¿modernidad versus tradición?
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Sociología del PerúTRANSCRIPT
AZKOPEUK, AÑO I, Nº 03
¿MODERNIDAD VERSUS TRADICIÓN?
� ELOY ÁVALOS
penas si han pasado 45 días desde los hechos de Bagua, en la Amazonía
Peruana, y ya parece quedar en aquella parte del cerebro, que los
peruanos muestran tener con tal fuerza de atracción, que hechos
históricos como estos parecen nunca volver más a recordar. Pero, si algún destello ha
quedado de aquellos acontecimientos, es el planteamiento del problema como si fuera
un conflicto entre la modernidad y la tradición. Esto, me parece incorrecto.
Es difícil, aún para los propios sociólogos, delimitar una frontera clara entre
modernidad y tradicionalidad. Pero, es consenso que hablar de modernidad, es
hablar de un conjunto de hechos históricos que se iniciaron en el curso del siglo XIX,1
que a su vez conllevan a un discurso, el discurso de la liberación, donde se reclama la
autonomía en el conocimiento, en lo político y en lo económico. Alfred Marshall, en
1890, señalaba: "La deliberación, y no el egoísmo, es lo que constituye la característica
esencial de la edad moderna". Luego, coherentemente prosigue: "En ninguna parte es
posible hallar mayor número de comodidades, unidas a menores sufrimientos, que en nuestras
naciones occidentales de la época presente". Finalmente agrega: ". . . el comercio y la
industria modernos se caracterizan por el aumento de la confianza en los actos humanos, por
la previsión y por una deliberada libertad de elección".2
1 HABERMAS, Jürgen. El discurso filosófico de la modernidad. Madrid: Katz Editores, 2008. 2 MARSHALL, Alfred. Principios de economía. Un tratado de introducción. Madrid: Aguilar S. A. de
Ediciones, 1957, p. 7 - 10.
A
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Por otro lado, desde la Sociología, Wagner señala que de la orilla de la perspectiva
de la sociedad occidental del siglo XX, podría verse como: "La creciente capacidad de
rendimiento de la economía, de la política, de la administración y de la ciencia liberaría a los
individuos concretos de muchas angustias y miserias que habían caracterizado a las sociedades
tradicionales".3
Queda claro, que la descripción de los hechos del siglo XIX y XX, no son
descripciones del devenir histórico de la humanidad, sino tan sólo la del mundo
occidental, de aquellos países donde la revolución industrial y las revoluciones
políticas burguesas, conjuntamente o dispersamente, han devenido en un proyecto
cuyo discurso ideológico tiene como centro "la libertad y la autonomía individual".
Entonces para esta parte del mundo, la modernidad significa la superación de ciertas
formas de desarrollo político, económico y cognitivo. En ese sentido, nuestra
Amazonía y los Andes peruanos (“Mundo Andino” en general), no son parte
endógena de este proceso, menos aún parte del "proyecto de modernidad".
Pero, si algo ha quedado vacío en el discurso de la modernidad, inclusive en el
mismo mundo occidental, es que su praxis sólo ha permitido la liberación de una
parte del mundo, y ésta a costa de la otra parte de ella. Su liberación se sostiene en el
sometimiento de la otra. Y justamente, el mecanismo de transmisión de esto ha sido el
libre comercio, la libertad económica, como consecuencia del ejercicio de una “libertad
individual”. Otra vez, en ese sentido, nuestro Mundo Andino, no caben en su
concepción de "pobreza" y menos tiene sentido plantear su mejora cuando desde su
propia perspectiva no lo requiere.
Habrase preguntado alguien si existe la posibilidad de evaluar los modos de vida
y expresiones culturales de nuestro mundo, de nuestra cultura, junto a los supuestos
beneficios de la modernidad y sus propios problemas. Es más entendible ahora, el por
3 WAGNER, Peter. Sociología de la modernidad. Barcelona: Herder Editorial, 1997.
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qué las democracias en nuestras sociedades no son funcionales a las necesidades de
un país que aún tiene su propia y autónoma dinámica cultural, económica y por
supuesto, también política. Aunque, como lo evidencian los sucesos suscitados en
Bagua, con amenazas ya concretizadas de dominio y sometimiento.4
Entonces, no existe conflicto entre modernidad y tradición cuando nos referimos
al conflicto de Bagua. Es más bien este Estado Peruano la creación y expresión de la
modernidad foránea y que en su práctica transforma el discurso de la modernidad en
un discurso vacío, anti – histórico y de sometimiento. Se trata de dominar a aquellas
sociedades ajenas a su lógica moderna para seguir sosteniendo la "liberación" de sólo
una minoritaria parte de la humanidad.
Si partimos por reconocer que el Perú no debe seguir mirándose "sólo" desde la
modernidad (occidentalmente),5 entonces debe refundarse en nuestro país un Estado
Confederado, en el que se expresen equitativamente los intereses, por así decirlo, de
los aymaras, los shipibos, los ashaninkas, de nosotros los criollos y todas aquellas
pequeñas naciones existentes en nuestro país. Así, nunca más este Estado será pieza
de los intereses del mundo occidental.
4 A mi entender, no hay frase más moderna en Marx, como aquella que dice: "La historia de todas
las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases". MARX, Karl y F. ENGELS.
Manifiesto del Partido Comunista. En “Obras Escogidas”. Moscú: Editorial Progreso, 1983, p. 32. 5 Como aquellas frases que sostienen, "peruanicemos al Perú", "ni Washington ni Moscú", etc.