mitos y leyendas apnea

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EL FASCINANTE MUNDO DE LA APNEA; ORIGEN, MITOS Y LEYENDAS. Mitos, leyendas y relatos de antiguos historiadores forjan el origen de esta disciplina, que se remonta 10.000 años atrás, con la necesidad de obtener alimentos del fondo marino, de las poblaciones asentadas en las costas de mares y lagos. Los primeros hallazgos de la pesca en apnea realizados por paleontólogos, fueron en la costa del mar Báltico, donde habitaba una comunidad llamada Kojkenmodinguer, “los comedores de conchas”, y donde se hallaron restos de moluscos, hecho que presupone el conocimiento de las técnicas de inmersión para la recolección de los mismos. Numerosos objetos ornamentales de nácar, hallados en culturas mesopotámicas (4500 a.C.) y egipcias (3200 a.C.) ponen de manifiesto también el uso de estas técnicas. Seguramente, en las costas del Mediterráneo también se practicaba la apnea, ya que muchos historiadores señalan el uso de una sustancia colorante destinada al teñido en rojo oscuro de las túnicas de reyes y emperadores, que se extrae de la glándula “purpurígena” de moluscos gasterópodos muy comunes en nuestras costas. Son numerosas las historias y fábulas que relatan episodios de famosos personajes que evidencian la práctica de la apnea en tiempos pasados. Una posible figura de apneísta en la mitología minóica es la de Glauco, “El Verde Marino”, un pescador que se transformó en dios marino debido a una hierba mágica que tenía el poder de resucitar a los peces. Una antigua leyenda narra cómo el rey macedonio Alejandro Magno, descendió al fondo del mar hundiéndose encerrado en un recipiente de cristal hecho a medida. Al subir a la superficie afirmó divisar un monstruo rondar por los alrededores durante tres días y tres noches. En el Siglo IV a.C., en época romana, aparece la figura de los urinatores, “los que van bajo el agua”, los cuales se encargaban de recuperar anclas encalladas, el forzamiento de barreras e incluso de la defensa submarina. Cuentan que Cleopatra pagó a dos buceadores para gastar una broma a uno de sus pretendientes, Marco Antonio, que consistió en nadar bajo el agua y colocar en el anzuelo de su caña un pez seco salado.

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EL FASCINANTE MUNDO DE LA APNEA; ORIGEN, MITOS Y LEYENDAS.

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Page 1: Mitos y leyendas apnea

EL FASCINANTE MUNDO DE LA APNEA; ORIGEN, MITOS Y LEYENDAS.

Mitos, leyendas y relatos de antiguos historiadores forjan el origen de esta disciplina, que se remonta 10.000 años atrás, con la necesidad de obtener alimentos del fondo marino, de las poblaciones asentadas en las costas de mares y lagos.

Los primeros hallazgos de la pesca en apnea realizados por paleontólogos, fueron en la costa del mar Báltico, donde habitaba una comunidad llamada Kojkenmodinguer, “los comedores de conchas”, y donde se hallaron restos de moluscos, hecho que presupone el conocimiento de las técnicas de inmersión para la recolección de los mismos.

Numerosos objetos ornamentales de nácar, hallados en culturas mesopotámicas (4500 a.C.) y egipcias (3200 a.C.) ponen de manifiesto también el uso de estas técnicas.

Seguramente, en las costas del Mediterráneo también se practicaba la apnea, ya que muchos historiadores señalan el uso de una sustancia colorante destinada al teñido en rojo oscuro de las túnicas de reyes y emperadores, que se extrae de la glándula “purpurígena” de moluscos gasterópodos muy comunes en nuestras costas.

Son numerosas las historias y fábulas que relatan episodios de famosos personajes que evidencian la práctica de la apnea en tiempos pasados.

Una posible figura de apneísta en la mitología minóica es la de Glauco, “El Verde Marino”, un pescador que se transformó en dios marino debido a una hierba mágica que tenía el poder de resucitar a los peces.

Una antigua leyenda narra cómo el rey macedonio Alejandro Magno, descendió al fondo del mar hundiéndose encerrado en un recipiente de cristal hecho a medida. Al subir a la superficie afirmó divisar un monstruo rondar por los alrededores durante tres días y tres noches.

En el Siglo IV a.C., en época romana, aparece la figura de los urinatores, “los que van bajo el agua”, los cuales se encargaban de recuperar anclas encalladas, el forzamiento de barreras e incluso de la defensa submarina.

Cuentan que Cleopatra pagó a dos buceadores para gastar una broma a uno de sus pretendientes, Marco Antonio, que consistió en nadar bajo el agua y colocar en el anzuelo de su caña un pez seco salado.

Según el historiador Tito Livio, durante el reinado del macedonio Perseo (212-166 a.C.) valiosos tesoros fueron recuperados por sus buzos.