mirko lauer - elementos de la nueva teoria del arte en america latina
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A merica Latina se encuentra en las fases. iniciales de des~rrollo de una nueva teorla del arte , cu
. yos priineros efectos se dejan sentir ya en Ia critica y Ia historia de Ia creaci6n visual. La nece-
• sicffld de comprender manifestaciones artfsticas nuevas y antiguas, que an teriores estados de Ia
teoria no han podido explicar o simplemente han ocultado, empieza a cctncretarse en una constelaci6n de planteamientos renovadores destinados a arrojar nueva luz sobre Ia experiencia hist6rica visual de nuestros pueblos. Nos encontranios ante una distinta concepcion de lo que es el arte y de los papeles que ha tenido y tiene en las diversas formaciones sociales de America Latina; s_u preocupaci6n central sigue siendo Ia esteti ca, en Ul'\ sentide amplio, pero su matriz cognitiva es todo el debate actua~ acerca de las relaciones entre cultura y sociedad. Pensamos inc luso que estos nuevas esfuerzos tebricos pueden llegar a iluminar otras areas, no visuales, de Ia creaci6n y aportar al esfuerzo te6rico de otras disciplinas de lo cultural. ·
Estamos hoy ante una cada vez mas di fund ida y operante ruptura con los wesupuestos impl icitos en Ia teoria, Ia crftica y_ Ia histoFia del arte, tal como han sido practicadas en America
.... Latina;desde el siglo pasado. Nos referimos a Ia caducidad de ' los metodbs enciclopepicos de catalogaci6n, clasificaci6n y co~
mentario i'nman-entista (tanto en su vertiente subjetivista como
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en Ia lisamente descr iptiva). Tales m~hodos mantuvieron al arte vinculado a las ideo~gias de las clases dominantes, aislfmdolo de sus cmltextos reales, imponiendolo como imagen de Ia nacio-nal y lo universal, y presentandolo al pueblo entero como para-digma de Ia creaci6n visual en los diversos pafses. ConsiEleramos que esa tradici6n inmanentista ha sido pal ida reflejo de su original : una teorfa y una practica calcadas, para enfrEmtar un arte generalmente calc ado. Para esa critic a Ia creativ idad del conti nente fue en buena med ida producto de su condici6n dependiente; hoy Ia vision de este problema tiende .a ser cada vez mas Ia diametralmente opuesta.
Lo esencial en l.a tradici6n con Ia que hoy intenta romper fue una forma especffica de relaci6n entre Ia teoria y su objeto, producto de una determinada concepci6n de las rel ac iones existentes entre el objeto artistico, su conocimiento, y Ia sociedad: El Iugar que se le reserv6 siempre entre las humanidades a Ia teorfa, Ia crftica y Ia historia del arte result6 a Ia postre un espacio limitante . La entrega de vastas ateas de Ia creaci6n visual de America Latina a Ia antropologia, Ia arqueologia o Ia etnografia, asf como Ia predi{;a cerrada del apoliticismo frente a un media artistico cada vez mas imbric;,ado con Ia pol itica, terminaron por desplazar el interes de las nuevas generaciones de estudiosos del arte hacia las ciencias sociales. Y las p?opias ciencias soci·al!ls hanpresencia:do en estos ultimos dos decenios un perfeccionami.ento de su interes y de sus iristrumentos cogni1ivos en el terreno de !o cultural, que emerge cada vez mas
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un ob]eto de estu di o diferenciado, al que es prec ise roximarse con una metodologfa particular.
En America Latina Juan Acha ha sido uno de los primeros ' en·percibir Ia necesidad de modificar las relaeiones entre Ia teo-
• ria del arte y su objeto, las cuales postula como un esquema dinam ico en que teorfa y practica del ar te cesan de ser glosas mutuas y pasivas, para entablar una relaci6n dialectica. En su ensayo "Hacia una crftica del arte como productora de teorfas" (1977). Acha propane un nuevo papel para Ia histo ria y Ia teorfa del arte: "no estaran en condiciones de abastecer ideas or ig inates mientras continuen limitadas a las obras de arte y dependiendo de elias". Tal percepcion que recoge, sinte tiza y objetiva un fe rmento de mediados de los afios 70, constituye una propuesta de gran impacto en todo el ambito de. Ia crea:ci6n visual, pues all i se inicia un serio intento de sustituc i6n de 'valores, a traves de un proceso de re-contemplacion de lo visual eh el continente. lmplica, ademas el reconocimiento de que el propio arte habfa venido rompiendo sus cauces y compartirtlentaciones tradicionales, para penetrar ambitos y situaciones
El planteamiento de Acha no supone , empero, el distancia. miento entre Ia teorfa y Ia pn!ctica del arte, sino precisamente su reencuentro en una nueva si tuaci6n, en Ia cual Ia noci6n misma de lo que es artistico (estetico) ha evolucionado de manera raqical , impulsada tanto por los profesionales de Ia crea·ci6n visual como par los pueblos mismos. Estamos, pues, ante uri simultaneo desplazamiento del arte y de su teoria, ante un a nueva relaci6n entre elias , ocupando un nuevo territorio. Este nuevo territorio es obviamente Ia propia realidad latinoamer i-
• cana, con las sucesivas cris is de val ores trad icional es que han significado las insurgencias populares, los nacional ismos guber
'nilmenta les y los fascismos militares. En ese remolino han cambiado los artistas y su publi co, ha cambiado el arte, y nece:sariamente cambia tambien su teorfa.
La modernizacion global de las sociedades latinoamericanas, sabre todo a partir de los afi os 60, reforzo en muchos de los creadores mas vinculados a las ideas de las clases dominantes Ia ·antigua ilusi6n de 'ponerse al dia' con el proceso plastico de ' ros centros de poder imperialista; pero esta ilusi6n, que Marta Traba ha diagnosticado como Ia asuncion de un 'terrorismo de las vanguardias', entra en crisis por Ia misma epoca en que naufraga para los pa fses latinoamericanos el suefid desarrollista; de ·ese fracaso busca alejarse el nacionali smo burgues de los afios ;.70 y el arte que este intenta rescatar o propiciar: lo que Traba ha llama do 'arte de Ia resistencia'. Pero el resultado final de
··esa situacion fue una crisis general de las dos principales for·mu laciones estetico-ideologicas entre las que oscilaban, sigu iendo fa suerte del capital , el arte erudite y Ia teorfa oficial en las
ipales ciudades del continente: nos referimos a las ideas lo 'nacional' y lo 'un iversa l'. De esta crisis nacen las bus
J:J.Uedas de nuevas artes y de nuevas pautas teoricas.
De otro I ado Ia crecien te diferenciacion entre los estados de conciencia de los opresores y de los oprimidos en America Latifl a ha supuesto Ia alteracion de los viejos esquemas de dom i
·on cultural al interior cte cada pais. Un efecto de esto ha el fortalecimiento de Ia presencia de diversos artes diferen-
ados que no son ya los de Ia ideologfa de las clases dominan-; artes de culturas sometidas y artes vinculados a vanguar
pol fticas populares. Ademas se ha venido hacienda cada mas evidente, y por ella mas endeble, Ia tradicional sumide buena parte de los plasticos eruditos a las ideas y los
, .. "''"'"~ de las clases dominantes, y un creciente cuestionanto de Ia idea del artista plastico como un ser sin determi
n social alguna . Con t0 do esto empiezan a. tambalearse concepciones establecidas acerea de que es y que no es
en nuestras sociedades clasistas y pluriculturales, y con as muchas ideas acerca de lo nacional y lo latinoamericano.
L a aparic1on entre los cientlficos sociales y loo pol lticos de una nueva conciencia respecto del papel que le toea a lo cu ltural en el funcionamiento de l engranaje social en su conjunto ha propiciado un desprestigio de Ia concepcion que aislaba lo artfstico de su contexte historico y
social. De all i tam bien Ia busqueda de explicaciones cap aces de esclarecer este papel del arte en los mecanismos de Ia dom i-
nacion y Ia liberacion de los pueblos. Esto ha obligado a ir mas alia de Ia denuncia populista que caracter iz6 a las visiones radicales del arte desde los afios 20, y a avanzar hacia estudios y explicaciones utiles para un nuevo paso a Ia accion. Esto se ex presa en el deseo de aquellos estudiosos del arte en America Latina que buscan dotarse de una tear fa nacida de l exam en de Ia realidad concreta y no de Ia aplicaci on de formulas apri oristi cas, ni de Ia mera glosa catalogadora del empirismo. Por decirlo en otras palabras, el radical ismo en teorla del arte se traslada cada vez mas del lexica a! metoda .
En todos los puntas que citamos el ej e central de los cam bios "s Ia modificaci6n de los criterios acerca de lo estetico y su sig:1ificado. El nuda gordiano de las an te riores relaciones entre 1.~ obra de arte y su teorfa es Ia cuestion de Ia estetica, y Ia difu n· dida vision subjetivista que de lo estetico habfa. Frente a esto Nesto r Garcfa Cancl ini ha venido desarrollando un trabajo que busca devolver objetiv idad a Ia noci6n m i~ma de estetica, para su manejo en las nuevas formas de conocimiento del arte. "La estetico -d ice Garc ia Canclini - es un modo de relaci6n de los hombres con los objetos, cuyas caracterlsti cas varian segun las culturas, los modes de producci6n, y las clases sociales" . Su propuesta para ia participacion socia l de las artes visuales es "eli minar el esteticismo de las be !las artes y elaborar una tear ia soc ial de los pr0cesos esteticos". Semejante elaboraci6n supone a Ia vez el impulso hacia lo interdisciplinario y Ia busqueda de un metodo autonomo dentro de las disciplinas de Ia cul tura.
El nudo del estetic ismo ideal ista podra romperse con una atencion simultanea al doble caracter -ideologico y mercantil- de Ia obra de arte bajo el capitalismo y con una sistematizacion de las caracteristicas y Ia dinamica de este doble caracter. Tal es el esfuerzo de Acha en su produccion mas reciente, donde el arte ya no es concebido como una sucesi6n de obras, sino como un conjunto de sistemas de produccion, con Ia plastica como uno de ellos. As( se intenta salvar los puentes queilrados entre el arte V Ia sociedad, ex plicitar algunas bases fil os6ficas de una nueva teoria del arte y detallar , mas alia de los 'modelos de analisis' un camino de aproximacion a lo part icular concreto en Ia obse rvac ion de lo artlstico. La preocupac ion central de Acha es el descubrimiento de los sistemas (y las relaciones entre los sistemas) de produccion , distribuci6n y consume de las obras artisticas, con profundidad y detalle suficientes como para frenar los impulses reduccionistas que han acosado a las visiones sociales de la creaci{,>n en el pasado.
Planteamientos como los de Acha o Garcia Canclini nos lievan a Ia cuesti6n de los compromises metodol6gicos imp I ici tos en Ia asuncion de una vision social' del arte . La teorfa social del arte no puede limitarse a' una 'iconografia radical'' inmanentista en su ultima 16gica, cuyo exclusive interes sea el analisis de los contenidos ideologicos a partir de las formas de organizacion de las representaciones. Pues como dice el propio Garcia Canclini, "el arte no solo representa las relaciones de produccion, sino que las realiza". Lo cual obliga a toda nueva teorfa a ser efectivamente social, es decir capaz de integrar en su perspectiva las multip les facetas de Ia produccion, Ia distribucion y
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' .
,, El sentido profundo del empleo de
palabras con1o resistencia o liberacion en los textos sobre arte es que las cla~s y l~s grupos sociales en movinliento desplazan cada uno su propia estra·tegia sintbolica, como parte de su es-
trategia general de poder ' '
ei consume del arte, y ver Ia forma como uno mas entre aspectos del fen6meno artfstico. Vale decir que el arte exclusivamente una manifestaci6n superestructural, como tamente sostienen algunos te6ricos, sino tambien y al m tiempo, parte integrante de Ia base productiva de una soci De estas dos perspectivas, una que se orienta hoy mas hacia problemas de Ia ideologia y otra que busca su punto de pa en Ia teorla del valor y Ia de los modes de producci6n, llegarse a una concepcion unificada .
Pues todav fa esto que lta,_mamos una nueva teorfa del en America Latina noes 'una escuela, sino mas bien una co lac i6n de esfuerzos coincidentes en areas diferenciadas. obedece a que de alguna manera las tareas de lo interdiscip rio se vienen resolviendo por sectores: cada disciplina a Ia nos aproximamos tiene sus propios problemas de relaci6n lo visual , que es precise resolver de mane ra particular . cierto que una reunion de todos estes esfuerzos en un plante miento te6rico central requerira antes de un vasto ciclo de pio de informacion empfrica a partir de los metodos y las pectivas que ope ran hoy: Los primeros trabajos de tal empiezan a aparecer ya: al lado de Ia teor ia 'pura' tenemos fuerzos en areas concretas. Los trabajos de crftica e hi del arte que asumen las nuevas concepciones constituyen una bib I iograf fa importante para el conocimiento del arte noamericano contemporaneo.
E stos trabajos de aplicaci6n de teoria pueden ubicados sobre todo en tres areas: los estu estetico-sociales del arte de las culturas dom das de los diversos pafses, los estudios de fases popul istas en el arte erudite, y los en•"''""""' .. interpretativos acerca de lo nacional y lo
noamericano en el arte. En todos estes trabajos Ia cuesti central , no siempre adecuadamente explicitada, es Ia varie y Ia heterogeneidad de los artes del continente , como ~~·•nn.,,.. •• rias ordenadas en torno a dos ejes: Ia particularidad naci de Ia creaci6n visual en cada una de las republ icas, y las re1aclo.,.r;: .• nes entre capitalismo y no capitalismo en el dominic del A estas areas corresponden tambien algunas de las pri vertientes polemicas de los ul t imos af\os; el caracter artisti no de Ia artesanfa (arte popular), Ia validez y el significado las busquedas nacionales en el arte, y Ia necesidad de 'res I iberar o vanguardizar en el arte de America Latina, e de empezar a concebir algunas pautas de lo que sera Ia crec1ci bajo proyectos so~ialistas.
Estas vertientes polemicas no tienen un sentido estrirt::omPn:::r.• te academico; su origen es tam bien pol ftico. Garcia Cane! nos recuerda que el arte es tambien "instrumento para ""''<n-,·• • tuir Ia hegemon fa de las clases dominantes y desarrollar Ia i pugnaci6n de las clases subalternas, legitimar Ia opres i6n o vilizar crfticamente a los oprimidos, para conocer y cornu pero tambien para enmascarar y dividir". Este es el sen profunda del empleo de palabras como resistencia o I iberacl<· Jll.'>~• en los textos sobre arte: las clases y los grupos sociales en vimiento desplazan cada uno su propia estrategia simbol' como parte integrante de su estrategia general de poder. esto Ia variedad de los attes en America Latina no es una yuxtapos ici6n de alternativas neutras, sino una coexiste dinamica y hasta dramatica, en que Ia propia forma artfstica testimonio de las cotidianas confrontaciones entret Ia opre y Ia lucha por Ia supervivencia.
La p"Otemica acerca de Ia validez estetica de Ia artesanfa te popular.) esta estrechamente vincul·ada a los problemas identidad de las cuituras aut6ctonas que sobreviven en el c tinente, con los proyectos nacional istas burgueses de
·'cooptaci6n de lo popular- iil na cultura propia, y con Ia del monopol io de las formas eruditas del arte en los
artfsticos capitalistas de cada pals. Noes casual que de polemicas se produzca en aquellos pafses y ci r
cias en que Ia producci6n estthica de los grupos cu ltu · · aut6ctonos incide de manera significativa, par obra del
, Ia exportaci6n o el nacionalismo cultural, en Ia econode los medios artfsticos. Una tarea fundamental de Ia teo
este ambito es desbrozar los significados de Ia creaci6n · 1 en contextos socia les y econ6micos de tipo no capital is
e! examen de lo que acontece con dicha creacion en el de desintegraci6n de las sociedades en que se da. Esto
hace especial mente necesario all (don de estas sociedades tie. pie en los sect ores mas tradicionales de cad a paIs y otro
.en sus sectores culturales mas dinamicos.
Los debates acerca de Ia validez de las busquedas nacionales Ia plastica han estado, y estan todavia, vinculados sobre' to. a' las diferencias entre sectores inte rnes y sectores monopo
(con tendencia a serlo) en cada clase dominante de los de America Latina. Nos parece clara Ia vinculacion de
primeros sectores con propuestas de tipo nacionalista-popuen arte (muralismo mexicano o indigenismo peruano, por
o), y a los segundos con pjanteamientos de corte 'uni ista' . Es posible establecer hoy a grandes trazos conco
nc,ias entre los flujos y reflujos de cada uno de estos sectoburguesfa con los triunfos y eclipsamiimtos de cada una
mR-ll>.·i•<t" dos propuestas basicas. Sin embargo queda por delancomo tarea precisar y profundizar Ia manera particular co
se da esta dialectica en cada pa fs y cada circunstancia. es necesario llegar a identificar las dialecticas perti
tes par.a Ia historia .latinoamericana anterior al S. XX.
La presentacion que hizo Traba de Ia ponencia acerca de un de Ia resistencia' (1975) es importante como esfuerzo de
""' '''""'"""., tn de Ia disyuntiva tradicional entre nacionalismo y Eln" ... ""<" lismo por parte de las clases dominantes de.America
Traba denuncia Ia produccion incesante de arte de 6, Ia liquidacion del concepto de arte como ficcion y Ia
ada del terrorismo de las vanguardias como manera en que arte del capitalismo avanzado presiona sabre el de Ia perife
. latinoamericana. Su planteamiento se enfrenta a estos tres · y con ello busca dar respuesta a Ia crisis de identi-
que sufre el arte latinoamericano, al menos en opinion de crftica, e_n los af\os 60. Su propuesta fundamental es promo
un 'arte regional' como alternativa a un imposible 'arte plaio'.
En su esencia Ia propuesta de Traba consiste en limar los ex· f.':,tr.~m,~< de las dos propuestas tradicionales y promolier un arte
de un I ado uti I ize el nacionalismo pero que no .lo mezcle sus cooptadas adherencias populares y pol fticas , y de otro
a lo extranjero, pero nose enganche indiscrimi nadamen-a Ia ex perimentaci6n de vanguardia de los centres culturales
norteamericanos. Esto en los hechos equivale a privilegi ar , reaccion antilocalista de Ia segunda postguerra (Zafiartu ,
gon, Szyszlo, Morales o Cuevas) como una posible alternaa los extremes. El 'terrorismo de vanguardia ' de mediados
los afios 40 seria as( Ia sosegada propuesta de un arte Iatin o· icano sin estridencias para los afios 70. El planteamiento
Traba ha sido, en consecuencia, criticado por igual entre · ienes ven el futuro del arte latinoamericano en un desarrollo
lo popular, como entre quienes no necesariamente asocian exper imentaci6n en general con Ia alienaci6n a lo extranjero, ciertamente entre quienes reivindican estes dos puntos a Ia
'QeCY(oLit 0(
Estas ·tres vertientes polemicas, centradas en Ia creacion visu al de este siglo, constituyen terrenos de encuentro entre viejas y nuevas concepciones teoricas del arte, y ninguna de estas vertien tes supone todavia un terreno de debate propio para las discip!inas sociales de lo visual. AI igual que las anteriores esteticas, las anteriores preguntas acerca de lo artfstico tienden a ser reemplazadas por otras. lComo se forma el valor en Ia produccion artlstica? lCuales son y como operan los mecanismos mediadores entre Ia base social y sus aspectos super-estructurales? lCual es Ia naturaleza del trabajo de,creaci6n visual en cada formaci on social? Ciertamente uno de los objetivos de todo este proceso de indagaci6n es una superacion si multanea de Ia concepcion idealista del arte y de las concepciones del determinismo economico vulgar, ambas condiciones para un reencuentro plena con Ia forma en el arte. Esta forma, que Rudolf Baran ik llama "el fino terminal nervioso del contenido, Ia especificidad de lo sensible" ( 1978), es tam bien una preocupaci6n fundamenta l de Ia nueva teor fa. ·Pues a Ia postre es de arte , de creacion, de lo que hablamos.
De all f que el impulso teo rico que comentamos en estas paginas debe ser necesariamente una etapa previa a que Ia teorfa 0ntre a plantear efectivas alternativas practicas, pol fticas, para lu artfstico en el continente. No en el nivel de las tradicionales 1-JOsturas de que debe ser o no debe ser el arte, sino en el pl ano de Ia identificacion de aquello que es problematico y limitante de Ia creatividad de los pueblos. El arte, como el sexo o Ia alimentacion, puede ser goce y realizaci6n, como tambien tortura y empobrecimien to. Y esto no por razones inabordables o inalcanzables, sino por muy concretas determinaciones sociales . La promesa del socialismo en este terrene noes un "mejor arte ' , o un 'artemas nacional, popula r o latinoamericano', sino Ia posibilidad de que tambien en lo visual sea efectiva Ia liberaci 6n del hombre, de que todo hombre tenga Ia posibilidad de ser un creador, de identificarse y ser identificado como 'tal por sus semejantes.
ACHA, Juan 1979
Lima, ju nio de 1980.
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