¿Por qué Mujeres? ¿Por qué niños?

¿Qué dice la fotografía de esta mujer amamantando en la guerra?

Fotografía 1. Mujer vasca de bajos recursos con sus hijos, desplazada, esperando cruzar la frontera.

Susan Sontag afirma: que la guerra es un juego de hombres; que la máquina de matar tiene

sexo y es masculino1. ¿Por qué si la guerra tiene sexo y es masculino, las mujeres y los niños

tienen que sufrir los ataques? ¿Qué muestran las fotografías de mujeres amamantando?

¿Quién muere a manos de quién?

La imagen de la fotografía uno representa a una de las muchas mujeres con sus hijos

que sufrieron la sangrienta guerra civil española. Los hombres son los protagonistas

principales de dicha guerra y su estrategia. Uno de sus botines de guerra es apropiarse del

cuerpo de la mujer con toda la brutalidad para hacer notorio su triunfo sobre el territorio, la

ideología, la etnia y si esta violación procrea hijos, la conquista es total. Pero no acarrea

solamente violación sexual, también genera mutilaciones físicas, además de los

desplazamientos, la separación, la pérdida de miembros de la familia y los medios de

subsistencia. Este desplazamiento incrementa la vulnerabilidad de las mujeres y de sus hijos,

ya que esta situación crea dificultades para procurarse los alimentos, el agua, la atención

médica y por supuesto el acceso a los servicios de salud. Además “las mujeres y los niños son

1 Virginia Woolf, citada por Susan sontag, Ante el dolor de los demás, España, Santillana, 2003, p. 14.

1

las principales víctimas de los conflictos armados que existen en el mundo. Así se desprende

del informe Vidas y cuerpos de mujeres: las víctimas no reconocidas de la guerra, realizado

por Amnistía Internacional (AI) para denunciar la situación de las mujeres en los países en

conflicto, con motivo de la celebración, el ocho de diciembre de 2004, del Día Internacional

de los Derechos Humanos”2.

La situación de las mujeres de bajos recursos económicos que sufrieron la guerra civil

española de los años treinta, no puede ser comprendida si no miramos su historia. Eran

víctimas de un sistema patriarcal, sometidas al hogar y si trabajaban, a una división de género

y de clases, recibían salarios más bajos que los hombres y trabajaban en tareas arduas. El

abuso contra las mujeres se debía a la falta de oportunidades, como a la enseñanza pública que

era casi nula, tenían más problemas aún cuando se trataba de la educación superior. La

educación estaba monopolizada por la Iglesia Católica, tenía una gran influencia y dominaba

todos los aspectos de la vida cotidiana, y ésta no se interesaba por educarlas, ya que eran

pobres, sólo tenían que ser madres y excelentes amas de casa. La educación religiosa y

conservadora que habían recibido, las marginó y clasificó en un papel determinado a lo largo

de la historia. “A comienzos del siglo XX un 71% de la población femenina de España era

analfabeta por un 55,57 % de hombres que no sabían leer ni escribir. La situación mejoró

hacia 1930 (47,5% de analfabetismo femenino y 36,9 % de masculino)”.3 Seguía la desventaja

femenina.

Según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR

siglas en inglés), “las mujeres en situaciones de guerra son sometidas a prácticas

discriminatorias que van desde recibir menores raciones de comida hasta la negación de

2 http://www.consumer.es/web/es/solidaridad/2004/12/10/113242.php

3 Ibidem.

2

asistencia médica o el despojo de sus bienes. Durante los conflictos las obligan a atender

heridos y enfermos, muchas veces quedando contagiadas y excluidas de recibir ayuda o

asistencia médica cuando la necesitan”4.

No obstante, las imágenes de mujeres en la guerra son un oxímoron; porque una

fotografía de una mujer amamantando representa la vida, la ternura, la protección, el hogar de

la familia, el futuro y la continuidad de la progenie. Sin embargo se contradice cuando vemos

en la fotografía número uno, a una mujer desplazada, vasca y republicana de bajos recursos,

amamantando a su hijo en la calle, al lado de un pequeño que no se sabe si está muerto, esta

imagen prueba la agresión, la violencia, la destrucción de la familia y del hogar, y la muerte

causada por los bombardeos en septiembre de 1936, en el primer exilio republicano. Dicha

fotografía representa la realidad que vivieron muchas mujeres; en la calle, tristes,

hambrientas, enfermas, más vulnerables a la guerra, y amenazadas de ser despatriadas.

Las fotografías de mujeres amamantando en la guerra muestran parte de la realidad a

quienes no la han vivido nunca. Sin embargo quien acepte que la guerra es justa, “podría

responder que las fotografías no ofrecen prueba alguna, ninguna para renunciar a la guerra”.5

Empero, las fotografías son un testimonio real, que muestran la barbarie que vivieron en la

guerra las mujeres con sus hijos.

No sólo existen las mujeres que se dedicaron a ser amas de casa, a tener hijos y

atender a la familia, también existen las mujeres, guerreras, que apoyaron a la Segunda

República Española. Se organizaron, aún antes de la Guerra Civil de forma clandestina o

como un ideal a voces. En el exilio, en las cárceles y en las calles. Las mujeres identificadas

como rojas a partir de la Guerra Civil española, fueron relegadas y olvidadas por sus

familiares, y el gobierno les hizo pasar por todas las formas de la ignominia. Pero todas esas

4 http://www.amnistiainternacional.org/5 Sontag, Susan, Ante el dolor de los demás, España, Santillana, 2003, p. 20.

3

injusticias no impidieron que las mujeres guerreras se opusieran y se revelaran al gobierno

Franquista, como lo muestra la imagen número tres, que señala a una mujer del partido

comunista con su hijo en brazos, presionada y amenazada por la iglesia y los franquistas, pero

luchando contra dicho régimen por sus derechos, por defender a los presos políticos, sus

ideales, para llevar el pan a su familia. Asimismo, nos da una imagen distinta la fotografía

cuatro de Dolores Ibárruri Gómez, llamada la Pasionaria, ya que jugó un papel protagónico al

ser dirigente del partido comunista español, nace en 1895 en Gallarta, Vizcaya en Madrid, en

el seno de una familia pobre y numerosa. Estas famosas frases: "No pasarán y el pueblo

español prefiere morir de pie que vivir de rodillas", se convirtieron durante la Guerra Civil en

una consigna entre los republicanos que querían impedir el paso de los fascistas. Estas

mujeres son una ruptura respecto a las víctimas de guerra, que tuvieron la necesidad de

liberarse de todo esto, para después ocuparse de los problemas de la dominación sexual a la

que estaban sometidas.

Fotografía 3. Frente popular Fotografía 4. La Pasionaria

Debido a lo antes mencionado, las mujeres demandaban una forma de vida diferente y

empezaron a hacerse escuchar paulatinamente desde el siglo diecinueve. Eso se debía al

4

nuevo rol desempeñado por el naciente desarrollo industrial del país, que les permitió

emanciparse y pasar de sus trabajos domésticos al espacio público de la producción, a la

política y el cambio social. Todas estas experiencias de vida les ayudaron para desarrollarse, y

tener conciencia de la desigualdad e injusticias sociales que vivieron.

Las mujeres formaron un grupo social, demandaron equidad de derechos políticos y

lucharon contra la ignominia y por la Segunda Republica, como Las Trece Rosas Rojas, es el

nombre que se les dio a las trece jóvenes, siete de ellas menores de edad, pertenecientes a las

Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), que defendieron la legitimidad de la Segunda

República.

Fotografía 5.

El gobierno franquista las llamó despectivamente “Rojas”, fueron elegidas para morir,

de entre las cuatro mil presas, amontonadas en la cárcel de Ventas de Madrid. Las fusilaron

en Madrid el cinco de agosto de 1939 al finalizar la guerra. Algunas de ellas dejaron hijos

huérfanos y mutilados a los que no se les tomó en cuenta el derecho a la atención médica y

menos a una indemnización.

Fotografía 6. Mujer refugiada con su hijo en el metro de Madrid en la explosión de un depósito de municiones.

5

Fotografía 7. Mujer con su hijo recién nacido, refugiada en el metro de Madrid, en la explosión de un depósito de municiones.

La fotografía número seis y siete muestran las imágenes de las mujeres con sus hijos

que huyendo de los bombardeos, buscaron amparo en los refugios construidos en el metro.

Este medio de transporte fue muchas veces seguro para la población civil española, pero

también fue trampa letal, cuando un ataque al metro hizo estallar un depósito de municiones

que afectó a varias estaciones de metro, con decenas de muertos y heridos. Así también dicha

barbarie se muestra con la imagen número siete de una mujer que acababa de parir en el

refugio. Estas fotografías de mujeres en el piso, asesinadas por los soldados, al lado de sus

hijos también muertos son la evidencia en la memoria de la gente, cuando muestran la

tragedia que vivieron las madres amamantando a sus hijos, con sus esperanzas rotas, de luto,

llorando y sin poder enterrar a sus muertos. Hasta hoy las fotografías son un medio para

conmover a la gente y no debieran darle fuerza al belicoso colectivo masculino.

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Así pues, considero que las guerras no son necesarias, que mujeres y niños no deben

ser las víctimas.

Las mujeres no escaparon de la muerte ni del dolor injusto causado por la guerra.

Sufrieron violaciones, miseria alimenticia, enfermedades, mutilaciones físicas por los

bombardeos, que eran el menú diario del todo Madrid. En cambio, lograron organizarse y

lucharon en busca de mejores condiciones de vida, más justas, más humanas. Lograron un

nivel de independencia económica, legal y sexual mayor que nunca. También dejaron como

legado la muestra de su gran valor y coraje, teniendo la esperanza de crear una sociedad más

consciente, y aunque su lucha las llevó a la muerte, forjaron la pauta del despertar femenino y

enseñaron que hay posibilidad en la medida de que cada vez sean más mujeres conscientes y

organizadas para cambiar una realidad social, que está en manos de los hombres, por una más

incluyente y participativa, para las mujeres.

Estas fotografías son muy importantes por su contenido simbólico que representa la

madre amamantando a su hijo. Preserva la historia, una historia que duele y sin embargo se

sigue repitiendo, hablan del dolor del pasado, ojalá que al observarlas ahora pudieran

conmover y alertar para no permitir que esas atrocidades se sigan repitiendo.

Así pues, la dañada vida de las mujeres se puede recuperar si se organizan, y dejan de

ser sumisas con los hombres. Las mujeres son sociales y guerreras, están dotadas de gran

fuerza y resistencia. También son muy intuitivas. Defienden a sus hijos y a sus parejas. Son

expertas en el arte de adaptarse a cualquier circunstancia, son valientes. Sin embargo, han sido

perseguidas y hostigadas por ser tímidas y creer que valen menos que sus denigradores.

Las mujeres son guerreras; luchan por defender a sus hijos, por proporcionarles lo que

necesitan para sobrevivir, por la progenie; como el amamantar a sus hijos. La mujer guerrera

sigue viva, no ha muerto, debe quebrantar las normas establecidas por el colectivo masculino

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y luchar con todas sus fuerzas para seguir viviendo y no seguir siendo el blanco de los

hombres. Las mujeres guerreras tienen el mismo derecho que los hombres a crecer y

prosperar. Cuando las mujeres reafirman su relación con su naturaleza guerrera, observan que

son conocedoras, creadoras, inventoras, inspiradoras y hacedoras de vida. La mujer guerrera

representa la fuerza que sostiene a todas las mujeres. No las dejen caer. Todas son guerreras.

¿Hasta cuando dejarán de ser víctimas del poder masculino, de la guerra, las mujeres y los

niños?

¿Por qué mujeres? ¿Por qué niños?

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Bibliografía

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(2002) Paracuellos: como fue. La verdad objetiva sobre la matanza de presos en Madrid en

1936. Ian Gibson Ed. Temas de Hoy (2005) Terror en las cárceles de Madrid Javier Cervera Gil. Historia 16 Nº 258 1997. Madrid. http://www.xuliocs.com/CPeyroux/natalen.pdfhttp://www.nodo50.org/tortuga/

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