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RESUMEN Estudio sobre experiencias adversas y fortalezas familiares en la niñez

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RESUMEN

Estudio sobre experiencias adversas y for talezas familiares en la niñez

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La violencia y la injusticia se replican de generación en generación, desde una cultura de crianza patriarcal, deshumani-zante y opresora, sustentada por rela-ciones de poder asimétrico y autoritario que controlan la niñez desde el miedo y el dolor, que marcan sus vidas con experien-cias adversas que menguan su desarrollo humano y social.

Desde la ciencia se han realizado estudios para explicar cómo las experiencias adversas durante la niñez pueden conver-tirse en un potente mecanismo de trans-misión intergeneracional de la violencia.

En 1998, los doctores Viencent Felitti y Robert Anda publicaron el primer estudio sobre Experiencias Adversas durante la Niñez (EAN), que permitió relacionar por primera vez el estrés crónico y tóxico, experimentado durante los primeros 18 años de vida, con siete de las diez causas más frecuentes de morbi-mortalidad de adultos de Estados Unidos (Fellitti, 1998).

El estudio original clasificó las EAN en siete categorías; tres relacionadas con el abuso (físico, sexual, psicológico) y cuatro vinculadas con las dinámicas disfuncion-ales de las familias1. Subsecuente, se han

añadido tres categorías a las EAN inicial-es: negligencia emocional, negligencia física y abandono.

El estudio EAN demostró, que cuando el estrés tóxico está presente en las expe- riencias de socialización de los niños y niñas, ellos y ellas se vuelven hipersen- sibles a cualquier estímulo, y tienden a generalizar las experiencias de miedo, al clasificar estímulos no adversos como tales.

Lo anterior resulta en cambios epigenéti-cos, en la regulación de los genes de las hormonas del estrés, causando que los niveles basales de cortisol siempre estén aumentados, aun en situaciones no estre-santes (Jackson, 2016). Estos cambios son más factibles cuando los niños y niñas que enfrentan experiencias adversas, también carecen de una red de apoyo, con capaci-dad de contenerlos, animarlos y acom-pañarlos en el proceso de resignificar y trascender.

Desde esta comprensión, ser consciente de las huellas y heridas que la violencia pudo haber dejado en el corazón del cuidador o cuidadora, es un factor funda-mental para interrumpir la transmisión intergeneracional de la violencia.

1 Como violencia contra la madre; convivir con un adulto químico-dependiente, enfermedad mental, conducta suicida, o haya sido encarcelado).

Experiencias Adversas de la Niñez y su impacto en el desarrollo integral de los seres humanos

For talezas Familiares durante la Niñez como factor de protección de la salud

Las Fortalezas Familiares durante la Niñez (FFN) se clasifican en: cercanía relacional con la familia de pertenencia, apoyo de los miembros de la familia durante la crianza, lealtad en cuidado mutuo entre los miem-bros de la familia, protección durante su niñez por el entorno familiar, capacidad de la familia de generar en ellas y ellos el sen-tido de ser una persona importante, espe-cial y sentirse amado, a través de prácticas de crianza y atención de sus necesidades de salud con cuidado médico.

Aun cuando los niños y niñas viven EAN, la presencia de otras relaciones de ternu-ra, puede mitigar el impacto que éstas ejerzan sobre el desarrollo integral de la niñez (National Scientifific Council on the Developing Child, 2016).

Susan Hillis demostró el efecto protector de las fortalezas familiares durante la niñez, sobre el impacto de sus experien-cias adversas.

En la salud sexual y reproductiva, por ejemplo, se demostró que, conforme las mujeres registraban mayores fortalezas familiares durante la niñez, aumentaba su protección contra el embarazo ado- lescente al llegar a este ciclo de desarro- llo.

Este mismo efecto también se observó en la salud social de las participantes del estudio de Susan Hillis. Décadas después de una vivencia de experiencias adversas en la niñez, conforme se incrementaron el

número de experiencias positivas vividas en las dinámicas de crianza de estas mujeres en su etapa de niñez, se observó una disminución de problemas psicoso-ciales, problemas laborales familiares, financieros, estrés elevado y rabia incon-trolable. (Hillis SD, 2010).

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Desde hace 44 años World Vision Hondu-ras, trabaja junto a la niñez más vulnera-ble del país, luchando contra las causas de la pobreza, la injusticia y la violencia para asegurar su bienestar.

La organización también busca incidir en las causas culturales que sostienen las prácticas violentas en la crianza, edu-cación y formación de los niños y las niñas.

Con ese fin ha desarrollado un enfoque de intervención basado en la Crianza con Ternura, que promueve relaciones tierna-mente amorosas y comprometidas de los adultos cuidadores hacia los niños y las niñas.

La crianza con ternura reduce las desigualdades, al generar mayor probabili-dad que los niños y las niñas nazcan y crezcan en familias saludables; con opor-tunidad de generar capacidades de carácter y mejor desarrollo cognitivo. De ahí la importancia que sea asumida como un derecho universal de los niños y la niñas.

El marco de intervención de la crianza con ternura contempla tres aspectos: Res-taurar, Formar y Transformar y consta de tres cajas de herramientas:1. El Bálsamo de la ternura 2. La Escuela de la Ternura 3. Fuerza insurgente de la Ternura

World Vision Honduras

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Objetivos del estudio

1. Conocer la prevalencia de las expe- riencias adversas y fortalezas familiares durante la niñez, sus factores de riesgo a la salud que impactan las dinámicas de crianza.2. Determinar el nivel de riesgo de las experiencias adversas y fortalezas famili-ares durante la niñez, con respecto a los siete efectos psicosociales adversos a la salud del grupo investigado: edad de pri- mera relación sexual, embarazo ado- lescente, maternidad o paternidad ad- olescente, violencia de género, violencia intergeneracional, estado depresivo, intento suicida.3. Definir la necesidad de diseñar espa- cios psicosociales para los cuidadores de niños y niñas menores de 5 años, para que puedan resignificar y trascender de sus experiencias adversas y fortalecer su resiliencia a fin de prevenir la transmisión intergeneracional de la violencia.

Metodología del estudio

La metodología de investigación fue cuali-tativa, cuantitativa, descriptiva y re- trospectiva.

Para el análisis de los datos cualitativos se utilizaron herramientas cuantitativas para ser presentadas de manera nominal y por-centual. La presentación de las experien-cias adversas y fortalezas familiares durante la niñez, se agrupan en diferentes categorías, que se relacionan con los factores de riesgo de la salud estudiados.

El tamaño de la muestra se calculó sobre 10,638 niñas y niños menores de 5 años, participantes del programa de patrocinio de World Vision Honduras en 11 departa-mentos del país, dando como resultado un tamaño de 371 niños.

Por cada niño o niña seleccionada se aplicó un cuestionario al cuidador primario disponible en el momento de realizar la encuesta. Las encuestas se implementaron desde Junio a Agosto de 2017.

Experiencias adversas de la niñez y su impacto en el desarrollo integral de los seres humanos

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Resultados del estudio

Datos demográficos

85%85% de las mujeres cuidadoras se reportaron como madres.

77% de los hombres se identificó como padre.77%

Rango de edad más frecuentemente reportado por hombres (32%)

y mujeres (47%).

20 a 30 años

51%Se confiesa de

fe católica.

38%Se confiesa de fe evangélica.

81%Mujeres

19%Hombres

Experiencias adversas durantela niñez

El 70% de las mujeres y hombres cuidadores presentaron EAN.

70%

6

Las EAN más frecuentemente reportadas por la población de cuidadores fueron:

Negligenciafísica

Abusopsicológico

Negligenciaafectiva

Disfunciónfamiliar-abandono

Disfunciónfamiliar-químico

dependencia

37% 24%

33%26%

26%

La prevalencia de EAN en las mujeres es mayor a la de los hombres.

El rango etario que presentó la mayor frecuencia de EAN es el de mayores de 50 años (84%), seguido por los cuidadores de 20 a 30 años (71%) y 41 a 50

años (70%)

71%Mujeres

65%Hombres

7

21%

Puntaje de las EAN

El 35% de los cuidadores entrevista-dos han sufrido 3 o más EAN.

35%

30% Hombres

37% MujeresEl 21% de los cuidadores

tuvieron un puntaje EAN de 4 o más.

Fortalezas familiares durantela niñez

Habersesentido

protegido

Haber recibidocuidados de

la salud

Sentirsevalorado

y confiar en elapoyo de los

padres Haberse sentidoamado

Habersesentidoapoyado

Las fortalezas familiares más frecuente-mente reportadas entre la población de

estudio son:

Las fortalezas familiares que reflejan relaciones más simétricas de poder

ocurren en menor frecuencia(menos al 70%).

El 82% de los cuidadores entre 20 a 30 años

reportan FFNprotectoras.

82% 69%Las que menos reportan FFN protectoras son las

hermanas que cuidan a sus hermanos menores (69%).

1 de cada 5 cuidadores no contaron con FFN

protectoras.

El 83% de la población presenta FFN protectoras.

83%83% Hombres

79% Mujeres

85% 76%

82%79%

77%

8

Puntaje de las FFN

5% de los cuidadores tiene un puntaje FFN de 0

35% de los cuidadores tiene un puntaje FFN de 10

Los puntajes FFN más frecuentes para hombres y mujeres se encuentran en el rango de 5 a 10.

35%5%

Prevalencia de los factores de riesgo a la salud

Los factores de riesgo a la salud se valoran desde dos perspectivas:1) Las afectaciones que sufrieron los adul-tos en el pasado (embarazo adolescente, inicio temprano de relaciones sexuales) o sufren en el presente (violencia de género, violencia intergeneracional, síntoma de depresión e intento suicida).2) Las afectaciones que sufren los niños y niñas que están bajo el cuidado de esas personas adultas (violencia intergenera-cional: castigo físico, maltrato verbal, abuso sexual).

Primera relación

sexual antesde los 15

años

Violencia intergen-eracional

Maternidad adolescente

Afectación de la salud

mental

36%

33%

20%

8%

Los factores de riesgo reportados son:

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Impacto de las experiencias ad-versas durante la niñez sobre los factores de riesgo a la salud

Los resultados indican que las EAN tienen un efecto significativo sobre los factores de riesgo a la salud. En todos los casos, el porcentaje de personas que presentó factores de riesgo a la salud, fue más alto en las que presentaron EAN, respecto de las personas que no las experimentaron.

El 91% de los cuidadores que reportaron afecta- ción de la salud mental también reportaron EAN.

91%

De los cuidadores que reportan que sus hijos e hijas han sufrido violen-cia intergeneracional, el 78% también reportó EAN.

78%

Entre los cuidadores que reportaron sufrir actual-mente de violencia de género el 78% de ellos también reportaron EAN.

78%

76% que de los que reportaron abuso emo-cional también indicaron haber vivido EAN.

76%

Con respecto a la salud sexual y reproductiva, el 35% de los cuidadores reportaron materni-dad/paternidad ado- lescente, entre ellos el 72% también reportaron EAN.

35%

El 8% de los cuidadores reportaron haber tenido su primera relación sexual, antes de los 15 años de edad, y entre estos el 71% también reportó EAN.

71%

92%

94%

El 92% de los cuidadores que repor-taron depresión

El 94% de los que reportaron haber inten-tado suicidarse también reportaron EAN

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Impacto de las Fortalezas Fa-miliares en la Niñez sobre los Factores de Riesgo a la Salud

En cuanto a los factores de protección, la presencia del factor de riesgo “inicio tem-prano de una relación sexual antes de los 15 años” es tres veces menor en las per-sonas que muy frecuentemente recibieron apoyo, amor y confianza por parte de la familia, que en los que nunca tuvieron estos factores de protección.

Las personas que experimentaron la con-fianza y valoración por parte de sus padres en sus decisiones, presentan 8 veces menos el factor de riesgo “castigo físico a los niños y las niñas”. En los que experimentaron el diálogo como herra- mienta de resolución de conflictos, la diferencia fue de 6. 5 veces y para los factores sentirse escuchado y recibir pro-

tección de la familia la diferencia fue de 5.8 veces.Las personas que recibieron atención médica presentan 4.5 veces, menos depresión que los que nunca recibieron atención. El dialogo y el apoyo familiar también son factores que tuvieron un efecto protector, ya que, presentaron factores de riesgo a la salud 3.5 veces menos que los que nunca observaron estas fortalezas familiares.

Las fortalezas familiares atención a la salud, diálogo en la familia, apoyo familiar y que sus decisiones fuesen tomadas en cuenta, fueron las que generaron el mayor efecto protector en los factores de riesgo a la salud, seguido de haber sido escucha-do y protegido, tener la confianza en el apoyo de los padres y ser animado a tener un proyecto de vida; sentirse valorado, y amado aparecen como los de menor fuerza en su efecto.

Datos demográficos

La gran mayoría de los cuidadores son mujeres (81%) madres (85%) lo que pone en evidencia la feminización y mater-nización de los cuidados y la división sexual del trabajo típicamente encontrada en las sociedades patriarcales.

Implica que a pesar de grandes logros alcanzados por el movimiento de las mujeres, todavía se requieren cambios estructurales y culturales profundos en la organización social que garanticen el derecho al cuidado con equidad de género.

Experiencias Adversas de la Niñez

Un número significativo de cuidadores (70%), tanto hombres como mujeres su- frieron Experiencias Adversas durante su Niñez. La categoría más frecuentemente reportada por los cuidadores fue la negli-gencia física. Sin embargo, es notable que el sufrimiento emocional fue uno de los que más marcaron la niñez de los cuidadores. Lo anterior refuerza aún más la imperante necesidad de asegurar el derecho a la restauración de las EAN y promoción de la salud mental de los y las cuidadoras, como estrategia de pre-vención de la transmisión intergenera-cional de la violencia. Para eso se requiere una fuerte incidencia en las políticas públicas de salud mental, y la movilización de socios para generar intervenciones

comunitarias.

Los servicios de salud requieren ser sen-sibilizados y capacitados en cómo acom-pañar los sujetos de atención cuando han tenido puntajes de 3 o más en el test EAN. Además implica incidir sobre el modelo hegemónico biologista de los servicios de salud, y promover la atención holística de la salud de los y las ciudadanas.

La espiritualidad también juega un papel fundamental en la restauración de los cambios epigenéticos que desencadenan la fisiopatología de las EAN, a nivel central y periférico (Jackson, 2016), lo cual demanda promover de manera intencio- nada ejercicios conscientes de meditación y conexión espiritual, un rol que pueden desarrollar las iglesias.

Fortalezas familiares durante la Niñez

La frecuencia de cada una de las diez fortalezas familiares en la niñez, es elevada en la población de estudio, revelando que la familia es un espacio social donde la violencia coexiste con el amor, que la ternura, la dimensión vulnerable del amor ha sido escasa.

Los resultados evidencian que el cuidado feminizado demanda que las experiencias de socialización de las niñas las habilite a asumir el rol de cuidadoras y protectoras amorosas de la casa, y los niños que enfrentarán un mercado laboral en el

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Análisis de resultados

ámbito público, una socialización más empoderante que le permita escalar y surgir en un mundo cada vez más compe- titivo.

Impacto de las EAN y FFN sobre factores de riesgo a la salud

La violencia intergeneracional abuso emo-cional es la más frecuentemente expe- rimentada por hijos e hijas de los y las cuidadores, y es también la experiencia adversa más frecuente en la categoría de abuso vivida por los cuidadores. Lo que refleja que no se ha podido romper con este patrón de violencia en 3 genera-ciones: abuelos y abuelas que abusaron emocionalmente de los padres y madres de los niños y las niñas de hoy.

El 78% de los cuidadores que reportaron haber sufrido violencia de género en la adultez, también vivieron experiencias adversas durante su niñez, reflejando el ciclo de violencia que inicia durante la niñez, a través de dinámicas de abuso, ne- gligencia y disfunción familiar y que se reviven en la adultez con de la violencia de género.

Estos aspectos revelan que las mujeres sufren la violencia por una duración de tiempo muy prolongada, que posible-mente genere mayor impacto en su salud física y emocional, con importantes impli-caciones para su capacidad emocional y espiritual.

Aunque la violencia de género reportada en este estudio, cursa con menor preva-lencia que la del contexto nacional, es importante considerar que un paso muy significativo para erradicar la violencia de género en la adultez, es prevenirla durante la niñez y asegurar que la expe- riencia de amor de los niños y niñas sean marcada por un amor empoderante, es decir, aquel que se cultiva en relaciones más simétricas de poder, donde el diálogo genera el consenso para la decisiones familiares, y que la confianza se cultiva en las relaciones entre padre/madre e hijos e hijas.

Sin embargo, ahora como cuidadores, se observa una reducción del abuso psicológico de uno por cada cuatro cuidadores (19%). Por otro lado, aunque 1 de cada 4 cuidadores sufrieron el castigo físico, en la presente generación de cuidadores, esta se ha reducido a 1 de cada 10 niños y niñas.

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Uno de cada cuatro (26%) y uno de cada cinco (19%) de los cuidadores, vivieron el abuso psicológico y físico durante su

niñez respectivamente.

26% 19%

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Conclusiones

1. El estudio de las Experiencias Adversas y Fortalezas Familiares durante la Niñez y su correlación con los factores de riesgo a la salud revela lo urgente de una respuesta que garantice la restauración y promoción de la salud integral de los cuidadores y sus hijos e hijas, así como un potente mecanismo de prevención de la violencia. Para World Vision esta respues-ta es Crianza con Ternura.

2. La histórica inequidad de género en América Latina y Honduras todavía preva-lece de manera muy marcada en las dinámicas de cuidado de las niñas y niños. Siguen siendo las mujeres las principales personas cuidadoras de los niños y niñas. Implica que como sociedad hondureña necesitamos seguir sensibilizando, formando e incidiendo en las políticas públicas para generar las condiciones para mayor igualdad y solidaridad entre hom-bres y mujeres en las prácticas del cuida-do de niños y niñas.

3. La gran mayoría de las personas cuidadoras de niños y niñas han sufrido Experiencias Adversas de la Niñez, inde-pendiente de género, edad o credo reli- gioso. Por consiguiente, la restauración para sanar holísticamente, trascender el impacto sistémico de las EAN y prevenir la transmisión intergeneracional de violencia requerirá estrategias de salud y educación pública que alcance la gran mayoría de los y las ciudadanas hondu-

reñas. Luego la prevención y sanación de las EANs debe ser comprendida y reivin-dicada como un derecho de todas las per-sonas y no como un privilegio de pocos.

4. Las Fortalezas Familiares durante la Niñez son también altamente prevalentes entre las personas cuidadoras de niños y niños. Significa que la semilla de la resi- liencia fue sembrada en terreno de mucha adversidad, donde el amor convive con la violencia. Por ende, la transformación cultural para sostener una convivencia libre de violencia y plena de ternura, re- querirá reconstruir renovados imagina- rios sociales del amor, que el amor el siempre tierno, nunca hiriente, impositivo, ni opresor. Requerirá también que la resi- liencia construida en la niñez florezca en el corazón de los adultos cuidadores para motivarlos a sanar y no reproducir la violencia en la vida los niños y niñas.

5.Todos los factores de riesgo a la salud ocurrieron en mayor frecuencia en las personas que reportaron EAN y con menor frecuencia en aquellas que repor-taron FFN. Implica que las EAN enferman profundamente la vida y salud emocional, espiritual y física de las personas. Por otro lado, la ternura protege la vida y la salud integral de las personas, esta es nuestra esperanza, es nuestra buena noticia. A continuación algunas recomendaciones prácticas

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Recomendaciones

1. Promover de manera la masiva la pater-nidad y maternidad responsable y tierna a través de procesos de comunicación para concientización y acción para la equidad de género en las dinámicas de cuidado, socialización y educación de niños y niñas, así como para la superación de la misogi- nia.

2. Incidir en las políticas públicas de armonización entre trabajo, cuidad y pro-tección para garantizar la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres para el cuidado de niños y niñas.

3. Programas de promoción de la salud mental y espiritual deben ser garantizados como derecho a las personas que han padecido de EAN, desde la Secretaría de Salud, la Secretaria de Educación y los medios de comunicación masiva nacio- nales.

4. Generar programas de formación que fortalezcan las capacidades para que los adultos interactúen de manera cons- ciente, consistente y cotidiana con los niños y niñas. Implica no limitar la ternura como crianza positiva, sino como una ha- bilidad para la vida de todas las personas que quieren construir una cultura de paz, armonía, solidaridad y justicia.

World Vision Honduras@WorldVisionHn

www.wvi.org/es/honduras

Oficina Nacional, Colonia Montecarlo, al final del Boulevard Morazán, esquina opuesta de Gold's Gym. Apartado postal 3304.