nardi - 1976 - el sustrato quechua en el noa

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Este artículo fue publicado originalmente en: 'Filología', XVII, XVIII; pp 131-150;(1976-77); Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Buenos Aires. 0. INTRODUCCIÓN Aún no ha empezado el estudio sistemático del influjo de los substratos y adstratos indígenas en el español de la Argentina. Las causas de tal situación son muy poderosas: a pesar de importantes contribuciones aisladas no hay un conocimiento suficientemente completo, descriptivo e histórico, del conjunto de los dialectos americanos (incluida la Argentina); los estudios científicos de las lenguas americanas de nuestro país se han iniciado hace pocos lustros; y, más aún, numerosas lenguas -desde las que se hablaron ya en el 101 milenio A.C.- han muerto sin dejar documentación que permita conocer sus sistemas fonéticos y fonológicos, sus estructuras morfo-sintácticas y sus repertorios léxicos. Los filólogos y lingüistas romanistas han mostrado, en general, una tendencia a minimizar el papel del substrato indígena en la formación del español americano [1]. Ello se debió, en gran parte, a queeran estudiosos casi exclusivamente de gabinete, cuya experiencia lingüística se reducía fundamentalmente (en el caso de la Argentina) al español hablado en Buenos Aires y alguna otra gran ciudad, en especial la lengua culta. La posición de tales estudiosos se caracteriza por destacar la homogeneidad del español americano frente a la diversidad del peninsular. Se han hecho listas de unos pocos rasgos que serían comunes para toda América española y con ellos se esboza una especie de ´modelo´. Este concepto de UN español americano seguirá la misma suerte que las ideas análogas de UNA raza americana y de las lenguas indígenas americanas todas incorporantes y polisintéticas. Tales concepciones se originaron en síntesis apresuradas, sin verificación previa de los hechos. Para demostrar la influencia del substrato en el español americano, los romanistas exigen el cumplimiento de ciertas premisas metodológicas, pero en sus argumentaciones en contra de aquella posibilidad suelen echar mano a fenómenos documentados en algún dialecto peninsular sin llenar todos los requisitos que exigen a los americanistas. A éstos les demandan el conocimiento diacrónico de las lenguas indígenas; ellos se conforman a veces con conocer sólo el estado actual de algún dialecto español. Frente al escepticismo que manifiestan ante ciertos posibles o probables influjos del substrato (o adstrato) muestran una rápida aceptación de la ´gran influencia´ del español sobre las lenguas indígenas -en muchos casos indudable, por otra parte. Se destaca el bilingüismo de muchas áreas y se califica de ´mala traducción al español´ a ciertos hechos de aculturación lingüística. Se apela al concepto mecanicista y biologicista de la ´evolución del español´, o las ´tendencias del español´. Se sienten atraídos por el ´conservatismo´ lingüístico antes que por el cambio y las influencias de substrato o adstrato; apelan a éstas sólo luego de agotar todas las posibilidades de explicación mediante las ´tendencias´del español (e incluso del latín vulgar y las lenguas romances). Cuanto más, tal posición ´europocéntrica´ acepta para el substrato lingüístico indígena un papel de ´factor coadyuvante´, ´fomento´ o ´disposición favorable´: sería un simple catalizador de algún proceso de origen hispánico. Asociación de Investigadores en la Lengua Quechua http://www.adilq.com.ar/Nardi04.ht m 1 de 14 19/05/2015 22:22

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el quechua en el noroeste argentino

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  • Este artculo fue publicado originalmente en:'Filologa', XVII, XVIII; pp 131-150;(1976-77); Facultad de Filosofa y Letras, UBA, Buenos Aires.

    0. INTRODUCCIN

    An no ha empezado el estudio sistemtico del influjo de los substratos y adstratos indgenas en el espaolde la Argentina. Las causas de tal situacin son muy poderosas: a pesar de importantes contribucionesaisladas no hay un conocimiento suficientemente completo, descriptivo e histrico, del conjunto de losdialectos americanos (incluida la Argentina); los estudios cientficos de las lenguas americanas de nuestropas se han iniciado hace pocos lustros; y, ms an, numerosas lenguas -desde las que se hablaron ya en el101 milenio A.C.- han muerto sin dejar documentacin que permita conocer sus sistemas fonticos yfonolgicos, sus estructuras morfo-sintcticas y sus repertorios lxicos.

    Los fillogos y lingistas romanistas han mostrado, en general, una tendencia a minimizar el papel delsubstrato indgena en la formacin del espaol americano [1]. Ello se debi, en gran parte, a queeranestudiosos casi exclusivamente de gabinete, cuya experiencia lingstica se reduca fundamentalmente (en elcaso de la Argentina) al espaol hablado en Buenos Aires y alguna otra gran ciudad, en especial la lenguaculta.

    La posicin de tales estudiosos se caracteriza por destacar la homogeneidad del espaol americano frente ala diversidad del peninsular. Se han hecho listas de unos pocos rasgos que seran comunes para todaAmrica espaola y con ellos se esboza una especie de modelo . Este concepto de UN espaol americanoseguir la misma suerte que las ideas anlogas de UNA raza americana y de las lenguas indgenasamericanas todas incorporantes y polisintticas. Tales concepciones se originaron en sntesis apresuradas,sin verificacin previa de los hechos.Para demostrar la influencia del substrato en el espaol americano, los romanistas exigen el cumplimientode ciertas premisas metodolgicas, pero en sus argumentaciones en contra de aquella posibilidad suelenechar mano a fenmenos documentados en algn dialecto peninsular sin llenar todos los requisitos queexigen a los americanistas. A stos les demandan el conocimiento diacrnico de las lenguas indgenas; ellosse conforman a veces con conocer slo el estado actual de algn dialecto espaol. Frente al escepticismoque manifiestan ante ciertos posibles o probables influjos del substrato (o adstrato) muestran una rpidaaceptacin de la gran influencia del espaol sobre las lenguas indgenas -en muchos casos indudable, porotra parte.Se destaca el bilingismo de muchas reas y se califica de mala traduccin al espaol a ciertos hechos deaculturacin lingstica. Se apela al concepto mecanicista y biologicista de la evolucin del espaol , o lastendencias del espaol . Se sienten atrados por el conservatismo lingstico antes que por el cambio y las

    influencias de substrato o adstrato; apelan a stas slo luego de agotar todas las posibilidades deexplicacin mediante las tendenciasdel espaol (e incluso del latn vulgar y las lenguas romances).

    Cuanto ms, tal posicin europocntrica acepta para el substrato lingstico indgena un papel de factorcoadyuvante , fomento o disposicin favorable : sera un simple catalizador de algn proceso de origenhispnico.

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  • Es verdad que se han cometido muchos errores al querer acentuar la influencia del substrato en laformacin del espaol americano; el ejemplo clsico es la concepcin del ilustre Rodolfo Lenz, segn lacual "el espaol de Chile (es decir, la pronunciacin del pueblo bajo), es, principalmente, espaol consonidos araucanos" [2].

    Sin embargo, debe reconocerse que las exigencias metodolgicas propuestas por Amado Alonso parademostrar la influencia del substrato indgena no se han aplicado para demostrar la filiacin espaola deciertos hechos lingsticos [3]. As, cuando se dice que en lava, Rioja, Navarra y Aragn hay una rrasibilada igual a la que existe en ciertas reas de Amrica, no se ha demostrado que pobladores procedentesde aquellas zonas hayan "influido concretamente en la constitucin demogrfica y en la estructura social dela poblacin hispanoparlante", como lo pide la 10 exigencia en el caso de las lenguas indgenas. Tampocose han investigado los sistemas fonticos y fonolgicos de los dialectos espaoles, tanto en su aspectosincrnico como en el diacrnico, segn se exige para el caso de las lenguas indgenas.

    Los romanistas han aplicado en Amrica los conceptos de substrato, superstrato y adstrato lingsticos,creados para situaciones europeas por los lingistas Graziadio Ascoli, Walter von Wartburg y MariusVolkhoff, respectivamente, redefiniendo sus contenidos originales. Ello es bien evidente en el caso deltrmino substrato, que se cre para designar las tendencias de la vieja lengua abandonada que obran en lalengua adquirida y en Amrica se aplic tambin a la influencia de las lenguas vivas sobre el espaol [4].En Amrica se puede dar al concepto de substrato una connotacin sociocultural. Por otra parte, ladenominacin adstrato se ha hecho sinnimo de lenguas en contacto, no por vecindad geogrfica de sushablantes sino por coexistir en la conciencia lingstica de los hablantes bilinges y multilinges.

    1. PLANTEOS PRELIMINARES

    1.1. LENGUA Y CULTURA

    La lengua es parte integrante y necesaria de la cultura; por su funcin como sistema de comunicacin formaparte del marco de referencia que contribuye al mantenimiento de la sociedad y de su cultura no lingstica(aunque en ocasiones puede llegar a ser disfuncional).Debido a su estrecha interrelacin con los otros componentes culturales, la lengua organiza la realidad y lasimboliza de acuerdo con la Weltanschauung dada por una tradicin cultural, sirve como importante mediode aprendizaje y transmisin de sta y, en su forma escrita, es uno de los testimonios ms importantes parael conocimiento de muchas culturas desaparecidas.Cualquier lengua, como cualquier cultura, es una totalidad de aprehensin inagotable por la infinidad derasgos registrables y analizables que posee.

    El estudioso, en realidad, no se enfrenta con lenguas en el sentido saussureano, que son construccionesabstractas creadas por el investigador y cuyo modelo vara con las teoras en boga (a veces simples analogascon nomenclaturas de otras ciencias), sino con hablas concretas, tambin estructuradas, realizaciones decada individuo en su rol de hablante o escribiente, y que representan una pequea parte del macrocosmoscompartido por una comunidad hablante y distribuido, segn roles, entre sus miembros.

    No hay lenguas ni culturas aisladas, totalmente homogneas, estables y ntidamente delimitadas. De all elproblema para establecer subdivisiones lingsticas o culturales (reas de habla y reas culturales).Mientras hay gran coincidencia en la percepcin de los rasgos y es posible llegar a trazar lneas isoglosas(que unen localidades con iguales rasgos lingsticos), e isoides (que unen localidades con iguales rasgosculturales), es difcil que tales lneas formen haces definidos. La variedad de criterios tenidos en cuenta porlos estudiosos para seleccionar los rasgos definitorios llevar a la creacin de reas no concordantes.

    1.2. DIVERSIDAD LINGSTICA

    El investigador de campo sabe que si se recorre un territorio donde se emplean lenguas cognadas seatravesar un continuum dialectal, con inteligibilidad mutua inversamente proporcional a la distancia o a ladificultad de comunicacin fsica entre las comunidades de hablantes, sin respeto por las fronteras polticas.As, las hablas cuyanas se continan con las de Chile; las del Noroeste, con las de Bolivia; las del

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  • Nordeste, con las de Paraguay (e incluso Brasil); las del rea pampeana, con las de Uruguay. Sin embargo,ser posible hallar focos con mayor uniformidad (rodeados por varias isoglosas) separados por zonas detransicin con mayor diversidad y competencia de normas.

    Ya hemos dicho que no hay comunidades de hablantes aisladas, impermeables, totalmente homogneas ycon lmites ntidos, aunque la diversidad sea menor en pequeas comunidades rurales.Para abordar la compleja realidad lingstica de nuestro pas tiene cierta utilidad distinguir variasestructuras, cdigos o niveles de comunicacin, cada uno de los cuales se diversifica segn contextos ysituaciones socioculturales. Creemos que se pueden diferenciar analticamente por lo menos tres tipos deestructuras:

    1) la mal llamada lengua general o lengua "nacional" en su nivel o estilo formal. Es la lengua cultivada,urbana por excelencia; se necesita cierto nivel de instruccin y de participacin en la cultura dominante ohegemnica para comprenderla. Es propia de gente culta (en sentido no antropolgico), utilizada enconferencias acadmicas, tratamientos protocolares, editoriales de ciertos diarios, mensajes de jerarquaeclesistica, dictmenes y fallos del poder judicial, etc. Se aprende mediante estructuras secundarias(escuelas, colegios, academias) con enseanza de reglas y normas y por la frecuentacin de obras literariasde ciertos autores. Posee gran tradicin de estudios, con gramticas, diccionarios, ortografa, etc. Esconservativa y posee gran uniformidad, a pesar de pequeas variantes geogrficas. Se halla desfasadarespecto a la realidad lingstica viviente. Goza de gran prestigio en ciertos grupos sociales (o subculturas),de all que ciertas personalidades la utilicen fuera del contexto apropiado creando el ridculo. Es la "buena"lengua, opuesta a la "mala". Sufre peridicas rectificaciones de normas con aceptacin de formas hasta esemomento consideradas "malas". Adopta y adapta voces extranjeras que se universalizan.

    2) la llamada lengua general en su nivel o estilo llano o informal. Es la lengua comn, con un amplioespectro y gradiente de variantes regionales y socioculturales. Fundamentalmente todas poseen un ncleocomn basado en el dialecto de la metrpolis. Es hablada y escrita. Requiere un nivel de instruccin menorque la anterior. Abarca las hablas comunes de la radio y la televisin, de algunas revistas populares y lasnotas periodsticas; est reflejada en cierta literatura contempornea. Es la lengua informal propia de lasciudades y grandes pueblos, aprendida por imitacin, sin enunciacin de reglas y normas, especialmentemediante los grupos primarios (familia, grupo de parentesco, amigos), aunque tambin por los medios decomunicacin masiva. Es unificante y con mayor dinamismo que el estilo formal; suele presentar modas dehabla de supervivencia efmera.

    Gran parte de su lxico es comn con el estilo anterior, pero hay voces del campo del arte, la filosofa, laciencia, la tcnica, etc. propias del estilo formal y expresiones populares propias del estilo llano. Existenparejas de voces con espectro semntico ms o menos equivalente pero con un miembro considerado alto yel otro bajo (prostituta o ramera / puta; cerdo / chancho).

    3) dialectos regionales con variedades locales. Son hablas caractersticas, sobre todo en sus clasesmenores, de reas rurales con pocos contactos con centros urbanos. Son ms habladas que escritas. Seaprenden casi exclusivamente mediante los grupos primarios. A veces son recogidas por escritoresregionales, difundidas por cantores, o psimamente imitadas por malos actores, recitadores y locutoresurbanos. Poseen diferencias regionales ms pronunciadas que responden a distintas tradiciones culturales osubculturales y a diferentes paisajes geogrficos, reflejados en lxicos. Hay poca variacin entre el hablafamiliar y el habla formal. El grado de instruccin de los hablantes es muy diverso; llega a un elevadoanalfabetismo o desalfabetizacin por desuso en los medios rurales.

    Estos tres modelos construidos no agotan la realidad pues hay numerosas transiciones entre ellos. Adems,suelen coexistir en la misma localidad pues hay hablantes bilinges en sentido amplio (que usanalternadamente dos lenguas, dialectos o variedades). Muchos habitantes urbanos pueden usar el estiloformal y el informal. Algn poblador de una villa provinciana podr hablar el dialecto regional y la lenguageneral. Incluso, en pequeas comunidades rurales junto al conocedor slo de la variedad local, que nunca

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  • sali de su aldea, es posible hallar al hablante de la variedad local y del dialecto regional, y raramente alque puede expresarse tambin en la lengua general. La variacin de cdigo es mayor en los hablantes quemantienen relaciones extralocales.

    La diversificacin de roles lingsticos se produce en todos los niveles, adems, por la existencia de otrasvariantes subculturales como las clases sociales, las distintas profesiones, oficios u ocupaciones, los gruposde edad o generacionales. Por otra parte, la relacin entre el status de los hablantes, el grado de intimidadde los mismos, el contexto en el cual se establece la comunicacin (lugar y oyentes), el tema abordado, elmedio empleado (habla, drama, escritura, canto, etc.) determinan la eleccin del estilo o subcdigo. Todoello, sin tomar en cuenta las peculiaridades de los distintos idiolectos, la incidencia de factoresemocionales, patolgicos, etc., que son rasgos individuales.

    Si a esto se agrega el bilingismo en sentido restringido, debido al contacto con otras lenguas, como elportugus de Brasil (que origin en Misiones el dialecto caingusino) y una docena de lenguas indgenasvivas -para no citar las lenguas de las minoras tnicas europeas y asiticas- se tendr una idea del complejocampo de interrelaciones lingsticas que es la Argentina.Para los fines especficos de este trabajo quizs sea ms sencillo reducir esta diversidad a una oposicinpolar entre lengua urbana y lengua rural.

    La lengua urbana se caracteriza por la tendencia general a la unificacin, la facilidad de comunicacin ygran amplitud de su red (que posibilita la vinculacin a nivel nacional), la contribucin de las estructurassecundarias a la internalizacin de las normas lingsticas, el gran influjo de la letra impresa, elperfeccionamiento de su empleo mediante el logro personal, la existencia de una lengua cientfica y tcnicacon neutralidad afectiva. Pero, por otra parte, surge una masificacin acompaada del uso de palabras concontenido genrico, difuso, y el empobrecimiento del lxico.

    La lengua rural se caracteriza por la tendencia a la diversidad regional, por los dialectos, la existencia delenguas locales (indgenas o no), la comunicacin y comprensin regionales o locales, la internalizacin delas normas por medio de los grupos primarios, la transmisin oral, la adscripcin del cdigo, el gran empleode recursos afectivos (entonacin, habla en inspiracin, interjecciones, diminutivos e hipocorsticos).

    Las culturas rurales de nuestro pas son en gran parte una compleja hibridacin de las culturas espaolas delos siglos XVI y XVII con ciertos rasgos indgenas. Luego se les agreg el aporte de los inmigrantes de otrospases del Viejo Mundo, en grado variable segn las diversas reas geogrficas. Adems, debe sumarse unainfluencia rioplatense (o de las metrpolis) acorde con la relacin con los centros urbanos. Ello se reflejatambin en el habla rural.

    1.3. CAMBIO LINGSTICO

    Como hecho cultural, toda lengua se halla en cambio constante y gradual, en un permanente equilibrioinestable entre la tradicin y la innovacin.

    Hay cambios internos que se deben al aislamiento y llevan a la fragmentacin dialectal de la lengua condivergencia de cdigos, que muestran una asincrona regional. Pero tambin hay cambios por causasexternas, debido al contacto de lenguas o dialectos, cuyo locus es el individuo bilinge o multilinge. Enestos contactos hay difusin, prstamo o transferencia de rasgos lingsticos (tal como sucede con los rasgosculturales en el contacto entre culturas), con cierta convergencia en sus cdigos. El aprendizaje de lasnormas de una lengua distinta constituye una aculturacin lingstica.

    Adems, el cambio lingstico generalmente est reflejando cambios de la cultura no lingstica.Un documento de la realidad del cambio y la diversificacin de una lengua se halla en sus diccionarios,depsitos de trminos acumulados segn dos dimensiones: tiempo y espacio. All se halla lo obsoleto, loobsolescente y lo arcaico junto a innovaciones recientes; voces generales junto a regionalismos,provincialismos y localismos.

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  • Los rasgos que se transfieren y adoptan en situaciones de contacto crean interferencias con el sistema de lalengua receptora y desvo de normas que pueden llegar a reestructuraciones.Las interferencias se producen en ambas lenguas (o dialectos) en contacto, que son, al mismo tiempo,dadoras y receptoras, pero la relacin entre ellas (o entre las culturas de las que forman parte) es la quedetermina lo que sus hablantes aprenden de los hablantes de la otra. Adems, el flujo puede variar enintensidad y direccin con el tiempo.

    La lengua dominante o "superior", o sea, la de la cultura dominadora o hegemnica, la del conquistador, ladel grupo gobernante, la de mayor prestigio, la que es ms til para comunicarse, la que tiene mayor usoliterario, la que sirve para mejorar el status social, transfiere mayor cantidad de rasgos a la lengua dominadao "inferior", la de la cultura dominada o subalterna, la del pueblo conquistado, la de las culturasmarginadas.

    Las normas se suelen difundir desde los centros urbanos al campo -ms ahora con el auge de las radios atransistores-. Son factores de cambio las relaciones comerciales, el contacto con centros de servicios, elcrecimiento de los medios de transporte y de comunicacin, las migraciones estacionales u ocasionales porrazones de trabajo, las fiestas religiosas que atraen gran cantidad de fieles extralocales.

    Los prstamos, adopciones o interferencias pueden ser fnicos, fonmicos, morfmicos, lxicos,morfosintcticos o semnticos. Su campo por excelencia es el lxico, porque los prstamos de bienesculturales o de normas sociales suelen ir acompaados por su denominacin en la lengua de la culturadadora. Voces de especial significacin cultural son los nombres de artefactos, vegetales cultivados,animales domsticos, status con prestigio social, poltico o religioso, objetos de trueque, voces con altacarga emocional (insultos, denominacin de rganos genitales y excreta, interjecciones, etc. -que sontambin los que suelen sobrevivir con mayor frecuencia).

    2. EL CONTACTO LINGSTICO HISPANOQUECHUA

    En esta ocasin nos interesa solamente el contacto entre el espaol y los dialectos quechuas en el Noroesteargentino. Tal contacto fue extenso e intenso en tiempos histricos, durante la Conquista y la Colonizacin.

    El quechua haba sido lengua de penetracin cultural y de dominio poltico ya en tiempos prehispnicos,introducida por el estado totalitario de los Incas -como lo llamara el etnlogo fins Rafael Karsten. Losconquistadores espaoles la emplearon como lengua general en el Tucumn y su expansin fue apoyada,en un primer momento, por las Leyes de Indias y la Iglesia; el instrumento inmediato de su difusin fueronlos indios de servicio (yanaconas) peruanos. Los doctrineros estaban obligados a aprenderla.

    Ms tarde, durante las luchas de la Independencia tuvo un rol netamente poltico; no hay ms que recordarla proclama de Francisco Javier Iturri Patio del 9 de agosto de 1810 (impresa en Buenos Aires), laproclama de Juan Jos Castelli del 5 de febrero de 1811, el decreto de la Junta Provisional Gubernativa delas Provincias Unidas del Ro de la Plata del 11 de septiembre de 1811, el decreto de la Asamblea generalConstituyente del 12 de marzo de 1813, el Acta de la Independencia del 9 de julio de 1816, todos contexto impreso tambin en quechua boliviano.Tal circunstancia debe de haber contribuido a conferirle un status superior a otras lenguas indgenas,incluso generales, pero poco a poco el rea en que se habla va retrayndose. Actualmente sobrevivelocalizada en la Puna y en la Provincia de Santiago del Estero (para no citar los ncleos bilinges de las"villas" de la gran conurbacin de Buenos Aires). Sealaremos que no hace mucho se distribuan volantespolticos y comerciales impresos en el dialecto santiagueo, llamado quichua (tal como se llam tambin elantes hablado en Catamarca y La Rioja).

    2.1. PRSTAMOS QUECHUAS

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  • Si bien todos los prstamos se originaron en el contacto entre lenguas ocurrido en individuos particulares,actualmente se documentan tambin en reas monolinges por desaparicin de la lengua dominada. Nohace falta insistir en que el carcter de prstamo o adopcin lo determina el investigador pues muchoshablantes no tienen conciencia de ello.

    El nico fenmeno de substrato admitido sin discusin pertenece al campo del lxico, que es lacontribucin ms caudalosa de las lenguas indgenas al espaol. Incluso los monolinges emplean vocesindgenas tomadas en prstamo. El Noroeste es el rea donde es mayor la riqueza en lxico de origenquechua, que sobrepasa el millar de voces. Se trata de designaciones de flora y fauna, accidentesgeogrficos, utensilios, vestimentas, comidas, ocupaciones y oficios, creencias, instrumentos musicales;incluso denominaciones anatmicas, interjecciones, etc.El quechua no slo fue lengua dadora con respecto al espaol sino tambin -por haber sido una lengua dealta cultura- con relacin al mapuche, huarpe, lule y otras lenguas indgenas de nuestro pas. A su vez, noha dejado de recibir prstamos de otras lenguas indgenas a las que se sobrepuso y que constituyensubstratos dentro de un substrato -o adstrato, segn el rea-, lo cual crea interesantes e importantesproblemas al estudioso que desee abordar los fenmenos de contacto lingstico.

    En esta contribucin no nos ocuparemos de este tema porque ya ha sido tratado -con mayor o menorfelicidad- por muchos lexicgrafos.

    2.1.1. Si dejamos de lado el problema de las entonaciones regionales, que presentan variedades cuyadifusin no coincide con la distribucin actual e histrica de las lenguas indgenas particulares, hallaremosun prstamo fontico del quechua al espaol en la pronunciacin de la s tal como es articulada porbilinges y monolinges de Santiago del Estero y la Puna. Tanto en principio como en fin de slaba (inclusoante otras consonantes) es fricativa alveolar sorda acanalada. En Santiago del Estero es general en todos losniveles de habla; en la Puna es caracterstica del habla rural.

    En el quichua de Santiago del Estero, incluso en fin de slaba se opone a la fricativa vlica sorda, porejemplo, kas siendo /kaj el que es , qos dando /qoj el que da , nanas dolores , doliendo / nanaj queduele, doloroso . Tal hecho ha contribuido para el mantenimiento de tal pronunciacin en el espaolregional, lo cual lo diferencia del espaol de otras reas (como el porteo) donde la s en final de slabatiene una rica serie de variantes por asimilacin a la consonante siguiente e influjo de vocal anterior cerradaprecedente.

    Ya Ricardo Rojas haba llamado la atencin sobre las eses sibilantes de los "santiagueos, tucumanos ysalteos" y aceptaba una influencia quichua [5]. Mornigo tambin atribuye la falta de "aspiracin" de la sen Santiago del Estero al mismo substrato [6]. Vidal de Battini se refiere a la s "muy tensa y sibilante" deSantiago, parte de Catamarca (por ejemplo, Fiambal), o de Salta y Puna Jujea, atribuyndole origenindgena [7].

    Hay una tendencia en el habla rural del Noroeste, sobre todo en reas poco comunicadas, particularmentecon bilingismo (como Santiago del Estero y la Puna), al cierre de las vocales e y o (ms en posicin finalde tema e inacentuadas) hasta llegar a ser substituidas por i y u, respectivamente. Es frecuente comprobaruna fluctuacin en el grado de abertura de las citadas vocales. El cierre de la e (lechi, antis, tigri, picoti)es menos frecuente que el de la o (digu, gringu, dichu, nidu, avu, conocu, hijitu).

    Tal fenmeno, que se ha documentado en reas rurales de otros pases de habla espaola, casi seguramenteha sido reforzado o provocado por los hbitos fonolgicos del quechua. Se sabe que histricamente elquechua tuvo tres fonemas voclicos /a, i, u/ pero por contacto con el espaol y quizs otros sistemasfonolgicos indgenas, el quechua boliviano y los dialectos argentinos adquirieron los fonemas /e, o/ -queantes slo eran variantes combinatorias de los fonemas /i, u/ con menor frecuencia de realizacin; a pesarde ello tanto en el dialecto santiagueo como en el boliviano existe una complementacin parcial en ladistribucin de los miembros de las parejas e/i y o/u (por ejemplo, junto a postvelar aparece el miembromenos cerrado).En gran parte de esta misma regin y del centro del pas el sistema fonolgico del espaol ha incorporado

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  • el fonema /sh/ (fricativa, palatal, sorda) debido al sustrato quechua (santiagueo, catamarqueo oboliviano): Por distintas razones histricas ha ocurrido un fenmeno de convergencia con la situacin deldialecto porteo-bonaerense donde el fonema /sh/ se incorpor debido a los prstamos del italiano, francse ingls, especialmente.

    La aceptacin de este fonema signific una reestructuracin del sistema espaol en el orden palatal, dondela asimetra y disfuncionalidad era evidente en la oposicin de una pareja: ch / s (cuando no haba seseo) ych / y (cuando haba seseo).

    Por otra parte, en un rea focalizada en la Provincia de Santiago del Estero la ll del espaol y del quichuase realiza como /zh/ (fricativa, palatal sonora), por lo cual debe atribuirse tambin al contacto con estalengua. El mismo fenmeno ha sido documentado en el quichua del Ecuador (Colta, provincia deChimborazo) y se sabe que en ciertas reas del Ecuador la ll es pronunciada en espaol igual que elquichua de Chimborazo, el espaol y quichua de Santiago del Estero. Lo mismo ocurre en dialectosquechuas de Ferreafe, Cajamarca, Chachapoyas y Lamas (Per).Con la incorporacin de la /sh/ y /zh/ el orden palatal del espaol de Santiago se ha tornado en un hazsimtrico y estable /ch/zh/sh/ por influjo de la estructura fonolgica del quichua (as como ha ocurrido enporteo-bonaerense por otros factores externos).

    El fonema /sh/ no slo existe en centenares de prstamos lxicos del quechua (y algunos seguramente delkakn) al espaol del Noroeste, frecuentemente empleados en dialectos regionales y raramente en la lenguageneral; tambin ha sustituido la /s/ en temas espaoles: crushar sujetarse con las piernas en las verijas delburro o caballo , shentaquiar hacer sentar en el suelo a alguien de una trompada , crushaco, ca, personamovediza, inquieta, que anda cruzando de un lado para otro , shema torta hecha con acemite o harinamorena , pashango, ga, seco, arrugado , pasha, aplastado, da , tosheque, que tose con frecuencia ,ashinita (diminutivo de asina, as ), etc. Tambin ha ocurrido el mismo cambio fonolgico en sufijos,como en ahishito y aquishito. Se lo ha documentado asimismo en una caudalosa serie de hipocorsticos dela cual solamente citaremos Cunshi (Concepcin), Jashi (Jacinto, ta), Jishu (Jess), Shaca (Zacaras),Shalu (Salustiano, na), Samu (Samuel), Shanti (Santiago), Shatu (Saturnino), Sheba (Sebastin, iana),Shinfu (Sinforoso, sa), Shula (Solano). Hay que sealar que este fonema muchas veces manifiesta una cargasemntica afectiva volcada en despectivos, diminutivos y otros derivados que connotan afecto.

    2.1.2. En cuanto a los fenmenos de substrato morfosintctico dice Amado Alonso que son exclusivos delas regiones bilinges [8]. Ms exacto sera decir que se originaron en reas bilinges y son ms abundantesen los individuos bilinges, aunque actualmente tambin se los puede documentar en zonas monolinges,por ejemplo, La Rioja y Catamarca (que slo fueron bilinges hasta fines del siglo pasado).

    Este tipo de fenmeno de substrato ha escapado en general, a la atencin de los estudiosos porque casi noocurre en la lengua general. Es caracterstico de los dialectos regionales, en especial del habla rural yfamiliar.

    Se ha querido reducirlo a una transferencia lxica que incluye sufijos o una estructura gramatical quechua;pero la transferencia lxica puede llevar a aislar los sufijos y emplearlos con temas espaoles, o a copiar elmodelo gramatical indgena y emplearlo con palabras espaolas.Un sufijo tomado en prstamo del quechua es -na; deriva sustantivos a partir de temas verbales con elsignificado de accin potencial, objeto o instrumento de dicha accin, o lugar de la misma. En el espaolregional del Noroeste se conocen varias decenas de voces con este sufijo unido a temas quechuas. Nosotrossolamente citaremos los casos hbridos en los que el tema es espaol, aunque algn ferviente opositor delsubstrato morfolgico podra decir que se trata de prstamos lxicos de hispanismos en el quechua (o sea,prstamos de prstamos, prstamos secundarios o de rebote). Algunos de los ejemplos poseen equivalenciacon formas totalmente quechuas:

    Picana es general en la Argentina con el significado de caa con una pa de hierro en un extremo que sirvepara aguijar a los bueyes de la carreta o del arado . Menos difusin tiene su acepcin de parte del anca dela res o del avestrz (porque es la regin anatmica donde se aplica la picana). La voz quichua santiaguea

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  • que incluye a todos los instrumentos para aguijar y al lugar donde se aguija es tujsina.

    Saltana piedra que sirve para vadear arroyos, acequias o charcos, saltando sobre ella . La voz quichuasantiaguea para todas las cosas sobre o con las que puede saltase es pinkina.

    Mudana tapn hecho con champa o tierra en la boca de una acequia para mudar el rumbo del aguadesvindola hacia otras , boca de una acequia .

    Raspana instrumento que emplean las tejedoras para desenredar los hilos de la urdimbre , instrumentoque emplean las alfareras para alisar la superficie de los objetos modelados con arcilla cruda .

    Prendina prendedor, generalmente improvisado con una espina larga o un palito aguzado (como en loscostales hechos con un chusi una tela tejida a peine prendidos con espinas de quimil o de algarrobonegro).

    Yugona o yuguna parte del cogote del animal donde se apoya el yugo .

    Hachana y hachina corte hecho por el hacha en el tronco de un rbol, generalmente para buscar miel .

    Atana hilo o cuerda que ata la boca del costal, chajna o cutama , tira de chala con la que se atan lashumitas . La voz quichua que designa todo aquello que sirve para atar es watana.

    Otros derivados con menor difusin son:

    Atauna armazn sobre la que se transporta a pulso el atad .

    Tirina cosa que sirve para tirar (como la perilla de un cajn). En quichua, aysana.Divisana divisadero, lugar desde donde se puede mirar a la distancia . En quichua la voz para designar aun mirador es qaana.

    Cinchana lonja usada como cincha en el aparejo de carga .

    Parejana cancha donde corren los parejeros o caballos corredores .

    Rodeana sitio donde se hace el rodeo del ganado o de la caza , lugar donde se rodea lea .Rondana lugar donde ronda algn animal , lugar donde se rodean animales .

    Sestiana lugar donde se sestea .

    Boliana lugar donde se bolean animales silvestres .

    Sombreana lugar donde se est a la sombra .

    Tabiana lugar donde se juega a la taba .

    Cruzana lugar donde se cruza .

    Cuidana lugar donde se cuida alguna cosa .

    Danzana lugar donde se baila . En quichua, tusuna.

    Otro sufijo de derivacin prestado al espaol regional del Noroeste es el verbalizador -cha, que se agrega atemas nominales o adjetivos para formar verbos que significan hacer o crear lo denotado por el tema; ytambin, quitarlo. A veces est precedido por el sufijo -n, neutro o semnticamente vaco (cuanto ms,enftico). Se conocen ms de veinte voces con temas quechuas usadas en el dialecto espaol del Noroeste.Algunas voces con temas espaoles son:

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  • Culanchar y culanchear recular, retroceder, echarse atrs, acobardarse, tener miedo .

    Puntachar aguzar, sacar punta .

    Bolachar y bolanchar redondear, dar forma de bola .

    Bolanchao (

  • Un curioso derivado es la voz muchila muchedumbre, montn de gente , un juego en el que se amontonanlos nios en busca de alguna prenda . As como tambin tropalo, la persona que trata mal a los dems,especialmente a sus servidores (que semnticamente se relaciona con tropela).

    Otro sufijo es -la, de derivacin nominal atributiva; se une a temas nominales y adjetivos para formardiminutivos, generalmente con gran carga afectiva. Es uno de los pocos prstamos morfolgicosreconocidos por Amado Alonso, que lo cita en las voces vidala y vidalitay, pero agrega que "estos antiguosmorfemas hoy no se sienten como tales" [9].Diacrnicamente se origin en el sufijo diminutivo afectivo -lla por despalatalizacin de la palatal lateralsonora; as es como el santiagueo utula pequeo , poco corresponde al cuzqueo clsico huchuylla.

    Este sufijo posee bajo rendimiento funcional en quichua, salvo en hipocorsticos. En dialectos regionalesdel espaol, sobre todo en Santiago del Estero, se emplea tambin con temas espaoles.Su uso general ocurre en dos voces: Vidala una cancin tradicional del Noroeste con coplas octosilbicas,motes y estribillos, acompaada con caja y guitarra , una cancin indgena de meloda tritnica, tambinllamada baguala . En el quichua local esta voz significa vidita . Vidalita varias especies de cancionestradicionales con coplas hexasilbicas u octosilbicas, algunas difundidas por el circo y el teatro . En elquichua local es un doble diminutivo, el diminutivo de vidala que equivale a viditita .

    Por influjo del espaol este sufijo ha adquirido terminacin genrica en algunos casos como en cuilo, launa especie de cuis llamado conejo localmente .

    Es muy empleado en una serie de hipocorsticos: Crishula (Crescencio, cia; Crisstomo, ma), Crushula(Cruz), Cunshila (Concepcin), Cuilu (Cornelio), Cuila (Cornelia), Jishula (Jess), Joshela (Jos),Rupila (Ruperto, ta), Shutula (Sotelo), Vitula (Victoria), etctera.Otro sufijo cuyo prstamo reconoce Amado Alonso, aunque con idntico status lingstico que el anterior,es -y, indicador de primera persona en la flexin. Generalmente se emplea en vocativos y su funcin msimportante es sealar un vnculo que vara de cario a respeto segn la relacin que exista entre el hablantey el oyente, y segn el contexto de la interaccin.Algunas formas se transmiten formando parte de textos poticos de canciones, danzas, muchas veces comoexpletivos: viditay mi vidita , vidalitay mi viditita . El acento puede ser grave o agudo segn la tradicinregional; es agudo en la zona norte del Noroeste por influjo del quechua boliviano, es grave en su zona surpor influjo del quichua santiagueo.

    Algunas construcciones registrada en el espaol rural del Noroeste, adems de las ya citadas son: viday mivida , viditillay mi viditilla , palomitay mi palomita , viejay mi viejita , aguelay y mama viejay miabuela , mamay mi madre , mamitay mi mamita , tatay mi padre , mi pap y mi padre (frmula detratamiento a un sacerdote), tatitay mi papito , seoray mi seora , seoritay mi seorita , compaerituymi compaerito , queridituy mi queridito (expresiones de cario hbridas equivalentes a esta ltima ytambin usadas en espaol son auritay, chunquituy y chunquitay).

    El espaol rural del Noroeste tambin ha recibido el sufijo de origen quechua -co / -cu, en realidadconstituido por una secuencia de dos sufijos: -ku, sufijo de flexin verbal con valor de reflexivo, indicadorde accin realizada en beneficio propio o de accin habitual, seguido por el sufijo -j, nominalizador quederiva voces con sentido de agente. Este segundo sufijo suele perderse en espaol y algunas veces tambinen quichua, por lo cual -ku queda como sufijo final. Adems, por influjo del espaol, los adjetivosderivados han adquirido flexin genrica. No debe ser confundido con el sufijo homfono -co / -cu, queposee valor aumentativo, afectivo o despectivo, y cuya filiacin est abierta a controversia en muchos casos.

    Todas las voces derivadas con el primer sufijo son propias del espaol rural:

    Bambaco, ca que camina bambolendose, balancendose, con paso inseguro (< que se bambolea ).Desiacu, ca antojadizo, deseoso (< que suele desear ).

    Crushaco, ca persona movediza, inquieta, que anda cruzando de un lado para otro (< que suelecruzarse ).

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  • Shintacu, ca tartamudo (< que suele sentarse o quedarse al hablar).

    Pashuco, ca y pasuco, ca caballo de sobrepaso, que levanta simultneamente la mano y la pata del mismolado , caballo de paso ligero, entre marcha y trote (< que anda al paso ).

    Cinchaco, carga liviana que se transporta a lomo de burro (< que suele cincharse).

    Mana casuco, ca desobediente . Frase nominal formada por la partcula negativa quechua mana no y elagentivo casuco, ca que hace caso, que obedece .

    Inshicu, ca animal que arquea el lomo (< el que hincha o hinche ).

    Tambin podra pensarse en mashaco masa hecha con mistol maduro y harina de algarroba , masa deharina de algarroba humedecida procedera del agentivo que se amasa , a pesar de la existencia del sufijode derivacin nominal espaol -aco (despectivo) e incluso de la voz mazacote.Otros sufijos con menor difusin son usados en zonas rurales con redes de comunicacin poco extensas.Por ejemplo en el rea de influencia del quechua boliviano se emplea el sufijo de flexin verbal -rpa queindica accin sbita, brusca, rpida, definitiva o total.

    Soplarpar soplar rpida y repetidamente .

    Acabarpao totalmente acabado .

    Sustarpiar asustar intensamente .

    Tambin se utiliza el sufijo de flexin verbal -chi, con sentido causativo, de hacer algo:Gritachir hacer gritar .

    Reventachir hacer reventar .

    Este mismo sufijo seguido del reflexivo -co, ya considerado, es un constituyente de la voz misachicoceremonia religiosa en la que se lleva en procesin la imagen de un santo desde la casa del dueo, hasta la

    iglesia, donde a veces se le dice una misa . El significado etimolgico de este sustantivo es hacer decirmisa . Tambin se emplea el sufijo -chi seguido del sufijo -na, ya analizado, en la voz cortachina variasespecies de plantas medicinales , que etimolgicamente significa cosa que hace cortar o que deja cortar .

    Se podra citar algn otro sufijo usado en el espaol rural regional, incluso unido a tema espaol, pero surecurrencia es menos frecuente que la de los citados como ejemplo.

    2.1.3. Otro tipo de aculturacin lingstica regional pertenece al campo de las relaciones gramaticales.La toponimia del Noroeste incluye ms de un centenar de denominaciones formadas por dos sustantivosespaoles que forman una frase segn el modelo quechua especificador + ncleo. Por ejemplo: PuntaCorral corral de la punta , Timn Cruz Cruz de Timn , Mula Aguada aguada de la mula , Lechuza Pozopozo de la lechuza , Unco Esquina esquina del junco , Potrero Bajada bajada del potrero , Oveja Pasopaso de la oveja , Buey Rodeo rodeo del buey , Brea Loma loma de la brea , Ceibal Rincn rincn delceibal , Hoyo Cerco cerco del hoyo , etctera.

    En el espaol regional se emplea ms de una cincuentena de construcciones similares con el sustantivoquichua sacha monte seguido por un sustantivo espaol o quichua. Generalmente se trata de nombre deplantas o animales a los que se clasifica como especies del monte o silvestres , en oposicin a las especiesde Castilla . En otras ocasiones se une a denominaciones de profesiones y oficios y tiene el sentido decuasi, seudo o falso . Algunos ejemplos son: sacha col, sacha higuera, sacha lazo, sacha limn, sacha

    pera, sacha sanda, sacha cabra, sacha ganso, sacha pava, sacha pollito, sacha mdico, sacha maestro,sacha carpintero, etc. Para Lajmanovich se trata de construcciones acuadas por los espaoles y no lasconsidera fenmeno de substrato [10].

    Por tradicin grfica se suele escribir los dos componentes aglutinados formando un sustantivo compuesto

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  • con estructura sintctica.

    Otro prstamo del quechua es el uso de lo redundante junto a objeto directo expreso y sin concordancia degnero. Corresponde al empleo frecuente en quichua del sufijo de flexin verbal -pu, indicador de que laaccin no es en beneficio del actor y que tiene un objeto directo o indirecto de tercera persona. Porejemplo: te lo vamos a cortar la soga; Tocmelo la chacarera; Atajmelo la yegua; Me lo queran abrirla puerta; No me lo ha curao mis plantas; Escrbamelo una carta; Quiero que me lo hagan no ms laescritura; Tomemel la mitarcita siquiera, etc. Este uso del lo no slo es comn en el habla rural sinotambin en el habla urbana del Noroeste.Otras construcciones calcadas de la sintaxis quechua hacen uso del gerundio. Un caso es el empleo de Quediciendo? o Que haciendo? Con el significado de Por qu? , Como? . Tales expresiones son latraduccin del quichua imata nis? e imata ruas?, respectivamente. Por ejemplo: Qu diciendo hasquebrao los gevos?; Que haciendo te has lastimao?.En los bilinges es muy frecuente el empleo de gerundios: As siendo siendo as ; Estoy aconstumbrada aagua llovida tomando; Ta Marcelina viniendo nos reta; Que podiendo ver!; Pechiaban carne pa lamadre diciendo; Me he venido olvidando me he olvidado , etctera.Posiblemente el frecuente uso de frases verbales con gerundio en le espaol regional del noroeste seadebido en parte, al influjo del quechua.

    En el campo de la sintaxis existe una variacin ms grande que en otros aspectos del habla, dependiente delgrado de relacin que poseen los hablantes con otros niveles de iteracin social, mas amplios que elmeramente local.

    Un curioso recurso con funcin semntica es al reduplicacin de las palabras generalmente adjetivos, perotambin adverbios, sustantivos y gerundios. El grado de significacin disminuye para indicar posesin amedias de una cualidad o condicin, o realizacin a media de una accin.En quichua santiagueo se ha documentado unos cincuenta ejemplos de este tipo de reduplicacin cuyomodelo podra extenderse a todos los adjetivos e incluso a otras clases de palabras. En otros dialectosquechuas la reduplicacin posee valor aumentativo, por lo cual habra que pensar en un fenmeno desubstrato prequichua, quizs del kakn (la lengua de los diaguitas), hiptesis que podra basarse en laexistencia de voces regionales no quichuas, de etimologa desconocida, que son evidentes reduplicaciones:chalchal, puspus (vegetales); plusplus, ulpulpa (arcnidos); shirashira (insecto); shujshuj (pez); colcol,huilbuil (aves); joijoi (una cancin tradicional).

    Ejemplos de empleo de reduplicacin de voces espaolas en el espaol regional del Noroeste son crudocrudo medio crudo , duro duro medio duro , fro fro medio fro , flaco flaco medio flaco , oscurooscuro medio oscuro , sonso sonso medio sonso , tonto tonto medio tonto , ronco ronco medio ronco ,ralo ralo medio ralo , durmi durmi medio dormido , chapu chapu mal hecho, a medio hacer , barrobarro medio barro , tira tira rotoso , lejos lejos de cuando en cuando, distanciado uno del otro , pocopoco medio poco , encima encima uno tras otro uno sobre otro , cerca cerca medio seguido , pasandopasando uno que otro , pensando pensando medio pensando , lana lana medio tonto , etctera.

    Un rasgo estilstico y mental atribuible tambin al quechua es el frecuente uso de expresiones dubitativas:!Cmo sera, !Cuanto costara, !Por dnde andara, !Vaya a saber qu comera. Ellas se emplean nosolo para ponderar sino tambin para responder incluso cuando el interrogado conoce la respuesta exacta.

    3. CONCLUSIONES

    El contacto entre las lenguas da lugar a la difusin y adopcin de rasgos en todos los niveles estructurales.Dicha aculturacin lingstica debe ser investigada en los diversos modelos y estilo de habla. Lafocalizacin en el habla urbana puede llevar a errores por inadvertencias de fenmenos de difusin que slose pueden documentar en el habla rural.

    El contacto entre dos lenguas de distinto nivel sociocultural da origen a un prstamo mutuo, aunque esmayor el influjo de la lengua dominante sobre la dominada que lo inverso.En las reas bilinges se suele hablar de "malas traducciones" al hablar en espaol o de "mal dominio" de

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  • esta lengua. Lo mismo podra decir un hablante de quechua cuzqueo con respecto al quichua de Santiagodel Estero cuando, en realidad, se trata de otro dialecto resultante de un prolongado contacto entre dosculturas. Las formas dialectales y subdialectales no deben ser desdeadas desde un punto de vista terico;pensemos que las lenguas romnicas se originaron, sin duda, en un "mal dominio" del latn (el "latnvulgar").

    La realidad lingstica es muy compleja; en toda comunidad existe el buen hablante y el mal hablante, peroel habla viva es un continuum dialectal con varios niveles y estilos, todos ellos importantes para el estudiodel cambio cultural en sentido amplio, ya que el cambio de normas lingsticas es parte integrantes de unproceso de cambio de pautas culturales.El quechua, como lengua de substrato y de adstrato, ha cedido al espaol del noroeste rasgos fonticos,fonolgicos, morfolgicos, sintcticos y lxicos, ms abundantes en el habla rural que en la urbana. A suvez el espaol ha dado, en todos los niveles estructurales, a los dialectos quechuas hablados en laargentina, en especial al santiagueo, un caudal mayor de rasgos, que no se analizan en la presentecontribucin.

    RICARDO L. J. NARDI

    Instituto Nacional de Antropologa - Argentina. 1976/77

    NOTAS

    1.- Cfr. MAX LEOPOLD WAGNER, Lingua e dialetti dellAmerica Spagnola, Firenze, Ediz, "Le lingueestere", 1949, pp 70-72; BERTIL MALMBERG, "LEspagnol dans le Nouveau Monde. Problme deLinguistique gnrale". Tirage part des Studia Linguistica (Lund), I (1947), II (1948), pp 7, 37, 65-66;ALONSO ZAMORA VICENTE, Dialectologa espaola, Madrid, Gredos. 1980, pp 316-317: EMILIOALARCOS LLORACH, Fonologa espaola, Madrid, Gredos, p 116. (regresa a Texto Principal)

    2.- RODOLFO LENZ, A. BELLO R. OROZ, "El espaol en Chile" en BDH, VI, Buenos Aires, 1940, p249. (regresa a Texto Principal)

    3.- Cfr. AMADO ALONSO, "Examen de la teora indigenista de Rodolfo Lenz" en Estudios Lingsticas;temas hispanoamericanos, Madrid, Gredos, 1953, pp 332-398. (regresa a Texto Principal)

    4.- Cfr. AMADO ALONSO, "Substratum y superstratum" en RFH, III, 3 (1941), p 214; MALMBERG, lcit., 7, 37, 65-66; ZAMORA VICENTE, ob. Cit., pp. 316-317. (regresa a Texto Principal)

    5.- Cfr. RICARDO ROJAS, La Literatura argentina, ensayo filosfico sobre la evolucin de la cultura en elPlata, 2a. Edic., Buenos Aires, 1924, en "Obras de Ricardo Rojas", t. VIII, Los Gauchescos, I, pp 192 y220. (regresa a Texto Principal)

    6.- MARCOS A. MORNIGO, "Difusin del espaol en el Noroeste argentino" en Programa de filolofahispnica, Buenos Aires, 1959, p 13. (regresa a Texto Principal)

    7.- BERTA VIDAL DE BATTINI, El espaol en la Argentina; estudio destinado a los maestros de lasescuelas primarias, Buenos Aires, Cons. Nac. de Educacin, 1964, pp 67-68 y 104-105. (regresa a Texto Principal)

    8.- Cfr.: AMADO ALONSO, l. Cit., 1941, p. 216. (regresa a Texto Principal)

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  • 9.- Cfr.: AMADO ALONSO, l cit., 1941, P 216, N. 2. (regresa a Texto Principal)

    10.- DAVID LAJMANOVICH. "Sobre el espaol de Santiago del Estero", en HuT, III, 8 (1957), pp.61-62. (regresa a Texto Principal)

    (c) ADILQ - Asociacin Investigadores en Lengua Quechua Jorge R. Alderetes - Lelia Ins Albarracn (1997)

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