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Museo Arqueológico Nacional Departamento de Difusión Serrano, 13. 28001 Madrid. Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840 http://man.mcu.es MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL BIBLIOGRAFÍA: • BLÁZQUEZ, J. M. (2004-2005): “Historiografía de la Dama de Elche”. Lucentum 23-24, págs. 61-88. • OLMOS, R. y TORTOSA, T. (Eds.) (1997): La Dama de Elche. Lecturas desde la diversidad. Colección Lynx. • RAMOS FERNÁNDEZ, R. (1995): El templo ibérico de la Alcudia. La Dama de Elche. Elche. • VIVES BOIX, F. (2000): La Dama de Elche en el año 2000. Análisis tecnológico y artístico. Ed. Tilde. Valencia. • VVAA (1997): Cien años de una Dama. Museo Arqueológico Nacional. Madrid. • VVAA (2006): Iberia, Hispania, Spania. Una mirada desde Ilici. Ministerio de Cultura Publicaciones. Madrid. Texto original: Mar Gabaldón, marzo 2009 Revisión del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández (Dpto. de Difusión) DAMA de Elche la iberica la propiedad de tales adornos. En este sentido, la escultura representa- ría a algún personaje regio o de la aris- tocracia adornado para una ocasión especial y, por tanto, podría tratarse de una sacerdotisa o una oferente, como ocurre con otras damas ibéricas, inter- pretadas como tales. El hecho de que en el mundo antiguo (incluso en la actua- lidad) los tocados y el uso de velos o mantillas, como la que le cae a la Dama por la espalda, estuvieran vinculados con los rituales religiosos y los santua- rios apuntaría hacia esta dirección. Por otro lado, si se admite plenamente el carácter divino de la Dama de Elche e incluso su representación de cuerpo entero y entronizada, se la relacionaría con distintas diosas, también entroni- zadas, y relacionadas con la maternidad y la fertilidad, como la egipcia Isis, la púnica Tanit o la griega Deméter o, incluso, como la ibérica Dama de Baza. Lo que sí es cierto es que ninguna otra de las esculturas halladas en Elche alcanza la perfección de la Dama. Además, el hecho de que haya llegado hasta nosotros casi intacta, gracias a las losas de piedra que la cubrían y otras precauciones que ya en la Antigüedad se habían tomado para protegerla y evitar su destrucción, sugiere el gran aprecio que los antiguos ilicitanos tenían a la imagen. Su enorme valor explicaría también que después de su uso como imagen de culto, quizá ubicada en un templo de la ciudad, fuera posterior- mente reutilizada, una vez convertida en busto, como urna cineraria, al igual que el trono de la Dama de Baza. Protohistoria Tesoro a tesoro: descúbrelos

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Page 1: MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL - MAN7f57f579-611c-4cd0-9766-97de4894c64f/man-pieza-mes... · boda, e incluso que es una representa-ción masculina, concretamente del dios Apolo. Por

Museo Arqueológico NacionalDepartamento de DifusiónSerrano, 13. 28001 Madrid.

Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840http://man.mcu.es

MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL

BIBLIOGRAFÍA:• BLÁZQUEZ, J. M. (2004-2005): “Historiografía de la Dama de Elche”. Lucentum 23-24, págs. 61-88.

• OLMOS, R. y TORTOSA, T. (Eds.) (1997): La Dama de Elche. Lecturas desde la diversidad. Colección Lynx.

• RAMOS FERNÁNDEZ, R. (1995): El templo ibérico de la Alcudia. La Dama de Elche. Elche.

• VIVES BOIX, F. (2000): La Dama de Elche en el año 2000. Análisis tecnológico y artístico. Ed. Tilde. Valencia.

• VVAA (1997): Cien años de una Dama. Museo Arqueológico Nacional. Madrid.

• VVAA (2006): Iberia, Hispania, Spania. Una mirada desde Ilici. Ministerio de Cultura Publicaciones. Madrid.

Texto original: Mar Gabaldón, marzo 2009 Revisión del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández (Dpto. de Difusión)

DAMAde Elche

la iberica la propiedad de tales adornos.En este sentido, la escultura representa-ría a algún personaje regio o de la aris-tocracia adornado para una ocasiónespecial y, por tanto, podría tratarse deuna sacerdotisa o una oferente, comoocurre con otras damas ibéricas, inter-pretadas como tales. El hecho de que enel mundo antiguo (incluso en la actua-lidad) los tocados y el uso de velos omantillas, como la que le cae a la Damapor la espalda, estuvieran vinculadoscon los rituales religiosos y los santua-rios apuntaría hacia esta dirección.

Por otro lado, si se admite plenamenteel carácter divino de la Dama de Elche eincluso su representación de cuerpoentero y entronizada, se la relacionaríacon distintas diosas, también entroni-zadas, y relacionadas con la maternidad

y la fertilidad, como la egipcia Isis, lapúnica Tanit o la griega Deméter o,incluso, como la ibérica Dama de Baza.

Lo que sí es cierto es que ninguna otrade las esculturas halladas en Elchealcanza la perfección de la Dama.Además, el hecho de que haya llegadohasta nosotros casi intacta, gracias a laslosas de piedra que la cubrían y otrasprecauciones que ya en la Antigüedad sehabían tomado para protegerla y evitarsu destrucción, sugiere el gran aprecioque los antiguos ilicitanos tenían a laimagen. Su enorme valor explicaríatambién que después de su uso comoimagen de culto, quizá ubicada en untemplo de la ciudad, fuera posterior-mente reutilizada, una vez convertidaen busto, como urna cineraria, al igualque el trono de la Dama de Baza.

Protohistoria

Tesoro a tesoro: descúbrelos

Page 2: MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL - MAN7f57f579-611c-4cd0-9766-97de4894c64f/man-pieza-mes... · boda, e incluso que es una representa-ción masculina, concretamente del dios Apolo. Por

El hallazgo de la Dama de Elche, probable-mente imagen de una importante divini-dad femenina, ayudó a dar personalidadpropia a la cultura ibérica y a establecerciertos cánones que, aunque identifica-dos con el mundo mediterráneo,comenzaban a configurar el arte ibérico.

El descubrimiento de la Dama de ElcheLa Dama de Elche entró en las páginas de lahistoria de la Arqueología española eldía 4 de agosto de 1897, cuando fuehallada casualmente en el yacimiento dela Alcudia, la antigua ciudad de Ilici(Elche, Alicante), en un escondrijohecho con losas y adosado a la muralla,al este de la ciudad. Seguramente, ésteno era el lugar donde estuvo originaria-mente, sino que se trataba de una ocul-tación para librarla de algún peligro.Una vez descubierta, fue adquirida porel hispanista francés Pierre Paris y lleva-da al Museo del Louvre. En 1941, trasalgunos avatares, pudo regresar aEspaña junto a otras obras de arte;desde 1971, esta emblemática pieza esuno de los más destacados tesoros delMuseo.

Las circunstancias descritas respecto alhallazgo no facilitan la interpretaciónde la pieza. Sin embargo, según lo pocoque ha podido saberse del contextoarqueológico en el que se halló, seencontraba en un nivel cronológica-mente tardío, quizá romano republica-no, con respecto a la cronología que sele atribuye siguiendo criterios estilísti-cos, técnicos y formales: finales delsiglo V – principios del IV a. C.

Un busto femenino ricamente ataviadoSe trata de un busto femenino de 56centímetros de altura, de alta calidadtécnica y tallado en piedra caliza porosade tonos ocres. Nunca ha sido restaura-do y aún conserva tierra adherida y res-tos de pintura roja en los labios, asícomo otros vestigios pictóricos visiblesen diversas zonas del manto, la mantilla

y la toga, que son cuanto queda de lapolicromía original de la pieza y quehacen pensar que toda ella estuvo pinta-da, al igual que las esculturas griegas y laDama de Baza.

- El tocado. La escultura representa auna mujer ricamente ataviada y enjoya-da, de facciones muy perfectas, posible-mente idealizadas. Los ojos de formaalmendrada, que recuerdan a los de laskorai griegas, tienen el iris inciso paraincrustar en ellos posiblemente pastavítrea, que en su momento daría mayorveracidad a su mirada. Presenta untocado muy suntuoso en el que destacana ambos lados del rostro dos grandesrodetes, probables estuches metálicosque recogerían el cabello en espiral.Estas ruedas están decoradas con seriesde cuentas y motivos florales, y en loslados exteriores se componen de unumbo y de unas varillas dispuestasradialmente. Para sujetar este aparatosotocado, los rodetes se unen por encimade la cabeza por medio de una piezasuperior a modo de tirante. En la carainterior de los rodetes y junto al rostrocuelgan unos adornos consistentes endos roleos o volutas superpuestas, de losque penden varios cordones largosrematados en sus extremos por colgan-tes con forma de anforilla. Asimismo,cubre su cabeza con una tiara puntiagu-da, quizá montada sobre una especie depeineta o un gorro rígido o mitra, yencima un mantilla sobre la que se ciñeuna amplia diadema o cofia adornadacon tres filas de cuentas.

- El vestido y los adornos. Va vestida contres prendas: una fina túnica cerrada alcuello con una pequeña fíbula del tipoanular hispánica, sobre ella una togaque cruza el pecho desde el hombroizquierdo y, sobre ambas un manto quese abre en pliegues rígidos y triangularespara que se puedan ver los collares queluce. Uno de ellos, de doble vuelta,tiene cuentas agallonadas y colgantes

con forma de anforilla; del segundo delos collares penden al menos tres meda-llones de tipo lengüeta, consideradostradicionalmente como portamuletos obullae, que serían piezas probablementede metales ricos, como el oro, llevadaspor las mujeres de la aristocracia tarté-sica e ibérica, como puede observarse enel conjunto de joyas del Tesoro de la Aliseda(Cáceres), en los collares que lleva laDama de Baza (Granada) o en los adornosde algunos exvotos ibéricos femeninosde bronce y de piedra que pueden verseen el Museo.

Este atuendo y la orfebrería de tipoorientalizante que luce la Dama de Elche,reflejo de la moda ibérica, tienen susparalelos en el Mediterráneo, tanto enel mundo itálico como en el griego,donde las joyas de las estatuas no eranmeros adornos estéticos, sino tambiénobjetos de contenido simbólico como,por ejemplo, amuletos.

Las grandes incógnitas de la Dama de ElcheEl exquisito tratamiento y riqueza de laparte delantera de la escultura contrastacon la espalda lisa, donde se trabajó unatosca cavidad de 18 cm. de diámetrocuya funcionalidad ha sido discutida endiversas ocasiones. ¿Sirvió como urnapara contener los restos de la cremaciónde un difunto, o como relicario odepósito de ofrendas, como caja deresonancia, o sencillamente para fijaralgún elemento de suspensión? Esposible que ésta y otras tantas incógnitasen torno a la Dama no sean nunca desve-ladas, debido al carácter fortuito de suhallazgo. Sin embargo, gracias a losconocimientos que tenemos en laactualidad sobre el arte ibérico, en par-ticular de la escultura, y sobre la reli-giosidad de esta cultura prerromanapodemos intentar su interpretación.

Lo cierto es que, desde su descubri-miento, este tesoro de la escultura ibé-rica ha recibido varios calificativos y ha

sido descrita por numerosos especialis-tas. De ella se ha dicho que es la imagende una diosa, de una importante sacer-dotisa, de una dama de la aristocraciaibérica, de una novia ricamente atavia-da con los elementos de su dote deboda, e incluso que es una representa-ción masculina, concretamente del diosApolo. Por otro lado, por su aspectoformal y calidad de labra se ha llegado ainterpretar como una escultura deépoca romana e incluso como una falsi-ficación del siglo XIX.

Respecto a su composición escultórica,algunos investigadores opinan que setrata y siempre se ha tratado de unbusto, pese al corte traumático e irregu-lar de la base; otros piensan que conti-nuaba hacia abajo como herma o comocuerpo completo de pie o sedente, enuna silla o trono, como la Dama de Baza.También se ha desarrollado una sugesti-va interpretación, según la cual se trata-ría de la copia en piedra de una originalestatua de madera. De este modo, enorigen, la Dama de Elche pudo ser unaestatua de vestir de una divinidad a laque se añadían joyas y ropajes según laocasión y la ceremonia, y que posterior-mente fue reproducida fielmente enpiedra.

¿Dama o diosa?Por lo que se refiere a su carácter divinoo humano, es una cuestión relacionadacon la hipotética funcionalidad de laescultura. De todos modos, en el mundoantiguo debió de ser frecuente queambos aspectos en algunos momentosquedaran fusionados. Por ello, es posibleque aún queriendo representar a unadivinidad, se basaran en un personajereal.

Si admitimos su condición humana, lasjoyas y ornato del tocado serían un claroindicador de estatus social, evidente-mente alto por el poder adquisitivo quesuponía en una sociedad antigua como