narciso mendoza

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Narciso Mendoza, conocido como el Nio Artillero, fue un nio militar insurgente que particip en la guerra de la independencia de Mxico como parte del batalln Infantil que cre Jos Mara Morelos y Pavn luego de que la insurgencia ocup Cuautla de Amilpas en diciembre de 1811. Esta tropa infantil se conoce con el nombre de Los Emulantes y estuvo a cargo de Juan Nepomuceno Almonte, hijo de Morelos.Narciso Mendoza naci en la Villa de Cuautla, Morelos en el ao de 1800, aunque se desconoce la fecha exacta. Cuando ocurri el sitio de Cuautla, Mendoza tena doce aos. En aquel asedio, los realistas tomaron la ciudad e incendiaron la poblacin. Cuando el ejrcito de Flix Mara Calleja estaba por tomar el barrio de San Diego, fueron sorprendidos por Narciso Mendoza, quien carg el can y lo dispar. Esto motiv la huida de los espaoles y el regreso de los generales Galeana y Matamoros a la poblacin.Mendoza pas a formar parte del ejrcito de Morelos. En el Ejrcito Mexicano alcanz el grado de teniente coronel, pero luego fue desterrado a Centroamrica. A punto de morir volvi a Cuautla, donde muri el 27 de febrero de 1888.El sitio de Cuautla fue una accin militar emprendida entre el 19 de febrero y el 2 de mayo de 1812, en la poblacin de Cuautla, hoy Estado de Morelos. El ejrcito insurgente fue sitiado por las tropas espaolas comandadas por Flix Mara Calleja. Los insurgentes resistieron 73 das el sitio impuesto por los realistas y en ms de una ocasin intentaron romper el cerco. La madrugada del 2 de mayo, el comandante insurgente Jos Mara Morelos y sus lugartenientes Hermenegildo Galeana y Mariano Matamoros, huyeron de Cuautla, finalizando as la accin militar. El sitio tuvo algunas consecuencias en la estructura poltica, militar y social del Virreinato de la Nueva Espaa, gobernado desde 1810 por Francisco Xavier Venegas. Calleja fue destituido como jefe militar del centro del pas y en su lugar se le design comandante militar de la Ciudad de Mxico, ya que se tema un posible ataque insurgente. Morelos, mientras tanto, logr reforzar a su ejrcito y durante todo el ao de 1812 conquist plazas estratgicas para el gobierno virreinal, como Oaxaca y Crdoba. Finalmente y con la llegada de Fernando VII al trono espaol, Venegas fue depuesto de su cargo en febrero de 1813.El sitio de CuautlaMapa de la campaa seguida por Morelos.El virrey Venegas haba advertido la posibilidad de que Morelos atacara la Ciudad de Mxico, por eso orden a Calleja trasladarse a Cuautla, quien se encontraba en un retiro despus de que el 2 de enero tom Zitcuaro, sede de la Junta Nacional. Calleja se encontraba fortificado en Pasulco, pues estaba estudiando la geografa de Cuautla. Morelos, Galeana, Matamoros, Nicols Bravo y los insurgentes entraron a Cuautla el 31 de enero. El hacendado espaol Mateo Musitu, bautiz a un can como "El Matamorelos", pero fue derrotado por Galeana. Tras entrar en el pueblo, Morelos fusil a 50 soldados realistas, y lanz un discurso, con el que pretenda obtener simpatas entre el pueblo y lograr un avance hasta la capital del virreinato.Leonardo Bravo comenz a fortificar las trincheras de Cuautla, mand abrir troneras en los conventos y en las casas principales. Mariano Matamoros logr obtener vveres y pertrechos. En total, las fuerzas insurgentes sumaban 3000, 2000 de infantera y 1000 de caballera, comandadas respectivamente por Francisco Ayala y el coronel Cano. La artillera constaba de 16 caones, entre ellos "El Nio", propiedad de los Galeana, y que era usado en las fiestas de Cuautla.La madrugada del 10 de febrero, se supo de la llegada de Calleja a Cuautla, y Galeana sali a fortificar la plaza y el convento de San Diego. Leonardo Bravo comand las fuerzas de Santo Domingo, y Mariano Matamoros junto con Vctor Bravo, vigilaban las trincheras del punto sur. Morelos se dedic a inspeccionar sus tropas, vigilar el punto norte de Cuautla y transportar a la ciudad todas las provisiones.El 18 de febrero, Calleja inici el primer ataque a Cuautla, sus tropas sumaban 5.000 hombres, pero das despus lleg a 7000, con los refuerzos de Ciriaco del Llano, sus batallones venan desde Asturias, Guanajuato, Lovera, San Luis Potos, Zamora y Tulancingo, y en su mayora eran dirigidos por Jos Gabriel de Armijo. Calleja se lanz con 500 soldados a la loma de San Diego para hacer un reconocimiento a la ciudad. Morelos lo observ desde la loma de Cuautlixco, a media legua de Cuautla, e intent repeler el ataque espaol. Matamoros y Bravo lo intentaron disuadir, pero Morelos los calm diciendo que nicamente se trataba de una inspeccin al enemigo. Calleja observ el movimiento insurgente y prepar dos caones, los cuales fueron destrozados por las tropas de Morelos. A pesar de haber hecho huir a las avanzadas realistas, Morelos y su escolta recibieron varios ataques, varios de sus soldados fueron hechos prisioneros, murieron o huyeron a Cuautla, donde Galeana se enter de la noticia y con 50 hombres se lanz a la batalla. Morelos estuvo a punto de ser hecho prisionero, pero uno de los soldados de Galeana lo salv y regres a Cuautla.Batalla de Cuautla. Pintura en el museo Jos Mara Morelos de Cuautla.A las siete de la maana del 19 de febrero, cuatro columnas de soldados realistas salieron del campamento del Calvario con direccin al Convento de San Diego. Dos de las columnas se dispersaron, una a la derecha y la restante a la izquierda, para atacar a cada flanco de la posicin. Las dos restantes marchaban al frente, donde cada una llevaba una batera, en los flancos unos regimientos y al centro, en una carroza, iba Calleja. Morelos, mientras tanto, advirti en el campo que iban a ser atacados, y dio orden de que no se atacara a las columnas realistas hasta que hubiesen llegado a la plaza, y en la retaguardia coloc a Galeana.Cuando la tropa realista avanz hasta la posicin norte de la calle Real, casi llegando a la plaza de San Diego, los realistas hicieron fuego, y entonces comenz el enfrentamiento. Galeana se lanz a luchar contra todos los soldados espaoles. Sagarra, coronel espaol, al ver a Galeana e identificarlo como jefe insurgente, le dispar a quemarropa, sin embargo Galeana sali ileso y mat a Sagarra. Galeana orden a su sobrino Pablo para detener al enemigo. Cuando muchos insurgentes vieron la situacin perdida se oy un grito diciendo "todo se ha perdido, han derrotado al general Galeana", los soldados insurgentes y el capitn Larios huyeron hacia la plaza. Una tropa de dragones estuvo a punto de tomar la ciudad, pero un nio de 12 aos, llamado Narciso Mendoza, hizo estallar un can, con el que las tropas realistas huyeron dispersas. Tras la batalla, Morelos acudi a cada una de las casas atacadas, a dar dinero y vveres a los afectados. Esta batalla le hizo ver a Morelos la posibilidad de derrotar al ejrcito realista, e incluso de llegar hasta la Ciudad de Mxico.Tras el fallido ataque a Cuautla, Calleja escribi a Venegas afirmando que en Cuautla se encontraban cerca de doce mil insurgentes, y que si no era posible tomar la ciudad, pondra un sitio. Esa noche, reuni en junta de guerra a todos los militares realistas para discutir el cerco; al da siguiente, Calleja comunic al Ministerio de Guerra la decisin tomada: se impondra un sitio de entre seis u ocho das a Cuautla, y solicitaba refuerzos para poder abarcar todas las salidas, que en total sumaban una legua, pero poda reducirse a la tercera parte.El 22 de febrero fue interceptado un parte de Calleja afirmando el nmero y vveres dispuestos en su ejrcito, as como los planes trazados junto con el virrey. Tras conocer esta carta, Morelos estaba resuelto a salir de la ciudad, pero Galeana le detuvo sospechando que fuera una estrategia del ejrcito realista para atacar Cuautla. En junta de jefes insurgentes, se decidi permanecer en la ciudad.Jos Mara Morelos, lder de las tropas insurgentes que vencieron a los realistas en el Sitio de Cuautla.El 23 de febrero, Ciriaco del Llano entr a Izcar y logr entrar hasta el cerro del Calvario, desde donde lanz una serie de caonazos durante dos horas hacia Cuautla, y despus envi dos columnas de caballera al mando del coronel Jos Antonio Andrade. El ataque fue rechazado por el padre Snchez y por Vicente Guerrero. Al da siguiente, los realistas intentaron un nuevo ataque que fue repelido nuevamente. Despus de este ataque, los realistas huyeron a Izcar, donde incendiaron los barrios de Santiago y El Calvario, tras de lo cual procedieron a bombardear el centro de la ciudad.Llano recibi ese mismo da una orden de Venegas indicndole unirse cuanto antes a Calleja, frente al campamento realista de Cuautla. Tras dejar unas cuantas municiones en el camino, dar vuelta al Volcn Popocatpetl, Llano entr en la Tierra Caliente, el 28 de febrero. Morelos decidi impedir la llegada de los refuerzos, acordando el envo de una fuerza considerable al mando de Jos Antonio Galeana para ocupar la Barranca de Tlayacac y all sorprender a Llano. Sin embargo, antes de la salida, bien por algn imprevisto o porque le consideraba ms capacitado por su conocimiento del terreno, Morelos encomend el mando de los trescientos hombres seleccionados al capitn Manuel Ordiera. La operacin lleg a conocimiento de Calleja y ste decidi destacar a un grupo considerable bajo las rdenes del capitn Anastasio Bustamante; ste sorprendi a los insurgentes en la barranca, les derrot y franque as el paso a Llano, que pudo llegar al campamento de Calleja en la maana del 1 de marzo, reforzando sus tropas con 2.000 efectivos.

Una vez que Calleja reuni los batallones necesarios, comenz a rodear Cuautla. El cuartel general qued ubicado en el poniente, cerca de los hospitales, proveedura y el depsito de parque, exactamente dentro de la hacienda de Buenavista. En las lomas de Zacatepec se asent Ciriaco del Llano. Los batallones de Asturias y Lovera cuidaban la ciudad, sobre el barranco de "Agua Hedionda", llamado as debido a sus manantiales de aguas sulfurosas. Los espaoles construyeron un puente de dos leguas, con el que remataron la ciudad fortificada.Morelos fortific la hacienda de Buenavista y el terreno conocido como "El Platanar", comnmente asediado por Llano. Entre el 1 de marzo y el 9 de marzo, Galeana fue acorralado en El Platanar por Llano, hasta que el da 10 logr echar por tierra a los invasores en Zacatepec. Ese mismo da comenz un bombardeo tras el cual Llano estuvo a punto de entrar en la ciudad, pero Nicols Bravo lo detuvo, al tiempo que Matamoros logr escapar del sitio. Por la noche, Calleja escribi lo siguiente al virrey: Cuento hoy, 13 de marzo a las seis de la maana, cuatro das que sufre el enemigo como pudiera una guarnicin de las tropas ms bizarras sin dar ningn indicio de abandonar la defensa. Todos los das amanecen reparadas las pequeas brechas que es capaz de abrir mi artillera de batalla: la escasez de agua la ha suplido con pozos, la de vveres con maz que tiene en abundancia.Tras varios meses de resistencia, Matamoros logr romper el cerco y huir a Toluca, donde Lpez Rayn le esperaba para darle las provisiones que el ejrcito insurgente necesitaba. Sin embargo, las tropas de Porter emboscaron a Matamoros en su trayecto hacia la villa de Cuautla. Con muchos esfuerzos los insurgentes lograron evitar la captura de su lder, pero no consiguieron entregar a Morelos los alimentos y armas para seguir en pie.El brigadier espaol Flix Mara Calleja del Rey, comandante realista durante las acciones militares de Cuautla, que en 1813 fue entronizado como virrey de la Nueva Espaa.El brigadier Calleja intent muchos otros asaltos a la villa fortificada, sin que ninguno de ellos lograra su cometido: destruir a los insurgentes. A fines de abril la situacin era insostenible y las rias entre los altos comandantes del ejrcito realista impidieron que Calleja efectuara otro ataque a Cuautla. La madrugada del 2 de mayo se dio por vencido y escribi una misiva al virrey Venegas, indicndole su desistimiento del asedio a Cuaulta.Esa misma noche, se tom la resolucin en el campo insurgente de salir cuanto antes del pueblo, pues no se podan defender con normalidad debido a las epidemias, que haban llegado a afectar a ms de la mitad de los soldados insurgentes. Morelos y Galeana enviaron a un emisario a observar el campo realista, y al volver con los insurgentes les inform que muchos soldados espaoles ya estaban dormidos y otros estaban guardando el armamento. Fue entonces que ambos militares tomaron la decisin de abandonar Cuautla esa misma noche, y en menos de cuatro horas ya estaban fuera de la villa. Fueron avistados por soldados realistas que haban llegado al campamento de Calleja esa misma noche, quienes de inmediato intentaron detener el avance de Morelos y su tropa. Luego de una lucha de menos de dos horas, alrededor de las cuatro y media de la maana del 2 de mayo, las fuerzas insurgentes comandadas por Jos Mara Morelos haban abandonado Cuautla, atribuyendose una "victoria" para los insurgentes. Aunque seguidamente el ejrcito huido de Morelos fue alcanzado y completamente disperso.Narciso MendozaNaci en el ao de 1800 en Cuautla, hoy Estado de Morelos. Ya 1812 figura en el cuerpo de tropas infantiles que Morelos puso, durante el sitio de esa poblacin, a las rdenes de su hijo, Juan Nepomuceno Almonte. Sitiada Cuautla por los realistas de Calleja, fue defendida por los sus lugartenientes, los Galeana, Los Bravo y Matamoros. Se dispuso el primer ataque para el 19 de febrero de ese ao de 1812, el inici fue a las 7 de la maana en la plaza de San Diego, bajo la vigilancia de don Hermenegildo Galeana. Los realistas penetraron a la ciudad, tomando las casa que quedaban a ambos lados de la calle hasta la poblacin de San Diego. Los soldados quee defendan la trinchera de San Diego, huyeron hacia el centro de la poblacin, abandonando armas y parque. Los espaoles corrieron, en grupo, para apoderarse de San Diego; pero entonces un nio de 12 aos, Narciso Mendoza, vio que un caon que apuntaba a la calle haba quedado cargado, y que cerca de l haba quedado tirada una tea encendida; tom esta y la acerc a la mecha de la plvora del can, con lo que se produjo una gran explosin lloviendo metralla sobre los espaoles que se acercaban corriendo por la calle. Sorprendidos en plena carrera, los realistas vieron caer a algunos de sus compaeros, creyendo que los insurgentes haban vuelto a San Diego, y empezaban a dispararles, retrocedieron a su vez espantados. Galeana rehizo sus tropas, acudieron en su auxilio Morelos y Leonardo Bravo, y volvieron a defender el fuerte de San Diego, rechazando en sus ataques posteriores a los realistas. Morelos mismo felicit al nio hroe, Narciso Mendoza, frente a la tropa, ante la que le dio el grado de alfrez. El nio lleg a ser teniente coronel del ejrcito mexicano, una vez lograda la Independencia de Mxico. pero por veleidades de la poltica, posteriormente fue desterrado a Centroamrica, en una de cuyas repblicas ocup diversos puestos. Al pasar los aos, sintindose enfermo y viejo, regres a Cuautla, su pueblo natal, en donde muri, en fecha que se ignora.LOS MITOS DEL BICENTENARIO

Ppilas, nios artilleros y esos 15 minutos de inmortalidad

Por Daniel Salinas Basave

Andy Warhol habl algn da de los 15 minutos de fama a los que todos podramos aspirar, pero apostamos doble contra sencillo a que el gur del pop art jams conoci la historia del Ppila y el Nio Artillero, pues en lugar de hablar de 15 minutos de fama, habra tenido que referirse a 15 minutos que valieron la inmortalidad. Estas dos mticas e inciertas figuras, cuya existencia es puesta en duda por algunos historiadores serios, han quedado tatuadas en la memoria popular y son mucho ms clebres que los idelogos o caudillos culturales del movimiento. Para sostener lo dicho, hagamos una prueba: que levante la mano quien pueda mencionar al menos dos postulados de la Constitucin de Apatzingn y el documento Sentimientos de la Nacin. Parece que no hay muchas manos alzadas. Venga otra trivia: quin fue el licenciado Francisco Primo de Verdad? Parece ser que este seor no es muy conocido. Bueno, vamos con una tercera pregunta: podran mencionar las diferencias sustanciales entre la obra de Jos Mara Luis Mora y la de Lucas Alamn? Todo indica que a este par de intelectuales no les sobran lectores hoy en da y ms de tres dcadas dedicadas a disertar en torno al movimiento insurgente y la conformacin poltica de la nueva nacin, no fueron suficientes para asegurar un sitio en la memoria colectiva. Como podemos constatar, la dimensin poltica e ideolgica del movimiento insurgente no es muy popular que digamos. Bien, hagamos ahora otra prueba: levanten la mano los que sepan quin fue El Ppila. Uff, hay muchas manos levantadas. An los desinteresados en la historia tienen una idea de quin fue este personaje. El Ppila fue un minero que se amarr una piedra a la espalda y quem la puerta de la Alhndiga de Granaditas, respondern. Eso s, mejor no preguntemos cmo se llamaba El Ppila, pues casi nadie sabe, pero eso poco importa. Como Ppila lo conocemos y mal que bien, su imagen es infaltable en las estampitas infantiles y asambleas escolares. Aqu en Tijuana, al igual que en muchas ciudades mexicanas, existe una colonia que se llama El Ppila y quienes hemos tenido la fortuna de visitar Guanajuato, sin duda hemos sudado un poco escalando para llegar hasta el enorme monumento en honor al heroico barretero. Tal vez no sea tan popular como El Ppila, pero sin duda habr unas cuantas manos levantadas si preguntamos sobre el Nio Artillero. Fue un muchacho que dispar un can y logr rechazar a los espaoles durante el Sitio de Cuautla, respondern. Al igual que el Ppila, el Nio Artillero tiene colonias y calles en diferentes ciudades mexicanas. Lo interesante del asunto, es que estos dos personajes aseguraron su inmortalidad en los libros de historia por brevsimas pero decisivas acciones en medio de grandes batallas. Unos cuantos minutos bastaron para asegurar su entrada al pandemonio de los grandes prceres nacionales. Tal vez sin esos mitificados instantes de gloria, sin duda modificados por la leyenda, Ppila y Nio Artillero hubieran formado parte de esa inmensa masa annima devorada por la vorgine insurgente, pero la historia es caprichosa. Ahora la pregunta que vale la pena hacernos es: existe acaso constancia que certifique la real existencia de estos dos personajes? Sabemos qu hicieron antes y despus de sus 15 minutos de herosmo? La existencia de El Ppila ha dado lugar a no pocos debates. Artemio del Valle Arizpe aborda el tema en su libro Personajes y leyendas del Mxico virreinal (Panorama Editorial) en un interesante captulo que deja una pregunta abierta al lector: hubo ppilas? Citando a cronistas de la poca como Lucas Alamn, Arizpe seala que durante la toma de la Alhndiga de Granaditas, el 28 de septiembre de 1810, hubo combatientes que se amarraron losas a la espalda para poderse acercar a las puertas del granero y prenderles fuego. Alamn habla de varios soldados con piedras amarradas como escudos, no solo uno. Lo cierto es que pese a no haber abandonado nunca su condicin legendaria y mtica, cierta corriente historiogrfica se ha puesto de acuerdo en que El Ppila se llam Juan Jos de los Reyes Martnez y tan no es una figura de leyenda, que hasta sealan la calle exacta donde naci: Terrapln, nmero 90, San Miguel El Grande, Guanajuato, fue el lugar donde Juan Jos de los Reyes Martnez vino al mundo el 3 de enero de 1782. Al igual que miles de guanajuatenses en la poca virreinal, se dedic a la minera y como cientos de mineros del Bajo, se uni al padre Miguel Hidalgo en 1810. Versiones ms novelescas lo ubican incluso como compadre del Intendente Riao, defensor y mrtir de la Alhndiga, algo muy poco probable por cierto. En el argot popular, ppila significa guajolote, aunque no se sabe si a Juan Jos lo apodaban as por cierta similitud fsica con estas aves, por tener el rostro picado de viruela o por imitar el graznido de los pavos. Tampoco se sabe si fue una espontnea idea suya o si el cura Hidalgo personalmente lo comision para que quemara la puerta de la Alhndiga, lo cual consigui amarrndose una losa que le sirvi como escudo contra el nutrido fuego que los realistas escupan desde el techo del granero. Lo cierto es que el Ppila quem la puerta, lo que permiti la entrada de los insurgentes a la Alhndiga, desatando una de las ms crueles masacres de espaoles. Respecto al Nio Artillero tambin flota un aura de leyenda e irrealidad, aunque casi todos los historiadores estn de acuerdo en que existi. Su nombre fue Narciso Mendoza y al momento de su hazaa, el 19 de febrero de 1812 en Cuautla, contaba con doce aos de edad. Los realistas al mando de Flix Mara Calleja del Rey lograron batir una trinchera insurgente y cuando su tropa ya penetraba a Cuautla, fueron rechazados por tremendo caonazo. Para sorpresa de propios y extraos, en la lnea de fuego haba nicamente un nio. Los historiadores han documentado la existencia de una tropa infantil que apoyaba al ejrcito del Sur al mando de Jos Mara Morelos. Este regimiento de infantes, era comandando por Juan Nepomuceno Almonte, el hijo ilegtimo de Morelos, quien muchos aos despus sera un acrrimo conservador, promotor del imperio de Maximiliano. Realidad o leyenda? Hroes providenciales o hijos del azar? Paradjicamente, ni uno de los dos fue mrtir y ambos sobrevivieron muchos aos a la guerra de Independencia, pues murieron por causas naturales ya en edad avanzada. Su recuerdo, es acaso un tributo a las decenas de miles de soldados desconocidos que no tuvieron 15 mgicos minutos para sellar su pasaporte a la inmortalidad.El Nio ArtilleroEn la desesperada lucha contra las salvajes tropas espaolas, todos los habitantes de Cuautla tuvieron que defenderse, en la batalla del 19 de febrero de 1812, los soldados de la corona que irrumpian por las defensas de la ciudad mataron mujeres y nios a bayonetazos, despues de ese momento incluso los nios tuvieron que participar en los combates.En el asalto de las tropas de Calleja, del 19 de Febrero, un caon de la defensa, ubicado cerca del Templo de San Diego, estaba sin artilleros, una columna de Realistas avanzaba hacia su posicion, un nio, llamado Narciso Mendoza, tomo la baqueta y le prendio fuego a la mecha, disparando el caon.Hay grandes debates historicos sobre los pormenores de la accion, en particular sobre los detalles, segun unos, todo ocurrio cuando los artilleros asignados a la pieza habian quedado muertos, segun otra fuente, los milicianos destinados a la defensa de la zona habian ido a ayudar a los defensores de San Diego y la posicion estaba abandonada, el caonazo fue para avisar que los espaoles venian por ahi. No se sabe con certeza, ya que los documentos mas importantes sobre la batalla se perdieron en un incendio ordenado por Iturbide en 1822.La heroicidad de este nio durante el Sitio de Cuautla se ha inmortalizado en nombres de calles, monumentos a lo largo de todo Mexico y en una fama inmortal.NARCISO MENDOZA Y JUAN N. ALMONTEEN EL SITIO DE CUAUTLA Jorge Gurra Lacroix El sitio de Cuautla de Amilpas puede ser considerado como el acontecimiento ms sobresaliente de la lucha por la independencia de Mxico. Esta aseveracin queda plenamente corroborada con la opinin vertida por el general Flix Mara Calleja, jefe de las fuerzas realistas, quien expresa: Si la constancia y actividad de los defensores de Cuautla fuese con moralidad y dirigida a una justa causa, merecera algn da un lugar distinguido en la historia; estrechadas por nuestras tropas y afligidas por la necesidad, manifiestan alegra en todos los sucesos, entierran sus cadveres con algazara, bailes y borrachera, al regreso de sus frecuentes salidas cualquiera que haya sido el xito, imponiendo pena de la vida al que habla de desgracias o de rendicin.[ 1 ]Lucas Alamn, escritor conservador, nada favorable a la insurgencia, nos da este por dems imparcial parecer acerca de tal accin: Los insurgentes dieron durante todo el asedio, pruebas de valor y de constancia, y en esta ocasin se demostr, ms que en ninguna otra, cun diverso hubiera podido ser el xito de la revolucin, si Hidalgo, en vez de presentar en campo raso masas numerosas de gente indisciplinada, se hubiese reducido a organizar el nmero de hombres que poda armar, y defender con ello las poblaciones que haba ocupado y las fuertes posiciones en que abunda el pas en que hizo sus campaas. Respecto a la actuacin de Jos Mara Morelos nos dice que: "Su reputacin haba crecido con los ltimos sucesos, y aunque en el resultado del sitio de Cuautla, el triunfo quedase por parte de los realistas, la fama y la gloria fue sin duda para Morelos".[ 2 ] A estos juicios, de personas de ninguna manera sospechosas de parcialidad hacia los sitiados, sumaremos los de Carlos Mara de Bustamante y Lorenzo de Zavala, simpatizadores de los independientes. El primero expresa: Tal es, amigo mo, el clebre sitio de la villa de Cuautla, digno de escribirse por la pluma de Cursio Xenofonte, donde campe el valor, la astucia, la sabidura, la prudencia y el sufrimiento de los Morelos, Galeanas, y Bravos. Prez eterno y famosa nombrada a tan ilustres caudillos![ 3 ]El segundo, o sea Zavala, escribe: Muchos meses resisti a un enemigo acostumbrado a triunfar de las tropas indisciplinadas de los insurgentes, y despus de burlar sus esfuerzos hizo una retirada tranquila, sin que el jefe espaol osase perseguirlo. La fama del hroe se llev entonces hasta las estrellas: un entusiasmo general ocupaba los espritus de los criollos. En Mxico mismo se cantaban los elogios del campen nacional, y su nombre era ya una seal de triunfo para los mexicanos.[ 4 ]Henos aqu ante la presencia de este episodio de la guerra de Independencia, que tanto prestigio diera a Morelos y que ha sido calificado como heroico tanto por partidarios de los insurgentes como de los realistas y sus seguidores. Pero, entre los hechos sucedidos al iniciarse el sitio de Cuautla hay uno que, por inslito, es tal vez el ms conocido y que ha alcanzado mayor popularidad. Se trata de la actuacin de Narciso Mendoza o Garca Mendoza, ms conocido como el Ni o Artillero, que tuvo lugar el da 19 de febrero de 1812, con motivo del ataque llevado a cabo por Calleja en contra de las tropas de Morelos que se haban establecido en Cuautla, un poco antes de iniciarse el sitio de esta villa.

Cosa por dems curiosa es que, en la historiografa contempornea de la guerra de Independencia, al referirse al sitio de Cuautla no se haga la menor mencin acerca de Narciso Mendoza, con excepcin de Carlos Mara de Bustamante y de Felipe Benicio Montero, el que particip en el sitio y posteriormente hizo el relato de lo visto y odo por l. El escrito de Bustamante constituye la informacin ms temprana sobre Narciso Mendoza, ya que apareci desde la primera edicin del Cuadro histrico, y dice a la letra: Esta voz falsa de alarma produjo tambin funestos efectos en otros puntos, pues afectados de pavor sus defensores abandonaron la artillera, y la plazuela de San Diego casi qued escueta; slo se vio en ella un muchacho de doce aos llamado Narciso: vnose sobre ste un dragn que le tir un sablazo y le hiri un brazo; no tuvo este nio ms efugio que afianzarse con una mano de un palo de la misma batera y con la otra tomar la mecha que estaba clavada en el suelo, dio casi maquinalmente fuego al can, que disparado en el momento ms oportuno mat al dragn que le acababa de herir y contuvo al enemigo que avanzaba rpidamente. Con tan fausto e inesperado suceso, volvi a su puesto Galeana, y qued restablecido el orden. Despus de la accin, Morelos hizo que le llevasen a aquel jovencito a quien asign una pensin de cuatro reales diarios, que percibi hasta que se evacu la plaza. En el da est en la hacienda de Santa Ins sirviendo a don Antonio Zubieta: la patria debe dar sobre l una mirada de aprecio, as lo pido.[ 5 ] Por tanto, segn Bustamante, una falsa alarma hizo que la artillera situada en la Plazuela de San Diego fuera abandonada, quedando en ella slo un muchacho de 12 aos llamado Narciso quien, a pesar de haber sido herido en un brazo por un atacante, pudo disparar un can matando al agresor, con lo que consigui detener al enemigo. Expresa tambin que Morelos premi a este nio con cuatro reales diarios mientras dur el sitio. Tambin nos comunica que posteriormente Narciso trabajaba en la hacienda de Santa Ins, propiedad de Antonio Zubieta. Consideramos que no es nada aventurado pensar que toda la informacin sobre el acto realizado por Narciso Mendoza le fue proporcionada a Bustamante por el propio Morelos, con quien estuvo en contacto en mltiples ocasiones. Conviene tambin sealar que Morelos no hace mencin alguna de Narciso Mendoza, y su hecho, en las declaraciones de las causas que le siguieron, y otro tanto pasa con los partes de Calleja dirigidos al virrey sobre la accin de 19 de febrero de 1812 y el sitio de Cuautla. Alamn, que glosara el Cuadro histrico, hace caso omiso del dicho de Bustamante, misma actitud que adopta en otras muchas ocasiones al no concederle crdito en vista de las innumerables inexactitudes y exageraciones que contiene su obra. Pablo Mendbil, espaol desterrado en Inglaterra, que hiciera un resumen del Cuadro histrico de Carlos Mara de Bustamante, repite casi literalmente su dicho. La obra de Mendbil apareci en 1828.[ 6 ]Por lo que hace a Felipe Benicio Montero sabemos, por Ramn Mena, que "se fili en las fuerzas insurgentes poco antes del sitio de Cuautla; combati en todo l prestando servicios que le valieron el grado de capitn, conferido por el gran Morelos". Nos entera tambin que muri en su ciudad natal, o sea Cuautla, a los 75 aos de edad, en 1853.[ 7 ]Respecto a los escritos de Montero, el propio Ramn Mena, despus de hacer la descripcin fsica del manuscrito, nos dice que en un principio se encontraba en el Archivo Municipal de Cuautla, que fue incendiado durante la intervencin, salvndose de ser destruido y pasando a poder de un seor Gmez. Al morir ste lo adquiri Lucio Montero, nieto del autor, en buen estado y completo. Cuando Mena copi el manuscrito, que paraba en ese entonces -1909- en el Museo Nacional de Arqueologa, Historia y Etnografa, slo tena 94 fojas, faltando las cuatro primeras y las finales, sin poder precisar cuntas.[ 8 ]Mena nos sigue informando que Montero lo facilit a Lucas Alamn cuando ste escriba su Historia de Mxico, cosa que dicho autor nos ratifica en la nota nmero 9 de la pgina 492. En ella nos refiere que Juan Flix Goyeneche, administrador de la hacienda de Casasano, y Felipe Montero, quien estuvo con Morelos en Cuautla durante el sitio, lo acompaaron a esta villa para explicarle todo lo ocurrido. Relata, tambin, que Montero le proporcion "un plano y una extensa relacin manuscrita que contiene muchos pormenores curiosos." O sea que Alamn tuvo como informante, respecto al sitio de Cuautla, a Felipe Benicio Montero, testigo de vista y odas de lo que en l aconteci.[ 9 ]En la propia nota nos comunica que "Montero ha sido comisionado por el Ayuntamiento de aquella ciudad, para poner a las calles nombres que recuerden los sucesos que en ellas tuvieron lugar".[ 10 ]En efecto, la obra de Montero se divide en dos partes: La primera se denomina Las calles de Cuautla y la segunda, Relaciones curiosas e interesantes para la posteridad, que no es otra cosa sino el relato del sitio. De acuerdo con lo expresado por Alamn, el viaje a Cuautla, en compaa de Goyeneche y Montero debi haber tenido lugar en 1848 o principios de 49, en vista de que el pie de imprenta del tomo segundo de su Historia es de la fecha ltimamente citada. Por consecuencia si Alamn nos dice que a Montero se le acababa de comisionar para poner nombres a las calles de Cuautla, esto significa que dicha parte de sus escritos la redact entre 1849 y 1853, en que falleci. No as la que aparece como parte segunda, cuyo manuscrito facilit a Alamn, que fue compuesto, sin duda, antes de 1849, pero sin poder precisar en qu ao lo hizo. La obra de Montero ha merecido dos ediciones: la primera en 1909 y la segunda en 1927, cuyas fichas aparecen en la bibliografa consultada para la redaccin de este trabajo, aparte de varias transcripciones de prrafos de la misma. Hay que hacer notar que Alamn, segn nos manifiesta, slo tuvo en sus manos la hoy parte segunda, y no la relativa a las calles de Cuautla en que Montero hace referencia a la accin de Narciso Garca Mendoza, como l lo llama. Conocida ms o menos la vida de Montero y la historia de su manuscrito, procederemos a conocer la versin que nos da acerca del hecho que nos ocupa: y la tropa nuestra de la brigada del seor don Hermenegildo Galeana, atendiendo a esto se metieron dentro de la casa, y desde el corredor de ella hacindose de los pasamanos de pared, resistieron con denuedo sin poder avanzar los contrarios adelante a pesar del respeto del jefe que mand ese costado que fue el conde de Casa Rul, quien al mismo tiempo de estar en esta operacin estaba en la de salvar las cercas trozndolas con los gastadores para el callejn, y hacerse de la trinchera, la cual haba quedado sola, creyendo los nuestros que slo por dentro haban acometido, y un joven, hijo de este suelo, llamado Narciso Garca Mendoza, afecto a la artillera, haba quedado all solo con la atencin a la calle mirando no se le aparecieran por all los contrarios; mas cuando este joven vio de un golpe y repentinamente el callejn lleno de tropa en columnas cerradas haciendo fuego para la trinchera y como por un medio lugar que tuvo desconoci la tropa que avanzaba sobre la misma trinchera con precipitacin, avis adentro, pero tomando a un mismo tiempo el botafuego y sin aguardar a que le ordenaran hiciese uso de ste, l lo hizo oficiosamente, en trminos que el metrallazo les hizo destrozo que no esperaban en ese lugar que tenan por ms seguro, y como vena Rul a la cabeza, all fue en donde sali mal herido, causndole despus la muerte.[ 11 ]En este relato de Montero, relativo a lo que aconteci en la Plazuela de San Diego durante el ataque de Calleja el 19 de febrero de 1812, podemos advertir que expresa: que el atacante lo fue el conde de Casa Rul, y que, el Narciso de Bustamante se convierte en Narciso Garca Mendoza, joven nativo de Cuautla, y afecto a la artillera, que se encontraba solo, y que el herido y despus muerto fue el conde de Casa Rul. La versin de Montero difiere de la de Bustamante en lo que hace a que el atacante fue el conde de Casa Rul, quien muri a causa de las heridas recibidas y no a un dragn, aparte de que da los apellidos de Narciso.

Aunque Montero estuvo en el sitio, no fue testigo presencial del acto realizado por el Nio Artillero, pues l mismo asienta, que ste se encontraba solo. Por otra parte, seguramente recibi mala informacin de sus compaeros acerca de la muerte del conde de Casa Rul, o bien la memoria le fue infiel, ya que Bustamante y Alamn aseguran que fue herido en lugar distinto a la Plazuela de San Diego.[ 12 ]Hay que advertir, que a Montero le fue dable conocer algunas de las ediciones del Cuadro histrico, por haber sido impresas de 1823 a 1832, la primera, y de 1843 a 1846, la segunda, mxime que en la visita en que acompa a Alamn a Cuautla ste dice haber revisado y corregido el plano de esa villa compuesto por Bustamante, lo que es indicador que llevaba el Cuadro histrico, a fin de corroborar el dicho de su autor. Montero, sin embargo, no coincide, como ya hemos hecho notar, con la versin de don Carlos, aunque s est de acuerdo en la realizacin de la hazaa de Narciso Mendoza. He aqu que Bustamante y Montero son las nicas fuentes que consignan la proeza de Narciso Mendoza. La primera de dudosa reputacin y la segunda no demasiado confiable dados los razonamientos hechos, lo que pondra en tela de juicio la veracidad del motivo de nuestro estudio; pero es el caso que obra en mi poder copia facsimilar de una carta que dirige Narciso Mendoza a Juan N. Almonte, fechada en Ciudad del Carmen, Campeche, el 10 de agosto de 1864. Este documento lo conoc gracias a Manuel Gonzlez Calzada, que fuera hasta hace poco subdirector de Publicaciones de la Secretara de Hacienda. Esta secretara cubre los salarios de unos investigadores que se encuentran clasificando el Archivo Histrico de Hacienda, que est depositado en el Archivo General de la Nacin. Uno de los investigadores, el seor Arturo Romero, localiz la carta de Mendoza y la ense a Manuel Gonzlez Calzada, quien la dio a conocer en El Gallo Ilustrado, suplemento del peridico El Da, a fines del ao de 1977, sin poder precisar da y mes. Poco despus, Gonzlez Calzada la remiti al Archivo General de la Nacin, cuya directora, al acusarle recibo del documento, le expres: "Esta carta ser incorporada al ramo de Justicia-Imperio, v. 218, exp. 1, p. 1-2. Provisionalmente se conservar en el Fondo Reservado." La descripcin del documento es como sigue: Est compuesto por dos hojas tamao carta, escritas por el anverso y reverso. Dirigido al seor general don Juan N. Almonte, gran mariscal de la Corte y ministro de la Casa Imperial. Aparece fechada el 10 de agosto de 1864 en Carmen [Ciudad del Carmen, Campeche]. La caligrafa del texto de la carta no corresponde a la de la firma, lo que es indicador de que no es autgrafa del firmante, sino de algn amanuense. La caligrafa de la firma demuestra que su autor tena poco conocimiento de la escritura, y que tal vez lo nico que saba era escribir su nombre y, por tanto, era de escasa ilustracin. El contenido de la carta es por dems interesante desde dos puntos de vista: primero, porque es en el buen sentido una autobiografa de Narciso Mendoza, en la que proporciona buena cantidad de datos para el conocimiento de su vida, hasta ahora ignorados. Segundo, porque parte de su contenido nos permitir valuar o ratificar la historiografa relativa al sitio de Cuautla, y, en especial, la de su actuacin en La Plazuela de San Diego el 19 de febrero de 1812. La carta de Narciso Mendoza nos presenta la parte ms importante de su vida desde el sitio de Cuautla hasta su estancia en Ciudad del Carmen, en 1864, desde donde la escribe. La mayor parte desconocida, ya que lo ltimo que sabamos de l, y que consigna Bustamante, era que estaba trabajando en la hacienda de Santa Ins, de Antonio Zubieta.[ 13 ] Mas ahora l mismo nos informa: Que abandon Cuautla al salir Morelos, entre las 10 y 11 de la noche, a la derecha del Calvario. Que despus tomaron por el llano de Brcenas rumbo a Anacaplisca (Yecapixtla), y de all al sur. Que estuvo con las tropas de Morelos hasta que ste fue hecho prisionero en Tesmalaca, por las fuerzas de Matas Carranco. Que despus l y sus compaeros de armas se unieron al general Guerrero, pasando de Mezcala a Jonacatln, segn se infiere, hasta la consumacin de la independencia por Agustn de Iturbide, siendo ascendido a coronel de artillera. Que posteriormente estuvo "por todo Yucatn y ahora poco en Tabasco", con las fuerzas imperialistas. Que en Tabasco se dedic a fabricar fuegos artificiales, en donde estaba bajo las rdenes de Manuel Vega y Eduardo G. Arvalo, de las tropas imperiales. Esto es indicador de que particip en el encuentro entre Arvalo y Gregorio Mndez, en el Jahuacatal, lo que decidi el abandono de Tabasco por los imperialistas. Que en seguimiento de dichas fuerzas lleg a Ciudad del Carmen. Que el general Marn, sin duda don Toms, le inform que el emperador Maximiliano lo haba invitado a una celebracin de la independencia en la capital del Imperio. Que se encontraba sin recursos, viejo y cargado de familia, por lo que le peda ayuda para trasladarse a Mxico y despus a su tierra. Que los generales Guerrero e Iturbide lo ascendieron a coronel de artillera. Y que cuando vio a Almonte en Tampico, estuvo a punto de irse con l a los Estados Unidos.En cuanto al segundo punto de vista, veamos qu es lo que Narciso Mendoza nos dice al respecto: [...] tomo la pluma para recordarle [le dice a Juan N. Almonte] que an existe un subalterno de los que militaron a sus rdenes y al mando del seor Morelos que era el jefe de todas las fuerzas en 1812. Recordar vuestra excelencia que cuando fuimos atacados en Cuaucla [ sic ] de Amilpas, hoy Ciudad de Morelos, por el seor general Callejas, yo fui quien dispar el caonazo que vali en gran parte para salir del apuro en que nos encontrbamos, habiendo yo sido herido en este mismo lugar por un dragn enemigo en el brazo izquierdo; y de all result que por tan gloriosa herida se colocara una inscripcin que deca "Calle de San Diego y valor de Narciso Mendoza", por cuya accin fui hecho comandante del caoncito llamado "El Nio", con la dotacin de los Costeitos que tambin estaba bajo las inmediatas rdenes de vuestra excelencia.

En efecto, la carta de el Nio Artillero comprueba que ste particip en el sitio de Cuautla y que fue quien dispar el can que se encontraba en la Plazuela de San Diego, al tiempo que un dragn lo hera en el brazo izquierdo. Hay que hacer notar que no expresa que mat al dicho dragn y menos an que ste fuera el conde de Casa Rul. Esta versin coincide con Bustamante en cuanto al disparo del can, en que fue herido en un brazo y en que no habla para nada de Casa Rul, y tampoco de que del disparo haya muerto el dragn; esto ltimo tal vez lo omiti por pudor. Respecto al escrito de Montero, recordemos que expresa que el conde de Casa Rul muri a consecuencia del caonazo disparado por Mendoza. Esta aseveracin cae por su propio peso al conocer el dicho de la persona que realiz tal hazaa, o sea la carta de Narciso Mendoza que estamos comentando. Los anteriores razonamientos nos obligan a conceder todo el crdito a Carlos Mara de Bustamante, en relacin con Narciso Mendoza, mxime que ste de ninguna manera osara dirigirse en los trminos que lo hizo a una persona como Almonte que haba sido su jefe y quien conoca hasta en el menor detalle los sucedidos del sitio y, en particular, lo de Narciso Mendoza. La conclusin es que, a pesar de que la mayor parte de las fuentes no hablan de Narciso Mendoza, a lo asegurado por Bustamante se le debe conceder crdito, en vista de la ratificacin que contiene la carta de referencia. Sin embargo, podra argirse que la carta es falsa por no mediar un estudio caligrfico, mas considero que esto debe descartarse pues sera sumamente extrao que alguien se tomara la molestia de inventar un documento con ese contenido. Es la carta, adems, una especie de relacin de mritos y servicios de un pobre soldado alejado de su patria chica por la que suspira y adonde desea volver y morir. Todo esto lo hace dirigirse a su antiguo jefe, recordndole lo por l pasado y la lealtad que siempre tuvo a Morelos, su padre. Mas tambin vierte conceptos en contra de los enemigos del imperio, diciendo: jams he pertenecido al sistema vandlico de los que llaman liberales, por ellos estoy aqu pasando trabajos porque lo poco que haba adquirido con mi trabajo personal trabajando fuegos artificiales, lo dej en Tabasco y slo sal, como todos, con lo puesto, por seguir a las tropas imperiales.Al referirse a Maximiliano le llama "nuestro emperador", y en otra ocasin dice, "quiero morir en mi suelo patrio con las insignias de un soldado que no tiene ms que amor a las armas y lealtad a sus jefes y emperador". Es, en fin, esta carta un documento cuya importancia consiste en ratificar el dicho de don Carlos Mara de Bustamante acerca de la actuacin de su autor en el sitio de Cuautla, as como por contener datos biogrficos del mismo. Con lo anterior damos por concluido lo relacionado con Narciso Mendoza en el sitio de Cuautla. Ahora pasaremos a la actuacin de Juan N. Almonte, que anunciamos en el rubro de este ensayo, en virtud de que Mendoza le dice en su carta: tomo la pluma para recordarle que an existe un subalterno de los que militaron a sus rdenes y al mando del seor Morelos [...] recordar vuestra excelencia [...] fui hecho comandante del caoncito llamado "El Nio", con la dotacin de los Costeitos que tambin estaba bajo las inmediatas rdenes de vuestra excelencia. Tales hechos y relaciones entre Mendoza y Almonte nos movieron a atender tambin en este ensayo a la figura del ltimo. Previo al conocimiento de lo hecho por Almonte, consideramos de utilidad conocer su origen, ya que esta circunstancia lo llev a Cuautla. A este respecto, en la causa instruida contra Morelos, en la primera audiencia, a preguntas que se le hicieron, contest: "Hijos, dijo que tiene dos: Juan Nepomuceno y Jos."[ 14 ]En la segunda monicin de la propia causa se asent que: Preguntado de qu edad son los hijos que tiene y si los tuvo en matrimonio o fuera de l, dijo que el primero tiene trece aos -Almonte- y el segundo uno, y ambos los tuvo fuera de matrimonio, porque no fue casado; que el primero lo tuvo en Brgida Almonte, soltera, vecina de Carcuaro, difunta.[ 15 ]En la tercera audiencia de oficio, "Preguntado dnde estn los hijos que tiene, dijo que el mayor, que tiene trece aos lo despach a estudiar en junio de este ao a Estados Unidos".[ 16 ] A este respecto expresa que envi a su hijo a esa nacin con los licenciados Herrera y Zrate porque no haba colegio entre ellos, es decir en el territorio dominado u ocupado por los insurgentes.[ 17 ]Lo anterior lo contest en relacin con la pregunta o acusacin que se le hizo o sea: "que su nimo ha sido -al mandar a Almonte a los Estados Unidos- que su pobre hijo estudie los libros corrompidos, que con tanta libertad corren en dichos Estados, y se forme un libertino hereje, capaz de llevar un da adelante las mximas de su sacrlego padre".[ 18 ]Por otra parte, Morelos, en su contestacin al captulo 10, dijo: que en cuanto a las ideas ridculas de que se le pregunta, nada sabe, y si es sobre la especie que se le ha alumbrado verbalmente, sobre el muchacho a quien llamaban el adivino algunos, asegura que l no tuvo parte en ese error, ni el muchacho era tenido por su hijo aunque en realidad lo era.[ 19 ]Todo lo expresado por Morelos en sus declaraciones ratifica fehacientemente que reconoce que Juan Nepomuceno Almonte fue su hijo y que lo tuvo con Brgida Almonte, de Carcuaro. Esto hace caer por tierra la leyenda de que el apellido Almonte le venan porque cuando exista algn peligro, ordenaba: "llvense al nio al monte". Bustamante, tal vez por pudor, en vista de que Morelos era sacerdote, dice de Almonte lo que sigue: Morelos haba mandado que nadie saliera fuera de las trincheras, orden que se desobedeci por su sobrino, nio de nueve aos, poco ms; ste tena el ttulo de capitn de una compaa de jvenes emulantes en la divisin: estaba provista de todas plazas, y armada de carabinas chicas.[ 20 ]Respecto a esto mismo, Alamn asienta: Tena consigo Morelos en Cuautla a su hijo mayor don Juan Nepomuceno Almonte, a quien en sus declaraciones dijo que llamaba "su adivino," aunque sin explicar el motivo. Para su instruccin o entretenimiento, haba hecho se le formase una compaa de nios de su misma edad, de que lo nombr capitn y era conocida con el nombre de la "Compaa de los Emulantes". Estos nios salan a las trincheras, y una vez condujeron en triunfo a un dragn que hicieron prisionero, aunque l dijo que iba a presentarse a Morelos.[ 21 ]En estos prrafos, de Bustamante y Alamn, encontramos informacin por dems interesante; misma que se ratifica en la carta de Narciso Mendoza, o sea, que Juan N. Almonte, hijo de Morelos, quien contaba 13 aos de edad, fue durante el sitio de Cuautla el capitn o jefe de una compaa llamada de los Emulantes, compuesta por nios ms o menos de su edad entre los que se encontraba el propio Narciso, de 12 aos, y otros llamados los Costeitos, seguramente por pertenecer a una de las castas, provenientes de la costa de lo que es hoy el estado de Guerrero. Alamn hace mencin tambin a que Morelos declar que a su hijo le llamaba "su adivino". Aqu podemos pensar que obr este historiador de mala fe, puesto que Morelos no asegura tal cosa, sino que ya vimos que expresa, "a quien llamaban el adivino algunos". Segn un documento que transcribe Alamn como apndice nmero 22, en la crcel de Cuautla, de orden del general Morelos haba presos dieciocho muchachos, soldados del nio capitn, el que por la noche entr a la azotea con otro, y con reatas sac a cuatro de ellos.[ 22 ]Tales datos, unidos a la carta de Mendoza a Almonte, nos confirman la existencia de una compaa de nios que estaba comandada por el ltimo, a la cual llamaban "de los Emulantes", segn lo consignan Bustamante y Alamn, como ya lo hemos citado. Ahora bien, de dnde viene esa designacin de los emulantes?, a qu se puede atribuir esto? El Diccionario de autoridades da al vocablo emular las siguientes acepciones: "Imitar, seguir el ejemplo de las acciones buenas y heroicas de otros". En este caso el modelo sera Jos Mara Morelos, o bien, "sentir mal de uno, contradecirle y repugnar, o refutar por malas sus operaciones", que bien podra tratarse de Flix Mara Calleja a quien estos nios combatan. Nos inclinamos porque a quien emulaban era a Morelos, por lo que la designacin dada a la Compaa de los Emulantes encajase en la primera acepcin. En cuanto a que a Juan Nepomuceno Almonte lo llamaban "adivino", que Alamn malvolamente dice que Morelos lo llamaba "su adivino", es cosa que ya hemos comprobado que no es exacta. Esta versin, al parecer ingenua, no lo es tanto si traemos a cuento las declaraciones del indio insurgente Jos Marcelino Pedro Rodrguez, segn atestigua Flix de Oya, quien asegur que el acusado dijo: "si quera que lo llevasen a Cuautla despus de muerto dijo que s; pero que quin lo llevaba, y dio a entender que lo podan conducir hasta las inmediaciones del pueblo para que lo viesen y que a esta sazn, pregunt otro que no conoce, si acaso quera que lo llevasen para que lo resucitara el cura, y dijo s". Esto mismo asegur Jubenale Chapela.[ 23 ]Pero Vicente Barrios, subteniente, expres: que habiendo varios que preguntaban al indio -Rodrguez- que para qu quera que lo llevasen a Cuautla despus de muerto, le dijo uno a los concurrentes las siguientes palabras: ser para que lo resucite el nio que tiene el cura y contest secamente que s.[ 24 ]Preguntado el insurgente Jos Marcelino Pedro Rodrguez: acerca del motivo que tenga para querer que lo lleven a Cuautla despus de arcabuceado, dijo: que quera que lo llevasen para que lo viese el cura Morelos, y viera que por su causa andan perdiendo la vida, y reconvenido sobre que diga la verdad, pues hallndose presentes varios oficiales en esta maana dijo pblicamente que quera que lo llevasen a Cuautla, para que lo resucitase el cura, expuso: que no dijo tal cosa y que le atropellaban las palabras por lo que puede que les pareciera que lo haba dicho, y que aunque es cierto que ha odo decir a mandones de Miacatln que el cura hall un nio que resucitaba a los nios a los tres das, l jams lo ha credo, y que sta es la verdad.[ 25 ]Si analizamos estas informaciones, podemos llegar a las siguientes conclusiones: a) Es dable que entre la tropa de Morelos, compuesta en gran parte por gente humilde y por tanto crdula, hubiera corrido la voz de que este general, o su hijo, tuviera el don de resucitar a los que eran muertos por los enemigos. b) Tal creencia pudo haber influido en el nimo de personas tan sencillas y cndidas, de tal manera que, convencidas de que era cierto tal infundio, tuvieran un comportamiento por dems audaz y arrojado ante el enemigo, ya que tal creencia les aseguraba volver a la vida, en caso de morir. A este respecto, Calleja expresa: estrechados por nuestras tropas y afligidos por la necesidad, manifiestan alegra en todos los sucesos, entierran sus cadveres con algazara, bailes y borrachera, al regreso de sus frecuentes salidas cualquiera que haya sido el xito, imponiendo pena de la vida al que hable de desgracias o rendicin.[ 26 ]Pero hay que agregar, adems, que no cabe la menor duda de que, si la tropa de Morelos actuaba con valenta y desprecio de la vida, era en gran parte por la inspiracin que su personalidad ejerca sobre ella, as como por el gran prestigio de que era poseedor en gran parte de la poblacin novohispana. c) Por otra parte, pudo tambin haber sido una falacia del nada recomendable Calleja, el haber hecho propalar tal versin a fin de desprestigiar a la figura de Morelos ante una sociedad tan extremadamente religiosa, dada su calidad de eclesistico, lo que se ratifica cuando en el documento ya citado, contina diciendo: "este clrigo es un segundo Mahoma que promete la resurreccin temporal y despus el paraso con el goce de todas las pasiones a sus fieles musulmanes".[ 27 ]Para finalizar, consideramos que la carta estudiada es un documento que entraa un gran inters en vista de que contiene una autobiografa de Narciso Mendoza y adems ratifica y confirma el dicho de don Carlos Mara de Bustamante. Por otra parte, es tambin importante porque en ella se habla de la participacin de Juan N. Almonte, hijo de Morelos, como capitn de la Compaa de los Emulantes en el sitio de Cuautla, de la que formaba parte el Nio Artillero. Carta manuscrita de Narciso Mendoza.

[ Ver facsimilar A ] [ Ver facsimiar B ]TranscripcinSeor general don Juan N. Almonte, gran mariscal de la Cortey ministro de la Casa Imperial. Mxico. Mi respetable seor Carmen y agosto 10 de 1864 Aunque sin ninguna de vuestra excelencia a qu referirme, tomo la pluma para recordarle que an existe un subalterno de los que militaron a sus rdenes y al mando del seor Morelos, que era el jefe de todas las fuerzas en 1812. Recordar vuestra excelencia que cuando fuimos atacados en Cuaucla [sic] de Amilpas, hoy Ciudad de Morelos, por el seor general Callejas, yo fui quien dispar el caonazo que vali en gran parte para salir del apuro en que nos encontrbamos, habiendo yo sido herido en este mismo lugar por un dragn enemigo en el brazo izquierdo; y de all result que por tan gloriosa herida se colocara una inscripcin que deca "Calle de San Diego y valor de Narciso Mendoza", por cuya accin fui hecho comandante del caoncito llamado "El Nio" con la dotacin de los Costeitos que tambin estaba bajo las inmediatas rdenes de vuestra excelencia. Este encargo desempe hasta que rompimos el sitio entre diez y once de la noche a la derecha del Calvario, donde estaba la mayor parte de la fuerza de mayor confianza del general Callejas, tomando el llano de Brcenas rumbo de Anacaplisca [sic] y de all anduvimos por varios puntos yndonos para el sur. Tendr vuestra excelencia presente que nunca desampar las filas hasta la prisin de nuestro valiente general Morelos en Tesmalaca por el comandante don Matas Carranco que sali de Tepecuacuilco, el mismo que condujo a nuestro desgraciado general Morelos a Mxico, habindonos hallado posteriormente dispersos en el expresado Tesmalaca. Despus tuvimos que unirnos al general Guerrero que estaba al otro lado del ro Mezcala de donde salimos para Jonacatln en donde sostuvimos la causa hasta ver terminado nuestro feliz proyecto, hallndose en unin nuestra el general don Rmulo del Valle quien puede tambin dar razn a vuestra excelencia de m y de mi conducta militar, as como de haber sido pasado por las armas mi desgraciado padre por los espaoles en la salida del sitio referido. Yo he estado por todo Yucatn y ahora poco en Tabasco, siempre sin cometer una defeccin siquiera, porque jams he pertenecido al sistema vandlico de los que llaman liberales, por ellos estoy aqu pasando trabajos porque lo poco que haba adquirido con mi trabajo personal trabajando fuegos artificiales lo dej en Tabasco y slo sal, como todos, con lo puesto por seguir las tropas imperiales. De ello son testigos los seores generales Vega don Manuel y don Eduardo G. Arvalo, los seores Espejo y Adalid, con quienes nos vinimos cuando evacuamos Tabasco. Hoy he sabido, por el seor general Marn, que nuestro emperador hace una invitacin a todos los honrados militares de esa venturosa poca para que concurran a la celebridad de nuestra independencia a la capital del Imperio; pero aunque para m sera el regocijo y placer mayor que pudiera apetecer en el mundo, pues concurrira a tener en esa gran capital la gloria de cooperar a la celebridad de lo que tanto trabajo y sangre nos cost ver realizado, me es por ahora del todo imposible por encontrarme sumamente anciano, cargado de familia y sin recursos como estamos la mayor parte de todos los que militamos en esa poca por [la] que tanto suspiro. Al dirigirme a vuestra excelencia no es otro mi objeto que hacerle presente que mi situacin es bastante desgraciada y por lo mismo le suplico, por nuestra patria y cara independencia, vea si puede conseguir el que se me considere, y que consiga [que] se me den recursos para el transporte mo y de mi pobre esposa y familia para esa capital, porque quiero morir en mi suelo patrio con las insignias de un soldado que no tiene ms que amor a las armas y lealtad a sus jefes y emperador. Recordar vuestra excelencia que, cuando se dieron los ascensos por los seores generales Guerrero e Iturbide, fui nombrado coronel de artillera. Tambin tendr presente que la ltima vez que nos vimos en Tampico vuestra excelencia quera llevarme para los Estados Unidos y razones que no son del caso referir me hicieron no poder aceptar tan buena acogida como aqulla. En fin, sin otra cosa ms que referirle, tengo el honor de ponerme a sus rdenes como siempre, mandando lo que guste a este viejo coronel su subordinado y amigo que atentamente besa su mano. Narsiso Mendosa BIBLIOGRAFA ALAMN, Lucas, Historia de Mjico, Mxico, J. Mariano Lara, 1849-1852. BUSTAMANTE, Carlos Mara de, Cuadro histrico de la revolucin mexicana, comenzada en 15 de septiembre de 1810 por el ciudadano Miguel Hidalgo y Costilla, cura del pueblo de los Dolores, en el Obispado de Michoacn, 5 v., Mxico, Mariano Lara, 1843-1836, t. II, p. 44 y 45. "El criterio realista acerca del sitio de Cuautla", en Vitral de Provincia, n. 4. Cuernavaca, Leopoldo Estrada, febrero de 1934. CHVEZ OROZCO, Luis, El sitio de Cuautla. La epopeya de la guerra de Independencia, Mxico, La Razn, 1931. Diccionario Porra, Mxico, Porra, 1966. Suplemento, p. 229. Almonte, p. 56. DEZ, Domingo, Bibliografa del estado de Morelos, Mxico, Secretara de Relaciones Exteriores, 1933. GARCA, Rubn, y Pelagio A. 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[ 2 ] Lucas Alamn, Historia de Mjico, Mxico, J. Mariano Lara, 1849-1852, t. II, p. 531 y 533. [ 3 ] Carlos Mara de Bustamante, Cuadro histrico de la revolucin mexicana, Mxico, J. Mariano Lara, 1843-1846, t. II, p. 73 y 74. [ 4 ] Lorenzo de Zavala, Ensayo histrico de las revoluciones de Mxico, Pars, Dupont y Languione, 1831, t. I, p. 70. [ 5 ] Carlos Mara de Bustamante, Cuadro histrico de la revolucin mexicana, Mxico, J. Mariano Lara, 1843-1846, t. II, p. 45. [ 6 ] Pablo Mendbil, Resumen histrico de la revolucin en los Estados Unidos Mexicanos, sacado del Cuadro histrico, Londres, R. Ackermann, 1828, p. 112. [ 7 ] Antonio Peafiel, Ciudades coloniales y capitales de la Repblica Mexicana. Estado de Morelos, Mxico, Secretara de Fomento, 1909, p. 125. Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. I, p. 173. [ 8 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. I, p. 173. [ 9 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. I, p. 173. Lucas Alamn, Historia de Mjico, Mxico, J. Mariano Lara, 1849-1852, t. II, p. 492, nota 9.El escrito de Montero se conoce como: Manuscrito de la Historia del sitio de Cuautla, por don Felipe Benicio Montero, capitn del ejrcito del seor Morelos y testigo ocular del sitio. [ 10 ] Lucas Alamn, Historia de Mjico, Mxico, J. Mariano Lara, 1849-1852, t. II, p. 492, nota 9. [ 11 ] Antonio Peafiel, Ciudades coloniales y capitales de la Repblica Mexicana. Estado de Morelos, Mxico, Secretara de Fomento, 1909, p. 134 y 135. [ 12 ] Carlos Mara de Bustamante, Cuadro histrico de la revolucin mexicana, Mxico, J. Mariano Lara, 1843-1846, t. II, p. 42. Lucas Alamn, Historia de Mjico, Mxico, J. Mariano Lara, 1849-1852, t. II, p. 496. [ 13 ] Carlos Mara de Bustamante, Cuadro histrico de la revolucin mexicana, Mxico, J. Mariano Lara, 1843-1846, t. II, p. 45. [ 14 ] "Causa instruida contra el seor cura don Jos Mara Morelos por la Inquisicin de Mxico. 1815", en Morelos, documentos inditos y poco conocidos. Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. II, p. 11. [ 15 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. III, p. 13. [ 16 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. III, p. 15. [ 17 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. III, captulo 16, p. 29. [ 18 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. III, captulo 16, p. 21. [ 19 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. III, captulo 10, p. 28. [ 20 ] Carlos Mara de Bustamante, Cuadro histrico de la revolucin mexicana, Mxico, J. Mariano Lara, 1843-1846, t. II, p. 55. Por otra parte, conviene aclarar que el propio Morelos dice que su hijo Juan Nepomuceno tena 13 aos y no 9, como indica Bustamante. [ 21 ] Lucas Alamn, Historia de Mjico, Mxico, J. Mariano Lara, 1849-1852, t. II, p. 528. [ 22 ] "Documento nmero 22, Parte del alcalde de la crcel de Cuautla de 27 de febrero de 1812", en Lucas Alamn, Historia de Mjico, Mxico, J. Mariano Lara, 1849-1852, t. II, apndice, p. 56. Esta actuacin del nio Almonte es indicadora de cmo Morelos condescenda en las acciones de su hijo hasta el grado de permitirle esas travesuras. [ 23 ] "Proceso del indio Jos Marcelino Pedro Rodrguez", en Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. I, p. 315. [ 24 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. I, p. 316. [ 25 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. I, p. 316. [ 26 ] "Oficio de Calleja al virrey Venegas, etctera, de 24 de abril de 1812", en Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. I, p. 357 y 358. [ 27 ] Morelos, documentos inditos y poco conocidos, Mxico, Secretara de Educacin Pblica, 1927, t. I, p. 358. Estudios de Historia Moderna y Contempornea de Mxico, lvaro Matute (editor), Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Instituto de Investigaciones Histricas, v. 7, 1979, p. 43-65. DR 2006. Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Instituto de Investigaciones HistricasUn hombre llamado Narciso Mendoza: el nio artilleroMauricio Csar Ramrez SnchezEn la batalla del 19 de febrero de 1812, previa al sitio de Cuautla, la participacin de un nio inclin la balanza del triunfo a favor de los insurgentesHay algo que distingue a las revoluciones y a todo movimiento armado: las hazaas de algunos individuos, gracias a las cuales sali de un aprieto el bando en que militaban o se logr un resultado que pareca imposible. Estos hechos se tornan mticos, pues en ellos se mezclan sucesos reales e imaginarios.

Algunas veces llegan a tener un alcance nacional, pero la mayor parte corresponde a una historia regional. Enrique Florescano observa que: "los mitos aceptados por quienes creyeron en ellos, al orlos por primera vez, los conservaron en su memoria y los transmitieron a sus descendientes, quienes a su vez los heredaron a las siguientes generaciones".

En la historia de Mxico abundan estos relatos, que enriquecen y distinguen a cada localidad del pas. As, al visitar la ciudad de Cuautla lo primero que se percibe es la huella que dejara el movimiento zapatista durante la revolucin, pero al recorrerla sus calles y casas nos hablan de los acontecimientos que ocurrieron durante la lucha de independencia.

Ejemplo de ello es la placa que se coloc en la plaza para informar al paseante que slo la campana del Palacio Municipal se salv de ser fundida por las fuerzas de Jos Mara Morelos, cuyo propsito era fabricar balas para repeler los embates de las tropas de la corona.

Cabe recordar que en esta ciudad tuvo lugar un enfrentamiento militar de gran envergadura: Flix Mara Calleja, quien haba derrotado al movimiento que encabez el cura Miguel Hidalgo, se encontraba al mando de las fuerzas realistas; por el lado insurgente Jos Mara Morelos haba logrado imponer disciplina entre sus tropas y formar as un ejrcito organizado. Este enfrentamiento, al que se ha llamado "el sitio de Cuautla", ha merecido la atencin de la mayora de los investigadores interesados en la lucha de independencia y en particular en la figura de Morelos.

En la batalla del 19 de febrero de 1812, previa al sitio de Cuautla, la participacin de un nio inclin la balanza del triunfo a favor de los insurgentes. Antes del encuentro Morelos haba establecido trincheras alrededor de todo Cuautla, y Flix Mara Calleja estaba confiado en que la superioridad de sus fuerzas y su mejor armamento le permitiran tomar la ciudad con relativa facilidad y hacer prisioneros a los jefes insurgentes que all se encontraban. Calleja inici su ataque al amanecer; consider que podra entrar a la ciudad pasando por las fortificaciones de San Diego (por el convento y la iglesia), cuya proteccin se encontraba a cargo de Hermenegildo Galeana.

En la trinchera de El Encanto, que se encontraba desprotegida, las fuerzas realistas vieron la oportunidad de penetrar a la plaza. Sin embargo la historia, o el mito, refieren que un nio de 12 aos llamado Narciso Mendoza dispar un can que se encontraba en la trinchera para contener a las fuerzas realistas que avanzaban hacia la plaza.

Con ello evit la entrada del ejrcito a la ciudad de Cuautla y adems puso sobre aviso a los insurgentes para que acudieran a proteger la trinchera. Aunque con distintas variantes, todas las fuentes se refieren a la accin que llev a cabo Narciso Mendoza, pero ninguna de ellas lo menciona como "El nio artillero", como se le conoce en Cuautla, por lo que se puede suponer que el mote fue producto del imaginario colectivo. As se ha llamado a la estatua erigida en su honor. La importancia de tal acontecimiento radica en que gracias a l se evit que los insurgentes fueran derrotados. Dicha accin heroica la recuerda el corrido que dedic Ral Sols Martnez a la batalla del 19 de febrero de 1812, en uno de cuyos fragmentos dice:As salv heroico NarcisoDe retaguardia un ataqueA la patritica hueste.

Contribuyendo al pico triunfo

Ahora bien, quien conoce un mito suele preguntar qu tanto tiene de real. En 1979 Jorge Gurra Lacroix trat de dar respuesta a esta cuestin; su fuente de mayor peso fue una carta que localiz en el Archivo General de la Nacin fechada el 10 de agosto de 1864. En ella Narciso Mendoza se dirige a Juan N. Almonte para recordarle su participacin en la lucha de independencia y solicitarle su apoyo para salir de los apuros econmicos en que se encontraba.

Actualmente no puede ponerse en duda la existencia de este personaje, y para confirmarla resulta conveniente atender a lo que l mismo dice: "recordar V.E. que cuando fuimos atacados en Cuautla de Amilpas (sic), hoy ciudad de Morelos, por el seor Callejas, yo fui quien dispar el caonazo que vali en gran parte para salir del apuro en que nos encontrbamos".

Llama la atencin que aunque reconoci que l deton el caonazo mediante el cual las fuerzas insurgentes acudieron a la trinchera para repeler el avance de los realistas, no mencion la edad que tena entonces; sin embargo por esas fechas Almonte tena alrededor de 13 aos y algunas fuentes establecen que Mendoza slo contaba con 12. De igual manera en la carta referida Mendoza se presenta como uno de sus subalternos. Por tanto, era parte de la compaa que se encontraba bajo el mando de Almonte y que estaba integrada por menores de edad.

De ello puede inferirse que quienes formaban el contingente eran los hurfanos de la lucha armada. Tal vez por eso ninguna de las fuentes, ni la carta del mismo Mendoza, hagan referencia a los padres de ste. Si tal informacin no fue registrada, menos lo fue una descripcin del personaje, por lo que resultan cuestionables las imgenes que de l se han publicado.

Tal vez la ms antigua sea la que apareci en la obra de Demetrio Meja, Entre el amor y la patria, de 1889. All se ve a la tropa realista avanzando a caballo por una calle de la ciudad. En primer plano aparece la trinchera, con un can al centro y al lado Narciso Mendoza con la tea encendida. ste viste de manta, va descalzo y levanta la mano derecha, posiblemente vociferando para que vayan en su auxilio. En imgenes posteriores se le aument un sombrero de palma, pero se sigui conservando la misma vestimenta. Para los lugareos sas eran las caractersticas de "El nio artillero", a las que debe sumarse que era moreno, como buen hijo del estado de Morelos, y de rasgos toscos.

Puede ser que Narciso Mendoza no fuera as; sin embargo en esa forma se le recuerda en Cuautla y en la historia.Poema a Narciso MendozaEl nio artillero

Nativo del estado de Moreloseste nio fue muy ejemplar,contaba con apenas doce aossin embargo ya era todo un militar.

Del ejrcito infantil formaba parteque cre el Siervo de la Nacin,siendo nio no tema al combatepensando slo en la liberacin.

Cuando a Cuautla sitiaron los realistaslos espaoles no esperaban en la batalla,que con un can olvidado por ellos mismoslos atacara un nio en loable hazaa.

Este hecho hizo retroceder al ejrcito colonialy motiv el regreso de Galeana y Matamoros,por lo que el nio Artillero fue premiadorecibiendo cuatro reales diarios de Morelos.

Una vez consumada la IndependenciaNarciso Mendoza lleg a Teniente Coronel,por Iturbide fue desterrado a Centroamricaregresando aos despus a su tierra natal.

Narciso Mendoza, El nio artilleroquedaste grabado en la historia de mi pueblo,pues tu corta edad no fue impedimentopara combatir con coraje al tirano extranjero.

Durante el Sitio de Cuautla, Narciso Mendoza, el "Nio Artillero", hace retroceder a los realistas.Marzo 5 de 1812

Narciso Mendoza nacido en Cuautla, Morelos, en 1800, pertenece a la tropa infantil Compaa de Emulantes que Morelos organiz en ese lugar y dej al mando de su hijo Juan Nepomuceno Almonte.

Cuando las tropas realistas al mando de Calleja atacan la plaza de San Diego, defendida por Hermenegildo Galeana, ste tiene que replegarse y alguien grita que ha sido derrotado. Hay desconcierto en las fuerzas insurgentes, lo que Calleja trata de aprovechar para tomar la plaza. En medio del desorden, Mendoza ve un can cargado, con la boca dirigida hacia la calle por donde avanzan los realistas y junto a l, una tea encendida. La toma y prende la mecha del can. El estruendo de la explosin y la metralla que cay sobre los realistas los hace retroceder.

Este hecho permitir a Galeana reorganizar sus tropas y esperar la ayuda de las tropas de Morelos, Matamoros y Leonardo Bravo. Despus de la batalla, Morelos le dar a Narciso el grado de alfrez y se convertir en su protector. El sitio de Cuautla ser roto el 2 de mayo de 1812.

Carlos Mara de Bustamante (Cuadro Histrico de la Revolucin Mexicana) recogi as el hecho: Esta voz falsa de alarma produjo tambin funestos efectos en otros puntos, pues afectados de pavor sus defensores abandonaron la artillera, y la plazuela de San Diego casi qued escueta; slo se vio en ella a un muchacho de doce aos llamado Narciso: vnose sobre ste un dragn que le tir un sablazo y le hiri un brazo; no tuvo este nio ms efugio que afianzarse con una mano de un palo de la misma batera y con la otra tomar la mecha que estaba clavada en el suelo, dio casi maquinalmente fuego al can, que disparado en el momento ms oportuno mat al dragn que le acababa de herir y contuvo al enemigo que avanzaba rpidamente. Con tan fausto e inesperado suceso, volvi a su puesto Galeana, y qued restablecido el orden. Despus de la accin, Morelos hizo que le llevasen a aquel jovencito, a quien asign una pensin de cuatro reales diarios, que percibi hasta que se evacu la plaza. "

Despus de la independencia, Mendoza llegar a ser teniente coronel del ejrcito mexicanoEn la Avenida Morelos de la ciudad de Cuernavaca hay un monumento en una pequea glorieta que recuerda el acto heroico del "Nio Artillero".

Doralicia Carmona: MEMORIA POLTICA DE MXICO.

El sitio de Cuautla es legendariamente clebre, no slo en la historia de la guerra de la independencia de Mxico, sino en la historia de las guerras del mundo... Es una siniestra epopeya hermana de las que cantan los nombres famosos de Cartago, Sagunto, Numancia...

Entre los episodios heroicos que origin aquel combate sin tregua de setenta y dos das, se destaca la accin del valiente nio Narciso Mendoza, conocido en la historia mexicana con el nombre de El Nio Artillero.

Cuatro mil hombres bajo las rdenes de Morelos ocupaban el pueblo de Cuautla -algunos centenares de casuchas de barro y paja, apenas ligadas en torno de dos fuertes edificios de mampostera, defendidas por una artillera dbil, malamente servida-, a punto de ser atacado por ocho mil soldados veteranos, bien armados, con poderosa artillera, que venan de realizar una campaa victoriosa sobre las fuerzas hermanas de las que ahora iban a combatir.

El 19 de febrero de 1812 a las siete de la maana se inici el ataque de las fuerzas realistas contra las trincheras que los patriotas haban abierto para la defensa del pueblo. La lucha se empe con sin igual ardor por ambos bandos: de los dos lados se suceden los actos de arrojo, parece que ninguno de los combatientes quisiera ceder a su enemigo la palma del herosmo; puede pensarse que una suerte de emulacin trgica invita a unos y a otros a hacer abnegada ofrenda de sus vidas.

De sbito, entre los grupos de vecinos que conducen municiones a la barricada que defenda la bocacalle de San Diego, surge el grito de:

-Ya nos derrotaron...! Vamonos ...! Vamonos...!

Y los escasos servidores de la defensa vacilan, son presa del pnico y, desobedeciendo la voz de sus jefes inmediatos, huyen, abandonando la fortificacin que haban jurado defender hasta el ltimo aliento.

Entonces, los dragones realistas, sabiendo que la barricada est abandonada, embisten al galope de sus caballos, cayendo sobre ella en apretados pelotones...

Cuentan los testigos presenciales que, en el preciso instante de aglomerarse ante su mole para ir a coronarla y tomar la plaza, un humilde nio, llamado Narciso Mendoza, que haba observado sombramente el drama desde un montn de escombros, sabiendo que un can haba quedado cargado, muerto un artillero, prfugos los otros, en un espontneo arranque de patriotismo, y con total despego de la vida, corri a la mecha y, sin vacilar, le dio fuego... La compacta muchedumbre enemiga fue barrida de un golpe; creyendo que la fuga haba sido un ardid de los defensores, los dragones que quedaron con vida volvieron grupas y se alejaron al galope del parapeto fatal.

Ya por entonces, rechazados algunos ataques parciales en otras partes, Morelos llegaba con tropas de refresco. stas penetraron en las defensas y luego se desparramaron por las casas en escombros, dando muerte a los pocos atacantes que se haban hecho fuertes en ellas; cuando poco despus los realistas intentaron un ltimo asalto, desembocaron por su flanco gruesos pelotones de caballera insurgente que, amenazando cortar sus comunicaciones, los obligaron a una rpida retirada.

A las tres de la tarde y en tanto se retiran del pueblo maltrechas y heridas las fuerzas atacantes, luego de dejar en tierra lo ms bravo y audaz de su gente, el heroico Nio Artillero se recogi a su rancho a buscar, entre los suyos, alimento y descanso.

jueves 21 de abril de 2011 Sociedad Reivindican en libro a El nio artilleroReivindican en libro a El nio artillero

RODOLFO VALADEZ LUVIANO

Tecpan, 20 de abril. Uno de los objetivos de esta obra es desnudar la imagen de dos personajes que la historia registra hasta ahora como un mito, Narciso Mendoza El nio artillero y Francisco Ayala, a quienes pretendemos otorgarles un reconocimiento por su valiosa participacin durante el rompimiento del sitio de Cuautla y que la historia del adeuda, puntualiz el escritor, Arturo Ros Ruiz al presentar su libro El nio de Morelos, en su tierra natal Tecpan.

Al hablar del contenido de su ms reciente creacin literaria, Ros Ruiz dijo que el libro narra la forma en que un pequeo can llamado El nio, el cual fue entregado al ejrcito del general Jos Mara Morelos y Pavn, form parte de los momentos ms importantes de la Guerra de Independencia, as como en el rompimiento de los sitios de Cuautla, Acapulco, Huajuapan, entre otros, al grado de ser considerada la primera pieza de artillera del ejrcito insurgente.

Los comentarios sobre el libro fuero hechos por el catedrtico de la Unidad Acadmica 6 de esta ciudad, Cruz Barrera Fernndez quien calific al autor de ser perseverante en cuanto a los temas que decide abordar, muchos de ellos relacionados con la historia de la tierra que lo vio nacer y en los que refleja su deseo porque la sociedad reconozca el alto valor que tuvieron las intervenciones durante la lucha por liberar al pas del dominio espaol de los hroes nacidos en Guerrero, a quienes an la historia no les ha dado su valor verdadero.

Parte de ese reconocimiento, declar en su intervencin el escritor, es el que busco darle a otros valientes personajes, que aunque tuvieron una participacin corta durante algunas batallas de aquella poca, sus acciones fueron definitivas y fundamentales para las victorias conseguidas por los comandados por Morelos, como Narciso Mendoza El nio artillero y Francisco Ayala, que poco se sabe de sus vidas.

Es necesario que escritores como Arturo den a conocer sus obras porque ofrecen otros panoramas que nos muestran la historia de una manera muy diferente a como nos la han enseado en la escuela y que muchas veces no es la real, manifest el alcalde Nadn Torralba Meja al comentar el libro.

Al referirse a la obra, en entrevista para La Jornada Guerrero, el tambin periodista expuso que hasta ahora el can forma parte de la historia de la guerra de Independencia, pero desde que se us por ultima vez durante el rompimiento del sitio de Cuautla nadie se haba preocupado por averiguar en donde estaba, se saba de su existencia y la importancia que tuvo, pero si preguntamos donde est, nadie daba una respuesta certera.

Abund que la investigacin que lo llev a dar con el sitio donde se encuentra el pequeo can y que est contenida en el texto, parte del primer encuentro que tuvo con el can usado por el ejrcito de Morelos, el cual se dio de forma fortuita despus de entrevistar a Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec, en la ciudad de Mxico, y cuya especialidad es la historia de Emiliano Zapata y quien al conocer mi inters por la historia de Hermenegildo Galeana, me dijo que el nio se encontraba en ese lugar.