misión hermanas apostólicas de cristo crucificado

7/25/2019 Misión Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado

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E l nombrede Herma-nas Apos-

tólicas de CristoCrucificado nosidentifica como fa-milia religiosa den-tro de la Iglesia. Co-mo congregación, naci-da el 13 de septiembre de1939, tenemos una forma de ser,una personalidad peculiar que lla-mamos “carisma”; don que Diosregala, en este caso a las funda-doras, madreMaría Séiquer Gayáy madre Amalia Martín de la Es-calera , para vivir el seguimientode Jesús de una forma concreta.

Nacimos gracias a la disponi-bilidad y generosidad de estasdos grandes mujeres que, escu-chando la voz del Señor, decidie-

ron seguir el ca-mino del Evan-gelio en la fa-ceta del Miste-rio Pascual, contodo lo que sig-

nifica de muertey de vida.Estamos llamadas

a vivir con intensidad lasactitudes de Cristo Crucificado: loque conlleva de entrega, perdón,confianza, abandono en las ma-nos del padre, gratitud, servicio...;opción por lo pequeño, por lo po-bre, por lo que no cuenta... Estavivencia nos impulsa a buscar alhermano que sufre y que estámarcado por la Cruz para aliviarsu situación, dando esperanza yvida donde aparentemente solose ve sufrimiento y muerte.

Nuestra vida tiene dos mira-das: al Crucifijo y a los crucifica-dos, miradas llenas de amor y es-peranza, como Dios mismo mira.

Origen de la congregación Nuestra congregación nació

como nacen todas las cosas deDios, sencillamente, sin que lasabiduría y el poder humanopuedan arrogarse la gloria de ha-ber tomado parte en ellas. Surgiópor inspiración Divina, bajo el in-flujo de la Cruz.

María Séiquer Gayá, nacida enMurcia el 12 de abril de 1891, es-taba casada con D.Ángel RomeroElorriaga, médico otorrino, muyafamado en Murcia; no solo por sueficiencia, sino por su generosidad,su bondad y cercanía con la gen-te sencilla y con los enfermos.

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HERMANAS APOSTÓLICAS DE CRISTO CRUCIFICADO

C A R I S M A S M I S I O N E R O S

Acción evangelizadora en elmundo rural



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Tenían su finca de recreo,llamada “Villa Pilar”, en el pue-

blo de Santo Ángel. Con el iniciode la Guerra Civil española, D. Án-

gel es detenido, encarcelado y fu-silado en la cárcel de Murcia el13 de septiembre de 1936. Maríaexperimenta fuertemente el dolory la soledad de esta perdida. Perolejos de revelarse, acepta con pazy fe la voluntad de Dios y ante

una imagen de Jesús Crucificadoexclama: “Señor, Tú me lo distetodo, Tú me lo quitas todo. Hága-se tu voluntad y no la mía”.

Desde entonces su máximodeseo fue el de Cristo en la Cruz:perdonar y hacer el bien a quie-nes le hicieron mal.

Amalia Martín de la Escalera,una joven santanderina, nació el22 de mayo de 1895, fue la hijamenor de una familia numerosa.En el hogar familiar aprendió laausteridad y el amor a los pobres.Era una mujer extremadamentesensible para las cosas de Dios.

Con las revueltas de la GuerraCivil, Amalia se trasladó a Sala-manca para reponerse de los efec-tos de la confrontación. Despuéspensaba regresar a Santander pa-ra ingresar en el convento de lasMadres Carmelitas Descalzas. Enla mente y en el corazón de Ama-lia cohabitan dos deseos e inquie-tudes: entregar su vida a Dios enel Carmelo y extender el Misteriode Cristo Crucificado entre lasgentes de campos y aldeas. Esteúltimo desasosiego crea un fuerteinterrogante en ella: “¿Por quémientras en las capitales se aglo-meran centros de instrucción tan-to cultural como religiosa habíande quedar abandonados los pue-blos, campos y aldeas?”.

Mientras tanto, María, despo- jada de todo, se convierte en bus-cadora infatigable de la voluntadde Dios y busca cómo consagrar-se toda y solo a Él. Va a Salaman-ca: providencialmente se hospedaen la casa de las Hijas de MaríaInmaculada, donde está Amalia; yallí, en Salamanca, tiene lugar unencuentro preparado por Dios deconsecuencias definitivas.

María y Amalia intercambiandeseos, sueños, ideales, esperan-zas... Conforme van conociéndose

C A R I S M A S M I S I O N E R O S



descubren que Alguien más fuer-te que ellas las vinculaba parasiempre en un proyecto común.

Dejándose guiar por el Espíri-tu, emprenden la tarea, nada fácil,de fundar una congregación reli-giosa que se ocupe de los núcleosrurales. Dios va mostrando sus ca-minos, está naciendo en la Iglesiala congregación de HermanasApostólicas de Cristo Crucificado.

La generosidad y amor queellas vivían pronto atrajo a otras jóvenes con similares inquietudesy esta familia empezó a crecer.

María Séiquer muere en Mur-cia, en Villa Pilar, nuestra CasaMadre, el 17 de julio de 1975. Ellema de su vida fue “amar y per-donar al estilo de Cristo”. AmaliaMartín muere también en Murcia,en Villa Pilar, el 1 de marzo delaño 1984. “Su vivir fue Cristo ymorir su ganancia”. Un lema devida del que supo hacer una re-nuncia constante para asemejarsea su Maestro.

Nuestra labor misionera “Nuestro carisma nos compro-

mete a trabajar en la restaura-ción cristiana de la sociedad,principalmente en las zonas rura-les, por medio del testimonio de

nuestra vida y por nuestra acciónevangelizadora a través de laeducación y promoción integralde la persona” (Const. 55).

Este es nuestro objetivo: vivircon el pueblo, participando desus alegrías y sufrimientos; sien-do testimonio, con nuestra vida,de la mejor obra evangelizadora;aportando todo lo que somos ytenemos en beneficio de las per-sonas que nos rodean.

La congregación de HermanasApostólicas de Cristo Crucificadodesarrollamos todas nuestras ac-tividades apostólicas (guarderías,comedores, hogar de niños, dis-

pensarios, escuelas infantiles...)de una manera desinteresada ysiempre en zonas rurales.

La participación en la vida dela parroquia es muy importantepara nuestra congregación. Fue eldeseo de nuestras fundadoras: tra-bajar e incrementar la vida de laparroquia, participando en la pas-toral evangelizadora del pueblo.

Actualmente tenemos nuestrascasas en pueblos de España, Hon-duras, Guatemala, El Salvador, Re-pública Dominicana, Bolivia y, re-cientemente, en Mozambique.

HERMANASA POSTÓLICASDECRISTOCRUCIFICADO

e cara al mañana, queremos seguir siendo fieles al carisma re-cibido de nuestras fundadoras, que nos urge a la misión deproclamar el mensaje del Crucificado. "Nos sentimos llamadas

a cristianizar por la Cruz y la Resurrección de Cristo todas las situa-ciones humanas, principalmente el trabajo, la pobreza y el sufri-miento de los más necesitados" (Const. 7).Procurar estar presentes ante cualquier necesidad que surja en elpueblo y que nuestra compañía pueda servir de esperanza, consue-lo o ayuda..., teniendo siempre presente que la fuerza y la eficacia

de nuestro apostolado no provienen de las grandes cualidades nide las seguridades humanas, sino de Aquel que nos llamó para sermensajeros de su Evangelio.Vivir en misión compartida con los laicos, ofreciéndoles la vivenciadel carisma "Cristo Crucificado" desde su estado laical.

DD

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Nuestros objetivos de futuro

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