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Cnadernos de Filología Italiana 155N: 1133-9527 2000, ii.~ exiraordina,io: 905-921 Causas de los contrastes acentuales entre las lenguas española e italiana FERNANDO MOLINA CASTILLO Universidad de Sevilla El presente estudio ofrece una visión global, aunque no exhaustiva, de las diferencias de acentuación existentes entre las lenguas española e italia- na, en el marce do la palabra aislada y en todas las categorías gramaticales. El estudio va dirigido, por tanto, a todas aquellas personas interesadas en el conocimiento y análisis de aspectos contrastivos entre las lenguas española e italiana, en tanto que lenguas románicas, es decir, desde una perspectiva fundamentalmente diacrónica. tratándose de des lenguas pertenecientes al grupo de las llamadas «de acento libro», denominación que más adelante matizaremos y precisaremos, la determinación de la sede acentual resulta imprevisible e inmotivada des- de una óptica sincrónica, siendo tan sólo el enfoque diacrónico el que expli- ca las diferencias de acentuación a partir de una etimología común. Evidentemente, este objetivo puede satisfacer también el interés de estu- diantes de italiano que deseen disponer de una recopilación fundamental y general de la casuística que en punto a acentuación opone su lengua mater- na a la italiana. Desde este punto de vista, por tanto, el estudio puede con- sultarse con una finalidad meramente sincrónica y glotodidáctica, sin ahon- dar en razones históricas’. La amplia variedad de casos de diferencias de acentuación entre las dos lenguas contribuye, por otra parte, a contrarrestar un pernicioso y extendido lugar común que pretende fácil el aprendizaje de la lengua italiana por par- te do un hispanohablante, en base a una —más ficticia que real— semejan- za entre ambas lenguas, inferida a su vez del hecho innegable de que no po- 1 Sobre las disimetrías de acentuación entre las dos lenguas, vid. Carrera (1992: 33, 54-7, t78y461). 905

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  • Cnadernos de Filologa Italiana 155N: 1133-95272000, ii.~ exiraordina,io: 905-921

    Causas de los contrastes acentualesentre las lenguas espaola e italiana

    FERNANDO MOLINA CASTILLOUniversidad de Sevilla

    El presente estudio ofrece una visin global, aunque no exhaustiva, delas diferencias de acentuacin existentes entre las lenguas espaola e italia-na, en el marce do la palabra aislada y en todas las categoras gramaticales.El estudio va dirigido, por tanto, a todas aquellas personas interesadas en elconocimiento y anlisis de aspectos contrastivos entre las lenguas espaolae italiana, en tanto que lenguas romnicas, es decir, desde una perspectivafundamentalmente diacrnica.

    tratndose de des lenguas pertenecientes al grupo de las llamadas deacento libro, denominacin que ms adelante matizaremos y precisaremos,la determinacin de la sede acentual resulta imprevisible e inmotivada des-de una ptica sincrnica, siendo tan slo el enfoque diacrnico el que expli-ca las diferencias de acentuacin a partir de una etimologa comn.

    Evidentemente, este objetivo puede satisfacer tambin el inters de estu-diantes de italiano que deseen disponer de una recopilacin fundamental ygeneral de la casustica que en punto a acentuacin opone su lengua mater-na a la italiana. Desde este punto de vista, por tanto, el estudio puede con-sultarse con una finalidad meramente sincrnica y glotodidctica, sin ahon-dar en razones histricas.

    La amplia variedad de casos de diferencias de acentuacin entre las doslenguas contribuye, por otra parte, a contrarrestarun pernicioso y extendidolugar comn que pretende fcil el aprendizaje de la lengua italiana por par-te do un hispanohablante, en base a una ms ficticia que real semejan-za entre ambas lenguas, inferida a su vez del hecho innegable de que no po-

    1 Sobre las disimetras de acentuacin entre las dos lenguas, vid. Carrera (1992: 33,54-7, t78y461).

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  • Fe,nando Molina Castilo Causas de los cont,astes acentuales entre las lenguas espaola e italiana

    ces sectores de uno y otro sistenia linguistico presentan ciertas afinidades, eincluso alguna coincidencia plena, que ciertamente allana el camino en loque atao a la competencia pasiva del estudiante.

    Igualmente, se establece como criterio melodolgico del presente estu-dio que el anlisis contrastivo de la acentuacin entre las dos lenguas se de-limita al marce de la palabra, quedando, por tanto, excluida la consideracindel acento en la frase. Y en el marce de la palabra, se excluyen las diferen-cias de acentuacin motivadas por una diferenciado sufijacin previa, comoen el caso de descubrimiento, enseanza o clasificacin frente a sus equiva-lentes seopeita, insegzanzen/o y classijca.

    1. CAUSAS MS FRECUENTES DE DESPLAZAMIENTOACENTUAL

    La mayora de las diferencias de acentuacin entre el esp. y el it. estnmotivadas diacrnicarnente por el fenmeno del desplazamiento acentual,hecho crucial que provoca la bifurcacin en la lnea evolutiva de una palabrahacia una y otra lengua. Del anlisis do las principales causas de los despla-zamientos acentuales, que haremos a continuacin, se har evidente la con-clusin que anticipamos aqu: es la espaola la lengua que ha experimenta-do la mayor parte deles desplazamientos acentuales en relacin a la italiana,ya que sta conserva en la mayora de los casos la acentuacin etimolgica.Esta conclusin abunda en el hecho, bien conocido, de que el it. es, entre laslenguas romnicas, la ms prxima al lat., mientras que el resto de los miem-bros de la familia neolatina se distancia de forma ms o menos ostensiblerespecto de la lengua madre.

    No todos los desplazamientos acentuales son debidos a distinta evolucinen una de las dos lenguas; en el case de las palabras de procedencia griegaque en su mayor parte como cultismos enriquecieron el lxico do laslenguas romances, ms quede desplazamiento acentual, debehablarse de dis-tinta eleccin del criterio acentual ala hora de adoptar la palabra en una y otralengua: as, el gr. ntetamorpltsis es adoptado en it. con acentuacin latiniza-da: mejamifos (porque la penltima slaba de la forma griega era una ome-ga, que es una o larga en la prosodia latina), mientras que en esp. se ha opta-do por la acentuacin original griega, tras un perodo do oscilacin1 bis

    1 bis Con acentuacin latina aparece en el Diccionario de Autotidades, as corno, se-gn Corominas, en Tirso de Molina y otros autores dc los siglos XVII a XIX.

    Cuadernos de Filologa juliana2000. nY extraordinario: 905-921

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  • Fernando Molina Castillo Causas de los contrastes acentuales entre las ienguos espaola e italiana

    1.1. Analoga

    Analoga es el fenmeno en virtud del cual una forma lingilistica an-mala en relacin a un paradigma sufre una alteracin tendente a la unifor-mizacin con el resto de dicho paradigma. El origen de todo cambio anal-gico es, por consiguiente, un error que contribuye a la tendencia natural dolas lenguas a la regularizacin do sus partes, en un conjunto homogneo yregular, tendencia que a su vez se enmarca dentro de la economa del len-guaje.

    Probablemente el mayor campo do accin de la analoga se encuentra enla formacin de los paradigmas verbales. Podemos distinguir, con Alvar-Pot-tier (1983: 119.0), dos tipos de analoga en la morfologa verbal: una in-terna, que regula sus formas de acuerdo con otras del mismo verbo; y otraexterna, que se aplica a partir do formas ajenas que ejercen la fuerza cons-trictiva del conjunto. Veamos, en primer lugar, la importancia de esta ltimaa efectos de desplazamientos acentuales en verbos espaoles.

    Un sector muy numeroso est constituido por el presente. Afecta a ver-bes, generalmente de extraccin culta, pertenecientes a la conjugacin en-are, y slo en las personas la, 2.~, 3.~ y 6a Como es sabido, el presente enosp. se rige por el siguiente principio: todas las personas en las tres conju-gaciones van acentuadas en la penltima slaba, a excepcin, naturalmente,de la 5Y persona de la conjugacin en -ir, que es aguda (servs, parts), ascomo las formas monosilbicas (ves, vas). Los verbos de evolucin popularen osp. han suprimido la acentuacin esdrjula latina por medio de la snco-pa de la vocal postnica, de manera que la sede acentual se conserva, peroha pasado a ocupar la posicin de penltima slaba: es el caso de ferinas ce-moJdbulo > hablo, CIIoco > Cuelgo, etc... Este fenmeno se produjo ya enIal. vg., de manera que se manifiesta en mayor e menor medida en las demslenguas romances. As, en it. encontramos formas como cmpero > conzpro,deixCijo > des jo. En los casos citados hasta ahora, bien sean del osp. o delit., no se ha producido desplazamiento acontual, y por consiguiente esto fe-nrneno IIOS interesa slo en la medida que ilustra una doblo posicin delacento en parejas de verbos espaoles que constituyen dobletes, pues mu-ches de estos verbos poseen una versin culta en la que s se ha desplazadoel acento y donde, por tanto, detectamos un importante filn do diferenciasde acentuacin respecto al it.; es el caso de verbos como ahincare (jo alh-neo), en relacin a los espaoles alinear (yo alineo) y aliar (yo alio), ascomo otros muchos casos: it. coagolo, osp. Coagulo, pero cuajo: it. flttuo,esp.flucto, pero floto, etc... En efecto, mientras el espaol hizo llanas te-

    907 Cuadernos dc Filologa Ita/iana2000, n.

    0 extraordinario: 905-921

  • Fe,~~do Molina Castillo Causas de los contrastes acentuales ent,-e las lenguas espaola e italiana

    das las formas esdrjulas de los cultismos, con lo que se regularizaron losparadigmas, cuando menos a partir del siglo XIII (sac-ifico no sac-tJiCo, vi-vifica no vivfica, etctera)2, el it., por regla general, ha mantenido la sedeacontual etimolgica en este importante grupo de verbos conjugados en pre-sonto3. As, son esdrjulas en it., adiferencia del osp., las formas del presenteen las personas citadas de los verbos terminados en: -ijare (como bito y vi-lo), golare (sitngo/o), -gzu-a-e (uguro), -cipale (an/icipo), colare (dr-colo), -capare (becupo), tinzaze (iztinzo), -dicare (ddico), pinzare4 (p-puco), -vocate (cnvoco), -legal-e (d/ego), -ferare (prolifero), -fica-e(certifico), -uate (altuo), -g,egae (cng-ego), -putare (cnzpuo), -rogare(-pi-briaga), -seveta ze (assvero). -simulare (simulo), etc... Sin embargo, lamayora de los verbos esdrjulos italianos no son englobables en ninguna doestas terminaciones, pues deben su acentuacin en el presento, generalmen-te, a que sen derivados latinos de sustantivos o adjetivos esdrjulos. Dadoque su ntimero es muy elevado, en este trabajo slo podemos dar algunosejemplos5: &nino, rbijro, catlogo, critico, diagnstico, dilogo, frmu lo,ibufiago, ossigeno, pronstico, t-mino, etc...

    FI segundogran bloque de casos de desplazamiento acentual en esp. pro-vocado por analoga externa es el de los infinitivos. Todos los infinitivos enosp. (y en porj, como es sabido, van acentuados en la desinencia, habien-do desplazado el acento a esa posicin en aquellos infinitivos procedentes dela 3.~ conj. latina y que, por tanto, presentaban acentuacin proparoxtona,para igualarse a los infinitivos del rosto de las conjugaciones. El it., por el

    2 Alvar-Pottier (1983: 121). Vase tambin sobre esta cuestin, Menndez Pidal(1962: 106) y 1-larris (1975: 147 55).

    Decimos por regla general, pues tampoco el it. ha logrado sustraerse plenamente dela acentuacin llana en el presente dc tales verbos: In certi casi si riscontra oscillazionenellaccentazione. Di contro ala posizione tradizionale dellacccnto, propria soprattuttodelle classi coite, la parimapupuiuie tunde -a trasferirt decenio sulla penultima siliaba. Cosisi pu udire in Toscana imito e imito, rrito e irtto, spalo e septo, ,ndcino e mac/no,ni. imnigino e nl immagmo, disputo e dispUto, elboro cd elabro, intinto e intimo, implicoe ituplco. violo e vicHo. In certi casi laccentazionedella terzultima contrasta colle basi sto-riche (elbo,-o), e non raccomandabile; in certi altri laccentazioncdella penultima (sep-ro, intn.o) diffusa in laxghi strati. Simili osservazioni si possono tare iii altre regioni(Rohlfs, 1966: 539).

    Los verbos latinos derivados del verbo plicore retraan el acento en cl presente so-bre el prefijoque se les uniera, dado el carcter breve de la vocal radical i. En los verbosita-lianos de evolucin popular el acento se ha desplazado sobre la penltima (spikgo), mien-tras que en los cultismos se ha respetado la acentuacin etimolgica (splico).

    Pat-a una Lista de los ms frecuentes, vid. Carrera (1992: 44).

    Cuader~ts de Filo/oga Italiana2030, n. erraordinario: 905-921

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  • Fernando Molina Castillo Causas de los contrastes acentuales entre los lenguas espaola e italiana

    contrario, conserva la acentuacin etimolgica en la inmensa mayora de losinfinitivos esdrjulos latinos, e incluso, tambin por efecto de la analoga, laha extendido a otros infinitivos que, procediendo de la 22 conjugacin lati-na (-dz-e) fueron considerados derivados de dfzre, y por tanto, de desinencia-dre: -ispondete, mor-dere, splendere.

    El infinitivo, por consiguiente, viene a contribuir poderosamente al ca-rctor ms esdrjulo de la lengua italiana en relacin con la espaola, yaque a la prcticaimposibilidad que tienen las palabras italianas aterminar enconsonante, se une este importante grupo de infinitivos procedentes de la 32conj. latina, de manera que les infinitivos italianos son, o bien llanos (can-tare, temere. partire) o bien esdrjulos (nzttere), pero nunca agudos, comoson todos los espaoles: canta;; teme;; par/it; 1/tejer.

    El infinitivo esdrjulo era uno de los rasgos que diferenciaban la2a y 32

    conj. latinas. Ya en tiempos del lat. vg. se inici un proceso de fusin entreambas conjugaciones, que en algunas lenguas, como el osp. y el port., ha cu-minado completamente gracias a la uniformizacin do la acentuacin do losinfinitivos. Tambin en el sardo la fusin ha sido completa, pero a la inver-sa. ya que todos los verbos de las 22 y 32 conjugaciones latinas han adopta-do el infinitivo de acentuacin radical: hiere < vedeje, mnere

  • Fernando Molina Castillo Causas de los conitastes ocentuales entre las lenguas espaolo e italiana

    niunt se pasa a otro ms homogneo: finisco, finisci, finisce, finitno, finite,finiscono.

    Tambin es la analoga interna laque ha provocado la retrotraccin acen-tual en las personas 42 y 52 del pretrito imperfecto de indicativo espaol:formas discrepantes en minora terminan por adoptar la caracterstica ma-yoritaria del conjunto del paradigma. El it., por el contrario, mantiene laacentuacin etimolgica. Como es sabido, el imperfecto latino estaba carac-terizado por un sufijo ba--~ que apareca acentuado slo en las personas 42y Sa: arnbam, ambas. anulbat, amabcmus, amabchis. amdbant. El despla-zamiento acentual del osp. (as como del port. y cal.) es el siguiente: en laspersonas 42 y 52 el acento se retrasa sobre la slaba anterior, adoptando asla misma sede que el resto de las personas del paradigma: amaba, anzabas,amaba. amdbatflos. anzbais, a;;zaban; haba, 1/ablas, haba, haban zos, a.-bais, haban; oa, oas, oa, oamos, oaiS, oati. El it., por el contrario, pre-senta las formas amanzo, amavte; avevmo, avevte; audivnzo, audiv-te. Dicho desplazamiento acontual aparece sin excepcin en todos los verbosde todas las conjugaciones (incluso en verbos irregulares: ranzos, tais,frente a el-avanto, e;vva te), si bienes en la l.~ conjugacin donde la disime-tra es ms tamativa, por la prctica identidad formal con las formas italia-nas. El imperfecto espaol de las conjugaciones en er e ir sufri una evo-lucin fontica que lo distanci ostensiblemente de la forma original, hastael punto de hacerlo desaparecer el sufijo caracterstico ba---. No obstante, aefectos de sede acentual en todas las personas el comportamiento de estosverbos es el mismo que en los verbos do la conjugacin en -ar. En cuanto ala cronologa de este desplazamiento acentual en las formas espaolas, de-bi de ocurrir con posterioridad al paso del esdrjulo al llano en el presente,pues an en el siglo XIII se conservaba la acentuacin latina: en Berceo en-centramos en Egipto andabmos como grandes sennores7.Obsrvese que la accin do la analoga es complementaria y simultneaa la prdida de conciencia por parte de los hablantes de la composicin mor-folgica de un trmino, lo cual impulsa a ste a asociarse en un nuevo con-junto. Este segundo fenmeno recibe el nombre do recomposicin o epecta-515. En el proceso evolutivo del lat. vg. a las lenguas ronances tuvo granimportancia a efectos de recomposicin la prdida de vigencia de las canti-

    Duelo quefizo la Virgen el da dc la Pasin de su IJUo. 1264. Vid. Lapcsa (1981: ~118.4). quien tambin indica los reductos dialectales de la Pennsula Ibrica que an con-servan la acentuacin originaria del imperfecto.

    Cuadernos de Filologa Italiana2000, ni extraordinario: 905-921

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  • Fernando Molina Castillo Cateas de los contrastes censuales entre las lenguas espaola e italiana

    dados voclicas factor determinante, como es sabido, de la ubicacin do lasede acentual en la palabra latina pues la acentuacin original, libro delcriterio cuantitativo, tendi a adaptarse a esquemas acontuales ms usuales.Algunos ejemplos ilustrarn la accin conjunta, y en algunos casos difcil-mente deslindable, de ambos fenmenos. La acentuacin de la palabra ita-liana trifoglio conserva la latinoclsica de jrifo/ium; esta palabra, sin embar-go, proceda del griego trplzylloz, y desplaz el acento sobre la o alrecomponer la palabra por analoga con foliurn; para el cat. trvol do don-de el esp. trbol, por el contrario, se presupone una forma latinovulgar?t~.lt-tffulunt cuyo acento era respetuoso con la forna griega. Es un caso dedisimetra acentual provocada por la distinta evolucin sufrida en una u otralengua. Otro ejemplo: la palabra tipo en compuestos no era portadora delacento ni en gr. (-typos) ni en lat. (-tipus), ya que siendo la penltima sla-ba breve, se retrasaba el acento sobre la anterior. Cuando esta palabra y susconipuestos fueron rescatados como cultismos, la acentuacin original fueconservada en it., pero no en osp., lengua en la cual prevaleci la acentua-cin llana de la palabra tipo sobre la acentuacin etimolgica. Por ello, enosp. se acenta prototipo, alquetipo, daguerrotipo frente a sus equivalentesitalianos ptvttipo, arclipo y dagherrttipo.

    1.2. La sinl-esis

    Consiste en la fusin en diptongo de des vocales que inicialmento cons-tituian un hiato en el interior de una misma palabra. La sinresis es un casoparticular de sinalefa, quecomo es sabido es la formacin de un diptongo en-tre des vocales pertenecientes a palabras distintas.

    A partir de la sinresis es frecuente en osp. el desplazamiento acentual sien el hiato que exista antes de la fusin en diptongo la vocal ms cerrada erala portadora del acento de la palabra. Una tz constituido el diptongo, elacento pasa a la vocal ms abierta del mismo, mientras que la otra vocal, lams cerrada, se cierra an ms convirtindose en semivocal o semiconso-nante, es decir, en satlite del nuevo diptongo. La dislocacin acontual asproducida es designada por Alcina-Blecua metatona entre vocales conti-guas (1983: 2.8.1.5). Un ejemplo lo tenemos en la palabra periodo, queslo en pronunciacin cuidada y culta mantiene el acento sobre la i, Wc-rioao], mientras que en habla coloquial se pronuncia [perj8o]. E] desplaza-miento acontual puede ser tambin hacia atrs, aunque os menos frecuente:reina < tegirza, vaina < vagina.

    911 Cuadernos de Filologa Italiana2000. no extraordinano: 905-92!

  • Fernando Molina Castillo Causas de los ccnuxistes acentualesentre las lenguas espaola e italiana

    Malmborg (1965: 27) ha sugerido la posibilidad de que el fenmeno dela sinresis puede tener una explicacin, en el caso de la formacin de dip-tongos crecientes a partir de hiatos. Dicha explicacin englobara a la sin-resis dentro de la tendencia general del osp. a crear silabas del tipo CV (queconstituyen estadsticamente la mayora en nuestra lengua, segn los estu-dios de T. Navarro Toms y otros, con aproximadamente un 58% de fre-cuencia), de modo que un diptongo formado por una semiconsonante segui-da de una vocal tendera a englobarse en ose tipo silbico.

    1.3. La oscilacin acentual en el tinto

    Ciertos casos de disimetra acentual entre las dos lenguas no son debidosa un desplazamiento acentual en el seno de una de las dos lenguas, sino a queya en el mismo timo se produjo una vacilacin en la posicin del acento: osel caso que vemos en culebra c/ubio o en tiniebla jrzebra, y en menormedida, ya que la disimetra es entre un cultismo italiano y una voz de deri-vacin popular en esp., en cadera, cdtedra 1 cnedra. Otros casos, como elde entero, ntegro / intro, integro, no producen disimetra, porque ambaslenguas han optado por tas dos soluciones.

    El origen de la controvertida posicin8 del acento est en el grupo oclu-siva + lquida o vibrante, En lat., como es sabido, una vocal seguida de desconsonantes era considerada larga por posicin, y por tanto era portadoradel acento. Ahora bien, si esas des consonantes eran el gmpo oclusiva + l-quida o vibrante, en el lat. arc. no se produca alargamiento por posicin dela vocal precedente, y por tanto el acento corresponda a la antepenltima s-laba. Poro ya en este periodo so daba espordicamente, al parecer, el alarga-miento de la penltima y, por tanto, su acentuacin, aunque era una costum-bre culta y grecizante, que no aparece, por ejemplo, en Plauto (c. 250-184 a.de C.). Con el tiempo, fue generalizndose el alargamiento de esa slaba endicha posicin, y ya en el lat. cas, poda ser indiferentemente breve o larga.Era la llamada positio debihis: si la secuencia consonntica en cuestin seconsideraba como toda perteneciente a una slaba, la vocal anterior era, portanto, abierta y breve (ca-tl-d;a), pero si dicha secuencia se reparta entrelas des silabas, la anterior quedaba como cerrada y larga, y por tanto tnica

    Cf Bassols de Climent (1976, JOb), Herrero Llorente (1971: 66-7) y Vnuen(1981: 49).Cuadernos de Filologa Italiana2000, ti.0 extraordinario: 905-92t

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  • Fe,~n~ Molino Castillo Causas de los contrastes acentuales entre las lenguas espaola e italiana

    (ca -thzd-ra). El habla popular de este segundo perodo se decantaba clara-mente por la acentuacin paroxtona de estas palabras; prueba de ello es quelos resultados romances por va popular de estas palabras suelen ser parox-tonos9.

    1.4. La influencia de otras lenguas. Los prsjamos acenjualesEl concepto do prstamo plantea automticamente las modificaciones

    que la palabra prestada sufre en la lengua que la acoge. Entre esas modi-ficaciones est la posicin del acento. Las palabras griegas acogidas en ellat. hubieron de modificar su acentuacin en muchos casos, adaptndolaa las pautas que regfan en la nueva lengua, si bien es cierto que las nue-vas palabras tambin impusieron novedades que paulatinamente so gene-ralizaron en el lat. El sufijo la, que tan larga fortuna ha tenido en ro-mance, fue una imposicin del gr. al lat., aunque esta lengua desplaz elacento.

    Entramos as en la cuestin del prstamo0. Aunque es innegable que esen el nivel lxico de las lenguas donde tiene ms xito, el concepto de prs-tamo no es exclusivo de dicho nivel; tambin estructuras inferiores a la pa-labra (fonticas, morfolgicas), superiores (sintcticas) o incluso en el cam-po del significado (los calcos no son sino prstamos semnticos) puedenpasar de una lengua a otra.

    Desde esta ptica, tambin puedo haber prstamos acentualos: de la mis-ma manera que se adoptan y adaptan palabras de otras ienguas como ma-gazzino-atnacz, guardia, giardino-jardn, cultura, constitucin, o bienfoottg, ftbol, jazz, rock, judo, por citar otros ejemplos ms evidentes, pue-de existir latendencia a desplazar el acento a posiciones en las que otras len-guas suelen colocarlo por su estructura fnica. Y dado que el mvil de losprstamos es en muchos casos, ms all de la mera utilidad, el use do unamarca de prestigio, desplazar el acento se erige como uno de los medios mseficientes para que el habla suene a extranjera.

    No obstante, no todos los autores estn de acuerdo con este proceso pala explicarla acentuacin en lat. vg. de tales palabras. Para una sntesis de las diferentes teoras pro-puestas al respecto, vid. Tekav~i (1972: 427) y VInanen (1951: 49).

    ~ Sobre esta cuestin, iid. Lo chiamano italiese>,, en fleccaria (1988: 215-45), que,si bien se centra en el prstamo lxico del it. moderno, expone interesantes reflexiones entorno a la naturaleza sociolinguistica del prstamo.

    93 Cuadernos de Filologa taliono2000, nP extraordinario: 905-921

  • Fernando Molino Castillo Causas de los contrastes acentuales entt-e las lenguas espaola e italiana

    A lo largo de los ltimos tres siglos, las lenguas francesa e inglesa, contendencia decreciente para la primera y creciente para la segunda, han ex-portado el mayor porcentaje de prstamos no slo a les mbitos hispano eitaliano, sino a todo el mundo. Ambas lenguas presentan una estructuraacentual que resulta, a odos de un italiano o un espaol, muy llamativa. Elingls tiene una fuerte tendencia a colocar el acento en las primeras slabas,de manera que muchas palabras de origen latino que hay en esa lengua seacentan do forma distinta a como se hacia en lat., y por tanto, como se ha-ce generalmente en it. y esp.:

    lo TV giornalisti intinti dinglese ritraggono laccento, e diconomolto spesso Cracas, San Sebstian (che il nostro San Sebastid-no), San Slvador, e non Salvadr, lisola su cui mise piedc Colom-bu nel suo primo viaggio, e cosi battezz in gloria di Cristo u Salva-tre, el Salvador iii spagnolo, appunto. Flrida aflamericana e nonFlorida, clu fiurita, si sonto pronunciare dai pi. Ci si dimentica del-le lingue neolatino, ci si dimentica del nostro vendo, tanl vero queappona un nomo termina in consonante, lo si fa inglese dufficio, epivt diventapvot, adiritnra scopriamo che c un Caff Flrian, esi fa Trvisan di un cognome veneto, di un trevisano, o scntianm -l-iizer, i Gui antenati facevano pelticcii (daugne Pelizzr), e mi spia-cerebbe che por influsso inglese qualcuno mi storpiasso in I3eccdria,non sapendo che i miei nlaggiori erano dola corporazione medieva-le dci macelIai. socCI1n~Vafln dellc beeche re1.

    Adems de los ejemplos citados por Beccaria son frecuentes en it. laspronunciaciones a la inglesa de los topnimos Bcarest, Cnc-un, Cnada,Ecuodo; ron, irak, Mnueal y Pnamo, y fuera del campo de los topni-mos tenemos, en discordancia con el osp., los casos de cllcool, iZimul, cn-fort, trminal. JY=stivaly memrial.

    Ahora bien, haciendo referencia a los cuatro tiltinios casos citados, hayque tener en cuenta que, aunque en ltimo trmino no se trata de palabras in-glesas, s han sido acuadas en el seno de esta lengua, por lo que en ciertomodo es legtima la acentuacin que de ellas se hace en it. Y al decir leg-lima no pretendemos hacer una valoracin moral e esttica sobre las distin-tas opciones. Ya seala Beccaria che ... il criterio estetico non confacen-te al giudizio sulle parole. Non suflicente dire che non mi piacciono, anziirrelevante (1988: 225-6). Simplemente subrayamos el hecho deque en it.

    Beccaria (1988: 155-6). El subrayado es nuestro

    (Pendernos de Filologa Italiana2000, 1.0 extraordinario: 905-921

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  • Fernando Molina Castillo Causas de los contrastes ocentuoles entre las lenguas espaolo e italiana

    se tiende ms a conservar el prstamo con su acentuacin que en osp., don-de se prefiere colocar el acento de acuerdo con el sistema fnico-acentual dela lengua, sistema que en ltimo trmino os el del IaL Y es que, en general,el hablante italiano es ms permeable que el espaol en cuestin de prs-tamos:

    Seguramente le parecer un contrasentido, pero pat-a hablar bienitaliano hoy hay que saber tambin un poco de ingls y francs, tantasy tan comunes son las palabras de estos idiomas que han entrado enaqul (donde adems se intenta pronunciarlas de manera al menosparecida a la de la lengua de origen). [.1 En la lengua de la prensaperidica la invasin de extranjerismos es ioy ya icalmente alar-mante (Catrera, 1992: 304).

    En cuanto a los topnimos de formacin neolatina (Fitida, Montwal,Ecuador, etc...), la acentuacin a la inglesa que de ellos se hace en it. es yamenes justificable. Probablemente esas realidades geogrficas que designanno fueran familiares al hablante italiano hasta que por algn motivo empeza hablarse de ellas desde los medios de comunicacin. Otro ejemplo clamo-roso os el de la acentuacin del nombre del club do ftbol de Miln, el Mi-lan, que en Italia se acenta sobre la primera slaba porque fue un club fun-dado por los inglesest2.Por lo que respecta al fr., se trata, como es sabido, de una lengua de acen-to lijo en la ltima slaba de las palabras, o ms propiamente, de cada ijni-dad acentual3. Este rasgo se mantiene incluso en las palabras abreviadas,como Exp, ult,y), metrO o tass, y as son pronunciadas en it., mientras queel esp. ha adecuado estas fornas a sus estructuras acentuales. El fr. es tan-bin causante de muchos desplazamientos acentuales en it., y algo menos enesp., en topninios europeos terminados en a:

    1 nomi delle Nazioni e delle citt che terminano in ia dovrebbe-ro avere la 1 non accentata: Germnia (terra dei Germani), Itlia (de-gli Ilali), Arbia (degli Arabi), eccetera. Per si dice Albania, Al-ger?a, Tunisia, Romaa, [Rumania, tambin en espj, Unglzeria...

    12 Sobre esta peculiar acentuacin, vid. Lzaro Carreter, 1989. Segn la teora del acento propuesta por Garde (1968: 17 ss.), la denominacin de

    palabra resulta vaga e imprecisa, debindose recurrir al concepto de unidad acentual, o se-cuencia de unidades acentuables (redefinicin, a su vez, de las tradicionales slabas), en-tre las cuales slo una es portadora del acento.

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  • Fe,na~o Molina Castillo Causas de los contrastes acentuales entre las lenguas espaola e italiana

    [Hungra, tambin en esp.]. Ci perch questi nomi noi Ii abbiarno ri-petuti dat francese (e i francesi dicono anche Italie, pronuncia Ita-II). Ma per il termine Cecoslovacchia, uno staLo sorto dopo la Primagterra inondiale, non occorre passare attraverso il francese (Gabriel-Ii, 1986: 439).

    Al fr. debe el esp. la acentuacin del nombre Estefana, ya que es nom-bre de creacin italiana a partir do Siefano, y se pronuncia Siefnia. OtrosLalicismos acentuales en osp. son dontiti y robot. Esta ltima es una pala-bra checa que se acenta, como todas las palabras checas, en su primera s-laba.

    1.5. La coz,zoacin de pl-estigio de la acentuacin esdrjula

    Un desplazamiento acentual puede preducirse por el simple hecho deque una palabra pertenezca a un sector lxico en el que el porcentaje de pa-labras con una acentuacin determinada es llamativamente mayor que enotros sectores lxicos, lo cual induce al hablante a dotar a una palabra de di-cha acentuacin. Es, en definitiva, una manifestacin del fenmeno de la hi-porcorreccin. Es sabido que en el lenguaje cientfico las palabras esdrju-las y sobreesdrjulas son ms frecuentes que en otros registros del lenguaje,de manera que es posible que la acentuacin espaola de la palabra atnzs-Jeta, a diferencia de lidrosfez-a, litosfeta, etc... haya retrado el acento poresta causa: En el paso del esquema llano al esdrjulo es evidente que hayqueconceder bastante importancia a la atraccin que la estructura de tipo es-drjulo ejerce sobre el hablante (Alcina-Blocua, 1983: 2.8.1.5). Recorde-mes que las palabras esdrjulas en osp. conforman un total de slo el 2,76%del lxico14.Tambin en it. encontramos muestras de este fenmeno. El paso del lla-no al esdrjulo a causa do hipercorreccin en el habla de personas cultas es-t plenamente establecido en casos como rclua y calibro, en los que lasferinas llanas originales han quedado relegadas como usos arcaicos. En otroscasos, como los de regime, i-ubrica y za/Vro, sigue siendo dominante laacen-tuacin llana, aunque amenazada por un use hipercorrector en esdrjulo quetodos los autores desaconsejan1>.

    14 Sobre la frecuencia de los esquemas acentuales en esp., vid. Quilis (1951: 12,12).5 Vid. Rohlfs (1966: 31 1).

    ci~ader,zos de Filologa Italiana2000, ni extrnordinaijo: 905-921

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    1.6. Conclusiones

    Vistas las principales causas que provocan disimetras acentuales entreosp. e it., podemos enunciar una serie de consideraciones generales que sedesprenden de la comparacin de los sistemas acentuales de ambas len-guas. La acentuacin de las palabras de las lenguas italiana y espaola es,primordialmente, coincidente. Establecido este principio fundamental, quedesde el punto de vista diacrnico mantiene hermanados les sistemas acen-tuales de ambas lenguas, as como el de todas las restantes lenguas rom-nicas6, pasemos a abordar el anlisis de las diferencias entre ambas len-guas. Ya Carrera (1992: 54-5) establece como caracterstica ms destacadael hecho de que, en general, la lengua italiana presenta una tendencia msacusada que la espaola a colocar el acento en slabas ms alojadas del fi-nal de la palabra. Ello es debido a varios factores: en primer lugar, el he-che de que, como os sabido, en it. la prctica totalidad de las palabras ter-mina en vocal, de manera que las palabras agudas en osp., como amor, sonen it., aun teniendo la misma sede acentual, llanas: amore. Y correlativa-mente, las llanas en osp. (rbob, son esdrjulas en it. (albero): en segundolugar, la mayor proximidad del it. al lat. se manifiesta en una mayor con-servacin de la acentuacin etimolgica en numerosas formas verbales, de-bindose destacar, por su nmero y frecuencia de use, como ya hemos vis-te, el infinitivo y el presente: por ltimo, la mayora de las diferencias deacentuacin que no se incluyen en las des causas anteriores, y que se ana-lizarn en una continuacin de oste trabajo, corresponden a palabras llanasen esp. y esdrjulas en it.; es el caso de periplo, macabro, baha, oasis,etc... frente a sus correspondientes italianos priplo, macabro, b&ia, tasi,etc... Naturalmente, no faltan casos que contradicen esta regla general,aunque resultan claramente minoritarios.

    16 De cualquier modo que haya sido la evolucin del acento en su recorrido del la-tn al romance, su lugar no ha cambiado, y esta estabilidad es un hecho capital. La slabaque en latn estaba acentuada siguesiendo, por rega general, la cumbre rtmica de la pa-labia romance, no obstante los accidentesfonticos sufridos por la ,ocal sobre la que re-cae. [..] Las [palabras refractarias a esta regla, mucho ms numerosas en francs que enitaliano y en espaol, se sitan en su mayor parte entre las palabras llamadas cultas, es de-cir, tomadas posteriormente, sobre todo del latn (Vllnnen, 1981: 48. El subrayado esnuestro).

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    2. LA FUNCIN DEL ACENTOPara terminar y dado que esto estudio se dedica a destacar slo los con-

    trastes y no las coincidencias existentes entre la acentuacin de las pala-bras en osp. e it., trataremos muy brevemente dos cuestiones muy relacionadasentre s y de gran importancia, pero que son coincidentes en ambas lenguas. Enprimor lugar, y dado que tanto osp. como it. pertenecen al grupo do lenguas tra-dicionalmente denominado de acento libre, la funcin del acento es la mismaen ambas lenguas: queda por determinar, sin embargo, cul es esa funcin. Ensegundo lugar, la misma denominacin de acento libie es inexacta. Veremosqu criterio es el que determina la eleccin do una slaba como sede acontual.

    Segn la fonologa estructuralisa, en las lenguas de acento libro la funcinms importante sera la distintiva: dos palabras homnimas pueden tener signi-ficados distintos dependiendo de la slaba que lleve el acento. As, en osp. te-nemos trmino - termino - jeinzin, o en it. principi - principi, parejas mnimasanlogas a casal caza, cuya diferencia do significado resulta de la presencia ausencia de un rasgo pertinente. En definitiva, el acento sera un rasgo con por-tinencia fonolgica en las lenguas de acento libre, mientras que en las lenguasde acento fijo carecera de ella y sera, desde el punto de vista fonolgico, unfenmeno redundante.

    Segn Garde7, por el contrario, la funcin primada del acento en todas laslenguas, tanto de acento libre como de acento fijo, es la misma. El acento en laslenguas de acento libro no posee la funcin distintiva como si de un rasgo fo-nolgico se tratase, como el rasgo nasalidad distingue la pareja mnima bat,-da Inzanda. No es la ausencia de un acento en el primer caso y su aparicin enel segundo lo que distingue des palabras como canto 1 cant, porque el acentoest presente en ambos casos, sino la ausencia de acento en un punto simult-neamente a su presencia en otro punto de la misma palabra. Dicho de otra for-ma, mientras los rasgos fonolgicos tienen un mbito de presencia reducido alfonema, la posicin del acento abarca un mbito superior, que viene a coincidiraproximadamente con lapalabra: el radio de accin de los rasgos distintivos esparadigmtico y el del acento es sintagmtico. Entro silabas acentuadas y noacentuadas se establece una relacin de contraste sintagmtico. La funcin pri-mordial del acento, en definitiva, os la funcin contrastiva8.

    1~ veroche laccento fisso non ha funzione distintiva; ma 11011 ~ altrettanto verochene abbia una laccento libero (1972: i7).

    ~ Este rechazo de la funcin distintiva del acento en las lenguas de acento libre esconsiderado exagerado por Canepari (1979: 8.17 8.21), para quien es innegable la exis-Cuadernos de Filologa Italiana2000. u.> extraordinario: 905-921

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    En cuanto a la denominacin misma do acento libre, hemos dicho ya quees imprecisa, pues da a entender que el hablante elige arbitrariamente cual-quier slaba de la palabra como sede acentual, cuando, muy al contrario, lasede acentual en estas lenguas est bien determinada por la estructura mor-folgica de la palabra9. En las lenguas de acento libre existen morfemas do-tados de la capacidad de atraerse el acento, o acentuables, frente a otros quecarecen de ella, no acentuables. Como en una palabra pueden confluir des oms morfemas acentuables, so establece una jerarqua entre stos para de-terminar cul se lleva el acento. La capacidad de los morfemas acentuablesde atraerse el acento, por tanto, es potencial, y slo se realiza en el marco dela palabra formada. Veamos un ejemplo: el sustantivo b;-ilo lleva el acentoen la raz, ya que el morfema -o de gnero no es acentuable en esp.: brillan-te desplaza el acento sobre el sufijo de participio presente -ante, que se loarrebata as a la raz. En ab,illantar vemos, por un lado, que ha aparecido unprefijo y que no atrae el acento, ya que los prefijos en osp. no sen acentua-bIes: por otro lado, hay una desinencia de infinitivo, que s os acentuable yes portadora del acento. Por ltimo, en ab,-illantador se ha aadido un sufi-jo ms, acentuable y nuevo portador del acento. La reglaque resuelve la dis-puta por el acento entre des o ms morfemas acentuables dentro de una mis-ma palabra es relativamente sencilla: se lleva el acento el morfema que estms prximo al final de la palabra. Esta regla funciona tambin en it.: fso,fusllo, fusellto, fusellatz-a, y es un principie general en todas las lenguasromnicas mal llamadas de acento lib,e.

    En osp., como tambin en it., slo las races son siempre acentuables.Son no acentuables las desinencias de gnero y nmero, y, por definicin, loscltices. Les prefijos en osp. son siempre no acentuables, mientras que en it.hay do los des tipos. Por ltimo, en ambas lenguas hay desinencias verbalesy sufijos tanto acentuables como no acentuables. Es este ltimo sector el queprovoca el mayor nmero de disimetras acentuales entre el it. y el osp., yaque en osp. hay ms desinencias verbales y sufijos acentuables que en it., locual favorece que el acento en osp. est ms proximo al final de la palabra.

    tencia de la funcin distintiva del acento en dichas lenguas: en la palabra canto el acento caesobre la penliltima slaba, que es su sede ms frecuente tanto en it. comoen esp.. y por tan-to tal acentuacin puede ser considerada no marcada, o redundante, frente a cant, que se-ra la acentuacin marcada. El planteamiento de Garde, segn Canepari, es slo admisibleen el marco de la fontica experimental, no en el de la fonologa funcionalista. Un trata-miento amplio y completo de la cuestin se encuentra en Bertinetto (1981: 41-53).

    ~ q: Garde(1968: 100-138).

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    En el otro extremo est el runv, lengua que presenta menos sufijos y desi-nencias acentuables que el it., lo cual implica que sea una lengua ms es-drjula20. As vemos, por ejemplo, que mientras en esp. la desinencia del in-finitivo es siempre acentuable, en it. no siempre lo es, lo cual generafrecuentes disimetras acentuales: nteter/mtte,-e, querer/chtidere. El sufi-jo adjetival del esp. -il (it. -ile) es unas veces acentuable y otras no, mientrasque en it. prcticamente siempre os no acentuable, lo cual da lugar a nis di-simetras: replil 1 rtrile, proyectil /proittile, etc.

    En aquellas lenguas en las cuales la sedo acenlual est determinada porla estructura morfolgica de la palabra, pero sin sobrepasar un lmite silbi-co determinado, se dice que el acento goza de libertad limitada. Es el casodel griego clsico y, en cierto modo, tambin del osp., donde el acento rara-mente so sita antes de la antepenltima sflaba21. Por ltimo, la italiana, se-gun Garde, es una lengua de acento con libertad ilimitada22.

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    20 El origen de este fenmeno de la lingtiistica romnica es el siguiente: En los ro-mances occidentales el ritmo del lenguaje tiende a concentrar la fuerza espiratoria en la vo-cal acentuada, detrs de la cual no suelen tolerar ms de una slaba. En consecuencia, ha de-sapaxecido o se ha reducido mucho la acentuacin dactlica [esdrjula]. En cambio, losromances orientales conservan gran nmero de esdrjulos (Lapesa, 1981: 20.2).

    21 Cf Alarcos (1965: 54) y Alcina-Blecua (1983: 28.1.1).22 Garde (1972: 125): non esiste unalegge di limitazione sulle ultime tre sillabe del-

    la parola, come si dice talvolta, enoneamente. Senza dubbio le parole accentate primadella terzultima sono relativamente poebe, r.--i- Ma quando il fatto si produce lo stesso, laregola formulata da noi si applica rigorosamente, senza che nessuna obiezione vi si op-ponga.

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