monografia del himno nacional de nicaragua

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  • MONOGRAFIA DEL HIMNO NACIONAL DE NICARAGUA

    BAJO los auspicios del Gobierno de Nicaragua, preocupado siempre por llevar a niveles de

    cultura el espritu nacional de los nicaragenses, tcame a m, el menos versado en

    achaques histricos, hacer un ensayo narrativo de nuestros cantos patriticos, tema que

    se me asigna tal vez por la circunstancia de ser yo, por un extraordinario capricho de la

    suerte, el autor de la letra del Himno Nacional de Nicaragua que ahora se canta, desde

    1939, en las escuelas del pas.

    Todos los pueblos del mundo, desde las primitivas razas babilnicas, ndicas o

    egipcias, han exteriorizado su culto al Creador y a los hroes por medio de cnticos

    religiosos y populares: pues tal ha sido la tendencia espiritual del hombre an en las pocas

    de mayor ignorancia y ruda barbarie. De esta manera, en alas de sus cantos, los pueblos

    han querido expresar en diferentes lenguas y culturas, sus aspiraciones, sus luchas, sus

    lamentos, sus alegras; como que estos sentimientos brotan espontneos de la propia raz

    del alma, para manifestarse en loas msticas, alabanzas patriticas o inspiraciones

    guerreras. Pero hasta aqu estos cantos no se expresaban con acompaamiento de

    msica. Eran apenas los primeros impulsos, los balbuceos de los futuros himnos, que en

    Grecia cobraron una mayor importancia con el aparecimiento de la flauta y de la ctara,

    mucho antes de Homero.

    Ms tarde, al producirse el desenvolvimiento prodigioso de la cultura helnica que

    ilumin con sus resplandores los cielos de todas las patrias conocidas, y de las que se

    conocieron despus, la palabra himno tuvo una especial significacin cuando al instituir

    Jess el sacramento de la Eucarista cant con sus apstoles el primer salmo que se

    registra en los anales del cristianismo. Obsrvese, que la msica himnaria no es propia de

    la Iglesia latina: la hered de las Iglesias de Oriente, inspiradas en las tradiciones del pueblo

    judo que recibi a su vez la influencia de la msica griega, casi universal en los albores de

    la era cristiana. Y aqu cabe referir que la empresa de hacer cantar un mismo himno a todos

    los pueblos dominados por las guilas del Lacio, estaba reservada al cristianismo.

    Posteriormente, al constituirse las nuevas nacionalidades que ahora forman el

    ncleo ms representativo de la civilizacin contempornea, como Inglaterra, Francia,

    Italia, Blgica, Alemania y otras naciones que todava conservan sus antiguos arrestos

    seculares, surgieron tambin con ellos los himnos nacionales de cada pas, cuya msica

    vencedora del tiempo y del olvido por sus caracteres de patritica religiosidad es la ms

    pura expresin del alma de los pueblos que infundieron en tales himnos el fuego de su

    inspiracin vernacular.

    En Amrica no existe un himno propio, excepto el de los Estados Unidos que es un

    hermoso modelo de msica original e imponente, verdadera manifestacin del espritu

    religioso y trabajador de la raza injerta del yankee.

  • Es lamentable que teniendo de sobra motivos o temas folklricos, los himnos de la

    Amrica espaola sean, aunque algunos muy inspirados verdaderas imitaciones del acento

    marsellesco, tan pegadizo y azuzador por excelencia del instinto belicoso de nuestros

    pueblos.

    Lo dicho, pasemos a conocer algunas noticias histricas acerca de los distintos cantos

    patriticos o himnos oficiales de Nicaragua.

    Se sabe por referencias transmitidas de generacin en generacin, pues no hay

    historia escrita sobre la materia, que el primero que se conoce lo introdujo al pas un fraile

    catequista de nombre Ernesto o Anselmo Castinove, natural de Toledo, Espaa, en las

    postrimeras del decadente poder colonial. Se trata de un salmo annimo, de ritmo solemne

    y grave, una especie de canto litrgico, profundamente mstico, en el cual el 1o y el 2o acorde

    del comps, como el 6o y el 7o, expresaban el doble del valor que ahora tienen el 1o y el 5o

    comps de los referidos acordes. Su tonalidad era brillante: SOL MAYOR. Esto lo relataba

    don Marcelo Soto, gran msico leons, famoso en la ejecucin de varios instrumentos y

    hombre de irreprochable seriedad. Don Marcelo conserv durante mucho tiempo los

    originales de aquel hermoso canto que llegara a ser en 1910 al cabo de 121 aos desde

    su aparecimiento en 1789, el himno nacional de nuestra patria, con nuevas y ms elegantes

    vestiduras.

    Se dice que el padre Castinove llego a Len cuando se terminaba de construir la

    parroquia de Subtiaba. Len en aquella poca se compona de la ciudad propiamente dicha,

    y de dos pueblos con municipios propios: el de San Felipe al Norte y el de Subtiaba al

    Occidente. Fray Ernesto o Fray Anselmo, no podemos precisar el verdadero nombre,

    habitaba en el antiguo Colegio de San Ramn, despus Seminario Conciliar, desde donde

    sala todas las maanas, misionero de la fe catlica, a instruir a los rebeldes indios de

    Subtiaba en las enseanzas de la religin; y era su costumbre, al empezar y terminar sus

    plticas, entonar el salmo de la referencia, como arma de pacificacin y de conquista.

    En el libro argentino Fastos Americanos de la Editorial Kapelusz, publicado en

    Septiembre de 1948, pg. 296, aparece esta singular informacin:

    El himno nicaragense, breve pero hermoso, fue escrito por el maestro Emilio

    Pacheco Cooper. Premiado en un concurso en 1823, fue adoptado como himno nacional

    por el Congreso.

    No sabemos de dnde tom aquella editorial esta noticia de todo punto errnea,

    pues aparte de que nuestro pas no se haba independizado de la Federacin de Centro

    Amrica y, por lo tanto, no dispona de Congreso ni tena un himno propio, en Nicaragua

    se ignora hasta la fecha que haya existido el nombre de ese seor Pacheco Cooper,

    completamente desconocido entre nosotros.

    Consignamos esta noticia solamente como una novedad histrica.

  • Con el tiempo, el hermoso cntico se generaliz totalmente en Len y luego en el

    resto del pas, a tal extremo que en los aos de 1835-1837, los gobiernos de don Jos

    Zepeda y don Jos Nez, denominados de los CHEPES, lo adoptaron con ligeras

    reformas, como himno oficial, exclusivo para rendirle honores a la Corte Suprema de

    Justicia, que a la sazn tena su asiento en la antigua metrpoli. En los dems actos

    oficiales o religiosos se ejecutaban indistintamente La Granadera o la Antfona de los

    Colores, de que hablaremos despus.

    Uno de los actos ms solemnes de la Corte era su visita de crceles que

    rigurosamente celebraba mes a mes, con el propsito de imponerse de las necesidades de

    los reos y del trato que estos reciban de sus custodios o carceleros. Cuando esto ocurra,

    una valla de soldados de la guarnicin, calzando caites, esperaba a la Corte frente al

    Cabildo Municipal, uniformados de chaqueta y pantaln de manta azul, mientras los

    filarmnicos de la Banda, que vestan para esa ceremonia trajes de rayadillo tambin azul,

    echaban al viento las graves notas de aquel himno al paso de los severos magistrados de

    entonces.

    El Profesor Vctor Manuel Ziga, eminente msico, especializado en la noble

    enseanza de cantos escolares, recuerda que desde el 86, apenas contaba 6 aos, oa

    ejecutar ese himno, cuando el Presidente del Congreso iba a ocupar asiento en la Cmara.

    Despus, en 88, dice el maestro Ziga, el Tambor Mayor don Blas Villalta, queriendo

    mejorar el himno, lo empeor, agregndole una 3a parte que no tuvo aceptacin porque su

    estilo no se ajustaba en lo menos a la hermosura musical de las dos primeras partes.

    Por este mismo tiempo, y an en aos posteriores, se dejaban or desde los

    cuarteles o plazas pblicas ciertos sones militares que constituan, en fuerza de la

    costumbre, algo ntimo y familiar como el toque de oracin y los cantos a la Pursima. Vale

    la pena rememorar aqu sus nombres y aun escuchar sus acentos como una evocacin

    sentimental de nuestra historia:

    Ellos son:

    1 DIANA, a las 4 a. m. Este toque anunciaba el nuevo amanecer del da militar, y es clebre

    por aquello de: Qu pari tu mama pelota?.

    2o ORACION DEL AMANECER. -Recordaba a los oficiales y soldados del Ejrcito la

    obligacin de asistir a la misa.

    3o ASAMBLEA. -Indicaba la hora en que los jefes militares deban celebrar asamblea.

    4o LLAMADA. -Es el mismo aire popular de: Chico perico mat a su mujer, la hizo tasajo

    y la puso a vender, que se ejecutaba como himno al Ministro de la Guerra, y,

    adems, era el toque de las 4 de la tarde, alrededor de la plaza de armas.

    5o GENERALA. -Se tocaba en tiempos de peligro, llamando a las armas a todos los civiles

    hbiles para empuar el rifle. La ltima vez que se oy la Generala fue en el ao

    1921, en ocasin de la famosa guerra de Las Galletas, capitaneada en serio y en

    broma por el General guatemalteco Tefilo Jimnez, contra el Gobierno de don Diego

    Manuel Chamorro.

  • A manera de parntesis, y porque lo consideramos oportuno, hacemos aqu una

    breve referencia histrica. En el libro Regions Isthmiques de 1Amrique Tropicale, Pars

    1925, de Desir Pector, citado por el Sr. Marcel Hauret, publicista francs, cuenta el autor

    (pg. 129), que en el perodo borrascoso, 1854-1857, se escuchaban en Nicaragua dos

    ardientes cantos de guerra que empezaban as, respectivamente:

    Al arma granadinos! .....

    Ya el bandido del Norte prepara .....

    Refirindose al filibustero William Walker y a sus inmortales de California. Dice que fue

    el maestro don Marcelo Lacayo el autor de la letra y la msica de esos cantos patriticos.

    En 1893, a raz de la revolucin que derroc al Gobierno del Dr. Roberto Sacasa,

    el Director de la Banda Militar de Granada, don Bls Villalta, de quien ya hicimos referencia,

    compuso un ardoroso paso doble, una especie de canto de subidos tonos blicos, al cual

    le puso el nombre de La Barranca, por el triunfo alcanzado en este sitio por las huestes

    revolucionarias.

    Esta msica empieza imitando el paso de un ejrcito que marcha al campamento.

    Luego reproduce el toque de ataque de los clarines, los disparos de la riflera, el silbar de

    las balas, el estruendo de los caonazos, la explosin de las bombas.

    Hay dudas de que La Granadera, msica de gran solemnidad en uso todava, se

    ejecutara como himno despus de 1821, a raz del establecimiento de la Repblica Federal.

    No hay datos que justifiquen o nos lleven a una conclusin afirmativa. La confusin

    proviene de que se usaba en la misa de tropa, en la parte del Sanctus al hacerse la

    elevacin del Santsimo Sacramento, y algunas veces al ser izada o arriada la bandera; y

    a la circunstancia tambin de que los profanos en msica hemos confundido el imponente

    canto con la Antfona de los Colores, que era efectivamente el himno de la Federacin,

    el cual todava se ejecuta en Guatemala para hacerle honores al Presidente de la

    Repblica.

    Por una antigua costumbre, la Banda de los Supremos Poderes ejecutaba durante

    la vela de la Sangre de Cristo, que se venera en nuestra Iglesia de San Antonio, las ms

    escogidas marchas de su nomenclatura musical; destacndose entre ellas los aires

    solemnes de La Granadera, rendidos en honor de la sagrada imagen. Esta costumbre

    no ha sufrido cambios. El cuerpo de filarmnicos de la Guardia Nacional es hoy el heredero

    legtimo de aquella piadosa tradicin.

    Este himno aparece escrito en FA MAYOR y es indudablemente una reliquia

    histrica que todos veneramos y queremos con ardoroso cario y -por qu no confesarlo?-

    con fervorosa devocin.

    En cuanto a la Antfona de los Colores, de que hemos hablado anteriormente, es

    asimismo, como el salmo de Fray Anselmo y La Granadera, un trozo de antiguo canto

    religioso, de elevada expresin litrgica, lo que se explica porque entonces la influencia de

    la Iglesia lo invada todo: artes, literatura, poesa, ciencias, costumbres.

  • Los pequeos grupos de filarmnicos o bandas precursoras, entrenados por

    msicos peninsulares, entonaban este himno en toda Centro Amrica al paso de los

    pendones de Castilla; y luego, el mismo continu en vigencia despus del grito de

    emancipacin para hacerle los honores a la bandera de la nueva Repblica. Disuelta la

    Federacin, fue adoptado por el Gobierno hondureo como Himno Nacional de Honduras,

    sustituyndolo ms tarde el que escribi don Manuel Adalid Gamero, y despus el del

    maestro Hartling, compositor alemn, con letra de Augusto C. Coello, que actualmente se

    ejecuta y se conoce con el nombre de Tu Bandera. En Nicaragua, la Antfona de los

    Colores qued tambin como himno, pero solo para rendirle honores al Pabelln Nacional.

    Su emocionante msica, escrita en SI BEMOL MAYOR, es igualmente, como las

    anteriores, un pedazo de vida del alma de la patria, una fraccin vital de su espritu, una

    verdadera antfona del sentimiento religioso de los nicaragenses. Vale decir, la voz que

    canta en nosotros desde las tumbas de nuestros bisabuelos y mantenida al travs de luchas

    y lgrimas, de satisfacciones y esperanzas, en la perennidad del tiempo y de la historia.

    Pero sobre todo es, para los que todava soamos en una Centro Amrica, unida y fuerte,

    la evocacin de la Patria Grande, la que fue y no ha dejado de ser en el pensamiento de

    los hombres que tienen fe en el porvenir.

    Pero no se presuma que el viejo salmo o himno del misionero espaol se haba

    echado en olvido. Nunca se dej de tocar en aquellos tiempos aun en medio de las

    convulsas y penosas contiendas de que fue escenario la noble tierra nicaragense. Estaba

    reservado al Gobierno de don Pedro Joaqun Chamorro, cometer en 1876, el injustificable

    error de sustituirlo por el que compuso don Carmen Vega, to de nuestro compositor

    Gilberto Vega, inicindose as, al romper con la vieja tradicin, una carrera loca de cambios

    de himnos a tono desgraciadamente con los cambios de gobernantes y, desde luego, con

    mengua y relajamiento de la unidad sentimental y espiritual de nuestro pueblo, que tan

    odiosos cambios producan.

    Sin previo concurso, el nuevo himno fue adoptado oficialmente con letra de un seor

    F. lvarez, la primera que desde aquella poca se cant en Nicaragua.

    Leamos sus primeras estrofas:

    Soldados ciudadanos a las armas, esgrimid las espadas

    con valor que ms vale morir independientes a vivir

    subyugado en la opresin.

    Hoy se lanza la patria querida sobre un campo de gloria

    inmortal, hoy, alzando su frente abatida, aniquila el poder

    colonial.

    De Septiembre la luz se levanta, bella, pura, cual hija del

    Sol, y a su vista el Ibero se espanta, tiembla y cae el len

    espaol.

  • Como se puede observar, los anteriores versos se contradicen y pecan de

    anacrnicos porque al mismo tiempo que cantan loas al 15 de Septiembre, son un grito de

    guerra contra el poder colonial, que ya no existe. Adems, el elogio que en ellos se hace a

    la Independencia, deja ciertas dudas de si la separacin es de Espaa o de la Repblica

    Federal, amn de que es impropio consignar en un himno nacional conceptos o

    expresiones vedados por el protocolo diplomtico, que pudieran interpretarse en desdoro

    o reproche para la dignidad soberana de alguna otra nacin, como muy bien lo expresa

    el Profesor don Jos Mara Bonilla Ruano, en su admirable libro Anotaciones Crtico

    didcticas Sobre el Poema del Himno Nacional de Guatemala.

    La msica de Vega, cuya tonalidad es FA MAYOR, fue junto con la letra, de muy

    corta duracin. Se pretendi revivirlo en los primeros aos de la Administracin del General

    Zelaya, tal vez por su carcter belicoso que bien se acomodaba con el espritu guerrero de

    la revolucin liberal del II de Julio de 1893.

    Al asumir la Presidencia de la Repblica el Dr. Roberto Sacasa (1889), apareci

    tambin sin previo concurso, un nuevo himno que se declar oficial, compuesto en DO

    MAYOR, por el director de la Banda de los S. S. P. R, (Supremos Poderes) don Alejandro

    Cousin, de grata recordacin.

    Este himno, nicamente instrumental, fue abolido despus del triunfo de la

    expresada Revolucin del 93, seguramente porque sus notas alegres, de puro tipo escolar,

    no se avenan al ambiente revolucionario de entonces. Por su aire placentero, los

    adversarios del Dr. Sacasa bautizaron la msica infantil del maestro Cousin con el

    remoquete de El Himno de los Palomos.

    Estamos en pleno rgimen liberal. Un soplo de renovacin sacude desde sus

    cimientos las leyes y principios de los 30 aos, infundiendo en los distintos sectores de

    la Repblica el espritu de los nuevos tiempos. Y como era natural, el himno que surgi de

    aquella situacin tena que acomodarse en cierto modo al influjo de la poca. Otra vez con

    el cambio de Gobierno se opera un cambio de himno, pero contina la manoseada

    costumbre de hacerlo sin la intervencin de ningn certamen, como ocurri tambin con

    los versos de la Hermosa Soberana escritos para la nueva msica por autor

    desconocido, aunque se le atribuyen indistintamente a Rubn Daro, Santiago Argello,

    Manuel Maldonado. Sobre este particular, el citado libro del Profesor Bonilla Ruano,

    consigna en la pgina 79, esta curiosa noticia:

    No ser fuera de propsito el que consignemos tambin que el himno de

    Nicaragua (Hermosa Soberana) se aparta de la generalidad de los que cantan en el viejo

    y en el nuevo mundo. Est compuesto solamente de dos estrofas en forma de redondillas,

    pero es una verdadera filigrana literaria: himno que si hubiese sido annimo como el de

    Guatemala, pudo atribuirse sin duda a Daro, ya que en l est casi fielmente reflejado su

    estilo y bella manera de versificar. Fue escrito y musicalizado por el maestro Francisco

    Pacheco Cooper, esto es, el mismo que 70 aos antes -1823- escribiera el himno actual de

    Nicaragua, segn lo afirma la Editorial Kapelusz en sus Fastos Americanos, a que ya

  • nos hemos referido. Como se ve, el error salta a la vista y merece, por los que lo cometieron,

    una justa y necesaria rectificacin, pues el Sr. Pacheco Cooper, desconocido en Nicaragua,

    no ha escrito nunca ni la letra ni la msica de los himnos en referencia.

    Indudablemente, la msica de qu hablamos, por sus acordes blicos llenos de

    inspiracin, fue acogida con general simpata por el pblico, a tal extremo que pronto llego

    a convertirse en el canto predilecto de los nicaragenses. Con todo, segn los entendidos

    en achaques musicales, adolece del solo defecto de tener un marcado ritmo de Marcha

    Militar, que no llenaba, a nuestro juicio, los propios ideales de nuestro pueblo, tan generoso,

    tan sufrido y tan trabajador.

    La letra dice as:

    Hermosa Soberana, Cual Sultana, Nicaragua, De sus

    Lagos al rumor, Ve en sus hijos denonados Los

    soldados del honor.

    Siempre libre y hechicera Su bandera ve flotar,

    Y apacible se reclina Cual ondina de la mar.

    Y orgullosa cual deidad Muestra altiva el noble pecho

    En defensa del Derecho

    Y su Santa Libertad.

    La bella composicin instrumental nacida bajo el Gobierno del General Zelaya y

    conocida despus con el nombre de Hermosa Soberana, porque as comienzan los

    versos, fue dedicada al primero por su padre poltico don Alejandro Cousin, notable

    compositor de origen belga que aun serva la Direccin de la Banda de los Supremos

    Poderes. Posteriormente fue adoptada por la Asamblea Constituyente de la Repblica, en

    el mes de Septiembre de 1893, como el Himno Nacional de Nicaragua.

    Esta msica, tan grata a nuestros odos por la impecable pureza de sus notas, est

    escrito en SI BEMOL MAYOR y todava se ejecuta y se canta en nuestro pueblo por su

    irresistible atraccin. Yo la escucho con cario, con sagrado respeto, porque fue el himno

    de mi patria y porque lleva a mi corazn marchito por los aos, reminiscencias de mi

    dichosa infancia, recuerdos de mi adorada juventud, aquella que interpret el poeta en

    versos inmortales. Los recordis?

    Juventud, divino, tesoro ya te vas para no volver,

    cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin

    querer.

    1909. Arde una nueva revolucin. Dolorosos y funestos errores producen la cada

    de Zelaya, pero tambin graves desaciertos del partido triunfante ponen al pas en la

    vergenza de sufrir humillaciones bajo el ltigo de la intervencin extranjera. La lucha de

    siempre, la eterna ambicin por atrapar o retener las ollas de Egipto, sin reparar en los

    medios. Y con el derrumbe liberal, el himno de la Hermosa Soberana deja de orse.

    Nuevamente hay un cambio de himno, pero esta vez para rectificar el error de 1876 con el

  • retorno de la antigua msica solemne, transformada despus, con mejor instrumentacin,

    en el Himno Nacional de Nicaragua que actualmente se ejecuta desde 1910.

    Se dice que fue don Antonio Zapata quien lo instrument nuevamente y le hizo los

    primeros arreglos, pero respetando fielmente su tonalidad brillante de SOL MAYOR, que

    no podan cantar los nios sin un gran esfuerzo de voz. De aqu arranca la letra de la

    Patria Amada, que provisionalmente se acu a la msica del himno porque haba prisa

    de que se cantara en las escuelas. Su autor es un seor de apellido Ortega. He aqu esa

    letra:

    La Patria amada canta este da su

    libertad,

    y nos recuerda con alegra que le debemos amor y

    paz.

    Respecto a cmo llegaron a poder del maestro Zapata los originales del himno, hay

    una serie de versiones que vamos a omitir por ser contradictorias, pero que dilucidaremos

    oportunamente al hacer una ampliacin de este trabajo, el cual somos los primeros en

    confesar que es incompleto.

    Corresponde al Gobierno del General Emiliano Chamorro la iniciativa de declarar

    este himno como el oficial de la Repblica, as como la de cambiar la letra, segn ley

    emitida por el Congreso Nacional del 23 de Abril de 1918. Con este motivo, el Ministerio de

    la Guerra, a cargo del General Toms Mass, dict el siguiente acuerdo:

    1o Designar a los seores Ingenieros don Jos Andrs Urtecho, doctor don Modesto

    Barrios, doctor don Salvador Barberena Daz, doctor don Santiago Argello y don Mariano

    Zelaya Bolaos para que integren el Tribunal Calificador del Concurso, solicitado por el

    Ministerio de la Guerra, para la letra que se adaptar al Himno Nacional.

    2o Sealar las 4 p.m. del da 16 del corriente y el local del Ministerio de la Guerra

    para la reunin de los miembros de dicho Tribunal. (Managua, 9 de Diciembre de 1918).

    Recordemos que la posicin internacional de Nicaragua era difcil y harto delicada.

    El pas estaba totalmente intervenido por las fuerzas de ocupacin y, por lo tanto, la letra

    tena que someterse a las condiciones establecidas, con la tcita prohibicin de no referirse

    en lo menos a los que de tal modo heran la dignidad nacional. Por eso las bases del

    concurso se limitaban a las siguientes condiciones:

    1o Escribir dos cuartetos para las dos partes del himno.

    2o Hablar nicamente sobre la paz y el trabajo.

    3o Cuidar de que la letra se acomodara lo mejor posible a la estructura musical del

    himno.

    Cerrado el concurso, el primero de tal ndole en toda la historia de Nicaragua, lo que

    es justo reconocer, el Jurado Calificador premi por unanimidad la letra conocida con el

    nombre de Salve a t, Nicaragua, que por razones un tanto obscuras no se cant sino

  • hasta el 21 aos despus, bajo la Administracin del General Somoza, que le hizo justicia,

    segn Decreto del 20 de Octubre de 1939, cuya parte final contiene lo siguiente:

    1o La letra del Himno Nacional de Nicaragua ser la que result triunfante en el

    concurso verificado durante el mes de Diciembre de 1918, y que literalmente dice:

    Salve a t, Nicaragua! En tu suelo ya no ruge la voz del

    can ni se tie con sangre de hermanos tu glorioso

    pendn bicolor.

    Brille hermosa la paz en tu cielo, nada empae tu gloria

    inmortal, que el trabajo es tu digno laurel y el honor es tu

    ensea triunfal.

    Se comprende fcilmente, por la embarazosa situacin internacional del pas, y por

    las condiciones del Concurso que restringa la letra a slo dos estrofas de cuatro versos

    decaslabos cada uno, las dificultades sufridas por el ganador para poder sacar a la luz,

    con dignidad, una letra que se amoldara sin abolladuras a las circunstancias apuntadas.

    Era, pues, fundamental circunscribir la letra no slo a una ideologa determinada (paz y

    trabajo), sino tambin, como ya lo hemos dicho, acondicionarla en buena forma a una pauta

    mtrica musical y extensin estrictamente limitadas. Y para dar una muestra de los

    insuperables obstculos que se vencieron para que la poesa resultara a tono con la

    msica, fue preciso cambiar el tercer verso de la segunda estrofa por el actual que dice:

    El trabajo es tu digno laurel; y aunque este rengln, es literalmente hablando, sonoro y

    cabal, y se ajusta perfectamente a la musicalidad del himno, lo cierto es que hubiera sido

    mejor un verso grave o llano para eludir la repeticin de tres versos agudos en una misma

    estrofa. Ahora bien, en cuanto al punto ideolgico, no escaso esfuerzo cost armonizar un

    temperamento inquieto y rebelde, frente a una patria intervenida, con el tema impuesto de

    trabajo y de paz. Ciertamente, la primera estrofa del himno, por la sencillez del asunto,

    fue concebida fcilmente como una expresin del alma que peda paz y trabajo despus

    de una enconada lucha fratricida. Pero esto no era todo para satisfacer los impulsos del

    alma, los anhelos del patriotismo. Haba que buscar una forma de expresar esos

    sentimientos en armona con la situacin. Forzosamente la estrofa final tena que desviarse

    del punto de partida y adentrarse con airosa actitud en el corazn herido de la patria aun a

    riesgo de que se malograra el galardn ofrecido. Y surgi de improviso la milagrosa

    aparicin de un verbo que conjugado en la manera subjuntiva, enrgica y enftica, plasm

    por fin la frmula patritica del Himno Nacional de Nicaragua.

    Frente a la intervencin que ahogaba nuestros derechos no podamos exclamar sin

    ser traidores:

    Brilla hermosa la paz en tu cielo,

    nada empaa tu gloria inmortal...

    Tenamos que reclamar dignamente, gritando a plena luz y a pulmn lleno:

    Brille hermosa la paz en tu cielo (porque no brillaba)

    nada empae tu gloria inmortal (porque estaba empaada)

    Y as, Dios ha de querer que al amor de este canto la paz brille siempre hermosa

    en el cielo de la patria; que nada ni nadie empae su glorioso porvenir; y que el trabajo sea

  • toda la vida el mejor laurel sobre la frente del ciudadano laborioso bajo la bandera triunfal

    del honor.

    Antes de proseguir, para terminar este relato, conviene hacer una necesaria

    observacin respecto a un grave error cometido en la adaptacin de la letra a la msica de

    nuestro Himno Nacional.

    Desvirtuando la primitiva adaptacin, tal como fue presentada y aprobada en el concurso

    de 1918, se ha impuesto a los escolares, innecesariamente, el difcil problema de cantar el

    himno con un interludio y dos prolongaciones de slabas, que hacen perder el ritmo mtrico

    en el rengln final de la segunda estrofa:

    Y el honor es tu ensea triunfal.

    Para corregir este lamentable error que ha sido el rompecabezas de los pobres

    nios, debe marcarse el comps trece a dos tiempos 2

    4, en los compases I8 al I 9 y I 9 al 20

    deben repetirse las palabras honor y triunfal, que no slo dan mayor nfasis al verso, sino

    tambin porque evitan dos prolongaciones de sonidos que desconciertan a los pequeos

    cantantes, principalmente cuando entonan el himno sin acompaamiento de msica.

    Es de buena pedagoga musical hacer que los nios canten sin esfuerzo, con

    naturalidad y precisin, esto es, sin los interludios o alargamientos meldicos que producen

    en la masa infantil desordenamiento y confusin.

    Insertamos en otro sitio de la presente narracin, la meloda del himno (en la

    respectiva letra), exactamente como fue acogido y cantado por la primera vez, la tarde del

    16 de Diciembre de 1918, en el local del Ministerio de la Guerra, por los Profesores Luis A.

    Delgadillo, Carlos Ramrez Velsquez y Alberto Selva, miembros del tribunal que acept la

    adaptacin de la letra a msica del himno, como debe cantarse en el futuro.

    Pero volvamos a la antigua msica que es lo esencial de esta historia. Ya no es el

    himno solemnemente grave, ceremoniosamente litrgico que oyeron las generaciones del

    pasado. La inevitable marcha de los tiempos, hoy en da, lo ha transformado todo y una

    nueva conciencia espiritual ilumina al mundo, reduciendo las distancias y acercando ms a

    los hombres.

    Nuevas ideas y nuevas costumbres se abren camino sobre las glorias pretritas. Y nuestra

    hermosa msica de ayer no ha sido una excepcin. Como el Ave Fnix de la antigua

    leyenda, ha resucitado de sus propias cenizas, pero con mejores alas. El genio musical del

    maestro Delgadillo, revolucionario en potencia, la ha remozado, pulido, y corregido; le baj

    dos tonos para que pudiera ser cantada por los nios; le suprimi algunas incoherencias,

    armoniz sus dos mejores partes y las dispuso en forma de himno, tal como suena ahora;

    y luego la instrument para gran banda, infundiendo al conjunto de la obra, con admirable

    tcnica, el aliento de su propio espritu, el soplo de una nueva vitalidad. Desfanatizndola

  • un poco de su antigua y profunda religiosidad, dej en ella ntegra y permanentemente, el

    carcter inconfundible de su linaje secular.

    Tal es ahora el himno de los nicaragenses, que viene a ser, como alguien dijo, el

    eslabn entre el pasado conservador y el presente liberal, entre la Nicaragua de ayer y la

    Nicaragua de hoy, que avanza con pie seguro por los caminos de la paz y del trabajo,

    armonizando, as, sentimientos, ideas, aspiraciones e intereses nacionales. Cada vez que

    lo escuchemos pongamos de rodillas nuestro pensamiento y olvidemos nuestras querellas,

    recordando siempre, que por encima de nuestras divisiones es, ante todo y sobre todo,

    nuestra plegaria cvica, la oracin de la patria local, que Dios ha de querer sea maana,

    como yo la columbro en mis ensueos patriticos, el himno de la Patria Total.