mordiscos de bebés

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paraacompañar a su bebé. Se ha preparado conmigo durante el embarazo y ha tenldoun partonatural en casa,muyemocionante y satisfactorio pq¡¿ todos.Durante el primer año de vida,lo ha llevado bastante bien. pero aho ra lsabel ha empezado a trabajar en jornada reducida y al mismo tiempo su bebé, Andrés, ha empezado a caminar. y si antesla entrega a la lactancia era muy ¡ntensa, ahora se ve complicada porque a la demanda de atención habitual se le suma que (¡no paraquieto y tengoque estar pend¡ente de él todo el tiempo!,. Me pregunta ansiosa: "¿Esto cuándo se va a acabar? No puedomás,. En estos casos sientola presión de la pregunta, como si los papáscreyeran que tengo una varitamágica para solucionar sus dificulta- des. Entiendo su sensación perfectamente y con calma les devuelvo una sonrisa,mientras sigo escuchando su relatoy observo atenta y relajada al bebé, que recorre entusiasmado toda la salade un ladopara otro,exploran- do y regresando a reabastecerse del contacto y del pechode la mamá. mientras esta sigue su discurso. Llega un momento en que el bebé¡nterac- túa conmigo muy juguetón, acercándose y volviéndose a alejar en un diálogo corporal que iniciamos juntos. sin necesidad de decir nada, la madre intuye lo que empiezo a detectar y me dice: "Sí, ya sé, estoy perd¡endo el contac_ to,. Aprovecho para preguntarle si recuerda la lmportancia de tomarse ago de t¡empo para buscarsu propia autorregulación. A ella en concreto, la ayu- da a relajarse, según refirió durantelas primeras sesionesposparto, tener un rato paracorrer y descargar las tensiones. Efectivamente, n¡9 encuentra n¡ un segundo para caminar ni para correrD. y cuando llega a casaen coche desde el trabajo, inmediatamente la estáesperando con los brazos abiertos su bebé,paramamar, jugar o cualquier otra actividad. Hayque tomar con- ciencia de que ser madre no significa ser súper-mujer. como seres huma nos, tenemos nuestro lÍmite corporal y necesitamos autorregutarnos de al- guna manera. En este caso, no por tardarmedia hora para llegar a casa cam¡nando, o dormir mientras el bebéduerme relegando las labores de la casa (quetambién el compañero puede asumir), estamos dejando de ser madres sensibles y capaces de acompañarles adecuadamente. No se trata de estarfuera de contacto, fuerade nuestras posibilidades y cadavezmás irritables. se trata de ver el momento adecuado para un brevereciclaje, cuando el bebé está tranquilo en otrasmanos o dormido. Estamadre volvió a darse cuenta de lo importante queera para ella regresar caminando desde el trabajo,encontrando un breveespacio personal antes de reencontrarse con ganasrecuperadas con el bebé.cualquier otra opción es buena. si re perm¡te contactar contigo, respirar y seguir adelante. Favorecer la autorregu- lación del bebéno significa hacer desaparecer la nuestra. Al menos un min¡_ mo de cuidado personal es posible, si detegamos otras funciones en la pa- rejao en una tercera persona que ayude en las labores de la casa.A tooo no se puede llegar. Durante un período largo, ser madre es la prioridad. y para ello,hayque cuidarse mínimamente. Muerde eIpecho En los grupos de lactancia y en las consultas,suelesalir este tema de vez en cuando' La última vez que surgió, una madre lo narró así:<cuando estoy tan tranquila, me pegaun mordisco y me hace mucho daño. ¿eué hago?>. Pregunto si alguna madre más se encuentra con una situación similar. otra madre que lleva algún tiempo en el grupo, dice: <A mí también me ha empezado a morder>. Sigo indagando y pregunt o cuóndo ocurre esto. La primera me dice que en cualquier momento y la segundaque cuando se estádurmiendo. Son dos situacionesdiferentes. Lo primero que aclaro esque cuando los bebés seestándurmiendo en ocasionescierran los maxi_ 7ares, comosl quisieran asegurarse de mantener erpezónen la boca. Si no tienen dientes, simplemente la madre siente la presión que ejer_ ce su mandíbula en el pecho, aunque lo puede interpretar.o-o *o.á"r. Esto no esmorder. Incluso aunque tengan dientes,si ocurre en ese mo- mento tampoco hay una intencionalidad de morder. Simplemente cie- rran las mandíbulas. Lo segundo que señalo es que, efectivamente,a veces los bebésmuerden. cuando lo hacen tenemos que preguntarnos por qué antes de qué hacer.Son muchos los motivos que puede haber detrás de morder. Básicamente: . Muerden porque están hiperexcitadosy necesitandescargar la so_ brecarga de estimulación. . Muerden como expresión de rabia ante la frustración. . Muerden, en ocasiones, por la irritabilidad producida por la salida de la dentición. Lo más importante para comprender los motivos por los que un bebé muerde es preguntarse cómo te encontrabas en esemomento y aué esta-

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Por qué muerden y prevención

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Page 1: Mordiscos de bebés

para acompañar a su bebé. Se ha preparado conmigo durante el embarazoy ha tenldo un parto natural en casa, muy emocionante y satisfactorio pq¡¿todos. Durante el primer año de vida, lo ha l levado bastante bien. pero ahora lsabel ha empezado a trabajar en jornada reducida y al mismo tiempo subebé, Andrés, ha empezado a caminar. y si antes la entrega a la lactanciaera muy ¡ntensa, ahora se ve complicada porque a la demanda de atenciónhabitual se le suma que (¡no para quieto y tengo que estar pend¡ente de éltodo el t iempo!,. Me pregunta ansiosa: "¿Esto cuándo se va a acabar? Nopuedo más,. En estos casos siento la presión de la pregunta, como si lospapás creyeran que tengo una varita mágica para solucionar sus dificulta-des. Entiendo su sensación perfectamente y con calma les devuelvo unasonrisa, mientras sigo escuchando su relato y observo atenta y relajada albebé, que recorre entusiasmado toda la sala de un lado para otro, exploran-do y regresando a reabastecerse del contacto y del pecho de la mamá.mientras esta sigue su discurso. Llega un momento en que el bebé ¡nterac-túa conmigo muy juguetón, acercándose y volviéndose a alejar en un diálogocorporal que iniciamos juntos. sin necesidad de decir nada, la madre intuyelo que empiezo a detectar y me dice: "Sí, ya sé, estoy perd¡endo el contac_to,. Aprovecho para preguntarle si recuerda la lmportancia de tomarse agode t¡empo para buscar su propia autorregulación. A ella en concreto, la ayu-da a relajarse, según refirió durante las primeras sesiones posparto, tenerun rato para correr y descargar las tensiones. Efectivamente, n¡9 encuentran¡ un segundo para caminar ni para correrD. y cuando llega a casa en cochedesde el trabajo, inmediatamente la está esperando con los brazos abiertossu bebé, para mamar, jugar o cualquier otra actividad. Hay que tomar con-ciencia de que ser madre no significa ser súper-mujer. como seres humanos, tenemos nuestro lÍmite corporal y necesitamos autorregutarnos de al-guna manera. En este caso, no por tardar media hora para l legar a casacam¡nando, o dormir mientras el bebé duerme relegando las labores de lacasa (que también el compañero puede asumir), estamos dejando de sermadres sensibles y capaces de acompañarles adecuadamente. No se tratade estar fuera de contacto, fuera de nuestras posibil idades y cada vez másirritables. se trata de ver el momento adecuado para un breve reciclaje,cuando el bebé está tranquilo en otras manos o dormido. Esta madre volvióa darse cuenta de lo importante que era para ella regresar caminando desdeel trabajo, encontrando un breve espacio personal antes de reencontrarsecon ganas recuperadas con el bebé. cualquier otra opción es buena. si re

perm¡te contactar contigo, respirar y seguir adelante. Favorecer la autorregu-lación del bebé no significa hacer desaparecer la nuestra. Al menos un min¡_mo de cuidado personal es posible, si detegamos otras funciones en la pa-reja o en una tercera persona que ayude en las labores de la casa. A tooono se puede llegar. Durante un período largo, ser madre es la prioridad. ypara ello, hay que cuidarse mínimamente.

Muerde eI pecho

En los grupos de lactancia y en las consultas, suele salir este tema de vez encuando' La última vez que surgió, una madre lo narró así: <cuando estoytan tranquila, me pega un mordisco y me hace mucho daño. ¿eué hago?>.Pregunto si alguna madre más se encuentra con una situación similar.otra madre que lleva algún tiempo en el grupo, dice: <A mí también meha empezado a morder>. Sigo indagando y pregunt o cuóndo ocurre esto.La primera me dice que en cualquier momento y la segunda que cuandose está durmiendo. Son dos situaciones diferentes. Lo primero que aclaroes que cuando los bebés se están durmiendo en ocasionescierran los maxi_7ares, como sl quisieran asegurarse de mantener erpezónen la boca.

Si no tienen dientes, simplemente la madre siente la presión que ejer_ce su mandíbula en el pecho, aunque lo puede interpretar.o-o *o.á"r.Esto no es morder. Incluso aunque tengan dientes, si ocurre en ese mo-mento tampoco hay una intencionalidad de morder. Simplemente cie-rran las mandíbulas. Lo segundo que señalo es que, efectivamente, aveces los bebés muerden. cuando lo hacen tenemos que preguntarnospor qué antes de qué hacer. Son muchos los motivos que puede haberdetrás de morder. Básicamente:

. Muerden porque están hiperexcitados y necesitan descargar la so_brecarga de estimulación.

. Muerden como expresión de rabia ante la frustración.

. Muerden, en ocasiones, por la irritabilidad producida por la salidade la dentición.

Lo más importante para comprender los motivos por los que un bebémuerde es preguntarse cómo te encontrabas en ese momento y aué esta-

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bas haciendo cuando el bebé mordió el pecho. Las respuestas a vecesvagas: <No sé>, <no me acuerdo> o <nada>. En los grupos, nosuficiente estas respuestas que sólo buscan recetas inmediatas e iindagar más para que conecten con su estado en aquel momento.ralmente, la indicación que doy es que observen la interacción y enpróximo grupo lo compartan. De forma muy habitual, la madreque el mordisco ocurre cuando está distraída. Bien porque ve lao habla por teléfono o está sumergida en sus pensamientos. En todos es.tos casos, la madre está ausente. Y nunca mejor dicho, <no hay cosa quqmás rabia le dé a un bebé> que el hecho de que su madre esté ausenGmientras amamanta. Y no sólo a los bebés les produce rabia la ausenciüemocional, sino a muchos adultos que refieren su experiencia infantil conrelación a sus padres, durante el proceso terapéutico. Por tanto, esclara expresión de rabia. Sí, rabia. Los bebés tienen emociones intensastotales, que no pueden relativizar. Les invaden directamente y sin ningfu,filtro ¡ si no hay represión o inhibición, la expresan. También puedeocurrir que la madre esté irritable y al bebé le resulte desagradable mamar,en esas condiciones. O los motivos antes señalados. En el caso de queresponda a una situación de rabia, hay que tener presente que el bebé estden plena fase oral del desarrollo evolutivo. Recordemos que durante estála boca es la sede del placer. Pero también es la única zona desde donde sepuede expresar la rabia. Todavla no pueden usar las manos ylos pies paragolpear, por tanto es el lugar privilegiado para la expresión de la rabiaante la frustración emocional.

En la dinámica grupal, acostumbro a preguntar: uiQué haces cuan-do te muerde?>. A veces, las madres dicen que manifiestan inicialmen-te sorpresa, si el mordisco es suave. Ante la gesticulación de la madre,el bebé puede llegar a sonreír )r, ajeno a su sentimiento, querer repetirel mordisco para observar la respuesta de la madre. Y de esta maneraconvertirse en un círculo vicioso que ni uno ni otro saben romper. Enlos casos en que el bebé sonríe después de morder o justo antes, lasmadres le atribuyen un entendimiento similar al adulto. <Sí entiende'porque me mira y se ríe>, objetan algunas mujeres, atribuyéndole unamaldad de la que no dispone. Se ríe porque no sabe todavía interpretarel gesto novedoso y ruidoso que se produce cuando él muerde. Porotro lado, hay madres que responden gritando: <¡Ay, eso no se hace!>,y le retiran el pecho, provocando un susto al bebé, que inmediatamen-

te llora o se contrae no entendiendo lo ocurrido' por muchas explica-

ciones que le des.Algonu, monitoras de la lactancia y algunos grupos pro-lactancia su-

gi"r;; q"" la madre debe hacer saber al bebé que (eso no se hace>' El

iU¡",irro de este planteamiento es intentar que no se vuelva a repetir el

márdisco, p"ro i" está ignorando la causa y atendiendo sólo a la con-

ducta. Si un bebé mrrerd!, es por algo'No es un capricho' probablemen-

te está rabioso o responde a los motivos anteriores. Morder le permite,

en plena fase oral, déscargar la tensión qrre acumula en la boca' fruto de

la frustración (o de una"posible irritación puntual por la salida de los

dientes). Descargar esta tensión le produce relajación y placer' Veremos

qué hacer, pero antes tenemos que comPrender' La solución no es re-

jrimir al beb¿, sino saber primeio la causa y en segundo lugar ayudar a

la madre a recuperar el contacto consigo misma y con el bebé' No vale

cualquier reacción para lograr el objetivo' Las reacciones de las madres

ante los mordiscos son importantes'

Main y Hesse (1992) destacaron que (es casi tan perjudicial para el

niño sentir a la madre como alguien que asusta' como sentir que ella es

la asustado.Fonagy y Target 1996), con relación a la reacción de la madre que se

asusta aiie el mordisco del bebé, destacan: <Por ejemplo, un bebé pue-

de morder el pecho de la madre con placer lleno de emoción y producir

una reacción de ira o aversión. Si estas experiencias son frecuentes' pue-

de esperarse que tengan un efecto desorganizativo en la comprensión

del bebé de sus propios estados, ya que su emoción y placer se igualan a

ira y rechazo en su madre' gt"t'utáo un gran desconcierto en el bebé'

que siente cómo sus emociones aterrorizan a la madre'

Por tanto, insistiré permanentemente a lo largo de todo el libro como

b ;"g. ;;;;áo, lo, gropo' en que el cómo. de nuestra respuesta es fun-

damJntal. No sólo "i "i."'o

de los mordiscos' sino en toda la interac-

ción con el bebé. Recordemos que los bebés captan la emoción del len-

guaje, no su contenido. Y fijaos si es importante que' según D' Stern

( 1995), en las comunicacionás con el bebé: <El tono' el timbre y el ritmo

contribuyen a su seguridad o inseguridad>'

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Page 3: Mordiscos de bebés

Qué hacer

r En primer lugar, detectar qué y por qué está pasando, comovisto anteriormente. Encontrar la causa puede hacer desaparecertodo esa manifestación-

. Si ha ocurrido puntualmente y fruto de la salida de los dientes ouna falta de contacto pasajera, no hay que darle importancia, salpara tenerlo presente.

o Masajear la mandíbula del bebé suavemente, antes de que mamecuando esté muy tranquilo. l

. Ofrecerle objetos alternativos para que muerda y descargue la ten.sión acumulada.

¡ Retomar el contacto y la presencia emocional cuando se está con elbebé, intentando eütar la angustia o la tensión corporal ante el teimor a otro mordisco, que es captada por el bebé.

o Evitar cualquier sistema destinado a la represión de su expresión srnolvidar buscar formas de canalización de la rabia.

¡ Estar atenta: normalmente hay unos signos que permiten anticiparseal mordisco. Suavemente y con los dedos de la mano, bajar la barbilladel bebé para evitar el mordisco.

¡ Evitar los gritos o el susto corporal, y <el eso no se hace>, en caso deque no haya podido evitarse del todo.

. Si no es suficiente, consultar a un profesional especializado en temasde crianza.

Temores durante la lactancia

Haymujeres que tienen una gran confianza en su capacidad para dar demamar a su bebé. No lo cuestionan, pues lo consideran natural. En es-tos casos, la lactancia suele acontecer con cierta fluidez, aunque con cri:sis naturales fruto del cansancio si se prolonga mucho en el tiempo,pero superables generalmente con un buen apoyo. Sin embargo, hayotras a las que se les despiertan temores en cuanto al éúto y satisfacciónde la lactancia.

Afortunadamente, hay manuales y libros especializados que fomen-tan la lactancia y que sugieren muchas soluciones ante las dudas que se

Dresentan. Por tanto' voy a hacer referencia a algunos aspectos específicos

qu" guutdatt más relación con temores e inseguridades internas que con

urp"ctos fisiológicos y mecánicos de la lactancia, que son fácilmente su-

oerables con una adecuada información y apoyo''

En lo, grupos de embarazo o en las sesiones individuales de prepara-

ción a la maternidad-paternidad, cuando las mujeres que amamantan

son preguntadas por su sentimiento ante la lactancia natural, suelen re-

ferir los siguientes temores:

. A no tener leche suficiente o de buena calidad. Este temor tiene dife-

rente intensidad según cada caso ¡ contrariamente a lo que se cree'

respondemáSacausaspsicológicasquepropiamenteorgánicas.Esmás frecuente en las mujeres que no habiendo mamado cuando eran

bebés desean dar el pecho a su bebito. Se suele presentar bajo el temor

fisiológico a no tener leche suficiente o buenapara alimentar al bebé.

Aesasmamásmegustaríainvitarlasaungrupodelactanciadelosmuchos que hay en el Estado . La práctica profesional' tanto en los

grupos .o*o .r, las consultas individuales, demuestra una y mil ve-

I.t i r" salvo la presencia de daño orgánico o de una patologla ftsica'

la iimensa mayoría de mujeres puede dar ile mamar a su bebéy está

dotada p"r" "io

si así lo desea. Sabemos que' por el hecho de ser

mamífeias, disponemos de la cantidad y calidad de leche necesaria

para cadabebé, siempre que la oferta y la demanda vayan parejas'

Es decir, hay leche suficiente y buena, si atendemos a las necesida-

desdelbebésegúnelritmoquemarcaexclusivamentesudemanda.Undatohistóricoextremo,quesuelorescatarparacuestionarel

temor sobre la cantidad y calidad de la leche, es el siguiente: en la

época del genocidio nazi, las mujeres-madres' a pesar de encontrarse

en la traumática e inhumana experiencia de los campos de concen-

tración, lograban dar de mamar a sus bebés Pese a no disponer de

alimento suficiente y adecuado para su supervivencia' Hay muchas

experiencias que van en esta línea, constatando que, efectivamente'

eiposible. Entre ellas destacan los casos de mujeres que' no siendo

madres, se encuentran ante una situación de extrema necesidad

como es la de asistir a un bebé abandonado o solo, logrando 1o apa-

rentemente imposible,y es que' con persistencia y tenacidad' se pro-

duzca el milagro de la lactancia natural y por tanto el amamanta-