer de aqu la conclus in de que en Rousseau est n las basesdel tot al it ar ismo . con unas o re je ras que no permi tan ver que , si el individuo social no debe

    ser n ad a o casi n ad a fue ra del E st ado , el E st ad o t ampoco d eb e s er n ad a sin e l ind ivid uosocial. Benjamin Constant . t ras esforzarse por demostrar que existen esferas del individuoque no d eb en ni pueden ser invadidas por el E st ad o. ha conc lui do que "Rous se au h ai gnor ado e sta ve rd ad , y su error ha hecho de su Contrato Social, tan frecuentementei nvocado en favor d e la l iber tad. e l ins trumen to ms ter ribl e de t odos los gneros dedespotismo'>42. Desde entonces esto se ha convertido en un tpico.Ahora bien, c omo ha sealado Jos Alvarez Junco, lo que aqu se enc ue ntra es ladiferencia clsica entre libertad democrtica y libertad liberal43, o dicho de otra forma, entreel garant ismo y la democracia. Pues si no exi st e duda, aun cuando pueda ser una pet ic in deprincipio, de q ue hay esferas del individuo a las q ue el Estado debe mantenerse ajeno,menos existe todava de que. en la sociedad capital is ta, el garantismo no es bsicamente otracosa que la concesin de garantias a la propiedad privada frente a la comunidad. al intersp rivado f rente al int ers general . Y esto es p reci samente lo que Rousseau no quiere. que losmviles privados primen sobre los mviles pblicos. No quiere tampoco que los individuoss e v ean in tegr ado s en el E st ad o como simple s va sallos o sbd ito s, caso en el q ue e st ar ajusti ficada la acusacin de total itarismo. sino como ciudadanos, como sbditos y soberanosa l a vez: " la s p al ab ra s sbdito y soberano son cor re laciones cuya idea se rene en el solon om br e d e ciudadano"44.

    38. [bid.. p. 4.39. Rousseau, IX r ~ c o n o m politiqlU, CE UVf"f.S compba. vol. 1, p. 595, Firmin Didol, Par . 1968.40. Ro","""u, Emilio, cit. pp. 248-249.41. Rousseau, Narcisu, p r e f a c ~ , CEuvre.r complbr.r. vol 11, p. 968, Gallimard, Pars, 1964.42. B. Conotaol, Prinpios

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    las recompensas materiales tal vez no llegarn mejor ... Por qu medio, pues, conmover loscorazones y hacer amar a la patria y a sus leyes? Osar dec ir lo?: por medio de los juegosde nios, por medio de instituciones que son ociosas a los ojos de los hombres superficiales,pero que forman hbitos queridos y vnculos invencibles..."4B, es decir, p or medio de laeducacin. "Este es el artculo importante. Es la educacin la que debe d ar a los nios laforma nacional y dirigir sus opin iones y sus gustos de tal forma que sean pat ri ot as porinclinacin, por pasin, por necesidad... Todo verdadero republicano mam con la leche desu madre el amor a su patr ia, es decir, a las leyes y a la libertad"49.En este escrito, el f ilsofo ginebrino introduce una modificacin y una adicin importantes. Modificacin, la de aceptar la educacin por par te de los padres, pero siempre que losnios sigan concuriendo a juegos pblicos, etc. Adicin, la de prever un sis tema de escolarizacin homogneo: "no me gustan en absoluto esas distinciones de colegios y academias,que hacen que la nobleza rica y la pobre sean educadas distinta y separadamente. Siendotodos iguales por la constitucin del Es tado, deben ser educados jun tos y de la mismamanera; y si no se puede establecer una educacin pblica totalmente gratuta, al menos hayque poner la a un precio que los pobres puedan pagar"50. Tambin sugiere el establecimientode un sis tema de becas .El Estado debe regular la educacin de los nios de la forma ms minuciosa posible: "laley debe regular la materia, el orden y la forma de sus estudios"SI El sistema educativo debeser pue sto ba jo la direccin de un cuerpo de magis trados, e legidos entre los mejoresc iudadanos, que puedan nombrar , t rasladar y revocar a los rec tores de los colegios. Losnios deben aprender sobre todo la his toria de Polonia , sobre sus grandes hombres , susgestas, sus letras , etc . No se t ra ta ya de formar al ciudadano en general sino al ciudadanopolaco en particular. Un reproche en sintona con esto se haca ya a Pedro 1 en El conlratosocial: "pretendi, desde luego, hacer alemanes e ingleses, cuando era preciso comenzar porhacer rusos; impidi a sus sbdi tos l legar a ser lo que podan, persuadindoles de que eranlo que no son".S2 Tambin Polonia debe cultivar su especifidad: ..... no son los estudiosordinarios dirigidos por extranjeros o por curas lo que yo quema hacer seguir a los nios."S3Los educadores deben ser solamente polacos, pero tambin ciudadanos distinguidos por susservicios a la patria: "guardaos sobre todo de hacer un oficio del estado de pedagogo."S4Pero esta educacin nacional solamente es posible cuando la sociedad no est corrompida; si no es as, habra que comenzar por cambiar la propia sociedad. En este sentido seexpresa el "ciudadano de Ginebra", como le gustaba llarmarse a s mismo, respondiendo ala aseveracin de Mme. d'Espinay sobre la extrema dificultad de educar a los nios, segnrefiere sta en sus memorias, que la cosa resultara ms fcil si se comenzase por reconstruirla s o c i e d a ~ .En suma, tiene razn Derath cuando afirma que, mientras que el Emilio se dedica a laeducacin del individuo en la "vieja" sociedad, la verdadera educacin ofrecida en el48. Rousseau, Consitkrrui{)fU sur le gou"ememenl de Pologne, CEuvre.5 compleles, vol 1, p. 703, Finnin Didol, 1968.49. Ibld. p. 709.SO. tbJ.. p. 70951. lbid., p. 709,52. ROlIS5

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    No quiere decir sto que el joven vaya a ser un ser hurao. Quiere a los hombres y esperaser querido por ellos, pero en ningn caso a cambio de ser pelVertido. En eso, su actitud esla misma que la de Julie, la nueva Elosa: "Me esfuerzo por llegar a ser amable sin falsedad,complaciente sin bajeza, y por tomar de la sociedad tanto como hay de bueno en ella y puedosufrir sin adoptar los vicios."63

    El aislamiento de Emilio es s implemente una forma de evi tar que sea maleado por esasociedad, un mal menor a falta de una verdadera soc iedad en la que pudiese haber unaautntica educacin nacional. Adems, tiene mucho de artificio metodolgico destinado amostrar que es posible educar de otra forma. "Sigo adelante arrastrado por la fuerza de lascosas, pero sin engaarme acerca del juic io que van a formar mis lectores. Mucho tiempohace que me ven en los pascsde la fantasa y yo los veo siempre en los del prejuicio... s queempeados en no creer posible ms que lo que ven, se persuadirn de que el joven que aqufigura es un ser imaginario y fantstico, porque se diferencia de aquellos con quienes lecomparan: sin hacerse cargo de que es fuerza que se diferencie de ellos, puesto quehabiendo sido educado de un modo totalmeme distinto, selVido de efectos diametralmentecontrar ios, ins truido de diversa manera que ellos, sera mucho ms extrao que se lespareciese que no que fuese cual yo le supongo. Este no es el hombre del hombre , e s elhombre de la naturaleza; y ciertamente debe ser muy extrao a sus ojos".64Ni s iquiera puede decirse que Rousscau pretenda que su frmula sea de aplicacingeneral a los nios, aunque sus padres o preceptores compartiesen la opinin de que lasociedad es la madre de todos los vicios. En Octubre de 1764, ao y medio despus de lapublicacin del Emilio, escribe a Filibert Cramer: ... .. Me cuesta creer que tomis el Emiliopor un verdadero tratado de educacin, ya que es una obra filosfica basada en el principio,avanzado por el autor en otros escritos, de la bondad natural del hombre. Para acordar esteprincipio con esta otra verdad no menos cierta de que los hombres son malos, era necesariomostrar el origen y la historia de los vicios del corazn humano. Esto es lo que he hecho coneste libro, unas veces con justeza y otras con sagacidad. En este mar en que nos sumergennuestras pasiones, haba que empezar por encontrar el camino y allanar todos los obstcu10s."6S En cuanto al significado y la equivocidad de los vocablos "naturaleza" o "natura'" enRousseau, ya lo hemos tratado con anterioridad.3. ESPECIFICIDAD DE LA INFANCIA.

    Una de las caractersticas principales de la pedagoga rousseauniana, y de las que mscaro le han hecho a toda la pedagoga progresiva moderna, es el reconocimiento de laespecificidad de la infancia y la negativa a considerarla como una etapa de preparacin parala vida adulta, tanto ms a tratar al nio como un hombre en miniatura. "Cada edad y cadaestado de la vida tiene su perfeccin idnea, su especie de madurez peculiar. Muchas veceshemos odo hablar de un hombre formado; contemplemos a un nio formado: espectculoque ser ms nuevo, y acaso no menos grato para nosotros".06

    63. Rouosea... La f W I i V ~ / I ~ H e l o i s ~ , 11' parte, ""rta XVII. Cf:u ..res c o m p l b ~ , p. 246. Gallimard. 1%4.64. ROUMeau, Emilio, cir., p. 189.65. CiIJldo por J. Lettrcle en la edicin del Emilio de Fontan.ells, pp.8889; trnduccin de AntonioG. Valiente. Barcelona,1973.66. Roussea... Emilio, p. 107.

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    Brama contra esa educacin que los prepara para una etapa futura de la vida que tal veznunca disfrutarn; contra la previsin "que sin cesar nos saca de nuest ros lmites, y confrecuencia nos coloca adonde nunca llegaremos... verdadero manantial de todas nuestrasmiserias"67; contra la mana general y el consejo de Locke de educar a los nios empendose en razonar con ellos, pretendiendo usar como instrumento lo que solamente puede serel resul tado final; contra la idea de que de los nios puede esperarse sentido de la responsabilidad y cumplimiento de sus obligaciones; contra la prisa por inculcarles el saber, porhacerles leer libros, etc. El infante "no debe ser bruto, ni hombre, sino nio".8El educador no debe tratar de modelar al nio de acuerdo con sus propias ideas, sino serl quien se amolde a sus intereses, inclinaciones, etc. "La naturaleza quiere que stos, antesde ser hombres, sean nios. Si queremos invertir este orden, produciremos frutos precocesque no tendr n madurez ni gusto, y que se pudr ir n muy presto; tendremos doctoresmuchachos y viejos nios. Tiene la infancia modos de ver, pensar y sentir, q ue le sonpeculiares ; no hay mayor desatino que querer imponer les los nuestros ; tan to equivale aexigir que tenga un nio dos varas de alto , como razn a los diez aos".

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    De Jo que se t ra ta es de crear antes hombres buenos que sabios; no hace fa lta que seanportentos, sino que basta que sean hombres juiciosos. En lo que se refi ere a la instruccin,lo impor tante no es suminis trar saber , s ino poner al nino o al joven en condiciones deadquirirlo, dejar que aprenda por s mismo, no ensearle jams muchas cosas a la vez, dejarincluso que yerre, salvo en lo que pueda daar le , hasta que l mismo vea sus errores.Vase el retrato de Emilio a los quince aos: "Precisado a aprender por s mismo, usa desu razn, no de la ajena;... slo adelanta en proporcin a sus fuerzas,... pocos conocimientosposee Emil io, pero los que t iene son verdaderamente suyos, y nada sabe a medias. En elcorto nmero de cosas que sabe bien, la ms importante es que hay muchas que ignora y queun da puede saber , muchas ms que saben otros y que no sabr l en su vida, y una infinidadde e llas que nunca sabr hombre alguno. Tiene un espritu universal, no por las luces sinopor la facultad de adquirirlas... Bstame con que sepa hallar el para qu sirve en todo cuantohaga, y el por qu en todo cuanto crea... Ni siquiera sabe el nombre de la historia, ni lo quees metafsica y moral. Conoce las relaciones esenciales del hombre con las cosas, pero no lasrelaciones morales del hombre con el hombre. ... Fal tanle las luces que est preparado arecibir su espritu .. .>72Tampoco ser el nio atosigado con lecciones morales. La nica leccin moral que debeaprender en su infancia es la de no hacer mal. Las dems, no siendo todava miembro activode la sociedad, no t iene an por qu aprenderlas . Su a tenc in debe dir igir se antes a lasrelaciones fsicas entre los hombres, o entre los hombres y cosas, que a las relacionesmorales y pol ticas . Lo que ocurre es que, incluso con estas precauc iones, el propsi to deRousseau hace pronto agua: puesto que el nio debe aprender en primer lugar cuales sonsus relaciones con las cosas, resulta que hay que ensearle... la propiedad, para lo cua l seurde la pequea his toria del haba que hemos referido ya ms arriba.

    En fm, para que l legue a ser un hombre de bien, no ha de faltar una dosis de dureza ensus primeras experiencias. Rousseau no propone una educacin espartana como la de Locke,pero abomina de los cuidados con que se protege a los nios en la primera edad para evitarque se hagan dao, de los caprichos que se les conceden, etc. E l ayo no proporcionar enabsoluto sufrimientos artificiales al nio, pero, salvo que pueda estar en peligro su vida o suintegridad, no har nada por evitarle los peligros. "Padecer es lo primero que debe aprendery lo que ms necesitar saber"735. EDUCACIN NEGATIVA, INACfIVA.

    Rousseau qui ere hombres buenos y justos, y que as lleguen a serlo depende de laeducacin, pero como la fuente de todos los vicios y malas costumbres es la corrompidasociedad, mientras que el hombre t iene en s los e lementos necesarios -la razn- para,aislado de influencias nefandas, desarrollarse virtuosamente, no har falta inculcarle demodo positivo lo que debe aprende r. Lo que se precisa, por el cont rari o, e s deja rle s queaprendan slos y preservarlos de los prejuicios. "As, la educacin primera debe ser meramente negativa. Consiste no en ensear la virtud. ni la verdad, sino en preservar de vidiosel corazn y de errores el nimo. Si pudierais no hacer nada; si pudierais traer sano y robusto71. ROIISS

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    6. EDUCACIN DE LA NATURALEZA, DE LAS COSAS, DE LOSHOMBRES.La educacin es efecto de la Naturaleza, de los hombres o de las cosas. La de laNaturaleza es el desarrollo interno de nuestras facultades y nuestros rganos; la educacinde los hombres es el uso que nos ensean stos a hace r de nues tro desarrol lo ; y lo quenuestra experiencia propia nos da a conocer acerca de los objetos cuya impresin recibimos,es la educacin de las cosas."As, cada uno de nosotros recibe lecciones de estos t res maestros. Nunca saldr bieneducado, ni se hal la r en armona consigo mismo, el discpulo que tome de ellos leccionescontradictorias; slo ha dado en el blanco y vivir una vida consiguiente, aquel que vea

    conspirar todas a un mismo fin y versarse en los mismos puntos; ste slo merece el t tulode bien educado. De estas tres educaciones distintas, la de la naturaleza empero no dependede nosotros, y la de las cosas slo en par te est en nues tra mano. La nica de que somos deverdad los rbitros es la de los hombres , y esto mismo es todava una suposic in... Una vezque para su recproca perfeccin es necesario que concurran las tres educaciones, hemos dedir igir las otras dos a aquel la en que ningn poder tenemos".80 En otras palabras: la nicaeducacin armnica posible ser aquella en que todo est puesto en funcin de lo que exige,o simplemente acta, la natu ra lez a. En e st e sen tido, y no en o tro , la educacin debe sereducacin natural.Pero cmo interpretar lo que hace o quiere la naturaleza? En la medida en que nuestrassensaciones son de agrado o de do lor, p roducen en noso tros sen timientos de simpat a oantipata hacia las cosas que nos rodean, es dicir , inclinaciones. La educacin natural, porconsiguiente, es aquella que sigue o parte de las inclinaciones del alumno.Ahora bien, es ta opcin en favor de la educacin natural no es indiscriminada, vlidapara todas las condiciones. Siempre existe contradiccin entre la educacin de la naturalezay la de los hombres, ent re formar un hombre y formar un ciudadano, entre el estado naturaly las instituciones, pero no siempre ha de resolverse en la misma direccin. Todo dependede cmo sean las instituciones. "Las instituciones sociales buenas, son las que mejor sabenborrar la naturaleza del hombre, privarle de su l;Xistencia absoluta, dndole una relativa, ytrasladando el yo, la personalidad, a la comn unidad"Sl; en correspondencia con el hombrey el c iudadano estn la educacin particular y domstica y la pblica y comn. "Quien sequiera formar idea de la pblica educacin, lea La Repblica de Platn," pero "hoy no existela institucin pblica, ni puede existir , porque donde no hay patria no puede haber ciudadanos.. . Qudanos, pues, la educacin domstica, o la de la NalUraleza".82 En suma, lacaracterstica de mal menor que t iene par a Rousseau la educacin privada, se extiendetambin al mtodo de la educacin natural.Debemos, en consecuencia, insistir en algo que ya sealamos al hablar sobre la educacin nacional: la propuesta primera de Rousseau es const itui r soc iedades que puedan sercalificadas como patrias, o cambiar en ese sentido las exis tentes , y poner en pie , de acuerdocon ello, un sistema de educacin nacional; la segunda, vlida solamente en cuanto no seaposible o realizable la anterior, es apartar al nio/joven de las instituciones corrompidas yeducarlo siguiendo el mtodo de la naturaleza. Ms an, esta lt ima propuesta tan slo80. ROllSS

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    El n io debe est ar somet ido a la dependencia de las cosas, pero no a la de los hombres.Cuando un pupilo del ayo Rousseau, q ue esta vez no es Emilio, se empe a e n t ene rlesometido a caprichos y le amenaza con sal ir solo de casa si no quiere acompaar le , e l ayo nose lo p rohibe , s ino que le deja hacer ; pero cuando el pup ilo sal e a la cal le , s e encuent ra conque la gente se bur la de l y le p rovoca , s it uacin que le ha s ido preparada por el ayo, ascomo la oportuna intervencin del cabal lero que primero le vigila discretamente y por fin leabo rd a, escuch a sus males, le a conse ja volve r a c asa y le a compa a a ella; a p ar ti r de ah,p revi o algn epis odi o r ocambol esco que no aade n ad a nuevo al mecanismo, el p up il ocomprende que neces it a a su ayo para sal ir y que no debe t ratar de someterle a su caprichosavolun tad. Cuando Emi lio rompe unos cri st al es , lo que le hace t emblar de f ro, un s irvi en teque pa sa por all, y al que r equi er e p ar a que lo s aque d e e sa si tua cin , le r es pond e que ltambin t iene cristales que proteger; el episodio se resuelve una vez que Emilio l lama aJeanJacques para par lamentar y le p ropone un compromiso -un pac to - por el cual quedar l ibrey no romper ms cris ta les, p ropues ta que el ayo acepta.

    El mismo procedimien to s irve para o tros f ines educa tivos. Para que se e je rc it e en elcor re r, el ayo o rg an iza c ar re ra s con un bollo de p remi o. Par a que apr enda las n oc io ne selementales de geografa, se pierden ambos por el parque de Montmorency, l lega la hora enque t ienen hambre, y la nica forma de encontrar el camino de casa es o ri en ta rse con el so l,la sombra y e l conocimiento de los cuatro puntos cardinales. Cuando Emilio se encontrabatan contento con su h ab a y su terreni to recien adquirido arranca las habas porque las habansembrado sobre las semil las de sus melones; Emilio lo comprende, pregunta dnde hay unterreno libre por la zona, pero queda compung ido porque no hay ninguno, ante lo cual suayo propone que le pidan un pequeo trozo al hortelano y le den a cambio parte delp ro du ct o: Emil io apr ende as lo que es la propiedad, lo que es el derecho del primero cupant e y lo que es la aparcer a . A l maest ro , pues, no le cor responde un papel meramentepas ivo en la educacin del n io, aunque st e deba ser educado por l as cosas: es quien debecr ea r a su alrededor situaciones est imulantes que despierten su inters y/ o su curiosidad,que l imit en sus p re tens iones. que le hagan ver y suf ri r l o mal hecho , e tc .

    Pero est a dependencia del n io respecto del p receptor , basada en la ignorancia, nopuede mantenerse ms all de l o que dure st a. Entonces debe ser gradualmente sustitudapor una nueva sumisin, producto de su propia voluntad. El ayo Jean-Jacques huye de sua lumno, se esconde , hace que s ienta la neces idad que t iene de l. Cuando e st e j uego no esya suf ic ient e, el ayo se hace nuevamente necesar io a base de convertirse en el confidente deEmilio, mostrarle la uti lidad de sus conse jos y abr ir le e l conocimiento del mundo , pasandocon l t odos los tr ances que s ea n ecesar io . Emilio exclama , convenc ido: "iOh, amigo,amparo y maest ro mo ' Volved a tomar la autor idad que quere is abandonar en e l punto quems impor ta qu e la conser veis; h as ta aqu la tenais por mi flaqueza : d esd e hoy ms latendreis por mi volun tad, y ser para m ms sag rada . Defendedme de todos los enemigosque me s iti an, y sobre todo de los ms a leves que den tro de m llevo; vigilad sobre vuestraobra, para que permanezca digna de vos. Quiero obedecer siempre vuestras leyes, y si algunavez os desobedezco , ser a despecho mo: hacedme l ib re amparndome con tra mis pas ionesque me avasallan, y logre yo ser mi rb it ro p ropio, no obedeciendo a mis sen tidos, s ino a mirazn".86 El ayo se hace rogar un poco, y el p roceso de interiorizacin de la aut or id ad y larelacin pedaggicas llega a su culmen. Graci as a e llo Emi lio ser todav a dcil -o ya dcil,b ien mirado- a los veint e aos.86. Ibd. p. 252.

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    8. PEDAGOGA DEL INTERS.Lo que el n io aprenda , debe aprenderlo por inters , y ste solamente puede venir deque v ea a lg un a uti li dad en ello. E st a e s t ambi n la cond ic in s i n ~ q u non para educarlocomo hombre libre. "Nada haga el nio porque se lo d igan : slo es bueno para l lo que portal reconoce. Si l e l anza is ms a ll de sus luces , os f igurai s que tenei s p revi sin , y os fal tatotalmente. Por armarle con algunos vanos instrumentos d e q ue aca so no h ar nun ca uso, lequi ta is e l ins trumen to ms universa l del hombre, que es l a sana razn : l e acostumbrai s a ques iemp re s e d ej e guia r, a q ue nunca s ea ms que una mquina en manos ajenas. Quereis quesea dcil cuando chico; eso es querer que sea crdu lo y bur lado cuando hombre".87 Cuandoel a lumno no s ient e la nece sid ad de apr ende r a lgo que su preceptor considera necesaro,

    basta con crearle hbilmente una situacin que le haga senti rla. De e st e modo, adems s epuede apoyar desde los p rimeros pasos del p roceso educa tivo en un impu ls o n at ur al d elnio, el amo r a s mismo.De aqu se desprende una cr ti ca a los t emas e n q ue se centran tanto la enseanza escolarcomo la educacin doms ti ca a l uso. Est a cr ti ca est aba ya presente en el Narr:iso: "Es paraensearnos las letras para l o que se a to rmen ta nuest ra miserab le juven tud: sabemos todaslas reglas de la gramtica antes de haber o do hab lar de l os deberes del hombre: sabemostodo lo que se ha hecho has ta el p resente antes de que s e nos haya di cho una p al ab ra sobrelo que debemos hacer .. . En una palab ra , slo est p rescri to ser sa bio e n las cosas q ue n opueden servirnos de nada".88Esa diferencia entre lo til y lo in til n o s ep ar a s ol amen te a los d eb er es d el c iu dadanode l a g ramti ca y la h is to ri a s ino tambin a los o fi cios entre s: "Una educacin c:x:clusivacuyo nico fm es distinguir de la ple be a los q ue la h an recibido, p re fi er e si empr e lasinstrucciones ms costosas a las ms comunes, y por e so mismo ms tiles".1l9

    Por esta razn, Emilio aprender todo, en tanto sea posible, de la experiencia y no de loslibros. "La l et ra mata, ' el esp r it u vivifica".90 Los sen tidos juegan el papel c lave en sueducacin, que no la rzn: "No me gustan las explicaciones con largos razonamientos: losnios atienden poco a e ll as , y menos las ret ienen en la cabeza. Cosas, cosas. No me cansarde repet ir que darnos mucho ms valor a las pal ab ras; y con nuest ra educacin par lanchina ,p ar lanchi ne s e s lo que formamos".91 Por lo d ems, Emili o mismo est poco dispuesto asoportar discursos cultos: "ms a lo patn" q ue los nios de su t iempo, en cuant o noent iende una palab ra se marcha y deja p lantado a su ayo. Si st e int en ta ensear le a lgo y supupilo declara no t ene r inte r s e n el tema, a ba nd on a la empr es a y busc a una forma decrerselo e n o tr a ocasin. "No charla, que obr a; n o s ab e una p al ab ra de cuanto sucede enel mundo ( en la n iez ), pero sabe hacer muy b ien cuanto l e conviene. Como sin cesar esten movimiento, se ve preci sado a observar muchas cosas , a conocer muchos efectos : muypronto adquiere experiencia .. .'092

    87. lbld, p. U3.88. Rousseau, Narcisse, cil., p. 966.89. Rousseau. Emilio, cil., p. 83.90. Ibd, p. 139.91. lbd, p. 125.92. lbid., p. 73.

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    En fm, Emilio aprender un oficio, concretamente el de carpintero, porque debe aprender a trabajar con sus manos y porque debe ser capaz de asegurarse su propio sustento, siacaso en el da de maana sus rentas manguan -y no hay nada ms seguro ni ms independiente, para Rousseau, que un oficio: ms incluso que la agricultura, aun siendo sta laprofesin natural por excelencia.9. RELIGIN NATURAL.

    Rousseau cnuca implacablemente el fanat ismo religioso y algunos de los dogmas msfirmemente sostenidos por los crislianos: la validez de los misterios, algunos de los cuales"es imposible, no slo que un hombre conciba, sino que los crea".93; que sea necesario creeren Dios para salvarse, ya que "la obligacin de creer supone posibilidad'094; la existencia delinfierno, pues"para qu es necesario buscar el infierno en la otra vida, si desde sta resideen el corazn del perverso?", la revelacin "Cuntos hombres entre Dios y yo!"-, pues "asque se les ocurri a los pueblos hacer que hablara Dios, cada uno le hizo hablar a su manera,es decir lo que l quiso. Si solamente hubiera escuchado lo que dice Dios al corazn delhombre, nunca hubiera habido. ms que una religin en la Tierra'09S; los milagros, pues "elque empieza escogiendo un pueblo slo, y proscribiendo lo dems del gnero humano, no esel pad re comn de los hombres.'096Pero Rousseau no abandona la religin ni la idea de la existencia de Dios, pues la vecomo un instrumento de proteccin de los anigidos, y el materialismo de la poca como unarma de los poderosos: no hay que olvidar que Helvetius y d'Holbach, dos materialistasseeros, eran precisamente grandes financieros; Rousseau haba estado anteriormente relacionado con d'Holbach y sus seguidores, con quienes nunca estuvo demasiado de acuerdoen nada, y haba roto con ellos antes de escribir el Emilio. As, en ste afirma, respondiendoa los materialistas: "Derribando en tanto, destruyendo, hollando a sus plantas todo cuantorespetan los hombres, privan a los anigidos del ltimo consuelo de su miseria; quitan a losricos y a los potentados el nico freno de sus pasiones; desar raigan de los corazones elremordimiento del delito, la esperanza de la virtud, y todava se jactan de ser los bienhechores del gnero humano".97Estas son las pginas que le valieron a Rousseau, al menos formalmente, la condenacindel Emil io y su proscripcin ya de por vida; si tambin lo fueron realmente, es discutible,pues en la misma poca del Emilio -un poco antes, aunque probablemente fue comenzadoa escribir despus- sale a la luz El controlO social, del que se inf iere una cr tica acerba delsistema poltico existente y que incluye una teorizacin fogosa del derecho de insurreccinPero el tema central de estos pasajes , que forman la famosa Profesin de fe del Vicariosaboyano, no es la crtica a dos bandas contra la ortodoxia y la intolerancia religiosas, por unlado, y el materialismo de base naturalista por Olro, sino la formulacin de los principios dela religin natural.

    93. Ibd., p. 192.94. lbid., p. 192.95. Ibd., pp. 227 Y225.96. lbid.. p. 229.97. IbId.. p. 240.

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    Al contrario de Locke, a quien critica por proponer instruir a los nios sobre los espritusantes que sobre la materia, Rousseau ha mantenido a su Emilio perfectamente ignorante delos temas religiosos casi hasta la mayor a de edad: "A los quince an no saba si tena unalma, y acaso no es ti empo de que lo ap renda a los diez y ocho".98 La explicacin prematurade la religin solamente puede producir errores en los nios: "Yo recelara de este estilomisterioso, afectado con imprudencia , que exaltando en demas a la imaginacin de unmancebo, le tocase la cabeza, y al fm le hiciese un fant ico en vez de hacer le un creyente.Por el contrar io , el joven debe acceder a la rel igin sin escuchar otra VfYZ que la de lanaturaleza. "oo. En lo interior de nuestras almas hay un principio innato de justicia y virtud,conforme al cual juzgamos, a despecho de nuestras propias mximas, por buenas o malas lasacciones y las nuestras; y a este principio doy yo el nombre de conciencia,'099 dice el vicariosaboyano. Los actos de conciencia no son juicios, sino afectos: el amor de s mismo, el miedoal dolor, el deseo de bienestar y el ter ror a la muerte; forman un s is tema moral y de l nacela conciencia del hombre , que le permite obr ar si empre bien, o sabe r como hacerlo, sinnecesidad de que se lo expliquen otros hombres. De la observacin del orden de la naturaleza, por otra par te , tanto como del orden inter ior al hombre, surge la idea de la existenciade un Dios. Y sta es la pr imera idea que de l hab r de tener Emilio.10. AUTONOMA DE JUICIO.

    El hombre ha de poder evitar ser corrompido por las cos tumbres, es decir, ha de podermantenerse a distancia o por encima de el las, al menos de las viciosas. Debe ser capaz deasumir la religin con autenticidad, sin fanatismo, sin supersticin, sin intolerancia. Tieneque saber juzgar el mundo que le rodea, escoger el oficio adecuado, ins talarse en la t ierraapropiada, hallar la esposa que le convenga, etc. An hay ms: debe incluso asumir voluntariamente su ciudadana. Si en todo esto son malos consejeros la opinin de los dems , lamoda, las costumbres, habr que fiarse solamente del propio juicio. Objetivo de la educacin, por tanto, ha de ser el de lograr que el pupilo alcance la necesaria autonoma de juicio.Este es el fm que persigue el ayo Jean-Jacques con la libertad de hacer en q ue deja aEmilio, con no violar nunca los lmites de su inters, con dejar le que cometa errores y quelos advierta por s solo hasta la pre-adolescencia, con prevenirle de ellos pero sin prohibirlenada en la adolescencia , con hacer le recorrer los dis tintos pases para que conozca susconstituciones polticas -de paso que le explica un resumen de El controlO social-, conensearle a usar de su propia razn y no de la ajena, con hacer que aprenda a descubrir pors mismo la ve rdad antes que enser se la, con impedi r que adqu ie ra hbi tos en edadtemprana, con no dejar que le mueva el e stmulo de la concurrenc ia , con no inst rui rl eprematuramente ni sobre la sociedad ni sobre la religin, etc.Todo ello porque, como le explicar cuando ya anda cerca de la mayora de edad: "Hastaaqu habeis vivido bajo mi direccin, porque no erais capaz de gobernaros vos mismo. Masllegais a la edad en que, permitindoos las leyes disponer de vuestro caudal, os dejan rbitrode vuestra persona. Os vais a encontrar solo en la sociedad, dependiente de todo, hasta devuestro patrimonio",u)() Adems, claro est, un autor que se di spona a tener en con tr a a lamayora no poda dejar de apreciar esa virtud.98. lbid., p. 192.99.lbId., p.219.tOO. IbId.. p. 364.

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  • 8/14/2019 Naturaleza, sociedad y educacin en Rousseau (Tmpora 11-12, 1988)

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    11. lA EDUCACIN DE LA MUJER."Persisto en la opinin (escriba Julie a Sto Proust) ... no puedo imaginar un modelocomn de perfeccin para dos seres tan diferentes... no se necesitan en absoluto los mismosgustos J la misma constitucin para trabajar la t ie rra y para amamantar a los nios".IOI"No es bueno que el hombre est SOI0".I02 De no ser por esto, es probable que Rousseau

    J siquiera se hubiese tomado la molestia de escribir unas lneas sobre la educacin de lamujer en e l Emilio. Pero el pupilo, crecido ya, debe encontrar una esposa, y el esfonado ayono va a penni ti r que se arr uine su obra permitindole elegir a cualquiera. De hecho, ya hapreparado su matrimonio y detenninado quien ser la otra parte. Sofa ha sido especialmente educada para ser la digna esposa del maravilloso Emilio. Slo que, naturalmente, ningunode los dos conoce este atremo; el astuto ayo organiza un viaje con su pupilo para buscarleesposa, a! fma! del cual se encuentra obviamente, Sofa. Sofa ha sido tan vir tuosamenteeducada que desconfa de encontrar a un hombre que responda a sus expectativas; mientrastanto, est enamorada de Telmaco. Cuando Emilio y Sof a se encuentran, se maravil lanmutuamente, se encandilan, se enamoran, se conviene el matrimonio con entusiasmo de ayoy padres, parte compungido Emilio para buscar una tierra donde instalarse, regresa, ambosreciben consejos sobre su futu ra vida conyugal de par te del ayo, se casan, reciben msconsejos, quiere partir el ayo una vez terminada su l abor y le convence de lo con tra ri oEmilio asegurndole el descanso para el resto de sus das. Y, a t ravs de toda esta his toria,Rousseau nos da a conocer sus ideas sobre la educacin de la mujer."En todo cuanto con el sexo no tiene conexin, la mujer es un hombre: los mismo son susrganos, las mismas sus necesidades y facultades, la misma construccin", etc. "En todocuanto con el sexo t iene conexin, s iempre se encuentran relac iones entre la mujer y elhombre, y siempre diferencias; y proviene la dificultad de compararlos de la de determinar,

    en la const ituc in de uno y otro, lo que es propio o no es propio del sexo".IOJEl destino de la mujer es agradar y ser sojuzgada por el hombre, pues a l, por ser e l msfuert e, co rr esponde ser el r bi tr o de la pareja, por lo que, al cont rar io que en el caso delhombre, la apariencia, la honra y la reputacin, combinadas con la razn, que arbitra entreaqullas y el sentimiento, deben ser los criterios de su comportamiento y su educacin.Como el hombre est hecho para ser l ibre y la mujer para ser sojuzgada por el hombre,la autor idad debe t ener un papel ms importante, prioritario, en su educacin.Por la misma razn, si el joven ha de ser iniciado en la religin natural para despuselegir una confesin concreta, la hija debe ser educada en la de la madre y la esposa profesarla del marido, i. e. la hija la del padre; si a los jovencitos hay que explicarles crticamente larel igin, a las jovenci tas basta con relatrsela, con dec irles qu es lo que cree su padre oma rido par a que es tn in formada s de en qu es en lo que tienen que creer ellas.Si e l nio necesi ta un preceptor, de dificilsima eleccin, la nia no necesita ninguno.Si la pregunta del nio es: "para qu sirve eso?, la que cuadra a la nia es: qu efectohar eso?"Si al hombre pertenece perfilar y formular la moral, a la mujer tan slo practicarla. Etc.,Etc., Etc.

    101. Rousoeau.1.A fIOINdle He/DiJe. la parte. carta XLVII. / .. p. U8.102. Rouueau. Emilio, cit., p. 278.103. lbid., p. 278.

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    Para Rousseau, el sexo de la mujer es un est igma, el del hombre un acc idente : "No haypar idad ninguna entre ambos sexos en cuanto a lo que es consecuencia del sexo. El varnslo en ciert os instan tes lo es, la hembra es toda su vida hembra, o a lo menos tod a sujuventud: todo la l lama a su sexo, y para desempear bien sus funciones necesita de unaconstitucin que a l se refiera".104 Su destino peculiar es estar encinta. El es la humanidad,ella la naturaleza.Esta es la descripcin de Sofa: . .. .. es de ndole apacible, tiene buen natural y el coraznmuy sensible. .. t iene aficin a ataviarse... t iene habil idad natural .. . cantar. .. andar conligereza, facilidad y gracia... lindo talle en hacer cortesas... Lo que mejor sabe Sofia, y lo quecon ms esmero le han hecho aprender, son las tareas de su sexo, aun aqullas poco usadas,como cor ta r y coser sus vestidos. ... Tiene Sofa agradable el entendimiento sin que seabri llante Sofa es en extremo sensible para que pueda conservar una per fecta igualdad decarc te r Tampoco est exenta de manas... Sofa ama la virtud... Sof a est instruda en lasobligaciones y los derechos de su sexo y el nuest ro... Poco est ilo de mundo t iene Sof ia ... Noslo observa silencio y respero con las mujeres de ms edad, s ino tambin con los hombrescasados o ancianos; nunca aceptar un puesto super ior a ellos, como no fuera por obedien-cia..... 105Pare ce que Rousse au no estuvo aqu a la al tu ra de su propia capacidad crtica.

    104. bid., p. 281.105. [bid., pp. 311-316.

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