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Mis pequeños escritos... .--. Javier Vetas Periodista

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Sentimientos, vivencias, pensamientos y, sobretodo, filosofía de vida.

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Page 1: Mis pequeños escritos

Mis pequeños escritos... .--.

Javier Vetas

Periodista

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9/01/04 02:45h

¿Nunca se han parado a pensar que la vida es como un libro? Pues yo sí, y creo que un libro es una de las cosas que mejor definen la vida. El libro transcurre mediante un número determinado de hojas. Cada libro tiene sus pros y sus contras, pero todos se desarrollan de la misma manera. Tienen sus obstáculos, sus ayudas,… Lo importante de la vida es que no debes preocuparte mucho por aquellas palabras que no entiendes, tan solo debes seguir leyendo y descubrirás que no tiene por qué ser un impedimento a la hora de vivir. Palabras difíciles, puntuación complicada, letra pequeña,… siempre van a existir cortes en la vida. Lo que hay que intentar es luchar por llegar al final, intentar no distraerse en cosas que te guíen al rendimiento. A veces se pierde el interés, pero todo consiste en volver a enhebrar la aguja porque al final siempre se llega a dejar de leer, pero si es al final del libro, mejor. Y no compares tu libro con el del vecino, porque cada persona vive su libro, y cada persona escribe su final.

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16/01/06 1:52h.

Casi un año de vacío. Vacío interior. Vacío moral. ¡Gracias Dios de las cuerdas! ¡Gracias pionera de la iluminación! Casi un año… Tiene que ser ahora… ¿es una señal? ¡Ay Diosa! Es ahora cuando me fijo en ti y vendita la hora. Una vela tenue, sin vida, pero que intenta iluminar esta hoja. Lo has conseguido. Has sabido iluminarme. Tú, tan pequeña y simple. Has podido darle alas a mis dedos, tinta a mi corazón. ¡No te apagues vela mía! Luchemos por sobrevivir. Un instante más. Mi Dios. Ese duende de la música. Líder de mis manos. ¿Qué sería sin ti? Cautivas hasta a la mente más negra, hasta al corazón más vacío. Me cautivas a mí. Seis cuerdas desafinadas en el silencio. Eres el único que sabe acompañar al silencio sin destruirlo. Dioses de mi vida, hasta el nombre os une. Dos velas llorando y una guitarra cantando. No me abandonéis. Pediría, hasta a aquello en lo que no creo, un suspiro en el tiempo. Pediría que no os alejéis de mí. Me dais vida y a la vez… me matáis. Da vida esa melodía, esas notas del Concierto de Aranjuez, esos dedos de Paco de Lucía. Dan vida esas dos llamas. Dan vida y movimiento. Pero también dais muerte, Ambos os apagáis. Ambos me dejáis aquí. Solo. Con vuestro eterno recuerdo. Con mi eterna esperanza. Es una muerte lenta y dolorosa. Es una muerte que ha nacido con estas letras… y con estas letras morirá. Adiós vela…

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Jueves 31 de julio de 2008

Adiós mes de julio. Bienvenido agosto. Aunque lo de bienvenido habría que analizarlo más profundamente. Treinta y tres grados en mi estudio. Fuera hace algo más fresco, por lo menos 32º. Estoy en pelota picada, con las ventanas abiertas (y las persianas también), por lo que los vecinos deben flipar conmigo. Aunque llevo ya más de un mes haciendo lo mismo así que quizás sea por eso por lo que ahora tienen las persianas cerradas ellos. Lo peor es que miro a la pared y veo el aire acondicionado. Pero no quiero encenderlo porque las vacas hace tiempo que no comen. Hace un par de horas he dejado las llaves del coche al mecánico para que le echara un vistazo a la fuga del sistema hidráulico. Lo verá mañana, así que me toca madrugar algo más para ir en autobús al curro. El sábado trabajo para ganar unas pelillas de camarero. Se me fue la pinza y dejé a mi novia, ahora ex, hace un mes y medio más o menos. Y tras contar todo lo negativo por lo que estoy pasando…voy a seguir haciéndolo… jeje. Normalmente, un desamor siempre ha significado para mí una letra nueva para algún ritmo nuevo de mi guitarra. Siempre dije que Vero era distinta. No me sale nada, ni siquiera uno de esos ritmos que de vez en cuando surgían. No tengo pelas, no tengo novia, pero lo que sí tengo es un calor de la hostia!!! Bueno y de escribir ni digamos, esto puede ser lo más absurdo que he escrito en mi vida, sin contar la vez que me puse ciego y me puse a componer una canción absurda. Pero graciosa, esto ni siquiera llega a algo mediocre. En fin, dicen que (bueno, digo yo), que escribir sienta bien. A si que a ver si me alegro pronto porque la silla se me está empezando a incrustar en la espalda. Menos mal que es una de estas de playa. Pues sí, vivo en Málaga y tengo la playa a unos kilómetros, pero como el coche lo tengo en el taller, pues ya ves, con la silla de playa en el salón. ¿Y lo bien? (como diría Miriam) Estaba ahora mismo pensando en Vero, para variar, e iba a hablar de ella, pero ya que no quiere saber nada de mí, como es comprensible, pues voy a respetar sus deseos al menos en esto y lo voy a evitar. De música tengo puesto `yerba buena', el último de mis CDS -los tengo por orden alfabético- y en la tele juega Moya contra un tal davydenko, ni puta idea. Ha salido una tía wenísima que creo que es la de Cámara Café, la rubia alta esa, que una vez me la encontré en los estudios de Telecinco cuando fui a una entrevista de curro. No, no conseguí el curro… y por si alguno está dudando, tampoco me tiré a la rubia… jeje. Menos mal que me sigue quedando algo de humor, aunque sea del malo. Ahora me ha dado por escalar. Supongo que tras retar una y otra vez mis relaciones, ahora quiero retar a la gravedad. Me encanta. Este finde pasado me hice una apuesta con Pedro: subir una vía 6b en Júzcar sin descolgarme. Perdí la apuesta porque di un pequeño vuelo y lo conseguí a la segunda. Pero Pedro me perdonó los dos cacharros que le debía por echarle cojones. Como dijo mi hermana la última vez que escalé con ella (que por cierto lo hizo de escándalo): tengo mucha rabia retenida dentro. Qué razón más grande. La

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escalada es una de las mejores formas de expulsar las malas energías. Te aferras a la pared y si quieres hacer algo debes hacerlo tú, nadie más, sólo tú, y entonces es cuando tienes que recuperar la confianza en ti mismo. La hayas perdido por un trabajo, por una pelea con un amigo o una amiga, con tus padres, una disputa con tu pareja… sea lo que sea, la escalada hace milagros. Daría lo que fuese ahora mismo por colgarme de un techito, intentando encontrar una pequeña ranura donde meter un dedo, o una mano entera, con las piernas colgando, los brazos temblando y mi mente fría diciendo: tú puedes, salta, confía en ti coño!.................. y saltas………….. y llegas………… y consigues engancharte con una mano…….. y entonces te sientes DIOS, o PACO, llámalo como quieras. Ese pellizco que para algunos significa un pasito más en la vía, para ti significa superarte a ti mismo, significa un obstáculo superado, un paso en la vida, un alivio. Una sonrisa. Eso es para mí la escalada: Una sonrisa verdadera. Nada más por hoy, voy a darme otra ducha de agua fría…… Un abrazo a mí mismo…

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21:14h 29/10/08 Hoy, la realidad ha vuelto a cruzarse conmigo. Pienso que decir `te quiero' de verdad a una persona es difícil, pero también pienso que no poder decirlo cuando realmente te apetece es lo más complicado. Dicen que, aparte de los niños, los borrachos dicen la verdad. Es una lástima, porque precisamente el alcohol es la salida más fácil para olvidar las penas, y lo malo llega con él, ya que bebes para olvidar pero en realidad lo único que haces es darle una y otra vuelta a lo que te preocupa. Hace unos días entrevisté a Javier de las Muelas, una persona encantadora que trabaja en Dry Martini, en Barcelona. Me dijo algo que se me quedó clavado, quizás porque me vi reflejado en todos sus aspectos. Su trabajo es investigar para avanzar el negocio del cóctel, y me dijo que en un restaurante la comida puede parecer lo más importante, pero en realidad quien ocupa ese lugar es la copa previa. Decía que casi toda historia de amor comenzaba con una copa, y todas las de desamor también. Uno de mis artículos habla de que la vida es como un libro, y cada vez le encuentro más el parecido. Te pones a leer un libro, y por motivos varios dejas de leerlo pero, tarde o temprano, te vuelves a encontrar con él. Y entonces tienes varias opciones: lo sigues leyendo (rara vez), lo coges y dices lo típico de `otro día', o bien directamente lo mueves a otra estantería u otro cajón (pero sabiendo que te lo volverás a encontrar y a darle vueltas hasta que no acabes de leerlo). Yo estoy en la tercera fase, y hoy he vuelto a encontrar el libro de mi vida. Ahora mismo estoy seguro de que un 90% de los que lean esto no se habrán enterado de nada, pero el 20% de ese 90 que se atreva a leerlo, se familiarizará con esto y encontrará la moraleja de este artículo. Porque, al fin y al cabo, cada persona es distinta pero todos vivimos los mismos amores, desamores, celos, enfados y alegrías. El 70% de ese 90 que no lo vuelve a leer, algún día caerá y me dirá lo que hace poco me dijo una amiga: `en su día no sabía lo que decías, pero ahora ya lo sé y tienes toda la razón'. Y, por último, al 10% que lo entienda a la primera quiero decirle: lee tu libro, que nadie lo puede hacer por ti, y no busques más cajones para algo que sabes que seguirá estando ahí hasta que llegues al final. El final lo decides tú.

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Me gusta escribir, es mi trabajo, mi pasión y mi sueño. Aquí os dejo un pedacito que acaba de salir de mis dedos:

21:29h. Procuras que la vida nunca vuelva atrás, procuras que los días te permitan respirar. Te dices a ti mismo que tú estás hecho para triunfar, pero el bordillo de la esquina te hace reaccionar. ¿Vivir a 100 por hora? Puede que llegue a funcionar, aunque más vale ir a 50 para que el golpe no sea mortal. Recuerdo cada instante como un momento inolvidable, y paradójicamente lo hago cuando estoy más inestable. Vives cuatro meses. Cinco. E incluso seis. Pero llegas al noveno y te vuelves del revés. Un día inventé una frase, que surgió así sin querer, y es que la realidad se volvió cruzar en mi camino y es cuando vuelves a poder ver. Tú no miras al futuro, al presente ni al pasado. Tú vives de recuerdos de momentos que has soñado. Lo acabo de escribir para una letra de canción, pero como he dicho antes, `escribir es mi sueño' y viviré escribiendo ya que `tú vives de recuerdos de momentos que has soñado'. Os regalo mi lado más profundo. No juguéis con él, porque es lo que me queda.

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8 de noviembre de 2009 0:17h. Amor fugado!!

Hacía tiempo que no me plantaba ante estos teclados para plasmar mis pequeños pensamientos. Como siempre, y signo de mi inspiración, el grupo mexicano invade el ambiente con su cañero ritmo y profundas frases melancólicas. Hoy la playa ha tomado protagonismo. Las olas han ocupado 15 minutos de este sábado, rompiendo una y otra vez contra un suelo arenoso pero fuerte y protector como nunca. Ver que la gente que quiero se siente bien me llena de orgullo. Y sentir como una sonrisa se dibuja en el rostro de la persona que me está contando su día, o su tarde, es para mí un regalo. Soy un solitario, un aventurero, un ansioso de la vida, pero también soy sensible, profundo y apasionado… Ayer mismo la vida me dio un giro. Tener no es poseer. Te sientes acompañado, te sientes arropado, te sientes a gusto pero, lamentablemente, o por gracia, no es algo que posees. La compañía no depende de tu decisión, el arropamiento no es algo que tú decidas y el bienestar es una de las cosas más fugaces… y aún así cada uno lo tomamos como algo propio -yo me siento bien porque hago lo que quiero-. Hasta cierto punto. Tú te puedes sentir bien porque haces lo que te apetece, pero todo depende de las circunstancias. Estar a punto de perder a una persona querida no es precisamente algo que se desee, pero el acecho está presente. No es algo que decidas. ¿Ante eso? Pues no lo sé, pero quizás es el momento de mostrar tu debilidad y dejarte querer por los que están a tu lado. No das pena, es simplemente una oportunidad que le das involuntariamente a los que te quieren para que se acerquen a ti. Por otro lado, no muy lejano físicamente, me alegro de que la sonrisa se dibuje en tu rostro. Por fin la vida te sonríe y tú tan solo se la has devuelto. Sigo como ayer, quizás con un peso menos... jejej, pero mi vida sigue siendo la misma, y aún así esta tarde le estoy dando mi cara más feliz. No, no hay nada especial, pero me apetece ofrecer mi sonrisa picarona, aunque no tenga a nadie frente a mí. Me tengo a mí, y creo que es lo principal. Sé a quién miro cuando me miro en el espejo, y eso me reconforta. Me alegra ver como mis amigos hacen su camino a base de pasos seguros y de corazón, madres, matrimonios, formalidad en la pareja… y eso a veces me asusta, no por miedo a que no lo tenga nunca, porque sé que lo tendré algún día, cuando me llegue, sino porque me siento como ese padre que se da cuenta de que su hija se ha hecho mayor y ya no necesita que le diga lo que tiene que hacer. Y mira que soy de los más jóvenes del grupo. Me alegro muchísimo por todos, porque su felicidad es lo que hoy por hoy va marcando parte de mi existir. Echo de menos, porque lo echo de menos, el despertar junto a una sonrisa -y esta mañana lo he hecho-. Pero añoro el llegar a casa y desahogar todo el agobio del trabajo con un simple beso pasional. Aún así se que no es lo que quiero, no quiero ataduras, pero las echo de menos… Moraleja de hoy: “todo seguirá igual hasta que tú decidas que cambie”

18 de noviembre de 2009 18:37 h.

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Los pequeños detalles están en extinción

Vivimos intentando demostrar lo que cada uno valemos, como si desde que nacemos estuviésemos pasando un examen. El examen de la vida. Las notas se marcan sobre la tabla de la autoestima. Mejor resultado, es decir, más trabajo, igual a autoestima más alta… Pues no, la vida no es una clase de matemáticas donde 1+1 son 2. Como dice Fito: Siempre apuesto al 5 y cada dos por tres sale 6. Aquí no hay un trabajo mucho para tener el autoestima alto, no existe un reconocimiento constante. Algunos días serás alagado aunque te acabes de levantar, y otros te acostarás entrado el día siguiente y nadie te reconocerá nada. Y es que el error es ese. Siempre buscamos la aprobación de los demás, con mayor o menor intensidad, pero siempre esperamos a que alguien nos dé las gracias, no felicite por lo bien que lo hacemos o nos remunere a final de mes. Ofrecemos un vaso de agua y esperamos que nos den las gracias, y no lo esperamos por respeto, sino por aprobación, porque si no lo dicen pensamos `encima que le doy el vaso de agua, qué menos que gracias'. Y todo eso porque hemos perdido la humildad, la sensibilidad por los pequeños detalles. No nos vale con reconocer nosotros mismo nuestros propios logros. A veces las gracias son simplemente lo que decía antes, respeto, pero no un agradecimiento sincero. Quizás es mejor una persona que no te dice gracias pero que el día siguiente te ofrece él un vaso de agua cuando tú lo necesitas. Quizás el pagar en una tienda no sea moneda de cambio para que te digan `gracias, vuelva usted mañana', quizás sería mejor que la chica o el chico nos ofrezca su mejor sonrisa… pero no, siempre esperamos las gracias. Trabajas más duro para que te paguen más, pero al final no lo hacen y te dicen: `pensaba que no iba a salir así'. Estudias más para que te feliciten, pero tan sólo te ponen la nota y te dicen `podías haberlo hecho mejor'. Y es que todo eso nos tendría que dar igual, nos deberíamos felicitar a nosotros mismos. Estudié duro, y hoy trabajo en lo que quiero. Trabajo duro, y su resultado es el que quiero. Cuando menos te lo esperas te lo recompensarán materialmente, quizás cuando menos lo necesites, pero lo harán. Mientras tanto, disfruta de la vida, de la sonrisa de la camarera, de los buenos días al salir a la calle por la mañana, del sol que hace, aunque sólo sea un rayo entre nube y nube… La vida es tan bella… y la queremos deslucir tanto… Es mejor estar sólo que sentirse sólo. Es mejor estar en el desierto y que alguien te eche de menos a estar en el metro de Madrid en hora punta y llorar porque nadie lo hace por ti. Lo primero es un regalo de la vida al cual no hacemos caso, y esos son los pequeños detalles. Moraleja de hoy: “En los tiempos que corren, 100€ más es necesario, pero una sola sonrisa es vital”

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Con los ojos agotados

21:27h. 15/12/09 Casi las nueve y media y con los ojos agotados. Mañana entrego el Suplemento -posiblemente el `trabajo de mi vida' hasta ahora - y aún tengo que corregirlo, recibir páginas de publicidad, concretar el staff… en fin, qué os voy a contar, si seguramente no os interese. Lo realmente importante, al menos para mí, es el resultado. Me gustaría pasar la mañana del viernes -fecha en la que se publica - observando el gepeto de la gente para ver las impresiones. Mes y medio de duro trabajo. Pero me he dado cuenta de que soy un fanático de mi trabajo. No es que viva para trabajar, pero es que mi trabajo es mi vida, pero no por obligación, sino por placer. Está claro que cambiaría muchas cosas, me gustaría mejorar muchas condiciones, pero hago lo que me gusta, aunque tengo que reconocer que últimamente estoy cansado de llegar a casa enfadado por cómo han ido las cosas, salir de casa enfadado por cómo van a ir las cosas, y estar fuera de casa enfadado por cómo están yendo las cosas. El consuelo que me queda es mi vida privada. Aunque a veces te das cuenta de que, incluso eso, no depende de ti. `Trabajas' -porque eso también es un trabajo - para estar bien contigo mismo y, por lo tanto, que los que están a tu alrededor vean tu mejor lado y se sientan bien contigo. Y la cosa es que lo consigues, pero a veces no es lo mejor. Me gusta que sientan `eso' conmigo, pero no me gusta que lo pasen mal por ello, porque eso significa que nada está a gusto de todos. Amo a mis amigos, porque los amo, ya que han significado mucho en mi vida y he luchado mucho por no perderlos, aunque no sea con hechos que ellos hayan visto. Lo malo de todo esto es que a veces te das cuenta de que te pasas media vida luchando por algo para que cuando lo consigues ya es casi tarde. Por otro lado está mi actual alma gemela, y creo que algo más que alma, la cual está viviendo uno de los momentos más felices de su vida. Me gusta estar presente para verlo, aunque el cansancio con el que he empezado este texto haga que no lo vea todo lo cerca que me gustaría. Propuesta para el mes que viene, que coincide con el año que viene: volver a descansar y estar ahí para tod@s.

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¿Cómo te llamas? Dime cómo te haces llamar, dime cómo y dónde estás. Dame una pista de la piedra bajo la cual te escondes. Te convertiste en el humo de un cigarro, que nace cuando se acerca una llama, te contoneas seduciéndome y desapareces. Muchos cigarros se han consumido esperando que con alguno de ellos te quedes… Busco ese momento en el que no estás pero tu perfume me persigue. Busco la música que me muestra tu cercanía. Un pie tras otro me llevan por un nuevo camino. Lo bueno de perderse es que descubres nuevos lugares, pisas nuevas aventuras. Dale alas a tu vida, vuela y descubrirás que más alto llegas, más lejos estás del cielo. Me detengo viendo la gota que acaricia el cristal para morir en el suelo. Disfruto viendo como una y otra ola se precipita a la orilla para dejar una huella en la arena que la siguiente borrará para dejar la suya. Me emociono cuando observo mi reloj y son las 5:05:05 del 10/01/10, porque ese momento no lo volveré a vivir. Me enamora ver como dos personas caminan en sentido contrario por la calle y durante una diminuta fracción de segundo sus miradas se detienen para penetrar en las pupilas del otro. Me gusta ver como mis dedos, dominados por mis insignificantes pensamientos, desgastan el teclado para impregnar una pantalla blanca y pura en toda una historia llena de pensamientos profundos. Limpio el cristal del sentimiento a pesar de que la polución cotidiana no cesa de mancharlo. Me gusta el gris porque es la mezcla de tu negro y mi blanco. Me gusta que olvides cosas porque eso significa que soy el único en recordarlas. No soporto dejar que un cigarro se consuma en el cenicero, yo te di fuego y vida, y yo te mato. Quiero ser protagonista de tu llegada, pero también de tu partida. Algunos te conocen como amor, yo no te quiero conocer, te quiero disfrutar. Me quiero despertar antes que tú, y detener el tiempo mirándote, acariciándote con la mirada, hacerte sentir mimada. Y a la vez quiero dormirme arropado con tu sonrisa. No quiero tus palabras, ni tus besos, ni tu tacto; tan solo quiero comprender tus sentimientos, sentir tus labios y saber cómo tus manos pueden comunicar tu pasión. Buenas noches amor, lánzate al abismo y piérdete en la nada, que allí estaré yo disfrutando de los pequeños detalles que me vas dejando.

5:15h. 10/01/10

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Siempre fiel al vaivén del humo de mi cigarro, de la luz tenue y del ruido ambiente… Me acompaño de ellos como si esas cosas insignificantes representasen un escudo a la propia sinceridad. Me seduce la escritura, me apasiona la claridad, pero a la vez me obsesiona lo correcto. Quiero soltarle las riendas a mis dedos, pero no quiero que se desboquen y balbuceen sentimientos demasiado personales y ocultos en el recoveco entre el sentimiento y la cabeza. Días como ese me inspiran, y cómo no hacerlo cuando la mejor sinceridad te acompaña. Vuelves a sentir, dejas que tus labios se expresen para algo más que para hablar. Sientes tú y la sientes a ella. No me fluyen las palabras, y es que por primera vez veo que esto no tiene descripción. Podría decir que la `suavidad' rebozaba por las cuatro paredes, que el calor eléctrico se ridiculizaba ante la pasión y que el morbo se arrodillaba frente al deseo… pero no sería suficiente. Vives de sentimientos, y aprendes de ellos; pero un buen día caes en la cuenta de que los habías olvidado; y te sorprenden. No hacen falta palabras para expresar lo que deseas, sino tan sólo para comunicar que tus deseos se están cumpliendo. El zigzag de la cabellera, la dulce sensación del cuerpo desnudo, una mirada a esa preciosa y perfecta formación que despide la espalda y da la bienvenida a la cadera. Es belleza en sí, pero lo es más aún cuando está en tus brazos, en tu regazo, en ti, en tu ser. Hoy no estoy inspirado para escribir, pero creo que la mayor razón es que lo estoy para recordar, y sentir una y otra vez esa mirada compartida… y con esto me quedo, y me despido: con el sentimiento. No me preguntéis por qué, porque no tendréis respuesta.

0:38h. 20/01/10

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17/02/2010 0:54h.

De vuelta aquí, a mis hojas, a mis letras… Como siempre, el ambiente se viste de la oscuridad de la noche, conmigo siempre arrebatada por la mágica luz de mi portátil. ¿Por qué nos pasamos la vida complicándonosla? Parece que el masoquismo ha tomado un lugar en nuestras mentes y cuando todo va perfecto, vuelves a equivocarte de camino, aunque solo sea una pequeña desviación. ¡Qué grande el dicho que asegura que 'El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra! Aunque la filosofía también asegura que el hombre es un ser racional, y quizás por ello tantas equivocaciones, porque no vivimos tan sólo del aprendizaje, sino también de los sentimientos, y estos cortan en dos todo lo aprendido. 'Una mirada en la almohada por la mañana', cuántas veces lo habré dicho en estos últimos meses. Pues algo nuevo aprendido hoy: la mirada de la almohada por la mañana puede doler cuando desaparece más fugaz que como ha aparecido. 'Los pequeños detalles'. Seguiré disfrutando de ellos, pero también pueden llegar a golpear, sobretodo cuando no te rondan. Una vez me dieron las gracias porque decía que le había dado alas, y así me quedé, viendo cómo se alejaba volando. El frío hoy me desgarra la piel, y lo lleva haciendo hace unos días, no se si porque fuera el grajo se está dejando el pellejo, o porque a mí me lo han devorado. Las mantas no me arropan, los pies ya no caminan y los dedos no fluyen solos... y es que acabo de ver la repuesta: mi mente es la que crea el frío, mi mente es la que ordena caminar y mi mente es la que suelta las riendas de mis dedos... el problema no está en ningún otro sitio que en mi cabeza. ¿Te quieres dejar llevar? Disfruta del momento, que yo seguiré aquí amueblando mi cabecita...

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Page 14: Mis pequeños escritos

26/02/10 1:20h

Y se me queda diminuto…. Tantas palabras que decir y ni una sola para expresarte. Encuentras que esa ventana es diminuta, y se hace cada vez más pequeña. Eres tan solo el reflejo de la realidad, porque la realidad es mucho más bella… Contigo sobretodo. Hundes tu mirada en el teclado, porque ver su reflejo te hunde aun más a ti. Ojeas sin detenerte, porque cada milésima de segundo para ti es una eternidad. Dejas que se marche, porque así lo necesita. Incluso la empujas tú a hacerlo. Enojas tus sentimientos porque la ventana al mundo se ha convertido en una puerta cerrada. Mientras meditas, ella se preocupa. Mientras ella se preocupa, tú ya vives preocupado. Eliges sonreírle, pero tu sinceridad esconde tu deseo de mostrarle una sonrisa. Ninguneas tu corazón, porque hoy tu estúpida cabeza ha decidido tomar las riendas. Oyes tus latidos, y eso te duele más aún. Siempre por ti… esconderé un mensaje.

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Hoy

Hoy me apetece caminar… y sentir que unos pasos me acompañan. Sentir la caricia del viento… y sorprenderme con el roce de una mano. Hoy el mar me ha saludado… y yo le he devuelto una mirada. Me ha dicho que tenga fuerza… pero él no ha mostrado su oleada. Hoy el sol luce en todo su esplendor y los árboles se abren con todo su ramaje. La primavera ha llegado, aunque para unos más que para otros. Hoy el colorido viste sus copas… pero su aroma aun no ha aparecido. Hoy he visto las caricias, los besos y las miradas… aunque yo no era el protagonista. Una vez más, hoy he soñado despierto… y siempre con la esperanza de algún día hacerlo dormido. Hoy me he levantado para pensar… pero, hoy, no me apetece hablar. El corazón es el tonto de la historia: siente, pero no sabe actuar, para eso está la cabeza. Buenos días…

12:37h. 27/03/2010

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Como bien dices… luz me envías

Sus ojos atravesaban el fino cristal de la ventana, mientras el exterior le devolvía el gesto con un penetrante hilo de brisa que invadía el hogar moldeándose como chicle y estirándose por la delgada rendija entre el cristal y el marco. Como puntos anaranjados perfectamente distribuidos, la calle dibujaba en la oscuridad dos líneas paralelas, huyendo a lo lejos, buscando su fin en la arena del mar. A lo lejos, pero quizás más destacado por la singularidad en el paisaje, una chimenea de una vieja fábrica, pero elegante, parecía ponerse de puntillas para destacar entre la multitud de los edificios, tomando una forma varonil… erecta, y posiblemente deseada por muchos… y muchas. Sus ojos atravesaban el fino cristal… pero no se detenían ahí. La profundidad del marrón de su iris daba muestras de que su mirada no se detenía en los puntos de luz, ni tan siquiera en ese destacado falo del horizonte. Algo ocupaba su mente y hacía que lo que se le pusiese ante sus ojos no tuviese sentido en ese momento. Y aquí la paradoja: por su mente rondaban unos ojos. Una mirada. Y pensar en ellos no era más que encontrar una respuesta, que ver el mundo que tan lejos le quedaba. Sus ojos atravesaban el fino cristal… y ella ya había atravesado la dura piel de su carcasa. Quizás no tuvo que luchar mucho por ello, y ni tan siquiera se dio cuenta de lo fuerte que era. Pero lo era. Y para ella fue tan solo papel de seda, donde no sólo penetró, sino que se vio atrapada. Se cautivaron de sentimientos puros. De sentimientos sin concretar. De bienestar. Y sabían que toda aquella magia podría encontrarse en cualquier sitio, pero seguramente por separado. Gozaron de una suma infinita de placer. Sus ojos atravesaban el fino cristal… y se sentía vivo. La brisa que penetraba en el interior no podía combatir con el calor que le arropaba. Volvió a sentirse libre. Le abandonaron muchos sentimientos negativos y se encontró a sí mismo. Sus ojos atravesaban el fino cristal… y de repente, se estremeció. Notó una suave caricia en su mano, y sus ojos atravesaron el fino cristal.

08/04/2010 21:32h.

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Page 17: Mis pequeños escritos

29/05/10

0:19h.

De nuevo ante mi pantalla… Acabo de ver un video que me ha confirmado, enseñado y demostrado muchas cosas. No sólo formamos parte de un mundo donde debe existir pasión, sino también atracción, y, lo más importante, admiración. La sociedad está repleta de sapos y brujas, de seres humanos de carne y hueso que para la gran mayoría son un@ más. Para algunos menos, uno de esos sapos y una de esas brujas es un príncipe y una doncella, algo en lo que la mayoría nos acomodamos, pensando que tenemos la pasión y la atracción. Pero nadie debería limitarse a ello sin luchar por una plenitud. Más allá de los cuentos de príncipes y doncellas existe algo más: la espiritualidad, la conexión verdadera, donde el príncipe se convierte en un mago, capaz de dar luz con sus propias manos a la vida de la doncella, y ella, con su recíproca actuación, convertirse en un hada, y hacer de esos sapos la verdadera persona que la acompañe en el camino. No debemos basar nuestra vida en cumplir con nuestras necesidades básicas, tampoco en nuestra pasión, la cual es efímera, sino que debemos luchar por un marco más transcendental, donde seamos magos y tengamos a nuestro lado a un hada, a la cual sepamos conquistar, sorprender, y `enamorar' cada día. Y que por supuesto ella sepa hacer lo mismo. No sé si seré sapo para todos, príncipe para algunas y mago para una, pero lo que sí sé es que mañana veo a mi hada… buenas noches a tod@s!!

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Page 18: Mis pequeños escritos

03/10/2010 Un 10% vital

Como en la primera escena de la película ‘Forrest Gump’, una pluma, inanimada, se deja llevar por las corrientes de aire, haciendo de sus movimientos toda una melodía de vida y sentimiento. Todos saben que no es un ser vivo, sin embargo el simple serpenteo al que se ve sometida por la brisa del momento, da vida a una imagen. En efecto, muchas cosas no serían lo que son si no fuese porque existe un elemento simple, pero imprescindible, que resalta o aporta algo de lo que carecía. Ese elemento casi siempre, o siempre –me atrevo a decir–, tiene que ver con los sentimientos del momento, las circunstancias, el contexto… Volvamos a la pluma de Forrest: una pluma está cayendo realizando un movimiento normal debido a su forma y a la resistencia del aire. Pero si a eso le añadimos una dulce música que nos provoque un sentimiento más tierno o más receptivo, conseguimos que la escena se convierta en maravillosa. Si estás de cachondeo con los amigos, jugarás a que todos soplen a la vez mientras la pluma vuelve a subir gracias a que tú le das al ‘rewind’ en tu video. Y si estás con tu pareja, dándote besitos en el sofá, mirarás la dulzura de la pluma y pensarás que algún día formará a pasar parte de una de vuestras escenas triple x. Si estás solo, la misma pluma puede que te provoque melancolía, tristeza… La cuestión de esto no es hacer un máster sobre las plumas, ni tampoco analizar si realmente ‘tonto es el que hace tonterías’. Lo que hoy me trae a estas líneas es que siempre, un mismo acto, provocará distintas reacciones dependiendo del momento sentimental de una persona. En la película ‘Ghost’, Molly siempre le decía a Sam ‘te quiero’, y él le respondía ‘ídem’. Formaba parte de su monotonía, era un sentimiento que se decían sin el mismo valor que le daban a esos términos el primer día que se lo dijeron, sin embargo, cuando el fantasma de Sam le dijo a Oda Mae que le dijese ‘ídem’, para Molly fue un sentimiento irrepetible. Te puedo decir te quiero hoy, y necesitar escucharlo tú mañana. Me puedes dar un abrazo hoy después de que yo lo esperase ayer. Puede que el 90% de las veces no hagamos las cosas en el momento ideal, y seguiremos haciéndolo por mucho que nos propongamos ‘estar ahí’ en todo momento. Y ya que eso no lo podemos remediar, sigamos diciendo ‘te quiero’, dando abrazos, ofreciendo nuestras sonrisas e intentar que nuestros actos lleguen en el momento que realmente se necesite. Hagamos que ese 10% aumente. A todos los míos: gracias, aunque no os veo, os quiero. A mi niña: qué decirte, si lo que siento por ti es la tinta con la que escribo…

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Page 19: Mis pequeños escritos

22:23h. 8/11/2010

La hermosura de lo deslucido

Una vez más el tiempo se ralentizaba y el inmenso mundo que había creado le pasaba ante los ojos de forma oscura, desconsolada… Entonces la soledad le llevaba a dedicar su atención a lo que más sonrisas le creaba, y el desconsuelo pasaba a ser melancolía.

Lejanía.

Añoranza.

Echaba de menos su presencia, su mirada… y entonces vuelta a la tortilla. Esos ojos profundos en los que acababa de pensar habían arrancado de un zarpazo toda desesperación, dejando florecer así toda una sonrisa. El lánguido tiempo se convirtió en el recuerdo de cada minuto vivido. El inmenso mundo en un fabuloso escenario de ilusiones por descubrir. La oscuridad en una excusa para resaltar un solo elemento entre la nada. Y sí, el desconsuelo se esfumó con la confianza de que, aunque lejos, un corazón latía al son de la más bella melodía.

La melancolía se despidió.

Gracias.

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