mohamed chukri y tánger

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H acía años que no visitaba Tánger, la última fue para preparar la banda sonora de la película Kasbah de Mariano Barroso. La relación familiar que me une a ella y la proximidad geográfica la convirtieron en el primer territorio de África que pisé hace más de veinticinco años. Este verano volvimos a recorrer el norte del país; Xauen, Tetuán y la ciudad que, según la leyenda, fundó Anteo, hijo de Neptuno, aunque parece más cierto que fueran los fenicios. Parte de la culpa del viaje la tuvieron Yolanda, que acababa de venir del Alegría Festival, y Javier de Cambra, siempre curioseando sobre Randy Weston y sus gnawa, o Chaui animándonos a ver los cambios desde la llegada de Mohamed VI. Una de las primeras cosas que hice fue visitar la Librería des Colonnes del Bulevard Pasteur, que durante años regentaron Isabelle e Yvonne Gerofi y dirigió la valenciana Rachel Muyal. Punto de encuentro y dinamización cultural imprescindible, en ella trabajó Ángel Vázquez, autor de La vida perra de Juanita Narboni, una de las mejores novelas en castellano que no ha contando con el reconocimiento debido. Vázquez falleció en una pensión de la madrileña calle Atocha después de quemar los originales de sus dos últimas obras. Compré varios libros y el catálogo El escritor y su ciudad, publicación oficial de la exposición Mohamed Chukri y Tánger que se pudo visitar en el Instituto Cervantes hasta septiembre. Nunca estuve en una institución española en el exterior excepto el Cervantes de Casablanca para visitar al amigo Elarbi El Harti, pero no dudé en acudir a la muestra. Quería ver en imágenes lo que Chukri y otros vivieron y que no había encontrado en visitas anteriores. La exposición recorre el mundo del escritor de la mano de Rachid Ouettassi y Rachid Taferssiti, dos enamorados de la ciudad. Muestra fotográfica donde se observa al escritor trabajando, en su apartamento, descansando, con los niños de Darna... y una selección de sus amigos: Paul Bowles, Tahar Ben Jelloun, Juan Goytisolo, Mohamed Mrabet, Larbi Yacoubi, Daniel Rondeau, Mohamed Fquih Regragui, Farida Benlyazid y la mencionada Rachel Muyal. Paisajes, plazas, calles, playas, cementerios, un niño cuidando la tumba de Jean Genet, el Zoco Chico, Marshan, cafés como el de París, el más famoso de la ciudad. El Hafa. que al atardecer se llena de jóvenes soñando un mundo mejor observando las luces de Tarifa, o Algeciras, tan próximas y que parece que puedan abrazarse. El de Los Navegantes al [26] ritmos biblioteca MOHAMED CHUKRI Y TÁNGER libros MICHAEL CHABON El sindicato de policía yiddish MONDADORI Inolvidable, su irrupción en el imaginario colectivo. De la mano de Las Asombrosas Aventuras de Kavalier y Clay, Chabon arrasó en ventas,acumuló elogios entusiastas y consiguió que todo aquel que empezara a leer las andanzas de los creadores de El Escapista no pudiera abandonarlas. Novela con marchamo de clásica pese a la juventud de su autor, repleta de detalles y documentada hasta lo obsesivo, inició una carrera literaria que no ha decaído y de la que este volumen es su momentáneo último episodio. Chabon en estado puro, se comprueba al adentrase en las peripecias de un detective a la vieja usanza que intenta aclarar la muerte de un junkie en un hotel de mala muerte ubicado en Sitka, un imaginario territorio judío creado en Alaska. Política ficción, poderes fácticos, corrupción e intereses ocultos acompañan al deambular del disfuncional detective Landsman, apoyado por un elenco de secundarios infalible que permite oler el miedo, sentir la náusea, dudar hasta de lo evidente. De ritmo trepidante, trufada de diálogos ingeniosos con reminiscencias Chandlerianas y su proverbial mala leche, la novela no posee el perfecto engranaje interior de su hermana mayor, lastrada quizás por el reiterado uso de vocabulario yid que obliga a acudir al pequeño glosario final, adoleciendo quizás de falta de concreción en el desarrollo de un final ambicioso. Pero, a pesar de sus carencias, proporciona grandes momentos y logra que el contacto casi físico con lo que en sus páginas se narra cree un enganche emocional con lo que en ellas sucede. _Alfred Crespo ILIAN PAPPÉ La limpieza étnica de Palestina ED. MEMORIA CRÍTICA “Soy consciente de que se necesitará mucho más que este libro para invertir una realidad que demoniza a un pueblo que ha sido colonizado, ocupado y expulsado, y glorifica en cambio a las mismas personas que lo colonizaron, ocuparon y expulsaron”. Justo después de leer este libro del historiador israelí Ilian Pappe, hice un viaje por diversos lugares geográficos de Israel descritos en este libro. Tenía la sensación de andar sobre la ruinas de un país, pisando edificios destruidos, pueblos enteros explotados, campos quemados, o cementerios de personas asesinadas. Los pueblos y los bosques del actual Israel se asientan exactamente sobre las ruinas de todo el pueblo palestino planificadamente expulsado (más de 800.000 personas) y sus pueblos demolidos y borrados despiadadamente del mapa. De 1947 a 1949, después de una resolución de las Naciones Unidas, se creó el estado de Israel sobre el territorio palestino y los dirigentes y las milicias de movimiento sionista que reclamaba una tierra para el pueblo judío, procedieron a la Recordando al escritor marroquí en el quinto aniversario de su muerte [Texto: Rubén Caravaca (http://rubencaravaca.blogspot.com)]

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Artículo publicado en el número 7 de la revista Ritmos del Mundo, correspondiente a los meses de noviembre-diciembre de 2008.

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Page 1: Mohamed Chukri y Tánger

Hacía años que no visitaba Tánger, la última fue para preparar la banda sonora de la película Kasbah de Mariano Barroso. La relación familiar que me une a

ella y la proximidad geográfica la convirtieron en el primer territorio de África que pisé hace más de veinticinco años. Este verano volvimos a recorrer el norte del país; Xauen, Tetuán y la ciudad que, según la leyenda, fundó Anteo, hijo de Neptuno, aunque parece más cierto que fueran los fenicios. Parte de la culpa del

viaje la tuvieron Yolanda, que acababa de venir del Alegría Festival, y Javier de Cambra, siempre curioseando sobre Randy Weston y sus gnawa, o Chaui animándonos a ver los cambios desde la llegada de Mohamed VI.

Una de las primeras cosas que hice fue visitar la Librería des Colonnes del Bulevard Pasteur, que durante años regentaron Isabelle e Yvonne Gerofi y dirigió la valenciana Rachel Muyal. Punto de encuentro y dinamización cultural imprescindible, en ella trabajó Ángel Vázquez,

autor de La vida perra de Juanita Narboni, una de las mejores novelas en castellano que no ha contando con el reconocimiento debido. Vázquez falleció en una pensión de la madrileña calle Atocha después de quemar los originales de sus dos últimas obras. Compré varios libros y el catálogo El escritor y su ciudad, publicación oficial de la exposición Mohamed Chukri y Tánger que se pudo visitar en el Instituto Cervantes hasta septiembre. Nunca estuve en una institución española en el exterior excepto el Cervantes de Casablanca para visitar al amigo Elarbi El Harti, pero no dudé en acudir a la muestra. Quería ver en imágenes lo que Chukri y otros vivieron y que no había encontrado en visitas anteriores.

La exposición recorre el mundo del escritor de la mano de Rachid Ouettassi y Rachid Taferssiti, dos enamorados de la ciudad. Muestra fotográfica donde se observa al escritor trabajando, en su apartamento, descansando, con los niños de Darna... y una selección de sus amigos: Paul Bowles, Tahar Ben Jelloun, Juan Goytisolo, Mohamed Mrabet, Larbi Yacoubi, Daniel Rondeau, Mohamed Fquih Regragui, Farida Benlyazid y la mencionada Rachel Muyal. Paisajes, plazas, calles, playas, cementerios, un niño cuidando la tumba de Jean Genet, el Zoco Chico, Marshan, cafés como el de París, el más famoso de la ciudad. El Hafa. que al atardecer se llena de jóvenes soñando un mundo mejor observando las luces de Tarifa, o Algeciras, tan próximas y que parece que puedan abrazarse. El de Los Navegantes al

[26] ritmos

biblioteca

MOHAMED CHUKRI Y TÁNGER

librosMICHAEL CHABONEl sindicato de policía yiddishMONDADORIInolvidable, su irrupción en el imaginario colectivo.

De la mano de Las Asombrosas Aventuras de Kavalier y Clay, Chabon arrasó en ventas, acumuló elogios entusiastas y consiguió que todo aquel que empezara a leer las andanzas de los creadores de El Escapista no pudiera abandonarlas. Novela con marchamo de clásica pese a la juventud de su autor, repleta de detalles

y documentada hasta lo obsesivo, inició una carrera literaria que no ha decaído y de la que este volumen es su momentáneo último episodio. Chabon en estado puro, se comprueba al adentrase en las peripecias de un detective a la vieja usanza que intenta aclarar la muerte de un junkie en un hotel de mala muerte ubicado en

Sitka, un imaginario territorio judío creado en Alaska. Política ficción, poderes fácticos, corrupción e intereses ocultos acompañan al deambular del disfuncional detective Landsman, apoyado por un elenco de secundarios infalible que permite oler el miedo, sentir la náusea, dudar hasta de lo evidente. De ritmo trepidante, trufada de diálogos ingeniosos con reminiscencias Chandlerianas y su proverbial mala leche, la novela no posee el perfecto engranaje interior de su hermana mayor, lastrada quizás por el reiterado uso de vocabulario yid que obliga a acudir al pequeño glosario final, adoleciendo quizás de falta de concreción en el desarrollo de un final ambicioso. Pero, a pesar de sus carencias, proporciona grandes momentos y logra que el contacto casi físico con lo que en sus páginas se narra cree un enganche emocional con lo que en ellas sucede. _Alfred Crespo

ILIAN PAPPÉLa limpieza étnica de PalestinaED. MEMORIA CRÍTICA“Soy consciente de que se necesitará mucho más que este libro para invertir una realidad que demoniza a un pueblo que ha sido colonizado, ocupado y expulsado,

y glorifica en cambio a las mismas personas que lo colonizaron, ocuparon y expulsaron”. Justo después de leer este libro del historiador israelí Ilian Pappe, hice un viaje por diversos lugares geográficos de Israel descritos en este libro. Tenía la sensación de andar sobre la ruinas de un país, pisando edificios destruidos, pueblos enteros explotados, campos quemados, o cementerios de personas asesinadas. Los pueblos y los bosques del actual Israel se asientan exactamente sobre las ruinas de todo el pueblo palestino planificadamente expulsado (más de 800.000 personas) y sus pueblos demolidos y borrados despiadadamente

del mapa. De 1947 a 1949, después de una resolución de las Naciones Unidas, se creó el estado de Israel sobre el territorio palestino y los dirigentes y las milicias de movimiento sionista que reclamaba una tierra para el pueblo judío, procedieron a la

Recordando al escritor marroquí en el quinto aniversario de su muerte[Texto: Rubén Caravaca (http://rubencaravaca.blogspot.com)]

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lado del Hotel Continental, refugio de vividores y artistas durante décadas. El Negrero, La Poste, El Minzah o el Ritz, donde pasó buenos momentos acompañado de su amiga más fiel: la bebida.

Leí El pan desnudo en 1992. Me impresionó su crudeza y sordidez, que Chukri fuera analfabeto hasta los 21 años, y que su primer cuento no se publicara en su país sino en una revista libanesa. Nació en 1935 en Qabila Beni Chikr, pequeña aldea del Rif, en tiempos del Protectorado Español. Una infancia marcada por la ocupación y por un Tánger internacional donde se daban cita todo tipo de personajes y buscavidas, en el que sólo los marroquíes colaboracionistas tenían acceso a los lugares de los extranjeros; forasteros que desconocían la sociedad marroquí y para los que el mundo giraba sobre sí mismos y sus fiestas.

Chukri fue maltratado por su padre, que no dudó en asfixiar a su hermano un día que no dejaba de llorar. Su odio hacia su primogénito y la miseria le obligan a huir. Se busca la vida en prostíbulos. Huye de policía y pedófilos durmiendo en cementerios. Roba o vende periódicos y productos de contrabando,

ejerce de limpiabotas, chapero y guía ocasional. Su afán por formarse le conduce a Larache, donde realiza sus primeros estudios, acabando de profesor y convirtiéndose en escritor. Todo se refleja en su corta e intensa obra, la mayoría autobiográfica o muy cercana a su entorno.

El pan desnudo muestra unos ambientes que no se habían reflejado en la literatura árabe de manera tan explícita. Rompe tópicos, dogmatismos, prejuicios y tabúes. Traducida a varios idiomas y prohibida en Marruecos por orden expresa del Ministro del Interior, el todopoderoso Driss Basri, por considerarla pornográfica y mal ejemplo para la juventud. En el año 2000 se levantó el veto. Jomeini le condenó a muerte y en varios países se prohíbe por la presión de las jerarquías religiosas. La censura de sus textos le obliga a dejar de publicar durante más de una década. Tiempo de errores y Rostros, amores y maldiciones completan la trilogía basada en su vida, aunque realmente sólo El pan desnudo se puede considerar autobiográfica al cien por cien. Literatura muy dura de la que crea callo, conmueve y sorprende, como el relato de un hombre que hace una felación a su anciano

padre para que éste no tenga que buscar ninguna mujer que haga peligrar su herencia. En el 2004 el director argelino Rachid Benhadj llevó al cine la novela.

El 15 de noviembre se cumplen cinco años de su muerte en el hospital militar de Rabat donde dicen fue trasladado por deseo de Mohamed VI, víctima de un cáncer, y de sus correrías, juergas, bebidas desenfrenadas y el majoun. Al entierro en el cementerio de Marshan asistieron el Ministro de Cultura y altos funcionarios del gobierno y del Palacio Real. Al estar casado –como decía– sólo con la literatura, creó una fundación que posee los derechos y manuscritos. Dejó una pensión vitalicia a Fathia, que se encargó de sus labores domésticas durante años. Sus amigos españoles le han dedicado páginas con mucho cariño, respeto y reconocimiento. Antes de concluir este texto me acerqué a las dos librerías más importantes de Madrid, en ninguna de ellas hay un sólo ejemplar de Chukri. Un escritor que nos ha permitido conocer mejor su ciudad, convirtiéndola en más mítica todavía. Su literatura me ha ayudado a superar la visión turística, recuperando una ciudad que en viajes anteriores no supe descubrir.

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limpieza étnica del territorio que Palestina llama la Nakba (la “Desgracia”). Paseé por el campus la Universidad de Tel Aviv construida bajo el pueblo palestino de Sheikh Mwannis definitivamente borrado del mapa, o sobre las ruinas aún visibles del pueblo fantasma de Lifta en Jerusalén, ambos pueblos muy activos en la Palestina histórica. Israel, en ese proceso de “amnesia selectiva” de su historia, ha negado sistemáticamente la Nakba apoyado por una “historiografía oficial” (a la cual no pertenece Pappé claro). Una amnesia colectiva isrelí que Pappé quiere romper y restituir, que tal vez esconde un miedo a girar los ojos y descubrir que su país se basa en una de las grandes vergüenzas históricas del siglo XX. Una amnesia que se esconde bajo un triple chantaje ideológico: el de de que los países que lo rodean quieren destruirlo como si Israel no hubiera “destruido” todo un país de facto; el antisemitismo como si Israel no aplicara todo su racismo para destruir uno de los pueblos que menos hizo contra los judíos como para ser destruido; o la seguridad como si alguna persona en Palestina viviera “seguro” bajo el azote del castigo colectivo al que es sometido por Israel. _Sàgar Malé

BADIA HADJ NASSEREl velo al desnudoALCALÁ GRUPO EDITORIALTánger es una de las ciudades que más literatura ha deparado. Hace un año una editorial de Alcalá la Real (Jaén) publicó El velo al desnudo de la

tangerina Badia Hadj Nasser, una psicoanalista que vive entre su ciudad natal y París. Para muchos se trata de la novela más valiente escrita por una mujer marroquí. Un relato audaz, templado, sin complejos, que en momentos estremece, incluso irrita cuando refleja

abiertamente una sociedad donde sus miembros más activos, sobre todo si son mujeres, deben navegar esquizofrénicamente sobre los límites en los que deben o pueden moverse. La novela expresa la historia de una joven, Yasmina, nacida

en el seno de una familia tradicional y los cambios que se producen en su vida cuando se enamora de un cooperante extranjero, lo que le lleva a ser rechazada por sus familiares, que no entienden su pretensión por tener una identidad personal diferenciada. Una narración atrevida, donde no faltan los relatos de contenido sexual, muestra las situaciones de muchos jóvenes magrebíes que no quieren renunciar a su identidad, pero que tampoco quieren perderse lo novedoso que van descubriendo. Una mezcla de literatura y realidad vivida. Un amasijo de educación burguesa y los deseos de igualdad e individualidad. Puede sorprender un relato tan directo, ya que la visión que tenemos de Marruecos está llena de tópicos y tabúes que poco se asemeja a lo real. Badia Hadj Nasser rompe con muchos de ellos. El título El velo al desnudo refleja el entorno de las mujeres que ocultan su rostro ante evoluciones que no acaban de comprender, pero también para encubrir sus andanzas –sean estas más o menos honradas–; tiene cierta semejanza con El pan desnudo, de Mohamed Choukry. Similitudes que van más allá de las denominaciones de sus obras. _Rubén Caravaca

Recordando al escritor marroquí en el quinto aniversario de su muerte

e izquierda a derecha: Mohamed Chukri, Mohemed con Jean Genet y la portada del catálogo de la exposición.